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LA ÉTICA PROFESIONAL, UNA PRÁCTICA SOBRESALIENTE EN EL

QUEHACER LABORAL

Por:

Los seres humanos día a día se preparan para enfrentar los desafíos de la sociedad,

al crecer se adquieren unas series de responsabilidades que requieren de nuestra solución.

El camino más pertinente para satisfacer esas necesidades es el trabajo, por medio de una

profesión se puede alcanzar no solo un incremento económico, sino también el social y el

personal. El médico, el arquitecto, el profesor, el ingeniero y las demás profesiones

permiten adquirir lo mencionado anteriormente, sin dejar de lado un aspecto tan importante

como lo es su ética como personas, como trabajador y como profesional.

Ahora bien, se hace necesario tener en cuenta las distintas concepciones que se tiene

de profesional, para así entender la importancia del término dentro de la sociedad. Uno de

los autores que hace su aporte es Hirsch (2003) quien sostiene que “es una actividad social

institucionalizada, las profesiones proporcionan bienes y servicios necesarios para la

sociedad, se requiere de una formación especializada y reconocida para ejercerla” (p. 10)

por lo cual, la profesión es una actividad humana que contribuyen al servicio de la

sociedad.

Seguidamente, Hortal, (2004) afirma que un profesional es “alguien que sabe lo que

otros no saben, alguien capaz de hacer lo que otros no son capaces de hacer, siendo así que

necesitan que alguien lo haga por ellos y para ellos” resaltando el compromiso, la vocación

y la responsabilidad. El profesional trabaja en equipo, es competente, comparte sus

habilidades y trabaja en mejorar sus falencias.


Por otro lado, Paguay (2005) considera que un profesional es “como un practicante

que mediante largos estudios ha adquirido la capacidad de realizar actos intelectuales no

rutinarios, de manera autónoma y responsable, los cuales están orientados a la consecución

de determinados objetivos en una situación compleja” lo que significa que el ser humano se

prepara para poder darles soluciones a cualquier problemática que se pueda presentar,

teniendo como prioridad la ética, la razón, la inteligencia y el sentido común. por los

conocimientos adquiridos tiene la capacidad de elegir los medios más adecuados, las

técnicas y los instrumentos que le permitan abordar problemáticas profesionales, lo que

también le da experiencia para poder adaptar sus proyectos y analizar de forma crítica sus

propias acciones y los resultados de la misma, porque además, todo profesional sigue

aprendiendo a lo largo de su carrera.

Luego de profundizar en el concepto de profesional, se puede entrelazar la ética con

las distintas profesiones que se llevan a cabo en la sociedad. Ya que la ética es la encargada

de contribuir al buen desempeño y desarrollo social, personal y laboral. Así pues, Hortal

(2000) sostiene que “un profesional ético es aquel que hace el bien en su profesión,

haciendo bien su profesión” dando cuenta de los diferentes valores y normas que mejoran

las actividades profesionales. La ética es fundamental para todas las personas que trabajan

porque ésta implica la práctica de valores como la responsabilidad, puntualidad, estudio,

constancia, carácter, concentración, formación, discreción, tolerancia, respeto entre otras.

Seguidamente, Hortal (2004) trabaja principios de la ética general de las

profesiones, las cuales son:


a)Principio de beneficencia: el primer principio de toda ética profesional es hacer

bien la actividad profesional, alcanzar y realizar el bien a los que dicha actividad está

encaminada, siempre teniendo claro los objetivos, los recursos, los medios y el

compromiso.

b) Principio de autonomía: “significa que el cliente o usuario de los servicios

profesionales es persona, sujeto de derechos. Su opinión, sus convicciones, sus derechos

merecen ser respetados y hay que informarle debidamente para poder contar con su

consentimiento”

c) principio de justicia: El buen ejercicio profesional está inmerso en el contexto

social y las obligaciones de justicia que el mismo conlleva, pues en su interrelación

intervienen criterios de justicia para establecen deberes y derechos, para marcar prioridades

y distribuir recursos.

d) Principio de no maleficencia: Ante todo no hacer daño. “Para no hacer daño ni al

cliente o usuario ni a terceros, el profesional sólo tiene que contar con su conciencia y con

el daño que se supone que causaría su acción u omisión responsable”

Así pues, a manera de conclusión se puede resaltar la importancia que posee la ética

profesional en la vida de las personas y aún más en el ámbito laboral. Es pertinente que

todas las actividades que se lleven a cabo se realicen de forma adecuada y en pro de los

beneficios de los demás, dejando en manifiesto el buen comportamiento y los valores que

como ser social poseemos. El profesional está relacionado con conocimientos generales y

específicos que les permite adaptarse y proponer soluciones a cualquier problemática que se

pueda presentar en el trabajo.


Bibliografía

 Hirsch, A (2003) Ética profesional como proyecto de investigación en

Teoría de la Educación. Revista Interuniversitaria, Ediciones Universidad

de Salamanca. 235 -258.

 Hortal, A (2004) Ética general de las profesiones. Segunda edición,

Colección Ética de las Profesiones, Desclée De Brouwer, Bilbao, España.

 Paguay, L (2005) La formación profesional del maestro (estrategias y

competencias) FCE, México.

 Hortal, A. (2000) “Docencia”, en Cortina, Adela y Conill, J. 10 Palabras

Clave en Ética de las Profesiones. Verbo Divino, Navarra, España. pp. 55-

78.

 Hortal, A. (2004) Ética general de las profesiones. Segunda edición,

Colección Ética de las Profesiones, Desclée De Brouwer, Bilbao, España.

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