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Etica cristiana de la profesión

Alfonso Llano Escobar, S.J. *

INTR.ODUCCION ejercicio de una vigilante conciencia


crítica y hasta profética, llamada
de continuo a preguntarse por el
Para fundamentar una reflexión sentido de la profesión como com-
sobre la ética cristiana de la profe- promiso y como servicio.
sión hoy día, tenemos que tratar
de reubicar la profesión dentro de No podemos menos de saludar
los renovados horizontes trazados con alegre asentimiento esta re-
por el Vaticano 11 y la Conferencia visión de la escatología cristiana ya
Episcopal Latinoamericana de Pue- que la visión tradicional del trabajo,
bla. condicionada por una interpreta-
ción espiritualista de la escatología,
Ambos Documentos, dotados de en virtud de la cual la esperanza
una singular autoridad, por pertene- del cristiano quedaba bastante re-
cer al Magisterio de la Iglesia Cató- legada a una exclusiva dimensión
lica, nos invitan a entrar dentro de ultramundana, corría el peligro de
una renovada interpretación de la encerrar al profesional en una es-
escatología cristiana, a partir de la tructura social, quietista y conser-
cual nos será no sólo lícito sino ne- vadora, que ponía, como centro de
cesario e imperativo entender la vo- la ética cristiana de la profesión,
cación profesional no como puro y una fidelidad acrítica, si no pasiva,
simple cumplimiento de un deber a un código de deberes profesiona-
impuesto desde fuera, sino como el les, impuesto "desde fuera".
* Doctor en Filosofía y en Teología Moral; Decano del Medio Universitario en la Facultad de Medi'
cina de la Uiversidad Javeriana; Profesor de Etica Y de Moral en varias Facultades de la misma Uni-
versidad.

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Tal interpretación espiritualista y venta la realidad cristiana, sino que
ultra--histórica de la escatología, le encuentra en la comunión sa-
deficiente ya para su época, resulta cramental de la fe de todos los
insuficiente y aún peligrosa para el tiempos". (1)
profesional de nuestro mundo con-
temporáneo, más complejo y ex- La fe es vida y por ello crece y
puesto a cerrarse so bre sí mismo necesita encarnarse en las nuevas
en una concepción materialista in- culturas y en los nuevos tiempos,
tra- -mundana, dominada por el con humildad y audacia a la vez,
ansia de dinero. so pena de languidecer y no respon-
Lamentablemente las profesiones der a las exigencias del hombre mo-
sufrieron las consecuencias de una derno. Dentro de estas coordenadas
peligrosa y unilateral espiritualiza- se sitúa el presente trabajo cuyo ob-
ción de la dimensión escatológica jetivo lo indica el título lo mismo.
del compromiso cristiano hasta el Pretendemos ofrecer a la comuni-
punto de quedar hoy día casi pri- dad universitaria, Directivos, Profe-
vadas de parámetros éticos que les sores, Estudiantes y Personal auxi-
proporcionen pautas y senderos liar, algunas perspectivas, (enfo-
cristianos para su ejercicio cotidia- ques, valores, criterios), que ayuden
no por la volatilización de la espe- a reorientar la ética profesional
ranza en una "fraseología exan- cristiana. Objetivo tan alto y difí-
güe". cil no puede ser empresa de una
Lo dicho no debe interpretarse persona sino tarea de la misma co-
como si los actuales teólogos de la munidad universitaria, que en vir-
escatología cristiana se mostraran tud de la exigencia de su catolici-
ufanos de haber resuelto ya la ten- dad, se empeñe en situar histórica-
sión entre presente y futuro, entre mente el Mensaje cristiano en el
el "más acá" y el "más allá", entre marco de una auto crítica de la ra-
trabajo humano y obra de Dios. Y zón histórica e interpretarlo en el
como si la interpretación tradicio- contexto del movimiento histórico,
nal, a su juicio, fuera falsa y tan só- para trazar, al menos, las pautas
lo ahora estuvieran descubriendo el éticas del ejercicio profesional.
verdadero cristianismo. Baste citar Este objetivo nos invita a orde-
a uno de los grandes, J. Ratzinger,
quien afirma expresamente, en su nar nuestro trabajo en las siguientes
reciente obra Escatología. "El otro partes:
aspecto de este coraje (por re-pen- I. Tratar, ante todo, de reubicar la
sar lo antiguo y tradicional) debe- profesión dentro de una actuali-
ría ser la modestia de no creer que zada concepción del cristiano en el
es ahora cuando, gracias a la genia- mundo, en nuestro mundo cientí-
lidad propia, hay que descubrir el fico y predominantemente, urbano.
verdadel:p cristianismo. Y tras esa
modestia debiera aparecer algo más n. En una segunda parte intentare-
grande: la humildad de rendirse a mos describir la "existencia pro-
la realidad, la humildad que no in- fesial" y llamar la atención sobre
(1) Escatologfa, edito Herder, Barcelona, 1980, p. 67.

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algunos pro blemas específicos de la nidad, había de quedar suprimido
misma (existencia profesional) co- por el futuro" (2)
mo serían:
2a. Curiosamente tanto el Vatica-
Profesión y técnica no II como la Conferencia
Profesión y ética de Puebla enfocan, la doctrina que
Profesión y fe. tratan, desde el ángulo histórico.
A mono de conclusión, haremos Resulta increíble la forma abierta
una reflexión sobre la función crí- y sencilla como el Vaticano II
tica dela ética profesional frente a acepta el cambio de visión que se ha
la institución universitaria. operado en la humanidad.
"La propia historia está sometida
PRP'J(ERA PARTE: a un proceso tal de aceleración, que
apenas es posible al hombre seguir-
1. Reubicación de la profesión den- la. El género humano corre una
tro de una actualizada concepción misma suerte y no se diversifica ya
del cristiano en el mundo. en varias historias dispersas. La hu-
manidad pasa así de una concep-
Aclaraciones: ción más bien estática de la reali-
dad a otra más dinámica y evoluti-
la. La ética profesional cristiana va; de donde surge un nuevo con-
no puede desentenderse de la junto de problemas que exige nue-
nueva concepción de hombre que vos análisis y nuevas síntesis" (3)
está surgiendo en el siglo actual.
"Según creo, afirma el mismo
"Un ethos o una religión que, en Ratzinger, es la primera vez que ha-
beneficio de situaciones más anti- blando del mundo de nuestro tiem-
guas, quisieran negar las estructuras po, en documento conciliar se atre-
fundamentales y esenciales de un ve un incluir expresamente en su
estado de conciencia ya alcanzado, principio el factor de la historici-
podrían ciertamente impresionar a dad". (4)
ciertos espíritus como intentos res-
tauradores y quizá durante largo Puebla no se queda atrás en la
tiempo ganarían relativamente mu- aceptación de la dimensión histó-
chos adeptos. Sin embargo esta- rica. Dedica precisamente toda la
rían internamente anticuadas y con- primera parte del Documento a pre-
denadas a extinguirse. Puede decirse sentar una visión pastoral de la rea-
hoy día que un ethos que, por lidad Latinoamericana. Y como si
ejemplo, pretendiera anular el pro- no bastara, al introducir cada uno
greso técnico, o pusiera en tela de de los temas centrales de que tra-
juicio la experiencia de la unidad ta, presenta una visión correspon-
del mundo y de su esencial munda- diente de la realidad.

(2) Ratzinger, en Fe V Enten:limiento del Mundo J.B. Metz. Taurus, 1970 p. 281-2.
(3) G.S. n. 5.
(4) Fe y Entendimiento del Mundo, p. 280.

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3a. Este esfuerzo de agglOrnamen- prestigio entre médicos y moralis-
to que hace el Magisterio de tas. Confiesa que le fue imposible
la Iglesia no constituye una medida la tarea. "En los últimos treinta
externa táctico-pedagógica, ni es años la medicina ha hecho una ver-
una especie de "captatio benevolen- dadera revolución. Además, los nue-
tiae" para hacer más aceptable su vos progresos de la teología católi-
mensaje. Tal actitud y tal visión ca, durante y después del Vatica-
corresponden a una exigencia mis- no II, y el diálogo no sólo ecuméni-
ma de carácter vivencial de la fe. co, sino también el diálogo con
Sólo entrando de lleno y encarnán- otras ciencias plantean muchos pro-
dose en la historia puede la Iglesia blemas bajo una nueva luz y exigen
traducir adecuadamente su mensa- que sean afrontados con este nuevo
je al lenguaje actual, como lo hicie- contexto y estas nuevas perspecti-
ra el primitivo cristianismo con la vas. No teníamos, continúa Hiiring,
cultura greco---romana. respuestas dadas de una vez para
todos los nuevos problemas. Hoy
4a. Una primera observación nos debemos empeñamos lealmente en
parece legítima y necesaria. La conjugar la fidelidad a nuestro pa-
cátedra de ética profesional no pue- sado con las exigencias de los tiem-
de reducirse, hoy menos que nun- pos nuevos, y sobre todo, del diá-
ca, a transmitir sin más normas he- logo con las otras ciencias" (6)
chas en tiempos pasados, que de-
ban aceptar y aplicar hoy nuestros
futuros profesionales. Debiera de- La mencionada revolución de la
jarse margen a ellos para que tomen medicina, vale prácticamente de to-
parte en el proceso de revisión y das las profesiones.
actualización de las pautas antiguas 5a. El cambio que vivimos y sufri-
y creación de otras nuevas tenien- mos de una concepción a otra
do en cuenta los cambios actuales. del hombre y del mundo es más
Paul Sporken en su reciente obra radical y acelerado de lo que nos
Medicina y Etica en discusión co- damos cuenta.
mienza con la siguiente afirmación:
"Las intuiciones éticas que se nos La ciencia y la técnica se adelan-
han transmitido aparecen hoy día, taron a la moral. Los males que de
debido a la mutación de nuestra este paso desigual se han seguido
idea del hombre y del mundo, pueden concretarse en el que men-
sometidas a una profunda revisión ciona el Pontífice actual con el
crítica". (5) nombre de alinenación que no es
B. Hanng, el gran renovador de otra cosa que la pérdida de convi-
vencia con el grave peligro de una
la moral, cuenta en la Presentación
carencia de responsabilidad.
de su obra Moral y Medicina que
Ediciones Paulinas le pidieron revi- "Ahora bien, precisamente al de-
sar y poner al día el texto de E;F. sarrollarse en forma tan extraordi-
Healy sobre ética médica, que lleva- naria la técnica, pero al perder, al
ua varias ediciones y gozaba de gran mismo tiempo, el hombre el control
(6) Medicina y Etica en Discusión. edito Verbo Divino.
(6) Moral y Medicina. editorial P.S .• Madrid 1971. Presentación. p. 5.

