Primeraedición,2015

Abrams,Philip, Akhil Gupta y Timothy Mitchell

Antropología del estado / Philip Abrams, Akhil Gupta, Timothy Mitchell ; Íltucp
pról de Marco Palacios; trad. de MarcelaPimentel - México : FCE,2015
187p.; 17 x ll cm - (Colec.Umbrales)
Nota: traducciónparcialdel título original The Anthropology of the State:
A Reader Prólogo,por Marco Palacios o
ISBN 978-607-16-2206-8

1. Estado- Aspectos sociales2. Nación - Aspectossociales3. Política r. Notdssobrela dificultad de estudiarel estado,
- Antropología I Gupta, Akhil, coaut. II Mitchell, Timothy, coaut. III Pala- por Philip Abrams 17
cios, Marco,próI. IV Pimentel,Marcela,tr V Ser.VI t El problema en general r9
LC GN92 El problema en particular 23
Dewey 306.24538a
nn
Unaalternative....
El estadode la sociologíapolítica 29
Distribuciónmundial
El estadode la teoría marxista 39
{
Diseño de la colección:PaolaÁlvarezBaldit La extinción del estado )r

Descifrarla legitimidad 55
Los capítulosde estelibro fueron tomadosde The Anthropologj of the Stdte:
A Reader,editadopor AradhanaSharmay Akhil Gupta,Blackwell,Malden, Hacia una recuperaciónde la historia 59
MA, 2006:"Notes on the Difficulty of Studying the State",de Philip Abrams Anexo. Sistemaspolíticos 64
(pp. 112-130);"Society,Econom¡ and the SrateEffecr",de Timothy Mitchell 66
Bibliografía
(pp. 169-186),y "Blurred Boundaries:The Discourseof Corruption, the
Culture of Politics and the Imagined State".de Akhil Gupta (pp ZII-Z4Z).
Estatraducción se publicacon el permiso de BlackwellPublishingLtd. 2. Fronterasborcosas:el discursode la corrupción,
la cultura delapolítica! el estadoimaginado,
D R. O 2006,BlackwellPublishingLtd.
por Akhil Gupta . 7r
D. R. O 2015,Fondo de Cultura Económica El encuentro con "el estado"en el ámbito local .. . 8z
CarreteraPicachoAiusco,227;14738México, D F. El discursode la corrupción en la cultura pública . 1oo
EmpresacertificadaISO 9001:2008
El estadoimaginado 118
Comentarios:editorialpfondodeculturaeconomicacom Conclusión L27
wvw.fondodeculturaeconomióacom Bibliografía r34
Tel.: (55) 5227-46Q: fax: (55) 5227-4694

Seprohíbe la reproduccióntotal o parcialde estaob¡a,seacual fuere j. Sociedad,economídy eI efectodel estado,

el medio, sin la anuenciapor escrito de1titular de los derechos. por Timothv Mitchell. L45
Abandono del estado r48
rsBN
978,ó07-tó-2206-8
El regresodel estado r).f,

Impreso en México. Printed, in Mexico Un enfoque alternativo 158

144 AKJIIL GUPTA
DettelopmentStudies,vol. XVIII, núm. 3, Londres,1982.
pp.287328.
Wade, Robert, "Irrigation Reform in Conditions of Populist
Anarchy: An Indian Case",lournalof DeuelopmentEco-
nomics,vol. XIV núm. 3, Amsterdam, ry84,pp. 2853o3.
"The Market for Public Office: Why the Indian
State Is Not Better at Development",World Dewlop-
ment, vol. XIII, núm. 4, Pergamon,Oxford, 1985, pp
467-497-
Waites, Bernard, Tony Bennett y Graham Martin (eds.),
Popular Culture, Pastand Present,Open Universify Press,
Londres,1982.
Woost, Michael D., "Nationalizing the Local Past in Sri
Lanka:Histories of Nation and Developmentin a Sin-
haleseVillage",American Ethnologist,voi. XX, Washing-
fon, r9g, pp. 5o2-52r.
Yang,Mayfair Mei-hui, "The Gift Economy and StatePower
in China", ComparatiueStudies in Society and History,
vol. XXXI, núm. r, enerode ry89,pp. z5-54.
ECONOMÍRYET EFECTO
SOCIEDAD,
DEL ESTADO
El estadoes un objeto de análisisque pareceexistir simul-
táneamente como fuerza material y como constructo ideo-
lógico y ser t¿nto real como ilusorio. Estaparadojaplantea
un problema particular en cualquier intento de construir
una teoría del estado.La red de arreglosinstitucionalesy
prácticaspolíticas que forman la sustanciamaterial del es-
tado es difusa y apenaspuede definirse en sus contornos,
mientras la imagineríapública del estadocomo constructo
ideológico es más coherente. EI estudio académicodel es-
tado es proclive a reproducir en su propio orden analítico
estacoherenciaimaginaria y a representartergiversadamen-
te la incoherenciade la prácticadel estado.
Philip Abrams'llama la atención sobreestatendenciay
sostiene que es necesariodistinguir entre dos objetos de
análisis,el estado-sistemay el estado-idea.El primero se
refiere al estado como sistema de prácticas institucion¿li-
zadas,y el segundo a la cosificación de este sistema,que
adouiere"una identidad abiertamentesimbólica, cadavez
mái divorciada dela realidadcomo registro ilusorio de Ia
práctica".Para no confundir el segundo obieto con el pri-
mero, Abrams sugiere"afendera ios sentidosen que el es-
tado no existe, en vez de aquellosen que existe".'
Éstapareceser una recomendaciónsensata.Sin embar-
go, si laioherencia y la definición dei estadosurgen de la
idea-estado,entoncessustraeréstade la existenciadel esta-
'P Abrams, "Notes on the Difficulty of Studying the State" [véase el
capítulo r de estaedición en español1.
'Ibíd.,p.9.
 SOCIEDAD, ECONOMIAY EL EFECTO DEL ESTADO I47
TIMOTITY MITCHELL
146

