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ANALISIS JURIDISPRUDENCIAL DEL DERECHO A LA SALUD

ANGELA MARIA SALDARRIAGA TORO


BERT ELOY RUIZ ALONSO
DIANA ESTEFANI RUAS FRAGOZO
JENIFER ALEXANDRA RUIZ MELO

FUNDACION UNIVERSITARIA DEL AREA ANDINA


LEGISLACION EN SALUD Y SISTEMA GENERAL DE SEGURIDAD
ESPECIALIDAZACION EN AUDITORIA Y CALIDAD EN SALUD
2019
INTRODUCCION

Para conocer nuestros derechos ciudadanos, en este caso el derecho a la salud, se


hace necesario remitirnos al ordenamiento jurídico partiendo desde nuestra
Constitución política o Carta Magna de 1991 donde están consagrados, empezando
por los artículos 44 ,48 y 49.A partir de allí podemos ir adentrándonos en que tanto el
estado ha respondido en esa responsabilidad de implementarlos y lo que hemos hecho
como ciudadanos por hacerlos valer. También comenzamos a conocer todo lo que es
nuestro sistema de salud, su importancia, su capacidad de resolver esas instancias que
les concede el estado para alcanzar su grado de universalidad y de eficiencia que
requiere nuestro país, implementado en la Ley 100 de 1993; y como velamos por que
ello sea así, recurriendo incluso a mecanismos jurídicos que nos lo garanticen, como es
la tutela.

El estado colombiano ha hecho un esfuerzo con todos los recursos necesarios para
garantizar ese derecho no solo para lograr la universalidad, sino en los aspectos de
equidad, accesibilidad , solidaridad ,etc; la problemática gira en ese contexto social
donde se mueve bastante crítico y acompañado de un mal enquistado en nuestra
sociedad, por ende en esas instituciones u organizaciones encargadas de llevar a
cabo, llamada corrupción; que no ha permitido que los ciudadanos sientan confianza en
ese sistema implementado.

Cuando hablamos de derechos a la salud implica tener una condición física, mental,
emocional y social normal que le permita llevar una vida digna a cualquier ser humano
y que pueda desarrollar sus potenciales consigo mismo, su familia y su espacio social
OBJETIVOS

 Análisis del contenido del eje con respecto al derecho a la salud.


 Afianzar conocimientos sobre la jurisprudencia actual en Salud, sobre todo en
temas de derechos, consentimiento informado, información de la historia clinica,
así como de la tutela.
 Conocer nuestros derechos, en este caso a la salud, como ciudadanos que
permitan ilustrar y hasta asesorar a alguien que los desconozca.
 Realizar analisis con base en sentencias emitidas por la Corte Constitucional en
cuanto a los derechos a la salud y asi mismo identificar la proteccion que ofrece
el estado para salvaguardar el bienestar de la persona
1. NATURALEZA DUAL DEL DERECHO A LA SALUD

El derecho a la salud tiene una naturaleza dual debido a que es considerado un


derecho fundamental y al mismo tiempo servicio público.
El derecho a la salud es fundamental por conexidad, es decir se encuentra relacionado
con la vulneración directa de un derecho primordial como el derecho a la vida como, lo
expone la Sentencia No. T-491/92“:
Los derechos fundamentales por conexidad son aquellos que, no siendo
denominados como tales en el texto constitucional, sin embargo, les es
comunicada esta calificación en virtud de la íntima e inescindible relación con
otros derechos fundamentales, de forma que si no fueran protegidos en forma
inmediata los primeros se ocasionarían la vulneración o amenaza de los
segundos. Es el caso de la salud, que no siendo en principio un derecho
fundamental, pasa a gozar de esta categoría cuando la desatención del enfermo
amenaza con poner en peligro su vida.” (Corte Constitucional, Sala Segunda de
Revisión, T-491, 1992)
El derecho a la salud y la seguridad social como servicio público: en el Art 49 de la
Constitución Nacional
La atención de la salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a
cargo del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de
promoción, protección y recuperación de la salud. Corresponde al Estado
organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud a los
habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de eficiencia,
universalidad y solidaridad. También, establecer las políticas para la prestación
de servicios de salud por entidades privadas, y ejercer su vigilancia y control. Así
mismo, establecer las competencias de la Nación, las entidades territoriales y los
particulares y determinar los aportes a su cargo en los términos y condiciones
señalados en la ley. Los servicios de salud se organizarán en forma
descentralizada, por niveles de atención y con participación de la comunidad. La
ley señalará los términos en los cuales la atención básica para todos los
habitantes será gratuita y obligatoria. Toda persona tiene el deber de procurar el
cuidado integral de su salud y de su comunidad”. (Const., 1991, art. 49)
La importancia del carácter dual del derecho a la salud, le otorga a la persona toda la
potestad para exigir lo que es justo en pro de su bienestar, en muchas veces las
entidades prestadoras de salud, no quieren responder y hacerse cargo del tratamiento
del usuario como se debe, aquí es donde el estado tiene la obligación de intervenir y
hacer todo lo posible para que se le brinde el acceso a los servicios que la persona
requiera; en muchos casos se evidencia las fallas en el sistema de salud, en esto
radica la importancia de la naturaleza dual, cuando la entidad no tiene compromiso en
el momento de prestar el servicio y tampoco en el tratamiento de la patología del
usuario, en este caso la persona tiene todo el derecho de entregar al estado la
responsabilidad de buscar la protección de los derechos que le están siendo
vulnerados por la omisión de la entidad.