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de ella para servir la causa de la 2.1. Los datos del problema
humanidad, se ha producido una si-
tuación que Juan Pablo II califica Todo problema, sea éste matemá-
como "alienación". "En ésto parece tico, lógico o existencial, consiste
consistir el capítulo principal del en disponer de unos datos conoci-
drama de la existencia humana dos que cuestionan la inteligencia
contemporánea, en su dimensión por carecer de un dato desconoci-
más amplia y universal" (RH 15 b). do, cuyo hallazgo resuelve el pro-
"El progreso de la técnica y el desa- blema. Tal hallazgo debe obtenerse
rrollo de la civilización de nuestro por vía racional. Si se lograra por
tiempo, que está marcado por el adivinación daría al problema el ca-
dominio de la técnica, exigen un rácter de enigma o acertijo. La exis-
desarrollo proporcional de la mo- tencia humana constituye un autén-
ral y de la ética. Mientras tanto, és- tico problema, por no decir, el pro-
te último parece, por desgracia blema por autonomasia de la crea-
haberse quedado atrás" (RH 15 ción. Su solución no es asunto de
d). "La situación del hombre en el suerte o de adivinación. Es obra de
mundo contemporáneO parece dis- la "inteligencia" de Dios y su apro-
tante tanto de las exigencias objeti- piación por la fe no se hace ordina-
vas del orden moral, como de las riamente sin la colaboración razona-
exigencias dela justicia, o más aún, ble del hombre.
del amor social" (RH 16 a,c). La
humanidad está reproduciendo a
gran escala la parábola del rico 2.1.1. El mundo
Epulón y del pobre Lázaro. "La
amplitud del fenómeno pone en El primer dato del problema es
tela de juicio las estructuras y los el mundo. No resulta fácil captar es-
mecanismos financieros, moneta- te dato. Si a primera vista parece
rios, productivos y comerciales que, un concepto común, conocido por
apoyados en diversas presiones polí- todos, cuando se trata de usar di-
ticas, rigen la economía mundial: cho término en forma científico-
ellos se revelan casi incapaces de teológica el asunto se pone difícil.
absorber las injustas situaciones so- Precisamente por tratarse de un
ciales heredadas del pasado y de concepto histórico, entender, o me-
enfrentarse a los urgentes desafíos jor, aproximarse a una inteligencia
y a las exigencias éticas" (RH 16 del mundo, no es posible sin te-
e)." (7) ner en cuenta al hombre, para el
cual el mundo es mundo, es objeto
2. El cristiano en el mundo de su relación existencial y marco
de referencia en continuo cambio,
Antes de determinar el problema precisamente por la relación dialéc-
que le crea el mundo al cristiano tica con el mismo y por constituir
tratemos simplemente de aducir los las coordinadas espaci04emporales
datos del pro blema para poder en- dentro de las cuales se comienza a
tender cuál es el problema mismo realizar la existencia humana como
del cristiano en el mundo. tal.

(7) R. Antoncich. Los Cristianos antl la injusticia, ediciones Grupo Social. p. 72.

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Los cuatro significados o niveles' de El dad ante la cual el hombre se en-
Mundo cuentra y a la que el hombre mismo
con su trabajo ha conferido ya su
10. En primer lugar, la palabra forma y sentido.
"mundo" puede designar sim-
plemente el cosmos ante el que nos En esta nueva significación que
encontramos, aquella realidad ex- implica la anterior pero elevada a
trahumana, no hecha por el hom- una nueva dimensión, el mundo de-
bre, sino la que encuentra el hom- ja ya su carácter o bjetivo y externo
bre como anterior a él e indepen- para convertirse o al menos para
diente de él. empezar a serlo tal, el mundo del
hombre, su mundo.
De reducirse el mundo a esta pri-
mera significación no crearía mayor El trabajo y más tarde la profe-
problema al hombre, ni al cristiano sión concretan la relación dialécti-
en particular. ca entre el hombre y el mundo se-
gún la cual mientras el hombre
En un tal cosmos fáctico, el cris- "hace" al mundo "a su imagen y
tiano descubriría la presencia de su semejanza", a su vez el mundo "ha-
Creador. La diferencia entre el cris- ce" al hombre o al menos le deja
tiano y el griego (el no-cristiano) su "impronta" mundana ya que
radicaría en que éste último no ve- también lo "hace a su semejanza".
ría en el mundo la obra de Dios ni
entendería su presencia (la del Quizás en ésta última considera-
hombre) en el mundo como una ta- ción cabría hallarle una explicación
rea, como el cometido de trabajar- al hecho curioso y no resuelto que
lo y transformarlo para hacer de sepamos, de la atribución que ha-
él, su mundo. ce la Sagrada Escritura del trabajo,
la técnica y aún la civilización al
"El pensamiento griego descono- "malo" Caín y no al justo Abel,
ce a un Dios creador y pone en' su juicio que se repite en la construc-
lugar un Dios inferior, el demiurgo, ción de la Torre de Babel.
quien configura la materia dándole
forma. Con ésto se corresponde la Hizo falta la intervención (tra-
apreciación negativa del trabajo, ca- bajo) de Dios para redimir al tra-
racterística de la Antigüedad: para- bajo humano de su inevitable ten-
lelamente a los dioses, los hombres dencia a la mundanización y aún
relegan también el trabajo a la ex- "demonización" .
clusiva de las clases sociales inferio- 30. Un tercer paso nos ayuda a en-
res. El hombre libre, en cambio y a tender al mundo no ya como
semejanza de la divinidad suprema, el mundo del hombre y para el
se entrega a la contemplación medi- hombre sino un mundo con el hom-
tativa de lo verdaderamente eter- bre, un mundo del cual el hombre
no". (8) forma parte y parte principal!
20. "Mundo" puede significar tam- Tratemos de comparar esta terce-
bién lo siguiente: la reali- ra acepción de mundo con las dos
(8) Ratzinger, en Fa V Entendimiento del mundo, obra dirigida por Johannes B. Metz, ediciones
Taurus, Madrid 1970, P. 270-271.

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anteriores para entender mejor su mano. Podríamos definir entonces
diferencia a la vez que su relación. este "mundo" como el conjunto de
las relaciones humanas, por las que
Si en la primera acepción el mun- el hombre se encuentra referido a
do es el cosmos, la tierra frente a la la configuración de las formas terre-
cual se encuentra el hombre, la éti- nas de su existencia. Con la pregun-
ca cristiana interpreta la presencia ta por el sentido de su existencia,
del hombre en el mundo como una vale decir, por el sentido de la exis-
relación laboral. El cultivo de la tencia de toda la humanidad, pre-
tierra, el trabajo en su sentido ma- gunta que a su vez incluye por defi-
terial constituye el primer cometi- nición, la pregunta por el sentido
do del hombre frente a tal mundo. de toda la creación, el hombre em-
En la segunda acepción, el mun- pieza a romer el círculo hasta en-
do empieza a ser entendido por el tonces cerrado de su presencia en
hombre. Este le va dando forma y un mundo sólo intra temporal e
sentido. El ethos cristiano se vuel- intra espacial, para lanzarse más allá
ve más exigente y le pide al hombre del tiempo y del espacio, más allá
que su presencia en el mundo cree de sí mismo y de su muerte, más
cultura y civilización. Su trabajo allá de sí mismo para encontrarse
no puede encerrarse en el contor- a sí mismo en una auténtica auto-
no meramente material. Aquí hace trascendencia. Aquí queda esboza-
ya su aparición el trabajo profesio- do el problema crucial del hombre
nal y se crea la relación dialéctica en el mundo, problema que debe
entre hombre y mundo que anuncia plantear, como cometido principal,
el problema del cristiano en el mun- toda ética profesional que no se
do. quiera ir por las ramas.
En la tercera acepción, el mundo, El concepto de mundo para el
como consecuencia de su culturi- profesional representa simplemen-
zación y de su dimensión de sentido te uno de los polos de su propia
le plantea al hombre la pregunta éti- existencia. Precisamente el polo
ca por excelencia, a saber, qué sen- que, por ser mundano, cuestiona
tido tiene su existencia mundana, es su existencia racional y como tal,
decir, espacio temporal. Y aquí es . abierta a lo infinito. No sin razón
donde el problema específicamente el genio de Pascal intuyó que el
humano adquiere toda su enverga- hombre no es comparable a la ro-
dura. La presencia del hombre en ca sino a la flecha cuando afirmó
el mundo, en este mundo ya huma- en sus célebres "Pensamientos":
no, se va a caracterizar por la con- "El hombre supera infinitamente
ciencia moral, por la deliberación, al hombre". (9)
la decisión y la ejecución, que
constituye la estructura dinámica Así, la presencia del profesional
racional o ética de la acción o tra- en el mundo no puede asemejarse
bajo del hombre en un mundo hu- a la del hombre instalado en su mo-

(9) La cita completa es: "Conoce, pues, soberbia, qué paradoja eres contigo misma;humíllate, ra-
zón impotente; cállate, naturaleza imbécil. Aprended que el hombre sobrepasa infinitamente al
hombre, y oíd de vuestro maestro lo que ignoráis. Escuchad a Dios. (Pensamientos, Art. XXII,
I).

