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No.

25, mayo 2006


ISSN 1390-1249
CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53
Vol 10, Issue 2,May, 2006
Quito - Ecuador

Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales


Sede Ecuador
ÍCONOS. Revista de Ciencias Sociales
Número 25, mayo 2006
Quito-Ecuador

ISSN: 1390-1249 / CDD: 300.5 / CDU: 3 / LC: H8 .S8 F53


(Vol. 10, Issue 2, May 2006)

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tica desde las ciencias sociales sobre temas de debate social, político, cultural y económico del país, la región andina y el mundo en gene-
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CDD 300.5 / CDU 3 / LC: H8 .S8 F53


Iconos: revista de ciencias sociales.—Quito: Flacso-Ecuador, 1997-
v. : il. ; 28 cm.
Ene-Abr. 1997-
Cuatrimestral- enero-mayo-septiembre
ISSN: 1390-1249
1. Ciencias Sociales. 2. Ciencias Sociales-Ecuador. I. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Ecuador)
No. 25, mayo 2006
ISSN 1390-1249
CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53
Vol 10, Issue 2, May, 2006
Quito - Ecuador

Sumario

Coyuntura

Uso y abuso de la reforma en Ecuador:


reflexiones generales con énfasis en lo electoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9-19
Francisco Sánchez López

Dossier

La Amazonía en la agenda global


Presentación del Dossier . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23-24
Guillaume Fontaine

La globalización de la Amazonía:
una perspectiva andina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25-36
Guillaume Fontaine

La ocupación de la Amazonía vista desde Venezuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37-46


Delfina Trinca Fighera

Mercado y medio ambiente:


el caso de la soya en la Amazonía brasileña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47-56
Richard Pasquis

Representaciones de la naturaleza en la Amazonía


ecuatoriana: ¿subsistencia local o conversión global? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57-65
Francisco Neira Brito

Mitos de los Naporuna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66-74


Ensayo gráfico de Marcelo Aguirre

Debate

Los retos de lo local en lo global:


aportes analíticos y normativos
Comentarios al Dossier de ÍCONOS 24 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77-88
Jeannette Sánchez
Diálogo
La política de los movimientos sociales en Bolivia
Diálogo con Álvaro García Linera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91-107
Franklin Ramírez Gallegos y Pablo Stefanoni

Temas

Rumores y fantasías sociales


La tragedia de Alianza Lima, 1987 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111-121
Aldo Panfichi y Víctor Vich

Ritmos electrónicos y raves en la mitad del mundo


Etnografía del fenómeno tecno en Ecuador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123-135
Jérémie Voirol

Orígenes de la reforma social en Costa Rica:


Iglesia católica y comunistas en la década de 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137-145
Iván Molina Jiménez

“El duro arte de la reducción de cabezas”:


ruptura y continuidad en la literatura ecuatoriana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147-160
Carlos Arcos Cabrera

Reseñas

Mercedes Prieto, editora


Mujeres ecuatorianas. Entre las crisis y las oportunidades 1990-2004 ....... 163-171
Magdalena León, Cecilia Tamayo, Lola Valladares

Mauro Cerbino
Jóvenes en la calle. Cultura y conflicto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171-174
Carles Feixa

Astrid Ulloa
La construcción del nativo ecológico: complejidades, paradojas
y dilemas de la relación entre movimientos indígenas y
ambientalismo en Colombia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174-176
Guillaume Fontaine

Eduardo Kingman Garcés


La ciudad y los otros. Quito 1860-1949 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176-180
Jorge Núñez Vega

Lind Amy
Gendered Paradoxes:Women’s Movements, State Restructuring
and Global Development in Ecuador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180-183
Andreina Torres

Bibliografías ecuatorianas: estado actual y últimos aportes, 2001-2005 . . . . . . . 183-186


Michael T. Hamerly

Política editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188


Normas para la presentación de originales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
Ediciones de FLACSO - Ecuador

Serie ATRIO
La ciudad y los otros:
Quito 1865 - 1940
Eduardo Kingman Garcés
Flacso-Ecuador, Universidad Rovira i Virgili, 2005

Con locación en el Quito urbano de fines de siglo XIX y principios del XX,
Kingman busca comprender cómo funcionan los procesos sociales y
culturales propios de la modernidad, en un mundo tan profundamente
escindido como el de los Andes. La modernidad tuvo en la región andina
visos particulares e incluso dio lugar (y, en parte, se siguen dando) a ten-
dencias no modernas y antimodernas que convivieron con ella; lo que está
en cuestión son los patrones de modernidad por los que se optaron.

Si bien se trata de una investigación histórica, ha sido planteada desde


problemas y preguntas del presente. Muestra los factores económicos,
sociales, culturales y urbanísticos que operaron durante ese tránsito hacia la
modernidad (el ornato, la Policía, el salubrismo), y estudia, asimismo, algunos
de los dispositivos de manejo de la población que entraron en juego en la
época señalada, así como los discursos e imaginarios que les sirvieron de
base. Observa tanto los mecanismos de representación orientados a
reproducir un orden estamental al interior de la urbe, como las medidas
dirigidas a asumir a la ciudad como objeto de intervención del Estado
(y, por tanto, como objeto de una biopolítica).

El problema de la transición, como deja ver este trabajo es complejo


e incluye tanto aspectos económicos, sociales y políticos, como otros
relacionados con la transformación de las estructuras de la sensibilidad o el
ethos de una época (Weber, Elias); la constitución de esferas públicas
modernas (Habermas) o el proceso de constitución del sujeto moderno
(Foucault, Castel).
COYUNTURA
Uso y abuso de la reforma en Ecuador:
reflexiones generales con énfasis en lo electoral
Francisco Sánchez López*
Dr. Ciencia Política
Universidad de Salamanca

email: fsanchez@usal.es

Fecha de recepción: febrero 2006


Fecha de acpetación y versión final: abril 2006

Resumen
El artículo analiza la tendencia constante de proponer medidas de reforma política como meca-
nismo de solución a los problemas del sistema político ecuatoriano, a pesar de que la experien-
cia muestra la poca efectividad y la improvisación de las medidas adoptadas. El trabajo se cen-
tra en reformas hechas a elementos del sistema electoral ecuatoriano como ejemplo para obser-
var las tendencias antes anotadas.

Palabras claves: reforma política, sistema electoral, Ecuador, instituciones

Abstract

Keywords:
The article analyzes the constant tendency to propose measures of political re f o r m
like mechanisms of solution to the problems of the Ecuadorian political system, alt-
hough experience shows little effectiveness of the measures adopted and its impro-
visation. The work is centred in reforms done to elements of the Ecuadorian electo-
ral system like an example to observe the tendencies.

Ke y w o rds: political reform, electoral system, Ec u a d o r, institutions

* Quiero agradecer a Edison Hurtado por sus comentarios y aportes a la versión final del artículo.

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 9-19
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Francisco Sánchez López

es donde más veces se ha pretendido interve-

L
os ánimos de refundación nacional,
fruto de la llamada “Rebelión de los nir. Debido a que abarcar las causas y efectos
Forajidos” de abril de 2005, trajo nue- de todos los cambios que se han hecho sería
vamente a primer plano el tema de reforma demasiado extenso para este trabajo, sólo se
política como mecanismo de reestructuración revisarán cuatro elementos del sistema electo-
del sistema en su conjunto. La reforma fue ral con el objetivo de reflexionar sobre el ren-
uno de los compromisos que asumió el pre s i- dimiento que ha tenido la reforma como
dente Palacios con los “Forajidos”, pero su solución.
puesta en marcha ha estado llena de obstácu- Antes de entrar al análisis, caben unas
los y se ha caracterizado por la ausencia de cuantas reflexiones próximas a la teoría para
propuestas claras. contextualizar el tema de la reforma política.
Buscar la solución de los problemas de la El entramado institucional es el espacio por
política ecuatoriana en la reforma política, e xcelencia de la reforma, ya que es la parte
que en realidad no es más que una reforma al del sistema político donde más fácilmente se
entramado institucional, no es una novedad puede intervenir gracias a que la arq u i t e c t u-
en el Ecuador y más bien ha sido una cons- ra de su funcionamiento depende sobre todo
tante, casi desde la misma transición1, en un de reglas formales contempladas en la cons-
proceso en el que se han combinado intentos titución y las leyes. Las instituciones pueden
fallidos con reformas concretas. Según el aná- ser parte de la solución de los problemas
lisis que aquí se propone, éstas no han conse- debido a que son el marco o escenario en el
guido mejorar el rendimiento del sistema. que se dan las relaciones entre los actores y,
A continuación se intenta demostrar, a en consecuencia, ofrecen a los gobernantes y
través de una serie de datos, que los objetivos gobernados mejores o peores “herramientas”
con los que se hicieron las reformas no siem- para enfrentarse a las dificultades. Pero, las
pre se alcanzaron. También se apunta una instituciones, en este caso, son sólo eso: nor-
serie de factores que han afectado al buen mas que regulan las relaciones y el conflicto
funcionamiento de las reformas siendo los por el poder. No se puede esperar que solu-
errores más comunes el diagnóstico y la elec- cionen los problemas por sí solas, ya que su
ción del mecanismo corrector, ambos como funcionamiento está íntimamente ligado a
consecuencia de la improvisación con la que la actitud de los actores y, sobre todo, a que
se han hecho los cambios generalmente. A éstos acaten los parámetros marcados. Las
esto habría que añadir la falta de respeto a las instituciones son únicamente una parte del
normas y procedimientos por parte de los sistema político y, para la comprensión
actores políticos y sociales. plena de un país, hay que tomar en cuenta
Del amplio entramado de instituciones f a c t o res culturales, las estructuras sociales y
que se han reformado o intentado reformar, económicas o elementos característicos de
aquí se va a estudiar el sistema electoral2, que un país, como podría ser lo regional en
Ec u a d o r.
1 Las primeras intenciones reformadoras se dieron ya Siguiendo a Sartori (1994), hay que saber
durante el gobierno de Roldós, quien quiso modificar para qué, cómo y qué reformar y si no se tie-
las instituciones, motivado sobre todo por el conflic-
to con el Congreso. nan el proceso por el que las preferencias electorales se
2 Una definición elemental sería que se trata del meca- articulan en votos y por el cual estos votos se traducen
nismo de mediación por el cual los ciudadanos esco- en la distribución de la autoridad gubernativa (típica-
gen sus representantes al gobierno. Rae (1967) en un mente en escaños parlamentarios) entre los partidos
concepto ya clásico define al sistema electoral como políticos en competencia”. Para ampliar el tema se
un “conjunto de reglas, y procedimientos que gobier- puede ver también el trabajo de Nohlen (1995).

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Uso y abuso de la reforma en el Ecuador: reflexiones generales con énfasis en lo electoral

nen claras las respuestas es mejor no aventu- posibilidad de que los ecuatorianos tuvieran
rarse. El diseño de las instituciones tiene que doble nacionalidad hasta un complicado pro-
responder al proyecto político de la sociedad yecto de reforma constitucional al sistema
en su conjunto y estar asentado en el mayor judicial. En la primera consulta, realizada el
consenso posible para que sea legítimo. No se 28 de agosto de 1994, se preguntó nueva-
puede caer en el error de hacer normas a la mente por la participación de independientes
medida del gobernante o de la coyuntura. y sobre la reelección para toda función de
Centrar el análisis en el contexto institu- elección popular, siendo ambas aprobadas.
cional no significa dejar fuera factores históri- Otra pregunta versó sobre la elección de dipu-
cos o culturales ya que éstos permiten aproxi- tados en primera o segunda vuelta y los ciu-
marse a los incentivos y estrategias de los dadanos optaron por la primera opción.
actores. Las instituciones proveen de infor- La segunda consulta, realizada el 26 de
mación, marcan las oportunidades y restric- noviembre de 1995, incluía una pregunta
ciones para que los actores tomen sus decisio- bastante compleja -que fue rechazada- que
nes (Colomer 2001), éstas tienen un papel un proponía períodos legislativos de cuatro años,
tanto autónomo dentro del proceso político, que los distritos fuesen uninominales -aun-
pero no de supremacía ni de subordinación. que se mantenía un mínimo de diputados por
provincia- y que se pudiesen reelegir. No con-
tento con los resultados de la “democracia
La reforma como obsesión directa”, el gobierno nombró una comisión
encargada de proponer reformas a la
La descripción que viene a continuación -que Constitución, algunas de las cuales fueron
no se pretende exhaustiva- es una clara mues- adoptadas en medio de un proceso caótico
tra del entusiasmo reformista ecuatoriano. A que dio lugar a que se alterase el articulado y
pesar de que la Constitución con la que quedaran vacíos en temas como, por ejemplo,
Ecuador retornó a la democracia en 1979 la sucesión presidencial.
tenía pocos años de vigencia, en 1983 se hace El 25 de mayo de 1997, después de la sali-
una reforma para cambiar los períodos de los da de Abdalá Bucaram del gobierno, se con-
cargos electos, siendo la reducción del man- vocó a una nueva consulta con la que se pre-
dato de los diputados a dos años una de las tendía legitimar la actuación del Congreso al
variaciones significativas. Durante el gobier- destituir al presidente y nombrar un interino
no de Febres Cordero (1986) se convocó a un (Fabián Alarcón), introducir reformas y pre-
plebiscito con el fin de eliminar el monopolio guntar sobre la convocatoria a una Asamblea
legal de los partidos para presentar candidatos Constituyente. En lo que tiene que ver con lo
y permitir la participación de “independien- electoral, se introdujo uno de los cambios
tes” (no afiliados a partidos) en las elecciones. más significativos que ha tenido: la utiliza-
La consulta fue tomada como evaluación al ción de las listas abiertas y la selección entre
gobierno y la propuesta “no” tuvo el apoyo candidatos de varias listas. Se preguntó nue-
del electorado. vamente por la elección de diputados en pri-
En el período de Du r á n - Ballén (1992- mera o segunda vuelta, y se consiguió la
1996), se intentó llevar a cabo un agre s i vo misma respuesta que en la consulta anterior.
plan de reforma económica y política para lo Los otros temas incluidos obtuvieron respues-
que, entre otras iniciativas, se realizaron dos ta favorable; éstos fueron, a saber: la necesi-
consultas populares en las que se pre g u n t ó dad de establecer mecanismos de control al
sobre un amplio espectro de asuntos como la gasto electoral y al origen de los fondos;

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Francisco Sánchez López

Cuadro 1
Proporcionalidad del Congreso de acuerdo a los distritos electorales

Población y Congreso de 1990* Electores y Congreso de 1998**


Distrito Magnitud % Hab. % Congreso Magnitud % Electores % Congreso
Azuay 3 5,3 4,2 5 5,1 4,1
Bolívar 2 1,6 2,8 3 1,7 2,5
Cañar 2 2,0 2,8 3 1,9 2,5
Carchi 2 1,5 2,8 3 1,4 2,5
Chimborazo 3 3,8 4,2 4 3,7 3,3
Cotopaxi 3 2,9 4,2 3 3,0 2,5
El Oro 3 4,3 4,2 5 4,4 4,1
Esmeraldas 3 3,2 4,2 4 3,0 3,3
Galápagos 1 0,1 1,4 2 0,1 1,7
Guayas 9 26,1 12,5 18 25,9 14,9
Imbabura 3 2,8 4,2 3 3,0 2,5
Loja 3 4,0 4,2 4 3,7 3,3
Los Ríos 3 5,5 4,2 5 5,3 4,1
Manabí 5 10,7 6,9 8 11,2 6,6
Morona 1 0,9 1,4 3 0,8 2,5
Napo 2 1,1 2,8 3 0,9 2,5
Pastaza 1 0,4 1,4 2 0,4 1,7
Pichincha 6 18,2 8,3 14 19,2 11,6
Sucumbíos 1 0,8 1,4 3 0,7 2,5
Tungurahua 3 3,8 4,2 4 4,1 3,3
Zamora 1 0,7 1,4 2 0,5 1,7
Fuentes: elaboración propia a partir de datos del INEC y del TSE.
* Se ha tomado este año porque es el que corresponde al último censo realizado, lo que da más precisión a los datos.
** Se realizaron los cálculos sobre el número de electores porque es más fiable con relación a las proyecciones demográficas.

barrera del 5% de votos para mantener el Parroquiales), cambios en el calendario elec-


registro electoral de los partidos; la integra- toral y cambios en la base poblacional para
ción del Tribunal Supremo Electoral con fijar la magnitud de los distritos.
representantes de las listas más votadas y, por Como se ve, el país ha vivido cerca de 25
último, la introducción del principio de revo- años de reforma constante3 durante los cuales
catoria del mandato por incumplimiento de han aparecido una serie de temas repetida-
las normas legales. mente sin que se haya llegado a soluciones
En la consulta de 1997, la Asamblea definitivas. Esto pone de manifiesto la poca
Constituyente incluyó otros elementos en la capacidad de consenso entre las élites ya que,
nueva Constitución: segunda vuelta presiden- a pesar de los múltiples intentos, se siguen
cial sólo cuando no exista cierta diferencia de discutiendo temas como la mecánica para
votos entre los dos candidatos finalistas, desa-
parición de algunos cargos (diputados nacio- 3 Se puede decir que la excepción fue el gobierno de
nales, consejeros) e inclusión de otros (Juntas Borja (1988-1992).

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Uso y abuso de la reforma en el Ecuador: reflexiones generales con énfasis en lo electoral

integrar el Congreso o las atribuciones de los como consecuencia de la preasignación. En la


partidos. legislatura de 1996 la representación de estas
provincias era del 2,5% de la Cámara, a pesar
Los distritos electorales de que su porcentaje poblacional seguía sien-
do menor al 1%.
En Ecuador, la re p resentación funciona asen- En las reformas hechas por la
tada sobre todo en dos principios: el territorial Constituyente hubo la intención de corregir
y el poblacional. En un principio se elegían el desequilibrio regional aunque sin éxito. La
dos diputados por provincia4 y uno extra por Costa, en su conjunto, ha tenido un porcen-
cada 300.000 habitantes o fracción que pasara taje menor de representantes en relación al
de 200.000 habitantes. En la Constitución de número de personas que en ella viven. En
1998 se modificó el mecanismo y cada pro- 1990 la Costa tenía el 49,69% de la pobla-
vincia pasó a elegir dos diputados y uno más ción y el 31,94% del total de diputados,
por cada 200.000 habitantes o fracción que mientras que la Sierra, con el 45,62% de
pasara de los 150.000. El cambio se hizo con habitantes tenía el 41,67% de la cámara. La
la intención de compensar los efectos de sobre región amazónica tenía el 8,3% de la repre-
y sub representación demográfica; pero cual- sentación con el 3,9% del censo6. A pesar de
quier efecto corrector es de difícil aplicación la reforma, en 1998 se mantiene la tendencia;
por el esquema de fijación de distritos en las calculando los valores sobre el número de
provincias5. electores se ve que la corrección fue mínima
En el Cuadro 1 se ve la relación entre el (Cuadro 2). El crecimiento de la Amazonía
número de diputados y los porcentajes de obedece al aumento de provincias.
habitantes o electores de acuerdo con el total
nacional. Ahí, el caso de mayor subrrepresen- Cuadro 2
tación es Guayas, que en 1990 con el 26,08% Porcentaje de representación legislativa y
de la población total tiene sólo el 12,5% de electores por regiones
representantes. También son evidentes los Región Electores Cámara
casos de sobrerrepresentación de las provin- Costa 49,67% 33,06%
cias que no significan ni el 1% de la pobla- Sierra 46,74% 38,01%
ción nacional, pero que en el Congreso no
Amazonía 3,40% 10,74%
pueden tener un porcentaje menor al 1,39%,
Fuente: elaboración propia a partir de datos del TSE.

4 La elección de dos diputados por provincia es una


reforma vigente a partir de las elecciones de 1996.
Antes, las provincias con menos de cien mil habitan-
A pesar del intento de dar más peso a la
tes solo elegían un diputado. Con esta reforma se población, no se lograron los equilibrios
aumentó la desproporción entre el número de habi- regionales buscados, debido a que en la divi-
tantes y la representación parlamentaria y se dio más
sión provincial la Sierra tiene cerca de la
fuerza de negociación a las provincias pequeñas. La
reforma se hizo argumentando que la elección de un mitad de las provincias y, mientras, las tres
sólo representante iba en contra de la disposición regiones restantes suman doce provincias. La
constitucional de representación de las minorías. Costa tiene cinco provincias, la Sierra diez, la
5 Autores como Nohlen (1994:48) recomiendan que
las circunscripciones no se fijen de una vez y para región amazónica cuenta con seis y la región
siempre porque existen cambios poblacionales que insular corresponde a la provincia de
teóricamente deberían traducirse en cambios en las
áreas a representarse, estos cambios tendrían que darse
por variación geográfica o en el número de escaños en 6 El faltante en el cálculo de los diputados corresponde
la circunscripción. a los 12 representantes nacionales.

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 9-19
Francisco Sánchez López

Galápagos. Sólo por las asignaciones iniciales, Finalmente, en la Constitución de 1998 se


de uno o dos diputados según lo vigente, las eliminaron las elecciones de medio período.
regiones parten en condiciones desiguales, lo Esta reforma ha sido una de las más cues-
que a la larga no es eliminado por la asigna- tionadas, ya que se convirtió en uno de los
ción poblacional. factores institucionales que dificultaban el
Una de las soluciones propuestas a éste y ejercicio del gobierno. El calendario electoral
o t ros problemas (la representación de zonas p ropendía a la atomización de los conflictos,
relevantes pero lejanas de las capitales de pro- p o rque los partidos legislativos no tenían
vincia, vínculo entre electores y elegidos o re n- incentivos para colaborar con el gobierno ya
dición de cuentas, entre otros) ha sido la cre a- que vivían en una especie de campaña perma-
ción de distritos poblacionales. Pero esta solu- nente; además, la re n ovación periódica de las
ción es bastante discutible, y puede traer más autoridades del Congreso significaba cambios
problemas que beneficios al ser un sistema que constantes en la formación de mayorías. Por
se presta a la manipulación. Sólo basta pre- otro lado, en las elecciones de medio período,
guntarse quién va a definir cómo agrupar la el elector tiende a castigar al partido del pre s i-
población y si esa distribución favo rece o per- dente, mermando así los ya precarios apoyo s8.
judica a determinados sectores; por otro lado, El presidente que fomentó el cambio
se trata de un sistema que puede fomentar cla- admite su error de esta manera: “creo que fue
ramente el personalismo y el clientelismo. equivocada la reforma que redujo el período
de los diputados provinciales a dos años,
Calendario electoral equivocación en la que incurrí al proponerla
y los diputados de todos los partidos políticos
En la Constitución de 1979 se estableció en representados en el Congreso Nacional al
cinco años el período de ejercicio de los car- aprobarla. En la medida en que dichas elec-
gos de presidente, vicepresidente y diputados. ciones no han podido ser ganadas por los
Pero, por la crisis política que se generó en el gobiernos en ejercicio, debido a su rápido
primer período de gobierno, se decidió -en el deterioro y consecuente impopularidad, los
paquete de reformas de 1983- reducir los problemas de gobernabilidad de la democra-
mandatos a cuatro años para el presidente, cia ecuatoriana se han agravado” (Hurtado
vicepresidente y diputados nacionales y a dos 1993:29). La experiencia demostró cómo la
años para los diputados provinciales. El obje- reforma en lugar de bajar la conflictividad, la
tivo era dar a los electores la posibilidad de aumentó.
ratificar los mandatos de los legisladores y
premiar o castigar al presidente con mayor o El umbral de voto
menor apoyo en el Congreso7. En el
Congreso hubo intentos de ampliar los perí- En su inicio, la Ley de Partidos incluyó como
odos (las llamadas auto-prórrogas) y, como ya elementos de “ingeniería institucional” para
dijimos al principio, en la consulta de 1995 frenar el multipartidismo la obtención de un
también se preguntó sobre el tema. cociente del 5% de votos como requisito para
mantener el registro partidista9. La disposi-
7 El entonces presidente Hurtado (1993:27-30) indica
ción resultó incomoda a sectores de la élite
que la reforma estuvo inspirada en una percepción de
que la política ecuatoriana tiende al excesivo conflic-
to y que la abreviación del período presidencial ayu- 8 Esto se observa en todos los casos, a excepción del
daría a resolver la pérdida de autoridad del presidente período de Febres Cordero que incrementó su bloque
de la república, la erosión de su imagen en la opinión en las elecciones de medio período (de 9 a 12, de un
pública y la reducción de su capacidad de maniobra. total de 71 diputados).

14
ÍCONOS 25, 2006, pp. 9-19
Uso y abuso de la reforma en el Ecuador: reflexiones generales con énfasis en lo electoral

política que la manipularon y reformaron sición constitucional, la ley que hacía posible
según la coyuntura. A pesar de constar en la la eliminación de los partidos no estaba
11
Constitución de 1979 (art.38) y en la Ley de vigente por diversos motivos .
Partidos (art. 37), la primera vez que se apli- La reforma de la barrera mínima para
có la ley y se borró del registro a dos partidos, mantener el reconocimiento legal como par-
éstos alegaron inconstitucionalidad y logra- tido ha sido uno de los temas que se han
ron su reinscripción10. Más allá del argumen- sometido a negociación para obtener el apoyo
to jurídico, este problema se hubiese podido de los partidos pequeños en el Congreso; un
solventar manteniendo la intención de la ejemplo fue la manipulación que se hizo a
norma si hubiese existido la voluntad de la través de la consulta popular convocada por
élite de preservar unas reglas de juego míni- el presidente interino Fabián Alarcón (su par-
mas, pero su actuación fue totalmente opues- tido, el Frente Radical Alfarista –FRA- consi-
ta y dejó en suspenso cerca de 10 años el guió la presidencia con el 0,26% de la vota-
único mecanismo que hubiese sido efectivo ción, teniendo fuerza sólo en una provincia y
para reducir el número de partidos. Además sólo dos diputados en la cámara). En la con-
del recurso judicial, se manipuló la norma a sulta del 25 de mayo de 1997 fue aprobada la
través del cambio en el porcentaje del cocien- pregunta 8, que dice: “¿Está Ud. de acuerdo
te y en la forma de contar el porcentaje de que sean borrados del Registro Electoral los
votos con la eliminación de la ley y los plazos Partidos y organizaciones políticas que en dos
de aplicación. Hay que tomar en cuenta que elecciones pluripersonales sucesivas (las cursivas
la ley no tiene carácter retroactivo y cada vez son mías) no hubiesen alcanzado el porcenta-
que se renovaba la ley comenzaban a correr je mínimo del 5% de los votos válidos a nivel
los plazos para todos los partidos. nacional?”, cuando ya existía un artículo de
Entre 1983 y 1992, no estuvo vigente la ley aprobado por la misma legislatura (el 8 de
causal c del art. 37 de la Ley de Elecciones mayo de 1997) que en su parte relevante
relativa al porcentaje mínimo que debe obte- decía: “.....por no obtener al menos el cocien-
ner un partido para mantener su registro elec- te de 0,05 de los votos válidos en cada una de
toral. A pesar de que no se eliminó la dispo- las dos últimas elecciones (las cursivas son
mías) pluripersonales a nivel nacional”. El
truco está en que la ley entra a regir con un
9 O. Hurtado, presidente de la comisión de elaboración
de la Ley de Partidos, consideraba que uno de los nuevo plazo de aplicación. Gracias a la pre-
principales elementos de la ley era la inclusión de la gunta aprobada por la Consulta Popular, se
barrera del cinco por ciento, sobre lo que escribió: amplía en una elección más la esperanza de
“partiendo de la hipótesis de que el multipartidismo
hipertrofiado es la causa principal de la inestabilidad
vida de algunos partidos, muchos de los cua-
política y por tanto de la quiebra del sistema demo- les, con la ley que estaba en vigencia, perdían
crático, a través de la ley se busca reducir el número ya su registro (CORDES 1997:39).
de movimientos políticos. Pierden el reconocimiento
jurídico y como consecuencia el derecho a participar
en elecciones, los que no obtienen al menos el cinco 11 La resolución de inconstitucionalidad que dejó sin
por ciento de los votos en dos encuentros electorales efecto la barrera del 5% fue publicada en el Re g i s t ro
sucesivos” (Hurtado 1980:51). Oficial del 29 de junio de 1983. El 22 de julio de 1992
10 En este caso la declaratoria de inconstitucionalidad se introdujo nuevamente el umbral pero se fijó un
dictada por la Corte Suprema de Justicia, implicaba cociente de 0,04 de los votos válidos en dos elecciones
que la ley quedara en suspenso hasta que el Congreso pluripersonales sucesivas a nivel nacional. El 16 de
ratificara o negara la resolución (CORDES 1997:37). agosto de 1996 el Congreso derogó el literal C del art.
El argumento que se presentó fue que la Constitución 37 de la Ley de elecciones y en la Consulta Popular de
se refería a un cociente, mientras la LPP se refería a un 1997 se volvió a incluir el umbral como requisito
porcentaje. ( C a b ezas 1998: 33, citado en TS E , C E LA 998).

15
ÍCONOS 25, 2006, pp. 9-19
Francisco Sánchez López

Cuadro 3
Aplicación del cociente electoral para la eliminación de partidos. Junio 1997 *
Partidos políticos Porcentaje 1994 Porcentaje 1996 Partidos por eliminar Partidos en peligro
1 PCE 5,38 1,84 X
2 PLRE 1,92 0,19 X
3 PAB 0,12 X
4 CFP 2,31 2,01 X
5 DP 8,66 12,48
6 PSC 26,99 29,12
7 PCD 0,34 X
8 PUR (1) 3,70 X
9 FADI (2) 1,04 X
10 PRE 17,26 21,00
11 LN (luego AN) 0,89 0,81 X X
12 ID 9,78 6,72
13 APRE 4,99 3,34 X
14 FRA 4,43 0,26 X
15 MPD 8,18 4,40 X
16 UPL 0,59 0,59 X
17 PSE (3) 3,44 1,46 X
Pachacutik 7,40
Fuente y elaboración: CORDES (1997:40)
* No se incluyen los movimientos independientes
(1) Fusionado con el PCE listas 1
(2) Fusionado con el PSE listas 17
(3) El porcentaje de 1996 corresponde a PS-FA, nombre de la fusión del PSE y FADI

En el Cuadro 3 se puede observar que, a muchas de ellas mantienen representación


pesar de que en las elecciones de 1996 parti- parlamentaria (PCE, PLRE, CFP, APRE,
ciparon 17 organizaciones políticas12, sólo 5 FRA, MPD).13
superaron el umbral del 5% de votos válidos La discusión sobre el cociente o porcenta-
(alrededor de 180.000 votos) y que de esos je eliminador perdió bastante sentido desde
cinco partidos, cuatro son los partidos mayo- que se permitió la participación política a los
ritarios del Ecuador que han llegado a la no afiliados y la formación de movimientos
Presidencia de la República (DP, PSC, PRE, independientes. Si puede participar cualquier
ID). El resto de las organizaciones tiene una persona que cumpla con ciertos requisitos, la
votación minoritaria, pero sin embargo disposición pierde su función de anclaje para
evitar el multipartidismo y la dispersión.
12 Se ha dejado fuera a los grupos de independientes y
tomado en cuenta las organizaciones políticas con
participación nacional y con algún antecedente en
Las elecciones presidenciales a doble vuelta
elecciones.
13 Un amplio análisis sobre este tema se puede ver en el Una propuesta de reforma recurrente ha sido
trabajo: “La descalificación de partidos, la ley del 5% que las elecciones de diputados coincidan con
y la permanencia del partido en el Registro Electoral”,
realizado por el Proyecto CORDES-GOBERNABI- la segunda vuelta presidencial para incentivar
LIDAD (CORDES 1997:37-43). la reducción del número de partidos; tanto es

16
ÍCONOS 25, 2006, pp. 9-19
Uso y abuso de la reforma en el Ecuador: reflexiones generales con énfasis en lo electoral

así que incluso se ha preguntado al respecto ciones realizadas en concurrencia, lo que


dos veces en consulta popular. El argumento mostraría que el poder de arrastre de la elec-
teórico que está detrás de esto es el relativo a ción presidencial no disminuye el número de
la simultaneidad de las elecciones: se supone partidos. Lo que sí cambia es el porcentaje de
que a mayor simultaneidad existirá más cohe- diputados que obtiene el partido del presi-
rencia entre los resultados presidenciales y dente en las elecciones intermedias. Estos
14
legislativos . ejemplos ilustran como la clase política y cier-
Las elecciones de 1979 fueron coinciden- tos actores sociales se obsesionan con ciertas
tes en la segunda vuelta y sirven como mues- soluciones -bastante discutibles- como
tra del comportamiento electoral, aunque enmiendas a problemas del sistema político.
con salvedades debido a que las elecciones de
transición tienen características propias. Si Cuadro 4
bien el partido que ganó la Presidencia obtu- Número de partidos o movimientos con representación
vo la mayoría (28 diputados de un total de en el Congreso
69), lo que confirmaría la hipótesis, cabe 1979 1984 1986* 1988 1990* 1992 1994* 1996 1998
resaltar que el partido del otro candidato que 10 13 13 11 10 12 12 12 10
disputaba la presidencia obtuvo un bloque
Fuente: elaboración propia a partir de las nóminas de Diputados 1979-1998,
minúsculo (3 de 69 diputados). Si se aplica el Archivo Función Legislativa, Quito.
razonamiento, lo lógico hubiese sido que los * Elecciones intermedias
dos partidos que competían en la segunda
vuelta alcanzasen los bloques mayoritarios.
Además, hubo un número elevado de parti- A manera de conclusión
dos (10) que obtuvieron escaños lo que pone
en duda la otra parte del argumento. Las constantes reformas no han permitido
Otro hecho que invita a pensar sobre los que los ciudadanos se familiaricen con el fun-
verdaderos efectos de la elección presidencial cionamiento de las instituciones y puedan
sobre la elección de diputados en el Ecuador actuar estratégicamente dentro de ellas. Un
15
es que en 1998 los social-cristianos no pre- buen ejemplo de cambios constantes es el
sentaron candidato a la presidencia y sin mecanismo electoral, donde se ha llegado a
embargo obtuvieron el segundo bloque de excesos como reformar en siete ocasiones un
diputados. En el Cuadro 4 se puede ver la artículo de la ley de elecciones. Si se quiere
evolución de los grupos políticos representa- que las instituciones funcionen y ayuden a
dos en el Congreso al momento de su elec- solucionar problemas del sistema político es
ción. Se tiene un mínimo de 10 y un máximo necesario que se genere un mínimo consenso
de 13. No se observa una disminución con- sobre el modelo de representación política
tundente del número de partidos en las elec- que se quiere para el país y, sobre la base de
este acuerdo, diseñar el sistema electoral.
14 Nohlen (1994:131) define así los grados de simulta- Un factor que ha incidido en el rendi-
neidad entre las elecciones presidenciales y parlamen- miento de las instituciones es el “respeto ins-
tarias: baja simultaneidad = se da cuando las eleccio-
trumental” que la clase política y los ciudada-
nes se llevan a cabo en el mismo día; simultaneidad
media = se produce cuando se sufraga con la misma nos tienen de las leyes y normas formales
boleta; alta simultaneidad = existe cuando el elector como elementos que ordenan el conflicto por
tiene un solo voto para las dos elecciones. el control del poder. Como se ha visto, la élite
15 A lo largo de todo el período el PSC es el partido que
más diputados ha obtenido y ha llegado a la segunda
política está dispuesta a manipular y cambiar
vuelta en cuatro de seis elecciones presidenciales. las reglas de acuerdo a su conveniencia e inte-

17
ÍCONOS 25, 2006, pp. 9-19
Francisco Sánchez López

reses. La vulnerabilidad de las leyes responde cionaron satisfactoriamente en combinación


a la debilidad del Estado de Derecho16, cuya con los otros elementos del sistema político y
fortaleza es necesaria para que las institucio- de la sociedad, por improvisación y descono-
nes funcionen y para que los actores relevan- cimiento de los reformadores o, sencillamen-
tes del sistema se comprometan a actuar y a te, porque los constantes cambios no permi-
buscar el poder bajo ciertas reglas asumidas tieron a las instituciones asentarse y entrar
con el mayor consenso posible. plenamente en funcionamiento.
Querer reformar en contextos en los que Un ejemplo de improvisación y novelería
el Estado de Derecho es deficitario resulta es el actual modelo de listas abiertas para elec-
bastante complejo debido a que la búsqueda ciones plurinominales que, además de ser
del cambio en las instituciones se canaliza a poco amigables para el votante medio, no han
través de modificaciones en las leyes por servido para evitar los males que se achacaban
medio de las que se busca reprimir o poten- al sistema anterior, y más bien han aumenta-
ciar ciertas conductas. Sin voluntad política do las distorsiones favoreciendo a los partidos
de cambio, de sometimiento a las normas e grandes en perjuicio de las minorías a las que
imperio del Estado de Derecho, los procesos supuestamente se quería beneficiar. Uno de
de reforma política mal encaminados servirán los argumentos a favor era que mejoraría la
más bien para aumentar el caos institucional calidad de los electos; pero sería muy discuti-
de los países en vías de construcción demo- ble decir que en efecto así ha ocurrido, a la
crática como el Ecuador. luz del comportamiento público de los dipu-
No se quiere decir que el orden político tados que han sido seleccionados bajo ese sis-
ecuatoriano funcione al margen absoluto de tema. Si bien es bueno que el elector tenga las
las normas y leyes: éstas son el marco general mayores oportunidades de selección, también
de funcionamiento y los actores desarrollan hay que pensar en que los efectos latentes no
sus estrategias de acuerdo a ellas. El problema sean perversos, porque cuando las deficien-
está en que bajo situaciones de tensión o cias se hacen evidentes, hay que recurrir a
cuando hay fuertes intereses en juego, los cos- parches -como el uso de la fórmula D´Hont
tos de romper con las reglas son más bajos o la llamada imperiali- que, más de arreglar
que los beneficios que pueden obtener los las cosas, las complican.
actores manteniéndose dentro de ellas. Por último, quiero llamar la atención
Si se toma en cuenta que el rendimiento s o b re la continua recurrencia a los mecanis-
del sistema político ecuatoriano ha empeora- mos de consulta directa con los electores -llá-
do desde mediados de la década de 1990, se meselos como se los llame: consultas popula-
puede plantear que las reformas realizadas no res, referéndum, plebiscito- para tratar temas
han servido para solucionar problemas y con- de las reformas. Tomando en cuenta el re f e-
solidar la democracia, sino que más bien han réndum que se realizó en la transición de fines
sido inútiles o peor aún, han contribuido a de la década del setenta, en el que los ciuda-
empeorar las cosas. Sin querer agotar el tema, danos escogieron entre dos constituciones
considero que los efectos negativos se han diferentes, se han realizado cinco consultas en
dado porque los modelos adoptados no fun- menos de veinte años. Esto puede tener dos
explicaciones: por un lado, se utiliza este
16 Como tal se entiende que no puede haber ningún mecanismo como una forma de evitar el blo-
poder, grupo o persona que pueda declararse y actuar queo por parte del Congreso de los intentos
con inmunidad por encima del sistema legal o exento
de legislar del ejecutivo; por otro, puede ser
de las obligaciones que éste determina (O´Donell
2005). visto también como una consecuencia de una

18
ÍCONOS 25, 2006, pp. 9-19
Uso y abuso de la reforma en el Ecuador: reflexiones generales con énfasis en lo electoral

cultura política plebiscitaria arrastrada de la Democracia en América Latina: El debate


época populista. Si bien la consulta tiene efec- conceptual sobre la democracia, PNUD.
tos legitimadores, siempre existe el riesgo de Rae, Douglas, 1967, The political
que los consultados no estén preparados para Consequences of El e c t o ral Laws, Yale
dirimir sobre los temas que se les consulta. University, New Haven
Sánchez, Francisco, 1999, “Introducción al
sistema electoral ecuatoriano”, Papeles de
Bibliografía Trabajo No.3, P.U.C.E, Quito.
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democracia en América Latina", en La 1998.

19
ÍCONOS 25, 2006, pp. 9-19
Ediciones de FLACSO - Ecuador

Serie FORO
Mujeres ecuatorianas. Entre las
crisis y las oportunidades
Mercedes Prieto, editora
Flacso-Ecuador - Conamu - UNIFEM - UNDPA - 2005
Al cumplirse diez años de la IV Conferencia Mundial de la Mujer en
Beijing y once años de la Conferencia Internacional sobre Población
y Desarrollo en El Cairo, eventos que han marcado las agendas de
las mujeres y de las políticas estatales en el mundo, resulta intri-
gante explorar sus efectos en las vidas de las mujeres del Ecuador.
Justamente este libro compila una serie de artículos que analizan,
fundamentalmente con base en información estadística, cambios y
continuidades en la vida de las mujeres ecuatorianas durante el
período 1990 y 2004. La evidencia revela que durante estos casi
quince años las mujeres han debido navegar un contexto de pro-
fundas fracturas sociales, económicas y políticas. Paradójicamente, al
mismo tiempo que sus condiciones de vida y bienestar se han
deteriorado, se les han abierto interesantes oportunidades en el
campo de su representación política y social.
fectivamente, los datos muestran que el aumento de la pobreza
entre las mujeres y un estancamiento relativo en su acceso a los
servicios de salud y educación se despliega de manera paralela a su
mayor presencia en el Congreso y otras instancias de elección po-
pular. En este mismo sentido, las mujeres indígenas quienes han sido
especialmente afectadas por las crisis se les han abierto impor-
tantes espacios de liderazgo y gestión política.
DOSSIER
La Amazonía en la agenda global
Presentación del dossier
Guillaume Fontaine
Profesor-investigador de FLACSO

L
a cuenca amazónica abarca más de 7,3 ción de las fronteras pro d u c t i vas, como la
millones de km? y agrupa a 30 millones intensificación de las actividades extractiva s ,
de habitantes de nueve países (Brasil, a p a recen como las consecuencias perversas de
Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, los planes de ajuste estructural de los años
Guyana, Surinam y la Guyana Francesa). Si ochenta y de la concentración de capitales en
bien es cierto que la integración administrativa los países industriales.
y económica de la Amazonía no se consolidó Ante este balance pesimista, los actore s
hasta la segunda mitad del siglo XX, todo deja sociales (en particular los movimientos campe-
pensar que ésta ocupará un lugar central en la sinos, indígenas y ecologistas) reivindican para
geopolítica mundial en las próximas décadas. sí un papel clave en la redefinición de las polí-
De hecho, se ha convertido en un espacio ticas públicas, sin que haya por el momento
privilegiado para observar los fenómenos rela- señales de que sus demandas fueran entendi-
cionados con la globalización, en particular das por los gobiernos de turno, ni por las
desde la Cumbre de la Tierra organizada en e m p resas multinacionales que operan en la
Río, en 1992. Ello vale no sólo para la integra- región. Ello se traduce en particular en la inca-
ción regional (en principio a través del Tratado pacidad de la comunidad internacional y de
de Cooperación Amazónica -TCA- de 1979, y los Estados de detener la deforestación desde
luego de la Organización del mismo nombre la Cu m b re de Río.
–OTCA- en 2003) sino también para las políti- Con el afán de contribuir a un mejor enten-
cas de conservación de los espacios naturales, la dimiento de estos hechos, el dossier que pre-
creciente inserción de los mercados mundiales sentamos a continuación aborda el problema de
de materias primas (de minerales, hidrocarbu- la globalización haciendo énfasis en los efectos
ros, maderas, etc.), de productos agrícolas de la modernidad tardía sobre el medio
(como la soya y la palma africana) o aún de ser- ambiente. Ello conlleva a dos preguntas claves,
vicios (como el turismo). en cuanto al lugar que ocupa la Amazonía en la
Por otro lado, en apenas medio siglo la agenda global y el papel de los actores econó-
cuenca amazónica se convirtió en el escenario micos, institucionales y sociales en la agenda
central de la crisis ambiental global, cuyos amazónica: ¿Cómo enfrentar los retos plantea-
efectos siguen siendo agudizados por los efec- dos por los avances de las fronteras extractivas y
tos indirectos de la dependencia económica de agrícolas? ¿Qué estrategias asumen los Estados
la región hacia los mercados mundiales de de la región ante las amenazas sobre el medio
materias primas. En efecto, tanto la amplia- ambiente?

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 23-24
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Guillaume Fontaine

El primer artículo del dossier, de autoría de R i c h a rd Pasquis expone las consecuencias


Guillaume Fontaine, observa los procesos de de la extensión de los cultivos de soya en la
ocupación de la cuenca amazónica desde una A m a zonía legal de Brasil (es decir, la Re g i ó n
perspectiva andina. Recuerda que la historia de Norte), donde se concentra la mayor parte de
la región ha sido escenario de conquistas y esta producción. Con más del 20% de la pro-
masacres, desde la creación de las misiones y el ducción en 2004, Brasil es actualmente el
sistema de encomiendas establecido a finales del segundo productor de soya en el mercado
siglo XVI, hasta las correrías de indígenas y la internacional, detrás de los Estados Unidos. El
explotación del caucho, en los siglos XIX y XX. i n c remento de la producción fue posible desde
No fue sino hasta la segunda mitad del siglo XX la década del setenta, gracias a la “revolución
que se generalizó la colonización, caracterizada ve rd e”, y conllevó al desarrollo de otros culti-
por el desarrollo de la agricultura y la ganadería vos de granos (como el arroz, el girasol o el
extensivas a lo largo de los grandes ejes viales, sorgo). Ahora bien, los impactos ambientales
así como la intensificación de la explotación de son desastrosos: no sólo la contaminación de
hidrocarburos en la década del setenta. Frente a los suelos y aguas provocados por los herbici-
estas tendencias, el último cuarto del siglo pasa- das y pesticidas, sino la erosión de los suelos,
do vio la emergencia y la estructuración de la deforestación por el uso intensivo de leña y
movimientos colectivos y redes transnacionales la colonización, o aún el desplazamiento de la
de defensa del medio ambiente, la cultura y el ganadería extensiva. Por un lado, ello afecta
territorio. Ello a su vez obligó a los Estados del los ciclos del carbono, del agua y de la biodi-
TCA a dar mayor contenido a los acuerdos versidad; por el otro, pone en peligro la viabi-
diplomáticos regionales, en particular en cuan- lidad del sector agropecuario nacional en su
to a los temas socioambientales. c o n j u n t o.
Delfina Trinca analiza en una perspectiva Francisco Neira interpreta las representa-
comparada la ocupación de la Amazonía en ciones de la naturaleza desde las culturas nati-
Ve n ezuela y Brasil. A diferencia de Brasil, vas y occidentales, a partir de un estudio sobre
Venezuela tan sólo se interesó por administrar el manejo de recursos naturales en la re s e rva
la cuenca amazónica en las últimas décadas del botánica de Limoncocha (Sucumbíos,
siglo XX y crear “f ronteras dinámicas” de Ecuador). Re c u e rda que las mayores tasas de
modernización. Así es como la Corporación de d e f o restación no se deben a la tala por uso de
Desarrollo del Sur (Cordesur) llevó a cabo una leña, ni a las actividades agrícolas de subsis-
agresiva política de colonización e integración, tencia, sino a las malas prácticas petroleras en
sostenida por grandes proyectos de infraestruc- este país y a la colonización de los últimos 30
turas. En un periodo más reciente, esta ocupa- años. Ante esta constatación, los enfoques
ción del espacio se orientó hacia la integración “biocentristas” de la conservación han sido
de los mercados energéticos de ambos países, en muy criticados en los últimos años, en parti-
particular por lo que atañe al abastecimiento de cular desde la economía ecológica y la antro-
Brasil en electricidad. Este doble proceso de pología cultural. La tesis de este autor es,
modernización, cuyos impactos sociales y entonces, que los usos a largo plazo de la natu-
ambientales aún faltan por evaluar, tendrá sin r a l eza con fines de subsistencia son posibles, y
lugar a duda consecuencias dañinas sobre los que entender esta realidad implica tener una
estilos de vida de las poblaciones indígenas visión holística, lo cual re p resenta un reto para
amazónicas. las ciencias sociales.

24
ÍCONOS 21, 2004, pp. 23-24
La globalización de la Amazonía:
una perspectiva andina
Guillaume Fontaine1
Profesor-investigador de Flacso-Ecuador

Email: gfontaine@flacso.org.ec

Resumen
En este artículo presentamos el contexto histórico, social, político y económico que enmarca a
la cuenca amazónica contemporánea, desde la perspectiva de los países andinos. En la intro-
ducción recordamos algunos datos básicos sobre la situación geográfica y demográfica de la
región. Luego presentamos las principales etapas de la ocupación humana del espacio amazó-
nico, desde la Conquista hasta la irrupción del capitalismo. Dedicamos la segunda parte a la
internacionalización de la agenda amazónica, en particular a través de la conservación del
medio ambiente y de la cooperación. Concluimos con un breve comentario sobre el papel de
los actores sociales en el futuro de la región.

Palabras clave: Amazonía, desarrollo, colonización, integración, pueblos indígenas, ONG.

Abstract
In this paper we present the historical, social, political and economical context in which the
Amazon basin is to be considered, from an andean perspective. In the introduction we review
a few basic facts about the geografic and demografic state of the region. Then we present the
main steps of the human ocupation of the amazon area, from the Conquest to the irruption of
capitalism. The second part is dedicated to the internationalization of the amazon agenda,
especially throughout the conservation of the environment and the cooperation. We conclude
with a short comment on the role of social actors in the region´s future.

Keywords: Amazon, development, colonization, integration, indigenous peoples, NGO.

1 Una versión anterior y más extensa de este artículo fue publicada como “La Globalisation de l´Amazonie: une pers-
pective andine”, en F. Bustamante, G. Fontaine, H. Ibarra Crespo, M. Romero Cevallos, J. Sánchez Parga, J. Schuldt,
2004, Dépendance et démocratie en Amérique Andine, Brusela, Colophon Editions, pp. 11-29. Agradezco a Marc
Saint-Upéry por hacerse cargo de la traducción.

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 25-36
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Guillaume Fontaine

La dimensión andina de la Amazonía región, y se concentra mayoritariamente en


zonas urbanas: la tasa de población urbana

L
a cuenca amazónica abarca cerca de 7,3 alcanza el 68,1% en Brasil, seguido por
millones de km2, repartidos entre Venezuela (64,8%), Bolivia (59,9%), Perú
nueve países: Brasil, Bolivia, (56%), Colombia (45,4%) y Ecuador
Colombia, Ec u a d o r, Perú, Venezuela, la (28,3%). Ahí también, el peso de Brasil es
Guyana, Surinam y la Guayana francesa2. preponderante, con más de 21 millones de
Desde la Cumbre de la Tierra de Río de habitantes (12,1% de la población nacional)
Janeiro (en 1992) está considerada como un repartidos entre nueve Estados: Acre, Amapá,
espacio privilegiado para observar los fenó- A m a zonas, Pará, Rondonia, Roraima,
menos vinculados a la globalización. Tal es el Maranhao, Mato Grosso y Tocantins. Sin
caso, en particular, de la integración regional embargo, Bolivia es el país más amazónico de
(especialmente por medio del Tratado de la región: los departamentos del Beni, Pando
Cooperación Amazónica –TCA-), de las polí- y Santa Cruz, así como las “tierras bajas” de
ticas de conservación de los espacios natura- Chuquisaca, La Paz, Cochabamba y Tarija
les, de la inserción creciente en los mercados reúnen 33,1% de la población nacional (2,8
mundiales de materias primas (minerales, millones de personas). Cerca de 10% de la
hidrocarburos, madera, etc.), de productos población peruana (2,4 millones de personas)
agrícolas (como la soya y la palma africana) o vive en los cinco departamentos amazónicos
de servicios (como el turismo). (Amazonas, Loreto, Ma d re de Dios, Sa n
Los estudios amazónicos se concentran Martín y Ucayali). En Colombia, 5,4% de la
generalmente en el análisis de Brasil, que población (2,3 millones de personas) vive en
cubre más o menos dos tercios de la superficie los seis departamentos amazónicos (Ama-
total (67,8%), seguido por Perú (13 %), zonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putu-
Bolivia (11,2%), Colombia (5,5%), Ecuador mayo y Vaupés) o los cuatro departamentos
(1,7%), Ve n ezuela (0,7%), Surinam, la de la cuenca del Orinoco (Arauca, Casanare,
Guayana francesa y Guayana (0,1%). Si n Meta y Vichada). En el Ecuador, 4,9% de la
embargo, la perspectiva de los países andinos población (600 mil personas) ocupa las pro-
es crucial para la región, en particular por el vincias amazónicas de Sucumbíos, Orellana,
interés estratégico de sus recursos naturales y Napo, Pastaza, Morona Santiago y Zamora
la importancia relativa de la Amazonía en la Chinchipe. En fin, 0,4% de la población
s u p e rficie del territorio nacional. De hecho, el venezolana (100 mil personas) se concentra
bosque amazónico constituye la mayor part e en el Estado de Amazonas (Perz et.al.
del territorio en Bolivia y en el Perú (75% del 2003:18-21, PNUD 2003:251-252).
territorio nacional), es relativamente impor- Al igual que en Brasil, la integración
tante en el Ecuador (45%) y en Colombia administrativa y económica de la Amazonía
(36%), y marginal en Ve n ezuela (5,8%) (Cfr. andina no empezó a consolidarse sino hasta la
TCA 1991:13, Perz et. al. 2003 :15-16). segunda mitad del siglo XX. Sin embargo,
La población de la cuenca amazónica hay muchas razones para pensar que jugará
representa hoy cerca de 30 millones de perso- un papel central en la geopolítica de la región
nas, o sea el 10% de los habitantes de la en las próximas décadas. Este artículo analiza
los retos y las dimensiones de esta evolución.
En una primera parte, presentaré las princi-
2 Seguimos aquí la demarcación de Perz et.al. (2003),
que coincide con los datos del TCA (1991) y excluye pales etapas de la ocupación del espacio ama-
el delta del Orinoco. zónico desde la conquista hispano-portugue-

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sa hasta la irrupción del capitalismo en la 1541. En la misma época, Hernando de


región. La segunda parte está dedicada a los Be n a vente recorrió la región de Ma c a s ,
impactos sociales y ambientales de la coloni- Quizna y de los Pacamoros. En 1557, Salinas
zación agraria, a la convergencia de los movi- Loyola exploró el Marañón para la corona de
mientos sociales (ecologistas e indígenas) y a España, al este de Santiago de las Montañas,
la cooperación regional. donde encontró el río Pastaza y el lago
Rumicha. Desde el 1615, los portugueses for-
talecieron su presencia al este de la línea de
De una conquista a otra Tordesillas, pero las primeras tentativas de
colonización agrícola fracasaron.
La historia de la Amazonía es ante todo una En la época de la Conquista, la región
historia de conquistas y de masacres. El cho- amazónica era habitada por unos 2.000 gru-
que inicial de las poblaciones locales con pos étnicos compuestos por cerca de 7 millo-
Occidente se produjo a mediados del siglo nes de personas (TCA 1991: 31). Las prime-
XVI con la “primera mundialización” ras víctimas de la Conquista fueron los pue-
(Dollfus 1997). Sin embargo, la inserción de blos ribereños de los ríos y de los llanos inun-
la Amazonía en la globalización de los merca- dables (várzea), en particular los Omaguas y
dos sólo se hizo realidad en la segunda mitad los Tapajós, que desaparecieron completa-
del siglo XX, en particular con la apertura de mente a fines del siglo XVII. La inmensidad
los primeros grandes ejes viales y la explota- de las tierras interfluviales (tierra firme) y su
ción del petróleo y del gas natural. relativa dificultad de acceso permitieron a los
otros habitantes de la región refugiarse en
El tiempo de las misiones y de la esclavitud ellas hasta el siglo XIX. El proceso de coloni-
zación sometió a los grupos indígenas a varios
La preponderancia de Brasil en la región ama- grados de contacto o de integración, en fun-
zónica se generó desde el descubrimiento del ción del tipo de frontera colonizadora
Nuevo Mundo por los Europeos, cuando el (extractivista, esclavista, misionera, etc.), de
Papa Alejandro VI estableció una línea divi- la forma de organización socio-política del
soria entre las posesiones portuguesas y las grupo (caciquismo, bandas, sociedades triba-
españolas, a 100° de longitud al oeste de las les) y de su ubicación geográfica (Andrade
Azores, en 1493. Un año después, esta línea et.al. 1993: 141).
fue desplazada a 370° de longitud al oeste del Desde el fin del siglo XVI, se estableció el
actual Cabo Verde, en un encuentro entre los sistema de las encomiendas3, que perennizó la
representantes de las coronas de Portugal y de instalación de las misiones. Estas primeras
Castilla, en el monasterio de Tordesillas. El tentativas de re a g rupamiento de las poblacio-
“Tratado de Tordesillas” permitió así que nes indígenas por los misioneros lleva ron a
Portugal tome posesión de las tierras del una catástrofe demográfica, como los mues-
Brasil actual, descubiertas en 1500 por Pedro tran la estadísticas del gobierno de Quijos (en
Alvares Cabral. el actual Ecuador), donde la población cayó
Las primeras expediciones empezaron en de más 30.000 a 2.890 habitantes entre 1569
1538 con Gonzalo Díaz de Piñeda, a lo largo
del río Napo, en busca de oro y canela (Reeve 3 El sistema de las encomiendas instaurado en la
1987: 58-60). Después de él, vino Gonzalo Colonia consistía en dividir los indígenas en grupos al
servicio de un “encomendero” encargado de evangeli-
Pizarro (hermano de Eduardo) y Francisco de zarlos y protegerlos, a cambio de que éstos tenían que
Orellana, quien descubrió y bautizó el río en pagarle un tributo en oro, pita o alimentos.