2. CONCEPTO ACTUAL DEL DERECHO A LA SALUD


En el año 2000, el comité de Derecho Económicos, Sociales y Culturales en la
Observación General 14, rechaza el concepto limitado de la salud, como idea de
sanidad, por lo tanto afirma que debe ser expresada de una manera más amplia como:
“un derecho inclusivo que no sólo abarca la atención de salud oportuna y apropiada
sino también los principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua
limpia potable y a condiciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de
alimentos sanos, una nutrición adecuada, una vivienda adecuada, condiciones sanas
en el trabajo y el medio ambiente, y acceso a la educación e información sobre
cuestiones relacionadas con la salud, incluida la salud sexual y reproductiva”.
(Observaciones generales aprobadas por el Comité de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, S.F)
Por lo anterior expuesto, la Corte Constitucional expresa la necesidad de partir de un
concepto amplio de salud. Esto no solo se desprende de la Constitución leída en su
conjunto así como de lo consignado en la jurisprudencia constitucional sino que se ve
reforzado por lo establecido en el ámbito internacional. De ahí que, la protección
constitucional del derecho a la salud tome su principal fundamento en su inescindible
relación con la vida, entendida ésta no desde una perspectiva biológica u orgánica, sino
como: “la posibilidad de ejecutar acciones inherentes al ser humano y de ejercer
plenamente los derechos fundamentales, de donde se concluye que si una persona
sufre alguna enfermedad que afecta su integridad física o mental impidiéndole
continuar con sus proyectos personales y laborales en condiciones dignas, su derecho
a la vida se encuentra afectado, aun cuando biológicamente su existencia sea viable”
(Corte Constitucional, Sala Quinta de Revisión, Sentencia T-814, 2008)
En atención a lo expuesto, el goce del derecho a la salud no debe entenderse como un
conjunto de prestaciones exigibles de manera segmentada y parcializada, sino como
una pluralidad de servicios, tratamientos y procedimientos que, en forma concurrente y
de manera armónica e integral, propenden por la mejora, hasta el mayor nivel posible,
de las condiciones de salud de sus destinatarios. (Corte Constitucional. Sala Quinta de
Revisión, Sentencia T-201, 2014)

