RESEÑA

PELICULA LA CAZA.

Paula Andrea García Cifuentes – Toma de decisiones y manejo de conflictos.

La caza es la historia de un maestro que se ve envuelto en un enorme problema

por un grave error. Un hombre dulce y amoroso con los niños que trabaja en un

jardín y está siempre dispuesto a ayudar y a servirles a los pequeños, se muestra

una persona respetuosa y entregada a su trabajo, al cual los niños quieren mucho.

El inconveniente empieza cuando una pequeña con vacíos muy grandes en su

corazón, confunde lo que su maestro hace (por ella y por los demás) y empieza a

enamorarse de el. El mal entendido surge a partir de que el hermano de la niña le

muestra pornografía, por “broma”, al día siguiente esta Lucas, el maestro jugando

con los niños, que se abalanzan sobre él, por su puesto la pequeña Klara también

lo hace, y de repente ella le da un beso en los labios a su maestro, el por supuesto

la corrige suavemente y le dice que solo debe besar en los labios a sus padres.

Luego de esto ella le deja un corazón en su chaqueta, pero cuando él la confronta

ella dice que el está mintiendo y niega haberlo hecho. Al parecer eso fue algo que

la niña quizás tomó como un rechazo y le manifiesta a la directora que odia a su

maestro porque es “tonto y feo” y tiene un “cipote” que apunta al cielo .A lo cual la

directora reacciona con sorpresa y decide contarle a la madre de la niña y dar

aviso a un psicólogo infantil y se reúnen con Klara a la que Grethe, la directora, le

piden que le cuente al psicólogo todo, pero la niña se niega y luego en afán por

retirarse de la incómoda situación, responde que si a unas cosas y a otras no

responde, lo cual empeora la situación para Lucas, finalmente después de una

investigación, por pequeños detalles descubren que el es inocente y queda

absuelto de todas las acusaciones no solo de Klara sino de los otros niños que

también aseguraban lo mismo que la pequeña.

Esta historia nos enseña a ser muy cuidadosos como docentes en todo sentido, en

las expresiones de cariño, en las actitudes que los estudiantes tengan hacia

nosotros, que, aunque incluso no dependan de nosotros mismos, si nos pueden

afectar bastante.

Entre otras cosas evidenciamos que no siempre los niños dicen la verdad, que por

diferentes factores se pueden crear malos entendidos y pueden partir de ahí para

hacer aseveraciones y dañar así la integridad de una persona.