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ORIGEN ETIMOLÓGICO DEL MATRIMONIO

La institución jurídica del matrimonio es tan antigua como la procedencia


misma del hombre, cuyas raíces, si nos remontamos a la historia, las
encontramos en el derecho natural. Por tal motivo, es indiscutible que
concibamos al matrimonio como una institución histórica, que trae consigo el
valor de una tradición y de ciertas peculiaridades que se añadieron con el
devenir del tiempo. Es así, que al matrimonio se le considera como una
institución jurídica básica e importante para la conformación de la familia,
puesto que ha subsistido durante siglos y persiste aún en las legislaciones,
aunque con distintos matices jurídicos, dependiendo de las realidades de cada
país.

La palabra matrimonio, tiene su origen en el vocablo latín “matrimoniun”; cuyo


origen etimológico no es uniforme; así según el autor Varsi, E. (2011) la palabra
matrimonio “…deriva de matrimonium expresión conformada de matris, madre
y munium, carga o gravamen, identificando a la mujer en reconocimiento de su
labor natural de engendramiento, preñez, parto y crianza. (p.36)

Por otra parte, el autor colombiano Parra, J. (2008) considera que:


“etimológicamente, matrimonio viene del latín mater-tris, madre y de munium-
nis, oficio, es decir, oficio de madre. Significa carga o cuidado de la madre
porque esta sufre con los hijos; el padre solo los engendra”. (p.91)

De igual manera, los autores Méndez, M y Díaz, D. (2011) indican que “La
palabra castellana matrimonio deriva de la latina matrimonium conformada por
las voces matris y monium que se conjugan para otorgar una acepción referida
a una carga o gravamen materno”. (p. 92)

En la misma línea conceptual, el autor Ramos, R. (2005) indica que la palabra


matrimonio “corrientemente se hace derivar de la voz latina matrimonium, que
provenía de las voces matrismunium, que significa gravamen o cuidado de la
madre”. (p.29) Por consiguiente, concluimos que la palabra matrimonio hace
alusión al esfuerzo que la mujer efectúa en el hogar, labor que es
preponderante a la del padre, pues sobre ella recae la función, cargas,
obligación y los oficios propios de una madre, dado que se erige, como el
elemento imprescindible de la unión familiar, toda vez que cumple un rol
esencial en la conformación de la familia por el evento maternidad, es decir, la
importancia de la madre radica en que es la que, tras la concepción, tiene la
capacidad natural de protección del concebido, y tras el natalicio, el deber de
criarlos, proveerlos de la alimentación esencial para su desarrollo a través de la
lactancia, y luego, crear las condiciones necesarias para el desarrollo de la
prole y su incorporación en la sociedad, y si bien, actualmente se concibe la
idea que no necesariamente el matrimonio debe constituir una prole, ella es
una elección ajena a la naturaleza objetiva del matrimonio que desde un inicio
se concibió y proyectó en base a su finalidad natural, la procreación de hijos.
Es decir, el origen de la palabra matrimonio se centra y basa en la función
predominante que tiene la mujer dentro del hogar, lo cual fue resultado de
reivindicar la condición de la mujer, pues debido a la idiosincrasia de la época
romana, la mujer al ser esposa y madre quedaba subordinada a las exigencias
del marido al que quedaba sometida luego de salir de la tutela de su padre, y
esto hace que ella se sitúe en un plano social diferenciado y reducido ante el
hombre, por tanto existía la necesidad de ampararla ante el marido, en razón
de ello se debe el significado de su procedencia.

DEFINICION DEL MATRIMONIO

El matrimonio es una institución natural, con relevancia social, y cuya


importancia lo hace merecedor del reconocimiento y tutela constitucional. Se
define al matrimonio como aquella unión de varón y mujer, cuyo origen está en
la naturaleza humana y que se forma de acuerdo a ella. Dicho de otra manera.
El matrimonio es preexistente a cualquier legalidad y anterior a cualquier
legalización. Ni la legalidad ni la constituyen el matrimonio; su función consiste
en regular, dar publicidad y otorgar seguridad jurídica a lo que ya existe antes
que ellas por naturaleza, es decir, el matrimonio. (Hervada, J, 2007, p.191)

En la actualidad se considera al matrimonio como un acuerdo de voluntades


por su fuente, y por sus efectos, estado, en razón de su naturaleza institucional.
Una institución representa algo mucho más grande que un simple acuerdo de
voluntades tanto por los efectos que genera como por su duración. (Hinostroza,
A, 1999, p. 47)
El matrimonio implica un consentimiento libre y valido, por ello la aptitud de los
contrayentes es indispensable. En atención a esto se regulan los impedimentos
para celebrar un matrimonio valido y si, pese a ello, se celebra el matrimonio,
entonces se regula la ineficacia del mismo. El matrimonio como acto es formal,
pues por la importancia del mis mismo no queda al arbitrio de las partes
escoger la forma, pues esta ya viene determinada por la ley. El fin del
matrimonio es la plena comunidad de vida, en la que se da remedio a la
concupiscencia que nos hablaba Santo Tomas, la procreación, la educación de
los hijos, entre otros. (Aguilar, B, 2013, p.19)

Por ello, antes de empezar a desarrollar el concepto jurídico de matrimonio,


debemos tener en claro, que esta es una institución cuyo origen es la
naturaleza humana, pues, tanto el varón como la mujer, por naturaleza están
hechos el uno para el otro, es de ahí donde sale la tendencia natural de la
unión de ambos. Una concepción naturalista acorde con lo sostenido nos la da
Hervada, J. (2007) al señalar que “el matrimonio es la unión de varón y mujer
que corresponde a la ley natural, siendo la ley natural aquella ley que Dios,
autor de la naturaleza, ha impreso en el ser del hombre”. (p.191)

