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Teoría y función del Arte

H. W. Janson A. F. Janson /

Historia del Arte 


Introducción

Imaginación.
Imaginar significa formar una imagen
en nuestra mente. Los hombres son
los únicos seres que mediante
historias o imágenes, pueden
comunicarse lo que imaginan. La
imaginación puede considerarse como
la conexión entre el consciente y el
subconsciente, donde tiene lugar la
mayor parte de nuestra actividad
cerebral. Es el agente cohesionador
que mantiene unidos el intelecto, la
personalidad y la espiritualidad del
hombre.
Gruta de Lascaux - ¿Chamán en éxtasis?
¿Quiénes fueron los primeros artistas?
Probablemente los chamanes. Gracias a Una de las razones para que el hombre se
su capacidad única de penetrar en lo dedique a crear es su deseo irresistible de
desconocido, y a su raro talento para remodelarse a sí mismo y a su entorno de
expresarlo por medio del arte, el chamán una forma ideal.
pudo obtener el control de las fuerzas Una gran obra contribuye a la visión que
ocultas en el hombre y la naturaleza. tenemos de la vida y nos produce una
profunda emoción.
En el arte, lo mismo que en el lenguaje, el
Arte y significado. hombre es por encima de todo un
inventor de símbolos que transmiten
pensamientos complejos de un modo
¿Qué es el arte y por qué lo crea el nuevo.
hombre? El valor del arte está tanto en lo que dice
como en la forma en que lo hace.
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Teoría y función del Arte

¿Pero cuál es el significado


del arte? ¿Qué es lo que
trata de decir? Los artistas
plásticos no suelen ofrecer
una explicación clara,
puesto que la propia obra es
su misma afirmación. Si
pudieran decirlo con
palabras, seguramente
serían escritores.

Se ha dicho que el arte es


un diálogo visual, que
expresa la imaginación del
creador como si éste nos
estuviera hablando, aunque Mancha de tinta - Rorschach
en sí mismo el objeto
artístico sea mudo. Pero para que haya diálogo es necesaria nuestra participación activa;
para entender adecuadamente la obra de un artista tenemos que aprender cuál es su
estilo y perspectivas, así como los del período y el país al que pertenece. El gusto sólo
está condicionado por la cultura; pero ésta es tan variada que resulta imposible reducir el
arte a una serie de preceptos.

Creatividad.
¿A qué nos referimos al hablar de
elaboración?
No debemos confundir la elaboración
de una obra de arte con la habilidad
manual o artesana. La pieza artesana,
por muy laboriosa que sea, no merece el
nombre de obra de arte si no implica la
realización de un salto de la
imaginación.

La obra de arte no existe sin la ejecución


de la idea.
Las manos del artista juegan un papel
esencial en el proceso creativo, por
modesta que sea la tarea que deban
realizar.
El salto de la imaginación se
experimenta en ocasiones como un
Pablo Picasso — Cabeza de Toro (1943). Fundido en
destello de la imaginación, pero es
bronce de sillín y manillar de una bicicleta. infrecuente que una idea surja ya
completa. Lo habitual es que el
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resultado se vea precedido por un largo


período de gestación en el que, sin
encontrar la solución al problema, se
realiza el trabajo más difícil.

Metáfora del nacimiento. Los trabajos del


artista se asemejan a la Creación que se
nos relata en la Biblia, tal como lo
expresó elocuentemente Miguel Ángel,
quien describía la angustia y la gloria de
la experiencia creativa como “liberación
de la figura del mármol que la aprisiona”.

La obra del artista se resiste a las reglas


establecidas, mientras que la del artesano se
ve estimulada por la estandarización y la
regularidad.

Lo que diferencia al auténtico artista no es


tanto el deseo de buscar como esa misteriosa
capacidad de encontrar, a la que damos el
nombre de talento, o lo denominamos “don” o
“genio”. 1

Lo único que podemos decir del talento, es


que no debe confundirse con la aptitud. Esta
es lo que necesita el artesano, y no consiste en
otra cosa sino en una capacidad superior a la media para hacer algo que está al alcance de
cualquier persona ordinaria. El talento creativo, es totalmente impredecible; sólo
podemos verlo en las realizaciones pasadas, pero ni
Miguel Ángel — Pietá (Detalles)
siquiera éstas son suficientes para permitirnos asegurar
que un determinado artista seguirá produciendo en el
mismo nivel.