que la.definición de los lí- la idea de sistemapolítico. Sin embargo,aI rechazarla ideo-
do como sistema de poder hace sostiene logía los teóricos se encontraron con que no tenían forma
mites del sistema se vuelva complicada',Foucault
ü; ;;;J; p.d.ffiff:','""Í'#f*:,i1' ::i de definir los límites del sistema.Su empirismo prometía
definicionesprecisas;en cambio,ellos fuiron incápacesde
tado. "Uno no Puede
;;";; f";*; aislada
";11i3
si*:?:t',x;;;i:Af;#iii:: trazar una línea que distinguiera el orden político de la ex-
tensasociedaden oue funcionaba.
va mucho La segundarespuesta, apartir de finales dela décadade
iercicio del Poder t97o,fue"traer de vuelta al estado".'Lanuevaliteratura de-
io más sutilesY es mucho más
ouede definirie el aParatode finió el estado de diversasformas. la mavoría de las cuales
recomiendahacerlo) y ubicar lo considerabanno sólo distinto de h sóciedadsino autó-
c)Lduv\uvr'v nomo respectode ella. No obstante,a fin de restablecerla
tt poder atraviesapor canales
;;r^it;;t ¿En qué p"ruo elusiva línea entre ambos, la literatura hizo que la distin-
,,-,titti y su eieicicio se vuelve tan ambiguo
ffi;i;*".itt. ción estado-sociedadse corresDondieracon una diferen-
tJ'lit'á"tot de este aparato?¿Dónde
ü,,';;;;;;.o,to.tt ciación entre 1o subietivoy lo ob¡etivo,o entre lo ideal y lo
como un apatafo?
está el exterior que ptt"titt identificarlo real. Para ello redujo al estado a un sistema subjetivo de
tratando de sepa-
Lasrespuestesno puedenencontrarse toma de decisiones,un conceptotan limitado que no pudo
á"1 estado de las ideológicas'o la
rar las forma, mate'i"lts aiustarsesiquieraa las evidenciasque los propios teóricos
forma real de la ilusoria' La id del estadoDresentaron.
oueden observarsemeior co Un enfóque alternativo habú de partir del supuesto de
otoa.to. Paraser más Preciso que debemostomar en serio la dificultad para definir los
¿el
estado" surge de técnical limites entre estadoy sociedad,no como un problema de
materiales terrenales adquier precisión conceptual sino como un indicio dela nafuraleze
abstracta,inmaterial' Cualqui del fenómeno. En lugar de esperarque seaposible encon-
riencia abstractao ideal del t trer una definición que delimite las fronteras entre estadoy
p* ;;" t"i ái"l"'ión' no podrá comprenderlo'
;i;;; sociedad(como pasoprevio parademostrarcómo el objeto
estado nó es acl"rar tales dis-
La función de una t"oti" ¿tt situado en un lado influye a o es autónomo de lo que se
sino analizar su evolución histórica'
ñ¿i;;;t, encuentradel otro lado), necesitamosexaminarlos Droce-
sociales de los Estados Unidos durante
En las ciencias sos políticos por medio de los cualesse producela incierta
respuestasdiferentesal
el periodo de posguerra,hubo dos pero poderosadistinción entre estadoy sociedad.
práctrca y la ideología en
problema de cómo relacionar la
:i;ü;';"d.é"llgm ;::'il::,T-ftr$iilÍ Una teoría del estado contemooráneo también debe
examinarla distinción paralelaque ie construyeentre esta-
estd'do, Por ser un tet do y economía.En el siglo xx, crear estacontraposiciónse
teórico' y sustituirlo con
;;l;p:^;^ser la basedel desarrollo convirtió quizá en el método más importante de articu-
(ed')' Power/
' M. Foucault, "Questrons on Geograph-y"'en C Gordon ' P.Evans et
7972-1977' Pantheon dl., Bringing the Stote Back In, Cambridge University Press,
lnteri'ieti and o7il'i' ilvritings'
Knowledge:Sete,ted Cambridge,r985.
Books, Nueva York' ry8o' P' 72'
148 TIlv
lación del poder del estado.Sin embargo,los límites entre
estadoy economía son aún más difusos que los que existen
entre estadoy sociedad.
Tales distinciones no deben entendersecomo la separa-
ción entre dos entidadesdiscretas,sino como una línea tra-
zadapor dentro de la red de mecanismosinstitucionales por
medio de los cuales se mantiene el orden social y político.
La capacídadde lograr que una distinción interna apeÍezca
como si fuera la frontera externa entre objetos separadoses
la técnica distintiva del orden político moderno. Uno debe
examinar la técnica desde una perspectiva histórica (algo
que no consigue la mayor parte de la literatura sobre el es-
tado), como consecuencia de ciertas prácticas novedosas
ta atribuirlo a la coherencia, unidad y absoluta auronomía
que resultan de los enfoques teóricos existentes.
ABANDONO DEL ESTADO
Cuando los científicos socialesde los EstadosUnidos eli-
minaron el término estado de su vocabulario, en los años
cincuenta, afirmaron que esevocablo presentabados debili-
dadesrelacionadas:su uso "ideológico" como mito político,
como "símbolo de¿rnidad",generubacontroversias sobre su
significado exacto;sademás,aun cuando se hubiera llegado
a un consenso,estas referenciassimbólicas del término
excluían aspectosimportantes del proceso político mo-
5 D. Easton, The Political System:An Inquiry into the Std'teof Political
Science,Knopf , Nueva York, 1953, pp. I ro- rLz.
SOCIEDAD,ECONOMIAY EL EFECTODEL ESTADO t4g
derno.uSin embargo,estosfactoresno explicanpor sí mis-
mos el rechazoal concepto de estado; de hecho, los acadé-
micos han estadoseñalandosusdebilidadesy ambigüedades
durante décadas.'Loque hizo que repentinamente las debi-
lidades cobraran importancia fue el cambio de la relación
entre ciencia política y poder político en los EstadosUnidos
durante la posguerra. Esto puede observarseal revisar lo
que se escribió entonces. La política comparadade Ia pos-
guerra,de acuerdo con un informe sobre la futura "misión"
de esadisciplinapublicadoen 1944por la ersa, debíahacer
a un lado su limitado interés en el estudio del estado ("el
análisisdescriptivo de las instituciones extranjeras")para
convertirse en "un instrumento deliberado de ingeniería
social".8 Los académicosusaríanestamaquinariaintelectual
para"dar a conocer nuestra experienciaa otras nacionese
1...] integrar en forma científica sus instituciones en un
patrón universal de gobierno".ePara lograr estos fines, la
disciplina debía expandir su territorio geográfico y teórico
y convertirseen lo que el informe llamaba"una ciencia'to-
tal"'.to"No podemospermitir más la existenciade espacios
en blanco en nuestro mapa del mundo", decíael informe,
empleando r¡retáforas que reflejabanlas ambiciones impe-
rialistas de la política estadunidensede la posguerra."Los
puestosfronterizos del gobiernocomparadodebenser reti-
rados con audacia",t'afin de abarcarel mundo y, al expan-
dirse al territorio de otras disciplinas(antropología,psico-
Iogía, economía y estadística),abrir cadapaís a métodos
utbid.,pp.
ro6-rr5.
' G. Sabine, "The
State", en Enclclopedia of the Social Sciences,Mec-
millan, Nueva York, ry34.
' K. Loewenstein, "Report
on the Research Panel on Comparative
Government", The American Political Science Reyiew, vol. XXXVIII,
núm. 3, junio d,ery44, p. 54t.
' Ibid., p.
547.
'oIbid., p.
54t.
" Ibid., p. 543.
150 TIMOTITY MITCHELL
mucho más detalladosde observación e investigación, y de
esaforma "lograr eccesoal verdaderoGestalt de las civiliza-
cionespolíticasdel exterior".t'
La ciencia política tuvo que ampliar sus fronteras du-
rante la posguerraparaponerse alapar del crecientepoder
de los EstadosUnidos y servir a sus ambiciones.Tomando
prestadosconceptosy métodos de investigaciónde la an-
tropología y otros campos,la ciencia política no sólo se pro-
puso cambiar su enfoque del estadoa la sociedad,sino abrir
los mecanismosdel procesopolítico a una inspecciónmu-
cho más minuciosa. Este campo iba a convertirse en una
disciplina de detalleque llevaríi sus investigacionesal me-
ticuloso examende las actividadesde los grupos políticos,
el comportamiento de los actoressocialese incluso las mo-
tivacionesde las psiquesindividuales.
La apertura de este nuevo territorio a la investigación
científica pareció aún más apremiante enle décadade ry5o,
cuando el optimismo estadunidensede la posguerra se
habíaconvertido en incertidumbre política.Fue 1oque Eas-
ton''llamabacon gravedad"nuestri presentecrisis social"
-el comienzo de la Guerra Fría, acompañadode la camoa-
ña interna contra la izquierda-, Io qué de pronto hizo im-
perativo eliminar la ambigüedad del vocabulario político y
consfruir leyes generalesde ciencias socialessüfi.i..tte-
mente ampliaspara incluir todos los fenómenos políticos
significativose "ir más altáde Ia experiencia[...]-de cual-
quier cultura".tn
El planteamiento expuestoen el artículo 'A Suggested
ResearchStrategy in Western European Government and
Politics" l"Propr¿estade estrategia de investigación para
gobiernosy políticasde Europaoccidental"l, ry55, del Áue-
vo Comité de PolíticaComparadadel Consejode Investiga-
" Ibid , p. 54t .
" D. Easton, op. cit , p. 3.
' r l b i d . ,p . 3 r 9 .
SOCIEDAD, ECONOMIA Y EL EFECTO DEL ESTADO
ción de Ciencias Sociales,presidido por Gabriel Almond,
criticó unavez más el "excesivoénfasisen los aspectosfor-
males de las instituciones y los procesos",pero ahora por
orimera vez seítalabala necesidadde un cambio en términos
áe "consideraciones prácticesy urgentes".En los principales
paísesde Europa occidental,informó el comité, "grandes
grupos de opinión parecenser ajenosa Occidente,política-
mente aoáticoso activamenteatraídospor el comunismo".
EI estadóera un enfoquedemasiadoestiechoy formal para
la investigaciónporque "los problemasbásicosde la lealtad
cívica y la cohesión social residen en gran medida fuera
de la estructura formal del gobierno". Era necesariollevar a
caboinvestigacionesque identificaranel grado de cohesión
política v lealtad a Occidente más allá de esta estructura
iormal, "dentro de las redesde agrupacionessocialesy las
actitudesde la población general".Este examenminucioso
podría confirmar las expectativasdel comité de que, en ca-
sos como el de Francia,"existe al menos la posibiiidad de
romper el dominio del partido comunista sobre una gran
parte de sus seguidores".tt
En respuestaa las necesidadesde la Guerra Fría, la dis-
ciplina también expandió su territorio geográfico.En su
prólogo a The Appeals of Communisw lLos atractivos del
comunismo], Almond afirmabaque el comunismo habíaco-
menzadoa extenderseen zonas no occidentales,y advertía
oue esta tendencia era "ten ameÍrazanteque merece aten-
ción especial".tu Estas preocupacionesgñbales fueron el
aliciente paraTainvestigación realizadaa finales dela déca-
da de ry5o, y publicadasubsecuentemente como The Ciuic
Cuhure [La cultura cívica]. La introducción del libro seña-
" G. A Almond, T. Cole y R. C. Macridis,'A SuggestedResearchStra-
tegy in Western European Government and Politics", The American Po-
litical ScienceReview,vol. XLIX, núm. 4, diciembre de t-955,p. to45.
'u G. A. Almond, The Appeals of Communism, Princeton University
Press,Princeton, ry54,p vtr
 L52 TIMOTITY MITCHELL
laba la apremiante necesidadde exportar e zonascoloniza-
das del mundo, que en .se -ornento estabanbuscandosu
independencia,los principios del procesopolítico angloes-
tadunidense.Con ese fin, se propuso codificar no sólo las
reglas formales de las instituciones del estado, sino los
"componentesmás sutiles" que constituían sus "precondi-
ciones sociopsicológicas":esacombinación de espíritu de-
mocrático y respetuosa deferencia hacía le autoridad que
era reconocida como "la cultura cívica".t'
El tono científico de esta literatura ofreció al empirismo
de la cienciapolítica una alternativaal conceptode ástadoy
sus connotaciones"ideológicas"(es decir, marxistas).Sin
embargo,al abandonarel enfoque tradicional en las institu-
ciones del estadosurgió una ciencia cuyo nuevo objeto, el
sistemapolítico, no teníe límites discernibles.La constante
expansiónde los conocimientos empíricos y teóricos que
deberándominar los científicosde política comparadaen el
futuro, advertíaAlmond en t969, 'üsombra la imaginación
y hace flaquear la voluntad". Peseal impulso inicial de "pes-
tañear y retirarse por temor", escribió, no debehaber dudas
en el esfuerzo por acumular el conocimiento que "nos per-
mitirá ocupar nuestro lugar en el orden de lasiiencias con
la dignidad reservadaa quienes siguen un llamado sin lími-
tes ni condiciones".tt
Los defensoresdel cambio del estudio formal del estado
por el análisismeticuloso de los sistemaspolíticos se die-
ron cuenta de que estaban emprendiendo une aventura
científrca "sin límites". No obstante, dieron por hecho que
la noción misma Cesistemapolítico de algunaforma resól-
vería Ia cuestión d¿:los límites, pues, como escribió Al-
" G. A. Almond y S. Verba, The Ci¡¡ic Cuhure: politicdl Attitudes and
Democracy in Fit¡e Nations, Princeton University press, princeton,
1963,p. 5.
" G. A. Almond y J. Coleman, The Politics of the Deueloping Areas,
Princeton University Press,Princeton, ry6q p.64.
socIEDAD,BCOI.¡OUíIVpTEFECTODELESTADO 153
mond, implicaba la "existencia de fronteras", de puntos
"donde otros sistemasterminan y el sistemapolítico em-
pieza".Ellímite requeríauna "definición clara";de otra forma
"estaríamosincluyendo en el sistemapolítico iglesias,eco-
nomías, escuelas,grupos de parentescoy linaje, grupos de
edady otros similares".ttSin embargo,esto fue precisamen-
te lo oue ocurrió. Los límites del sistemano resultaron ser
una línea clara, sino toda forma concebiblede expresión
colectiva de demanda política, desdegrupos "instituciona-
Ies", como legislaturas,iglesiasy eiércitos, hasta grupos
"asociados",como organizacionesde trabaiadoresy em-
presariales;grupos "no asociados",como las comunidades
étnicaso de parentesco,y grupos "anómicos",como los dis-
turbios y las manifestacionesespontáneos.20
En un intento por eliminar la ambigüedad de un con-
cepto cuyes funciones ideológicasimpedían la precisión
científlca, el enfoque de sistemasaportó como sustituto un
objeto cuyas fronteras se abrieron para dat paso e un terre-
no ilimitado e indeterminado.
EL REGRESO DEL ESTADO
El intento por eliminar el concepto de estado,en las décadas
de r95o y tg6o, no tuvo éxito.La noción de sistemapolíti-
co era demasiadoimprecise y poco utllizable para estable-
cerse como alternativa. Pero hubo otros motivos para el
regreso del estado. Primero, hacia finales de la décadade
t96o era claro que la influencia de los EstadosUnidos sobre
el Tercer Mundo no podía basarseen la creaciónde "cultu-
ras cívicas".La modernización parecía requerir la creación
'An
" lbid., pp. 5, 7-8; véese también D. Easton, Approach to the
Analysis of Political Systems", Woild Politics, vol. IX, núm. 3, abril de
1957'p.384.
'o G. A. Aimondy
I. Coleman,op cit, p. 33.