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y 1609 (Zárate 1993: 27). Hay que añadir a Los indígenas eran la única fuerza de tra-
esto el hecho de que la fuga de los indígenas bajo disponible, siendo a la vez barata y cali-
incitó a los encomenderos a penetrar más ficada por su conocimiento de la flora tropi-
hacia el oriente para reclutar por la fuerza a cal. Sin embargo, hay que subrayar que no
los Coronados, los Omaguas y los Abijiras del todos estaban dispuestos a venderse a los tra-
Napo, o los Maina, los Cocamas y los Jíva ros ficantes de caucho, quienes tampoco poseían
del Marañón (Do m í n g u ez y Gómez 1994: los mismos recursos que los comerciantes
18-20 y 141). Así que las misiones fuero n para endeudar a los indígenas y asegurarse
tentativas de compensar el vacío administrati- una mano de obra cautiva. En estas condicio-
vo dejado por el Estado, que había perdido el nes, el tipo de contrato en vigor era de tipo
grado fluctuante de control conquistado por jornalero, o “contrato de prestación de servi-
la burocracia real. En la segunda mitad del cios personales” (Muratorio 1998: 177-181).
siglo XIX, la participación de la Iglesia en el Cuando Julio Arana logró tomar el con-
proceso de colonización conoció un nuevo trol de sus competidores colombianos esta-
auge, en particular después de los concordatos blecidos en el Putumayo, fundando la socie-
firmados con el Vaticano, cuyo objetivo era dad Arana, Vega y Larrañaga en 1904, este
moralizar el país, crear una cohesión política sistema fue sustituido por una nueva forma
por medio de la acción eclesial, del control de de esclavitud (Domínguez y Gómez 1994:
la educación, de la cultura y de la vida diaria. 180). El escándalo fue denunciado por la
La trata de esclavos había empezado en el Sociedad Anti-Esclavista Británica en 1911.
siglo XVII con los portugueses y los españo- Lo más sorprendente es que la Iglesia
les, y después de ellos, en el siglo XVIII, con Católica pretendió no saber nada de los abu-
los holandeses y los británicos, en particular sos cometidos por la Casa Arana, a pesar de
en la región que abarca actualmente los que sacerdotes y misioneros estaban supuesta-
Llanos Orientales, el Vaupés, el Caquetá y el mente encargados de “civilizar” las poblacio-
Putumayo, donde los colonos de Guyana y de nes indígenas de la región desde unos quince
Surinam venían a abastecerse de mano de años (Bonilla 1968:96).
obra. Al inicio del siglo XIX, la aparición de Esta época no tuvo mucho impacto sobre
“nuevas” etnias, caracterizadas por su fuerte la integración de la Amazonía en la economía
movilidad, acompañó el desarrollo de la de mercado, ya que las rutas comerciales fun-
extracción de plantas como la quinquina, la cionaban ante todo hacia el interior de la
zarzaparilla, la tagua (marfil vegetal) o el cau- Cuenca Amazónica, donde se concentraba lo
cho (Zárate 1993: 27). Al igual que en el caso esencial del mercado regional e internacional
del café brasileño, el auge del caucho provocó –Iquitos, Manaus y Belém– por medio de
una recrudescencia de la esclavitud desde el una red fluvial orientada hacia los mercados
18804 en la región del Putumayo y del Napo, europeo y estadounidense. El principal bene-
en particular bajo los auspicios de los trafi- ficio lo lograron los peruanos, quienes apro-
cantes peruanos. vecharon de su avance tecnológico y de su
flota de barcos de vapor para tomar el control
de los ríos afluentes del Amazonas (los ríos
4 El caucho se volvió un recurso natural muy buscado Napo, Putumayo, Pastaza y Morona). Esta
desde 1839, con la invención de la vulcanización por dominación tecnológica y las veleidades de
Goodyear, pero sobre todo desde 1880, con la inven-
ción del neumático de válvula por John Boyd
hegemonía peruana sobre la región llevaron a
Dunlop, que antecedió el auge de la industria auto- la multiplicación de los conflictos fronterizos
móvil. (Bustamante et.al. 1991). A esta rivalidad

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política se añadían intereses económicos exa- la misma época, la Amazonía boliviana supe-
cerbados por la industria extractiva: el ejérci- ró su aislamiento con la apertura de la carre-
to peruano no defendía sólo sus fronteras, tera Cochabamba-Santa Cruz (De Onis
sino también los intereses privados del cau- 1992: 26-27, 44, 55-56). En Ecuador y en
cho o de la industria petrolera. Colombia, las primeras carreteras fuero n
Alrededor de 1914, la caída mundial de abiertas a finales de los años 1960 y sobre
los precios del caucho –debido a la compe- todo en el inicio de los años 1970, al mismo
tencia de las colonias asiáticas Gran-Bretaña y tiempo que se intensificaba la exploración
Holanda– provocó la bancarrota de los prin- petrolera.
cipales barones de la Amazonía, así como ya La baja densidad poblacional de la
había pasado con la quinquina en 1884. Amazonía llevó al Estado a clasificar millones
Muchos empleados y peones de las empresas de hectáreas como “tierras baldías”. Esta
extractivas se convirtieron en campesinos, estrategia alentada por la Alianza para el
mientras sus dueños aprovechaban de la pri- Pro g reso impuso la colonización agrícola
mera colonización fomentada por el Estado como sustituto de una reforma agraria, en los
en los años 1920. La política de colonización años 1960. Para las poblaciones indígenas
dirigida por el Estado en el Ecuador y en amazónicas, esta política se puede describir
Colombia fue estimulada por la necesidad de como una “segunda conquista” (Maybury-
reforzar la presencia militar en las fronteras y Lewis 1984:130). Además, las leyes de refor-
poner fin a las incursiones frecuentes del ejér- ma agraria aprobadas en esta época son en
cito peruano. Paralelamente, los primeros tra- gran parte responsables de la deforestación de
bajos de exploración petrolera transformaron las tres décadas siguientes, ya que obligaban a
las relaciones laborales, anunciando la irrup- los campesinos a talar los árboles en la mayor
ción del capitalismo en la región. parte de sus terrenos para conseguir su legali-
zación. Esta política continuó en los años
La segunda conquista 1970-1980, con el apoyo del Banco Mundial.
Sin embargo, más allá de la influencia de las
El salto cualitativo de la colonización de la ayudas públicas, dos factores contribuyeron a
Amazonía no se dio sino hasta la segunda la deforestación: el valor especulativo de la
mitad del siglo XX, con los grandes proyectos tierra en el contexto de hiperinflación que
de agricultura y ganadería extensivas de baja caracterizó las economías latinoamericanas de
productividad. Sumándose al efecto de la la “década perdida” y las facilidades para lega-
extracción maderera, el impacto de estas acti- lizar las tierras deforestadas y convertidas en
vidades aceleró la deforestación. En Brasil, pastizales (Anderson 1990:9).
ésta siguió la apertura de la carretera Brasilia- Desde finales de los años 1960, se hizo
Belem en 1960 y de la transamazónica c l a ro que los yacimientos petro l e ros de la
Cuibá-Santarem en los años 1970. En el Cuenca Amazónica interesaban a las transna-
Perú, la primera carretera entre la costa pací- cionales estadounidenses y europeas. Esta
fica y Pucallpa, puerta de la Amazonía, se época está marcada por los primeros pasos de
abrió en 1943. La Amazonía venezolana, por la Texaco en Colombia y en Ecuador, pero
su lado, quedó en la marginalidad geográfica también por la nacionalización de la indus-
hasta finales de los años 1960, cuando Brasil tria petrolera en el Perú (1968) y en Bolivia
c o n s t ruyó la carretera del Roraima para (1967), mientras que, en 1969, Venezuela
comunicarse con la industrializada región del participaba activamente en la creación de la
Orinoco y llegar hasta la costa del Caribe. En Organización de los Países Ex p o rtadores de

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Petróleo (OPEP) (Philip 1982). Los dos cho- forma de integración, acelerada por su inser-
ques petro l e ros de los años 1970 alentaron el ción en los mercados mundiales.
financiamiento de la política de colonización
de tierras que, hasta entonces, eran de difícil
acceso. La Amazonía en la hora
En el Ec u a d o r, por ejemplo, con la cre a- de la globalización
ción de la Corporación Estatal de Petróleo
Ecuatoriano (CEPE) en 1967 (que cambió Crisis ecológica y crisis de la deuda
su nombre por Pe t roecuador en 1989), el
Estado empezó a participar directamente en Bajo el efecto combinado de la colonización
la explotación petrolera y a fomentar la masiva, la explotación comercial de la made-
migración hacia el Oriente. En 1978, la ra, la agricultura y la ganadería extensivas,
junta militar decretó una Ley de coloniza- cerca de 800.000 km2 de la cuenca amazóni-
ción de la región amazónica ecuatoriana, con ca habían desaparecido a inicios de los años
carácter especial. En otros términos, el 1990; el 68% de esta superficie se había con-
Estado impuso la colonización como una vertido en pastizales. Entre 1975 y 1989,
prioridad nacional. Sin embargo, en ausencia Brasil deforestó un área equivalente a la
de planificación, los efectos de ésta fueron superficie de Francia (560.000 km2). En el
difíciles de manejar y la carencia de asisten- Ecuador, la deforestación alcanzó un ritmo
cia técnica impidió que muchos colonos pue- anual de 2,3% en los años 1970-1980. En
dan superar obstáculos como la escasez de Colombia, pese a la creación (en 1959) de
capitales, el bajo rendimiento de las cosechas siete zonas de reserva forestal –o sea un con-
y la falta de mano de obra para asegurar un junto de 58,6 millones de hectáreas de bos-
ritmo de producción sostenido. No pudieron que–, en 1989, 12,7 millones de hectáreas
superar el estadio de la cultura de subsisten- pertenecientes a estas reservas habían sido
cia, sobre todo cuando estaban más alejados colonizadas, principalmente en la Amazonía
de las vías de comunicación, lo que dificulta- (cerca de 6 millones de hectáreas sobre 38,6
ba la posibilidad de comercializar el exc e d e n- millones) y en el valle del río Magdalena
te de su producción. En consecuencia, (cerca de 4 millones de hectáreas sobre 6
muchos de ellos perd i e ron sus tierras frente a millones) (cf. Andrade et.al 1993:41, Castaño
intereses más poderosos o las abandonaron Uribe 1993:29, TCA 1991:47, Rudel y
por el bajo nivel de productividad y la impo- Horowitz 1993:44).
sibilidad de asegurar su propia subsistencia En el nivel internacional, las presiones se
(Pichón 1993). multiplicaron para instaurar una política de
El fracaso económico de la colonización delimitación de áreas protegidas donde se
agrícola se refleja en los problemas sociales concentrarían las condiciones de reproduc-
vinculados a la emigración de los colonos y en ción de las especies animales y vegetales. Esta
el auge del cultivo de la coca, en particular en política ya se había iniciado en los años 1960,
Perú, Bolivia y Colombia, debido a la baja con la creación de una quincena de zonas de
rentabilidad de los sembríos legales. Hay que este tipo, pero no tomó una importancia real
añadir a esto los problemas provocados por la sino hasta los años 1970 (con la creación de
urbanización descontrolada. Sin embargo, en 25 zonas protegidas) y en 1980 (con la crea-
cada país, el grado de organización adminis- ción de otras 45). En 1992, año de la
trativa de la región fue consolidado y la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, la
Amazonía es ahora el escenario de una nueva cuenca amazónica contaba con un centenar

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de espacios naturales protegidos, o sea un “Estrategia para el futuro de la vida” promo-


total de 34 millones de hectáreas. Siguiendo vida por la UICN, el Instituto Mundial de los
la tipología de la Unión Internacional para la Recursos (WRI), la Organización de la
Conservación de la Na t u r a l eza (UICN)5, Agricultura y de la Alimentación (FAO) y la
estas áreas se subdividen en parques naciona- Organización de las Naciones Unidas para la
les o públicos (43), reservas naturales o nacio- Educación y la Cultura (UNESCO), hasta la
nales (14), reservas biológicas, ecológicas o de “Agenda XXI” presentada en Río de Janeiro
producción animal (14), refugios de vida sil- en 1992, pasando por “Nuestra propia agen-
vestre (3), estaciones ecológicas o biológicas da”, planteado por el Programa de las
(13), santuarios de fauna y flora o santuarios Naciones Unidas para el Medio Ambiente
históricos (5) y monumentos nacionales (4) (PNUMA) en 1982, o “Conservación y desa-
(Castaño Uribe 1993:41-49, 103). rrollo durable en la región Amazónica” de la
Esta tendencia estuvo acompañada por FAO a inicios de los años 1990 (TCA
dos fenómenos: la descentralización de la 1991:57-59, Castaño Uribe 1993:61-62, 87).
política ambiental y el auge espectacular del Esta situación llevó al Estado a delegar
servicio de la deuda externa; con ambos, el gran parte de sus atribuciones en materia de
Estado vio debilitada su capacidad de imple- protección del ambiente a organizaciones no
mentar su política. Hay que añadir a esto una gubernamentales (ONG) internacionales,
crisis de gobernabilidad democrática, que se directamente o por medio de sus contrapartes
manifiesta por la incapacidad del Estado de locales. Esta tendencia fue fortalecida por la
afirmar una presencia institucional en estas creación de sistemas de financiamiento inter-
regiones periféricas y un déficit patente de nacional de las áreas protegidas, en los que los
legitimidad frente a las poblaciones locales países más endeudados vieron la posibilidad
(Fontaine 2005). El fracaso de la política de de capitalizar su patrimonio natural. Así, el
conservación se hizo obvio en Colombia y Banco Mundial y algunos organismos finan-
Ecuador, cuando estos dos países se adhirie- cieros internacionales crearon el Fondo global
ron al plan “Parques en Peligro” fomentado para el medio ambiente (“Global Environ-
por Conservación de la Naturaleza (TNC) y ment Facilities”, GEF), para financiar varios
la Agencia Estadounidense de Ayuda para el proyectos alternativos a la deforestación o de
De s a r rollo Internacional (USAID). Cabe re f o restación. Al mismo tiempo, algunas
mencionar que este programa fue sólo uno ONG de conservación pensaron poder resol-
más de la larga lista de proyectos internacio- ver el problema de la deuda con la conversión
nales para salvar los bosques tropicales que se de parte de ésta en “bonos de la deuda sobre
sucedieron desde hace tres décadas: desde la la naturaleza” (“Debt-for-nature swaps”), un
sistema inaugurado en 1987 por Conser-
5 La UICN distingue diez categorías de espacios natu- vation International, que descansa en la cir-
rales. Los más representativos para la región amazóni-
ca son las reservas y los parques. Estos últimos son culación de títulos en el mercado bursátil
espacios administrados por el Estado y destinados a la secundario.
conservación de especies animales y vegetales, donde
la actividad extractiva es prohibida o regulada. Tienen
la obligación de abrigar ecosistemas vírgenes y una
La convergencia de la ecología y la etnicidad
diversidad biológica presentando un interés científico
notorio. La diferencia entre parques y reservas consis- La integración de la cuestión amazónica en la
te en el grado de control para el acceso al turismo y en
agenda de los organismos internacionales
el tipo de actividades humanas “toleradas” en estas
áreas: en general, las condiciones de definición de las acompañó un movimiento más general de
reservas son más estrictas en este aspecto. politización de la ecología, que va desde la

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creación del PNUMA, en 1972, hasta la zaciones de conservación no tomaba mucho


Cumbre de la Tierra de 1992. Esta cumbre en cuenta el problema de la pobreza o de la
quiso marcar un cambio en la formulación distribución desigual de las tierras agrícolas.
del problema ambiental con la noción de A veces, esta estrategia agudizaba las divisio-
“d e s a r rollo sostenible”, definida en el nes entre las poblaciones locales afectadas por
“Informe Brundtland” (1987) como el desa- la delimitación de las áreas protegidas y los
rrollo que satisface las necesidades del presen- gobiernos, provocando conflictos agrarios
te sin comprometer para las generaciones (Colchester 1994:20). A mediados de los
venideras la posibilidad de satisfacer sus pro- años 1980, eso llevó a la Coordinación de las
pias necesidades. Organizaciones Indígenas de la Cu e n c a
Para las organizaciones ecologistas, los ecó- Amazónico (COICA) a presionar a estas
logos y los economistas, la cuestión es más ONG y a los organismos multilaterales para
compleja: de hecho, se puede distinguir al que tomen en cuenta la opinión de las orga-
menos tres líneas de interpretación del con- nizaciones indígenas en el manejo ambiental,
cepto de “d e s a r rollo sostenible”. La primera y en particular en la política de conservación.
privilegia la participación de las comunidades Hubo cierta convergencia entre esta lógica
locales en el desarrollo, fomentando la peque- y la del Estado, que tuvo que enfrentarse con
ña agricultura y considerando que los mode- la imposibilidad de administrar los parques y
los de desarrollo alternativo deben ser adapta- las reservas naturales delimitadas en los años
dos a la heterogeneidad de la Amazonía. La de crecimiento o más tarde. Cuando estalló la
segunda privilegia la dimensión económica de crisis de la deuda, el peso económico de esta
los recursos naturales y trata de calcular el responsabilidad se volvió insoportable. En
valor del “capital natural” o “capital ecológi- otros términos, al igual que en la delimitación
co” en términos de costos y beneficios exter- de los territorios étnicos, la lógica de los
nalizados. La tercera privilegia la conservación movimientos sociales y la lógica del Estado se
de los ecosistemas y trata de maximizar el uso reforzaron mutuamente para definir espacios
de la biomasa y limitar la deforestación por de poder descentralizados. En este contexto,
medio de programas agroforestales en la esca- el “saber indígena”, cuyo reconocimiento y
la local (Becker 1994:174-176, Colchester y valorización por parte del Estado están insti-
Lohmann 1993:62). Estas divergencias teóri- gados por la Convención sobre la Biodivers-
cas se encuentran en el abanico de las posicio- idad, está llamado a jugar un papel creciente
nes defendidas por las ONG ecologistas. Más en la legitimación de las organizaciones étni-
allá del objetivo común de defender el cas amazónicas. Por eso mismo, se vuelve el
ambiente, y pese a que comparten una visión punto de convergencia de estas organizacio-
común sobre la necesidad de la descentraliza- nes con las organizaciones ecologistas
ción de las políticas ambientales y de la coo- (Fontaine 2003:333-338).
peración con los actores locales, éstas últimas
presentan un gran diversidad de perf i l e s , Del TCA a la OTCA
tanto por el origen de su financiamiento
como por las tácticas o estrategias que desean Frente a la internacionalización de la protec-
implementar (Fontaine 2003:322-332). ción de la Amazonía, los países de la cuenca
Esta diversidad tiene consecuencias sobre amazónica reaccionaron el 3 de julio de 1978
el tratamiento socio-económico de la cues- en Brasilia con la firma del Tratado de
tión ambiental. En efecto, hasta los años Cooperación Amazónica (TCA). El objetivo
1990, la estrategia institucional de las organi- explícito era la promoción del desarro l l o

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armónico de los países miembros por medio neamente, los países del TCA habían intensi-
de acciones conjuntas y en el respeto de la ficado sus esfuerzos para adoptar una posición
soberanía nacional. Además, según el artículo común frente a los organismos internaciona-
primero del Tratado, los países miembros se les, eso hasta la cumbre de Río en 1992. En
comprometían a fomentar la preservación, la particular, hicieron hincapié en la “deuda eco-
conservación y el uso racional de los recursos lógica de los países industrializados” y en la
naturales de su territorio. Esta disposición necesidad de un apoyo financiero de los paí-
estuvo reiterada en las varias reuniones suce- ses ricos a sus políticas ambientales.
sivas de sus ministros de Re l a c i o n e s Más allá del lenguaje técnico-científico, el
Exteriores, entre otras la de Quito en 1989 discurso sobre el desarrollo sostenible no
(Carrera de la Torre 1993:253-254). Sin em- toma en cuenta la dimensión económica del
bargo, en ausencia de un marco definido para problema, lo que reduce su alcance real.
la consultación y la armonización de los pla- Además, la contradicción entre los criterios
nes de desarrollo entre los países miembros, la que orientan la formulación de las políticas
cooperación regional fue insignificante hasta de desarrollo sostenible hace que las decisio-
el segundo quinquenio de los años 1980, al nes tomen la forma de peticiones de princi-
igual que las condiciones de esta cooperación, pios o de declaraciones reiterativas sin real
en particular en materia de uso de las aguas implicación de un organismo que, sin embar-
internacionales y de políticas de inversión. go, fue creado para implementar tales políti-
Esta situación cambió, cuando la política cas al nivel regional. Por lo tanto, esta contra-
internacional en materia de medio ambiente dicción limita el alcance de la argumentación
empezó a ejercer presiones sobre el modelo de de algunos autores que sugieren que la políti-
d e s a r rollo brasileño. En part i c u l a r, desde el ca de desarrollo de la Amazonía ya está deli-
1986, el Banco Interamericano de De s a r rollo neada por los programas y los proyectos
(BID) y el Banco Mundial sometieron sus adoptados en el marco del TCA (Carrera de
préstamos a criterios de desarrollo sostenible, la Torre 1993:263). Sobre todo, con esta
obligando a Brasil a reconsiderar su política hipótesis, se presupone que la delegación de
de deforestación. En 1989, el Presidente José poder a este organismo sea completa y le per-
Sarney organizó una cumbre presidencial en mita tomar decisiones en modo autoritario,
Manaus, en la que el Presidente colombiano lo que fortalecería su funcionamiento antide-
Virgilio Ba rco propuso la institución de mocrático (Bustamante 1993:179). En defi-
comisiones permanentes especiales para los nitiva, todo contribuye para hacer del TCA
recursos naturales, el ambiente y los asuntos un organismo que se caracteriza por un dis-
indígenas. Esta propuesta tuvo consecuencias curso crítico sobre las prioridades y las alter-
en la práctica, y al mismo tiempo el papel de nativas del desarrollo en Amazonía, tratándo-
la secretaría pro tempore fue fort a l e c i d o. La se sin embargo de un discurso cuyas conse-
internacionalización de la cuestión ambiental cuencias empíricas se ven limitadas por las
llevó al fortalecimiento de la comisión espe- condiciones de su creación (Kre m l i n g
cial del ambiente respecto a las otras cinco 1997:83 y 97-98).
comisiones. Dicha comisión fue encargada de
implementar siete de los 52 programas defini-
6 Zonificación ecológica y económica de la Amazonía,
dos en 19926 (Castaño Uribe 1993:15). En ecología, biodiversidad y poblaciones, fauna silvestra,
1993, la secretaría pro tempore elaboró una recursos hidrobiológicos, explotación de los recursos
propuesta de política regional para el uso sus- forestales, planificación y gestión de los espacios pro-
tegidos, metodología de evaluación de los impactos
tentable de los recursos forestales. Simultá-
ecológicos, e investigación aplicada al ambiente.

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 25-36
Guillaume Fontaine

La creación de la Organización del TCA evolución demuestra que los movimientos


(OTCA), anunciada en 1998 y efectivizada sociales tienen una incidencia crucial en las
en marzo del 2003, dotada de una personali- condiciones en las que se toman las decisio-
dad jurídica internacional y de una secretaría nes de política pública.
general con sede en Brasilia, no modifica esta Por cierto, el concepto de “desarrollo sos-
situación en lo fundamental. En el plan estra- tenible” popularizado por el “Informe
tégico 2004-2012, el capítulo “Integración y Brundtland” y la “Declaración de Río” no es
competitividad regional” atribuye una impor- una panacea universal. Su interpre t a c i ó n
tancia crucial a la “Iniciativa para la integra- queda sometida a divergencias ideológicas
ción regional de Sudamérica” (IIRSA), lanza- notorias entre movimientos ecologistas e
da en el 2000 por 12 gobiernos de indigenistas y actores institucionales y econó-
Sudamérica, con el apoyo del BID, de la micos. Sin embargo, expresa claramente la
Corporación Andina de Fomento (CAF) y necesidad de repensar las modalidades del
del Fondo para el desarrollo de la Cuenca del d e s a r rollo, completando este sustantivo
Plata (FONPLATA) (OTCA 2004:14). Este –cuyas numerosas connotaciones perversas
“corredor de desarrollo” compuesto por siete para las sociedades dependientes amenazaban
ejes viales y dos ejes fluviales está considerado de transformarlo en cascarón vacío– con un
por la secretaría general de la organización adjetivo que vuelve a dar toda su importancia
como un instrumento de integración del al largo plazo, incluso al muy largo plazo. Eso
mercado intra-amazónico (con la libre circu- vale en particular para el desarrollo de la acti-
lación en los ríos de la región). Sin embargo, vidad petrolera, que financió la integración
varios grupos ecologistas ven en ello una de de la Amazonía en los mercados mundiales
las más graves amenazas para la conservación sin mejorar mucho las condiciones de vida de
de la biodiversidad de la región (Cfr. Delgado las poblaciones locales, y eso a costa de una
Ramos 2004:10, AA.VV., s.d.). contaminación crónica y de la aceleración de
la deforestación.

Conclusión
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de la región amazónica, hasta ahora poco gobiernos y las instituciones financieras
deseosos de hacer del TCA un instrumento internacionales de la infraestructura regio-
de integración de las políticas públicas. Esta nal de Sudamérica (IIRSA). Otra integra-

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 25-36
La globalización en la Amazonía: una perspectiva andina

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36
ÍCONOS 25, 2006, pp. 25-36
La ocupación de la Amazonía
vista desde Venezuela
Delfina Trinca Fighera
Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales
Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales
Universidad de Los Andes,Venezuela

E-mail: trincad@ula.ve

Fecha de recepción: diciembre 2005


Fecha de aceptación y versión final: abril 2006

Resumen
La ocupación de la Amazonía ha formado parte de las diferentes modernidades por las que ha
transitado la historia de los hombres en América. La “revalorización” que experimenta, sobre
todo desde las últimas décadas del siglo pasado, está relacionada con la modernidad que defi-
ne al mundo de nuestros días. Los procesos de integración que impulsan Brasil y Venezuela en
su frontera común es una muestra evidente de que ambos gobiernos están muy atentos del inte-
rés que la Amazonía despierta en el momento actual. Con este trabajo se pretende mostrar las
relaciones existentes entre los procesos de ocupación de la Amazonía y las diferentes moderni-
dades, con la intención de detectar las nuevas formas de uso del territorio y cómo éstas se rela-
cionan con los contenidos que definen a la historia del presente. Todo esto visto desde
Venezuela.

Palabras clave: modernidad, integración, territorio usado, frontera, ocupación, ambiente, geo-
política, globalización, Venezuela, Brasil

Abstract
The occupation of Amazonia has formed part of the different modernities through which
human history has evolved. The valorization it experiences, above all, from the last decades of
the last century is related to the modernity that defines our contemporary world. The integra-
tion processes that Brazil and Venezuela are implementing in their common border are a man-
ifest proof that both governments are aware of the interest that Amazonia arouses in our pres-
ent world. This work is intended to demonstrate the existing relationships between the process-
es of the occupation of Amazonia and the different modernities, with the purpose of detecting
the new forms of land use and how they relate to the elements that define the present history.
All of this is viewed from a Venezuelan perspective.

Keywords: modernity, integration, used land, borderline, occupation, environment, geopolitics,


globalization, Venezuela, Brazil

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 24, Quito, mayo 2006, pp. 37-46
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Delfina Trinca Fighera

L
a Amazonía es una extensa área que En vista de que la delimitación 2 entre
ocupa toda la parte centro oriental de Venezuela y Brasil se fundamenta en la divi-
América del Sur. Son aproximadamen- soria de aguas entre los ríos Orinoco y
te 7.800.000 km2 que representan más del Amazonas, los estados del sur de Venezuela
40% del territorio sudamericano; está re l a t i va- (Amazonas y Bolívar) y los del norte de Brasil
mente despoblada, pero con enormes riquez a s (Amazonas y Roraima) son los que compar-
y formas de vida únicas en el planeta. Su ten la frontera común. A diferencia de los dos
r i q u eza no está expresada sólo por su gran bio- Amazonas, en los que la presencia del bosque
diversidad, recursos forestales, hidroenergéti- húmedo tropical y húmedo premontano alto
cos, hidro c a r b u ros y minerales, sino también y bajo y del escudo guayanés, con sus serraní-
porque contiene, sólo la cuenca del Amazonas, as, sistemas montañosos, mesetas (tepuyes),
más del 15% del total de agua dulce del planicies, etc., no favoreció la integración
mundo (Figueredo 2002). De esta inmensa entre ambos países, las características físico
región, además de Brasil, Bolivia, Colombia, naturales de la zona de contacto entre el
Ecuador, Guyana, Guayana Francesa, Perú y sureste del estado Bolívar y el noreste del esta-
Surinam, también participa Venezuela. do de Roraima, mucho menos agrestes, sí
Hidrográficamente, Ve n ezuela forma part e facilitaron la instalación estable de grupos
de esta región gracias a que en el sitio conoci- humanos no autóctonos, ya desde finales del
do como Tamatama (estado Amazonas), el río siglo XIX.
Orinoco conecta su cuenca con la del Aun cuando las condiciones naturales de
Amazonas, ya que el brazo Casiquiare -bifurc a- la Amazonia han incidido para que su ocupa-
ción única en su tipo en el mundo-, desembo- ción se haya realizado de manera lenta pero
ca en el río Negro, afluente del río Amazonas. gradual, la misma no ha estado al margen de
El agua producida por 39.000 Km2, del alto las diferentes modernidades que han caracte-
Orinoco hasta Tamatama es compartida con la rizado la historia de los hombres. Por sus
cuenca del Amazonas, siendo por tanto Brasil dimensiones continentales, esta región ha
un país aguas abajo con respecto a Venezuela y sido vista geopolíticamente como estratégica,
Colombia (Si l va 2005:80). No obstante, no es siendo dentro de este contexto, y mucho más
por su “lado amazónico” que Venezuela man- en estos tiempos de globalización, que gana
tiene relaciones históricas con Brasil, aunque sí una nueva proyección internacional en tanto
p a rticipa con éste como país signatario del lla- que es percibida como un hábitat natural en
mado Tratado de Cooperación Amazónica1 proceso de degradación3, y demandada como
(TCA), suscrito hace 26 años en Brasilia. una inmensa reserva para la humanidad por
sus invalorables recursos biogenéticos.
1 En lugar de vincular países, con este tratado se pre- La re valorización de esta región está
tendía coordinar acciones sobre una región comparti-
da: la Amazonia. Sin embargo, la intención de las par-
2 Venezuela comparte con Brasil una extensa frontera
tes era -y es- la de reservarse el ejercicio de sus respec-
de 1.495 Km. aproximadamente, sin incluir el terri-
tivas soberanías sobre la misma; por ello no existe nin-
torio en reclamación de la Guayana Esequiba.
guna disposición que permita crear una organización
3 Cerca del 20% de los 3.5 millones de kilómetros del
supra-nacional. Tampoco participa la Gu a y a n a
bosque amazónico han sido destruidos a un ritmo que
Francesa, ya que esto le otorgaría un carácter extra-
se ha acelerado en los últimos 15 años. Desde 1990,
continental, que podría acarrear, a futuro, la interna-
28,8 millones de hectáreas de bosque han sido desfo-
cionalización de esta región. En 1998 se modifica el
restadas, lo que representa la mitad de lo confirmado
tratado y se crea la Organización del Tratado de
desde el inicio de la colonización de la región, a
Cooperación Amazónica (OTCA), con sede en
mediados del siglo XVI.
Brasilia (Figueredo 2002).

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 37-46
La ocupación de la Amazonía vista desde Venezuela

entonces estrechamente asociada con la cómo el territorio ha sido y es utilizado, faci-


modernidad que define al mundo de nuestros litando de esta manera aprehender la historia
días, hecho este que estaría marcando cam- de los territorios. En cualquier momento de
bios en los procesos de ocupación que histó- su historia el hombre social concretiza sus
ricamente la han caracterizado. Los procesos realizaciones sobre bases materiales que son,
de integración que en la actualidad impulsan al mismo tiempo, producto y condición de (y
tanto Brasil como Venezuela, sobre todo en lo para) esa realización, por lo que toda sociedad
que respecta a su área fronteriza más dinámi- tiene una particular manera de usar su terri-
ca (sureste del estado Bolívar y noreste del torio y su tiempo; en este proceso redefine, de
estado de Roraima) es una clara muestra de forma continua, su materialidad ya que es a
que ambos gobiernos están muy atentos al través de sus acciones que ésta adquiere senti-
interés que la Amazonía despierta en el do y significado para ella (Santos 1996: 77-
mundo. 81). Son, por tanto, los diferentes usos que las
Es importante destacar que cuando hace- sociedades ve n ezolana y –principalmente-
mos referencia a la noción de modernidad brasileña, y sus respectivos Estados, le han
estamos entendiendo por ella al proceso a tra- dado a ese inmenso territorio llamado
vés del cual un territorio4 incorpora los refe- Amazonia, los que nos interesa destacar. Para
rentes centrales de un período histórico, es ello vamos a considerar que para cada
decir aquellos hechos o circunstancias que momento histórico diversos tipos de uso se
facilitan identificar al momento que se esté concretaron, bien en forma de objetos técni-
considerando. De allí que se hable de moder- co-geográficos tales como carreteras, aero-
nidades -y no de modernidad-, por cuanto puertos, nuevos centros poblados y estrategias
cada momento histórico estaría definido por de consolidación para los ya existentes, redes
una determinada modernización, la que ten- de telecomunicaciones, ampliación de la
dría en la técnica, entre otras cosas, una par- frontera agrícola, etc., que facilitaron una
ticular manera de materializarse. Entonces, ocupación efectiva del territorio, bien con
cada época producirá y podrá ser definida por acciones que se materializaron creando o
sistemas técnicos que funcionan solidaria y transformado diferentes instituciones o figu-
eficazmente y en sincronía con los preceden- ras legales.
tes. Compartimos con Santos (1996: 25-31)
que es el uso que la sociedad hace de la técni-
ca lo que le otorga existencia a la misma; por Venezuela y la conquista del sur
lo tanto, a partir del instante en que una téc-
nica se instala en un lugar, no sólo pasa a for- Desde su independencia política de España
mar parte de la vida de ese lugar, sino que se (inicios del siglo XIX), Venezuela ha mirado
incorpora a la materialidad que lo define, mucho más al norte que hacia el sur. La ocu-
transformándolo (Trinca 2002: 68). En con- pación histórica de su territorio5 nos ayuda a
secuencia, la técnica nos ayuda a descubrir
5 Las regiones Central, Centro-Occidental, Occidental,
4 El término “territorio”, lato senso, se utiliza para refe- Oriental y Los Llanos concentran el 94,4% de la
rirse a aquellas porciones de la superficie sobre las que población, distribuida en el 54,4% de la superficie
el hombre, históricamente, ha tomado posesión. En total del país. La región de Guayana (estados
consecuencia, sujetas a relaciones de poder. Por tanto, Amazonas y Bolívar, localizados al sur del río
no es más que sustentar que una sociedad, política- Orinoco), ocupa el 45,6% de la superficie, pero con-
mente organizada, detenta el control, ejerce el domi- centra solamente el 5,8 % de la población total (Plan
nio, sobre un pedazo de la corteza terrestre (Cfr. Nacional de Desarrollo Nacional, 2001-2007,
Moraes 2002). 2001:14).

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 37-46
Delfina Trinca Fighera

entender el por qué de esto (al sur del río primer gobierno del Presidente Rafael
Orinoco -estados Bolívar y Amazonas- existe Caldera, a fines de los años sesenta. Esta cor-
un inmenso territorio cuya densidad demo- poración tenía como uno de sus proyectos
gráfica, aún hoy, escasamente llega a 5 bandera la llamada “conquista del sur”. Con
hab/Km2). A diferencia de Brasil, Venezuela ésta se pretendía vincular de una vez por
no ha tenido una política separada de los todas, al resto del país, a los territorios locali-
intereses de los gobiernos de turno, por lo zados al sur del río Orinoco (estados
que su política territorial no muestra una Amazonas y Bolívar). Sin embargo, el peso
coherencia sostenida en el tiempo; esto no histórico que para Venezuela ha tenido mirar
quiere decir que ya desde fines del siglo XIX hacia el norte, incidió para que este proyecto
no se hayan tomado decisiones con miras a no lograse sus objetivos, a pesar de los esfuer-
ocupar, de manera efectiva, el territorio como zos realizados. De éstos destacan la construc-
ejercicio de soberanía, sobre todo en las áreas ción de núcleos de desarrollo fronterizo y el
de frontera6. Sin embargo, en los hechos, reforzamiento de las comunicaciones por vía
estas decisiones, en la mayoría de los casos no t e r re s t re, fluvial y aérea. La denominada
pasaron del papel. Troncal 10, vía terrestre que comunica a la
A partir de los años sesenta del siglo XX, ciudad de Puerto Ordaz (estado Bolívar) con
la cancillería venezolana comienza a dirigir su la de Santa Elena de Uairén, se rehabilita,
mirada a los problemas limítrofes7. En estos pero su asfaltado recién se termina en 1997.
momentos se puede decir que Venezuela El territorio al sur del río Orinoco es una
coloca en un primer plano el interés nacional inmensa extensión que se mantiene relativa-
que se traduce, en el caso de la frontera, que mente aislada del resto del país hasta 1967
la misma ya no sea vista como una línea está- cuando el puente “Angostura” sobre el
tica, sino como “algo” dinámico, con caracte- Orinoco fue inaugurado y abierto al tránsito
rísticas geográficas particulares y con una automotor8. Con este puente el sur de
población a la que hay que mirar. La frontera Venezuela se incorpora al resto país. La cons-
deja de ser un simple hecho geográfico para trucción de éste se relaciona con el hecho de
pasar a realidad política que se debe tomar en que al norte del estado Bolívar se instala la
cuenta. Es dentro de este contexto que se industria básica venezolana (en los 1960s) y
entiende la creación de la Corporación de los productos que salen de sus fábricas deben
Desarrollo del Sur (CODESUR), durante el ser transportados hacia el norte.
Ya desde el siglo XIX los ingleses presiona-
6 Por ejemplo, el gobierno del General J. V. Gómez ron sobre este territorio, sobre todo en su
(1908-1935), decide “acercar” las regiones más aleja-
das de Caracas a través de la construcción de carrete- porción sureste, a través de grupos misioneros
ras. En particular, la decisión de construir la carretera ( a d ventistas). Estas presiones continuaro n
que comunica Ciudad Bolívar (capital del estado durante las primeras décadas del siglo XX. El
Bolívar), pasando por Puerto Ordaz, con Santa Elena
de Uairén se toma en 1934. Sin embargo, no es sino
tradicional abandono de esta parte del terri-
hasta 1989 cuando comienza a ser asfaltada (hoy se torio nacional por parte del estado venezola-
conoce como la Troncal 10).
7 Esta es la época en que se retoman las reclamaciones
sobre el territorio Esequibo con la República de 8 El puente “Angostura” tiene una longitud de 1.678,5
Guyana, las cuales se congelan por decisión de ambos metros de estribo a estribo y cuatro canales de tráfico.
gobiernos al suscribir el llamado Protocolo de Puerto Las impresionantes torres de acero, que soportan el
España, y se retoman problemas con Colombia sobre tendido de los cables, tienen cada una 119 metros de
la delimitación de aguas marinas y submarinas en el altura. Para el momento de la inauguración era el
Golfo de Venezuela; en 1969 se reivindican 44.000 noveno del mundo y el primero de América Latina,
Km2. de territorio a Brasil. en su clase (www.efemeridesvenezolanas.com).

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 37-46
La ocupación de la Amazonía vista desde Venezuela

no se profundiza cuando Venezuela se trans- a la infantería de selva, localizado en la ciudad


forma en país petrolero, ya que este hecho de Boa Vista, capital del estado de Roraima
refuerza su mirada hacia el norte. Sin embar- (Brasil). En estos momentos este pequeño
go, por razones de seguridad el gobierno del centro poblado11 está siendo objeto de fuertes
general Juan Vicente Gómez (décadas inicia- presiones por parte de la población indígena,
les del siglo XX) decide la creación de fuertes ya que se encuentra localizado en una zona
militares, con miras a “preservar” la extensa demarcada como territorio indígena.
frontera sur. En realidad, la creciente presen- La fundación de Santa Elena de Uairén en
cia de misioneros ingleses en estos territorios 1923 es un claro ejemplo del olvido efectivo,
y la importancia estratégica de la producción fuera del papel, por parte del Estado ve n ezo-
de oro y diamantes fueron las causas princi- lano del sur del país. Esta pequeña ciudad fue
pales del interés del gobierno por esta región. fundada por el Lucas Fe r n á n d ez. En 1921,
El territorio sureste del estado Bolívar, cuando Fe r n á n d ez llega por primera vez al
conocido como la Gran Sabana, forma parte lugar donde hoy se emplaza Santa Elena, lo
del Parque Nacional Canaima. Es una exten- hace con apoyo de misioneros ingleses que
sa área de unos 75.000 Km2, con altitudes cuentan con soporte militar. Posteriormente
entre los 700 y los 2800 msnm (Monte (1922), Lucas Fe r n á n d ez se percata que la
Roraima). Por ser parte integral del escudo p resencia inglesa se ha incrementado de
guayanés, su paisaje se caracteriza por colinas manera preocupante y resuelve quedarse. Se
redondeadas y mesas escarpadas, rodeadas de hace amigo de algunos caciques 12 (etnia
superficies tabulares denominadas tepuyes. El Pemón) y decide fundar a Santa Elena como
centro poblado más importante de esta una manera de ocupar este territorio y re i v i n-
región es Santa Elena de Uairén9, capital del dicar así su soberanía para el estado ve n ezo l a-
municipio Gran Sabana. no. Santa Elena está a 1.287 Km de Caracas,
Según información recogida en campo a 729 de Ciudad Bolívar y a 215 de Boa Vista.
(2003), Santa Elena tiene cerca de 20.000 Aun cuando en la actualidad esta zona es
habitantes10. Está localizado a 15 kilómetros muy frecuentada por quienes hacen turismo
de la frontera con Brasil y del centro poblado de aventura, lo que ha significado construir
brasileño más próximo a la frontera llamado toda una red técnica (posadas, campamentos,
Villa Pacaraima, elevado a la condición de carreteras, centros de Internet), que garantice,
capital del municipio Pacaraima, creado en tanto en Santa Elena como en otros puntos
1997. Antes era conocido como BV-8, de la Gran Sabana, que el servicio sea eficien-
haciendo referencia al hito fronterizo con el te, la actividad líder en esta parte del país con-
mismo nombre. En Villa Pacaraima se asien- tinúa siendo la extracción de oro y de dia-
ta el primer pelotón de frontera, subordinado mantes. Existen infinidad de minas explota-
das de forma artesanal tanto en el territorio
9 Esta ciudad es el centro de intercambio comercial más
importante de la frontera sureste de Venezuela; es un 11 Según el censo de 2000 (IBGE), la población total del
centro con características propias de pueblos mineros municipio Pacaraima es de 6.989 y la del centro
y de frontera. Para 1950, no llegaba a los 700 habi- poblado de Villa Pacaraima es de 2.758 habitantes.
tantes (Castillo 2005). 12 También decide casarse con la hija de uno de ellos.
10 Aquí estamos incluyendo a la población indígena que Lucas Fernández tuvo a lo largo de su vida tres muje-
vive tanto en el centro poblado como en sus alrede- res (todas de origen indígena) con quienes tuvo 27
dores. Es oportuno señalar que la población indígena hijos, muchos de los cuales, con sus descendientes,
en Venezuela se censa aparte del resto de la población. aún viven en Santa Elena. De hecho, este relato fue
Los últimos datos que se tienen son del censo indíge- recogido de una de sus nietas: Luisa Mo reno
na de 1992. Fernández.

41
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Delfina Trinca Fighera

venezolano como en el brasileño. Esto ha inversiones nacionales y extranjeras para que


generado numerosos problemas, sobre todo a ejecuten proyectos orientados a integrar esta
partir de los años setenta del siglo pasado, área fronteriza a los mercados globales.
época del auge de la colonización y del garim- La afirmación de la soberanía pasa, en
po en el estado de Roraima13. estos tiempos de globalización, por la ocupa-
A pesar de ello y de los esfuerzos que han ción efectiva de las áreas de frontera, en el
realizado los distintos gobiernos en los últi- entendido de que la misma contribuirá al
mos 50 años para que se incorpore de mane- desarrollo de la población local, pero princi-
ra efectiva al resto del país, esta región se palmente a fortalecer los procesos de integra-
mantiene como una de las más despobladas ción y cooperación tan necesarios para el sub-
de Venezuela. La organización que muestra continente.
este pedazo del territorio venezolano es con-
sistente con el uso que lo ha dominado. Sin
duda que la mirada hacia el norte sigue sien- Brasil y la ocupación de la Amazonia
do muy importante para la vida económica
del país. Pese a esto, en la actualidad se están Brasil, a diferencia de Venezuela, ha manteni-
realizando importantes esfuerzos por mirar do una política relativamente coherente de
hacia el sur. Por ejemplo, la interconexión ocupación de la porción de la región amazó-
eléctrica Venezuela-Brasil permite que la nica sobre la que ejerce soberanía, sobre todo
energía eléctrica llegue a Boa Vista a un costo a partir de los años 1930, cuando el Estado
mucho menor que cuando la misma le era diseña estrategias de intervención con miras a
suministrada por centrales termoeléctricas. El la posesión gradual de la tierra, creando ade-
tendido eléctrico, además de incorporarse más unidades administrativas directamente
como un nuevo elemento (técnico) al paisaje, vinculadas al gobierno central.
también debe favorecer la instalación de fibra Es importante señalar que ya desde la
óptica, lo cual permitirá la transmisión de Colonia el principal motivo para la ocupa-
grandes volúmenes de información. La decla- ción de esta enorme región estuvo asociado a
ración de Santa Elena de Uairén como Puerto factores económicos. Si mirásemos por un
Libre (decreto Nº 3112, 1998), que permitió, momento el período en el cual se planteaba
5 años después (2004), la creación de la llevar la “civilización” a la naturaleza, y cuan-
Aduana Ecológica de Santa Elena de Uairén, do el “progreso” era sinónimo de crecimiento
es otro ejemplo de la materialización del económico y prosperidad, ideas basadas a su
expreso interés de ambos gobiernos por pro- vez en la concepción de que los recursos natu-
piciar cada vez más la integración (Castillo, rales eran infinitos, podemos observar cómo
2005). Con estas medidas se pretende atraer en el caso de la Amazonía, su ocupación era
realizada de manera puntual, en función de la
13 A fines de los años 80, se descubre la presencia de más explotación de algunos productos cuyo valor
de 3.500 garimpeiros en territorio venezolano, los en el mercado internacional así lo justificase.
cuales contaban con toda una infraestructura de En este sentido podemos decir que Brasil
apoyo, del lado brasileño, como pistas de aterrizaje,
carreteras, etc. Como consecuencia del incidente que
tenía una perspectiva geopolítica y estratégica
se generó por el desalojo de los garimpeiros por parte de su condición de país continente ya desde
de la Guardia Nacional venezolana, los gobiernos de los tiempos (inicios del siglo XX) del Barón
ambos países suscribieron un acuerdo para establecer de Río Branco. Esta visión, cuyos orígenes se
la llamada zona “Non Adificandi”, establecida a lo
largo de la línea de frontera, y en la que no podía rea- deben buscar en la concepción que los portu-
lizarse actividades ni obras (Castillo 2005: 60). gueses tenían del denominado Uti possidetis

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La ocupación de la Amazonía vista desde Venezuela

de facto, en contraposición al de los españoles (Costa 2002: 8).


que se adherían al principio Pacta sum servan - A partir de este momento, el conjunto de
da, es la que nos ayuda a comprender por qué proyectos y programas del gobierno conocido
en su política exterior está presente la defensa como Brasil en Acción, vuelve a priorizar el
de la soberanía sobre un determinado territo- modelo volcado al mercado externo, pero sin
rio ocupado de manera efectiva. Este hecho dejar de lado el desarrollo local15. La imple-
permite afirmar que Brasil, a diferencia de los mentación de estos proyectos fue prevista
estados hispanos latinoamericanos, fue cons- para ser llevada a cabo a partir del 2000, en el
truido de acuerdo con la apropiación de tie- marco del Programa Avanza Brasil. Este pro-
rras, teniendo en la conquista territorial un grama tiene como objetivos centrales estimu-
f u e rte elemento de identidad y cohesión lar y asegurar las exportaciones nacionales
social (Castillo 2005: 45). orientadas hacia el norte, y estrechar las rela-
La ocupación de la Amazonia brasileña no ciones con los países suramericanos, con
estuvo al margen de esta concepción que pri- miras a consolidar el MERCOSUR en toda la
vilegiaba, precisamente, la ocupación como América del Sur.
elemento fundamental en el ejercicio de la Es oportuno destacar que en estos
soberanía por parte del Estado. Es así que se momentos, gracias al desarrollo de las técnicas
entiende cómo todos los proyectos previstos y de comunicación e información, las re l a c i o-
ejecutados desde la época de Getulio Vargas nes con los centros de poder tanto nacionales
hasta los actuales momentos favorecen estra- como internacionales no dependen, esencial-
tegias territoriales que han servido para con- mente, de las redes de circulación territoriales
cretar la ocupación de esta región. Así, se han sino de las telecomunicaciones, lo cual signi-
construido o reforzado toda una gama de fica que territorialmente el control de la
redes técnicas14 (vialidad, telecomunicacio- región se realiza de manera selectiva y discon-
nes, ciudades y centrales hidroeléctricas) que tinua, pero de manera mucho más eficiente,
han facilitado completar tanto su apropiación ya que la fluidez del territorio se intensifica al
física como su control (Becker 2001: 137). A aumentar la velocidad y eficacia de los siste-
partir de los años 1990, gracias, entre otras mas de transporte y de comunicaciones.
cosas, a la presión de ambientalistas naciona-
les e internacionales se está proponiendo la El norte de Brasil y su ocupación
formación de grandes corredores ecológicos
para la protección ambiental. De igual mane- La ocupación del norte de Brasil se remonta
ra, el estado brasileño revisa conceptual y téc- al siglo XVIII, cuando los portugueses llegan
nicamente sus políticas territoriales en fun- a tierras aledañas al río Branco y sus afluentes.
ción tanto de retomar las actividades vincula-
das con la planificación como de las nuevas
15 En este caso, se diseñan un conjunto de proyectos de
exigencias de la sociedad civil que requieren protección ambiental. Entre ellos está el Programa
que el gobierno asuma posturas acordes con Piloto para la Protección de las Selvas Tropicales
sus acciones: descentralizada, flexible, abierta Brasileñas, financiado por la Unión Europea, Canadá,
Francia, Alemania, Italia, Japón, Estados Unidos y el
a las asociaciones y técnicamente avanzada Reino Unido. También está el SIPAM/SIVAM, gigan-
tesco proyecto para el control de la Amazonia basado
14 Por ejemplo, entre 1966 y 1985 se construyeron cerc a en tecnología de punta. Después están proyectos
de 12.000 Km. de carreteras y un sistema de comuni- directamente asociados con la biodiversidad y el clima
cación vía microondas que permitió difundir los valores como por ejemplo el PROBEM (Programa Brasileño
de la sociedad brasileña por la TV; también se instaló de Ecología Molecular de la Bi o d i versidad
una red telefónica muy eficiente. (Becker 2001: 138). Amazónica) (Cfr. Becker 2001:145).

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Delfina Trinca Fighera

La colonización del estado de Roraima se pre- que trascienden la esfera estatal18.


cipita con la creación del Territorio Federal En estos momentos Roraima es un estado
do Rio Branco16 en 1943. Antes de esa fecha con una población que muestra incrementos
no eran muchos los centros poblados que sostenidos, sobre todo a partir de la década de
podían ser considerados como tales; de ellos 1980, cuando pasa de cerca de 80.000 habi-
sobresale Boa Vista17. tantes a los 324.327 que registró para el censo
Los proyectos colonizadores de naturalez a del 2000. A pesar de esto y de la política de
agrícola fueron el estandarte de la ocupación quienes dirigen este estado fronterizo, que
del estado de Roraima. A partir de 1970 y apunta a continuar con el proceso coloniza-
bajo la consigna de la tierra sin hombres para dor, Roraima continúa siendo un estado rela-
los hombres sin tierra, y en el marco del pro- t i vamente despoblado y con importantes
grama Polamazonia, se impulsan proyectos áreas de selva no intervenida.
destinados a incrementar la presencia humana
en las regiones de frontera, con el expreso
objetivo de integrarlas al conjunto nacional Conclusiones
(Droulers y Le Tourneau 2001:565-568). La
c o n s t rucción de carreteras fue una parte esen- Hasta hace pocas décadas la región sur de
cial para consolidar este pro c e s o. La conocida Venezuela se caracterizaba por un uso que era
BR-174, que conecta a Boa Vista con Manaus acorde con el poco interés que el Estado mos-
(785 Km) es un claro ejemplo de lo señalado. traba por tan lejano territorio. De hecho, su
Sin embargo, el estado central, como parte organización era un fiel reflejo de esto: la
de su política de afianzar la soberanía sobre escasa presencia de población –incluyendo a
los territorios ocupados, mucho más en los la indígena- tenía su contraparte en que exis-
fronterizos, mantiene el control directo sobre tían pocos centros poblados, los cuales se
algunas áreas. Esta política se “suaviza” un encontraban dispersos y aislados. La pavi-
poco después de finalizados los gobiernos de mentación de la carretera que comunica a
corte militar (1985), pero en los hechos el Santa Elena de Uairén con Ciudad Bolívar,
gobierno federal mantiene el control sobre las pasando por Puerto Ordaz, conocida como la
tierras situadas a menos de 150 Km. de la TO-10, propicia progresivamente cambios
frontera, así como sobre un corredor de 200 importantes en la ocupación de esta región;
Km. de ancho a lo largo de las carreteras fede- sin embargo, la actividad minera fue –y sigue
rales abiertas en la Amazonia, lo que significa siendo- un factor fundamental para entender
que buena parte del territorio del estado de tanto el uso de este territorio como sus trans-
Roraima está controlado por instituciones formaciones
Para el norte de Brasil, por el contrario, el
uso de este territorio estaba en consonancia
16 Hasta 1943, el territorio del estado de Roraima for-
maba parte del estado de Amazonas (Veras
1999:178). Es sólo en 1988 cuando pasa a la condi- 18 Roraima tiene una superficie aproximada de 225.116
ción de estado de la Unión. Km2; de éstos, 178.740 (77,7%) están controlados
17 Según el Instituto Br a s i l e i ro de Geografia e por diferentes instituciones federales (Droulers y Le
Estadística (IBGE 2002), para el censo del 2000, el Tourneau 2001:568). Resalta el porcentaje (39%) de
municipio Boa Vista concentraba 200.568 habitan- las tierras controladas por la Fundação Nacional do
tes, lo que representa el 61,8% del total del estado de Indio (FUNAI). En este estado, la demarcación de las
Roraima (324.397), siendo que sólo Boa Vista tenía tierras indígenas -muy ricas en recursos minerales y
un total de 197.098 habitantes. Para 1950, Boa Vista forestales- ha generado conflictos, incluso violentos,
escasamente sobrepasaba los 5000 habitantes, sobre entre su preservación y los intereses económicos y
un total de 18.116 que tenía todo el estado. políticos locales.

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La ocupación de la Amazonía vista desde Venezuela

con las necesidades de impulsar el desarrollo una expresión territorial en términos de uso.
en el entendido de que la Amazonia era el La modernidad que nos identifica en estos
gran “reservorio” para alcanzar este objetivo momentos ha hecho que nuestra visión del
social. La ocupación de que fue objeto esta mundo cambie. Este cambio involucra estar
región desde mediados del siglo pasado no conscientes de que pasamos de un acto “civi-
hace más que reafirmar lo señalado. Sólo lizatorio” a uno “protector” de la Amazonia.
basta mirar los miles de kilómetros de carre- Pasamos de verla como algo infinito a algo
teras construidos, redes de telecomunicacio- finito y frágil. Ya la se incorporó a la “civiliza-
nes, centros poblados que se consolidan ante ción”, pero a un costo muy elevado. Las gene-
la llegada de los que perseguían el sueño de raciones futuras necesitan de la Amazonia,
tener tierra propia. pero esta necesidad no puede significar pro-
Las necesidades del mundo de nuestros fundizar su deterioro. Parece impostergable
días ayudan a entender el interés que los que lo ambiental debe ser incorporado en los
gobiernos actuales de Venezuela y Brasil tie- análisis, pero aceptando el hecho de que no
nen en impulsar procesos de integración, en existe un exterior humano, aceptando que la
particular con el Caribe que es un mercado relación con la naturaleza debe ser de respeto.
muy atractivo para los productos de la Zona Su necesaria explotación no nos coloca fuera
Franca de Manaus y la vía natural para llegar de ella, sólo nos define como una cultura par-
a él es a través de la frontera sureste de ticular.
Venezuela. Para Venezuela, el norte de Brasil
también se constituye en un mercado atracti-
vo y poco explorado. Bibliografia
Las decisiones de ambos gobiernos de for-
talecer sus vínculos en esta área ha traído Becker, Bertha, 2001, “Revisão das políticas
cambios importantes que se traducen en nue- de ocupação da Amazônia: é possível
vas formas de utilizar el territorio (tendido identificar modelos para pro j e t a r
eléctrico, surgimiento de grupos de viviendas cenários?”, en Pa rcerias Es t ra t é g i c a s,
a lo largo de la TO-10 / BR-174, nuevos usos número 12, p. 135-159.
urbanos -ciudad de Santa Elena de Uairén- Castillo, Diana, 2005, Influencia de las políti -
asociados con la actividad turística). cas de estado en el proceso de ocupación espa -
No sabemos con certeza cuál podrá ser el cial: eje Santa Elena de Uairén (Venezuela)
costo ambiental de la decisión integracionista – Villa Pacaraima (Brasil), Universidad de
de los gobiernos de Brasil y Venezuela; lo más Los Andes, Escuela de Geografía, Trabajo
esperable es que aumenten los impactos, por Especial de Grado, Mérida-Venezuela,
lo menos, del tendido eléctrico, ya que su (inédito).
presencia podría facilitar el incremento de la Costa, Wanderley Messias da 2002, Desafios
actividad minera, turística y de explotación da mundialização e as dinâmicas regionais
maderera a gran escala, con lo cual se reduci- no Brasil e na América do Sul, proyecto en
ría el área boscosa con los consecuentes el marco del Programa de Cooperación
daños, a mediano plazo y entre otras cosas, de C A PES/COFECUB. De p a rtamento de
las fuentes de agua. El problema indígena es Geografia, Faculdade de Filosofia, Letras e
otro al que hay que mirar, por cuanto todo el Ciências Humanas, USP, (inédito).
proceso que se está desarrollando en este Droulers, Martine et Le Tourneau, François-
territorio, toca de manera particular formas Michel, 2001, “La colonisation agricole en
seculares de vida, las cuales también tienen Roraima : anciennes configurations et nou -

45
ÍCONOS 25, 2006, pp. 37-46
Delfina Trinca Fighera

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46
ÍCONOS 25, 2006, pp. 37-46
Mercado y medio ambiente:
el caso de la soya en la Amazonía brasileña
Richard Pasquis
Agrónomo y Doctor en Geografía (Paris VII, Francia).
Profesor invitado del Centro de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Brasilia, Brasil

Email: pasquis@cirad.fr

Fecha de recepción: diciembre 2005


Fecha de aceptación y versión final: febrero 2006

Resumen
El actual proceso de mundialización pone en competencia directa a todos los países en el mer-
cado internacional, colocando así la competitividad como el principal desafío de las regiones
productoras de commodities y externalizando los costos ambientales y sociales. En el caso del
mercado de la soya, Brasil ha iniciado un proceso de gran envergadura para ocupar tierras ama-
zónicas ya que estas presentan condiciones favorables a la expansión del agribusiness (“negocio
agrícola”). Los numerosos impactos ambientales ya registrados ponen en peligro la competiti-
vidad no sólo de la agricultura de la región amazónica sino también de las otras regiones agrí-
colas del país.

Palabras clave: mundialización, soya, Amazonía brasileña, impactos ambientales

Abstract
The ongoing process of globalization increases competition between all countries in the inter-
national market. Competitiveness becomes the main challenge for commodities-producing
regions without concern for social and environmental externalities. In the case of soy markets,
Brazil initiated a process of Amazonian land occupation due to their favorable conditions for
the growth of agribusiness extension. In addition to the great number of negative environ-
mental consequences already registered, competitiveness is beginning to decline not only for
the Amazonian region but also for surrounding agricultural areas.

Keywords: Globalization, soy, Brazilian Amazon, environmental impacts

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 24, Quito, mayo 2006, pp. 47-56
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Richard Pasquis

s oya en las exportaciones brasileñas y la

L
os procesos de integración territorial y
de explotación que ha soportado la influencia de su dinámica territorial en el
región amazónica desde la década de proceso de ocupación de la re g i ó n
1960, y que no ha considerado sus amazônica, plantean una serie de cues-
especificidades sociales o naturales, han tionamientos; estos van desde su viabilidad
promovido la privatización de varios bienes económica hasta sus perjuicios sobre la
comunes de la región. En la última década, a sociedad brasileña, pasando por sus impac-
fin de facilitar la ocupación económica, fue tos ambientales.
aplicada toda una estrategia “liberalizadora”
que alteró las funciones del territorio,
asegurando así una mayor fluidez y Mundializacion, mercado
permeabilidad de esas intervenciones. Esto se internacional y competitividad
ha traducido en una serie de prácticas
productivas y acciones que llevaron, entre Mundialización y mercado de la soya
otras cosas, a una tasa media anual de
d e f o restación de 17.000 km? aproxima- La mundialización económica no sólo acelera
damente. y amplía los movimientos de bienes, perso-
En particular la soya y en general las nas, informaciones y capitales, sino que ade-
commodities, se convirtieron súbitamente en más introduce cambios en las estructuras ins-
el principal motor económico de este titucionales que los regulan y en los territo-
proceso, dinamizado ampliamente por la rios, poniéndolos así en competencia directa
actual globalización de la economía que en el mercado internacional.
favorece aún más la expansión de produc- Como consecuencia del colapso en los meca-
ciones agrícolas altamente capitalizadas. nismos de regulación nacional e internacio-
Las dinámicas territoriales en la nal de la economía, las agroindustrias trans-
A m a zonía Legal1 reflejan bien estos cambios nacionales pasaron a dominar el mercado de
(inducidos tanto por las estrategias de los estos productos, transformando tambien la
grandes pro d u c t o res como por las agricultura tradicional en áreas de su influen-
multinacionales) orientados hacia contro l a r cia tanto en los países centrales como perifé-
el merc a d o. La creciente importancia de la ricos, y forzando a los estados centrales a
redefinir sus políticas públicas (de la re g u l a-
ción y protección de sus mercados a la asimi-
lación de nuevos principios de organización
espacial del comercio global) (Pasquis,
2004). En general, puede afirmarse que los
p a t rones de ocupación del espacio guard a n
relación con los ciclos de los productos de
mayor peso, tanto en las pautas de export a-
ción (a través de la expansión de la fro n t e r a

1 La Amazonia Legal fue creada en agosto de 1953 (ley


1806) como área objeto de intervención para políticas
económico-regionales. Reúne los estados de la región
norte: Ac re, Amapá, Amazonas, Pará, Rondonia,
Roraima, Tocantins, Mato Grosso y la parte del
Maranhão situada al oeste del meridiano 40°W.

48
ÍCONOS 25, 2006, pp. 47-56
Mercado y medio ambiente: el caso de la soya en la Amazonía brasileña

de los recursos) como en la incorporación de Figura 1


tierras de cultivo. Evolución de la participación de los tres principales
En el caso del mercado de la soya, bajo ese países productores de soya en el mercado interna-
esquema se encuentran compitiendo varios cional en porcentaje
países, a fin de conservar o adquirir la mayor
parte de un mercado promisorio. La creciente
demanda de Asia y más específicamente la
e volución de consumo en China, nos
mostraría que la demanda parece no tener
límites. Después de Estados Unidos, Brasil es
el principal productor de soya, pero mientras
Estados Unidos está perdiendo su hege-
monía, Brasil y Argentina elevan de manera
veloz su participación en el mercado inter-
nacional (Figura 1).
Los subsidios que el gobierno norte-ame-
ricano paga a los productores de su país,
logran que el precio internacional se manten-
ga alrededor de la mitad, reduciendo de
forma drástica el margen bruto de los pro-
ductores de otros países (Galinkin 2002). Figura 2
Frente a tal situación, la única salida evi- Evolución de los rendimientos de soya en Brasil,
dente seria la búsqueda de formas más com- (1961-2004)
petitivas de producción. Considerando el
“agro-negocio” como el líder de las exporta-
ciones brasileñas, y la soya como su producto
principal, se realizó un esfuerzo público
importante para de lograr ventajas competiti-
vas, se invirtió continuamente en estrategias
adecuadas destinadas a los actores privados,
así como también se pusieron en disponibili-
dad un conjunto de servicios públicos en
investigación, infraestructura de almacena-
miento y transportes.

Competitividad: tierras amazónicas baratas competitivas (amplias extensiones de tierra a


y productividad bajo costo, a veces tierras “vírgenes”, otras ya
desmatadas, una frontera agrícola muy diná-
La respuesta del complejo brasileño de soya se mica). A fin de facilitar este movimiento e
hizo combinando la reducción de los costos incorporar potencialmente a la producción
de producción, el incremento de la producti- más del 20% de su territorio, el gobierno bra-
vidad y la externalización de los costos sileño invirtió en un paquete tecnológico del
ambientales y sociales. Así la “Amazonía tipo “revolución verde”, que fue adaptado por
Legal” se convirtió en el blanco privilegiado Embrapa (Empresa brasileña de investigación
de este proceso, pues ofrece varias ventajas agropecuaria).

49
ÍCONOS 25, 2006, pp. 47-56
Richard Pasquis

Figura 3 Samambaia, Tracajá y Boa Vista, presentan


Evolución de las áreas plantadas con soya en cuatro estados un rendimiento (3.700–3.870 kg/ha) supe-
de la Amazonía Legal rior a la media nacional (2.700 kg/ha), lo que
demuestra el importante esfuerzo público en
la generación de tecnología adaptada a la
región amazónica (Embrapa 1999).
Por otro lado, el sector privado con la
Fundación Mato Grosso y las empresas
Monsanto e Pioneer invierten de manera
importante en la investigación (aproxima-
damente un billón de dólares anuales). Puede
estimarse que las seis más grandes empresas
agroindustriales invierten por lo menos US$
4 billones anuales en la investigación y
desarrollo de productos. Sin embargo, esta
tecnología pos-Revolución Verde no deja de
preocupar ya sea en términos de viabilidad
productiva a mediano y largo plazo, o en tér-
minos de impacto ambiental (Kaimowitz-
Figura 4 Smith 1999).
Evolución de la producción de soya en Brasil y
en Mato Grosso

La progresión del complejo de


la soya en la Amazonía Legal

La progresión acelerada de la soya

Motivado por el incremento de la demanda


(principalmente internacional), el cultivo de
soya empezó a extenderse con más vigor sobre
todo en la segunda mitad de los años 1970.
Este producto se convirtió en uno de los cul-
tivos que más progresó en el Brasil a lo largo
de los últimos veinte años. La progresión de
los cultivos hacia el norte es de más de dos
De la misma manera, la creación de mil kilómetros. Durante la ultima decada el
Embrapa-soya en 1975 y de sus centros regio- incremento nacional de la superficie planta-
nales de investigación en la Amazonía Legal2 da de soya era del 3.3%, pero en Mato Grosso
con programas de experimentación en soya, ya era del 7% y en los estados amazonicos de
permitieron mejorar constantemente los ren- Tocantins, Rondonia, Para y Amazonas llega-
dimientos (Figura 2). Cu l t i vares BRS ba ya al 11% (Figura 3).
En 1990 el estado de Mato Grosso ya era
el tercer productor a nivel nacional con casi
2 Amazônia Oriental, Amazônia Occidental, Ac re ,
Rondônia, Roraima, Estación Experimental de 1,6 millones de hectáreas plantadas. En el
Balsas-Maranhão. mismo año, las áreas de fuerte concentración

50
ÍCONOS 25, 2006, pp. 47-56
Mercado y medio ambiente: el caso de la soya en la Amazonía brasileña

de soya formaban ya una región coherente en perpetuando el proceso de deforestación y el


las áreas del Cerrado del centro del país avance de la frontera agrícola (Bickel-Dros
(Pasquis et al., 2001). Actualmente Mato 2003). Para ellos, la lógica de ocupación del
Grosso es el primer productor con mas de 5 espacio predomina sobre las cuestiones de
millones de hectáreas (Figura 4). largo plazo, dando en general poca importan-
Aún cuando la demanda de soya siguiese cia a los aspectos socio-ambientales
creciendo, Brasil tiene las condiciones de (Bertrand, Pasquis et.al. 2004).
atenderla gracias a las tierras de la Amazonía
Legal, donde existen condiciones favorables Impacto ambiental y socioeconómico
para la expansión de este cultivo tanto en las
áreas del Cerrado o en las de transición Aunque el enorme esfuerzo tecnológico per-
Cerrado-selva, así como en tierras ya defores- mitió colonizar áreas inhóspitas del Cerrado,
tadas y degradadas por la ganadería extensiva el potencial agrícola de la Amazonía Legal es
(Rezende 2002). relativamente re d u c i d o. Es muy probable
además que la mayor parte de las tierras aptas
El complejo de la soya al uso agrícola hayan sido ya colonizadas.
Según un estudio reciente (Schneider et.al.
La llegada de la soya a la Amazonía Legal se 2000), sólo 7% de la Amazonía Legal presen-
caracteriza por una continua y espectacular taría un buen potencial agrícola, o sea sólo
progresión y consolidación del complejo de 350.000 km?
granos (soya, arroz, girasol, sorgo y mijo). Pese a que las variedades actuales no per-
Dicho complejo se caracteriza también por miten aún que la soya llegue a transgredir los
un importante crecimiento de la productivi- límites ecológicos y sobre todo climáticos3, la
dad, una reciente implantación de procesos expansión está ocurriendo, no sólo en los
de transformación agro-industrial y la adop- estados amazónicos con grandes áreas de
ción de tecnologías intensivas en la siembra Cerrado (como Mato Grosso, Tocantins,
(siembra directa). Todo ello, con un uso cada Roraima y Maranhão), sino también en los
vez mayor de fertilizantes y de productos de estados con predominancia de selvas tropica-
tratamiento y mecanización. El principal les como Rondônia, Pará y Amazonas. Un
objetivo de este complejo es aumentar el número importante de productores están ins-
volumen de la producción brasileña de soya talando grandes áreas de soya en el ecosistema
en el mercado internacional. del bosque húmedo, sin tomar en cuenta el
Desde punto de vista económico, político eventual impacto ambiental negativo, y la
y “científico”, el complejo está fuertemente posible pérdida de ventajas competitivas, en
concentrado en manos de algunas empresas relación con las tradicionales áreas del
multinacionales, las que hacen que los pro- Cerrado, lo que convierte este sistema agríco-
ductores se transformen en meros prestadores la en insostenible ecológica, social e económi-
de servicios o “empleados terciarizados, sin camente. La producción de soya, en general,
ninguna garantía” (Galinkin 2002). Entre la causa actualmente en el Brasil una gran
caída del valor del producto final y el aumen- devastación en términos ambientales (ver el
to permanente del costo de los insumos, los
productores son continuamente forzados a 3 Embrapa lanzó, recientemente, nuevos cultivos de
disminuir sus costos y a buscar tierras más soya para sembrar en los estados de Pará, con el obje-
tivo incentivar la producción en esta región. Nuevas
baratas y más productivas, a veces en regiones variedades están siendo adaptadas actualmente a los
cada vez más alejadas o en áreas de bosque, 1.800 y 2.200 mm de lluvias anuales.

