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EL TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD (TAP)

I. INTRODUCCIÓN

Los trastornos de personalidad son condiciones de salud mental que afectan la manera
en que una persona piensa, percibe, siente o se relaciona con otras personas (NHS 2018).
La característica esencial del (TAP), ha sido llamado también psicopatía, trastorno
disocial de la personalidad o sociopatía. A pesar de la utilización de los términos sociopatía
y antisocial, no todos los individuos que presentan esta patología realizan actos
ilegales, sino que la mayoría de ellos se mueven en los límites de lo que está permitido
legalmente, y de hecho ocupan con cierta frecuencia puestos de poder, bien en el
mundo de los negocios, la política, el ejército, etc. El hecho de que ocupen estos
puestos de poder, no es algo casual. Además, muchos individuos antisociales presentan
rasgos sádicos de personalidad, con lo que en puestos de poder tienen la posibilidad de
desarrollar tanto su necesidad de superioridad como sus comportamientos sádicos.
Por otra parte, es importante señalar que existen una serie de valores sociales, como el
individualismo, la competitividad, el hedonismo, el materialismo.

Las personas que presentan este trastorno se guían por el principio, con un cociente
intelectual muy superior a la media, que saben a nivel cognitivo como adaptarse a
distintas situaciones para obtener el máximo beneficio y no cuentan con el freno de
una moral adecuada. En la mayoría de los casos, especialmente entre aquellos “bien
adaptados socialmente”, presentan un nivel muy alto de habilidades de comunicación y
en general éxito social. Dada esta curiosa combinación de capacidad cognitiva intacta pero
anormal desarrollo afectivo y moral, desde hace mucho tiempo se ha abierto un debate
en el que se intenta dilucidar hasta qué punto la persona con TAP es plenamente
responsable de sus actos o no. Es decir, hasta qué punto la patología influye en su libertad
de decisión. Garrido (2000), expresa que el término personalidad antisocial describe un
patrón de conducta caracterizado por la falta de remordimientos y una ausencia
completa de restricciones. El objetivo de esta investigación o aprendizaje es describir las
características básicas del trastorno de personalidad antisocial y su etiología.

II. DESCRIPCIÓN GENERAL DEL TRASTORNO

El trastorno de personalidad antisocial, a veces llamado sociopatía, es una afección


mental en la que una persona no muestra ninguna consideración por lo bueno y lo malo, e
ignora los derechos y los sentimientos de los demás de manera sistemática. Las personas
con trastorno de personalidad antisocial tienden a oponerse a los demás, manipularlos o
tratarlos duramente o con una cruel indiferencia. No muestran culpa ni remordimiento
por sus comportamientos. Las personas con trastorno de personalidad antisocial a
menudo han crecido en familias fracturadas en las que el conflicto de los padres es típico y
la crianza de los hijos es dura e inconsistente. Como resultado de las deficiencias de los
padres y / o la difícil conducta del niño, el cuidado del niño a menudo se interrumpe y se
transfiere a agencias fuera de la familia. A su vez, esto a menudo conduce a la ausencia sin
justificación, a los asociados morosos y al uso indebido de sustancias, lo que a menudo
resulta en un aumento de las tasas de desempleo, situaciones de vivienda deficiente e
inestable e inconsistencia en las relaciones en la edad adulta.

Muchas personas con trastorno de personalidad antisocial tienen una condena penal y
son encarceladas o mueren prematuramente como resultado de un comportamiento
imprudente. (Guía clínica: 2013). Alguien con trastorno de personalidad antisocial (TAP)
tiene un desprecio imprudente hacia los demás y, a menudo, para sí mismo (la mayoría de
las personas con trastorno de personalidad antisocial son hombres). No quiere ajustarse a
las normas sociales y destruye voluntariamente la propiedad, roba o manipula a otros
para beneficio personal, o se excede en el comportamiento de búsqueda de placer, y a la
mayoría de las personas con (TAP) les resulta difícil mantener un trabajo que requiere
atención rigurosa a la autoridad y al deber. La apariencia exterior de estos sujetos es
normal, incluso puede llegar a ser agradable y atrayente. Sin embargo, su historial está
lleno de mentiras, engaños, robos, peleas, consumo de drogas, etc.

Una manera útil de conceptualizar el trastorno de personalidad antisocial es reducir el


diagnóstico a tres conceptos principales: desinhibición, audacia y maldad (Patrick, Fowles
y Krueger, 2009). La desinhibición es una propensión a los problemas de control de
impulsos, falta de planificación y previsión, insistencia en la gratificación inmediata e
incapacidad para restringir el comportamiento. La audacia describe una tendencia a
mantener la calma en situaciones amenazantes, una gran seguridad en sí mismo, un
sentido de dominio y una tendencia a la búsqueda de emociones. La mezquindad se
define como "búsqueda agresiva de recursos sin tener en cuenta a los demás", y se
manifiesta por una falta de empatía, desdén y falta de relaciones cercanas con los demás,
y una tendencia a lograr objetivos a través de la crueldad (Patrick et al., 2009, p .913).