3. EL DERECHO A LA SALUD Y SU PROTECCIÓN POR MEDIO DE LA ACCIÓN


DE TUTELA
La Corte ha sostenido que el artículo 49 de la Constitución Política, establece que la
salud, en favor de todos los habitantes del territorio nacional, es tanto un derecho como
un servicio público. Por ello, surge la obligación del Estado de organizar, dirigir,
reglamentar y garantizar su prestación de conformidad con los principios de eficiencia,
universalidad y solidaridad. Con todo, ha explicado este Tribunal Constitucional que el
mencionado derecho a la salud, no es un derecho cuya protección se pueda brindar
prima facie por vía de tutela, pues su garantía implica el reconocimiento de su faceta
prestacional, lo que obliga al Estado a asignar recursos para que su garantía tenga un
alcance integral, todo esto dentro de un contexto de recursos escasos como el
colombiano. Además, al igual que numerosos enunciados normativos de derechos
constitucionales, el derecho a la salud tiene la estructura normativa de principio
mandato de optimización y, en esa medida, tiene una doble indeterminación, normativa
y estructural, la cual debe ser precisada por el intérprete, por ejemplo, mediante la
precisión de las prestaciones que lo configuran. En este contexto, se debe tanto
racionalizar su prestación satisfactoria a cargo de los recursos que conforman el
sistema de salud en Colombia, como determinar en qué casos su protección es viable
mediante tutela. Así, según la jurisprudencia de la Corte el amparo constitucional del
derecho fundamental a la salud procede cuando se trata de: (i) falta de reconocimiento
de prestaciones incluidas en los planes obligatorios, siempre que su negativa no se
haya fundamentado en un criterio estrictamente médico y, (ii) falta de reconocimiento
de prestaciones excluidas de los planes obligatorios, en situaciones en que pese a la
necesidad de garantizarlas de manera urgente, las personas no acceden a ellas a
causa de la incapacidad económica para asumirlas. En estos últimos casos, el
contenido del derecho a la salud no puede ser identificado con las prestaciones de los
planes obligatorios.
A su turno, la urgencia de la protección del derecho a la salud se puede dar en razón a
que se trate de un sujeto de especial protección constitucional (menores, población
carcelaria, tercera edad, pacientes que padecen enfermedades catastróficas, personas
con discapacidad, entre otros) o, por otra parte, que se trate de una situación en la que
se puedan presentar argumentos válidos y suficientes de relevancia constitucional, que
permitan concluir que la falta de garantía del derecho a la salud implica un desmedro o
amenaza de otros derechos fundamentales de la persona, o un evento manifiestamente
contrario a la idea de un Estado constitucional de derecho. Así, el derecho a la salud
debe ser protegido por el juez de tutela cuando se verifiquen los anteriores criterios.
Respecto del primer criterio, la Corte ha señalado que, “(a)l adoptarse internamente un
sistema de salud en el cual se identifican los factores de riesgo, las enfermedades,
medicamentos, procedimientos y, en general, los factores que el sistema va a atender
para lograr la recuperación y el disfrute del máximo nivel posible de salud en un
momento histórico determinado, se supera la instancia de indeterminación que impide
que el propósito funcional del derecho se traduzca en un derecho subjetivo.” De ahí,
que en el caso de prestaciones incluidas en los planes obligatorios, se pueda afirmar
que el derecho a la salud encuentra un contenido evidente cuya garantía resulta
indiscutible.
En lo concerniente a la garantía de prestaciones incluidas en los planes, cabe señalar
que recientemente el legislador (Ley 1122 de 2007, art. 41) confirió a la
Superintendencia Nacional de Salud facultades jurisdiccionales para adelantar
procedimientos, con las facultades propias de un juez, que resuelvan mediante fallo en
derecho, algunas controversias entre las entidades promotoras en salud (o entidades
que se les asimilen) y sus usuarios. La competencia en dicha materia fue circunscrita a
controversias relativas a: (i) la negativa de reconocimiento de prestaciones del derecho
a la salud contenidas en los planes obligatorios, cuando dicha negativa amenace la
salud del usuario o la usuaria; (ii) el reconocimiento de gastos económicos por
concepto de atención de urgencias autorizadas por las EPS, en instituciones (IPS) con
las que éstas no tengan contrato, o porque las EPS nieguen dicho reconocimiento por
incapacidad, imposibilidad, negativa injustificada o negligencia demostrada; (iii)
problemas de multiafiliación; y (iv) conflictos relacionados con la posibilidad de elegir
libremente EPS y/o trasladarse dentro del Sistema General de Seguridad en Salud.
Por lo anterior, respecto de la protección del derecho fundamental a la salud por medio
de la acción de tutela, se puede concluir que en los casos de amenaza o vulneración
del mismo a causa de la falta de reconocimiento de prestaciones incluidas en los
planes obligatorios, se debe agotar en principio el mecanismo establecido por el
legislador en el artículo 41 de la Ley 1122 de 2007. Esto, previa consideración de la
eficacia que dicho procedimiento puede prodigar en el caso concreto. Pues, tal como
sucede con los demás derechos fundamentales cuya protección procede por
mecanismos jurídicos distintos a la acción de tutela, se debe analizar en cada caso
particular si el mecanismo en cuestión resulta eficaz e idóneo, o si por el contrario su
utilización puede derivar en la configuración de un perjuicio irremediable que autorizara
la interposición de una tutela por la urgencia de la protección. El mismo análisis vale
para el caso de los tres supuestos restantes del artículo 41 de la ley 1122 de 2007, en
los que resulta procedente el nuevo mecanismo diseñado por el legislador. Sin
embargo, como hasta la fecha la Superintendencia Nacional de Salud no ha
implementado los procedimientos tendientes a asumir las competencias referidas en la
anterior disposición, la acción de tutela es el medio idóneo para la protección del
derecho a la salud.