51
ÍCONOS 25, 2006, pp. 47-56
Richard Pasquis

anexo: “Árbol de impactos”, al final del artí- que galería para secar la soya produce impac-
culo). tos que no son evaluados (Bertrand, Pasquis
et.al. 2004).
Los impactos del sistema de cultivo
Infraestructura y deforestación
El incremento de la productividad se obtiene
gracias a un paquete tecnológico de uso El uso más intensivo de las tierras amazónicas
i n t e n s i vo de insumos y herbicidas. Éste toma depende del desarrollo de la infraestructura
a la naturaleza como un simple insumo que, en el transporte para viabilizar la venta de la
una vez agotado, es reemplazado por otro. producción. Con este objetivo en mente,
Así, el sostén de la productividad y de la todos los actores se movilizaron para resolver
competitividad depende de la cantidad de la situación, ya que los costos de transporte
insumos usados. En las grandes parc e l a s son la clave para una mayor competitividad
escogidas para reducir los costos de produc- internacional. Por ello, en la Amazonía Legal
ción (cuyas dimensiones pueden alcanzar el tema de la construcción de carreteras siem-
hasta 20 mil hectáreas continuas de soya en pre se traduce en un nuevo estímulo a la defo-
el centro-oeste), las asperciones se realizan en restación.
avión, contaminando suelos y cursos de agua Un estudio reciente muestra que 187.500
(Bi c k e l - Dros 2003). Por el momento no km2 de bosques serían afectados por la cons-
existen datos suficientes ni precisos sobre este trucción o revestimiento de carreteras pro-
p roceso, pero como la tendencia de los pro- puestas en los diferentes planes de desarrollo
d u c t o res es de sobre d o s i f i c a r, el riesgo es pro- regional, tomando una zona de influencia de
bablemente muy alto. En las regiones pro- 50km de cada lado de ellas (Laurance et.al.
ductoras del Estado de Mato Grosso, aunque 2001).
el bosque galería está oficialmente pro t e g i d o Apesar de que las causas de la deforesta-
y las técnicas de cero labranza son utilizadas cion en la Amazonía son diversas, es evidente
en casi toda la región, se manifiestan nume- que las principales son la expansión de la
rosos problemas ambientales, generados por frontera agropecuaria y -más recientemente-
la intensificación del monocultivo de la soy a : la de la soya. Sintomáticamente, la cosecha
e rosión de los suelos, agotamiento y eutro f i- brasileña de soya de 2002, llegó a sus niveles
zación de los ríos (Neill 2004), pérdida gra- record de 50 millones de toneladas, y los
dual de la fertilidad de los suelos, etc. La índices de deforestacion llegaron paralela-
aplicación de herbicidas en la técnica del mente a su segunda tasa más elevada desde los
plantío directo, el drenaje de suelos hidro- años 1990, con 25.500 km?. Ya sea directa-
mórficos y la aplicación intensiva de fert i l i- mente, con la instalación de nuevas parcelas,
zantes y agroquímicos se suman a los ante- o indirectamente con la construcción de
riormente señalados. infraestructuras y/o propiciando el desplaza-
El número de dispositivos de riego con miento de la ganadería extensiva hacia el
pívotes-centrales fue multiplicado por seis a norte, el cultivo de la soya se ha vuelto uno de
lo largo del año 2003, sin respetar las normas los principales factores de deforestación. La
de licenciamiento ambiental y, consecuente- desaparición del bosque amazónico plantea
mente, sin los estudios de los probables un problema grave, ya que casi toda la agri-
impactos del uso del agua de los manantiales cultura brasileña depende de su manteni-
y de los riesgos de salinización. De la misma miento y de su papel de regulación de las llu-
manera, el uso de leña proveniente del bos- vias en el centro-oeste y sudeste del país. Sin

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Mercado y medio ambiente: el caso de la soya en la Amazonía brasileña

bosque, las principales regiones agrícolas del Impacto sobre el ciclo de carbono
Brasil se volverán demasiado áridas para la
producción de granos. También la deforestación y la sustitución de
la cobertura vegetal por cultivos tienen un
Impacto sobre el clima fuerte impacto en términos de liberación de
carbono bajo la forma de CO? (Brenoux
La deforestación y la siembra de soya modifi- 2001). En las áreas cultivadas, el manejo del
can el ciclo radiactivo del agua y el carbono suelo tiene impacto decisivo sobre el stock de
(Figura 5). Resultados de la modelización o de carbono orgánico (SOC) ya que la mayor
mediciones realizadas por importantes pro g r a- parte se encuentra en el primer metro de la
mas internacionales como el LBA superficie, como resultado de los aportes de
(Experimento de Grande Escala de Interação materia orgánica de los cultivos, de los insu-
Biosfera Atmosfera na Amazo n i a ), muestran un mos orgánicos y de las perdidas por descom-
incremento de las temperaturas medias en la posición y mineralización de la materia orgá-
s u p e rficie de los suelos, la disminución de la nica con liberación de CO? en la atmósfera y
e vapotranspiración y de las precipitaciones erosión del suelo (Bernoux 1998). Por otro
anuales, además de la modificación de las con- lado, el secuestro de carbono depende no
diciones generales de circulación atmosféricas solamente de factores específicos del suelo,
en las regiones deforestadas (Nobre 2004). sino también de las técnicas de cultivo.
Posiblemente tiene también un impacto
sobre el abastecimiento en agua del sudoeste Liberación de carbono según el uso del suelo
amazónico y de las regiones vecinas. Por su Actividad Carbono liberado (t/ha)
posición sobre el trayecto del flujo de monzo-
Explotación forestal 29
nes sur-americanos (que transporta agua
desde el Atlántico tropical norte hacia el Ganadería 168
Brasil central, por un lado, y hacia la región Agricultura 137
del Plata por el otro), el SW de la Cuenca Fuente: Almeida y Uhl (1998)
Amazónica juega un papel fundamental sobre
la cantidad del abastecimiento en agua de
estas regiones (Ronchail et.al. 2002). De la
misma manera, pueden esperarse algunos Impacto sobre el ciclo del agua
cambios drásticos en las amplitudes térmicas,
diurnas y estacionales, relacionadas con la Las grandes parcelas de monocultivos tienen
d e f o restación. Probablemente también se fuerte impacto sobre el ciclo natural de las
confirmará el impacto sobre las olas frías de aguas: respecto de la calidad y la disponibili-
invierno relacionadas con las advecciones de dad de éstas y en la recarga de los mantos fre-
aire polar frecuentes en esta parte de la áticos y acuíferos. La repercusión de esta
Cuenca Amazónica (Ronchail 1989). interferencia alcanza prácticamente a todo el
Temperaturas máximas más elevadas y míni- país, y llega además a los otros países del
mas más bajas podrían tener consecuente- Cono Sur, en la medida que el Cerrado guar-
mente impacto sobre la biodiversidad. da las fuentes que alimentan y forman los
grandes ríos de las cuencas del Amazonas, del
São Francisco y del río de la Plata (Ronchail
et.al. 2004). Aunque este tema sea todavía
poco estudiado, es muy probable que se de

53
ÍCONOS 25, 2006, pp. 47-56
Richard Pasquis

un fuerte incremento de las corrientes de Conclusión


agua de las crecientes y de los procesos de ero-
sión-sedimentación, además de una disminu- Considerando los estímulos del mercado y las
ción de la cantidad de agua en el sub-suelo. exigencias de la macroeconomía de las cuentas
Dichas modificaciones son particularmente externas, la expansión actual de la soya en la
importantes para la renovación de los stocks región amazónica precisa una reflexión a par-
de agua sub-terránea, para el abastecimiento tir de un conjunto amplio de condiciones. Tal
en agua de riego, así como del transporte flu- reflexión deberá ser tomada en cuenta pos los
vial de personas y mercancías, sobre todo por- proyectos privados, los programas públicos,
que las cosechas se realizan en los periodos de los compromisos ambientales y sociales, todos
aguas bajas. ellos concebidos a partir de las peculiaridades
de la región Amazónica, y considerando los
Impacto sobre la biodiversidad avances tecnológicos capaces de producir en la
A m a zonía, pero no necesariamente de forma
El principal impacto de la deforestación se sostenible. En este veloz avance de la frontera
presenta, sin lugar a dudas, sobre la biodiver- agrícola, son ignorados varios costos. Además
sidad (Pasquis, Bouamrame 2002): consiste de que, por otro lado, existen otros costos que
en pasar de una biomasa de 300 a 500 t/ha son “externalizados” y lucros obtenidos que
repartidos en un ecosistema boscoso comple- son, a su vez, privatizados.
jo y estratificado a un slo desnudo. Los bos- Comparando las proyecciones de una
ques secundarios tampoco presentan más de expansión cada vez más fuerte de los cultivos,
35 % de las especies del bosque. El bosque y el limitado potencial agropecuario de la
situado en un radio de 100 metros alrededor región amazónica, no sería extraño que el
de manchas de deforestación, pierde en los impacto ya observado se agrave y que conse-
diez a veinte años posteriores hasta 36% de su cuentemente se llegue a un colapso, amena-
biomasa. Este efecto, llamado “efecto de lími- zando no sólo las ventajas competitivas
te” se caracteriza por el aumento de la morta- adquiridas con enorme sacrifico, sino tam-
lidad de los árboles (causado esencialmente bién poniendo en peligro la competitividad
por los cambios microclimáticos y los vientos internacional del complejo brasileño de la
más fuertes que acompañan la deforestación). soya. Frente al contexto contradictorio de las
El impacto del avance de la soya sobre la bio- dinámicas globales del comercio internacio-
diversidad no se limita a la biodiversidad nal, el proteccionismo de los países del pri-
espontánea, sino que afecta también a los sis- mer mundo, el gran poder de las empresas
temas tradicionales de gestión de los recursos multinacionales (que controlan el precio final
naturales y la agro b i o d i versidad. Au n q u e de los productos), las restricciones estructura-
existan pocos estudios sobre el impacto de los les en la economiza brasileña, los proyectos
sistemas agrícolas tradicionales, en el Mato estaduales y las debilidades del sector ambien-
Grosso se puso en evidencia la importancia tal, la viabilidad del sector agropecuario bra-
de la gestión de la diversidad local por parte sileño, en su conjunto, está en juego. En estas
de las poblaciones tradicionales (Emperaire condiciones tendrían que ser consideradas
2001). Los cambios de los sistemas agrícolas dos opciones de forma concreta: a) una, des-
locales afectan también los recursos filogené- tinada a la intensificación del uso de los
ticos relacionados. 631.000 km? de tierras ya deforestadas y b)
otra, cuyo objetivo sería declarar una morato-
ria para la selva amazónica en pie.

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Mercado y medio ambiente: el caso de la soya en la Amazonía brasileña

Anexo 1
Árbol de impactos

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 47-56
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56
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Representaciones de la naturaleza en la Amazonía
ecuatoriana: ¿subsistencia local o conservación global?
Francisco Neira Brito
Biólogo. Master en Ciencias Ambientales (Universidad de Québec, Montreal). Profesor e
Investigador de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Internacional SEK-
Ecuador

Email: neira.francisco@courrier.uqam.ca

Fecha de recepción: diciembre 2005


Fecha de aceptación y versión final: marzo 2006

Resumen
Se analizan multidisciplinariamente las representaciones que tienen de la naturaleza las culturas
nativas y la cultura occidental en el ámbito geográfico de la Amazonía ecuatoriana. Esta dinámica
socioambiental no ha sido aprehendida con claridad; en consecuencia, la gestión ambiental en la
región no sólo no es eficaz, sino que tampoco goza de legitimidad. Para las poblaciones autóctonas,
la naturaleza trasciende su valor intrínseco y sus usos constituyen la base de sus economías de sub-
sistencia. En Occidente predomina una visión mercantilista de la naturaleza confrontada, a su vez,
por un enfoque biocentrista que le confiere valores intrínsecos. El objetivo del artículo es profun-
dizar el diálogo entre estas dos visiones durante el diseño y ejecución de políticas ambientales cohe-
rentes con la complejidad existente. Se aportarán además conceptos que permitan responder a una
pregunta clave: ¿es posible para los habitantes amazónicos mantener sus niveles de uso de la natu-
raleza a largo plazo en el contexto de una globalización que también tiene matices verdes?

Palabras clave: representaciones de la naturaleza, multidisciplinariedad, Amazonía ecuatoriana, sub-


sistencia, conservación, globalización, sostenibilidad, Ecuador

Abstract
Native and western cultural representations of nature are analyzed in a multidisciplinary perspec-
tive in the geographic context of the Ecuadorian Amazonia. This social and environmental dynam-
ic has not been clearly understood, and the environmental management is neither efficient nor con-
sidered legitimate. For indigenous people nature transcends its intrinsic value and its uses are the
basis of their economic subsistence. For Western civilization, a mercantilist vision of nature prevails.
This vision is confronted, at the same time, by a biocentric approach that confers certain intrinsic
values. The goal of this article is to expand the dialogue between these two visions in the process of
designing and executing a coherent environmental policy within the existing complexity. Moreover,
some concepts will be brought to answer one key question: Is it possible for Amazonian inhabitants
to maintain their levels of natural resource use in a long term period considering globalization with-
in a context of environmental concern?

Keywords: Representation of Nature, Multidisciplinarity, Ecuadorian Amazonia, Subsistence, con-


servation, globalization, sustainability, Ecuador

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 57-65
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Francisco Neira Brito

diálogo entre estas dos visiones esperando

E
timológicamente, el vocablo “n a t u r a-
l ez a” proviene del latín natura, es contribuir al diseño y ejecución de políticas
decir, “al nacimiento de algo”. En fun- ambientales coherentes con la complejidad
ción de esta etimología los diccionarios re c o- existente. Se aportarán además conceptos que
gen dos definiciones de naturaleza: la primera permitan responder a una pregunta clave: ¿Es
da cuenta de la esencia íntima de un ser; la posible para los habitantes amazónicos man-
segunda, del mundo físico entendido como el tener sus niveles de uso de la naturaleza a
conjunto de todo lo que existe al margen de la largo plazo en el contexto de una globaliza-
voluntad del hombre, y que no ha sido afecta- ción que también tiene matices verdes?
do por su acción. Sin embargo, la interpre t a- Se comenzará especificando lo que se
ción de lo que ella representa y, por lo tanto, entiende por cultura autóctona, así como las
de su uso o abuso, dependen de cómo se la características de la cultura occidental. Según
perciba en los diferentes entornos culturales. Moreno (1996:26), la sobrevivencia de las
Salazar (1996:37) define a la cultura como culturas nativas latinoamericanas se basa en el
un conjunto de elementos funcionalmente desarrollo de una agricultura hidráulica y en
relacionados que incluye artefactos materiales una ideología de comunidades autosuficien-
y patrones de organización social e ideológica tes, con propiedad comunal sobre la tierra, en
de los que se vale el ser humano para adap- la que el Estado organiza y dirige los trabajos
tarse al medio ambiente. Weber y Revéret públicos de interés general, para extraer de
(1993) afirman que las representaciones de la ella un plus-producto. En cambio, la cultura
naturaleza constituyen la proyección de las occidental, según Spielvogel (1998), se desa-
reglas de organización y de las categorías rrolló durante la mayor parte de su historia en
mentales de cada grupo humano sobre su Europa; la propagación de los europeos gene-
ambiente. La cultura generaría, entonces, ró la aparición de brotes de ella en otras par-
diversos estilos étnicos de percepción y apro- tes del mundo. La ciencia desempeñó un
piación, prácticas de manejo de los ecosiste- papel crucial en su evolución, llevándola a
mas y prácticas culturales de uso y consumo partir del renacimiento a una comprensión
de la naturaleza (Leff 2003:188). Es este sen- material del universo y desviándola de su cre-
tido de representación de la naturaleza el que encia en la existencia de un orden espiritual.
se utilizará durante esta argumentación. Fue igualmente crucial en su desarrollo la
En la Amazonía ecuatoriana cohabitan las trascendencia que logró el individualismo.
culturas nativas con la cultura occidental, así
como sus respectivas representaciones de la
naturaleza. Esta dinámica socioambiental no La naturaleza como el
ha sido aprehendida con claridad; en conse- pan de cada día
cuencia, la gestión ambiental en la región no
sólo no es eficaz, sino que tampoco goza de Los primeros habitantes de la Amazonía lle-
legitimidad. Para las poblaciones autóctonas, garon allí hacia el año 12 mil a.C (Morán
la naturaleza trasciende su valor intrínseco y 1993: 125). Sus descendientes son considera-
sus usos constituyen la base de sus economías dos sus “habitantes consuetudinarios”, quie-
de subsistencia. En Occidente predomina nes en nuestra Amazonía pertenecen a nueve
una visión mercantilista de la naturaleza con- nacionalidades indígenas: Quichua, Shuar,
frontada a su vez por un enfoque biocentrista Achuar, Huaorani, Cofán, Siona, Se c oy a ,
que le confiere valores intrínsecos. La presen- Shiwiar y Zápara. En total, su población
te reflexión tiene el objetivo de profundizar el alcanza los 168.202 habitantes (Ministerio

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Representaciones de la naturaleza en la Amazonía: ¿subsistencia local o conservación global?

del Ambiente et.al., 2001:9). Según la decrecido la participación de la leña en la pro-


Dirección Nacional Forestal, en esta misma ducción de energía primaria, habiendo pasa-
región habría aproximadamente 9,2 millones do esta del 75% al 5% entre 1970 y 1997. Es
de hectáreas de bosques naturales. decir que esta actividad de subsistencia, a
Considerando las tasas anuales de deforesta- pesar de su importancia relativa dentro del
ción para el país que varían entre 0,5% y uso de los bosques, no puede ser considerada
2,4%, en la Amazonía ecuatoriana se perderí- como causa de deforestación.
an anualmente entre 46.000 y 220.800 hec- Mucho más que el aprovisionamiento de
táreas de bosques. leña, la transformación de los bosques en tie-
Esta pérdida de cobertura boscosa se debe rras cultivables mediante la práctica del corte
a la deforestación, la que se define como “la y quema, es considerada como la actividad
supresión completa de los bosques existentes destructiva por excelencia realizada por cam-
y su reemplazo por otras formas de uso del pesinos pobres. Según Smouts (2001:146),
suelo” (Palo y Salmi 1987:55). En la estos grupos humanos aplican este sistema
Amazonía sus causas son variadas. Aquí se debido a su superioridad en términos de cos-
analizarán aquellas que corresponderían a los tes de trabajo sobre todos los otros sistemas
usos por parte de las poblaciones humanas de cultivo. En este tipo de agricultura predo-
nativas con fines de subsistencia consideran- mina el cultivo de la yuca, el cual produce
do, además, la continuidad de estos usos en el enormes cantidades de energía por cada kilo-
tiempo. Se entiende por subsistencia a los sis- caloría de trabajo invertida en su producción.
temas de producción que tienden principal- Esta eficiencia deriva del pequeño tamaño de
mente al consumo de lo producido. La pro- las plantaciones, lo que permite una tala cui-
ducción para la subsistencia caracteriza a dadosa seguida de una quema que elimina a
algunas poblaciones en las cuales las unidades los competidores de los cultivos y aumenta la
de producción son pequeñas, donde se pro- eficacia de la fertilización de la parcela debido
duce o recolecta una variedad de alimentos y a la acción de las cenizas (Morán 1993:181).
donde el principal mecanismo de intercam- Neira y colaboradores (2006) estiman una
bio es la reciprocidad (Morán 1993: 278). tasa anual de pérdida de bosques debida a
Los habitantes autóctonos amazónicos agricultura de subsistencia de 0,82% en la
utilizan sus recursos naturales con dos objeti- zona de amortiguamiento de la Re s e rva
vos principales: aprovisionamiento de leña y Biológica Limoncocha (RBL), donde la yuca
obtención de tierras cultivables. En general, es el producto más consumido. El promedio
se puede decir que la leña sigue siendo una de superficie cultivada para este tubérculo es
importante fuente de energía en todos los de 0,5 hectáreas por persona, las cuales per-
países en desarro l l o. Según Smouts mitirían obtener 1.907 kilogramos de yuca
(2001:144), este uso resulta de un trabajo de en el promedio del área cultivada anualmen-
colecta familiar, destinado al consumo hoga- te. Estos datos permitieron estimar a los auto-
reño y muy difícil de cuantificar. En el res la productividad energética de este cultivo
Ecuador representa el 67% de la explotación en 2’575.212,8 kilocalorías/ha/año (7.055
de los bosques nativos, equivalente a kcal diarias). Por otro lado, al considerar la
8’500.000 m3 anuales. Sin embargo, no se ha inversión energética humana en los trabajos
demostrado que sea causa significativa de agrícolas de subsistencia, Martínez Alier y
deforestación ya que esta tala es generalmen- Schlüpmann (1991:48) calculan que cada
te selectiva (Wunder 1996). Además, Falconí agricultor chino dedicaría 100 mil kilocalorí-
(2002:100) indica que en el Ecuador ha as anuales a este trabajo. Suponiendo que el

59
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Francisco Neira Brito

cultivo de la yuca fuese el único al que se más de tres días. Además, el consumo prome-
dedicaren los indígenas quichuas que habitan dio de carne de pescado por esta misma
en Limoncocha y que trabajasen con mística población es de 4,54kg semanales, es decir
china, entonces la eficiencia energética para la 4.540 kcal semanales, mucho más de lo nece-
productividad del trabajo humano en el cul- sario para satisfacer la demanda de energía
tivo de la yuca en la zona de la RBL sería real- endosomática de un ser humano para un día
mente importante. de vida.
Más allá de estos dos usos principales de Al sumar la cantidad de productos y de
los bosques, la naturaleza amazónica provee a energía obtenida por los indígenas quichuas
sus habitantes de un sinnúmero de productos ecuatorianos en Limoncocha provenientes de
útiles, incluso indispensables para sus vidas. sus actividades de subsistencia, el resultado
Macía y colaboradores (2001:230) contabili- permite afirmar que la naturaleza les provee
zaron 1.094 especies de árboles y lianas en en gran medida del pan de cada día. Esta
parcelas experimentales ubicadas en territorio situación es similar desde hace muchos años;
Huaorani; de éstas, el 87% les eran útiles: tal persistencia temporal permitiría responder
aproximadamente un tercio de ellas les serví- a la pregunta planteada en el artículo, afir-
an como alimento, alrededor del 15% se mando que un uso racional a largo plazo de la
empleaban como plantas medicinales, para la naturaleza sí es posible en el contexto de eco-
elaboración de utensilios de uso doméstico o nomías de subsistencia. Este hecho debería
con fines culturales. Por otro lado, la cacería reflejarse, a la usanza occidental, en indicado-
y la pesca representan también un medio de res de sostenibilidad alentadores (tasa de
subsistencia para las poblaciones indígenas deforestación, por ejemplo), sin embargo,
que habitan en los bosques amazónicos. En al este no es el caso. Habría entonces que dirigir
menos 62 países tropicales estas actividades la atención hacia los usos que le dan a la natu-
contribuyen aproximadamente con 20% de raleza los restantes actores de la problemática
la proteína animal incluida en sus dietas socioambiental amazónica.
(Redford 1993) y con 14% de las kilocalorías
(Alvard 1993).
En Latinoamérica se ha llegado a estable- De la biología de la conservación
cer que para al menos 10 grupos indígenas el a la conservación biocultural de la
consumo promedio de proteína proveniente naturaleza
de “carne de monte” es de 59,6 gramos por
persona al día (Bennett y Robinson 2001:1). En occidente la idea de un mundo natural
En el Ecuador, en la zona de amortiguamien- (physis en griego) independiente de la volun-
to de la RBL, las comunidades quichuas que tad de los dioses se remonta a la Grecia clási-
allí habitan consumen la mayor parte de la ca. Esta percepción marca el origen de la
carne que obtienen cazando (Neira et.al. ciencia concebida como un saber organizado
2006). Estos autores estiman (en función de que hace uso de la razón, la experiencia y las
las especies cazadas y de la frecuencia de rea- matemáticas. Esta acertada disociación entre
lización de la actividad) que los cazadores asi- lo divino y lo natural resistió, no sin sobresal-
duos y sus familias podrían consumir hasta tos, al embate integrista del terror religioso
5,2kg de carne de monte semanales, equiva- medieval. A partir del renacimiento, bajo la
lentes a 1.0140kcal, cantidad de energía sufi- influencia del pensamiento de Francis Bacon
ciente para satisfacer por sí sola el consumo y René Descartes, la ciencia explica al mundo
endosomático de energía de un humano por natural a partir de inducciones basadas en la

60
ÍCONOS 25, 2006, pp. 57-65
Representaciones de la naturaleza en la Amazonía: ¿subsistencia local o conservación global?

experiencia y enmarcadas en un enfoque respecto a la pregunta planteada en este art í-


mecanicista el cual considera al todo como la culo, esta re p resentación biocentrista de la
suma de sus partes (Gingras et.al. 1999). naturaleza considera que incluso sus usos de
Sin el afán de simplificar mas sí de resu- subsistencia comprometen su conserva c i ó n
mir, se puede afirmar que el paradigma ( Shaw 1997: 51). Sin embargo, este punto
(mecanismo) que dilucida en Occidente el de vista cuenta con gran apoyo en los países
funcionamiento de la vida en la naturaleza es d e s a r rollados, el problema que se plantearía
la teoría de la evolución, propuesta y publica- entonces es el de la imposición de una forma
da por Charles Darwin en 1859. Esta teoría de colonialismo (Potvin y Seutin 2001). Ha y
explica acertadamente el origen de las espe- que considerar además que esta visión no se
cies y, por tanto, el de la diversidad de la vida. opone necesariamente a la otra representa-
Más de 100 años después de la aparición de la ción occidental de la naturaleza: la merc a n t i-
obra de Darwin, Rachel Carson en 1962 en lista. En este sentido, Chapin (2004) denun-
su libro Silent Spring denunciaba el uso de cia las asociaciones que pueden establecer las
pesticidas en la agricultura intensiva de los organizaciones conservacionistas con corpo-
países industrializados, uso que tenía por raciones multinacionales, particularmente
efecto silenciar el canto de las aves en prima- en el campo de la minería (petróleo y gas) y
vera. Starr y Taggart (2001:492) indican que la farmacéutica, actividades directamente
la obra de Carson dio origen en los Estados responsables de la apropiación y del uso no
Unidos a su movimiento ambientalista, del sostenible de áreas forestales de pro p i e d a d
cual nació a su vez la disciplina de la biología indígena.
de la conservación que hoy constituye una de Las críticas, entonces, no tardaron en lle-
las respuestas científicas a la crisis ambiental. gar. La principal tensión inherente a esta
Michael Soulé (1985) definía a la biología representación de la naturaleza implica igno-
de la conservación como una disciplina sin- rar la cultura de las comunidades humanas
tética que estudia las dinámicas de las especies, que habitaban las áreas protegidas, así como
comunidades y ecosistemas perturbados dire c- su derecho a utilizar la biodiversidad allí pre-
ta o indirectamente por las actividades sente (Parizeau 2001). Un conservacionista se
humanas u otros agentes, e indicaba que su expone al hablar con un shamán, por ejem-
objetivo era el de proveer principios teóricos y plo, a interesarse únicamente por la actitud
herramientas de gestión para preservar la nat- reverencial mostrada por este ante la natura-
uraleza. Paralelamente a este enfoque científi- leza. El resultado de esta percepción descon-
co de las problemáticas ambientales, los textualizada podría resultar en el estableci-
esfuerzos por concretar una preservación efec- miento de un área protegida abierta a la visi-
tiva de la naturaleza se sustentan financiera- ta de turistas donde se impediría al shamán
mente en un modelo corporativista. En el continuar con su labor; situación ésta que
Ecuador, las ONG conservacionistas globales sería éticamente inaceptable. En escenarios
presentes son: Wildlife Fund for Nature como este, los conservacionistas y las comu-
(WWF), Conservation International (CI), nidades locales disienten en cuanto a la defi-
The Nature Conservancy (TNC) y Wildlife nición de los objetivos de un proyecto. Los
C o n s e rvation Society (WCS). primeros privilegian respuestas a preguntas
Este enfoque conservacionista implica científicas de base, mientras que los segundos
preservar la naturaleza en áreas pro t e g i d a s , buscan respuestas a cuestionamientos relacio-
en las cuales se limitan las actividades huma- nados con los usos de subsistencia de la natu-
nas (Ma rt í n ez Alier y Roca 2001:233). Con raleza (Weeks et.al., 2001).

61
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Francisco Neira Brito

Las críticas al biocentrismo han arreciado la naturaleza, ni siquiera con fines de subsis-
también desde el mundo industrializado y tencia. Sin embargo, la causa de una conser-
sorprendentemente van dirigidas en el mismo vación de la naturaleza que implique la mejo-
s e n t i d o. Chapin (2004) del Wo rl d w a t c h ra en la calidad de vida de las comunidades
Institute en un influyente artículo denuncia autóctonas, considerando sus conocimientos
cómo las tres grandes organizaciones interna- ancestrales como vitales y a sus miembros
cionales de la conservación (WWF, CI y como mucho más que simples engranajes de
TNC), han enfocado sus agendas de trabajo y teorías deterministas, también tiene partida-
sus recursos financieros en desarrollar estrate- rios en el mundo occidental -tanto “desarro-
gias de conservación a gran escala y en desa- llado” como “en desarrollo”-:
rrollar perspectivas conservacionistas científi- “El bienestar de las comunidades humanas
cas, dejando de lado las realidades sociales y el de las demás especies biológicas son com-
que enfrentan los indígenas. Este mismo plementarios y no opuestos; la diversidad bio-
autor afirma que los conservacionistas no lógica y la cultural están indisolublemente
consideran a los indígenas como aliados apro- integradas. No basta con investigar, describir
piados ya que estos últimos preferirían asegu- y entender los maravillosos sistemas ecológi-
rar su bienestar comunitario (inexplicable- cos y culturales que se despliegan en América
mente para los primeros) a preservar los Latina. Es necesario y urgente contribuir
recursos naturales. también con espacios intelectuales y físicos
Esta posición conservacionista alejada de la que inspiren a las diversas personas de nues-
realidad socioambiental indígena, se plasma tras sociedades a participar en la conservación
en artículos como el de Re d f o rd(1991), quien biocultural y posibilitar así la continuidad del
interpreta evidencias paleobiológicas, arq u e o- devenir de las multifacéticas historias de vida
lógicas y botánicas para sostener que los bos- de los seres humanos y otras especies biológi-
ques tropicales andinoamericanos habrían cas que habitan en el continente americano y
sido severamente afectados por actividades en el planeta” (Primack et.al. 2001).
humanas antes del contacto europeo. Esta
interpretación lleva al autor a concluir que las
culturas autóctonas no son inherentemente Subsistencia local y conservación
c o n s e rvacionistas y que una gestión racional biocultural en un mundo globalizado
de la naturaleza debe basarse en la ciencia
occidental “considerando” los conocimientos Las amenazas sobre la naturaleza se repre s e n-
autóctonos. Alvard (1993) profundiza este tan desde el mundo occidental industrializado
punto de vista sosteniendo que los indígenas como peligros que se ciernen sobre “una astro-
actúan ante la naturaleza basados en un nave global en la cual viajamos a través del
patrón de optimización (Foraging theory) bus- universo todos los seres vivos terrestres”. Si n
cando maximizar sus tasas de colecta a cort o embargo, la seguridad de la astronave, como
plazo. Cualquier comportamiento indígena lo afirma Velasco (2004:52), descansa en las
c o n s e rvacionista, según este autor, debería manos de una elite donde la calidad de una
interpretarse en función de esta misma teoría, vida culturalmente significativa pasa a ser un
la cual predice que decisiones costosas en objetivo secundario y donde la fórmula de la
cuanto a la maximización de las tasas de colec- sostenibilidad es la base para una gestión
ta terminan incrementando la sostenibilidad. ambiental global. Un uso sostenible de la
Resumiendo, el biocentrismo no conside- n a t u r a l eza es aquel que permitiría satisfacer a
ra viables los usos antrópicos a largo plazo de p a rtir de ella las necesidades de los usuarios

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Representaciones de la naturaleza en la Amazonía: ¿subsistencia local o conservación global?

presentes, sin que esto impida a las generacio- Sin embargo, a este último interrogante el
nes futuras hacer lo mismo (CMMAD 1987). biocentrismo contestaría, generalizando, que
Como se ha visto durante este análisis son todos los usos antrópicos de la naturaleza
multidisciplinario, los usos a largo plazo (sos- los que provocan su deterioro. Esto es una
tenibles) de la naturaleza con fines de subsis- falacia, ya que son sobre todo los grandes pro-
tencia son posibles. Esta afirmación puede yectos extractivistas y los usos comerciales de
sustentarse además, pragmáticamente según la naturaleza amazónica los responsables de
lo estipula el enfoque científico global, en un dicho deterioro. Sus usos de subsistencia, por
breve ejemplo de análisis biofísico de la efi- su propia condición, tienen que implicar la
ciencia energética de las agriculturas moder- sostenibilidad. Por lo tanto, como afirma Leff
nas occidentales. En estas, el insumo energé- (2003:189), “es necesario definir la cultura
tico anual puede llegar a ser de hasta 7 millo- como parte integral del patrimonio de recur-
nes de kcal/ha para el cultivo de maíz en los sos de los pueblos e incorporar las prácticas
Estados Unidos de Norteamérica con un culturales de uso de los recursos a las estrate-
resultante energético de apenas 18,5 millones gias de un desarrollo sostenible”. Concretar
de kcal/ha (Martínez Alier y Schlüpmann esta visión holística constituye un reto para
1991:43). Mientras, como hemos visto, los científicos sociales y naturales, así como para
sistemas productivos de subsistencia de las los pueblos indígenas.
culturas autóctonas son energéticamente muy Concluyendo, la causa de la conservación
superiores y por lo tanto sostenibles de la naturaleza y de su uso sostenible no es
(Martínez Alier y Roca 2001:36). patrimonio del conocimiento generado por
Entonces, nuevamente, ¿cómo se explica- una cultura o una ciencia determinada. En
rían las preocupantes tasas de deforestación América del Norte, las culturas autóctonas no
en la Amazonía ecuatoriana? Wunder alcanzaron el grado de civilización de las cul-
(2004:260) afirma que son las malas prácticas turas latinoamericanas precolombinas. Esto
petroleras las causantes de esta deforestación, podría explicar, en parte al menos, ciertos
tanto para la tala directa, como para los enfoques conservacionistas que ignoran o
impactos indirectos de tornar a la selva virgen minimizan los conocimientos ancestrales. Por
en un área accesible y atractiva para los asen- otro lado, los enfoques multidisciplinarios
tamientos agrícolas. Fontaine (2004:171) podrían evitar, a un biólogo por ejemplo, el
indica que los principales campos petroleros bochorno de asumir que una pérdida de bio-
se encuentran en las provincias amazónicas de diversidad tiene como causa única los usos de
Sucumbíos, Orellana y Pastaza y generan subsistencia de los recursos naturales, subesti-
conflictos ambientales en los ámbitos econó- mando groseramente el impacto directo o
mico, político, social y ético. Según este indirecto de los usos que dan a esos mismos
autor, estos conflictos se dan en especial entre recursos otros actores de las complejas pro-
las comunidades indígenas y las empresas blemáticas socioambientales. Por lo tanto, un
operadoras y el Estado. Se podría inferir, enfoque multidisciplinario de conservación
entonces, que la deforestación provocada por biocultural que considere las necesidades
agentes externos y que se realiza con fines locales de desarrollo (entendido como un
mercantilistas, a la usanza occidental, es la mejoramiento cualitativo en la calidad de
causa principal de insostenibilidad de los eco- vida) de las comunidades indígenas y el dere-
sistemas amazónicos. Insostenibilidad que cho a vivir de todas las especies, fomentará la
afecta además y sobretodo al modo de vida de formulación de políticas de gestión ambiental
las comunidades indígenas autóctonas. que garanticen el uso sostenible de la natura-

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Francisco Neira Brito

leza con fines de subsistencia en la Amazonía Gr a n d ez, Hanna Tuomisto y Re n a t o


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65
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Mitos de los
Naporuna
Fui invitado a ilustrar el libro de José
Miguel Goldaraz (“Mitos de los Napo-
runa”). Ilustrar mitos significó para mí
un viaje hacia lo desconocido, hacia
las profundidades del bosque húmedo,
un viaje hacia los tiempos primordia-
les, hacia los orígenes de la creación de
un pueblo, el de los indios Naporuna
que en la actualidad viven a lo largo
del río Napo en la Amazonia.

En varias ocasiones tuve la oportuni-


dad de conocer a los Naporuna y sen-
tir la espesura de la selva. Y a través de
la lectura de sus mitos ( Lu c e ro y
Ku y l l e r, Los primeros hombres de la
selva, Yaya hace los primeros hombres, El
apustulu árbol de los peces, El juicio del
fuego, El juicio del agua, El juicio de la
oscuridad, El runa puma), los dibujos
tomaron forma y se expresaron de
manera libre y espontánea.

Marcelo Aguirre
Mitos de los Naporuna

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DEBATE
Los retos de lo local en lo global:
aportes analíticos y normativos
Comentarios al dossier de Íconos 24
Jeannette Sánchez
Doctorante en Desarrollo, Universidad Católica de Lovaina

Email: jeannette_sz2004@yahoo.es

Fecha de recepción: marzo 2006


Fecha de aceptación y versión final: abril 2006

Resumen
Este artículo presenta una revisión crítica del dossier de la revista Íconos 24 “lo global y lo local
en el medio rural”. El dossier nos propone una reflexión muy trascendente para Ecuador, justo
cuando se negocia un Tratado de Libe Comercio con los Estados Unidos que influirá directa-
mente en el mundo rural ecuatoriano, de partida, tan heterogéneo social y territorialmente. La
discusión propuesta, se libera, sin embargo, de esa coyuntura y, así, los distintos autores anali-
zan los conflictos estructurales de fondo de las localidades rurales para confrontar la apertura y
el influjo de la globalización, advirtiendo los posibles intersticios para una inserción más favo-
rable desde lo local. En esta tarea, los autores apelan a la discusión teórico-conceptual, a los aná-
lisis comparativos, a la re-lectura de la historia y a los análisis estructurales. El comentario que
se presenta en este artículo atiende los aportes de los autores del dossier en tres niveles: lo teó-
rico, lo metodológico y lo propositivo.

Palabras clave: globalización, local-global, glocalidad, desarrollo endógeno, capital comunitario,


capital social, comunidad de vecindad, comercio justo, reforma agraria

Abstract
This article presents a critical review on the papers that aim the central topic of Íconos 24: “glo-
bal and local issues in the rural environment”. The articles analyze a very important theme for
Ecuador, just when it is on discussion the Free Trade Agreement with the United States. The
proposed debate, however, goes beyond the conjuncture and studies the deep structural con-
flicts among the heterogeneous rural communities to cope with the openness and the absorp-
tion of the globalization process, even if there would be some favorable room for local deve-
lopment under the new circumstances. On this task, the authors convey theoretical discussions,
comparative analysis, re-readings of history and structural analysis. This review stresses the the-
oretical, methodological and normative contributions of the dossier’s authors.

Keywords: globalization, local-global, glocal, endogenous development, communitarian capital,


social capital, neighbourhood community, fair trade, agrarian reform

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 77-88
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Jeannette Sánchez

mundo rural de nuestros países en desarrollo

L
a edición No. 24 de Íconos definió su
tema central en torno a “lo global y lo en lo global.
local en el medio rural”. En esta refle- En lo que sigue se presentan va r i o s
xión contribuyen cinco autores con trabajos comentarios al dossier en el intento de apro-
que, pese a sus énfasis y entradas distintas, vechar mejor los aportes de los autores y
resultan, en general, altamente complementa- avanzar en el debate. Los comentarios se
rios tanto en términos teórico-analíticos estructuran en tres niveles: uno teórico, uno
como normativos. metodológico analítico y uno propositivo.
Luciano Martínez y Juan Pablo Pérez
Sáinz nos presentan, a más de su aporte en el
campo teórico conceptual del desarrollo local El nivel de la teoría
y la globalización, ciertas evidencias de expe-
riencias de revitalización local e inserción El dossier sobre lo global y lo local en el
relativamente exitosa en lo global tanto en medio rural presenta una alta complementa-
Ecuador como en Centro América, respecti- riedad en el análisis; no hay contradicciones
vamente, con información importante sobre teóricas fundamentales y lo que existe, más
factores de éxito y límites. Los autores cuidan bien, son énfasis analíticos distintos, y algu-
de no sobre-generalizar, y plantean por ello nas categorías diferentes. El análisis que se
varios retos y necesidades analíticas. presenta en este acápite contextualiza la refle-
Por su parte, autores como Víctor Bretón xión teórica de los autores en el espectro de la
y Francisco García analizan el sector agrario discusión clásica de las teorías de comercio
ecuatoriano y las políticas dirigidas al sector internacional; discute sobre las principales
en las últimas décadas, en la búsqueda de categorías teóricas utilizadas; y reflexiona
superar enfoques economicistas y aportar en sobre los distintos enfoques de articulación
la reflexión de una nueva agenda de política de lo local y lo global, para advertir los apor-
pública para el sector en el contexto de la glo- tes y retos de la teoría.
balización, que debe rever inquietudes alta- Para contextualizar el análisis de los autores
mente pertinentes y relegadas por la moda es pertinente anotar bre vemente las posiciones
teórica, como la redistribución de activos y teóricas sobre el comercio internacional, al
un rol más activo del Estado. menos en sus facetas más extremas. Por un
Finalmente, Gavin Fridell, reflexionando lado está la posición teórica de implicación
sobre iniciativas de contra-tendencia a rela- optimista, donde todos los invo l u c r a d o s
ciones comerciales injustas para los países en ganan del comercio internacional. Esta posi-
desarrollo, nos ofrece una lectura sobre los ción recoge desde los criterios clásicos de
límites de las redes de comercio justo para David Ricardo (que datan del siglo XVIII y
confrontar la globalización neoliberal. XIX), hasta el famoso modelo neoclásico de
De aquí que, frente a la global, aparecen al Heckscher-Ohlin de mediados del siglo XX,
menos dos lecturas importantes: por un lado, donde el comercio derivado de la especializa-
la dificultad de modificar las tendencias alta- ción pro d u c t i va (en los bienes de mayor pro-
mente influyentes y condicionantes de la glo- ductividad relativa del trabajo) respecto a otros
balización que han ampliado el espacio social países, beneficia a pro d u c t o res y consumidores
de nuestras localidades en el mundo rural; y, (aumenta la productividad, las opciones y
por otro lado, el rol importante de las fuerz a s bajan los costos de los bienes comercializados).
endógenas de una localidad para definir el Por el otro lado están las heterogéneas posicio-
tipo de inserción más o menos favorable del nes teóricas más bien pesimistas del comercio

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Los retos de lo local en lo global: aportes analíticos y normativos

particularmente rurales, en esa globalidad.


Relacionado con lo anterior, un elemento
teórico articulador de los autores es aquel de
una referencia casi obligada a un análisis más
estructural. Considerando sus sujetos analíti-
cos específicos, los distintos autores ubican el
problema de la globalización y las articulacio-
nes con lo local. Más allá de lo coyuntural, se
advierte, casi en todos los casos (tanto entre
quienes tratan el caso ecuatoriano –L. Martí-
nez, V. Bretón y F. García-, o el caso centroa-
mericano con Pérez Sáinz), el rol importante
jugado por los procesos históricos y las con-
diciones socio-culturales, políticas y econó-
micas concretas de las localidades en el tipo
de articulación de lo local a lo global.
De la mano con ello, todos estos autores
son críticos a los análisis economicistas, abo-
gando no sólo por la importancia de las
dimensiones no económicas, sino por su
internacional. Ahí se inscribe la teoría de la mayor peso en la determinación del tipo de
acumulación, entre cuyos importantes expo- articulación de lo local a lo global. En este
nentes está Samir Amin. En este enfoque se punto, y reconociendo la legitimidad y perti-
vislumbran perd e d o res que surgen de un pro- nencia de la crítica traída por los autores del
ceso de exclusión inherente al capitalismo, que dossier, quisiera argumentar, sin embargo,
des-estructura las formas productivas locales, que resulta difícil sostener a priori algún tipo
sobre todo de los pequeños pro d u c t o res cam- de predominancia de una u otra dimensión,
pesinos (proceso exacerbado en esta nueva fase como característica generalizable, antes de
globalizadora del capitalismo) (Sassen 2004). una investigación que de cuenta de tenden-
Todos los autores del dossier son críticos cias y no de un caso en particular, salvo sea
frente a las posturas teóricas neoclásicas y, una hipótesis teórica que debe ser explicitada
sobre todo, a su desempeño en la política como tal y sujeta a validación.
pública, de tal modo que, en general, existe En todo caso, las convergencias interpreta-
una posición escéptica sobre las virtudes de la tivas entre los distintos autores del dossier nos
globalización en el mundo rural y local de los dejan una conclusión -desde mi punto de
países en desarrollo y, particularmente, de vista- movilizadora, en términos de los retos
Ecuador. Con esta perspectiva teórica de refe- del desarrollo local: dado que no todo lo que
rencia, cabe destacar que los autores cuidan ocurre a nivel del desarrollo local en el medio
de no caer en un determinismo teórico lineal, rural es un determinismo económico coman-
respecto a los efectos desfavorables de la glo- dado por la globalización, existe un margen
balización. Aún más, todo su esfuerzo analíti- de manejo en términos de las fuerzas endóge-
co apunta a evaluar el margen de acción de las nas locales donde los aspectos socio-culturales
localidades y del Estado para confrontar las son tan importantes como los político insti-
amenazas de la globalización y lograr una tucionales y los económicos. Aquí reside tal-
inserción más adecuada de las localidades, vez una de las contribuciones mayores del

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dossier. de los países subordinados al capital transna-


En términos de las categorías fundamenta- cional, que no encuentra posibilidades de tra-
les, conviene referir en este punto la compre n- bajo asalariado o por cuenta propia en sus
sión explícita o implícita que los autores hacen países. Otros autores consideran, además,
de lo global, lo local, y el desarrollo como otras dimensiones de la llamada globalización
categorías de análisis. Em p ezando por “lo glo- en el plano cultural o en el plano político. En
bal” es importante adve rtir que esta categoría torno a lo primero, por ejemplo, plantean la
aparece todavía ambigua a lo largo del dossier, progresiva difusión transnacional de una cul-
lo cual no es una dificultad de los autores sino, tura homogénea, que se expresa en patrones
en general, un reto teórico contemporáneo. de consumo, hábitos, expectativas, etc.
García Pascual, por ejemplo, plantea la globa- (McLuhan 1964, citado en CIUDAD 2001);
lización como el proceso de reestructuración en torno a lo segundo advierten, en cambio,
que vive el capitalismo mundial, en su nueva una limitación en la autonomía y capacidad
fase de desarrollo. En t re sus características de los Estados para generar políticas públicas,
anota el incremento significativo de las inte- y una amenaza para la integración subordina-
rrelaciones económico-comerciales y tecnoló- da de los países subdesarrollados o de ciertos
gicas desequilibradas entre los distintos terri- territorios a los países y actores globales
torios y países, la implementación de políticas (Bervejillo 1995, citado en CIUDAD 2001).
económicas neoliberales y, finalmente, el En el dossier, Pérez Sáinz se alinea teórica-
hecho de que lo financiero y los movimientos mente con Sassen (1991) y afirma que la glo-
de capital se constituyen en lo central de la balización ha descentrado la soberanía y des-
acumulación del sistema. Retomando la lectu- nacionalizado, parcialmente, el territorio. Sin
ra de Castells (1998) contrastaríamos esta embargo, para el autor, el Estado-Nación sigue
definición diciendo que una economía globa- jugando un rol. Cabe advertir que el resto de
lizada no es sinónimo de economía altamente autores asume explícita o implícitamente esta
internacionalizada: la categoría “g l o b a l i z a- posición; de ahí que apelan en lo normativo a
ción” implica que las actividades económicas un mayor protagonismo del Estado.
centrales se desarrollen como una unidad en Respecto a lo local, es Pérez Sáinz quien
un mismo tiempo real a escala planetaria, lo plantea la discusión más conceptual, en tanto
que no se habría alcanzado todavía, como éste es el principal interés de su trabajo. El
bien lo argumenta Pérez Sáinz. Éste autor, por autor nos ofrece una nueva categoría interpre-
o t ro lado, critica la asimilación de globaliza- tativa: la “comunidad de la vecindad” caracte-
ción con homogenización del mundo, argu- rizada por la coincidencia de espacios de vida y
mentando, en cambio, una paradójica re v i t a- trabajo. Estas comunidades -según el autor-
lización de lo local: el espacio sigue siendo son producto de tres lógicas territoriales que
importante, tanto como lo es la difere n c i a- tienen que ver con los procesos histórico-cul-
ción, por la misma exacerbación de la compe- turales específicos de los lugares, el tipo de
tencia y la flexibilización de las formas de pro- c o n s t rucción político-institucional enmarcada
ducción que la globalización conlleva. en la constitución del Estado-Nación, y la
Cabe señalar que no todo está globalizado dinámica socio-económica inducida por la
y no todo puede ser incluido en lo global. globalización. Se sitúa claramente a la lógica
Autores como Sassen (2004), por ejemplo, histórica en la constitución originaria del lugar
señalan que la misma globalización de la eco- comunitario; la lógica globalizadora no actúa
nomía capitalista envuelve mecanismos de en abstracto sino sobre esas otras lógicas muy
exclusión e incluso expulsión de la población específicas, que potencian efectos difere n c i a-

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Los retos de lo local en lo global: aportes analíticos y normativos

dos. De ahí que el autor no coincida con posi- social pero limitado a la escala familiar, que
ciones deterministas de lo global sobre lo local. Martínez advierte para el caso de la experien-
El mismo autor, considerando los vínculos cia en la producción de blue jeans de Pelileo
de lo global y lo local, ubica efectos potencia- en Ecuador. La madurez y conjugación de
les contradictorios: en el un lado, la total mar- esas fuerzas endógenas permitiría aprovechar
ginación o abstracción espacial, la constitu- más adecuadamente los recursos y oportuni-
ción de los “no lugares” (Pérez Sáinz 2006:39) dades exógenos así como neutralizar las ame-
y, en el otro lado, la revitalización de lo local, nazas de la globalización.
que puede generar o no desarrollo dependien- Más allá de las categorías, en el dossier se
do del tipo de inserción y del nivel de endoge- advierten ciertas diferencias entre las posicio-
neidad logrado. Cabe advertir que, pese a este nes de los distintos autores a la hora de con-
reconocimiento, el autor centra su análisis en siderar la articulación de lo local y lo global.
el lado de la revitalización de lo local y no en Algunos autores, como Bretón, sugieren un
el efecto de exclusión o marginación de ciert a s vínculo directo entre lo local y lo global, aco-
territorialidades, como lo plantea la misma giendo el concepto de “g l o c a l i d a d”; ésta
Sassen (como una tendencia consustancial al noción opera cuando el nivel local y sus diná-
proceso globalizador capitalista), a quién el micas son insuficientes y se definen por diná-
autor apela teóricamente (Sassen 1991, 2004). micas más amplias y externas que ejercen
Queda entonces pendiente el debate sobre dominación estructural sobre las primeras.
estos “no lugares” que puede ser muy pert i- Cabe advertir que pese a esta referencia teóri-
nente para países como Ecuador, con una alta ca el autor apela a las políticas de Estado para
heterogeneidad regional; un debate que, ade- influir en la capacidad de respuesta de lo local
más, debe ser contextualizado en los procesos a lo global, relativizando en los hechos ese
de descentralización y en la emergencia de las determinismo analítico que presenta en su
demandas locales/regionales de autonomía. referente teórico.
Respecto a la conceptualización de desa- Otros autores matizan, en el nivel teórico,
rrollo, es Martínez quien más aporta al deba- esa relación con una mediación en el nivel
te. Partiendo de una crítica a la asociación nacional. Para Pérez Sainz, por ejemplo, el
simplista de desarrollo con crecimiento eco- nivel nacional no ha desaparecido aunque se
nómico, el autor resalta los aportes de varios haya descentralizado. Por último, para auto-
a u t o res, entre ellos los latinoamericanos res como Martínez, esa mediación representa
Celso Furtado y Sergio Boisier (Martínez un “deber ser”, advirtiendo el riesgo de que
2006). Estos autores, con diferentes énfasis y no medie este nivel (tanto como el nivel
bases teóricas, dan importancia a las fuerzas regional): los territorios podrían pasar a ser
endógenas del desarrollo local que no se limi- enclaves directos del capital transnacional con
tan al campo económico y tienen que ver con lógicas externas que pueden aparecer más
f a c t o res políticos, sociales y culturales. rentables, sin efectos en el desarrollo.
Conviene resaltar la importancia asignada en En este punto, cabe resaltar la advertencia
esta discusión a factores como el capital social de Martínez en el sentido de que la globaliza-
en la concepción de Portes y Mooney (2000), ción amplía de una manera “radical” y no
al capital comunitario, en los términos plan- progresiva el espacio social en el nivel rural.
teados por Pérez Sáinz -en tanto valores y De ahí la urgencia de pensar el desarrollo
recursos socio-culturales de una comunidad desde la comprensión de este nuevo espacio
local que orientan las acciones locales, inclu- social, considerando la dinámica de las pro-
yendo la reciprocidad-, o el mismo capital ducciones locales como punto de partida de

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un desarrollo endógeno incluyente. Martínez, sino que aumenta también el espa-


Aparte de la reflexión sobre la relación cio económico de producción y reproducción
entre lo global y lo local, los autores hacen sobre el que pueden operar realmente factores
importantes análisis sobre el mundo rural endógenos de distinto orden (cultural, políti-
ecuatoriano, que conlleva aportes teórico- co-institucional, social, económico). El l o
analíticos sugerentes. En esta línea cabe reco- implica, desde el análisis teórico, una refle-
ger una importante reflexión de Bretón sobre xión mucho más rica de los niveles no sólo
el análisis y tipo de intervención en el mundo global y local, sino también regional y nacio-
rural ecuatoriano de las últimas décadas. El nal, incluyendo sus fuerzas y actores.
autor advierte que a partir de los ochentas, Finalmente, cabe comentar en un nivel
ante la ausencia del Estado, se privatiza la conceptual el aporte de Gavin Fridell. En el
intervención y participan en el sector rural m a rco del debate sobre comercio justo,
varios agentes dispersos (ONG, organismos donde el mismo autor advierte poca literatu-
internacionales, etc.) que traen a su vez una ra sobre análisis empíricos y, por tanto, aña-
gran fragmentación paradigmática: etnodesa- diría, teóricos, Fridell plantea una diferencia-
rrollo, capital social, sostenibilidad, descen- ción importante entre dos categorías: movi -
tralización, enfoque de género, entre otros. Se miento y redes de comercio justo. Según el
anota los límites de estos enfoques, conside- autor, el movimiento de comercio justo define
rados aparte, dado que fragmentan también un quehacer general de varios actores: gobier-
el análisis de la realidad social y no permiten nos del sur, organizaciones no gubernamenta-
comprender, confrontar y ponderar adecua- les (ONG) y organizaciones internacionales,
damente algunos problemas de fondo del que buscan un mercado internacional regula-
mundo rural. Coincidiendo con el autor en do para proteger a los países del sur de la vola-
esta reflexión para los casos de análisis parcia- tilidad del mercado internacional y del poder
lizados sin referencias al contexto y a interre- de los países ricos y de las grandes corpora-
laciones clave, argumentaría, sin embargo, ciones transnacionales (Fridell 2006:44). En
que estos enfoques han permitido visibilizar contraste, la red de comercio justo, que nace
aspectos de la realidad antes no considerados. como una de las expresiones de ese movi-
Por tanto, es fundamental acopiar esas discu- miento, es una trama formal de organizacio-
siones y aportes en un esfuerzo integrador nes no gubernamentales (ONG), voluntaris-
lógico en el marco de una teoría más general ta, dependiente del mercado y miembro espe-
y comprensiva, cualquiera sea ésta; será una cífico, que vincula a los campesinos y trabaja-
contribución importante, en tanto sea sus- dores del sur con socios del norte mediante
ceptible de ser validada. un sistema de reglas de comercio justo pero
Otro elemento teórico que invita a la acotado únicamente a estos actores. Así, la
reflexión, a propósito de lo presentado en el red, a diferencia del movimiento de comercio
dossier, es el análisis de la endogeneidad y la justo, no confronta el orden comercial inter-
escala de lo local, en términos de viabilidad y nacional y sus reglas generales: es, más bien,
sustento de desarrollo, en el contexto de la funcional a la globalización neoliberal y no
globalización. Cada vez más, lo realmente una contra tendencia de fondo.
endógeno se reduce, sobre todo en las locali- En suma, en el nivel teórico, los distintos
dades rurales de menor escala. En este senti- autores del dossier hacen aportes en términos
do, una hipótesis a considerar es que con la de categorías analíticas e interpretaciones,
globalización no sólo aumenta el espacio que no presentan confrontaciones teóricas de
social en el medio rural, como bien lo plantea fondo entre sí, lo que permite un análisis

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complementario de los artículos sobre el tema turales, lo que se advierte como una debilidad
en cuestión. El dossier nos deja también a superar.
importantes retos teóricos para continuar el Por otra parte, de una lectura profunda de
debate y confrontar posiciones desde entradas la misma experiencia de Pelileo, Martínez
teóricas distintas. destaca la capacidad (diferenciada, pero efec-
tiva) de los actores locales para superar la cri-
sis económica derivada de la mayor apertura
Comparaciones y relecturas como y dolarización, situación en la que ha apoya-
apoyos analíticos del dossier do mucho la cultura de territorio prevalecien-
te en las empresas inmersas en los procesos
En el nivel metodológico y de avances inter- locales y en las mismas estructuras familiares
pretativos, los autores del dossier nos dejan de sobrevivencia. Así, Martínez concluye en
una variedad de aportes que conviene desta- la importancia de las dinámicas productivas
car. Los métodos más re c u r rentes encontrados endógenas locales como base de modelos
son los análisis comparativos y las relecturas a l t e r n a t i vos de desarrollo, donde cuentan
de procesos históricos que ya han sido anali- mucho las acciones de apoyo del gobierno
zados desde otras ópticas, pero con nueva s local y del Estado central y la existencia de un
preguntas y visiones. Todo esto nos re f resca el capital comunitario, más allá del capital social
análisis, generando conclusiones sugerentes. familiar, dinámico, identificado y enraizado
Ma rt í n ez, por ejemplo, apela al análisis territorialmente. Esta conclusión es compati-
comparativo para entender mejor los factore s ble con las reflexiones de Pérez Sáinz que
de éxito y límite de experiencias locales en el plantea mejores opciones de inserción en la
medio rural con una inserción relativamente globalización para aquellas estrategias que
exitosa en lo global. El autor contrasta la parten de procesos endógenos y articulan la
experiencia ecuatoriana de Pelileo en la pro- capacidad empresarial local. Cabe, sin embar-
ducción de blue jeans con la afamada expe- go, advertir que no están claros los roles dife-
riencia italiana de Emilia Romana. Resaltan renciados de la acción pública en los distintos
sobre todo las diferencias fundamentales que niveles de gobierno. Ello queda como una
han actuado a favor del caso italiano, impor- necesidad de desarrollo a futuro.
tantes de considerar para fortalecer las inicia- Más allá del análisis comparativo, el méto-
t i vas locales en el caso ecuatoriano: apoyo del do de análisis más generalizado al que apelan
gobierno local y del Estado en áreas clave, la los autores del dossier es la relectura de la his-
educación, los servicios públicos y la seguri- toria y de los procesos. Bretón y Ga rcía
dad social. Ot ro factor de difere n c i a c i ó n Pascual lo usan para analizar lo rural y lo agra-
i m p o rtante que resalta el autor es la mayo r rio frente a la globalización en el caso ecuato-
presencia -en el caso italiano- de capital social, riano; y Fa rell lo hace para analizar las ten-
lo que habría permitido soldar las estru c t u r a s dencias del comercio justo y sus movimientos.
de los productores y, a la vez, crear redes de Bretón, por ejemplo, hace un bre ve balan-
información, prácticas de reciprocidad y com- ce de la reforma agraria en la historia ecuato-
plementariedad, entre otros. En el caso de riana en perspectiva de reconsiderar opciones
Pelileo, el autor advierte una pre valencia de de política olvidadas en un contexto en el cual
capital social pero acotado al nivel familiar, y la precariedad de los campesinos y la concen-
no encuentra mayor organización entre los tración de la tierra no han disminuido signifi-
actores económicos, ni estrategias comunes, c a t i vamente. En el balance, el autor ubica que
salvo cuando se reacciona a amenazas coyun- las reformas agrarias (1964 y 1973), sea por su

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aplicación tímida o por su aplicación tergive r- sugerentes del trabajo de Bretón, por otro
sada, no cumplieron, en general, con los obje- lado, es aquel referido a su interpretación
tivos de redistribución y modernización bus- sobre el “olvido” del debate sobre redistribu-
cados. Por una parte, el nuevo acceso al factor ción de la tierra. Una de las razones más
tierra, operó mayoritariamente por el lado de i m p o rtantes, según el autor, estriba en los
la colonización de nuevas tierras, antes que cambios de sentido de las políticas antes y des-
por el lado de la redistribución. Por otra part e , pués de los ochentas. Durante los sesentas y
la modernización actuó sólo para ciertas setentas se priorizó la integración de los cam-
e s t ructuras agrarias ubicadas en las mejores pesinos en las estructuras nacionales, y la
tierras que concentraron además los distintos reforma agraria fue una condición para
apoyos públicos al sector, quedando al margen modernizar la economía y el sector agrario; el
una gran pro p o rción de población campesina Estado jugó un rol muy importante. A part i r
que accedió a tierras marginales y de baja pro- de los ochentas, bajo la influencia de un enfo-
ductividad (minifundios mal servidos), sobre que neoliberal de la política pública, la priori-
todo en la Sierra. dad fue la inserción a un escenario globaliza-
Más allá del balance económico, el autor do, con una menor presencia del Estado. La
ubica efectos socio-políticos importantes de política agraria pierde espacio y se abandona el
la reforma agraria, acogiendo la interpreta- debate sobre la distribución de la tierra, otro r a
ción de Guerrero (1993 y 2000): al desmoro- bandera de lucha de los campesinos. Por otro
nar el régimen gamonal (grandes haciendas lado, en esta ulterior etapa, la intervención en
tradicionales) y las relaciones de producción el mundo rural se externaliza y part i c i p a n
precarias (huasipungos) establecidas en ese varios agentes privados dispersos (ONG, orga-
marco, se posibilitó a los campesinos una nismos internacionales, etc.) con agendas pro-
relación directa con el Estado. Otro efecto pias y diferenciadas, que impiden una com-
importante en el que también incidieron prensión e intervención integral en lo rural (si
agencias privadas de desarrollo y -añadiría- la bien se apoyó a la organización y al posiciona-
misma iglesia y las organizaciones socio-polí- miento político de los campesinos, básicamen-
ticas de izquierda, fue el fortalecimiento de te indígenas). Finalmente, el autor interpreta
las organizaciones campesinas, principalmen- la predilección del Estado y de las agencias de
te indígenas que revalorizaron su condición desarrollo y organizaciones internacionales
étnica (Chiriboga 2004). Cabe advertir que por lo étnico como elemento de discrimina-
Bretón no entra en el análisis de las causas de ción positiva, sobre el discurso
las reformas y sus actores, lo que fue, en su campesinita/clasista, como un proyecto cultu-
momento, un importante debate entre ral del neoliberalismo que, si bien atiende, en
Barsky (1984) y Guerrero (1983) sobre el justicia, derechos culturales de las minorías
grado de responsabilidad de los campesinos étnicas, no cuestiona el fundamento del
en estos procesos. En todo caso, nos deja con- patrón de acumulación y asignación de re c u r-
cluir que las reformas remecieron las hacien- sos y archiva las reivindicaciones más pro f u n-
das tradicionales, aunque no fue lo funda- das que confrontan la distribución de recursos.
mental en la afectación de tierras, y el apoyo El autor nos advierte además sobre el
operó más bien en el nivel político para los advenimiento de nuevos paradigmas inter-
campesinos, principalmente indígenas, sin pretativos respecto a lo rural que acogen los
llegar a ser una verdadera ganancia en el nivel desafíos de la globalidad, incluso desde el
económico-productivo. mismo mainstream teórico, pasando por “el
Uno de los corolarios analíticos talvez más ajuste con rostro humano” de las Naciones

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Los retos de lo local en lo global: aportes analíticos y normativos

Unidas, la “Transformación productiva con de ambas partes, donde las estrategias locales
e q u i d a d” que planteara la CEPAL, entre juegan un rol importante.
otros; todos ellos, modelos que si bien buscan Cabe destacar los cambios de la estructura
disminuir la brecha social, no cuestionan las agraria ecuatoriana encontrados por el autor
políticas neoliberales sino el cómo se las apli- que explican, en parte, su pesimismo: la con-
ca. Para el autor, si bien las propuestas referi- solidación de estructuras desequilibradas
das asientan su preocupación en los más social y territorialmente, una expansión más
necesitados, no se mira los problemas de lenta de la frontera agrícola, decrecimiento de
fondo, cuya confrontación implica la amplia- los precios percibidos por los agricultores
ción de la oferta de oportunidades en el (sobre todo de productos agrícolas exporta-
medio rural (lo que pasa, necesariamente, por bles que, en parte, explica el aumento de su
el acceso a recursos productivos claves como volumen), limitada diversificación de las
la tierra). En este sentido, Bretón llama la exportaciones, crecimiento cada vez más
atención sobre la necesidad de una relectura importante de las importaciones, entre otros.
del período reformista ecuatoriano para esta- Estas características sumadas a las grandes
blecer una agenda propia que atienda los pro- brechas en productividad y tecnología con
blemas estructurales y distributivos, y nos respecto a los países desarrollados hacen
ubique en una posición más favorable en el suponer al autor que la globalización neolibe-
concierto de la globalización. ral trae más incertidumbres que potencialida-
García Pascual, por su lado, hace un aná- des para el sector agrario ecuatoriano. García
lisis de los cambios en la estructura agraria de Pascual nos deja, por otro lado, con argu-
Ecuador en los últimos veinticinco años, en el mentos de peso para pensar urgente en una
m a rco de la globalización neoliberal. agenda para el sector.
Descubre una realidad y respuestas muy hete- Rescataría en este punto, la discusión que
rogéneas de las localidades, que le hacen hacen Bretón, García Pascual y Pérez Sáinz
suponer un saldo desfavorable de procesos sobre los temas de distribución y, más allá,
aperturistas sin que medie una política activa sobre el punto de partida en el que se discute
de desarrollo rural y agropecuario que amino- las posibilidades o no de desarrollo y las posi-
re las grandes brechas sociales y regionales. El bilidades o no de inserción ventajosa de las
autor habla de la “confrontación” o interrela- localidades en el proceso de globalización, pre-
ción desequilibrada entre lo local y lo global. sente casi en todos los artículos del dossier.
Si contrastamos esta visión con los enfoques Este punto es clave para pensar en una proba-
de Martínez y Pérez Sáinz, encontramos una ble vía de convergencia y desarrollo de las dis-
postura más pesimista en el análisis de tintas regiones y clases sociales al interior de las
García. Los primeros autores se concentran localidades en el contexto de la globalización.
en buscar factores que permitan una inser- Figueroa (2003), en su teoría de desarrollo
ción más ventajosa de las localidades en lo sobre las “sociedades sigma” (que podrían
global. Sin caer en optimismos ingenuos, sus caracterizar a los países andinos), encuentra
enfoques aparecen como una visión más bien dificultades de convergencia económica, social
dialéctica entre lo local y el “otro” global, y territorial si no se producen choques re-fun-
antes que de pura confrontación. En este dacionales importantes, donde la reasignación
caso, lo que ocurra en lo local no está deter- de los activos económicos es clave. Ello aboga
minado a priori por lo global; si bien existen a favor de las conclusiones y recomendaciones
importantes condicionamientos, el resultado de Bretón y García Pascual, por ejemplo, para
final dependerá del movimiento y estrategias tratar los temas distributivos en el medio rural.

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Por último y no menos importante, cabe Lo propositivo: algunas conclusiones


traer a colación el trabajo de Gavin Fridell, importantes
que tanto como Bretón y García Pascual
apela al análisis histórico: Fridell evalúa el A continuación se consideran los aspectos pro-
movimiento de comercio justo y los reales positivos y normativos de los autores del dos-
alcances de las redes contemporáneas como sier tanto en el nivel teórico como en el nivel
alternativa a las tendencias comerciales desfa- de la política pública. En el nivel teórico, Pérez
vorables para los países en desarrollo. Así Sáinz convoca a la reflexión sobre lo local
como Bretón argumenta a favor de la recon- como producto de la acción social, donde par-
sideración de propuestas pasadas, como la ticipan varios actores -no sólo los locales y no
Reforma Agraria, Fridell argumenta a favor solo los económicos- en el marco de la globali-
de la recuperación de las reivindicaciones zación. Mart í n ez argumenta, por su part e ,
pasadas del movimiento de comercio justo sobre el crecimiento del espacio social en lo
sobre la regulación del comercio internacio- rural que ha traído la globalización. Así, estos
nal, como un mecanismo de protección legí- autores llaman a profundizar el análisis de la
timo de los caprichos del mercado mundial, cuestión social de lo local y lo global. Pérez
de las estrategias de las grandes corporaciones Sáinz plantea una necesaria agenda de inve s t i-
transnacionales y de la política de los países gación donde se consideren los temas sociales;
ricos. p a rticularmente, los temas de distribución
Desde una perspectiva histórica, Fridell para evaluar si lo local es ve rdaderamente una
plantea que el triunfo del voluntarismo de las territorialidad adecuada para un desarrollo
redes de comercio justo es el triunfo del neo- diferente. Esta recomendación se vuelve muy
liberalismo en las relaciones comerciales p e rtinente para el caso ecuatoriano con un
internacionales y no son una alternativa real a Estado en proceso de descentralización y
las tendencias desfavorables del comerc i o demandas de autonomía por parte de varias
mundial para nuestros pueblos. Esto es así no localidades empujadas por intereses distintos
sólo porque estas redes son funcionales a la (que fluctúan entre la profundización de la
tendencia general del comercio, sino además democracia hasta los intereses económicos y
por su absoluta marginalidad, en términos de políticos de ciertos grupos de poder local).
la escala de los flujos comerciales en los que Estos autores nos alertan además sobre
inciden, y porque donde inciden no existe un algunos factores a considerar para efectos de
efecto claro de ventajas dinámicas en el desa- una inserción más favorable de lo local en lo
rrollo local. Así, Fridell -al igual que Bretón- global. Se plantea la necesidad de repensar el
hace un llamado a releer la historia y recupe- desarrollo a partir de procesos económicos y
rar el sentido, en este caso, del movimiento sociales que se generan en forma endógena y
de comercio justo, dado que el problema que que pueden acoger dinámicamente las opor-
se enfrenta no ha cambiado. tunidades de la globalización, neutralizando
El legado que nos dejan estos últimos sus amenazas. Queda, sin embargo, pendien-
autores para rever las estrategias pasadas es te el análisis sobre los “no lugares” o los terri-
importante: no supone nostalgias irreflexivas torios excluidos de la globalización: un cua-
del pasado, sino búsquedas responsables en dro que no parece muy ajeno a la realidad
un sentido más objetivo y menos ideológico ecuatoriana, en un contexto de alta heteroge-
para un cambio real y necesario. neidad social y regional, como lo advierten
todos los autores que se refieren al caso ecua-
toriano (Martínez, Bretón y García Pascual).