de poderososestadosautoritarios, como afirmaba Hunting-
ton en 1968.
Segundo, a partir de finales dela décadade 196o, aca-
démicos neomarxistas desarrollaron en América Latina,
Medio Oriente y Europauna crítica más contundente a la
teoría de la modernización. Samir Amin, Cardoso y Fa-
letto, Gunder Frank y otros elaboraronteoríasdel desárro-
llo capitalistaen las cualesse concedíaun lugar importan-
te alanaturalezay eI papel del estadoen el Tercer Mundo.
Como señalaPaul Cammack,2'esta literatura obligó a los
académicosde los EstadosUnidos a "volver al estádo",en
un esfuerzo por reapropiarsedel concepto aprovechando
las investigacionesneomarxistas y, en la mayiria de los ca-
sos,negandola importancia de la-estructurámarxista sub-
yacente.
Tercero,enb, mayoríade los paísesde Occidenteel len-
guaje del debatépolíiico seguíaÉaciendoalusión a las ins-
tituciones del estadoy al papel de éste en la economía y
en la sociedad.En t968, f. P.Nettl apuntabaque, si bien el
concepto estabapasadode moda en las cienciassociales,
mantenía una vigencia popular que "ninguna cantidad de
reestructuración conceptual puede disolver".r,El estado,
individuales"" y los alcancesde esta variable conceptual se
" P Cammack, "Bringing the State Back In? A polemic", British Journdl
of Political Science,vol. XIX, núm. z, abr1l.de 1989,y "Statism, New Insti-
tutionalism, and Marxis¡n', en R. Miliband y L. panitih (eds.), The Socialist
Register rygo: The Reteat of the Intellectuals, Londres, Merlin press, r99o.
" J. P. Nettl, "The State as a Conceptual Variable',, World politics,
voi. XX, núm 4, julio de ry68,p.559.
'ulbid., pp.
565-566.
' Ibid., p.
577.
SOCIEDAD,ECONOMÍAYELEFECTODELESTADO 155
correspondencon importantes diferenciasempíricasentre
las sociedades,como variacionesen las estructuras legaleso
en los sistemasde partidos.2s
Es claro que la importancia del estadocomo constructo
ideológico y cultural común debía ser la base no para des-
carter el fenómeno sino para abordarlo con seriedad.No
obstante,la noción de Nettl sobre este constructo como
disposición subjetivaque podía correlacionarsecon fenó-
menos más objetivos siguió siendo completamente empÍ-
rica. Un constructo como el estadono ocurre simplemente
como una creenciasubjetiva,sino como una representación
una estructuralegalo un sistemade partidos.O, como sos-
tengo aquí, si se busca comprender 7a naturalezade un fe-
nómeno como el estado debe cuestionarsela distinción
entre el ámbito conceptual y el empírico.
Las principales corrientes de las ciencias socialesno
formularon tales preguntas.De hecho, la distinción con-
ceptual/empírico fue la baseconceptualnó cuestionadaa
partir de la cual se reintroduio la idea del estado.A finales de
la décadade ry7o, el estado resurgió como objeto central
de análisisde las cienciassocialesen los EstadosUnidos.
"Las líneasentre estadoy sociedadse han vuelto borrosas",
advirtió Stephen Krasner en Defending the National Inte'
una de las primeras contribuciones a esteresurgimien-
rest,26
to. "El supuesto analítico básico -que defendíaeste enfo-
que estatista- es que existe una distinción entre estado y
"' Ibid..,pp.579-592.
" S. D. Krasner, D efending the National Interest: Rdn Mdteridls In'rest-
nents and IJ.S. Foreign Policy, Ptinceton University Press, Princeton,
1978,p. xt.
 socrEDAD, EcoNoMÍAY EL EFEcro DEL ESTAI
156 TIMOTITY MITCHELL

sociedad.""Como en el artículo de Nettl, la nueva literatu-
ra presentó esta diferencia fundamental pero problemática
en términos de una distinción subyacenteentre un ámbito
conceptual(el estado)y un ámbito empírico (la sociedad).
Tal enfoque pareciasuperar el problema del que se quejaban
y con el cual se habíantopado de nuevo los teóricos de los
sistemas,acercade cómo discernir los límites entre estado
y sociedad:había de ser asimilado a la distinción aparente-
mente obvia entre lo conceptualy lo empírico, entre un or-
den subjetivoy uno objetivo.Sin embargo,como he mostrado
en otras ocasiones,esto dependet¿nto de una enorme sim-
plificación del fenómeno del estadocomo de la aceptación
ácrítica de esta distinción.'8
Las interpretaciones sobre política a parfir de enfoques
centrados en el estadolo presentan como una entidad autó-
noma cuyasaccionesno se reducen a las fuerzasde la socie-
dad ni están determinadaspor ellas.Este enfoque no reque-
tíatanto de un gran viraje de perspectiva,desdela sociedad
de vuelta hacia el estado, cuanto de restablecer de alguna
forma una frontera clara entre ambos. ¿Cómo habían de
convertirse los bordes porosos donde las Drácticasoficiales
se combinan con las semioficialesy éstaston hs no oficia-
les en líneas de separación,de modo que el estado pudiera
mantenerseaparte como un objeto discreto y autodirigido?
La popular definición weberianadel estado,como una orge-
nización oue reivindice un monoDolio dentro de un territo-
rio determinado del uso legítimo de la violencia, es sólo una
caracterizeciónresidual.No explica cómo habrán de trazar-
se los contornos realesde esta organizaciónamorfa.
Los nuevosteóricos del estadono completaronel esbo-
zo de los contornos organizacionales. Secircunscribierona
definiciones más limitadas, que generalmente entendían el
estadocomo un sistemade toma de decisiones'El enfoque
más estrecho ubica la esenciadel estado no en la organiza'
ción monopólica de coerción ni, por ejemplo, en las estruc-
turas de uraorden legal,ni tampoco en los mecanismospor
medio de los cualeslos interesessocialesencuentran re-
presentaciónpolítica, ni en los arreglosque mantienen una
ielación deteiminada entre los productores de capital y los
propietarios de éste,sino en la formación y expresión de in-
i.niiotr"t autoritarias. Construida como una maquinaria
de intenciones -comúnmente llamada elaboraciónde lqes,
toma de decisioneso forrnulación de políticaspúblicas-, eI
estado se convierte esencialmenteen una esfera subjeti-
ma detallada,a\ analizat algunas de las principeles aPorte-
ciones alaTiteratuta.'nAun aquellos que definen su postura
como institucionalista,comoTheda Skocpol,'osólo pueden
dernostrar la supuestaautonomía del estado apelandoa un
interés subietivóo a la ideologíadel gobernante'Cuando la
discusiónse refierea procesosinstitucionalesmás amplios,
la distinción entre estadoy sociedadse desvanece'
" T. Mitchell, ert. cit.

" Ibid.,p.5.
'?8T. Mitchell, "The Limits of the State: Beyond Statist Approaches
and Their Critics", The American Political Science Retiew, vol. LXXXV
núm. r, marzo de r99t-.
158 TIMOTITY MITCHELL
UN ENFOQUE ALTERNATWO
La literatura centrada en el estado parte del supuesto de
que el estado es una entidad distinta, opuestay separada
de una entidad más grandellamadasociedad.Susargumentos
se limitan a evaluarel grado de independenciade un objeto
respectodel otro. De hecho, Ia línea entre ambos es, con
frecuencia,incierta. Al igual que los teóricos de los sistemas
que los precedieron,los teóricos del estadoson incapaces
de esclarecerla difusa frontera entre sistemapolítico o es-
tado y sociedad.Cammack" tiene razón al aseverarque los
teóricos del estadono pudieron refutar el argumento de que
los estadosmodernos disfrutan sólo una relativa separación
de los interesesde las clasessocialesdominantesy que sus
políticas sólo pueden explicarseadecuadamenteen función
de la estructura de las relaciones de clase.Sin embargo,las
dudaspersisten:¿cómo se produjo esta relativa separación
entre el estadoy Ia sociedad?¿Cómo se creanlas condicio-
nes paraque tal separaciónseaabsoluta?Éstasson pregun-
tas que ni siquiera las teorías neomarxistas del estado han
abordadoen forma adecuada.
Parapresentaruna respuestaa estaspreguntas,empeza-
ré con un casoplanteadoen el estudio de StephenKrasner
sobre la política del gobierno de los EstadosUnidos ante
el control co¡porativo de materias primas extranjeras:la re-
lación entre el gobierno estadunidensey la Arabian-Ame-
rican Oil Company (Aramco), el consorcio de las principales
corporacionespetrolerasde los EstadosUnidos que poseía
derechosexclusivossgbreel crudo de Arabia Saudita.ut Este
caso ilustra tanto la permeabilidad de la frontera estado-
sociedadcomo la importancia política de mantenerla.Des-
pués de la segundaGr.t.r lr,lundial,Ios sauditasdemanda-
" P.Cammack, "Bringing the State...",art. cit., y "Statism .", op. cit.
" S. D. Krasner,op. cit., pp-2o5-2a2.
socrEDAD, EcoNoMÍAy EL EFEcro DEL ESTADo 159
ron que el pago de regalíasde Aramco aumentara de doce a
cincuentapor ciento de las ganancias.Como no estabadis-
puesta a reducir sus gananciasni a incrementar el precio del
petróleo, Aramco llegó a un arreglo para que el aumento de
las regalíasno lo pagarala compañía,sino los contribuyen-
tes de los EstadosUnidos. El Departamentode estado,an-
sioso por subsidiar a la monarquía saudí proestadunidense,
a¡rdó a Aramco a evadir las leyes tributarias de los Estados
Unidos al otorgar a las regalíastrato de impuestos directos
pagadosen el extranjero,cubiertosno con las utilidadesde
la compañía, sino con los impuestos que ésta adeudabaal
Tesoro de los EstadosUnidos." Estacolusión entre gobier-
no y compañíaspetroleras,que obligó a los ciudadanos es-
tadunidenses a contribuir sin saberlo a la hacienda de una
monarquía represorade Medio Oriente y a las cuentas ban-
cariasde algunasde las compañíasmultinacionalesmás gran-
desy rentablesdel mundo, no es de gran ayudaparala imagen
de una distinción claraentre estadoy sociedad.
Parahacer frenfe e estacomplejidad,Krasner ergumenta
que las compañíaspetroleras eran un "mecanismo institu-
cional" empleadopor los principalesresponsablesde la toma
de decisiones para alcanzardeterminados obietivos de polí-
tica exterior, en este casoel subsidio secretoa un régimen
árabeconservador.Estas políticas, que podían haber sido
impugnadaspor el Congresoo por aliadosextranjeros,pu-
dieron aplicarsepor medio de talesmecanismos"debidoen
parte a que las empresasprivadas estabanfuera del sistema
político formal".'* Esta explicación aclarasólo una parte del
problema,pueslas empresestambién usaron al gobiernode
los Estados Unidos para alcanzarmetas corporativas adi-
cionales,como muestra el caso de Aramco y como han
" I. H. Anderson, Aramco, the United States,and Saudi Arabia: A Study
of the Dltnamics of Foreign Oil Policy, Prínceton University Press,Prince-
ton, r98r, pp.179-497.
" S. D Krasner,op. cit, pp- 2r2-2r3.

