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Universidad “San Francisco de Quito”

Escritura Académica
Valentina Bravo Cabezas

La industria de la trampa

Héctor Puwainchir 00208319


Escrito 1
Horario: MJ 17:20-18:50
La industria de la trampa

Todos los seres humanos tienen una capacidad física distinta, un rendimiento mayor o
menor y, en ocasiones limitado, dependiendo mucho de las características físicas con los que
se nace. Pese a ello, la capacidad mental ha superado tales barreras, pues se han logrado grandes
avances en ciencia y tecnología que han traído consigo nuevos métodos que permiten mejorar
el rendimiento y estado físico tanto de personas normales como de deportistas de élite, en
especial de estos últimos, permitiéndoles a muchos de ellos obtener resultados que de otra
manera no les sería posible. Sin embargo, en su mayoría estos métodos son considerados
peligrosos para la salud, y una práctica desleal en el deporte, por lo tanto son ilegales, pero la
obsesión por obtener mejores resultados en la actividad deportiva es demasiada a nivel
mundial, de lo que se aprovechan aquellos que controlan esta industria para incrementar su
poder económico, volviéndose un problema incontrolable para las agencias encargadas de
limitar su uso, inclinando la balanza de un solo lado, de la cual se sostienen deportistas
profesionales o amateurs, en fin, personas con poca ética deportiva.

Históricamente, desde la guerra del opio en China se ha tratado de controlar el tráfico


y consumo de sustancias ilegales. Así como el país asiático no pudo contener el poder del
imperio británico ya que este era muy superior económicamente en ese entonces y tuvo que
someterse sus demandas firmando el Tratado de Nankín (Brito, 2017), las agencias y
organismos antidopaje como la WADA Y USADA, pese a que libran una lucha constante
contra el dopaje, han tenido que ceder y aceptar en cierto grado estas prácticas, pues la cantidad
de casos y los recursos con los que cuentan son limitados como para detener a una industria
que maneja miles de millones de dólares al año.
Como toda industria, sus arcas económicas se alimentan en base a la demanda de sus
consumidores, y ya que existen varios medios como el internet, que han facilitado la
adquisición de casi cualquier producto en línea, a nivel mundial existirá una gran demanda de
todo tipo de sustancias o drogas que mejoran el rendimiento físico de los deportistas. Esta es
una de las razones por las que la industria del dopaje irá en aumento, pues aquellos que la
mantienen principalmente son los mismos atletas, profesionales como futbolistas, ciclistas,
luchadores olímpicos, etc. Sin embargo, no están exentos los deportistas amateur, aunque la
mayoría de casos relevantes de dopaje que se han presentado se encuentra en un campo más
profesional, existen antecedentes de que esta industria alcanza niveles insospechados, como
fue el caso de la maratóna “Alla Filippide” que se realizaba en Ragusa Italia, precisamente con

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la intención de crear conciencia y evitar prácticas antideportivas. Pese a haber sido un evento
de carácter más simbólico que competitivo y en el que todos eran ganadores, las autoridades
encontraron casos de dopaje y como consecuencia tal evento tuvo que ser suspendido de
manera permanente (Dopaje en un maratón contra el dopaje, 2015). Este y otros casos similares
demuestran que el alcance de esta industria no tiene límites. Sin distinción de la situación, de
una u otra manera el dopaje se encuentra inmerso en la sociedad, pues lo que realmente importa
tanto del lado de los ofertantes y los demandantes, es ganar.

Como todo problema existen posibles soluciones, y al igual que se ha sugerido la


legalización de algunas drogas como el Cannabis, lo cual se ha logrado en algunos países, una
de las soluciones a la industria del dopaje que se han propuesto es la legalización de ciertas
sustancias dopantes, debido a que controlar su total consumo en todos los deportistas resulta
económicamente imposible para las agencias o gobiernos, y muchas veces tal control es
fácilmente burlado, de tal manera ineficaz. Por lo tanto “nada más inútil que prohibir algo
cuando el fraude no se puede controlar efectivamente” (ABAD FACIOLINCE, 2008). Este
puede ser uno de los argumentos de aquellos que están a favor de su uso y legalización. Sin
embargo, queda a conciencia de la sociedad si es correcto aceptarlo por el hecho de que es
incontrolable, enriqueciendo a una industria que lucra con el deseo de victoria de la gente, y
atar de manos a aquellos que tratan de frenar esta actividad, o por el contrario repudiarlo y
considerarlo un hecho desleal y antideportivo que no solo pone en riesgo la salud de las
personas sino que perjudica a quienes con su esfuerzo consiguen en ocasiones obtener la gloria
de forma limpia y honesta.

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Bibliografía
ABAD FACIOLINCE, H. (15 de agosto de 2008). Legalizar el dopaje. El Pais. Recuperado el 14 de 2 de
2019, de https://search.proquest.com/docview/371484603?accountid=36555

Brito, M. L. (2017). Instituto de Relaciones Internacionales. Recuperado el 14 de febrero de 2019, de


http://www.iri.edu.ar/wp-content/uploads/2017/08/Brito.pdf

Dopaje en un maratón contra el dopaje. (11 de agosto de 2015). El Espectador. Obtenido de


https://search.proquest.com/docview/1702954521?accountid=36555

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