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FACULTAD DE MEDICINA

VETERINARIA Y
ZOOTECNIA

III JORNADA SOBRE HERBOLARIA


MEDICINAL EN VETERINARIA

Parte 2

CURSO DE ETNOBOTÁNICA PARA VETERINARIOS

Por:
M. en C. Abigail Aguilar Contreras y
M. en C. Miguel Angel Martínez Alfaro

1991

DIVISION DE EDUCACION CONTINUA


DEPARTAMENTO DE FISIOLOGIA y FARMACOLOGÍA
VETERINARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

DR. JOSÉ SARUKHAN


Rector

DR. SALVADOR MALO ALVAREZ


Secretario General

DR. TOMAS GARZA


Secretario Administrativo

DR. ROBERTO CASTAÑON ROMO


Secretario de Servicios Académicos

LIC. DAVID PANTOJA MORAN


Secretario Auxiliar

MTRO. MARIO MELGAR ADALID


Abogado General

FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA

DR. LEOPOLDO PAASCH MARTÍNEZ


Director

DR. FRANCISCO TRIGO TAVERA


Secretario General

DR. JOSÉ MIGUEL DOPORTO DÍAZ


Jefe de la División de Educación Continua
III

JORNADA

SOBRE HERBOLARIA

MEDICINAL

EN VETERINARIA

Del 29 de abril al 4 de mayo de 1991.

Coordinado por:

MVZ. GERARDO LÓPEZ BUENDÍA

Editado por:

DIVISIÓN DE EDUCACIÓN CONTINUA,

FMVZ-UNAM.
III JORNADA SOBRE HERBOLARIA MEDICINAL
EN VETERINARIA

PARTE 2

CURSO DE ETNOBOTÁNICA PARA


VETERINARIOS

Por

M. en C. Abigail Aguilar Contreras y


M. en C. Miguel Angel Martínez Alfaro

1991
OBJETIVO GENERAL

Al finalizar el curso el asistente estará capacitado


para realizar trabajo de tipo etnobotánico a nivel de
campo con una orientación veterinaria.
PROLOGO

El presente material sirve de apoyo al Curso Básico


de
Etnobotánica para Veterinarios que se lleva a cabo
dentro de
Las actividades de la III Jornada sobre Herbolaria
Medicinal en
Veterinaria. Está constituido por un conjunto de
artículos
Selectos que pretenden complementar los temas
vistos,
Durante el curso, así como por una bibliografía
recomendada.

Esperamos que sean de gran utilidad para el lector.


PROGRAMA DEL CURSO

Lunes 29 de abril de 1991.

- Concepto de Etnobotánica.
- Aspectos Históricos de la Etnobotánica

Martes 30 de abril de 1991.

- La experiencia etnobotánica mexicana

Miércoles 1 de mayo de 1991.

-Relación Hombre-Planta-Animal en México


Contemporáneo. (Aspectos antropológicos y
etnobotánicos médicos).

- Aspectos básicos botánicos y taxonómicos de familias


De plantas medicinales de México.

- Técnicas de recolección, secado y montaje para


Herbario.

- Práctica General de un montaje de ejemplar para


Herbario.

(En el Laboratorio 2318 del Depto. De Fisiología y Farmacología


de la FMVZ).

Jueves 2 de mayo de 1991.

Trabajo de campo: Investigación etnobotánica en el


Mercado de Sonora.

Material necesario:

º Lunch
º Bolsa de Mercado

º Libreta de campo

º Etiquetas blancas con hilo

º Lápiz

Viernes 3 de mayo de 1991.

- Sistematización de la información etnobotánica y


Elaboración de miniherbario.

(En el Laboratorio 2318 del Depto. De Fisiología y


Farmacología de la FMVZ).

Material necesario:

º Cuaderno profesional blanco de 100 hojas, forma


Francesa con espiral.

º Tijeras

º Cinta adhesiva o diurex

º Lápiz

º Goma

º Resistol blanco ((50)

º Plantas medicinales
CONTENIDO

El concepto de Etnobotánica.
Efraím Hernández Xolocotzii.

Etnobotánica: Un panorama general.


Miguel Angel Martínez Alfaro.

Sistematización de la información sobre Medicina


Tradicional Mexicana.
Abigail Aguilar Contreras.

El susto y el recurso herbolario.


Abigail Aguilar C. Y Juan Raúl Camacho.

Los Consejos Municipales de Salud en el Programa


IMSS-COPLAMAR.
Lic. José Anastasio Gutiérrez Gutiérrez.

El papel de la Herbolaria en la Medicina Tradicional


Mexicana.
Abigail Aguilar Contreras.

Posible metodología a seguir en el estudio de las plantas


medicinales mexicanas.
Miguel Angel Martínez Alfaro.

Las Tesis de Licenciatura sobre plantas medicinales en


la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM.
Luz del Consuelo Lozano Nathal.
Aproximación histórica al uso de las plantas medicinales
en veterinaria a través de la tradición oral.
Gerardo López Buendía.

Experiencias en el estudio etnobotánico y la herbolaria


medicinal en veterinaria de la región de Misantla,
Veracruz.
Jorge A. Hernández y López y Abigail Aguilar.

Experiencias en el estudio etnobotánico y la herbolaria


medicinal en veterinaria en la región de Mecapalapa,
Pantepec, Puebla.
María Edith López Villafranco y Abigail Aguilar.

Medicina popular, animales de traspatio y et nosología


en México.
Arturo Argueta.

An introduction to ethnoveterinary y Research and


development.
Constance McCorkle.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE MEDICINA
VETERINARIA Y ZOOTECNIA
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADOS
DIVISIÓN DE EDUCACIÓN CONTINUA
ASOCIACIÓN DE ZOOLÓGICOS:
CRIADEROS Y ACUARIOS
DE LA REPUBLICA MEXICANA

RECTOR DR. JOSÉ SARUKHAN KERMES

SECRETARIO GENERAL DR. SALVADOR MALO ALVAREZ

SECRETARIO ADMINISTRATIVO DR. TOMAS GARZA HERNÁNDEZ

SECRETARIO AUXILIAR LIC. DAVID PANTOJA MORAN

DIRECTOR DE LA FACULTAD DE DR. LEOPOLDO H. PAASCH MARTINEZ


MEDICINA VETERINARIA Y
ZOOTECNIA

SECRETARIO GENERAL DR. FRANCISCO J. TRIGO TAVERA

JEFE DE LA DIVISIÓN DE DR. ISIDRO CASTRO MENDOZA


ESTUDIOS DE POSGRADO

JEFE DE LA DIVISIÓN DE DR. JOSÉ M. DOPORTO DÍAZ


EDUCACIÓN CONTINUA
1

Hernández X., E. 1979. El concepto de Etnobotánica. En: Barrera, A. (Ed. La


Etnobotánica: tres puntos de vista y una perspectiva. INIREB. México, pag. 13-18

EL CONCEPTO DE ETNOBOTÁNICA*

Efraím Hernández-Xolocotzi**
Colegio de Postgraduados,
ENA. Chapingo, Méx.

INTRODUCCIÓN

La etnobotánica es el campo científico que estudia las interrelaciones que se


establecen entre el hombre y las plantas, a través del tiempo y en diferentes ambientes.
En México este fenómeno se inicia a partir de la invasión de su territorio por
poblaciones humanas asiáticas con conocimientos anteriores de recolecta y de caza
adquiridos en otros ámbitos; acusa un periodo largo de relaciones primarias de recolecta
y de cacería; inicia los procesos conducentes a la utilización de los recursos por medio
de la agricultura y a la domesticación de numerosas especies de plantas y algunas
especies animales; culmina en una etapa agrícola y urbanista al momento de la
conquista española; acusa fuertes impactos de infiltración cultural durante el periodo
colonia; y desemboca en el cuadro actual en el cual intervienen, la persistencia de
utilizaciones tradicionales de los recursos, el inicio y expansión de la llamada
“revolución verde”, la ampliación de las infraestructuras necesarias para configurar una
unidad socio-económica nacional, el impulso a las actividades industriales, y la
formación de centros urbanos con alta concentración de poblaciones humanas.

Los elementos de las interrelaciones hombre-planta, motivo de estudio de la


etnobotánica, están determinados por dos factores: A) el medio (las condiciones
ecológicas) y b) por la cultura. Al estudiar dichos factores a través de la dimensión
tiempo, se puede apreciar, que éstos cambian cuanti y cualitativamente: el medio por
modificaciones en los componentes de dicho ambiente y por la acción del hombre y la
cultura por la acumulación, y a veces por la pérdida, del conocimiento humano.

*Trabajo presentado en el Simposio de Etnobotánica organizado por el Departamento de Etnología Social


(INAH-SEP) y el Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias (UNAM) en la ciudad de México, D.F.,
del 25 al 27 de noviembre de 1976.

** Profesor-investigador, Rama de Botánica.


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II. FACTOR AMBIENTE

El estudio del factor medio en sí conduce al entendimiento de que éste está


caracterizado por: la Geología (estudio de la secuencia formativa de la tierra; los procesos
dinámicos de modificaciones terrestres y marinas; las resultantes de dichos procesos); la
Geografía (estudio de la configuración actual de la capa terrestre y el fondo marino; las
relaciones actuales entre tierra y Agua; las relaciones latitudinales: los escurrimientos
superficiales): la Climatología (el estudio de la dinámica en tiempo y espacio de los
movimientos atmosféricos; las tendencias de los fenómenos térmicos, precipitaciones,
evaporación en tiempo y espacio: el estudio de las tendencias cíclicas y causas de dichos
fenómenos) la Pedología (el estudio de la génesis de los suelos y su relación con los
materiales primarios disponibles, con el clima prevalente, con los micro y
macroorganismos a través del tiempo; el estudio de las características del suelo y su
relación con procesos de utilización).

Estos factores fiscos del medio tienen relación y son afectados por los factores
bióticos constituidos por flora y fauna. La importancia de la flora reside en su capacidad de
utilizar la energía solar para producir materiales orgánicos, de intervenir en los procesos de
formación del suelo, y de participar en el ciclo hidro1ógico de las superficies terrestres. La
fauna participa en las múltiples cadenas trópicas de consumo, juega un papel variable en la
reproducción y distribución de propágalos vegetativos, y junto con las plantas constituyen
los degradadores microorgánicos importantes en los ciclos de energía, de materiales y de
minerales en los ecosistemas.

III. FACTOR CULTURAL

El factor cultural se origina y se define por las características funcionales que el


hombre, como organismo altamente organizado, ha heredado y desarrollado a n grado:

A) locomoción bípeda y amplia habilidad manua1;

b) coordinación cerebral conducente a la capacidad de memoria y de


conjugación de las experiencias registradas;

c) alta capacidad de intercomunicación incluyendo el uso de gestos, sonidos


especialmente vocales, representación pictográfica y simbólica,
intercomunicación, por ende, limitada a espacios estrechos o sin la necesidad de
la presencia de los intercomunican tez, limitada a simultaneidad de tiempo o sin
límites temporales;

d) largo período de aprendizaje; dado por las modificaciones óseas resultantes del
hábito bípedo lo cual obliga el desprendimiento de la cría antes de su pleno
desarrollo morfológico y funcional, esto redunda en un período de varios años de
relación íntima madre-cría, período duran te el cual ocurren los procesos básicos
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de aculturación; en la actualidad este proceso continúa en las instituciones


educativas;

e) alta capacidad de organización social; aparentemente basada en la característica


fisiológica de Homo de poder efectuar el contacto sexual en cualquier época
reduciendo los efectos del período de celo durante los cuales afloran actividades
fuertemente disruptivas de la organización social, y las ventajas básicas
psico1ógicas de las actividades conjuntas y las ventajas de las actividades de
grupo en los procesos de supervivencia y de producción.

IV. RESULTANTES DE LA INTERACCION HOMBRE-AMBIENTE EN


LA DIMENSION TIEMPO

Se establece que la interrelación hombre-planta se inicia desde el momento en que


los factores establecen contacto; también se establece que dichas interrelaciones cambian
en calidad y en cantidad; se amplían y se pueden reducir a través del tiempo. Para facilidad
de exposición, subdividimos estas interrelaciones en torno a los dos polos fundamentales -
el hombre y el ambiente.

A. Resultados de la Dimensión Cultural.


Sugerimos que la dimensión cultural se refleja y puede estudiarse en torno a los
siguientes fenómenos:

1. Generación y acumulación de conocimientos -desde las fases en que


predominaron los sistemas empíricos, hasta el presente en el cual se considera
que la ciencia y su metodología constituyen el Organum o el proceso más
poderoso al alcance del hombre para la adquisición de nuevos conocimientos.

2. Implementos, su invención y su mejoramiento -la conciencia del hombre para


explorar formas de resolver problemas fiscos, aunado a su capacidad manual y el
desarrollo de dicha capacidad, se refleja en implementos; las características de
dichos implementos a través del tiempo muestran cada vez mayores habilidades,
el uso de técnicas más refinadas, el uso de nuevos materiales, una mayor
abstracción en diseño y ejecución; los implementos también reflejan cambios en
la capacidad del hombre de modificar su ambiente.

3. Amplitud y profundidad en la capacidad de manipulación del ambiente un


bosquejo de esta fase de desarrollo cultural nos conlleva a los siguientes
aspectos: a) recolecta y caza y sus repercusiones sobre las poblaciones y la
genética de las especies; b) nuevas técnicas en los procesos de transformación de
las materias primas disponibles lo cual amplía la gama de productos posibles de
consumo humano; c) procesos de degradación y de mejoramiento de los
recursos.

4. Definición del proceso agrícola y la domesticación de plantas y animales.


4

5. Desarrollo del urbanismo.

6. Desarrollo del proceso industrial.

7. Definición y ampliación del proceso educativo formal.

8. Ampliación de los procesos de organización socioeconómica.

9. Ampliación y restricciones territoriales.

10. Relaciones imperialistas y colonialistas.

B. Resultados de la Dimensión Ambiente.

Enfocando nuestra atención al polo ambiente. se pueden sugerir los siguientes


aspectos:

1. Cambios en las dimensiones territoriales.

2. Intensidad en la utilización de los componentes bióticos.

3. Intensidad en el uso de los recursos en general.

4. Calidad y cantidad de las repercusiones en el uso de los recursos.

5. Extensión socio-económica en el uso del ambiente territorial propio del grupo


humano bajo estudio y del ambiente extraterritorial.

El estudio conjugado de las interrelaciones hombre-planta a través de la dimensión


tiempo, nos indica que el campo etnobotánico involucra c1aramente procesos dialécticos.
por lo que la metodología por aplicarse debe corresponder a dicha característica de los
procesos en estudio.

V. INTERROGANTES ETNOBOTANICAS

Para ejemplificar el marco de referencia aquí propuesto para los estudios


etnobotánicos, sugerimos que las siguientes interrogantes quedarían dentro del campo
científico de la etnobotánica.

¿Cómo acumula el hombre conocimiento del ambiente?

¿Cómo transmite dichos conocimientos?

¿Cómo genera tecnología para utilizar los recursos?


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¿Cómo preacondiciona plantas y animales para su domesticación

¿Cómo selecciona bajo domesticación a las especies domesticadas?

¿Cómo genera los conocimientos de las interrelaciones ambiente y producción de


las especies domesticadas?

¿Qué relaciones se generan entre los procesos de preparación de alimentos y la


amplitud e intensidad en el uso de los recursos?

¿Qué interrelaciones se generan entre recursos alimenticios utilizados y las


características del hombre e lo individual y en su organización socio-económica?
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¿Cuáles son los efectos de la infiltración cultural sobre la relación hombre-planta?

¿Cuáles son las relaciones etnobotánicas a nivel de uso tradicional de los recursos
con la ciencia de la genética; con los estudios de mejoramiento agronómico; con los
trabajos de mejoramiento genético de las especies domesticadas?

¿Cuál es el impacto de la ciencia y la tecnología científica, sobre la relación


hombre-planta?

¿Cuál es el impacto de la revolución industrial?

¿Cuál es el impacto del fenómeno de macrópolis sobre la relación hombre-planta?

¿Cuáles pueden ser las relaciones hombre-planta en el futuro?

VI. CONSIDERACIONES GENERALES

De este bosquejo deben estar claras las siguientes consideraciones:

Primero. la etnobotánica centra su atención en la relación hombre-planta.

Segundo. E1 establecimiento de otros polos de interés dentro del marco general


planteado. define el campo parcial o total de otras disciplinas científicas tales como la
Sociología, la Psicología, la Antropología, la Ecología, la Historia.

Tercero. El desarrollo de la etnobotánica dependerá de sus propias investigaciones y


de la riqueza de las interrelaciones que se establezcan con otras disciplinas científicas.

Cuarto. México. en la actualidad. es una de las regiones más favorables para los
estudios etnobotánicos por los procesos pre-históricos e históricos registrados y por la
persistencia de conocimientos empíricos sobre la relación hombre-planta en diferentes
periodos de la dimensión tiempo.

Quinto. Con relación a la interrogante sobre la utilización de los conocimientos


etnobotánicos, considero que la función primordial de la ciencia es la de generar
conocimientos. Dichos conocimientos se convierten en un instrumento para modificar el
ambiente. La pregunta, por lo consiguiente se convierte en ¿quién, cómo y para quién se
usará dicho conocimiento. Esta es una pregunta cuya respuesta dependerá del medio socio-
económico, de los procesos de aculturación de nuestra población en general y de nuestros
profesionales en particular y cuya respuesta compete a los campos de la Filosofía, de la
Economía, de la Política de la Socio1ogía y de las instituciones de planeación y de
ejecución de nuestros esquemas gubernamentales.
7

Martínez A., M.A. 1978. ETNOBOTÁNICA: Un panorama general. IMEPLAM. Rev.


Medicina Tradicional. (4):49-54.

En los últimos años se viene escuchando en diferentes círculos académicos y de


divulgación un término llamado ETNOBOTÁNICA. Por otra parte, la literatura en Ciencias
Sociales y Naturales también nos presenta cada vez con mayor frecuencia estudios
etnobotánicos.

En el presente artículo trataremos de mostrar algo sobre el origen y el actual auge de


este campo de la ciencia.

Lo primero que debemos analizar es si la etnobotánica es ya una ciencia autónoma o


no, o si es preferible por el momento hablar de un campo de la ciencia o una ciencia
multidisciplinaria. Según los estudios sobre filosofía de la ciencia es autónoma cuando ha
logrado contar con una metodología y teoría propias; así aceptamos lo anterior y revisamos
los trabajos etnobotánicos se puede ver que la teoría y el método seguidos pertenecen a
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otras ciencias. El desarrollo logrado por esta disciplina nos muestra que aún no tiene un
método y teoría propios, es decir, es una mezcla de ciencias naturales y sociales: botánica,
sistemática, ecología vegetal, fitogeografía, agronomía, genética, etnología, etnografía,
antropología social, etnohistoria, historia, arqueología y lingüística.

Por el momento se puede observar que la etnobotánica es el resultado de la síntesis


de varias disciplinas; lo anterior, es un proceso que normalmente ocurre dentro del
desarrollo de las ciencias, es decir, la conjugación y la individualización de la ciencia
forman parte dela dinámica a que están sujetos los conocimientos y al papel social y
económico que estos representan.

¿Por qué la ciencia tiende a la síntesis en determinados momentos históricos? La


respuesta a esta pregunta tienen entre otras causas a las siguientes:
La síntesis del conocimiento es obligada cuando un investigador se topa con
diferentes complejos que son a los que el etnobotánico se enfrenta.

El desarrollo que tienen las ciencias en sus aspectos teóricos o metodológicos tienen
que ver con el objeto de estudio y con la utilidad que puede derivarse de crear nuevas áreas
de estudio, utilidad académica y/o económico-política (uso de la ciencia para la liberación o
manipulación.
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La tendencia de algunas ciencias a tomar un enfoque humanista, el cual lleva a


integrar diversos tipos de conocimiento.

Cuando las ciencias tienden a analizar problemas teóricos por un lado, y por otro
buscan soluciones a problemas concretos, se sugiere una conjugación para operar ambos
niveles.

En el caso de la etnobotánica, la cual no es deslindada muy claramente de la


botánica económica, se presenta tal situación; algunos etnobotánicos se dedican a estudios
en sociedades no industriales y su enfoque es teórico; por otra parte, hay etnobotánicos
cuyo interés es resolver problemas de desarrollo regional, ecológicos y del manejo de
recursos vegetales.

En el caso que nos ocupa, fueron los botánicos quienes se interesaron en estudiar el
papel de las plantas dentro de los procesos de evolución cultural y biológica, por otro lado,
en sus orígenes la etnobotánica tenía un principio utilitario, tal es el caso de los cursos de
Agustín Pyrame D’Candolle sobre botánica Humana y Botánica Aplicada en 1819.

En 1876, T. Rochebrune imparte un curso de Botánica Etnográfica; curso con una


orientación menos práctica. En 1883 Alphonse P.D’Candolle se inicia como Profesor de
cursos de botánica Aplicada y Botánica Humana. En 1888 aparece el famoso trabajo de
Alphonse titulado: “Origen de las plantas cultivadas”. En el prefacio de este libro se
recomienda que el botánico debe preocuparse más en el estudio y origen de las plantas
cultivadas, que debe tomar más en cuenta los problemas históricos y geográficos que
resultan de estudiar las plantas de n contexto cultural.

Los tres autores citados al igual que los investigadores posteriores en el estudio de
la relación entre el hombre y las plantas, les interesan dos aspectos importantes: a) En
estudios de evolución cultural interesa saber los diferentes usos que da el hombre a las
plantas según su desarrollo cultural, b) desde el punto de vista biológico se pretende
conocer los procesos de evolución bajo selección natural y domesticación de las plantas
cultivadas.

Es así como aparece la etnobotánica como una nueva especialidad de la botánica en


el siglo XIX.

Por 1895, en los E. U. A. (Universidad de Pennsylvania), el Dr. John W.


Harshberger que era un médico-botánico acuña el término “ETNOBOTÁNICA”, para un
curso sobre el uso que le daban a las plantas las “culturas primitivas indígenas” de los
Estados Unidos, dicho curso se presentaba con un enfoque muldisciplinario; también aquí
se contemplaban aspectos utilitarios, pues junto con el curso se forma un laboratorio y un
jardín etnobotánico, en ambos se tuvieron grandes colecciones etnobotánicas.

En 1939, R.E. Schultes considera que la etnobotánica es la rama de la botánica que


se encarga de estudiar los usos de las plantas por los pueblos “primitivos”, nótese el unto de
vista etnocentrista de este autor, pues para él la etnobotánica ayuda a rescatar el
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conocimiento empírico de varios grupos humanos a favor del hombre blanco, éste se
beneficia con el uso empírico de las plantas que le dan otros grupos étnicos, usos que
pueden complementar a los que les da el hombre occidental de países altamente
industrializados, esta postura llevó a Schultes y Oakes, profesores de botánica económica;
ambos autores y luego Anderson consideran a la etnobotánica como una botánica no
económica.
Es así como la etnobotánica norteamericana, principalmente, enfoca su estudio a
aspectos utilitarios.

Con relación a la Unión Soviética, aquí destaca la labor de Nicolai I. Vavilov, quien
consideró a la etnobotánica como una disciplina de las ciencias botánicas que apoya en
forma definitiva a la agronomía y en especial a los estudios sobre el origen de las plantas
cultivadas.

Para Vavilov y sus colaboradores, la etnobotánica dilucida muchos problemas


taxonómicos, genéticos, fitogeográficos y sobre todo, sus aspectos históricos y sociales. El
profesor Vavilov crea a raíz de esta orientación etnobotánica el Instituto de Botánica
Aplicada en Leningrado, uno de los centros más importantes en estudios etnobotánicos
vinculados a la agronomía; para algunos botánicos soviéticos la etnobotánica debe
relacionarse con la botánica económica y en ello coinciden algunos de sus colegas
estadounidenses y franceses, pues los estudios llamados etnobotánicos sobre uso múltiple
de las plantas, flora medicinal u otras plantas útiles, son muy comunes en Rusia y otras
naciones del este de Europa.

El tercer caso que se considera en este artículo es Francia; aquí la etnobotánica


tienen sus antecedentes en los cursos de los D’Candolle y Rochebrune, posteriormente A.G.
Haudricourt, en 1943, al realizar un estudio con L’Hédin: “L’homme et les plantes
cultivées”, utiliza por vez primera para este estudio el término etnobotánica y la consideran
dentro de la etnobiología; al asumir esta postura ellos están de acuerdo con E.F. Castetter,
geógrafo estadounidense quien en 1943-44 indica que la etnobiología tienen dos grandes
campos de estudio: la etnobotánica y la etnozoología; para que este autor la etnobiología no
esta muy obligada a ser una disciplina aplicativa o programática.
Volviendo a Haudricourt, se le puede considerar el pilar más importante para el gran
desarrollo que viene teniendo en Francia esta disciplina; para él y otros etnobotánicos
franceses la etnobotánica no debe tener un enfoque etnocentrista, puede o no ser utilitaria y
finalmente es el eslabón más fuerte que se puede establecer entre las ciencias sociales y las
naturales, por medio de ella podemos observar cómo el hombre se relaciona con las plantas
dentro de un contexto cultural, es decir, siempre se deberá analizar la trilogía: plantas-
hombre- cultura en forma global y no aislada como se tiende a considerar la etnobotánica
por algunos de sus estudiosos que reducen estros trabajos a simples enlistados sobre usos
de plantas, principalmente entre grupos étnicos o clases sociales marginadas; en sociedades
con un alto nivel tecnológico en este último punto prácticamente la etnobotánica no se ha
enfocado en esa orientación.

Haudricourt, siendo agrónomo, fue convirtiéndose en etnógrafo, etnólogo y


lingüista para poder entender mejor el origen y la evolución de las plantas cultivadas, que
es una de las líneas de investigación etnobotánica más comunes en Francia. Otros botánicos
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más comunes en franceses pasaron igual experiencia: Friedberg, J. Vidal, J. Barrau, R.


Porteses, por citar algunos de los más conocidos en nuestro medio.

Magia en Chucuito (cultura aymara en el Departamento de puño, Perú)

En el caso de Francia hay incluso un Laboratorio de Etnobotánica en el Museo de


Historia Natural de Paris y en la actualidad hay muchos estudiantes de etnología y
antropología social interesados en este campo. Por lo que respecta a las líneas de
investigación más socorridas están las relacionadas con el origen de la agricultura y de las
plantas cultivadas, la de taxonomías populares, la de plantas medicinales y sobre uso
múltiple de floras útiles.
La etnobotánica francesa tiende a orientarse hacia fines no utilitarios, pues estos no
son tan populares en la actualidad. Aproximadamente hace unos 15 años que en Francia se
presentó un viraje de esta disciplina: se llega a aceptar, en términos generales, que la
etnobotánica debe orientarse más hacia la etnología, que explique la importancia cultural e
histórica de las plantas, que el etnobotánico sea un científico crítico principalmente en
políticas sobre uso de recursos naturales, recursos que deben ser aprovechados por grandes
sectores de la sociedad y contemplando que los usos estén en armonía con un buen manejo
del ecosistema (ambiente) y con la cultura; finalmente, sugieren los franceses que la
etnobotánica la hagan botánicos del país donde se hace el estudio; en el caso de las
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minorías étnicas que la hagan los nativos de esa etnia. En estos puntos insiste mucho Barau
al hacer una guía de estudios etnobotánicos para el suroeste asiático y parte de Oceanía
(Melanesia).

La poca literatura que hay sobre estos estudios en otras partes del mundo no me
permite presentar orientaciones y líneas de investigación con algún detalle, sin embargo, en
el caso de la India, Indonesia, Filipinas, Japón, la etnobotánica se ha centrado en estudios
sobre el origen de la agricultura; en la India o China, en el origen de plantas cultivadas y
sobre floras médicas.

La situación en África es muy similar, sobresaliendo los estudios en Nigeria,


Tanzania y Gahna donde hay influencia académica inglesa y en Madagascar, Gabón y
Senegal donde la influencia es francesa.

En lo concerniente a América Latina hay grupos de estudios etnobotánicos, en


Brasil donde se inicia, Perú, Colombia y México: en estos países las líneas de investigación
giran en torno a estudios sobre el origen y evolución bajo domesticación de plantas
cultivadas, plantas medicinales y estudios etnolingûísticos sobre taxonomías populares.

Finalmente, con relación a los estudios etnobotánicos en plantas medicinales y/o


medicina tradicional, cabe citar a la distinguida etnobotánica francesa C.B. Friedeberg,
cuya opinión es muy autorizada en tal línea de estudios etnobotánicos. Este tipo de trabajos
según la autora, deben contemplar los siguientes puntos:

Ha sido difícil circunscribir el campo de estudios de la medicina tradicional; no hay


parámetros para decir dónde empieza y dónde termina.

Se deben hacer estudios profundos de tipo psicológico y médico sobre el concepto


de enfermedad, pues aún en la cultura occidental es difícil detectarlo.

Junto con el estudio etnobotánico y botánico de las plantas medicinales es menester


hacer estudios históricos, ecológicos y etnológicos que nos permita entender mejor el papel
de las plantas medicinales dentro del contexto cultural y biológico.
Solamente el estudio global será suficiente para explicar el papel cultural de las
plantas medicinales.

4) Tomar información muy precisa sobre cómo funciona el cuerpo humano a dos
niveles: A) en su totalidad y B) cómo influye una parte sobre la otra.

5) Estudiar las ideas dualistas de equilibrio biológico y cultural, por ejemplo,


plantas frías y calientes, de arriba y abajo, etc. ¿Cómo se encuentra esa percepción de
equilibrio?

Quién, cuándo y cómo se sabe o se dice que una persona está enferma.
Recordar que a veces la comunidad es la que dice de alguien está enfermo.

Analizar el papel social del curandero.


13

Si se acepta que en muchas culturas el cuerpo es considerado como una fuerza


productiva, ver qué ideas tienen sobre cómo reproducir esa fuerza, también ver la idea de
reproducción ligada a la noción del cuerpo como fuerza productiva.

Estudiar las diferencias entre la sociedad donde hay una comunidad responsable que
coopera a cualquier intento de salud individual y de grupo, contrastando con las
comunidades donde la envidia, la brujería u otras causas hacen que no existan deseos de
mantenerse sanos.

Intentar estudiar lo sistemas de representación de las enfermedades, los cuales el


curandero conoce y manipula; estudiar el papel de la imaginación y lo imaginario en el
concepto de enfermedad. Ver si se establece la dominancia de un individuo o grupo sobre
otros.

Estudiar las ideas que se tienen sobre un principio vital.

Analizar el papel de las plantas medicinales como plantas rituales.