*-",r,"0" ¿.r¡t.ll,"ill;;",,"o.e raindustria
pe-
trolera.st "
Con todo, a pesar de su fracaso a\ tratar de reflejar la
complejidadde talesrelacionesestado-sociedad, la exóhca-
ción de Krasner apunta inadvertidamente hacia un aspecto
crucial de ellas.El casode Aramco ilustra cómo los "meca-
nismos institucionales" de un orden político moderno nun-
ca estánconfinados dentro de los límites de lo que se conoce
como el estado (o en este caso,curiosamente,el "sistema
político formal"). Esto no quiere decir simplementeque el
estadoseaalgo rodeadode instituciones paraestataleso cor-
porativistas que refuerzan y extienden su autoridad, sino
que la frontera del estado (o del sisterna político) nunca
señalaun exterior reaT.Lalínea entre estadóy sociedadno
es el perímetro de una entidad intrínseca que puedaser con-
cebidacomo un objeto o actor independiente.Es una línea
trazadainternamente,dentro de Ia rid de mecanismosins-
titucionales,por medio de los cualesse mantiene determi-
nado-orden socialy político. El hecho de que la frontera del
estado nunca marque un exterior real explica por qué suele
parecermuy a menudo elusivae inestable.Peroesto no quie-
re decir que la línea seailusoria. Al contrario, como mues-
tra el caso de Aramco, producir y mentener la distinción
entre estadoy sociedades en sí un mecanismoque genera
fuentes de poder. El hecho de que pueda decirse que Aram-
co se encuentra fuera del "sistema político formal", disfra-
zandode estaforma su papel en Ia política internacional, es
un elemento esencialde su fuerza como Dartede un orden
político más amplio.
Pueden analizarse muchos otros ejemplos similares,
como la relación entrS el estadoy las instiiucitnes "privadas"
" I H. Anderson, op. cit.; f. M. Blair, The Control of oiL,pantheon,
Nueva York, ry76; A. D. Miller, Searchfor Security: Saudi Arabian Oil and
American Foreign Poliq, ryjg-lg4g, University of North Carolina press,
Chapel Hill, r98o.
SOCIEDAD,ECONOMIAY EL EFECTODEL ESTAD
del sector financiero, la educación,la investigacióncientífi.-
ca y los serviciosde saludy atención médica.En cadacaso
puedemostrarseque la división estado-sociedad no es una
simple frontera entre dos obietos o ámbitos autónomos,
sino una complejadistinción inherente a estos camposde
actividad.Tomemos el eiemplo de la banca:las relaciones
entre las principales corporacionesbancariasprivadas,los
bancoscentraleso sistemasde reservassemipúblicos,las ar-
casgubernamentales,las instituciones de segurosde depósi-
tos y los bancosde comercio exterior (que subsidianhasta
cuarentapor ciento de las exportacionesde las naciones
industrializadas)y organismosinternacionalescomo el Ban-
co Mundial (cuyo presidentees nombrado por el presiden-
te de los EstadosUnidos) forman redesinterconectadasde
poder financiero y regulación. No hay una sencilla línea que
puedasepararen estared el ámbito privado del público,o el
estadode la sociedad,o el estadode la economía.Al mis-
mo tiempo, Ios bancos están constituidos y se presentan
como instituciones privadasclaramenteseparadasdel es-
tado. La aparienciade que estadoy sociedad(o economía)
son cosasseparadases parte de la forma en que se mantiene
un determinado sistema financiero y económico. Esto es
igualmente cierto en el contexto socialy político más am-
plio. El poder de regulary controlar no es simplementeune
capacidaddepositadadentro del estado,desdeel cual se ex-
tiende hacia Ia sociedad.Laaparente frontera del estado no
marcael límite de los procesosde regulación.Ella misma es
un producto de talesprocesos.
Otro ejemplo son las leyes.El sistemalegal,un compo-
nente central del estadomoderno cuando es concebidoen
términos estructurales,consisteen un compleio sistemade
derechos,estatutos, sanciones,instituciones de procura-
ción de justicia,personalfurídico,personalde áreaslegales,
prisiones,sistemasde rehabilitación,psiquiatras,académi-
cos, bibliotecesy escuelasde derecho,en el cual, urra vez
más, resulta muy difícil trazar lalínea exactaque separala
162 TIMOTITY MITCHELL
estructura legal de la "sociedad" a la cual da forma. En la
práctica, tendemos a simplificar la distinción al concebir a
la ley como un código abJractoy a la sociedadcomo el ám-
bito de su aplicación práctica. Lo anterior, no obstante, no
reflejala complejidadde Io que ocurre en la realidad,donde
códigosy prácticastienden a ser aspectosinseparables. El
concepto de estadoaquí defendidono pretendemostrar al
estado y las organizacionesprivadas como una sola estruc-
tura de poder integrado. Al contrario, siempre hay conflic-
tos entre ellos,asícomo hay diferenciesentre las diferentes
dependenciasde gobierno, entre corporacionesprivadasy
dentro de cadauna de ellas. Ello significa que no debemoi
cometer el error de dar por sentadala idea del estadocomo
objeto coherente claramente separadode Ia "sociedad",co-
mo tampoco permitir que la vaguedady complejidadde estos
fenómenos nos lleven a rechazerpor completo el concepto
de estado.
Concebido de esta forma, el estado ya no puede ser
consideradoesencialmentecomo un actor, con la coheren-
cia, capacidadde acción y autonomía que supone el térmi-
no. Las múltiples configuraciones que produce la aparente
separacióndel estado crean efectos de agenciay autonomía
parcial que tienen consecuenciasconcretas.Aun así, tal
agenciasiempredependeráde que se produzcandiferencias
(aquellasprácticas que crean la aparentefrontera entre es-
tado y sociedad).Sin embargo,estos arreglosllegan a ser
tan efectivos que pueden hacer que las cosas parezcanIo
opuesto.El estadopuede llegar a ser visto como un punto
de partida autónomo, como un actor que interviene en la
sociedad.Los enfoquesestatistasdel análisispolítico consi-
deranestainversióntunhecho.
En cambio, lo que necesitamoses una perspectivadel
estadoque rechacedar por sentadoestedualismoy al mis-
mo tiempo explique por qué la realidad social y política
eparcceen esta forma binaria. No basta con criticar la ape-
riencia idealistay abstractaque el estadoasume en Ia litera-
SOCIEDAD,ECONOMIAY EL EFECTODEL ESTA¡O 163
tura estadocentrista.Gabriel Almond, por ejemplo, se queja
de que el concepto de estadoempleadoen gren parte de la
nueva literatura "Derezcatener connotaciones metafísi-
cas",t'y David Easton señala que un escritor presenta al
'fantasma
estado como "una esenciaindefinible, un en la
máquina'reconociblesólo por medio de sus diversasmani-
festaciones"."Talescríticasdesconocenel hecho de que con
mucha frecuencia ésta es Ia forma en que el estado áo^rrrc
en Ia práctica.La misión de una crítica del estadono es
sólo rechazartal metafísica,sino explicarcómo ha sido po-
sible que se produzca tal efecto práctico, tan característico
del orden político moderno.¿Quéhay en la sociedadmoder-
na, en tanto forma particular de orden económicoy social,
que ha hecho posible la aparente autonomía dei estado
como entidad separada?
¿Porqué estetipo de aparato,típi-
camente basadoen un sistema abstractode leyes,con su
relación simbiótica con la esferaa la cual llamamosecono-
mía y su casitrascendentalasociacióncon "la nación' como
comunidad política fundamental,es el arreglopolítico dis-
tintivo de Ia era moderna? ¿Qué prácticas y técnicas par-
ticulares han reproducido continuamente la fantasmal abs-
tracción del estado,de modo que este término, "borrado
haceun cuarto de siglo'l como ieñala Easton,su ha regresa-
do "paravolver a perseguirnos"?
Los nuevosteóricos del estadoignoran estaspreguntas
históricas.Aun las obras que adoptanuna perspectivahis-
tórica, como el estudio comparativo de Skocpol sobre las
revoluciones," son incapacesde ofrecer una explicación
histórica de la aparienciadel estadomoderno. Comprome-
" G. A Almond, "The Development of Political Develooment". en
M. Weiner y S. P. Huntington (edi.), IJnderstanding Potbic;t Dettelop-
mefit, Little Brown, Boston, ry87,p.476.
17D. Easton, "The
Political System Besieged by the State", politicat
Theory,vol.IX, núm. 3, abrii de ry57,p.3t6.
' " I b i d . ,p . 3 o 3 .
" T. Skocpol,Statesand SocialRevolutions..., op.cit
 t64 TIMOTITY MITCHELL
tida con un enfoque en el cual el estado es una causainde-
pendiente,Skocpolno puedeexplicarla capacidaddel esta-
do para aparecercomo una entidad apartaáade la sociedad
en términos de factoresexternos al estado.El estadodebe
ser una causaindependiente de eventos, aun cuando tales
eventos,como en el casode la Revolución francesa,involu-
cren el nacimiento mismo de un estadomoderno v aparen-
temente autónomo.
DISCIPLINAY GOBIERNO
A fin de ilustrar el tipo de explicaciónque podría ser posi-
ble, puede revisarseel análisisque Skocpolhace del .it"do
francés. Ella describe la Francia prerrevolucionaria como
una sociedad"estatista",es decir, una sociedaden la cual el
poder y los privilegios de una noblezaterrateniente y el po-
der de la administración central estabaninextricablemente
unidos.Ahora bien, podemosexplicarestasituaciónde otra
forma, como una sociedaden la cual no se habían institu-
cionalizado esastécnicas modernas que hacen a1ereceral
estadocomo una entidad separadaque, de algunaárn".", ,.
encuentra fuera de Ia sociedad.El periodo revolucionario
representala consolidación de talés técnicas novedosas.
Skocpol caracteúzala transformación revolucionaria del es-
tado francés principalmente como una transformación del
ejército y la burocracia, los cuales se convirtieron en orga-
nizacionespermanentesy profesionalescuyos integrantes
fueron separadospor primera vez de otras actividaáesco-
merciales y sociales,y cuyo tamaño y efectividad se expan-
dieron ampliamente.ParaSkocpol,tales cambiosdebenser
entendidos como consecuenciade un estado autónomo,
cuyos funcionarios deseabanemprenderla expansióny con-
solidación del poder centreljzado.Por lo tanto, este enfoque
ofrecepocos detallesacercade las técnicasen que s. rpú.r-
talabantalestransformacionesrevolucionarias.
socrEDAD, EcoNou͡,v pr- eEncto DEL ESTADo t65
¿Cómo se hizo entonces posible orgarLizarun ejército
Dermanentehasta de setecientoscincuenta mil hombres,
iransformar una economía enteru para subordinarla a la
guerra, mantener autoridady disciplina a semeianteescala
y "separar"hasta tal punto a este aparatomilitar de Ia socie-
dad que fue factible superar el tradicional problema de la
deserción?¿Con qué instrumentos paralelosfueron contro-
ladasla corrupción y las fugas en la administración de las
frnanzas?¿Cuál era la nafuralezade la "eficiencia mecánica
y la articulación', según la expresiónde |. F. Bosher,'oque
hizo posible que en cada ámbito "las virtudes de la organi-
zacióncontrarrestaranlos vicios de los individuos"? En otras
palabras,¿quéclase de "articulación' parecetíahaber sepa-
rado mecánicamenteuna "or ganización' de los "individuos"
que la formaban?En lugar de atribuir tales transformaciones
a las políticas de un estadoautónomo, es más preciso buscar
.r, nuevas técnicas de organización y árticulación la
"rt",
posibilidad de lograr que eI aparato estatal quedera como
entidad independientede la sociedad.
Un análiiis de tales preguntas debeempezar por reco-
nocer la enorme importancia de esosmétodos polimorfos
de orden de pequeña escalaa los que Foucault llama disci-