Respecto del segundo criterio cabe señalar que la incapacidad económica para
acceder a servicios excluidos de los planes obligatorios, al conjugarse con sucesos
concretos como las condiciones particulares -en relación con su especial consagración
en la Constitución- de quien alega la posibilidad de acceder a ellos, o como los eventos
que rodean la situación en que se solicita su garantía, pueden derivar en el
desconocimiento del carácter indivisible e interdependiente de los llamados derechos
civiles y políticos, y los derechos económicos sociales y culturales. El concepto mismo
de salud, en marcado dentro de los derechos económicos Sociales y culturales, se
define a través de elementos relacionados con el favorecimiento y realización de
aspectos como la vida, la dignidad y el desarrollo, los cuales a su vez se han
enmarcado dentro de los derechos civiles y políticos. En este sentido, la Corte ha
reconocido que si en un caso concreto se determina que la falta de garantía del
derecho a la salud trae como consecuencia hacer nugatorios un mismo alcance
conceptual, entonces su protección debe brindarse por el juez constitucional. No
resulta pues razón suficiente, cuando se presentan las situaciones
descritas, que los ciudadanos no puedan reclamar y acceder a prestaciones excluidas
de los planes obligatorios por el sólo hecho de no tener cómo asumir su
costo. De un lado, la Corte Constitucional ha definido el principio de
justicia que procura que los servicios de la medicina se brinden en la
sociedad equitativamente entre la población, “... que es una expresión específica
del derecho de igualdad en el campo de la salud (CP arts. 13 y 49)”10. De
otro, el inciso final del artículo 13 de la Constitución de 1991, establece una
clara obligación en cabeza del Estado de proteger especialmente a personas en
condiciones desfavorables, incluso de índole económica. Y, la protección que el juez
de tutela brinda en estos casos, no es más que el cumplimiento de dicha obligación.
(Corte Constitucional. Sala Octava de Revisión, Sentencia T-1180, 2008).

4. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL FRENTE A LA


HISTORIA CLINICA
“La historia clínica es el registro obligatorio de las condiciones de salud de un paciente,
es un documento privado sometido a reserva, que únicamente puede ser conocido por
terceros previa autorización del paciente o en los casos previstos en la ley.” (Ley
23,1981, art 34)
En el artículo 1 de la Resolución número 1995 de 1999, expedida por el Ministerio de
Salud, consagra:
“La historia clínica es un documento privado, obligatorio y sometido a reserva, en el
cual se registran cronológicamente las condiciones de salud del paciente, los actos
médicos y los demás procedimientos ejecutados por el equipo de salud que interviene
en su atención. Dicho documento únicamente puede ser conocido por terceros previa
autorización del paciente o en los casos previstos por la ley”.
El artículo 23 del Decreto 3380 de 1981, reglamentario de la Ley 23 de ese mismo año,
estipula que:
“El conocimiento que de la historia clínica tengan los auxiliares del médico o de la
institución en la cual éste labore, no son violatorios del carácter privado y reservado de
ésta”.
En el artículo 14 de la Resolución número 1995 de 1999, expedida por el Ministerio de
Salud, amplía el grupo de personas que pueden acceder a la información contenida en
la historia clínica al señalar:
“Podrán acceder a la información contenida en la historia clínica, en los términos
previstos en la Ley:
1. El usuario.
2. El Equipo de Salud.
3. Las autoridades judiciales y de Salud en los casos previstos en la Ley.
4. Las demás personas determinadas en la ley.

