Está en la página 1de 17

III.

Las reformas de la época


Toledana (1569-1581):
economía, sociedad, política,
cultura y mentalidades
DIANA BONNETT VÉLEZ
Para entender mejor el período comprendido entre 1569 y 1581, es
CONTENIDO imprescindible enmarcarlo dentro de los sucesos generales que vivía el
gobierno español, ya que las acciones del virrey Francisco de Toledo
III. LAS REFORMAS DE IA ÉPOCA TOLEDANA (1569-1581)-.
respondieron a una política general de la época. También es importante
ECONOMÍA, SOCIEDAD, POLÍTICA, CULTURA Y
MENTALIDADES
conocer a grosso modo la acción de los antecesores en el gobierno del
1. LOS PROPÓSITOS DE FELIPE II RESPECTO A LAS COLONIAS Perú, para entender las continuidades y rupturas de las acciones em-
2. LA VISITA GENERAL DEL VIRREY TOLEDO prendidas en este momento de la historia del virreinato.
3. CONFLICTOS DE AUTORIDAD ENTRE LOS PODERES LOCALES
4. REABSORCIÓN DEL PODER ECLESIÁSTICO: LAS REDUCCIONES
5. REORGANIZACIÓN ESPACIAL DEL VIRREINATO
6. LA REAL HACIENDA: TRIBUTACIÓN Y MITA 1. LOS PROPÓSITOS DE FELIPE II RESPECTO A
7. UNA RESISTENCIA ACALLADA LAS COLONIAS
Felipe II quiso, antes que nada, recuperar a la Corona españo-
la del estado deficitario en que se encontraba. Su instrumento funda-
mental habría de ser las colonias. Por ello se interesó en encontrar en
tierras americanas las fuentes de ingresos que le permitieran situar a
España, conforme a los cánones mercantilistas de la época y estar en la
posibilidad de enfrentar las amenazas que le significaba el poderío cre-
ciente de las otras naciones europeas. Las Indias Occidentales cumpli-
rán, dentro de los propósitos del monarca, la tarea de nutrir con sus
caudales las necesidades económicas de la metrópoli.
Felipe II, un monarca austero, dubitativo y extremadamente desconfiado
tuvo que hacer frente a conflictos de muy variada índole, y mientras los
ingleses, flamencos y holandeses avizoraban sus primeras inclinaciones
hacia el sistema capitalista, su percepción de los asuntos económicos se
mantenía congelada en una visión del mundo feudal, cuyas metas giraban
en torno a la "conquista, la conservación y la explotación de la tierra".1 En
los esquemas políticos de Felipe II se percibía su empeño por extraer
las riquezas que su imperio le ofrecía, pero no la intención de
diversificar e incrementar la producción en otros ramos.
En relación al virreinato del Perú, las condiciones de la colonia
en la primera mitad del siglo XVI impelieron a Felipe II a revisar cuida-
dosamente su organización, buscando acrecentar el poder político, le-
gitimar la conquista, fortalecer el estado colonial y arrebatar el poder
político a las fuerzas locales que desafiando el orden imperante, habían
actuado con intenciones separatistas.
1
Peter Pierson, Felipe II de España, México, FCE, 1984, p.97.
102 * HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA.. 103

Perú contaba con dos características que lo privilegiaban res- rigido a establecer un sistema administrativo de larga duración. Ya en
pecto al resto del mundo colonial: a) la abundante población indígena, ese momento existían, por parte de la Corona, algunos elementos que
que significaba en el sistema de explotación colonial la mayor de sus ri- le permitían comenzar a pensar en un proyecto general para la rees-
quezas. A pesar de la fuerte caída demográfica, producto de la violen- tructuración política y administrativa del virreinato. El círculo de refor-
cia de la conquista y de los cambios perpetrados en las comunidades mas que se inició con Nieva, continuó cerrándose con el presidente
indígenas, la población del Perú podía responder a las necesidades eco- García de Castro (1564-1569) y fue con Toledo con quien tomó definiti-
nómicas de la Corona; b) la abundancia de metálico, incrementada con vamente su forma.
el hallazgo de Potosí en 1545, hacían de este territorio un lugar apeteci- Con Nieva se iniciaron las acciones tendientes a desbrozar de-
ble en una economía de tipo mercantilista. finitivamente el poder de los encomenderos. Este grupo, en su intento ■
Al concluir Carlos V su mandato, el balance en cuanto a la vi- de comprar las encomiendas a perpetuidad, implícitamente perseguía la
da política y económica del virreinato, de acuerdo a los fines coloniales administración civil y criminal de la comunidad indígena asignada. Los
no era positivo. El asunto fiscal, que era la mayor preocupación de la encomenderos intentaron desde siempre acompañar sus intereses
Corona, había estado entorpecido por luchas frontales, rechazo a las económicos con prerrogativas de índole política. Y en este aspecto, la
políticas metropolitanas e inestabilidad de los gobernantes que hasta el Corona fue inquebrantable. La debilidad financiera del Estado español
momento no habían podido ejercer una acción contundente contra las llevaba a Felipe II a entablar negocios con el grupo de encomenderos,
fuerzas locales. Estos factores habían impedido el arraigo definitivo del pero en el ámbito de ceder poder jurisdiccional a los particulares no había
Estado español en el Perú. acuerdo posible. Incluso, fue en este mismo momento cuando se cerraron
Felipe II comprendió muy bien que para lograr sus fines en el cada vez más la posibilidades de participación de la Iglesia en las
territorio americano era necesario valerse de hombres mayores, sensa- acciones jurídicas y civiles.
tos y que tuvieran muy en claro los objetivos que perseguía la Corona. El presidente de la Audiencia, García de Castro, continuó la ta-
No obstante, hasta el momento no se había corrido con mucha suerte rea del conde de Nieva al procurar poner orden en el virreinato. Era
en cuanto a los gobernantes del Perú: el experimentado exvirrey de evidente que para ese entonces ya existía una ideología precisa de la co-
Nueva España, Antonio de Mendoza, nombrado en tiempos de Carlos lonización. Durante su estancia en el Perú, se ventilaron los principales
V, había muerto poco después de llegar a Lima, el marqués de Cañete asuntos que darían cuerpo a una política continuada en relación con la
había sido removido de su cargo por Felipe II debido a las constantes Real Hacienda, la administración colonial, las relaciones entre los ecle-
quejas sobre su autoritarismo y el conde de Nieva había muerto en cir- siásticos y las autoridades civiles y en cuanto a la política proteccionis-
cunstancias oscuras durante su gobierno. ta con los indígenas.
Peter Bakewell ha situado los años de maduración del gobier- García de Castro instituyó una de las figuras administrativas
no del Perú en la década de 1560. Para Bakewell, la historiografía olvi- que más significación habría de tener en el contexto colonial peruano:
da frecuentemente las raíces que dieron origen al sistema colonial pe- el corregidor de indios. Con el virrey Toledo se delimitaron y asentaron
ruano. Justamente los fundamentos que sirvieron de soporte a la gran sus funciones mediante las Ordenanzas de Corregidores. Muy pronto,
obra toledana se encuentran en esta década de 1560. La labor de Tole- a partir de las acciones de estos representantes locales del poder espa-
do consistió en "aprovechar y afilar herramientas que otros habían ñol, se podría evidenciar la gran distancia entre la teoría proteccionista
construido".2 propuesta por la Corona y las dificultades de llevarla a la práctica en
Para hacer frente a las vicisitudes del virreinato, a partir del go- medio de las distintas fuerzas que vivían en el virreinato.
bierno del conde de Nieva (1561-1564), se puso en ejecución un plan di- Al lado del establecimiento de los corregidores, García de Cas-
2
tro incentivó la política de reducción de naturales, cuyo propósito últi-
Peter Bakewell, "La maduración del gobierno del Perú en la década de 1560", en His-
toria mexicana, 39, num.153 (julio-septiembre,1989), pp.41-70.
mo era la introducción definitiva de la comunidad indígena en el esti-
104 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA , ' : LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... •
LOS