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rada definitiva, sino a la del tirador mundo cósmico, humanizado por el
de la flecha, con los ojos puestos hombre y divinizado por Jesucristo,
en la meta que debe descubrir y el hombre-Dios.
alcanzar.
2.1.2. El hombre frente a un
40. Nos falta una última acepción mundo nuevo
de mundo, por cierto, la prin-
cipal, como que nos da la clave El hombre, cualquier hombre
para la solución del problema del que haga su aparición en este mun-
profesional cristiano en el mundo. do actual, en este mundo nuevo,
no puede ser visto ni entendido co-
"y el Verbo se hizo carne y pu- mo un mero hombre. Ya se trata
so su tienda en el mundo". (10) de un hombre potencialmente cris-
Este mundo, este cosmos traba- tiano, exigitivamente referido a
jado por el hombre obrero, culturi- Cristo, concebido y nacido en un
zado por el profesional, humaniza- mundo tensionado, como partículas
do por la acción moral, no es ya só- de metal sobre un campo magnéti-
lo el mundo del hombre, el mundo co, por la presencia atrayente de
humano, sino el mundo del hom- Cristo.
bre-Dios, Jesucristo. En Jesucristo, Toda nueva creatura nace con la
Dios en persona vino a trabajar el vocación cristiana inscrita hasta en
mundo, a interpretar y llenar de los últimos átomos de su ser. No
sentido el mundo, a humanizar el se puede ser hombre y no cristiano
mundo, a divinizar el mundo. La sino mediante un rechazo explícito
vida de Cristo, es decir su existen- de Jesucristo, rechazo que no borra
cia aCtiva, "su trabajo profesional", tan santa vocación o indeleble ca-
consistió en la obra titánica, per- rácter, sino por el contrario, con-
dón, qué titánica ni menos leviatá-
vierte dicho carácter en signo y
nica, sino precisa y exclusivamente
raíz de 'su frustración.
cristiana, de llevar al hombre con
su mundo, puesto que" se llevó
consigo una porción material de 2.1.3. Trabajo y profesión
nuestro mundo, su humanidad, más
allá de la muerte, es decir, más La existencia y por el mismo he-
allá de las fronteras espacio-tem- cho el trabajo del hombre en el
porales, nada menos que hl mun- mundo los concibe el ethos cristia-
do de Dios, el cielo, la eternidad! no como una tarea de auto···-supera-
ción, cuyo programa queda esboza-
Los otros datos del problema do en los cuatro niveles o acepcio-
nes del mundo, que corresponden
A la luz de estas reflexiones sobre a cuatro dimensiones del mismo,
los conceptos escalonados de "mun- inmanentes la una en la otra. Cada
do", ya los otros datos del proble- una de las tres primeras posee su
ma dejan de ser meros datos para propia naturaleza y limitada auto-
aparecer iluminados por el concep- nomía pero permanece tensionada
to de un "mundo nuevo", de un por la última que constituye el

(10) Jo. 1.14.

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valor absoluto, el sentido último demás y con el resto de la creación"
de toda la estructura mundana y, (11 )
por lo mismo, el centro de grave-
dad de toda la creación, de toda El mismo Concilio es claro y
existencia, de todo trabajo y pro- enfático en afirmar la autonomía
fesión. relativa del mundo, cuando enseña:
"Si por autonomía de la realidad
Este esquema teológico de la terrena se quiere decir que las cosas
existencia del hombre en el mundo creadas y la sociedad misma gozan
fundamenta una auténtica ética de de propias leyes y propios valores,
la profesión que evita dos escollos que el hombre ha de descubrir, em-
que dan lugar a dos pseudo--éticas plear y ordenar poco a poco, es ab-
del trabajo. solutamente legítima esta exigencia
de autonomía. No es sólo que la re-
Una concepción horizontalista y clamen imperiosamente los hom-
no dinámica del mundo que d~svir­ bres de nuestro tiempo. Es que ade-
túa y fuerza el ordenamiento ra- más responde a la voluntad del
dical de la creación al hombre y a
Creador. Pues, por la propia natura-
Dios, consiste en la creencia de un
leza de la creacjón, todas las cosas
mundo completamente secular y
están dotadas de consistencia, ver-
por lo mismo totalmente autóno- dad y bondad propias y de un pro-
mo. Tal creencia posibilita y desem-
boca de hecho en el pecado origi- pio orden regulado, que el hombre
nal, negación de la autotrascenden- debe respetar con el reconocimien-
cia del hombre, cerrazón sobre sí to de la metodología particular de
mismo, asfixia del mundo cósmico cada ciencia o arte. Por ello la in-
por falta de aire o medio divino, vestigación metódica en todos los
según la feliz expresión de Teihlard. campos del saber, si está realizada
(Cfr. su obra que lleva este título). de una forma auténticamente cien-
tífica y conforme a las normas mo-
No estamos emitiendo conceptos rales, nunca será en realidad contra-
personales sino presentando la doc- ria a la fe, porque las realidades pro-
trina misma que el Magisterio de fanas y las de la fe tienen su origen
la Iglesia nos expuso recientemente en un mismo Dios. Más aún, quien
en el Concilio Vaticano II. "El con perseverancia y humildad se es-
hombre, enseña la Constitución fuerza por penetrar en los secretos
Gaudium et Spes, cuando examina de la realidad, está llevado, aún sin
su corazón comprueba su inclina- saberlo, como por la mano de Dios,
ción al mal y se siente anegado por quien, sosteniendo todas las cosas,
muchos males que no pueden tener da. a todas ellas el ser. Son" a este
origen en su Creador. Al negarse, respecto, de deplorar ciertas actitu-
con frecuencia, a reconocer a Dios des que, por no comprender bien el
como su principio rompe la debi- sentido de la legítima autonomía
da subordinación a su último fin de la ciencia, se han dado algunas
y tamhién toda su ordenación tan- veces entre los propios cristianos;
to por lo que toca a su propia per- actitudes que, seguidas de agrias
sona como a las relaciones con los polémicas, indujeron a muchos a

(11) G.S.13.

ALFONSO LLANO ESCOBAR, S.J. 397


establecer una oposición entre la Otra falsa ética profesional, más
ciencia y la fe". (12) frecuente en el campo cristiano,
representa un honesto aunque equi-
Allí mismo se condena la falsa vocado intento de superar la anti-
autonomía y se hace ver, conse- nomia mundo y Dios por la santifi-
cuentemente, que su aplicación lle- cación del trabajo mediante la recta
va al hombre a su propia destruc- intención. Gráficamente tal concep-
ción. "Pero si autonomía de lo tem- ción de la ética equivaldría a rociar
poral quiere decir que la realidad agua bendita sobre el surco para
creada es independiente de Dios y santificar desde fuera el trabajo y
que los hombres pueden usarla sin hacer fecunda cristianamente la
referencia al Creador, no hay cre- profesión!
yente alguno a quien se le escape
la falsedad envuelta en tales pala- 'Precisamente la actividad huma-
bras. La criatura sin el Creador de- na del hombre de fe en Jesucristo es
saparece. Por lo demás, cuantos el puente tendido entre el mundo
creen en Dios, sea cual fuere su y Dios, puente que no está repre-
religión, escucharon siempre la ma- sentado por una idea ni por una
nifestación de la voz de Dios en el ideología, sino por una existencia y
lenguaje de la creación. Más aún, por un trabajo, la vida y obra de
por el olvido de Dios, la propia Jesucristo, el hombre-Dios. En El,
criatura queda oscurecida". (13) el trabajo se convirtió en amor. "El
El ethos cristiano, fundado en es- Verbo de Dios, por quien fueron
tos principios teológicos, descarta hechas todas las cosas, hecho El
una actividad humana meramente mismo carne y habitando en la
secular, algo así como un trabajo tierra, entró como hombre perfec-
sin descanso, una semana sin do- to en la historia del mundo, asu-
mingo, un mundo sin Dios. El tra- miéndola y recapitulándola en sí
bajo, salva su relativa autonomía, mismo. El es quien nos revela que
ya está tensionado alegremente por Dios es amor (1 lo. 4, 8), a la vez
el descanso, la semana brilla ilumi- que nos enseña que la ley funda-
nada por el domingo y el hombre mental de la perfección humana, y,
oculta, a la vez que revela, una po- por tanto, de la transformación
tente imagen de Dios. del mundo, es el mandamiento nue-
vo del amor". (14)
Una ética profesional, cuyos pa-
rámetros fueran meramente munda- Es pues este mismo marco teoló-
nos aun incluyendo al hombre se- gico de la presencia del cristiano en
gún la tercera acepción arriba des- el mundo, renovada por el Concilio,
crita de mundo, constituiría una el que descarta la ética vertical es-
pseudo-ética y en el fondo una éti- piritualista que concebía el trabajo
ca contraria al hombre y destructo- como mundano y opuesto a la fe
ra del mismo. del creyente en Cristo, ética que no

(12) GS.36.
(13) Gs. 36.
(14) GS.38.

398 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


podría menos de producir una es- anduvieron también por siglos en-
pecie de esquizofrenia profesional. vueltos en los ropajes del mito. El
2.1.4. El mundo actual descubrimiento de América marcó
el hito inicial de la desmitologiza-
El mundo se encuentra siempre ción de la tierra y del mar.
caracterizado por la historicidad. Copérnico dió comienzo a la des-
Afirmación que implica como con- mitologización del cielo que luego
se-cuencia el que la relación del fue continuada por Galileo y consu-
hombre con el mundo no se en- mada por Einstein en nuestro siglo
cuentra fijada de una vez por todas y por los vuelos espaciales.
sino que es cambiante y que exige
del profesional y del ethos cristiano Los mitos homéricos, bíblicos,
un continuo esfuerzo de reflexión platónicos y dantescos han cedido
por interpretar su sitaución en un su puesto a las huellas humanas que
mundo nuevo para deducir las nue- han pisado el mundo para tomar
vas pautas éticas que orienten el posesión de él, en obediencia a la
ejercicio profesional. Tal esfuerzo orden del Creador: "creced y domi-
de adaptación o de actualización nad el mundo". (15)
del mensaje cristiano se lo debe- En todas sus dimensiones el mun-
mos al anciano Pontífice Juán do no es más que mund'o, el mundo
XXIII quien consagró el término del hombre.
italiano de aggiornamento, vocablo
que viene a su vez del verbo aggior- A este propósito observa J, B.
nare y este finalmente del sustan- Metz "En el mundo no descubri-
tivo giorno que sé traduce por hoy .mos ya directamente las "huellas
en castellano. Aggiornamento se de Dios", las vestigia Dei, sino las
traduciría entonces por poner al "huellas del hombre", las vestigia
día. hominis, de su acción transformado-
ra del mundo". (16)
Esta consideración nos invita a
detectar algunas de las caracterís- La experiencia que se sigue para
ticas principales del mundo actual, el hombre de esta característica es
que nos ayuden en nuestra tarea de la de hallarse en su casa o la de sen-
reubicación de la profesión dentro tirse como el pez en el agua. Así lo
de una concepción actualizada del capta R. Kwant cuando dice: "Los
cristiano en el mundo. hombres modernos nos sentimos
la. Secularización del mundo
adictos al mundo. Una vez oí ha-
blar a una persona de este proble-
El mito desempeñó un papel im- ma en los siguientes términos: los
portante como la primera interpre- hombres modernos nos sentimos en
tación religiosa del cosmos. Cielo y el mundo como el pez en el agua. El
tierra venían mitoligizados desde si- filósofo de nuestros días caracteriza
glos atrás. El origen mismo del al hombre como unido al mundo
hombre, su naturaleza y su muerte con todas las fibras de su ser". (17)
(15) Gen. 1, 28.
(16) Teología del Mundo, ediciones Sígueme, Salamanca, 1970, p. 111.
(17) El Cristiano en el mundo. Ediciones Carlos Lohlé, Buenos Aires, 1965, p. 9.