plinas. La nuevafuerze burocráticay militar del estadofran-
cés estabafundadaen poderesgeneradosapartir de Ia me-
ticulo sa or ganizaciónde espacios, movimiento s, secuencias
y posiciones.El nuevo poder del ejército, por eiemplo, se
basabaen medidascomo la construcción de barracascomo
sitios de confinamiento permanenteseparadosdel mundo
social,la adopción de las inspeccionesy el adiestramiento
diarios, el entrenamiento repetitivo en maniobras divididas
en secuenciasy combinacionescronometradascon pre-
cisión, y la elaboraciónde compleiasjerarquíasde mando,
organización de espaciosy vigilancia. Con tales técnicas,
un ejército podría convertirseen 1o que un manual militar
nuIbid., p. zoo
 166 TIMOTITY MITCHELL
contemporáneo llamaba una "máquina artificiel", y ello ha-
ria parecera otros ejércitos como grupos de "hombres ocio-
sos e inactivos".*'
El poder disciplinario tiene dos efectosen la compren-
sión del estadomoderno, y Foucaultsólo analizóel prime-
ro de ellos. En primer lugar, permite ir más allá dela imagen
del poder como sistemade órdenessoberanaso de políticas
respaldadas por el uso delafuerza. Este enfoquees adopta-
do por casitodos los nuevosteóricos del estado.Concibe el
poder del estadoen forma de una persona (un individuo o
un colectivo responsablede la toma de decisiones)cuyas
determinacionesforman un sistemade órdenesy prohibi-
ciones que dirigen y limitan la acción social. El poder es
concebido como una restricción externa: su fuente es una
autoridad soberanaque está por encima de la sociedady
fuera de ella y opera imponiendo límites externos al com-
portamiento, estableciendoprohibicionesy definiendopa-
trones de conductas apropiadas.
La disciplina, en contraste, no funciona desdefuera sino
desde dentro, no al nivel de una sociedad entera, sino en
los detalles,y no restringiendoa los individuos y sus accio-
nes,sino produciéndolas.Como planteaFoucault,un poder
negativo exterior abre paso a un poder productivo interno.
Las disciplinasoperan a nivel local; se integran a los procesos
sociales,separansus funciones, reorganizansus componen-
tes, aumentan su eficiencia y precisión, y los reacomodan
en combinacionesmás poderosasy productivas.Estos mé-
todos producen el poder organízadode eiércitos, escuelas,
burocracias, fábricas y otras instituciones características
dela épocatecnológ[ca.También producen, dentro de tales
instituciones, al individuo moderno, construido como un
sujeto político aislado,disciplinado, receptivo y irabajador.
Las relacionesde poder no sólo confrontan a este individuo
ar F. C. Fuller, The Decisiye
J. Battles of the Western World. and. Their In-
fluences upon History,vol. II, Eyre and Spottiswoode,Londres, ry55,p 196
SOCIEDAD, ECONOMIAY EL EFECTO DEL ESTADO T6,1
con una serie de órdenesv prohibiciones externas.Su indi-
vidualidadmisma, formadaientro de talesinstituciones,es
ya el producto de esasrelaciones.
La segundaconsecuenciade las técnicaspolíticas moder-
nas es la que Foucault no explica.A pesar de su naturaleza
focalizaday polivalente, de alguna forma los poderes disci-
plinarios se consolidan en la baseterritorial y en el orden
institucionalmente estructuradodel estadomoderno. Fou-
cault no desestimala importancia de estetipo de estructura
m¿yor; simplemente no cree que el entendimiento del po-
der debaempezaren estepunto:
En cambio,uno deberealizarun anáiisisascendente delpoder,
es decir,empezaÍpor susmecanismos infinitesimales [...1y
entoncesobservarcómo estosmecanismos de poderhan sido
-y siguensiendo- conferidos,establecidos, utilizados,in-
volucionados, transformados,
desplazados, extendidos,etc.,
por mecanismoscadavez másgenerales... [cómo] liegarona
establecerse y ser preservados
por mecanismosglobalesy
todo el sistemade estado.az
Sin embargo,Foucaultno explicacómo es que los pode-
res disciplinarios llegan e ser utilizados, estabilizadosy re-
producidos en estructurasde estadoo en otros "mecanis-
mos generalizados".
Un ejemplo de la relación entre los mecanismos infini-
tesimalesy generalespuede observarseen la ley, un tema ya
expuesto,donde los micropoderesde la normalización disci-
plinaria están estructuradosdentro de un aparatomás gran-
de constituido por el código legal y el sistema jurídico. Al
abordareste caso,Foucault recurre a la noción de que la es-
tructura generales una pantallaideológica (la de la soberanía
y el derecho) supe{puestasobre el poder real de la disciplina.
n'M. Foucault, "Two
Lectures",en C. Gordon (ed,.),Pouer/Knoul-
edge...,op cit., pp. 99-t or
 TiMOTITY MITCHELL
lJnavezquesehizo necesarioquelasrestriccionesdisciplina-
riasseejercieran por mediode mecanismos de dominación, y
al mismo tiempo, que su eiercicioefectivo del poder fuera
disfrazado,serequirióqueunateoríadela soberanía aparecie-
ra a nivel de7aparatolegaly queresurgieraen suscódigos.n'
La organización de las leyes a nivel general "permitió
que un sistemade derechose impusierasobrelos mecanis-
mos de disciplina de tal forma que ocultara sus procedi-
mientos reales"." lJnavez más, Foucault evita inferir que el
nivel general está relacionado con el micronivel, de la mis-
ma forma en que el ámbito público de la ideologíase opone
al ámbito oculto del poder reel, al recordar que las discipli-
nas también contienen un discurso público. Sin embargo,
sus estudios sobre los métodos disciplinarios no aportan
conceptos alternativos para concebir la forma en que los
mecanismoslocalesde poder se relacionancon formas es-
tructuralesmás grandes,como Ia ley, en las cualesse insti-
tucionalizan y se reproducen.
En conferenciasposteriores,Foucaultefectivamentedi-
rigió su atención hacia los métodos de poder y control de
gran escalacaracterísticosdel estado moderno.nt Analizó eI
surgimiento de tales métodos no en términos del desarro-
llo de instituciones formales sino como la aparición de un
nuevo objeto en el cual podrían operarlas relacionesde po-
de¡ y de nuevas técnicas y tácticas de poder. Identificó al
nuevo objeto como población y se refirió a las nuevas téc-
nicas como poderesde "gobierno".Foucaultubica el surgi-
miento del problema de la población en el siglo xvtIl, y lo
asociacon el crecimie¿ntode la producción agrícola,cam-
n'Ibid., p. to6
nnIbid., p. ro5.
ntM. Foucault, "Governmentality", en G. Burchell, C. Gordon y P.\i
1er (eds.), The Foucault Effects: Studies in Got¡ernmentality, Han'e;','
Wheatsheai Hemel Hempstead, r99r.
SOCIEDA.D, ECONOMIA Y EL EFECTO DEL ESTADO 169
bios demográficosy una crecienteoferta de dinero. Enton-
ces,afirma, se observóque la población tenía "sus propias
regularidades,sus propias tasasde muerte y enfermedades,
sus ciclos de escasez,etc:', fodo ello susceptible de medi-
ción estadísticay análisis político.'u Tal análisis produjo
toda una serie de efectosagregadosque no podían reducirse
a los individuos o los hogares.La política comenzó a ocu-
Darsede Ia correctaadministraciónde la población en rela-
ció.r .otr los recursos,el territorio, Ia agricultura y el co-
mercio. La población sustituyó al hogar como el principal
objeto de la política. El hogar,o mejor dicho Ia familia, fue
consideradaentoncesun elemento interno de la población
y un instrumento pareobtener información y eiercerel po-
der sobre el objeto agregadode mayor famaíto.n'
Paradescribir este poder de nivel agregado,Foucault re-
currió a un término que proliferó en la literatura de esepe-
riodo: "gobierno". ParaFoucault, esta palabrano se refiere a
las instituciones del estado, sino a 1asnuevas tácticas de
administracióny métodos de seguridadque toman a la po-
blación como su objeto.Como ocurre con el término disci-
plina, gobiernose refiereal poder en términos de sus méto-
dos, más que a sus formas institucionales.El gobiernohace
uso de los micropoderesde la disciplina;de hecho, el desa-
rrollo de los métodos disciplinariosse aceleraa medidaque
éstosse aplicanal problemade la población.Peroel gobier-
no tiene sus propiastácticasy racionalidad,expresadas en
e1desarrollo de su propio campo de conocimiento: la cien-
cia emergentede la economía política. Foucault también
afirma que el desarrollo del gobierno y de la economía polí-
tica correspondeno sólo al surgimiento de la población
como una nuevafuente de datosy objeto de poder,sino tam-
bién a la separaciónde la economía como una esfera aparte.
"La palabri'economía', que en el siglo xvt significabá una
"" Ibid..,p. 99.
" Ibid.,pp 99-roo.
 IMOTITY MITCHELL
forma de_gobierno,llegó a designar en el siglo xvul un ni_
vel de realidad,un campo de intirvenciónlriEste argumen_
to es más problemático.
vamente rebasalos límites del estado,si el estado carecede
la unidad y la identidad que siempre parece tener,
¿cómo
surge esta apariencia?¿Cómo se forma la realidadcomoues_
ta del estado?¿Quétácticasy métodosde lasformas -fd.r_
nas de poder crean y recreen esta abstracción mitificada?
Una respuestaa esta cuestión está en el fenómeno del pro_
yecto nacional. En esta perspectiva, el estado adquierl su
unidad a nivel de ideología. Más allá de la multiplicidad
práctica de tácticas, disciplinas y poderes,el estado articula
yl proyecto nacionalgue refleja su unidad sobre la sociedad.
No obstante, esta respuestaI'uelve a recurrir a la distinción
entre ideologíay prácticaen lugar de cuestionarla.
tot4., p. 93.
o"
Ibid.,p. ro3.
"" ldem
SOCIEDAD,ECONOMIAYELEFECTODELESTADO 17l
l¡.npnzucrórDELAESTRUcTURA
La relación entre los métodos de disciplina y el gobierno
y su estabilizaciónen formas como el estado,sostengo,re-
side en el hecho de que al mismo tiempo que se internali-
zanlas relacionesde poder, en términos de Foucault, y por
los mismos métodos, adquieren la apariencia específica
de "estructuras" externas. La cualidad distintiva del estado
moderno, su apariencia de aparato apaftado del resto del
mundo social, se debe encontrar en este nuevo efecto es-
tructural. Este efecto es la contraparte de la producción de
la individualidad moderna. Por eiemplo, los nuevos méto-
dos militares de finales del siglo xvtu produjeron al soldado
individual disciplinado y, de manera simultánea, el novedo-
so efecto de una unidad armedecomo "máquina artificial".
De alguna forma, este aparatomilitar parecíaser más gran-
de que la suma de sus partes,como si fueseuna estructura
con una existencia independiente de los hombres que la
conformaban.En comparación con otros eiércitos,que aho-
ra parecíanconglomerados de hombres "ociosos e inacti-
vos",el nuevo eiército parecíatener un aspectobidimensio-
nal. Parecíaconstar, por un lado, de soldadosindividuales, y
por otro, de la "máquina" en la cual éstos habitaban.Desde
luego, este aparutono tiene existencia independiente.Es un
efecto producido por la división organizadadel espacio,la
distribución regularde los cuerpos,un sentido del momen-
to oportuno, la coordinaciónde movimientos, la combina-
ción de elementos, la repetición interminable, todas las
cualesson prácticasparticulares.No habíanada en el nuevo
poder del ejército, excepto su distribución, organización
y movimiento. Sin embargo, el orden y precisión de tales
procesoscreó el efecto de un aparatoseparadode los hom-
bresmismos, cuya"estructura"les da órdenes,los contiene
y controla.
Un efecto bidimensional similar puede observerse en