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Los retos de lo local en lo global: aportes analíticos y normativos

En el nivel analítico es importante tam- Bretón también subraya la importancia de


bién considerar la recomendación de redefinir el papel del Estado, asignándole un
Martínez en el sentido de investigar adecua- rol más activo con políticas que garanticen el
damente las distintas localidades, siendo tan acceso de los pequeños pro d u c t o res a los
diversas, a la hora de advertir particularidades medios de producción, al capital, a la infor-
y alternativas de desarrollo para evitar falsas mación y a los mercados. En el marco de esta
generalizaciones y recetas. Pese a reconocer la n u e va agenda, la reforma agraria, según el
pertinencia de la observación de Martínez, autor, tiene que ser reconsiderada y no sólo
argumentaría en un sentido opuesto: también desde un punto de vista económico-pro d u c t i-
es fundamental hacer un esfuerzo por ubicar vo. Asimismo, el autor recoge algunas pro-
tendencias en esos contextos locales diferen- puestas de Ma rt í n ez como la necesidad de
ciados, pues no hay otro modo de construir contar con políticas de precios y protección al
teoría sino se hace abstracción y generaliza- m e rcado interno que, en todo caso -añadiría-
ción de ciertos fenómenos. Evidentemente, , asoman más complejas en el marco de trata-
este esfuerzo no debe dejar de lado lo central. dos como el TLC. Finalmente, se sugiere con-
El extremo, sólo hipotético (no lo plantea el solidar mercados agrícolas regionales como el
autor), de estudiar cada caso, sería la mera Me rcosur y el Pacto Andino. Si bien esta últi-
descripción de casos infinitos. En este senti- ma sugerencia no deja de ser pert i n e n t e ,
do, tenemos un reto teórico importante. queda pendiente pensar en “cómo” lograrlo;
Bretón y Farell, por su parte, nos convo- después de todo, ya llevamos varias décadas
can a releer la historia y las reivindicaciones en el intento de favo recer acuerdos regionales
que siguen siendo pertinentes para confron- que no han logrado madurar suficientemente.
tar los problemas actuales, y no caer en las García Pascual, por su lado, nos plantea el
modas teóricas y propositivas que, en muchos reto de promover un desarrollo territorial-
casos, han camuflado los problemas de mente equilibrado y sustentable en Ecuador,
fondo, tanto en el nivel nacional como en el para lo cual sugiere algunas líneas de política.
nivel de las relaciones internacionales. Este En primer lugar, una política agraria global
llamado es claramente pertinente y necesario. de mediano plazo, que considere desde medi-
En el nivel de las propuestas de política, das para superar las desigualdades y desequi-
Mart í n ez resalta ciertos objetivos básicos librios en las estructuras agrarias y en la dis-
encaminados a apoyar el desarrollo local: tribución de los medios de producción, hasta
crear un entorno favorable para consolidar las medidas de control de precios, pasando por
iniciativas económicas locales, incentivar el medidas de control de la calidad de los pro-
capital social, conservar o crear una cultura ductos, de apoyo a las cooperativas y asocia-
de territorio, y privilegiar o crear una lógica cionismo agrario, e incluso una política de
horizontal de construcción del territorio. El sustento de rentas de los agricultores. En
autor advierte el riesgo de que la articulación segundo lugar, al igual que Bretón y
global-local opere sin la intermediación del Martínez, el autor sugiere promover un pro-
nivel regional o meso, destacando la impor- ceso de integración comercial, económica y
tancia de la acción del Estado y gobierno política regional. Finalmente, plantea la nece-
local en el fomento del desarrollo local. Este sidad de impulsar una política de planifica-
aspecto ciertamente es muy relevante de dis- ción y ordenamiento territorial en el país, que
cutir y hace falta pensar claramente los roles aminore los desequilibrios socioeconómicos e
d i f e renciados de los distintos niveles de infraestructurales de los distintos territorios.
gobierno en una gestión descentralizada. Por lo dicho, García Pascual es uno de los

87
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Jeannette Sánchez

autores que más aporta en la discusión de una Bibliografía


agenda nacional de desarrollo rural y agrario.
Barsky, O., 1984, La Reforma Agraria ecuatoriana,
En conclusión, los distintos autores del Corporación Editora Nacional, FLACSO-Ecuador,
dossier hacen varias contribuciones tanto en Quito.
el nivel teórico-analítico como en el nivel Bretón, V., 2006, “Glocalidad y reforma agraria: ¿de
nuevo el problema irresuelto de la tierra?” en Íco -
normativo. Los autores que discuten el caso nos. Revista de Ciencias Sociales No. 24, FLAC-
ecuatoriano hacen un análisis sobre los pro- SO-Ecuador, Quito, pp. 59-69.
blemas de fondo, nuevos y viejos, que ameri- Castells, M., 1998, “La globalización, tecnología, trabajo,
tan solución si se quiere pensar en serio en la empleo y empresa” en La Factoría No. 7,
http://www.lafactoriaweb.com/articulos/castells7.htm
competitividad y el desarrollo local en el Centro de Investigaciones CIUDAD, 2001, Proyecto:
marco de la globalización. Migración, comunicación y desarrollo. El proceso
En el nivel internacional está claro que no migratorio de ecuatorianos a España, Ciudad,
Quito.
existe actualmente una real contra-tendencia
Chiriboga, M., 2004, “Desigualdad, exclusión étnica y
de un comercio internacional desfavorable participación política”, mimeo.
para los países en desarrollo; por tanto, es Figueroa, A., 2003, La sociedad sigma. Una teoría del
urgente pensar en estrategias efectivas favora- desarrollo económico, Pontificia Universidad
Católica del Perú y Fondo de Cultura Económica,
bles al desarrollo local en el medio rural. En Lima y México.
el plano teórico ciertos autores nos entregan Figueroa, A. y Barrón, M., 2005, “Inequality, Ethnicity
nuevas categorías y nos compelen a analizar and Social Disorder in Peru”, CRISE Working
mejor la cuestión social. Los autores también Paper 8, CRISE-University of Oxford, Oxford.
Fridell, G., 2006, “Comercio justo, neoliberalismo y
nos dejan retos para analizar las no localida- desarrollo rural: una evaluación histórica”, en Íco -
des que ese proceso globalizador puede pro- nos. Revista de Ciencias Sociales No. 24, FLAC-
vocar. SO-Ecuador, Quito, pp. 43-57.
García Pascual, F., 2006, “El sector agrario del
Finalmente, con respecto a las propuestas
Ecuador: incertidumbres (riesgos) ante la globaliza-
de política, los autores sugieren una agenda ción” en Íconos. Revista de Ciencias Sociales No.
altamente complementaria, donde se retome 24, FLACSO-Ecuador, Quito, pp. 70-88.
sin prejuicios las políticas pasadas que sean Guerrero, A., 1983, Haciendas, capital, lucha de clases
andina, Editorial El Conejo, Quito
convenientes y se de un rol más activo al Guerrero, A., 2000, “El proceso de identificación: sen-
Estado en todos sus niveles (central, meso y tido común ciudadano, ventriloquia y transescritu-
local), para que las localidades puedan ade- ra,” en Guerrero, A., coordinador, Antología:
cuar mejor las fuerzas endógenas de desarro- Etnicidades, FLACSO-Ecuador-ILDIS, Quito
Martínez, L., 2006, “La perspectiva local-global en el
llo. En esto el apoyo a un acceso más demo- medio rural ecuatoriano” en Íconos. Revista de
crático a recursos productivos es clave, dado Ciencias Sociales No. 24, FLACSO-Ecuador,
el alto grado de desigualdad existente en el Quito, pp. 89-99.
O´Rourke, K. H. y Williamson, J. G., 1999,
campo, tanto como el aliento a la productivi-
Globalization and History, MIT Press, Cambridge.
dad y al capital social. En definitiva, los auto- Pérez Sáinz, J.P., 2006, “Globalización y comunidad de
res nos incitan a pensar en estrategias adecua- vecindad. Notas para el planteamiento de un con-
das para apoyar el desarrollo local del mundo cepto” en Íconos. Revista de Ciencias Sociales No.
24, FLACSO-Ecuador, Quito, pp. 27-42
rural ecuatoriano y no dar por determinados Sánchez, J., 2005, Inequality, Ethnicity and Social
los avatares de la globalización, pese a que se Disorder: the Ecuadorian case, en prensa.
reconoce su importante grado de condiciona- Sassen, S., 2004, “Formación de los condicionantes eco-
lidad. nómicos para las migraciones internacionales”, en
Ecuador Debate No. 63, CAAP, Quito, pp. 63-88.
Williamson J. G., 2002, “Winners and losers over two
centuries of globalization”, Working paper 9161,
National Bureau of Economic Research,
Cambridge.

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 77-88
DIÁLOGO
La política de los movimientos
sociales en Bolivia
Diálogo con Álvaro García Linera
“Eres subalterno en tanto has naturalizado la idea de
la ausencia de soberanía en tu horizonte”

Franklin Ramírez Gallegos*


Pablo Stefanoni**

C
u a t ro meses antes de su elección como
Vicepresidente de Bolivia, en diciembre 2005 en
binomio con Evo Morales del Movimiento al
Socialismo (MAS), Álvaro García Linera (matemático,
sociólogo, Premio Agustín Cueva de Ciencias Sociales
2004, UCE-Quito) habló con Iconos. Sus palabras no dejan
indicios de lo que el futuro iba a depararle. Son explícitas,
eso sí, al enunciar los porosos contornos entre su actividad
como investigador social y su implicación política con los movimientos indígenas bolivianos.
Álvaro García Linera (AGL) nació en una familia mestiza de clase media en Cochabamba
en 1962. Como estudiante de matemáticas en la UNAM en México en los 80s se involucra en
las campañas de solidaridad con Centroamérica y comienza a ocuparse del problema indígena.
De regreso a Bolivia se vincula con procesos de organización de las comunidades en la zona del
altiplano. Posteriormente, forma parte de la dirección ideológica del Ejercito Guerrillero Tupak
Katari (EGTK), una de las pocas fuerzas guerrilleras propiamente indígena en América Latina.
Sus primeros libros, Crítica de la nación y la nación crítica (1989) y De demonios escondidos y
momentos de revolución (1991) aparecen firmados bajo el nombre de guerra Qananchiri, “aquel
que clarifica las cosas” en aymara. En 1992 es encarcelado en la prisión de máxima seguridad
de Chonchocoro, acusado de sublevación y alzamiento armado. Luego de cinco años de prisión
ingresa como docente de sociología en la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz desde
donde continúa escribiendo de forma prolífica (ver bibliografía). Tal trayectoria convirtió a
AGL en uno de los más importantes teóricos y portavoces de los movimientos indígenas y cam-
pesinos bolivianos1.
La primacía de lo político en su vida intelectual parecería constituirse en el trazo unificador
de una importante obra teórica y de sus estudios sobre las transformaciones del proletariado
minero y sobre la emergencia de los nuevos movimientos sociales. En la politicidad de su obra
reverbera la imagen de la política como un campo de batalla -establecida por Carl Schmitt y lle-
vada a su forma más elegante y realista por Pe r ry Anderson-. Figura ésta que puede resultar en
exceso austera para designar lo que tienen en mente todos estos autores, a saber, una confro n-

* Sociólogo. Dr. (c) Ciencias Políticas, Universidad Paris VIII.


** Sociólogo y periodista. Colaborador habitual de Página 12, Argentina.
1 Cf. Forrest Hilton, 2006, “The landslide in Bolivia”, en New Left Review No. 37, enero-febrero, Londres.

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 91-107
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Franklin Ramírez Gallegos y Pablo Stefanoni

tación directa entre dos polos opuestos2. No El pentágono sus análisis críticos del “estado-
se trata del trazado simple de una topografía colonial-neoliberal” boliviano comenzaron a
política polarizadora/binaria sino, sobre todo, ser escuchados por los sectores medios urba-
de los lugares en los que AGL inscribe su tra- nos en diversas ciudades del país, lo que con-
bajo intelectual, de los auditorios a los que tribuiría a la progresiva legitimación de la
hace re f e rencia y en los que espera encontrar nueva izquierda indígena boliviana.
resonancia: el campo plebeyo. Si se toman las En este punto la pregunta cae por su pro-
herramientas de la sociología pragmática -la pio peso. Un intelectual es un personaje bidi-
descripción de las acciones y los juicios en mensional que subsiste como tal si está inves-
s i t u a c i ó n, para decirlo de modo muy escueto- tido de una autoridad conferida por un
es re l a t i vamente fácil ubicar ese lugar de mundo intelectual autónomo (independiente
enunciación y de anclaje de su trabajo inte- de los poderes religiosos, políticos y económi-
lectual. Basta observar, en efecto, a medida cos), con reglas específicas que se comprome-
que el diálogo avanza, sus frecuentes pasajes te a respetar, y si involucra esta autoridad
del yo al nosotro s, o la misma dilución de un yo específica en las luchas políticas4: Entonces,
tenue en unn o s o t ros extenso, solidario e, inclu- ¿en qué medida el trabajo de AGL ha podido
so, re s t r i c t i vo, en que se funden sus filiaciones desarrollarse de modo autónomo a sus vincu-
políticas, militantes e identitarias. laciones políticas? O para decirlo con M.
Proponemos leer ese nosotros en boca de Walzer, ¿alcanza su obra, acaso, el punto de
AGL en el contexto del cuestionamiento equilibrio, entre la implicación/anclaje en un
extremo de las convencionales formas de universo social dado y la capacidad de despla-
representación política y social -que apuntan zamiento normativo, de “mirar desde afuera”,
también a la pretensión del intelectual teóri- que favorece el efectivo ejercicio de la crítica
co como conciencia representativa de un como práctica social moderna5?
malestar- y de la emergencia de nuevos nexos La sospecha de que en el intelectual com-
entre la vida intelectual y la acción política prometido se diluyen las posibilidades de
colectiva. Asistiríamos hoy en día a una generar un conocimiento universal guiado
extensión de la cooperación y las redes socia- por los principios de la pureza ética y la polí-
les entre diversos agentes públicos que parti- tica de la verdad debe despejarse, no en la
cipan en común en la vida de la mente (com- consideración de su particular evolución inte-
parten las mismas aptitudes comunicativas y lectual ni en el juicio filológico de sus textos,
cognoscitivas)3 y, más que en ningún otro sino en la observación de las características
momento histórico, son capaces de advertir del campo intelectual/académico local y de la
las implicaciones políticas del saber. Esa cer- pluralidad de espacios públicos de diálogo y
teza explicaría que AGL haya incursionado confrontación no violenta en los que razones,
activamente, en los últimos años, en el espa- argumentos y demostraciones se sopesan y
cio mediático. Desde el programa televisivo validan, legitimando así a unos actores y dis-
cursos y no a otros. En el análisis de tales dis-
2 El término alemán Kampfplatz, utilizado regularmen-
te por P. Anderson en sus artículos de la New Left
Review, aseguraría precisamente esa connotación más 4 P. Bourdieu, 1992, Les règles de l’art. Genèse et structu -
radical y dirimente de la vida política (Cfr.: Stefan re du champ littéraire, Post-scriptum, Éditions du
Collins, “Marxism and Form”, The Nation No. 22 Seuil, Collection Points, Paris.
Noviembre 2005, en 5 Ver al respecto Michael Walzer, 1996, La critique
www.thenation.com/doc/20051212/collini. social au XX siècle, Ed Métailie, Paris (The company of
3 P.Virno, 2004, Gramática de la multitud, Editorial critics, social criticism, and political commitment in the
Malatesta, La Paz, Bolivia, (p.56-59). twentieht century, 1988, Basic Books, New York).

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 91-107
La política de los movimientos sociales en Bolivia. Diálogo con Álvaro García Linera

positivos podrá reconocerse el carácter histó- cia. Es entonces cuando decido emprender
rico y social de la razón y, por tanto, la espe- estudios formales de ciencias duras (matemá-
cificidad de las prácticas intelectuales en ticas), porque creía que las ciencias sociales
diversos contextos. La conversación con AGL podía aprenderlas yo solo… A esos días se
brinda pistas ciertas a fin de acometerse en remonta mi cercanía a la ciencia social.
tales tareas.
¿En ese ambiente cargado de expectativas
Álvaro, tu trayecto intelectual va del ejerci- políticas se inicia tu actividad militante?
cio radical de la política, al oficio de sociólo-
go, y ahora a tu trabajo en los medios de AGL: No. Me sentía más bien distante de las
comunicación. ¿Cómo ves esta trayectoria, lecturas partidarias, a pesar de que en esa
sobre todo, en relación al campo intelectual época todos los jóvenes militaban en la uni-
de las ciencias sociales en Bolivia? versidad. Y no lo hago sobre la base de una
distancia un poco “intelectualista” de la polí-
AGL: Complicado, pero intentaré. En princi- tica. Era un chango (joven) poco formado
pio, soy una persona que vive la adolescencia que veía como una limitación intelectual el
en un periodo de ascenso de las movilizacio- tipo de debate político que se daba en el inte-
nes sociales. Es el fin del ciclo de dictaduras, rior de los pequeños grupos militantes.
elecciones, golpes de estado, elecciones, gol- Decido, entonces, ir al extranjero y continuar
pes, etc. Y todo eso me toca, me llega. Era un con mis estudios de matemáticas pero, para-
ambiente cargado de proyectos, de moviliza- lelamente, mantengo mi lectura de temas teó-
ciones, de debates, de discusiones a fines de ricos e históricos concretos. En México influ-
los años 70s. Y creo que eso influyó en mí. ye mucho en mi percepción política la guerri-
Me legó un tipo de acercamiento personal a lla centroamericana en El Salvador, aunque
las ciencias sociales. Viví el bloqueo de 1979 en Bolivia tenía más influencia una tendencia
(retorno a la democracia) en La Paz, e influyó sindicalista obrera, además de la del indianis-
mucho en mí la presencia de los campesinos mo, del katarismo7, de las movilizaciones del
que bloquean la ciudad -como ahora6- y que, 79. Tenía, entonces, cercanía con temas muy
entonces, era difícil de entender. No se enten- teóricos, pero el acercamiento a las experien-
día bien que estaba pasando. En tal ambiente cias en Centroamérica va a modificar mis lec-
busco la ayuda de las lecturas de las ciencias turas, va a politizarlas: paso de una orienta-
sociales; desde adolescente he sido un autodi- ción más filosófica y abstracta de El Capital,
dacta. La sociología me llega en medio de ese de la dialéctica de Hegel, de Kant, a una
ambiente, y yo la voy siguiendo con pacien- mirada más práctica. Entonces comienzan
mis lecturas más leninistas, digamos así, para
6 La entrevista se realiza tres semanas después del fin del
levantamiento popular de mayo/junio del 2005 que 7 El katarismo, al igual que el indianismo, se desarro-
contribuyó a la dimisión del entonces Presidente llan como corrientes políticas críticas a principios de
Carlos Mesa. Si bien distintos puntos del occidente los setenta. Ambas colocan al colonialismo y la cues-
boliviano fueron ocupados por campesinos, indíge- tión india en el centro de sus preocupaciones y criti-
nas, cocaleros, mineros, etc., durante casi tres sema- can los límites del mestizaje como ideología revolu-
nas, fue el bloqueo y cerco de la ciudad de El Alto a cionaria. El katarismo veía necesario, sin embargo, la
la capital política del país, La Paz, el punto más tenso articulación de la conciencia étnica aymara y la con-
de lo que fue calificado como la segunda gran insu- ciencia de clase campesina; el indianismo ponía
rrección plebeya del siglo XXI (la primera había sido mayor énfasis en la dominación racial (Ver Forrest
la de octubre 2003 que puso fin al gobierno de Milton y Sinclair Thomas, 2005, “The Chequered
Gonzalo Sánchez de Lozada). Rainbow”, New Left Review No. 35, Nov / Dic).

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 91-107
Franklin Ramírez Gallegos y Pablo Stefanoni

comprender mejor la gestión de lo político.


Esto ya es en los años 80. Al acabar la carre-
ra, regresamos a Bolivia pero con una posi-
ción de mayor involucramiento político.

¿Cómo influyó el conocimiento de los movi-


mientos insurgentes centroamericanos en tu
evolución intelectual?

AGL: Habían dos elementos importantes: el


tema armado como modo de resolución o de
conquista del poder y, en particular, el tema
étnico, sobre todo en Guatemala donde escu-
cho por primera vez un debate político sobre
el tema de la multiculturalidad. Aún cuando
ya era el momento de reflujo de la guerrilla ahí existen distintas vertientes: la marxista, y
guatemalteca, se logró incorporar este ele- los proyectos, lecturas y horizontes del india-
mento en el debate a partir de la presencia de nismo. Todo el proceso abierto -las influen-
los mayas. Esto para mí es en extremo nove- cias de la guerrilla, del tema obrero y del tema
doso. En todo el debate que yo conocía en indígena- lo intentamos siempre teorizar. Es
América Latina, esa cuestión no estaba pre- así que, en los años 80, dedico mi tiempo a
sente. Con esos bagajes regresamos aquí a escribir varios libros: unos polémicos, en
Bolivia e intentamos construir una estructura debate, contra la izquierda tradicional predo-
política principalmente obrera -porque los minante, y otros que anticipaban trabajos de
mineros eran el eje de la política contestataria mayor abstracción. Algunos compañeros me
en Bolivia- y en ese proceso de construir for- reñían por esto: no veían bien que en
mas organizativas obreras, se inicia un largo momentos de tanta intensidad de la lucha
debate, que perdura hasta el día de hoy, con- política yo estuviera revisando las cartas a
tra el trotskismo y el estalinismo, representa- Vera Zasulich, o lo que dice Marx en El
do por el POR (Partido Obrero Revolucio- Capital sobre la nación. Eran momentos en
nario) y el PCB (Pa rtido Comunista de que se venía la “Marcha por la Vida”8, pero
Bolivia). era mi manera de aportar desde lo teórico.
Luego conocemos a un grupo de líderes Desde entonces yo creo que llevo esas líneas,
indígenas, jóvenes todavía, que venían de las esa temática de lo nacional, de lo étnico, de lo
corrientes kataristas e indianistas de los años campesino.
70. Iniciamos así una relectura o, más bien,
una ampliación de nuestra mirada, desde lo 8 En 1986, en busca de hacer frente a la incipiente polí-
obrero muy centrado en Marx, o al menos en tica de ajuste estructural en Bolivia, sectores obreros,
las obras clásicas de Marx y Lenin, hacia la liderados por los mineros, organizaron la Marcha por
la Vida. En esta, unos diez mil mineros, junto a otros
temática de lo nacional, de lo campesino,
cinco mil fabriles, estudiantes y ciudadanos de clase
hacia la temática de lo que se llama las iden- media, se dirigieron a la ciudad de La Paz. El gobier-
tidades difusas. Ahí se inicia una etapa -yo no cercó a los marchistas obligándolos a retornar a
diría en torno a 1986- que se mantiene hasta Oruro y a las minas de donde habían partido. La
movilización popular había sido derrotada. El adveni-
hoy, de una preocupación sobre la temática miento del neoliberalismo como nuevo modelo eco-
indígena y de la construcción de la nación; nómico no tendría, en adelante, mayores detractores.

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 91-107
La política de los movimientos sociales en Bolivia. Diálogo con Álvaro García Linera

¿Teóricamente el principal salto implicaba mo, y creyendo que eso era posible. Eso
salir del predominio economicista de las cla- implicaba múltiples peleas con la izquierda
ses para articular el tema étnico? ¿Cuál era el boliviana para la cual no había indios sino
eje de la discusión? campesinos o clase media. Se trataba, en todo
caso, de una pelea marginal porque éramos
AGL: Por el ambiente que me forma, la temá- un grupo de personas que no influía en nin-
tica obrera comienza a atraerme desde un ini- guna parte: nos dedicábamos a repartir pan-
cio en términos tanto de acción política como fletos, textitos, policopiados de unas 50 pági-
de interés intelectual. Me apoyo en Marx, en nas en las marchas, en las minas…
El Capital, y en Althusser y Gramsci. De
joven uno lee mucho pero no entiende casi La evolución política de los movimientos ha
nada. Yo, de todos modos, hacía el esfuerzo. marcado tu trayectoria intelectual. ¿Puedes
Pasar al eje más indígena-nacional es una hablarnos de esa evolución y de cómo llegas-
sumatoria de lo que viví en un bloqueo muy te a ser arrestado junto a otros dirigentes
parecido al de ahora, con los mismos miedos sociales?
de las clases medias, y la formación de grupos
de resistencia. Mi cercanía con lo que venía AGL: En los años 85 y 86 se da una conjun-
siendo la guerrilla en Centroamérica y el vín- ción de intelectuales jóvenes, muy jóvenes,
culo con líderes indígenas, que 20 años des- un conglomerado de obreros (mineros espe-
pués van a ser influyentes en la vida política, cialmente), que están en un proceso de radi-
hace que tome cierta distancia del eje obrero calización y de distancia con los partidos tra-
(al que nunca he perdido de vista en términos dicionales, y un conglomerado de líderes
del análisis de la estructura de clases de la campesinos e indígenas provenientes de las
sociedad). De todos modos, supe incorporar filas del indianismo katarista, que está en sus
la temática indígena en un esfuerzo por vol- últimos momentos de apuesta electoral. En
verla comprensible y entendible a partir de las esta primera etapa toda la actividad se centra
categorías que yo tenía (mi autoformación era en el trabajo político en las minas, en las
básicamente marxista). Ahí comienza una asambleas, en producir “panfletería”, en pro-
obsesión, que mantuve durante 10 años, de ducir crítica a las posiciones de izquierda tra-
rastrear aquello que había dicho Marx sobre dicional con una consigna clara: va a haber
el tema. Comenzamos entonces a escudriñar una prueba de fuerza, y esa prueba va a diri-
los cuadernos, los textos de Marx sobre los mir la nueva época… Esa prueba de fuerza
“pueblos sin historia” de los años 48 y los tra- fue la Marcha por la Vida, en 1986, cuando
bajos de Engels, pero también comenzamos a los obreros salen derrotados políticamente
revisar la lectura de los Grundrïsses así como (no militarmente: ni siquiera fue necesaria
también los textos de la India, de la China, una salida militar). Entonces se desmorona el
luego las cartas a Vera Zasulich, y luego los movimiento y comienza el desbande.
manuscritos etnológicos, y también los otros
manuscritos, inéditos, que están en Ámster-
9 9 En el Internationaal Instituut voor Sociale Geschiedenis
dam . Viajamos hasta allá a buscar un con- (IISG) reposan varios documentos que contienen las
junto de cuadernos que ahí existen sobre Notas Etnológicas de Marx; unos de estos cuadernos
América Latina (unos 8 o 10 cuadernos de contienen además los extractos de Morgan, Maine,
Lubbock y Phear. Para un análisis de dicho material
Marx). Comienza una obsesión, con distintas
ver el trabajo de Lawrence Krader “Introducción a las
variantes, a fin de encontrar el hilo conductor Notas Etnológicas de Marx”, publicado en la Revista
sobre esa temática indígena desde el marxis- Nueva Antropología No, 10, Año III, México, 1979.

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Franklin Ramírez Gallegos y Pablo Stefanoni

A medida que se acercaba la prueba de un proceso de formación militar en las comu-


fuerza, se difundió en las asambleas la idea de nidades; primero en el altiplano, con militan-
que había que venir con dinamita (por si tes del viejo indianismo del 70, luego se en
acaso), que no cabía únicamente llegar a La Potosí, en el Chapare, en Sucre. El asunto
Paz para pedirle al presidente que no cierre las prende muy bien en las comunidades de
minas (esa era la petición). Nosotros intui- Sucre y en Potosí, porque acá en el altiplano,
mos que podía darse algún tipo de enfrenta- la gente se formaba militarmente de manera
miento y corrió entonces la idea de que la clandestina. Ahí caben entrenamientos, apro-
gente viniera con dinamita. Sin embargo, les visionamiento de armas, aprender a disparar,
decomisaron sus camiones en Patacamaya aprender a usar dinamita, esas cosas muy sen-
(como ahora) donde colocaron tanques y un cillas. En Sucre y Potosí se hace entrenamien-
gran resguardo policial. Era en 1986: Felipe to en las comunidades. Por ejemplo, una
Quispe estaba ya ese año en la federación comunidad me invitó a Puricollo y me decí-
departamental de La Paz, una cartera secun- an: “aquí vamos a entrenarnos, estamos tra-
daria, y lo que hace es movilizar a algunos bajando desde el sábado hasta el siguiente
campesinos que tenían armas -hay armas en miércoles, y del miércoles al viernes todos,
el campo, viejas, pero armas- para acercarse a hombres y mujeres, al entrenamiento”. El eje
la marcha y en caso de que hubiera enfrenta- era la autosuficiencia organizativa, aunque en
miento contribuir, con sus viejos “máuseres”. algún momento se conversó con otras organi-
Pero no, los cercan las tropas y unos intentan zaciones de América Latina.
romper el cerco. Entonces, el ejecutivo dice Lo que te cuento pasó en los años 90 o 91
no, hay que parar esto: no podemos ir a una y es ahí donde caemos presos. Vivíamos en la
masacre. Y se repliegan. Desde ese momento, ciudad, pero comenzaron a caer las estructu-
todo ese bloque de intelectuales y mineros ras organizativas de lo militar; y a partir de
nos trasladamos a potenciar el trabajo en el eso, a caer los vínculos urbanos más intelec-
campo junto con los indianistas. Ahí es tuales… Ahí nos agarran como a 36 personas,
donde se va construyendo este escenario más en el Chapare, en Potosí, en Sucre, en La Paz
fuerte de emancipación indígena, de autode- y en Cochabamba. Jaime Paz (del Movi-
terminación de las nacionalidades indígenas, miento de Izquierda Revolucionaria, MIR)
especialmente la aymara. Hay un fuerte énfa- estaba en ese entonces ya en el poder. Los pre-
sis en la posibilidad de una sublevación indí- sos pertenecían al aparato más militar, digá-
gena, en la idea de que la emancipación indí- moslo así, de esta estructura. Aquí en el
gena pasa obligatoriamente por una subleva- Altiplano y en Oruro agarran gente de la
ción de comunidades. Quispe teoriza ahí estructura más política, pero ya los nexos
sobre la guerra de los ayllus; tiene la imagen estaban muy claros.
de una toma del poder mediante una suble-
vación de ayllus y comunidades, es decir, no ¿Qué pasa con tu actividad intelectual en y
se estructura un imaginario guerrillero sino luego de los años de encierro?
un escenario de emancipación de masas.
Pe ro entonces nosotros, como grupo, AGL: Pues al saber que no iba a contar con
comenzamos una línea de trabajo para prepa- muchos libros, que no tendría mi biblioteca
rar a la gente que algún rato tendrá que suble- disponible, decido dedicarme sólo a unos
varse. Se inicia un proceso de esta organiza- cuantos libros y a trabajarlos de un modo
ción que luego va a dar lugar al EGTK mucho más profundo. Decido continuar con
(Ejército Guerrillero Tupac Katari) y luego a parte de mis trabajos teóricos; escribo Forma

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 91-107
La política de los movimientos sociales en Bolivia. Diálogo con Álvaro García Linera

valor, forma comunidad, que es una lectura letarización…); la segunda sobre los mismos
enteramente dedicada a El Capital bajo la cambios pero en el mundo minero, la “nueva
obsesión de trabajar el tema del valor de uso, minería” que se había desarrollado en Bolivia
del valor de cambio y de las lógicas organiza- en la última década (La condición obrera…).
tivas de la modernidad para hacer un contra- Creo que son investigaciones que ayudan a
punto con las lógicas organizativas del definir cierto tipo de posicionamiento inte-
mundo andino. De tal reflexión derivo la lectual en torno al debate del mundo obrero.
lógica de la forma valor como la lógica de la Las conclusiones generales son que los obre-
modernidad capitalista, y la forma comuni- ros no han desaparecido, ha habido una
dad no como movimiento social sino como modificación de la estructura material de la
lógica organizativa del mundo andino. Para el condición obrera, de la identidad obrera y de
efecto, me detengo en el ámbito del estudio la composición política y cultural de la clase
de las sociedades de la época colonial, puesto obrera; de allí se deriva una explicación de
que apenas puedo disponer de algunos textos por qué la COB se extingue como movi-
de los cronistas. Trabajo, a la vez, El Capital y miento social unificador del país
los textos de los cronistas de la colonia. El
libro se divide entonces en dos grandes blo- En tus últimos trabajos te dedicas por ente-
ques: la primera parte centrada en el capita- ro al tema de los movimientos sociales;
lismo, donde propongo un esquema interpre- incorporas, además, a autores como Ch.
tativo de la obra de Marx sobre la dimensión Tilly, algo de marxismo analítico, la visión
civilizatoria del capital y veo como funciona más racional de la movilización de recur-
tal organización civilizatoria en una sociedad sos… ¿Cómo ves ese giro en relación al tema
colonial, pero -en la segunda parte- me enfo- del sindicalismo clásico y a tu misma filia-
co en la dimensión de las comunidades. … ción marxista anterior?
Aproveché, además, para completar la his-
toria de los cronistas. Intenté leer todo lo que AGL: El tema de los movimientos sociales fue
estaba disponible en las bibliotecas y en las muy complicado acá pues cuando surgen
publicaciones que nos llegaban a través de nuevos actores en el 2000 y en el 2001, era
profesores que nos ayudaban a conseguir claro que no estabas ante una clásica movili-
libros difíciles. Fue un curso acelerado de zación de clase obrera. Ya no había la COB
antropología y etnohistoria andina y de eco- (Central Obrera Boliviana), es más, habíamos
nomía agraria. Buena parte de todas las cosas decretado su muerte un año antes. Mantengo
que he hecho y escrito después están basadas la idea de la muerte de la COB, tal como la
en ese curso académico forzado de etnohisto- habíamos conocido, como un núcleo unifica-
ria andina. Al mes de salir de la cárcel fui invi- dor del movimiento sindical organizado de
tado por el Dpto. de Sociología de la gran empresa y del obrero artesano de gran
Universidad Mayor de San Adrés, donde tra- empresa. Eso ya no existe. Entonces, lo que se
bajo actualmente, y tracé un plan de investi- veía ya no era una movilización obrera clásica
gaciones en la perspectiva de darle cuerpo a lo p o rque ahí habían regantes, campesinos,
que ya venía reflexionando antes. En relación maestros, vecinos, obreros de industria; era
a lo obrero, desde el año 98 implementamos un conglomerado, sin centro hegemónico
dos investigaciones con la carrera de sociolo- único, que iba variando en función de los
gía sobre el mundo obrero contemporáneo. temas y de los momentos. En un momento
La primera sobre el mundo obrero fabril y sus podía ser el núcleo sindical clásico que impo-
cambios organizativos y tecnológicos (Repro- nía mayor capacidad discursiva pero a los 15

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días podían ser los regantes, con su demanda giendo. No se trataba meramente de actos de
específica, los que articulaban al resto. Había protesta irracionales; había que entender el
una hegemonía variable al interior del bloque horizonte político, las capacidades estratégi-
social en construcción. Eso no entraba en la cas y tácticas de los actores colectivos.
definición clásica de un movimiento clasista
obrero. En tus descripciones de los movimientos
Entonces, ¿cuál es la categoría clave para sociales planteas, a fin de distinguir sus par-
designar todo ello? Esa categoría es la de ticulares expresiones, la idea de las “formas”
movimiento social. Colocar tal categoría en el (form a - m u c h e d u m b re, form a - m u l t i t u d ,
campo intelectual y en la opinión pública f o rm a - vecino, forma-comuna, etc.) ¿De
costó mucho, porque cuando inicialmente la dónde surge esta categoría, cómo funciona,
propusimos todos se pusieron en contra. tiene sólo una utilidad clasificatoria?
Claro, en el debate que aparece en el periódi-
co Pulso del 2001 -con Jorge Lazarte, con AGL: La idea de las formas es un intento por
René Mayorga- se dice que no son movi- hacer una tipología de los movimientos socia-
mientos sociales, que no pueden ser califica- les. Fue René Zavaleta quien inicialmente
dos como tales, porque un movimiento social planteó una “forma de movilización” al hacer
tiene que tener un proyecto de país… referencia al movimiento obrero. Él planteó
la “forma sindicato”, aunque nunca logró
La visión más “tourainiana” de la acción explicar bien sus dimensiones técnicas. Yo
colectiva… retomé la idea cuando se dieron las subleva-
ciones de Cochabamba y el Altiplano e inten-
AGL: Claro… Había que pelear entonces por té encontrar sus diferencias y similitudes en
la significación del concepto. Es un debate comparación de lo que antes era el movi-
para romper la lectura irracionalista de la miento social en Bolivia. Trabajé la idea de la
acción, como acción esporádica o meramente “forma sindicato” con cinco características: a)
reivindicativa, que era lo que estaban inten- sindicalismo de gran empresa, b) trabajador
tando posicionar los intelectuales hegemóni- con contrato a tiempo indefinido, c) ascensos
cos conservadores. Introdujimos la categoría laborales concentrados por el saber obrero,
de movimiento social como mov i l i z a c i ó n administrados por los obreros, d) la ciudada-
p ro a c t i va de la sociedad, es decir, como nía sujeta al derecho sindical, una ciudadanía
acción fundada en razones, estrategias, tácti- sindical, y e) un sistema tecnológico subordi-
cas… Ahí es cuando hacemos la revisión de lo nado a las habilidades organizativas de lo
que había trabajado la sociología en estos tér- obrero. En esos cinco puntos se estructura la
minos, retomando algo de la sociología nor- forma sindical de la COB en Bolivia. El des-
teamericana, pero sin posicionarnos específi- mantelamiento de esos cinco puntos repre-
camente junto a algún autor en particular y senta el tránsito a la nueva forma de la condi-
tomando distancia de A. Touraine (que fue ción obrera: desparece la gran empresa, sur-
muy influyente en Bolivia a través de los tra- gen las empresas descentralizadas, las micro-
bajos de Fernando Calderón o Sa l va d o r empresas, desaparece el tiempo de contrato
Romero). Desde ahí se habían echado tres indefinido y surgen los contratos por obra,
cruces al movimiento obrero y a la emergen- temporales, eventual, la flexibilización; los
cia de los nuevos sujetos; ya no había lucha saberes productivos salen de las manos de los
política. Se necesita posicionar entonces la obreros y se concentran en la gerencia o en las
lucha política como el eje de lo que está emer- máquinas, tanto en la mina como en la fábri-

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ca; desaparece la ciudadanía sindical, los dere- ejercicio de soberanía. Cuando las organiza-
chos sindicales se separan y la ciudadanía es ciones campesinas e indígenas, los comune-
entendida básicamente como derechos civiles ros, adoptan los cercos como método de
y políticos; desaparece la dimensión social de lucha fundamental ante el mundo urbano y
los derechos, la ciudadanía social desaparece ante las clases dominantes, el espacio se
(que es lo que permitía su fusión con el sin- expande, se intercomunican comunidades, se
dicalismo) y, en términos de la tecnología, ejerce un control político del espacio. Esa es
surgen modificaciones técnicas, que en algu- la forma comunidad que vuelve a desplegarse
nos casos regresan a una buena parte de los el día de hoy hasta las ciudades; es una forma
obreros a condiciones tradicionales de trabajo de acción colectiva, de estructura organizati-
(los llamados cooperativistas). Es el regreso al va, de tradición de identidad.
siglo XIX en la estructura técnica de la pro-
ducción. En otros casos se da un salto Hablas también de la “forma multitud” para
mediante la introducción de sistemas compu- hacer referencia a un nuevo componente de
tarizados que arrebatan al obrero la organiza- las acciones de protesta “plebeya” desplega-
ción y los saberes productivos fundamentales das en todo el país en el ciclo 2000-2005. ¿A
que antes estaba en el obrero y se transmitían qué te refieres exactamente con esta descrip-
de generación en generación y permitían la ción de la acción colectiva?
fidelidad del más joven hacia al mas viejo (así
se obtenía el reconocimiento y el ascenso en AGL: No aplico la forma multitud en el sen-
el trabajo). Desaparece esa forma de acción tido de Toni Negri, sino en el de una asocia-
colectiva o, mejor dicho, desaparece el sus- ción de asociaciones de varias clases e identi-
tento de una forma de la acción colectiva. dades sociales, sin una hegemonía única en su
En la “forma comunidad”, por su parte, interior. Pueden sumarse campesinos, regan-
introduzco la idea de los modos de organiza- tes, estudiantes, obreros sindicalizados, deso-
ción y filiación tradicionales básicamente cupados, intelectuales, individuos sueltos, y
andinos-agrarios. Ap a rece la combinación la hegemonía se mueve alrededor de temas,
entre elementos de deliberación y de coerción
en la toma de decisiones en las asambleas, de
deliberación absoluta y de coerción sobre la
deliberación tomada por todos; aparece el sis-
tema de rotación de cargos, la representación
por familia en función de la posesión de la
tierra, la estructura asambleística, la fusión de
lo ejecutivo con lo legislativo, el derecho a la
tierra que también es una obligación para la
acción política (el no cumplimiento de tus
funciones políticas es el cuestionamiento de
tu derecho de propiedad, es decir, una fusión
entre lo político y lo social muy característica
de las estructuras sociales comunitarias)…
A través de los métodos de lucha, la forma
comunidad implica también un específico
modo de ocupación territorial, una ocupa-
ción del espacio que entraña un potencial de

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de circunstancias, movilizaciones temáticas, últimos años, todas estas formas aparecen


autonomía de cada organización en función combinadas. ¿Acaso la ciudad de El Alto es
de sus repertorios, estructuras y sus maneras el foco donde aparece con mayor claridad la
de cumplimiento; subsiste, sin embargo, una “potencia plebeya”, donde se percibe con
voluntad de acción conjunta en torno a un mayor claridad esa articulación de formas de
tema y a liderazgos móviles y temporales. Es acción colectiva?
a este conjunto de elementos que yo llamaría
“forma multitud” que es, además, la forma AGL: Claro, en los días de insurrección y
más novedosa que surge en Bolivia. La revuelta todas estas formas se combinan, se
“forma sindicato” existió desde los años cin- mezclan. Lo que emerge con fuerza en los
cuenta y casi despareció; la “forma comuni- últimos años es, sin embargo, su clara base
dad” estuvo siempre en la historia de Bolivia, territorial a diferencia de la base funcional del
siglos atrás, y se reactiva en los últimos 250 movimiento obrero, siempre más sindical.
años hasta ahora. La “forma multitud” es la Puede hablarse de la “forma vecinal”: son las
más nueva, y ello tiene que ver con los proce- juntas de vecinos que abundan en El Alto. Se
sos de extinción del mundo obrero, de la pre- trata de la agregación de padres y madres de
carización de la sociedad y de su propia urba- familia de cada unidad habitacional de un
nización. Cuando no hay identidades fijas, ni barrio que se reúnen periódicamente, sema-
e s t ructuras de movilización muy sólidas, nal o quincenalmente, para atender sus asun-
sobre todo en el mundo urbano, la forma tos cotidianos, cuestiones como los servicios
multitud se convierte en el escenario funda- públicos (agua, luz, alcantarillado, escuela,
mental de la acción colectiva en cuanto agre- parque) en un país donde el Estado da muy
gación temporal de múltiples identidades y poco a la sociedad y donde las ciudades son
agregaciones colectivas territoriales. autoconstrucciones de migrantes que, sobre
Luego está la “forma muchedumbre”: la marcha, han construido sus casas con la
designo así a la acción colectiva emprendida ayuda de los vecinos… su cordón de acera
por sujetos desafiliados que han roto con con el apoyo familiar, la escuela para el barrio
cualquier filiación sindical, gremial, comu- con el cemento de alguna ONG y el esfuerzo
nal, vecinal y que no actúan bajo el llamado personal, el servicio de agua potable o la elec-
de los sindicatos o de los vecinos; actúan bajo tricidad a partir del esfuerzo colectivo... En
un llamado personal. Se suman, se agregan de fin, es como una especie de fuerza colectiva
forma temporal, sin liderazgo reconocido en de/en la escasez. De ahí que estas “formas”
torno a uno o dos temas de oposición. No tienden a desparecer en los barrios donde ya
responden a un mando, se organizan como hay una satisfacción de servicios básicos.
una sumatoria de individualidades desarrai- Estas juntas de vecinos han logrado en los
gadas de fidelidades tradicionales. Por lo últimos años, en efecto, crear redes de movi-
general se movilizan como actos de rechazo y lización muy amplias en la ciudad de El Alto
de tumulto en contra de oficinas públicas o y sus distritos. Tienen más de 50 años de vida
mercados y tiendas grandes y pequeñas: las pero recién en los últimos cuatro años han
pueden quemar, destrozar; hay mucha ira de comenzado a darle una dimensión política a
por medio. Se construyen liderazgos sobre la sus demandas y a actuar como bloque mucho
marcha que luego se disuelven y nunca más se más compacto. Ello es particularmente inte-
vuelven a juntar. resante puesto que las juntas se movieron pri-
mero en torno a consignas muy particulares -
En los momentos insurreccionales de los reivindicaciones locales de servicios- y, muy

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rápidamente, avanzan hacia consignas de qué distrito eres?”, “soy del distrito 1, del 2,
carácter nacional: nacionalizar el gas, los del 6”. Son identidades emergentes que van
recursos naturales, la conformación de la dando cuerpo discursivo e incluso simbólico
asamblea constituyente, el juicio de responsa- a cada acción colectiva, a cada protesta. Son
bilidades al gobierno del Goni por la matan- micro identidades y micro procedencias
za de octubre10, etc. La unidad habitacional sociales y culturales, pero ahora actúan como
aparece así como núcleo organizativo básico; cuerpo social movilizado con un norte políti-
en Bolivia todo funciona a partir de las uni- co. La novedad de esta forma de movilización
dades familiares. A la reunión de la junta de no recae en su existencia organizativa sino en
vecinos o a la marcha puede asistir alguien de su capacidad de movilización colectiva, en su
la familia, puede ir el hijo, la madre o el discurso político y en su autonomía. Ello es
padre, da igual. Importa que esté al menos un aún más notable ya que, por lo general, las
representante por familia, tal como en una juntas vecinales han actuado bajo redes clien-
comunidad agraria. Y esta “forma vecinal” es telares ya sea con los partidos dominantes, o
una agregación: son vecinos, no es una clase, con la alcaldía; ahora son ya 4 años de auto-
son múltiples identidades sociales y múltiples nomía política.
procedencias socioeconómicas. Está el
migrante campesino que vive entre el campo Diría, más bien, que clientelismo y autono-
y la ciudad, está el que trabaja como obrero mía se combinan. Hay un uso constante de
eventual de una microempresa, está el obrero los nexos clientelares con caciques y padri-
asalariado de una empresa grande, el policía, nos locales. El Alto no es la excepción.
el estudiante de la universidad, el vendedor.
Dependiendo del lugar en que te ubicas se AGL: Claro, nunca desaparecen, ni en el sin-
puede ver una mayor identidad obrera, una dicalismo, ni en la comunidad, siempre hay
mayor identidad indígena, y dentro de El una mezcla de acción colectiva y acción legal.
Alto una identidad más gremial de vendedo- Siempre hay una mezcla entre mantenimien-
res, ex mineros jubilados de la minería estatal, to de las redes clientelares y avance de la auto-
donde tienen inclusive un monumento al nomía, entre radicalidad movilizada y una
minero en su barrio. Entonces, se trata de una gran capacidad pragmática para aceptar lo
forma organizativa donde se entremezclan que hay. En todas las formas organizativas se
múltiples identidades sociales dispersas, va a encontrar esta mezcla. Lo interesante es
diversas procedencias socioeconómicas, que que en los últimos 5 años se han convertido
sirven como insumos para la construcción de en fuerzas de renovación de la acción política,
una nueva identidad urbana llamada vecino. del ideario social y estratégico de reforma del
Las juntas de vecinos -cuya fortaleza fue deci- estado, de demanda de derechos políticos y
siva en el desenlace de octubre- son una iden- culturales y, en algunos casos, de comunida-
tidad, la “alteñitud” es ya una identidad: “¿de des que se plantean como alternativas de
poder. La idea del poder como el escenario
10 La revuelta popular de octubre 2003, que desembocó final donde muchas de sus demandas se
en la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada podrán resolver ya no es extraña al horizonte
(el Goni), dejó más de 60 muertos y 400 heridos,
sobre todo, en la ciudad de El Alto. Dos años y medio político de algunas organizaciones; ha incor-
después de la masacre, los responsables no han sido porado una dimensión de disputa por el
juzgados. Las organizaciones indígenas y los familiares poder estatal. Ya no son simplemente accio-
de las víctimas han levantado en reiteradas ocasiones
la demanda para la apertura del proceso en contra del
nes de resistencia.
Goni y sus ministros.

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Volvamos sobre el tema de los repertorios de un pedazo de zanja o traes 500 piedras. Ha y
acción, de las tácticas de lucha en los movi- que ganarse el derecho a ser aceptado dentro
mientos sociales bolivianos. En la idea de del movimiento, porque se trata de una
multitud que usas se advierte un sentido de m ovilización en función de objetivos y accio-
espontaneidad y flexibilidad en las acciones nes colectivas y si tú te sumas al objetivo y a
de protesta; sin embargo, cuando uno obser- la acción tienes derecho a acceso, seas indio o
va la configuración de las marchas, parecería no seas indio. Te va mejor si sabes aymara,
que, al revés, esos “espontaneísmos” buscan pero si no sabes hablar aymara y eres capaz
evitarse por distintos medios. Cada marcha de cavar un metro de zanja en el bloqueo y
tiene su trayectoria, cada grupo marca su traer las piedras eres un miembro aceptado,
territorio, tiene sus símbolos distintivos, s i e m p re con distancia, pero eres aceptado.
existen mecanismos diferenciados de control Este es un corporativismo de muy larga data
interno para los miembros de cada organiza- en Bolivia, que limita la adhesión de indivi-
ción, distrito o comunidad. La convergencia duos -no de corporaciones- a la acción colec-
“en la calle” se hace así muy difícil aún cuan- t i va y que marca esa dificultad para la coor-
do las razones del disgusto y las demandas dinación o la centralización de la acción en
sean convergentes. ¿Tal configuración res- detrimento de la eficacia política. Hace dos
ponde acaso a los rasgos faccionalistas de la semanas (la primera semana de junio 2005)
comunidad andina? ¿Tiene que ver con las habían 300 mil personas alrededor de San
dinámicas corporativas del país? ¿Cómo Francisco, pero como no había un mando
afectan a las posibilidades de un bloque único, unas estaban marchando, otras se
social y político más compacto? estaban yendo, otras estaban hablando; habí-
an bajado a cercar el parlamento, pero no
AGL: Sí, la acción colectiva en Bolivia tiene había la orden de tomar el parlamento, ni de
mucho componente de corporativismo tradi- quedarse, ni de hacer otra acción, porq u e
cional. Así era también el sindicalismo obre- como no se había tomado ninguna decisión
ro: si no eras obre ro de una empresa identifi- arriba, abajo no era posible unificar una sola
cada, no podías sumarte a una marcha. Lo acción.
que hacían los obre ros era convocar a todos Donde esto sí sucedió, en cierto modo, es
detrás de ellos, no con ellos, y entonces podía en el curso de la “guerra del agua”11 en
venir quién sea y no se hacían problema. En Cochabamba. En esta llamada forma multi-
el caso de la comunidad eso es también muy tud, que conserva parte de corporativismo, se
estricto y cerrado. La autoidentificación por agrupan los regantes, los de la fábrica
zona, por territorio, por simbología, está Manaco, pero también el quesero, el profesor,
cerrada a cualquier figura externa a las for- el estudiante, el vecino. En esas acciones del
mas comunales de movilización, ya sea en el 2000 se dio, quizás, el momento de máxima
bloqueo o en las marchas. Hay mucha des- hegemonía regional “desde abajo”, porque ahí
confianza a lo que viene de afuera. En las estaban incluso las clases medias y altas. Fue
m a rchas es muy extraño que alguien pueda
11 Se ha denominado así al levantamiento de las fuerzas
meterse ahí adentro, te chicotean (te latigue-
sociales de la ciudad de Cochabamba que, en abril del
an), te pueden agre d i r. En los bloqueos es 2000, manifestaron contra la elevación de los precios
más laxo, siempre y cuando pagues el dere- locales del agua potable y la concesión de la empresa
cho de acceso: si vas a un bloqueo campesi- municipal al consorcio transnacional “Aguas del
Tunari”. Luego de más de una semana de protestas y
no, organizado por una maquinaria comunal violentos enfrentamientos, los movimientos sociales
de rotación, tienes acceso si te quedas a cava r lograron paralizar tales medidas.

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la primera y única vez que pude ver en mi la estructura naciente del MAS buscando
vida que jovencitas con cuerpo de modelos, una presencia nacional a través de la cons-
de la Universidad Católica, repartían pan, t rucción de una hegemonía al interior de los
traían piedras, traían muebles viejos de sus m ovimientos sociales. Es decir, sí hay una
casas, al lado de campesinos, de cocaleros. búsqueda de articulación social. Sí hay una
Nunca volví a ver eso, nunca. Ahí estaba una búsqueda de hegemonía, con el límite que
diversidad de personas, en el casco viejo de la eso funciona como acción de mov i m i e n t o s
ciudad, pintando sus caras para no llorar con sociales, y tiene influencia allá donde se están
el gas lacrimógeno. Ese es un momento en organizando como movimientos sociales. No
que la corporación deja de ser el núcleo fun- hay una convocatoria a quienes no actúan
damental de la adherencia y se abre para el como actor colectivo organizado, lo que
que quiera. re p resenta una buena parte de la ciudad de
Santa Cruz, Cochabamba, La Paz (donde
¿Cómo todas estas formas organizativas con- está casi el 50% del electorado). El MAS,
dicionan al MAS? ¿Existe en su interior una como una confederación negociada y tensa
cierta perspectiva de universalidad, de arti- de varios movimientos sociales, se asemeja
culación hegemónica, de ir más allá de lo más a la socialdemocracia europea, en sus
particular? orígenes, que a los partidos políticos en
América Latina. En América Latina se for-
AGL: Yo creo que el MAS tiene una serie de man partidos y se constru ye mov i m i e n t o
v i rtudes y limitaciones. Lo que primero social, aquí en Bolivia se da una confedera-
llama la atención es que, a su modo, el líder ción de movimientos sociales que, luego,
del MAS (Evo Morales) y los cocaleros inten- c o n s t ru ye como prolongación un partido.
t a ron reeditar lo que era propio del movi- Eso le da al MAS una base social de entrada
miento obre ro minero (en los 50s y 60s): así muy fuerte, pero puede tener limitaciones
como los mineros lucharon por el país, los por cuanto la estructura partidaria que se
c o c a l e ros se han sumado ahí donde habían c o n s t ru ye es demasiado restringida.
movilizaciones y demandas de otros sectores,
aunque no les competía directamente. Eso ¿El aparato partidario tiene márgenes de
les dio un liderazgo nacional. Los cocalero s , autonomía con relación a las organizaciones
durante mucho tiempo, se organizaron y sociales confederadas que lo sustentan?
re s i s t i e ron desde sus demandas específicas
pero también buscando solidaridad con AGL: El aparato político partidario está bien
otras. En las marchas de La Paz en el 95, en c o n t rolado desde las organizaciones pero
el 97, en el 2000, rompen con su implanta- también puede quedarse solo. Tú tienes que
ción territorial y se suman a las marchas. En la acción colectiva parlamentaria se vuelve
el 2000 salen a luchar en la “guerra del agua” inferior, débil, casi imperceptible a pesar del
en Cocha-bamba. En ese año, el bloque respaldo social que pueda tener. Se trata de
c o c a l e ro fue el más cohesionado y, militar- un cuerpo gigante pero con una cabeza chi-
mente, el más fuerte. El tema del agua no les quita y eso limita incluso la posibilidad de
afectaba, pero vinieron, y ahí es donde Evo potenciar otros modos de llegar a la pobla-
Morales comienza a irradiarse como líder ción, modos más discursivos que permitan
nacional y deja de ser sólo un líder local en el interpelar a sectores urbanos, sectores de opi-
C h a p a re (el núcleo del movimiento cocale- nión de clase media que se movilizan a partir
ro). Ahí tienes, entonces, a los cocaleros y a de las dimensiones ideales y no desde la con-

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vocatoria a la acción. Ahí el MAS tiene cier- comunal que son los aymaras del altiplano
tos límites. Su virtud es que en cierto modo con Quispe, que desde su emergencia se van
ha logrado romper este típico faccionalismo distanciando de aquel otro sector naciente
andino -que lo han trabajado ustedes12- con mayor capacidad hegemónica nacional,
donde cada región es una patria con su pro- que son los cocaleros, que también provienen
pio líder y donde es difícil encontrar coinci- de comunidades agrarias pero de más recien-
dencia. El MAS ha logrado ahí expandir múl- te formación y que pertenecen a un nivel de
tiples alianzas. La otra característica es que la campesinado medio. Es distinto el ingreso de
militancia de origen (la base campesina coca- 3 mil dólares al año, de uno de 35 dólares que
lera del partido) juega a favor de una subor- tienes en el altiplano: ahí hay una diferencia
dinación en torno al MAS; ahí hay verticalis- clasista. Ambos son campesinos, unos provie-
mo. Pero eso no funciona cuando tienes nen de una estructura campesina sindical de
alianzas con otros sectores que no quieren larga data y otros de una estructura de recien-
sumarse al MAS, ni siquiera bajo la forma de te formación -20 o 30 años- y con condicio-
confederación, sino que quieren sumarse a nes de bienestar 5 o 6 veces superior al pro-
otra cosa distinta, en la que el MAS sea uno medio altiplánico. Por otro lado, en el mundo
más de los participantes. Ahí, se requiere otro aymara agrario hay una permanente evoca-
tipo de negociación, de articulación y ese es el ción de un pasado idílico de las comunidades
límite que, otra vez, restringe los nexos con el y de caudillos que viene de Katari y de un
mundo urbano. Ahí se requiere una figura de imaginario de una nación antes de la nación
alianza “frentista” donde disuelves parte de tu boliviana. En el caso cocalero no vas a encon-
identidad para potenciar otra identidad más trar eso. Es, más bien, un movimiento cam-
común. pesinista de los años 90 que poco a poco se va
indianizando hacia fines de la década; y lo
¿La dicotomía que se presenta en Bolivia hace de una forma muy instrumental, más
entre un MAS moderado y reformista y otros como mecanismo de defensa de la hoja de
movimientos sociales autónomos y más radi- coca que como algo ancestral. Pero cuando
cales proviene acaso de la misma disputa por hablas con los líderes es evidente que, por
la hegemonía y el liderazgo al interior del ejemplo, el papel de la wiphala es una inven-
campo plebeyo? ¿Es una dicotomía que ción de reciente data.
forma parte de los discursos políticos de las En esas diferencias identitarias de compo-
organizaciones? ¿Cuál es su fuente? sición de clase vas a encontrar lecturas distin-
tas de la realidad más allá de las peleas por el
AGL: Yo creo que tiene varias fuentes. Hay liderazgo. A Evo le cuesta mucho acercarse al
una diferencia de corte clasista -en el sentido mundo aymara o al mundo alteño. Logra
clásico de Marx- y una de corte identitario cierta influencia en todas partes pero en El
que poco a poco van diferenciando a mode- Alto no. Cuando hay problemas él no va a El
rados de radicales. El radicalismo al interior Alto; se va a Cochabamba o mejor al
del movimiento social, inicialmente, lo van a Chapare. Aunque Evo Morales plantee la
p ropugnar sectores de procedencia más nacionalización, y ello es bien visto por algu-
nos alteños, siempre hay una distancia, pese a
12 Artículos de Pablo Stefanoni y Franklin Ramírez G. que Evo Morales tiene origen aymara (es un
publicados en el semanario El Pulso, mayo/junio j oven aymara de Oruro que se va a
2005, La Paz; además “Potencia societal, empate
catastrófico y construcción de contrahegemonía en Cochabamba, se quechuiza en Cochabamba
Bolivia”, Revista Rodaballo y se campesiniza allí). Yo creo que estas dife-

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La política de los movimientos sociales en Bolivia. Diálogo con Álvaro García Linera

rencias entre moderados y más radicales,


entre una estrategia más insurreccional y una
más electoral, entre un discurso más étnica-
mente nacionalista o de nacionalismo indíge-
na, y un discurso más de multiculturalidad
con base indígena, tiene que ver con proce-
dencias sociales, con historia de acumulacio-
nes sociales muy distintas, pero cabe situarlas
como diferencias étnico-clasistas duras, a
pesar de que ambos sectores forman parte de
un bloque emergente que busca protagonis-
mo político, distribución de las riquezas y en
el que -incluso- se observa el surgimiento de
una nueva elite. Por eso, se puede leer tam-
bién esta historia como parte de la lucha entre
elites emergentes, con sus respectivas bases
sociales, y cuyo resultado en el mejor de los
casos va a ser la entronización de una nueva
elite que, ahora, es de procedencia indígena,
popular, sindical, y que está usando todas las
posibilidades a su alcance para dar lugar a la
entronización de esa nueva elite como parte pación territorial, incluso a nivel urbano -El
minoritaria o como parte dominante de las Alto, en el fondo, ha funcionado como una
elites políticas del país. La ventaja sería que, especie de avanzada urbana-, con una lógica
como en toda entronización de elites en el muy campesina y familiar, que es ahora el
mundo, ello da lugar a la consagración de núcleo de la movilización en Bolivia, incluso
nuevos derechos para el bloque social que entre los mineros. Es, así, una sublevación de
acompañó a la construcción social de esta la unidad familiar frente a los “micro pedaci-
nueva elite. tos” de modernidad e individualidad que hay
en el país. Esta fuerza de bloqueo no se tra-
¿Cómo ves a estas facciones del campo ple- duce en fuerza para visibilizar y personalizar
beyo en un incierto escenario de Asamblea alternativas de poder. Estas limitaciones son
Constituyente? todavía más fuertes en el contexto del eviden-
te faccionalismo interno que hay en Bolivia.
AGL: Estamos viviendo un momento de Porque puedes tener gran capacidad de resis-
emergencia de bloques sociales anteriormente tencia pero es distinto tener una capacidad de
fragmentados que han ido construyendo su conducción, de soberanía. Porque ahora tie-
unidad en la propia lucha. No es que había nes que pelear contra los opositores que no te
unión desde el principio y, así, han salido dan paso, los conservadores que te ponen cor-
todos en conjunto a la calle. No. Han ido tapisas y te bloquean el acceso al poder y tie-
construyendo su unidad, luchando, retroce- nes que pelear también contra los propios
diendo, improvisando y son bloques sociales límites internos del mundo subalterno, que
construidos en la propia movilización y no ha sido subalterno durante décadas y siglos
antes de ella. Son bloques con gran fuerza justamente porque nunca ha podido imagi-
para paralizar el país, con gran fuerza de ocu- narse como soberano, como gobernante. Eres

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subalterno en tanto has naturalizado la idea ¿Cómo define el “evismo” al proceso políti-
de la ausencia de soberanía en tu vida, en tu co en curso?
horizonte. La forma más patética en que ello
se evidencia es lo que sucede con los indios AGL: El “evismo” plantea una ruptura con
que nunca han votado por indios, porque respecto a anteriores estrategias de lucha por
nunca imaginan a un indio dirigiendo el país. el poder. Es un proyecto de autorrepresenta-
Nunca imaginan a uno de ellos, de sí mismos, ción de los movimientos sociales, de la socie-
dirigiendo el país. Es eso lo que se ha ido que- dad plebeya. Es un nuevo horizonte que no
brando. Ahora, una parte de los indios vota nace de la teoría sino que se va implementan-
por indios. Pero muchos de los que votan por do en la práctica y puede aportar una intere-
indios, aún no se imaginan votar por un sante veta de análisis a las corrientes neomar-
indio que sea presidente. Votaron por un xistas. Un segundo elemento es un indianis-
indio agredido, por un indio que ha sido víc- mo flexible capaz de convocar a los sectores
tima, pero votar por un indio que ejerza la no indígenas, mestizos, sectores medios urba-
gestión gubernamental todavía cuesta nos. En términos didácticos podríamos decir
mucho. Es una interiorización de la colonia- que la Revolución Nacional de 1952 despier-
lidad, de la subalternidad como horizonte. ta al indio a la ciudadanía, pero trata de
Lo ideal sería un gran frente que va de los diluirlo en el mestizaje y le bloquea las posi-
radicales hasta los moderados con un proyec- bilidades de desarrollo político. Cincuenta
to creíble, que permita superar las barreras años después, el indio se postula como un
racistas del mundo urbano, de los sectores de sujeto político autónomo que propone un
clase media y de opinión pública, en torno a nacionalismo expansivo, una nación con
un líder que pueda gobernar o que tenga la “unidad en la diversidad” como lo ha repeti-
capacidad o que esté preparado para ello. Si do tantas veces Evo Morales. La experiencia
tú quieres hegemonía, tienes que romper esa que estamos viviendo en Bolivia replantea
herencia colonial que sólo acepta indios para todo el debate sobre la lucha por el poder,
servir el café, o limpiar las calles o pedir incluso las propuestas de Antonio Negri.
limosna, pero no para gobernar… ¿Qué es un gobierno de los movimientos
sociales? ¿Es posible? ¿Cómo se operará la
* * * relación entre lo político y lo social?