ALFONSO LLANO ESCOBAR, S.J. 399


2a. Experiencia de la factibilidad del superar el problema de la necesi-
mundo dad ajena preponderamentemen-
te en la forma de la "caritas",
Seguimos en este punto el pensa- es decir, mediante un alivio mo-
miento de Ratzinger cuando afirma mentáneo d.e la necesidad... Hoy
"Como consecuencia evidente de la día, en cambio, encontramos una
experiencia de la mundanidad del propensión casi fanática hacia la
mundo, se deduce el conocimiento justicia, hacia la creación de es-
de su factibilidad, que desde el tados y reglamentos que garanti-
principio del siglo XIX introduce la cen a cada uno sus derechos de
segunda fase de la modernidad, la modo que nadie necesite ya de
fase de la configuración técnica del la "limosna". (18)
mundo... Ciertamente es un hecho
palmario que la situación del hom-
3a. Orientación hacia el futuro
bre se ha transformado ...
a) Se ha transformado la actitud Tomamos esta nueva caracte-
frente al trabajo y a los objeti- rística del mundo actual, del teólo-
vos terrenos. Mientras que la go alemán J. B. Metz, quien la re-
Edad Antigua tenía por ideal ver- laciona íntimamente con la anterior
dadero el de la libera<;ión comle- de la experiencia de factibilidad.
ta de los negocios terrenos en "La relación con el mundo, ante
orden a la "desocupación para la la cual la fe cristiana ha de dar ra-
verdad", y juzgaba la preocupa- zón de su esperanza, está orientada,
ción por lo terreno como una en un sentido fundamental hacia
carga y una distracción de lo au- el futuro. Por tanto no es puramen-
téntico, el hombre actual consi- te contemplativa. Sino que su orien-
dera el servicio al mundo casi tación es marcadamente operativa...
con una especie de unción reli- El futuro al que aquí nos referimos,
giosa. es, en un sentido esencial, una reali-
b) Se transfopna, continúa Ratzin- dad que todavía no existe, más
ger, la actitud frente a la cultu- aún, que no ha existido jamás: es
ra y la ciencia. La arrogante fra- la "nueva" en el sentido propio".
se de Tertuliano: "Qué tiene que "En esta orientación hacia el futu-
ver Jerusalén con Atenas?" ex- ro, el hombre no experimenta ya
presa en verdad una postura ex- su mundo como un destino impues-
cesivamente avanzada, pero ca- to, como una naturaleza que le rodea
racteriza a la vez una actitud ra- majestuosamente y que es inviola-
dical del espíritu. hle. Sino que el mundo se le presen-
ta como un mundo que está sur-
c) Finalmente, se ha transformado giendo -haciéndose- por el hom-
también la actitud frente a la co- bre y por su actuación técnica, y
munidad humana. La Edad Anti- que con ello se está haciendo secu-
gua y la Edad Media intentaban lar". (19)

(18) Fe y Entendimiento del ,IVIundo, Ediciones Taurus, Madrid 1970, p. 285 ss.
(19) Teología del Mundo, Ediciones Sígueme, Salamanca 1970, p. 108, 110 y 194.

400 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


4a. Historicidad queremos mencionar una que suele
pasar inadvertida por quienes inten-
El tiempo también ha cedido tan caracterizar a nuestro mundo
ante las investigaciones y hallazgos contemporáneo.
científicos del hombre, perdiendo
así su carácter mítico y fragmenta- Nos referimos a la creciente po-
rio. Al mundo se lo concibe dentro litización del mundo moderno a
de un proceso evolutivo, en el que partir del nacimiento de los Estados
va desapareciendo la división entre a finales de la Edad Media con la
un antes y un después de Adán y característica de la imposición to-
Eva, entre un antes y un después de talitarista, abierta o larvada, de una
la redención, para convertirse en un ideología determinada.
mundo idéntico, único, homogé-
neo. No se trata obviamente de una Por política aquí no entendemos
visión de fe sino de un entendimien- los partidos o fracciones que den-
to científico del mundo que debe tro de un Estado dividen las diver-
ser tenido en cuenta pira una rein- sas tendencias o corrientes de la
terpretación teológica del mismo. gestión pública. Entendemos más
bien, con el Vaticano 11 y con Pue-
5a. Intercomunicación bla, el alto manejo de la cosa pú-
blica en cuanto mira o debiera mi-
Los medios de comunicación im- rar al bien común de todos los ciu-
primen al mundo moderno una ca- dadanos.
racterística que lo distingue de los
"mundos" pretéritos, lo expone El hecho que marca a esta alta
más a los influjos del bien y del mal política y que condiciona indefec-
y le aumenta la conciencia de uni- tiblemente la vida de cada ciudada-
dad. no y de su ejercicio profesional con-
siste en el fenómeno que denomina-
Con esta característica de la co- mos la politización del mundo mo-
municación nos estamos refiriendo derno por influjo de las ideologías
obviamente a los medios de comu- en que se inspiran los gobiernos.
nicación "corporal" (transporte por
tierra, cielo y mar), que han dotado Concretamente, queremos decir
al hombre de una especie de omni- que no es lo mismo ejercer la medi-
presencia en el mundo, como a los cina ni cualquier otra profesión en
medios de comunicación "espiri- un país democrático que en un país
tual" (prensa, radio, cine, T.V. totalitario de izquierda o derecha.
Tele-star) que han dotado a las Tal aspecto, que suele pasar inad-
ideas (cultura) de una especie de vertido a profesionales y profesores
omnipresencia en todo hombre. de ética profesional, afecta sutil pe-
ro radicalmente al ejercicio profe-
6a. Politización ideológica del mundo sional y a los valores más altos y
añejos del ethos profesional.
Antes de terminar esta enumera-
ción de algunas de las principales 7a. Grito de liberación
características del mundo actual, es-
pecialmente de aquellas que más in- Dejaríamos imperdonablemen-
flujo ejercen en la vida profesional, te incompleto este elenco de carac-

ALFONSO LLANO ESCOBAR, S.J. 401


terÍsticas si no hiciéramos men- afirmación: la cátedra de ética pro-
ción, antes de terminar, de la nota fesional y con mayor razón, la edu-
que más distingue nuestro mundo cación ética de nuestros futuros
latinoamericano: el grito de libera- profesionales no puede consistir,
ción. por equivocada fidelidad al pasado,
en transmitirles una serie de normas
Le cedemos aquí la palabra a la anticuadas y unos códigos obsole-
Conferencia Episcopal de Puebla tos, vaciados en manuales de ética
cuyo mensaje total se puede resu- profesional que poco o nada di-
mir diciendo que es una respuesta cen a los profesionales de hoy para
a ese gigantesco grito por la libera- resolver los problemas éticos que
ción que se levanta de todo cora- les plantea el mundo actual.
zón latinoamericano.
Estamos convencidos de que sólo
Basta citar el No. 87 del Docu- un esfuerzo individual y colectivo,
mento que recoge dicho clamor. de profesores y estudiantes junta-
"Desde el seno de los diversos paí- mente con la institución misma
ses del continente está subiendo universitaria, por reinterpretar el
hasta el cielo un clamor cada vez ejercicio profesional a la luz de una
más tumultuoso e impresionante. nueva comprensión del cristiano y
Es el grito de un pueblo que sufre y de su trabajo en el mundo actual,
que demanda justicia, libertad, res- orientará el cometido fundamental
peto a los derechos fundamentales de la ética profesional que no pue-
del hombre y de los pueblos". (20) de ser otro que el de formar profe-
sionales responsables de la construc-
ción de un mundo mejor, camino
3. Resumiendo hacia el mundo nuevo de Dios!
Quien nos haya seguido hastá es-
te punto, puede tomarse un des-
canso, haciendo antes con nosotros SEGUNDA PARTE:
el siguiente resumen de lo expuesto.
Funciones de la ética profesional
En esta primera parte hemos to-
mado del Concilio Vaticano 11 y del Supuesta la anterior reubicación
Documento Episcopal Latinoameri- de la profesión dentro de una actua-
cano de Puebla los parámetros que lizada comprensión del cristiano en
nos sirven de criterio seguro para el mundo actual, apliquemos ahora
reubicar el ejercicio profesional dicho marco de referencia a redes-
dentro de los renovados horizontes cubrir algunas de las funciones de
teológicos y característicos del la ética profesional.
mundo actual que nos ayudan a
comprender la existencia cristiana 1. Descubrir el carácter ético de la
en el mundo contemporáneo. existencia
Repetimos, pero ya fundados en La primera función de la ética
datos que dan evidencia a nuestra profesional o si se prefiere, del pro-

(20) Puebla, n. 87.