Además, una persona con trastorno de personalidad antisocial tendrá un historial de


trastorno de conducta durante la infancia, como el absentismo escolar (no ir a la escuela),
la delincuencia (por ejemplo, cometer delitos o el uso indebido de sustancias) y otras
conductas perturbadoras y agresivas.
¿Quién desarrolla el trastorno de personalidad antisocial?

El trastorno de personalidad antisocial afecta a más hombres que mujeres. No se sabe por
qué algunas personas desarrollan un trastorno de personalidad antisocial, pero se cree
que tanto la genética como las experiencias traumáticas de la infancia, como el abuso o la
negligencia infantil, juegan un papel importante. Una persona con trastorno de
personalidad antisocial a menudo habrá crecido en circunstancias familiares difíciles. Uno
o ambos padres pueden abusar del alcohol, y son comunes los conflictos parentales y la
crianza severa e inconsistente. Estos tipos de dificultades en la infancia a menudo
conducen a problemas de comportamiento durante la adolescencia y la edad adulta.

Síntomas

Los signos y síntomas del trastorno antisocial de la personalidad pueden incluir lo


siguiente:

 Indiferencia en cuanto a lo que está bien y lo que está mal

 Mentiras y engaños constantes para manipular a los otros

 Ser cruel, cínico e irrespetuoso con los demás

 Usar la simpatía o el ingenio a fin de manipular a los otros para beneficio propio o
placer personal

 Arrogancia y aires de superioridad, además de ser extremadamente obstinado

 Problemas continuos con la ley, lo que incluye conductas delictivas

 Violación constante de los derechos de los demás mediante intimidación y falta de


honestidad

 Impulsividad o falta de planificación

 Hostilidad, alto grado de irritabilidad, agitación, agresión o violencia

 Falta de empatía por los otros y de remordimiento al dañar a los demás

 Correr riesgos innecesarios o tener un comportamiento peligroso sin ningún tipo de


preocupación por la seguridad personal o de los demás

 Relaciones deficientes o abusivas

 Falta de consideración o aprendizaje de las consecuencias negativas del


comportamiento
 Ser sistemáticamente irresponsable y fallar de manera constante en el cumplimiento
del trabajo o de las obligaciones financieras

Los adultos con trastorno antisocial de la personalidad suelen manifestar síntomas de


trastorno de la conducta antes de los 15 años. Los signos y síntomas de los trastornos de
la conducta incluyen problemas los comportamientos graves y persistentes, tales como los
siguientes:

 Agresión hacia las personas y los animales

 Destrucción de la propiedad

 Engaño

 Robo

 Violaciones graves de las normas

Debido a estas características, las personas que presentan este trastorno típicamente no
pueden cumplir con sus responsabilidades relacionadas con la familia, el trabajo o la
escuela. Si bien el trastorno antisocial de la personalidad se considera una afección que
dura de por vida, en algunas personas hay ciertos síntomas, particularmente las conductas
delictivas y destructivas, que pueden disminuir con el transcurso del tiempo. Pero no está
claro si esta disminución es producto de la edad o de una concientización mayor sobre las
consecuencias de la conducta antisocial.

Referencias

(PDF)Manual de personalidad de Vicente E.


(2004)Caballohttps://drive.google.com/open?id=1mfXZXVnQTWY0HIC3xkplBtSZNmu-
hxOX&authuser=0

Adolphs, R. (2002). Neural systems for recognizing emotion. Current Opinion in


Neurobiology, 12, 169-177.

Berthoz, S., Grezes, J., Armony, J. L., Passingham, R. E., & Dolan, R. J. (2006). Affective
response to one's own moral violations. NeuroImage, 31, 945-950.

Blair, R. J. (2004). The roles of the orbital frontal cortex in the modulation of antisocial
behavior. Brain and Cognition,55, 198-208.

Guía clínica [CG77] Fecha de publicación: Enero de 2009 Última actualización: Marzo 2013
Blair, R. J. (2007). The amygdala and ventromedial prefrontal cortex in morality and
psychopathy. Trends in Cognitive Sciences, 11(9), 387-392.

Fearful facial expressions in children with psychopathic tendencies. Journal of Abnormal


Child Psychology, 29, 491-498.

John M. Grohol, Psy.D. el 30 de octubre de 2018 Publicado en PsychCentral.com. Todos


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