En marzo de 2006, Luego de tres meses de Para visualizar al nuevo gobierno haz habla-
gobierno del MAS en Bolivia, AGL hace un do de un “capitalismo andino”. ¿Cómo lo
alcance a nuestro último diálogo y brinda su entiendes?
visión del proceso político en curso:
AGL: Con esa expresión, más bien teórica,
¿Es un problema ser a la vez sociólogo críti- hice referencia a que las estructuras materiales
co y vicepresidente? de las rebeliones sociales desde el 2000 son las
pequeñas economías familiares, tanto en el
AGL: No, al contrario, es una excelente com- campo como en la ciudad. Son los pequeños
binación, porque permite analizar con una productores los que se han rebelado: campe-
frialdad siberiana lo que está sucediendo y tus sinos, cocaleros, artesanos, microempresarios,
acciones. Y como vicepresidente ves algunas cooperativistas mineros. Y no va a haber revo-
cosas que jamás verías desde tu gabinete de lución socialista en una nación de pequeños
sociólogo. productores. El “evismo” visualiza estas múl-

106
ÍCONOS 25, 2006, pp. 91-107
La política de los movimientos sociales en Bolivia. Diálogo con Álvaro García Linera

tiples modernidades, el pequeño campesino La condición obrera, estructuras materiales y


del Altiplano no va a ser un farmer, pero simbólicas del proletariado de la Minería
puede tener tractores o Internet. Siempre lo Mediana, 1950-1999, IDIS-
moderno subsumía lo tradicional, ahora pen- UMSA/Comuna, La Paz, 2001.
samos en una articulación diferente y no Procesos de trabajo y subjetividad en la forma -
subordinada entre estas dos plataformas que ción de la nueva condición obrera en
van a perdurar en los próximos 50 o 100 Bolivia, Programa de las Naciones Unidas
años. No estamos pensando en el socialismo para el Desarrollo (PNUD), La Paz, 2000.
para el futuro próximo sino en una profunda Reproletarización. Nueva clase obrera y desarro -
revolución democrática descolonizadora. llo del capital industrial en Bolivia (1952-
1998), Ed. Muela del Diablo, La Paz,
Bibliografía de 1999.
Álvaro García Linera Forma valor y forma comunidad de los procesos
de tra b a j o, Editorial Quipus, La Paz,
Libros 1995.
De demonios escondidos y momentos de revolu -
Estado multinacional, Ed. Malatesta, La Paz, ción. Marx y la revolución social en las
2005. extremidades del cuerpo capitalista,
Sociología de los movimientos sociales en Editorial O. R., La Paz, 1991.
Bolivia, Diakonia/Oxfam G.B., Plural, La Critica de la nación y la nación critica,
Paz, 2004. Editorial O. R., La Paz, 1989.

107
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Fe de erratas
En la entrevista de Luciano Martínez a Liisa North (“Ciencias políticas y trabajo de campo. Diálogo con
Liisa North”), publicada en Iconos No. 23 (pp. 117-124), se imprimieron algunos errores, detallados a con-
tinuación.
La entrevista, en su versión final sin errores, puede descargarse en PDF en el sitio www.flacso.org.ec

Dice:
Pág. 117: “De ello son pruebas fehacientes sus frecuentes viajes a la región, su incansable actividad de
investigación y de docencia en varios países, entre los que podemos destacar Colombia, Perú…

Debe decir:
“De ello son pruebas fehacientes sus frecuentes viajes a la región, su incansable actividad de investigación
y de docencia en varios países, entre los que podemos destacar El Salvador, Perú…

Dice:
Pág. 120-121: Desde: “La gente me felicitó por mi tesis por varias razones…”
Hasta: “Creo que fue un momento muy interesante.”

Debe decir:
“La gente me felicitó por mi tesis por varias razones, pero una de ellas fue que yo estaba convencida de
que no podía escribir una tesis válida sobre el desarrollo del partido aprista solamente desde Lima. La
mitad del tiempo (estuve, en ese entonces, 18 meses en el Perú), fui al campo: estuve un mes en Trujillo,
donde nació Haya de la Torre. Entrevisté a todos los miembros de los comités ejecutivos departamentales
del partido en Cajamarca, Lambayeque, La Libertad, Ica (en las zonas azucareras y algodoneras) y en
Cerro de Pasco (zona minera) y Huanuco, para contrastar con los lugares donde el partido era débil, por
ejemplo, Arequipa y Cuzco. Entrevisté en Chimbote, en la zona pesquera, en el norte del país, y también
en Huaraz en la sierra de Ancash. En el norte del país, como regla general, estaba tratando de entrevistar
tanto en la zona de la costa como en la sierra.
No quiero argumentar que la investigación de archivo, la lectura de fuentes secundarias, etcétera, no
son importantes. Estoy simplemente enfatizando que el trabajo de campo intensivo es una herramienta
necesaria en la investigación política. De las entrevistas que hice, salió muy claramente que las interpreta-
ciones tradicionales de los orígenes y popularidad del APRA habían sobredimensionado el rol carismático
de Haya de la Torre; otros factores sociales y económicos, algunos de los cuales ya mencioné, jugaron un
rol primordial en la formación y la vida del partido. También tuve mucha suerte por hacer el trabajo de
campo en los primeros momentos del gobierno militar reformista liderado por el General Velasco
Alvarado. Los apristas querían explicar como ellos hubieran hecho mejor las reformas que el gobierno mili-
tar estaba avanzando”

Dice:
Pág. 122: “Antes, casi todos los profesores de planta en las universidades de Norte América eran de origen
europeo, sobre todo irlandés, con muy poca relación con América Latina”

Debe decir:
“Antes, casi todos los profesores de planta en las universidades de Norte América eran de origen europeo,
con muy poca relación con América Latina”

Dice:
Pág. 123: “Al respecto, hay un estudio interesante de Rosemary Thorp donde se analiza…

Debe decir:
“Al respecto, hay un estudio interesante citado por Rosemary Thorp donde se analiza…

108
TEMAS
Rumores y fantasías sociales
La tragedia de Alianza Lima, 1987
Aldo Panfichi1
Doctor en Sociología por el New School for Social Research, USA. Profesor Principal del Departamento
de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú

Víctor Vich,
Doctor en Literatura Latinoamericana por Georgetown University, USA. Profesor Auxiliar del
Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú

Email: apanfic@pucp.edu.pe

Fecha de recepción: junio de 2005


Fecha de aceptación y versión final: febrero 2006

Resumen
Este artículo explora las fantasías sociales y leyendas populares que emergieron luego de que el avión
que llevaba a los jóvenes jugadores de fútbol del Alianza Lima se estrelló contra el Océano Pacífico,
a cinco minutos de su aterrizaje en la ciudad de Lima, Perú, el 8 de diciembre de 1987. Se centra
en los mártires de esta tragedia y, específicamente, en las distintas historias que surgieron sobre el
hecho. Como revelan las narrativas de las entrevistas, las interpretaciones sobre el desastre se cons-
truyen a partir de significaciones sobre políticos corruptos, traficantes de droga y la Armada perua-
na. El artículo ubica a la tragedia dentro del dramático contexto social y político del Perú de los
años 1980s, marcado por la crisis económica, la corrupción, la violencia política y la desesperanza.
Como conclusión, argumentamos que las respuestas a ese incidente de parte de los hinchas del club,
abrieron la oportunidad para expresar públicamente profundas diferencias políticas y culturales que
vive el Perú contemporáneo.

Palabras clave: fútbol, Perú, tragedia, fantasías sociales, guerra sucia, tráfico de drogas, desastres

Abstract
This article explores the fantasies and legends that emerged when a plane carrying the young foot-
ball team of Alianza Lima crashed into the Pacific Ocean a few minutes before landing in the cap-
ital city of Lima, Peru on December 8, 1987. It focuses on the martyrs of this crash and, more
specifically, the stories and versions of history that emerged in its wake. As the narrative reveals,
these interpretations laid blame for the disaster on corrupt politicians, drug traffickers, and the
Peruvian Navy. The article locates this tragedy in the dramatic social and political context of Peru
in the 1980s, which was marked by economic crisis, corruption, political violence and despair.
Finally, we argue that the responses that this incident provoked among soccer fans offered them
an opportunity to express the much deeper cultural and political differences present in con-
temporary Peru.

Keywords: soccer, Peru, tragedy, social fantasies, dirty war, drugs traffic, disasters

1 Queremos agradecer a José Carlos Rojas por ayudarnos con la realización de las entrevistas y a los amigos de TEMPO
(Taller de Estudio de Mentalidades Populares) por sus valiosos comentarios a una versión inicial de este texto. Una
versión anterior de este artículo se publicó en inglés en el Journal Soccer and Society, Vol. 5, No.2, Summer 2004,
Frank Cass Editorial Group, London.

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 111-121
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Aldo Panfichi

Quien no ha sentido la tristeza en el fútbol, avión charter de la Marina de Guerra, el


no sabe nada de la tristeza. Fokker F-27 (matrícula A-560) que se encar-
Julio Ramón Ribeyro garía de regresarlos a la capital ese mismo día.
Dicho avión salió de Pucallpa a las 6:30 de la
tarde y tuvo su último contacto con la torre
La tragedia de control de Lima a las 8:05 de la noche. A
la 8:15 p.m. fue declarado en emergencia y

L
uego de la primera rueda del campeona- no se supo más de él.
to mundial de fútbol de 1978, la revista Un problema con el tablero de mando en
Argentina El Gráfico calificó al medio la cabina del avión parece haber sido la causa
campo peruano, el medio campo de Alianza primera del accidente. Ese día la neblina en
Lima (César Cueto, Teófilo Cubillas, José Lima era intensa y el avión comenzó su des-
Velásquez), como el mejor del mundo. Ese año, censo. Asustado al no constatar el funciona-
el equipo blanquiazul volvería a salir campeón miento del tren de aterrizaje, el piloto se
nacional (también lo había sido el año anterior) conectó con la torre de control para que veri-
pero luego vendría una mala racha que real- ficaran lo sucedido. Desde ahí los técnicos le
mente pareció interminable: tuvieron que pasar aseguraron que podía aterrizar sin ningún
dieciocho años para que Alianza Lima volviera problema. Se cree que el avión fue perdiendo
a conquistar un título de esa categoría y para altura y que, al intentar dar la vuelta para
que sus hinchas dejaran de sufrir. regresar al aeropuerto, el ala derecha chocó
A la mitad de ese periodo, específicamen- contra el mar. Este impacto fue fatal.
te en 1987, el equipo se encontraba total- Curiosamente, esta tragedia sola tuvo un
mente renovado, con una generación de jóve- sobreviviente: el piloto, teniente de la
nes estrellas -conocidos popularmente como Marina, Edilberto Villar. En ella murieron 43
los “potrillos”- que provenían de sus divisio- personas: 16 futbolistas, 5 miembros del
nes menores y que constituían una nueva cuerpo técnico, 4 dirigentes, 8 barristas, 3
esperanza del fútbol peruano. Sin embargo, árbitros y 7 tripulantes. La estrella máxima
cuando sólo faltaban tres fechas para concluir era Luis Escobar quien había debutado en el
el campeonato nacional y este Alianza se primer equipo a los 14 años (al momento del
encontraba en el primer puesto de la tabla de accidente tenía 18) y se había convertido en
posiciones, todos los aliancistas muriero n la sensación del torneo. Francisco Busta-
ahogados en un trágico accidente frente al mante (21 años) y José Casanova (24 años)
mar de Ventanilla a pocos minutos de aterri- era jugadores que también habían alcanzado
zar en la ciudad de Lima. mucho renombre y ya integraban la selección
El último partido se había desarrollado el nacional. A su vez, destacaban el goleador
8 de diciembre, en la selva peruana, contra el Alfredo Tomasini (22 años), y los defensas
Deportivo Pucallpa y Alianza había ganado Daniel Reyes (21 años) y Tomas Farfán (21
1-0. La tradición oral cuenta que los jugado- años). Marcos Calderón, el mejor entrenador
res estuvieron “raros”, que ni siquiera celebra- peruano de todos los tiempos, murió en
ron el gol que los situó en el primer puesto de dicho accidente lo mismo que José Gonzáles
la tabla de posiciones. Se insiste en que regre- Ganoza (33 años), “Caico”, arquero mítico
saron al hotel, se bañaron, recogieron sus per- que llevaba 14 años como titular defendiendo
tenencias y, sin perder tiempo, se trasladaron la valla aliancista.
al aeropuerto para regresar a Lima lo antes Como hemos subrayado líneas arriba, era
posible. En efecto, el club había alquilado un consenso general en la prensa deportiva de

112
ÍCONOS 25, 2006, pp. 111-121
Rumores y fantasías sociales. La tragedia del Alianza Lima, 1987

aquellos años que este talentoso plantel repre- días de duelo en honor a los muertos. Teófilo
sentaba una real renovación del fútbol perua- Cubillas, retirado del fútbol el año anterior,
no y que nuevos tiempos de victoria podían anunció que si Alianza lo necesitaba, volvería
ser inminentes. Por ello, al día siguiente, la a vestirse de corto y, en efecto, lo hizo tres
radio y la televisión difundieron la infausta semanas después cuando el campeonato
noticia con mucho dolor. Una sensación de nacional fue re a n u d a d o. Desde Londre s ,
desconcierto y tristeza se respiró por todo el Bobby Charlton hizo pública su tristeza ante
Perú. De manera espontánea, familiares, hin- la noticia de la tragedia aliancista, rememo-
chas y amigos se dirigieron hacia las playas de rando el accidente aéreo sufrido por el club
Ventanilla o hacia el estadio del club para Manchester United, el 6 de febrero de 1958,
conseguir mayores noticias y participar con- que provocó la muerte de 8 jugadores, el
juntamente del dolor. Todos los medios de entrenador, un dirigente, y ocho periodistas.
comunicación mantuvieron en primera plana Asimismo, el Peñarol de Montevideo salió a
los pormenores de la tragedia permitiendo jugar la final de la Copa Intercontinental, en
que el sentimiento de pesar permanezca vivo Tokio, con crespones negros en señal solidari-
y renovado por varios días consecutivos. dad con su contraparte peruana.
En ese sentido, expresiones colectivas de Hasta aquí va el bre ve recuento de los
sufrimiento se repitieron los días siguientes principales acontecimientos del accidente.
conforme los cadáveres fueron apareciendo Ha y, sin embargo, un actor adicional en el
en el mar.2 Multitudes participaron de dra- que ahora nos interesa ahondar con mayo r
máticas misas, asistieron a fervorosos partidos detenimiento: la Marina de Guerra del Perú.
de homenaje y despidieron a sus ídolos en Como hemos anotado, la Marina era pro p i e-
dolidos peregrinajes desde los barrios de ori- taria del avión que esa noche se precipitó al
gen de los jugadores hasta el estadio de mar y que había sido alquilado por el club,
Matute, y desde allí, hasta el Cementerio como vuelo chart e r, para viajar a Pucallpa.
General. De más está decir que los fanáticos Que un avión militar tuviera uso comerc i a l
agotaron las ediciones especiales de la prensa, es realmente algo que muestra no sólo la
así como el conjunto de objetos de recuerdo debilidad económica de las instituciones
que comenzaron a simbolizar a los mucha- militares sino además la desorganización del
chos caídos (fotos, camisetas, posters, etc. fútbol peruano: un Estado pobre cuyos avio-
Según el decir popular, ellos se fueron de “La nes se caen constantemente y un club, sin
victoria a la gloria”. recursos, que se apoya en la informalidad.
Las elites y las instituciones políticas se Por todo ello, la Marina se mantuvo hermé-
hicieron también presentes. El presidente de tica y sus comunicados fueron parcos y bas-
la República, Alan García, el Cardenal Juan tante escuetos. In c l u s i ve, el día 9 de diciem-
Landázuri Ricketts y varios ministros de b re, la prensa escrita registró tensos enfre n t a-
Estado asistieron a las principales manifesta- mientos entre los familiares de los deudos y
ciones públicas de pesar y la mayoría de ellos centinelas encargados de la seguridad de la
se declararon aliancistas desde niños. El base naval a donde los primeros habían acu-
Consejo Municipal de La Victoria declaró el dido en busca de noticias y mayor informa-
embanderamiento general del distrito y tres ción. Hay testigos que afirmaron que con el
o b j e t i vo de ahuyentarlos se pro d u j e ron algu-
nos disparos al aire.
2 Es necesario anotar que nunca aparecieron los cadá-
veres de Luis Escobar, Francisco Bustamante, Alfredo Lo cierto es que para la opinión pública su
Tomasini, Gino Peña y William León. hermetismo fue notorio y se radicalizó, aún

113
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Aldo Panfichi

más, cuando se prohibió que los familiares de tiendo una serie de asesinatos a altos oficiales
los deudos participaran en la búsqueda de los de la Marina quienes, desde 1982, se habían
cadáveres en el mar. Ante los rumores de que hecho cargo de los combates con SL en las
el jugador Alfredo Tomasini había mantenido denominadas “zonas de emergencia”. En efec-
un diálogo con el piloto mientras ambos to, formados en la Escuela de las Américas, en
luchaban por sobrevivir en el mar, los fami- Panamá, los agentes de la Marina de Guerra
liares de éste quisieron alquilar una embarca- del Perú intervinieron en Ayacucho durante
ción privada pero no les fue permitido hacer- los primeros años de la violencia política y,
lo. La Marina prohibió el ingreso de toda durante varios años, fueron los responsables
embarcación civil, y decidió encargarse ella de la mayor cantidad violaciones de derechos
sola de las labores de búsqueda y rescate. humanos en la región. Hoy se sabe que los
Como podrá suponerse, estos hechos des- aniquilamientos, desapariciones y torturas
p e rt a ron muchas sospechas en el mundo fueron prácticas comunes y por lo mismo los
popular y ello activó la producción de un con- pobladores llegaron a tenerles tanto miedo a
junto de historias destinadas a interpretar lo los terroristas de SL como a los propios mili-
ocurrido desde una perspectiva “no oficial”. tares.
En este artículo queremos sostener que el Sin embargo, el hecho que aquí nos inte-
conjunto de historias que se pro d u j e ron por resa resaltar fue que las masacres y las ejecu-
aquellos días articuló una serie de imágenes ciones extrajudiciales comenzaron a trasladar-
que revelan hondos desencuentros culturales se a la capital y construyeron en ella podero-
en el Perú contemporáneo y que funcionaro n sos símbolos. En mayo de 1986, un comando
como una especie de denuncia política sobre de aniquilamiento de SL asesinó al Contra-
el comportamiento de las Fu e rzas Armadas en Almirante Carlos Ponce, miembro del Estado
el contexto de la guerra sucia que, en ese tiem- Mayor de la Marina. El hecho tuvo un gran
po, azotaba cruelmente al país. impacto en el escenario nacional y anticipó la
contundente reacción política que meses des-
pués el gobierno tuvo ante el amotinamiento
El contexto económico en las cárceles de Lima En efecto, el 18 y 19
y social del desastre de Junio de 1986 se produjo en Lima la
“Matanza de los Penales”. Aprovechando la
1987 fue un año dramático en la historia del realización del Congreso de la Internacional
Perú. Iniciada en 1980, la violencia política se Socialista, los presos por terrorismo se amoti-
había extendido por todo el país e inclusive naron en diferentes cárceles exigiendo benefi-
había llegado a alcanzar a la capital de la cios penitenciarios. El presidente Alan García
República: la ciudad de Lima. La estrategia tomó la decisión de ordenar que las Fuerzas
maoísta de llevar los horrores de la guerra del Armadas sofocaran a los rebeldes y ello causó
“campo a la ciudad” tuvo éxito durante estos alrededor de 300 muertos. Según la comisión
años en los que la situación económica empe- Ames muchos de los presos, después de
zó a declinar aceleradamente –fue el año del haberse rendido, fueron ejecutados con tiros
intento de la estatización de la banca y el sis- en la nuca por miembros de la Infantería de
tema financiero- y el gobierno de turno, a un Marina.
ritmo impresionante, comenzó a perder todo
tipo de legitimidad social.3
3 Entre 1986 y 1987 la inflación se acelera de 63% a
En un primer momento, Sendero 110% por año. En 1989, llegaría a la cifra record de
Luminoso (SL) llevó la guerra a Lima come- 6,000% anual.

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Rumores y fantasías sociales. La tragedia del Alianza Lima, 1987

La reacción de SL no se dejó esperar y una Al respecto, Gayatri Spivak (1997) ha


nueva ola de asesinatos a líderes políticos y subrayado que uno de los principales medios
sociales invadió la capital. En octubre, el ex de la comunicación subalterna es el “rumor”
Comandante General de la Marina, vicealmi- y que éste muchas veces sirve para estructurar
rante Jerónimo Cafferata fue asesinado por interpretaciones alternativas que motivan la
los miembros de Sendero Luminoso. Así, aparición de nuevos significados políticos. Se
para 1987 -año de la tragedia aliancista- el afirma que la fuerza del rumor puede llegar a
Perú se encontraba en el medio de un ciclo de desplazar la autoridad de las versiones oficia-
violencia y confrontación generalizada. Las les y promover un espacio de nuevos movi-
voladuras de torres de energía eléctrica, los mientos sociales. Así, el rumor es una especie
denominados “coches bomba” y los asesinatos de “espectro” que regresa, un lugar subalterno
selectivos eran prácticas comunes durante de persistencia de la memoria y un dispositi-
aquellos tiempos. Nuestra investigación nos vo de resistencia frente a la dominación
ha permitido reconstruir algunas de las histo- social. Dicho en otras palabras: el rumor es el
rias populares más relevantes que, al interpre- retorno de un fragmento de la memoria
tar el accidente, comenzaron a introducir popular que escenifica un fantasma que insis-
nuevos significados en la vida social. te en su pertinencia.
En el debate latinoamericano, el estudio
del rumor nos conduce a los márgenes de la
Las historias alternativas racionalidad oficial y al real desencuentro
e n t re el mundo popular y la institucionali-
Sostenemos que estos relatos son construccio- dad dominante. Es decir, gracias al ru m o r, las
nes fantasmáticas producidas a partir de los imágenes del pasado se introducen en la esfe-
temores y los deseos que existen en el sentido ra pública para establecer su crítica al pre s e n-
común de la cultura popular. Un aconteci- te. No importa, por tanto, la “ve r a c i d a d” de
miento traumático permite que un conjunto las historias sino que interesa, más bien, la
de fragmentarias imágenes -que bien pudie- composición de sus imágenes, los posibles
ran haber estado latentes en diferentes instan- significados asociados con ellas y la necesidad
cias imaginarias relacionadas con experiencias de transmitirlas en un momento y lugar
históricas previas- pasen a ser organizadas al específico.
interior de una narrativa mayor y alternativa. Por ejemplo, desde tiempos coloniales un
Como podrá suponerse, la “verdad” de estas fuerte rumor atravesó los Andes insistiendo
historias no está referida al hecho histórico en la aparición de un personaje destinado a
en-sí-mismo sino que ellas dan cuenta de las extraer la grasa de los pobladores andinos con
formas como los individuos procesan cultu- el objetivo de mejorar la producción y el soni-
ralmente algunos acontecimientos de su exis- do de las campanas que se colocaban en las
tencia. Por lo tanto, ellas nos sitúan en otro iglesias destinadas a la evangelización. Según
nivel de conocimiento de la realidad social. A este rumor popular, este fantasma, conocido
través de ellas un conjunto de imágenes socia- como “pishtaco”, atacaba a los pobladores
les relativas a las desigualdades de la sociedad que andaban desprevenidos en el medio de la
peruana y al rol histórico del Estado en la noche rural. El paso del tiempo demuestra
construcción de la nación, irrumpieron en el que la aparición de los pistachos ha sido una
espacio público denunciando a la historia ofi- constante en la historia peruana y que curio-
cial y revelando otro tipo de “verdad” sobre lo samente su presencia ha coincidido con las
sucedido. épocas de mayores crisis sociales.

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Aldo Panfichi

Si ya hemos explicado que durante los Comencemos entonces: la historia más


años ochenta el conflicto armado pasó “del común fue la que aseguraba que el avión de la
campo a la ciudad”, entonces hay que subra- Marina traía grandes cantidades de cocaína
yar que dicho cambio también trajo consigo escondida en sus bodegas. Se dice que, en
la migración de un conjunto de imaginarios pleno vuelo, los jugadores aliancistas se habrí-
sociales asociados a la tradición oral andina, an percatado de tal hecho y habían amena-
en la cual, por ejemplo, el pistacho volvería a zando a los oficiales con denunciarlos públi-
aparecer. Así por ejemplo durante los años camente. Por lo mismo el descontrol dentro
ochenta, este personaje ya no tenía como del avión fue tal que los militares decidieron
objetivo restaurar las campanas de las iglesias ejecutar a los jugadores fusilándolos sin com-
coloniales sino que más bien se había trans- pasión. Ello ocasionó el accidente antes de
formado en un enviado del gobierno que aterrizar.
tenía como objetivo vender la grasa de sus
víctimas para poder pagar la deuda externa.4 “Yo lo tengo claro: el avión traía droga y los
Con este tan conocido ejemplo solo que- marinos se bajaron el avión. Tengo indicios.
La libreta electoral de mi esposo estaba casi
remos sostener que la generalización del
intacta, solo con un poco de agua. ¿Tú crees
e n f rentamiento armado no sólo pro d u j o que con el agua salada del mar, esa libreta se
muerte y destrucción sino también un gran va a quedar así? No, con tantos días en el mar,
conjunto de relatos que sirvieron de canales esa libreta tendría que estar destruida. Se g u ro
expresivos para que la población peruana los marinos le pusieron un poco de agua para
pudiera simbolizar buena parte del horror pasar desapercibidos. Estoy segura que a los
muchachos los secuestraron con la intención
que por ese momento se vivía. Las violaciones
de desaparecerlos, y así lo hicieron. Hubo otro
a los derechos humanos por parte de los gru- hecho: el calzoncillo de Ma rcos Calderón
pos terroristas y de las Fuerzas Armadas fue- tenia una mancha de sangre que, según su
ron hechos recurrentes y el pánico se había esposa, estaba ahí desde antes del accidente.
realmente apoderado de todos los peruanos. ¿Cómo es posible que después de tantos días
Entonces, luego del accidente del Fokker en el mar esa mancha de sangre siga ahí? Por
o t ro lado, los maletines y los chimpunes esta-
comenzaron a emerger una serie de interpre-
ban reventados ¿qué raro no? Yo creo que los
taciones sobre lo sucedido en las que, pensa- jugadores que no aparecieron son porque
mos, conviene detenerse un instante. Ellas estaban baleados. Se g u ro ellos se opusieron a
ponen énfasis en representar al Estado perua- los militares. Mi esposo apareció 8 días des-
no como el mayor responsable de la tragedia pués, pero no sé cómo lo han matado” ( Viuda
y, por lo tanto, motivan a construir a los juga- de un jugador fallecido en el accidente)
dores aliancistas como héroes populares. En
“El avión había venido cargado de cocaína y
última instancia, estos relatos ponen en esce- los marinos lo derribaron. Fue parte de una
na muchas de las tensiones raciales y clasistas guerra del narcotráfico. El que no se hayan
que estructuran la realidad social peruana. encontrado algunos cadáveres fue porque le
cayeron balas, y tenían que desaparecerlos
4 Así, por ejemplo, un día apareció la siguiente noticia para que no se vean las evidencias. Incluso las
en una conocida revista peruana. “Durante el apagón partes laterales del avión no fueron encontra-
del 11 de septiembre de 1987, provocado por SL, la das; un vecino marino me dijo que fueron
población ayacuchana aterrorizada encendió fogatas cortadas con soplete. Esto es verosímil por la
en las esquinas de los barrios y pasó la noche en “vela” relación del gobierno, especialmente del
esperando la aparición de los pishtacos que los rumo- Mi n i s t ro del Interior de ese entonces
res decían habían sido enviados por el gobierno para
Mantilla con el narcotráfico. Al piloto le die-
atacarlos. La población se organizó en rondas para
repeler estos ataques” (Quehacer, diciembre 1987). ron de baja y se fue a Estados Unidos, nunca
dio declaraciones o se confronto con los

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familiares, esta es otra evidencia de que esta- sociales, garantiza la idea de unidad y contri-
ban coludidos con el narcotráfico”. buye a constituirla simbólicamente (Zizek
(Barrista, fundador de los “Cabezas Azules”)
1999:15). En tanto la sociedad no puede
constituirse como una totalidad transparente
“Unas personas de la Marina nos contaron a sí misma (nunca es completamente sistemá-
que era la tercera vez que ese avión venía de tica) necesita -siempre- de una fantasía que
Pucallpa y que en las dos anteriores vino con sostenga la ilusión de su sutura y totalidad
coca. Cuando los periodistas fuimos a averi- (Laclau y Mouffe 1987:115, Zizek 1999:15).
guar al día siguiente nos metieron bala.
En este caso, esa fantasía implica promover la
¿Dónde está el piloto? ¿Por qué no declaró?
En ese entonces no se podía decir nada, todo
idea de una sociedad donde no hay corrup-
el mundo tenía miedo de hablar. Se dijo que ción y donde el Estado representa a todos los
el Dr. Orestes Rodríguez tenía un orificio de sujetos por igual.
bala en la nuca; que Caico había sido balea- En esta historia son los jugadores de
do, y que algunas prendas de Ma rcos Alianza Lima los que descubren tal proble-
Calderón ni siquiera estaban mojadas.
mática y, por lo mismo, deben morir pues de
Seguro el avión traía coca y lo estaban espe-
rando, por eso cuando quiso dar la vuelta lo
otra manera destruirían la ilusión armónica -
derribaron; eso fue lo que sucedió”. el secreto- sobre el que se funda el pacto
(Periodista deportivo) social. Es decir, con la “verdad” oculta la
sociedad podrá seguir funcionando como si
En los testimonios anteriores podemos notar nada hubiese ocurrido. Dicho de otra mane-
que aparecen dos actores antagónicamente ra: según estos testimonios, lo que en ese fatí-
enfrentados. De un lado, los jugadores de dico vuelo los jugadores aliancistas descubrie-
Alianza Lima y, de otro, los oficiales de la ron fue que el garante tutelar de la sociedad es
Marina representantes del Estado peruano. corrupto, vale decir, que el “gran Otro” ha
Los primeros descubren la naturaleza corrup- fallado y, por tanto, que la vida social está
ta sobre la que se asienta una institución tute- fundada en una especie de “núcleo obsceno”
lar del país (o sea, la naturaleza de una buena que la sostiene.
parte del funcionamiento del poder en el En efecto, en estas imágenes la corrupción
Perú) y, los segundos -para evitar que dicha aparece representada como un mecanismo
verdad sea revelada- no dudan en secuestrar- articulador de la vida política y como un ele-
los, asesinarlos y desaparecerlos sin piedad. mento casi central en el funcionamiento del
Entonces, para este relato el accidente no fue Estado. En ese sentido, si sabemos que el
producto de un “error técnico” ni de una con- Estado es el principal garante de la vida
tingencia azarosa, sino más bien de una espe- social, y si se demuestra que el Estado es
cie de complot político capaz de explicar algo corrupto, entonces la corrupción termina
del funcionamiento de país. siendo conceptualizada como un sustancial
Nos interesa, por lo mismo, detenernos en soporte de la ida comunitaria. Desde este
la representación de la “verdad” que el testi- punto de vista, es lógico suponer que la “ver-
monio produce en la construcción de su pro- dad” se vuelva algo realmente incompatible
pio argumento. Para este relato, la “verdad” con el funcionamiento del orden social, vale
no debe salir a la luz pues de lo contrario cae- decir, una especie de elemento disruptor que
rían los fundamentos mismos de la vida es necesario ocultar y reprimir. Esta historia
social. De hecho, la sociedad se funda en una demuestra que el orden social vigente no
ilusión, una especie de fantasía socialmente puede funcionar sin ocultar ese fundamento
necesaria que neutraliza los antagonismos aterrador.

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De esta manera, los jugadores aliancistas alguien los rescate. Se afirma que Tomasini
fueron convertidos en héroes ya que dicha luchó con mucho coraje por mantenerse a
categoría “subraya el sentido de posibilidad flote mientras mantenía un diálogo con el
que una sociedad tiene frente a las circuns- piloto. El marino habría alentado esta con-
tancias adversas”. En efecto, un héroe es un versación para que el jugador no desfalleciera
sujeto que con un extraordinario acto de por el agotamiento, sin embargo, Tomasini
sacrificio abre nuevas posibilidades de acción no pudo resistir más y se perdió para siempre
social. Los héroes expanden el rango de posi- en el mar de Ventanilla (La Cr ó n i c a,
bilidades existentes en una situación histórica 10.12.87).
dada y permiten que la sociedad pueda ima- Lo interesante aquí son las razones que en
ginarse otro destino. Por ello, los días siguien- el mundo popular se invocan para explicar el
tes al accidente los jugadores aliancistas destino de Tomasini. Lo primero que se men-
comenzaron a ser mitificados y muchas otras ciona es que a diferencia de los “potrillos” éste
historias fueron contadas al re s p e c t o. Se no era un jugador nacido en “cuna aliancista”.
decía, por ejemplo, “que los integrantes de la Es decir, no provenía de las divisiones meno-
delegación aliancista, en un dramático diálo- res del club, un factor crucial al interior del
go con el piloto del avión, tras conocerse del sentido comunitario y familiar sobre el que se
percance sufrido por la máquina, prefirieron construye la identidad aliancista. En realidad,
inmolarse para no causar la muerte de nume- Tomasini tenía un origen diferente al del
rosas personas, que de hecho habría ocurrido resto de sus compañeros: era blanco y perte-
si el avión se precipitaba a tierra” (La Crónica, necía a una familia de clase alta. Esto, según
10.12.87). nuestras entrevistas, significaba que era una
En todo caso, un héroe siempre represen- persona bien alimentada, fuerte y que sabía
ta el sentido de la vida humana en una comu- nadar perfectamente. No obstante tales dife-
nidad nacional y este equipo de Alianza Lima rencias, Tomasini se había declarado aliancis-
terminó convertido en un cuadro mítico -y ta desde niño. Un trabajador del club cuenta
sus jugadores en héroes- por la misma com- que la madre del jugador apoyó a su hijo
posición social en la que estaba formado.5 Al cuando éste buscó jugar en Alianza y que en
respecto, una imagen crucial que circ u l ó poco tiempo él logró integrarse muy bien en
luego del accidente puso en escena las tensio- un equipo mayormente formado por jugado-
nes raciales que estructuran a la sociedad res de origen humilde. Su estilo fuerte y
peruana. El relato estuvo referido a los avata- potente se convirtió en el complemento ideal
res de aquellos que sobrevivieron la caída del de la elegancia técnica de sus compañeros.
avión: el piloto Ediberto Villar y el goleador En todo caso, Tomasini “se había vuelto
aliancista Alfredo Tomasini. Según un testi- aliancista” y entonces, al igual que todos sus
monio que la prensa recogió por aquellos compañeros, también tenía que morir. En
días, ambos habían nadado por horas, aferra- líneas generales, hay que decir que la integra-
dos a restos del avión, en espera de que ción de Tomasini al imaginario aliancista
tiene su correlato con la expansión de la hin-
5 Otra historia de variante racista afirmó que el avión se chada blanquiazul mas allá de las fronteras de
cayó a causa de la falta de experiencia de los jugado-
res aliancistas. Se dice que a la hora de aterrizar uno “clase” y “raza” que vieron nacer al club a ini-
de ellos se habría puesto muy nervioso y que contagió cios del siglo XX. En efecto, la identidad fun-
el pánico al resto de sus compañeros. Frente a esta dacional de Alianza Lima señala que se trató
situación, el piloto tuvo que abandonar la cabina para
tranquilizar a los jugadores y así, fuera de control, el
de un equipo nacido en un barrio popular -de
avión se precipitó sobre el mar. trabajadores textiles y de construcción civil-

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en su mayoría de raza negra. Por décadas, (los videos grabados por V l a d i m i ro


Alianza Lima fue uno de los símbolos más Montesinos) y con los resultados de las inves-
poderosos de prestigio y reconocimiento de tigaciones de la Comisión de la Verdad y la
los negros en el Perú. Sin embargo, determi- Reconciliación, estas imágenes adquieran,
nados cambios en la sociedad peruana termi- hoy en día, mayor sentido. Ellas pusieron en
naron por debilitar las iniciales fro n t e r a s escena significados latentes y tuvieron como
raciales y clasistas en favor de otro tipo de fac- finalidad última la denuncia política, es decir,
tores que comenzaban a apelar a todos los funcionaron como un canal por donde fue-
grupos sociales. De ser únicamente el equipo ron saliendo a la luz un conjunto de denun-
del pueblo, Alianza Lima pasó de ser el equi- cias sobre lo que estaba sucediendo en el Perú
po de todos, vale decir, de algo de lo más de aquellos días. Como puede notarse, ellas
intenso que ocurre en este país. terminaron por representar al Estado peruano
como una institución corrupta y criminal.
Queremos insistir, por ello, que no se trata
Comentarios finales de producciones imaginarias o irracionales
sin ninguna conexión con la realidad ni,
¿Cuáles son los deseos, las experiencias y los menos aún, se trata de la construcción de un
miedos que articulan la producción de estos mundo paralelo dominado por la alucinación
relatos? ¿Cuál es la relación entre las imágenes y el delirio. Más bien, se trata de una terca
ahí representadas y la historia social de un voluntad popular por “atravesar la fantasía” y
país atravesado por la inestabilidad política, la encontrarse con el fundamento de lo real.
violencia social y la exclusión de la mayoría Para Ubilluz (2003), esta necesidad implica la
de sus pobladores? En principio, no es difícil identificación con todo un conjunto de anta-
darse cuenta que dichas historias expresan gonismos que deben ser motivo de reconoci-
una profunda suspicacia de la sociedad res- miento y reflexión. Aunque por lo general
pecto del comportamiento del Estado perua- estas historias son catalogadas como absurdas
no, en particular de las Fuerzas Armadas: y circulan en ambientes muy desprestigiados,
terrorismo, ejecuciones extrajudiciales y tráfi- lo que nosotros vemos aquí es el “síntoma” de
co de drogas aparecen como los reales moti- algo que no funciona bien, vale decir, una
vos detrás de las contingencias. Es decir, aquí especie de verdad sobre el Estado peruano
se transforma el sufrimiento aliancista en un que todos conocen, incluso murmullan, pero
hecho altamente político y, desde la fantasía que nadie se atreve a denunciar.
subalterna, se imagina y se propone una ima- Como hemos explicado líneas arriba, este
gen sobre el ejercicio del poder en el Perú. tipo de relatos surgen de una necesidad de
En efecto, la constante complicidad de las inteligibilidad, vale decir, de la necesidad de
Fuerzas Armadas con el narcotráfico y la comprensión de un acontecimiento traumáti-
recurrencia de las ejecuciones extrajudiciales co: algo que en primera instancia se presenta
son dos imágenes que aparecen obsesivamen- confuso e impenetrable. Es decir, ante la
te en los distintos testimonios recogidos y imposibilidad de aceptar un hecho contin-
que, en nuestra opinión, señalan la aterrado- gente, este tipo de historias se presentan
ra (o casi terrorífica) percepción que el como una respuesta a la necesidad de control
mundo popular ya tenía del funcionamiento emocional sobre lo sucedido. Ellas postergan
del Estado peruano en aquellos momentos. el duelo, hacen tolerable el dolor y dotan de
No será hasta después de más de una década coherencia racional a un hecho contingente.
cuando con la aparición de los “vladivideos” La necesidad de que exista un “otro” culpable

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y la urgencia de convertir a los jugadores en taría de cobarde. ¿Por qué nunca se entrevis-
“mártires” o “héroes” es una reacción caracte- tó con las madres de los muchachos para
decir qué pasó? Porque él sabe la verdad.
rística cuya finalidad principal consiste en
Ahora yo puedo decir la verdad: ¡qué me va
convertir el dolor en rabia. Se trata, entonces, a pasar! Si ya estoy vieja y no tengo miedo a
de intentar proporcionarle orden y sentido a nada. Además, yo tenía otro hijo de la
un acontecimiento que se presenta como Marina, Mario de 32 años, y un año y medio
inexplicable y traumático. después de la tragedia murió, de un momen-
Por lo mismo, hay en todas ellas un implí- to a otro se le presentó la leucemia. Para mí
que pensaban que estaba investigando. Para
cito relato de heroicidad que tiene que ver
mí que hubo represalias contra él. (Madre de
con las imágenes que los propios aconteci- un jugador fallecido)
mientos desataron. Es curioso que la única
persona que se salvó de la tragedia haya sido Lo cierto es que el mundo popular necesita
una fundamentalmente distinta a todos los de la producción de héroes y los jugadores
demás del grupo. Frente a esto, la muerte de aliancistas tenían todas las características para
los futbolistas fue asumiendo un significado convertirse en ellos: venían de hogare s
mayor que se fue relacionando con la restitu- pobres, eran jóvenes, tenían un futuro bri-
ción de valores populares hasta ese momento llante y, según estos testimonios, estaban
oscurecidos por la corrupción y el crimen. En comprometidos con la “verdad”. Sin duda, la
estos relatos, la imagen de los “potrillos” se necesidad de construir héroes corresponde
construye, en el imaginario popular, como la con un interés político y simbólico que los
posibilidad de sortear obstáculos, forzar los grupos subalternos necesitan en su afán de
limites de lo social y alcanzar la inmortalidad. legitimarse socialmente. En el medio de una
En este proceso los héroes rompen con el cultura como la peruana donde el racismo es
estrecho marco cultural e histórico en el que estructural y donde la cultura del “ninguneo”
nacieron y se convierten fronteras de crítica y es una práctica cotidiana, en aquél año -y en
posibilidad: el medio de la violencia política- los potrillos
aliancistas representaron una imagen distinta
“No, no, mi hijo no está muerto; por eso yo
nunca le he hecho misa de difunto sino sólo
del mundo popular: aquélla virtuosa que se
de salud. Acá no hubo “mano de Dios” sino luce como honesta, elegante y triunfadora.
mano del hombre; acá paso algo raro. Sigo Dice Zizek que la fantasía es una narrativa
teniendo esperanza de volver a verlo. Él no que proporciona una significación ahí donde
ha podido morir ahogado porque mi hijo era hay mucho más caos que sentido. La fantasía,
muy católico, iba siempre al oratorio de en efecto, es capaz de inteligir verdades emo-
Maria Auxiliadora. ¿Dónde están? No sé, se
lo han llevado a otro lugar, o no viajaron.
cionales que la mera razón no alcanza a com-
Algo raro ha sucedido: una vez se lo dije a prender (Bauza 1998:156). En ese sentido,
Jaime Bayly en TV; ya había pasado eso del podemos terminar sosteniendo que estos tes-
barco de la Marina que encontraron con timonios son formas históricas culturalmente
droga en San Diego. Entonces yo le dije que determinadas que articulan tanto experien-
la Marina estaba metida en droga. Ese avión cias vitales como deseos inconscientes de real
traía droga y no cayó al mar, sino en la orilla.
Además ¿qué casualidad que sólo el piloto se
importancia en el espacio social. Pensamos,
salvó? Si tuviera al piloto frente a mí, lo tra- por tanto, que deben ser tomados en cuenta

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ya que con sus símbolos y paradojas apuntan World Phenomenon, Irlanda.


a dar cuenta de “otro tipo” de verdad y “otro Spivak, Gayatri, 1997, “Estudios de la
tipo” de conocimiento de la realidad social. Subalternidad. Deconstruyendo la historio-
grafía”, en Silvia Rivera y Rossana Barragán,
compiladoras, Debates PostColoniales. Una
Bibliografía introducción a los estudios de la subalternidad,
Sephis, Aruwiyiri, La Paz.
Bauza, Hugo, 1998, El mito del héroe. Ubillus, Juan Carlos, 2003, “El sujeto criollo
Morfología y semántica de la figura heroica, y el montecinismo” (Manuscrito inédito),
Fondo de Cultura Económica, México Tempo, Lima.
D.F. Zizek, Slavoj, 1999, El acoso de las fantasías,
Fenn, Richard, 2001, Beyond Idols. The shape Siglo XXI, México.
of secular society, Oxford University Press,
New York. Periódicos
Laclau, Ernesto y Chantal Mouffe, 1987,
Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una El Nacional (varios días, diciembre 1987)
radicalización de la democracia. Siglo XXI, La Crónica (ídem)
México D.F. El Comercio (ídem)
Millones, Luis, Aldo Panfichi y Víctor Vich, Expreso (ídem)
2002, En el Corazón del Pueblo. Pasión y Ojo (ídem)
Gloria de Alianza Lima 1901-2001, La Republica (ídem; 3.01.88)
Fondo Editorial del Congreso del Perú, Hoy (9.12.87)
Lima.
Panfichi, Aldo, 1994, “La Alianza de todos Revistas
los colores”, en Quehacer No. 87,
DESCO, Lima. Caretas No. 985 (14.12.87); No. 986
Panfichi, Aldo y Jorge T h i e roldt, 2002, (30.12.87)
“ Barras Br a vas: Re p resentation and Oiga No. 359 (14.12. 87); No. 360
Crowd Violence in Peruvian Football”, en (21.12.87)
Eric Dunning, Patrick Murphy, Ivan SÍ No. 43 (14.12.87)
Waddington, Antonios Astrinakis, Que Ha c e r No. 86 (10.12.87); No. 87
Fighting Fans: Football Hooliganism as a (12.12.87)

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Ediciones de FLACSO - Ecuador

Serie CUADERNOS DE TRABAJO


Estudios ecuatorianos:
un aporte a la discusión
Ximena Sosa Buchholz y William Waters,
editores
Flacso-Ecuador - LASA (Sección ecuatorianistas) - Abya Yala

Este primer volumen de Estudios Ecuatorianos recoge algunas


ponencias escogidas del III Encuentro de la Sección de Estudios
Ecuatorianos de Latin American Studies Association (LASA). Refleja
tanto el carácter multidisciplinario, eje fundamental del quehacer de
LASA, así como la gran diversidad de estudios en las ciencias
sociales y humanidades que se están realizando en el Ecuador. Los
artículos recopilados en este volumen cubren campos disciplinarios
como la Historia, Sociología, Literatura, Historia del Arte y campos
temáticos como los Estudios de Género y de las Políticas Públicas.
Ofrecen perspectivas innovadoras tanto por su tratamiento
teórico como por el uso de las fuentes. En este sentido, este libro
quiere contribuir a sentar las bases de una discusión académica
seria en la investigación ecuatoriana y ecuatorianista.
Ritmos electrónicos y raves en la mitad del mundo
Etnografía del fenómeno tecno en Ecuador

Jérémie Voirol1
Licenciado en Letras y Ciencias Humanas por la Universidad de Neuchâtel, Suiza.

Email: ohjay2002@yahoo.com

Fecha de recepción: junio 2005


Fecha de aprobación y versión final: marzo 2006

Resumen
El fenómeno tecno ecuatoriano se inicia en Montañita hacia 1992-1993 y se desarrolla princi-
palmente en Quito y Guayaquil. El surgimiento y desarrollo de este fenómeno están marc a d o s
por la influencia del movimiento tecno euro p e o - n o rteamericano y es dinamizado por extranje-
ros que llevan la música al país. Los jóvenes que escuchan tecno y participan en las fiestas pro-
vienen de clases altas, y lo utilizan como elemento distintivo y diferenciador con respecto a lo
popular, lo cual rechazan. La fiesta tecno es un ritual de fin de semana que marca una ruptura
con lo cotidiano (evacuar tensiones, sentimiento de bienestar, etc.) y que arraiga a los partici-
pantes a lo local, pero a la vez gira en torno a los consumos de cultura europeo-norteamericana.

Palabras claves: etnografía, música tecno, Ecuador, cultura juvenil, elite, distinción

Abstract
The Ecuadorian techno phenomenon began in Montañita around 1992-1993 and developed
principally in Quito and Guayaquil. The emergence and development of this phenomenon has
been influenced by techno movements from Europe and the USA and by foreigners. The
young Ecuadorians that listen to techno music and participate in techno parties come from
upper-class families and use techno as a way to separate themselves from Ecuadorian pop cul-
ture, which they reject. The techno party is a weekend ritual that marks a break from daily life
(releasing tension, creating a feeling of well-being, etc.) and that roots the participants in the
local as they are absorbing European and American culture.

Keywords: ethnography, techno music, Ecuador, youth culture, elite, distinction

1 El presente artículo es el resultado de una investigación de campo cualitativa (observación participante y entrevistas
en Quito y Guayas) realizada entre enero y mayo 2003 y en diciembre del mismo año. El artículo presenta algunos
segmentos de L’Equateur aux rythmes électroniques. Ethnographie du phénomène techno dans un pays latino-américain,
tesis defendida en octubre 2004 para la obtención de la licenciatura en antropología por la Universidad de Neuchâtel
(Suiza). Agradezco a Cecilia, Nadia y Ana Laura por sus comentarios y correcciones a este texto en castellano.

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 123-135
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Jérémie Voirol

ofrecer un primer panorama de esta subcultu-

E
l fenómeno tecno se estudia general-
mente en contextos europeos o nort e a- ra específica. Mi descripción y análisis se ins-
mericanos. Sin embargo, está presente criben en un contexto sociocultural particular
en muchos países del mundo como Japón, pero también temporal. El fenómeno tecno
China, Tailandia, India, Irán, Tu rquía, Argelia actual (2006) ya ha evolucionado, dado que
y también por supuesto en América latina las culturas no son estáticas en el tiempo.
(Racine 2002). A pesar de eso, no encontré
ningún texto de ciencias sociales que estudie
el tecno fuera de Europa y Norteamérica, Surgimiento y desarrollo
excepto un artículo sobre un colectivo de del fenómeno tecno en Ecuador
a rtistas mejicanos (Madrid 2003). En este
a rtículo propongo, justamente, estudiar qué El fenómeno social del tecno nace en Estados
sucede con el tecno y cómo se consume este Unidos (Chicago y Detroit) en los años 1980.
fenómeno social en regiones periféricas. Y Musicalmente, el tecno es influido principal-
para ello voy a tomar el caso ecuatoriano. mente por el disco y el electro y por artistas
Así, en este texto quisiera plantear la pre- como Kraftwerk o George Clinton (Racine
gunta de cómo aprehenden este fenómeno los 2002, Laville2004). Socialmente, este fenó-
jóvenes ecuatorianos. Como dije, esta pre- meno se desarrolla en medios marginales
gunta se guía por el interés de descentralizar (afroamericanos, latinos, homosexuales, etc.)
la mirada sobre el tecno; por ello, el objetivo que no pudieron identificarse con el rock,
mayor del texto es subrayar las similitudes y asociado más bien a un movimiento machis-
las diferencias entre el fenómeno tecno ecua- ta de blancos de la pequeña burguesía norte-
toriano y el modelo (supuesto como tal) americana (Laville 2004). Estos grupos socia-
europeo-norteamericano. les promueven una cultura festiva y hedonis-
Comenzaré por exponer el surgimiento ta, ligada a una música bailable que está des-
del fenómeno tecno en Ecuador, su desarrollo tinada a ser difundida principalmente a través
y su situación actual tal como pude percibir- de medios grabados, antes que a ser tocada en
la durante mi investigación de campo (luga- vivo por una banda de músicos. Por eso el DJ
res, medio social, fiestas, discotecas, distintas cobra gran importancia.
tendencias, etc.). En segundo lugar abordaré Desde 1987, el fenómeno tecno llega a
el perfil de los adeptos2 a la música tecno Europa, primero a Inglaterra e Ibiza. Poco a
(clase, edad, profesión, estudios, etc.), y reto- poco las fiestas tecno se organizan fuera de las
maré el tema de la distinción efectuada por discotecas (fábricas abandonadas, bodegas,
éstos (el discurso sobre la música y sobre su cuevas, bosques, etc.) por la represión de las
medio subcultural, el consumo en la vida autoridades que las asocian a un tráfico de
cotidiana y en las fiestas tecno, etc.). Luego, substancias prohibidas (Racine 2002, Fontaine
ahondaré en las relaciones entre el DJ (quien y Fontana 1996). Las van a llamar rave s.
pone la música en las fiestas) y los participan- Sin embargo, en los años 1990 el movi-
tes de una fiesta. Finalmente estudiaré los miento tecno europeo crece, se masifica, se
lazos entre música, baile y psicotrópicos en las diversifica y entra, por una parte, en el mer-
fiestas tecno. Con todo ello, el texto privilegia cado (artistas contratados por majors -empre-
un aspecto etnográfico del tema, con el fin de sarios-, raves gigantes, publicidad en las fies-
tas, etc.). Así, las autoridades empiezan a tole-
2 En este texto, el masculino plural engloba también, rar estas fiestas. En este período, la música se
excepto precisiones, el femenino. particulariza también en una multitud de

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Ritmos electrónicos y raves en la mitad del mundo. Etnografía del fenómeno tecno en Ecuador

géneros (House, Garage, Techno, Detroit, tecno se apropian de este movimiento. Se


Trance, Hardcore, Gabber, Jungle, Goa, etc.). constata un público cada vez más ecuatoriano
En esta década aparece en Ecuador un fenó- y aparecen dueños de discotecas tecno, orga-
meno social ligado a la música electrónica: se nizadores de raves y DJs nacionales (como
abre el bar Pelícano en Montañita (Guayas), Diego Molina, Sasha, Elektrical, Frank
que pertenece a un español y a una guayaqui- Johnson, Pharmakon, Lexter, etc.).
leña, y acoge hacia 1992-1993 las primeras Después del cierre de discotecas (hacia el
fiestas tecno en Ecuador. DJ Lexter es el pri- 2001) que tuvieron mucho éxito como el
mer DJ. Mientras la onda electrónica alcanza Zoo, Zulú y el Siete (en el caso de Quito), el
la ciudad de Guayaquil, Quito conoce sus movimiento tecno se debilita un poco. Ade-
primeras fiestas tecno hacia 1996. Son orga- más, las fiestas conocen un aumento de los
nizadas por un canadiense y una inglesa que precios, pues los más influyentes organizado-
contratan a Diego Molina para poner música. res empiezan a optar por una lógica lucrativa
Son raves privadas que ocurren en diferentes mezclándose con una oferta de prestaciones
lugares (casa abandonada, haciendas, etc.). de DJs famosos a nivel subcontinental (Co-
Poco a poco conocen un cierto éxito de modo lombia, Argentina, Chile, etc.) y hasta mun-
que nace una discoteca dedicada únicamente dial (Estados Unidos y Europa). Mi investi-
al tecno, el Zoo, que surge con ayuda de los gación se concentra en este contexto.
dos organizadores de raves. Durante mi estudio, el Buda Bar (Gua-
En esos años el fenómeno tecno se desa- yaquil), el Pelícano y el Alibabar (Montañita)
rrolla tanto en Quito como en Guayaquil: se
organizan fiestas puntuales (rave s) y nuevas
discotecas promueven el estilo musical (el
Alibabar y el Pelícano en Montañita, La
Creme, el Su ruba, el Buda Bar, etc. en
Guayaquil, el Siete, el Zulu, el Mantra, el
Lunatic, el Cool Antro, etc. en Quito). De
vez en cuando se organizan ra ve s en otras par-
tes como en Baños, Atacames o Cuenca. Así
es como podemos constatar que el surgimien-
to y el desarrollo del fenómeno tecno en
Ecuador es animado por el exterior: por re s i-
dentes extranjeros (como el canadiense y la
inglesa en Quito, el español en Montañita, el
chileno DJ Green -del Siete-, el inglés DJ
Merlín, el austriaco-chileno DJ Joan), por
turistas como en Montañita y en -por ejem-
plo- las primeras fiestas tecno del Siete e,
incluso, por medios de comunicación euro p e-
o s - n o rteamericanos (revistas, Internet, etc.).
Esto es confirmado por Mike3: “es gente que
trajo ideas de afuera, la filosofía y la música”.
Poco a poco, los adeptos ecuatorianos al

3 Los nombres utilizados son ficticios.

125
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Jérémie Voirol

dounidenses o europeos (alrededor de seis


durante mi estadía; tres en la sala The Club).
Estos raves reúnen entre 500 y 2000 partici-
pantes, es decir, atraen a muchos más jóvenes
en comparación a las discotecas tecno y a
otras raves que tienen dificultad para llenarse.
Un fenómeno parecido ocurre en Europa; en
efecto, las grandes raves se benefician de una
gran publicidad y atraen sobre todo a jóvenes
curiosos que frecuentan episódicamente estas
fiestas pero sin tener un interés particular en
la música tecno, aunque pueda ser una
“puerta de entrada” para algunos (Laville
2004:142).
El relativo éxito del fenómeno tecno en
Ecuador es reflejado por el número de DJs
profesionales: durante mi investigación, cua-
t ro DJs que se identifican con la música elec-
trónica viven de esta actividad en Quito. Tres
son contratados por una discoteca y por eso
tienen que poner también otros tipos de músi-
ca: Diego Molina (El Cafecito-El En c u e n t ro),
Arriba: Local en la playa de Montañita DJ Johnson (Tavú) y DJ Elektrical (Dow n
Abajo: El bar Tavú, en Quito Town). Éste dice que es un deber en la prácti-
ca profesional y añade: “tal vez pierdo un poco
mi identidad, pero forma parte de mi traba-
promueven la música electrónica en Guayas. jo”. El cuarto, Oca Serrano, que llegó de
Se organizan también, esporádicamente, raves Colombia el 2001, vive del tecno: toca en
en esta metrópoli y en los pueblos balnearios Ecuador y en otros países latinoamericanos y
de la región. En Quito, la mayoría de adeptos hace remixes para Universal Music.
entrevistados consideraron -en 2003- que La producción de música electrónica en
habían 6 discotecas con “identidad tecno”: el Ecuador4 es escasa y no tiene un toque parti-
Hash (el más citado, que cierra en abril), cularmente ecuatoriano, pues cada artista es
el Milk (clausura en febrero), el Down Town, influenciado por la música que le gusta y que
el Tavú, el Encuentro (desde septiembre) y el proviene en su mayoría de América del Norte
Sila Café (desde noviembre). o Europa. Esa producción propiamente ecua-
Hace falta añadir que el Down Town y el toriana tiene poca repercusión en el medio
Tavú mezclan también otros tipos de música. tecno nacional porque es escasamente difun-
Cristian lo explica así: “no hay nada de puro dida por los DJs y por las redes comerciales
aquí en Quito” (habría que puntualizar ya oficiales. Sin embargo, el vídeo del dúo gua-
que en Europa, por seguridad financiera, la
mayoría de las discotecas tecno también 4 La mayoría de los artistas produce esta música desde
hacen fiestas de otro tipo de música -Laville programas computacionales. Pocos usan máquinas
(sampler, secuenciador) al estilo europeo o norteame-
2004-). Existen también raves en varios sitios; ricano, porque el acceso a estos equipos es muy limi-
las más exitosas son las que invitan a DJs esta- tado en Ecuador.

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yaquileño Ultra 7 (DJ Pharmakon y DJ deran un “buen negocio” por los organizado-
Dezzy) se mostró en la cadena internacional res entrevistados. En éstas importa -a los par-
MTV durante la mitad de los años 1990, y el ticipantes- la apariencia, ropa y el look c a l i f i-
label (disquera) quiteño Latin Groove (DJ cados de f a s h i o n, palabra asociada -a su vez-
Frank Johnson y Oca Serrano) lanzó el disco a Miami, ciudad conocida y visitada con fre-
“Latinsession 1” mezclado por Oca Serrano cuencia por algunos adeptos (un consumo
con Universal Music (difusión en Ecuador, turístico-cultural de la clase alta en el país).
Colombia, Perú y Venezuela). La llegada de DJs famosos de Eu ropa y
Como se ve, el fenómeno tecno en Norteamérica y, en una menor medida, de
Ecuador es un fenómeno urbano que con- Colombia o Argentina, es vista por los orga-
cierne principalmente a jóvenes de las dos n i z a d o res y adeptos a esta tendencia como
metrópolis del país. En efecto, estas dos enti- una manera de “c u l t u r i z a r” porque el fenó-
dades están más conectadas hacia el exterior meno tecno nacional es considerado como
(medios de comunicación, accesibilidad al “poco desarro l l a d o” por los aficionados al
consumo, etc.). Por contraste, en Europa el tecno ecuatorianos5.
movimiento se implantó desde muy tempra- La tendencia auténtica es una especie de
no en regiones rurales (Laville 2004). reacción a la que acabo de exponer.
Comprende a los adeptos insatisfechos con las
fiestas fashion que son dominantes (las gran-
La tendencia fashion y la des ra ve s, las fiestas en las discotecas Hash,
tendencia auténtica Milk, Tavú, Sila Café). Sin embargo, no son
un grupo visible y bien conectado, ya que el
Pese a que se concentra en las clases altas, el re c h a zoa la tendencia fashion resulta más bien
movimiento tecno en Ecuador no es homo- de un descontento personal. Los pert e n e c i e n-
géneo. De hecho, pude constatar divergencias tes a esta tendencia reprochan la lógica lucra-
entre los adeptos al tecno. Bien se podría t i va y la importancia de la apariencia, de los
hablar de una tendencia fashion y otra autén - adornos y de la complejidad de las luces en las
tica, que constituyen dos polos de una conti- fiestas f a s h i o n. Por ejemplo, Luis habla de un
nuidad (en la que pueden ubicarse los adep- organizador de este tipo de fiestas:
tos). Esas categorías, hay que decirlo, no son
expresadas como tales en los discursos de los “el man se dedicó muy poco a desarrollar la
adeptos, pero se muestra de manera clara música electrónica como música electrónica,
lo único que se dedicó a hacer es llenarse el
aunque implícita.
bolsillo de dinero”.
La tendencia fashion está ligada a un cier-
to tipo de fiestas y a va l o res propios. Los
En reacción, los adeptos auténticos conside-
adeptos de esta tendencia valorizan part i c u-
ran el tecno como “arte” y “humildad” (Luis)
larmente las grandes fiestas cuyo modelo son
y proponen buscar su “autenticidad” y “esen-
las ra ves gigantes europeas, y que representan
cia” en el movimiento tecno europeo, juzga-
un gran negocio. Pre f i e ren aquellas ocasiones
do como modelo del tecno6. Escuchan todos
en las que DJs europeos o norteamericanos
vienen a tocar, y la fiesta cuenta con nume-
rosos participantes, una decoración elabora- 5 En palabras de Ana: “estamos como 50.000 años
atrás, estamos en la era de piedra todavía para eso”.
da, una buena sonorización, un juego de
6 Podemos constatar que Europa tiene en general una
luces complejo, etc. Estas fiestas son caras imagen de “autenticidad” mientras Estados Unidos de
(de 12 a 30 dólares por persona) y se consi- “superficialidad”.

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los subgéneros tecno, mientras que las fiestas reflejan en gustos (musicales)7, prácticas,
fashion difunden sólo los estilos más estan- ideas, etc. (Bourdieu 1979). Ecuador consti-
dardizados (House, Tech-House y Trance). tuyó a lo largo de la historia una sociedad de
También prefieren formar el fenómeno tecno clases bien marcadas y diferenciadas por la
ecuatoriano desde la base; según dicen, los etnicidad (Ibarra 1998). Si nos fijamos en
DJs y productores de música electrónica loca- estas fracturas, vemos que tanto en Quito
les tienen que progresar para desarrollar un como en Guayaquil los aficionados al tecno
toque nacional. Algunos artistas, como p rovienen mayoritariamente de las clases
L e o n a rdo Sabatto (Guayaquil), Pinteiro, altas, grupos sociales poco numerosos en el
R2D2 en Hongos (Quito), que se pueden contexto ecuatoriano (lo que explica el
clasificar en esta tendencia, son influidos por pequeño número de adeptos) donde predo-
varios subgéneros y tipos de música (Jungle, minan rasgos étnicos occidentales. Hay tam-
Trip Hop, rock, música indígena, etc.). bién una presencia de residentes extranjeros
Como la tendencia auténtica no forma un (también de Norteamérica y de Europa) y
g rupo unido, no hay discotecas que pro m u e- una parte de los adeptos ecuatorianos tiene
van esta concepción. El Down Town es tal vez ascendencia europea cercana. Los nombres (y
la discoteca considerada como la más cercana apellidos) de una fracción de éstos lo reflejan
de esta visión (precios, sencillez del lugar, ro p a bien. Estos orígenes influyen en su formación
“libre”, etc.). Algunas fiestas electrónicas orga- sociocultural.
nizadas en la pizzería Ananké de Guápulo se Los medios tecno son frecuentados princi-
inscriben también en esta tendencia. palmente por gente de 18 a 35 años, un poco
Pese a todo esto, ambas tendencias partici- más por hombres que por mujeres. Los acto-
pan de un mismo fenómeno compuesto de res influyentes son particularmente masculi-
individuos que tienen diferentes ideas y nos, pero no se debe olvidar el importante
representaciones que refieren -a su manera- al papel que tuvieron la joven inglesa en el ini-
movimiento de Europa o Norteamérica. En cio del fenómeno tecno en Quito, la copro-
efecto, tienen la música tecno en común, pietaria del Pelicano en Montañta o la única
pero también suscriben los valores de la paz DJ mujer ecuatoriana, DJ Shadow.
(siempre sentí un ambiente fresco, no tenso, La mayoría estudió o está estudiando en
en las fiestas), la farra y locura (gozar de la universidades privadas (algunos estudiaron en
música, bailar, etc.), considerados como los el extranjero, principalmente en Estados
dos aspectos más fuertes en Europa y Estados Unidos). Una vez graduados, ocupan cargos
Unidos. Como afirma Cristian: laborales de alto nivel. Los adeptos quiteños
viven en los valles al este de la ciudad o en su
“la locura llega hasta aquí no más, es una parte norte, que concentra zonas residenciales
frontera bien definida, no es muy salvaje”. de clases de un nivel socioeconómico más alto
que el sur (Ibarra 1998). La parte norte agru-
El perfil de los adeptos pa también a las discotecas tecno menciona-
das arriba.
Las subculturas juveniles son generalmente En cambio, el movimiento tecno europeo
ligadas a una clase social (Feixa 1998). Cada es formado por jóvenes de orígenes sociales y
individuo desarrolla durante su socialización culturales varios (Fontaine y Fontana 1996).
primaria (familia) y segundaria (escuela, cole-
gio, universidad, medios y círculos sociales) 7 “Los gustos funcionan como marcadores privilegiados
disposiciones particulares de clase que se de ‘clase’” (Bourdieu 1979; traducción personal).