BIBLIOGRAFíA ETNOBOTÁNICA BASICA

1. Ames, O. Economic Annuals and Human Cultures.


2. Botanical Museum of Harvard University, Cambridge, Mass. 1939. (Especialmente
Caps. I y VIII).
3. Barrau, J. L’Ethnobotanique au carrefour des Sciences Naturelles et des Sciences
Humanines. Bulletin de la Societé Botanique de France. Ser. V. Vol. 118 (3-4): 237-
247., 1971.
4. An Ethnobotanical guide for Antropological Research in Malaya-Oceania. UNESCO:
Sciences Cooperation Office for South-East Asia. Multigraphiées, Bangkok-Djakarta.
5. Coonklin, H.C. the relation of Hanunoo Culture to the Plant world. Thesis (ph.D.)
dactyl., University of Columbia, New York., 1954.
6. Ethnobotanical problems in the comparative study of Folk taxonomy. Proceedings of
Pacific Science Congress of the Pacific Science Association, 4 Bot, 299-301, Bangkok.
1957,.
7. Harshberger, J.W. The purpose of ethnobotany. American Antiquarian 17 (2): 73-81.
1895.
8. Haudricourt, A.G.: Hedin. L’Home et les plantes cultivées. Gallimard, Paris. 1943.
9. Jones, V.H. The nature and status of ethnobotany. Chonica Botanica 6 (10): 219-221.
1941.
10. Porteres, R.L. L’Ethnobotanique: place, objet, methode, philosopie. J. Agr. Trop. Bot.
Appl. 8(4-5): 102-109. 1961.
14

11. Course de Ethno-botanique Generales. (1969-1970) 2 Vols. Faculté des Lettres, Institut
D’Ethnologie et Museum National D’Histoire Naturelle: Laboratoire D’Ethno-
botanique et d’Ethnozoologie, Paris (roneotypé).
12. Schultes, .E. La etnobotánica, su alcance y su objeto. Caldasis 1(3): 7:12. 1941.
13. Vavilov, N.I. The origin, variation, inmunity, and breeding of cultivated plants.
Chronica Botanica Co. Waltham, Mass. 1952.
15

Aguilar, A. 1990. Sistematización de la información sobre Medicina Tradicional


Mexicana. Memorias IV Coloquio de Medicina Tradicional Mexicana. ENEP-
ZARAGOZA. UNAM. Págs. 77-88

SISTEMATIZACION DE LA INFORMACION SOBRE


MEDICINA TRADICIONAL MEXICANA

Abigail Aguilar Contreras

El hombre por su naturaleza siempre trata de agrupar, ordenar, clasificar para


después enlazar, coordinar, vincular y finalmente integrar una serie de datos, información o
conocimientos sobre un tema u objeto específico de su interés. En este sentido observamos
que, a través de la historia se clasifica y se vuelve a clasificar u ordenar desde muy diversos
criterios la naturaleza, los seres vivos y las cosas entre otros. cambiando los criterios según
se vaya avanzando en el conocimiento del objeto de estudio.
En esta ocasión y a diferencia de las otras oportunidades donde se nos ha invitado a hablar
solamente, de flora medicinal, hoy trataremos de reflexionar sobre el tema de la Medicina
Tradicional Mexicana como un saber en integración, desde el punto de vista de la
sistematización de la información del conocimiento que se tiene de ella. Debo aclarar que
esta ponencia esta abierta a la discusión y a las aportaciones de todos, ya que nosotros
solamente trabajamos con una parte de este saber y solo apuntaremos lo que hemos
observado por nuestra experiencia y lo que hemos percibido de los giros que ha tomado el
estudio de este apasionante tema.
Reseñando un poco diríamos que hace treinta años el estudio de la Medicina
Tradicional Mexicana era materia exclusiva de los antropólogos que ahondaban en lo que
es el primero de los elementos básicos de esta cultura médica, los conceptos de salud y
enfermedad que tienen los diferentes grupos humanos.
A partir de los años setentas se comienzan a integrar grupos multidisciplinarios
para. abordar cl estudio de esta medicina, cono lo. fue el Instituto Mexicano para. el
estudio de las Plantas Medicinales (IMEPLAN), pero haciendo énfasis en la investigación
de uno. de sus elementos el recurso herbolario; siendo los años ochentas donde
vislumbramos los primeros intentos por indagar sobre otros elementos de este saber médico
tradicional. de esa inquietud resultan las encuestas nacionales del IMSS-COPLAMAR
(1984) sobre recursos humanos de la .Medicina Tradicional recursos herbolarios y
nosologías tradicionales; así como los primeros encuentros de médicos tradicionales
(curanderos. hueseros, parteras) organizados por el Instituto Nacional Indigenista y el
Instituto Mexicano del Seguro Social.
Por lo tanto, consideramos que será en esta década de los noventas cuando
verdaderamente se vinculen todos los elementos y los protagonistas de esta cultura médica
popular para un mejor conocimiento, análisis, entendimiento e integración de la misma a la
cultura médica nacional.
La información que se tiene sobre dicho conocimiento médico ancestral y actual, lo
podemos sistematizar a partir de los elementos básicos que lo forman, a saber:
16

1.- CONCEPTOS DE SALUD Y ENFERMEDAD.

Estos conceptos pueden agruparse por lo que piensa cada grupo étnico del país. Por
ejemplo ¿Cuál es el concepto de salud y enfermedad de los otomíes en general? o se puede
agrupar como ¿Cuál es el concepto de salud y enfermedad de los otomíes de Hidalgo? o del
Edo. de México?; ¿Existen coincidencias o hay diferencias?
De otra manera, el arreglo sería las concepciones de grupos étnicos que tengan la
misma familia lingüística

Igualmente puede pensarse en otro ordenamiento de estos conceptos de salud


enfermedad según la percepción del, grupo mestizo rural o urbano.

2.-RECURSOS HUMANOS PARA LA. SALUD QUE EJERZAN LA


MEDICINA TRADICIONAL POPULAR.

El ordenamiento de los recursos humanos para la salud que practiquen la medicina


tradicional mexicana popular puede ser por especialidad de práctica terapéutica díganse
curanderos, hierberos, hueseros, pulsadores, entre otros. De igual manera se pueden agrupar
por grupo étnico ya sea indígena o mestizo y tipo de vida rural o urbana. por ejemplo los
mara' kames que son los médicos de los huicholes; las parteras que pueden ser indígenas o
mestizas .y vivir en las zonas rurales o urbanas.
Otro ordenamiento puede ser por edad, sexo o tipo de padecimientos o
enfermedades que curen en determinada región natural o política, un ejemplo son los
embalsamadores y los rezanderos que curan principalmente el susto en el estado de
Veracruz. Cabe mencionar dentro de los recursos humanos a las amas de casa, conocer
cuantas enfermedades o padecimientos curan, los medicamentos herbolarios o animales que
utilizan, en suma el grado de manejo de la salud y la enfermedad en el ámbito familiar o
domestico donde ellas se mueven. Por otro lado, tenemos a los promotores de salud de las
asociaciones civiles y de instituciones de salud que en algunos casos son curanderos o
personas interesadas en curar, en parte, con métodos de la medicina tradicional popular.
Finalmente observamos a los médicos veterinarios tradicionales que son aquellas
personas cuya práctica terapéutica es para animales utilizando plantas, minerales u otros
elementos de su entorno natural para curar o. aliviar enfermedades propias de los animales.

3.- CONCEPCIONES DEL CUERPO HUMANO O ANIMAL

La información sobre las concepciones del cuerpo humano o animal, se puede


ordenar según el pensamiento de los diversos especialistas de la medicina tradicional
mexicana, comenzando por la esquematización de los órganos del cuerpo humano o de los
animales, es decir, los órganos que conciben los terapeutas; el arreglo también se puede
hacer según el pensamiento anatómico que tenga cada grupo étnico.
17

A su vez, esta clasificación de órganos se puede reagrupar por las funciones que
desempeñan cada uno desde el punto de vista del médico tradicional o del grupo étnico. Un
ejemplo muy comentado es el de la Concepción del corazón de los grupos étnicos de los
Altos de Chiapas, localizándolo en el lugar donde ,nosotros observamos el estómago.
Por último, hablamos en términos de etnoanatomía o etnofisiología, podemos
registrar por orden alfabético o por lenguas las diversas denominaciones que recibe un
órgano o una función fisiológica; de igual forma se puede escribir un repertorio de todos
aquellos órganos y funciones del cuerpo humano o. de1 cuerpo de los animales concebidos
por la Medicina Tradicional Mexicana, los cuales son desconocidos por la Medicina
Académica.

4.- ENFERMEDADES, PADECIMIENTQS Y ALTERACIONES QUE


ATIENDE LA MEDICINA TRADICIONAL MEXICANA

Las enfermedades pueden ser naturales u orgánicas o aquellas que han denominado
enfermedades culturales o síndromes dc filiación cultura o enfermedades sobrenaturales.
La información correspondiente a cada una de las en enfermedades se puede
ordenar por origen del padecimiento, causas que producen la enfermedad, signos y
síntomas de dichos padecimientos y preceptos y remedios para cl tratamiento de las
enfermedades; todo esto vendría a ser la etiología, dignosis y terapéutica vista y practicada
por el médico tradicional popular.
Las enfermedades tanto naturales como culturales se - pueden arreglar por orden
alfabético de denominaciones populares o por su calidad fría o caliente. En el caso de las
enfermedades naturales u orgánicas se ordenan generalmente por aparatos y sistemas del
cuerpo humano, previa interpretación del terapeuta tradicional.
Por otro lado, el arte tradicional de curar atiende los problemas que se presentan por
picaduras o mordeduras de animales ponzoñosos, traumatismos y alteraciones del cuerpo
provocadas por la acción fototóxica de plantas.
Los problemas psicológicos o .psiquiátricos y los de alcoholismo merecen un rubro
aparte cuya información todavía no se tiene muy aclarada, por lo tanto se necesita indagar
más sobre esto para poder dar parámetros de clasificación u ordenamiento.

5.-PACIENTES QUE RECURREN A LA MEDICINA TRADICIONAL

Los Pacientes pueden ser animales tradicionales ó humanos y animales irracionales;


los primeros son hombres, mujeres y niños, los segundos son animales silvestres o animales
domésticos.
La Medicina Tradicional puede atender enfermedades presentes en cada uno de
estos pacientes pudiendo ordenarlas según sexo y edad de los enfermos, es decir
enfermedades que sólo padecen los hombres o las mujeres o los niños; así también en el
caso de los animales, aunque aquí se puede ordenar según la especie o la familia zoológica
a la cual pertenezcan, como es el caso de enfermedades exclusivas de los equinos u otros.
Extrapolándonos, observamos .en el trabajo de campo que las plantas en algunas
ocasiones son un tipo de pacientes “sui generis” al ser dañadas por el hombre con
18

enfermedades como “el mal de ojo” o un “mal puesto”; en estas situaciones se recurre al
médico tradicional para curar a las plantas de esos padecimientos.

6.- MEDICAMENTOS UTILIZADOS POR LOS PRACTICANTES DE


LA MEDICINA TRADICIONAL POPULAR.
Los medicamentos pueden agruparse según su origen, así tenemos los remedios
vegetales, animales, minerales, de origen fúngico, de aguas, la mezcla de diversas
plantas,.la combinación de plantas, animales y. medicamentos de patente, la combinación
de plantas y minerales, la combinación de plantas y medicamentos de patente o la
combinación de animales y medicamentos de patente.
Respecto a los recursos herbolarios y animales podemos ordenarlos por familias
botánicas o zoológicas, según sea el caso, que curen determinados padecimientos, de igual
manera el ordenamiento puede ser por géneros y especies utilizadas en la terapéutica de
alguna enfermedad. De igual forma se pueden agrupar las especies que se usen solamente
para enfermedades de mujeres, niños, hombres o en enfermedades de animales,
padecimientos psiquiátricos o para atender enfermedades culturales. Otro arreglo sería el
agrupar los recursos herbolario o animal por aparatos y . sistemas del cuerpo humano según
el tipo de enfermedad que alivien.
Por otro lado, el ordenamiento se puede dar por familias, géneros y especies de las
cuales se ocupe un órgano o parte específica de ellas, viendo si las enfermedades coinciden
o no; por ejemplo el látex de las Euforbiáceas o de las Apocináceas se utiliza
principalmente para quitar granos; en el caso del recurso animal, la sangre de varias
especies animales generalmente se procura para la aliviar la tuberculosis. Así podemos
pensar en tallos, hojas, raíces, frutos. semillas y flores, entre otros; en animales sería pensar
fanéros, ácido úrico, huesos; etc.
Existen más ideas sobre como agrupar la información sobre recursos herbolarios y
animales estos son por el tipo de calidad es decir, si las plantas o los animales medicinales
son calientes, fríos, cordinales o aguañosos; por olores, por sabores o por sus componentes
químicos.
Finalmente un ordenamiento de estos recursos pueden ser por zonas eco1ógicas, si
son silvestres, cultivados o domesticados o comprados en el mercado o tianguis; por su
lugar de origen, si son nativos o introducidos.

7. -ADQUISICION DE LOS MEDICAMENTOS DE LA MEDICINA


TRADICIONAL POPULAR

La adquisición de los medicamentos, la podemos ordenar, según la vía de


obtención, es decir, si es por recolección o compra directa. En el caso de los recursos
herbolario, animal y mineral si es recolección directa, el orden puede ser por el sitio en
donde habitan o se encuentran como lo es por zonas ecológicas, arroyos, cerros, caminos,
huertos familiares (para plantas) o traspatio (para animales) si es por compra directa se
puede agrupar..por clase de mercado o tianguis, indígena o mestizo, rural o urbano, tiendas
naturistas, por intercambio de recursos o trueque.
19

La adquisición del recurso herbolario por compra, también se puede ordenar por
parte de la planta que se vende y usa (raíces, tallos, hojas, flores, frutos, semillas y
cortezas), así como por .todo lo que se específica en el punto seis de este trabajo.
Un subapartado en este punto es el tiempo de recolectores que pueden ser los
propios médicos tradicionales, las amas de casa, los herbolarios, los comerciantes y los
revendedores; todos ellos merecen estudios de “casos de vida”.

8.- CURACIONES Y PREPARACIONES DE MEDICAMENTOS EN LA


MEDICINA TRADICIONAL POPULAR

La información sobre curaciones y preparaciones de medicamentos se pueden


agrupar por tipo de práctica curativa como son las limpias, sobadas, masajes, barridas,
rameadas, hidroterapia, baños de temascal, cantos, frotaciones, buches, soplidos, dietas,
rituales para curar como la “costumbre” de los otomíes, chupar y tirar el mal; infusiones,
cocimientos, pomadas, aguas, pelotillas , maceraciones, remojado, estrujado, y últimamente
microdosis.
La vía de administración de los medicamentos herbolarios, animales o minerales se
puede ordenar en local o tópico, inyectable, oral, .rectal, vaginal, inhalado.

9. -FUENTES DE INFORMACION DE LA MEDICINA TRADICIONAL.

Las podemos agrupar primeramente por trabajos de campo directo en las


comunidades con grupos étnicos, en zonas mestizas rurales o urbanas, la línea de
investigación en este caso puede ser de tipo antropológico médico, etnobotánico,
sociológico, agronómico, psicológico, médico lingüístico y veterinario. Dentro de esta
fuente de información que es el trabajo de campo, se encuentran las investigaciones de los
mercados o tianguis.
En segundo lugar tenemos las fuentes bibliográficas que pueden ser libros, artículos,
tesis. reportes de viajeros, reportes de servicios sociales, periódicos. archivos históricos,
archivos parroquiales, crónicas resúmenes y memorias de congresos, coloquios, encuentros
y foros. Todas estas fuentes de las disciplinas mencionadas en el párrafo anterior y también
del área de fitoquímica, farmacología, ecología, historia y floras generales.
Cabe mencionar en este punto como fuentes de información bibliográfica los
trabajos finales del seminario de Antropología Médica de la Facultad de Medicina de la
Universidad Nacional Autónoma de México, los reportes correspondientes al curso de
Etnobotánica Medicinal de la Escuela Nacional de homeopatía del Instituto Politécnico
Nacional, las investigaciones sobre el tema de los cursos de Etnobotánica de la Facultad de
Ciencias de la UNAM, y de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Iztacala de la
UNAM, los trabajos del curso de Botánica Económica de la Escuela Nacional de Ciencias
Biológicas del IPN, los reportes de los cursos de Plantas Medicinales de la Universidad
Autónoma de Chapingo, los textos del seminario de Medicina. Tradicional de la Escuela
Nacional de Estudios Profesionales Zaragoza, los documentos de los promotores culturales
de la Dirección General de Culturas populares y el Instituto Nacional Indigenista, las
investigaciones generales en la maestría de Antropología Médica de la Escuela Nacional de
20

Antropología e Historia, así como los reportes técnicos sobre el tema de diversas
instituciones de salud entre ellas el Instituto Nacional de la Nutrición, Secretaría de Salud,
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado e Instituto
Mexicano del Seguro Social y otros Centros de Investigación y Universidades del país, que
estudian algún elemento de los que conforman la Medicina Tradicional Popular Mexicana.
En tercer lugar se encuentra la información depositada en encuestas sobre plantas
medicinales, terapeutas tradicionales, enfermedades culturales o nosologías tradicionales,
animales medicinales, entre otros. Estas encuestas son tanto a nivel regional como nacional.
En cuarto lugar tenemos como fuente de información sobre Medicina Tradicional, la
investigación de herbarios especializados en flora medicinal, flora general o en los
herbarios itinerantes o miniherbarios de los cursos de divulgación científica del Instituto
Nacional del Seguro Social y de la Dirección General de Extensión Académica de la
UNAM o. de las Asociaciones Civiles del Movimiento de Salud Popular.
Finalmente quiero resaltar que los organizadores de estos Coloquios, ya
tradicionales de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Zaragoza, han ordenado
muy bien el objeto de estudio, recordemos que el. primer Coloquio se llamó “Medicina
Tradicional” ¿Un Saber en Extinción? observando que esta medicina era vigente, por lo
tanto el II Coloquio fue “Medicina Tradicional, Un Saber en Recuperación”, comprobando
la existencia de bastantes trabajos de investigación encaminados por esta línea, por
consiguiente el III Coloquio fue la “Medicina Tradicional Mexicana, Un Saber en
Discusión” y .este IV Coloquio por 1ógica se le categoriza u ordena como la “Medicina
Tradicional Mexicana, Un Saber en Integración lo cual se está notando que es un hecho,
prueba de ello es el I Congreso Nacional de Médicos Indígenas llevando a cabo en
diciembre pasado en Oaxtepec, Morelos por el Instituto Nacional Indigenista y la Dirección
General de Culturas Populares, donde los médicos tradicionales son los protagonistas y su
sabiduría la compartieron e intercambiaron vinculándose entre ellos mismos y a este mundo
académico de Congresos, donde las experiencias son las que abren los caminos para la.
integración.

Literatura consultada

14. Aguilar C., A. y J.R. Camacho. 1984. El uso popular de las plantas medicinales
mexicanas y su distribución por aparatos y sistemas. Memorias de las Jornadas
Científicas de las Unidades de Investigación del Valle de México. Publicaciones del
Instituto Mexicano del Seguro Social.
15. Aguilar C., A. y J.R, Camacho. 1984. Los recursos terapéuticos de la Medicina
Tradicional. La Herbolaria como recurso básico. (Estadísticas Nacionales). En:
Medicina Tradicional y Herbolaria. Materiales para su estudio. Publicaciones del
Instituto Mexicano del Seguro Social.
16. Varios autores. 1987. Memorias del I Coloquio “Medicina Tradicional” ¿Un saber en
extinción?. Publicaciones de la Escuela Nacional de Estudios profesionales Zaragoza,
UNAM.
21

17. Varios autores. 1988. Memorias del II Coloquio “Medicina Tradicional, Un saber en
Recuperación”. Publicaciones de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales
Zaragoza, UNAM.
18. Varios autores. 1989. Memorias del III Coloquio “Medicina Tradicional, Un saber en
Discusión”. Publicaciones de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Zaragoza, -
UNAM.
22

EL SUSTO Y EL RECURSO HERBOLARIO

M. en C. Abigail Aguilar Contreras 1


Biol. Juan Raúl Camacho Pulido2

La presencia de la medicina tradicional a lo largo del territorio nacional es un hecho


evidente; su práctica en muchas ocasiones representa las acciones primarias de atención a la
salud, así como el único saber médico que atiendo los padecimientos propios de cada grupo
humano.

El conocimiento médico tradicional tiene sus propias concepciones respecto de la


etiología, el diagnóstico, las formas y los recursos curativos, así como de las medidas de
prevención de las enfermedades, encontrando dentro de éstas los padecimientos o conjunto
de signos y síntomas que conforman lo que se ha llamado “síndromes culturales”,
“enfermedades tradicionales” o “enfermedades populares”, que no tienen interpretación
dentro de la medicina occidental ortodoxa.

Dentro de las enfermedades tradicionales de más incidencia en la población


tenemos la denominada susto, padecimiento que afecta tanto a niños como a hombres y
mujeres de diferente edad.
Para algunos grupos étnicos, el susto representa la pérdida del alma o la pérdida de
la sombra, según sea su cosmo-visión; para otros dicha enfermedad se debe al hecho de
recibir una fuerte impresión repentinamente. En ambos casos, los síntomas más frecuentes
son un estado de tensión, notándose desgano, depresión, falta de apetito, dolor de estómago
y agitación durante el sueño; otras manifestaciones de la enfermedad, menos comunes, son
espasmos, rechinido de dientes y/o ojos entreabiertos cuando se duerme.

El susto es un padecimiento que se observa en toda América Latina, con sus


respectivas variantes y modalidades según el grupo humano en el que se presente. Esta
constante presencia hace del susto un objeto de estudio para muchos investigadores, lo cual
se concretiza en trabajos que lo abordan bajo diferentes puntos de vista; así, encontramos
estudios que se pueden agrupar en varias categorías:

Investigaciones Que son descripciones etnográficas del padecimiento, es decir,


trabajos de campo realizados en determinada comunidad cuya población tiene una
concepción particular sobre el susto; en dichos estudios se describe la enfermedad y se
explican los componentes que el grupo étnico de referencia proporciona sobre la etiología,
el diagnóstico, las medidas preventivas y los métodos curativos.

Trabajos de tipo bibliográfico, etnográfico de la enfermedad, en los que a través de


fuentes escritas se reconocen las constantes generales de la sintomatología y las variaciones
regionales de dicho padecimiento por diferentes grupos humanos.

Estudios que identifican el medio sociocultural como un factor causante de la


enfermedad. A partir de las investigaciones etnográficas se ha particularizado en cómo
23

influye el medio sociocultural para que un cierto miembro de la comunidad sea más
susceptible a enfermearse de susto.

Investigaciones de tipo histórico sobre la enfermedad; en este aspecto se han


estudiado documentos del siglo XVI, en los cuales se menciona el padecimiento haciendo
referencia a la pérdida del alma o de la sombra.

Estudios que explican el susto desde una perspectiva biológica, es decir, aquellos
que investigan las causas orgánicas del padecimiento dándole una mayor importancia a este
aspecto. Así, tenemos que en los últimos años se relaciona el padecimiento del susto con las
parasitosis y los estados de tensión y los cuadros diarreicos. Por otra parte, tenemos otros
trabajos que exclusivamente mencionan estados de tensión como causantes de
hipoglucemia, que se ha llegado a relacionar con el susto.

En todas estas investigaciones se ha dejado a un lado lo referente al recurso


herbolario utilizado en el tratamiento médico tradicional al que se recurrió para aliviar el
susto; esto es: no se mencionan cuáles fueron las plantas medicinales usadas como
medicamento. En los casos donde se hace eferencia a las plantas, éstas sólo son citadas por
sus nombres comunes o locales, sin abordar lo referente a la colecta de dichas plantas, lo
que da como resultado el que no se conozca con exactitud a qué especie botánica
corresponden o cuál es el recurso herbolario con el que se dispone para el tratamiento del
susto.

En un intento por cubrir esta deficiencia, se ha recurrido a investigar fuentes


bibliográficas relacionadas con la herbolaria mexicana y a consultar la información
contenida en las plantas medicinales depositadas en el herbario3 IMSS.

Sorprendente es ver que son reportadas 124 plantas medicinales diferentes para el
tratamiento del susto; estas plantas por lo general presentan las siguientes características.

Los tallos. hojas o flores son frecuentemente aromáticos; el olor puede ser agradable
o desagradable. Esta característica se debe a la presencia en las plantas de los aceites
esenciales o terpenos cuya acción es tranquilizante y relajante.

Las flores son de colores claros y/o vistosos; éstos representan simbologías propias
de la cultura de la población en donde se dé la enfermedad.

Los tallos en algunas ocasiones son espinosos, existiendo la creencia de que las
espinas alejan al agente que provoca el susto.

Respecto a la práctica curativa, la mayoría de las plantas. se usan externamente a


manera de limpias, barridas, rameadas, baños, masajes sahumerios o rociados; la minoría se
administra por vía oral o rectal.
24

En el caso de la vía de administración oral, las preparaciones de las plantas pueden


ser infusiones, cocimientos o maceraciones; en el caso de la aplicación interna por vía
rectal se hace por medio de supositorios elaborados con diferentes plantas aromáticas,
popularmente llamadas “pelotillas”

De las 124 plantas antes señaladas se determinó que 12 de ellas son las que con
mayor frecuencia se mencionan en la práctica médica tradicional para la curación del susto
(ver Cuadro I) en diversas regiones del país, cultural y ecológicamente diferentes.

De lo anterior se desprende que las plantas del Cuadro I, están presentes de manera
constante en las prácticas terapéuticas para curar el susto, ya sea que alguna de ellas forme
parte de los ramos utilizados en las limpias, ,en las mezclas usadas en la preparación de las
infusiones o en la elaboración de las “pelotillas”. Asimismo las referidas doce plantas
sirven para el tratamiento de otro tipo de padecimientos, destacándose su acción en el
aparato digestivo y el sistema nervioso, lo cual podría apoyar los estudios que explican el
susto desde una perspectiva biológica.

Cabe señalar que es importante tomar en cuenta el contexto cultural en el cual se


presenta la enfermedad del susto, pues se ha constatado que la utilización de las plantas,
aunque cumple una importante función en la terapéutica del padecimiento, va acompañada
de una manera Interdependiente de ceremonia, el que varía según el grupo humano y la
región donde se produzca el síndrome.
25

CUADRO I

ESPECIES DE PLANTAS MENCIONADA MAS FRECUENTEMENTE


PARA EL TRATAMIENTO DEL SUSTO

NOMBRE FAMILIA AROMA OTROS USOS


POPULAR NOMBRE CIENTIFICO MEDICINALES
Pericón Tagetes lucida cav. Agradable Estómago

Estafiate COMPOSITAE No Agradable Parásitos


Artemisia ludoviclana Nútt.
Susbs. Mexicana (Willd) Keck

Toronjil LABIATE Agradable Nervios


Agastache mexicana (Kunth) Lint. &
Epling

Epazote CHENOPODIACEAE No Agradable Parásitos


Teloxys ambrosioides (L).Weber

Poleo, Maltazin LABIATE Agradable Parásitos


Satureja brownei (Sw) Brig.

Coralillo PHYTOLACCACEAE Inodora Circulación


Rivina humilis L.

Huele de noche SOLANACEAE Agradable Reumas


Cestrum nocturmun Schiecht.

Aguacate LAURACEAE Agradable Parásitos


Persea americana Mill.

Mirto LABIATAE Agradable Insomnio,


Salvia microphylia HBK Nervios

Romero LABATIAE Agradable Estómago,


Rosmarinus officinalis L. Tos

Pirul ANACARDIACEAE Agradable Circulación,


Schinus molle presi. Ceremonial

Ruda RUTACEAE No Agradable Detenciones


Ruta chalepensis L. Menstruales

Sauco CAPRIFOLIACEAE Agradable Tos


Sambucus mexicana Presi.

Cempoalxóchitl COMPOSITAE Agradable Estómago


Tagetes erecta L.

Zacapal CONVOLVULACEAE Inodora Parásitos


Cuscuta xalapensis Schiecht

Albahaca LABIATAE Agradable Estómago,


Ocinum basilicum L. Ceremonial
Ocinum micranthum Wllld.
Ocinum sellol Benth
26

Si bien el síndrome del susto no ha sido totalmente entendido, hay diferentes


opiniones en torno a este padecimiento, lo cual confirma que el susto forma parte de las
enfermedades que aquejan continuamente a las comunidades rurales.

La aceptación de este hecho por parte del médico de la UMR le ayudará a entender
mejor la cultura médica de las comunidades a observar los casos de susto con el más
absoluto respeto a la manera de pensar del paciente y a saber reconocer sus manifestaciones
generales.

BIBLIOGRAFíA

19. O’Nell. C. Y H. Selby. “Sex differences in the Incidence of susto in two zapotec
pueblos:
20. An analysis of the relations ships sex role expectations and a folk illness”. Ethnology
1968; 7:95-105.
21. Rubel. A. “El susto en Hispanoamérica”.
22. América Indígena, 1967; Vol. XXVII No. 1:69.89.
23. Ysunza. A. “Estudio bioantropológico del tratamiento del susto”. En C. Viesca (ed.)
Estudios sobre etnobotánica y antropología médica. IMEPLAM. 1976; Vol. 1:59.73.
24. 1 Herbario IMSS Museografía Médica Subjefatura de Investigación del IMSS. Unidad
de Congresos del Centro Médico Nacional.
25. 2 Oficina de Normas y Saneamiento del Medio. Programa Nacional de Solidaridad
Social IMSS-COPLAMAR.
26. 3 Herbario. Colección de Plantas secas ordenadas alfabética o fitogenéticamente.
27

LOS CONSEJOS MUNICIPALES DE SALUD EN EL


PROGRAMA IMSS-COPLAMAR
Lic. José Atanasio Gutiérrez Gutiérrez

Dentro de los organismos de concertación que el Programa IMSS-COPLAMAR,


tiene en su ámbito de operación, los Consejos Municipales de Salud juegan en el nivel local
un papel preponderante.

Se trata de cuerpos colegiados, que encabeza el presidente municipal y que tienen la


función básica de hacer el seguimiento de las actividades del Programa IMSS-
COPLAMAR en cada municipio.

Dentro del Programa IMSS-COPLAMAR, los consejos municipales tienen un


historial reciente, por lo que refiere a la actual administración. Efectivamente, su
constitución y las bases jurídicas de su operación se discutieron y aprobaron en el seno del
Comité de Operación, en 1984; con posterioridad, estos organismos se han venido
formando a nivel nacional hasta integrar un grupo importante de 454 consejos ubicados en
19 entidades federativas.