402 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


fesor de dicha asignatura, consisti- la existencia de todo ser humano,
rá en ayudar a los futuros profesio- al comienzo del curso de ética pro-
nales a descubrir el carácter ético fesional. Vamos a explicar por qué
de la existencia humana. le damos esta importancia primor-
dial a esta pregunta.
Con Luypen partimos del hecho
que la existencia humana es una B. Lonergan en su artículo "Di-
existencia ética. (21) mensión de sentido" (23), afirma
que el hombre moderno se en-
A pesar de ser ésta una tesis cier- cuentra desorientado por la pérdi-
ta que fundamenta y explica la da del sentido clásico que descu-
afirmación de De Graaf que dice: brieron las grandes civilizaciones de
"El hombre está lleno de un interés los siglos 80. a 20. anteriores a Cris-
ético incorregible" (22) no resulta to: Israel, Grecia, Persia, India, Chi-
fácil convencer a los universitarios na, ... eje sobre el cual venía giran-
de hoy que entiendan y acepten la do la historia humana. En ésto,
vida como una tarea que deben Lonergan sigue la tesis que sostiene
cumplir responsablemente. el filósofo existencial alemán K.
El carácter ético de la vida hu- Jaspers en su obra El origen y la
mana se descubre y se plantea co- Meta de la Historia.
mo problema con la pregunta éti- Esta pérdida de sentido se debió
ca por excelencia: ¿cuál es el sen- a la aparición del mundo moderno
tido último, radical, totalizante de con sus descubrimientos que han di-
la existencia? latado los horizontes tanto espacio-
Mientras el hombre no se plantee temporales del habitat humano co-
esta pregunta no ha empezado aún mo psicosomáticos o.e la estructura
a asumir la vida como hombre. misma del hombre. La desorienta-
ción ha creado confusión, pérdida
Sentido, en su acepción espacial, de seguridad, angustia, etc., serie
significa la dirección del movimien- de síntomas que caracterizan al
to. De aquí que, aplicado a la vida, hombre del S. XX.
que es "ex-sistencia", ese continuo
ponerse en movimiento, el vocablo Asistimos a un vasto esfuerzo
"sentido" significa que la dirección moderno por interpretar el nuevo
u orientación hacia donde debe ten- mundo que ha surgido. Este esfuer-
der la vida como su meta, aquello zo por entender la nueva realidad
que la justifica, la realiza y la lleva es quehacer común de innumera-
a su plenitud. bles científicos y letrados-. "Pero
el juzgar y el decidir se han dejado
Le damos una importancia capi- a cada individuo y éste se encuentra
tal al planteamiento de este proble- en condición desesperada. Tiene de-
ma, que es el problema humano, masiadas cosas que aprender, antes
la incógnita que hace problemática de que pueda empezar a juzgar. A

(21) Citado por P. Sporken, en Medicina y Etica en discusión, edito Verbo Divino, p. 20.
(22) Ibid. p. 21.
(23) En Collection. Papars by Barnard Lanergan, S.J., editado por el padre F.E. Crowe, S.J., Herder
and Herder, New York 1967 pp. 252-267.

ALFONSO LLANO ESCOBAR, S.J. 403


pesar de todo al individuo no le cierto escepticismo interior, al ver
queda más remedio que juzgar y y sentir que todo se mueve bajo
decidir si va a existir, si va a ser" nuestros pies.
(24).
Con todo el hombre, si quiere ser
Repetir las fórmulas tradicionales tal, el profesional, si quiere serlo
de nuestra fe, de nuestra Historia a carta cabal, necesita un punto de
Sagrada, podría dar a los menos apoyo, necesita tocar fondo, más
avisados, la impresión de seguridad allá de sí mismo, para llegar a ser
teológica y de fidelidad al pasado. sí mismo. Genialmente observa Mal-
A los estudiantes, tal presentación, raux:
ni los convence ni les ayuda a en-
tender su vida ni a orientar su pro- -"Il faut que quelque chose soit
fesión. sure. 11 faut!" Se impone lo absolu-
to, que dé seguridad a lo relativo.
Tarea primordial del profesor de Se impone el "más allá", que le dé
ética profesional, lo repetimos, ·con- sentido al "más acá".
siste en desentrañar, a la luz de la
Revelación, el único sentido de la Sin la sólida fundamentación en
Historia, que es Jesucristo, encar- Jesucristo no daremos sentido a la
nado en la nueva cultura y en la existencia humana, ni orientación
nueva civilización universal que segura al ejercicio profesional.
está surgiendo. La élite, toda ética y por ello la
profesional, se relativiza y se hace
Etica relativista?
mera ética de situación si carece de
Una razón más para hacer ver la base de sustentación que es la fe
la importancia de la pregunta éti- en el sentido último de la vida.
ca por el sentido de la vida. Resumiendo: toda ética profesio-
La crisis de sentido, dé- que aca- nal debe redescubrir el carácter
bamos de hablar, ha dado cauce a ético de la existencia humana, lo
una serie de interpretaciones y re- cual equivale a decir que debe fun-
interpretaciones no sólo de varia- damentar lo relativo en lo absoluto,
dos matices sino aún contradicto- lo incierto en lo único seguro, que
rias, al menos aparentemente, tanto es Jesucristo.
en materia de fe como de moral.
2. Explicar la estructura moral a
Tal abanico de sentencias, de opi- priori del hombre
niones y de sentidos ha creado un
pluralismo teológico y moral que La primera función de la ética
aumenta la desorientación, induce profesional, de descubrir el carác-
al relativismo ético y crea una cier- ter ético de la existencia, lleva ne-
ta zona de escepticismo interior. cesariamente a desarrollar una se-
Todos, en mayor o menor grado, vi- gunda función, no menos necesa-
vimos esta experiencia común del ria que la anterior. La pregunta
hombre moderno, experiencia de por el sentido de la vida, de la pro-
confusión, de relativismo moral, de fesión, del amor, etc., y la búsque-
(24) Lonergan, lbid.

404 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


da de respuesta a tales pre~ntas compuesto de partes operativas. Ya
parten del sujeto, se originan en la sensación es una actividad. La
la estructura operativa del hombre, intelección es otra. La afirmación
estructura a 'priori, cuya explica- que consiste en formar juicios de-
ción es cometido indeclinable del termina otra actividad cuyo fruto es
catedrático de ética profesional. la verdad. Pero el hombre no se rea-
Los nuevos problemas planteados liza ni llega a su plenitud sólo con
al profesional por la nueva civiliza- conocer intelectualmente ni con ve-
ción urbano-industrial ni pueden rificar la verdad de sus conocimien-
ser previstas de antemano ni mucho tos científicos y culturales. El hom-
menos resueltas. A menos que nos bre se realiza como tal cuando al-
escapemos a una ética esencialista canza la cumbre dela actividad ra-
y abstracta que programe un mun- cional, cuando obra de acuerdo a
do teórico moral muy claro, defini- su conciencia. Sólo en este momen-
do y fácil para soltarlo luego a un to entra en la órbita de la ética.
mundo complejo, oscuro, difícil, en El obrar ético constituye una es-
el cual las normas abstractas no ha- tructura. Entendemos por estructu-
llan aplicación y sólo sirven para ra un todo compuesto de partes.
hacerlo sentir culpable de infringir- En la estructura dinámica el todo
las a diario. consta de partes en movimiento.
Aquí tiene perfecta cabida el Se trataría de una estructura di-
adagio chino lleno de sabiduría: námica material, cuando el todo,
"Si tu hijo te pide pescados, dale un como es el caso de cualquier má-
anzuelo y enséñale a pescar". Cuya quina o motor, las partes o elemen-
aplicación a la ética profesional es tos estructurales son piezas mate-
clara. Si el universitario te pregun- riales. Por ejemplo un reloj, un au-
ta cuáles acciones son buenas, fór- tomóvil. Si las piezas o partes de
male la conciencia y suéltalo en el la estructura no son ya materiales
mar de la vida. sino formales o espirituales, como
las actividades u operaciones de los
La conciencia moral
seres vivos, nos estamos ya refirien-
do a estructuras vitales, como el
No nos hallamos en clase de éti- animal o el hombre. Decimos en-
ca. Esto nos excusa de presentar tonces que la conciencia moral
aquÍ un análisis de la conciencia constituye una estructura dinámica
moral. Nos ocupamos aquÍ de tra- vital, que consta de tres "piezas"
zar algunas líneas directrices que o actividades: la deliberación, la de-
ayuden a reorientar la enseñanza de cisión y la ejecución.
la ética profesional en la Universi-
dad. La deliberación

La conciencia moral constituye El primer papel o funcón de la


la estructura operativa del hombre conciencia lo desempeña cuando se
a nivel racional. Decimos, a nivel pone en plan de deliberación, eva-
racional, porque el hombre todo luación y reflexión sobre los valo-
es operativo. Su estructura o natu- res. Así lo enseña explícitamente
raleza forma o debe formar un todo Ricoeur cuando dice: "La cons-

ALFONSO LLANO ESCOBAR, S.J. 405


cien ce se constitue en conscience cio último práctico sobre la morali-
morale lorsqu'elle se fait tout dad de la acción por realizar es lo
entiere évaluation, réflexion sur ses que la moral tradicional ha conoci-
valeurs". (25) do con el nombre de conciencia.
La tradición cristiana ha enseñado
Sólo cuando entra de lleno a de- siempre que el hombre debe seguir
liberar sobre las motivaciones del este juicio de la conciencia bien for-
objeto por realizar, el hombre se ha- mada. Es la norma subjetiva de mo-
ce sujeto ético en plenitud. Allí, ralidad.
deliberando y evaluando los pros y
los contras humanos (valores mora- El peligro de caer en el relativis-
les), la verdad empieza a hacerse mo, temor que abrigan todos los
bien, el hombre intelectual empieza partidarios de una ética absolutista
a hacerse moral. abstracta, se evita con la delibera-
ción sobre las motivaciones o valo-
El sujeto moral, el yo que entra res morales que deben fundamen-
en proceso de deliberación, se en- tarse en el sentido último de la vi-
cuentra referido a dos polos: el da que constituye el valor absoluto,
objeto o acción que piensa realizar o bien supremo del hombre, que no
y las motivaciones o valores morales es otro que Jesucristo.
que le van a dar sentido humano y
valor moral a la acción. Estos dos La Constitución Gaudium et
polos, el objeto y las motivaciones Spes del Vaticano II nos presenta
abren o más exactamente concretan un ejemplo ideal de lo que debe
la apertura de la conciencia al mun- ser una deliberación perfecta. (26)
do. El yo moral necesariamente es Queda mucho por decir acerca de
apertura, al tú, al vosotros, al mun- la deliberación pero no hay que ol-
do. vidar que aquí nos limitamos a
Antiguamente se hablaba en mo- orientar la labor del catedrático de
ral, de las circunstancias, como fac- la ética profesional.
tores externos de moralidad que Presupuesto un recto juicio mo-
ocasionalmente y "desde fuera" ral, fruto de la deliberación, se si-
modificaban cuantitativa y a veces guen la decisión y la ejecución.
cualitativamente la moralidad del
acto interior. La decisión es el eje sobre el
cual gira toda la ética y toda la
Hoy se tiende, en moral, a consi- vida moral del hombre.
derar estas circunstancias, no como
ocasionales y externas, sino como Sólo el entrar a analizar la deci-
habituales e interiores que condicio- sión desde un plano filosófico nos
nan o determinan la decisión, se- daría para un artículo más largo
gún el caso. que el presente.
Toda deliberación tiende a termi- Nos limitamos a sugerir dos lec-
nar en un juicio de valor. Este jui- turas de recia envergadura. El li-

(25) Le Volontaire et L'involontaire, edito Aubier. Montaigne, p. 71.


