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c TEATRO

El rucio seguridad familiar o social, lejano


a ideologías o posturas políticas
que pudieran darle cobijo. Aquí se

de los cuchillos debe luchar furiosamente por


sobrevivir y para ello hay que te-
ner una importante cuota de he-
roísmo. Cosa parecida ocurre con
JUAN ANDRÉS PINA otro montaje de Rivano, Sexy
Boom, que se ha mantenido por
meses en cartelera en la Sala Abril.
También hay ahí la historia de
personajes de marginalidad popu-
partir del estreno de Te lla- pesar de no haber hecho nada y
A mabas Rosicler en 1976,
la dramaturgia de Luís Ri-
vano se ha perfilado con un signo
tener sus papeles en regla. El
muchacho vive en la pieza de una
pensión, y sus ociosos días los
lar, tres vedettes y un coreógrafo,
que se mueven entre la precarie-
dad económica, las dificultades
cotidianas y el amor a su oficio.
diverso al tradicional en el teatro pasa generalmente en la habita-
chileno. Esa y sus obras siguien- ción de sus vecinos: la prostituta En Ef rucio de los cuchillos
tes (Por sospecha, Los Matari- Guille (Muriel Cornejo) y el proxe- no sólo existe el retrato más o
fes, ¿Dónde estará la Jeannet- neta (su "cafichen) Tolo (Mario menos fotográfico de este ambien-
te, entre las más importantes) Bustos). te popular de que algunos de sus
están pobladas de personajes mar- Las relaciones entre estos dos protagonistas están marcados por
ginales a todos los circuitos socia- últimos son ásperas. El Tolo vive a un signo trágico que arrastran per-
les, económicos o culturales del expensas de la mujer y quiere manentemente, a pesar de sus
habitual mundo que acostumbran doblegarla permanentemente, esfuerzos por escapar de esa
a retratar nuestros autores. En asunto que ella rechaza desde suerte. En efecto, Vinizio Zaneti
estas creaciones, los protagonis- una fuerte independencia. La vida vive atrapado entre un pasado que
tas son principalmente los delin- de ambos aumenta sus conflictos no puede modificar -marcado por
cuentes, las prostitutas, los can- con la constante presencia de la pobreza, la mala suerte y la
tantes del bajo fondo y las vedet- Vinizio Zaneti, ya que la Guille ausencia de oportunidades- y un
tes de mala muerte. protege al muchacho y lo entu- presente que teme asumir.
Al revés de la visión sórdida siasma para que la acompañe en La ausencia casi total de argu-
con que se acostumbra a enfocar un concurso de bailes en pareja. mento está alivianada no sólo por
este universo, la mirada de Rivano Los ensayosde ambos sirven para ese caudal de historias que sur-
rescata lo luminoso y lo festivo de conocer algo más de sus vidas, ia gen en boca de los personajes,
esta cultura popular, y el amor que permanente soledad y el anhelo sino también por la rapidez de los
por ella sienten sus integrantes. de cosas pequeñas en las cuales parlamentos, por la agilidad de un
Obviamente aquí no deja de apa- vislumbran su felicidad. Pero esta diálogo que recrea en forma natu-
recer el dolor y el fracaso, aunque relación -de protectora a protegi- ralista el habla marginal y delictual
la perspectiva es distinta: surge do- enerva al Tolo, quien hostiga (el coa). De hecho, las conversa-
naturalmente desde los persona- al muchacho hasta producir un ciones están fundadas en este
jes, y no son esos anhelos im- desenlace tan absurdo como trá- lenguaje, a veces fuerte, a veces
puesios desde otra clase social gico: Zaneti se acrimina sin de- colorido y en muchas ocasiones
que no los conoce ni tos compren- searlo. incomprensible para el especta-
de, y cuya mirada compasiva El rucio de los cuchillos es dor desprevenido. En este senti-
muchas veces es equívoca. prácticamente una obra donde no do, las puestas en escena de
Esta particular dramaturgia se ocurre nada, o donde ocurre muy Rivano tiene pocos antecedentes
prolonga por estos dias en un poco, dramáticamente hablando. en la literatura dramática chilena,
nuevo estreno de Luis Rivano, El En rigor, la historia se reduce a o al menos en esa lite/atura me-
rucio de los cuchillos, dirigido ese deseo de la Guille de triunfar nos perecible.
por Silvia Santelices. La obra es en un campeonato de baile, y el de La obra resulta atractiva y
esencialmente la historia de Vini- Zaneti de encontrarse un hueco entretenida, muestra un mundo
zio Zaneti (Claudio Valenzuela), más o menos digno y decente, habitualmente lejano de los esce-
un delincuente que acaba de salir ajeno a su pasado delictual. A narios chilenos y complementa la
de la cárcel donde estuvo preso pesar de ello, el argumento está anterior dramaturgia del autor. El
muchos años por homicidio. Jo- lleno de otras historias, las que se rucio de los cuchillos carece de
ven aun, Vinizio anhela rearmar cuentan los personajes mutua- pretensiones 'mensajosas" o for-
su vida, aunque le es difícil: sola- mente, salpicadas de anécdotas y males y se ajusta adecuadamente
mente el acto de caminar por la reflexiones respecto del mundo a un teatro tradicional, realista y
calle le aterra, ante la perspectiva en que viven. verbal, a pesar de que en algunos
de ser detenido nuevamente, a Este es un universo carente de momentos cierto palabrerío exce-

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c LITERATURA

sivo hace decaer la acción, como personajes, y donde el más parejo


los recuerdos de la infancia del resulta Mario Bustos, personifican-
protagonista. Silva Santelices do al Tolo. Este nuevo estreno de
reconstruye adecuadamente esta Luis Rivano logra algo caracterís-
atmósfera de marginalidad -a tico de sus montajes y que pocos
veces trágica, a veces humorísti- autores consiguen: la atracción de
ca y en ocasiones melodramáti- un público populary masivo, tradi-
cas- y consigue extraer to mejor cionalmente ausente de ¡as salas
de los actores, quienes trasmiten teatrales chilenas. D
casi siempre en forma eficaz a sus

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