La formación de los consejos municipales de salud se inscribe dentro de la


estrategia del Gobierno Federal -que propone descentralizar la vida nacional-, y su
fundamento jurídico se encuentra en las recientes reformas al artículo 115 constitucional,
que en última instancia no pretenden otra cosa sino devolver al municipio las funciones y la
capacidad de decisión que le fueron asignadas por la Constitución de 1917.

Con ello se busca delegar responsabilidades a la autoridad municipal no sólo en


cuanto a la necesidad de conocer los problemas surgidos en su jurisdicción, sino, y sobre
todo, de auspiciar una toma de decisiones autónoma, como corresponda a la primera
instancia de solución a dichos problemas; por la naturaleza de éstos, resulta obvio que su
tratamiento y solución no puede ni debe transferirse. El municipio libre, conforme al
espíritu y la letra del Constituyente, es el abocado natural a subsanar la gama de
dificultades que se presentan en toda administración municipal.
28

OBJETIVOS GENERALES

Entre otros, el Consejo Municipal de Salud tiene asignados los siguientes objetivos:

1) Orientar a la población sobre los servicios que proporcionan las unidades


médicas del Programa IMSS-COPLAMAR.

2) Captar y analizar los problemas que la comunidad encuentra en la prestación de


los servicios, con el propósito de promover s solución.

3) Conseguir, por su conducto, la participación de las dependencias oficiales y de


las organizaciones representadas en este cuerpo colegiado, a efecto de brindar
conjuntamente el apoyo necesario a los Comités de Salud para que éstos a su vez
dispongan de mayores recursos de cualquier tipo para cumplir cabalmente sus
funciones.

Oficina de Programas Intra y Extra institucionales.


29

Aguilar, A. 1987. El papel de la herbolaria en la Medicina Tradicional .


Memorias del II Coloquio de la Medicina Tradicional. ENEP-ZARAGOZA, UNAM.
pags. 157-168

CONFERENCIA

EL PAPEL DE LA HERBOLARIA EN LA MEDICINA


TRADICIONAL

Abigail Aguilar Contreras.

Realmente el papel de la herbolaria dentro de la Medicina Tradicional mexicana es


muy amplio, ustedes lo saben bien, porque son gente que ha trabajado este tema referente a
una parte de la Medicina Tradicional, las plantas medicinales, de gran importancia dentro
de la práctica terapéutica de las culturas médicas de México.

Como sabemos, la población mexicana recurre principalmente a ésta Medicina


Popular para resolver sus problemas de salud. Digo Popular, porque el concepto de
Medicina Tradicional causa muchos conflictos en su definición.
Nosotros aquí en éste Coloquio consideramos “Medicina Tradicional” a la cultura
médica popular, es decir, a la cultura médica de los grupos humanos que se conserva por
medio de la tradición oral y de la práctica misma., pero si ustedes le dicen a los médicos del
Hospital General, de Salubridad o a los del Instituto Mexicano del Seguro Social (I.M.S.S.),
que ellos no ejercen la Medicina tradicional, se van a sorprender y les dirán, nosotros sí
estamos ejerciendo la medicina tradicional, porque para ellos la medicina tradicional es la
medicina galénica, la que les han enseñado en las aulas universitarias; por eso es que
prefiero hablar de Medicina Popular.

La población mexicana recurre a ésta medicina y dentro de ella encontramos que


uno de los elementos más importantes es la herbolaria, el recurso vegetal, el recurso
herbolario, precisamente por la facilidad. con que se encuentra, con que se puede
desarrollar su estudio y con que se pueden cultivar las plantas medicinales.

En los últimos años se han suscitado muchas inquietudes, tanto de medios


Institucionales, como de académicos y de salud, por saber un poco más sobre ésta práctica
terapéutica, sobre ésta medicina popular, sobre ésta herbolaria. Para conocer los recursos
herbolarios con que contamos en México, debemos diseñar algunos caminos o rutas para
encontrar y descubrir, qué tanto hay de cierto sobre éste recurso terapéutico vegetal. Hemos
pensado que se pueden tomar 5 rutas para entender y conocer este medio natural que son las
plantas medicinales.

La primera ruta, algunos de ustedes saben y la conocen, es el trabajo etnobotánico,


es decir, el trabajo que se realiza en el campo, con la gente, con los terapeutas tradicionales,
con las amas de casa que en cierta forma son las primeras médicas, que curan a la familia,
al hijo, al esposo, al sobrino, al nieto, etc. Entonces una primera ruta para este
acercamiento, es el trabajo etnobotánico, trabajo con el cual estamos muy familiarizados y
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consideramos que es el más importante; es ver la realidad de toda la problemática de salud


vista a través del estudio de las plantas medicinales, pero este tipo de trabajos es costoso, es
salir al campo, llevar una camioneta si es que se tiene, si no, trasladarse en autobús, llevar
todos los materiales para colectar plantas, en fin, una serie de cosas que no vislumbramos
cuando consideramos que el estudio de las plantas medicinales y el colectar las plantas es
algo fácil y que no necesitamos medios económicos para realizarlo. Entonces este primer
punto es un camino muy importante, es el que se debe seguir, pero debemos tomar en
cuenta que pueden existir problemas económicos para llevarlo a cabo.

El segundo camino es el bibliográfico, éste lo tenemos al alcance en varias fuentes


que nos hablan de la Flora Medicinal; algunas de estas obras abarcan desde el siglo XVI
hasta nuestros días. Este puede ser también otro acercamiento al conocimiento de la Flora
Medicinal Mexicana.

El tercer camino es el trabajo de mercado, es decir, lo mismo que hacemos en el


campo, un trabajo etnobotánico, pero ahora con los herbolarios, con la gente que vende, que
comercia las plantas medicinales, éste es otro camino que también nos puede dar una
aproximación, un conocimiento de la flora medicinal y sobre todo nos da el recorrido que
hacen ciertas plantas que yo llamaría “estrellas” de la medicina popular y que se venden y
utilizan en el norte, sur, este y oeste de la República Mexicana.

La cuarta ruta sería a través de las encuestas, éstas las utilizan todas las Secretarías
de Estado, las instituciones de salud y también los medios académicos. Estas encuestas
sobre plantas medicinales se han dado a través de la historia de nuestro país; para empezar
vemos nada menos que a Fray Bernardino de Sahagún y sus informantes, que tienen una
cierta encuesta para obtener los datos sobre las enfermedad y la flora medicinal de los
antiguos mexicanos; después tenemos las encuestas realizada.. por los hombres que
llegaron aquí con esa misión y que vieron las relaciones de varias partes de la Nueva
España, las relaciones geográficas y que nos hablan del recurso herbolario con que se
contaba. últimamente el I.M.S.S. ha realizado también una encuesta de esta naturaleza
sobre flora medicinal de México.

En quinto lugar podemos hablar de una fuente que no ha sido suficientemente


explotada por los estudiosos de la medicina popular ni por los propios botánicos, el
Herbario como fuente de información sobre éstas prácticas médicas tradicionales y sobre
todo, obviamente, por el recurso herbolario, es en el trabajo de herbario donde nosotros
hemos incidido y donde .hemos realizado un trabajo que ha dado como resultado una
aproximación de un cuadro básico de plantas medicinales, de la misma manera que la
medicina institucional tiene un cuadro básico de medicamentos de patente.

Estas son las 5 rutas que considero importantes para acercarnos hacia la flora
medicinal de México y conocerla. Para ilustrar más esto, quiero auxiliarme de material
fotográfico para platicarles algo de estas rutas, aplicadas a las actividades de la Institución
en la que he trabajado, el I.M.S.S.

Aquí tenemos un ejemplo del trabajo de campo que se realiza en las comunidades.
31

Para trabajar comunidades hay que tomar en cuenta que éstas pueden. tener
diferentes características. Podemos elegir aquellos grupos étnicos definidos, que tienen una
cultura médica definida y un pensamiento médico propio de la cosmovisión de la gente de
esa comunidad; o podemos escoger aquella comunidad mestiza, alejada de los medios de
comunicación, de carreteras o ¿Por qué no decirlo?, de toda esta publicidad contaminante
que nos meten cada día por la televisión y por la radio.

Desde que se llega a la comunidad y se establece la relación con las autoridades


civiles del lugar y se solicita permiso para trabajar, comienza la relación humana. Mucho se
ha dicho que el trabajo etnobotánico es subjetivo, en buena parte así es, ya que debe existir
con la comunidad cierto rapor. Esta relación se establece para obtener la información
elemental, nombre de las plantas medicinales que utilizan, enfermedades de recolección
para obtener la parte medicinal, parte de la planta que se utiliza, enfermedades para las que
se utilizan, vía de administración, contraindicaciones, en fin, una serie de datos importante
para saber el uso de cada planta.

Observamos que en el trabajo de campo uno puede ir con el curandero a colectar la


planta, de preferencia no se debe hacer solo porque puede causar muchos errores dentro de
la propia investigación, porque la gente del campo es la que sabe el trabajo, es la que
realmente nos va a dar su acervo herbolario y nosotros vamos a aprender de ellos. Esto es el
primer camino, la parte etnobotánica.

El segundo camino vemos que es la ruta bibliográfica que también nos acerca a la
flora medicinal. La ilustración anterior nos mostró el libro clásico de Plantas Medicinales
de Maximino Martínez, en donde él recaba información bibliográfica hasta 1933, sobre
plantas medicinales mencionadas en la primera parte de su libro, es una buena recopilación
bibliográfica. Aquí tenemos los catálogos del IMEPLAN. que hicieron también en base
bibliográfica sobre las plantas medicinales de México y sus usos; se tomó en cuenta
información del siglo XVI hasta 1976 no muy abundante en fuentes de consulta, pero sí se
consideraron las obras básicas.

La tercera ruta es la de los mercados, estos mercados tan hermosos que encontramos
en nuestro México y que ya tienen integrados además de herbolaria, animales medicinales y
otros objetos que se utilizan para determinadas enfermedades. Como ustedes observan, en
este puesto de plantas medicinales de Morelia existe también un gran sincretismo entre lo
que es la medicina popular y los aspectos religiosos.

Vemos aquí otra manera de tener las plantas medicinales en los mercados, en
manojitos atados que se conservan secos y pueden en cualquier momento ser colectados; en
fin, todo esto dentro del camino para conocer la flora medicinal por medio de los mercados.
Hay de mercados a mercados y de vendedores a vendedores, aquí encontramos en Ciudad
Obregón, Sonora, a un vendedor de una sola planta medicinal que combinaba la venta con
algo más atractivo para el público, llevaba con él una víbora de cascabel para atraer más
gente que le comprara sus plantas. Esto hace pensar a mucha gente del medio académico,
que la medicina popular y las plantas medicinales es charlatanería, es algo no válido porque
los académicos no se han adentrado y de hecho son muy pocos los que se adentran, en éste
tema, por esa razón no comprenden que existe otro tipo de gente que puede en un momento
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dado, apoyarse en otros elementos para vender sus plantas, pero que tal vez efectivamente
esa persona tiene un conocimiento ancestral sobre el uso de sus plantas medicinales.

En los mercados encontramos la flora medicinal de las diferentes zonas y tipos de


vegetación de México; vemos otro mercado, también de Sonora, en el que se observan
muchos cactos medicinales, por ejemplo un cereus utilizado para curar heridas y para que
crezca el cabello, así por medio de los mercados, también podemos establecer nuestro mapa
de tipos de vegetación y ver cual es la flora medicinal de las zonas áridas, de la selva, en fin
de todo el territorio nacional.

El cuarto camino son las encuestas, que encontramos desde el siglo XVI con los
informantes de Sahagún en su Historia general de las cosas de la Nueva España y de las
relaciones geográficas de la Nueva España, en donde existen cuestionarios especiales sobre
la flora medicinal de la Nueva España.

En lo referente a este tipo de encuestas, les platicaré un poco de la experiencia, que


aproximadamente desde hace 5 años, se ha tenido en el I.M.S.S. a partir de un programa de
interrelación entre la medicina tradicional y las actividades del médico del I.M.S.S.
Coplamar, que se llevó a cabo como programa piloto en el Estado de Chiapas; se escogió
éste debido a que tiene diversidad en cuanto a tipos de vegetación y además a que es
pluriétnico (pluricultural), tenemos grupos tzotziles y tzeltales que se encuentran en los
altos de Chiapas y que tienen su propia cultura médica.

Este programa se realizó en las 350 unidades médicas rurales de Chiapas.


Primeramente se estableció el contacto entre el médico institucional y el médico popular
especialista de la región (curandero, huesero, pulsador, etc.). Esta relación se llevó a cabo
después de muchos días de trabajo con los jóvenes médicos egresados de la Universidad,
del Instituto Politécnico Nacional (I.P.N.), y de otras escuelas profesionales; haciendo una
verdadera campaña para sensibilizar al médico institucional de lo que es la cultura médica
tradicional de cada comunidad, en lo que va a consistir su Servicio Social. Este trabajo
previo se hizo debido a que en las aulas nunca se les habla de la existencia de otras culturas
médicas, tan válidas como la que ellos estudian; incluso hay muchos que no aceptan éste
tipo de prácticas médicas con plantas y animales para curar enfermedades considerándolas
no válidas. Esta sensibilización se hizo para que al llegar a su comunidad el médico
institucional tomara en cuenta que no nada más él sabe curar, que no llegue con una actitud
prepotente en el sentido de que él es el único que cura. porque arriba de él está toda una
cultura médica ancestral que practican el curandero, el pulsador, el huesero. etc.

Finalmente. se estableció el contacto entre Medicina Institucional y Medicina


Popular. en éstas Unidades Médicas Rurales que en muchos casos de difícil acceso y con
grandes problemas de traslado. En la comunidad se requiere hablar con la gente, ver si
quieren participar, si están dispuestos, si no se van a sentir agredidos. para finalmente hacer
la asamblea. Vemos aquí a los jóvenes médicos que participaron en la primera ocasión que
se llevó a cabo el programa.

El éxito del programa fue tal que se establecieron encuentros de terapeutas


tradicionales con jóvenes médicos alópatas tradicionales. Vemos aquí la mesa de trabajo de
33

las parteras que se realizó en Zinacantán; está la Médico de la Clínica Rural de San Juan
Chamula con algunas parteras que quisieron participar y como se observa, hay
representantes de varios grupos étnicos, lo que requirió el empleo de intérpretes. En las
reuniones presentaban sus plantas e intercambiaban información entre ellos, por ejemplo,
como curan con determinadas plantas e identificar si es la misma o no, o como curan con la
misma planta otras enfermedades. De aquí se hicieron algunos documentos por parte del
I.M.S.S., folletos ilustrados respecto a la colecta de plantas medicinales, como colectarlas,
como hacer semilleros, como hacer pequeños huertos de las plantas medicinales que ellos
consideraban importantes, etc., y se establecieron algunos huertos en sus comunidades.

Algunas personas, médicos institucionales, curanderos, parteras, hueseros.


decidieron hacer jardines de plantas medicinales y los establecieron junto a las Unidades
Médicas Rurales, por ejemplo, en Candelaria, Chi., se colocaron pequeñas cajas de madera
y ahí los curanderos y la gente de la comunidad colocaron las plantas que se consideraban
importantes como recurso herbolario, para que en cualquier momento se dispusiera de
ellas, no nadamás el curandero,. sino toda la comunidad podía colectar sus plantas cuando
las necesitara. Además se colocaban los nombres de las plantas y los nombres de las
enfermedades para las que se utilizan y así encontramos que existen enfermedades muy
propias de las culturas de ellos y que en algunos casos no tienen traducción al castellano.
Dado el éxito del programa de interrelación en Chiapas, se extendió a nivel
nacional. ya que se consideró importante conocer el estado actual de la medicina popular en
México y para ello se trabajaron 3 encuestas a nivel de todo el país.

La primera encuesta sobre terapeutas tradicionales, sobre recurso humano para la


salud, incluía: nombre del practicante de la medicina popular, edad, sexo, grupo étnico de
pertenencia, lenguas que habla, tipo de especialidad o práctica y lugar de residencia. Aquí
se encontró que existen especialistas para determinadas enfermedades, por ejemplo, susto,
tronar las anginas, etc. En el Estado de Puebla, que fue donde yo participé más
cercanamente, encontramos las diferentes denominaciones que se les da a los practicantes
de la medicina popular, refiriéndonos únicamente a un estado y a los lugares donde hay
Clínica Rural del I.M.S.S., ya que esta encuesta sólo se aplicó en estos sitios: adivino,
brujo, curandero, huesero, pañero, curandero farmacia, curandero inyectador, etc. La gente
denomina a los diferentes terapeutas según su especialidad o práctica, así por ejemplo, el
curandero inyectador además de usar plantas medicinales, pone inyecciones. Igualmente
dentro de las parteras encontramos que hay desde comadrona, facultativa. matrona, partera
con diploma (las adiestradas por el Sector Salud), partera huesera, etc. Como se ve. son
gente con. una gran trayectoria dentro de la medicina de su comunidad, hasta partera
pildorera (que receta anticonceptivos).

Esta información nos permitió encontrar los siguientes datos estadísticos referentes
a los Recursos Humanos de atención a la Salud en Puebla, los institucionales comparados
con los tradicionales (curanderos, hueseros, hierberos, parteras, etc.). Tenemos 210 médicos
pasantes encargados de la Clínica, que son la gente que atiende directamente la salud de la
comunidad, además de 210 restantes auxiliares de área médica, que son las personas con
capacitación en primeros auxilios y otras 11 que son los Médicos Asesores de los médicos
de las Clínicas Rurales. Son 210 médicos institucionales contra 1136 médicos tradicionales
y eso que solamente es una encuesta en donde hay Clínica Rural, así que imagínense si hay
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más comunidades en donde no hay Clínicas Rurales, se darán cuenta quien atiende la salud
de es te país.

La segunda encuesta fue sobre las enfermedades o nosologías que se tienen en la


comunidad y que causan más problemas de mortandad o morbilidad. Encontramos
enfermedades no detectadas ni por la medicina alopática, ni por la homeopática, ni por
cualquier otro tipo de medicina y son problemas que se presentan en la comunidad.
Enfermedades que causan muerte o enfermedades que no causan muerte, pero que tienen
una gran incidencia en los grupos humanos de nuestro México en esta encuesta observamos
que estos padecimientos conocidos por la medicina tradicional tienen denominaciones
como aljorrra, calor de cuerpo, algodoncillo, constipación, chincual, chujay, derrame de
bilis, dolor de costado, flotado, entapiadura, tos ahogadora, transpurgados y vergüenza, que
realmente no sabemos que sea, pero que gracias a esto se tiene el registro de su existencia y
ahora se necesita que jóvenes médicos egresados de estas aulas universitarias, se involucren
en las culturas médicas de las comunidades y hagan una buena investigación sobre qué son
estos tipos de padecimientos, si corresponden o no a lo que puede ser una determinada
sintomatología de enfermedades conocidas por la medicina alopática, homeopática u otra
medicina, o si son sólo enfermedades concebidas dentro de un determinado grupo humano.
A este tipo de trabajo e investigaciones es al que yo invito a la gente joven, a la gente de
medicina, para que lo vaya tomando en cuenta para hacer investigaciones, respecto a este
tipo de enfermedades.

La tercera encuesta fue sobre las plantas medicinales, el recurso herbolario dentro
de las comunidades. Se pidió la lista de las 10 principales plantas medicinales de cada
comunidad y que son utilizadas por la gente. La encuesta registraba el nombre popular de la
planta, el uso medicinal, la parte utilizada, la preparación, la vía de administración, si es
silvestres, cultivada u obtenida en el mercado. Esta encuesta se mandó a las 3500 Unidades
Médicas Rurales del país y la gran mayoría contestó. Encontramos como plantas super
estrellas, todas aquellas plantas introducidas por los españoles, curiosamente las plantas
cultivadas como la yerbabuena, la ruda, la santamaría y algunas mexicanas como el epazote
y los toronjiles, que son de México y se mencionan desde los herbarios medicinales de
Martín de la Cruz Badiano como plantas medicinales. Se recabaron 6165 nombres
populares o denominaciones de plantas, quitando sinonimias, tenemos 1918
denominaciones populares no repetidas. Esta encuesta hubiera estado formidable si se
obtuviera el aval de colecta, es decir la planta medicinal, pero quedó truncado el siguiente
paso que era la colecta de las plantas, debido a otros motivos principalmente cambios
políticos, cambios en las direcciones y no se pudo continuar con la colecta. Es una: buena
aproximación, pero desgraciadamente sólo son nombres populares de plantas. No sabemos
si muchas de esas sean la misma planta con diferente nombre popular, o sean diferentes
plantas con el mismo nombre popular. Este fue el cuarto camino para acercarnos a la flora
medicinal de México.

El quinto camino es la revisión de Herbario, es decir, todo lo que nos puede dar de
información la colección de plantas secas, que representa la información de primera mano,
de trabajos de tipo etnobotánico, de trabajos de campo de primera mano. En las etiquetas de
herbario se refleja esto. El investigador va y trabaja con la gente, con los terapeutas delas
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comunidades, colecta las plantas, identifica la planta para después montarla e integrarla a
las gavetas que conforman la colección y convertirse así en materiales de herbario con
etiquetas que resumen la información. el nombre popular, el nombre científico, la familia,
el uso medicinal, la localidad donde crece, fecha de colecta, en fin una serie de datos
valiosísimos.

Estos ejemplares y su información pueden servir de guía para delimitar o continuar


estudios fitoquímicos y farmacológicos, es decir. pueden ayudar grandemente para
modificar o mantener modelos experimentales. Como en el caso de la ilustración donde se
ve que se pueden hacer extractos de las plantas y trabajarlas a nivel de animales íntegros o
animales crónicos. En este caso un conejo se hace diabético para utilizarlo en experimentos
con plantas que tienen efecto hipoglucemiante.

Así, a través del herbario y a través de esa información se pueden sugerir o delimitar
investigaciones a nivel experimental, como es el caso del guarumbo que ha trabajado la
Unidad de Medicina Tradicional y Desarrollo de Medicamentos; esta planta se utilizó para
la diabetes. Todos estos trabajos pueden registrarse en documentos o artículos muy
especializados y que pueden .ser utilizados por otros investigadores y por otras sociedades
académicas de diferentes partes del mundo.

También a partir de un herbario podemos, en ésta quinta ruta. saber cuál es la flora
medicinal de México. La revisión que hicimos fue sobre el herbario de Plantas Medicinales
del I.M.S.S., encontrando muchas plantas que se utilizan en toda la República Mexicana
para la misma enfermedad. Cuando se hizo con el Biol. Juan Raúl Camacho éste trabajo,
encontramos que podíamos establecer un cuadro básico de plantas medicinales y
coincidentemente al tiempo de su realización, se vino la crisis de medicamentos en el
I.M.S.S. y se le pidió al herbario que decidiera sobre qué plantas podrían ser utilizadas en
problemas de aparato digestivo y en problemas de aparato respiratorio.

El cuadro básico de plantas medicinales según el herbario I.M.S.S., para afecciones


de la piel y traumatismo, está constituido en primer lugar por las árnicas, las hierbas del
golpe, las malvas, la planta que investiga la maestra Marina Villegas Bryophyllum
pinnatum, solo que aquí con el otro nombre Kalanchoê pinnata, que también se utiliza para
afecciones de la piel, la famosa zábila, las yerbas del cáncer, en fin una serie de plan tas que
se utilizan en muchas partes de la República para los mismos padecimientos.

Este, .cuadro también se organizó tomando como eje los aparatos y sistemas del
cuerpo humano. Las plantas para aparato urinario y para aparato reproductor femenino; en
urinario encontramos las colas de caballo, la gobernadora, el maíz (pelo de elote) y la
doradilla; en el reproductor, el zoapatle, la ruda, la hierba dulce, en fin, plantas que son
utilizadas por mucha gente en toda la República Mexicana. Para el digestivo, que era la
prioridad, encontramos en primer lugar a la guayaba, Psidium guajava-y después al
epazote, la manzanilla, el estafiate, el aguacate, el tianquizpepetla, la yerbabuena y el
chaparro amargoso.
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En ese momento de crisis se dispuso que para el aparato digestivo se utilizará la


guayaba, para aparato respiratorio la bugambilia, el sauco y el gordolobo como plantas
principales. En este momento se decidió y hubo la coyuntura política para realizar una
investigación clínica en todas las Clínicas Rurales de México y en el D.F. y es así como a
partir de la información de herbario se produjeron los medicamentos herbolarios que se
enviaron a todas las Unidades Médicas Rurales y a los Centros del D.F., llevándose un
seguimiento de pacientes atendidos con estos medicamentos. Su presentación fue en
bolsitas de plástico con etiquetas del I.M.S.S, tal y como lo usa la gente, la hoja
directamente triturada. Se observó que el alivio es lento, pero tiene menos efectos
secundarios que las medicinas que se utilizan para estos problemas. En lo referente a los
cuadros básicos, una de las primeras publicaciones en donde se escribió, fue en éste Manual
“Programa de Capacitación para el Médico de Campo”, donde se habló sobre la medicina
tradicional y el recurso herbolario.

Últimamente en el X Congreso de Botánica en Guadalajara, Jal., hubo una


exposición sobre Medicina Popular y es la primera vez en donde colocamos los cuadros
básicos del I.M.S.S., con sus respectivos ejemplares de herbario. Aquí tenemos todo lo que
se utiliza para aparato respiratorio, aparato digestivo, afecciones de la piel y traumatismos y
aparato reproductor femenino, o sea las principales plantas que la gente utiliza para estos
fines.

En éste quinto punto que es la información de herbario, es como nosotros podemos


conocer más sobre la flora medicinal de México, y ver que es un recurso herbolario
importante dentro de la práctica terapéutica de todas esta culturas médicas que se
encuentran en nuestro país, principalmente en las zonas rurales. Pero lo que consideramos
importante también para conocer la herbolarias de México, es hacer inventarios básicos.
Hay gente que se involucra en éste tema, no necesariamente botánicos o médicos, sino
simplemente por su inquietud sobre el tema puede llevarlos a hacer este tipo de inventarios
y auxiliados de alguien que sepa, por ejemplo un botánico que identifique sus plantas, se
puede lograr un gran apoyo hacia el conocimiento de ese recurso; aquí tenemos un buen
ejemplo, el inventario básico que la Bióloga González hizo sobre las plantas medicinales de
Durango, ella trabaja en el CIIDIR, Dgo., del Instituto Politécnico Nacional y que une su
trabajo de campo con el trabajo bibliográfico que existe sobre ésta información en el Estado
de Durango.

Esta es la exposición “El que con hierbas anda...” de: X Congreso de Botánica y
precisamente con eso quiero terminar esta exposición, porque ustedes que están aquí en este
auditorio, interesados en todo lo que es la medicina popular y sus recursos, creo importante
que reflexionemos un poco porque el meterse al tema no es nada fácil, sino que implica
otras cosas, sociales sobre todo y que son importantes para el mejoramiento de la salud en
nuestro país. También pensemos que si no lo hacemos nosotros, ya lo está haciendo gente
de otros países, aquí vemos, un articulo alemán sobre nuestra árnica, en donde se ve que
están trabajando Heterotheca inuloides porque le han visto mejores posibilidades,
fitoquímicas y médicas que al árnica europea que es árnica montana, entonces reflexionado
un poco, pues sino lo hacemos nosotros, es peligroso porque nos pueden devolver, cómo en
37

el caso concreto de esta árnica, nos la pueden devolver después envuelta en celofán y con
un gran trabajo experimental atrás y decirnos cómprala porque es la maravilla y la panacea.
O como la Euphorbia hirta, otra planta a la que hasta una monografía le hicieron.
Finalmente es cosa de pensar y reflexionar y de ver que si se le entra se le debe
entrar, pero en serio y trabajar mucho.

Esto creemos los que queremos que la medicina popular y la medicina que se
estudia en Universidades y Tecnológicos se den la mano, porque todas están trabajando por
resolver los problemas de salud. Con esta imagen termino esto que preparé para ustedes en
este día, en donde la medicina tradicional, dice el título de este artículo, salvó la vida. de un
científico.
38

Martínez, A., M.A. 1976. Posible metodología a seguir en el estudio de la plantas


medicinales mexicanas. EN: Viesca, C. (Ed. ).Estudios sobre Etnobotánica y
Antropología Médica. IMEPLAM. Vol. 1 :75-83

POSIBLE METODOLOG IA A SEGUIR EN EL ESTUDIO DE


LAS PLANTAS MEDICINALES MEXICANAS

Miguel Angel Martínez Alfaro

INTRODUCCIÓN

En este apartado se consideran tres puntos: 1) Popularidad de estos estudios en otras


regiones del mundo; 2) El caso de México y 3) Necesidad de un enfoque interdisciplinario
en este tipo de trabajos.
Con relación del primer punto, se viene observando que a pesar de los procesos de
modernización (vía industrialización y/o urbanización) persisten numerosos vínculos entre
el hombre y las plantas silvestres; uno de éstos vínculos es el que comprende el uso de
plantas medicinales; aún en países desarrollados existe y va en aumento el interés por la
medicina vegetal y es muy amplia la bibliografía sobre la materia. En algunos países
europeos (Francia, Rusia, Inglaterra) o en los Estados Unidos de América hay mucha
literatura sobre medicina vegetal que va dirigida a los aficionados a la botánica, a los
deportistas (excursionistas, alpinistas, cazadores y pescadores), a grupos de scouts, a las
agrupaciones civiles o militares que llevan cursos de sobrevivencia en condiciones difíciles
de campo. Obviamente esta literatura es de tipo divulgativo y por ende no especializada,
más en ella se encuentran datos interesantes sobre etnobotánica, botánica económica,
distribución y taxonomía, usos e información histórica, datos fitoquímicos o historia de la
extracción, aislamiento o síntesis de algún compuesto importante en la industria
farmacéutica. La información para elaborar esos manuales es tomada de revistas
especializadas, de entrevistas con famosos científicos que tratan de popularizar. y hacer
más entendibles los últimos avances de la ciencia a grandes sectores del público.

Por otra parte, esta información también ha sido y es utilizada por los estudiosos en
plantas medicinales pues se recaba información sobre la utilización de plantas medicinales
en determinado país o región, estos datos sirven para la elaboración de manuales
especializados en taxonomía, distribución e historia de estas plantas. Un ejemplo de estos
manuales son los elaborados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos
(USDA).

Es importante indicar que la popularidad de la medicina vegetal en los países


industrializados está relacionada a dos situaciones culturales. muy interesantes: a)
mantenimiento y reafirmación de elementos culturales propios de zonas rurales o de épocas
pasadas, b) curiosidad por ensayar formas de curación seguidas por culturas “exóticas y
39

primitivas” (visión etnocentrista) Con relación al primer punto existen los. estudios de
Shanin (1972) y Blom (1969), sobre supervivencia y reafirmación de elementos culturales
entre ciertos grupos étnicos de Europa (rusos y noruegos).

