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© ¿POR QUÉ LAS CONSTELACIONES

FAMILIARES PUEDEN SER UN


COMPLEMENTO EFICAZ PARA
OTRAS TERAPIAS?
NOVIEMBRE, 2016

Muchos terapeutas hemos podido ver que por buena que sea una herramienta que
utilicemos, a veces no es suficiente. Y muchas personas que acuden a terapia,
también han podido sentir que aunque se hubiera dado bastante mejoría, había un
punto donde no se conseguía llegar. A mi me ocurrió eso cuando trabajaba como
psicoterapeuta ejerciendo mi profesión de psicóloga. Veía que podía haber grandes
avances, pero había personas con una carga determinada que necesitaban algo más,
y no sabía lo que era hasta que conocí las Nuevas Constelaciones Familiares.
Entonces me sumergí en un estudio profundo de las mismas al ver y comprobar
primero en mí, su poder sanador.

¿Por qué a un terapeuta le interesa tener los conocimientos sistémicos que


subyacen en las Constelaciones Familiares? Porque permite una mirada global y
holística de todo el sistema familiar de su paciente o cliente y eso puede ayudar
mucho a cualquier proceso terapeutico que se esté llevando a cabo. Es muy
importante tenerlo en cuenta porque cuando quedó algo por resolver en el sistema
familiar de una persona, ésta puede estar llevando esa carga familiar de forma
inconsciente. No tenemos por qué tener la información de qué es lo que quedó por
resolver, lo sabemos porque vemos que hay algo atascado en nuestra vida, o
tenemos algún área de la misma bloqueada. Cada síntoma que experimentamos
puede ser constelado y ello permitirá un movimiento.

Hay personas que hacen muchas cosas por estar mejor y no les funciona porque
no se ha tenido en cuenta esa mirada sistémica. Cuando realizan una
constelación, se da un movimiento que entonces permite que esas otras cosas que
hacen para sentirse mejor, puedan ser más efectivas. Es como si se quitara un
tapón y entonces el efecto de otras terapias, pudiera penetrar más de lo que lo hacía
antes. Por eso las Constelaciones son un complemento eficaz para todos. Por un
lado para todo terapeuta y persona que tenga una profesión de ayuda, y por otro
lado, para todos a modo particular, porque cuando se conocen los mecanismos que
hay tras una constelación y los fundamentos sistémicos, las constelaciones pueden
ser utilizadas para autosanación, sin depender en muchas ocasiones de un
constelador externo.

Una vez que se ve lo que el sistema necesita que sea visto, se produce un
movimiento y entonces algo empieza a fluir de otra manera.

Hay personas que no necesitan hacer ninguna constelación. Otras personas hacen
una constelación y ya notan el movimiento, mientras que las personas que tienen
una mayor carga en su vida es muy importante que tengan en cuenta esa mirada
sistémica, para sentirse libres de poder vivir su propio destino, y no el de sus
antepasados. Todo eso siempre hecho con mucho amor y respeto.

Uno de los motivos por los cuales a alguien puede no funcionarle practicar la Ley
de la Atracción y el pensamiento positivo, es porque aunque en su parte consciente
desee una cosa, en el inconsciente gobiernan otras fuerzas que bloquean ciertas
áreas de nuestra vida. Sin saberlo, podemos tener fidelidad a un antepasado y esa
fidelidad llevarnos a una falsa empatía que puede provocar un pensamiento
inconsciente del tipo “yo igual que tú”. Cuando subyace ese pensamiento, significa
que estamos viviendo el mismo bloqueo o la misma situación que el antepasado
(sin saber cómo poder evitarlo), y que no nos permitimos vivir otra cosa distinta,
sino que lo repetimos.

Por eso en muchas terapias se buscan los patrones familiares, porque aquello
que se repite es una fidelidad sistémica, por la cuál no nos permitimos ser
felices o sentirnos realizados en algún área de nuestra vida. Una forma de tratarlo
es a través de la realización de una Constelación Familiar.

Anteriormente cité el término “Nuevas Constelaciones Familiares”. ¿Por qué


“nuevas”? Bert Hellinger, el precursor de las Constelaciones Familiares desde hace
cuarenta años aproximadamente, ha ido evolucionando en ese tiempo, conforme a
lo que la propia herramienta le ha ido mostrando. Si observamos esa evolución,
vemos que las constelaciones pueden hacerse sin manipulación, sin intención, y
que eso les dota de un mayor poder sanador.

Son nuevas porque el constelador interviene lo menos posible, y lo importante es


que el constelador se sitúe en su centro. Ser capaz de mantener los silencios para
que el movimiento se dé sin intervenir, es más importante que hablar de
más, para permitir que la constelación llegue a un nivel más profundo y evitar así
los dramas que no conducen a nada. Al llegar a lo profundo aparece la emoción
primaria que estaba bloqueada y al liberarse hay más posibilidades de vivir otra
cosa.

Hacer una constelación también nos permite ver si ese algo que yo quiero lograr
está en mi destino, porque si no está para mi, quizá la solución es aceptarlo, y en
esa aceptación se abren nuevos caminos y otras opciones que quizá no
contemplaba hasta ahora. La aceptación de la circunstancia tal cual es, el sí a la
vida como es, y el sí a todos como son, es la actitud más liberadora que pueda
haber. Una vez que llegamos a eso, ya podemos seguir visualizando o cocreando
nuestra realidad, o hacer cualquier otra terapia, porque ya lo hacemos desde un
estado de paz. Sin embargo cualquier cosa que hagamos desde el rechazo o desde
la negación de la realidad que vivimos, atraerá más de lo mismo.

Las Nuevas Constelaciones Familiares nos ayudan a acercarnos a esa actitud de


aceptación, de honrar y agradecer. Es más, a veces creemos que aceptamos algo,
pero en el fondo no es así. La constelación nos permite ver en qué punto estamos a
un nivel profundo, para tomar conciencia de ello, y ver más allá de lo que hasta
ahora podíamos ver, permitiendo así un paso hacia delante que hasta ese momento
no sabíamos que existía.

Los terapeutas, al añadir las bases sistémicas de las Constelaciones Familiares a


sus terapias, verán que sus clientes pueden evolucionar más rápido y de forma
más eficiente, a la vez que puede resultar un trabajo más creativo.

Cristina Cáceres Mangas


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