Criterio que rige la responsabilidad en materia de participación en el delito. Según dicho
criterio, para que alguien responda como partícipe, es preciso que exista un "hecho" (entendido como conducta, acto humano) iniciado (accesoriedad cuantitativa) y típicamente antijurídico (accesoriedad cualitativa). A esta conclusión se llega desde el texto y el sentido de los arts. 300 y 453 CP. Autor y partícipe se diferencian en que, mientras el primero tiene el control del hecho (dominio), no así el segundo, aunque toma parte en el hecho controlado por el autor o los coautores. Se dice que "no hay partícipe sin autor", lo cual es correcto siempre que se entienda que, para ser partícipe, se precisa que haya dado comienzo un hecho típicamente antijurídico; no es preciso en cambio la culpabilidad ni la punibilidad del autor. El autor debe dar comienzo a un hecho típicamente antijurídico en el que el partícipe "toma parte". No se requiere que el autor sea culpable y/o punible, ya que la responsabilidad penal del partícipe depende de la del autor, pero no absolutamente. Es por esto por lo que se caracteriza la accesoriedad como limitada, diferente de la accesoriedad máxima (en la que se requiere la concurrencia de un hecho típicamente antijurídico, culpable y punible) y de la accesoriedad mínima (en la que sólo se requiere un hecho). Así, es posible responder como partícipe aunque no responda el autor, porque carezca de culpabilidad o no sea punible. Dentro de la accesoriedad limitada, podemos distinguir dos sentidos. Primero, la accesoriedad cuantitativa: como mínimo tiene que haberse iniciado un hecho, es decir, que se haya dado comienzo a la tentativa, al menos. Y segundo, la accesoriedad cualitativa: ese hecho debe ser típicamente antijurídico, es decir, que no se precisa la culpabilidad ni punibilidad del autor para responder como partícipe. Según establece la STS de 30 de abril de 2003, sobre la accesoriedad limitada, "la acción del partícipe es punible porque contribuye decisivamente a la producción de un injusto típico y su culpabilidad completa los elementos constitutivos que eventualmente faltaren". En nuestro ordenamiento cabe la participación imprudente, tanto si el autor obra con dolo como si no, a excepción de la complicidad no dolosa, que nunca se imputa. En cambio, para que haya participación dolosa se requiere siempre que el autor obre con dolo. ¿Qué sucede, entonces, si el partícipe obró con dolo en el hecho de un autor no doloso? Podría tratarse, en su caso, de un supuesto de autoría mediata; o bien se consideraría como participación en delito imprudente (que no participación imprudente), dependiendo del caso. En lo que respecta a la pena, tanto el inductor como el cooperador necesario serán considerados, como establece el art. 28 del CP, autores del delito, mientras que al cómplice o cooperador no necesario se le impondrá la pena inferior en grado a la fijada por la Ley para los autores del mismo delito, según dispone el artículo 63 del CP. Respecto a la responsabilidad de los partícipes en delitos especiales, cfr. art. 65.3 y Delitos comunes y delitos especiales.