Cuando se asume una posición etnocentrista existe la idea entre algunos botánicos
de que la popularidad de las plantas medicinales viene decreciendo aún en los pueblos
primitivos, Schultes, por ejemplo, dice: “Uno de los primeros aspectos de las culturas
primitivas que desaparecen bajo el impacto de la civilización es el conocimiento y uso de
plantas medicinales; nuestro principal problema es rescatar esos conocimientos antes de
que lleguen a enterrarse con la cultura que les dio origen...” (Schultes, 1963).

El interés en el estudio de plantas medicinales en los países :desarrollados se


manifiesta en la gran cantidad de revistas especializadas: Phytochemistry , Weeds, World
Crops, Economic Botany, Photosynthetics, Military Medieine, Planta Medical Journal de
Agriculture Tropical et Botanique Applicable, Medical Promotion, Chemistry and Industry,
etcétera: Por instituciones oficiales o privadas: Museo de Historia Natural de Paris
(Laboratorio de Etnobotánica), Hamdand National Foundation, Instituto Nacional de
Prevención contra el Cáncer, las Academinas de Ciencias de la Unión Soviética
(Laboratorios de Botánica Aplicada). En estas instituciones se enfocan las investigaciones
desde un punto de vista interdisciplinario, en donde agrónomos, botánicos, antropólogos,
médicos, químicos, historiadores cumplen un importante papel para un mejor estudio de
plantas medicinales. Hay también cursos sobre botánica o etnobotánica, donde el estudio de
plantas medicinales o psicotrópicas forma parte importante del temario. Por ejemplo, el
curso del doctor Schultes en Harvard “Plants and Human Affairs”, el curso del doctor
Baker en Berkeley “Plants and Civilization”, el curso del doctor Heizer en Bloominton
“Ethnobotany”, el del doctor Barrau “Ethnobotanique”.

Con relación a la importancia industrial de estas plantas (Gosselin, 1962), indica


que el mercado de las industrias farmacéuticas en los EUA se mantiene en gran parte por
las medicinas y drogas de origen vegetal. Krochmal (1968) indica que el uso de medicinas
y drogas naturales ha ido en aumento y nuevos usos medicinales de productos vegetales se
siguen descubriendo, en su obra “Drug Trade News”. (p. 334) indica “aunque hay muchos
productos sintéticos, las plantas contienen materiales tan específicos y complejos que han
desafiado a la síntesis química; lo anterior nos impulsa a seguir exploraciones etnobotánicas
dirigidas a la búsqueda de plantas medicinales”.

En lo concerniente a nuestro país, México ha contribuido en los últimos años al


desarrollo de importantes industrias farmacéuticas, eso se debe a que plantas como: Rivea
corimbosa, Lophophora williamsii, Dioscorea composita, D. floribunda, hongos de los
géneros Panaeolus, Psilocybe, Conocybe, Licoperdum; son fuentes de materias primas en
la elaboración de varios e importantes medicamentos o drogas. Estas plantas son solamente
las que mayor atención han recibido, sin embargo, existe una rica flora medicinal entre los
numerosos grupos étnicos de México o en las zonas rurales, flora que se ha estudiado
esporádicamente. Por otra parte, en México se encuentra muy arraigada la tendencia a
40

mantener vigentes ciertos patrones culturales indígenas o folk, sea por esnobismo, sea por
convicción, es común encontrar en habitantes de zonas urbanas el curarse con plantas.

México es considerado por varios botánicos y antropólogos como un laboratorio


ideal para este tipo de estudios. A pesar de tan favorable situación es hasta muy
recientemente que se está creando la infraestructura para hacer estudios actualizados y
sistemáticos, por ejemplo, desde el punto de vista fitoquímico existen importantes grupos
de trabajo, destacando los grupos de los doctores X. Domínguez (Monterrey), Giral y Romo
(UNAM), Fabela (IPN). Desde el punto de vista médico (neuroquímico) está el grupo de
investigación que comanda el doctor Díaz (UNAM) que viene trabajando con Salvia
divinorum y el hongo Licoperdum mixtecorum. En el aspecto histórico es bien conocida la
labor de los miembros de la Sociedad Mexicana de Historia de la Medicina o de la
Sociedad Mexicana de Historia de las Ciencias, en estas sociedades se han hecho estudios
que son obligados en su consulta cuando se trabaja en el campo de las plantas medicinales.;
entre algunos de los socios que me vienen sus nombres a la memoria están: doctor
Izquierdo, doctor Somolinos, doctor Del Pozo, doctor Beltrán, M. en C. Martín del Campo,
doctor López Austin, doctor de Gortari, doctor Ochoterena, doctor Ruiz Oronoz, doctor
Hernández Corzo, etcétera.

Recientemente ha sido creado el Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas


Medicinales (IMEPLAM), el (cual contempla realizar estudios en forma interdisciplinaria.
Por el panorama presentado vemos que el estudio de las plantas medicinales es un
campo de investigación conjugativa, por lo que es necesario enfocarlo desde un punto de
vista interdisciplinario. Dicho enfoque es común en el actual desarrollo de la ciencia, la
conjugación permite profundizar en problemas de teoría y método lo cual lleva a la
elaboración de nuevos paradigmas (dialéctica de la ciencia). Así pues, nos encontramos
ante uno de los primeros problemas a vencer en un. campo que implica la síntesis de
disciplinas disímbolas: el método que se deberá seguir. A continuación presento la posible
metodología a seguir en México, para ello me baso en los siguientes campos: botánico,
agronómico, histórico, antropológico y químico.

M ETODOLOGÍA

Independientemente del campo que se parta, un primer paso será la búsqueda y


recopilación de los antecedentes bibliográficos.

Botánico

1. Recabar información sobre floras locales y regionales, pues algunas traen datos
sobre usos de las plantas.
41

2. Reunir datos sobre la introducción de plantas medicinales sean cultivadas o no y


ver causas de su introducción (exploraciones, conquistas, guerras, etcétera).
3. Actualizar la taxonomía de las familias con más representantes (Compositas,
Cactaceae).
4. Iniciar la exploración y colectas de ejemplares botánicos por .grupos étnicos, por
zonas ecológicas y por regiones más exploradas (botánicamente, tomando datos
en libreta sobre las condiciones del medio físico, fotografías de la planta
colectada en su medio natural y en ejemplar de herbario. Se utilizarán etiquetas
de colecta con la siguiente información: día y lugar de colecta, colector(es),
partes usadas de la planta, uso medicinal (enfermedades que cura), historia de su
uso, distribución geográfica, nicho(s) ecológico(s) en que se encuentra, efectos
fisiológicos, substancias existentes, métodos de preparación, dosis y
administración, métodos de preservación, ceremonias donde se utiliza la planta,
mitos en donde se menciona, tabúes, datos de farmacognosia y farmacología.
Esta misma información se utilizará en las etiquetas de herbario.
5. Comparar las taxonomías populares o folk con las que sigue el taxónomo.
6. Formar hortoriums de plantas medicinales, estos datos serían parte de un jardín
botánico.

AGRONÓMICO

1. Estudio de los hábitos indeseables al crecimiento de la planta o producción de


semilla, buscando su eliminación o disminución.
2. Estudios de propagación y mantenimiento. de semilla, para lo cual hacer estudios
y experimentación fisiológica con relación a: requerimientos nutritivos de las
semillas para una rápida germinación, relación existente entre los nutrientes de
un .suelo y la producción de sustancias químicas. Al empezar a cultivar una
planta se debe poner un número de introducción al campo experimental, número
de semillas utilizadas en cada experimento, describir el tipo de experimento
seguido, datos sobre el medio físico de las zonas donde está sembrada la planta
(campos experimentales, jardines botánicos, laboratorios, invernaderos).
3. Con base en la literatura y experimentación ecofisiológica, ensayar las
condiciones ecológicas óptimas para mantener y mejorar la producción de
semillas o partes vegetativas, buscando aumentar la producción de compuestos
químicos importantes. Este proceso deberá durar por lo menos cinco años.
4. Si desde el punto de vista agronómico y químico se ve prometedora una planta,
deberán determinarse áreas dc adaptación, requerimientos culturales: densidad de
población, fertilizantes, tipos de suelo, pesticidas, plaguicidas.
5. Se pasará después al inicio de los primeros trabajos de fitomejoramiento, en esta
fase se aumentarán las áreas de experimentación y cultivo.
6. Evaluación análisis y discusión de los mismos, definición de una planta sobre la
cual se hace un programa que indique los objetivos y procedimientos de
mejoramiento a seguir.
7. Iniciar un banco de plasma germinal de semillas, raíces, rizomas u otras partes de
la planta que sean utilizadas por el fitomejorador.
42

8. Análisis del posible mercado y comercialización de una planta que ha logrado


domesticarse.

Histórico

1) Revisar en archivos parroquiales, archivos particulares, archivos de


ayuntamientos, archivos nacionales o estatales, en códices, relatos de cronistas o
viajeros u otras fuentes escritas el uso y distribución de plantas medicinales.
Buscando la interpretación y definición de las condiciones culturales y
ecológicas en que se menciona una planta.
2) Siguiendo el método comparativo hacer estudios sobre la evolución cultural de
los grupos étnicos de México, cuando menos los más importantes, enfatizando
los cambios que han sufrido sus prácticas curativas, ver si mantienen las mismas
ideas sobre el origen de las enfermedades y prácticas religiosas o mágicas a
través de las diferentes fases históricas. Comparar con grupos étnicos
desaparecidos.
3) Echando mano de los métodos de historia oral y de psicohistoria comparar en la
época .actual los puntos citados en el numero anterior.
4) Investigar el impacto de la medicina indígena sobre la que traían los
conquistadores y viceversa (interpretar estos procesos de transculturación dentro
del mayor marco cultural posible).
5) Hacer monografías sobre la historia de los herbarios en México; actualizar
biografías de los principales colectores.
Hacer estudios etnohistóricos prioritariamente en grupos étnicos que están
ampliamente distribuidos para ver si hay variantes importantes en tiempo y espacio en lo
que se refiere a medicina tradicional, obviamente que se seguirán los métodos históricos de
fuentes impresas, comparativo como lo ve el etnógrafo y de historia oral, con este método
se deberá buscar el tipo de encuesta que permita tener entrevistas estructuradas mas o
menos uniformes.

Antropológico

Utilizando fundamentalmente los métodos comparativo, etnológico, de ecología


cultural y el de áreas culturales de Steward (algunos antropólogos lo ven como concepto),
recabar información sobre:

1) Importancia de las plantas en la etnomedicina y en las prácticas mágico-


religiosas, relacionando su importancia con otros aspectos de la cultura (enfoque
holístico).
2) Estudiar las ideas que tienen sobre el concepto de enfermedad, origen, síntomas y
su tratamiento.
3) Mitos y leyendas sobre las plantas medicinales.
4) Tabúes por edad, sexo y ocupación.
5) Estudios de los sistemas de clasificación popular (folk), tratando de encontrar
semejanzas con los sistemas taxonómicos del botánico (estudios de etnociencia).
43

6) Ideas que tienen sobre el papel que juega el “sexo” de una planta en la curación
de ciertas enfermedades.
7) Ideas que tienen sobre el concepto de salud.
8) Influencia de la medicina indígena en la medicina occidental, sobre todo en lo
concerniente a métodos terapéuticos, en donde las plantas jueguen un papel
importante.
9) La información de los puntos 1 al 9 deberán recabarse por grupos étnicos o en las
principales zonas rurales, luego se comparará con el impacto que tiene la
medicina tradicional en las zonas urbanas; ver si hay medicinas tradicionales
típicas de las urbes. 10) Visitar a vendedores de plantas medicinales en los
mercados o en locales donde se vendan plantas medicinales, para comparar la
información sobre plantas utilizadas en zonas rurales o indígenas. Colectar
materiales para herbario.
11) Visitar y hacer entrevistas aunadas a observación participante de centros
espiritualistas, prácticas de curanderismo y brujerías, enfatizando las formas en
que se utilizan las plantas, ver plantas que curan o que acarrean enfermedades.

Químico

1) Hacer estudios fitoquímicos y farmacológicos que revelen la importancia de una


planta en la obtención de sustancias útiles a la medicina, siguiendo métodos
como la cromatografía de gases, o los procedimientos de Wall, Kiang, Douglas,
Webb, Abish, Reichtein, Euler, etcétera.
2) En las investigaciones fitoquímicas buscar material del mismo lote de siembra o
de una misma localidad, analizando las diferentes partes de la planta.
3) Iniciar estudios químicos sobre .el papel que, juega una sustancia de interés
médico en el metabolismo de la planta.
4) Elaborar tablas de sustancias químicas por familias y géneros, con índices de
nombres de compuestos, índices de fórmulas moleculares, índices de pesos
moleculares (espectómetro) y atlas de estructuras químicas.
5) Complementar la investigación fitoquímica con estudios biomédicos sobre la
actividad biológica de materiales aislados con potencial farmacológico.
Este esbozo de metodología busca las bases mínimas que debe realizar un equipo
interdisciplinario interesado en el estudio de plantas medicinales y desde luego
está sujeto a modificaciones.
44

NOTA BIBLIOGRAFICA

1. Para la literatura sobre prácticas religiosas y mágicas, ver: América Indígena, Current
Anthropology, Americano Anthropologist, Ethnology y monografías del INI.
2. Para literatura fitoquímica ver: Lloydia, Journal of Pharmacological Sciences,
Pharmacological, Phytochemistry.
3. Para literatura histórica ver: Ethnological Studies, Hispano American Historical
Review, Iberoamericana, Cuadernos de Cultura Nahuatl, Bulletin of the History of
Medicine.
4. Para literatura. botánica ver: Economic Bota Rhodora, Brittonia, Bulletin of Torrey
Botanical Club, Boletín de la Sociedad Mexicana de Botánica, Anales del Instituto de
Biología y Anales de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas
5. Para literatura agronómica: World Crops, Tropical Agriculture, literatura sobre
introducción de cultivares y exploración etnobotánica de la FAO (Roma), folletos de la
Crops Research Division (Agriculture Research Service, USDA).
6. Las revistas citadas son las más fáciles de conseguir y presentan la información sobre
México, sobre método y teoría, sobre materiales necesarios en este tipo de
investigaciones. Está dirigida a aquellos no especializados en la materia.
45

Lozano N., L.C. 1988. Las Tesis de Licenciatura sobre plantas medicinales en la
Facu1tad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM (1916-1987) Memorias de la
I Jornada sobre Herbolaria Medicinal en Veterinaria. Facultad de Medicina
Veterinaria y Zootecnia. UNAM. págs. 23-32

LAS TESIS DE LICENCIATURA SOBRE PLANTAS


MEDICINALES EN LA FACULTAD DE MEDICINA
VETERINARIA Y ZOOTECNIA, UNAM (1916-1987).
MVZ. Luz C. Lozano Nathal*

El presente trabajo consiste en la revisión directa de las tesis de licenciatura de la


Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia sobre plantas medicinales en el período
comprendido entre 1916 y 1987. El objetivo que se persiguió fue tratar de establecer un
parámetro que reflejara en el tiempo el interés, en nuestra institución educativa, sobre la
herbolaria medicinal aplicada a la veterinaria. Se seleccionaron los trabajos que utilizan
directamente a la planta, ya sea en infusión o en diferentes tipos de extractos, descartando a
las que utilizan derivados vegetales de presentación comercial. Se tomaron en cuenta,
además, aquellos trabajos que recopilan información sobre el tema.
El número total de títulos en la sección de tesis de la Biblioteca de la FMVZ es
aproximadamente de 5,700 para el lapso mencionado (1), de las cuales sólo 24 abordan la
herbolaria medicinal. De ellas, 13 estudian el efecto de una planta específica, 2 el efecto de
combinación de plantas, 3 realizan estudios comparativos de una planta con productos
comerciales, 3 comparan el efecto de varias plantas con productos comerciales y 3
contienen recopilación de información.
Se calcula que existen en el país alrededor de 3,000 especies de plantas a las que se
atribuye efectos curativos. Muchas de ellas son utilizadas para el tratamiento de
enfermedades en varias especies de animales domésticos, tanto a nivel de pequeñas
explotaciones como de traspatio. Su uso suele darse por traspolación del efecto observado
en humanos y/o por prácticas generacionales establecidas que dan preferencia a este recurso
ante los productos medicinales llamados de patente por motivos culturales y económicos.
El 0.4% que en relación al total representan las tesis seleccionadas muestra
claramente que este tipo de estudios ha sido poco atendido en la medicina veterinaria,
tomando en cuenta su uso extensivo en las zonas rurales, por lo que se sugiere sea
promovida la investigación de aquellas plantas que puedan ser de utilidad terapéutica en la
veterinaria.
Se presenta a continuación la relación de tesis haciendo una breve reseña de
aquellas que no serán tema a tratar en esta Jornada. Se hace la invitación para que se
realice la consulta directa de cada uno de los títulos que se mencionan.
*Departamento de Fisiología y Farmacología, FMVZ. UNAM.
Agradezco al Sr. Fernando Gómez Pedroza, encargado de la sección de tesis de la Biblioteca de la FMVZ, el
apoyo brindado para la realización de este trabajo.
(1) Comunicación Personal. Maestro José Fco. Ponce Sánchez. Jefe de Servicio al Público, Biblioteca de la
FMVZ. UNAM.
46

TRABAJOS ELABORADOS SOBRE UNA PLANTA ESPECIFICA.

Montanoa tomentosa. ZOAPATLE.


1932. APLICACIONES TOCOLOGICO-VETERINARIAS DE LA Montanoa, tomentosa.
AUTOR: Juárez Medina Augusto.

Se estudió la acción general del zoapatle y su acción sobre los aparatos digestivo,
respiratorio, circulatorio y en útero. Se aplicó solución al 1% de extracto acuoso por vía
oral en dosis de 0.20 g. en perros y 1 g. en bovinos; por vía subcutánea. 0.2 g. en perros y
0.10 en bovinos; por vía endovenosa. 0.29 en perros y 0.05 en bovinos. El diagnóstico fue
sintomatológico con los siguientes resultados: la acción general en ambas especies se
tradujo en decaimiento; postración. somnolencia y aumento de temperatura. Digestivo:
regugitación frecuente en bovinos y a veces diarrea; acción vomitiva en perros.
Respiratorio: disminución inicial de la. frecuencia respiratoria seguida de aumento con
inspiración profunda y espiración corta y brusca. Circulatorio: aumento en el número de
pulsaciones con tendencia a la recuperación a las dos horas; supone aumento de la presión
arterial. además congestión de mucosas. Utero: acción ecbólica (oxitócica) disminuye el
calibre vascular de la matriz por posible acción indirecta del zoapatle como hemostático al
producir contracción en las fibras lisas. Se recomienda su uso en tocología veterinaria en
casos de: retención de fetos muertos o de placenta, partos prolongados por inercia uterina y
casos de metritis para ayudar a la expulsión de los líquidos patológicos. Establece dosis y
vías convenientes para cada uno de estos casos.

1977. REGISTROS FISIOLOGICOS DE LOS EFECTOS DE Montanoa tomentosa


(ZOAPATLE) SOBRE LA ACTIVIDAD UTERINA EN CONEJAS NUEVA ZELANDA.
AUTOR: Ferrer Arrieta Jaime.

Se ensayo en 20 úteros de conejas sensibilizadas previamente al sacrificio con


dietilestilbestrol (5 mg). Los úteros se colocaron en cámaras de órganos aislados, los
testigos se trataron con oxitocina y los experimentales con 0.5 ml de infusión de zoapatle;
la actividad uterina se registro en fisiógrafo. El zoapatle presento una actividad menor en
un 58.1% que la oxitocina. En ocasiones, en igualdad de circunstancias presento poca o
ninguna acción.

1977. ESTUDIO TOXICOLOGICO DE LA ADMINISTRACION ORAL DE UN


EXTRACTO ACUOSO DE ZOAPATLE (Montanoa tomentosa) EN RATA Y PERRA.
AUTOR: Southam Leonore.

Se utilizaron 90 ratas hembras de 8 semanas de edad y 6 perras callejeras


acondicionadas a laboratorio. Se administro diariamente durante 14 semanas una dosis de 5
ml/kg en ratas y 12 ml/kg en perras, de infusión de 100 g. de zoapatle en 100 ml de agua.
Se muestreó para hematología al finalizar el tratamiento y se hizo necropsia para la
observación de lesiones macroscópicas. Se tomaron muestras de corazón. pulmón. hígado.
glándulas adrenales, tiroides, riñón, ovario, útero y cerebro para histopatología. Resultados:
no hubo cambios de comportamiento durante el tratamiento ni lesiones macro o
microscópicas en excepción de infiltración leucocitaria peribronquial y perivascular ligera
47

en el 100% de ratas, quizás relacionada con la técnica de sondeo. El extracto acuoso carece
relativamente de toxicidad.

1985. INDUCCION ARTIFICIAL AL DESOVE EMPLEANDO EXTRACTOS


DE ZOAPATLE (Montanoa tomentosa) EN ALGUNAS VARIEDADES DE CARPAS
(Cyprinus lineo, Cyprinus comunis y Ctnopharygon idellus).
AUTOR: Fernández Ortuño José Luis.

Se trató de estimular la contracción de la musculatura lisa del ovario en carpas y


determinar la dosis óptima para inducir el desove. Se utilizaron 54 hembras tratadas con
extracto hipofisiario, se dividieron en lotes y se les aplicó dosis de 0.5, 1.0 y 2.0 ml del
extracto (10 g. de hoja seca en 100 ml de agua bidestilada en ebullición con filtrado y
remoción de cationes). Al lote testigo, se le aplicó oxitocina. En las hembras tratadas con
zoapatle el conteo del número de huevecillos expulsados resultó muy inferior al lote testigo,
supone que las dosis aplicadas no fueron suficientemente efectivas.

Phytolaca octandra. AMOLE, JABONERA, MAZORQUILLA.


1934. ESTUDIO SOBRE LAS PROPIEDADES LARVICIDAS DE LA Phytolaca
octandra Linn.
AUTOR: Morales José Héctor.

Se trataron siete caballos con posible gastroilosis con la administración por vía oral
de 400 a 500 g. de jugo de la raíz cbp, 1 litro de agua y/o píldoras del alcaloide fitolacina de
0.10 a 1.0 g. y/o extracto alcohólico de la raíz. El diagnóstico clínico estuvo basado en le
“Teoría del teclado” de Roger y por la observación de la expulsión de larvas en el
excremento. El autor recomienda usar fitolacina en todos los casos en los que se
diagnostique gastrofilosis. La forma más adecuada y económica de utilización es de 300 g.
de polvo de raíz de fitolaca en 2 litros de agua, mitad en la mañana y mitad en la tarde. Para
el alcaloide puro la dosis masiva es de 2.5 g. en polvo. En extracto alcohólico se administra
en dosis de 100 cc hasta completar 400 cc en el mismo día. Procurar obtener extractos de
raíz fresca por la acción inconstante de la raíz vieja. A los dos o tres días de medicar el
enfermo empieza a arrojar las larvas muertas.

Dioscorea composita. BARBASCO.


1970. ESTUDIO EN RATONAS GESTANTES DEL PODER ABORTIGENO DE
Dioscorea compositae (BARBASCO) FERMENTADA.
AUTOR: Troncoso Altamirano Humberto.

Se investigó la acción de saponinas del barbasco en relación con la gestación. Se


sustituyó el barbasco molido en proporción de 15, 30 y 45% en el alimento comercial para
ratonas gestantes al primero y segundo parto. Se administraron 50 g. de barbasco molido en
1 litro de agua de bebida para ratones macho. Se midió peso corporal hasta el aborto o el
parto y se sangraron para determinar hemoglobina y recuento de eritrocitos. En machos y
hembras se muestreó para observar posibles lesiones macro y microscópicas en bazo,
hígado, cerebro y pulmón. La planta afecta según la dosis, a hembras, machos produciendo
efectos tóxicos o la muerte. Produce degeneración parenquimatosa del hígado y el riñón, así
48

como necrosis subsecuente. La disminución del hematocrito y niveles de hemoglobina que


siguen a la administración de la planta pueden influir en la presentación de abortos.

Schinus molle PIRUL.


1977. APORTACION AL ESTUDIO DE LOS EFECTOS TERAPEUTICOS DE
Schinus molle EN PERROS.
AUTOR: Arteaga Alfaro Raúl.

Se ensaya el efecto irritante en tejido subcutáneo y muscular y la actividad


terapéutica de la gomorresina en córneas de perros con albugos y nefeliones. Se obtuvo el
aceite esencial por destilación por arrastre de vapor de agua, tanto de las hojas como del
fruto, se aplicó diluido 1:9 en aceite de sésamo por vía intramuscular en miembro posterior.
Se aplicó gomorresina obtenida de la savia bruta de troncos de árboles jóvenes en cantidad
de l0 m1 junto con cloramfenicol al 0.5% (0.3 ml) por instilación ocular. Se tomaron
muestras para histopatología con resultados negativos para el tratamiento de albugos y
nefeliones. En tejido subcutáneo y muscular produjo solamente ligera inflamación.

Arnica montana. ARNICA


1977. EVALUACION DE LOS EFECTOS VASOCONSTRICTORES DEL Arnica
montana EN CANIDOS.
AUTOR: Lara Días Ma. del Socorro.

Se aplicó dilución a la sexta de árnica por vía oral en aplicación Unica en 30 perros.
Se hicieron pruebas de coagulación y sangrado y medición de constantes fisiológicas en
diferentes tiempos en un lapso de 30 minutos a 24 horas. El tiempo de coagulación no se
vio afectado y disminuyó el tiempo de sangrado en las dosis más altas no se originaron
efectos tóxicos o reacciones secundarias. Se recomienda su uso para hemorragias de
etiología variada por auxiliar en la detención del sangrado.

Erythrina americana. COLORIN, PATOL.

1978. ESTUDIO DE LOS EFECTOS TERAPEUTICOS DEL ALCALOIDE DE


LAS HOJAS DE Erythrina americana EN CANIDOS.
AUTOR: Maksabedian de la Roquette Jorge.

Se trató de establecer la dosis letal y la dosis mínima adecuada para producir efecto,
tiempo y duración del efecto y tipos de efectos neurológicos en perros que presentaron
córea. Se intentó corroborar si la infusión acuosa de hojas verdes produce efectos. Se
aplicaron por vía oral 5 m1 de la infusión de 100 g. de hoja en agua destilada, a diferentes
tiempos de ebullición (20, 30, 40, 50 y 60 minutos) a 25 perros: 10 sanos, 5 con moquillo, 5
con secuelas post-moquillo y 5 con epilepsia. Posteriormente se hicieron pruebas de
sensibilidad, motilidad (ataxia, vértigos) y reflejos. Los efectos fueron similares al curare
por poseer un alcaloide con estructura parecida a la D-tubocurarina algunos individuos
presentaron tetanización o semiparálisis. Las infusiones de 30 y 40 minutos de ebullición
indujeron hipersensibilidad y por tanto disminución de tremores; con la infusión llevada a
60 minutos de ebullición murieron dos individuos. El tiempo en que se presentaron los
49

cambios fue de 30 segundos como mínimo y 90 minutos como máximo. El tiempo mínimo
de duración de los cambios fue de 9 segundos y el máximo de 180 minutos.

Heliopsis longipes. CHILCUAN.


1983. EFECTO INSECTICIDA in vitro DE LA RAIZ DEL CHILCUAN (Heliopsis
longipes)
SOBRE LAS LARVAS DE LA MOSCA Oestrus ovis.
AUTOR: Del Castillo Rodríguez Rita Arcelia.

1983. Determinación DE LA DOSIS LETAL 50% DEL EXTRACTO


ALCOHOLICO DE LA RAIZ DEL CHILCUAN (Eliopsis longipes) EN DOS CEPAS DE
RATAS.
AUTOR: Martínez Martínez Adriana.

Talauma mexicana. YOLOXOCHITL, FLOR DE CORAZON.

1983. VALORACION DE LOS EFECTOS FARMACOLOGICOS DE LA


Talauma mexicana (YOLOXOCHITL) SOBRE LA PRESION ARTERIAL Y EL
TRAZADO ELECTROCARDIOGRAFICO DEL PERRO.
AUTOR: Durán Vázquez Adalberto.

1985. VALORACION DE LOS EFECTOS FARMACOLOGICOS DE LA


INFUSION DE PETALOS DE YOLOXOCHITL (Talauma mexicana) SOBRE LA
PRESION ARTERIAL Y EL TRAZADO ELECTROCARDIOGRAFICO DEL PERRO.
AUTOR: Lozano Nathal Luz Consuelo.

ESTUDIOS SOBRE COMBINACION DE PLANTAS.

1980. ADMINISTRACION DE UNA COMPOSICION TONICA DE PLANTAS


MEDICINALES NEKARICHI EN EL PIE DE CRIA PORCINO Y SU EFECTO EN
LECHONES DEL NACIMIENTO AL DESTETE.
AUTOR: Ruiz Calvillo René.

Describe al Nekarichi como una composición tónica de la disolución de


componentes extraídos de varias plantas (árbol de alcanfor, rábano, rosa, camelia, cerezo
silvestre. árbol de maple, nuez y consuelda, entre otras) en vinagre de madera refinado. Este
compuesto se absorbe en un carbón blando y amorfo en forma de sólido para obtener la
mezcla en forma de polvo. Se administró este polvo a 40 cerdas híbridas a 20 días del parto,
divididas en lotes de la siguiente manera: a) Nekarichi en 1% de la ración alimenticia (3 g.);
b) 1.5% (45 g.), c) 2% (60 g.), d) lote testigo. En ningún lote se administraron
medicamentos. Los resultados muestran que la presentación de diarreas en lechones del
nacimiento al destete fue de: a) 43%, b) 20%, c) 19% y de 75% en el lote testigo, El
aumento de peso fue mayor en los lotes tratados, siendo la ganancia más alta con la
aplicación de 1% y 1.5% de Nekarichi. Se comprueba que esta composición tónica no
produce ningún trastorno físico y recomienda las dosis de 1.5% y 1% en las raciones
alimenticias comúnmente utilizadas en la producción porcina en México.
50

Persea gratissima. AGUACATE. Arnica montana, ARNICA.


1986. EVALUACION DE UN LINIMENTO DE LA HERBOLARIA
TRADICIONAL MEXICANA EN LA PREVENCION Y EL TRATAMIENTO DE
MIOSITIS TENDINOSA EN EL HOMBRE.
AUTOR: López Mejía Griselda.