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Re c o rdemos, asimismo, que el fenómeno población9. Los discursos de los adeptos al


nació en Estados Unidos en medios sociales tecno ecuatorianos sobre su música y su
marginales e, incluso, con participación de medio subcultural constituyen un fuerte ele-
descendientes de latinoamericanos (Laville mento distintivo. Para ellos, la música elec-
2004). En Europa el consumo de tecno cons- trónica es un “arte legítimo” (Bourd i e u
tituye ahora una opción entre muchas otras 1979): “tecno es arte” (Luis), “es una música
para los jóvenes; no así en Ecuador, donde la seria, muy muy difícil de hacer [...] se requie-
música tecno es mucho menos accesible pues re un compromiso y un conocimiento” (DJ
los medios de comunicación la difunden muy R2D2 en Hongos). Re p resenta “Cultura”
poco y los vendedores de CDs pirateados según ellos, porque es una música “profunda”
(copias de bajo costo) así como las tiendas de como las músicas que tienen un componente
CDs originales casi no la venden. “clásico” (la música clásica occidental, el rock,
Lo que sucede es que una parte de los el jazz, etc.). Rechazan, por el contrario, la
adeptos ecuatorianos descubrió el tecno o música tropical -a la que consideran como
desarrolló su conocimiento sobre esta música banal- y las músicas populares como la cum-
durante estadías en Estados Unidos o en bia, la tecnocumbia, el reggaeton, etc., a las
Europa (estudios y viajes). Algunos, incluso, que ven como fáciles, superficiales y comer-
viajaron a estos destinos con la meta principal ciales. Retomando las palabras de Bourdieu
de participar en fiestas tecno. Estas estadías (1979:566), definen un “gusto puro” y un
permitieron traer a Ecuador ideas, influen- “gusto impuro” que es rechazado, que com-
cias, pero también discos (vinilos, o conoci- prende calificativos como “simple”, “sin pro-
dos también como acetatos), CDs, revistas o fundidad”, “infantil” y que es ligado a lo
materiales (tornamesas, samplers, por ejem- popular. Por ejemplo, la tecnocumbia es con-
plo), es decir, cosas que no se encuentran en siderada por ellos como el “gusto impuro”
el país8. Esto muestra que los contactos con por excelencia, porque la palabra “tecno” fue
Estados Unidos y Europa, así como en menor usurpada10.
medida con Colombia u otros países latinoa-
mericanos, son esenciales en la constitución “La tecnocumbia es asquerosa, no hay nin-
de la “movida” tecno en Ecuador. Internet, gún elemento artístico, está hecha en una
fábrica, no tiene nada que ver con tecno”
también, permite profundizar los conoci-
(Agustín)
mientos sobre el movimiento tecno y bajar
música electrónica. “Es vulgar, repulsivo, cholo” (Johana)

En efecto, es escuchada por clases bajas, por


El tecno como distinción jóvenes mestizos de piel morena -como pude
observar en dos fiestas de tecnocumbia en las
La identificación de los adeptos tecno a la que participé-. Más allá de esto, según los
categoría “juventud” les obliga a diferenciarse adeptos al tecno, la música electrónica es
de la cultura parental (conflicto generacio-
nal), pero su pertenencia de clase les hace dis- 9 “Aunque se identifiquen con otros miembros de su
tinguirse de los jóvenes de otros sectores de la propio grupo de edad, los jóvenes no pueden ignorar
los aspectos fundamentales que comparten con los
adultos de su clase” (Feixa 1998: 93).
8 Por consiguiente, estos viajes son muy distintos a las 10 Sin embargo la tecnocumbia proviene de estilos musi-
emigraciones en masa de los últimos años en Ecuador, cales como cumbia, rocola, bomba, albazo y chicha
que son permanentes y por motivos económicos. peruana (Cfr. Ramírez y Santillán 2003).

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sinónimo de “apertura” mientras los otros “Aquí [...] básicamente hay el pueblo y la
estilos son “conservadores”, es una música elite. Está polarizado. La gente del pueblo se
pone esa música y la gente más elitista otra”
vanguardista y actual (utiliza un instrumento
(Cristian).
de nuestra época, la computadora), mientras
las otras son “obsoletas”11. En esa lógica, el Pese a ello, la música electrónica no es consi-
tecno transmite valores progresistas y moder- derada como legítima por la elite en general,
nos y propicia una apertura de la mente; el ni forzosamente por los otros sectores de la
hecho de adherir a esta música es una forma población que pueden por ejemplo rechazar-
contestataria frente a valores “tradicionales” la considerando a sus aficionados como “ani-
de la sociedad ecuatoriana popular, conside- ñados” (calificativo negativo). Por tanto,
rada como conservadora (por sus valores reli- siguiendo a Cerbino (1999), las clases alta y
giosos cristianos, valores ligados a la sexuali- popular se excluyen mutuamente. La primera
dad, a la música popular). Es interesante tiende a rechazar todo lo que viene de la
constatar que la mayoría de los adeptos, antes segunda (como en muchas otras sociedades)
de interesarse por el tecno, escuchaba rock viéndola como atrasada, conservadora y “tra-
(igualmente de origen ajeno al país), que es dicional”, y gira su atención hacia
juzgado por los jóvenes en general como Norteamérica o Europa, considerados como
música de protesta por excelencia (Cerbino más legítimos, en calidad de culturas domi-
et.al. 2001). nantes.
Pero esta apertura que revindican es más En Europa, por contraste, el tecno fue
bien una apertura hacia Eu ropa y mucho tiempo considerado por los sectores
Norteamérica12, considerados espacios con sociales dominantes como una “no música”,
culturas más liberales (a nivel religioso y un “ruido”, con las características del “gusto
sexual) y que giran hacia la vanguardia artís- impuro”. Después, una parte de esta música
tica. En palabras de Mike: fue apropiada por éstos y sólo ahí entonces
valorizada (Racine 2002). Por consiguiente,
“la gente [los adeptos europeos de tecno] es
estas percepciones, ligadas a una clase social
muchísimo más abierta, es gente que está
dispuesta a conocer más sobre otras culturas particular, son válidas por un tiempo dado;
y sobre otros tipos de música, y son más hoy el tecno tiene tal significado en Ecuador o
abiertos a la vanguardia”. en Europa, pero puede cambiar con el tiempo.
Ot ro elemento distintivo es el consumo.
De esta manera, los adeptos al tecno elaboran Éste tiene un significado: es un medio para
una distinción entre ellos y otros sectores afirmar la pertenencia a una clase o a tal gru p o
socioeconómicos; y naturalizan esta diferencia: social según el contexto; es decir, por un lado,
conformar un grupo y, por el otro, distinguir-
se de los demás. Los consumos cotidianos y
11 “[La música no electrónica] ya tuvo su tiempo” (Ana). festivos de los adeptos al tecno, que pert e n e-
“[La gente que no escucha tecno] es gente que está cen a clases socioeconómicas altas, reflejan su
viviendo en el pasado, viviendo del pasado y parada
poder adquisitivo y su cultura de clase, lo que
en el pasado [...] pero en cambio [...] la gente electró-
nica está parada en el presente pero buscando en el los diferencian de los otros sectores de la
futuro, [...] porque realmente no les interesa llenarse población. Por ejemplo, los precios de entrada
del pasado” (Luis). y de los tragos en las fiestas tecno son más
12 Por ejemplo, en cambio, el fenómeno de tecnocumbia
se integra en un contexto claramente local y nacional caros que en muchos otros lugares juveniles.
valorizando la “ecuatorianidad” en su dimensión En efecto, los participantes de los eventos
popular (valores, prácticas, etc.). tecno consumen mucho alcohol pero no de

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cualquier tipo, sino ron, vodka, whisky y cer- otros- de los mass media. Ese, en cambio, no
veza importada, mientras las clases populares es necesariamente el modelo valorizado por las
consumen alcohol más barato (cervezas nacio- clases populares, como en el contexto de la
nales, licores y aguardientes baratos, vino en tecnocumbia (Ramírez y Santillán 2003).
c a rtón). La manera de tomar también es dis- El consumo cultural tecno permite a los
tinta. En las fiestas tecno los adeptos consu- adeptos afirmar la pertenencia a su clase
men individualmente su propio trago (igual social y distinguirse del otro por el sentido
con el cigarrillo). Es también el caso en algu- que dan a su subcultura y por su estilo de
nos bares y en las discotecas frecuentados por ropa y la exhibición del cuerpo (particular-
clases medianas o altas. En otros contextos mente las chicas). Esto les hace reconocibles
ligados a las clases populares (en la calle, en al interior del medio (sentimiento de perte-
una casa o en una discoteca popular) se toma nencia a una subcultura específica relaciona-
el trago o se fuma el cigarrillo de manera
c o l e c t i va por razones económicas y sociables:
un grupo de amigos contribuyen con una
suma para comprar el trago y después se com-
p a rten el contenido que es servido en un vaso
por una persona del gru p o. Esto genera un
sentimiento de unidad grupal, pero se ejerce
una presión sobre el que no quiere tomar más
alcohol y que sólo “moja los labios”, presión
que no es tan grande cuando se bebe el alco-
hol individualmente como en las fiestas tecno.
En éstas se consume también bebidas energi-
zantes (como Ciclón) y bastante tabaco, pero
también en una cierta medida cocaína, base, da con una clase particular y con característi-
éxtasis y ocasionalmente marihuana (que tam- cas étnicas propias), pero también hacia el
bién es consumida en otros contextos). exterior, aunque no haya rasgos tan especta-
El estilo de ropa constituye también una culares como en subculturas de clases popula-
dialéctica entre distinción y conformidad y res (como los punks; cf. Feixa 1998).
tiene una gran importancia en las subculturas
juveniles (Hebdige 1979, Laville 2004). Sin
embargo, la ropa es importante sobre todo Sociabilidad
para los adeptos de la tendencia fashion: en las
fiestas de esta orientación la mayoría de la La fiesta tecno constituye una forma de socia-
gente se viste con ropa que califican de fashion, bilidad específica. Como cada tipo de fiesta,
ropa formal o camisetas apretadas de marcas hace ruptura con la cotidianidad e integra un
Pilatos o Diesel de colores oscuros o blanco. aspecto lúdico y transgresor (Fontaine y
Una gran parte utiliza gafas (puestas sobre la Fontana, 1996). En la fiesta tecno se elaboran
nariz o sobre la cabeza). Las chicas pueden nuevas normas y códigos sociales.
también ponerse una minifalda o un pequeño Los participantes en un evento tecno lle-
s h o rt y arriba puperas. Esta exhibición del gan a partir de las once de la noche en peque-
cuerpo sigue el modelo dominante europeo- ños grupos de amigos cercanos (puede com-
norteamericano (valorización de la delgadez, prender parientes y novios). Dentro del lugar,
piel y cabello claros, etc.), influencia -entre el grupo puede dispersarse –por ejemplo, uno

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pasa un rato con un amigo que encuentra en han vivido fiestas en Europa o Norteamérica
este sitio, otro va a pedir un trago al bar, otro tienen una gran cantidad de este capital y son
baila, otro pasa un rato cariñoso con su pare- respetados en el medio tecno. Además, tienen
ja13, etc. Otras veces, el grupo se forma de un poder de definición a nivel subcultural.
nuevo en la pista de baile, en el bar, etc. La El tiempo de la fiesta tecno es un ritual que
fiesta puede durar hasta de las dos a las seis de marca el fin de la semana. Hay interacciones
la madrugada. Las fiestas tienen un ambiente sociales reguladas por normas distintas de las
amistoso, pacífico, porque los participantes de la vida cotidiana. Estas nuevas reglas en el
van con la idea de “disfrutar”, de “gozar”, contexto festivo, dominadas por los part i c i-
escuchando la música, bailando, conversando pantes, los unen, lo que genera un sentimien-
y tomando psicotrópicos. to de pertenencia grupal acentuado por el
Existen interacciones entre los participan- hecho de compartir emociones comunes liga-
tes (conversando, bailando), pero también das a la música, al baile, al consumo de psico-
entre el público y el DJ. Éste tiene una gran trópicos y al ambiente de la fiesta que provoca
importancia, pues de él depende la calidad de una efervescencia colectiva. Podemos asociar
la fiesta según los adeptos. Además, su noto- este fenómeno a una “comunidad emocional”,
riedad precondiciona el entusiasmo de los a una “tribu urbana”, retomando la teoría de
participantes. Él tiene que ser capaz de hacer- Maffesoli (1988), que él caracteriza por una
los bailar, de darles emociones y de adaptarse c i e rta inestabilidad, la importancia del pre s e n-
según las reacciones del público a su música. te, el aspecto efímero, los lazos afectivos, una
Del otro lado, los participantes pueden girar “emoción compart i d a”, el conformismo a la
hacia él para mostrar su contento y su reco- “ley del medio”, la inscripción local (real o
nocimiento con un movimiento de la cabeza, simbólica), una trascendencia grupal que da a
gritando o silbando, o su descontento dejan- la tribu una dimensión religiosa, etc. La fiesta
do de bailar. Esto constituye una diferencia crea lazo social, nexo que no es motivado por
fundamental con un concierto, evento muy un proyecto racional ni político.
i m p o rtante en otras subculturas juve n i l e s Este tipo de reagrupamiento social carac-
(como metaleros, rockeros), lo que minimiza teriza una era posmoderna y se encuentra
las interacciones entre el público y los artistas. tanto en Europa, como lo muestra Maffesoli
En el contexto festivo, se forma una jerar- (1988), como en un contexto des-centraliza-
quía alternativa, disminuyendo la cotidiana, do que es Ecuador, como lo mostraron las
en relación a la acumulación de un saber sub- i n vestigaciones de Cerbino et al (2001),
cultural, lo que Thornton (1997) llama -ins- Cerbino y Cevallos (2003), etc. Vilma ilustra
pirándose de Bourdieu (1979)- “capital sub- bien este pasaje:
cultural”. Los DJs (sobre todo los que mez-
clan con vinilos14), los organizadores y los que “en estas fiestas raves siempre siento muy
buena onda en mí misma [...]. Suponte, tú
vas con buena onda y comienzas a bailar y
13 El medio de las fiestas es mayoritariamente heterose-
todo, y es como que la gente igual de otra
xual.
onda que también te ve así, también como
14 Los adeptos ecuatorianos valorizan el vinilo; en efec-
to, todos los DJs europeos y estadounidenses tocan que llegan […] a este círculo, comienzan
con esos discos, mientras los DJs nacionales lo hacen todos a mezclar y a bailar y todo y está la
esporádicamente debido a una accesibilidad limitada farra. A mí sí me gusta eso, es como que te
(no hay tiendas en Ecuador). Ana justifica esta valori- vas integrando, me entiendes, es como una
zación: “si es que mezclas CDs, casi se hace todo solo, comunidad”.
o sea no, no necesitas ser un profesional para saber
mezclar con CDs”.

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Ritmos electrónicos y raves en la mitad del mundo. Etnografía del fenómeno tecno en Ecuador

Tecno, baile y evasión volumen), el baile, el DJ, los efectos de las


luces, el humo de los fumígenos y los psico-
Todos los adeptos de tecno ecuatorianos con- trópicos eventuales (alcohol, cigarrillos,
cuerdan en que “el baile es fundamental con marihuana, base, cocaína, éxtasis). Esto lleva
esta música” (Miguel). En palabras de Pedro: a “un conjunto de sensaciones” y “la gente se
pierde, olvida todo” (Agustín): “te hace viajar,
“si ponen tecno, chucha, no me puedo sen- así como que te hace volar” (Vilma). En este
tar, no, no, y bailar es, chucha, súper pleno estado, este placer intenso marca una ruptura
porque la música misma a uno le coge, le
con lo cotidiano.
llena, chucha, de adrenalina [...] sí, chévere,
y es mejor, puta, que escuchando una salsa o Fontaine y Fontana (1996:21) interpretan
algo así, esa música”. estos fenómenos como “rituales de trance”,
pero añaden que el contacto con entidades
Agustín define el baile tecno así: “El baile es extrahumanas, como en las trances shamáni-
una manera de expresar por el cuerpo lo que cas y de posesión, ocurre sólo en el caso de
escuchas”. Además, se baila solo en una una minoridad de participantes en las fiestas
m u c h e d u m b re: “tú bailas solo, tienes tu electrónicas, como también en Ec u a d o r.
mundo, puedes hacer lo que tú quieras y ade- Efectivamente, algunos adeptos practican lo
más que puedes bailar como quieres, me que llaman “tecno-shamanismo” que tiene
entiendes, no es como la salsa que tiene pasos una dimensión espiritual. Se caracteriza por
que te rigen, en cambio del tecno, tú bailas la mezcla de tecno y psicotrópicos como
como quieras, loco” (Vilma). En efecto, los cocaína o éxtasis, lo que genera un conoci-
movimientos y gestos corporales son expresi- miento esotérico. Estos practicantes compa-
vos porque no hay presiones de pasos o de ran el tecno a una música “tribal” y la fiesta
coreografía, lo que genera un sentimiento de tecno a un ritual shamánico. Luis explica su
libertad. Los que bailan alternan momentos concepción de este fenómeno:
donde cierran los ojos, donde están solos con
ellos mismos, y otros donde miran a los otros “Entonces yo, por ejemplo, lo que yo siento,
es que a través de la música [tecno] yo soy
y comunican corporalmente.
como una herramienta de [un] Algo para
Este tipo de baile se vuelve reconocible transmitir algo. […] es que yo, en este
desde el exterior, pues se diferencia mucho de momento, en esta vida o actualmente no
los de música tropical o popular que se bailan tengo la posibilidad de realmente llegar a un
en pareja y con pasos determinados. Cerbino estado de conciencia sólo gracias a mi cuer-
(2001) afirma que esos bailes son más espon- po. [...] Hay gente que mediante meditación,
yoga, tai chi chuan, bueno muchas formas,
táneos, más “calientes”, permitiendo contac-
logran llegar a un estado de conciencia por lo
tos corporales sensuales, hasta erotizantes, cual de alguna manera logran sentirse más en
por lo menos en los sectores populares. Sin contacto con este Algo. En mi caso personal,
embargo, en el baile tecno pude observar por ejemplo, siento que [...] el rato que estoy
espontaneidad aunque efectivamente los con- con éxtasis, estoy trayendo más informacio-
tactos físicos son escasos. nes conmigo. Ese es más o menos el meca-
nismo del tecno-shamanismo”.
Los adeptos dicen gozar bailando el tecno
y se sienten bien, liberados, lo que permite
evacuar las tensiones de la cotidianidad. “La Conclusión
música electrónica me hace vibrar”, dice
David. Pero todo el contexto interviene en Por lo tanto, hay un claro parentesco entre el
este sentimiento de bienestar: la música (y el movimiento tecno ecuatoriano y europeo-nor-

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teamericano. En efecto éste ha sido y es toda-


vía el modelo. El surgimiento y el desarrollo
del fenómeno tecno en Ecuador fueron influi-
dos por residentes extranjeros y turistas.
Actualmente, una parte de los aficionados
ecuatorianos tiene contactos con adeptos
tecno viviendo en Estados Unidos o en
Eu ropa (parientes, jóvenes conocidos por via-
jes al extranjero o turistas de visita en Ecuador)
que tienen todavía una gran importancia en la
formación del movimiento ecuatoriano.
Como sus homólogos europeos y nort e a m e r i-
canos, los adeptos ecuatorianos valorizan la
farra, la locura de las fiestas, el goce de la músi-
ca, el baile, el vinilo-acetato, etc.
Sin embargo, más allá de las similitudes,
hay que poner en relieve la apropiación y la
particularidad del medio tecno ecuatoriano.
Los adeptos tienen características sociocultu-
rales homogéneas: son jóvenes de clases altas,
con características étnicas principalmente
occidentales, contrariamente a estilos “ex-
tranjeros” como el metal (Gallegos, 2000) o
el hip-hop que están ligados con otros secto-
res sociales. Vimos que hay dos maneras de
apropiarse de este fenómeno en general: algu-
nos adeptos se refieren a las grandes raves, a
las “estrellas” tecno, al aspecto fashion (ropa,
música, etc.), etc. mientras otros buscan la
“autenticidad”, la esencia de la música elec-
trónica, de la fiesta. mento distintivo frente a lo popular, lo que
Todos estos jóvenes tuvieron que apro- rechazan. En efecto, son muy críticos hacia el
piarse del tecno adaptándolo a su situación modo de vida “tradicional” y popular del país
(económica y sociocultural: aspecto fashion, y giran particularmente en torno a la cultura
evitar integrar elementos demasiados locales, e u ro p e a - n o rteamericana como centro. Si n
etc.), puesto que éste en su origen estuvo rela- embargo, lo local o lo nacional no está ausen-
cionado más bien con un contexto de jóvenes te en la movida tecno. Los adeptos se encuen-
marginales. Es plausible que si el tecno hubie- tran en un contexto urbano específico, abier-
ra sido apropiado por las clases populares en to a lo global y donde coexisten ideologías
Ecuador (como fue el caso en Estados Unidos múltiples y trasnacionales (Madrid 2003),
y en Europa al inicio), los jóvenes de la elite pero la fiesta los arraiga a lo local creando el
ecuatoriana lo habrían rechazado como lo lazo social y un sentimiento de unidad.
hicieron sus homólogos norteamericanos y Vimos también que los adeptos de la ten-
europeos al principio. dencia “auténtica” quieren desarrollar el
Los adeptos utilizan el tecno como ele- movimiento nacional a partir de artistas ecua-

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 123-135
Ritmos electrónicos y raves en la mitad del mundo. Etnografía del fenómeno tecno en Ecuador

torianos. Además, los adeptos son individuos colectivas urbanas: el caso de los metaleros de
plurales que participan de otros círc u l o s Quito, PUCE, Quito.
sociales (profesionales, asociativos, amistosos, Ghasarian, Christian, 2002, “Sur les chemins
etc.) que también los modelan, círculos tal de l’ethnographie réflexive”, en Ch.
vez menos enfocados hacia el exterior, pero Ghasarian, coordinador, De l’ethnographie
que les arraigan también en su clase social. à l’anthropologie réflexive, Armand Colin,
Entonces, “los medios locales son construidos Paris.
por fuerzas culturales regionales, nacionales y Hebdige, Dick, 1997[1979], “Subculture.
trasnacionales múltiples” (Gh a s a r i a n The meaning of style”, en K. Gelder y S.
2002:22). Thornton, editores, The Su b c u l t u re s
De aquí en adelante, ¿cuál es el futuro del Reader, Routledge, Londres, Nueva York.
tecno en Ecuador? ¿El movimiento va a diver- Ibarra, Hernán, 1998, La otra cultura,
sificarse? ¿Las clases populares van a apropiar- Marka, Abya-Yala, Quito.
se de esta música? La evolución del fenómeno Laville, Yann, 2004, Techno-logos, Institut
tecno en Ecuador queda abierta. d’ethnologie, Neuchâtel.
Madrid, Alejandro, 2003, “Navigating
Ideologies in In - Be t we e n Cu l t u res:
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Cerbino, Mauro, 1999, “De malestares en la Méridiens Klincksieck, Paris.
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(manuscrito), Quito. Ramírez, Jacques y Alfredo Santillán, 2003,
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ÍCONOS 25, 2006, pp. 123-135
Ediciones de FLACSO - Ecuador

Serie FORO
La migración ecuatoriana
transnacionalismo, redes e identidades
Gioconda Herrera, María Cristina Carillo
Alicia Torres, editoras
Flacso-Ecuador - Plan Migración, Comunicación y Desarrollo, 2005

La migración de ecuatorianos a otros países no es un fenómeno


nuevo. Desde la década de 1960, se han conformado redes
transnacionales que han incluido el flujo de personas, de dinero, de
información y han conectado comunidades locales con diversos
lugares de América Latina, América del Norte y, desde hace pocos
años, con Europa. Actualmente, la diáspora ecuatoriana se encuen-
tra en más de 55 países en los cinco continentes. Para algunas
regiones del país, como el sur del Ecuador, la migración interna-
cional constituye una estrategia de supervivencia y de reproducción
social desde hace más de treinta años. Sin embargo, a partir de
1998 se percibe un aumento acelerado de la emigración y un giro
fundamental en los perfiles migratorios: la migración se convierte en
un hecho nacional, multiclasista, multigeneracional y se feminiza.
En medio de estos cambios se encuentran la vida cotidiana y el tra-
bajo de más de 800.000 emigrantes y sus familias, aquí y allá, emi-
grantes con diferencias socioeconómicas, culturales, regionales, étni-
cas, generacionales y, por supuesto, de género. Sólo el
reconocimiento de esta heterogeneidad, de sus matices y de sus
discontinuidades, nos alerta sobre lo prematuro de sacar conclu-
siones simplificadoras acerca de las causas, los impactos, las conse-
cuencias o, simplemente, los nuevos perfiles de los emigrantes. La
amplitud y diversidad del fenómeno migratorio nos empujan,
entonces, a profundizar en la especificidad de la problemática evi-
tando cualquier generalización. Este libro es un intento en esa línea.
Orígenes de la reforma social en Costa Rica:
Iglesia católica y comunistas en la década de 1940
Iván Molina Jiménez1
Profesor de la Escuela de Historia de la Universidad de Costa Rica

Email: ivanm@fcs.ucr.ac.cr

Fecha de recepción: mayo 2005


Fecha de aceptación y versión final: febrero 2006

Resumen
El artículo analiza por qué el arzobispo Víctor Manuel Sanabria apoyó la alianza electoral entre
el Republicano Nacional y el Partido Comunista en 1943 en Costa Rica. Además, se examina
el impacto que ese respaldo tuvo dentro de la Iglesia católica costarricense, en particular, la divi-
sión que provocó entre los eclesiásticos.

Palabras clave: comunismo, Iglesia católica, Costa Rica, política, historia

Abstract
This paper studies why the Archbishop Víctor Manuel Sanabria supported the electoral alliance
between the Republicano Nacional and Comunist parties in 1943. In addition, it examines to
what extend this endorsement generated a division within the Costa Rican Catholic Church.

Keywords: Communism, Catholic Church, Costa Rica, Politics, History

1 La investigación de base para este artículo fue realizada en el Centro de Investigación en Identidad y Cultura
Latinoamericanas (CIICLA) y fue financiada por la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica.

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp.137-145
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Iván Molina Jiménez

sentó la base para que en ese país se consoli-

E
l principal líder del Partido
Comunista de Costa Rica (PCCR), dara, en la segunda mitad del siglo XX, un
Manuel Mora, en una entrevista que Estado de bienestar, cuyos indicadores sobre
concedió en 1975, evocó el carácter novedo- salud, educación y reducción de la pobreza lo
so de la política de colaboración entre su colocaron a la cabeza de América Latina,
organización y la Iglesia católica en la Costa junto con Argentina, Uruguay, Chile y Cuba
Rica de la década de 1940: (Mesa Lago 2002). La canalización institu-
cional de las demandas populares mediante
“la política que siguió la Iglesia con mi parti- elecciones periódicas y competitivas, presente
do era prácticamente una alianza para desde el decenio de 1900, se intensificó des-
enfrentarnos al nazismo […] y facilitar la pués de 1930, en el contexto de la crisis eco-
transformación social de Costa Rica. Esa
nómica internacional de esa época, y culminó
política fue objeto de muy serios ataques
fuera del país. Siempre recuerdo el ataque del diez años después.
partido comunista italiano que 20 o más
años después vino a tomar una posición
semejante a la nuestra... Tanto él [el arzobis- Competencia electoral
po Víctor Manuel Sanabria] como nosotros, y cambio social
nos adelantamos unos 20 o más años a las
luchas progresistas, tanto de la Iglesia como
del movimiento obre ro…” (Arrieta El Partido Comunista de Costa Rica, funda-
1982:326). do en junio de 1931, logró permanecer legal
y pudo competir en los comicios del período
El objetivo principal de este artículo es anali- 1932-1942, con el nombre de Bloque de
zar el impacto que tuvo en la Iglesia católica Obreros y Campesinos (BOC). La inserción
costarricense su acercamiento con los comu- en el juego político-electoral fue una excep-
nistas, un tema dejado de lado o minimizado ción en Centroamérica, donde organizacio-
en la mayoría de los estudios existentes nes similares fueron ilegalizadas (Taracena
(Blanco 1962, Soto 1985). La primera sec- 1989, Alvarenga 1996:323-347). El exitoso
ción expone brevemente el contexto político desempeño del BOC en los comicios, basado
en que se produjo ese entendimiento; la en la denuncia sistemática de los problemas
segunda examina las condiciones que llevaron sociales agudizados por la crisis económica, le
al arzobispo Sanabria a convertirse en un permitió ganar puestos en el Congreso y en
defensor de la organización liderada por algunas de las principales municipalidades del
Mora; en la tercera, se analiza la división en el país, por lo que, ya a finales de la década de
seno de los eclesiásticos (un tema sobre el cual 1930, se convirtió en el principal competidor,
la información disponible todavía es muy en las ciudades, del Republicano Nacional, el
escasa), y en la cuarta se explican las razones partido mayoritario en la política costarricen-
que condujeron a Sanabria a impulsar un se de esa época (Molina 1999).
movimiento sindical católico. El Republicano Nacional, creado en 1931,
La experiencia costarricense contrasta agu- ganó la elección presidencial de 1940 con el
damente con la del resto de Centroamérica y 82,5% de los votos; por este año, el partido
la de otros países latinoamericanos, donde la estaba compuesto por dos tendencias clara-
Iglesia católica permaneció ajena a los proble- mente distintas: los cortesistas, partidarios del
mas sociales y los comunistas fueron sistemá- presidente saliente León Cortés Castro
ticamente perseguidos. La reforma social (1936-1940), y los calderonistas, seguidores
efectuada en Costa Rica en la década de 1940 del mandatario entrante, Rafael Ángel

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Orígenes de la reforma social en Costa Rica: Iglesia católica y comunistas en la década de 1940

Calderón Guardia (1940-1944). Los dos gru- eclesiástica para su programa de reforma
pos coincidían en que eran profundamente social, empezaron a derogar algunas de las
anticomunistas, pero diferían en que, mien- leyes anticlericales aprobadas por los liberales
tras los primeros eran liberales identificados a finales del siglo XIX (restricciones a la edu-
con los valores seculares, los segundos consti- cación religiosa y al establecimiento de órde-
tuían el ala católica del partido y eran más nes monásticas en el país). El antiliberalismo
proclives a explotar electoralmente la cues- de los calderonistas, sin embargo, resultó
tión social (Soto 1985:298-309). completamente inaceptable para el cortesis-
La administración de Cortés Castro fue el mo que, a partir de 1941, inició una campa-
marco en que esa ala católica logró estrechar ña sistemática de desprestigio del gobierno de
sus vínculos con la jerarquía eclesiástica de Calderón Guardia.
Costa Rica, un acercamiento favorecido por El conflicto cada vez más agudo entre cor-
el anticomunismo de la Iglesia, agudizado por tesismo y calderonismo fue el contexto en
la guerra civil española (1936-1939). El cor- que los comunistas, quienes en la elección
tesismo, en tales circunstancias, acordó apo- presidencial de 1940 capturaron más del 10
yar la candidatura presidencial de Calderón por ciento de los votos, empezaron a acercar-
Guardia con tal que el calderonismo, con vis- se a los calderonistas. La aproximación del
tas a los comicios de 1944, respaldara el BOC, que se inició en 1941, se explica por-
regreso de Cortés Castro a la presidencia. El que la reforma social impulsada por el gobier-
acuerdo, sin embargo, fue incumplido por los no de Calderón Guardia amenazaba con des-
calderonistas, quienes una vez en el poder, gastar rápidamente la vigencia del programa
empezaron a desplazar los cortesistas. El con- mínimo del BOC, que enfatizaba en objeti-
flicto culminó en mayo de 1941, cuando el vos como la creación de seguros sociales. El
cortesismo abandonó el Republicano calderonismo, a su vez, respondió positiva-
Nacional para formar un nuevo partido mente a este acercamiento, ya que ante la
(Lehoucq 1992:164-167). incertidumbre en cuanto al costo electoral
La división del Republicano Nacional ocu- que suponía la separación de los cortesistas,
rrió en un momento en el que los caldero n i s- valoró el respaldo que le podía brindar un
tas, con el decidido apoyo de la jerarquía ecle- partido pequeño, pero organizado y discipli-
siástica de Costa Rica (y en particular, del nado (Molina 1999).
a rzobispo Víctor Manuel Sanabria), impulsa- La alianza electoral entre calderonistas y
ban un vasto programa de reforma social, que comunistas fue favorecida porque, ya desde
incluía la creación de la Caja Costarricense 1936, el BOC, a tono con los cambios expe-
del Se g u ro Social, la aprobación de un código rimentados por el Comintern, abandonó el
de trabajo y la introducción de un capítulo de “ultraizquierdismo” discursivo de sus prime-
garantías sociales en la Constitución. El obje- ros años por una línea que enfatizaba en con-
t i vo inicial de este programa, que empezó a seguir mejoras en las condiciones laborales y
ser elaborado durante la campaña presidencial de vida de los sectores populares por vías ins-
de 1939, era disputarle el voto de los trabaja- titucionales (Cerdas 1986:323-359, Merino
dores urbanos al BOC, que constituía el prin- 1996:27-69) y por la lucha conjunta contra el
cipal competidor del Republicano Nacional nazismo y el fascismo emprendida por
en las ciudades principales (Molina 1999). Estados Unidos y la Unión Soviética. La for-
La crisis política que estalló en 1941 fue malización del acuerdo entre los dos partidos,
agudizada, además, porque los calderonistas, sin embargo, sólo se logró en septiembre de
con tal de asegurarse el apoyo de la jerarquía 1943, una vez que se negoció la integración

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 137-145
Iván Molina Jiménez

de los comunistas a la tácita alianza previa, Republicano Nacional y Vanguardia Popular.


existente entre los líderes del calderonismo y La tarea de despejar la arena electoral era
la jerarquía eclesiástica. necesaria para que, en el futuro inmediato
El paso previo para lograr un acuerd o pudiera crecer un nuevo partido: Liberación
entre comunistas y calderonistas fue la diso- Nacional, fundado en 1951 (Lehoucq y
lución del BOC el 13 de junio de 1943 (dis- Molina 2002:178-227, Rovira 1982:39-63).
puesta luego de que Moscú procediera de El proyecto de los vencedores en la guerra
manera similar con el Comintern), tras de lo civil de 1948 se caracterizó por impulsar la
cual se fundó Va n g u a rdia Popular, una agru- diversificación económica y el crecimiento
pación que se declaró no comunista. El líder del mercado interno, expandir los servicios
del “n u e vo” partido, Manuel Mora, se apre- educativos y de salud pública, elevar los sala-
suró a consultarle a Sanabria si era posible rios, fomentar el cooperativismo y fortalecer
que los católicos militasen en sus filas, a lo el sector público. La reforma social efectuada
que el arzobispo, el día 14 de junio, contes- en la década de 1940 fue, por tanto, consoli-
tó que podían hacerlo (Soto 1985: 322- dada a partir del decenio de 1950.
333). La inmediata respuesta del eclesiástico
en un asunto tan delicado insinúa que la ve r-
dadera negociación se había efectuado antes Un arzobispo a la defensiva
que este episodio epistolar se verificara
(Backer 1975: 93-94). El polémico proceder de Sanabria en junio de
El triunfo alcanzado por calderonistas y 1943, al autorizar a los católicos a militar en
comunistas -bajo el nombre de Bloque de la Vanguardia Popular, se patentizó de nuevo el
Victoria, en los comicios presidenciales de 15 de septiembre de ese año, cuando participó
1944- fue descalificado rápidamente por la en una manifestación de apoyo al Código de
oposición, que atribuyó su derrota al fraude Trabajo al lado de Rafael Ángel Calderón
oficial. La polarización de la lucha política, Guardia, Manuel Mora y del futuro candidato
agravada por el inicio de la guerra fría después presidencial de calderonistas y comunistas,
de 1945, se intensificó tras la inesperada Te o d o ro Picado. Apenas una semana después
muerte de Cortés en 1946, un evento que de este evento, el día 22, el Republicano
reforzó a los sectores de línea dura de la opo- Nacional y Vanguardia Popular consolidaron
sición, entre los que destacan el periodista su pacto al constituir el Bloque de la Victoria,
Otilio Ulate y el empresario José Figueres el cual fue dado a conocer por la prensa al día
Ferrer. La discutida victoria de Ulate en los siguiente. El profundo disgusto por el proceder
comicios presidenciales de febrero de 1948, y de Sanabria fue destacado por el embajador
la posterior anulación de esa elección por un estadounidense Fay A. Des Po rtes (1943-1944)
C o n g reso dominado por calderonistas y en un informe del 23 de octubre de 1943,
comunistas, proporcionó la excusa para que
el grupo figuerista, que se preparaba militar- “...hay un extendido temor al comunismo
mente desde 1947, iniciara una breve guerra entre las personas acomodadas aquí; esas per-
civil. El triunfo en ese conflicto le permitió a sonas no consideran que la reciente transfor-
ese grupo tomar el poder y ejercerlo durante mación del Partido Comunista en
Vanguardia Popular haya alterado en lo más
18 meses, período en el cual profundizó la
mínimo los objetivos… revolucionarios de
reforma del Estado y la sociedad costarricen- Mora y sus seguidores… La formal unión
ses, al tiempo que desarticulaba a dos de las entre el reorganizado Partido Comunista y el
principales fuerzas electorales del país: el grupo de gobierno conducido por Picado…

140
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Orígenes de la reforma social en Costa Rica: Iglesia católica y comunistas en la década de 1940

ha alarmado a esas personas, quienes amar- (USNA.DF., 818.00/4-1246, 12 de abril de


gamente condenan al presidente Calderón 1946: 1).
Guardia y al arzobispo por su responsabili-
dad en que esto ocurriera” (USNA.DF., El empeño de Sanabria por afirmar que el
818.00/1896, 25 de octubre de 1943:1-2).
partido que surgió de las cenizas del BOC no
era comunista tenía el propósito básico de
La estrategia del arzobispo consistió en
justificar su proceder y limitar la disensión
enfrentar las críticas con la afirmación de que
entre el clero. El apoyo que entre 1940 y
únicamente el Vaticano –y no la feligresía o el
1942 le dio el prelado al programa social del
clero– podía juzgar su decisión: con tal fin,
gobierno quizá provocó dudas entre los sacer-
sometió su actuación a la Santa Sede, la cual
dotes más conservadores; pero su eventual
la aprobó sin reservas. La constante justifica-
oposición podía ser enfrentada con el razona-
ción de su proceder condujo poco a poco al
miento de que tal respaldo, al tiempo que
prelado a convertirse en un decidido defensor
permitía combatir más eficazmente al BOC
de Manuel Mora y de su organización. El
en las urnas, suponía un importante logro
nuevo embajador de Estados Unidos, Hallett
religioso: la derogación de las leyes liberales.
C. Johnson (1944-1947), en abril de 1945 le
La distancia entre esto y autorizar a los cató-
preguntó al eclesiástico si Vanguardia Popular
licos para militar en Vanguardia y desfilar
era un partido comunista, y la respuesta de
junto a Mora era, sin embargo, excesiva. El
Sanabria fue que él
anticomunismo cultivado durante la década
de 1930 no podía ser borrado tan fácilmente.
“...actualmente Mora ha aceptado principios
no comunistas tales como la propiedad pri-
vada, la familia y la ‘justicia social cristiana’...
El arzobispo describió a Manuel Mora como El conflicto en el seno de la Iglesia
un hombre tanto inteligente como sincero y
dijo que de todos los políticos que conocía, La decisión del jefe de la Iglesia de someter su
pensaba que Manuel Mora era el más hones-
actuación en 1943 al juicio del Vaticano fue
to en su deseo de ayudar a los pobres”.
(USNA.DF., 818.00/4-2645, 26 de abril de insuficiente para frenar el descontento dentro
1945: 3). de la clerecía, el cual pronto fue evidente. El
22 de septiembre de 1943, el día en que se
La defensa de Vanguardia Popular es visible consolidó el pacto electoral entre comunistas y
también en una carta al clero josefino del 12 calderonistas, el sacerdote Santiago Zúñiga
de septiembre de 1945, en la cual el arzobis- expresó en el Diario de Costa Rica: “...no estar
po definió a tal partido como el único “...de de acuerdo con el comunismo o vanguardismo
contenido eminentemente social...” (Picado y que si he callado ha sido por obediencia a mi
1982: 131), y volvió a evidenciarse en una superior eclesiástico...” (Aguilar 2001: 150).
entrevista que, unos siete meses después, tuvo El periódico indicado, dos días después,
el prelado con el funcionario estadounidense informó de una reunión que Sanabria tuvo
Daniel Valdés. El embajador Johnson, en un con varios sacerdotes para explicarles su
informe del 12 de abril de 1946, sintetizó así punto de vista sobre la autorización dada a los
lo expresado por Sanabria en esa ocasión: católicos para militar en Vanguardia Popular;
en tal actividad,
“Él afirma que, en su opinión, hay muy poco
peligro de comunismo real en Costa Rica y “inmediatamente se produjo la discrepan-
que el Partido Vanguardia Popular no sigue cia... El presbítero don Mardoqueo Arce… le
teorías marxistas o instrucciones de Moscú” objetó al señor arzobispo que, con el debido

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 137-145
Iván Molina Jiménez

respeto... tenía que manifestar, sin embargo Núñez, encargado de organizar sindicatos
que, en su concepto, las dignidades eclesiás- bajo la tutela eclesiástica, poco a poco alineó
ticas sí habían ido demasiado lejos, puesto
tal proyecto con la oposición al gobierno, en
que, por el desarrollo de los sucesos, se había
visto que existía una estrecha relación entre
tanto que él mismo se integraba con el sector
aquella política social (la de la Iglesia) y la opositor de línea dura liderado por Figueres
política electoral, a la cual la iglesia costarri- Ferrer (Backer 1975:103-120).
cense es ajena tradicionalmente y... que de
esta derivación política pudiera creerse por
algunos fieles que había un entendimiento
Confederaciones sindicales
tácito con el partido comunista, enemigo de
la iglesia; y aunque esto no fuera lo exacto,
en competencia
habría sido preferible no dar lugar a inter-
p retaciones de esta naturaleza” (Aguilar La respuesta de Sanabria a Mora del 14 de
2001: 151). junio de 1943 advertía que “...la autoridad
eclesiástica está y estará empeñada en que se
La división entre la clerecía se profundizó a formen agrupaciones obreras católicas y en
partir de 1944, según se desprende de varios ampliar las ya existentes...” (Picado 1982:85).
reportes de la embajada de Estados Unidos en El 2 de agosto de ese año la jerarquía católica
San José: un informe del 8 de agosto detalló anunció la fundación de la Central Sindical
que unos 35 capitalistas acababan de fundar Costarricense Rerum Novarum (CSCRN)
una organización secreta anticomunista (fija- (Miller 1996:113-114). El sacerdote Núñez
ron una cuota de ingreso de 500 colones y interrumpió sus estudios en Estados Unidos
una mensual de 25 colones). El presidente del para volver al país y dirigir el nuevo proyecto
grupo era el importante cafetalero Víctor sindical. La respuesta de Vanguardia Popular,
Manuel Iglesias Bonilla y, de acuerdo con un que desde 1942 impulsaba un Comité
reporte del día 23 agosto, en una de sus reu- Sindical Nacional de Enlace, fue crear, el 4 de
niones se produjo una octubre, la Confederación de Trabajadores de
Costa Rica (CTCR), compuesta, según lo
“...larga discusión [que] trató sobre la actitud
de la Iglesia hacia el grupo comunista...
afirmó el periódico vanguardista Trabajo en
Después de un prolongado y acalorado deba- su edición del 9 de ese mes, por 96 sindicatos
te al respecto, un Juan Rafael Calzada… afir- con 30.000 trabajadores afiliados (Aguilar
mó que le había sido dicho por Monseñor 1989:22-25).
[Juan Vicente] Solís, el Obispo de Alajuela, La razón básica por la cual el arzobispo
que él [Solís] está organizando un grupo de
decidió fundar la Central, según lo que le
sacerdotes anticomunistas cuyo propósito
será combatir el crecimiento del comunismo
expuso a Edward G. Trueblood, de la embaja-
por medio de la Iglesia. Después de más dis- da de Estados Unidos, fue para evitar que, tras
cusión y debate, se acordó que un comité iría autorizar a los católicos para militar en
a Alajuela al siguiente día (domingo 20 de Vanguardia, tal partido se valiera de esa venta-
agosto de 1944) para discutir ‘problemas de ja para expandir aún más su base sindical,
interés común’ con monseñor Solís”
campo en el cual carecía de una verdadera
(USNA.DF., 818.00B/9-244, 2 de septiem-
bre de 1944: 2).
competencia. El embajador Des Portes, en un
informe del 20 de noviembre, concluyó que, a
La amenaza principal para el jefe de la Iglesia la luz de esa conversación, Sanabria “...es rea-
provino, sin embargo, no tanto del obispo lista... en prever un inevitable conflicto entre
Solís, sino de uno de de sus más cercanos los grupos izquierdistas aquí y el movimiento
c o l a b o r a d o res. El pre s b í t e ro Benjamín obre ro patrocinado por la Iglesia” (USNA.DF.,

142
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Orígenes de la reforma social en Costa Rica: Iglesia católica y comunistas en la década de 1940

818.00/1902, 20 de noviembre de 1943: 1-2). El primero de mayo de 1945, efectiva-


La colaboración que prevaleció entre la mente, la Central desfiló por aparte y, ade-
organización católica y la comunista entre más, fue conve rtida en la Confederación
1943 y 1944, facilitada por un comité de Costarricense de Trabajadores Re rum
enlace, empezó a desaparecer a finales del Novarum (CCTRN), compuesta por 102
último año indicado. El congreso efectuado sindicatos y 5.000 afiliados (Backer 1975:
por la Central los días 21 y 22 de diciembre 125). El sacerdote Núñez, a su vez, declaró,
de 1944 fue aprovechado para anunciar que según un informe del embajador Johnson
ese movimiento sindical no dependía ya fechado el día 5 del mes indicado, que
directamente de la Iglesia (Backer 1975:
127), al tiempo que tácitamente se pronun- “...su organización estaba preparada para
expulsar de Costa Rica a todo el comunismo
ciaba en contra del apoliticismo defendido
que existe aquí. Considerando la conocida
por Sanabria. La información publicada por creencia del padre Núñez de que comunismo
el Eco Católico del 28 de enero de 1945 per- y Vanguardia son sinónimos, parece impro-
mite precisar el marco fuertemente confron- bable que él se abstenga de expresar una
tativo en que se expresó esto último: abierta oposición al va n g u a rd i s m o … ”
(USNA. DF., 818.00/5-545, 5 de mayo de
“el congreso se declara en decidida oposición 1945: 2).
al comunismo ateo y marxista, por los méto-
dos de acción y por su ideología, que niega La insatisfacción del arzobispo con el curso
los valores morales y religiosos en que se que siguió la CCTRN a partir de 1945 se evi-
asienta la civilización cristiana, y desconoce denció ya en un informe de Johnson del 26
la dignidad de la persona humana que sirve de abril de 1945: según el embajador,
de base a la verdadera concepción democrá-
Sanabria afirmó que la creación de los sindi-
tica de la vida” (Aguilar 2001: 169).
catos católicos
La beligerancia precedente estaba vinculada “...había sido su idea y que el propósito de
con el acercamiento de Núñez a un sector de los mismos no era, como muchos suponían,
empresarios identificados con la oposición: combatir al comunismo o a Vanguardia
en abril de 1945, por medio de la embajada Popular, sino más bien impedir que un par-
de Estados Unidos, se concertó una reunión tido monopolizara la organización de los tra-
bajadores en Costa Rica” (USNA.DF.,
entre el sacerdote y varios importantes cafeta-
818.00/4-2645, 26 de abril de 1945: 3).
leros, quienes se comprometieron a cancelar
las deudas de la organización, que ascendían El evidente esfuerzo del arzobispo por enfati-
a casi 7.000 colones, y a financiarla con un zar que la Central no se proponía enfrentar a
subsidio mensual de 1.750 colones. Los capi- los comunistas (en contraste con lo que expu-
talistas, además, le dieron al sacerdote 10.000 siera durante su entrevista con Trueblood en
colones con tal que en las actividades del pri- noviembre de 1943) procuraba destacar su
mero de mayo (día del trabajo) la Rerum posición, más colaborativa, en contraste con
Novarum desfilara independientemente la crecientemente confrontativa de Núñez. La
(Schifter 1982: 123-124). Uno de esos finan- tácita queja por el control perdido del pro-
cistas era Víctor Manuel Iglesias Bonilla, el yecto encargado a Núñez, que se perfila en las
presidente del grupo secreto de capitalistas palabras del prelado, obliga a considerar de
interesado en organizar un frente de curas nuevo cuál fue la razón de fondo para iniciar-
anticomunistas con el fin de oponerse a la lo. La explicación más interesante de por qué
política de Sanabria. Sanabria impulsó el sindicalismo católico la

143
ÍCONOS 25, 2006, pp. 137-145
Iván Molina Jiménez

ofreció el embajador estadounidense Fay Des litada, sin duda, por la propia disolución del
Portes, en un informe del 16 de mayo de Comintern. El impulso básico para proceder
1944, el cual señaló que de esa forma, sin embargo, provino de dos
factores internos, anteriores a la desaparición
“…la Iglesia silenciosamente se puso a orga- de la Internacional Comunista: la política
nizar sindicatos por su propia cuenta, y social del calderonismo, que amenazaba con
mientras en la superficie hay completa armo-
superar el programa del partido liderado por
nía entre la Rerum Novarum y la CTCR,
debería ser obvio que la Iglesia se propone Mora; y el conflicto entre cortesistas y calde-
decididamente no ser dejada sin un arma ronistas, que abrió un espacio estratégico para
poderosa en el campo social si las relaciones que la izquierda empezara a acercarse al
del arzobispo con la alianza Picado-Mora gobierno de Calderón Guardia.
e volucionan negativamente” (USNA.DF., El respaldo del jefe eclesiástico fue pro-
818.00/2050, 16 de mayo de 1944: 3).
ducto, ante todo, de que, una vez que estalló
el conflicto entre cortesistas y calderonistas en
El aporte principal de lo expuesto por De s
1941, Sanabria se ubicó del lado del presi-
Po rtes consiste en destacar que el proyecto del
dente, decisión decisivamente influida, ade-
a rzobispo era constituir una base social afín a
más de por la colaboración previa con
la Iglesia, independiente tanto del caldero n i s-
Calderón Guardia, por la oposición del corte-
mo como de la oposición y contraria, por
sismo a la derogatoria de la legislación liberal
supuesto, a los comunistas. La falta de re c u r-
de finales del siglo XIX. El prelado, en tales
sos financieros influyó, sin duda, en el fracaso
circunstancias, fue arrastrado, por el curso de
de esta iniciativa; pero el factor fundamental
los eventos, a apoyar la creciente colaboración
fue el alineamiento de Núñez con el gru p o
entre el gobierno y el BOC. El arzobispo pro-
encabezado por Fi g u e res, al cual se integró
curó responder activa y creativamente a tal
formalmente una vez que estalló la guerra civil
desafío, tanto al forzar a Vanguardia Popular
en 1948. La politización de la CTCRN y su
a declararse no comunista, como al tratar de
confrontación creciente con la CTCR expre-
forjar, mediante el proyecto sindical católico,
saba, en términos sindicales, el conflicto cada
una base social de apoyo para la Iglesia políti-
vez más agudo entre Núñez y Sanabria. La
camente independiente.
destitución del primero, sin embargo, no era
La fuerte tradición anticomunista cons-
una opción para el arzobispo, quien al tiempo
truida por el clero entre 1931 y 1941, a la
que sabía que un proceder de este tipo podía
cual el propio Sanabria contribuyó, fue el
agudizar la división entre el clero, valoraba la
principal obstáculo que debió enfrentar el
presencia de un eclesiástico dentro de la diri-
arzobispo: la división entre la clerecía limitó
gencia figuerista, cálculo correcto, ya que tras
su margen de maniobra. La creciente polari-
la guerra Núñez fue designado Ministro de
zación de la política complicó todavía más la
Trabajo de la Junta de Gobierno presidida por
gestión del prelado, en particular por el aline-
Figueres (Backer 1975: 144-155).
amiento del sindicalismo católico con la opo-
sición y la vinculación de Núñez con el grupo
de Figueres. El principal costo de tal proceso
Conclusión
fue que la importante corriente de catolicis-
mo social, que se configuró en las décadas de
La iniciativa del BOC de ponerse fin en 1943
1930 y 1940, desapareció tras la guerra civil
y constituirse en una organización que se
de 1948, una vez que la Junta de Gobierno
declaró no comunista con tal de consolidar su
liderada por Fi g u e res desarticuló al
alianza con el Republicano Nacional fue faci-

144
ÍCONOS 25, 2006, pp. 137-145
Orígenes de la reforma social en Costa Rica: Iglesia católica y comunistas en la década de 1940

Republicano Nacional y a Vanguardia San José.


Popular (ilegalizado a partir de 1949) y asu- Backer, James, 1975, La Iglesia y el sindicalis -
mió una orientación tan antisindical que mo en Costa Rica, Editorial Costa Rica,
afectó incluso a la CTCRN. San José.
El antisindicalismo -intensificado por la Blanco, Ricardo, 1962, Monseñor Sanabria
guerra fría- no condujo, sin embargo, a (apuntes biográficos), Editorial Costa Rica,
impugnar la reforma social de la década de San José.
1940. Los vencedores en el conflicto armado Lehoucq, Fabrice e Iván Molina, 2002,
de 1948 procuraron apropiarse de la obra de Stuffing the ballot box. Fraud, electoral
calderonistas y comunistas para consolidar su re f o rm and democracy in Costa Rica,
propia base electoral. Liberación Nacional, Cambridge University Press, New York.
liderado por Figueres, pronto destacó por Lehoucq, Fabrice, 1992, “The Origins of
impulsar sistemáticamente políticas públicas Democracy in Costa Rica in Comparative
que, al satisfacer las demandas de amplios sec- Perspective”, Ph. D., Duke University,
tores de población, le producían satisfactorios Durham.
dividendos en las urnas. El predomino de ese Mesa-Lago, Carmelo, et al., 2002, Buscando
partido en la política costarricense del perío- un modelo económico en América Latina.
do 1953-1978 consolidó el enlace entre ¿Mercado, socialista o mixto? Chile, Cuba y
democracia electoral y justicia social, gestado Costa Rica, Nueva Sociedad, Caracas.
en Costa Rica durante la primera mitad del Miller, Eugene D., 1996, A Holy Alliance?
siglo XX. The Church and the Left in Costa Rica,
1932-1948, M. E. Sharpe, Armonk.
Molina, Iván, 1999, “El desempeño electoral
Bibliografía del Partido Comunista de Costa Rica
(1931-1948)”, Revista Parlamentaria, Vol.
7, No. 1, 1999, San José, p. 491-521.
Aguilar, Cecilia, et al., 2001, “El discurso de Picado, Miguel, 1982, La palabra social de los
la Iglesia católica sobre el desempeño elec- obispos costarricenses. Selección de documen -
toral del Partido Comunista costarricense tos de la Iglesia católica costarricense 1893-
y la reforma social (1931-1948)”, 1981, DEI, San José.
Memoria de Graduación de la Schifter, Jacobo, 1982, Costa Rica 1948: aná -
Licenciatura en Historia, Universidad de lisis de documentos confidenciales del
Costa Rica. Departamento de Estado, EDUCA, San
Aguilar, Marielos, 1989, Clase trabajadora y José.
organización sindical en Costa Rica 1943- Soto, Gustavo, 1985, La Iglesia costarricense y
1971, Editorial Porvenir, San José. la cuestión social, EUNED, San José.
Alvarenga, Patricia, 1996, Cultura y ética de la Taracena, Arturo, 1989, “El primer Partido
violencia. El Sa l vador 1880-1932, Comunista de Guatemala (1922-1932).
EDUCA, San José. Di ez años de una historia olvidada”,
Arrieta, Santiago, 1982, El pensamiento políti - Anuario de Estudios Centroamericanos, Vol.
co social de monseñor Sanabria, EDUCA, 15, No. 1, 1989, San José, p. 49-63.

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“El duro arte de la reducción de cabezas”:
ruptura y continuidad en la literatura ecuatoriana
contemporánea
Carlos Arcos Cabrera
Escritor y sociólogo. Profesor-investigador de FLACSO-Ecuador

Email: arcoscabrera@flacso.org.ec

Fecha de recepción: febrero 2006


Fecha de aceptación y versión final: abril 2006

Resumen
El artículo analiza un momento de ruptura en la historia cultural de Ecuador en los años sesen-
ta del siglo XX, especialmente en la narrativa. Los debates y los temas ilustran no sólo lo que
en aquel momento se evidenció como los límites de la novela indigenista, por la que la litera-
tura ecuatoriana fue y es conocida, sino la relación entre la narrativa y las características espe-
cíficas de la sociedad ecuatoriana y su cultura.

Palabras clave: Ecuador, literatura contemporánea, novela indigenista, tzántzicos, crítica,


compromiso político

Abstract
This article analyzes moment of rupture in the cultural history of Ecuador (especially in nar-
rative), during the 1960s. The debates and subjects not only illustrate the limits of the indi-
genist novel, by which Ecuadorian Literature was and is well-known, but also the relationship
between the narrative and the specific characteristics of Ecuadorian society and culture.

Keywords: Ecuador, contemporary literature, indigenist narrative, Tzántzicos, critics, political


engagement

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 25, Quito, mayo 2006, pp. 147-160
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Carlos Arcos Cabrera

La ruptura del campo institucional de la cultura que la


otorga el haber sido fundador y, por diversos

L
a obra literaria de la llamada genera- períodos, presidente de la Casa de la Cultura
ción de los 30, en Ecuador, provocó Ecuatoriana (Rodríguez Castelo 2005).
una onda expansiva de largo alcance. En los años sesenta se produce la primera
En realidad definió las características básicas insurrección contra el orden instaurado en la
del campo de la producción literaria ecuato- cultura y contra los valores políticos y estéti-
riana y de la manera en que ésta sería conoci- cos expresados por la generación del 30. Fue
da en América Latina y el mundo. La noción resultado de la acción de una generación inte-
de lo clásico, de lo fundacional, para la narra- lectual de la que participaron jóvenes poetas,
tiva ecuatoriana se asocia con aquella genera- narradores e intelectuales provenientes de la
ción. Su consagración y la de sus obras llegó sociología y la filosofía, que hizo su aparición
de la mano de una figura clave de la cultura pública en aquella década. Sometió a la lite-
ecuatoriana, Benjamín Carrión y de su El ratura de la época anterior, y a los intelectua-
nuevo relato ecuatoriano: crítica y antología, les que la representaban, a una crítica radical.
publicado inicialmente en 1951 y en una Fueron años particularmente ricos en térmi-
segunda edición en 1958. nos de análisis, debate y producción, especial-
Álvaro Alemán Salvador ha destacado la mente de poesía y de ensayo.2 Constituyó una
doble función de Carrión en la legitimación ruptura en varios órdenes, un reto a las bases
de la narrativa de los 30 y de la construcción de legitimidad de la cultura, tanto en los
del canon de la literatura ecuatoriana tanto en aspectos de concepción de la obra de arte,
su función de antologista, como prologuista. como a la relación entre arte y política, a la
Para Alemán Salvador (2005:113): función del escritor y al contexto institucio-
nal desde el que se “producía” cultura. El
“Carrión ejerció su labor desde su propio campo de la cultura -y en consecuencia tam-
proyecto cultural. El nuevo relato opera así bién el de la narrativa- se convirtió en territo-
como una devastadora fuerza dialéctica:
rio de enconada disputa.3
diagnóstico de una narrativa vacía o casi
vacía de antecedentes valiosos, despegue de
una nueva y brillante tendencia, llegada de
un contexto prometedor para el futuro”.1

La acción legitimadora la ejerció desde


una posición ampliamente reconocida, desde
un prestigio personal que lo ubica al lado de
nombres consagrados de la cultura y de las
letras latinoamericanas y españolas y, desde la
posición de incitador-impulsor-constru c t o r 2 Debo señalar que he dedicado mi atención a los deba-
tes que se dieron especialmente en Quito. Esto nece-
1 Afirma Alemán (2005:113): “La producción de un sariamente implica dejar fuera a debates similares
canon literario es obra que involucra múltiples secto- desarrollados en los círculos intelectuales y literarios
res y requiere de una actividad constante en varios de Guayaquil, Cuenca y otras ciudades. He tomado
niveles del proceso literario, desde su producción y un conjunto de artículo publicados entre 1962 y
diseminación hasta su recepción y reproducción. 1967 en las más importantes revistas culturales del
Carrión ocupó varios lugares en este proceso. Su más período. Por razones de espacio he dejado fuera Letras
significativa contribución es la de haber sido un inter- del Ecuador publicada por la Casa de la Cultura.
mediario influyente entre la literatura impresa y los/as 3 El concepto de campo lo he tomado de Bourdieu
lectores/as con los que entró en contacto”. (1995).

148
ÍCONOS 25, 2006, pp. 147-160
“El duro arte de la reducción de cabezas”: ruptura y continuidad en la literatura ecuatoriana contemporánea

“El duro arte de la Si la Casa de la Cultura Ecuatoriana, fun-


reducción de cabezas” dada por Benjamín Carrión en 1944, fue el
escenario de consagración de autores y obras,
Apenas gallinazos cantores así como de generación de políticas y de líne-
Que juegan al amor en las alturas as de pensamiento y de debate, y Letras del
Humberto Vinueza, poeta tzántzico Ecuador el medio oficial de difusión de la
producción cultural, para los intelectuales
En contradicción o en abierta controversia que irrumpían en el escenario político cultu-
con la revista Letras del Ecuador publicada por ral era el café 77 y sus revistas los sitios de
la Casa de la Cultura Ecuatoriana (que desde encuentro, debate y, también, consagración.
la perspectiva de los jóvenes intelectuales No sólo se trató de una replanteamiento de
representa la voz de la cultura oficial y que es las reglas de juego que normaban el campo
la que circula en América Latina), se publican cultural interno desde los años 30, sino una
las revistas: Pucuna4, cuyo primer número estrategia distinta de vinculación con el
aparece en octubre de 1962 y que será el mundo exterior, que recurría circuitos inte-
medio a través del que se expresan los poetas lectuales y políticos diferentes a los que en
del movimiento tzántzico, Indoamérica dirigi- especial Benjamín Carrión y la generación del
da por Agustín Cueva y Fernando Tinajero, 30 habían construido. Los contactos y círcu-
La bufanda del sol, de la que participa los internacionales con los que interactuaban
Alejandro Moreano y colaboradores tanto de eran grupos intelectuales y de poetas que
Pucuna como de Indoamérica y, por último, tenían posiciones similares como por ejemplo
Ágora dirigida por Vladimiro Rivas. Las tres el que publicaba El corno emplumado en
últimas publican su primer número en 1965. México o El techo de la ballena en Venezuela.
No son las únicas revistas de la época pero Cabe señalar sin embargo que por lo
son, sin duda, las más representativas. En las menos hasta el 67, a pesar de la posición con-
tres primeras revistas participan poetas, ensa- frontante y de ruptura que se observa en
yistas y narradores con algún grado de com- Pucuna, La bufanda del sol y en Indoamérica
promiso político con los movimientos de existe un fluir de contactos y no es extraño
izquierda, en tanto que en Ágora participa un que poetas tzántzicos publiquen en Letras del
grupo de intelectuales y poetas relacionados Ecuador, o que sus libros sean editados por la
con el ala renovadora y progresista de la Casa de la Cultura, tal es el caso de la prime-
Iglesia católica. ra edición del ensayo de Agustín Cueva, Entre
Las revistas corrieron suertes diversas en la ira y la esperanza.
cuanto a periodicidad y permanencia. En En el “Editorial” del primer número de
todo caso, fueron los medios de expresión de Pucuna (octubre 1962) se sintetiza lo que será
una generación intelectual urbana de clase el proyecto político e intelectual:
media, resultado del crecimiento urbano, así
como de la lenta y tardía -aunque inevitable- “Nuestro planteamiento es de ruptura por-
modernización de la sociedad ecuatoriana. Es que creemos que solamente mediante ella se
una generación fuertemente influida por la puede apartar y sepultar a la blanda literatu-
ra y al arte artificioso; dejando y dando paso
Revolución Cubana.
robusto a la auténtica expresión poética que
busca recuperar este mundo mostrándolo tal
4 “Pucuna” es el nombre de la cerbatana que utilizan los
como es: desnudo, trágico y a la vez alegre y
pueblos amazónicos para lanzar dardos envenenados.
Los “tzántzicos”, a su vez, son los reductores de cabe- esperanzado”.
zas. En la época se los llamaba “jíbaros”.