j,,,,
,.,,r,,.,ciones
;;:. -1u.."". Laespecinca-
ción precisa de espaciosy funciones que caracterizaa las
instituciones modernas,la coordinaciónde estasfunciones
en estructuras jerárquicas, la organización de la supervi-
sión y la vigilancia, la delimitación de tiempos en agendasy
programes:todo ello contribuye a construir un mundo que
no perece consistir en un compleio de prácticas sociaies
sino en un orden binario: por una parte los individuos y sus
actividades,y por otra una "estructura" inerte que de algu-
na forma está aparte de los individuos y los precede, los
contiene y enmarcasus vidas.Ciertamente,la noción mis-
ma de institución como un armazón abstracto separadode
las prácticas particulares que encuadra, puede ser vista
como el producto de estastécnicas.Talestécnicashan pro-
piciado el surgimiento del peculiar mundo aparentemánte
binario en el cual vivimos, donde la realidad parece tomar
la forma bidimensional de lo individual contia el aparato,
las prácticas contra las instituciones, la vida social contra su
estructura, o la sociedadcontra el estado.5tEl estado debe
analizarsecomo efecto estructural; es decir, no como una
estructura real, sino como el poderoso y aparentemente
metafísico efecto de las prácticas que hacen que dichas es-
tructuras parezcan existir. De hecho, el estado-nación es
posiblemente el máximo efecto estructural de la época
tecnológica moderna. Incluye dentro de sí muchas de las
instituciones particulares ya analizadas,como ejércitos, es-
cuelasy burocracias.Más allá de ellas,la presenciaextendida
del estado en diversasmanerasadquierela forma de un en-
tremado que pareceestar aparte dei mundo social y propor-
cionarle una estructura externa. Una característica de la
gubernamentalidad nloderna, por ejemplo, son las fronte-
ras.Al establecerlos límites territoriales cue rodean a una
" Véase T. Mitchell, Colonising Egypt, Cambridee University press,
Cambridge, 1988, y "Everyday Metaphors of Power", Theorlt and Society,
voi. XIX, núm. 5, octubre de r99o.
socIEDAD, EcoNoMÍAY EL EFEcro DEL EsrADo L73
población y ejercer control absoluto sobre los movimien-
ios a través de ellos, los poderesgubernamentalesdefinen y
a1rudana constituir una entidad nacional' Establecery vigi-
lar una frontera involucra une variedad de prácticas socia-
les claramente modernas: instalación de alambradas,Pasa-
portes,leyesmigratorias,inspecciones,control cambiarioy
ásí sucesivamente.Estos arreglos banales,desconocidosen
su mayoría hace doscientos años, e incluso hace cien, con-
tribuyen a manufacturar una entidad casi trescendental: el
estado-nación.Esta entidad parcceser con el tiempo mu-
cho más que la suma de los poderes cotidianos de gobierno
que la constituyen, y surge como una estructura que con-
tiene y da orden y significado a las vidas de la gente. Un
eiemplo análogo es la ley. IJnavez más, uno puede analizar
cómo los detallesbanalesdel procesolegal,todos los cuales
son prácticas socialesparticulares,están ordenadospara
prodücir el efecto de que la ley existe como marco formal
superpuestosobre la práctica social. Aquello que llamamos
estado,y que concebimoscomo un obieto intrínseco que
existe apartede la sociedad,es la suma de estos efectoses-
tructurá1es.
¿Cuáles la relación de este efecto estructural con la na-
turaleza específicamentecapitalista de la modernidad? Las
teorías estedocentristas analizedaspreviamente argumen-
tan que no existe ninguna relación en particular. Insistir en
la autonomíadel estado,como hacenestosteóricos,implica
que los programas que el estado sigue y las funciones para
ús que sirve no podrían explicarse ni siquiera en relación
con los requerimientos a largo plazo de un orden capitalista
más amplio, sino principalmente en términos de las ideas
e interesesindependientesde aquellosque ocupan cargos
importantes. Sin embargo,como hemos visto, las evidencias
que ellos presentanno pueden sustentarestaPerspectivay
óf.e..tt basesmás sólidas a las teorías neomarxistasdel
estado.como ocurre con la obra de Nicos Poulantzas.Las
políticas estatalesque Krasner describe,relacionadascon el