lo de la vida española. Este esfuerzo de congregar los naturales y la po-


lítica de la separación residencial habían sido algunos de los objetivos Toledo fue, ante todo, un hombre de Estado. Desde que pisó
desde los inicios de la colonización, pero la reacción y oposición de las tierra americana se revistió de una fuerte autoridad que lo acompañó
comunidades indígenas habían imposibilitado su ejecución. Fue Fran durante sus doce años de gobierno. Su aguda observación y su discre-
cisco de Toledo el que llevó a la práctica esta obra. Para su realización ción fueron sus mejores aliados para emprender la tarea de consolida-
I era necesario partir de una reestructuración espacial de las comunida- ción del sistema colonial. Estos factores le permitieron escudriñar has-
des indígenas, factor que alteró, como veremos más adelante, la orga- ta los más profundos rincones del mundo indígena. Su intención era
nización social y la función de la vida comunitaria. conocer muy bien el entramado que aún quedaba de la vida comunita-
En 1568, la Junta Magna, instalada en la metrópoli, perfiló más ria indígena y a partir de su conocimiento disolver las formas tradicio-
contundentemente la labor colonizadora, revisando a cabalidad las po- nales andinas y arrastrarlas hacia una hispanización cada vez mayor,
líticas que había que implantar en América. Su primer paso fue contar con como mecanismos de control y de dominio que sustentaba la ideología
personas idóneas para llevar a cabo el programa centralizador al que colonial.
aspiraba la Corona. En esta Junta el nombramiento del virrey Martín Toledo se identificaba con Felipe II en su carácter desconfiado.
Enríquez para la Nueva España y de Francisco de Toledo demostraban la Sabía que el virreinato era foco de todo tipo de intereses. Por ello exa-
importancia que los negocios de Indias representaban en ese momento para minaba muy bien cada uno de los factores de un problema antes de dar
Felipe II. La aplicación del programa establecido en la Junta dependía del la solución definitiva. Con un grupo de colaboradores emprendió la ta-
manejo apropiado que los virreyes dieran a cada virreinato. Era preciso el rea de establecer el orden colonial que hasta el momento no había po-
uso de la diplomacia, pero a la vez un buen manejo de la autoridad. dido arraigarse debido a las dificultades y los apetitos propios de la
La crítica situación financiera de la monarquía y el nombramiento de conquista.
Toledo nos permiten afirmar que el objetivo preciso de la Corona estaba
cifrado en la recuperación económica del virreinato. A partir de ese
momento, la acción que se debía impulsar por encima de cualquier otro 2. LA VISITA GENERAL DEL VIRREY TOLEDO
factor era la elevación "al grado máximo posible de los envíos de plata a la
metrópoli".3 Ésta era la labor básica de Toledo en su gobierno. Para reformar y organizar la administración del virreinato, To-
Pero su programa no terminaba allí. Era necesario resolver ledo impulsó una visita general que había sido propuesta por Felipe II:
asuntos de trascendencia, que podían generar malestar entre los diversos "No se duda que esta visita sería muy conveniente y de ella resultarían
sectores del virreinato: limitar el poder de la audiencia, frenar la muchos y muy buenos efectos. Y entre otros, que el virrey, no sólo por
participación de la autoridad eclesiástica en los asuntos civiles y exter- relación de oídas, más por vista de ojos, tuviese entendido la disposi-
minar cualquier brote de idolatría producto de la inacabada misión ción y calidad de la tierra..."4 Esta visita duró cinco años. Los acompa-
doctrinal de los religiosos. Además, estaba por zanjar el asunto de las ñantes de Toledo, tanto eclesiásticos como civiles, se encargaron de lle-
encomiendas, las tasaciones, el programa de reducciones de las comu- var a cabo la tarea de conocer primero el estado de la administración
nidades indígenas y el nuevo sistema de la mita. Estos eran problemas que religiosa y secular del territorio, pero sus resultados fueron más allá de
tocaban los intereses de los sectores dominantes, de los indios y de todos este conocimiento. En las intenciones de la visita aparecieron nueva-
los grupos sociales del virreinato. mente entrelazados los fines humanitarios propuestos por la Corona y
los intereses por hacer crecer la hacienda real. Además, la necesidad de
3
Carlos Sempat Assadourian, "La crisis demográfica del siglo XVI", en Población y mano de obra en
América Latina, compilados por Nicolás Sánchez Albornoz, Madrid, Editorial Alianza-América, 4
1985, p.84. "Instrucción de Felipe II al Virrey Francisco de Toledo sobre doctrina y gobierno ecle-
siástico", en Lewis Hanke, Los virreyes españoles en América durante el gobierno de la
Casa de los Austrias, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, vol. 280, 1975, p.108.
106 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 10

aplicar los controles pertinentes para lograr una mayor concentración Desde luego que las informaciones estuvieron acompañadas
de los poderes reales. La visita tuvo efectos concretos en la tasación, en por una política tendiente a arrebatar el poder fraguado desde décadas
la organización de nuevos pueblos indígenas y en el sistema de trabajo anteriores por los clérigos y frailes como "señores absolutos de todo lo
forzado a partir de la mita minera. espiritual y en lo temporal".6 Como era lógico, la sujeción de la autori-
Para afianzar los derechos del Patronato que el Papa le había dad eclesiástica al poder civil produjo resistencias de parte de los reli-
concedido a España, Toledo se propuso conocer la historia y la tradi- giosos acostumbrados a mantener libertad en la toma de decisiones.
ción incaica. Las investigaciones orales sobre el origen y los derechos al Ahora, en la visita, los eclesiásticos colaborarían con la autoridad civil
señorío indígena fueron realizadas en conformidad con un cuestiona- en el conocimiento del estado de "civilización" en que se encontraba la
rio previamente organizado y quedaron protocolizadas. En ese cuestio- población nativa, aplicando, a su vez, los correctivos necesarios para
nario se preguntaba acerca de las cualidades de los caciques, sus oríge- acabar con todo vestigio de idolatrías y hechicerías.
nes y descendencia, las contribuciones que se les pagaba, los usos y las La Crónica de Sarmiento de Gamboa (1572), titulada Historia In-
costumbres y la dominación que habían ejercido sobre sus súbditos. De diana, se basó en las observaciones de su autor y del propio Toledo y en
esta manera, el virrey concentraba el poder real a la vez que combatía las Informaciones realizadas en la visita. Ambas obras -la crónica y las in-
la corriente lascasiana que había levantado nuevamente la chispa al formaciones— probaban las acciones tiránicas de los incas. El deliberado
proclamar la ilegitimidad de la pensamiento político sobre el que fueron realizadas justificaban la obra de
conquista. la conquista mediante "las versiones sobre los actos tiránicos de los mo-
Las informaciones tomadas narcas, la rebelión de los pueblos vencidos, las bárbaras costumbres, pe-
en tiempo de Toledo, a partir nalidades crueles y el tema polémico de los sacrificios humanos".7
de los interrogatorios a los qui- Sarmiento de Gamboa, cosmógrafo y navegante, ratificaba en
pucamayocs en distintas regio- su crónica la visión adversa y pesimista respecto al indio. En todos los
nes del territorio -Cuzco, Jauja, escritos del período toledano se manifiesta esta misma actitud: los in-
Yucay, Vilcas-, fueron la base dios eran indolentes, ociosos, borrachos, pusilánimes, poco caritativos,
para afirmar la moralidad de faltos de ambición y desvergonzados, es decir, la materia disponible
la conquista española y rea- para justificar la obra evangelizadora propuesta por el pueblo domina-
firmar el Patronato: "Los incas dor. La acción política que confirmó este sentimiento fue la invasión del
ganaron su reino por fuerza de refugio incaico en Vilcabamba y la ejecución pública de Tupac Amaru,
armas o por presiones de des- que en el fondo significaba la desarticulación de cualquier forma de re-
bordamiento", por lo tanto no sistencia indígena.
eran señores verdaderos del Pero la visita tenía otro objeto, esa intención, que ya se ha
Perú.5 Habían usurpado muy enunciado, que siempre acompañaba la acción espiritual de la Corona
recientemente el poder a los y de la cual deriva el carácter ambivalente y contradictorio de la acción
verdaderos señores, asentán- colonizadora: el interés por aumentar los ingresos de la Real Hacienda.
dose a partir de la guerra y la A partir de entonces, se configuró definitivamente el sistema tributario,
violencia. Por ello se justificaba la rotación de la mano de obra forzosa a través de la mita colonial, se
la presencia civilizadora de
España, restándole validez a la doctrina de Vitoria, cuando afirmaba "Memorial que Don Francisco de Toledo dio al Rey Nuestro Señor del estado en que
dejó las cosas del Perú después de haber sido virrey y capitán general por trece años,
que los incas eran los dueños verdaderos del Perú. que comenzaron en 1569", en Lawis Hanke, Los virreyes españoles... vol. 280, p.128.
Raúl Porras Barrenechea, Fuentes históricas peruanas, Lima, Universidad Mayor de San
5
Roberto Levillier, Los Incas, Sevilla, Escuela de Estudios Americanos, 1956, p.52. Marcos, 1963, p.152.
108 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 109