(26) Cfr. GS, 50.

406 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


bro "Insight" de B. Lonergan, sobre ejercer, no representa lo mismo, por
todo el capítulo XVIII que trata poner ejemplos contrastantes que
de la posibilidad de la ética, y la ayuden a entender lo que queremos
o bra de P. Ricoeur, citada arriba, decir, no dá lo mismo elegir ser
que lleva por título: "Le volontai- médico o arquitecto que ser corre-
re et l'involuntaire" en especial el dor de bolsa, artista, periodística
capítulo primero "Description pure o político profesional!
du decider".
Pero admitiendo el abanico cre-
3. Descubrir las dimensiones éticas ciente de carreras en cualquier·
de la profesión Universidad, el énfasis de la morali-
dad recae necesariamente en las mo-
Con este "anzuelo" moral, se si- tivaciones.
gue como función de la ética pro-
fesional, enseñar a lo::; estudiantes Aquí hay que llamar la atención
universitarios a "pescar", es decir, sobre el hecho de que la delibera-
a descubrir el bien y el mal, no en ción y selección de motivaciones no
abstracto sino precisamente en su se realiza en forma individual o
mundo profesional. como suele decirse "químicamente
pura". El ciudadano prácticamente
La primera tarea consistirá en no se puede librar de los influjos
ayudarles a descubrir las dimensio- que ejercen en su inconsciente las
nes éticas de su profesión. Tarea motivaciones reinantes en el medio
que debe incluir los siguientes cam- social y político en que vive. Lo
pos: que decimos explica el hecho de
que no es lo mismo, en cuanto a
motivaciones se refiere, ejercer la
3.1. Purificación de la elección
profesión en un Estado totalitario
de carrera que en uno democrático o "libre",
El curso de ética profesional que a la hora de la verdad se iden-
constituye la mejor oportunidad pa- tifica con capitalista e individualis-
ra ayudar a los estudiantes universi- ta.
tarios a rectificar y purificar su elec- El éxito y el lucro forman moti-
ción de carrera. vaciones ocultas, aquellas que nun-
Las motivaciones, con frecuencia ca se revelan a la hora de las encues-
latentes, determinan la fuente prin- tas o entrevistas, metas egoístas a
cipal de moralidad. que aspiran casi todos los profesio-
nales de Estados "democráticos".
Obviamente que el "objeto" o
naturaleza misma de la carrera ya Aquí es donde conviene entrar
encierra, al menos virtualmente, de fondo en un análisis de las moti-
un potencial moral de incalcula- vaciones humanas y cristianas. En
bles consecuencias para el día de países, como los nuestros, marca-
mañana. dos por las estructuras de pecado y
de injusticia, como las describe el
Desde el ángulo moral, teniendo Documento de Puebla, la motiva-
en cuenta la naturaleza y medio ción de todo profesional, máxime
ambiente concreto en que se suele el educado en una Universidad

ALFONSO LLANO ESCOBAR, S.J. 407


Católica, no puede ser otra que el Dígase lo mismo de cualquier
servicio a la comunidad con miras a otra profesión. Es tarea común del
liberarla integralmente de toda profesor y del profesional descubrir
opresión y alienación corporal y es- el factor o los factores éticos pecu-
piritual. liares del ejercicio profesional.
Sólo una humanización radical
3.2. Humanización de la profe- (que vaya a la raíz) de la actividad
sión profesional puede garantizar una
eticidad básica de dichos factores.
El horizonte de mar que se abre
a la "pesca moral" cuando pasa- Un parámetro general de toda
mos de la elección de carrera (su- ética profesional lo constituye la
jeto, motivación) a la carrera mis- relación personal entre el profesio-
ma o profesión (objeto, ejercicio nal y su cliente.
profesional) es prácticamente infini- Hay que educar al universitario
to. Contentémonos con enunciar las para que descubra y desarrolle es-
líneas de acción. ta dimensión interpersonal.
Por persona entendemos el sujeto
3.2.1. Humanización de la pro- capaz de auto-determinarse. Es de-
fesión cir el sujeto capaz de deliberar por
Cada profesión, según su natura- propia cuenta y de llegar a decisio-
leza peculiar, le crea un problema nes responsables. Esta naturaleza
específico ético al profesional. Por personal del hombre es la que lo
poner un caso, que ilustre esta afir- dota de derechos humanos, sin los
mación, tratemos de reconstruir el cuales la vida y el ejercicio personal
ejercicio profesional del odontólo- serían imposibles.
go. Este trabaja con el rostro hu-
mano en un consultorio que se pres- 3.2.2. Humanización de la Ins-
ta a la intimidad. No se ha tomado titución
todavía suficiente conciencia de la Hoy día casi todas las profesio-
erotización por no decir sexualiza- nes se ejercen en forma instuticio-
ción que han producido los medios nal o bien dentro de una institu-
de comunicación (cine, T.V., revis- ClOno La ética profesional no
tas, etc.) del rostro humano. La ca- puede desentenderse de una fun-
ra constituye hoy día uno de los es- ción que posibilita la eticidad del
tímulos sexuales más poderosos de mismo ejercicio profesional como
la industria consumística actual. es la humanización de la institu-
Trabajar ocho o diez horas al día ción donde trabaja.
con el rostro humano, con la proxi-
midad del tacto y de la vista, no Es conocido de todos el que el
puede constituir un dato indiferen- progreso de la ciencia y la técnica,
te para el odontólogo ni para el a pesar de sus méritos indiscutibles,
profesor de ética odontológica. Sin ha deshumanizado lamentablemen-
que este aspecto determine el úni- te al hombre y a sus instituciones
co factor ético de dicha profesión. o establecimientos.

408 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


En el caso de la medicina, por meras. Resulta casi imposible ser
citar un ejemplo, las instituciones honesto en un mundo deshonesto.
hospitalarias, con sus equipos avan-
zados, sus unidades de urgencias y por mundo aquí se entiende
y cuidados intensivos, con las con- el "mundo" profesional, aquella
sultas e interconsultas y con el po- urdimbre exterior que hace entra-
derío creciente y casi mágico de los da progresivamente en el interior
galenos, corre el peligro de "apode- de la conciencia, de los criterios,
rarse" de la vida y derechos del pa- motivaciones, costumbres, y for-
ciente. Una vez que el enfermo cru- mas de pensar, juntamente con si-
za el umbral de la clínica u hospital tios, equipos y personas que consti-
queda a disposición casi omnÍmo- tuyen social y concretamente la
da de la institución. profesión. Aquí encuentra el profe-
sional un inmenso campo de ac-
Como dato simbólico de la des- ción.
personalización del paciente, sucede
con frecuencia que se le designa por Observa G. Campanini en su ar-
el número de la pieza. Lía enferme- tículo "Trabajo" del Diccionario
ra recibe la orden: "Favor pasar Enciclopédico de Teología Moral:
a cirugía al paciente (de la pieza)
324!" No es raro el caso en que el "Ninguna ética cristiana del tra-
médico ausculta los síntomas pato- bajo (y de la profesión) puede pro-
lógicos de un organismo vivo sin ponerse si en su conjunto no con-
atender a la persona. sigue ser también una ética de las
estructuras y, por tanto, un mo-
La humanización de una insti- mento esencial de la ética social"
tución profesional debiera comen- (27)
zar, por ejemplo en el caso de un
centro hospitalario, con una espe- 4. Humanizar al profesional
cie de declaración de los derechos
del paciente. Así comenzaría a to- Podríamos señalar otras funcio-
mar cuerpo la vivencia moral del nes de la ética profesional, por
ejercicio profesional. ejemplo:
Otras aplicaciones de la humani- - explicar el ethos de la respecti-
zación de la institución las puede va profesión;
deducir fácilmente el profesor.
- hacer ver la responsabilidad del
3.2.3. Humanización del medio profesional frente a la comuni-
social de la profesión dad;
Profesional que no asuma la cuo- - descubrir las dimensiones éticas
ta de responsabilidad en "sanear" de la técnica;
y humanizar el medio social propio - desarrollar las normas de la in-
en que ejerce su profesión, no sólo vestigación;
no lleva su ética profesional hasta
sus últimas consecuencias sino que - actualizar el concepto de ley na-
puede dejar imposibilitadas las pri- tural;

(27) n.E.T.M. L. Rossi y A. Valsecchi, ediciones Paulinas, Madrid 1974, p. 1111.