contra de los intereses e corto plazo de capitalistas en par-
ticular.53Aun así, como reconoció el propio poulantzai en
su trabajo posterior, este planteamiento funcionalista no
puede explicar adecuadamenteel estado moderno; no da
cuenta de la forma particular que ha adquirido el estado
moderno, como un espectode la regulación de la moderni_
dad cap,italista.No explica cómo es que el poder del estado
adoptala forma de una estructura apaientementeexterna,ni
su asociacióncon un sistemaabstrectode leyes,ni su apa_
rente separaciónde la esferaque llamamos la economía, en
la cual no obstante también está imbricado. En otras oala-
bras,no dice cómo se produce el efecto moderno del esiado.
modo en que las relacionessocialesde producción están
organizadasen el capitalismo.saÉste es el énfoque adoptado
por Poulantzas en su obra posterior, en la cu"l ,espond. a
Foucault y muestra la influencia de éste. poulantzaissargu-
"Political Response to Capitalist Crisis: Neo-Marxist
_ " T. Skocpol,
Theo¡ies of the State and the Case of the New Deal", politics and Societ¡.
vol. X, marzo de r98r; v¿iaseT. Mitchell, "The Limits of the State..'.,',
op. cit., pp.88-89.
53Véase
P. Cammack, "Statism, New Institutionalism, and Marxism,,,
en R. Miliband y L. Panitch (eds.), Th" Socialist Register...,op. cit.
5aVéase
B. Ollman, "Going Beyond the State?A Comment,,, The Ame_
ricdn Politicdl Science Repiew,vol. LXXXVI, núm.
4, diciembre de 1992.
55N.
Poulantzas,State, Power,Socialisn,yerso, Londres,
ry7g. lEstado,
poder y socialismo,Sigio XXI Editores,Madrid, r99g.l
SOCIEDAD,BCONOIT,TÍ¡
Y Nr EFECTODEL ESTADO l?q
producción. Estos mismos procesos,sugiere, explican la
forma que adquiereel estado.La disciplina en la próducción
industrial, por ejemplo,introduce la separacióndel trabaio
manual y el traba¡o mental. El estado encarna esta misma
separación,pues representaun claro orden mentel de habi-
lidad,administracióncientíficay conocimientoadministra-
tivo. De manera similar, desdela perspectivade Poulantzas,
la organizacrónserial y celular del tiempo y el espacioen los
procesosmodernos de producción se reproduce en el nuevo
poder geoespacialdel estado-nacióny en la definición histó-
rico-espacialde la identidad nacional.
La otre forma de abordar la cuestión del estado y el ca-
pital es la expuestaaquí. En lugar de explicar la forma del
estadocomo la consecuenciadel régimen disciplinario de
la producción capitalista,uno puede ver tanto el sistema
de 7afábrica como el poder del estadocomo espectosde la
moderna reorganización del espacio,el tiempo y la indivi-
dualidady de la producción de los nuevosefectosde la abs-
tracción y la subfetividad.Estamosacostumbradosa ver al
estado como un aparato de poder y a Ia fábrica como un
aparatode producóión. De htcho, ámbos son sistemasde
poder disciplinario y los dos son técnicasde producción. Los
dos producen el efecto de una abstracción que está apartada
de la realidad material. En el caso de h jráctica p;lítica,
como hemos visto, estaabstracciónes el efeótodel esiado:un
todo inmaterial que parece existir resguardadodel mundo
material de la sociedad. En el caso de la organización del
'u M. Foucault,
Discipline and Punish: The Birth of the prison,
Pantheon, Nueva York, ry77.lVigilar y castigdr. Nacimiento de la prisión,
Siglo XXI Editores, Madrid,, ry76.1
176 TIMOTITY MITCHELL
trabajo, la abstracción producida es la del capital. Después
de todo, lo que distingue a la producción capitalistano es
sólo la organización disciplinada del proceso laboral, sino
la manufacturación de una abstracción aaarente-el valor
de cambio- que pareceexistir apartede Ios objetos bana-
les y los procesosapartir de los cualeses cread¿.El efecto
del capital es producido a parfir de técnicas de disciplina,
organización y entramado análogasa aquellas que produ-
cen los efectosdel estado.
En vez de derivar las formas del estado a partir de la
lógica de acumulación del capital y la organización de las
relacionesde producción, tanto el capital como el estado
pueden ser vistos como aspectosde un procesocomún de
abstracción.Más aún, este enfoque sobre la relación entre
el estado y el capital permite rrnplir. la crítica del concep-
to de estado e incluir el concepto paralelo de economía.
r¡n¡pxcróNop r,¡,e coNotrtÍ¡
Los modernos eiércitos,burocraciasy sistemaseducativos
masivos fueron en gran medida creaciones de finales del
siglo xvur y del xrx. Los complejoscódigoslegalese insti-
tuciones,asícomo el moderno control de las fronterasy de
los movimientos de población, emergieron básicamenteen
el mismo periodo. El siglo xx se caracterizópor un fenó-
meno adicionaly distinto: el surgimiento de Ia concepción
moderna de la economía.Foucault,como hemos visto, ubi-
có la separaciónde la economía en una esferapropia en los
siglos xvru y xtx, coánoparte de la aparición de nuevastéc-
nicas de gobierno básadasen el problema dela población.
Estaamalgamade economíay población como objetospo-
líticos ubica el surgimiento de la economía mucho antes del
momento en que realmente ocurrió. Aún más importante,
pasapor alto un cambio crucial que tuvo lugar en la prime-
ra mitad del siglo xx, cuando la economía remplazó a la
socrEDAD, ncoNovf¡.v EL EFEcro DEL ESTADo L77
poblacióncomo el nuevo objeto de los poderesde gobierno
y de las cienciasde la política. Este obieto desempeñóun
papel central en la articulación de las formas distintivas del
estadodel siglo xx como un coniunto de tecnologíasburo-
cratizedesde planeacióny asistenciasocial con basescien-
tíficas. Una teoría adecuadadel estadocontemporáneo debe
tomar en cuenta no sólo los descubrimientosdel siglo xrx
mencionados antes,sino también la nueva relación que sur-
gió entre estadoy economía en el siglo xx. El efecto es-
tructural contemporáneo del estado es inseparablede la
relativamente nueva creación de "la economía".
Como hemos visto, las tácticasdel poder del siglo xx,
que Foucaultdescribecomo gobierno,adoptaroncomo ob-
jeto fundamentalla cuestión de la población.La política se
preocupabapor la seguridady eI bienestarde la población
-definida en relación con un territorio y recursos deter-
minados-, por un patrón de crecimiento o declive,por Ios
cambios correspondientesen la agricultura y el comercio,
así como por su salud,su educacióny, por encima de todo,
su riqueza. Las teorías de economía política de Smith,
Ricardo y Malthus se desarrollaron dentro de esta proble-
mática generalde la población y su prosperidad.El término
econorníapolítica se refería a7a correcfa economía, o admi-
nistración,del régimen,una administracióncuyo propósito
era incremenfar Ia riquezay seguridadde la población. En el
discurso de la economía política del siglo xIx, el término
economídnunca tuvo el significado contemporáneo, que se
refiere a una esfera distinta de la realidad social, entendida
como una totalidad independiente de relacionesde produc-
ción, distribución y consumo dentro de una unidad geoes-
pacial definida. Tampoco existía otro término gue definiera
tal esferaseparada y autónoma.5t
" T. Mitchell, "Origins and Limits of the Modern Idea of the Econo-
my", Working PapersSeries, num. tz, Advanced Study Center, University
vr aYrrL¡u6d¡¡, ryy),
178 TIMOTITY MITCHELL
Marx se mantuvo en la misma tradición.
Al analizarun paÍs determinadoen términos político-eco-
nómicos -escribió-, comenzamos por su población,su
distribuciónen clases,sus ciudades,ei campo,las costas,las
diferentesramasde producción,lasimportacionesy exporta-
ciones,l¿ producciónanualy el consumo,los preciosde las
materiasprimas,etcétera.58
Marx argumentabaque este enfoque convencional esta-
ba atrasado, pues la población presupone capital, trabajo
asalariadoy división de clases.Smith y Ricardohabíandes-
arrollado un sistema que empezaba por est¿s simples
abstracciones,pero con un énfasisunilateral en la propie-
dad de la fierray el intercambio. Un análisisapropiado,afir-
maba Marx, deberíacomenzarpor el capital y la producción
material y luego continuar yendo de vuelta hacia la totali-
dad de la sociedadburguesa,su concentración en la forma
del estado,la población,las coloniasy la emigración.5e
Poste-
riormente el concepto de producción material ha sido mal-
interpretadocomo sinónimo de la noción de economíadel
siglo xx. Sin embargo, la concepción que Marx tenía sobre
Ia economíacomo esferasocialseparadano era más amplia
que la de aquelloseconomistasa los que criticó.
La economía fue inventada en la primera mitad del si-
glo xx, como parte de la reconstrucció.rdel efecto del es-
tado.La noción que existíaen el siglo xrx sobrela produc-
ción y la circulación de la riqueza y su relación con el
crecimiento de la población,la expansiónterritorial y los
recursos se vino abajg durante la primera Guerra Mundial y
" K. Marx, Grund.risse:Foundations of the Critique of Political Econo-
m1, Penguin Books, Harmondsworth, Middlesex, t973, p too. fMarx.
Grundrisse: lineamientos fundanentales para la crítica de la economía
política, ú57-t858, rcn, México, 1985.J
ttlbid.,pp roo-ro8.
socIEDAD,ncoNou͡ v Er EFEcro DELESTAD
o L79
la décadede crisis financieras y políticas que le siguió. El
abandono del patrón oro como medida del valor del dinero,
los niveles sin precedentede endeudamiento,desempleoy
sobreproducción,las rápidasoscilacionesdel auge econó-
mico al colapso tota7,el final de Ia expansión territorial de
Europay el crecimiento de su población,el comienzo de la
desintegraciónde los imperios y el miedo mismo al colap-
so del propio capitalismo crearon la necesidadde replantear
el proceso de gobierno y construir nuevos objetos y méto-
dos de poder político. Es en esteperiodo cuando términos
como "sistema económico","estructura económica" y, fi-
nalmente, "la economía" empezerona circular en el ámbito
político.
Entre las décadasde rgzo y rg1o "la economía" empezó
a designar ia estructura o la totalidad de las relaciones de
producción, circulación y consumo dentro de un determi-
nado espaciogeográfico.El surgimiento de la macroecono-
mía, como se llamó a la nueva ciencia con este objetivo,
coincidió con el desarrollode la estadística,que hizo posi-
ble concebir el cálculo de lo que llegaría a ser conocido
como producto nacional bruto de una economía,y conla
invención de la econometría,los intentos por reDresentar
el funcionamiento total de una economíacbmo un simole
modelo matemático.60 El aislamiento de la producción, la
circulacióny el consumo como procesoseconómicosdife-
renciados no era nada nuevo. ia Io habían hecho, como
parte de la problemática de la población, los pensadores
clásicosde la economíapolítica de los siglosxvrrr y xrx. Lo
nuevo era la noción de que la interrelaciónentre estosDro-
cesosconstituía un espáciou objeto independient",,ü¡"to
a su propia dinámicainterna y expuestoa impulsos o inter-
venciones "externas" que creabanreverberacionesa todo 1o
largo de esaentidadautónoma.Factorescomo la población,
el territorio e incluso otras "economías"eran considerados
60T. Mitchell, "Origins
and Limits ", art. cit.
 TIMOT}iY MITCHELL
ahora externos al objeto. Sin embargo,Ia entidad más im-
portante que se concebíacomo algo separadode la econo-
mía era precisamente la más caoaz de afectar o alterat a
ésta:el .it.do.
La idea de una economía como una totalidad indepen-
diente con dinámicainterna propia, separadade otras eco-
nomíasy sujetaa intervención,ajustey administraciónpor
un estado situado en el exterior, no podría haber sido con-
cebidaen los términos de la economíapolítica del siglo xIx.
En el siglo xx, por otro lado, el concepto contemporáneo de
estado se ha vuelto inseparablede la distinción fundamen-
tal que surgió entre estádoy economía.De hecho,muchas
de las más recientesteorías acercadel estadoy la sociedad
pueden describirsede manera más precisa como teorías
acercadel estado en términos de su relación con la econo-
mía. Curiosamente. a medida oue la nueva distinción entre
estado y economía surgió a partir de Ias décadasde rgzo y
r93o, se hízo cadavez más difícil distinguir en la práctíca
los llamadosprocesose instituciones económicosde aque-
llos del gobierno o del estado.Con el colapsodel patrón oro
y Ia consolidaciónde los bancoscentralesy los sistemasde
reserva,el dinero adquirió valor como parte de un proceso
tan "político'como "económicol Lasburocraciasestatalesgra-
dualmente se convirtieron en las principales generadoras
de empleo, derrochadoras,prestamistasy ahorradorasen la
economía.La creaciónde corporacionescuasipúblicascomo
las administracionesportuarias;7anacionalizacióndel trans-
porte, las comunicacionesy otros servicios;los subsidios
estatalesa la agriculturu,las fuerzasarmadasy el sector ma-
nufacturero; incluso el¿crecimientode empresasde propie-
dad pública que sustituyen a compañías privadas, y espe-
cialmentelas corporacionestrasnacionales(como ilustra el
caso de Aramco), han desdibujadola distinción entre las
esferaspública y privada o entre estadoy economía.
Como ocurre con estadoy sociedad,en el casodel esta-
do y la economíauno debepreguntarsepor qué la distin-
socrEDAD,EcoNouÍ¡.y ¡r- ¡rEcro DELESTADo 18r
ción entre estos dos obietos parcce tan obvia y rutinaria-
mente se da por hecho, si al analizarlosde cerca es difícil
distinguir su separación.Las respuestasdeben abordarlos
mismos efectos de estructura ya analizadosen relación con
el estadoy la sociedad.Una de ellas examina los arreglos
prácticos que hacen que la economía parezca un ámbito
-_ material y concreto y el estado una estructura abstractae
institucional situada apartede la materialidad dela econo-
mía. Además de los métodos de estructuración ya expues-
tos, hay dos efectosestructuralesespecialmenteimportantes
para lrrarcar la distinción entre estado y economía. Prime-
ro, cuando la prácfica política del siglo xx creó la econo-
mía, se entendíaque las fronteras de esteobjeto coincidían
con las del estado-nación.Aunque la nueva macroecono-
nomía no teorizó al estado-nación,representóla economía
en términos de agregados(empleo,,hor.o, inversión, pro-
ducción) y promediossintetizados(tasasde interés,niveles
de precios, salario real y así sucesivamente)cuyo referente
geoespacialfue siempre el estado-nación."De esta forma,
sin teorizaciónexplícita,el estadose convirtió en la estruc-
tura geoespacialque confería a la economíalímites exter-
nos y forma. Segundo,Ia economía fue construida como
objeto de conocimiento en el siglo xx medianteun amplio
proceso de representaciónestadística.Casi todo este pro-
ceso se llevó a cabo como parte de la nueva prácticainstitu-
cional del estado.Así, la relación entre estadoy economía
pareciatomar la forma de la relación entre el representante
y el objeto de representación.Una vez más eita relación
con el estado no fue anaTízada por la nueva ciencia de la
economíe.De hecho,la economíallegó a distinguirse entre
las ciencias socialespor dos característicasrelacionadas:
era la única cienciasoiial mayor sin contar con una subdis-
ciplina -"economía de campo",podría llamarse- dedicada
ur H
Radice, "The National Economy: A Keynesian Myth?", Capital
and Class,vol.XXII, t984,p. rzr.
 TIMOTITY MITCHELL
a cuestionesrelacionadascon el acopio de datosy su repre-
sentación, y fue una disciplina que se volvió dependiente
del estadooara obtener casi toda su información. De esta
forma, el éstado parece erguirse aparte de la economía
como une red de información, conocimiento estadísticoe
imaginería, opuesta al objeto aparentementereal y material
al que serefiereestared figurativa.Unavez más, en laprácti-
ca estarelaciónes más compleja,en gran medidaporque en
el transcurso del siglo xx la economía misma sevolvió cada
vez másun objeto hiperreal o figurativo. De maneraprogre-
siva, sus elementos se convirtieron en variantes de finanzas
y servicios que sólo existen como sistemasde represen-
taci6n, y la dinámica de la economía estuvo cadavez más
determinada por factores como las expectativas, que son
cuestionesde representación.No obstante,la aparienciade
la economíacomo objeto real en oposición a su representa-
ción por el estado aportó un medio sencillo de concretar la
eparente separaciónentre estado y economía que sigue
siendo tan importante parula mayoría de los teóricos con-
temooráneosdel estado.
Én conclusión, los planteamientos para un enfoque di-
ferente de la cuestión del estadoy su relación con la socie-
dad y la economíapueden resumirseen una lista de cinco
propuestas:
r. Debemosabandonarla ideadel estadocomo entidadinde-
pendiente,ya seaun agerúe,instrumento,organizacióno
estructura,ubicadaapartey opuestaa otra enfidad, llamada
economía o sociedad.
z. Sin embargo,debe4pos tomar con seriedadla distinciónen-
tre estadoy sociedado entreestadoy economía.Esuna ca-
racterísticadistintivadel ordenpolítico moderno.EI estado
no puedeser descartadocomo abstraccióno constructo
ideológico,ni puedeserpasadopor alto en arasde realida'
desmaterialesmástangibles.De hecho,si deseamos com-
prenderel surgimientodel estadomodernodebemosubicar
socrEDAD, EcoNoMÍA y EL EFEcro DEL ESTADo 183
en una perspectivahistórica esta distinción entre lo con-
ceptual y lo material, entre lo abstracto y 1oreal.
3. Por la misma razón, la visión predominante del estado,que
Io concibe esencialmente como un fenómeno de toma de
decisiones o de diseño de políticas, es inadecuada.,A.1con-
centrarse en un aspecto incorpóreo del fenómeno del esta-
do, asimila la distinción estado-sociedady estado-econo-
mía aIa misma oposición problemática entre 1o conceptual
y lo material.
4. Debemosabordarel estadocomo un efecto de los procesos
rutinarios de organización espacial, acomodo temporal,
especificaciónfuncional, supervisión, vigilancia y represen-
tación que crean la apariencia de un mundo fundamental-
mente dividido en estadoy sociedado en estadoy econo-
mía. La esencia de la política moderna no son las políticas
elaboradasen un lado de esta división y aplicadasen el otro
o moldeadaspor éste,sino Ia producción y reproducciónde
tales iíneas de diferenciación.
5. Estosprocesoscreanel efecto del estadono sólo como una
entidad aparte de la economía o la sociedad, sino como
una dimensión distinta de estructura, marco, codificación,
experiencia, información, planeación e intencionalidad. EI
estado aparececomo una abstracción en relación con el ca-
rácter concreto de 1osocial, una esferade representación en
relación con la realidad de lo económico y una idealidad
subjetiva en relación con Ia objetividad del mundo mate¡ial.
Las propias distinciones entre abstractoy concreto,ideal y
material, representacióny rea\idad,y entre lo subietivo y lo
obietivo, sobre las cuales se construyen la mayoría de las
teoríaspolíticas,se creanparcialmenteen esosprocesosso-
ciales cotidianos que reconocemos y denominamos como
el estado.
TrlrorHy MrrcnBrr