revitalizó el trabajo en algunas minas que hasta el momento no se ex- 3. CONFLICTOS DE AUTORIDAD ENTRE LOS
plotaban convenientemente. Estas acciones conducentes a la reactiva- PODERES LOCALES
ción de la economía minera, se sostenía en la política de la reducción o
congregación de pueblos indígenas. Las secuelas del absolutismo hicieron sentir sus efectos duran-
De la visita también nacieron las ordenanzas establecidas por te el gobierno de los Austrias. Felipe II, el que se decía no absolutista,
Toledo. Éstas rigieron durante su gobierno y sirvieron de derrotero a mantuvo la intención de reforzar a toda costa la centralización y reor-
sus sucesores. En alguna medida, el virrey se sirvió de las formas tra- ganización de su imperio. Toledo fue delegado por la autoridad real,
dicionales de organización laboral indígena para construir su cuerpo precisamente con el fin de hacer valer esa concepción absoluta de la
legislativo, pero dentro del nuevo contexto racional mercantilista que monarquía y organizar el aparato político de manera burocrática.
operaba la economía colonial, desfiguró las antiguas instituciones indí- Las reformas toledanas significaban una alteración sustantiva
genas que habían estado marcadas inicialmente por los principios de del manejo colonial de parte de los poderes locales. La reforma se dos-
redistribución y reciprocidad. El virrey, en extremo riguroso, legisló plegaba en dos direcciones. Por una parte incluía una recuperación del
con tanta minuciosidad que "la vastedad de su labor legislativa, estuvo poder que había sido acaparado por las audiencias, los cabildos, los ofi-
en razón inversa de su utilidad y valor real".8 Ésta fue la percepción que ciales reales, la jerarquía eclesiástica, los encomenderos y los curacas. Por
tuvieron sus sucesores sobre el infinito número de disposiciones ema- otra parte, pretendió la desarticulación de los patrones andinos de or-
nadas de la obra toledana. Sin embargo, su legislación pasó a ser, en lo ganización social y económica, mediante el definitivo establecimiento
sucesivo, obra de consulta obligada. de las reducciones o congregaciones de indios. La implementación de
La misión evangelizadora, que legitimaba la presencia de Es- estas nuevas instituciones no era fácil y Toledo comprendió las dificul-
paña en América, formaba parte de ese proceso de hispanización y To- tades que acarreaba su obra. Gran parte de su acción dependía de la fi-
ledo se encargó de acrecentarla ante la observación de las debilidades neza en el manejo de los asuntos y el tacto con el que se debía obrar, para
y fallas que se percibían de las acciones de los primeros años de cristia- arrancar los que se habían asentado por la fuerza de los hechos y de-
nización. Según Steve Stern9 el proyecto de la obra toledana no se hu- volver su control al poder central.
biera podido llevar a efecto si el virrey no hubiese contado para su ac- La limitación del poder judicial del virrey en los asuntos de la
ción con el respaldo de la élite colonial, especialmente con los religio- Audiencia y la incumbencia de ésta en los asuntos de orden virreinal
sos e intelectuales del momento. Stern muy seguramente se refiere a la fue uno de los motivos de preocupación y de conflicto en este período.
colaboración prestada por Polo de Ondegardo y Juan de Matienzo, Desde los inicios de su gobierno, Toledo estaba informado de las dife-
quienes influyeron decisivamente en los resultados de la obra. A esta rencias y luchas entre virreyes y oidores. En carta de Felipe II, fechada
afirmación se puede agregar que su habilidad política le llevó a pedir el 28 de diciembre de 1568, ya se le advertía sobre los conflictos de po-
la colaboración de los principales prelados y los miembros más pres- der. El problema se agravaba además, al no existir claridad en el límite
tantes de la sociedad impidiendo, de esta manera, que se fraguaran preciso dónde acababan los dominios de orden administrativo y dónde
grupos de poder en contra de sus disposiciones. comenzaban los de tipo judicial. En la carta referida anteriormente el
rey decía:"... pretendiendo los oidores que lo que se trata era de su car-
go y ministerio y por el contrario, los virreyes que era del suyo..."10 La
competencia creada por la superposición de funciones entre las distin-
tas esferas del poder, terminaba por ser la causa de colisión entre virre-
8
yes y oidores.
Lewis Hanke, Los virreyes españoles... vol. 280, 1975, p.74.
9
Steve Stern, Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista española. Hua- "Instrucción al Virrey Francisco de Toledo sobre doctrina y gobierno eclesiástico", en
manga hasta 1640, Madrid, Alianza América, 1986, p.132. Lewis Hanke, Los virreyes españoles... vol. 280, p.110.
■ • ' ■ \

LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 111


110 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA

la de Chile, considerándola poco útil. También esbozó una reforma en


La intromisión de las entidades corporativas en la dirección del
cuanto al tiempo de servicio de los funcionarios. Limitó la participación
Estado fue general a todas las colonias españolas en América. Tuvo sus
de los oidores en los "asuntos de la tierra", mediante alianzas matrimo-
orígenes en la conformación de las dos instituciones, pero también ad-
niales o negocios particulares que imposibilitaran la aplicación de la
quirió formas peculiares en cada territorio. En el virreinato del Perú se
justicia de manera equitativa.13
agudizó debido a las circunstancias de las décadas primeras después
Con los miembros del cabildo el problema no variaba mucho,
de la conquista. El poder de las audiencias había venido en aumento
para la década de 1560 los cabildos de las distintas ciudades del virrei-
desde los tiempos de Vaca de Castro y con La Gasea se había acrecen-
nato asumían funciones de muy diversa índole, rigiendo en gran parte
tado su autoridad. Para eludir conflictos y evitar discordias, virreyes y
la vida civil del ámbito territorial que les correspondía. Además de es-
presidentes habían permitido la intervención de los oidores en asuntos
tar ocupados los cargos por los encomenderos, su poder se convertía en
de orden administrativo y más de un funcionario de mayor autoridad
omnímodo, obrando de acuerdo a sus intereses. Esto significaba que las
había sido más dirigido que dirigente de la audiencia." Por lo demás,
decisiones del gobierno local estaba en manos de los poseedores del
los lapsos en que el virreinato había estado en manos de los oidores les
trabajo y la renta de los indígenas.
había acrecentado sus ansias de poder.
Los resultados de este doble poder —administrativo y econó-
El virrey Toledo mantuvo con los miembros de la Audiencia de Li-
mico— de parte de los funcionarios de los cabildos ineludiblemente
ma relaciones tirantes. Los celos de poder y las pugnas de intereses incita-
afectaba las decisiones, sin que existiera alguna autoridad que las pu-
ron a los oidores a realizar acciones enojosas para con el primer mandata-
diera objetar. El intento de Toledo de acabar con estas prerrogativas se
rio, como la revocación de sus disposiciones y el indiscreto manejo de sus
encauzó a colocar en igualdad de condiciones a los encomenderos y no
asuntos. La oposición a las actuaciones de Toledo se manifestó a través de
encomenderos, mediante la liberalización de los procedimientos para
escritos acusatorios dirigidos al Consejo de Indias. Como era de esperar, las
poder acceder a este organismo. La decisión de Toledo favorecía a los
quejas llegaron hasta la propia autoridad monárquica.
no encomenderos de los pueblos y restaba prerrogativas a los vecinos
Toledo recordaba al rey que expresamente le había encarecido
feudatarios, los que recibieron con malestar la decisión. Esta medida
que "no permitiera que fueran desautorizados actos suyos por cargos de
nuevamente colocaba el dedo sobre la llaga: despojar de los privilegios
terceros u oidores, sin antes pedirle él sus descargos".12 El problema en el
autoconcedidos a las autoridades locales del virreinato.
fondo radicaba en la actitud de desconfianza que partía de la cúspide del
poder hacia abajo. Cada funcionario de la Corona mantenía una actitud En cuanto a los curacas, en los inicios del período colonial go-
de recelo —cuando no de complicidad— con su dependiente inmediato y zaron de algunos privilegios económicos con relación al conjunto de la
el mismo Toledo se encontraba atrapado en esta mentalidad. comunidad. Su exoneración del tributo y de la mita les permitió dife-
Por otra parte, el Consejo de Indias mantenía el criterio de impe- renciarse del resto de los miembros de sus pueblos, manteniendo el de-
dir el fortalecimiento del poder del virrey en detrimento de la Audiencia. recho al usufructo del empleo privado del indígena. Sus decendientes
Toledo, desde los tiempos de su nombramiento, no contaba con la apro- por línea directa fueron objeto de una educación especial en las escue-
bación del Consejo y por ello estuvo imposibilitado para sacudir defini- las de caciques, cuyo fin era ejercer una acción directa de aculturación
tivamente el poder de los oidores, porque sabía que de oponerse radical- sobre este grupo de la población.
mente a sus acciones, estarían contados sus días en el Reino del Perú. Si bien los curacas gozaron de algunas prerrogativas económicas,
Como medida para equilibrar su poder y disminuir el de los sufrieron presiones por parte de las autoridades españolas.14 Su condición
oidores, propuso suprimir algunas de las Audiencias, particularmente 3
1
Raúl Vargas Ugarte, Historia del Perú (1551-1590), Lima, Instituto histórico del Perú y
Academia correspondiente de la Real Española de la Lengua, 1942, p.139.
1
4
" Roberto Levillier, Don Francisco de Toledo supremo organizador del Perú, 1515-1582. Para comprender mejor la difícil tarea de los curacas durante los tiempos coloniales
Años de andanzas y de guerras, Madrid, Espasa Calpe, 1935, p.11 3.
12 véase Franklin Pease, Curacas, reciprocidad y riqueza, Lima, Pontificia Universidad
Ibid, p.80. Católica del Perú, 1992.
112 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 113

política, entre dos sociedades contrapuestas, estuvo atenazada por un sin- dones en las pautas tradicionales de vida, los reacomodos de población
número de intereses que clamaban los dos grupos en conflicto. El curaca mediante el sistema de reducciones de naturales y de las levas perma-
pasó a ser el intermediario directo entre "una sociedad autóctona desmo- nentes para cumplir las obligaciones de la mita minera, llevaron al po-
ralizada y atrapada en una maraña de enfrentamientos internos"15 y el der del curaca a su punto más bajo. Su permanencia, como autoridad,
nuevo grupo dominante que le mantenía como la alternativa que permi- respondía ahora a salvaguardar los intereses que las nuevas oportuni-
tía un mayor control de la comunidad indígena. Decía Toledo: "...no se dades les ofrecía. Ésta fue la causa de las múltiples alianzas que logra-
puede gobernar estos naturales sin que los caciques sean los instrumen- ron establecer con los corregidores de indios. No obstante, la existencia
tos de su ejecución, así en lo temporal como en lo espiritual".16 del curaca no se cuestionó y su figura, aunque transformada de lo que
Políticamente, los curacas fueron eximidos de ocupar los luga- originariamente había significado para la comunidad, se mantuvo en el
res del cabildo, con lo cual perdían su intervención directa en la vida virreinato.
comunal indígena. La creación de alguaciles y alcaldes indígenas les
restaba poder ante su comunidad. Además, la dislocación interna que
habían sufrido los naturales ante las nuevas formas de dominación re-
cayó con todo su peso en los curacas, quienes perdiendo parte de su au-
toridad pasaron a tomar una posición ambivalente, como intermedia-
rios entre los dominantes y los dominados. Ahora su misión en la reco-
lección del tributo les hacía sustentadores del nuevo orden dominante
y para lograr mantener su posición respecto a las nuevos poderes con-
tribuyeron a enfrentar a sus propias comunidades perdiendo su propia
autoridad moral.17
La debilidad del curaca consistió en la imposibilidad de parti-
cipar activamente en las decisiones políticas de sus sociedades, am-
pliándose las fracturas que se esbozaban desde antes de la caída del im-
perio incaico. Los curacas eran conscientes de que los privilegios que
ahora gozaban dependían de sus nuevos jefes políticos y no de los vín-
culos de reciprocidad que los había unido al ayllu. Esta razón explica la
ausencia de una acción conjunta de oposición al control ejercido por el
sistema español.
La pérdida de poder de los curacas llegó a su punto máximo
con la resolución toledana de quitarles su carácter hereditario. Con es-
ta determinación, en el lapso de dos o tres generaciones la cúspide so-
cial de las sociedades andinas perdería su injerencia formal en la vida
de sus comunidades.
Con Toledo, el estado de descomposición social de las comuni-
dades indígenas se tornó irreversible. A partir de entonces, las altera-
1
5
Steve Stern, Los pueblos indígenas..., p.132.
1
6
Santillán, Relación, pp. 57 y 78, citado por Guillermo Lohmann Villena, El corregidor de
Indios en el Perú bajo los Austrias, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1 957, p.13.
1
7
Steve Stern, Los pueblos indígenas...., p.281.
114 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA

do directamente por la Corona o por el virrey.20 Durante la visita general al


territorio, mientras se sentaban las bases definitivas de la reorganización, la
administración de los pueblos y la protección de los indios quedó encomen-
dada, de manera conjunta, a los visitadores y corregidores que ya ejercían
su cargo desde tiempos de García de Castro.

