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¿Por qué Gran Bretaña quiere dejar la UE?

La medida que es impulsada desde el gobierno, sostiene que Reino Unido está
siendo frenado por la Unión Europea, con la imposición de muchas reglas a los
negocios y el cobro de miles de millones al año en tarifas de membresía a cambio
de poco retorno.

Asimismo el movimiento para abandonar la Unión Europea busca restringir el


flujo de inmigrantes a Gran Bretaña, quieren que el país recupere el control
absoluto de sus fronteras y reducir el número de migrantes que llegan a trabajar.

También se oponen a uno de los más importantes principios de la UE, la llamada


"libertad de movimiento", por lo que no se necesita una visa para vivir en otro
país miembro. Además rechazan la idea de una "unión más estrecha" que lleve
a convertir el bloque en "Estados Unidos de Europa".

La oleada inmigrante

Una serie de estudios realizados por consultoras europeas intentó


medir cuál es el problema social más preocupante que enfrenta
Reino Unido e inquieta a sus ciudadanos; los resultados fueron
contundentes: la inmigración ilegal y los refugiados provenientes de
países de Medio Oriente que escapan de guerras con la esperanza de
llegar a otros Estados en paz y con mayor apertura de
pensamiento. La impotencia que manifiestan los refugiados por sus
terribles condiciones de vida es directamente proporcional al aumento
del rechazo de los sectores más conservadores británicos.

Inmigrantes intentan subir a un camión por la fuerza en Calais,


rumbo a Reino Unido
En los últimos días, el paso fronterizo del canal de la Mancha que une
la localidad francesa de Calais con el territorio inglés fue testigo de
enfrentamientos entre la policía francesa y los refugiados de ese
campo. Los inmigrantes intentaron subir por la fuerza en
automóviles y camiones de británicos que retornaban a su
país luego de presenciar la Eurocopa de fútbol, antes de que Reino
Unido bloquee sus fronteras si la opción por el Brexit ganaba. El caos
obligó a cerrar el paso y las autoridades francesas arrojaron gas
lacrimógeno a los refugiados. Un hecho más, entre tantos, que
utilizaron los sectores que eligieron abandonar la UE para "retomar el
control de las fronteras" sin las directivas de Bruselas, sede del
bloque regional europeo.

Las fluctuaciones de inmigrantes siempre protagonizaron la política


social de Reino Unido. Desde el año 2010, el comienzo de la guerra
en Siria y otros conflictos en la región provocaron que el número de
inmigrantes aumente significativamente.

Las crisis económicas en Europa

Los mercados abrieron en baja por la salida de Reino Unido de


la UE (Reuters)
Si bien el euro se mantiene como una de las monedas más fuertes del
mundo, las crisis económicas que enfrentan el continente y los
países miembros de la Unión Europea fueron otro de los
motivos que precipitaron la separación, una crisis que tiene su
origen en la recesión que comenzó en el año 2008. Reino Unido no
adoptó de manera oficial el euro, sino que mantuvo la libra esterlina
como moneda de cambio y evitó ser arrastrado por las crisis de deuda
que surgieron en la región.

Los índices de desempleo aumentaron exponencialmente en países


como Grecia y España,que enfrentan los problemas económicos más
graves de las últimas décadas. Al tratarse la Eurozona de un mercado
integrado, los países con mayor desarrollo económico, tales como
Reino Unido, Alemania, Holanda y Francia, deben destinar un
porcentaje equivalente al PIB de cada país a la UE para el
sostenimiento de la economía regional. Este hecho fue un
argumento clave en la campaña del Leave, con frases contundentes
de algunos políticos, como Boris Johnson, que declararon "la
necesidad" de "no mantener más" a otros países, centrarse en sus
propios problemas locales y ayudar al continente desde su propia
visión económica y no la impuesta por la UE.

El avance del terrorismo islámico en occidente

La discriminación religiosa aumentó entre los británicos en los últimos


años producto del miedo creciente al avance del terrorismo
yihadista en Europa. Esa problemática, en conjunto con las crisis
migratorias, creó el escenario perfecto para que figuras con ideas
cercanas a la ultraderecha tomen la palabra en la política local para
pedir "retomar el control del país". Políticos como Nigel Farage,
impulsor del Brexit y miembro del Partido de la Independencia de
Reino Unido (UKIP), o el excéntrico ex alcalde de Londres Boris
Johnson, basaron sus argumentos en la normas de seguridad para
evitar ataques terroristas en territorio británico y la necesidad de
implementar las políticas que el propio país considere más útiles para
combatir estos flagelos sin la intervención del bloque regional, al
que muchos consideran "plagado de burocracias".