ALFONSO LLANO ESCOBAR, S.J. 409


- elaborar los principales valores Moltmann describe con acierto
morales de la profesión en ge- las consecuencias de este nuevo tipo
neral (servicio, honradez, veraci- de religión.
dad, justicia social, etc.) y de
la respectiva profesión; "Y, ¿qué consecuencias tiene la
divinidad de ese dios, para la huma-
- dar a conocer y comentar, si nidad del hombre? Pues que vivir
existe, el código ético de la pro- significa sólo actuar, llevar a cabo,
fesión, etc .. hacer y dominar. Esta orientación
Pero no quisiéramos terminar es- unilateral a la acción y al éxito hace
te breve análisis de algunas funcio- inhumano al hombre y eliminar to-
nes de la ética profesional sin men- dos los otros aspectos débiles y
cionar una que juzgamos en el mo- sensibles de la vida. El que sufre es
mento actual de capital importan- un enfermo. El que llora y se entris-
cia: la humanización del profesio- tece demuestra que le falta fuerza.
nal mismo. El mundo ya no tiene nada que de-
Los motivos son claros y urgen- cirnos: no nos afecta. Con él pode-
tes. El positivismo científico, el ma- mos hacer lo que queramos. Ningu-
terialismo de la técnica, el ansia na desesperación nos desgarra el al-
de lucro, la sociedad consumÍsti- ma. Somos duros en el dar y el
ca, y otros factores varios, están recibir. No nos toca el dolor ajeno.
deshumanizando al profesional en El amor ya no es una "pasión",
forma acelerada y alarmante. No es sino sólo un acto sexual. El hom-
que seamos adversos a la técnica bre del éxito no llora, y sólo ríe
y al progreso. Sobra decir que no. por cortesía. La frialdad le es fa-
Pero somos éticos y la ética busca miliar. Lo bueno, para él, es lo que
más al hom bre de la técnica que la promueve su actividad. Lo malo es
técnica del hombre. lo que impide su éxito. Los otros
hombres son sólo sus rivales en la
El hombre del éxito lucha por la existencia. Su escato-
logía es la supervivencia del más
El profesional está más convenci- débil. Y como quiere controlar
do que nadie del éxito de la ciencia al mundo, se mantiene a sí mismo
y la técnica. Este fenómeno que vi- bajo control constante. En una
ve casi desde su infancia afecta ra- palabra: quien cree en el dios de
dicalmente su existencia y el sen- la acción y del éxito se convierte
tido de su vida. El profesional se
en un hombre sin pathos, sin sen-
está convenciendo que el mundo
timientos. Ya no nota nada del
está en sus manos. Los valores que
mundo ni de los otros. Desconoce
sirven de parámetros a su ejercicio
profesional lo condenan a la activi- todos los dolores que causan sus
dad exagerada y fe bril, al progreso actos. N o quiere conocerlos, y eli-
y al éxito. El fracaso representa mina de su vida las experiencias
hoy uno de los mayores temores del crucificantes". (28)
profesional. Solo le importa el éxito Podríamos añadir otras funestas
profesional. consecuencias a las enunciadas por

(28) Selecciones de Teología 45 (1973) p. 5.

410 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


J. Moltmann. Destaquemos sólo 5. Etica y fe cristiana
dos:
Hoy día se va extendiendo ya
El profesional se está volviendo la convicción de que fe y ética son
un hombre poco culto. No le que- dos cosas completamente distintas.
da tiempo para cultivar el arte, la No faltan quienes afirman que es
música, el teatro, la lectura seria posible una ética y concretamente
etc .. Su profesión no le deja tiempo una existencia profesional ética-
para nada. Es lamentable la incul- mente correcta, sin fe en Dios. No
tura que demuestra hoy día cual- formamos parte de esta legión. Tan-
quier profesional en una reunión to la fe cristiana como una bien
social: no sabe hablar más que de fundada antropología filosófica nos
su profesión y, dentro de ésta, de enseñan que la conducta no adquie-
su especialidad. Consecuencia, más re consistencia si no se fundamenta
grave aún, de esta superespecializa- explícita o implícitamente en Dios,
ción de la profesión y divinización plenitud del hombre y sentido úl-
de la técnica y del éxito, es la timo de su vida y de cada uno de
"muerte" del matrimonio. Los pro- sus actos.
fesionales, en forma insensata, es- Le pregunta clave ahora es la
tán acabando con su hogar! Lo que siguiente: Puede hablarse de una
ésto significa no puede describir- conexión real y práctica entre una
se. Esto se vive y se padece. concepción cristiana de la vida y la
El problema es grave, graVÍsi- ética profesional? Ofrece el cristia-
nismo un mensaje ético al profesio-
mo. No es individual. Cada año co- nal actual?
bra nuevas víctimas. Se está genera-
lizando. Personalmente estamos conven-
cidos de que sí.
Por lo demás, su solución no es
fácil. Si no nos alimentara la es- Sin necesidad de entrar, dada la
peranza cristiana diríamos que es naturaleza de este estudio, en la
imposible. acalorada y extensa discusión de la
teología moral actual sobre la es-
Con todo, la ética profesional no pecificidad de la moral cristiana,
puede darse por vencida como tam- para nuestra reflexión, bástenos
poco creer ingenuamente que con echar mano de la conclusión a
unos cuantos consejos y unas nor- que parece estar llegando la men-
mas éticas vamos a hacerle frente a cionada discusión, a saber, que el
la acelerada descristianización y Mensaje cristiano no presenta con-
deshumanización del profesional. tenidos específicos morales distin-
tos de los que ofrece una ética
La ética debe humillarse y reco- filosófica pero sí aporta una inspi-
nocer que ella sóla no cuenta con ración fundamental que hace nue-
los elementos adecuados para la vos y más exigentes los parámetros
solución. y pautas éticos de conducta.
De aquí su recurso a la fe para Léase por ejemplo el estudio de
iluminar la vida del profesional. S. Bastianel que lleva por título:

ALFONSO LLANO ESCOBAR. S.J. 411


"11 carattere specifico della morale La fe en Dios para el cristiano se
cristiana", Citadella Editrice - Assi- convierte en esperanza en el hom-
si. bre y en el futuro del mundo.
Paul Sporker en su reciente obra Esta consecuencia la pone de re-
"Medicina y Etica en discusión" lieve el mismo Sporken cuando
recoge esta inspiración cristiana y dice:
la aplica a la ética, cuando afirma: "Se trata de buscar lo verdadera-
"Lo característico de nuestra mente humano en el Espíritu vivo
idea cristiana de la vida no radica de Cristo, con el fin de llevarlo a
en que estemos dispuestos a un la práctica y contribuir de este mo-
amor incondicionado al prójimo, ni do a la realización definitiva de esta
en que intentemos descubrir lo que humanidad en el mismo Cristo. Así
este amor o sentido de humani- se puede decir tal vez mejor: la
dad exige de nosotros. Estas son co- interpretación cristiana del mundo
sas muy bien situadas en la línea lleva la impronta de la esperanza
de todo humanismo honrado, y es de que todas las cosas del m\lndo
perfectamente posible que en cual- abocarán a un buen fin, a pesar de
quier otra visión de la vida encon- la experiencia de nuestra impoten-
tremos una acentuación igualmente cia frente al mal que hay en el
intensa de la importancia del amor mundo". (30)
al prójimo. En el evangelio se nos
presenta a Cristo en cuanto presen- La fe cristiana, parece contra-
cialización histórica de Dios en el rlictoria a primera vista, nos com-
mundo. De tal manera es él la for- promete más con el hombre mismo
ma de expresión vital de las relacio- y con el mundo que con Dios. La
nes entre Dios y el hombre, que con fe hace crítico al profesional fren-
la negación de su relación con Dios te a la comunidad. Así resume
se negarían ipso facto sus relaciones Sporken su concepción de la éti-
ca cristiana:
con los hombres. Lo caracterís-
tico del concepto cristiano de la "La ética cristiana puede carac-
vida consiste-más bien en que, al terizarse, consecuentemente, del si-
afirmar la presencia salvífica de guiente modo: reflexión y análisis
Dios en este mundo mediante nues- crítico del ethos dentro de la co-
tra profesión de fe en Jesús de munidad, junto con el esfuerzo de
Nazareth, intentemos corroborar captar la imagen del hombre que
nuestra fe con un amor humano le sirve de base, a fin de revisarla
auténtico, en la práctica de la jus- a la luz de la interpretación cristia-
ticia, en la bondad y en la disposi- na de la existencia y contrastarla
ción a perdonar y a ofrecer una con la imagen cristiana del hom-
ayuda efectiva a quien la necesite bre". (31)
de nosotros. En una palabra; que
demostremos nuestra fe en una Con estas ideas vengamos a nues-
humanidad verdadera". (29) tro problema de la deshumanización
(29) P. Sporken, Medicina y Etic:a en discusión, p. 3l.
(30) Ibid., p. 32.
(31) Ibid., p. 34.

412 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


del profesional causada por la téc- se encuentra empeñaba en dos fren-
nica y por el principio de la acción tes. Por una parte, ha de asumir la
y del éxito. esencia de la experiencia del tra-
El profesor de ética profesional bajo, para convertirla en un mo-
no puede contentarse con rociar mento de liberación y de crecimien-
agua bendita en los surcos de la to de la pesona y, por otra, ha de
profesión. La labor tiene que ser proclamar que la dimensión del
más de fondo. Sólo una larga ta- trabajo no agota a todo el hom-
rea de re cristianización del uni- bre... Devolver al trabajo, continua
versitario, tarea que compete no só- Campanini, su profundo sentido,
lo al profesor de ética sino a toda dando también al tiempo libre un
la institución en cumplimiento de significado y personalizante, es
su especificidad de católica, pueden tarea fundamental de la ética del
producir los resultados de un pro- trabajo". (32)
fesional auténticamente católico, La oración, al apuntar el día
de donde se seguirá un ejercicio o al morir el sol, la misa domini-
profesional cristiano. cal, dan al profesional la convic-
Pero volviendo al profesor de éti- ción de que el éxito y la salva-
ca creemos que su cátedra y su en- ción en último término, no vienen
señanza toda, tiene que inspirarse de la ciencia y de la técnica, sino
en el Mensaje cristiano y que su ob- parten de Dios, y de que el traba-
jetivo, más que a presentar un ca- jo no constituye la meta definitiva
tálogo de normas, que regulen el del hombre sino el descanso eter-
ejercicio ético de la profesión, de- no junto a Dios.
be dirigirse al estudiante mismo
para hacer de él un católico inte- 7. Hogar y profesión
gral.
Terminemos ya nuestro largo itine-
Sin fe no hay hombre. Sin fe rario de las funciones de la ética
no formamos profesionales respon- con esta noble función de ense-
sables y correctos. ñanza a los universitarios la íntima
El profesional, aún para el sano relación entre hogar y profesión
ejercicio profesional, necesita des- o más exactamente entre matri-
canso, necesita hogar. monio y el mismo profesional.
No se trata de hacerles ver a to-
6. Profesión y descanso dos los estudiantes que se deben
Descanso yacio no implican casar. Hoy más que nunca la sol-
necesariamente diversión. Las diver- tería debiera ser un estado que re-
siones actuales con frecuencia fati- coge no propiamente a los "queda-
gan el espíritu y desintegran la dos" sino a aquellos que hacen de
conciencia moral. ella una responsable elección. Perso-
nas que, con culpa o sin ella, por
"La ética cristiana del trabajo, psicopatías severas, constituyen un
observa atinadamente Campanini, peligro para el cónyuge o los hijos,

(32) n.E.T.M .• p. 1115-1116.