PARÁGRAFO. El acceso a la historia clínica, se entiende en todos los casos, única y


exclusivamente para los fines que de acuerdo con la ley resulten procedentes,
debiendo en todo caso, mantenerse la reserva legal”.
En igual sentido, el artículo 5º del Decreto 1725 de 1999, de conformidad con la Ley
100 de 1993 establece que “las entidades administradoras de recursos del sistema
general de seguridad social en salud tales como EPS, ARS, ARP, etc., tienen derecho a
acceder a la historia clínica y sus soportes, dentro de la labor de auditoría que le
corresponde adelantar en armonía con las disposiciones generales que se determinen
en materia de facturación”.
Sobre este tema la Corte, en Sentencia T-158 A de 2008, sostuvo:
“El carácter reservado de la historia clínica, entonces, se funda en la necesidad de
proteger el derecho a la intimidad del individuo sobre una información que, en principio,
únicamente le concierne a él y que, por tanto, debe ser excluida del ámbito de
conocimiento público. A partir de tal consideración, en nuestro ordenamiento jurídico
existen distintas disposiciones a través de las cuales se establece la naturaleza
reservada de este documento y se determina quienes están autorizados para acceder a
su contenido. (Corte Constitucional, Sala Cuarta de Revisión. Sentencia T- 1051/08, T-
1051, 2008)
Del recuento normativo señalado, se tiene que aun cuando la regla general es que la
historia clínica es un documento sometido a reserva no es posible predicar de ella un
carácter absoluto, particularmente, por cuanto es posible que terceros conozcan su
contenido bien porque han obtenido la autorización del titular, bien porque existe orden
de autoridad judicial competente que así lo establece o debido a que se trata de
individuos que por razón de las funciones que cumplen en el sistema de seguridad
social en salud tienen acceso a ella, lo cual se explica si se considera la utilidad de este
documento como mecanismo para determinar de qué manera deben ser tratadas las
dolencias de un paciente en aras de restablecer su salud. No obstante lo anterior,
frente a terceros que no se encuentran en ninguna de las situaciones atrás descritas, la
reserva sí es oponible y, en consecuencia, no es posible que respecto de ellos se
produzca la circulación del dato médico contenido en la historia clínica del paciente”.
(Corte Constitucional, Sala Quinta de Revisión, Sentencia T-158-18, 2018)
Se puede concluir que la historia clínica del paciente es un documento médico-legal
privado sujeto a absoluta reserva, en el cual se consigna todo lo concerniente a su
estado de salud y atención médica, solo podrá tener acceso a esta información el
personal médico tratante, el paciente, por terceros en alguna situaciones previa
autorización del paciente o por las autoridades competentes.