En base a lo mencionado, y teniendo clara la condición natural del matrimonio,


ahora desarrollaremos el concepto jurídico de esta institución. En primer lugar,
diremos que, a lo largo de la historia esta figura ha variado, esto se debe a
causa del contexto social y a la idiosincrasia de las personas; sin embargo, en
nuestra legislación aún se mantiene esos rasgos tradicionales, los cuales
hacen que el matrimonio sea considerado como una institución de suma
importancia a nivel social. Por lo tanto, se puede decir que, el matrimonio es
una institución reconocida por el derecho el cual se encuentra investido de
consecuencias jurídicas, las cuales conllevan al desarrollo y logro de los fines
temporales y trascendentales del hombre.

La estructura jurídica matrimonial no reside primariamente en el sistema legal,


sino en las personas, en cuanto ellas son el sujeto del Derecho natural
(grabado en la naturaleza de todo hombre). La dimensión jurídica del
matrimonio es un “prius” es anterior a cualquier sistema legal concreto. La
legislación positiva no da origen al matrimonio, ni de ella recibe la fuerza su
dimensión jurídica. Los “sistemas matrimoniales” o legislación positiva del
matrimonio dentro de un ordenamiento jurídico concreto, se limitan a ser
“sistemas de formación” de la estructura jurídica del matrimonio y de su
celebración. En cuanto sistemas de formalización regulan y ordenan el
matrimonio y el ius connubii de los contrayentes, incluso con requisitos ad
validitatem, pero sin sobrepasar esos límites; esto es, formalizan (regulan,
ordenan), pero no crean el matrimonio ni su juridicidad.

En efecto, el derecho positivo, regula la institución del matrimonio limitándose a


las cuestiones formales, las cuales se encaminan a darle seguridad y proteger
el derecho fundamental de contraer matrimonio y el matrimonio mismo.

El mismo Catecismo de la Iglesia Católica explica el porqué de las formalidades


en el matrimonio católico: El matrimonio sacramento es un acto litúrgico. Por
tanto, es conveniente que sea celebrado en la liturgia publica de la iglesia. El
matrimonio introduce en un ordo eclesial, crea derechos y deberes en la iglesia
entre los esposos y para con los hijos. Por ser el matrimonio un estado de vida
en la iglesia, es preciso que exista certeza sobre el de ahí la obligación de
tener testigos. El carácter público del consentimiento protege el si una vez dado
y ayuda a permanecer fiel a él.

En el caso del matrimonio civil contraído por quienes no están obligados a la


forma canónica también existen formalidades y por razones analógicas
seguridad jurídica, nuevo estado ante la sociedad civil con las obligaciones que
la misma ley civil determina, etc.

La esencia del Matrimonio estriba en la Unión Jurídica de las naturalezas: La


naturaleza humana se nos presenta de dos formas (la virilidad y la feminidad),
estas dos formas son accidentales, (se presentan como accidentes, ya que tato
la persona viril como la persona femenina comparten la misma naturaleza
humana). Dichos accidentes no se refieren exclusivamente a la función
reproductiva sino al ser psicológico de la persona. Dichas formas que reviste la
naturaleza humana son complementarias, pero solo son complementarias en
orden a unos fines.

Por el matrimonio varón y mujer hacen al otro participe del dominio sobre su
propio ser; y por virtud de esto ocurre un fenómeno que da un rasgo particular
al matrimonio: cada uno de ellos se hace como parte del otro. Ciertamente,
ambos siguen siendo dos, pero ese varón y esa mujer que siguen siendo dos,
de cierta manera y en cierto sentido, se han hecho uno. De suerte que la mujer,
si bien es otra con respecto al varón, ya no es enteramente otra; y el marido, si
bien es otro con respecto a la mujer, ya no es enteramente otro, porque al estar
unidos jurídicamente, cada uno ha pasado a ser como parte del otro.

La comunidad de vida, podrían tomarse como una definición descriptiva de lo


que es el matrimonio, pero no son la esencia del matrimonio. La esencia del
matrimonio radica en la unión jurídica de las naturalezas y es de esa unión
jurídica de la que se deriva la comunidad de vida y amor. (Varsi, E, 2011, pp.
42 y 43)

Bibliografía
1. Varsi, Enrique. (2011). Tratado de Derecho de Familia. La Nueva Teoría
Institucional y Jurídica de la Familia, Tomo I. Lima – Perú: Gaceta
Jurídica.
2. Parra, J. (2008). Derecho de Familia, Bogotá – Colombia: Themis.
3. Méndez, M y Díaz, D. (2011). Derecho de Familia. Buenos Aires –
Argentina: Culzoni Editores.
4. Ramos, R. (2005). Derecho de Familia. Tomo I. 5ta ed. Santiago de
Chile – Chile: Editorial Jurídica Chile.
5. Hervada, J. (2007). Diálogos sobre el amor y el matrimonio. 4ta ed.
Pamplona- España: Eunsa.
6. Hinostroza, A. (2012). Procesos judiciales derivados del derecho de
familia .2 ed. Lima - Perú: Grijley.
7. Hinostroza, A. (2012). Procesos judiciales derivados del derecho de
familia .2 ed. Lima - Perú: Grijley.
8. Águila, G. (2006). Colección didáctica. Derecho Civil Extrapatrimonial.
Lima - Perú: San Marcos.

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