Las crisis de representación política

Un problema que enfrenta la clase política mundial es la crisis de


representación. Los sistemas políticos modernos encuentran a cada
momento obstáculos para afianzar la legitimidad, provocados por el
mundo globalizado y el desarrollo de canales de comunicación que, al
alcance de todos los habitantes, llegaron para suplantar y criticar los
desequilibrios del sistema político.

En el mundo actual, una red social como Facebook o Twitter


contiene a más personas que muchos países soberanos conformados
oficialmente bajo banderas, estructuras y leyes. Esos "Estados
transnacionales" ya no son poderes únicamente económicos, sino la
propia unión de millones de personas quienes "desde la red"
confrontan con los gobiernos establecidos y reclaman mayor
participación.

Boris Johnson pide “retomar el control”


Ese fenómeno fue utilizado por los partidarios del Brexit para propagar
sus ideas de "independencia", mientras el poder político a favor de
esta premisa confrontaba a los líderes europeos con el concepto de la
"falsa unión". Quienes votaron por salir de la UE, la mayoría de los
británicos, consideran que esa unión regional amenazaba la
soberanía de Reino Unido y esa visión fue compartida por amplios
sectores de la sociedad que optaron por el Leave en el referéndum. La
autoridad que ejerce Bruselas sobre la política, la seguridad, la
agricultura, el comercio, la energía e incluso la Justicia de cada país
miembro atenta, según los euroescépticos, contra las libertades y la
decisión soberana de los británicos.

En definitiva, a partir de esos y otros argumentos, el 51,9% de los


ciudadanos de Reino Unido optó por la salida porque creen en aquella
premisa que reclama "retomar el control del país" y tal decisión se
configura en uno de los cambios más delicados en el equilibrio de
poder político europeo de los últimos 60 años.
Consecuencias

Sin acuerdo, ¿qué pasaría con los permisos de aviación, la situación de los comunitarios que
residen en el Reino Unido y los británicos que están repartido por el bloque? ¿Qué ocurriría
con la frontera entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte, la
única frontera física que existirá tras la ruptura? ¿Cuáles serían las consecuencias económicas?

El FMI, que había advertido anteriormente que la economía británica y mundial serían
golpeadas si Reino Unido abandona la UE, entregó el sábado un análisis detallado de cómo la
decisión afectaría a la quinta economía mundial. La economía británica se desaceleró antes del
referendo y el Banco de Inglaterra ha advertido que dejar la UE podría empujarla a una
recesión.

Tras años de complicaciones, la economía del bloque monetario creció un 0.6 por ciento en el
primer trimestre de este año, pero los economistas se han vuelto más pesimistas debido al
referendo de este jueves.

"Nos estamos acercando a una de las mayores decisiones que nuestro país deberá tomar en
nuestras vidas", declaró el primer ministro, David Cameron a inicios del año.

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, sí ha sido más específico al advertir que la
tasa de desempleo -actualmente en el 4%- podría alcanzar doble dígitos, que los precios de la
vivienda podría caer entre un 25% y un 35% en tres años y que los enlaces de transporte con la
UE, incluidos los viajes aéreos y el tren Eurostar, se podrían estancar. En una reciente reunión
a puerta cerrada con el Gabinete de Gobierno, el canadiense llegó a comparar el resultado de
un Brexit sin acuerdo con las consecuencias del colapso financiero de 2008, que llevó a
Londres a aplicar unas dolorosas medidas de austeridad con recortes de 141 mil millones de
libras y contundentes aumentos de impuestos.

En cualquier caso, todo se trata de especulaciones, al igual que pasó durante la campaña del
referéndum de 2016. Los que abogaban por la unión pintaron un escenario de lo más
catastrofista si ganaba el Brexit, pero el divorcio resultó victorioso … y el mundo no se paró.
Con todo, en estos últimos dos años, el Reino Unido ha crecido cerca de un 2 % por debajo de
las expectativas del Banco de Inglaterra y su economía ha pasado de encabezar el G7 junto con
Alemania a la cola del grupo de países más industrializados. El PIB mantuvo el ritmo esperado
en los dos trimestres posteriores al 23 de junio de 2016, pero el avance se enfrió durante el
año pasado, en comparación con la recuperación de la mayoría de potencias mundiales.

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