5. INTERPRETACIÓN QUE LA CORTE CONSTITUCIONAL PROPONE SOBRE


CONSENTIMIENTO INFORMADO
Consentimiento informado es la expresión de la voluntad del paciente, relacionada con
una intervención o un tratamiento terapéutico que se hará en su cuerpo, para que se dé
aquel; previamente el profesional de la salud debe suministrar veraz, integral y
oportunamente la información referente a los riesgos, los procedimientos, las
expectativas, el diagnóstico y el pronóstico de su enfermedad y su respectivo
tratamiento. (Solorzano, Q. 2012)
El consentimiento informado hace parte del derecho a recibir información y del derecho
a la autonomía que se encuentran reconocidos por la Constitución en los artículos 16 y
20. A su vez, la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha determinado que éste tiene
un carácter de principio autónomo y que además materializa otros principios
constitucionales como la dignidad humana, el libre desarrollo de la personalidad, la
libertad individual (mandato pro libertate), el pluralismo y constituye un elemento
determinante para la protección de los derechos a la salud y a la integridad de la
persona humana. (Corte Constitucional, Sala Plena, C-182, 2016)
Consentimiento informado es la expresión de la voluntad del paciente, relacionada con
una intervención o un tratamiento terapéutico que se hará en su cuerpo, para que se dé
aquel; previamente el profesional de la salud debe suministrar veraz, integral y
oportunamente la información referente a los riesgos, los procedimientos, las
expectativas, el diagnóstico y el pronóstico de su enfermedad y su respectivo
tratamiento. (Solorzano, Q. 2012)
El consentimiento informado hace parte del derecho a recibir información y del derecho
a la autonomía que se encuentran reconocidos por la Constitución en los artículos 16 y
20.Además materializa otros principios constitucionales como la dignidad humana, el
libre desarrollo de la personalidad, la libertad individual (mandato pro libertate), el
pluralismo y constituye un elemento determinante para la protección de los derechos a
la salud y a la integridad de la persona humana. (Corte Constitucional, Sala Plena, C-
182, 2016)
La jurisprudencia ha determinado que el consentimiento informado siendo una
conformidad de voluntades del paciente y del médico en las decisiones y acciones del
segundo en su misión frente al primero, debe cumplir con las siguientes características
fundamentales:
1. Debe ser libre: es el sujeto quien debe tomar la decisión en cuanto a su
intervención
2. Deber ser informado: para que el paciente decidir libremente, este debe recibir la
información clara por parte del médico acerca de los beneficios, riesgos, alternativas de
tratamiento y sus implicaciones
3. Deber ser cualificado: debe consignar las posibilidades, los límites y los riesgos
del procedimiento, lo que a su vez exige que el profesional de la salud les transmita
información detallada y depurada respecto al estado actual del procedimiento médico a
practicar. En efecto, entre mayor sea el carácter extraordinario, invasivo, agobiante o
riesgoso, del tratamiento médico, “más cualificado debe ser el consentimiento prestado
por el enfermo y mayor la información que le debe ser suministrada.
4. Deber ser persistente: condición que exige al personal médico interrogar a el
paciente o persona responsable en ocasiones diversas y distantes dentro del proceso
de atención, para que de esta forma se puede obtener la genuina voluntad de acceder
a la realización de la intervención.
5. Deber ser oportuno Donde los datos son dados a conocer y entregados antes de
que el paciente se someta a un tratamiento, salvo excepciones dependiendo del grado
de conciencia.
Las situaciones excepcionales donde es menos estricta su exigencia son:
a. Situación de emergencia, donde se encuentra en grave riesgo la vida o el
paciente se encuentra inconsciente
b. Cuando el rechazo a la intervención pone en riesgo la vida del paciente y/o a
terceros
c. Cuando es paciente es menor de edad
d. Cuando en paciente se encuentra en discapacidad mental
El consentimiento informado es un derecho inalienable, donde principalmente se
respeta la autonomía del paciente, esto implica que la persona tiene el derecho a saber
todo lo referente a lo que le van a realizar, teniendo pleno conocimiento y así autorizar
dicho tratamiento, en esta entran a jugar los principios de la persona, en cuanto a sus
creencias religiosas, éticas y morales, donde estos se deben respetar, basados en este
respeto, buscar y ofrecer opciones para brindar tratamiento a su patología; existe un
mutuo acuerdo entre el usuario y la persona encargada de prestar el servicio, donde la
comunicación y la información son los factores más importantes que hay, allí se
explican las características, los efectos, los posibles riesgos, así como las
,consecuencias de no realizar dicho tratamiento y con base a eso aceptar o no el
procedimiento sugerido, debe ser oportuno, los datos son dados a conocer y
entregados al paciente antes de someterlo al tratamiento propuesto, salvo excepciones
como aquellos donde sin algún grado de conciencia su vida está en alto riesgo; este
documento al recopilar toda esta información pasa a ser un instrumento legal, por
medio del cual el paciente otorga el derecho a su tratamiento según lo acordado allí, no
se le realizara otra intervención fuera de lo acordado, y afirma todo lo que conlleva al
realizarse el tratamiento, así mismo es un instrumento que le confirma a especialista
que tiene que realizar y bajo qué condiciones lo tiene que hacer, respetando al paciente
en todo su contexto.