Se evalúa si el remedio previene o alivia casos de tendinitis, miositis, artritis y


desgarres musculares en atletas que desarrollan ejercicio diario, para la posible traspolación
de su uso en especies cuya función zootécnica radica en el aparato locomotor. Se dividieron
30 atletas en dos lotes: al testigo se le aplicaron de 10 a 15 ml de alcohol al 96% con
colorante artificial imitando el color de la infusión, al experimental se le aplicó la misma
cantidad de infusión de 3 huesos de aguacate molido (200 g. aproximadamente) y árnica
(200 g) en dos litros de alcohol al 96%. La aplicación se hizo antes y después del
entrenamiento en algunas articulaciones, tendones, ligamentos y músculos adyacentes. Se
evaluó la respuesta al dolor espontáneo dolor a la presión y espasmo muscular. Los
resultados muestran que el linimento ejerce sus efectos analgésicos sólo con uso
prolongado y constante, lo que lo limita para el uso veterinario.

ESTUDIOS SOBRE UNA PLANTA ESPECIFICA Y SU COMPARACION CON


MEDICAMENTOS DE PATENTE.

Aloe vera. ZABILA.


1986. EVALUACION DEL EFECTO CICATRIZANTE DE LA ZABILA.
ESTUDIO. COMPARATIVO.
AUTOR: Gutiérrez Rosas Jorge.

Allium sativum. AJO.


1987. EVALUACION COMPARATIVA DEL EFECTO NEMATODICIDA DEL
AJO (Allium sativum) Y DEL TARTRATO DE AMONIO Y POTASIO EN TILAPIA
(Tylapia mossambica).
AUTOR: Mojica Sánchez María Antonieta.

Desmodium plicatums. ESCOBILLA.


1987. EVALUACION DEL EFECTO CICATRIZANTE DE LA ESCOBILLA
(Desmodium plicatums). ESTUDIO COMPARATIVO CON LA NITROFURAZONA Y
EL SULFOXIDO DE DIMETILO.
AUTOR: Godoy Martínez Héctor.

A 75 ratas divididas en 5 lotes se les realizó incisión dorsal e inoculación de


Staphylococcus aureus patógeno. A las 72 horas se aplicó ungüento de escobilla (300 g. en
300 ml de agua), nitrofurazona y sulfóxido de dimetilo respectivamente a cada lote. por vía
cutánea 3 veces al día durante 7 días. Se valoró el efecto por el método de fuerza de tensión
de herida, análisis bacteriológico y estudio histopatológico. Las lesiones microscópicas de
los lotes del ungüento y del sulfóxido de dimetilo se presentaron en mayor cantidad que en
los otros. El lote que presento mayor resistencia a la presión en la prueba de tensión de
herida fue el de infusión. La nitrofurazona presentó los más pobres resultados en todas las
pruebas.
51

ESTUDIOS DE COMBINACION DE PLANTAS Y COMPARACION CON


MEDICINA DE PATENTE.

Buganvilla spectabilis. BUGAMBILIA. Verbascum thapsus, TEJOCOTE.


Eucaliptus globulus. EUCALIPTO. Cinamomum zularicum, CANELA; Citrus limonum.
LIMON.
1986. EVALUACION COMPARATIVA DE UN REMEDIO DE LA MEDICINA
TRADICIONAL PARA EL TRATAMIENTO DE LA TRAQUEOBRONQUITIS EN
PERROS.
AUTOR: Vázquez Manríquez Leticia.

Aloe vera, ZABILA; Mimosa teviniflora, TEPEZCOHUITE.


1987. COMPARACION DE LOS EFECTOS CICATRIZANTES DE LOS
CAMPOS ELECTRICOS, EL TEPEZCOHUITE (Mimosa teviniflora), LA ZABILA (Aloe
vera) Y LA NITROFURAZONA EN QUEMADURAS DE TERCER GRADO.
AUTOR: Ruíz Mejorada Alfonso.

1987. DETERMINACION DE LA DENSIDAD DE COLAGENA EN TEJIDO


CICATRIZAL ELECTROESTIMULADO EN RATAS.
AUTOR: Arteaga Ruíz Diana.

ESTUDIOS CON RECOPILACION DE INFORMACION.

1980 CONTRIBUCION AL USO MEDICINAL DE ALGUNAS PLANTAS


MEDICINALES EN MEDICINA VETERINARIA.
AUTOR: Tappan Merino Carlos.

A partir de información de plantas medicinales para uso humano se pretende


realizar un manual para uso veterinario. Aunque se respalda en varias fuentes, su contenido
es muy similar al presentado en las Monografías sobre plantas medicinales publicadas por
Imeplam.

1982. PENSAMIENTO MAGICO-RELIGIOSO DE UN GRUPO NAHUA DEL


ESTADO DE GUERRERO CON RESPECTO AL ORIGEN Y TRATAMIENTO DE LAS
ENFERMEDADES DE SUS ANIMALES.
AUTOR: Esquivel Mendoza Gustavo.

El trabajo refleja siete años de actividad en varias comunidades del Municipio de


Chilapa. Gro.. La recopilación de datos, se efectuó con base en un cuestionario. Se logra
reunir información del uso de 81 plantas usadas para diferentes enfermedades. Ejemplos: el
chilillo para el control de corucos en aves, diente de león para piroplasmosis, cempazúchil
para el timpanismo, nopal para erisipela y cólera porcino, zábila para viruela aviar, etc.
además menciona algunas enfermedades que en la región se curan dentro de un contexto
mágico-religioso como el mal de ojo en los animales. Aclara que algunos tratamientos no
deben tomarse como ciertos y para otros brinda explicaciones tentativas del acierto en su
uso. Puntualiza que el concepto en cuanto a la causa de las enfermedades descansa en una
52

base evidentemente religiosa y en el conocimiento generacional acerca del uso de las


plantas. Este trabajo es único en cuanto a la recopilación directa de información en una
zona rural.

1985. LA COMERCIALIZACION EN LA EPOCA PREHISPANICA EN


MEXICO. ESTUDIO RECAPITULATIVO.
AUTOR: Zúñiga Dávalos Héctor Armando.

Realiza una descripción y análisis de aspectos históricos, sociales y económicos en


la época prehispánica. Contiene un apartado sobre plantas. en donde además de citar a las
especies domesticadas para uso alimenticio, reporta 148 plantas medicinales de la época
(sólo 58 clasificadas). La bibliografía que apoya el trabajo en general es valiosa y extensa.
53

TESIS DE LICENCIATURA SOBRE PLANTAS MEDICINALES EN


LA FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA
(1916-1987).

ESTUDIOS SOBRE UNA PLANTA


ESPECIFICA 13

EFECTO DE COMBINACION DE 2
PLANTAS

ESTUDIO COMPARATIVO DE UNA 3 TOTAL DE TESIS


SOLA PLANTA CON PRODUCTOS EXISTENTES EN EL
COMERCIALES PERIODO
MENCIONADO:
5,700

COMBINACION DE
VARIAS PLANTAS 3
Y COMPARACION CON
PRODUCTOSCOMERCIALES

RECOPILACIÓN PORCENTAJE DE
DE INFORMACION 3 TESIS SOBRE
PLANTAS
MEDICINALES:
0.4%

TOTAL
24
54

López B., G. 1986. Aproximación histórica al uso de plantas medicinales en


veterinaria, a través de la tradición oral. Memorias de la I Jornada sobre Herbolaria
Medicinal en Veterinaria. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la
UNAM. Págs. 8-11

la. Parte:

APROXIMACION HISTORICA AL USO DE LAS PLANTAS


MEDICINALES EN VETERINARIA A TRAVES DE LA
TRADICION ORAL

MVZ Gerardo López Buendía

El objetivo de esta breve participación es el de sensibilizar a los asistentes ante el


hecho de que existe una gran práctica en el uso de las plantas medicinales para tratar las
enfermedades de los animales. Esta práctica, que ha sido llevada a cabo durante muchos
años por el pueblo mexicano, no ha sido debidamente considerada y tengo la impresión de
que ha sido vista si no con desprecio por lo menos con indiferencia por el médico
veterinario. De hecho, resulta fácil apreciar como la mayoría de los médicos veterinarios
tienen una imagen ingenua con respecto a las plantas medicinales pensando que resultan
inofensivas menospreciando todos esos “remedios caseros” que la gente suele emplear
antes de llamar al médico veterinario.

Por otro lado, resulta interesante encontrar entre los mismos médicos veterinarios la
creencia de que el uso de las plantas medicinales y algunos otros recursos de la medicina
tradicional en los animales, son prácticas exclusivas del medio rural particularmente entre
las comunidades campesinas y los grupos indígenas o étnicos. Quizás la práctica de este
tipo de medicina sea mayor entre estos grupos humanos, pero de ninguna manera debe
pensarse que no afecta también a los animales que habitan en las ciudades o sus periferias.

Para poder ilustrar esto, realizamos una pequeña encuesta en la Ciudad de México.
Las fuentes consultadas fueron principalmente médicos veterinarios que confluyen a la
Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM. Ciudad Universitaria, así como también
algunos estudiantes de esta misma facultad y cuya área de trabajo se circunscribe a la
Ciudad de México y sus periferias, también se consultaron hierberos o vendedores de
plantas medicinales de los mercados de la Ciudad de México, principalmente a los del
mercado de Sonora, así como algunas otras personas entre las que podemos considerar
clientes encargados de establos o caballerangos y animaleros en general.

No se trata de una encuesta profunda. ni siquiera sistemática, sino de una encuesta


simple, un poco superficial, que nos permitiera obtener una primera impresión de la
situación del uso de las plantas medicinales en el tratamiento de los animales.

Los resultados fueron agrupados en tres grandes grupos de acuerdo a la fuente


consultada, omitiendo el nombre de los informantes y las especificaciones concretas de
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cada planta, para centrar la atención simplemente en la gran variedad de usos y lo prolífico
que puede ser este campo.

El primer grupo lo constituyen las experiencias aportadas por los médicos


veterinarios y estudiantes de veterinaria, en este grupo encontramos:

-Eucalipto: Las hojas en forma de infusión sirven para el tratamiento de la sarna en


los gatos, con las “semillas” grandes del eucalipto se forma un collar que se le
pone a los gatos para evitar que se le suban las pulgas.
-Ajenjo: El té de ajenjo se utiliza para atonias ruminales u obstrucciones
intestinales.
-Cabellos de Elote: A manera de té se utilizan como diurético en bovinos.
-La hierba “Cola de Caballo”: Se utiliza para limpiar riñones e hígado, se prepara en
forma de té, es diurético y esta indicado para problemas renales sobre todo del
tipo de cálculos.
-La Celidonia: Se prepara un té que se deja reposar, se filtra y se utiliza como
colirio, esta indicada en los casos de derrames o conjuntivitis.
-Té de Diente de león: Para el tratamiento de cálculos renales en rumiantes.
-Fenogreco: Las hojas secas se mezclan con vinagre tratando de formar una masa, la
cual se utiliza para ayudar a madurar los abscesos.
-Gordolobo: Para el dolor de encías, problemas respiratorios sobre todo en garganta.
-Cuerda de Ixtle: Se amarra al rededor del cuello de los papilomas y después de
unos días se caen.
-Nopal: Se utiliza para problemas respiratorios, asma. inflamación de la garganta.
Se coloca pomada rubefaciente sobre la superficie donde se localice el problema,
se asa un nopal y se abre por la mitad, se coloca sobre la zona, se cubre con una
venda y se deja durante uno o dos días, se puede cambiar y volver a ponerlo
cuantas veces sea necesario hasta que mejore el animal.
-Té de tilo o ti1a: Se ha usado para perros que son muy nerviosos o que se asustan
con el sonido de los cohetes (fuegos artificiales) o de los relámpagos.
-Zenpasuchil: Hervido en agua sirve para la diarrea de los perros.
-Tapacola: Se prepara un té y se da como agua de bebida, resulta de utilidad para las
diarreas mecánicas de los perros.
-Závila: Para inflamaciones en los caballos y heridas en los perros.
-Pirul: Se coloca un pedazo del palo de piral en la boca de las vacas para el
tratamiento del tiranismo gaseoso.
-Hediondilla: Para el tratamiento de las diarreas en guajolotes.
-La “Lengua de Vaca”: Para el tratamiento del tipanismo en los conejos.
-El compuesto de 1 puño de árnica, 1 puño de palo de encino y 1 puño de romero,
todo esto en un galón de alcohol, se usa de manera tópica directa o en forma de
cataplasmas para tratar los golpes en las patas de los caballos. Este compuesto se
ha usado durante muchos años en los caballos del ejército.

El segundo grupo lo integran las experiencias compartidas por los hierberos, aquí
podemos encontrar:
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-Té de palo azul: Para el catarro de los pollos, cuando las aves están decaídas y para
1a enfermedad en las que el ave tiene una pata hacia adelante y una pata hacia
atrás.
-Té de Curatrillo: Se dan de 2 a 4 litros de este té por vía oral en los casos en que la
vaca no arroja la placenta.
-Las Habas de San Ignacio: Se muelen y sirven como purga para cualquier animal.
-La hierba gatera o valeriana: Se utiliza para tranquilizar a los gatos o para
educarlos a que hagan sus necesidades en un sólo sitio. Se pone un poco de
valeriana en donde queremos que defequen los gatos.
-Arnica: Ya sea a manera de infusión o directamente sobre las heridas expuestas
para secarla en el ganado y en los caballos.
-Helecho Macho: Se usa para desparasitar a los animales.

Dentro del tercer grupo pusimos todas las demás aportaciones hechas por
encargados de animales, clientes encontradas en libros, etc. En este grupo se
encuentra:

-Ajo: mezclado con leche para desparasitar perros.


-Epazote: Para desparasitar cachorros de perros y cerdos.
-Collar de Limones: Para problemas respiratorios en perros, tos de las perreras.
Garrotillo, ganglios inflamados, sobre todo en la región de la garganta, etc. El
jugo de limón también se utiliza para el tratamiento de las diarreas en perros,
enteritis, úlceras e inflamación intestinal.
-Cebolla: La película más fina se usa para detener 1as hemorragias.
-Té de manzanilla: Se usa tanto para las diarreas en perros y gatos como en forma
de colirio para el lavado de los ojos.
-Raíz de Jalapa: Sirve para desparasitar cualquier animal, se da en forma de té
durante cuatro días continuos.
-Malva: se utiliza la raíz en forma de infusión para el tratamiento de sarna en los
cerdos, también se ha utilizado para lavados intravaginales en los casos de
metritis o vaginitis en cerdas.
-Té de Arnica: Como antiinflamatorio y diurético en caballos.
-Ajo: 2 o 3 dientes de ajo tomados o untados en los casos en que picadura de
animales ponzoñosos.
-Plátano: El fruto se puede utilizar para estimular la cicatrización de heridas
profundas en el ganado bovino. La cáscara, se ha utilizado para sacar las
garrapatas de las orejas de las cabras.
-Eucalipto: Se ponen a hervir las hojas y se usa a manera de emanaciones para el
tratamiento de problemas respiratorios, cerrando bien el cuarto donde este el
animal o la caballeriza en el caso de los caballos.
-Belladona: En forma de infusión para el tratamiento de artritis y problemas
cardiacos.
-Yerbabuena: En forma de té para malestar estomacal en los perros.
-Aguacate: La cáscara y el hueso molido en el alimento se ha usado desde hace
mucho tiempo para promover el aumento de peso en las cerdas. Se le han
reconocido también propiedades cicatrizantes.
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Quisiera recordar que no ha sido mi intención el presentar un repertorio terapéutico


de plantas medicinales para uso en animales, ni el de hacer un estudio exhaustivo,
simplemente quisiera hacer hincapié en la gran cantidad de aplicaciones que se les dan a las
plantas medicinales y a su uso tan difundido, incluso aquí en la Ciudad de México.
Aclarando que todo este conocimiento y mucho más, se ha preservado por la tradición oral
entre la gente del pueblo y que más que un obstáculo para la práctica de la medicina
veterinaria constituye un legado histórico, una herencia de un conocimiento que puede
remontarse a varios cientos de años atrás, si no es que miles, y que constituye una gran
riqueza cultural, la cual estamos obligados no sólo a preservar sino también a enriquecer
para un mejor ejercicio de nuestra práctica medica. Ha sido pues mi intención hacer una
invitación al estudio y conocimiento de esta práctica que con el tiempo nos traerá muy
agradables sorpresas y un mayor enriquecimiento espiritual como nación.
58

Hernández, J. y A. Aguilar. 1989. Experiencias en el estudio etnobotánico y la


herbolaria medicinal en veterinaria de la región de Misantla, Veracruz. Memorias
de la II Jornada sobre Herbolaria. Medicinal en Veterinaria. Fac. Medicina
Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. págs. 20-26

EXPERIENCIAS EN EL ESTUDIO ETNOBOTANICO Y LA


HERBOLARIA MEDICINAL EN VETERINARIA DE LA REGION DE
MISANTLA, VERACRUZ.
Jorge A. Hernández y López*
Abigail Aguilar Contreras**

INTRODUCCION

Este es un artículo que se desprende colateralmente del trabajo de campo,


realizado durante cuatro anos en el municipio de Misantla, Veracruz con la finalidad de
llevar a cabo 1a tesis de licenciatura en Biología, misma que se presentó en 1988 y cuyo
título fue “Estudio sobre herbolaria y Medicina Tradicional del municipio de Misantla,
Veracruz”. El objetivo fue investigar y conocer la medicina tradicional popular que se nutre
b1sicaaente del recurso herbolario.

ANTECEDENTES
El único trabajo realizado en el municipio y que enfoca plantas y animales
domésticos desde el punto de vista veterinario, es el escrito por Salazar (1983) “Plantas
tóxicas para el ganado bovino en el municipio de Misantla, Veracruz”. ASPECTOS
FISICOS.
Misantla municipio y cabecera municipal del mismo nombre, situado en el centro
del Estado. presenta una extensión de 538 km2 , y su población es de 63,175 habitantes;
tomando como referencia la cabecera municipal, Misantla se localiza a los 19º56’ de latitud
norte y 96º51’ de longitud oeste, su altura sobre el nivel del mar es de 410 metros.
En materia de ortografía al Oeste se encuentra la Sierra Madre Oriental, mientras
que al Sur se presenta la Cordillera Neovolcánica; en cuanto a su Geología, este municipio
se encuentra ubicado en el límite sur de la Cuenca Sedimentaria de Tampico-Misantla, y
cerca de las estribaciones de 1a Sierra de Chiconquiaco; referente a su Hidrología el
principal río que recorre el municipio es el Río Misant1a o Palmas; mientras que e1 clima
es semicálido húmedo con lluvias todo el año; en cuanto a la vegetación se encuentran
Bosques Caducifolios en las estribaciones de la Sierra de Chiconquiaco, mientras
que para el resto del municipio se encuentran Selvas Altas Subperennifolias con tres tipos
de asociaciones primarias:

*CONACYT
**Herbario IMSS-M. Subjefatura de Investigación del IMSS.
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Selvas de Lauraceas, Selvas de Pseudolmedia oxyphyllaria y Selvas de Brosimun


alicastrum.

En cuanto a la fauna silvestre aún se encuentran aunque de manera


escasa los siguientes animales; dentro de los mamíferos:

armadillo (Dasypus novemcinctus)


comadreja (Mustela frenata)
conejo (Sylvilagus floridanus),
coyote (Canis latrans)
tejón (Nasua narica)
tlacuache (Didelphis virginiana)
vampiro (murciélago) (Desmodus rotundus)
zorra (Urocyon cineroargenteus)
zorrillo (Spilogale sp)

Dentro de las aves:

aura: (Cathartes aura)


calandria (Icterus sp)
cardenal (Rinchomeda cardenalis)
clarín (Myadestes unicolor)
cojolite (Penelope purpurascens)
cotorra (Aratinga canicularis)
chachalaca (Ortalis vetula)
chuparrosa (Amazilia sp)
garza chapulinera (Bubulcus ibis)
gavilán (Harpagus bidentatus)
lechuza (Tytu alba)
martín pescador (Ceryle alcyon)
paloma (Columba fasciata)
papán (Psilorhinus morio)
pijul (Crotophaga sulcirostris)
primavera (Turdus assimilis)
quebranta hueso (Polyborus plancus)
tapacamino (Chordeiles minor)
tecolote (Glaucidium sp)
torcasa (Zenaida macroura)
tortolita (Scardafella inca)
zopilote (Coragyps atratus)
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Dentro de los reptiles:

coralillo (Micruroides elegans)


masacuate (Boa constrictor)
nauyaque (Botrops sp).

ASPECTOS SOCIOECONOMICOS
Respecto al ámbito poblacional y lingüístico se encuentra que Misantla
lingüísticamente hablando pertenece al grupo totonaco de Xalapa-Misantla, solo que éste se
encuentra incorporado a la población mestiza por lo tanto, el idioma dominante es el
español “no existen monolingües totonacos”; en cuanto a los servicios médicos veterinarios
éstos se concentran en la cabecera municipal y consisten en cuatro médicos veterinarios y
seis farmacias.

Referente a la Agricultura, Fruticultura y Ganadería se encuentran dentro de las dos


primeras, cultivos de frijol (Phaseolus vulgaris), caña de azúcar (Saccharum officinarum),
tabaco (Nicotiana tabacum) y café (Coffea arabica) entre otros; en lo que a ganadería se
refiere, destaca el ganado bovino, equi no, caprino, agregándose una gran producción de
aves de granja y de corral.

METODOLOGIA

Consistió en la selección del área de estudio por sus características botánicas y


poblacionales, para después conocer sus condiciones físicas y socioeconómicas, se continuó
con la investigación bibliográfica de las mismas condiciones; ya en el campo se localizó a
los especialistas en medicina tradicional e investigó entre la población misma sobre el
conocimiento y uso del recurso herbolario; los datos que se tomaron para la planta fueron:
localidad, fecha, nombre común de la planta, uso medicinal, parte utilizada, posología y
calidad de ésta; los datos que se anotaron para la enfermedad fueron: nombre del
padecimiento, causas, síntomas, tratamiento y calidad.

El material una vez prensado se secaba provisionalmente en el horno de una


panadería para ser depositado en la ciudad de México en el herbario IMSS-M de la
subjefatura del IMSS; posteriormente se llevó a cabo la identificación botánica del material
recolectado, así como la revisión bibliográfica respecto a la fitoquímica de las plantas
identificadas.
61

RESULTADOS

Para una mejor comprensión de éstos, se enfocaron en tres aspectos fundamentales:

A) Enfermedades de los animales domésticos.

-Rabia en los perros (Canis familiaris).- Enfermedad virulenta que se transmite de


los animales al hombre, caracterizada por fenómenos de excitación, de parálisis y de
muerte. Se trata de contrarrestar esta enfermedad dándoles de comer a los animales
afectados carne de zopilote (Coragyps atratus).
-Sarna en los perros (Canis familiaris).- Enfermedad contagiosa producida por el
acaro de 1a sarna o arador Demodex canix), en este caso pueden aplicarse baños con el
cocimiento de un árbol llamado quina y además se les aplica de forma local azufre
mezclado con manteca de cerdo.
-Viruela en gallinas (Gallus gal1us).- Se trata de una enfermedad virulenta
contagiosa y epidémica, caracterizada por erupciones en la piel; para este padecimiento
puede ni yectarse a la gallina leche de vaca y además se les da a tomar el cocimiento de
hojas de chaca (Bursera simaruba) o aplicárseles manteca de cerdo mezclada con limón
(Citrus aurantiifolia).
-Fiebre en las gallinas (Gallus gallus).- En caso de que estas aves padezcan fiebre,
se les da a comer pedazos de zábila (Aloe barbadensis); aunque también puede dárseles a
comer pastillas de terramicina.
-Yerba en las vacas (Bos taurus).- la yerba se refiere a una enfermedad que ataca a
las vacas y caballos, provocada porque los animales al pastar comen por accidente telaraña
que expulsan las tarántulas y se les empieza a podrir el chipo, o si se les pega en el casco
les ocurre lo mismo; entonces se les unta limón (Citrus aurantiifolia) con cal sobre la parte
afectada.
-Quemaduras en los animales.- Para este accidente se les unta el fruto del morcho
sobre la parte afectada.
-Ubre hinchada de las vacas (Bos taurus).- Cuando las vacas acaban de parir y se les
hincha la ubre, puede aplicárseles el calostro del mismo animal sobre la ubre o untarles de
manera local pomada de la tía.
-Garrotillo de los perros (Canis familiaris).- Se refiere a una tos reseca y ronca que
afecta estos animales, la cual se combate colocándoles en el cuello un collar de olotes (Zea
mays) con limones asados (Citrus aurantiifolia).
-Fiebre.- Ya sea de cerdos, caballos y vacas se les da de comer hojas de chaca
(Bursera simaruba) puestas previamente en cocimiento para colocarles emplastos de esta
planta sobre el estómago.
-Lombrices en los perros (Canis familiaris).- La gente de campo ha observado que
los perros comen zacate (Cynodon dactylon) generalmente por las mañanas y después ya no
ingieren alimento todo el día. Por tal motivo estas personas piensan que los perros se
purgan.
-Problemas en las vacas (Bos taurus) para arrojar la placenta.- En caso de este
problema puede dárseles a las vacas el cocimiento de pastle (Tillandsia usneoides) con
abundante sal.
62

-Matadas en animales.- Llagas que afectan generalmente al ganado equino cuando


no se les protege el lomo en forma adecuada al ser utilizados para labores de monta o carga:
el tratamiento a seguir es lavarles localmente con el cocimiento de las hojas de jobo
(Spondias mombin).
-Moyocul.- Larva de una mosca que se desarrolla bajo la piel de los animales a los
cuales les producen una especie de absceso; para extraer dicha larva se coloca en la
abertura donde se observa ésta, una gota de látex de la planta llamada huevo de gato
(Tabernaemontana donell-smithii).
-Parásitos.- Término que se refiere a las lombrices, tenias, etc. que se presentan en
el ganado caballar o vacuno, debido a que toman agua estancada, y por lo cual debe
dárseles el cocimiento de la guásima (Guazuma ulmifolia).
-Queresas.- Larva de una mosca que afecta al ganado vacuno principalmente; las
causas son porque la mosca oviposita en la piel de los animales donde existen heridas, por
lo cual se procede a espolvorear en la parte afectada las hojas molidas de berenjena
(Solanum verbascifolium).
-Torzón.- Enfermedad que afecta el intestino de los caballos (Equus equus) los
síntomas son dolor y el animal puede morir; algunas de las prácticas utilizadas para
combatir este padecimiento es darle al caballo el cocimiento de café simple (Coffea
arabica); antiguamente en la botica San José (no veterinaria) vendían un medicamento
contra el torzón, preparado a base de pimienta (Pimenta dioica).

B) Animales causantes de enfermedades al hombre:

- Zancudo (Anopheles).-mosco que trasmite el paludismo.


-Nauyaque (Botrops sp).- Víbora venenosa cuya mordedura es mortal.
-Perro (Canis familiaris) .-Puede trasmitir la rabia y la sarna.
-Quemadas por animales.- Se les llama así al efecto que producen en los niños el
vaho que despiden los animales cuando acaban de parir.
-Piojos (Pediculus humanus).- Parásitos en la cabeza de las personas.
-Amibas (Entamoeba hystolitica).- Parásitos intestinales.
-Lombrices (Ascaris sp).- Parásitos intestinales.

C) Animales medicinales.

-Chuparrosa (Amazilia sp).- Para problemas del corazón se cose crudo el corazón de
esta ave.
-Zorrillo (Spilogale sp).- Para enfermedades de la piel como son: granos, llagas y
manchas, se come la carne de este animal, aunque de igual manera se toma el líquido del
cocimiento del mismo.
-Coyote (Canis latrans).- Para las reumas se unta el cebo del coyote es decir. la
grasa de este animal sobre las articulaciones: también para combatir la fiebre de malta
puede comerse la carne del mismo.
-Zopilote (Coragyps atratus).- Para los tuberculosos el zopilote hervido y sin sal se
come mientras sea necesario.
63

-Víbora de cascabel (Crotalus sp).- La carne de este reptil se come para combatir las
reumas, aunque la carne puesta en aguardiente o alcohol ingerible también es utilizado
tomando una copita al día.
-Golondrina (Hirundo rustica).-Es utilizada la carne de esta ave para problemas del
lenguaje en los niños (no pueden hablar) comiendo solamente una de estas aves.

CONCLUSIONES.

a) Existen pocos trabajos respecto al uso medicinal de las plantas para aliviar
enfermedades de animales.
b) Se observa que también existen animales medicinales pero estos no han sido
tomados en cuenta en la mayoría de los trabajos de Medicina Tradicional
Popular.
c) Para el tratamiento de las enfermedades de los animales domésticos emplean
indistintamente Medicina a1ópata y plantas medicinales.
d) Los médicos veterinarios que ejercen en el municipio son nativos de la región,
por lo cual ellos llevan implícito de manera conciente o inconsciente el bagaje
cultural de la zona a la cual prestan sus servicios.
e) Es necesario realizar un mayor número de investigaciones Etnozoológicas que
nos lleven a conocer la Medicina Tradicional Popular enfocada a los animales y
su relación con las plantas.

BIBLIOGRAFIA

7. Hernandez L., J.A. 1988. Estudio sobre Herbolaria y Medicina Tradicional del
Municipio de Misantla, Veracruz. Tesis Profesional, Facultad de Ciencias, UNAM:
México, D.F. 382 pp.
8. Salazar A., G. 1983. Plantas tóxicas para el ganado bovino en el Municipio de Misantla,
Veracruz. Tesis Profesional, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Universidad Veracruzana. Veracruz, Ver. México. 150 pp.
64

López V., E. y A. Aguilar. 1989. Experiencias en el estudio etnobotánico y la


herbolaria medicinal en Veterinaria en la región de Mecapalapa, Pantepec,
Puebla. Memorias de a l II Jornada sobre Herbolaria Medicinal en Veterinaria.
Fac. Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. págs. 27-39

EXPERIENCIAS EN EL ESTUDIO ETNOBOTANICO Y LA


HERBOLARIA MEDICINAL EN VETERINARIA EN LA
REGION DE NECAPALAPA, PANTEPEC, PUEBLA
Ma. Edith López Villafranco*
Abigail Aguilar Contreras**

INTRODUCCION

En la actualidad los estudios que se han generado a saber sobre etnobotánica


(relación planta-hombre) son pocos. pero aun más escasos los etnozoológicos (relación
animal-hombre).

Este trabajo trata de dar un panorama general del conocimiento que tienen los
grupos indígenas y mestizos de la población de Mecapalapa acerca del uso que dan a 1os
animales y las relaciones de estos con las plantas.

Dicho estudio se formuló a partir del trabajo de tesis el cual es una contribución
etnobotánica en plantas medicina1es utilizadas por los grupos étnicos de Mecapalapa,
Pantepec. Pue.

La población esta localizada al norte de1 Estado de Puebla en las estribaciones de la


Sierra Norte de Puebla. entre los para1elos 20º32 de latitud Norte y a los 97º51 de longitud
Oeste. Alcanzando alturas hasta de 580 msnm. El clima reportado es del tipo caliente
húmedo. Teniendo una selva alta subperennifolia como vegetación representante del área
de estudio, se encuentran dentro de este tipo de vegetación un gran número de milpas.
cañaverales, acahua1es, potreros y otros.