4. REABSORCIÓN DEL PODER ECLESIÁSTICO:


LAS REDUCCIONES
La sujeción del poder eclesiástico a la autoridad civil en virtud del
patronato reforzaba la política de concentración del poder real. Recuperar
los negocios eclesiásticos de manos de los prelados a la esfera real significa-
ba, en tiempos de Toledo, desarticular las redes de poder establecidas entre
los religiosos y las fuerzas locales. Decía Toledo: "Hallé cuando llegué a él
(al reino del Perú) que los clérigos y frailes, obispos y prelados de las órde-
nes eran señores absolutos de todo lo espiritual y en lo temporal casi no co-
nocían ni tenían superior..."21 Habían llegado a adquirir tal poder temporal
que impartían la justicia en los pueblos imponiendo a los indios penas cor-
porales y privándolos de la libertad en sus propios cepos y cárceles. En
complicidad con los caciques, lograban arrancar a los indios más pagos de
los que les correspondía.
La disputa entre ambas potestades —Iglesia y Estado— en ra-
zón del Patronato se manifestó en la correspondencia dirigida a Felipe
II: los provinciales, priores y visitadores eclesiásticos clamaban por una
mayor autonomía en sus asuntos. Los virreyes, por su parte, procura-
ban mantener sus fueros, privando a los eclesiásticos de los poderes
116 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA : LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 117

■.;
ta misión era asunto del Estado. Por lo tanto, Toledo encontraba en la
educación de los hijos de los caciques la solución al problema y reco-
rir su título de no haber cursado la cátedra de lengua general o en su
mendaba que se continuara la obra que había dejado inconclusa.
defecto, demostrar su conocimiento.24
El fervor evangélico y la lucha contra la gentilidad motivó una
La exigencia del conocimiento de la lengua indígena adoptada
gran voluntad de extirpar la religión indígena. Esta labor fue asumida
por Toledo, formó parte de su reorganización educativa del virreinato.
por el clero, pero con mayor empeño por el Estado y los laicos, quienes
La reestructuración de la universidad de San Marcos a partir de 1571
durante el gobierno de Toledo intensificaron su labor por evitar la pre-
comenzó por el reemplazo de su dirección. De manos de los dominicos
sencia de cualquier elemento sagrado que no perteneciera a los cáno-
pasó a Pedro Fernández de Valenzuela. Acción que se entiende a la luz
nes del cristianismo. La extirpación de idolatrías en el virreinato perua-
del interés del virrey por disminuir el poder acaparado por los religio-
no representó una especie de Cruzada a partir de métodos europeos
sos. Además, entre las 17 cátedras que erigió, se contaban las dos de
originados en la tradición escolástica.25 La persistencia de prácticas re-
lenguas nativas. Hasta 1571 solo se dictaba en la catedral y otra en el
ligiosas indígenas en períodos posteriores nos sugiere que a la par del
convento de los jesuitas.
proceso de extirpación de idolatrías, se dio un "fenómeno paralelo de
El plan de reestructuración educativa de Toledo tuvo diversas
revitalización de los cultos indígenas".26
aristas. En ella se contemplaba la educación de la población criolla me-
Sin proponérselo, las obras de extirpadores de idolatrías han
diante la creación de colegios menores, al estilo de los salmantinos y es-
servido como instrumento de consulta a los historiadores, antropólo-
cuelas de enseñanza de gramática. Los colegios para los hijos de los caci-
gos y cientistas sociales. En estas obras se encuentran los lineamientos
ques y enseñanza de la doctrina pretendieron adentrar a la comunidad in-
básicos de la organización de los cultos prehispánicos. Obras como las
dígena en la educación española como mecanismo de aculturación.
de Cristóbal de Albornoz o Cristóbal de Molina partieron de la base de
Los sacerdotes de la Compañía de Jesús habían llegado al Perú
que para poder combatir los ritos y creencias religiosas había que cono-
en el año de 1568 y de acuerdo a los intereses de la orden se encargaron
cerlos primero. Así llegaron hasta nosotros relaciones de objetos sagra-
de la enseñanza de gramática a los niños. Toledo no tuvo éxito en sus
dos, ritos y ceremonias que se usaban en los Andes.
gestiones para que los jesuitas contribuyeran a la enseñanza universi-
taria, como tampoco cuando les encomendó las parroquias y doctrinas
de Huarochirí, el Cercado y Juli. En ambas oportunidades, las exigen-
cias del virrey fueron desautorizadas directamente por la monarquía y 5. REORGANIZACIÓN ESPACIAL; DEL VIRREINATO
esto creó conflictos insolubles entre los jesuitas y el representante del
monarca. La justificación de esta conducta de los jesuitas era que la par- Para llevar a efecto la reforma acerca de los corregidores de in-
ticipación en estas actividades los pondría bajo la jurisdicción del obis- dios, Toledo consideró imprescindible una nueva reorganización espa-
po, restándole fuerza a la autoridad de su provincial. cial del virreinato. El extenso virreinato del Perú, a la llegada de la pri-
Toledo dejó a sus sucesores dos obras iniciadas: un colegio-se- mera audiencia a Lima en 1544, estaba conformado por toda la Améri-
minario y el proyecto de dos colegios para la instrucción de los hijos de ca del Sur española, a excepción de la Nueva Granada y los asenta-
los caciques de Lima y del Cuzco. Sabía el virrey el gran ascendiente mientos de la costa del Caribe que seguían dependiendo de Santo Do-
que poseían los curacas dentro de la población indígena y la imposibi- mingo. Posteriormente, la creación de las Audiencias de Santa Fé
lidad de desarraigarlos. Por otra parte, consideraba que a través de (1547), Charcas (1559) y Quito (1563) dio una nueva conformación al vi-
ellos se perpetuaban las idolatrías y los conocimientos de la religión de rreinato del Perú. Estas audiencias, como espacios subalternos, fueron
sus antepasados. Para extirpar de raíz estas hechicerías, lo más perti-
nente era adoctrinar y cristianizar a los sucesores de los caciques y es- Pierre Duviols, La destrucción de las religiones andinas, México, Universidad Autónoma
de México, 1977, p.421. Manuel Burga, Nacimiento de una utopía, Lima, Instituto de Apoyo
Agrario, 1988, pp. 154-155.
24
Raúl Porras Barrenechea, Fuentes... pp.28-29.
118 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 119

perdiendo toda comunicación efectiva con el centro virreinal, en razón de medio de defensa del natural, debido al proceso de agresión que signi-
la distancia. De hecho, la vinculación de la Nueva Granada al virreinato del ficó la conquista.
Perú fue muy leve y solo se consultaba con el virrey en casos de extrema El interés por congregar a los naturales respondió a múltiples
importancia. Esta lejanía se expresa en la ausencia de referencias respecto a motivos de la Corona; estos intereses fueron variando de acuerdo con
la relación entre la audiencia y el centro del virreinato. En general, el gobier- las circunstancias de cada momento. En la primera mitad del siglo XVI,
no de las audiencias se ejercía a discreción del presidente. básicamente influyeron dos aspectos de índole cultural y religiosa, que
En la tarea de la reestructuración espacial del territorio partici- fueron de vital importancia para la Corona: el primer motivo para con-
pó el cosmógrafo Sarmiento de Gamboa, al que nos hemos referido co- gregar se basó en la tradición de "urbanizar al estilo de Castilla". Ese es-
mo autor de la Historia indiana. Los objetivos del reordenamiento te- tilo de organización significaba la forma más perfecta de civilizar e in-
rritorial tendieron a obtener los logros políticos y económicos de las re- troducir a los naturales en la vida "en policía".27
formas toledanas. Las consideraciones sociales o de cualquier otra ín- El segundo aspecto se debió al interés por cristianizar, ya que
dole se mantuvieron en un segundo plano, pues Toledo conservó siem- constituía la principal tarea de la Corona en el territorio americano.28
pre presentes los intereses reales para los que había sido destinado. Los ideales cristianos se plasmaron en las colonias, como el intento de
La nueva distribución provincial, realizada por Toledo, estuvo poder construir entre los indígenas una Iglesia, al estilo de la comuni-
vinculada directamente al número de tributarios de cada uno de los dad primitiva de creyentes. Estos ideales se concretaron en los esfuer-
nuevos fraccionamientos. El objeto de esta decisión se encaminó a ex- zos realizados por los religiosos quienes impulsaron la obra de reducir
traer el salario del corregidor a partir del monto del tributo que paga- a los indios. Lo espiritual y lo temporal estaban estrechamente ligados
ban los indígenas encomendados. De esta manera, aparentemente, so- durante el período colonial. La teoría del bien común compendiaba los
bre los encomenderos recaía el pago de los corregidores, pero era sobre ideales básicos de la sociedad del siglo XVI.29
las últimas retasas hechas a los pueblos de indios, donde se había ase- Durante el reinado de Felipe II, la política colonial sufrió algu-
gurado la parte correspondiente al salario de los corregidores. nos cambios ante la disminución de la población indígena, que afecta-
El reordenamiento territorial de Toledo impulsó un mayor con- ba la producción de las colonias. Estos motivos influyeron para que la
trol sobre la población indígena a partir del tributo y de la organización Corona reforzara su interés en "juntar" a los naturales. El rey era cons-
de levas de mitayos que trabajarían en las minas de plata del virreina- ciente que la política de congregación de naturales se había impulsado
to. Pero como una de las mayores dificultades para llevar a cabo el go- desde los inicios de la conquista, sin haberse podido lograr hasta el mo-
bierno de los indios se debía a la dispersión del elemento nativo, se si- mento y encarecía a Toledo su culminación: "se os debe de nuevo tor-
guió una política de reducción de los naturales. nar a encargar para que hagáis en ello suma diligencia, y uséis de todos
La política que más efectos tuvo sobre la población indígena los medios a que este propósito de reducir los indios a población y de
fue la "juntar" o "reducir" a los naturales. Las congregación de natura-
les -al igual que el sistema de la encomienda- repercutió hondamente Francisco de Solano, Ciudades hispanoamericanas y pueblos de indios, Madrid, Con-
sejo de Investigaciones Científicas, 1990, pp.333-334.
en el desvertebramiento de las primitivas comunidades de indios, 28
Sobre las congregaciones o reducciones el pensamiento de la Corona era el siguiente:
transformando sus relaciones de parentesco, sus circuitos económicos "■..para ser los indios verdaderamente cristianos y políticos, como hombres razonables
y el conjunto de elementos de su vida social y cultural. que son, es necesario estar congregados y reunidos en pueblos y no vivir desparrama-
dos y dispersos por las sierras y montes". Colección de documentos inéditos relativos al
Dentro de la mentalidad paternalista de la Corona fue concebi- descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones de América y
da, al igual que la separación de repúblicas, como una política protec- Oceanía, vol. XXVIII, 1874/1966, p.543.
cionista hacia el indígena. A excepción de algunas concentraciones, la Morner se refiere así a la teoría del bien común: "El bien común comprendía a la vez lo
espiritual y lo temporal. En América todo el régimen de los indios estaba concebido por
mayoría de la población indígena vivía en poblamientos dispersos. Es- la legislación en términos espirituales al propio tiempo que político-económicos", Mag-
ta forma de vida se redobló en los primeros años del contacto, como nus Morner, La Corona española y los foráneos en los pueblos de indios en América,
Estocolmo, Instituto de Estudios Iberoamericanos, 1970, p.18.
120 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... 121

