Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DADSON
como sus compañeros en Leuctra triste, de haber llegado a ser el cadáver verdadero y
no el cadáver viviente en que se ha convertido-la nada, este terrible no ser.
Los intertextos del poema son varios, el primero ya lo hemos señalado: Arquíloco
de Paros y su cínico poema sobre el abandono de su escudo en el campo de batalla:
El cinismo de estos versos estriba en que el escudo es «el arma que protege el
flanco del compañero inmediato, el emblema del coraje del guerrero, que nunca debe
perderse. <Volved con el escudo o sobre el escudo>, se decía en Esparta»4 . Al abandonar
su escudo, el espartano anónimo de «En Esparta después de Leuctra triste» no sólo ha
conseguido salvarse a sí mismo sino poner en mayor peligro la vida de su compañero,
de ahí, en parte, el desprecio de los que lo reciben.
Si hay una referencia implícita a Arquíloco de Paros, también la puede haber a
Pedro Darnián, protagonista del cuento «La otra muerte» de Borges y otro cobarde que
abandona el campo de batalla (de Masoller): «la sombra del entrerriano volvió a su
tierra. Volvió, pero debemos recordar su condición de sombra. Vivió en la soledad, sin
una mujer, sin amigos; todo lo amó y lo poseyó, pero desde lejos, como del otro lado de
un cristal>> 5 .
El segundo intertexto propiamente dicho viene nombrado en el mismo poema:
Tirteo, poeta elegíaco griego (floreció hacia 684 a. de C.) que escribió cantos marciales,
llenos de hechos heroicos y valerosos, para animar a los soldados. En efecto, los versos
2- 7 imitan uno de los fragmentos más extensos de su obra, el Fragmento 7. Trátase del
desertor que vuelve a su pueblo donde solamente encuentra desprecio, desprecio de su
padre, su madre, los niños y su mujer; todos lo evitan y lo huyen, como él huyó del
campo de batalla. Para Tirteo no había nada mejor que morir en la batalla, peleando por
la patria y los hijos:
Antología de la poesía lírica griega (Siglos VII-IV a.C.), selección, prólogo y traducción
3
-
Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). Trevor J. DADSON. Julio Martínez Mesanza y la poesía épica
Las vocales rimantes resuenan como ecos hasta los últimos sonidos del verso:
en Leuctra triste
tra tri te
8
Emilio Quintana, «Una épica convaleciente», Ideal (Granada), 15-XII-1986. Es una reseña
de Europa (1986).
-
Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). Trevor J. DADSON. Julio Martínez Mesanza y la poesía épica
9
Virgilio, Eneida, I, 462.
10
Virgilio, Eneida, XII, 951-52.
11
Son versos que proceden de su poema «De lo que fue la dicha y fue el infierno», publicado
por primera vez en T. J. Dadson, «Julio Martínez Mesanza», La expedición. Los caminos de la
escritura, 9 (Zaragoza, 1999), 24-26.
12
Julio López, Poesía épica española (1950-80). Antología (Madrid: Ediciones Libertarias,
1982), p. 27.
13
Europa, p. 75. Interesa señalar que «El desertor» precede inmediatamente a «En Esparta
después de Leuctra triste» en la colección; subraya así el poeta la coherencia de su visión: ambos
prota~onistas huyen y se convierten en cadáveres, para sí mismos y para los demás.
4
La influencia de Borges en este concepto es innegable, como podemos ver del siguiente
extracto de su cuento «Biografía de Tadeo Isidoro Cruz»: «Comprendió que un destino que no
es mejor que otro, pero que todo hombre debe acatar el que lleva adentro. Comprendió que las
jinetas y el uniforme ya le estorbaban. Comprendió su íntimo destino de lobo, no de perro
-
Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). Trevor J. DADSON. Julio Martínez Mesanza y la poesía épica
lado de los otros», dice el poeta/narrador anónimo de «He soñado de nuevo con jinetes»
(Europa, p. 67), concepto que cobra más vida borgiana, si cabe, en «Alcazarquivir», de
su libro Las trincheras, de 1996:
El destino que une tanto a héroes como a cobardes, al uno y al otro, es tema de
«Máscaras micénicas», también de «Nostoi»:
gregario; comprendió que el otro era él [ . .. ] gritó que no iba consentir el delito de que se matara
a un valiente y se puso a pelear contrar los soldados, junto con el desertor Martín Fierro»
(«Biografía de Tadeo Isidoro Cruz», de la colección El Aleph (Buenos Aires: Emecé, 1957), p.
57).
15
Julio Martínez Mesanza, Las trincheras (Sevilla: Renacimiento, 1996), p. 13.
16
Europa, p. 78.
Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). Trevor J. DADSON. Julio Martínez Mesanza y la poesía épica
~-.. Centro Virtual Cervantes
JULIO MARTÍNEZ MESANZA Y LA POESÍA ÉPICA 153
Al ser el resultado del incesto cometido entre Tiestes y su hija Pelopea, Egisto es
un tipo de pecado original avant la lettre, por tanto es, o debería ser, una figura
merecedora de nuestra compasión. Sin embargo, es un ser marginado y despreciado: «El
triste. Aquel que no es feliz ni hermoso», frases que nos recuerdan el verso 6 de «En
Esparta después de Leuctra triste»: «Yo abandoné mi escudo. Soy el triste». El poema
17
Europa, p. 20.