La fauna existente en la comunidad de Mecapa1apa, esta integrada por mamíferos


pequeños entre 1os cuales se tienen: armadillo (Dasypus novemcintus), tejón (Nasua
narica), mapache (Procyon sp.), coyote (Canis latrans), tuza real (Cunicu1us paca). Aves.
búho (Strix sp.), gaviota (Larus sp.), cojolite (Penelope purpurascens). Reptiles, tortugas
(Terrapene sp.), 1agartijas (Sceloporus sp.), víbora de cascabel (Crotalus sp.). Así como,
una gran variedad de anfibios, peces, crustáceos e insectos.

*Depto. Ciencias Biológicas. F.E.S. Cuautit1an-U.N.A.M.


** Herbario IMSS-M. Subjefatura de Investigación del I.M.S.S.
65

Se cuenta además con animales domésticos como son: gatos (Felis catus), perro
(Canis familiaris), patos (Anas sp.), gallinas (Gallus gallus), conos (Meleagris gallopavo),
cerdo (Sus scrofa), caballos (Equus equus), burros (Equus asinus), mulas (E. x E. asinus),
son empleados en algunos casos como animales de compañía, también como apoyo al
trabajo, transporte, aumento de su economía, alimentación, medicinales y ceremoniales.
Mecapalapa actualmente esta habitada por indígenas y mestizos siendo los primeros
habitantes los totonacos, seguidos por ol s grupos nahuas, otomíes y tepehuas. A finales del
siglo pasado comenzaron a residir grupos mestizos.

METODO

- Primeramente se seleccionó el área de estudio y se procedió a hacer un panorama


general de la región a nivel bibliográfico.
- Se realizaron visitas de uno a tres días con la finalidad de presentarse ante las
autoridades y pob1ación en general.
- Ya instalada en la comunidad se procedió a relacionarse con los habitantes e
indagar sobre los encargados de resolver los problemas de salud en 1a comunidad.
- La información etnobotánica y etnozoológica que aquí se presenta se obtuvo
mediante una serie de entrevistas abiertas que se formularon a los médicos tradicionales y
población en general.
- La colecta de ejemp1ares botánicos se realizó conjuntamente con los habitantes,
dichas colectas se obtuvieron entre otros de: Milpas, huertos fami1iares, potreros y monte.
- Tanto de las plantas, animales y otros elementos usados en la terapéutica
tradiciona1 se obtuvo la información de su uso. toxicidad, nombre popu1ar, parte usada,
preparación, vía de administración; en relación a las plantas si son silvestres o cultivadas,
calidad y forma de co1ecta.
- Las plantas colectadas fueron secadas y fumigadas para después continuar con el
trabajo de gabinete, esto es: identificación, montaje. etiquetado, registro e integración del
material al herbario. En este caso los ejemplares se encuentran integrados en herbario del
IMSS-M y en el herbario de 1a E.N.E.P. Iztacala.

RESULTADOS

En general la medicina tradicional popular tiene gran importancia para la


comunidad de Mecapalapa, pues aunque en la actualidad existen los servicios de la
medicina alópata, se tiene que el uso de sus recursos naturales con fines terapéuticos es
muy frecuente, así como las consultas con terapeutas tradicionales como lo son:
Curanderos, hueseros, parteras, entre otros.

Los resultados obtenidos respecto a la información etnozoo1ógica se presentan a


manera de tablas.
66

I.- Plantas uti1izadas para aliviar enfermedades de los animales.


II.- Plantas nocivas y tóxicas para los animales.
III.- Animales y sus derivados utilizados en la terapéutica tradicional de
Mecapalapa, Pue.
IV.- Animales que causan malestares.
V.- Animales relacionados con mitos y ceremonias.
VI.- Plantas que llevan nombre de animales.

En el caso de p1antas utilizadas para aliviar 1as enfermedades de la población se


encontró que están representando la flora medicinal, 158 especies, 149 géneros y 67
fami1ias. Se considera que si el estudio hubiera sido enfocado a la investigación de la flora
medicinal empleada en los animales se encontrarían las mismas especies para determinada
enfermedad de éstos, así como una p1anta llega a curar más de un padecimiento y a varios
anima1es como se observa en la tab1a I.

Es importante señalar que existen también plantas nocivas y tóxicas para los
animales como lo observamos en la tabla II.

Los animales pueden ser utt1izados totalmente o bien algunos órganos de ellos, así
tenemos, su pie1, grasa, sangre, corazón, entre otros (ver tabla III).

La información también nos seña1a los animales que causan malestares, observando
en algunos casos que varios animales pueden causar una misma afección como lo vemos en
la tabla IV.
Es de importancia mencionar también aquellos animales relacionados con mitos y
ceremonias, ya que por ejemplo el soñar con determinado animal puede ser señal de
contraer una enfermedad información proporcionada en la tabla V.

Los habitantes tienen un gran sentido de observación, esto a dado como resultado
que ciertos órganos de las plantas los comparen con algún órgano u animal dando un
nombre a la planta, por ejemplo: a la de murciélago (Passif1ora coriacea), co1a de alacrán
(Heliotropium angiospermum), lengua de ciervo (Microgramma nitida), mano de león
(Celosia argentea). También se presentan aquellas plantas que se denominan con relación a
alimentos de animales o bien por curar determinado padecimiento, entre el1as tenemos:
hierba de la rabia (Stae1ia scabra), comida de puerco (Acmella repens), plátano de ardilla
(Syngonium podophyllum). Las relacionadas con olores de animales, tal es el caso de la
hierba del zorrillo (Petiveria alliacea), epazote de zorri11o (Teloxys graveolens).

CONCLUSIONES.

Los habitantes conocen y dan gran importancia a sus recursos, no solo utilizan las
plantas para aliviar sus malestares, sino también los emplean para curar sus animales ya que
éstos son de importancia en la comunidad pues son empleados para la alimentación, apoyo
en el trabajo, como ceremoniales, medicinales y otros.
67

Se ha observado que cada día la medicina alópata es inalcanzable sobre todo para la
comunidad indígena es por esto que el estudio de animales y plantas utilizadas en la
medicina tradiciona1 popular es importante como fuente médica, pues son un pilar para
curar y prevenir las enfermedades tanto de los habitantes como de sus anima1es.

La influencia e interrelación de varios grupos humanos en la población como son


totonacos, tepehuas y mestizos ha permitido tener un amplio conocimiento de sus recursos
naturales intercambiando información acerca del uso medicinal de las plantas. Por lo
anterior se considera que la región de Mecapalapa es una zona con condiciones apropiadas
para este tipo de trabajos.

BIBLIOGRAFIA

9. López V. Ma. E. 1988. Contribución Etnobotánica en Plantas medicinales Utilizadas


por dos Grupos Étnicos de Mecapalapa, Municipio de Pantepec, Puebla. Tesis E.N.E.P.
Iztacala (U.N.A.M.) México, D.F.
68

PLANTAS UTILIZADAS PARA ALIVIAR ENFERMEDADES DE LOS


ANIMALES

NOMBRE NOMBRE FAMILIA ENFERMEDAD PARTE PREPARACION VIA DE


POPULAR Y POPULAR Y USADA ADMÓN.
CIENTIFICO CIENTIFICO
DEL ANIMAL DE LA PLANTA
Burro L.
Equus axinas Barba de chivo RANUNCULACEAE Muermo Hojas Machacadas con Local
Clematis dioica alcohol (inhalado)

Caballo Cebollina LILIACEAE Muermo Bulbo Machacadas con Local


Equus equus Allium sp. alcohol (inhalado)

Mulas Dormilona grande LEGUMINOSAE Vista nublada Raíz Cocción Local


E. x E. Mimosa albida (gotas)
Asirus Humb. & Bompl.

Gallinas Romero LABIATAE Poner huevos Ramas S/P Oral


Gallus gallus Rosmerinus
officinalis L.

Guajolotes
“conos”
Meleagris
Gallo pavo

Perros Hierba de la rabia RUBIACEAE Rabia Ramas Resiregada con agua Oral
Canis familiaris Staelia scabra
(presi.) Standley
69

Plantas nocivas y toxicas para los animales

NOMBRE FAMILIA PARTE TOXICIDAD


POPULAR Y TOXICA
CIENTIFICO
DE
LA PLANTA

Cornezuelo Willd. Ramas Las


Acacia cornigera LEGUMINOSAE espinas provocan
(L.) heridas en el
hocico de las reses

Ortiga EUPHORBIACEAE Planta Urticante


Cnidosculus
multilobus
(Pax.) I.M. Johnst

Palo de leche S/I Látex Se emplea para


S/I matar a los peces

Venenillo ASCLEPIADACEAE Látex Provoca


Asclepias quemaduras, el
curassavica látex es cáustico

Planta Si los animales


llegan a comer la
planta se hinchan
70

ANIMALES Y SUS DERIVADOS UTILIZADOS EN LA TERAPEUTICA


TRADICIONAL DE MECAPALA, PUE.

NOMBRE ENFERMEDAD PARTE USADA PREPARACION VIA DE


POPULAR Y ADMINISTRACION
CIENTÍFICO
DEL ANIMAL

Borrego Torceduras Lana S/P Local


Ovis aries Con látex de (vilma)
chalama

Caracol Jiotes Baba S/P Local


(frotada)

Caracol de río Tos ahogadora Organismo Hervido Oral

Cerdo Etico El agua en la S/P Externa


Sus scrofa cual se baña el ((baños)
cerdo

Roña Manteca Mezclado con Local


blanco de zinc y (frotada)
azufre

Torceduras Cebo Untado a hojas Local


de tabaco (vilma)

Colibrí o Corazón Corazón S/P Oral


chupa mirto Con jerez
Amazilia sp.

Enjambre Bilis Miel S/P Oral


Apis melifica Cocción con

Fertilidad Miel Cocción con Oral


Romero y laurel

Heridas Miel S/P Oral

Gallina Espanto Huevo S/P Local


Gallus gallus (untada)

Mal aire Huevo S/P Externa


(limpia)
71

Para que los Clara del huevo S/P Externa


niños caminen (limpia)

Grillo Mal de orín Organismo Cocción con Local


borreguillo y (untada en las
quelite de puerco curvas)

Gusano de Mal de boca S/I S/I Oral


mecapal

Gusano del Mal de boca S/I S/I Oral


tabardillo

Iguana Para los ojos S/I S/I S/I


Iguana iguana
Rhinolopha

Mosca sinclina Evitar el Nido Hervido con Oral


vómito agua

Vaca negra Mal dormir Lugar donde S/P Externa (el niño
Bos taurus durmió la vaca debe revolcarse en
el lugar donde
durmió la vaca)

Parásitos Leche S/P S/I


Con látex de
papaya
Leche Hervida con Oral
semillas de
calabaza

Sarampión Leche Hervida con ruda Oral

Venado Corazón Sangre S/P Oral


Odocoileus Reumatismo Piel S/P Local
virginianus (plantillas)

Víbora Para que Grasa S/P Local


Crotalus sp. crezca el (Untada)
cabello
Zopilote Rabia S/I S/I S/I
Coragyps
stratus
72

ANIMALES QUE CAUSAN MALESTARES

NOMBRE AFECCIÓN SÍNTOMAS Y RECURSO (A) PARTE USADA


POPULAR Y CAUSAS (B) PREPARACIÓN
CIENTÍFICO HERBOLARIO (C) VIADE
DEL ANIMAL administración
Caballo Espanto Si los niños o adultos Adiantum princeps (A) Hojas
llegan a caer del caballo, T. Moore Planta
Equus se pueden espanta y Agastache mexicana Ramas
equus perder la sombra. Los (HBK) Lint. &
síntomas que llegan a Epling. (B) Cocción
presentar son: los niños Artemisia ludoviciana Macerados
Nauyaca lloran mucho, se ponen subso. Mexicana
Botrops amarillos, no comen, (Willd.) Keck. ( C ) Externo
Alroscasper tienen la mirada fija, se Bauhinia divaricata (baños)
sobre saltan, la L. Local
Perro defecación es de color Citrus aurantilifolia (frotada)
Canis verde. (Christm.) Oral
Swingle.
familiaris Cuscuta jalapensis
Schlechi.
Serpiente Diphysa robinioides
Dryadophis Benth.
melanolonus Phyllantus carolinensis
veraecrusis Walt.
Tageles erecta L.
Toro Bos taurus T. lucida Cav.
Teloxys ambrosioides
Víbora (L.) Weber
Crotaus sp.

Carga basura Piquete de Se presenta al tener Leucaena (A) Hojas


carga contacto con el gusano leucocephala (Lam.) Ramas
Basura llamado carga basura. De Wit.
Hay inflamación en la Sechium edule (Jacq.) (B) Masticadas
zona afectada, ardor, se Swartz. S/P
observa un color rojo
alrededor del piquete. (C) Local
frotada o
puesta en el piquete)

Gato Quemado El enfermo no come, Mucuna argyrophylia (A) Hojas


adelgaza, la garganta se Stand. Ramas
Felis catus fuerza como si Piper auritum HBK. Savila
expulsara flemas, hay P. umbellatum L.
Perro vómito que en los niños (B) S/P
huele a choquía, a
Canis algunas personas les da (C) Oral
familiaris anemia y paludismo, si
se espantan se hinchan y
se desprende la piel en
Puerco algunos sitios. Causado
Sus scrofa por haber visto nacer
algún animal o tener
asco a la sangre.
73

Hormiga tepeua Piquete de S/I S/I S/I


Hormiga

Lombrices Parásitos Dolor de estómago, la Carica papaya L. (A) Fruto


Intestinales persona suda cuando Cucurbita pepo L. Hojas
Ascaris defeca y puja, no se Mucuna pruriens (L.) Látex
tienen ganas de comer. Persea americana Mill Semillas
Se llegan a presentar Portulaca oleracea L.
porque no se lavan bien (B) S/P
los alimentos. Los niños
las presentan porque ( C ) Oral
comen tierra.

Moyocuil Piquete de Se presenta como una Stermadenia donell (A)Látex


Moyocouil pequeña papula, se smithii (Rose)
Larva de un siente ardor y se observa (B)S/P
insecto un color rojo alrededor
del piquete. ( C )Local
(gotas

Moscos o Dengue Síntomas parecidos a Citrus aurantiifolia (A) Fruto


Zancudos los del paludismo dolor (Christm). Swingle
en los huesos, ganas de (B) S/P
vomitar, algunas
personas presentan ( C ) Oral
ronchitas, es causado
por el piquete de
zancudo.

Paludismo Hay escalofrío, dolor de Hamelia patens (A) Hojas


cabeza, calentura, a Jacq.
medio día se comienza (B) Cocción
con frío. Estos síntomas
se pueden presentar (C) Oral
diariamente o cada tres
días, pero a la misma
hora. Es causado por el
piquete de zancudo.

Víbora Mordedura de Hay dolor y presenta Asclepias sp. (A) Hojas


Crotalus sp. Víbora hinchazón, la piel se Boubardia ternifolia Látex
pone rojiza, hay sudor (Cav.) Schiecht.
intenso y puede dar (B) Cocción
fiebre cuando no se S/P
atiende rápido.
( C ) Oral
Local
(lavados)
74

ANIMALES RELACIONADOS CON MITOS Y CEREMONIAS

NOMBRE POPULAR Y MITOS Y CEREMONIAS


NOMBRE CIENTÍFICO

COYOTE Cuando aúllan los coyotes por las noches, al


Canis latrans día siguiente cambiará el tiempo (si el día fue
lluvioso, al día siguiente saldrá el sol y viceversa).

GALLINAS Cuando cacarean las gallinas por las noches,


Gallus gallus al día siguiente cambiará el tiempo.

HORMIGAS El soñar una persona con hormigas, se


predice que contraerá una enfermedad.

PUERCO Son animales empleados como ofrendas


Sus scrofa alimenticias en las diferentes ceremonias religiosas
y ritos.
CONO
Meleagris gallopavo

GALLINAS
Gallus gallus
75

Argueta., A. 1988. Medicina popular, animales de traspatio y etnozoología en


México. Memorias de la J Jornada sobre Herbolaria Medicinal en Medicina
Veterinaria. Fac. Medicina Veterinaria y Zootecnia. UNAM.

MEDICINA POPULAR, ANIMALES DE TRASPATIO Y


ETNOZOOLOGIA EN MEXICO.

Biol. Arturo Argueta Villamar.*

Me parece un gran acierto y quiero dejar constancia de ello al inicio de esta plática,
el que la Coordinación de Educación Continua de la Facultad de Medicina Veterinaria y
Zootecnia de la UNAM, abra este espacio a la reflexión sobre las posibilidades y
potencialidades de las plantas medicinales en la terapéutica animal. Estimo como altamente
positivo el que se propicie el trabajo interdisciplinario; creo también que desde la
perspectiva que aquí exploraremos se puede vislumbrar una gran relación entre dos
disciplinas que no siempre se les maneja juntas, aunque debería hacerse así, y me refiero a
la Etnobotánica ya la Etnozoología; y finalmente, me parece una tarea muy grata, a la vez
que un gran compromiso, el venir a hablarles a ustedes de una joven disciplina a la que se
le ha denominado Etnoveterinaria.

ALGUNAS REFERENCIAS HISTORIAS.

Los animales actuales del traspatio mexicano son básicamente las especies
introducidas e impuestas por los colonizadores españoles hacia el siglo XVI, después de
ello, un lento proceso de acriollamiento y apropiación se ha sucedido en estos casi 500 años
transcurridos. Dicho proceso no estuvo exento de problemas y dificultades, pero hoy forma
parte y, sin duda alguna, de una cultura campesina, de matriz mesoamericana, en la que el,
manejo de la agricultura y los animales, la caza y la recolección, la pesca lacustre o de ríos
y otras actividades productivas, posibilitan la subsistencia de amplios sectores rurales del
país.

En el escenario previo a la introducción de tales especies, hay sobre todo un amplio


consumo de carne proveniente de una gran cantidad de especies silvestres, de las que no
hablaremos aquí. Por datos arqueo1ógicos y etnográficos se tiene la certeza de la
domesticación prehispánica del guajolote, los perros y el pato. En náhuatl los guajolotes
eran conocidos genéricamente como totolin, reservándose el término huexó1otl para los
76

machos. Sahagún consigna los nombres de los perros originarios de México de la siguiente
manera: chichi, itzquintli, xochiocóyotl, telamin y tlalchichi. Habla también algunos
animales bajo un proceso de semidomesticación tales como abejas y avispas para la
obtención de miel y cera. Hab1a, sobre todo en tierras tropicales, una gran cantidad de
animales en cautiverio que servían directamente para la alimentación, tales como jaba1íes,
venados, monos e iguanas. Finalmente estaban las especies que se tenían como mascotas,
tales como el tejon, el mapache, algunas boas y numerosas aves canoras y de ornato.

* Centro Antropo1ógico de Documentación para América Latina.


Agradezco a la MVZ. Luz Lozano Nathal y a la Biol. Catarina Illsey, el apoyo prestado en la consecución de
artículos y materiales sobre el tema.
77

Sin que olvidemos la importancia que Mesoamérica tiene como Centro de origen de
plantas cultivadas en el mundo, cabe advertir que pocos trabajos hay sobre zooarqueología
y etnografía de la alimentación animal. Un párrafo de Sahagún llama la atención
poderosamente, cuando se dedica a describir al vendedor de carne: “El que trata de carnes,
tiene ganado, caza y cría, y vende así carne de todo género, de gallina, de venados, de
conejos o liebres, de ánsares, de patos, de pájaros, de codornices, y la carne de águila, y de
bestias fieras, y la carne del animalejo que trae sus hijos en una bolsa...” (Casillas y Vargas,
1984).

Frente a lo poco que sabemos sobre domesticación, semi-domesticación, crianza en


cautiverio, posibilitación de procesos de reproducción y alimentación en áreas silvestres,
etc., de la fauna nativa, al parecer sabemos mucho más sobre la introducción de especies
provenientes del viejo mundo. pero, hacia 1922, Don Manuel Gamio, a quien se le
considera padre fundador de la antropología mexicana, hablaba del asunto de la siguiente
manera: ninguna o muy escasa atención se ha puesto en investigar la influencia que
ejercieron los animales domésticos europeos en la civilización de los pueblos aborígenes de
México y en las bruscas innovaciones culturales que quizá se produjeron con tal motivo. (Y
agregaba) Tenemos en México extensas crónicas inmediatamente posthispánicas, códices
pre y posthispánicos, innumerables petroglifos y (cito textual) muchas tribus en estado
primitivo que actualmente experimentan la influencia de la introducción del animal
doméstico en sus costumbres. de igual manera que la experimentaron los prehispánicos. Ese
vasto material sólo exige algún estudio para suministrarnos datos de alto interés etnológico.
¿Cuándo lo estudiaremos? (Gamio, 1922).

Por lo menos desde la perspectiva michoacana y particularmente en el área P’ur


hépecha. el fenómeno se dió de la siguiente manera. Hacia febrero de 1521, se dice que
llegó el primer caballo conducido por un explorador de Cortés y unos meses después, casi
al final del año, un grupo de españoles llegan a Tzintzuntzan, capital del Señorío P’urhé, en
el intercambio inicial de regalos los españoles les dan plumas de Quetzal (que habían
conseguido con los Mexica) y los P’urhé les regalan 5 venados. Al despedirse y hacer el
intercambio de despedida los P’urhé les regalan mantas, xicales y cótaras de cuero de
venado, tigre y otros; los españoles le regalan al Cazonci Tangaxoán II, 10 puercos y un
perro.
Una vez que se marcharon, la Relación de Michoacan, documento fechado en 1541,
narra que ocurrió lo siguiente: a...y como viese el Cazonci aquellos puercos dijo: ¿Qué
cosas son estos? ¿Son ratones que trae esta gente? y tomoló por agüero y mandólos matar y
al perro, y arrastrándolos y echáronlos por los herbazales...” (Relación, 1977).

No obstante lo anterior. y dominio militar mediante, se tiene la certeza de que el


primer animal doméstico que los españoles llevaron a Michoacán fue el puerco. Tan
temprano como 1525 se reportan las primeras piaras en Pátzcuaro y Huaniqieo en 1530.
Las vacas ya las había hasta en Pamatácuaro, al extremo de la Sierra. hacia 1532.
Por cierto, el caballo llegó exactamente al mismo tiempo que la prohibición a los
indios de montarlo. Se señala que el burro llegó a México en 1531 y en Pátzcuaro lo
encontramos mucho después, en 1560. El gato y la cabra. también por esas fechas, pero en
el altiplano michoacano, la cabra fue golondrina que no hizo verano. Igual pasó con los
78

conejos, los patos y los gansos. El gusano de seda fue impuesto hacia 1570, pero tampoco
tuvo éxito por la vía de la apropiación (Argueta, 1988).

Varios antropólogos que estudiaron el área, señalan la gran acogida que tuvo la
gallina en los corrales P’urhé. Recuérdese que tal proceso tuvo lugar bajo la vertiente
obligatoria, pues el tributo de los cabeza de familia indígenas se constitu1a de 12 gallinas
de castilla, 6 gallinas de monte (o de la tierra, como se les llama en los documentos
coloniales) y un guajolote (Brand, 1946). Otro antropólogo. George M. Foster, que estudió
el proceso de lo que denominó Cultura de conquista y que de manera sucinta consistió en
reconocer los elementos culturales que pasaron de los españoles a los indígenas en
América, señala que los métodos de crianza y los conocimientos asociados, son los mismos
que en España, que pasaron como “un todo complejo”, pero empobrecido. Cita por
ejemplo, que en España se da la trashumancia del ganado lanar y vacuno, se mueven
también a las abejas y a los cerdos (estos por cierto en busca de los encinares, pues son
alimentados con bellotas), que no se hace el afeite de las grupas de los caballos. Que no
existe la Fiesta del Toro tomo en San Marcos, o la del Puerco como en San Antón, pero si
se hace la bendición de los animales y, agrega, persisten supersticiones tales como la
creencia de que el mal de ajo puede afectar al ganado en pie (Foster, 1962).

Estimo que el proceso no es como lo señala el Dr. Foster, pues se trata de pasos
adaptativos, donde algunos elementos se desechan y otros se retornan, muchos se readaptan
y otros en fin, se inventan. Uno de los que estimo más rico y amplio es precisamente el de
los recursos terapéuticos herbolarios para el tratamiento de los padecimientos de los
animales del traspatio, pero no es lo único. Vamos pues a referirnos ahora a algunos
estudios de caso.

ANIMALES DE TRASPATIO EN MEXICO.

Uno de ellos, que me parece constituye un caso poco frecuente aquí en la Facultad
de Veterinaria, es el estudio de Esquivel (1982). Se trata de un trabajo realizado con base en
la experiencia de 7 años en una región que abarcó los municipios de Zitlala, Apaxtla,
Chilapa y otros del Distrito de Alvarez, Guerrero. Se ocupa de la medicina para animales
domésticos: gallinas, guajolotes, cabras, borregos, cerdos, ganado vacuno y equino. Detectó
la presencia de un arsenal de más de 80 plantas medicinales utilizadas para alrededor de 50
padecimientos, que van desde las heridas, quebraduras y parasitosis hasta el mal de ojo.
Agrega una buena discusión de los tratamientos que a su juicio algunos son adecuados,
otros inservibles y otros insuficientes.

Un trabajo importante también es el debido a los Promotores Culturales Bilingües


Rosa Eangel y José Luis Felipe Ortiz de la Dirección General de Culturas Populares. SEP.
Fue llevado a cabo en dos comunidades P’urhé llamadas Caltzontzin y Pamatácuaro. En el
se presenta información sobre 30 enfermedades o padecimientos en vacas, caballos,
puercos, borregos, burros y aves. Así como sobre 38 plantas y 7 materiales curativos.
Señalan que hoy en día la medicina de plantas y los procedimientos curativos locales se
combinan con la medicina de patente. La gente distingue entre las enfermedades que
pueden curarse en la comunidad y las que necesitan veterinario, pero el primer momento es
79

siempre el de la medicina casera. En muchos tratamientos se usan las plantas que también
se usan en la gente, pero en dosis mayores. En otros casos las plantas que algunos animales
se comen para curarse solos son después adoptadas en la curación de las personas, pues se
sabe que muchos padecimientos son comunes: heridas. Golpes, picaduras de víbora e
incluso mal de ojo, aires y otras (Rangel y Ortiz. 1985).

Para corroborar lo señalado por Gamio, el caso Chinanteco señalado por Bernard
Bevan (1987), quien estuvo en el área entre 1934 y 1936, nos muestra que había pavos y
pollo, pocos cerdos y abejas para miel y cera. Aparte de esto, la ausencia y el pastoreo de
ovejas, vacas y cabras fue evidente.

Entre los Tarahumara y los Huicholes, Zinng y Bennet (1978) y Zinng (1982).
encontraron patrones de trashumancia en el pastoreo de vacas y ovejas. Mucho más aún, un
delicado equilibrio entre cantidad de animales, cantidad de estiércol, fertilización, cosecha
y subsistencia. “En los dos últimos siglos, los animales se integraron tan inextricablemente
con la agricultura, que uno se pregunta cómo se las arreglaron los indios sin ellos, antes de
que legaran los españoles. Los animales domésticos aportan el ajuste ecológico más
particular de la cultura tarahumara (...) Mientras que el caballo permitió a los indios de las
llanuras un dominio superior de su peculiar medio ambiente, de una manera diferente, la
vaca dio a los tarahumaras su dominio de la alta sierra”.

Entre los huicholes, Zinn encontró vacas, ovejas y abejas. Las primeras son de alta
importancia económica y las segundas son criadas y trasquiladas por las mujeres. Son
rebaños de las mujeres. Dado que la cría es trashumante, como decíamos antes, los hombres
dedican buena parte del tiempo a cuidarlos y a menos que sea un rebaño muy numeroso, de
más de 50 cabezas, todo Huichol conoce perfectamente a cada uno de sus animales, al
punto incluso de “... reconocer las huellas de cada una de sus pisadas.

Por lo tanto, es muy riesgoso robarle animales a un Huichol, pues se les seguirá el
rastro hasta la casa del ladrón”.

Finalmente, el caso entre los Tzotziles de San Juan Chamula, estudiado por Pozas
(1977) tiene particularidades interesantes. El cuidado y atención de los animales es una
actividad de las mujeres. Aquí, el carnero era el animal más importante y, al igual que las
vacas entre los Tarahumaras, estaba implicado el ciclo de fertilización y agricultura. Al
parecer no se daba la atención a los partos, pero sí se practicaba la castración en junio y la
trasquila en enero y junio. Algo que me pareció desracable, aunque supongo que han
cambiado las cosas desde entonces, es el que no era frecuente el sacrificio de los carneros y
la mayoría morían de vejez o enfermedad.

Cuando esto ocurría se les quitaba la piel y se tiraba la carne y en muchas ocasiones
ni la piel se quitaba por considerarlo un sacrilegio.
80

ETNOZOOLOGIA Y ETNOVETERINARIA

Como es sabido, gracias a los trabajos de Porteres (1971), Pujol (1971), Martínez
(1976) y otros, la Etnobotánica es algo así como una disciplina que cumplirá 100 años allá
por 1995, pues fue enunciada por el botánico Harshberger un poco antes de terminar el
siglo. La Etnozoología fue acuñada y conceptual izada por Henderson y Harrington hacia
1914. al hacer sus estudios sobre las relaciones entre los Tewa y los animales.
Más cercana a nuestros abuelos. La Etnobiología fue gestada como disciplina de
síntesis hacia 1936 y me parece que se comenzó a hablar de Etnoveterinaria a mediados de
la década pasada.

Desde la perspectiva de Roland Porteres (1971), los campos de interés de la


Etnozoología pueden ser los siguientes: 1. Aspectos metafísicos, mitología y creencias; 2.
Aspectos psicológicos; 3. Sistemas clasificatorios; 4. Utilización de los animales; 5. Origen
de los animales domésticos. Como es claro, tales estudios no pueden sino hacerse de
manera interdisciplinaria y por supuesto transdisciplinaria, en contacto permanente con los
pastores, ganaderos, etc. Las disciplinas y estudios que este autor recomienda utilizar son la
etnología, lingüística, botánica, zoología y otras.

En México quizá el campo etnozoológico más estudiado hasta ahora ha sido el de


las relaciones entre los animales silvestres y las culturas prehispánicas, y sobre todo en los
temas de la utilización y el conocimiento taxonómico de los mismos. No voy a ocuparme
ahora de ellos, pero una larga lista de participantes que van desde Seller al maestro Rafael
Martín del Campo, el más prolífico de todos, han dejado una amplia cantidad de trabajos
sobre el tema. De la década pasada a la fecha han proliferado los estudios sobre las
taxonomías de los animales en diversos pueblos indígenas de México. Aquí también las
fuentes están creciendo todos los días.