fundar y formar nuevos lugares y poblaciones conviniere".30 Ya en tiem- al Estado y a los encomenderos."34 Pero la reacomodación territorial tam-
pos de García de Castro se habían hecho las diligencias necesarias para bién causó daños respecto a la posesión indígena de la propiedad de la
establecer las reducciones de indios, pero fueron vanos los intentos debi- tierra. Hasta Toledo, las acciones respecto a la apropiación de la tierra ha-
do a la fuerte oposición que manifestó la población "aferrados duramente bían sido meramente tentativas. El nuevo reacomodo de miles de indíge-
a sus huacas y pacarinas".31 Igualmente, el segundo concilio limeño ce- nas en sus reducciones alteraba, de manera definitiva, la relación del in-
lebrado entre 1567 y 1568 patrocinó la creación de las reducciones. dígena con la tierra. El camino emprendido por Toledo en esta oportuni-
Debido a los fracasos anteriores, a Toledo le correspondió im- dad quebraba, definitivamente las formas indígenas tradicionales y le in-
pulsar el programa de reducciones. Desde su desembarco en Panamá, troducía dentro de unas estructuras eminentemente coloniales.
ésta fue una de sus preocupaciones. Con su implantación buscaba un
mayor rendimiento en la actividad indígena como principal fuerza de
la vida económica, un mejor control sobre la población tributaria y el 6. LA REAL HACIENDA: TRIBUTACIÓN Y MITA
intento de la aplicación de un aparato de gobierno a nivel de las comu-
nidades indígenas, del cual sería su cabeza el corregidor. Del triunfo
No es fortuito que las relaciones de servicio del virrey dediquen
que lograra cosechar con las reducciones dependía, en gran medida, la
un amplio lugar al tema del manejo de la real hacienda. Todo su progra-
introducción definitiva de la comunidad indígena dentro de la jurisdic-
ma de gobierno, a partir de su visita, se centraba en encontrar las mejores
ción de las autoridades españolas.
vías para el incremento de la economía: la política de reducciones, el esta-
Reacomodados en sus nuevas poblaciones, instalados los co-
blecimiento de nuevas tasas tributarias y la implantación de los corregi-
rregidores en una amplia extensión del virreinato -abarcando las au-
dores tenía sentido dentro de este esquema político. Ideológicamente, la
diencias de Charcas y Quito- y censada la población, pensaba el virrey
utilidad económica de las colonias se conciliaba con el plan salvífico de los
que poseería el más amplio control político, económico y espiritual so-
indígenas. Assadourian expresa esta vinculación entre ambos intereses de
bre el grupo dominado. Por otra parte, el reacomodo de la población
la Corona de la siguiente manera: "lo útil para la real hacienda se identifi-
permitió "la expansión de la agricultura y ganadería españolas sobre
có con lo justo para los indios, en el supuesto de que la mayor explotación
nuevas tierras, todo ello detrás de la fachada de una hueca retórica ofi-
económica favorecería su cristiandad".35
cial destinada al consumo público".32
La primera acción para mejorar la economía en los años toleda-
Cada reducción poseía normalmente de 400 a 500 tributarios y
nos tendió a poner en orden la recaudación de las rentas reales. Este
sus tierras de comunidad abarcaban una extensión de una legua a la re-
plan se ejecutó mediante la creación de una maquinaria burocrática que
donda.33 Con estas transformaciones, el control político e ideológico
permitiera una efectiva recaudación y contabilización de los bienes en
que se logró sobre la población redundaría en el propósito fundamen-
los distintos centros del virreinato. Por esta razón se instalaron cajas de
tal del Estado colonial: el aprovechamiento impresionante de la mano
real hacienda en Concepción, Arequipa, Lima y Guayaquil. Al mismo
de obra indígena, a partir de la explotación mediante el sistema de tra-
tiempo, se ejecutó el nombramiento de un "contador de la razón" para
bajo compulsivo en las minas potosinas y la "racionalización de la tasa
informar al virrey sobre la marcha de los asuntos económicos. Se esta-
colectiva de extracción de excedentes comunales por la vía del tributo
bleció un junta compuesta por algunos oidores para "que se tratase del

10
"Instrucción al virrey Francisco de Toledo", en Lewis Hanke, Los virreyes... p.94. 34
Luis Miguel Glave, "La crisis general del siglo XVII", en Las crisis económicas en la historia
1
3
Waldemar Espinoza Soriano, "El alcalde mayor indígena", en Anuario de Estudios del Perú, compilados por Heraclio Bonilla, Lima, 2a.ed. Centro Latinoamericano de
Americanos, XVIl, (Sevilla, 1960), p.213. historia económica y social, Fundación Friedrich Ebert, p.97.
32
Susan Ramírez, "Cherrepé en 1572: Un análisis de la visita general del Virrey Francisco 15
Carlos Sempat Assadourian, "La despoblación indígena en el Perú y Nueva España
de Toledo",en Revista del Museo Nacional de Historia, 11, (Lima, 1978), pp.80 y 81. durante el siglo XVI y la formación de la economía colonial de América Latina Colo-
33
Raúl Vargas Ugarte, Historia del Perú..., p.197. nial", en Lecturas de historia mexicana, 8, Colegio de México, 1992, p.70.
122 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 123