Originalidad.
La originalidad es lo que distingue el arte de la artesanía.
Es un concepto muy difícil de definir.
El problema no está en decidir si una obra de arte es o no
original, sino en establecer la medida exacta de su
originalidad.
Toda obra de arte ocupa su lugar específico en el espectro

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“Dicen que soy un hombre que busca. Pero yo no busco, encuentro.” (Pablo Picasso)
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de lo que denominamos
tradición. Esta significa “lo que
se nos ha entregado”, y sin ella
la originalidad no sería posible.

Preferencias y
aversiones.
¿Existe realmente alguien que
no sepa nada sobre arte?
El arte forma parte del tejido de
la vida humana en tal medida
que lo encontramos
continuamente, aunque los
contactos con él se limiten al
denominador común más
inferior del gusto popular, que
sigue siendo, un tipo de arte.

Cuando alguien dice “conozco


lo que me gusta” en realidad
está diciendo “me gusta lo que
conozco (y rechazo lo que no se
ajusta a las cosas con las que
estoy familiarizado)”; pero esa
preferencia no pertenece en
realidad a quien la manifiesta,
sino que le ha sido impuesta
por el hábito y la circunstancia,
sin ninguna verdadera elección
John de Andrea — El Artista y su modelo (1980). Polivinilo, personal. El que nos guste lo
policromado al óleo; tamaño natural que conocemos y nos desagrade
lo que desconocemos es un
antiguo rasgo de la humanidad.

Autoexpresión y público.
Todo arte implica autoexpresión. El artista no crea simplemente para su propia
satisfacción, sino que quiere que su obra reciba la aprobación de los demás. 2
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Casi todos conocemos el famoso mito griego del escultor Pigmalión, quien hizo una estatua tan hermosa de la
ninfa Galatea que enamoró de ella, y Venus le dio vida cuando él la estaba abrazando. Recientemente, el mito ha
recibido una nueva interpretación en una obra de John de Andrea, la cual, invirtiendo los papeles, nos da abundante
información sobre la creatividad. Ahora es el artista quien, perdido en sus pensamientos, es inconsciente de la
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De hecho, quizá sea la esperanza de recibir esa aprobación la razón primera de su deseo
de crear, por lo que el proceso creativo no se completa hasta que la obra ha encontrado
su público.
Lo que el artista entiende por “público”, no es el público como entidad estadística, sino
su público particular; para él la calidad es más importante que la cantidad. El público
que tanto ocupa en la mente del artista es limitado y especial, no es el general: los méritos
de la obra del artista nunca podrán determinarse en un concurso de popularidad. La
única calificación que comparten todos los miembros de ese público es un amor
inconcreto por las obras de arte; una actitud al mismo tiempo discriminadora y entusiasta
que da un peso particular a su juicio. Son, en suma, los expertos, persona cuya autoridad
se basa no en el conocimiento teórico, sino también en la experiencia.
La minoría activa a la que hemos considerado como el público primario del artista,
recluta a sus miembros de entre un público secundario, mucho más amplio y pasivo,
cuyo contacto con el arte es mucho menos directo y continuo. A su vez. Este grupo se
disuelve en el gran número de los que creen que “no saben nada de arte”, los profanos.
En realidad no existe un vacío infranqueable, ningún tipo de distinción, entre él y el
experto, habiendo sólo una diferencia de grado.

El camino está abierto a todo aquel que posea una mentalidad abierta y una capacidad
para absorber las nuevas experiencias. Conforme va aumentando nuestro entendimiento
al recorrerlo, descubrimos que nos gustan muchas más cosas que las que en un principio
creíamos, tomando conciencia al mismo tiempo del valor de nuestras convicciones, hasta
que llegue el momento, si recorremos lo bastante del camino, en que sepamos hacer una
elección personal significativa entre las diferentes obras de arte. Sólo entonces podremos
decir, y con razón, que ya sabemos lo que nos gusta. ξ


Janson, H.W. — Janson, A:F:. Historia del Arte. Editorial Akal, “Colección Arte y Estética”, 1ª Edición 1971 (3ª
Edición 1988), Madrid, España, pp.470 (Traducción: Rafael Lassaletta — Francisco de Benito).

mirada de la estatua. Esta se basa claramente en un modelo real más que en una concepción ideal, y el proceso por
el que “cobra vida” todavía no se ha completado, pues el artista no ha terminado de pintar sus blancas piernas. La
ilusión es tan convincente que nos preguntamos cuál es la figura real y cuál el sueño de la otra, si el artista o la
escultura. De Andrea nos hace pensar que, para el artista, el acto creativo es una obra de amor que da vida al arte.
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