6. IMPACTO DE LA TUTELA EN MATERIA DEL DERECHO A LA SALUD


En Colombia, la Constitución Política de 1991 adoptó el modelo político de Estado
social de derecho y el reconocimiento de los derechos fundamentales o derechos
sociales. El uso de la acción de tutela con miras a garantizar el derecho a la salud, se
incrementó considerablemente durante la primera década de la vigencia de la
Constitución, esta situación se ha mantenido en los últimos años, como consecuencia
de las falencias y debilidades del Sistema General de Seguridad Social en Salud
(SGSSS), establecido por la Ley 100 de 1993. Esto ha generado un impacto económico
en las finanzas públicas, además de la división dogmática en el país, por lo que se
conoce como activismo de la Corte Constitucional, de cara a las decisiones y órdenes
impartidas, con contenido económico y presupuestal.
La salud en Colombia es el segundo derecho más accionado por medio de la tutela, lo
que convierte esta acción en el mecanismo idóneo para su protección. Pero, a su vez,
en el punto de inicio de la controversia por las implicaciones económicas y
presupuestales, como consecuencia de las acciones administrativas ordenadas por la
Corte Constitucional. El uso de la acción de tutela como mecanismo para reclamar
situaciones vinculadas directamente con la salud reclamaciones por medicamentos y
servicios incluidos dentro del Plan Obligatorio de Salud (POS), los costos de
tratamiento en enfermedades de alto costo y la financiación de la salud—, tuvo un
notorio crecimiento entre 1999 y 2015, al pasar de 21.301 a 151.213 acciones, por el
deficiente funcionamiento del Sistema de Salud, generado por la negación en la
prestación de los servicios en muchos de los casos.
En el año 2013 , la Defensoría del Pueblo encontró que en el régimen contributivo los
afiliados tuvieron que interponer cerca de 55 mil tutelas para defender dicho derecho no
reconocido por sus aseguradoras en salud, mientras que en el régimen subsidiado, las
tutelas colocadas por igual razón de negación de ese derecho por parte de las
aseguradoras que operan dicho régimen, fueron en ese año un poco más de 28 mil. La
misma entidad, informó que en el 2013, de las 454.500 tutelas interpuestas por todo
concepto, 115.147 (25,33%) fueron para reclamar algún servicio de salud.( Beltran, U.
S.f).Con estas cifras se evidencia las fallas que tienen las entidades en la prestacion
del servicio de salud.
Una de las manifestaciones que aseguraron el cumplimiento de la prestación del
servicio de salud está consagrada en los artículos 345 y 350 de la Carta Política, que
se refieren a la ley de apropiaciones con el componente destinado al gasto público
social artículo 350 de la Constitución Política, que debe satisfacer las necesidades
básicas de la población, a partir de las asignaciones presupuestales. La materialización
de estos requisitos se debe cumplir anual-mente con la expedición de la ley anual del
presupuesto nacional, de iniciativa gubernamental Ministerio de Hacienda y Crédito
Público y expedida por el Congreso de la República35, dentro de la cual estaría
contemplado el gasto social y el gasto público social.
Durante los primeros años de vigencia de la Constitución Política, las apropiaciones
presupuestales para el sector de la salud crecieron considerablemente año tras año.
Es importante tener en cuenta que la accion de tutela busca justicia en la prestacion de
servicios que require el ciudadano, de alli la importancia de exigir sus derechos al
estado cuando sean vulnerados y que sea este quien, solvente las fallas que hay en el
Sistema, controlando los atropellos que se comenten con la sociedad, esto con el
objetivo de minimizar la violacion al derecho fundamental y se le garantice a la persona
bienestar y vida digna.
CONCLUSIONES