aumento y acrecentamiento de la real hacienda y del estado de los ne- Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta una vez
gocios fiscales" dejando constancia de lo tratado en aquellas reuniones. más las intenciones rentísticas de la Corona. Efectivamente, era más renta-
Tributación y mita a partir de las reformas toledanas fueron los ble la extracción de la plata y el mercurio, que la producción de coca. Ade-
dos ejes del desarrollo económico que mayor beneficio traerían a la Coro- más, este producto cumplía una función tradicional dentro de la comuni-
na española; a la vez, serán estas instituciones las mayores fuerzas opre- dad que no era muy significante dentro del nuevo orden establecido. Sin
sivas de la comunidad indígena. En cuanto a la mita minera, en la década embargo, no se puede dejar de lado que la disposición de Toledo combatía,
de 1560, se habían realizado algunas gestiones para implantar el sistema a la vez, las fuertes exigencias de los productores y comercializadores de la
de rotación forzosa de mano de obra indígena en Potosí, como conti- hoja de coca en relación con el trabajo indígena.
nuidad de lo que había sido la mita incaica. Sin embargo, en el período co- Toledo visitó personalmente la zona minera de Potosí en di-
lonial la diferencia radicaba en la naturaleza económica que derivaba de ciembre de 1572. Mediante el reclutamiento de indígenas de encomien-
la organización de la mita. En el tiempo de los incas, las rotaciones se usa- das que recorrió hasta su llegada, puso en funcionamiento la empresa
ron como medio para distribuir las necesidades o las obligaciones de tra- minera con cerca de 9.500 hombres, distribuidos entre los socavones,
bajo colectivo, con base en el sistema de la reciprocidad. las refinerías, las obras de construcción de nuevas galerías subterráneas
Hasta el establecimiento de Toledo, la Corona no había ratifica- y los oficios adicionales como el acarreo y el purificado del metal. Pos-
do el trabajo compulsivo en las minas y su ambivalencia respecto a es- teriormente, a su regreso de La Plata hacia Lima, comprobó los resulta-
te punto se mantuvo indefinidamente. Toledo comenzó los preparati- dos económicos de la organización y continuó perfeccionándola hasta
vos concernientes a la implantación de la mita, mientras el rey tomaba
la determinación. De ser aprobado el trabajo compulsivo, se normaría
de tal manera que no llegara a considerarse, dentro de los parámetros
de la época, como una forma de trabajo esclavista. Pensaba Toledo que
el hecho de ser una actividad asalariada, sujeta a un determinado hora-
rio, bajo una distribución temporal de los indios y la recomendación de
un buen trato, libraría a los naturales de ser esclavizados. Además, al
darse las condiciones necesarias para la explotación de las minas, el Pe-
rú permanecería en manos de los españoles y, de esta manera, se ase-
guraría la redención de los infieles.36
Aparentemente, resulta contradictoria la determinación del
virrey respecto a la implantación de la mita minera en relación con
sus ordenanzas de la coca. Amparado en la defensa de la población
indígena, Toledo prohibía que a los indios se les retuviera en los va-
lles yungas, donde se sacaba la cosecha, argumentando la insalubri-
dad de estos lugares. Tampoco permitía que ajustaran la tasa de tribu-
tación al encomendero en hoja de coca o que sirvieran de acémilas en
su transporte. ¿Por qué tanta protección del natural en un asunto co-
mo el de la producción de la hoja coca, cuando la extracción del mi-
neral en las minas de plata o de mercurio se hacía en condiciones más
violentas?
36
Peter Bakewell, Mineros de la montaña roja, Madrid, Alianza América, 1989, p.75.
124 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 125

lograr la rotación de aproximadamente 14.000 trabajadores indios.37 serie de transformaciones estructurales que revolucionaron la forma de
Aprovechó también su estadía para redactar las "ordenanzas para el la producción argentífera en el Potosí, y no como producto de un au-
gobierno de minas y mineros y para los ingenios de agua y caballos de mento poblacional indígena. Es decir, que las circunstancias sociales,
moler metales".38 políticas y administrativas fraguaron una buena oportunidad para el
A partir del censo elaborado por Toledo, se impuso el sistema crecimiento de la producción de metálico.
de leva de mano de obra. Su funcionamiento gravitaba alrededor de la Las reformas toledanas lograron conjugar en el virreinato varios
mano de obra sujeta en las dieciséis provincias situadas geográficamen- elementos entre los que es necesario resaltar la creación de nuevos patro-
te al sur del Cuzco. La séptima parte de la población tributaria era tras- nes tributarios, el establecimiento del beneficio del azogue y la forma de
ladada por turnos cada año. Los trabajadores llegados al Potosí realiza- compulsión de mano de obra indígena, administrada por el Estado.
ban su labor bajo un sistema de rotación, divididos en tercios. De esta A partir de Toledo, la tributación cambió su carácter sustancial
manera, cada indígena trabajaba alternadamente y por un máximo de respecto a la concepción original incaica y a las primeras formas de
cuatro meses al año. Cuando no se recogían los indios suficientes den- adaptación después de la conquista. Durante el Estado inca la tributa-
tro de un tercio eran contratados indios libres. ción se pagaba en trabajo y en las primeras décadas a partir de la con-
Los códigos de minas establecidos por el virrey Mendoza y las quista, se transformó en tributo en especie. Esta alteración en la concep-
ordenanzas de Toledo son las dos principales fuentes para conocer to- ción originaria del tributo afectaba a la organización comunitaria res-
das las prescripciones del trabajo en las minas. Estos códigos encierran pecto a la utilización del tiempo del trabajo y exigía un período com-
todo lo concerniente al descubrimiento, reclamos, organización y ope- plementario destinado a la producción agrícola.
ratividad minera. Las ordenanzas de Toledo fueron aprobadas por Fe- La determinación del virrey de establecer parte del monto del
lipe II en 1589 y tuvieron vigencia en toda Hispanoamérica. tributo en plata y parte en especie, alteró nuevamente el patrón básico
En general, el manejo de las minas se dejó en manos de parti- del tributo y se orientó a introducir a la población indígena en la acti-
culares mediante arriendo o regalo. De esta manera, la Corona extraía vidad mecantil. Esto significaba transformar los conceptos de la pobla-
una renta segura y no corría con los riesgos de su explotación. La asig- ción indígena respecto al intercambio, a la vez que obligaba a las comu-
nación de cupos de mitas a los empresarios coloniales se mantuvo en nidades a introducirse en el libre juego de la oferta y la demanda.
manos de la administración colonial. Sin embargo en el caso de las mi- Las nuevas disposiciones acerca de la tributación elevaron sig-
nas de Huancavelica, principal depósito del azogue para el abasteci- nificativamente los ingresos de la Corona, a la vez que movilizaron a
miento del Potosí, la administración corrió por cuenta del virreinato. un gran contingente de tuerza de trabajo indígena dinamizando las ac-
El descenso en la producción minera peruana, a partir de 1560, tividades productivas de los españoles.
ha sido interpretado como resultado de la baja demográfica indígena, Los mecanismos de los indígenas para lograr pagar el metálico
que en ese momento llegó a su máximo punto. Sin embargo, investiga- exigido a partir de las reformas toledanas dependieron de su actividad.
ciones recientes han permitido llegar a otra conclusión: la crisis fue el En los territorios del norte y centro del virreinato, en los que aún juga-
resultado de "la escasez de minerales de alta ley fundibles en las guay- ba algún papel la actividad agrícola, la población se vio obligada a ven-
ras, con lo que la extracción y la fundición de los minerales de Potosí der sus cosechas, con el fin de adquirir el dinero requerido. Al sur del
dejó de ser una ocupación atrayente".39 virreinato y en los territorios mineros lo adquirieron a partir del traba-
En el caso del ascenso minero a partir de la reforma toledana, jo en las minas.
es necesario estimar que se debió, básicamente, a la aplicación de una El sistema de reducciones agilizó el procedimiento de tasación
37
Ibid., p.79.
del tributo. Todos los indios casados y los no casados entre los 18 y los
33
López de Caravantes, Noticia General del Perú, T.l, Discurso II, Biblioteca de Autores 60 años debían entregar la suma asignada a la localidad. Cada curaca o
Españoles, vol.292, Madrid, Atlas, 1985, p.106. 39 indio principal recogía el importe fijado en la visita y lo entregaba al co-
Assadourian, La crisis demográfica...p.83.
126 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 127