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 147-160
Carlos Arcos Cabrera

La crítica operó en diversas direcciones: signi- encontrar la voz propia, libre, auténtica, total,
ficó un ataque frontal contra escritores e inte- en una sociedad también total y libre”.
lectuales de la generación precedente, puso en No es difícil, desde el presente, imaginar-
el debate el imperativo del compromiso polí- se el efecto de este tipo de acción cultural en
tico del escritor; reivindicó el realismo como una ciudad y una sociedad provinciana y
forma de expresión y, por último, intentó un pacata, que vivía aún bajo la férula de un régi-
ajuste de cuentas con la novela indigenista y men tradicional basado en las haciendas, en la
con el conjunto de expresiones de lo que en que el arte estaba asociado a “buen gusto”, a
aquel momento se podía englobar bajo la refinamiento, que recién iniciaba un tortuoso
denominación de “cultura nacional”. En el camino hacia la modernidad. Piénsese en el
debate destacan Francisco Proaño Arandi, efecto que tuvo en el contexto cultural el defi-
que después se dedicó a la carrera diplomáti- nir como tarea de la revista Pucuna, “el duro
ca y a la novela, Fernando Tinajero Villamar, arte de la reducción de cabezas” (No. 3 de
filósofo de formación, Alejandro Moreano, julio de 1963). Para sus redactores, en el
ensayista y novelista, y Agustín Cueva, el más mundo de la cultura oficial existía “una
importante sociólogo ecuatoriano de la majestuosa proliferación de candidatos al
segunda mitad del siglo XX (muere en 1992). proceso reductivo, razón decisiva para que
En la poesía destacan Ulises Estrella, Alfonso elijamos […] a aquellos de mayor lustre, con
Murriagi, Euler Granda, Rafael Larrea, Raúl lo cual reducimos de un solo golpe a éstos y a
Arias y Hu m b e rto Vinueza, entre otro s sus secuaces”.
(Carvajal 2005). Paradójicamente, ese número de Pucuna
Los tzántzicos, el grupo de poetas que circuló el mismo mes en que las Fuerzas
lideró aquel momento, no sólo recurrieron a Armadas de Ecuador se hacían del poder e
la poesía, sino a una forma de expresión imponían una dictadura militar que goberna-
pública distinta, espontánea, provocadora, rá hasta 1965. Aquella dictadura tuvo dos ras-
retadora de la “buena conciencia” de la cultu- gos, aparentemente contradictorios: el anti-
ra oficial.5 Buscaba a través de recitales y de comunismo y un plan modernizador de la
happenings provocar efectos políticos y cultu- sociedad y del Estado. Éste último estaba
rales; de allí la importancia que tuvieron en amparado en la Alianza para el Progreso,
aquel momento como forma de expresión. impulsada por los EEUU, que entre otras
Ulises Estrella (1965:11), el principal anima- acciones implicó poner en marcha una refor-
dor del movimiento, los definía como “insu- ma agraria que afectó los intereses de la elite
rrección mental y práctica contra todo el aca- terrateniente, la promoción tardía -con rela-
demicismo y los amplios y abstractos temas ción a otros países de América Latina- de una
de moda”. Moreano (1965a) iba más allá: los política de industrialización para sustituir
recitales tzántzicos llevaban la intención del importaciones, y una reforma educativa
poeta de “sumarse al pueblo en su lucha por orientada a garantizar el acceso universal y
gratuito a la educación. Fue una expresión de
la modernización autoritaria que años des-
5 Haber optado por una estrategia que va más allá del
texto plantea problemas a una comprensión acabado
pués siguieron algunos países de América
de los tzántzicos. Como lo señala Roig (1981:43), “la Latina.
historia de los discursos […] exige una investigación Cuando el movimiento estaba en su apo-
de la totalidad discursiva de una sociedad determina- geo, Alejandro Moreano (1965b:2) fundaba
da en un tiempo dado, hecho que obliga a ampliar el
concepto mismo de ‘discurso’, reducido tradicional- su “necesidad” histórica en la degradación a la
mente a lo textual”. que se había sometido a la literatura, al haber-

150
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“El duro arte de la reducción de cabezas”: ruptura y continuidad en la literatura ecuatoriana contemporánea

la conve rtido en “d i versión refinada” del damente en el debate por Proaño Arandi,
señor feudal o para la pequeña burguesía, en Mo reano, Cu e va y Tinajero. La relevancia del
un mecanismo de ascenso social y carrera compromiso político del intelectual desde la
política, “oficio para ganarse una reputación”. p e r s p e c t i va de la nueva generación de escrito-
“Se hizo, pues, necesaria la rebelión [y] acabar res, poetas e intelectuales se expresa en la que
con la falacia de nuestros cancilleres-poetas, denominaron “Encuesta sobre la responsabili-
cónsules-pintores, embajadores-prosistas”. La dad del escritor latinoamericano”, que llevó
actitud tzántzica era “la impugnación absolu- adelante la revista La bufanda del sol. La pri-
ta de la concepción misma que sobre el arte mera pregunta de aquella encuesta era pre c i-
tenía la vieja guardia literaria” (Ibíd.). Tras las samente sobre el compromiso político.
palabras de Moreano se encuentran los perfi- Mo reano, que sin ser poeta era compañero de
les de quienes en ese momento eran las gran- ruta del movimiento, sostenía que el arte era
des figuras intelectuales como Be n j a m í n una manera de vivir y que demandaba “jugar-
Carrión, Gonzalo Zaldumbide y el poeta se entero en cada momento”. En cierta forma,
Jorge Carrera Andrade, embajador y ministro sólo la poesía podía expresar actitud de ru p t u-
de Educación, que tenía una posición conso- ra radical, por la posibilidad no sólo de ser
lida, no sólo en el campo específico de la cul- escrita, sino también leída frente a un público.
tura, sino también en el campo del poder.
La reducción de cabezas no significaba “Un poema -afirma Moreano en el editorial
sólo desbancar a la vieja generación, sino de la revista- pone en juego la totalidad vital
comprometida integralmente en el cambio
también abrir el mundo cultural local a los
de todas las formas de vida, por ello […] el
grandes debates que se producen en otros paí- poeta tzántzico es profundamente subversivo
ses de América Latina, en Europa y en los […] La poesía es vivida, convertida en acción
mismos Estados Unidos. Se trata, en palabras […] como respuesta revolucionaria a la reali-
de Moreano, de “destruir el mito del patrio- dad en que está inmerso el poeta. Poesía para
tismo literario y el provincialismo mental” leerla en lugares públicos, en sindicatos, en
organismos barriales, puesta en escena, dra-
(Ibíd.). Esto explica la importancia que, espe-
matizada en busca del clima del contacto, de
cialmente en la revista La bufanda del sol se la comunicación directa con el pueblo-espec-
dio a la traducción y difusión de ensayos, tador, y en cierta manera, actor. De esta
poemas, reflexiones y noticias de otros ámbi- manera el poeta expresa la verdad… [la] dia-
tos culturales. léctica del cambio revolucionario de su pue-
blo: se convierte en su vo z” (Mo re a n o
1965a).
La dura prueba del
La ruptura de los tzántzicos, desde la perspec-
compromiso político
tiva de Moreano, formaba parte de un proyec-
to político revolucionario que implicaba una
Para mañana, ¡no!
crítica radical al conjunto de la cultura ecuato-
hasta entonces nos habrán mutilado.
riana. Eran dos tareas simultáneas. No existía
¡Tiene que ser ahora!
proyecto revolucionario sin una crítica radical
Alfonso Murriagui, 8 de julio de 1963, .6
a la cultura El primer aspecto, el de la litera-
Poeta Tzántzico

El compromiso político del artista y el re a l i s- 6 En los sesenta, recordaba Cueva, “estábamos absolu-
tamente convencidos de que nuestra ‘misión’ consistía
mo en el arte fueron dos aspectos relaciona- en rehacer el mundo”, en tanto que en el decenio post
dos; sin embargo, fueron tratados difere n c i a- moderno de los ochenta que “respira conservaduris

151
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Carlos Arcos Cabrera

tura comprometida con la re volución, era Sin embargo, en torno al compromiso no


parte de una preocupación generalizada en todo era consenso. En julio de 1963,
América Latina (especialmente en la izquierda Fernando Tinajero polemizaba con los tzánt-
que vivía una fase de ascenso político, a part i r zicos desde las mismas páginas de Pucuna:
del triunfo y radicalización de la Revolución cuestionaba las nociones de poeta y de com-
Cubana) y no era nuevo en el mundo de la lite- promiso. Lo hacía desde el cristianismo y afir-
ratura.7 Probablemente lo específico de maba: “el verdadero poeta está más allá de las
Ecuador fue la fuerte influencia del filósofo y ideologías, en esa zona donde todos podemos
escritor francés Jean Paul Sastre en la justifica- encontrarnos como hombres sin determina-
ción del compromiso. Tanto en La bufanda del ciones específicas” (1963:21).
sol, como en Indoamérica son continuas las Agustín Cueva, un año después, planteaba
referencias a Sa rtre. Es un caso interesante de el tema del compromiso ya no en la poesía,
“recepción” de una obra y de un pensamiento.8 sino en la novela: “sí, el compromiso es posi-
ble –afirmaba-, pero no rigurosamente nece-
mo por todos los poros” la política no interesa a sario desde el punto de vista artístico. ¿Con
nadie” (1987:11).
7 Paradójicamente, la vida de Marcelo Chiriboga, el
qué derecho e invocando qué principio es
personaje inventado por Donoso y Fuentes para lícito reclamarlo?”.
representar a la literatura ecuatoriana en el boom, Cueva se responderá desde lo que deno-
transcurre en la tensión entre el compromiso político mina “la terrible realidad ecuatoriana”, donde
y el compromiso literario por lo menos desde la ima-
gen que construye Donoso (ver Arcos 2005). En rea- es preciso “sin violentarlo ni pretender darle
lidad el problema de la novela comprometida había normas, recordar al artista que la respuesta al
sido planteado por Th. W. Adorno en 1954 en La desafío de una realidad en extremo compro-
posición del narrador en la novela contemporánea en
que sostenía: “las novelas de hoy [1954], las que cuen- metedora sólo puede venir de un arte com-
tan, aquellas en las que la subjetividad de la propia prometido” (1965e: 9).
fuerza de la gravedad se convierte en su contrario, Cabe re c o rdar en este punto que
equivalen en realidad a epopeyas negativas. Son testi-
monios de una situación en la que el individuo se
Benjamín Carrión, sin nombrárselo, hace
liquida a sí mismo y que se encuentra con la pre-indi- parte del debate. Su punto de vista sobre lite-
vidual que en otro tiempo pareció garantizar un ratura y compromiso, expresado en numero-
mundo pleno de sentido. Estas epopeyas comparten sas ocasiones y con bastante anticipación al
con todo el arte actual la ambigüedad de que no les
corresponde a ellas decidir si la tendencia histórica debate de los sesenta, parte de una crítica
que registran es recaída en la barbarie o apuntan -pese frontal al arte por el arte que, sin embargo, no
a todo- a la realización de la humanidad, y no son fundamentaba la subordinación de la obra de
pocas las que se sienten harto cómodas en lo bárbaro.
No hay obra de arte moderna que valga algo y no goce
arte a las urgencias y demandas del compro-
también con la disonancia y la relajación. Pero, por miso militante. Baste un ejemplo. Al comen-
encarnar precisamente sin compromiso el horror y tar en El nuevo ensayo la novela de Enrique
poner toda la felicidad de la contemplación en la
Gil Gilbert, Nuestro pan, luego de calificarla
pureza de tal expresión, tales obras de arte sirven a la
libertad, a la cual únicamente traiciona la producción como “grande”, señalaba: “pero se siente una
mediocre, pues esta no da testimonio de lo que suce- distonía la final. Un cierto acomodo del escri-
dió al individuo de la era liberal. Sus productos están tor al militante político, con una muy clara
por encima de controversia entre el arte comprometi-
do y l’art pour l’árt, por encima de la alternativa entre subordinación de aquel” (1958:99).
la zoquetería del arte tendencioso y la zoquetería del El realismo, como perspectiva de cons-
placentero” (pág. 48). trucción de la narrativa y del arte, también
8 Como lo señala Roig (1981), el de la “recepción” es
fue tema de debate. Tempranamente, Agustín
un tema relevante para el análisis y comprensión de la
construcción de los discursos interpretativos sobre Cueva estableció una distancia crítica frente a
América Latina, producido desde América Latina. las posturas más radicales, especialmente en la

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crítica que hace del concepto de realismo en literaria y derivó en lo que A. Cueva denomi-
Luckacs. Cueva concluye destacando la nece- nó el “polpotismo cultural”.
sidad de un “relativismo crítico que tuviese en
cuenta la problemática peculiar de cada arte y
género literario, así como la singularidad de El parricidio
sus relaciones con el contexto histórico-
social.” (1965d:13)9. es duro realmente
La revista Ágora, que agrupaba a quienes ser rebelde
defendían el “artepurismo” y que se definía Rafael Larrea, poeta tzántzico
como “una revista literaria”, expuso su punto
de vista en un editorial titulado Autojustifi- El aspecto más novedoso de la polémica y que
cación: hace de ese momento de ruptura algo carga-
do de simbolismo es el posicionamiento críti-
“Misión fundamental de la revista es trabajar co que en ese momento se construye frente al
por la reivindicación de la palabra; trabajar conjunto de la generación del 30, y en parti-
porque el escritor desempeñe y cumpla su
cular frente a la novela indigenista. Es un
papel con honradez: la función primordial
del escritor es dominar su instrumento (lo movimiento que apunta en varias direccio-
demás vendrá por añadidura)… Los charla- nes. Una de ellas es la comprensión del entor-
tanes, sabemos, se reúnen en la plaza pública no social y cultural en el que se produce la
y allí el pensamiento es más caótico que en literatura y en particular la novela indigenis-
ninguna otra parte” (1965:3). ta. La otra es la afirmación del corte radical
con la generación anterior: el parricidio.
Años después, en abril de 1967, Diego Agustín Cueva (1965a) hizo una primera
Araujo -uno de los redactores de Ágora- reto- a p roximación explicativa en términos del
mará el tema en un artículo titulado “Arte complejo vínculo entre literatura, arte y mes-
puro y arte comprometido”. Fue una de las tizaje en el primer número de Indoamérica.
últimas intervenciones en la polémica. Luego, en el segundo número, analizó especí-
El debate no se saldó sino en la práctica. ficamente la novela indígena (Cueva 1965b).
Buena parte de los intelectuales y críticos, así En “La encrucijada de la cultura ecuatoriana”
como los poetas (no todos) que de una u otra Cueva (1965a) apunta a la barrera entre los
forma estuvieron ligados al movimiento cul- intelectuales y las masas debido al bajo nivel
tural de la época, optaron por la militancia cultural de éstas, que afecta las formas de
política, principalmente en el naciente expresión. Es, decía, “un problema de orden
Partido Comunista Marxista Leninista del social y que reclama una respuesta social”.
Ecuador, de orientación maoísta, en organi- Desde la perspectiva específica de la literatu-
zaciones socialistas o de tendencia guevarista. ra el mayor problema era “encontrar la mane-
Por otra parte, la actitud militante se convir- ra de expresar lo que vemos y sentimos”
tió en un criterio clave para juzgar la calidad (Cueva 1965a:8). En el número siguiente de
Indoamérica, Cueva (1965b) afronta directa-
9 Otros artículos sobre el tema son: “Algo sobre el rea-
lismo mágico” de Francisco Proaño Arandi en La mente los problemas de la novela indigenista
bufanda del sol Nº 2, 1965, Quito; “Dos palabras y en especial de la obra de Icaza. Cueva parte
s o b re el artepurismo” de Fernando Ti n a j e ro en de un supuesto: el surgimiento de la novela
Indoamérica, Vol. I, Nº 3, mayo-junio 1965, Quito;
“Movilizarse por la literatura” de Alejando Moreano,
coincide históricamente con el advenimiento
publicada en Indoamérica, Vol. I, Nº 2, marzo-abril del capitalismo, que por primera vez forma
1965, Quito. una “totalidad social”, el ámbito en el que

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puede florecer la novela. En Ecuador, sin no pudo ir más allá de lo que los límites
embargo, la implantación del capitalismo ha impuestos por las relaciones sociales entre las
sido parcial y no “ha logrado hacer de nuestra dos culturas.
sociedad una totalidad en sentido pleno”. No En la perspectiva de Agustín Cueva (algo
se ha podido eliminar la “presencia continua- que no sucede necesariamente en la literatura
da” de dos culturas, resultado de la coloniza- de la Costa ecuatoriana, donde las relaciones
ción, especialmente en la Sierra. La división sociales son distintas) la novela indigenista “es
de clases propia del capitalismo se sobrepuso una literatura que mira a los personajes
a la histórica división cultural. Este hecho autóctonos, es decir: que les es exterior. En
tiene una consecuencia de profunda trascen- ellos, más que encontrar otro yo actual, el
dencia en la percepción de unos y otros: “los relatista intuye un alter ego potencial” (Ibíd.).
miembros del uno (de los grupos culturales) No es una literatura “comprensiva, sino una
ven a los del otro como elementos poco dife- literatura explicativa […] no ha querido com-
rentes entre sí”. Es de mayor peso la visión prender al patrón ni ponerse en el lugar del
que el grupo cultural dominante tiene del peón indio, sino explicar sus mutuas relacio-
indio -para usar los mismos términos de nes. Es más que nada una literatura de
Cueva-; la misma denominación “indio” eli- acción” (Ibíd.:117). Es un intento que no
mina las diferencias, anula las singularidades, logra romper la función que el castellano
aplasta al indio, “fijándole en la mente de los como lengua y la palabra escrita como forma
otros más como miembro de una especie que de expresión juegan en la relación de domi-
como individuo”. Esta situación de extraña- nación y que, al hacer a los indios personajes
miento entre uno y otro grupo cultural y de desde la perspectiva de la cultura dominante,
dominación que elimina toda individualidad, se traba inevitablemente en una modalidad
crea un problema estructural a la narrativa, el de intermediación ventrílocua. Esta, al decir
de la externalidad del narrador. de Andrés Guerrero, permite “no solo poner
Este es -a juicio de Cueva- el principal en español el lenguaje de los indígenas, sino
problema de la narrativa indigenista. De allí en el código de funcionamiento que la repre-
la “notoria dificultad del novelista de penetrar sentación ciudadana establece, para que
en el para sí ajeno [el indígena], es decir, cap- pueda canalizarse en lo público estatal”
tar a cabalidad la idea que del mundo en que (1997). La diferencia en esta modalidad de
viven, tienen los personajes indios” (Cueva ventriloquia es que da voz y vida al indio en
1965b). Ni la palabra, ni la creatividad, ni la el seno de la escritura; en el más lejano y
sensibilidad del narrador pueden superar las adverso de los mundos, un mundo de símbo-
duras e infranqueables barreras construidas los que incluso lleva en sí la sentencia de
sobre la dominación cultural y el racismo. muerte que se desata sobre Atahualpa cuando
Esta externalidad, que caracteriza la estructu- arroja el primer libro al suelo, la Biblia, que el
ra de la narrativa indigenista, es una réplica cura Valverde le entrega. El arte narrativo no
de lo que acontece en la sociedad y obliga a puede, en un acto de transubstanciación, dar
que el narrador tenga que reconstruir voces, vida a la subjetividad indígena, sin falsearla.
la de los indios, que le están vedadas, que Cueva destaca un aspecto clave de la nove-
pueden ser más o menos veraces, más o la indigenista. El acto mismo de haber inten-
menos auténticas, pero que mantendrán una tado dar voz a los indios en el seno de la cul-
distancia insuperable con la subjetividad del tura dominada por la lengua escrita era un
otro, de ese extraño. En consecuencia, la mérito, particularmente en el caso de Icaza.
novela indigenista, en su propuesta estética, Esto implicó una ruptura. Al respecto -afirma

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Cueva 1965b- “el estilo de Icaza es todo lo de que los indios, a través de un proceso de
contrario de lo que por estilo literario enten- endogenación creativa del lenguaje y de las
díase hasta entonces en Ecuador”, y -parafra- formas de representación de la cultura domi-
seando a Roland Barthes- señala que es un nante, crearan su propia literatura y que la
“grado cero de la escritura”. La obra de Icaza expresaran ya no como relato oral sino como
es en consecuencia un acto fundacional de la texto escrito.10
narrativa moderna. Es más, al decir de Cueva, El destino de la novela como forma especí-
“el indigenismo de Icaza, aun en lo que se ha fica de construcción y superación de sus lími-
dado en llamar sus ‘defectos’ es un reflejo de tes, en el caso de Ecuador, debía enfrentarse
la realidad. Literariamente, tiene el enorme con el complejo proceso de constitución de
mérito de haber sabido encontrar una forma una cultura mestiza y, en consecuencia, estaba
de expresión muy adecuada al fondo”. más allá del acto propio de la creación artísti-
El agotamiento del indigenismo obedecía, ca. En “Mito y verdad de la cultura mestiza”,
en esta perspectiva, a que “al ser una literatu- Cu e va afirma que “hay razones para poner en
ra de tipos sociales en situaciones típicas, duda la consistencia de ese mestizaje cultural
éstos y éstas no podían multiplicarse al infini- que en el momento actual es más bien una
to”. En otros términos, el indigenismo en el e x p e c t a t i va, una posibilidad” (1965c). Es una
caso de Icaza se desplegó hasta el límite de sus reflexión de mediados de los sesenta, tardía si
propias posibilidades. La exterioridad frente a se lo compara con lo que acontecía en otro s
los sujetos y especialmente frente a los indios países de América Latina, pero profundamen-
fue barrera infranqueable. ¿Qué sucedió te actual en el caso de Ecuador, pues el cru c i a l
entonces? Cueva insinuará una respuesta: el problema de la construcción estatal nacional
fracaso de un proceso amplio de mestizaje y la permanecía irresuelto.
existencia de grandes grupos marginales plan- En este campo, la perspectiva de A. Cueva
teaban “graves problemas aún para la literatu- era de un pesimismo trágico. En este punto se
ra”. La literatura no podía ser una literatura distancia radicalmente del optimismo de B.
indígena. Discrepa con Mariátegui, que sos- Carrión y de su proyecto de construcción cul-
tenía que la literatura indígena llegaría a su tural de la patria. Para Cueva, la clase media,
tiempo. “Me temo que nunca venga” afirma que era el resultado histórico de la moderni-
Cueva: dad y que podía representar de mejor forma
una cultura mestiza, carecía de autenticidad.11
“Los indígenas estarán en capacidad de pro- No había podido superar el pecado original
ducir una literatura cuando hayan alcanzado
de la Conquista. En ese contexto, el lenguaje
un cierto nivel cultural. Pero ese nivel que
tienen que alcanzar no es precisamente indí- no se constituyó para describir o desnudar la
gena. Es mestizo. ¡Y que no se diga que des- realidad sino como “leguaje-ablución”.
pués de seis años de estudios secundarios en Afirma Cueva:
los que estará en diario contacto con la per-
ceptiva española y unas cuantas literaturas “Diríase que el lenguaje está condenado a
extranjeras, el alma indígena, la auténtica pasar siempre por encima de la realidad, a
sensibilidad nativa, seguirá siendo como
antes…!” (Cueva 1965b).
10 Remito al análisis de Arturo Andrés Roig (1981)
Tengo la impresión que Cueva, al escribir sobre los temas de endogenación en los procesos de
recepción cultural.
estas palabras, pensaba en la narrativa, antes 11 Para un recorrido de la posición de Agustín Cueva
que en la poesía. En todo caso, es preciso sobre el mestizaje puede leerse L. Berrizueta y O.
subrayar el escepticismo sobre la posibilidad Ospina (2006).

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permitir que entre ésta y él se forme, inde- (1965: 2). En síntesis, la ausencia de una
fectiblemente, una capa vaporosa, hecha de auténtica cultura no se enfrenta en el terreno
aquel material nacional que gracias a una
de la cultura, sino en el de la revolución.
hábil acrobacia lingüística ha venido a lla-
marse cultura” (1965c:295).
Francisco Proaño (1965a), en el número
inicial de La bufanda del sol, reconoce la
En este contexto, ¿cuáles eran las posibilida- importancia de la literatura de los años trein-
des de una narrativa que partiendo del “grado ta, sin embargo, dice, sus avances no desem-
cero de la escritura” (Icaza) y del reconoci- bocaron en “una auténtica novelística ecuato-
miento de los límites más allá de los cuales no riana”. La razón principal es que “se trataba
podía ir la novela indigenista, sentara las sólo de un realismo de problemática social, y
bases de una nueva literatura? ¿Cómo saltar no propiamente realismo social, esto es expre-
por sobre las barreras de una escisión históri- sión sustantiva y completa de la realidad
ca que marcaba el carácter de la sociedad y la nacional” (1965a:9-10). Lo que había sido el
función del escritor y, en ese salto, simultáne- aspecto clave de su novedad se convierte, a los
amente, redescubrir la función desacralizado- ojos de Proaño, en causa de su invalidez.
ra del lenguaje? Cueva intuyó con descarnada Define a la literatura de los treinta como “de
lucidez las complejas tareas de la literatura protesta y denuncia, centrada en parcialida-
ecuatoriana. des o grupos étnicos distintos: el indio, el
El debate continuó. Se sumaron otros aná- montuvio, el negro. Evidentemente, este rea-
lisis que, con diversos énfasis, también inten- lismo de problemática social no tiene ya
taron ajustar cuentas con la literatura indige- vigencia”. Huasipungo, la novela de Icaza,
nista. Analicemos los puntos de vista de “agotó las posibilidades”. En consecuencia:
Alejandro Mo reano y Francisco Pro a ñ o
“no más indios, cholos, montuvios en abs-
Arandi. El editorial del primer número de La tracto, como problemas sociales; es necesario
bufanda del sol, firmado por Alejandro apuntar […] a la creación de tipos humanos,
Moreano (1965a), parte de la constatación de personajes y situaciones auténticamente
del “fracaso de la fusión dialéctica de las apor- representativos. Es necesario encontrar un
taciones hispánicas y aborígenes”. Las relacio- arte que refleje de modo real la exacta verdad
nes entre la cultura hispánica e indígena no de nuestro conglomerado, debe encaminarse
a la expresión de lo que constituye su verda-
dieron por resultado el mestizaje sino “masas dero núcleo humano, su realidad étnica más
indígenas sin proyección sociocultural y un valedera y auténtica, esto es el mestizo…”
elemento mestizo híbrido que no ha tipifica- (Proaño 1965a). 12
do su expresión, que no ha plasmado una
concepción vital de sí mismo y de su circuns- Es evidente que había no una sino dos con-
tancia, una forma de ver, pensar y sentir el tradicciones no resueltas. Por un lado, si para
mundo. En definitiva la ausencia de una Moreano, al igual que para Cueva, el mestiza-
auténtica cultura” (Moreano 1965a). El cami- je era un proceso fallido, para Proaño, el mes-
no no iba por “revivificar” el pasado preco- tizo -el mestizaje- expresaba el “verdadero
lombino, pues “pretender una sedimentación núcleo humano” de la cultura. Además, la
folklórica violentando la historia es un absur- novela ecuatoriana debía mirar ese “verdade-
do una regresión”. La única opción es a juicio
de Moreano el compromiso revolucionario, 12 He mantenido la forma de escribir “montuvio” en la
“trasformarse en vidente, y aportar en su indi- tradición literaria ecuatoriana a pesar de que el
soluble unidad escritor-hombre al hecho Diccionario de la Real Academia Española reconoce
re volucionario, al futuro vislumbrado.” únicamente la palabra “montubio”.

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ro núcleo humano”. Y en esto Proaño Arandi ción no tiene lógica y lo que nos descubre es
no hacía sino seguir la ruta argumental inau- la tensión que críticos como Proaño viven
gurada por B. Carrión (Rodríguez Castelo internamente. ¿Podía una literatura más com-
2005). Pero, ¿acaso no lo había hecho ya el pleja que la de denuncia, que recuperara los
mismo Icaza en El chulla Romero y Flores? Allí complejos conflictos de la subjetividad
destacaba el irreconciliable conflicto entre sus moderna, romper el cerco de las clases “pseu-
herencias hispanas e indígenas que caracteriza do-cultas” y llegar a las masas? Compleja tarea
al cholo, al mestizo. si a esta se añade el imperativo histórico de
Proaño Arandi (1965b) tratará nueva m e n- liquidar el “lenguaje-ablución”. Son los retos
te el tema en el número siguiente de La que se planteaban a los hombres y mujeres de
bufanda del sol, en un intento por diferenciar una sociedad que lenta y fatigosamente se
el “realismo mágico” de una literatura “p u r a- abría un espacio más allá de la hacienda y que
mente folklórica”. Desde la perspectiva de comenzaba a fluir en el mundo urbano.
Proaño, la literatura folklórica es un “juego de
a rtificio en que se juzga la mística indígena
del periodo pre-colombino como válida para Final
la sensibilidad y el inventar del americano
moderno”. Proaño va más allá y afirma que Nos dijeron que todo era posible
Alfonso Murriagui, poeta tzántzico
“los verdaderos protagonistas (del re l a t o
ecuatoriano) vienen a ser el paisaje, la mise-
La sustentación más acabada de la necesidad
ria o el hambre, siendo palpable la ausencia
de personajes, de hombre de carne y hueso de la ruptura la dio Fernando Tinajero en un
[…] Falta en el panorama del relato nacional artículo titulado “El parricidio intelectual”,
una verdadera preocupación por lo que es el publicado en Indoamérica en 1966. Es un
‘hombre’, una mayor meditación y un dete- artículo que destaca por sobre cualquiera
nerse más hondo en los muchos caminos que escrito en aquellos años, aún por encima de
supone el descubrimiento de nuestras histo-
los incisivos y lúcidos artículo de Agustín
rias profundas, de nuestro subconsciente.
Aquí precisamente una de las causas por las Cueva. Tinajero puso sobre sus espaldas, las
cuales se trata de una literatura, y esto inclu- de un filósofo no marxista, ni sartreano, la
so en el caso de la novela indigenista, de dura tarea de fundamentar lo que aquella
cenáculo y para clases medianamente cultas, generación denominó “parricidio”. ¡Tamaña
sin proyección en las masas, sin raigambre ni responsabilidad! Como lo señala Tinajero, fue
trascendencia popular… una literatura de
Alejandro Moreano en un cruce de opiniones
ningún modo movilizadora, ni liberadora”
(1965b:20). con Mauricio de la Selva (1965:46) quien
recurrió por primera vez a la imagen de parri-
En la perspectiva que dan cuarenta años de cidio, para expresar la idea de una ruptura
distancia del momento en que se escribieron generacional con el pasado. Sin embargo, es
estas palabras es evidente, por un lado, que Tinajero el que asume la sustentación de
Proaño asumía el punto de vista de una aquella tesis. Al igual que Cueva y a diferen-
modernidad que no admitía otras sensibilida- cia de Benjamín Carrión, Tinajero parte de
des y, por otro, una perspectiva literaria que al un supuesto de que el mestizaje era un proce-
descubrir los aspectos subjetivos del hombre, so frustrado, no sólo inconcluso sino “impo-
las historias profundas del subconsciente sible”. Las condiciones de la sociedad ecuato-
acercaría la literatura a las masas, “convirtién- riana de la época y la estructura de clase lo
dola en movilizadora y liberadora”. La solu- hacían inviable.

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Esta es una constatación clave, a la que se como generación” (1966:410). Es difícil, más
añade una segunda: si bien la literatura de los aún desde el presente, comentar o emitir un
30 fue una expresión de una toma de con- juicio sobre estas palabras. Tinajero señalaba
ciencia de la situación de la sociedad ecuato- el derrotero de toda una generación.
riana y en consecuencia una innovación, un Diez años después de los debates reseña-
acto de fundación, la situación social no dos en este artículo, en 1976, Fernando
había cambiado desde aquellos años. Afirma Tinajero publicó la novela El desencuentro, en
Tinajero: “los mismos defectos que condena- donde dio cuenta de lo que aconteció con
ban los escritores de la década del 30 son los aquella generación. Lo hizo con la misma
que nos espantan y nos llenan de indigna- lucidez que se encuentra en su justificación
ción” (1966:404). La elite cultural ecuatoria- del parricidio. Sin embargo, lo hizo desde el
na había innovado el campo de la cultura, escepticismo. El desencuentro no fue la novela
pero había sido incapaz de transformar la rea- de masas, ni el best seller de la clase media
lidad, y no habían podido “encarnar en hecho que, por lo demás, había comenzado a bene-
sus ideas… no hicieron nada” para modificar ficiarse de la bonaza económica resultante de
la situación. La alternativa frente a ese fracaso la exportación de petróleo. Es la nove l a
histórico era el “parricidio”. Había que vol- moderna cuyo nacimiento exigía toda una
verse contra el pasado, y eso significaba “ase- generación. Su nacimiento fue en medio del
sinar a nuestros predecesores y asesinarlos sin vacío, de un momento en que mirar al pasa-
piedad (y) asumiendo todo el peso de nuestra do, como casi siempre sucede, era desagrada-
ingratitud nos volvemos parricidas” (Ibíd.). ble, especialmente cuando no hay nada de
El parricidio tenía implicaciones, representa- qué vanagloriarse. Tinajero escribió para su
ba una maldición, significaba “quedar iner- generación, para la del parricidio. Rendía
mes y desvalidos, huérfanos de toda tradi- cuentas de un fallido intento de ruptura con
ción, abandonados a nuestra propia suerte” una tradición política, intelectual y artística,
(Ibíd.). No era una falta de reconocimiento la de los treinta. La ruptura de la ruptura.
de los méritos literarios de la generación del La novela de Tinajero fue un logrado
30 lo que justificaba el parricidio, sino el fra- homenaje a una generación sin héroes que
caso histórico de una generación que fue sacrificó la construcción de la palabra por una
incapaz de cambiar la realidad del Ecuador en revolución que no se dio. Fueron otras fuer-
1925 durante la llamada la Re volución zas las que dieron cuenta del viejo Ecuador.
Juliana, y tampoco en 1944 durante La En los entretelones del desencuentro entre los
Gloriosa.13 sueños y la realidad se tejió una historia tris-
Tinajero concluirá con la formulación de te, desencantada, que en determinados
una especie de compromiso generacional. momentos es de una ironía que hace de los
Afirmará: “si por un falso amor al pasado o hechos narrados algo próximo a una tomadu-
por un farisaico respeto a las tradiciones ra de pelo, como el episodio del fallido inten-
renunciamos ahora a llevar adelante este to de hacer estallar una bomba en el ministe-
parricidio intelectual que, evidentemente, es rio de Educación. Es también un duro juicio
el único medio de cumplir nuestra responsa- sobre su generación. Se adelanta con años a
bilidad histórica, fracasaremos como pueblo y los temas y reflexiones que tocará José
Donoso en El jardín de al lado, con una gran
13 La tesis fue retomada a fines de los sesenta por diferencia. Mientras en Donoso el conflicto
Antonio García en su libro Sociología de la novela
indigenista en Ecuador, Casa de la Cultura
entre la escritura y la política es tamizado por
Ecuatoriana, Quito, 1969. la posible consagración en el boom, en la

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novela de Tinajero es la desnuda realidad de lo que llamó la inautenticidad de la cultura


una época, de un grupo social, de los intelec- ecuatoriana.
tuales y escritores ecuatorianos sin consagra-
ción posible, sin perspectiva, sin futuro. Fue
el medio para la reconstrucción de la subjeti- Bibliografía
vidad, de los dilemas morales y de las opcio-
nes políticas y éticas que caracterizaron a una Adorno, Teodoro, 1954, “La posición del
vanguardia en un momento determinado. En narrador en la novela contemporánea”, en
la novela, uno de sus personajes, Efraín, Notas sobre literatura, Obra completa 11,
quema sus poemas para incorporarse a las AKAL, Madrid.
guerrillas, como quien quema las naves que le Ágora, 1965, “Autojustificación”, editorial,
garantizaban un posible retorno, “porque sólo Ágora, revista literaria bimestral, mayo,
de ese modo se podía devolver a las palabras Quito.
su valor verdadero…”. Representa el espíritu Alemán, Álvaro, 2005, “Benjamín Carrión en
de la época. En Tinajero, el lenguaje ya no es el proceso de formación del canon ecuato-
lenguaje-ablución, ni el de denuncia. riano” en Re/incidencias. Anuario del
Las utopías políticas de los sesenta se Centro Cultural Benjamín Carrión, Año
extinguieron. Sin embargo, la ruptura provo- III- No. 3.
cada por la acción de aquella generación tuvo Araujo, Diego, 1967, “Arte puro y arte com-
efecto en varios órdenes: la noción de “noso- prometido”, en Ágora No. 7, abril 1967,
tros”, desde la cual se escribía y desde la cual Quito.
Benjamín Carrión construyó un proyecto Arcos, Carlos, 2005, “La literatura invisibe
cultural, dejó de estar vinculada a la noción II”, en El Búho No. 13, julio-septiembre,
de patria, y pasó a asociarse a la de clase Quito.
social, ni siquiera a la de pueblo, sino a la de Berrizueta, L., y Ospina, O., 2006, “Breve
masas revolucionarias; igualmente, los crite- introducción a la obra ensayística y al pen-
rios de legitimidad se trasladaron de la consa- samiento de Agustín Cueva”, FLACSO-
gración en el terreno “oficial” de la cultura Ecuador, Quito (Inédito).
hacia el compromiso político y la entrega Bourdieu, Pierre, 1995, Las reglas del arte.
revolucionaria; la insurrección frente al orden Génesis y estructura del campo literario.
se convirtió en un valor en sí mismo y de allí Anagrama, Barcelona.
la necesidad de quiebre radical con el pasado Carrión Benjamín, 1951, El nuevo relato
y el salto sin retorno del parricidio. ecuatoriano: crítica y antología, Editorial de
Ecuador es una sociedad que descubrió en la Casa de la Cultura, Quito.
1990, como resultado directo del movimien- Carvajal, Iván, 2005, “Los tzántzicos, nues-
to indígena, que varias sociedades y varias tros detectives salvajes”, en A la zaga del
culturas existían en su interior. Una sociedad animal imposible. Lecturas de la poesía
que enterró la historia de la nación unitaria ecuatoriana del siglo XX, Centro Cultural
de nacimiento, planteó el reto no resuelto Benjamín Carrión, Quito.
aún de la plurinacionalidad y zanjó en el Cueva, Agustín, 1965a, “La encrucijada de la
terreno de la historia, no necesariamente en el cultura ecuatoriana”, en Indoamérica No.
de la cultura, el complejo asunto del mestiza- 1, enero-febrero, Quito.
je no resuelto; un mestizaje en el que, por lo —————, 1965b, “Reflexiones sobre la
demás, Cueva -en sus escritos iniciales- fun- novela indigenista”, en Indoamérica No. 2,
damentó los límites de la novela indigenista y marzo-abril, Quito.

159
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Carlos Arcos Cabrera

—————, 1965c, “Mito y verdad de la —————, 1965c, “Movilizarse por la lite-


cultura mestiza”, en Indoamérica No. 4-5, ratura” en Indoamérica Nº 2, marzo-abril
julio-diciembre, Quito. 1965, Quito.
—————, 1965d, “Luckacs y el problema Proaño Arandi, Francisco, 1965a, “Ecuador”,
del realismo”, en La bufanda del sol No. 2, en La bufanda del sol No.1, junio, Quito.
Quito. —————, 1965b, “Algo sobre el realismo
—————, 1965e, “Tendencia artística y mágico”, en La bufanda del sol No.2,
compromiso”, en Pucuna No. 5, agosto, Quito.
Quito. Rodríguez Castelo, Hernán, 2005, “Relectura
—————, 1987 [1967], Entre la ira y la de Benjamín Carrión de y en los artículos
esperanza, Planeta, Quito. publicados”, en Re/incidencias. Anuario del
De la Selva, Mauricio, 1965, “Asteriscos”, en Centro Cultural Benjamín Carrión, Año
La bufanda del sol N o. 2, noviembre, III- No. 3, Quito.
Quito. Roig, Andrés, 1981, “La historia del ‘noso-
Estrella Ulises, 1965, “Los hapennings: qué tros’ y de lo ‘nuestro’”, en Teoría y crítica
hacen, quiénes son”, en La bufanda del sol del pensamiento latinoamericano, FCE,
No. 1, junio, Quito. México.
García, Antonio, 1969, Sociología de la nove - Ti n a j e ro Villamar, Fernando, 1963,
la indigenista en Ec u a d o r, Casa de la “Condición del poeta”, en Pucuna No. 3,
Cultura Ecuatoriana, Quito. julio, Quito.
Guerrero, Andrés, 1997, “Se ha roto las for- —————, 1965, “Dos palabras sobre el
mas ventrílocuas de re p resentación. artepurismo” en In d o a m é r i c a No. 3,
Entrevista realizada por Felipe Burbano de mayo-junio, Quito.
Lara”, en Iconos. Revista de Ciencias —————, 1966, “El parricidio intelec-
Sociales No. 1. Flacso-Ecuador, Quito. tual”, en Indoamérica No. 6, enero-mayo,
Moreano, Alejandro, 1965a, “Editorial”, en Quito.
La bufanda del sol No.1, junio, Quito. —————, 1983, El desencuentro, Editorial
—————, 1965b, “Los presentes. El Conejo, Quito.
Tzántzicos”, en La bufanda del sol No. 2,
Quito.

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RESEÑAS
Reseñas

Reseña 1: Magdalena León T.

Como todos los artículos que conforman el


libro Mujeres ecuatorianas. Entre las crisis y las
o p o rtunidades 1990-2004, el escrito por Alison
Vásconez sobre “Mu j e res, trabajo y pobrez a”
amerita un comentario específico. El ensayo
analiza esta interrelación en unas sesenta pági-
nas, a la luz de las informaciones cuantitativas
disponibles, y en vínculo con los ricos debates
teóricos que vienen de la economía feminista y
el desarrollo humano, que quedan también
esbozados en lo atinente al tema.
Si bien el libro se origina en necesidades
institucionales de contar con un balance de lo
avanzado en torno a los compromisos que
e m a n a ron de las Cu m b res de Beijing y El
C a i ro, sus alcances van más allá. Se logra hacer
una lectura de tendencias, de la dinámica de
Mercedes Prieto, editora, 2005, una realidad en la que, si bien ha tenido un
Mujeres ecuatorianas entre las crisis peso específico el poderoso instrumento de la
y las oportunidades Plataforma de Beijing, se han conjugado fac-
1990-2004, Flacso-Ecuador, Quito. t o res múltiples, acciones y omisiones guberna-
mentales, iniciativas de las mujeres, el modelo
El libro editado por Mercedes Prieto recoge 8 y sus políticas en un sentido más amplio. De
artículos de 13 autoras/es. Los ejes del libro, hecho, es notable la paradoja de que el logro
siempre interesado en mostrar una panorámi- de compromisos del mayor alcance interna-
ca de la historia reciente de las mujeres ecua- cional para desarrollar políticas públicas para
torianas, engloban temas como las tendencias la equidad de género se haya producido cuan-
demográficas, política y ciudadanía, derechos do los Estados ven perforada su institucionali-
sociales y nuevas generaciones. En Iconos 24 dad y márgenes de acción debido a las políti-
presentamos una reseña de este libro, escrita cas de ajuste estructural .
por Jacqueline Contreras, en el que se El tema del artículo que estamos refirien-
comentaba críticamente la obra en su con- do evidencia este hecho, máxime si se relacio-
junto. En esta edición de la revista hemos na con uno de los aspectos menos enfatizados
querido darle un nuevo repaso a los conteni- en esa agenda de hace ya más de una década:
dos del libro, esta vez, sumando al unísono la redistribución económica (que hoy en
tres voces que hacen entradas distintas y con- cambio parece tomar la delantera como
vergentes al libro. Los tres comentarios que demanda de las mujeres, de la sociedad, y
p resentamos a continuación toman -cada como desafío de política pública).
uno- un artículo distinto de esa obra, como Si nos ubicamos en esa perspectiva, uno
un ejercicio (aún abierto) para seguir discu- de los méritos de este ensayo es recuperar al
tiendo, más en detalle, sus aportes al entendi- trabajo y, más aún, al trabajo femenino, como
miento de la vida de las mujeres ecuatorianas una categoría económica. Entre los efectos de
en esta última década y media. la corriente neoliberal -telón de fondo de la

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Reseñas

década analizada-, se cuenta el trazo de una Los derechos (compromisos) de Beijing no


tajante división entre lo económico y lo siguen una trayectoria lineal en su aplicación -
social, con arbitrios para que ciertos temas y sea esta más o menos acelerada- con acumula-
relaciones sean sistemáticamente derivados al dos incrementales. Se registran también re t ro-
segundo campo. Mujeres, trabajo y pobreza cesos, directamente relacionados con el pre d o-
han sido así proyectados, analizados, tratados, minio del libre mercado y la erosión del
intervenidos, como temas sociales. El enfo- Estado y de lo público. La Plataforma de
que utilizado en el artículo devuelve su esta- Acción se ha topado no sólo con la persisten-
tus económico al trabajo, categoría que con- cia de desigualdades y discriminaciones, sino
lleva relaciones y flujos que no se limitan al con el aparecimiento de nuevas formas de
mercado y a lo monetario, más aún frente a desigualdad explotación, en las que se combi-
un mercado laboral que, como lo muestra el nan aspectos de la macroeconomía con los del
análisis, ha profundizado sus rasgos de preca- mundo social, simbólico y subjetivo.
rio, inequitativo y poco transparente. La “feminización de la pobrez a’, que en la
Otro aporte tiene que ver con el acerca- época de la Conferencia de Beijing tuvo el
miento “integral” a la temática, que se remite enorme potencial de visibilizar y denunciar
a los avances de la teoría feminista y de la eco- desigualdades para pensar en caminos para
nomía crítica. Trabajo y pobreza son aborda- combatirlas, se ha trasmutado en una instru-
dos teniendo en cuenta un espacio de inter- mentalización de la pobreza de las mujeres, en
secciones de lo económico, social y cultural, la asignación de la pobreza casi como caracte-
donde cuentan las relaciones de poder, las rística intrínseca. El actual consenso institu-
negociaciones y decisiones en los niveles cional de “lucha contra la pobrez a” va junto
macro, meso y micro. Se consigue combinar, con la idea de que en ella las mujeres debemos
con acierto, fundamentos teóricos, datos ser protagonistas. Las mujeres somos más visi-
empíricos y voces de las mujeres. bles que hace una década, pero bajo el estere-
El artículo se pone así a tono con la indis- otipo de actoras sociales -no económicas-, de
pensable mirada crítica que no puede agotar- ser reproductoras o mediadoras de la pobrez a .
se en la lectura de las pro p o rciones de lo Es una visibilidad tramposa, que olvida
cumplido -valga re c o rdar que para ello se han criterios de justicia económica y redistribu-
diseñado herramientas como el Índice de ción, al no valorar el hecho de que “la pobre-
C o m p romiso Cumplido- y de los obstáculos za de las mujeres transfiere recursos al sistema
respectivos, en la cuantificación del acceso de y se convierte en amortiguadora de las crisis
las mujeres a unos supuestos “beneficios del sistémicas”, como se constata en el artículo.
desarrollo” (a los que aún hoy se sigue ape- Esto envuelve otra paradoja: justamente las
lando). amortiguadoras de las crisis económicas, las
El propósito de construir alternativas, que garantes de las sobrevivencia o de impedir un
compartimos desde varios espacios, supone mayor deterioro en la calidad de vida, somos
esa visión actualizada y de compromiso con el proyectadas como intrínsecamente pobres y
cambio. Para la lectura y el debate de esta vulnerables -se nos asigna el despoder y la
problemática, hay a nuestro entender algunas pobreza, dice la líder de India Mehda Patkar.
consideraciones relevantes. Así, el trabajo no Todo esto refuerza la urgencia de recupe-
es un fenómeno influenciado o impactado por rar lo económico como terreno de las muje-
la política económica, regido por la social; no res. No cabe que las políticas antipobreza nos
es una externalidad sino un elemento estruc- seleccionen para paquetes de intervención
tural de la economía. “social”, que disocian la pobreza de sus causas

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Reseñas

(de las políticas económicas que la generan). declaración y plataforma de acción) y los 11
Los modelos económicos -a nivel global y años de la Conferencia Internacional sobre
nacional- no se dan por generación espontá- Población y Desarrollo en el Cairo (programa
nea, son fruto de políticas, de decisiones; por de acción). Señala los avances a nivel interna-
eso, no se trata sólo de decidir si ofertar o no cional a raíz de estas dos conferencias y los
fuerza de trabajo, si hacerlo en un sector o en avances generales en el país, expresados bási-
otro, si ser parte o no de la definición de cier- camente en el campo de los derechos huma-
tas políticas sectoriales. Es preciso también nos de las mujeres, de los derechos sexuales y
ser parte de las decisiones básicas de la econo- re p roductivos. Asimismo, en base a la
mía: qué producir, cómo producir, cómo dis- Constitución vigente desde 1998, recoge y
tribuir, etc. Más allá del empleo y la sobrevi- cita la Ley de maternidad gratuita y atención
vencia, está en juego la definición de un a la infancia, la Ley de educación, de la exua-
modelo de economía y sociedad que genere lidad y el amor, la institucionalización y desa-
igualdad para las mujeres. rrollo del CONAMU (organismo especializa-
do en la formulación de políticas con enfoque
de género) y el recorrido de los proyectos y
Reseña 2: Cecilia Tamayo J.* programas de salud relacionados con mujeres.
Ante ese escenario, el autor concluye que los
He analizado el artículo “La salud de las avances han tenido un énfasis en lo normati-
mujeres”, de Mauricio León Guzmán, publi- vo y un enfoque basado en la oferta.
cado en el libro Mujeres ecuatorianas… En En su texto, Mauricio León analiza algu-
primer lugar cabe resaltar el esfuerzo de nos indicadores básicos de salud materna,
FLACSO–Ecuador, el de las otras institucio- sexual y re p roductiva. Según el autor la infor-
nes participantes y el del autor del artículo mación evidencia profundas disparidades en
por contribuir a generar evidencia y a docu- cuanto al estado de salud y el acceso a los ser-
mentar la realidad de las mujeres en el vicios de las mujeres ecuatorianas, y propone
Ecuador. Y es que, sin duda, el libro y el artí- un modelo de análisis de los determinantes en
culo constituyen un buen aporte. En esta la demanda de atención del parto, en el cual -
reseña presento, en primer lugar, una síntesis a través de varias categorías de análisis- evi-
breve de los contenidos del artículo y, luego, dencia las diferencias entre grupos de mujeres.
unos comentarios críticos. Utiliza las siguientes: situación económica,
A partir de información documental, con pobres-no pobres, situación geográfica urba-
un corte transversal que enfatiza entre 1990 y n a - rural, condición étnica indígena- afro d e s-
2004, el autor analiza la información estadís- cendiente. Además, realiza un abordaje de los
tica disponible en el país registrada en fuentes programas dirigidos a madres embarazadas,
oficiales y otros instrumentos (como ENDE- citando maternidad gratuita, aseguramiento,
MAIN). Entre los antecedentes cita los 10 PANN 2000 y Mi Papilla. Todos ello, dice el
años de la IV Conferencia Mundial de la autor, son programas “pro-pobres”
Mujer en Beijing (cuyos instrumentos son la Frente al texto de León, en perspectiva,
hay que considerar que Ecuador está entre los
* Dra. en medicina y cirugía general, Master en países de América Latina y el Caribe en los
investigación y administración en salud, que, a pesar de que algunos indicadores de
Diplomado en género y políticas de salud.
Se c retaria-asesora de la Comisión de Sa l u d ,
salud han mejorado en los últimos años, las
Medio Ambiente y Protección Ecológica del desigualdades se han incrementado. Esto se
Congreso Nacional. evidencia entre otras cosas en que Ecuador

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Reseñas

está en el grupo de países con más bajos nive- En las mujeres adultas, la diabetes mellitus
les de ingresos per cápita PIB (<3744) y alta es la segunda causa de mortalidad. Los cánce-
diferencia en la esperanza de vida al nacer res del aparato reproductivo, como el de cue-
entre el quintil 1 y el quintil 5 (17,6 años)1. llo de útero, ovarios, mamas y otros relacio-
En el artículo analizado se observa una nados con útero son importantes como cau-
clara tendencia a analizar a las mujeres desde sas de mortalidad. Entre las causas de egresos
indicadores de salud reproductiva (se enfatiza hospitalarios, las tres primeras causas se rela-
en el embarazo, el parto, el uso de anticon- cionan con el embarazo y el parto; la segunda
ceptivos y las infecciones de transmisión causa es abortos.
sexual). Si bien desde la Salud Pública este En el acceso a servicios de salud, es nece-
abordaje está justificado, cabe señalar que el sario señalar que las mujeres tienen mayores
universo de las mujeres ecuatorianas es más necesidades como consecuencia de su rol bio-
diverso y que es necesario mirar la realidad de lógico en la reproducción; y por su mayor
las mujeres durante todas las etapas de la vida, longevidad, su morbilidad (enfermedad) es
no solamente en la etapa re p ro d u c t i va. mayor a la de los hombres, en tanto que la
Adicionalmente, en el análisis de la informa- respuesta a sus necesidades es insuficiente.
ción es fundamental considerar otras catego- No puede descuidarse en el análisis el
rías como la de género y edad. tema del financiamiento de las necesidades de
Si bien la situación de salud de las niñas y salud de las mujeres, es decir, tomar en cuen-
adolescentes es analizada en otro capítulo del ta lo asignado por el Estado, el gasto de bol-
libro, no se ha tomado en cuenta a las muje- sillo y la contribución de las mujeres. Por su
res adultas mayores, lo cual evidencia el olvi- rol social, y como uno de los efectos de las
do de la sociedad en su conjunto hacia este políticas de reducción del gasto social, las
grupo de edad. Aumentar la expectativa de mujeres se han convertido en gestoras y pro-
vida de las mujeres no implica necesariamen- veedoras de atención tanto al interior de la
te que vivan mejor, sino que necesitan mayor familia como de su comunidad. En este pro-
atención para problemas degenerativos y cró- ceso, han asumido aquellas tareas de cuidado
nicos2, muchos de ellos relacionados con su de las que el Estado ya no se hace cargo,
rol reproductivo en otras etapas de su vida. como la atención a personas adultas mayores
El rol social de la mujer como reproducto- y enfermos crónicos.
ra y cuidadora de la familia y en muchos Se ha demostrado que a pesar de la contri-
casos de la comunidad -es decir el trabajo de bución de la mujer en la reproducción de la
cuidado de los otros y otras-, implica que la especie, terminan pagando más que los hom-
mujer realiza un trabajo que no es adecuada- bres por mantener su salud. Esta desigualdad
mente reconocido ni valorado socialmente, se profundiza si tomamos en cuenta la menor
que le genera sobrecarga esfuerzo físico y - capacidad económica que, como grupo, tene-
muchas veces- problemas en su salud (pese a mos las mujeres, más aún cuando se vincula
que todo ello no se registre). pobreza con jefatura femenina de hogar.
Ot ro de los temas a analizarse es el del
1 Organización Panamericana de la Salud, 2005,
a b o rto en condiciones de riesgo. Al respecto
“Renovando la atención primaria de salud en las hay que señalar que la Constitución Política
Américas. Un documento de posición de la protege la vida desde la concepción y que el
Organización Panamericana de la Salud/OMS”,
Código Penal ecuatoriano no penaliza el abor-
mimeo, p.14-15.
2 MSP/INEC/SODEM y otros, 2005, In d i c a d o re s to en casos de enfermedad grave que ponga en
Básicos de Salud Ecuador, Quito. riesgo la vida de la madre y/o en los casos de

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Reseñas

violación a una mujer idiota o demente. Si n Reseña 3: Lola Valladares-Tayupanta


embargo, el aborto clandestino es un negocio
del que usufructúan muchas personas y que “La democracia no va,
muchas veces causa la muerte. De acuerdo a si la mujer no está”
los Indicadores Básicos de Salud Ecuador
2005, “el embarazo terminado en aborto es la Quien presenta este comentario es una acti-
c u a rta causa de mortalidad materna en el vista feminista que ha formado parte de las
Ecuador, en el año 2004”. Este problema debe diferentes acciones en defensa de la Ley de
ser analizado no solamente como causa Cuotas, por lo que comprenderán que existi-
importante de mortalidad materna, sino vin- rá cierta carga de subjetividad en mi inter-
culado con el limitado derecho de las mujeres vención.
para decidir sobre la maternidad, si concebir o El artículo de María Fernanda Cañete,
no, con quién y en qué momento de su vida. “Pa rticipación política y ciudadanía de las
La salud sexual, es otro tema muy poco mujeres”, incluido en el libro, es bastante pro-
abordado. El análisis desde la perspectiva de vo c a t i vo, en tanto muestra los avances que se
los riesgos (ya sean en torno al embarazo, a la han producido en la participación política de
transmisión de infecciones de transmisión las mujeres, pero también analiza los obstácu-
sexual, al VIH/SIDA o a los otros aspectos los socioculturales que perv i ven especialmente
relacionados con los derechos), su conoci- en los partidos políticos y cómo las mujeres
miento y ejercicio, la sexualidad, el placer, la organizadas y militantes de partidos políticos
decisión, el goce, todos ellos, se ignoran por se posicionan frente a la Ley de Cuotas.
lo general, y no existen indicadores oficiales. La participación de las mujeres en la esfe-
En las estadísticas oficiales de salud es ra pública abarca una amplia gama de accio-
imposible encontrar datos sobre violencia nes y estrategias; incluye el voto, la candida-
intrafamiliar, violencia física, psicológica y tura en elecciones nacionales y locales, apoyo
sexual. A pesar de que se estima que 7 de cada a candidatas/os que impulsan una agenda
10 mujeres en nuestro país sufren violencia; a sensible al género, campañas por los derechos
pesar de que se han suscrito convenios inter- de las mujeres, así como promoción y defen-
nacionales y otros han sido ratificados por el sa de una agenda de derechos de las mujeres
país; a pesar de que el Ministerio de Salud en las plataformas de candidatas/os y parti-
Pública declaró a la violencia intrafamiliar y dos. Durante la década de los ochenta, la
sexual un problema de Salud Pública y de que cuestión de la representación de las mujeres
la Clasificación Internacional de Enferme- empezó a estar presente en la agenda política,
dades –CIE 10- en el grupo 21 (caídas, gol- pero es en los noventa que la mayoría de los
pes y accidentes diversos) incluye una larga países de esta región adoptaron ciertas medi-
lista de agresiones y las desagrega, los servicios das de acción afirmativa conducente a incre-
de salud no registran la violencia como mentar la presencia femenina en los distintos
corresponde y, por lo tanto, ésta no aparece cargos políticos y combatir la discriminación
como causa de morbilidad, ni de mortalidad, por razones de sexo, entre ellos el Ecuador.
de abortos, etc. Finalmente quisiera señalar En el mismo contexto surgen las oficinas
que el país precisa definir indicadores de gubernamentales de las mujeres que formulan
salud con perspectiva de género que permitan y coordinan políticas públicas con miras a
evidenciar la situación y necesidades diferen- mejorar la posición y condición de las muje-
ciales de hombres y mujeres. res, aunque no siempre han logrado incidir de
manera definitiva en el Estado y las decisiones

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que se toman en los altos niveles instituciona- de que, en forma automática, las mujeres van
les. La constatación del manejo de las re l a c i o- a trabajar por el cambio. También hace falta
nes de poder en las relaciones de género, que que tengan la voluntad y el deseo de hacer las
la autora visibiliza en varios momentos de su cosas de manera diferente, de ver al mundo
reflexión, muestra la necesidad de lograr una con una mirada plural, inclusiva, tolerante y
mayor participación de las mujeres en todos participativa, pues -compartiendo con la auto-
los ámbitos, pero sobre todo en aquellos espa- ra- no se puede partir de una posición esen-
cios que involucran procesos de toma de deci- cialista del ser mujer para pensar que estamos
siones, como lo es el de la política. Las muje- mejor cualificadas para esta actividad.
res necesitan tener poder y estar en posición Pese a la existencia de un marco legal diri-
de ejercerlo para lograr enfrentar al mundo en gido a garantizar la participación de las muje-
posiciones de igualdad respecto a los hombres. res en cargos públicos, ésta continua siendo
Las mujeres han mejorado su posición en menor que la de los hombres, realidad que en
los puestos de toma de decisiones, sin embar- el caso del Ecuador refleja la persistencia de
go, según señala la autora, la eliminación de prejuicios y estereotipos culturales que impi-
obstáculos legales para la participación políti- den la aplicación del principio de igualdad
ca de las mujeres no ha conllevado la presen- entre hombres y mujeres, y violan el derecho
cia de las mujeres en los órganos de represen- a la participación pública sin discriminación.
tación popular o en los espacios de decisión A grandes rasgos, podemos afirmar que la
política. De ahí que todavía instancias como implementación de las cuotas en este conti-
el Comité de la CEDAW y la Plataforma de nente ha implicado un aumento considerable
Acción de Beijing (1995) continúan llaman- de la presencia femenina en los cargos de elec-
do a los Estados y comprometiendo a otros ción popular; sin embargo, la experiencia evi-
sectores como el privado, partidos políticos, dencia que el reconocimiento formal de las
sindicatos, organizaciones patronales e insti- cuotas y de sus porcentajes mínimos pueden
tuciones académicas a “adoptar medidas para no traducirse en una proporción similar de
garantizar a la mujer igualdad de acceso y la escaños.
plena participación en las estructuras de
poder y en la adopción de decisiones y a inte- Obstáculos para una representación equitativa
grar a las mujeres en los cargos públicos elec- entre hombres y mujeres
tivos y no electivos en la misma proporción y
categorías que los hombres”, entre otras. La expansión de las capacidades y oportuni-
Las medidas de acción afirmativa traduci- dades de las mujeres es determinante para que
das en cuotas para mujeres en la participación la representación femenina sea una realidad
político-electoral son una de las herramientas irreversible. No obstante, los obstáculos para
diseñadas para asegurar un número en los una representación equitativa entre ambos
puestos de elección popular. Al existir barre- sexos responden también a otros factores
ras para la participación de las mujeres en car-
gos de representación se vuelve necesario esta-
1 En América, varios países han adoptado mecanismos
blecer estas medidas temporales que compen- de acción afirmativa para incrementar el número de
sen los comportamientos discriminatorios, mujeres en sus órganos legislativos. En 1991 fue
los estereotipos e inclusive la cultura sexista Argentina y, a finales de 1997, le siguieron Bolivia,
que impera en países como el nuestro1. Brasil, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador,
Perú, Panamá y Venezuela. Actualmente hay 77 países
Pero el simple incremento del número de que tienen cuotas constitucionales, electorales o de
mujeres en puestos de decisión no es garantía partidos políticos para las mujeres.