A través del tiempo, las líneas jurisprudenciales que ha generado la corte constitucional
de Colombia, se han encargado de salvaguardar y proteger el derecho a la salud que
tienen los ciudadanos, todo esto en pro de hacer cumplir lo estipulado en el artículo 49
de la constitución política de Colombia, donde la responsabiliza al estado de brindar el
servicio a la salud de forma dual, considerándola como fundamental y a la vez como un
servicio público, este lo que busca es garantizar a las personas el acceso a los
servicios de promoción, protección y recuperación de la salud. Con base en esto se
elaboran una serie de herramientas para el amparo de los derechos fundamentales,
entre ellos está la tutela, el consentimiento informado, la historia clínica, estos
articulados ayudan a la población a identificar sus derechos y a presentar ante el
estado quejas cuando se sienten vulnerados, es asi donde se generan una serie de
sentencias, al analizarlas en conjunto se evidencia que el sistema presenta falencias y
el estado por medio de estas sentencias garantiza el derecho a la vida digna del
ciudadano.
Partiendo de la revisión sistemática de la literatura y de las diferentes líneas
jurisprudenciales sobre la evolución del derecho a la salud en Colombia a partir
de la Constitución de 1991 hasta la actualidad se observa lo siguiente:
 La bibliografía en torno a la temática expuesta es bastante reducida y
está limitada en gran parte a los principales problemas que presenta el
Sistema de Salud en Colombia y su relación con el derecho a la salud.
 La mayoría autores y líneas jurisprudenciales, sostienen una misma
perspectiva en torno a la deficiencia del sistema de salud, a diferencia de
algunos que sugieren que no se debe hablar de deficiencia, en la parte de la
distribución de los recursos en términos de equidad.
 El eje principal sobre el cual surge la preocupación del derecho a la salud, es el
principio de universalidad, que propende por asegurar a toda la población
colombiana al sistema de salud. Partiendo de ese principio se logran realizar
una serie de investigaciones que debaten si se está logrando la
universalidad y bajo qué parámetros.
 Entre las críticas más fuertes que se logró hallar al logro de ponderar la salud
como derecho fundamental, se expresa que no es suficiente con que la
salud logre este estatus sino se circunscribe esta problemática a una
esfera política y social para lograr una reforma estructural del derecho a la
salud y del sistema de salud general.
 La problemática general sobre el concepto del Derecho a la Salud, es
considerar que un sistema como el colombiano que solo abarca coberturas
básicas reguladas bajo el Plan Obligatorio de Salud –POS, no puede ser
suplido con el estatus de Derecho fundamental, ya que de alguna forma
mediante el mecanismo de la tutela ya estaba protegido este derecho.
 La universalidad como característica del derecho a la salud, no puede ser
considerada únicamente desde la perspectiva de un sistema para todos los
ciudadanos, sino que la misma debe ver envuelta la cobertura integral de cada
uno de los beneficiarios del sistema, partiendo del concepto de salud asumido
por la Organización Mundial de Salud.
 Se evidencia que el Derecho a la Salud ha tenido múltiples regulaciones
a partir de la Constitución Política de 1991, buscando siempre la
complementación del concepto y cobertura integral del mismo, para llegar
mediante la Ley 1751 de 2015 a ser considerado como fundamental, de
forma tal que gozara de mayor estatus y con esto una efectividad en su
ejecución.
 La eficiencia concebida como la forma en que se utilizan de mejor manera
los recursos financieros para asegurar una buena prestación de servicios de
salud a toda la población, es una de las mayores falencias que se evidencian en
el sistema de salud y en la forma como el Estado pretende garantizar esta
máxima. La estrategia del Estado se enfoca en privatizar la salud, pero con
ello, se descuida a la población más vulnerable económicamente.
 En el mismo concepto de eficiencia se observa el desenfoque del Estado
por sugerir que el déficit económico de salud se da por falta de recursos
financieros, lo que implica que los usuarios deban pagar mayores costos
por la atención médica, sin embargo, varios autores manifestaron que es
un problema más de distribución de recursos, debido a la gran corrupción
administrativa que se da en las instituciones colombianas.
 En términos de cobertura, el modelo que se ha trazado el Estado para
garantizar este principio, es llegar a afiliar al sistema de salud al mayor número
de personas en todo el país, y cada año el número de usuarios aumenta. Sin
embargo, esto ha llevado a que se presenten problemáticas relacionadas con
una atención de calidad, debido a que aumenta el número de personas pero la
infraestructura, el personal, los servicios y los medicamentos se reducen; así por
garantizar un principio se afectan a los otros principios.
 Al hacer el debido análisis jurisprudencial se observa que existe una
cantidad considerable de jurisprudencias que ratifican el derecho a la salud
como fundamental desde distintas perspectivas. Lo más significativo de esta
revisión fue encontrar que ha sido la misma Corte quien ha precisado en la
necesidad de darle un carácter autónomo a la salud, por los criterios expuestos
en el metaanálisis. La Sentencia T-760/08 es la sentencia más importante
en relación con el derecho a la salud ya que marca un hito histórico
respecto al concepto de salud como fundamental y autónomo, lo que tienen
fuertes implicaciones en la forma en que el sistema de salud en Colombia
viene funcionando, debido a que el Estado tiene la responsabilidad de
garantizar la fundamentalidad de este derecho en los procesos que se
realizan en el sistema de salud. Finamente se logra entrever que todo esto
conlleva a que se haya expido la Ley estatutaria 1751 de febrero de 2015 la cual
regula la salud como derecho fundamental; sin embargo, se puede concluir
que el carácter fundamental del derecho a la salud fue reconocido por la
jurisprudencia y no por la ley.
REFFERENCIAS

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