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Test - Rorschach Localizacion PDF
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Modo de apercepción.
Sencilla
G primarias
Combinatoria simultánea
G Combinatoria sucesiva
Combinatoria confabulatoria
G secundarias Contaminada
DG
Confabulatoria
DdG
Los detalles D o “detalles grandes” los define Rorschach como “aquellos detalles
que en virtud de la distribución de las figuras en el espacio, más se imponen”. Agrega
que es posible determinarlos estadísticamente, pero innecesario.
El criterio señalado por Rorschach para distinguir los D podemos precisarlo algo
más diciendo que se refiere a aquellas porciones de la mancha que por las características
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Ocasionalmente las personas que responden al test incluyen también una parte
blanca en la porción de la figura que interpretan. Rorschach utilizaba en esos casos la
codificación Dzw, pero actualmente, desde que su obra fue traducida al inglés, se
encuentra generalizado el uso de la letra S con este objetivo. En su obra original,
Rorschach consideraba estas respuestas una de las dos formas especiales de las Dd.
(La otra la constituyen los Do, “detalles oligofrénicos”). Actualmente se codifica estas
respuestas de diferentes maneras, según cómo se encuentren integradas en la respuesta,
pero siempre en combinación con alguno de los códigos de localización explicados
anteriormente (G, D o Dd). Por otra parte, consideramos además útil la distinción
introducida por Zulliger (1956) en el sentido de diferenciar las respuestas según la porción
blanca sea la única utilizada, o se encuentre agregada a un área gris o de color. De este
modo podemos codificar como GS el área o localización de una respuesta global, en que
se ha utilizado sólo el blanco, como por ejemplo en la lámina VII invertida, el blanco
central como “cabeza de soldado con casco. Se ve el contorno de la cabeza cubierta por
un casco, el cuello y los hombros”. En este caso la porción gris sólo sirve para delimitar la
figura percibida en la parte blanca, pero no está integrada a la respuesta. En cambio, la
respuesta “una máscara, se ven los ojos y la boca” dada para la lámina I, recibiría la
codificación Gs. En forma análoga, codificamos como DS una respuesta en que se utiliza
sólo una parte blanca que cumple el criterio para ser considerada D (por ej. en la lámina I,
uno de los detalles blancos superiores interpretado como “fantasma”), o como Ds cuando
se toma una porción de la mancha gris o de color que es un D, incluyendo una parte
blanca (el blanco central y rojo inferior de la lámina II visto como “un cohete despegando”
lo blanco es el cohete y el rojo el fuego y humo de la propulsión). La misma lógica se
aplicaría en el caso de una DdS o Dds.
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De un modo muy general, podemos decir que las respuestas globales requieren de
una mayor capacidad de abstracción que las respuestas de detalle. Pero tampoco todas
las respuestas globales implican lo mismo: Una G primaria simple (“mariposa” o
“murciélago” en L.V) es distinta de una G primaria combinatoria simultánea (“dos
personas bailando en una fiesta, se ve elementos del decorado” en L. III) y ésta a su vez
distinta de una G secundaria combinatoria sucesiva (“son dos personas que están
bailando. Se ven unos globos y una mariposa grande ... ¡Ah! ... ¡Ya sé! Son dos personas
que están en una fiesta y los globos y la mariposa son del decorado” en la misma L. III).
La G combinatoria simultánea refleja una aprehensión y síntesis instantánea, en que los
distintos elementos que componen una situación compleja son percibidos integrados
(instantáneamente) en una conceptualización (o percepción) comprehensiva. La G
combinatoria sucesiva, en cambio, refleja un proceso en que los diferentes elementos que
componen la situación son identificados primero en forma aislada, independientes unos
de otros, en sucesivos actos perceptivos y luego puestos en relación e incluidos en una
conceptualización integradora. Los procesos mentales que en cada uno de estos casos
llevan a la formulación final de la respuesta, tienen características cualitativas distintas,
que corresponden a diferentes estilos de funcionamiento mental. En este sentido,
corresponden a distintos tipos (cualitativos) de inteligencia, más que a diferentes niveles
(cuantitativos) de capacidad intelectual. Esto no quiere decir que el nivel o capacidad
intelectual no sea importante a este respecto. Es evidente que una persona “más
inteligente” responderá con mayor facilidad a la prueba y producirá no sólo un mayor
número total de respuestas, sino también un mayor número de respuestas G en
cualquiera de sus tipos, que una persona con “menor inteligencia”. Sin embargo, el
razonamiento inverso no es necesariamente cierto: un protocolo con un número menor de
respuestas, incluso con pocas respuestas G, no siempre corresponde a una persona con
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v Las G contaminadas, por otra parte, siempre muestran algún grado de patología
del pensamiento y pérdida de independencia del sujeto respecto de sus percepciones:
la percepción de los dos contenidos simultáneos se le impone, sin que pueda
conceptualmente separarlos, o desechar la idea. A veces incluso a pesar de reconocer
racionalmente que lo que ve es absurdo o no existe en la realidad.