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Reseñas

político-electorales como la distribución de la autora, como:


las candidatas en las listas por parte de los
partidos políticos. a. Las mujeres reciben menos información
Parece lógico que la primera condición que los hombres sobre los candidatos y
para que exista mayor representación femeni- candidatas, los programas de los partidos
na es que las propias mujeres decidan partici- políticos y los procedimientos del voto,
par en el proceso político. Pero dar este paso información que los gobiernos y los parti-
no es tan sencillo, ni suficiente. La percep- dos políticos no han sabido proporcionar.
ción sobre sus capacidades, las opciones reales
para ocupar un escaño en el futuro y los apo- b. El analfabetismo y el desconocimiento e
yos sobre su candidatura son elementos ine- incomprensión de los sistemas políticos.
ludibles a la hora de decidir iniciar una carre-
ra política. c. La doble carga de trabajo de las mujeres y
Uno de los factores que aportan a aumen- la falta de recursos económicos suficientes
tar la participación es el número y amplitud limitan el tiempo o la oportunidad que
de movimientos u organizaciones de mujeres puede tener de seguir las campañas electo-
presentes en el país. De ahí la necesidad de ir rales.
creando lazos y nexos entre las mujeres que
están dentro de los partidos políticos y las d. En algunos países prevalecen actitudes
activistas del movimiento de mujeres. negativas respecto a la participación polí-
Al respecto, Chantal Mouffe señala que tica de las mujeres, o la falta de confianza
“la ausencia de una identidad esencial feme- del electorado en las candidatas.
nina y de una unidad previa, no impide la
construcción de múltiples formas de unidad y Las mujeres que han podido acceder al
de acción común. Como resultado de la cre- poder político formal enfrentan múltiples
ación de puntos nodales, pueden tener lugar desafíos. Las lideresas políticas tienen que
fijaciones parciales y pueden establecerse for- superar problemas de identidad y el contro l
mas precarias de identificación alrededor de por parte de dinastías familiares o gru p o s
la categoría ‘mujeres’, que provean la base que manejan el poder político. Ellas además
para una identidad feminista y una lucha se enfrentan al reto de romper con las re s-
feminista”.2 tricciones culturales acerca de cómo las
Un sistema de selección, como el mostra- m u j e res deben lucir, hablar y actuar y, al
do por la autora, basado en las relaciones per- mismo tiempo, transformar la cultura políti-
sonales e influencias dentro del aparato del ca que estime las capacidades de las mujeres
partido es complejo, pues la nominación no por su habilidad de imitar el discurso de
suele depender, casi siempre, de una o pocas los hombres o por cuán bien compitan, sino
personas, más que de un proceso de selección por su capacidad, visión y liderazgo.
regulado y democrático. La recomendación También está presente la necesidad de re s i s-
general 23 afirma que entre los factores que tir y luchar contra las normas legales que
obstaculizan el ejercicio del derecho a votar y homogenizan a sus ciudadanas y ciudada-
ser elegida, figuran algunas de las citadas por nos, que afirman ser igualitarias, pero que en
la realidad discriminan y exc l u yen.
A fin de participar en los procesos políti-
2 Mouffe, Chantal, 1999, “Feminismo, ciudadanía y
política radical”, en El retorno de lo político, Paidós, cos, las mujeres necesitan gozar del ejercicio
Buenos Aires. pleno de sus derechos civiles y políticos. Las

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Reseñas

libertades fundamentales como la expresión, por completo el problema de la subrepresen-


la opinión, la asamblea pacífica, la asociación tación de las mujeres en los espacios de deci-
y otras, son vehículos necesarios para su plena sión. Esto pone en discusión, también, el
participación política. La satisfacción de concepto de la democracia: una democracia
necesidades de subsistencia y sociales básicas, sin la participación efectiva de las mujeres es
la independencia económica y una vida libre incompleta e inacabada pues vulnera uno de
de violencia intrafamiliar y comunitaria son los principios constitucionales básicos: el
requerimientos igualmente cruciales para que derecho a la igualdad y a la no discriminación
las mujeres pueden realizar sus potenciales por razón de sexo. Para la construcción de
políticos. Pero además se requiere de institu- una democracia verdadera es necesario que
ciones electorales serias y respetuosas de los desaparezcan los obstáculos que están impi-
derechos que hagan cumplir las normas lega- diendo la presencia equitativa de las mujeres
les sobre cuotas. en los ámbitos políticos, económicos y otros
En el caso del Ecuador, a pesar de que la espacios de toma de decisiones.
Ley de Cuotas es clara respecto de la obliga- Y si bien estoy de acuerdo con la autora en
ción de los partidos políticos de conformar que las normas legales no solucionan por si
sus listas de candidaturas pluripersonales con solas la inequidad de género, no comparto
un porcentaje determinado de mujeres y en con su criterio cuando dice: “la participación
forma alternada y secuencial, so pena de que política de las mujeres en los partidos y movi-
no se puedan inscribir las listas, son las pro- mientos políticos, no se resuelve en el terreno
pias instancias responsables de hacer cumplir jurídico, aunque éste sea un marco referencial
la ley, las que se han encargado de facilitar a importante, sino en el terreno de la lucha
los partidos políticos el incumplimiento de la propiamente política”.
norma: el Tribunal Supremo Electoral y los Las normas legales no son solamente un
tribunales provinciales. marco referencial y también la participación
De ahí que, a diferencia de lo señalado por política de las mujeres en uno de los ámbitos en
la autora, respecto de la existencia de una los que se disputa, es en el terreno jurídico.
“pugna solapada” entre los partidos políticos Tanto no es un mero marco referencial que la
y las organizaciones de mujeres por el respeto propia autora reconoce que a raíz de la vigen-
de las cuotas, considero que la pugna fue más cia de la Ley de cuotas se ha incrementado la
bien absolutamente abierta a fin de lograr que presencia de las mujeres en la política, en los
los partidos políticos coloquen a sus candida- p rocesos electorales y aún ha provo c a d o
tas en lugares que las hacen elegibles, no transformaciones en la práctica de las mujeres
como tradicionalmente lo han hecho: al final al interior de los partidos políticos influencia-
de las listas, en los lugares de suplencia o en das por los debates públicos y el reconoci-
otras posiciones donde tienen escasas, por no miento de la lucha política que ha librado el
decir nulas, opciones de ser elegidas y, por movimiento de mujeres para defender la
tanto, de poder ocupar puestos de responsa- vigencia plena de esta Ley. Además se posibi-
bilidad política en las instituciones públicas. litan los cambios de actitudes acerca de sus
Las acciones desarrolladas como parte de este roles y habilidades, de manera que les abren
proceso fueron desde movilizaciones públicas más oportunidades de educación, trabajo y
hasta acciones legales. otras.
En las líneas anteriores se ha podido El Derecho tiene mayores significaciones
observar que la implementación de cuotas -a que la sola letra de la ley, refleja los valores, los
pesar de sus efectos positivos- no soluciona mitos, los rituales, los imaginarios, las creen-

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cias, de la sociedad para la que rige y que ter-


minan por convertirse en los supuestos que
garantizan o no su eficacia.3
Para Foucault, las prácticas sociales tienen
la capacidad de producir nuevos sujetos, con-
ceptos y técnicas; la misma capacidad la tie-
nen las prácticas jurídicas, en determinados
contextos locales y temporales; atender a ellas
permitirá ver también qué subjetividades han
ido definiendo, qué saberes, qué verdades y
qué formas de relacionamiento se crean. Esto
permite entender al Derecho como el resulta-
do de todo un proceso de construcción social,
cruzado por relaciones de poder, capaz de
generar ciertas prácticas sociales, subjetivida-
des y aún materialidades.
A partir de la reflexión previa, se puede
concluir diciendo que la vigencia sociológica
de los derechos de las mujeres reconocidos en Mauro Cerbino, 2006,
la Constitución Política es poco viable, si no Jóvenes en la calle. Cultura y conflicto,
se transforma también la institucionalidad. Anthropos, España.
Entonces el desafío está en incidir no solo en
las normas legales, sino además en los Diciembre de 2004. Me llaman del periódico
patrones culturales que contribuyen a man- El País -el de más difusión en España- con el
tener la discriminación de las mujeres. encargo de redactar un texto sobre el fenóme-
no de las bandas latinas. Decido hacerlo con el
juvenólogo colombiano Germán Muñoz, que
está de paso por Barcelona. Qu e remos dar un
retrato del origen de las pandillas en la
América latina. Nos basamos en los textos de
colegas y amigos que han tratado el tema:
James Diego y Luis en los Estados Unidos,
Rossana y José Manuel en México, Carlos y
Alonso en Colombia, y Mauro en Ecuador. A
este último no lo conozco personalmente,
aunque Germán sí: otro colega antropólogo -
Joan J. Pujadas- me había hablado de él pro-
metiéndome un libro sobre las pandillas que le
había encargado Mauro y se perdió en una
desgraciada inundación. De este bello texto
sacamos una cita -la de Bertolt Brecht- para
e n c a b ezar nuestro art í c u l o. La publicación del
3 Ruiz, Alicia, 2000, “La construcción jurídica de la
texto tiene notable repercusión, pues ofrece
subjetividad no es ajena a las mujeres”, en El derecho
en el género y el género en el derecho, Cédale, Editorial informaciones e interpretaciones muy distin-
biblos, Buenos Aires, pp. 22. tas a las dominantes en los medios de comuni-

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cación (que desde hace unos meses se hacen sentan a las bandas como síntoma de desor-
eco de una campaña de “pánico moral” de ganización social), como a las teorías román-
manual de sociología de la comunicación). Al ticas emergentes (que ven en ellas instrumen-
cabo de unos días un periodista contesta con tos de liberación juvenil). Conceptos como el
otro artículo titulado “Caníbales y bandas lati- tratamiento de “emergencia” por parte de los
nas”, en el que nos compara a aquellos antro- medios, los “territorios emocionales” pandi-
pólogos que justificaban las ingesta de carne lleros, la masculinidad hegemónica, la pandi-
humana por un supuesto relativismo cultural lla como “comunidad emocional”, la pandilla
(sic.), clama contra la supuesta “impunidad” como espacio de escucha, la definición de
con que cuentan estas bandas y se hace port a- “nación” etc. Igualmente útiles los apuntes
voz del movimiento vecinal que reclama su etnográficos que demuestran la capacidad
expulsión del espacio público: “La tolerancia para la reflexión antropológica de muchos de
solo consigue que estas bandas se sientan más sus informantes, como Boris: “Todo es un
f u e rtes a costa del miedo de los demás”. círculo de violencia, estamos rodeados de vio-
Enero de 2005. Recibo el libro de Mauro y lencia y el joven también expresa”.
empiezo a leerlo. De entrada, me sorprende Abril de 2005. En Génova, acompañados
ver en la bibliografía citados a Ba rt h e s , de nuestro colega italoecuatoriano Mauro
Calvino, Habermas, Negri, Habermas, Cerbino, acudimos a un Instituto del área
Jacobson y Wittgenstein. ¿Qué tendrán que metropolitana de Barcelona, donde compar-
ver estos autores con las pandillas juveniles? timos con varios profesores su percepción del
Al empezar a leer el texto, me interesan sus tema. En el centro conviven unos 600 estu-
apuntes etnográficos, me divierten los frag- diantes, un 95% de los cuales son extranjeros,
mentos de narraciones orales, me aclaran y un 80% latinoamericanos. La mayoría han
dudas algunas definiciones conceptuales llegado en los últimos cuatro años, para reu-
(como la de “nación”), me es de gran utilidad nirse con sus madres y padres que habitan en
el vocabulario final (para poder entender las las viviendas populares del barrio (donde en
entrevistas que estamos realizando), y sobre los años 60 se asentaron migrantes originarios
todo me interesan las reflexiones teóricas, del sur de España). En las paredes exteriores
esbozos de pensamiento crítico que mezclan, proliferan las pintadas con la corona de cinco
como el bricolaje de las culturas juveniles, puntas y la inscripción “Zona de Reyes”. En
autores y conceptos aparentemente incompa- el seminario, los profesores nos enseñan un
tibles: las teorías anglosajonas sobre etiqueta- montón de gorras y otros atuendos hip-hop
je social (de Goffman a Hall), las teorías fran- requisados a los alumnos. Uno comenta el
cesas sobre discurso y poder (de Foucault a caso de una alumna acosada por una banda y
Derrida, pasando por Barthes y Lacan), los otro exclama: “Lo que falta es más disciplina”.
estudios italianos sobre hegemonía y subalter- Una profesora muy lúcida nos ha explicado
nidad (de Gramsci a Canevacci) y los estudios que al principio nadie quería reconocer la
latinoamericanos sobre culturas juveniles (de existencia de estos grupos –“La consigna era:
Martín-Barbero a Reguillo). En el cruce de aquí no pasa nada”- pero tras una pelea que
esas distintas tradiciones teóricas nacionales y hubo se pasó al extremo contrario, creándose
disciplinarias, Cerbino rescata ideas y enfo- una alarma excesiva: “En el fondo hay un
ques que contribuyen a dar luz al fenómeno déficit emocional originado por la manera
de las pandillas juveniles y a sacarlo de sus los cómo estamos acogiendo a estos adolescentes
cajones estancos en los que lo habían reduci- que viven el duelo de la migración sin ningún
do tanto las teorías criminológicas (que pre- apoyo”. Cuando acabamos la entrevista pase-

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amos por el barrio y topamos de repente con orden público. Los foros de internet posterio-
la discoteca Caribe Caliente, el local ha vuel- res al programa no dejan dudas sobre sus
to a abrir, pero al parecer cambiando de efectos en la retroalimentación de discursos
público: se anuncia un concierto de música xenófobos. En la web oficial de la televisión
andina y otro de tecnocumbia. En el metro puede leerse los resultados de una encuesta en
nos ofrecen la prensa gratuita del día. Todos torno a la siguiente pregunta: “¿Cómo se
los periódicos se hacen eco en portada de una puede luchar frente a las bandas callejeras?”.
noticia: “8 latín kings detenidos tras un atra- El resultado es contundente: represión poli-
co en el metro”. Unos jóvenes atracaron a una cial (4%), mayor educación (9%), condenas
mujer en el metro, dos hombres intentaron más severas (10%) y expulsión de España
ayudarla y se encontraron con una reacción (78%). Mientras reflexiono en el impacto de
muy agresiva: a uno lo arrojaron a la vía y a los medios releo la parte del libro de Cerbino
otro le amenazaron con una piedra: “¡Vas a dedicada a “la mirada”. La importancia de la
ver como mata un hombre!”. Al empezar a mirada, su “significancia” (en el sentido de
leer el texto, nos asaltan las dudas. El reporta- Barthes, es decir, la mirada es algo más de lo
je habla de jóvenes “de estética latín king” que creemos o podemos entender) es crucial
aunque no se aclara qué significa esta expre- en el tema de las pandillas. La mirada de los
sión ni quien la asigna (lo mismo sucedió jóvenes pandilleros (como los que se desafían
hace tiempo cuando la prensa empezó a en la discoteca y luego en la salida de los ins-
hablar de “jóvenes de estética skinhead” , titutos), la mirada de los jóvenes emigrantes
cajón de sastre en el que se metía a neonazis, (que malinterpretan o confunden miradas de
ultras del fútbol y makineros). Aunque pare- los jóvenes autóctonos), la mirada de los
ce ser un hecho de actualidad, sucedió hace adultos (que ante cualquier joven de tez
tres semanas (surge la duda de por qué se morena y ropa rapera ven un peligroso pan-
publica ahora). Pese a la etiqueta de “latinos”, dillero), la mirada de los medios de comuni-
varios de los detenidos son de nacionalidad cación (que mapea la ciudad como un terri-
española (uno resulta ser un delincuente torio bélico) e incluso la mirada “experta” de
habitual). Informaciones posteriores confir- técnicos e investigadores (que siguen confun-
man nuestras sospechas: en realidad no había diendo las bandas globales de la era digital
pruebas de que se trate de latín kings (luego con pandillas tradicionales). Lo resumen
se demostró que la autoría correspondía a maravillosamente bien dos de los informantes
otros). Pero ningún medio desmiente la atri- del estudio: “La mirada lo dice todo” (el
bución de la autoría, que confirma el estereo- Loco), “Nos ven con miedo, a veces con
tipo del latino violento. pena” (Fausto). Frente a esa mirada ausente o
Junio de 2004. La cadena privada con perdida, la necesaria mirada crítica de los
mayor audiencia en España transmite en un científicos sociales, crítica frente a los discur-
horario de máxima audiencia un reportaje sos dominantes que amplifican las retóricas
titulado “Las nuevas bandas callejeras” dedi- de la discriminación, pero también frente a
cado íntegramente a las bandas latinas. El visiones excesivamente románticas o justifica-
documental, presentado por la misma perio- doras de la agresión y del conflicto.
dista que presenta Gran Hermano, utiliza Agosto de 2005. Releo el libro de Cerbino
recursos técnicos muy sofisticados y una y lo hago con el interés de buscar ideas y
narrativa que capta la atención, pero el men- datos para nuestro informe. Una mirada que
saje es de una simpleza extraordinaria: las intenta historizar el fenómeno de las pandi-
bandas latinas son un auténtico problema de llas para captar mejor las continuidades y dis-

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continuidades del presente. Por eso invito al El libro de Mauro Cerbino constituye una
autor a rescatar una de las preguntas implíci- magnífica invitación para repensar las pandi-
tas en su libro: ¿qué tienen en común las tra- llas juveniles. En este sentido, se trata de un
dicionales “jorgas” de barrio y las nuevas work in progress que sin duda ira ampliando
“bandas” transnacionales? ¿qué sucede cuan- las perspectivas y matices en futuras ediciones
do las pandillas se hacen naciones y entran en que, además de los “territorios emocionales”
el mercado de las culturas juveniles globaliza- ecuatorianos deberán tener en cuenta tam-
das? ¿puede investigarse este nuevo fenómeno bién los nuevos espacios como los barrios de
con los lentes algo vetustos de la vieja etno- Barcelona donde esos jóvenes errantes cons-
grafía y de los estudios de comunidad? En truyen las identidades nómadas del siglo XXI.
este sentido, es clave la reflexión aplicada de
Cerbino: “El acto violento no es sólo conse- Carles Feixa
cuencia de una incomprensión, sino que se
produce por la imposibilidad de construir
una mediación simbólica: la posibilidad de
apalabrar esa mirada, de encasillarla o asig-
narles un sentido soportable o conveniente”.
¿Cómo construir esas mediaciones simbólicas
cuando las conflictividades son transnaciona-
les? Desnaturalizar la violencia juvenil supone
rastrear en el espacio y el tiempo las variadas
formas de resolución no pacífica de conflictos
en el marco determinados contextos cultura-
les, pues el recurso a la violencia (o a su inver-
so, la no violencia) es casi siempre fruto de
tensiones latentes o vigentes que recorren el
conjunto de la sociedad. Desnaturalizar la
violencia juvenil implica también compren-
der por qué las prácticas y los imaginarios
violentos se concentran en este grupo de
edad, lo que supone cuestionar las relaciones
de hegemonía y subalternidad, deconstruyen- Astrid Ulloa, 2004,
do las estrategias y las tácticas de las imágenes La construcción del nativo ecológico:
mediáticas que no sólo reproducen sino que a Complejidades, paradojas y dilemas de la
menudo literalmente producen los imagina- relación entre los movimientos indígenas y
rios y las prácticas violentos. Desnaturalizar la ambientalismo en Colombia,
violencia juvenil supone desnaturalizar el ICANH, Colciencias.
mismo concepto de juventud como universal
cultural. En definitiva, desnaturalizar la vio- He aquí un libro que aborda un tema aún
lencia juvenil supone (re)politizar (resituar en poco tratado: la relación entre las organiza-
las luchas por el poder) la violencia ejercida y ciones indígenas latinoamericanas y las ONG
padecida por los jóvenes y (a)culturar (resi- ecologistas. La autora, antropóloga del
tuar en las luchas por el significado) los códi- Instituto Colombiano de Antropología e
gos compartidos que la inspiran. Historia (ICANH), se basa en particular en el
caso de los pueblos indígenas de la Sierra

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Nevada de Santa Marta, con los cuales ha tra- (en particular amazónicos). Sin embargo, este
bajado varios años, pero se apoya también en capítulo se cierra en una serie de interrogan-
una abundante documentación producida tes que dejan dudas en cuanto a la virtud
por los movimientos indígenas y ecologistas explicativa del método escogido. El caso de
transnacionales y el sistema de las Naciones los indígenas de la Sierra Nevada de Santa
Unidas. Marta no permite, al parecer, generalizar las
El libro se divide en seis capítulos. En pri- principales ideas planteadas anteriormente.
mer lugar presenta los movimientos indíge- Por lo demás, el razonamiento de Ulloa es
nas como actores políticos emergentes en circular. Según ella, el “nativo ecológico” es
América Latina. De manera muy académica, construido por el discurso de las ONG ecolo-
se presentan sucesivamente los movimientos gistas y los organismos de conservación; pero
indígenas en América Latina, en Colombia y se vuelve un medio de formular las reivindi-
en Santa Marta para desembocar en una refle- caciones identitarias, culturales y políticas de
xión sobre el multiculturalismo. las organizaciones indígenas en el sistema
En segundo lugar se recuerda la historia internacional de Estados naciones. Así es
del movimiento ecologista y el contexto en el como el “nativo ecológico” (acaso ¿no cabe
cual surgió la preocupación por los temas decir “ecologista”?) es a la vez objeto de las
ambientales en la comunidad internacional. políticas públicas y de los movimientos colec-
Este capítulo explica en particular cómo el tivos exógenos, pero no se entiende cómo
concepto de naturaleza ha ido politizándose y logra convertirse en sujeto de su propia histo-
ha dado lugar a una reinterpretación de la ricidad merced a la apropiación del discurso
relación entre naturaleza y cultura. En este ecologista. Estamos aquí al opuesto de la tesis
capítulo se presenta la tesis principal del libro: del “ecologismo popular”, que plantea que los
los indígenas se apropian el discurso del eco- indígenas son “ecologistas innatos”, auque no
logismo para resistir a una suerte de “colonia- necesariamente formulen sus reivindicaciones
lismo ecológico”, aquí llamado “ecoguberna- en el lenguaje de la ecología política.
mentalidad”. El problema que plantea la “construcción”
Los dos capítulos siguientes analizan la del indígena ecologista para la sociología de
coincidencia de los discursos ecologista y acción es que no se puede hablar de una iden-
panétnicos, desde el enfoque de la “política tidad ecologista en los mismos términos que
cultural” y aquel de la “teoría de los re g í m e- de una identidad indígena o india. La etnici-
nes” y la “sociedad civil global” inspirados por dad se construye sobre la base de una diferen-
los trabajos de Álvarez Dagnino y Escobar. ciación con el otro, y es a menudo performa-
Siguiendo la misma perspectiva, el capítulo tiva. En cambio el ecologismo (sea como dis-
cinco ofrece un análisis iconográfico del tema, curso o como ideología) deriva de una cons-
en el cual la autora desarrolla comentarios más trucción discursiva moderna y de una visión
bien especulativos sobre la representación del del mundo. Es el producto de una crítica de
“n a t i vo ecológico”, a través de la historia. la modernidad y de un razonamiento teleoló-
La obra concluye con una reflexión de gico, que le lleva a proponer diversas respues-
mucha re l e vancia y bastante actualizada, tas a la “crisis ambiental global”. Ahora bien,
sobre las dimensiones geopolíticas de las polí- el actor ecologista no puede asumir semejan-
ticas de conservación y los problemas que te construcción sin establecer una distancia
éstas plantean en términos de derechos de mínima con la sociedad en la cual vive, sus
propiedad, de perspectivas de desarrollo y de valores, prácticas culturales y -por último- su
integridad cultural para los pueblos indígenas identidad colectiva.

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En otras palabras, no existe una “identi- nacionales (en particular la teoría de los “regí-
dad ecologista” en sí, mientras que la identi- menes” inspirada de Alison Brysk) es poco
dad étnica es una identidad en sí que se con- adecuado para explicitar la interacción entre
vierte en identidad para sí, como medio de ecologismo y etnicidad. Tanto la hermenéuti-
emancipación. Esta dualidad tiene conse- ca del discurso indígena y ecologista, como el
cuencias importantes en la relación entre seguimiento de las reuniones internacionales
organizaciones indígenas y ecologistas, puesto que aportan a este libro un material valioso y
que la convergencia de ambos tipos de movi- abundante, serían mejor tratados desde la
mientos sociales descansa en un compromiso, perspectiva del actor que desde aquella del
más que en la recuperación de uno por el sistema internacional, eso es, en términos de
otro, como lo pretende Ulloa. Por ejemplo, la procesos de gobernabilidad y no de sistema
alianza entre la Coordinadora de organizacio- de gobernanza.
nes indígenas de la cuenca amazónica
(COICA) y las ONG internacionales de con- Guillaume Fontaine
servación, analizada en los capítulos 3 y 4, se Profesor-investigador de Flacso-Ecuador
debe entender como una alianza estratégica,
que difícilmente se puede reducir a una
forma de racionalidad instrumental, en el
sentido de las teorías de movilizaciones de
recursos o de lucha por el poder.
Los miembros de las comunidades y orga-
nizaciones de la COICA no son “nativos eco-
lógicos” sino unos actores étnicos que se
apropian del discurso del ecologismo como
para hacer valer sus derechos en territorios
que garantizan su supervivencia. Las organi-
zaciones de conservación y el movimiento
ecologista en general no las consideran como
“nativos ecológicos” mas como socios cada
vez más imprescindibles para enfrentar los
límites del desarrollo y garantizar la conserva-
ción de espacios que garantizan la supervi-
vencia de la humanidad.
Es aquí donde la distinción entre racionali-
dad teleológica, instrumental y comunicativa es Eduardo Kingman Garcés, 2006,
útil: esta alianza es instrumental para ambas La ciudad y los otros. Quito 1860 – 1940,
partes en la medida que éstas se ponen de Flacso-Ecuador, U. Rovira i Virgili, Quito-
acuerdo para actuar racionalmente (en el senti- España.
do teleológico) contra la crisis ambiental y
desarrollar racionalmente (en el sentido de la
comunicación) un nuevo modelo de desarrollo. La ciudad y los otros es una investigación his-
Al fin y al cabo, el marco teórico propor- tórica que invita a pensar los posibles usos del
cionado por los estudios culturales (en parti- estudio sobre el pasado en la comprensión de
cular el concepto de “gubernamentalidad” fenómenos sociales presentes. A primera
retomado de Foucault) y las relaciones inter- vista, dicha pertinencia resulta obvia; sin

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embargo, entraña una serie de complejidades intercambio comercial con otras regiones en
epistemológicas y teóricas que merecen ser el marco del proceso de construcción del
anotadas. Frente a esta problemática, la pre- Estado y la idea de nación.
sente reseña pone especial atención en la No obstante, Kingman señala que “si bien
comprensión de la cultura y las relaciones los procesos de configuración social urbana se
sociales en procesos históricos de cambio. v i e ron condicionados por el sistema de
Desde el inicio Eduardo Kingman prefie- hacienda y por el peso social y simbólico de
re hablar de modernidades y no de moderni- los terratenientes, en las urbes se desarrolla-
dad, ya sean inaugurales en unos casos, y alter- ron muchas formas alternativas de organiza-
nativas o negociadas en otros; el objetivo es ción y representación de los sectores subalter-
liberarse de modelos preestablecidos de lo nos que entraron en contradicción con la
moderno. En su trabajo la modernidad “es sociedad colonial y republicana”.
una noción histórica relativa a cada época y las En la investigación se afirma que la sepa-
mentalidades de cada época”. En el caso de los ración de la ciudad y el campo respondía a un
Andes la modernidad coexistió (y coexiste) orden simbólico, más que a la estructura y
con tendencias no modernas y antimodernas dinámica económica y administrativa de la
implicadas en su ethos barroco. Si bien la época. La urbe se imaginaba en oposición al
modernidad se identificó con la idea de agro, la ciudad significaba la civilización, la
Progreso y de o rn a t o, su emergencia no re s- simetría, el orden y la centralidad, mientras el
pondió a transformaciones en los modos de campo implicaba la barbarie, la irregularidad,
producción, sino a la articulación de las ciuda- el caos y la dispersión. En ese juego de dico-
des y del Estado al mercado mundial y a pro- tomías los indígenas eran vistos como sujetos
yectos de modernidad part i c u l a res ligados al rurales, a pesar que existían muchos indios
mundo de la hacienda, la plantación y el desa- urbanos insertos completamente en la vida
rrollo de un tipo de capital no productivo. cotidiana de la ciudad.
La transición de la ciudad señorial a la pri - Los sistemas de clasificación y jerarquía en
mera modernidad en Ecuador, y específica- la ciudad señorial no sólo respondían a criterios
mente en Quito, permite a Kingman mostrar raciales, sino a un confuso y complejo juego
cómo tradición y modernidad se comple- de distinciones de estatus, género, consumo,
mentaron históricamente. Aunque las idas y uso del espacio y una multiplicidad de perfo -
venidas que hace el autor dentro del periodo mance públicas; donde indígenas, plebeyos y
de transición estudiado pueden llegar a con- mujeres eran excluidos y/o incluidos de forma
fundir al lector sobre el momento histórico al subordinada. La ciudad señorial era el dominio
que asiste, también sirven para desprender la del hombre blanco-mestizo (en menor medida
lectura de cualquier sentido cronológico del m e s t i zo), aristócrata y propietario.
tiempo. El objetivo es entender la gramática Kingman es preciso en señalar que cual-
del pasado como un proceso relacional. quier clasificación estaba sujeta a negociacio-
La ciudad señorial es producto de la estre- nes, aunque de cierta forma en función del
cha relación entre el mundo urbano y rural, sentido común de los ciudadanos blancos;
así como de una dinámica mercantil de carác- quienes, entre otras prácticas de clasificación,
ter regional. Campo y ciudad integraban una establecían distinciones para diferenciar a un
misma formación histórico-social, Quito a m e s t i zo de un cholo o un indio. Al interior
inicios del siglo XIX era un campo de fuerzas de los propios órdenes sociales también se
atravesado por el sistema de hacienda insti- hacían distinciones. Este hecho abre un
tuido en la colonia y, aunque restringido, el campo de conflictividad y lucha que irá

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extendiéndose y profundizando conforme Al dinamizarse la circulación de personas y


a vanza el siglo XIX. mercancías, se intensificaron los intercambios
En palabras del autor: “tampoco en ese materiales y simbólicos entre la población,
tiempo (principios del XIX) existían identi- hecho que repercutió en el crecimiento y
dades fijas y las clasificaciones no dependían diversificación de la ciudad. La nueva articu-
sólo del sentido práctico sino de la forma lación de la ciudad respecto al territorio
cómo los individuos lograban ubicarse dentro nacional, que era física pero también simbó-
de un campo de fuerzas en donde buena parte lica, significó en cierta medida el replantea-
de las batallas, se libraban en términos sim- miento de las relaciones sociales en el sistema
bólicos… No todos podían aspirar a ser rural-urbano propio de la ciudad señorial.
incluidos entre los nobles, pero todos los que Al seguir el argumento de Kingman se
tenían posibilidad de hacerlo, aspiraban a ser entiende que el umbral de la primera moder -
considerados blancos antes que mestizos”. nidad en el contexto urbano del mundo andi-
Pero también los sectores subalternos eran no (finales del XIX y principios del XX) está
capaces de jugar en el campo de las relaciones marcado por el deterioro de las relaciones
de poder que producían los sistemas de clasi- sociales del Antiguo Régimen y el apareci-
ficación operantes en la ciudad. Por ejemplo, miento de nuevos sectores en la escena urba-
el gremio de los albañiles, compuesto princi- na. Sin embargo, este proceso no significó la
palmente por indígenas, a principios de siglo sustitución de unas estructuras por otras, sino
XIX “justamente cuando la elite quiteña esta- la coexistencia y simultaneidad de ambos
ba interesada en reafirmar la identidad de órdenes sociales en los espacios urbanizados,
Quito promoviendo mitos fundacionales his- donde se incluye también las relaciones del
pánicos, los miembros levantaron su propia sistema de hacienda.
campaña para erigir un monumento a En palabras de William Roseberry dos
Atahualpa”. sujetos antropológicos irrumpen en proceso de
En lo referente a la primera modernidad, transición de la ciudad señorial a la primera
Kingman apunta que no es posible en el modernidad: una servidumbre urbana de ori-
marco de su investigación (y no parece nece- gen rural y una clase media constituida en la
sario) hacer una reconstrucción del conjunto economía política de la decencia. No hay que
de cambios que acaecieron es esos años, limi- perder de vista que dicho aparecimiento
tando su análisis al “papel de ferrocarril en la adquiere sentido en el proceso que el propio
dinamización del mercado interno y el desa- Roseberry denominó proletarización desigual,
rrollo urbano”, y a las “formas de estructura- refiriéndose a la formación de clases en socie-
ción social que comenzaron a generarse en dades con modos de producción precapitalis-
Quito como resultado del desarrollo del capi- tas o mixtos (no capitalistas y capitalistas).
tal comercial, la modernización terrateniente Desde esta perspectiva, la serv i d u m b re
y el surgimiento de nuevos sectores sociales urbana en Quito se constituye en una clase
urbanos”. social propia de la articulación entre sistema
Con el ferrocarril Quito se independizó de campo-ciudad del siglo XIX y los procesos de
la producción de las haciendas y las huertas urbanización de la primera modernidad. ¿Qué
de la región. No sólo la ciudad se benefició de hace de la servidumbre urbana una condición
las nuevas relaciones con mercados más de clase particular (asumiendo la noción de
amplios, la hacienda serrana también se forta- clase en sentido amplio de Bourdieu)? La
leció con la comercialización de sus produc- relación salarial era una ficción, la fuerza de
tos en la costa y el incremento de sus rentas. trabajo de los sirvientes no eran considerada

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mercancía, la servidumbre estaba integrada a referencia al principio de ordenamiento urba-


la familia, de cual además “se sentían parte. no que emerge en la segunda mitad del siglo
Se trataba de una reproducción de relaciones XIX y principios del XX. La procedencia del
patriarcales, cuya explicación hay que buscar- ornato puede rastrearse en las estructuras de
la, no tanto en razones económicas, como en clasificación social y “racial” de la ciudad seño -
la costumbre y en la reproducción de formas rial pero también en la forma como es asu-
de violencia simbólica…la servidumbre urba- mida en la primera modernidad. El ornato es
na, como forma natural de organización del un modo de vivir y dividir el mundo, es la
trabajo, sobre todo femenino, no fue sólo un expresión de una cultura que establece las
recurso del hogar domestico sino de los servi- diferencias sociales en función de criterios de
cios, el comercio, e inclusive las instituciones distinción simbólicos de un tipo particular de
públicas La figura de la barchidona en los hos- modernidad. El ornato es un dispositivo de
pitales públicos fue, hasta hace no mucho, la poder que permite ordenar y administrar a las
de una sirvienta de hospital.” cosas y a las personas sobre la base de oposi-
La clase media en las ciudades andinas es ciones binarias constituidas en el sistema
producto de un proceso igualmente comple- campo – ciudad.
jo. Las relaciones de clase de los sectores Para terminar este breve comentario y vol-
medios no están fijadas en estructuras capita- viendo a cuestionamiento inicial de esta rese-
listas, sino en una suerte de economía políti- ña, desde el enfoque antropológico de econo-
ca del símbolo condensada en la noción de mía política el análisis del proceso histórico es
decencia. A propósito de este punto Kingman fundamental para comprender la estructura y
observa que “las elites aristocráticas y los sec- dinámica de la cultura y las relaciones socia-
tores burgueses en ascenso, dependientes de les. Se podría preguntar a nivel teórico ¿de
ellas, se mostraban poco dispuestos a com- qué modo se han desarrollado las relaciones
partir sus espacios con otros sectores sociales, de clase en la segunda mitad del siglo XX?
ya fueran las clases obreras y artesanas o las ¿cómo se cruza la posición social de clase con
capas medias, cuyos miembros eran perma- categorías étnicas, de género, región, etc.,
nentemente ubicados –en medio de un ver- actualmente? ¿qué dispositivos de poder ope-
dadero delirio clasificatorio – entre los cho- ran en la ciudades de inicios del siglo XXI y
los, las ramas torcidas de los Gangotena, los cómo se relacionan con sus antecesores; en
Matheus o los Jijón” este caso el ornato? Pero también resulta per-
La noción de ornato propuesta por tinente explorar empíricamente ¿qué efectos
Kingman es fundamental para entender el ha tenido el ornato en el desarrollo urbanísti-
proceso de constitución y formación de la co de la ciudad después de la segunda mitad
clase media. Como se anotó anteriormente la del siglo XX?, ¿qué relación hay entre la idea
ubicación de alguien dependía de la capaci- de ornato y las políticas de patrimonio y de
dad de negociar una posición dentro de los rehabilitación del Centro Histórico?, ¿cómo
sistemas de clasificación social y espacial de la opera el ornato en la definición de políticas de
ciudad. La necesidad de ocupar un lugar, seguridad ciudadana del gobierno local?, ¿qué
tanto social como físico dentro de la urbe, papel juegan los imaginarios de la ciudad
obligó a la clase media a vehiculizar ideologí- señorial y la primera modernidad en la pro-
as y prácticas de las elites con el fin de distin- ducción de discursos sobre la cultura y la
guirse de las capas populares y los indígenas, política?
sectores sociales considerados no urbanos. En definitiva, La ciudad y los otros es una
En este contexto, la idea de ornato hace investigación histórica cuya actualidad

179
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Reseñas

depende de los usos que se haga de ella.


Especial atención merece la riqueza y varie-
dad de los documentos históricos que mane-
ja el autor, las entradas teóricas y metodológi-
cas que propone y los propios hallazgos que
presenta. Sin duda, esta investigación es un
aporte importante a las Ciencias Sociales en
Ecuador, sobre todo por los debates e interro-
gantes que plantea.
Por último, parafraseando a Marx, pero en
la línea de la economía política del símbolo,
en los procesos de conquista se pueden prever
tres escenarios posibles: el triunfo del modo
de producción capitalista sobre el conjunto
de formaciones sociales preexistentes, o una
combinación en la que el modo de produc-
ción capitalista subordina y funcionaliza los
sistemas no capitalistas, o finalmente, la posi-
bilidad de la emergencia de algo ostensible- Lind, Amy, 2005,
mente nuevo, tanto de la matriz capitalista Gendered Paradoxes:Women´s
como de las matrices anteriores. Habría que Movements, State Restructuring, and
pregunta si en el caso de Ecuador, y en espe- Global Development in Ecuador,
cial en el de Quito, la ultima posibilidad de The Pennsylvania State University Press.,
hecho aconteció. Pennsylvania

Jorge Núñez Vega El trabajo de Amy Lind constituye una refe-


Profesor–investigador asociado, Programa de rencia obligada para quienes deseen entender
Estudios de la Ciudad, FLACSO –Ecuador los retos que enfrentan los mov i m i e n t o s
sociales en el actual contexto de profundiza-
ción de políticas neoliberales y creciente glo-
balización. Lind examina las paradojas que
afrontan las organizaciones de mujeres ecua-
torianas en su relación con el Estado, las polí-
ticas neoliberales, otros movimientos sociales,
los distintos niveles del accionar feminista y
las identidades de género que se construyen y
negocian a través de la acción política. La
contribución más importante de este estudio
radica en anotar que ninguna de estas relacio-
nes puede entenderse de manera simple ni se
presta a lecturas fáciles, evitando así caer en la
“esencialización” y heroización que suele
caracterizar las lecturas occidentales de los
movimientos sociales del tercer mundo y par-
ticularmente de las luchas feministas que se

180
ÍCONOS 25, 2006, pp. 163-186
Reseñas

gestan en los países periféricos. Por un lado, i n t e r p re t a t i vo”, entendido como el poder
en el caso del Ecuador, las políticas neolibera- para “nombrar y definir agendas políticas así
les - que no pueden ser entendidas de mane- como el poder adquirido a través del acceso a
ra homogénea pues muestran rasgos específi- los beneficios económicos y sociales de la
cos en distintos momentos histórico/políticos modernización y la ciudadanización” (Franco
y contextos geográficos- han abierto espacios 1989, citado en Lind 2005:22). En este sen-
de participación para actores/as de la sociedad tido, el panorama que plantea la autora no se
civil, en la medida que el aparato de bienestar presta a salidas sencillas, más bien refleja la
social ha sido trasladado al sector privado. Por existencia de múltiples espacios de negocia-
otro lado, esta apertura de espacios encierra ción y conflicto.
una serie “de género” pues, en este proceso, Las paradojas están presentas en distintos
las mujeres organizadas de sectores populares niveles del accionar feminista. Así, otro aspec-
se convierten en la esponja que absorbe los to analizado por Lind es el proceso complejo
efectos sociales de las políticas de ajuste a través del cual grupos de feministas de clase
estructural. Así, plantea Lind, las estrategias media se han insertado en la “ONGización” y
de supervivencia de las mujeres han sido ins- trasnacionalización del feminismo y/o se opo-
titucionalizadas y son ellas quienes están nen a procesos percibidos como de coopta-
“maternando la crisis” (mothering the crisis) ción. Para la autora, estas actoras interpretan
pues se asume que su tiempo es ilimitado y su y diseñan distintas estrategias de participa-
trabajo voluntario (o muy mal remunerado) ción política en un contexto en el que las
ha pasado a sustituir las funciones de asisten- fronteras entre lo público y lo privado, el
cia social del Estado. Siendo que las mujeres Estado y la economía, lo nacional y lo inter-
organizadas de clases populares tienen cada nacional, están siendo redibujadas y restruc-
vez menos tiempo para atender sus hogares y turadas (Brodie 1994, citado en Lind
más responsabilidades hacia sus familias y 2005:91). Si bien la “institucionalización” del
comunidades, el desempeño de sus roles de género en el aparato estatal y las estrategias de
madres también son desafiados. En este sen- desarrollo (determinadas en gran parte por
tido, apelan a una “re-esencialización” estraté- los organismos de cooperación internacional)
gica que opone los efectos “generizados” de han permitido la incorporación de temas que
las políticas neoliberales pero que también se conciernen a las mujeres en los espacios de la
inserta en una estrategia de desarrollo en la política nacional, Lind advierte que estas
cual la “privatización” del bienestar juega un agendas al “nombrar” a las “clientas” princi-
papel fundamental en la reestructuración del pales de estas políticas cumplen también la
Estado. A pesar de que en este proceso se función de excluir grupos y temas que no son
genera también un cuestionamiento y nego- tomados en cuenta o considerados importan-
ciación de los roles asignados culturalmente a tes al momento de diseñar estrategias de desa-
las mujeres y se puede hablar de un “empo- rrollo. Por ejemplo, se identifica a las mujeres
deramiento” de quienes, desde la década de pobres como un grupo “vulnerable” y se con-
los años ochenta, se organizan para cubrir cibe el papel de las mujeres en el desarrollo
necesidades tanto prácticas como estratégicas desde la perspectiva MED1 y no otra. De esta
(Moser 1989, citado en Lind 2005) a través manera, la autora se pregunta hasta qué
de la acción comunitaria, Lind se pregunta punto la inserción en el Estado permite
hasta qué punto estas acciones y discursos actuar de manera creativa y sin comprometer
han conllevado a un mejoramiento de su las agendas feministas al punto de llegar a la
situación económica y más aún de su “poder despolitización.

181
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Más importante aún, Lind llama la aten- ción sobre las mujeres en el país y sus impli-
ción sobre las diferencias que se acentúan - caciones para la definición de estrategias de
cada vez más marcadas- entre feministas de organización por parte del movimiento femi-
clase media, que cumplen el rol de diseñar nista.
políticas, y las potenciales receptoras de estas A pesar de los desafíos y paradojas enfren-
políticas, que se enmarcan en el proyecto tados en el proceso de sensibilización del
neoliberal, es decir, mujeres pobres cuya con- Estado neoliberal frente a problemáticas de
tribución no sólo no es reconocida sino que género, Lind demuestra que existen salidas
no es suficiente para garantizar su bienestar estratégicas que han tenido un relativo éxito.
material ni el de sus familias. A pesar de estas No obstante, plantea que no sólo es necesario
dificultades y paradojas, se rescata el hecho de buscar “prácticas alternativas de desarrollo”
que con la instalación del neoliberalismo en sino también alternativas al desarrollo, sobre
el país y las “crisis” recurrentes que han carac- todo al modelo de desarrollo neoliberal global
terizado este proceso, las mujeres organizadas que no ha beneficiando a la mayor parte de la
han sido capaces de confluir e influir de población mundial y menos a las mujeres
manera decisiva en la “reconstrucción” de la (Lind, 2005:150).
nación (tal es el caso de la intervención de En este sentido, el trabajo de Amy Lind
distintas ramas feministas en el diseño de la nos ofrece un marco para interpretar otro
Constitución de 1998 luego de la caída de tipo de “encuentros neoliberales” en la actua-
Abdalá Bucaram y el cabildeo que conllevó a lidad. Cabría preguntarse por ejemplo, dada
la aceptación de la cuota de participación la coyuntura actual, ¿cuáles serán los impac-
política de las mujeres). tos de género del TLC en el país?, ¿cómo se
El panorama que presenta la autora se están posicionando las mujeres organizadas
nutre de múltiples esferas y campos de signi- frente a este proceso?, ¿qué identidades de
ficación, es por esto que la lectura del libro se género se invocan o cuestionan en la negocia-
convierte en un ejercicio de careo de una ción del TLC? En este sentido, Lind nos brin-
misma problemática frente a diversos escena- da un texto para repensar no sólo el análisis
rios. Así, la autora analiza la relación históri- teórico y discursivo del neoliberalismo, la glo-
ca entre los movimientos de mujeres y el balización, el desarrollo, la restructuración
Estado, la “cultura política” del neoliberalis- del Estado, los feminismos latinoamericanos,
mo (en tanto discurso y práctica) y sus impli- la cultura política ecuatoriana sino también
caciones para las estrategias organizativas de una herramienta para hacer un balance de las
las mujeres, la reestructuración del Estado y “p r á c t i c a s” políticas de los mov i m i e n t o s
la paralela institucionalización de las estrate- sociales en el contexto contemporáneo.
gia de supervivencia de las mujeres, la trayec- En un campo minado de paradojas, los
toria y proceso político de una organización desafíos son múltiples y los alcances del accio-
de mujeres del Sur de Quito (Centro nar político se ven constreñidos; no obstante,
Femenino “8 de Marzo”), tomando en cuen- Lind sugiere que las posibilidades de “reha-
ta las negociaciones de sus protagonistas con cer” la nación aún no han sido agotadas.
sus propias identidades de género en distintos
espacios del accionar político, y su relación Andreina Torres
(no exenta de conflictos) con feministas de B.A. Estudios de Desarrollo Internacional,
clase media afiliadas al aparato de ONG y Universidad de McGill. Estudiante, Maestría
agencias de desarrollo internacional y, por en Estudios de Género, FLACSO-Ecuador
último, el impacto que ha tenido la dolariza-

182
ÍCONOS 25, 2006, pp. 163-186
Reseñas

Bibliografías ecuatorianas: al tanto de algunas, empero en ningún


estado actual y últimos aportes, momento todas, las publicaciones nacionales,
2001–2005 en cuanto a libros se refiere. Peor sería nada.
Michael T. Hamerly Aunque no es una bibliografía en el sentido
John Carter Brown Library, Brown verdadero de la palabra, el lanzamiento del
University Sistema Nacional de Información Bibliográ-
fica del Ecuador en 2003 también constituye
Estado actual un gran adelanto. Al menos ya es posible con-
sultar los catálogos de varias bibliotecas del
El estado actual de la bibliografía en el país en línea a través de SNIB. No constituye
Ecuador deja mucho que desear. Desde el una herramienta bibliográfica verdadera o
comienzo del nuevo milenio (en realidad fácil de utilizar porque uno necesita buscar
desde fines del siglo XX) es casi, si no, impo- por nombres de autores, y/o títulos de publi-
sible mantenerse al tanto de la producción caciones, y/o materias para darse con algunos
nacional y extranjera de estudios ecuatorianos de los materiales deseados. El sistema tiene
debido al lamentable hecho de que no existe solamente algunos de los materiales que uno
ningún servicio bibliográfico que registre las debe consultar, y esto por tres razones: 1) no
publicaciones nacionales y/o ecuatorianistas, todo un siempre están conectadas las institu-
ni siquiera en su mayoría. El último Anuario ciones que pertenecen a la red; 2) la falta de
bibliográfico ecuatoriano, del difunto Centro compatibilidad de criterios y/o sistemas de
de Investigación y Cultura del Banco Central catalogación; y 3) los fondos inadecuados de
del Ecuador en Cuenca, salió hace quince que disponen las bibliotecas particulares y
años (en 1991 para el año de 1987). Diez públicas en el país para adquirir todas las
años han pasado desde que se editó el tercer publicaciones que les incumben. El URL del
tomo de Desde el mostrador del librero de Sistema Nacional de Información Bibliográ-
Edgar Freire Rubio, no obstante tener reuni- fica es:http://208.19.69.144:8080/snib/
do este abnegado librero y literato fichas más cliente/index.html
que suficientes para sacar varios volúmenes También se debe mencionar que el catálo-
más. Tampoco ha podido seguir adelante el go de la indispensable Biblioteca Ecuatoriana
amigo Freire con su columna de antaño de “Aurelio Espinosa Pólit” hoy en día esta dis-
noticias bibliográficas en los diarios del capi- ponible en línea. El URL es:
tal por falta de interés de parte de sus edito- http://www.beap.org.ec
res. Y mucho menos el casi desconocido e Solamente queda por enfatizar que no
inadecuadamente presupuestado Centro existe ningún servicio de indización y/o abs-
Nacional de Documentos Científicos tracción de la literatura periódica en el país.
Ecuatorianos ha estado en condiciones de Desde luego hubo algunos intentos de con-
producir otra de sus magníficas bibliografías trol de la literatura periódica en las postrime-
científicas en casi el mismo lapso de tiempo, rías del siglo pasado, empero ninguno pudo
para citar solamente un ejemplo más del esta- seguir publicándose por mucho tiempo.
do bastante deplorable del (des)cultivo de la
bibliografía en el país.
No todo es gris, sin embargo. El Libro en Últimos aportes
Ecuador: estadísticas y datos del ISBN. 2002–
(descrito por completo y analizado abajo, En t re obras impresas y/o disponibles en línea,
véase ficha no. 7) nos mantiene más o menos p a rece que solamente ocho bibliografías de

183
ÍCONOS 25, 2006, pp. 163-186
Reseñas

estudios ecuatorianos y/o re f e rentes a publica- ricamente detallada de las sociedades litera-
ciones nacionales salieron en el lustro que se rias y artísticas en el país desde la Escuela de
acaba de cerrar (2001–2005). Cu a t ro se la Concordia o Sociedad Patriótica de Amigos
deben a la labor abnegada de ecuatorianistas del País de Quito (1791–1793) hasta la
(1, 4, 5, y 6) y los otros cuatro a nacionales (2, Pedrada Zurda (1978–1998). Incluye un cau-
3, 7, y 8). Labor abnegada porque tanto en el dal de datos bibliográficos novedosos y bien-
exterior como dentro del Ecuador, la obra venidos sobre sus publicaciones, especialmen-
bibliográfica rinde poco o nada y tiende a ser te revistas, detalles que difícilmente se
no tomada en cuenta para fines de ascensión encuentran en otra(s) fuente(s).
y retención en el mundo académico.
4) Ha m e r l y, Michael T. (1940–), 2001,
1) Belote, James Dalby, y Linda Sm i t h Bibliography of Ecuadorian Bibliographies,
Belote, 2001, Saraguro, Provincia de Loja, 1881–2000, Bibliography and reference
Ecuador, series; 48, Secretariat, Seminar on the
http://www.saraguro.org/ Acquisition of Latin American Library
Materials, Benson Latin American
Un sitio multifacético de la telaraña mundial Collection, University of Texas at Austin,
que incluye bibliografías compre h e n s i va s Austin, xi, 61 págs.
sobre este grupo étnico (v.g. “Etnohistoria de
los Saraguros antes de 1850: documentos y Registra y describe 252 bibliografías.
libros” y “Etnohistoria de los Saraguros entre También esboza la historia y el estado de la
1850 y 1950: documentos y libros”). Los bibliografía en el país.
esposos Belote se han dedicado al estudio de
los Saraguros desde la década de los 1960. El 5) Hamerly, Michael T. (1940–), y Miguel
sitio es puesto al día periódicamente. Díaz Cueva (1919–), 2002, Bibliography
of Ecuadorian Bi b l i o g raphies, 2ª ed.
2) Cepeda Astudillo, Franklin (1975–), Ecuadorian Studies/Estudios ecuatorianos
2003, Novelistas chimboracenses: índice bio- 2, LASA Section on Ecuadorian Studies,
bibliográfico 1868–2003, KAU S T I K A http://www.yachana.org/ecuatorianistas/
Ediciones, Quito. 226 págs.
Registra y describe 316 bibliografías.
Un diccionario bio-bibliográfico de quince Desarrolla la historia de la bibliografía en el
novelistas chimboracenses, ordenado crono- país con muchos más detalles que la primera
lógicamente por fecha de nacimiento desde edición.
Miguel Ángel Mo n t a l vo Vásconez
(1868?–1933) hasta Bayardo Ulloa Enríquez 6) Itzstein, Gertraud, and Heiko Prümers,
(n. 1953). Ilustrado con reproducciones de 1981, Ei n f ü h rende Bi b l i o g raphie zur
retratos fotográficos de los autores y carátulas Archäologie Ecuador (Bibliografía básica
de sus obras. sobre la arqueología del Ecuador), Bonner
Amerikanistische St u d i e n - B o n n
3) Guerrero Blum, Edwing, 2001, Sociedades Americanist Studies-Estudios americanis-
ecuatorianas de escritores y artistas, 1ª ed., tas de Bonn 8, Seminar für Völkerkunde
P.H. Ediciones, Quito, 173 págs. der Universität Bonn, Bonn, 110 págs.

Una historia sólidamente documentada y En alemán y español. Una lista de casi 1.200

184
ÍCONOS 25, 2006, pp. 163-186
Reseñas

estudios de y reportes arqueológicos sobre el ciones de trece universidades además de edi-


período prehispánico publicados entre 1900 toriales particulares y públicas. Tiene un índi-
y 1980. ce de autores e incluye un directorio de edi-
Nuevamente disponible en una versión toriales.
aumentada en castellano empero solamente Estadísticas: el libro en el Ecuador 2001
en línea: Bibliografía básica sobre la arqueolo - describe 1378 publicaciones; El Li b ro en
gía del Ecuador, 2005, Roswith Hartmann, Ecuador para 2002 describe 1367 publicacio-
Gertraud Itzstein, Denise Kuperschmidt, [y] nes; y El Libro en Ecuador para 2003, 1701
Heiko Prümers. Bonner Amerikanistische publicaciones.
Studien = Bonn Americanist Studies = Es obvio, sin embargo, por los números de
Estudios americanistas de Bonn, 18. Bonn: “editores” [sic] reportados por ciudades, que
F ö rd e rve rein Bonner Amerikanistische El Libro en Ecuador constituye un registro
Studien, 183 págs. El URL es: más o menos completo solamente de impre-
http://www.bas-bonn.de sos quiteños: de los 136 editoriales que repor-
La nueva edición consiste de dos part e s : taron sus publicaciones para 1987–2003, 113
“Primera parte, re-edición revisada de la edi- (83,1%) se encontraban en Quito y solamen-
ción de 1981, por Ge rtraud Itzstein & te 7 (5,1 %) y 11 (3,8 %) en Cuenca y
Heiko Prümers (BAS 8)” (págs. 5–68); y Guayaquil, respectivamente.
“ Segunda parte, 2005, por Ro s w i t h
Hartmann (BAS 18)” (págs. 69–183). La 8) López Monsalve, Rodrigo, 2001, Pequeña
fecha de publicación más tardía para inclu- biobibliografía de Antonio Lloret Bastidas,
sión en la segunda parte fue 2001, el año del Casa de la Cultura Ecuatoriana
fallecimiento de Hartmann. Sin embargo, el “Benjamín Carrión”, Núcleo del Azuay,
n ú m e ro de fichas en BAS 18 es más que el Cuenca, 81 págs.
doble de las en BAS 8.
Bosqueja la vida y detalla las publicaciones
7) El Libro en Ecuador: estadísticas y datos del del cuencano Antonio Lloret Bastidas
ISBN. 2002–, Cámara Ecuatoriana del (1920–2000), conocido por sus múltiples
Libro, Núcleo Pichincha, 2003–, Quito. publicaciones sobre historia de literatura y
estudios biográficos.
Hubo al menos una entrega previa y pudiera Anuario bibliográfico ecuatoriano: para el
haber habido otras, comenzando tan tempra- año de ... 1982–1987. 7 vols. (Banco Central
no como 1998, empero bajo otro título(s), del Ec u a d o r, Centro de In vestigación y
tomando en cuenta que se comenzó a recopi- Cultura, 1984–1991, Cuenca).
lar estadísticas de ISBN (número estándar Edgar Freire Rubio, Desde el mostrador del
internacional bibliográfica) desde 1997 en l i b re ro, 1ª ed., 3 vols. (Edit. Gr i j a l b o
adelante. La edición para 2001, por ejemplo Ecuatoriana, 1990–<1996>, Quito).
(no vista por el autor), se intitulaba: Rodrigo Fierro Benítez, Magdalena de
Estadísticas: el libro en el Ecuador 2001 Carrera y Jorge Revelo Rosero, Bibliografía
(Cámara Ecuatoriana del Libro, Núcleo científica médica ecuatoriana publicada en el
Pichincha, 2002, Quito, 29 págs.). exterior, Colección Bibliografía científica
Incluye descripciones de las obras edita- ecuatoriana Nº 1 (Casa de la Cultura
das, organizadas por materias de acuerdo con Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Centro
el Sistema Universal Decimal. El Libro en Nacional de Documentos Científicos
Ecuador para 2003 (2004) lista las publica- Ecuatorianos 1995, Quito); Rodrigo Fierro

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 163-186
Reseñas

Benítez, Jorge Revelo Rosero y Flor María


Hidalgo, Bibliografía científica ecuatoriana
sobre las Islas Galápagos, 1a ed., Colección
Bibliografía científica ecuatoriana, Nº 2
(Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín
Carrión”, Centro Nacional de Documentos
Científicos Ecuatorianos, 1997, Quito).
El Diccionario bibliográfico ecuatoriano,
de la Biblioteca Ecuatoriana “Au relio
Espinosa Pólit”, quedó trunco con el noveno
tomo en 2001.
Sobre dichos intentos véase la 2ª ed. de la
Bibliography of Ecuadorian Bibliographies del
autor (ficha no. 5 abajo).
Incluye, revisa, y aumenta su sitio ante-
rior: Sa raguro: bibliografía genera l, 1999,
http://www.saraguro.org/bib.htm/
Se ha preparado una 3ª ed. que se espe-
ra verá la luz en español en Quito próxima-
mente.

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ÍCONOS 25, 2006, pp. 163-186
Política editorial

ICONOS es la revista especializada en ciencias sociales de Flacso-Ecuador. Fue fundada en 1997 y su objeti-
vo es estimular un tipo de reflexión que vincule las inquietudes académicas de las ciencias sociales con prob-
lemas de la realidad social. La revista está dirigida a la comunidad científica y a quienes se interesen por cono-
cer, ampliar y profundizar, desde perspectivas académicas, temas de debate social, político, cultural y
económico del país, la región andina y el mundo en general.

La revista recibe artículos durante todo el año siempre que éstos se ajusten a la política editorial y a las nor-
mas de presentación de originales. Por el carácter especializado de la revista, se espera que los artículos pre-
sentados sean de preferencia resultados o avances de investigación en cualquier área de las ciencias sociales.
También se aceptan ensayos que se apoyen sólidamente en bibliografía especializada, análisis de coyuntura
nacional o internacional que partan de aproximaciones académicas y/o entrevistas de interés para el campo
de las ciencias sociales. Para la selección de artículos se utiliza un arbitraje bajo el sistema de doble ciego (peer
review).

Cada edición de ÍCONOS se arma en torno a un tema central, recogido en la sección Dossier. En cada edi-
ción existe un Coordinador del Dossier, quien es un/una especialista en el tema, y con quien debe coordi-
narse la publicación en esta sección (información: revistaiconos@flacso.org.ec).

La sección Debate presenta textos críticos sobre artículos publicados en ediciones anteriores de ÍCONOS así
como artículos de debate y confrontación teórica y analítica.

Diálogo es la sección de entrevistas temáticas y biográficas a académicos/as de las ciencias sociales.

Temas es una sección amplia. Recoge análisis y ensayos con temática libre, artículos de coyuntura nacional e
internacional y análisis sobre temas internacionales y/o transnacionales.

Reseñas es la sección de crítica bibliográfica. Se incluyen tanto comentarios críticos a obras de ciencias sociales
como estados de la cuestión sobre un tema determinado.

ICONOS se publica tres veces al año en los meses de enero, mayo y septiembre.

187
Normas para la presentación de originales

Las personas interesadas en publicar artículos en la revista ÍCONOS deberán enviar su original por correo
electrónico a revistaiconos@flacso.org.ec y respetar las siguientes normas:

1. Los artículos deben ser originales, inéditos en español y no estar aprobados para su publicación en otras
revistas.

2. El Consejo Editorial de ÍCONOS se reserva el derecho a decidir sobre la publicación de los trabajos, así
como el número y la sección en la que aparecerán. Para su evaluación y selección final, los artículos se-
rán enviados a lectores anónimos, quienes emitirán un informe bajo el sistema de doble ciego (peer re -
view).

3. En una hoja aparte, el autor o autora hará constar su nombre, grado académico y/o estudios, adscripción
institucional o laboral, el título del artículo, la fecha de envío, dirección postal y correo electrónico. Se
debe indicar expresamente si el autor desea que se publique su correo electrónico (llenar formulario).

4. Los artículos deben estar precedidos de un resumen no mayor a 800 caracteres con espacios (100 a 150
palabras) en español e inglés. Esta norma no se aplica para la sección Reseñas.

5. Los autores deben proporcionar de cinco (5) a ocho (8) descriptores o palabras clave que reflejen el con-
tenido del artículo. Éstos deben constar tanto en español como en inglés. Esta norma no se aplica para
la sección Reseñas.

6. El título del artículo no deberá ser mayor a 10 palabras.

7. La extensión de los artículos variará según las secciones de la revista, se medirá en el contador de pala-
bras de Word y será como sigue:

Dossier: de 25.000 a 35.000 caracteres con espacios (cce)


Debate: de 20.000 a 25.000 cce
Diálogo: de 20.000 a 30.000 cce
Temas: de 20.000 a 25.000 cce
Reseñas: de 6.000 a 8.000 cce

8. La primera vez que aparezcan siglas deberá escribirse su significado completo, luego las siglas.

9. Sobre cuadros, gráficos y tablas:

9.1 Deberán estar incorporados en el texto de forma ordenada.


9.2 Deberán contener fuentes de referencia completa.
9.3 Cada uno contará con un título y un número de secuencia (Ejemplo: Tabla 1. Presupuesto por orga -
nización, zona y monto).
9.4 Los gráficos pueden enviarse de forma separada en cualquier formato legible estándar (indicar el
formato), siempre que en el texto se mencione la ubicación sugerida por el autor. Para asegurar la
calidad final, el autor/a hará llegar a la redacción un archivo digital con alto nivel de resolución (en
cd, disquette, zip, usb u otra forma de archivo).

10. Las citas bibliográficas que aparezcan en el texto deben ir entre paréntesis, indicando el apellido del au-
tor, año de publicación y número de página. Por ejemplo: (Habermas 1990:15). La referencia completa
deberá constar en la bibliografía.

188
11. La bibliografía constará al final del artículo y contendrá todas las referencias utilizadas en el texto. Se en-
listará la bibliografía de un autor en orden descendente según el año de publicación (2004, 2003,
2002…).

12. La bibliografía se enlistará siguiendo el orden alfabético de los autores y las siguientes formas:

Libro de un autor:
Apellido, Nombre, año de publicación, Título del libro en cursiva, editorial, lugar.
Ejemplo: Laclau, Ernesto, 1996, Emancipación y diferencia, Ariel, Buenos Aires.

Libro de más de un autor:


Apellido, Nombre y Nombre Apellido, año de publicación, Título del libro en cursiva, editorial, lugar.
Ejemplo: Laclau, Ernesto y Chantall Mouffe, 1985, Hegemony and Socialist Strategy. Towards a
Radical Democratic Politics, Verso, Londres.

Artículo en libro de editor (es), coordinador (es) o complilador (es):


Apellido, Nombre, año de publicación, “Título del artículo entre comillas”, en Nombre Apellido, pala-
bra que corresponda “editor”/ “editores”/ “coordinador”/”compiladores”, etc., Título del libro en cursiva,
editorial, lugar.
Ejemplo: Muratorio, Blanca, 2000, “Identidades de mujeres indígenas y política de reproduc-
ción cultural en la Amazonía ecuatoriana”, en Andrés Guerreo, compilador, Etnicidades, FLAC-
SO-Ecuador, ILDIS, Quito.

Artículo en revista:
Apellido, Nombre, año de publicación, “Título del artículo entre comillas”, en Nombre de la revista en
cursiva, No. de la revista, editorial, lugar, páginas que comprende.
Ejemplo: Coraggio, José Luis, 2000, “Alternativas a la política social neoliberal”, en ÍCONOS,
No. 9, FLACSO-Ecuador, Quito, p. 52-59.

13. Los artículos presentados para la sección Reseñas deben incluir toda la información bibliográfica del li-
bro al que se haga mención.

14. ICONOS se reserva el derecho de realizar la corrección de estilo y los cambios editoriales que considere
necesarios para mejorar el trabajo.

15. Los artículos que se ajusten a estas normas serán declarados como “recibido” y puestos a consideración
del Consejo Editorial para su evaluación antes de ser “aprobados”. El mecanismo de evaluación se expli-
ca en la norma 2. Los artículos que no se ajusten a estas normas serán devueltos a sus autores y serán de-
clarados como “no recibido”.

189
Contenido de ICONOS 22, mayo 2005

Coyuntura Debate

El Tratado de Libre Comercio: Gobernabilidad democrática, conflictos


¿va porque va? socioambientales y asistencialismo
Fander Falconí y Hugo Jácome Comentarios al Dossier de ÍCONOS 21
Alex Rivas Toledo
Dossier
Diálogo
Religión, política e identidad
El oficio de la etnografía política
Diálogo con Javier Auyero
Presentación del Dossier
Edison Hurtado A.
Carmen Martínez Novo

Temas
La conversión de los shuar
Steve Rubenstein
Historia de vida de una mujer amazónica:
intersección de autobiografía, etnografía e
El despertar político de los indígenas
historia
evangélicos en Ecuador
Blanca Muratorio
Susana Andrade
Reseñas
El pluralismo religioso en la colonización
campesina de Caranavi-Alto Beni: Manuel Alcántara,
iglesias y poder en la sociedad ¿Instituciones o máquinas ideológicas?
rural boliviana Origen, programa y organización de los
Alberto Zalles partidos latinoamericanos
Flavia Freidenberg
El embrión extra: ética de vida, ética de
parentesco y cryopreservación en las clíni- Perla Petrich, editora
cas ecuatorianas de fertilización in vitro Identités: Positionnements des groupes in-
Elizabeth Roberts diens en Amérique Latine
Luciano Martínez Valle
Una obra del señor: Kart Weyland, Carlos de la Torre, Gerardo Aboy,
protestantismo, conversión religiosa y Hernán Ibarra
asistencia social Releer los populismos
Mares Sandoval Vizcaíno Henry Allan

Religiosidad popular: ensayo fotográfico Jimmy López,


Gonzalo Vargas y Francisco Jiménez Ecuador–Perú, Antagonismo, negociación e
intereses nacionales
Katalina Barreiro Santana

Robert Norris,
El gran ausente. Biografía de Velasco Ibarra
Lautaro Ojeda Segovia

190
Contenido de ICONOS 23, septiembre 2005

Editorial El regreso de Abdalá


Carlos de la Torre
Coyuntura
Debate
¿Influyen los precios del petróleo en el
Persona, religión y jerarquía
alza de los Global 12?
Comentarios al Dossier de ÍCONOS 22
Una reflexión de coyuntura sobre el endeu-
Eduardo Khon
damiento extero ecuatoriano
Fander Falconí y Juan Ponce Jarrín
Diálogo

Dossier Ciencias políticas y trabajo de campo


Diálogo con Liisa North
La caída de Gutiérez y la rebelión de abril
Luciano Martínez

Presentación del Dossier Temas


Felipe Burbano de Lara
¿La ciudad puede llegar a ser educadora?
La frágil legitimidad del príncipe Patricia Pérez
democrático
Catalina Pazmiño Reseñas

Ecuador: cuando la inestabilidad se vuelve Magdalena León, editora


estable Nadando contra corriente. Mujeres y
Simón Pachano cuotas en los países andinos
Andrés Mejía Acosta
La crisis del sistema político ecuatoriano
y la caida de Gutiérrez Fander Falconí y Julio Oleas, compiladores
Julio Paltán Economía ecuatoriana
Enrique Sierra C.
El fervor democrático quiteño:
Javier Ponce Leiva, editor
¿un mito, un sueño o algo sustancial?
La seguridad del Ecuador. Del 11 de
Teodoro Bustamante
septiembre al Plan Patriota
Carla Álvarez
“Lo que pasó en Ciespal” Apuntes etno-
gráficos sobre el poder, los medios y los
Franklin Ramírez Gallegos
sin-sentidos de la violencia
La insurrección de abril no fue sólo
Edison Hurtado Arroba
una fiesta
Álvaro Campuzano Arteta
Insurrección, legitimidad y política radical
Franklin Ramírez Gallegos Mauro Cerbino, editor
Violencia en los medios de comunicación,
El 20 de abril: presente y pasado de un generación noticiosa y percepción
proyecto militar corporativo ciudadana
Bertha García Gallegos Carlos Tutiven Román

191
Fredi Rivera Vélez

Contenido de ICONOS 24, enero 2006

Coyuntura Debate

De abril a diciembre: el recurrente Abril y la crisis del régimen


simulacro de la reforma política Comentarios al Dossier de ÍCONOS 23
Pabel Muñoz López Pablo Ospina Peralta

¿Qué pasa si Ecuador no firma el Tratado Interpretando la(s) cultura(s) después de


de Libre Comercio la televisión:sobre el método
Alberto Acosta, Hugo Jácome y Fander Falconí Lila Abu-Lughod

Dossier Temas

Lo global y lo local en el medio rural La representación del pasado sexual


Presentación del Dossier de Guayaquil:
Luciano Martínez Valle historizando los enchaquirados
O. Hugo Benavides
Globalización y comunidad de vecindad
Notas para el planteamiento de un concepto Las implicaciones del conflicto interno
Juan Pablo Pérez Sáinz colombiano para las fronteras de
Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil y
Comercio justo, neoliberalismo Venezuela, 2000-20050
y desarrollo rural: Hernán Moreano Urigüen
una evaluación histórica
Gavin Fridell Reseñas

Glocalidad y reforma agraria Mercedes Prieto, editora


¿de nuevo el problema irresuelto Mujeres ecuatorianas. Entre las crisis y las
de la tierra? oportunidades
Víctor Bretón Solo de Zaldívar 1990-2004
Jacqueline Contreras
El sector agrario del Ecuador:
incertidumbres (riesgos) ante la Charle Tilly
globalización La desigualdad persistente
Francisco García Pacual Daniel Pontón C.

La perspectiva local-global en Cecilia Méndez Gastelumendi


el medio rural ecuatoriano The Plebeian Republic: The Huanta
Luciano Martínez Valle Rebellion and the
Making of the Peruvian State
Antiguos litigios José Luis Ugue Tanaki
Ensayo fotográfico de Lucía Chiriboga
Kattya Hernández Basante
Sexualidades afroserranas:
identidades y relaciones de género
Gioconda Herrera

192

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