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CAPITULO IV: REINGENIERÍA HUMANA

Binomio del Éxito: valores y hábitos

“Cuántos objetivos y proyectos no se realizan simplemente por falta de tiempo o por no haber
perseverado lo suficiente”, nos habla sobre la vida de los inconclusos que son aquellos cuya
característica principal es dejarlo casi todo a a mitad y siempre tendrán una excelente justificación
de porque no lo lograron. Se pretende llegar a la parte nuclear del ser humano, de dónde proviene
todo nuestro existir: los valores, son la fuente de nuestro ser y el complemento esencial son los
hábitos.

Somos lo que hacemos, si soy una persona afable y optimista vivo el valor de la alegría, si busco que
mi trabajo sea de alta calidad, vivo el valor de la calidad; a través de mis acciones demuestro en la
práctica los valores que poseo.

Valor es todo aquello a lo que le damos un significado que para nosotros es valioso, entonces
debemos llenarnos de valores que apreciamos y debemos alimentarlos constantemente.

Haciéndome a mí mismo

La inteligencia del ser humano es la facultad que nos hace los seres superiores de la creación, es
decir nuestra capacidad de decidir, ser mejores o peores, evolucionar o involucionar y es nuestra
responsabilidad ser cada dia mejores, debemos llegar a ser lo que debemos llegar a ser, un ser pleno
y realizado.

Muchos errores los hemos convertido en hábitos, “son nuestro estilo de hacer las cosas”. Debemos
enfrentarnos con la realidad y eliminarlos, hacer una larga lista de propósitos, firmes promesas con
nostros mismos para iniciar un programa de reingeniería humana, ¿cómo le gustaría ser a usted?,
el reto es que se reinvente, que se haga de nuevo, proyectando los nuevos hábitos, sembrando,
alimentando y acrecentando los nuevos valores que serán la base de su nuevo existir.

Error convertido en hábito Hábito de excelencia Valor nuclear


Mal humor Sonreír Alegría
Pesimista Optimista Actitud positiva
Impuntual Puntualidad Respeto
Mentiroso Veraz La verdad

Usted es el único que sabe qué cambios debe realizar, usted debe ser el primero en operar el
cambio, todo mal hábito es factible romperlo y sustituirlo por un estilo superior.

La ingeniería de los hábitos, consiste en identificar tres pareas básicas:

1. ¿Qué desea cambiar?: Se debe identificar el motivo que le impulsa a buscar dicho cambio.
2. Compromiso: ¿Desea hacerlo?, ¿Se compromete consigo mismo a realizarlo?, su voluntad,
autoestima y auto respeto se verán afectados positivamente si lo logra.
3. Cómo hacerlo: Se debe buscar el conocimiento necesario para lograrlo. No basta estar
motivado para lograr un cambio, se requiere el conocimiento de cómo lograrlo.
El iniciar el nuevo hábito es vital, a partir de la primera acción bajo el nuevo esquema empezamos
a sentir los resultados positivos. Nuestra propia autoestima recibe un poderoso estimulo, por su
puesto, puede volverse a los malos hábitos por lo que se hace necesario más que nunca acrecentar
el valor nuclear; todos los cambios deben obedecer a un sincero deseo de ingresar a un estado
superior, a evolucionar, a ser mejor para los seres que nos interesan.

Pero lo esencial es que cada nuevo hábito no solamente nos debe motivar a ser mejores, sino ser
mejores con los demás; y recordar que usted es su circunstancia, y si cambia usted la circunstancia
también cambia.

Debemos tener disciplina y voluntad, cuando estos dos esenciales elementos están débiles, nos
alcanza el cansancio de la vida y a esto se agregan la pereza, el desánimo, por eso es importante
alimentar los deseos de cambio, investigar el cómo y sobre todo el compromiso al cambio en base
a los nuevos valores que deben guiar nuestra vida, hay que tener en mente que lo que decidamos
el día de hoy, será nuestro pasaporte para el futuro que deseamos tener, hay que encontrar los
motivos que nos impulsen al cambio.

La determinación y el compromiso que hagamos con nosotros mismos serán los factores decisivos
para lograr el cambio, si el día de hoy decidimos crear un nuevo hábito debe iniciar con una acción,
perseverar unas semanas, y nos daremos cuenta como inconscientemente el nuevo hábito se
incorporará a nuestras costumbres.

CAPITULO V: Hábitos vitales

La energía de los triunfadores

Este capítulo comienza exponiendo que algunas empresas son muy productivas pero sus
propietarios no les dan el mantenimiento adecuado, ni le reinvierten en innovación tecnológica, no
invierten un centavo para capacitación y actualización de su personal.