Recomendaría a todos los interesados la lectura del excelente artículo de Donald


Brand (1962), quien revisó los estudios sobre la Etnozoología en México el año 1938, y que
lleva de la mano al lector por los diferentes grupos zoo1ógicos, estudiosos del tema y
aportaciones realizadas.
Quisiera agregar que la Etnozoología ha sido conocida en algunos medios
académicos y de aficionados, como el estudio de los animales que aparecen en la heráldica,
en los tapices e incluso en las pinturas clásicas. Esto por supuesto que forma parte pero no
es todo el campo a explorar. Sobre todo teniendo en cuenta la riqueza. y diversidad que en
México existe tanto en lo natural como en lo cultural, es de suma importancia dedicar
esfuerzos a estudios de índole más profunda (Ver Demish, Beyer, Honig y otros).

En lo que concierne a la Etnoveterinaria, me parece que hay sorpresas


considerables. Se le considera una nueva rama de la Etnobiología, algunos la han
denominado también Etnozootecnia y otros le han dado el giro de Antropología veterinaria,
haciendo el símil a Antropología médica. Por mi parte no creo que deba ser rama de la
Etnobiología sino de la Etnozoología, pero sobre esto no abundaremos ahora (Mc Corkle,
1986).
81

Un veterinario, Albert Sollod (1981), ha señalado la gran importancia de que


veterinarios y antropólogos trabajen conjuntamente estos temas, en ocasiones con
arqueólogos, lingüistas y otros. Entre las disciplinas de la veterinaria que estima muy
importantes son la epidemiología, inmunología, parasitología, patología y fisio1ogía. Entre
las disciplinas que un Etnoveterinario requeriría de un biólogo estarían la botánica, la
zoología, la entomología, la etología y la ecología. Pero también son importantes las
contribuciones de especialistas en manejo de ganado, en agua, en planificación y extensión,
las de sociólogos rurales, economistas y economistas agrícolas y expertos en comunicación
rural, entre otros.

Sin pretender una definición inamovible, Mc Corkle (1986) ofrece una que puede
ser útil:
“Etnoveterinaria se constituiría por una investigación y desarrollo sistemáticos, que
toman como su asunto principa1 y punto de partida a los conocimientos y creencias
populares (teorías, taxonomías, definiciones, diagnosis, etc.), prácticas, tecnologías y
recursos, organización social y todo lo concerniente a cualesquier aspecto (s) de la salud
animal. entre las especies cultivadas o manejadas por los seres humanos”.

Ella subraya en su definición sistemáticos, popular (o folk) y salud animal, pues los
considera tres ejes fundamentales de la nueva disciplina. Considera que el fin último es la
salud de los animales y todo lo que afecta negativa o positivamente, directa o
indirectamente a los animales. Información sobre los aspectos que debe conocer un
Etnoveterinario puede encontrarse en las Etnografías de diversos pueblos, diarios de
viajeros o misioneros, autoridades coloniales y otros oficiales, escritos de antropología
médica, tratados de arqueología, estudios de campo de medicina veterinaria. Aquí debemos
recordar lo que ya señala Don Manuel Gamio para el caso.

Por supuesto, un investigador de una nueva disciplina tiene que partir de la idea de
que tiene que construir su universo de trabajo, es decir, mucha de la información ahí esta,
pero no en la manera en que él la va a construir, y cuidado, no hay que desesperarse, pues la
información está a cuentagotas, subordinada al tópico principal, en otros casos es
meramente anecdótica, poco sistematizada y parece no tener utilidad. Debe recordarse que
la búsqueda de escritos só1o es una primera parte del trabajo global, que debe tener una
fuerte dosis de trabajo en campo, directamente con los pastores y dueños de animales.

La autora citada señala que los primeros estudios que ya se pueden incluir en
Etnoveterinaria, se hicieron a mediados de los 70 y tenían como principal tópico las
creencias y prácticas de la veterinaria popular. De ese punto de partida a la fecha, comenta
que los campos y las ideas se han diversificado muy ampliamente hacia la productividad,
hacia los programas internacionales de desarrollo y extensión, hacia el manejo de la salud
animal, etc.
82

De la suma de estudios realizados de entonces a ahora, ya se tiene una panorámica


de los campos abordados. que me parece importante darles a conocer también pues nos
ubica dentro de 6 grandes temáticas de desarrollo:

1.Etnobotánica veterinaria o taxonomías populares de los animales cultivados o


manejados.
2.Farmacología etnoveterinaria.
3.Técnicas de manipulación en la Etnoveterinaria.
4 Medicina, magia y religión en la Etnoveterinaria.
5.Extensionismo y Etnoveterinaria y
6.Salud animal, y producción de rebaños.

Veamos brevemente en que consiste cada uno de ellos, cabe agregar que la
perspectiva y los ejemplos rebasan el ámbito nacional y que se habla de casos en Africa,
Sudamérica y Europa.

Un punto básico y que en muchos casos se convierte en punto de partida son las
taxonomías: cómo se llaman y cuantas clases de enfermedades hay, cuántos tipos de
veterinarios populares existen y cual es la relación entre estas taxonomías y las que maneja
un veterinario, con el objetivo de establecer una tabla de equivalencias.

Un ejemplo precioso de Taxonomía popular relativo al conocimiento de cada uno de


los animales de un rebaño, es el que nos ofrece Ochoa (1981) quien trabajó con los
llameros de la puna en Perú. Un llamero puede reconocer hasta 300 de sus animales con
nombre propio, los rebaños no rebasan los 500, pero se estima que el sistema empleado
(que se basa en color, manchas, sexo, edad y calidad de la fibra), tiene capacidad para hasta
20,000 nombres descriptivos.

En el segundo tema, los estudios se han hecho sobre las plantas medicinales y otros
materiales utilizados por la gente para enfermedades, heridas, fracturas, combatir la
infertilidad, propiciar el apetito y la producción de leche, etc. Estos estudios van desde los
de tipo folk, que acumulan listados de plantas utilizadas, hasta los de alta tecnología que
incluyen pruebas sofisticadas de laboratorio. Muchos de ellos son descriptivos e identifican
perfectamente las dosis, la manera de aplicación e incluso reportes de eficacia. Como dato
de importancia quiero decirles que la autora cita dos trabajos, uno del 76 en el este de
Africa que recopi1ó información para 53 plantas, y otro de Nigeria del 80, que reporta 92.
Deberíamos decirle a Esquivel que el está ahí con sus 80 plantas de la montaña guerrerense
de México. Y agregar, por supuesto, muchos de los estudios vistos en este curso.

El tercer campo se distingue del anterior porque aquí se incluyen


preponderantemente los procedimientos de naturaleza mecánica, aunque por supuesto en la
realidad ambos siempre van juntos. pues mientras se sutura una herida se hacen rezos para
la pronta recuperación del animal. Aquí se han incluido por conveniencia los
procedimientos populares de vacunación y las artes curativas tales como reacomodo de
huesos, cirugía, tratamiento de heridas, castración, escisión de tumores, ciertas
amputaciones, manipulaciones quiroprácticas e incluso, como en el caso chino, la
83

acupuntura en animales, o bien las técnicas obstétricas tales como episiotomías, cesáreas y
embriotomías.

El cuarto punto ha recibido gran atención pues son elementos un tanto cuanto
“exóticos” a la formación del veterinario, comenta Mc Corkle que el tema sirve también
para que el antropólogo capture la curiosidad del veterinario. Como es sabido, los
elementos sobrenaturales y mágico-religiosos forman parte de la cosmovisión de los
pobladores del mundo rural. Estos elementos se imbrican siempre en dos puntos que
interesan al Etnoveterinario:
En la etiología de las enfermedades y en los factores que alteran la fertilidad y la
productividad de los rebaños. Es recomendable una gran actitud de respeto y comprensión
hacia lo que está en juego cuando los campesinos hablen de mal aire, susto y mal de ojo en
sus animales, porque de nuestra actitud depende que se cierre o prosiga la comunicación. Y
no se trata de condescendencia o paternalismo hacia el subdesarrollo o la ignorancia. En tal
punto estamos frente a centenas de años y sistemas coherentes de ideas, de las que mucho
podemos aprender. Brisebarrá (1985) trabajando hacia 1978-80 con los pastores franceses
de borregos, pastores del primer mundo, encontró la presencia de lo que ella denominó
“Santos de la veterinaria” que protegen, curan y multiplican los rebaños.

En relación al quinto punto, es obvio que el Etnoveterinario ya no se contenta con el


extensionismo usual de las instituciones encargadas de tales áreas. Ahora se están
proponiendo y haciendo varios proyectos, sobre todo en Africa y Súdame rica, donde el
objetivo es formar a los para-veterinarios, veterinarios descalzos o bien promotores de la
salud animal. Se detectan y reclutan a las personas que se han dedicado a tales tareas y
estén interesadas en acrecentar sus actividades. Ello significa también romper nuestra
arrogancia profesional y entrenar personal no académico. Para llevar a cabo proyectos de
tal estilo, además de lo anterior debe contemplarse una dura tarea de selección,
entrenamiento, supervisión, motivación y remuneración, logística, reportes, promición, etc.

Finalmente, tales elementos desembocan y se aplican en el último punto, referente a


la producción, pero no sólo en términos de maximización, pues deben evaluarse muchos
factores sociales y económicos involucrados en ello.
Ahí los trabajos han sido desde la investigación holística sobre potenciales de
producción hasta políticas de producción regional, donde la producción animal deviene en
renglón sustancial. Aquí la autora señala la importancia de la producción para satisfacer
necesidades internas, así como de fuera de los marcos locales y regionales.

Mc Corkle señala que la Etnoveterinaria está en su infancia o quizá en su primera


adolescencia. Como tal, muchos de los trabajos que se han hecho en esta adolescente
disciplina son de corte descriptivo y muchas veces no centrada o relacionada con los
elementos básicos de la nutrición y la producción animal. Errores explicables de la
prejuventud.
Habría muchas recomendaciones de las cuales hablar, pero estimo que me he
extendido mucho y quisiera dejar aquí esto para poder contarles un cuento.

Había una vez un país que tenía especies únicas en el mundo, cuyos antiguos
pobladores las conocían de mucho tiempo atrás, platicaban con ellas y ellas les daban
84

alimentos, fibras y alegría. Un día, los nuevos pobladores decidieron que tales animales no
servían para nada y les compraron a grandes costos, robustos animales a sus vecinos de
oeste, con los cuales se resolverían todos los problemas de alimentación y fibras para los
vestidos. Varios meses después, los robustos animales se fueron poniendo flacos y sus
miradas eran cada vez más pálidas. Se reunieron los nuevos pobladores y decidieron que el
problema estaba estaba en los alimentos que comían los otros robustos animales. Los del
país, no servían. El asunto se resolvería si se traían los pastos a los que estaban
acostumbrados. Se trajeron los pastos y los técnicos para sembrar los pastos. Algunos de
los robustos animales comenzaron a dejar de caminar, buscaban la sombrita pues los pastos
crecían un tanto marchitos o duros, sin la frescura de su lugar de origen. La nueva reunión
de los nuevos acordó que el problema de los pastos era que no tenían agua suficiente, por lo
que habría que traer la tubería y los motores para armar los sistemas de riego con los que se
atendían a los pastos allá, donde sí crecían bonito. Y por supuesto más técnicos para que
armen y organicen los sistemas de riego.

El final del cuento todavía no me lo acaban de platicar. Se dice que algunos piensan
que el problema es el agua, que la de aquí no sirve y habrá que traerla en avión, abrir un
canal o poner un ducto. Otros creen que el problema son los antiguos pobladores (y sus
antiguos animales, que solamente contemplan con aire solemne todo lo que está pasando) y
por lo tanto, con el pretexto de los problemas surgidos, habría que traer a más técnicos de
aquel país y repoblar éste.

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87

AN INTRODUCTION TO ETHNOVETERINARY RESEARCH


AND DEVELOPMENT
CONSTANCE M. McCORKLE
Departament of Rural Socilogy
University of Missouri-Columbia
Columbia, MO 65211

ABSTRACT

One of the newest directions in ethnobiology, ethnoveterinary research and


development (ERD) is no more than a decade old. As this label suggests, ERD constitutes
the systematic investigation and application of folk veterinary knowledge, theory, and
practice. Common topics in the field include: veterinary ethnosemantics and
ethnotaxonomy; ethnoveterinary pharmacology, manipulative techniques, and magico-
religious operations; appropriate methods of veterinary extension; and folk management of
animal health in the context of the livestock production system as a whole, and its relation
to larger ecological, socio-organizational, economic, ideological, and political structures.
As “veterinary anthropology”, this latter approach characterizes the core of both present
and future ERD. Largely stimulated by international livestock development concems,
anthropologists and veterinarians have joined forces to tackle the real-world complexities
of ethnoveterinary system from a holistic but comparative and production-system-specific
perspective which gives equal attention to emic and ethic analyses of animal health-care
problems and their solutions. With the integrated knowledge this interdisciplinary endeavor
yields, developers can more readily design and implement socioculturally acceptable and
ecologically and economically sound interventions to improve animal health and
productivity and with it, the well-being of human groups whose livelihood depends in
whole or in part upon animal husbandry.

INTRODUCTION

Ethnoveterinary research and development (hereinafter ERD) constitutes such a


“new direction” in ethnobiology that as yet there is not even consensus con a label for the
field.
“Ethnozootechnics” has been suggested as one possibility (Schillhorn van Veen,
pers. Com). Sollod and Knight (1983) and Sollod et al (1984) have coined the epithet
“veterinary anthropology”. And here O opt for the more generic rubric that forms the title
of this review. If labeling this domain of study is somewhat problematic defining it is even
more so. Its boundaries are diffuse, shading off at the edges into a variety of different
disciplines and subdisciplines in both the hard and the “soft” sciences, and in both “pure”
and applied research. If ERD cannot be easily bounded disciplinarily, neither can it be
expediently defined-as sometimes done for other “fuzzy” fields-as “whatever an
ethnoveterinarian does. No such creature exists!
88

McCORKLE

However, as Sollod et al.’s (1984) label indicates, the principal actors in ERD are
veterinarians and anthropologists, working both singly and jointly. The latter are almost
exclusively sociocultural anthropologists, although occasionally a folklorist, linguist or
89

even an archaeologist may investigate a topic directly or tangentially related to animal


health. Among veterinarians, a number of fields are represented: epidemiology,
immunology, parasitology, pathology, pharmacology (or pharmacognasy) and physiology.
There is also room in ERD for contributions from: many of the biological sciences,
e.g. botany, ecology, ethology, entomology, zoology; certainly from specialists in animal
husbandry, range science and water management; and at the level of veterinary policy,
planning and extension, from rural sociologists, economists, economists, agricultural
economists, communications experts and others.

Give this range-both actual and potential-of researchers and their research
orientations, a strict definition of ERD is difficult and perhaps not even desirable. However,
a very broad definition can be offered: ERD constitutes systematic research and
development which takes as its principal subject or its major departure point folk knowledge
and beliefs (theories, taxonomies, definitions, diagnoses, etc.) practices, technology and
resources, social organization and so forth pertaining to any aspect(s) of animal health
among species raised or managed by human beings.

In this definition I have opted for the term “folk” (or in Francophone writings,
“populaire” rather than, e.g., “traditional” or “indigenous” merely in the interest of
historical precision. The latter two terms frequently appear in ERD titles, but a people’s
veterinary beliefs and practices are not always entirely or demonstrably traditional or
indigenous. Instead, they may represent a melange which incorporates elements from other
ethnic groups and/or from modern veterinary science. In the latter regard, folk systems may
have absorbed these elements (albeit often imperfectly) through word-of-mouth diffusion,
by contact with commercial livestock operations, or from veterinary extension services. In
fact, as extension efforts intensify, folk veterinary medicine around the world tends to
become ever more syncretic.

Leaving aside this minor terminological point, as for “aspect(s) of animal health”,
these naturally incorporate all features of livestock production systems which can impact-
whether positively or negatively, directly or indirectly-upon the physical condition of the
animals being managed. At the broadest level, this includes all husbandry techniques
involving: feeding, watering, range and pasture management; manipulation of breeding,
reproduction and herd composition and dynamics; housing and supervision; prevention,
control, curing of disease and, relatedly, sanitation in all management operations; and
harvesting of animals products. From an emic perspective, supernatural husbandry
techniques-like reproductive, protective, or propitiatory rites and magical cures for animals-
must also be included in this list. Ultimately, too, the larger ecological, economic, political,
sociostructural and ideological contexts of the animal production system itself are implied
in ERD in its fullest formulation-at which point it in truth becomes “veterinary
anthropology”.
Having dealt at least provisionally with labeling and defining ERD, the next step is
to identify the corpus of work falling within its purview. Here, the definitional qualifiers
“principal”, “major”, and especially “systematic” come into play. Desultory references to
folk veterinary beliefs and practices or related husbandry techniques can be found scattered
throughout many works. These include: ethnographies2 of peoples whose livelihood
depends upon animals; accounts by travelers, missionaries, former colonial authorities or
90

other officers (e.g., de St. Croix 1972); writings in medical anthropology; 3 archaecological
treatises;4 field-based studies in veterinary medicine and range management;5 and still
others.6

Naturally, all such sources of information should be consulted by the ERD


researcher in preparation for work among a given ethnic group or con a specific animal
health issue. However, they do not fit any definition of ERD per se. Either their treatment
of matters ethnoveterinary is asystematic, anecdotal, and very much subordinate to a
different principal topic (the most common case); or their database falls wide of the “folk”
mark. Just the opposite is true of the works reviewed here. As a first effort at drawing
together ERD worldwide, the following introductory review is perforce
7
noncomprehensive. Nevertheless, the studies referenced and discussed below do constitute
the bulk of the literature to date, and they accurately represent the variety of thrusts in the
field.

McCORKLE

DISCUSSION

ERD background; development, and goals.-With one qualification, studies which


take folk veterinary beliefs and practices as a primary topic of scientific investigation first
began to appear in the mid-1970s. In veterinary medicine this statement is qualified by the
longstanding study and use in veterinary pharmacology and pharmacotherapy of herbal
remedies for animals (e.g. Bairacli-Levi 1984; Schillhorn van Veen, pers. Com). In
anthropology, however, it seems to be unqualified-despite and established interest in the
study of domesticated animals from a number of perspectives (Shanklin 1985b). Between
the mid-70’2 and now, ERD can indeed be said to have burgeoned. Predictably, it is
difficult to arrive at many generalizations about the field overall. Researchers come from a
variety of countries and disciplines; their research issues, emic/ethic emphases, and
theoretical approaches (where these exist) vary accordingly; their geographic areas of
investigation girdle the globe; the species involved can include any animal domesticate or
semi-domesticate; and, of course, the field itself is still in a phase of rapid growth and
change.

Where this decade of diversity acquires coherent focus, definition and purpose,
however, is in the arena of international livestock development and extension. Here,
ethnoveterinary research has as its explicit, overarching goal the enhancement of livestock
productivity through improved management of animal health, as informed by an
understanding of folk veterinary medicine and related husbandry techniques. Largely with
the impetus from development projects like the Small Ruminant Collaborative Research
Support Program (SR-CRSP) and the Niger Range and Livestock Project, as of the 1980’s a
handful of “core” works and workers in ERD have emerged.

This core of ethnoveterinary endeavor is characterized by its holistic, systems


analysis, and therefore interdisciplinary orientation. That is, it recognizes the importance
and interconnectedness o the physical, cultural, social, economic, political and historical
matrices in which animals and their owners are embedded. It therefore seeks to integrate
91

findings from correspondingly appropriate but disparate disciplines in the biological and
social sciences (after Sollod et al. 1984:285-286). Additionally but not distinctively, core
ERD emphasizes the need for firsthand field research among stockowners themselves,
under real-world husbandry conditions, in order to arrive at it draws heavily upon
anthropological method and theory, combining these with the technical skills and
knowledge of animal scientists. It is, fact, “veterinary anthropology”.

This core thrust in ERD has come to the fore only in the last five years, and it
clearly charts the course of the field’s future growth. As noted earlier, to date it has almost
exclusively involved veterinarians and sociocultural anthropologists. And mainly due to
present policy priorities in international development, it has sofar concentrated upon herd
animals (cattle, sheep, goats, alpaca, llama) in Africa and, to a lesser extent, Latin America.

In contrast, the first half of the field’s formation displays a greater diversity in
researchers, species and geographic locales, although many of the research topics are the
same. The “diverse” studies continue to increase8 in quantity and quality, and much of the
data they produce are immediately relevant to core ERD concerns. But again, they are
differentiated by their more delimited and disciplinary specific research goals and
approaches. In this respect, the holistic, systemic and ultimately practical thrust of core
ERD has lent fresh meaning to the congeries of studies in the field as a whole, placing them
into a more unified heuristic framework.

The following discussion is organized by general topical areas which have been
addressed in any part of ERD to date. Throughout, the relevance of each area to
development and extension is highlighted. The topical categories themselves are not
discrete; they merely serve as an organizational device. Many studies in fact span a variety
of categories. Due to their holistic orientation, this is particularly true of core works. In
such cases, studies are often cited and/or discussed in several sections.

Veterinary ethnosemantics9 and ethnotaxonomy. I begin with this area because it


forms the backbone of almost any endeavor in ERD. The importance of even the most basic
semantic and taxonomic researches for determining and analyzing indigenous veterinary
and husbandry concepts and how these guide behavior, for identifying different types of
native veterinary practitioners, and for communicating with stockowners and extending
new health-care information and techniques to them is recognized by virtually every core
work.

The major theme in such research has been the relationship between folk and
scientific taxonomies-especially in the domain of livestock diseases, where an in depth,
empirical appreciation of he shape, scope and accuracy of a people’s etiological,
anatomical, physicological, diagnostic, curative and epidemiological knowledge is essential
before developers can even begin to evaluate what, how, and if native veterinary attention
to trying to sort out and “match up” folk disease identifications and/or taxa with their
scientific equivalents (Ba 1982a, Grandin 1985, Ibrahim 1984, Ohta 1984, Maliki 1981,
McCorkle 1982a, 1983b, Sollod 1983, Sollod et al. 1984, Wolfgang 1983, and Wolfgang
and Sollod 1986; possibly also *Cabrol 1984 and *Noirtin 1975).
92

Predictably, this is not an easy task. Medical science classes diseases according to
the etiological information afforded by sophisticated laboratory analysis. In contrast, at lest
pending practical necropsy, folk disease distinctions typically rely con the recognition of
morbid signs, more rarely con epidemiology, sometimes con sorcery, or con any
combination of these. Moreover, as Ohta (1984) points out, when pathogenic explanations
for disease are lacking, it is often difficult to distinguish “disease names” from “terms of
symptom” since both may reference morbid signs. Further complicating this picture is the
fact that, as among the Twareg of Niger (Wolfgang and Sollod 1986), the same morbid
condition may have several appellations depending upon the species afflicted. The result is
that a single folk disease category-like q’icha’diarrhea’ among the sheep and camelids of
the Quechua of Peru (McCorkle 1982a), wilsere’bush disease’ among the cattle of the
FulBe of Upper Volta/Burkina Faso (Wolfgang 1983), or azania’too much blood’ among
Twareg camels (Wolfgang and Sollod 1986)-often glosses a wide array of etiologically
distinct ailments. Conversely, folk classifications may also assign the scientifically “same”
disease to different categories con different occasions, based con varying configurations of
the clinical, epidemiological and supernatural information available to the native
diagnostician and con the species involved.

Nevertheless, it is clear from these and other studies that pastoral peoples posses a
rich store of knowledge about many livestock diseases. To take but one example, Schwabe
and Kuojok (1981) describe the extensive appreciation of cattle diseases (and of bovine
anatomy and physiology) held by traditional Dinka healers and stockowners.
This lore derives from practical experience-eg., personal observations of clinical
signs, sacrificial dissections and specific instances and modes of contagion-coupled with a
“rational empirical process” (Schwabe and Kuojok 1981:237) which integrates these and
other sources of information. Still, as nearly all researches of ethnoveterinary epistemology
have remarked, some of the resulting folk surmises, explanations and curative or preventive
actions are “incorrect in manor or minor parts” (Schwabe and Kuojok 1981:237).

Simple semantic and taxonomic investigations can help to pinpoint where


stockowners could most benefit from increased etiological and epidemiological
information, more astute diagnoses, and new treatment, prevention and control options. For
the same reason, research into other semantic domains of the animal production system
(Anderson 1978, Ba 1982, Flores-Ochoa 1978, Maliki 1981, McCorkle 1983b, Meneses T.
in progress) is valuable insofar as many husbandry practices impact upon the occurrence
and spread of livestock diseases. Finally, all such research is critical for effective
communication between stockowners and development/extension workers. As so many
authors have pointed out, the labors of both groups would be eased if they can learn to
comprehend and utilize each other’s veterinary concepts, techniques and vocabulary.

Ethnoveterinary pharmacology.-This is the investigation of a people’s use of plants


and other materials in preventing and treating animal diseases, wounds, fractures, in
encouraging fertility, appetite, productivity, and so forth. Most core studies make at least
mention of this very basic aspect of veterinary care, and some go into considerable detail
(Ba 1982:55, 87 ff.; Maliki 1981:47 ff.). Works whose specific focus is the ethnoveterinary
pharmacopoeia can range from the folkloristic to the “high tech”. Many have an essentially
descriptive aim-ie, identification of the materials, their appellation, categorization,
93

acquisition, preparation, indication, administration (including both natural and supernatural


operations) and reported efficacy.

Such works may take a purely ethnographic approach. An example is Brisebarre’s


(1984a) study of the therapeutic use of bouquets hung in the sheepfolds of Cevennes, along
with her examination of more empirical curative applications of plant and other materials to
Cevenol ovines (Brisebarre 1978). Alternatively, descriptive studies may have a more
strictly pharmacological end in view, as in Nwude and Ibrahim’s (1980) detailing of 92
plant species employed in traditional veterinary medicine in Nigeria for every type of
domestic livestock (possibly also *Gourlet 1979). Likewise for Chavunduka’s (1976)
identification of 53 plant species of ethnoveterinary medicinal importance in southern and
eastern Africa, along with their uses, preparation and administration. For veterinary
pharmacologists screening of local plants in order to establish their real utility if any,
optimal dosages, and effective frequency of application (eg. Ibrahim et al. 1984, *Mourier-
Ballon 1983).

While research of this sort can add useful new drugs to the modern veterinary
pharmacopoeia, its ERD importance lies in improved folk pharmacoteraphy which is
culturally appropriate, economically feasible and consistently available. At this level, its
relevance to development and extension is evident. An example is provided by the SR-
CRSP/Peru. Building upon existing ethnoveterinary pharmacological knowledge, the
project has worked with one peasant community in the central highlands to test the efficacy
of a wild tobacco as a botanical for ovine ectoparasites (Bazalar and Arevalo, in progress).
As per the longstanding and widespread use of nicotine-based parasiticides in both folk and
modern veterinary medicine /Schillhorn van Veen, pers. Com). Initial trials have proved
successful; and work is now being done to establish the minimum effective compound and
to secure supply of the plant (Fernandez 1985). The project also plans to test these tobacco
ompounds in combination with tarwi (Lupinus mutabilis) water. Tarwi is a bitteer, alkaloid-
laden legume which is edible only after prolonged steeping. The trials Bustinza Ch. (1985)
performed con this indigenous cultigen’s use in southern Peru as a folk cure for
ectoparasites of alpaca have already demonstrated its efficacy. Working in conjunction
with SR-CRSP social scientists, project veterinarians are conducting similar trials con other
plant materials in the ethnopharmacopoeia which are employed to combat ovine
endoparasitism (Arevalo and Bazalar, a, b, in progress).
Throughout, emphasis is placed con compounds and applications which can be
readily prepared and comprehended within the peasant community itself.

Ethnoveterinary manipulative techniques.-This topic is distinguished form


pharmacoteraphy above and magico-religious procedures below by its primarily
mechanical nature-although no such distinctions may be drawn emically. Of course, all
these approaches may be used conjointly-as when a stockowner surgically cleans and then
sutures a wound, poultices it, and offers up a prayer for the animal’s speedy recovery.
For convenience, here I lump vaccination and other prophylactic measures with the
healing arts-bonesseting, sugery, wound treatment, chiropractic-like manipulations and, at
least in China (Metalie 1984), acupunture. As before, ERD’s concern is to identify and
94

describe, discover the emic rationale for, and evaluate the appropriateness and effectiveness
of such manipulations.

Ethnoveterinary prophlaxes may be of an essentially empirical, managerial sort,


e.g.: smudge fires to drive away disease-bearing pests; manual removal of ticks; avoidance
of infested pastures and unclean water, quarantine of contagious individuals; mineral
feedings; protection from extremes of weather; and general sanitation measures like
cleaning, disinfecting or rotating animal quarters. They may also include various magico-
religious performances, taboo observances and so forth (see below). But a more classic
example of ethnoprophylaxis is traditional vaccination. For instance, some FullBe vaccinate
their cattle against rinderpest by inserting a bit of lung from an infected animal into a
incision n the nose, leaving the material in place until the wound festers; others inject a
solution in which the lung tissue has been soaked (Wolfgang 1983:58). Fulani (Ba 1982:75)
and WoDaBe (Maliki 1981:60) follow similar procedures for bovine pneumonias. Upon
completion of the vaccination process, WoDaaBe also excise the rotting flesh and cauterize
the wound.

As a healing art, cauterization appears to be a routine and multi-purpose technique


among all Sahelian pastoralists. For example, BullBe treat livestock sprains with a series of
tiny burns in the sprained area-much like the “pinfiring” performed on Western racehorses
with leg problems, to increase blood flow to the injured part (Wolfgang 1983:57).
FullBe, Fulani, Twareg, and WoDaaBe, whether rightly or wrongly, all use
branding in treating a galaxy of ills. Across the three ethnic groups, these ills include, e.g.:
anthrax, typanosomiasis, rickettsiosis, epilepsy, edemata, botulism, scabies, bloat,
diarrheas, toothaches, fevers, blows to the body, digestive and hoof ailments, muscle pains,
sprains and lizard bites. Venesection or bleeding is another popular healing art in African
veterinary practice. All of the foregoing authors plus Evans-Pritchard (1969), Ohta (1984),
Schwabe and Kuojok (1981), Wolfgang and Sollod (1986) and others note its use.

Bonesseting and wound-treatment skills are found in folk veterinary toolkits


worldwide-as are, too, effective surgical and obstetric techniques. These latter run the
gamut from relatively simple operations (such as marking, castration, excision or tumors,
certain amputations) through a variety of obstetric procedures (e.g., episiotomy, Caesarean
section, embryotomy) to complex cosmetic sugery like horn training (Schwabe 1984).