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En la medida que los D son los detalles o aspectos más obvios e inmediatamente
perceptibles, tienen evidente relación con el pensamiento práctico. La percepción de lo
inmediato y de lo obvio es propia de las personas prácticas y concretas, que responden a
la realidad inmediata. En esta línea de pensamiento, pueden también estar relacionadas
con el contacto social, como lo señala Bohm, y ser consideradas como un índice de
adaptación. Sin embargo, no toda D tiene este significado de pensamiento práctico o
concreto. Ocasionalmente hay respuestas D que resultan de una adecuada integración o
combinación de detalles, cuyo valor sería entonces similar al de las G combinatorias, con
la consideración agregada de que han sido abstracciones construidas a partir de lo que se
ha definido como convencional y concreto. En este sentido, estas “D combinatorias”
podrían representar una forma más rica o elaborada de abstracción.
El valor como indicador de una orientación práctica y concreta ante los problemas
(o la realidad) de la vida diaria, dependerá, obviamente, de la proporción en que las D se
encuentran con respecto a las G, Dd, y S. En líneas generales, podemos decir que
menos de un tercio de respuestas D en relación al total de respuestas, sugiere una falta
de adaptación los problemas de la vida diaria. Por otra parte, si representan más de ¾ del
total, pueden reflejar la incapacidad del sujeto para organizar sus apreciaciones en
conceptos más amplios o para manejarse en un plano más global e integrado.
En la medida que para dar una respuesta en un Dd hay que dirigir la atención
hacia partes “especiales”, comúnmente no consideradas por las demás personas, reflejan
una preocupación por lo nimio, insignificante o rebuscado. La preocupación por los
detalles menores no es en sí misma algo negativo y puede tener gran importancia, pero
no debe transformarse en el afán predominante. La proporción de Dd en un protocolo
normal es habitualmente baja (menos del 10%). Un aumento significativo de esta
proporción podría ser indicador de una actitud minuciosa, un pensamiento acucioso, tal
vez crítico o incluso paranoídeo. En este sentido, habitualmente se asocian a dificultades
en el ajuste social.
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Tipo Aperceptivo
El tipo aperceptivo refleja el estilo cognitivo con el que el sujeto enfrenta las
situaciones, es decir, la manera cómo el examinado enfrenta los diversos problemas que
el medio le presenta. Es un indicador del uso que hace de sus capacidades de
abstracción, de su percepción de los aspectos más evidentes, concretos o inmediatos, o
aquellos más insignificantes y nimios. Se obtiene en base a la proporción en que utiliza
las áreas o localizaciones en las respuestas a las diferentes láminas. El procedimiento
requiere del cálculo del porcentaje de respuestas que han recibido la codificación G; D;
Dd y S, respectivamente, en relación al total de respuestas del protocolo (R). Rorschach
había señalado (en un protocolo publicado póstumamente por Oberholzer) que en un
protocolo “normal” de 34 respuestas, debía haber 8 G (23,5%); 23 D (67,6%); 2 Dd
(5,8%) y 1 S (2,9%). Autores posteriores han presentado proporciones ligeramente
diferentes para los promedios normales, siendo el cuadro propuesto por Bochner y
Halpern (1948) uno de los más completos y prácticos para la determinación del tipo
aperceptivo. Aracena (1967) lo presenta en su libro, de dónde lo tomamos y reproducimos
con ligeras modificaciones (Tabla 1).
Tabla 1
Determinación del tipo aperceptivo.
G D Dd S
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El tipo G – D – Dd, por otra parte, podría ser descrito como “equilibrado”, en el
sentido que muestra un enfrentamiento de la realidad flexible, en que por momentos se
maneja en un plano global o general, pero es capaz también de considerar los detalles o
aspectos más inmediatos o concretos en su justa medida, al igual que los detalles
menores. En este sentido, sería una persona con adecuado sentido común o práctico y
plasticidad en el manejo de las situaciones.