18
Como dice Julio López: «Habrá que puntualizar[ ... ] en la poesía épica de la que vamos
a ocuparnos, un deseo claro de recoger en sus líneas maestras cualquier registro coral que conecte
con el fluir colectivo de la historia» (Poesía épica española, pp. 15-16). También vienen muy a
propósito aquí unas recientes declaraciones del periodista Adam Michnik: «Mucho más cómodo
es sentirse víctima que verdugo. Por eso solemos esconder en los rincones de la memoria las
injusticias que cometemos con 9tros, pero mantenemos siempre a mano el recuerdo de las que
cometieron otros con nosotros. Esa suele ser precisamente la venganza de los fantasmas que hay
guardados en los armarios de Europa ... La experiencia de los Balcanes demuestra que las
víctimas se contagian también con el odio de los verdugos, con su mentalidad y su
comportamiento» («En los armarios de Europa hay fantasmas», El País, domingo 16 de abril de
2000,¡,p. 8 y 9).
1
En palabras de Luis Alberto de Cuenca, «Julio Martínez Mesanza», Ínsula, 543 (1992),
26.
20
Europa, p. 82.
-
Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). Trevor J. DADSON. Julio Martínez Mesanza y la poesía épica
-t .. Centro Virtual Cervantes
154 TREVORJ. DADSON
Y Egisto merece nuestra comprensión y ternura, pues, al fin y al cabo, todos hemos
nacido bajo el signo del pecado original. Los diversos narradores en la poesía de Julio
Martínez Mesanza son, casi siempre, gente marginada---desertores, cobardes, infieles,
hombres solitarios-, narradores anónimos que nos representan a todos, y que no suelen
tener voz en las grandes épicas de la vida humana. Martínez Mesanza les dota de voz
y de identidad. Incluso personajes rechazables por su conducta, como Egisto o el
espartano que abandonó su escudo, ganan cierta dignidad a sus manos. Recordemos una
frase de Borges, muy a propósito para muchos de los narradores de Martínez Mesanza:
«En vano me repetí que un hombre acosado por un acto de cobardía es más complejo
y más interesante que un hombre meramente animoso» 22 .
Si Borges es uno de los maestros espirituales de Martínez Mesanza 23, de conocerlos,
seguramente haría suyos estos versos del poeta y crítico inglés Matthew Arnold (escritos
a finales del siglo XIX), que se aproximan sorprendentemente a sus pensamientos y
filosofía poética:
21
Luis Alberto de Cuenca, «Leyendo a Julio», en Etcétera (1990-1992) (Sevilla:
Renacimiento, 1993), p. 97.
22
«La otra muerte», de El Aleph, p. 73.
23
Cfr. Miguel García-Posada: «Borges gravita también sobre esta poesía: el Borges épico
capaz de cifrar en unos pocos versos un suceso, real o mítico, o un episodio cultural» («Julio
Martínez Mesanza», en La nueva poesía (1975-1992) (Barcelona: Crítica, 1996), p. 155). Aparte
de los ejemplos traídos en este trabajo, véase también, para la influencia de Borges en la obra de
Martínez Mesanza, mi «El otro, el mismo: reflexiones sobre Europa de Julio Martínez Mesanza»,
en T. J. Dadson & D. W. Flitter (eds.), ludismo e intertextualidad en la lírica española moderna
(Birmingham: University Press, 1998), pp. 79-101, esp. pp. 94-96.
24
Matthew Arnold, The Poetical Works of Matthew Arnold (Londres & Glasgow: Collins,
s.f.), «Dover Beach», pp. 355-56.
-
Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). Trevor J. DADSON. Julio Martínez Mesanza y la poesía épica
-t .. Centro Virtual Cervantes
JULIO MARTÍNEZ MESANZA Y LA POESÍA ÉPICA 155
Tal vez los fines de siglo, como los de milenio, producen estas ansiedades,
confusiones e inseguridades, pues, como dice tan acertadamente nuestro poeta:
Y con esto, hemos vuelto al punto de partida de este somero análisis de la poesía
épica de Julio Martínez Mesanza: recordemos la tristeza del espartano que abandonó su
escudo en Leuctra triste, harto y repugnado seguramente de tanta muerte inútil. ¿El
descanso del guerrero, al volver sano y salvo a casa, o el inicio de otro periplo, esta vez
del «cadáver no sido en Leuctra triste», la muerte en vida del héroe moderno?
25
Julio Martínez Mesanza, Fragmentos de Europa, 1977-1997 (Palma: Colxlecció Poesía
de P~~er, 1998), p. XXI.
- Fragmentos, p. XXII.
Actas XIV Congreso AIH (Vol. III). Trevor J. DADSON. Julio Martínez Mesanza y la poesía épica
~-.. Centro Virtual Cervantes