ALFONSO LLANO ESCOBAR. S.J. 413


no debieran casarse. En la genial Se impone una aclaración que ha-
película de Bergman, Sonata Oto- rá las veces de breve fundamenta-
ñal, la hija le echa en cara a la ción del carácter crítico de la ética
madre, pianista profesional, su precisamente en el seno de la insti-
irresponsabilidad al casarse y engen- tución que le da acogida.
drar dos hijas enfermas psiquiá- Una primera concepción del cris-
tricas, diciéndole: "Personas como tiano en la Iglesia universal o lo-
tú, son un peligro!". cal, de cierto sabor piadoso y en el
Hecha esta salvedad, podemos fondo infantil, sostiene que su pre-
afirmar que el hogar forma al hom- sencia, al interior de la Iglesia, de-
bre maduro y le da estabilidad. El be ser de sumiso acatamiento de la
hogar cura las heridas de la jornada autoridad y de las estructuras ecle-
y reconcilia con la vida, con los siales, lo mismo que de sus pautas
hombres, con Dios. La ética profe- y normas de conducta. Una actitud
sional tiene que organizar los valo- crítica suele escandalizar a los de-
res y establecer entre ellos una jus- fensores de dicha concepción, ob-
ta jerarquía. Aquí es cuando el pro- viamente.
fesor debe establecer la primacía No negamos cierto valor a dicha
del amor sobre el trabajo, la prima- concepción, criticable por lo demás,
cía del matrimonio sobre la profe- pero nos parece que desconoce la
sión. Amar más a la profesión que naturaleza del hombre, que es crí-
a la esposa constituye una verdade- tica y los derechos de crítica que
ra infidelidad, que se paga a alto le reconoce la misma Iglesia tanto
precio, como se paga la otra infide- entendida como comunidad de cre-
lidad. yentes en Cristo, como su ]\/¡.agiste-
rio doctrinal.
Moraleja
Reconociendo los excesos de he-
Tanto el Vaticano II como el Do- cho que una reacción hipercrítica
cumento de Puebla y los varios au- y aún contestataria ha manifestado
tores citados nos demuestran hasta en los últimos años contra la auto-
la saciedad que la ética profesional ridad o autoridades de la Iglesia,
debe dejar su visión casera, indivi- creemos que tales abusos no invali-
dualista y provinciana para conver- dan los derechos a la crítica que po-
tirse en una ciencia crítica de la see todo hombre y, por lo tanto, el
existencia profesional en toda su cristiano, quizás con mayor razón.
amplitud con miras a formar profe-
sionales auténticamente cristianos El célebre teólogo católico Rah-
responsables de la construcción de ner, en un folleto digno de leerse,
un mundo mejor. titulado Opposition in der Kirche,
publicado en 1974, establece la fun-
CONCLUSION: Función crítica damentación de la crítica eclesial y
señala sus alcances y sus límites.
Prometimos terminar nuestro tra-
bajo con una reflexión sobre la Creemos que sus enseñanzas son
función crítica de la ética (profe- válidas con respecto a la función
sional) frente a la institución uni- crítica de la ética al interior de la
versitaria. Universidad, guardadas las debidas

414 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION


proporciones. Extractamos sus prin- Según sea esta relación con la
cipales afirmaciones: Iglesia, serán las posibilidades y lí-
mites de la crítica y de la oposición
"Excluída la posición y actitud a la misma:
de quien "critica y hace oposición
por simple amor de crítica y de
oposición" y que por lo tanto "se "Según la relación que un deter-
desautoriza a sí mismo y no a la minado católico tiene para con la
realidad que critica", pasa Rahner Iglesia, también su oposición intrae-
a estudiar la naturaleza de la críti- clesial a ella, o a determinadas rea-
ca auténtica intraeclesial. lidades eclesi~sticas, será muy dis-
tinta, y distintos serán también los
La crítica y la oposición, para ser límites que él señale a su propia
auténticas, exigen de quien las hace, crítica.
amor a la Iglesia:
"Presuponemos, por tanto, que "Quien posee una relación pura-
quien critica, posee, en línea de mente provisoria frente a la Iglesia,
principio y mantiene una relación no fundada en su última decisión
positiva con la Iglesia". de fe por Dios en Jesucristo, puede
naturalmente pensar también en ur-
Esta relación con la Iglesia pre- gir en determinados casos, la propia
supone la fe en Jesucristo: oposición intraeclesial hasta el pun-
to de salir de la Iglesia. En cam bio
De hecho tal relación con la Igle- quien toma en serio y en forma ra-
sia, auténticamente conforme con la dical el carácter absoluto de .su
fe, que se espera de nosotros, se tiene
compromiso de fe por Dios en Jesu-
sólo cuando está presente una fe en cristo y, por tanto, no considera la
sentido propiamente cristiano y posibilidad de una interrupción de
cuando con esta fe auténtica, co- tal compromiso como una posibili-
mo tal, se afirma a la Iglesia como dad intrínseca a este último, por-
contenido parcial de la realidad de que pone el sí dado a la Iglesia al
tal fe. Por tanto, sólo allí donde interior de este compromiso abso-
viene reconocido Dios con el com- luto, éste tal concibe y quiere ob-
promiso absoluto de la propia exis- viamente la oposición a la Iglesia
tencia como aquel que se ofrece a como simple y claramente intrae-
sí mismo en una manera definitiva clesial".
e insuperable en Jesús crucificado
y resucitado; sólo allí donde en
este compromiso extremo por Dios Supuestas estas condiciones,
en Jesús se acepta asimismo la co- Rahner afirma el siguiente princi-
munidad de fe animada por su Es- pio fundamental:
píritu, que es el lugar irrenunciable
de tal fe, y precisamente también "En la Iglesia pueden y deben
en su institución fundamental, exis- existir, en línea de principio, una
te realmente aquella relación que la oposición y una crítica precisamen-
Iglesia, con base en la concepción te como momento intrínseco de la
que tiene de sí misma, espera de eclesialidad plena y conforme a la
sus miembros". fe".

ALFONSO LLANO ESCOBAR, S.J. 415


1. Etica y Unversidad ben contener la inspiración cristiana
de que hahlamos y deben ser aptas
Con estas enseñanzas de Rahner, para formar profesionales abiertos
que juzgamos confiables y orienta- al cambio de las estructuras socio--
doras, pasemos a indicar, siquiera, políticas, y decididos a poner su
cual sería la función crítica de la profesión al servicio de la comuni-
ética en la Universidad. dad.
Partamos de un hecho. El mundo La ética debe criticar, en segun-
actual, en el sentido negativo de do lugar, las mismas estructuras so-
San Juán, es decir el espíritu mun- ciales, presentes en la vida universi-
dano contrario al espíritu cristiano, taria, lo mismo o con mayor ra-
es decir, de Cristo, se infiltra en la zón, lo que podríamos llamar la es-
Universidad, en sus personas y en tructuras universitarias.
sus estructuras. Creer que la Univer-
sidad por ser católica, es buena y es No es raro ni difícil que el' espí-
cristiana, resulta una ilusión y una ritu mundano se haga presente en
mentira. La Universidad, católica la Universidad en el término, ya
por la inspiración que la anima y la consagrado en los documentos ma-
vivifica y por la mayoría de las per- gisteriales, de "estructuras de peca-
sonas que la componen, se encuen- do", o sencillamente, estructuras vi-
tra inficionada por el espíritu del ciadas por el pecado del individua-
mal que contamina sus institucio- lismo, el capitalismo o la burocrati-
nes, sus estructuras y sus personas. zación.
La crítica, entonces, no es sólo Función de la ética, es también
permisible y tolerable, sino necesa- criticar a las personas, no en su vida
ria, saludable y bienvenida. privada, sino en el desempeño de
su función correspondiente.
Para que tal crítica sea saludable
se requiere que nazca de un grande Universidad que no ejerza este
amor a la Institución, especialmente derecho a la crítica personal fun-
a sus personas. Debe buscar el bien, cional abre su paso a la desintegra-
es decir, la purificación del espíritu ción, a la desorganización y al fraca-
mundano y el mayor rendimiento so.
de sus potencialidades, como centro Finalmente, la Universidad, en
del saber, la investigación y el servi- sus elementos éticos, de be permane-
cio a la comunidad. cer vigilante y crítica, para descu-
Sólo así la crítica a la Universi- brir y sancionar los hechos que le-
dad y al interior de ella misma, po- sionen su dignidad, lo mismo que
drá ser saludable y constructiva. los hechos que degeneren en dete-
rioro de la justicia y de la fe.
2. A quiénes debe dirigirse la crítica? Hoy más que nunca compete a
Ante todo a sus Estatutos y Re- la ética vigilar por la salvaguardia
glamentos generales ya que ellos del hombre y por el progreso de su
marcan las pautas orientadoras del salud mental y espiritual.
que hacer universitario. Si avanza el progreso técnico y
Las instituciones estatutarias y científico debe avanzar con mayor
reglamentarias de la Universidad de- impulso la ética profesional!.

416 ETICA CRISTIANA DE LA PROFESION

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