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La Amazonia supone la mayor región de bosque tropical en el planeta y debe su nombre al río

Amazonas.

Fue el explorador español Francisco de Orellana quien lo bautizó como Amazonas, ya que,
cuando este explorador recorría el curso del río fue atacado por una tribu de guerreras indias
que le recordaron a las mujeres guerreras de las antiguas leyendas griegas, las amazonas, por
lo que decidió llamar al río así.

El Yasuní es la zona de mayor diversidad por metro cuadrado de cualquier otro lugar en la
tierra, incluso los niveles de biodiversidad son más altos que en cualquier otro lugar de la
Amazonía

Las cifras hablan por sí solas: con dos mil 274 especies de árboles y arbustos el parque
contiene más del total de especies nativas de Estados Unidos y Canadá juntos, a los que hay
que sumar casi 600 especies de aves identificadas, 200 especies de mamíferos, 150 de anfibios,
120 de reptiles y una media de cien mil insectos por hectárea.

Llenos de ecosistemas que conviven unos con otros en los cuales las encontramos entre otras,
Nutrias gigantes que nadan en pareja, murciélagos adormecidos en el tronco de un árbol, loros
cantarines camuflados entre ramas, juguetones monos o impasibles caimanes que aguardan
por una presa fácil son sólo algunas de las especies que se ven y, sobre todo, se escuchan en
este paraje.

Según señalan los expertos, el avance de las madereras, la caza ilegal, las petroleras y la
presión ecológica que ejercen los colonos que habitan la zona son los principales peligros para
el futuro del Yasuní. Convirtiéndolo progresivamente en un ecosistema en peligro de extinción

La explotación petrolífera implica abrir nuevos caminos para que los colonos lleguen y para la
sobre-cacería. En el pasado sólo se cazaba por subsistencia, uno encontraba un grupo de
cuarenta o cincuenta cerdos salvajes y se casaban dos o tres, porque no había manera de
preservar la carne

Los intereses petrolíferos en el Parque Nacional del Yasuní son enormes, pues se calcula que
en su subsuelo yacen más de 7.000 millones de dólares en barriles de crudo.

El Gobierno de Ecuador propuso un plan alternativo -la iniciativa Yasuní-ITT-(Ishpingo-


Tambococha-Tiputini) que consiste en la no explotación indefinida del área, si la comunidad
internacional contribuye con al menos la mitad de lo que representaría a Ecuador explotar los
campos de la zona.

Al no cumplir con la condición y Con el pasar del gobierno correista se propuso explotar una
hectárea de esta reserva, poniendo así aún más en peligro de extinción todos los ecosistemas y
microecosistemas descubiertos y aún por descubrir.

Al ser una reserva con mega diversidad de flora y fauna aún hay miles de especies no
descubiertas como la rana cristal en peligro de extinción descubierta recientemente en
Manduriacu

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