rregidor, quien a su vez expedía la certificación escrita de su pago. La del conocimiento en cuanto al funcionamiento del diezmo en la pobla
parte de la tributación que llegaba en metálico era consignada en la ca- ción indígena, que se puede hacer extensivo a otros asuntos, invita a
ja de comunidad. La parte en especie debía, según las órdenes de la Co- nuevas propuestas e investigaciones que aclaren el funcionamiento del
rona, ser trocada por metálico por los funcionarios de la hacienda pú- mundo colonial.
blica. No obstante, los corregidores, con la ayuda de testaferros, lucra-
ron de la actividad y aunque las autoridades buscaron una serie de co- ¡
rrectivos que permitieran acabar con esta irregularidad, los corregido- - -i
res, a su vez, encontraron las estrategias pertinentes para burlar las dis- 7. UNA RESISTENCIA ACALLADA '■
posiciones coloniales.
Aunque el sistema de tributación funcionaba a nivel indivi- En el orden mental y social, las nuevas circunstancias históri-
dual, la comunidad era responsable del monto total asignado. Por esta cas fueron alejando al indígena paulatinamente de los patrones de vi-
razón, la fuerte presión que significaba la recolección del tributo creó, da tradicionales. Lentamente fueron buscando nuevas soluciones a las
dentro de este nuevo sistema, exigencias que se les planteaban a nivel individual. Algunos huyeron
un sentimiento cada vez ma- de sus comunidades para esquivar las cargas impositivas y las obliga-
yor de aislamiento en relación ciones laborales a que estaban obligados. Otros se aferraron a sus prin-
con los otros repartimientos y cipios tradicionales de organización y opusieron resistencia a cualquier
una fuerte competencia por transformación. Hubo quienes acomodaron las exigencias de los domi-
adquirir los recursos necesa- nadores a sus intereses personales, usando a su favor del nuevo orden
rios para hacer frente a la car- establecido y desconociendo sus antiguas costumbres. Éste fue el caso
ga impositiva. En este estado de algunos curacas. Así se fue construyendo un nuevo orden social que
de cosas, cualquier indígena surgía de la profunda transformación del Tahuantisuyu.
desertor aumentaba las cargas El ayllu, antiguo centro de la organización comunal, sufrió
del conjunto de la comunidad. grandes alteraciones a partir de la conquista, pero se mantuvo como la
Para concluir, en cuanto a célula básica de las deterioradas comunidades. Allí se encerraban los
las tareas propuestas por elementos básicos del sistema social y de parentesco. Las relaciones de
Toledo en beneficio de la real reciprocidad entre el curaca y los miembros del ayllu, que en tiempos
hacienda, es notorio que la de los incas habían comenzado a deteriorarse, se resquebrajaron con la
historiografía no haya con- nueva función intermediadora de los caciques principales en beneficio
templado con detenimiento de los colonizadores.
los efectos de la medida pro- La política de separación residencial corrió paralela a la reduc-
puesta por Felipe II a partir de ción de los naturales y se planteó como un medio de protección indígena.
1568, en la que se instaba al La separación procuró mantener el sistema moral predominante y tanto
pago de los diezmos por parte la Iglesia como la Corona la apoyaron. Guarnan Poma de Ayala interpre-
de toda la población "sin distinción de indios ni españoles, ni otro taba la política de separación residencial así: "Don Francisco de Toledo de-
género alguno de personas..." Por otra parte, la carta del virrey fue jó mandado una de las santas cosas en servicio de Dios y de su majestad
explícita en afirmar que estos diezmos se "paguen por todos los frutos y bien de los pobres indios (...) Como tiene mandado que ningún vecino,
de la tierra y ganados y crianza".40 Este vacío encomendero de indios, ni entrase español ni mestizo ni mulato ni negro
e
n sus pueblos ni en sus tierras ni en sus términos..."41
40
Carta del rey a Francisco de Toledo, fechada el 28 de diciembre de 1568, en Lewis-
Hanke, Los virreyes españoles...p 111.
Guemen Poma de Ayala, El primer nueva corónica...T. 2, p.414. :
130 • HISTORIA DE AMÉRICA ANDINA ■. : . ■ LAS REFORMAS DE LA ÉPOCA TOLEDANA... • 131

azotado la región, las condiciones de acceso fueron fáciles para los en- Si analizamos la pasividad de la población indígena frente a la
viados del virrey, quienes encontraron vacío el lugar. Finalmente pren- embestida toledana en acciones tan violentas como el establecimiento
dieron a Tupac Amarú I, descendiente de Titu Cusi y a otros principales. de las congregaciones y la ejecución pública de Tupac Amarú I, la res-
Tupac Amaru I fue ajusticiado en la plaza del Cuzco ante la puesta nos lleva a comprender el grado de crisis vital en que se encon-
presencia de toda la población. Su ejecución después de un juicio suma- traban sumergidas las sociedades andinas. Como producto de la derro-
rio causó gran conmoción entre los indígenas y su significado era la de- ta se había creado un clima de desorientación y desorganización que
rrota de todas las esperanzas de reconstrucción de las sociedades andi- imposibilitaba una resistencia articulada. Por otra parte, el acelerado
nas autóctonas. Con este acto quedaba sellado una vez más el poderío despoblamiento, fruto de las cargas de trabajo y el despotismo de algu-
del pueblo conquistador y la acción hispanizadora de Toledo. Las posi- nos curacas, hacía imposible cualquier oposición a nivel general. Las
bilidades en los Andes para retornar a sus antiguas tradiciones estaban represiones en acontecimientos como el Taki Onqoy y los rebeldes de
cada vez más distantes de efectuarse, socavadas por la acción violenta Vilcabamba obligaron a las poblaciones andinas a acallar sus formas de
del grupo invasor. Para Pierre Duviols la captura del inca significó un resistencia.
golpe definitivo "al doble poder político e idolátrico de la dinastía in-
caica, de la que Tupac Amaru era instrumento y símbolo viviente".48 Po-
líticamente, tuvo consecuencias tanto dentro de los mismos españoles,
como entre los indígenas. Entre los primeros causó severas críticas con-
siderándola como una equivocación política de Toledo. Los jesuitas,
que hacía muy poco habían llegado al reino del Perú, la juzgaron como
una acción violenta, un crimen que iba en contra de los derechos del in-
dio proclamados por Fray Bartolomé de las Casas. Es posible que los
posteriores malestares sucedidos entre el virrey y los jesuitas tuvieran
sus orígenes en la desaprobación de este acto. Entre los naturales la
muerte del Inca causó una gran pesadumbre. Era una nueva derrota y
otra puerta que se cerraba en la esperanza de un despertar mesiánico
sin la presencia de los dominadores. Al mismo tiempo, redundó en la
idealización y sublimación de su dirigente que quedaría inmortalizado
mediante el mito de Inkarrí.49
En la mentalidad de las autoridades españolas, la destrucción
del señorío inca de Vilcabamba significaba tanto un triunfo político co-
mo un triunfo de la religión católica contra la gentilidad. La oposición
de los naturales al dominio español era un obstáculo para la difusión
del evangelio y en las condiciones en que se encontraba la población in-
dígena, era una amenaza constante de la que podía brotar una nueva
insurrección.
48
Pierre Duviols, La destrucción .., p. 157.
49
Para un estudio más detenido acerca de ejecución del Inca de Vilcabamba se puede con
sultar: Manuel Burga, Nacimiento de una utopía; Alberto Flores Galindo, Buscando un
Inca; Roberto Levillier, Don Francisco de Toledo supremo organizador del Perú; del
mismo autor, Los Incas, y John Hemming, La conquista de los Incas, FCE, México,1982.

También podría gustarte