Es vital el binomio de mantener el ente productivo y hacerlo producir, una empresa no se puede
dedicar solamente a gastar, a reinvertir sin producir absolutamente nada, y por otro lado no se
puede dedicar a producir solamente, olvidándose del mantenimiento adecuado del aparato
productivo. De la misma manera sucede con el ser humano, si somos sumamente productivos y
trabajamos sin descanso sin detenernos para descansar sin darnos un adecuado mantenimiento,
¡cuidado! Corremos el riesgo de “matar a la gallina de los huevos de oro”, de bajar
considerablemente nuestra productividad hasta niveles irreversibles, por eso debemos optar por
hábitos vitales que nos aseguren a siempre estar en la mejor forma de producir.

Se habla sobre la Endorfina=Esperar lo mejor, la mente trabaja sobre dos paradigmas extremos:
esperar lo mejor o esperar lo peor, la segunda posición es más natural ya que no exige de ser
humano absolutamente nada. Los endorfinómanos son unos adictos del optimismo, con más fuerza
y espíritu dan inicio a cada proyecto y no se quedan en paz hasta haberlo logrado.

Haremos un análisis que nos proveerán de endorfina ilimitadamente:

La super vitamina “E”

Los hábitos vitales para tener una vida plena son:


1. Esperar lo mejor: Iniciar todos los días con la expectativa de que todo va a resultar un éxito, con
una fe que nos dé la certeza de que sí lo vamos a lograr, por supuesto debemos reconocer que es
de nosotros la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan, no debemos esperar que algo suceda
o alguien nos resuelva nuestros problemas, nos encontramos problemas de diversa índole, primero
aquellos que están dentro de nuestra esfera de influencia, es decir, lo que nosotros podemos hacer
directamente para resolverlos, y otros tipos de problemas que no podemos modificar, solamente
adaptarnos (accidentes, inundaciones, etc.), y la adaptación no significa resignación, sino la decisión
que tomamos de que dichos acontecimientos no nos van a echar a perder el dia, debemos “ser
felices a pesar de”, no le otorgamos a los factores externos poder sobre nosotros.

2. Energía: Es necesario tener la energía vital para decidir, la fuerza que nos permita superar los
retos para alcanzar lo que deseamos, y para ello es vital ejercitarnos físicamente todos los días, que
nuestros músculos estén en forma y nuestro cerebro bien oxigenado.

3. Emotividad: Una sana vida afectiva es vital para nuestro adecuado desarrollo psicológico, todos
los seres humanos necesitamos dar y recibir caricias, con lo cual confirmamos nuestra existencia.

El desarrollo emotivo no se limita a la parte afectiva del ser humano, sino sobre todo a la vida
psicológica, a poder vivir con una transparencia tal que nos permita relacionarnos íntimamente con
los demás, “todo lo que saquemos del alma nos sanará y lo que guardemos nos destruirá”.

Debemos tener la capacidad de exteriorizar nuestras emociones más íntimas, otras virtudes que
además son necesarias ejercitar día a día son la amabilidad y la consideración hacia los demás.

4. Evolución: “Cuántos talentos ha perdido Perú, como muchas otras naciones; cuántos de ellos
pudieron haber sido magníficos arquitectos, químicos, en fin, pero se murieron sin haber existido
por la falta de educación”.

La educación nos hace crecer, evolucionar, nos sirve para aprender a vivir, son nuestras opciones
para realizarnos, nos hace más humanos y nos descubre nuevas posibilidades, se requiere estar
preparado para ser libre, pues el ignorante vive esclavizado en su propia ignorancia.

La educación representa nuestra renovación mental, el incremento de nuestro propio capital,


tenemos que reconocer que solamente a través de la educación podremos descubrir todos nuestros
talentos, es el camino para conocer nuestra auténtica potencialidad, hay que ser como un río, que
constantemente se alimenta de otros y a su vez enriquece el caudal de otros.

5. Espiritualidad: La renovación espiritual nos garantiza el ejercer un eficaz liderazgo con nosotros
mismos, es nuestra dimensión nuclear, de onde parten todos nuestros principios y valores. Una
auténtica vida espiritual nos ubica en dos planos fundamentales, el primero en cuanto a nuestra
relación muy personal y directa con Dios, y la segunda la que encontramos a través de descubrir a
Dios en los demás.

Un momento diario para reencontrar nuestra fuerza espiritual se hace indispensable para encontrar
la paz interna y la seguridad de la presencia de Dios en nosotros, y sabernos que estamos al servicio
de los demás y debe ser nuestro propósito tratar a todos los demás como hijos de Dios, solamente
ejercitando el amor, a través de la generosidad podremos crecer en el valor central en todos los
seres humanos y fin último que siempre buscamos: Amar y ser amado.

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