Magic, religion and ethnoveterinary medicine.- This topic has received considerable
attention in ERD for a variety of reasons. Admittedly, it is precisely the sort of exotica
which anthropologists dote on, and it readily captures the veterinarian’s curiosity as well.
More importantly, however, magico-religious beliefs and practices appear to form a
part of folk veterinary systems everywhere; and in many, emic distinctions between natural
and supernatural matters in animal health are blurry.10 If for no other reason than its
pervasiveness, the supernatural must be acknowledged in any ERD study aspiring to a
holistic, systems-analysis approach. As an overarching ideological construct, the
supernatural can impinge upon every facet of livestock production.11 However, from an
examination of the literature, magic and religion seem to figure most prominently in two
areas pertaining to animal health: in the supernatural promotion of livestock fertility and
95

productivity;12 and more significantly, in ethnoetiology-which in turn informs folk


diagnosis, treatment and prevention of animal disease and accident.
Maliki (1981:65 ff) presents one of the most thorough-going descriptions of a
people’s supernatural pastoral repertoire. Writing con the WoDaaBe of Niger, he discusses:
fertility, protective and curative rites for animals; hexes, curses and broken taboos which
can bring con livestock disease and accident; divination procedures for predicting herd
misfortunes; “good and bad luck” days for performing veterinary and other management
operations; and more.
McCorkle’s (1983b) treatment of these same phenomena for the Peruvian Quechua
is equally detailed. However, in addition to describing these Amerind’s panoply of
supernatural explanations for animal ills, she seeks to analyze them ethically. The Quechua
etiological category of “evil winds” is illustrative. Indeed, “winds” are common etiologies
in a number of folk veterinary systems, including FullBe, Fulani, Twareg and WoDaBe.
This comes as little surprise since certain livestock diseases in fact can be
transmitted aerially (e.g., anthrax, foot and mouth disease, rinderpest) and/or promoted by
environmental stresses (e.g., a variety of respiratory aliments). Among the Quechua,
however, ethnodiagnosis of attack by an evil wind may or may not correspond with any
plausible scientific clinical igns. Nonetheless, it can often lead to appropriate prophylactic
or treatment measures-e.g., keeping animals away from the haunts of evil winds cum toxic
plants, or surgically removing tumors.

Whether ethically translatable or not, as already noted, magico-religious belief and


practice figure in folk veterinary systems worldwide, in both developing and developed
milieux. To illustrate, Wolfgang (1983) mentions FullBe magical techniques for
controlling, avoiding, or curing certain cattle diseases and ethnoetiological agents such as
genies. Ibrahim (1984) comments con “spirits” and “the unseen” as explanations among
Nigerian Fulani for livestock diseases with unknown (microscopic) causes and neurological
signs. Chavunduka (1976:8) notes Manyika tribal beliefs in ancestor spirits and “evil
dreams” as origins of disease. “Evil beings” plague Turkana livestock (Ohta 1984).
Recurrent themes in Kimball’s (forthcoming) observations on Brunei Malay
ethnoveterinary practice are magio-mechanical techniques to ward off disease-causing
hantu spirits, and Islamic prayers such as the “neutralizing harm verse” to forestall various
kinds of livestock problems. For Irish stockowners, Shanklin (1985) describes evil-eye
theories of animal ills, and their associate ritual and behavioral precautions. Brisebarre
(1978, 1984b) and others (cited in Brisebarre 1985b) document a pantheon of French
“veterinary saints” to whom provincials still turn to bless, protect, cure and multiply their
livestock. And Brisebarre (1985c) analyzes the principles of sympathetic magic behind
French stockowners therapeutic use of bouquets. Finally, many of the foregoing and other
studies (e.g., Schwabe and Kuojok 1981) further indicate what social types of individuals
(priests and shamans, sorcerers, herbalists, smiths, heads of household or individuals
(priests and shamans, sorcerers, herbalists, smiths, heads of household or lineage, wives,
etc.) are traditionally responsible for the various supernatural-as well as naturalistic-
operations related to animal well-being.

For development and extension, the importance of understanding supernatural


aspects of folk veterinary systems is threefold. The most obvious consideration is a
diplomatic one. If ERD personnel ignore, belittle, or worse still, unwittingly outrage
96

indigenous ideology, their work is not likely to meet with much success. A second
consideration is that sometimes magico-religious practice and idiom in fact embody
practical veterinary and management acumen. Treatments like feedings of saint-blessed salt
(Bisebarre 1984b) are potentially effective for some maladies; and seemingly outre
ethnoetiologies like “evil winds” (McCorkle 1982a) can nevertheless dictate appropriate
curative or preventive action. Developers must therefore be careful about dismissing

“superstitions” out-of-hand. Third, extension efforts can directly build upon an


under standing of the supernatural in folk veterinary systems. Useful management
techniques can be reinforced with added information as to how genies, spirits, evil
winds/dreams/eyes or what-have-you accomplish their nefarious aims; and new skills can
be introduced in a cultural idiom which makes sense to stockowners or at least does not
threaten ideological, and related sociostructural, integration.

Ethnoveterinary extension.- With regard to social structure-and as Halpin (1981),


McCorkle (1982a), Schwabe and Kuojok (1981), and others have pointed out-one of the
most logical choices for recruiting an training effective veterinary extension personnel is
local healers who have traditionally dealt with animal (or human) health problems.
These specialists or semi-specialists typically share the same language and culture
as their clientele; already enjoy their confidence and esteem (albeit to varying degrees);
occupy a recognized role in the ethnomedical system; and often control a wide range of
empirical medical skills and knowledge. Identifying these individuals, their established
domains of practice, their real expertise, and their potential as veterinary extension workers
is yet another important task in ERD.

Along the lines proposed for use of traditional healers in human health care in many
developing countries (e.g., Dunlop 1975), Schwabe and Kuojok (1981) emphasize that,
with some training and organization, such individuals could provide effective and relatively
cheap grassroots delivery of basic health services to livestock, and possibly even to
humans. Halpin (1981) advises that these “barefoot vets” can be drawn from among
stockowners as well as healers. He further notes that a trained coterie of camp level
veterinary extensionists could be particularly effective in nomadic areas, where other types
of delivery are so problematic for so many reasons (cf. Imperato 1974). In developing
nations, these “paravets” could additionally function as a unique component in a “badly
needed disease intelligence system” (Schwabe and Kuojok 1981:237) and as accurate
interpreters of stockowners’ primary veterinary “troubles, constraints, fears and
aspirations” (Halpin 1981:5). As these authors point out, such information would in turn
permit more rational design, performance and evaluation of livestock disease control
programs.

Grandin (1985), Halpin (1981), Loutan (1984), D. Sandford (1981), S. Sandford


(1983), Schwabe (1980), and Schwabe and Kuojok (1981) all offer suggestions and
observations con how selection, training, supervision, motivation and remuneration,
logistics, supplying, reporting and accounting procedures, and etc. of paravets can or has
been organized vis-a-vis: multilinguistic realities; complex national government and local
social structures-including household, camp, village-chief, interethnic and movement
patterns.
97

Summarizing the lessons learned from the Niger Range and Livestock Project’s
pilot paravet program, Loutan (1984) provides a particularly thorough and insightful case
study which addresses a majority or these issues.

Animal health and livestock production systems research.- All for the foregoing
considerations and topics are implied in this final category, which embodies the core of
current ERD. Works in this vein may naturally differ in their topical emphasis and scope,
often depending upon the author’s disciplinary training and subdisciplinary interests. They
may highlight veterinary, management, or socioeconomic and sociocultural aspects of the
animal health and production-system issues examined. They can also vary in their primary,
immediate goals of research: throrough-going description, disciplinary theory building and
validation, policy planning, advocacy of a given research design, or investigation of a
specific animal-health question. However, all studies in this group share two defining
features: an explicit recognition of the holistic, systemic complexity of the phenomena
under study; and an ultimate commitment to making research results useful for livestock
development and extension.

Among the first works in this group to reach print is Maliki’s (1981) report con
WoDaaBe cattle herders in central Niger. The range of topics he treats is indicative of these
studies’ holistic outlook. To illustrate as briefly as possible, he details: herd composition in
race, sex, age, reproductive and productive state, and personal names for cattle, plus
additional categorizations for sheep and camels; every aspect of basic animal management
such as pasturing/mineral-feeding/watering patterns and
selection/breeding/fertility/gestation/abortion/calving/milkin; WoDaaBe description and
classification of plants according to their palatability and nutritive value for the different
animal species and at different stages of plant growth, plus their veterinary medicinal and
other uses; similarly for identification of livestock diseases and other health problems-their
ethnoetiology, the clinical signs herders recognize, the specific cures and controls they seek
to apply; herd movements during the eight emic seasons of the pastoral year and their
impact upon the social groupings and activities of families, camps and clan; relatedly,
harvesting, consumption and distribution of all pastoral products, magical beliefs, songs,
proverbs, origin myths and etc. pertaining to herds; and still more-all with precise
transcriptions of the hundreds of lexemes in the WoDaaBe herding vocabulary. Ba’s (1982)
treatise con the “veterinary arts” among Sahelian Fulani (Peul) follows a similar format, but
with a tighter focus con veterinary and related management practices, and a more limited
discussion of social, economic and cultural correlates of Fulani animal husbandry. Both
studies are essentially descriptive.

McCorkle (1983b) covers largely the same topics as Maliki-plus others such as the
social organization of labor for herding (1982b), and management issues in sheltering
shearing, docking, castration and predator control (1983a)-for Quechua Indians of Peru.
However, she has a theoretical as well as a descriptive aim: to correct
neofunctionalist analyses of agropastoral subsistence systems. Using a New World data
base to refine and validate the cross-cultural applicability of a “dialectic” model of
preindustrial agropastoralism in Europe, she demonstrates how Andean herding and
cropping stand in a simultaneously complementary and competitive relationship to each
other. In the process, she outlines how veterinary care, in particular, is constrained by the
98

low productivity and multiple competing demands of paleotechnic agriculture. Under their
present “meat and potatoes” production system, this leaves Andean peasants short of land,
labor, capital, technology and technical information for significantly increased attention to
herd health problems-certainly insofar as intensive, costly, “tech-fix” solutions derived
from Western commercial practice are concerned. For livestock development and
extension, McCorkle further discusses some of the systemic potentials and problems posed
by ecological, sociostructural, and sociopolitical factors relating to, eg. communal land
tenure and pasture/field usufruct rules, traditional reciprocal labor patterns and centuries-
old ethnic dominical mechanisms. The ultimate implication for livestock development is
that only a global, systems analysis which acknowledges the dialectical tensions between
preindustrial cropping and herding can forestall the error of “robbing Peter to pay Paul”-
i.e., of upping pastoral production at the expense of agriculture, or vice versa.

The paramount concern of Wolfgang’s (1983) work among the FulBe of west-
central Upper Volta is to arrive at specific recommendations for veterinary extension and
policy planning. To this end, she focuses her research con three major areas: (I) FulBe
classifications, etiologies and treatments (both folk and Western) for cattle diseases, plus
herders’ own assessment of the socioeconomic impact of different diseases; (2) the current
structure and functioning of animal health-care delivery services in the region; and (3) a
survey of the country’s major veterinary diagnostic laboratory facilities.
Additional topics of investigation include certain non-disease-related health
problems of cattle and (especially in Sollod et al. 1984) women’s role in maintaining herd
well being. Findings from all these areas inform Wolfgang’s final recommendations for
veterinary extension and policy in Upper Volta (now Burkina Faso).

A sampling of these recommendations is of interest because they reflect needs


common to many developing countries. One is an immediate improvement in
epidemiological information, so that planners can concentrate scarce resources con the most
prevalent, economically damaging livestock diseases. Another is educational outreach to
correct folk misunderstandings about and consequent misuses of expensive Western drugs.
A closely related concern is to remove communication, and even simple translation,
barriers between stockowners and extension agents-a problem which, theoretically at least,
could be resolved by incorporating some herdsmen into the livestock service, as has been
done in other parts of Africa. Finally, Wolfgang notes a need for modest improvements in
regional laboratory diagnostic facilities, and in other technological and infrastructural
aspects of health care delivery. Throughout, however, she emphasizes that including
stockraisers themselves-both women and men-as substantive participants in the extension
process should greatly enhance diagnostic, delivery, and treatment effectiveness and cost-
efficiency.

Sollod et al.’s (1984) aim is somewhat more didactic and programmatic than that of
the foregoing studies. These authors seek, first, to define and codify the exciting new trend
in ERD which tackles animal health and production system research through “veterinary
anthropology”. Then, drawing upon the fieldwork of Sollod and Knight (1983) (a
veterinarian and an anthropologist) among herding groups lf central Niger, plus Wolfgang’s
investigations (which were in part supervised by Sollod), they demonstrate how this fusion
99

of perspectives and methodologies can greatly enrich analyses of patterns, problems, and
control options in livestock health.

Sollod and Knight’s Niger research is particularly instructive. There, the


interdisciplinary team was able to relate epidemiological profiles of livestock diseases-their
incidence, prevalence, seasonality and geographic distribution-directly to differing systems
of animal production (Twareg versus WoDaaBe) and to specific husbandry practices within
these systems which promote or discourage expression of a given aliment.
These practices, in turn, were linked to concrete ecological, cultural, commercial
and subsistence parameters of Twareg and WoDaaBe life. For example, it was found that
stress related pneumonia and protein-caloric inanition were severe problems among
WoDaaBe, but not Twareg, sheep. This finding was related to the seasonal timing of ovine
births.
The Twareg control breeding through penile sheath ligation of rams, thus ensuring
that ewes do not give birth towards the end of the dry season, when forage is scarce and
nutrition poor. In contrast, the WoDaaBe-who considers them selves to be cattle herders-
expend little effort of any sort con their sheep. The only “control” they exercise con
breeding is sales of rams in response to market demands for mutton, especially at the time
of the annual Id festival. Depending con whether this moveable feast falls before or after
the first breeding season, WoDaaBe ewes and their lambs suffer or thrive accordingly (after
Sollod et al. 1984:291).

The veterinary anthropology which these authors espouse highlights the dynamic
interplay of endogenous and exogenous determinants of disease-the latter defined as factors
external to etiological agents or their hosts. The contextualized, culture-specific information
which this comparative stance yields is critical for the design of successful development
and extension programs because “It makes possible the use of nonmedical approaches to
animal health which include marketing and management interventions, and allows the use
of a simplified package of veterinary commodities for each production system” (Sollod et
al. 1984:292). It has long been recognized, and repeatedly demonstrated, that changes in
management alone are sufficient to control many livestock diseases. Yet as Schillhorn van
Veen (1984:306-308) has observed, despite the fact that such interventions can be highly
beneficial at relatively low cost and risk, management is rarely defined for indigenous stock
operations. The interdisciplinary, holistic and production-systems approach of veterinary
anthropology works to fill this definitional and empirical lacuna.

Finally, by virtue of its holistic, production-systems orientation, Shanklin’s (1985a)


work among farmer-stockowners of northern Ireland also falls in this last group of studies.
The ethnoveterinary portion of her monograph is designed to test a single
hypothesis: “that it different types of animals are kept in a given environment, susceptibility
to disease will be a factor in the decision to keep a specific type of animal and selective
breeding will be largely determined by this consideration” (Shanklin 1985a:215). To this
end, she marshals comparative data con bovine as versus ovine production with regard to:
stabling, pasturing, seasonal supplemental feeding, both folk and scientific veterinary
knowledge and care, breeding practices, land and labor requirements, economic value and
market outlets, government regulation and historical shifts in these and other production
parameters. Her larger aim is to review theoretical debates in ecological anthropology
100

relating to the adaptive value of traditional and non-traditional elements in the animal
production system, and to identify ecological constraints to indefinitely upping livestock
production.

CONCLUSIONS

ERD is still in its infancy-or perhaps with the appearance of conceptually and
disciplinarily more integrative papers like Schillhorn van Veen (1981, 1984), Sollod et al.
(1984), and the present review-its early adolescence. As is to be expected of a young area
of research, many ERD works are still focused con the descriptive level; and across the
field as whole, there is a healthy diversity of topics and approaches. Again, where this
diversity finds a unifying form and function, however, is in international livestock
development. Here, ERD is of critical importance because without improvements in animal
health (and nutrition), rarely can any improvements in livestock productivity be achieved.
In response to this need, a contemporary core of development-oriented ethnoveterinary
research has emerged.

Within this core, a number of shared themes, methodologies, and perceived needs
for future research can be distinguished. First and most salient, of course, is an emphasis
con the “etno” in ERD. As recognized for other development sectors (cf. Brokensha et al.
1980), a thoroughgoing understanding of and respect for folk veterinary knowledge,
concepts, practice and practitioners is a must. While clearly not all elements of
ethnoveterinary (and their associated management, sociostructural, and etc.) systems are
accurate or effective, their ensemble represents a rich resource for developers seeking to
enhance, their ensemble represents a rich resource for developers seeking to enhance
animal health and productivity in ways which are readily comprehensible and culturally
acceptable to the client audience and which are ecologically and socioeconomically sound.
In other words, existing folk practice and belief should always be the starting point for
veterinary research, development and extension-as, indeed, they were in the evolution of
Western veterinary medicine.

Second, as we have just seen, there is an invigorating move in ERD towards


analyzing veterinary development issues within a holistic but comparative and production-
systems-specific framework. Production systems or subsystems may be defined by culture
area, ethnic group, agroeconomic sectors (e.g. cropping versus herding, sale versus
subsistence), intraethnic household characteristics, species or ther parameters like ecozone.
This new dynamic in ERD has brought with it an explicit recognition that the constellation
of endogenous and exogenous variables impinging upon animal well being ultimately lies
beyond the ken of any one technical or social science. Ideally, research into the complex,
real-world coordinates of livestock health should therefore be carried out by concerted
interdisciplinary action. Veterinarians and anthropologists have together risen to this
challenge; and there is both room and need for collaboration with other disciplines, as well.
Such research naturally calls for in-depth field-based studies rather than just laboratory
analyses “divorced from the realities of pastoralism” “(Sollod et al. 1984:285). In this
regard, the usefulness of time-tested methods of anthropological fieldwork is undisputed in
101

ERD. Likewise for the ethnographic expertise and the emic, bottom-up perspective of
anthropology.

In the findings and hypotheses of animal health and production systems research to
date, some consensus con development and extension strategies is also emerging.
To wit, that educational, managerial, marketing, and other such interventions may
often prove more appropriate, economical, and effective than modern drug therapy, eg., as
applied in mass vaccination and treatment schemes. In the rush to implement costly top-
down, “tech-fix” programs which offer immediate short-term benefits, developers, policy
planners and stockowners alike may lose sight of longer-term drawbacks to such solutions
in third-world countries. These drawbacks can include: ecological degradation and
depletion, as from overgrazing; relatedly, escalating social and political tensions over
delivery lines dueto an unstable economy and/or government, or to infrastructural
inadequacies; political and financial machinations within the livestock service; loss of
genetic tolerance to disease in stock, and increasing drug resistance in vectors and
etiological agents; and more. (For an interesting case study of some of these problems, see
Lawrence et al. 1980). There is also agreementin in core ERD con the wisdom of employ in
local healers and stockowners themselves as extension agents or assistants, although
equally it is recognized that their use is not problem-free and requires careful selection and
organization.

As for future research needs, there is a clear consensus con the vital necessity of
everywhere acquiring more, and more accurate, epidemiological data-data wich must be
collected, compared and analyzed in both emic and ethic terms. This very basic sort of
information is obviously imperative if valid correlations are to be drawn between pat terns
of livestock disease and the physical and human ecologies which animals and their keepers
inhabit. It is also imperative for meaningful communication between stockowners and ERD
personnel.

Beyond the need for improved epidemiological information, I would like to add
several other areas which I perceive as requiring more attention. One is the formal,
ethnoscientific study of folk classifications for livestock diseases/etiologies/cures, typos of
pastures and rangelands, species and races of animals, and so forth. To the best of my
knowledge, ERD investigations of ethnobiological categories have so far been carried out
largely by individuals inexpert in the rigorous procedures of formal linguistic analysis.
Yet such analyses, we know, can reveal not only the underlying logic of folk
conceptual systems, but sometimes also crucial biological and sociological facts and
interrelation ships overlooked by Western science. This untapped source of a problem may
prove comparable or superior to that of established science. In others, the two perspectives
may diverge but may both embody important insights which can be synthesized. In either
case, it is desirable to transcend the conventional science/indigenous, active/passive
dichotomy to allow greater indigenous participation in determining development goals and
means (after Howe’s 1980:342). Formal ethnosemantics analysis has an obvious role to
play in this discovery process.

Another area which has received surprisingly little attention is the many parallels
between human and animal ethnomedical systems. The vast literature con human traditional
102

medicine /see, eg., Harrison and Cosminsky 1976) rarely mentions any link between the
two. Yet the ethnoveterinary literature contains repeated hints that they are not always
highly differentiated. Ineed, as Schwabe and Kuojok (1981) and Schawabe (1978) observe,
knowledge derived from folk veterinary experience may be analogy inform human
ethnomedical concepts and practice. Moreover, Homo sapiens and their domestic animals
share many ills; and livestock often serve as hosts, reservoirs, vectors and agents of human
disease (c f. Schawabe 1969). As these authors point out, the links-both folk and scientific,
direct-between human and animal medicine suggest the possibility of mounting coordinated
programs of health care. This is a particularly attractive development and extension
potential for remote, nomadic, poor, or otherwise ill-serviced regions.

Finally, I suggest that it is time at least to begin substantively integrating and


theoretically synthesizing ERD findings to date. An overview of the literature reveals many
commonalities-and even some startling identities-in folk veterinary beliefs and practices
cross-culturally. Unfortunately, there is not space in this review to launch a discussion of
these congruencies in ethnoveterinary systems worldwide need to be catalogued,
systematically compared with their correlates in human ethnomedicine and Western
veterinary science, and explained.

In arriving at larger explanatory models of ethnoveterinary phenomena, the


relatively more advanced field of medical anthropology holds forth some pertinent analytic
frameworks. As noted above, folk medical theory and practice for animals is both emically
and ethically related to that for humans. Consequently, general research topics and
anthropology concerns see, eg., Colson and Selby 1974, Foster and Gallatin Anderson 1978
(McElroy and Townsend 1979). Again there is neither the space, nor perhaps the need, to
detail these touchpoints here. Suffice it to reiterate that “veterinary anthropology” can profit
from much of the analytic groundwork already laid in its sister field of medical
anthropology.

Likewise for programs of veterinary extension vis-a-vis social science models of


cultural change and development, theories of innovation and modernization, the FSR&E
literature (farming systems research and extension), and communications theory. As ERD
begins to compile and integrate its holistic knowledge of folk veterinary medicine in a
production-systems context and to apply itself to hands-on extension, perspectives derived
from these cognate areas of research can do much to insure that its insights into the real-
world complexity of ethnoveterinary systems are appropriately and effectively utilized.
These analytic and synthetic tasks now facing ERD offer an even newer direction for this
“new direction in ethnobiology”.

ACKNOWLEDGEMENTS

Preparation of this review was supported by the Title XII Small Ruminant
Collaborative Support Research Program under Grant No. AID/DSAN/XII-G-0049 through
the Sr-CRSP’s Rural Sociology Project; additional support was provided by the University
of Missouri, Columbia. The Sr-CRSP also funded the author’s ethnoveterinary researches
in Peru in 1980 and 1985-86. I am grateful to Drs. Jere Gilles, Tjaart Schillhorn van Veen,
103

and Albert Sollod for their comments on early drafts of the paper. In particular, the alter
two-both veterinary scientists who have worked extensively in the field-provided balance
between technical and social science perspectives on ERD and its evolution, plus added
references for Review. I would also like acknowledge the many researchers worldwide who
so graciously responded with their letters and reports to my call for contributions in the
Anthropology Newsletter, the ODI’s Pastoral Development Network, the Lettre of the
Society d’Ethnozootechninie, and other periodicals. Finally, thanks are due the Journal of
Ethnobiology for providing the stimulus to this Review, which has brought many ERD
workers into contact for the first time.

NOTES

1
Although it avoids the academically hienous mixing of Lating and Greek roots,
“ethnozootechnics” is perhaps a too-narrow term. It could be taken to imply the
study of folk veterinary knowledge and technique to the exclusion of larger
considerations (ideological, socio-organizations, economic, etc.) which also
influence the management of animal health. “Veterinary) anthropology”, while
linguistically inelegant, obviates this problem. As “the study of man from a
veterinary viewpoint”, in focuses attention upon the importance of animal health
and productivity for human well-being rather than as decontextualized ends in
and of themselves. Moreover, it precisely captures the core of inquiry at the
forefront of contemporary ERD (see text). And, it forms a nice analogy to
“medical anthropology”, since ERD in many ways parallels for anthropologists
like myself who work in this area. Still, a slightly less disciplinary-specific label
might be more indicative of the field in its broadest definition and antecedent
forms-and hence, too, more politic. So despite its Latin-Greek mix, here I
employ the overarching “ethnoveterinary” (McCorkle 1982a) to reference the
field as a whole.
2
This is most likely where the agroeconomic base or, better still, the animal
production system itself forms one of the foci of research. To give but a few yet
representative ethnographic examples, in an extensive study of Saami
ethnoecology, Anderson (1978) details both past and present systems of reindeer
management, their sociostructural correlates and physiographic setting and
touches upon Rangifer nutrition and health. Evans-Pritchards’ (1937, 1969)
classic investigations among the Nuer document many health-related aspects of
their cattle husbandry, although unfortunately he mentions little of Nuer
veterinary medicine per se. And works like those by Flores-Ochoa (1979) and
West (1981) con alpaca herders in Peru, Bernus (1981) and Nicolaisen (1963)
con the Twareg, Okaiyeto (1980) and Stenning (1959) con the Fulani, Dyson-
Hudson and McCabe (1985) con the Turkana, and many others offer occasional
observations con the typos and occurrence of animal diseases, health-related
management practices, contact points between folk and modern veterinary
science, and so forth.
104

A patch work of ethnoveterinary information is also tucked away in the field notes
and “heads” of ethnological and archaeological researches. This is illustrated in
personal communications from: Lynn Hirschkind, for a variety of animal
domesticates in Ecuador, Frank Hole, con reproductive, ethnoetiological,
ethnodiagnostic, and other aspects of sheep and goat husbandry among the Lur of
the Zagros mountains of Iran; Joel Knipers, for folk theories of equine health in
eastern Indonesia; and David Lonergan, con the veterinary beliefs and practices
of shepherds in central Sardinia.
3
Snippets of ethnoveterinary lore may appear in works that touch upon witchcraft,
ritual, and religion as these realte to health and healing (e.g., Buxton 1973 and
Richards 1927, cited in Schwabe and Kuojok 1981; *Jalby 1974) or in addenda
to discussions of human ethnomedical system (e.g., the appendix to Hockings
1980).
4
For example, researches in a variety of disciplines have sought to reconstruct
elements of veterinary knowledge and technique among ancient peoples (e.g.,
Bodson 1984, Roquet 1984, Schwabe et al. 1982, Schwabe 1978, 1984). Also,
recent archaezoological work provides some insights into disease patterns (e.g.,
Wheeler 1984) and stresses (e.g., Pollard and Drew 1975) among early animal
domesticates.
5
Such studies may allude to folk beliefs or, more typically, disease-related
husbandry practices, e.g.: in veterinary medicine, Fazil and Hoffmann 1981;
Higgins 1983; Reed et al. 1974; Schillhorn van Veen 1981, 1984; Schneider
1977; Sollod 1981; and in range science, Glazier 1982.
6
The extensive historiography of Western veterinary medicine and its practitioners
documents much of the discipline’s folk underpinnings (e.g., Smithcors 1957,
and many others). And specialized works con a given animal domesticate (e.g.,
Law 1980) sometimes mention ethnoveterinary techniques and theories applied
to that species.
7
An exhaustive review was the initial ideal, but this was thwarted by a number of
factors. For one, the limited number of researchers whom I have been able to
identify as working specifically in ERD is flung round the world-most notably in
the U.S., Europe, and Africa. Moreover, we appear to have been only partially
aware of one another’s’ work, especially when we step outside our primary
geographic area(s) of research. There as yet exists no formal network, or even an
informal community, of ERD-ers. Nor is there any recognized group of journals,
in USAID and other project technical reports, in theses and dissertations from
third-as well as first-and second-world countries-and of course, all in a variety of
languages.
Sifting through the literature that is available presents yet another basic problem.
Because, as noted earlier, there is no one label for the field, from titles alone it is
often impossible to distinguish between works with and without an
ethnoveterinary orientation. Of course, titles which contrapose “veterinary” with
105

“anthropology”, “ethno”, “traditional”, “indigenous”, “popular”, or “folk” pose


no problem. But more amorphous appellations like “Epidemiology of Animal
Disease X in Place X” or “Herding Among the X People” may or may not have
an “ethno” and a veterinary component, respectively. Each such work must be
carefully examined for its perspective and content.
8
Among the earliest and most sustained of such efforts are those of French
researches investigating the folk veterinary medicine, both past and present, of
France (e.g., Societe d’Ethnozootechnie 1984). Brisebarre (1985b has compiled a
through-going annotated bibliography of 57 works dealing in part or in whole
with this topic. It is not feasible to reproduce all these listings in the space
available here. In any case, many offer only piecemeal ethnoveterinary
observations; and only a few of the remainder were available for firsthand
examination. Nevertheless, based con their titles and annotations, a number of
these publications are clearly revelant to sections of the discussion. In such
instances, these studies are cited with an asterisk. Finally, Brisebarre (1985a) has
also produced a companion, but unannotated, bibliography listing63 theses in
veterinary medicine produced in France between 1970 and 1984 which deal with
pastoral research in Africa.
9
“Ethnosemantics” is employed here in a simple, non-technical sense. I do not
mean to reference the formal linguistic discipline known variously as
ethnosemantics, ethnoscience, or componential analysis. See concluding
remarks.
10
For contemporary Nilotic cattle-culture peoples, Schwabe (1984:140) remarks
that” the practices of animal husbandry, religion and healing are thoroughly
mixed. “Maliki (1981:54) notes that “there is a thin line between”
pharmaceutical and magical veterinary treatments among WoDaaBe.
McCorkle (1982a:7) writes that Quechua villagers make little or no distinction
between natural and supernatural ills and cures.
11
For concrete examples of ideology-based impacts upon other management
activities like culling, slaughter, marketing, restocking, pasturing, breeding,
docking, and predator control, see McCorkle 1983a, b.
12
Detailed descriptions and symbolic analyses of livestock “fertility rites” are fairly
abundant in the anthropological literature. However, insofar as these accounts
fail to link such rites to any larger issues in animal health and husbandry, I do not
reference them here.
106

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