r84 TIMOTIIY MITCHELL
Abrams, philip, "-","::::';;;**, or Studying the
State",Journal of Hístorical Sociology,vol. I, núm. r,
Blackwell,Oxford, marzo de 1988,pp. 58-89.lReprodu-
cido en el capítulo r de estaedición.l
Almond, Gabriel A., The Appeals of Cornmunisrn,Ptínce-
ton University Press,Princefon, t954.
"The Development of Political Development", en
Myron Weiner y SamuelP.Huntington (eds.), Unders'
td.nding Political Dewlopment, Little Brown, Boston,
1987.
Almond, GabrielA., Taylor Cole y Roy C. Macridis,'A Sug-
gestedResearchStrategy in W'estern European Govern-
ment and Politics", The American Political ScienceRe'
view,vol.XLIX, núm.4, Baltimore,diciembrede ry55,
pp. ro42-ro44.
Ahónd, Gabriel A., y fames Coleman, The Politics of the
Dewloping Areas, Princeton University Press,Prince-
ton, 196o.
Almond, GabrielA., y SidneyVerba,The Cívic Culture:Po'
litical Attitudes and Dernocracyin Fi'¡e Nations, Prince-
ton University Press,Princeton, 1963.
Anderson, Irvine H., Aramco, the United States,and Saudi
Arabia: A Stufu of the Dynarnics of Foreign OiI Policl,
Princeton University Press,Princeton, r98r.
Blair, John M' The Control of Oil, Pantheon, Nueva York,
t976.
Cammack, Paul, "Bringing the State Back In? A Polemic",
British lournal ofePolitical Science,vol. XIX, núm. z,
Cambridge University Press, Londres, abril de 1989'
po. z6r-29o.
"Statism, New Institutionalism, and Marxism", en
Ralph Miliband y Leo Panitch (eds.), The Socialist Re'
gister rygo: The Retreat of the Intellectuals, Merlin
Press,Londres,1990,pp. t47-L7o.
socrEDAD, ECONOtvIíav el nrEcto DEL ESTADO 185
Easton, David, The Political System:An Inquiry into the
Stateof Political Science,Knopf, NuevaYork, 1953.
'An
Approach to the Ana\sis of Political Systems",
World Politics,vol. IX, núm. 3, Baltimore, abtll de ry57,
pp.383-4oo.
cal Theory, vol. IX, núm. 3, Beverly Hills, California,
agostode r98r, pp.303-325.
Evani, Peter, Dietrich Rueschemeyer y Theda Skocpol
(eds.),Bringing the StateBack In, CambridgeUniversi-
ty Press,Cambridge,r985.
Foucault,Michel, Discipline and Punish: The Birth of the
Prison, Pantheon,NuevaYork, ry77.lVigilar ! castigdr.
Nacimiento de la prisión, Siglo XXI Editores, Madrid,
Lg76.l
"Questions on Geography",en C. Gordon (ed.),
Power/Knowledge:SelectedInterúews and Other Wri-
tings, t97z- t977, Pantheon,Nueva York, r98o.
"Two Lectures",en C. Gordon (ed.), Power/Knou-
ledge: SelectedInterttiews and Other Writings, t97z'
ry77,Pantheon,NuevaYork, r98o.
"Governmentality", en Graham Burchell, Colin
Gordon yPeter Miller (eds.),The FoucauhEffects:Stu-
dies in Governmentality, Hawester Wheatsheaf, Hemel
Hempstead,rygL, pp. 87-ro4.
Fulter, f . F. C., The Decisile Battles of the Western World
and Their Influencesupon History, 3 vols., Eyre and
Spottiswoode,Londres,1955.
Krasner, Stephen D., Defendíng the Nationol Interest: Rau
Materials Investmentsand U.S. Foreign Poliq' Prince-
ton University Press,Princeton, Nueva lercey' t978.
Loewenstein, Kárl, "Report on the Research Panel on
Comparative Government", The American Political
Scieice Review,vol.XXXVIII, núm. 3, Baltimore, iunio
de ry44,pp.540-548.
Marx, Karl, Grundrisse: Foundationsof the Critique of Poli-
186 TIMOTI{Y MITCHELL socrEDAD, EcoNoMÍAY EL EFEcro DEL ESTADo t87

tical Economy,trad. de Martin Nicolaus, penguin Books, Skocpol, Theda, "Political Responseto Capitalist Crisis:
Harmondsworth, Middlesex, ry73. lMarx. Grundrisse: Neo-Marxist Theories of the Stateand the Caseof the
lineamientosfundamentalespara la crítica de la econo- New Deal",Politics and Society,vol. X, Thousand Oaks,
rníapolítica, ú57-t858, rcE, México, 1985.1 California,marzo de r98r, pp. t1s-2or.
Miller, Aaron David, Searchfor Security:SaudiArabian Oil
and American ForeígnPolicy, tgjg-t949, IJniversity of
North Carolina Press,ChapelHill, r98o.
Mitchell, Timgthy, Colonising Egypt, CambridgeUniversity
Press,Cambridge,1988.
EverydayMetaphors of Power",Theory and Socieet,
-,
vol XIX, núm. 5,Ámsterdam, octubre de rygo,pp. 545-577.
"The Limits of the State:Beyond Statist Approaches
and Their Critics", The American political Sc¡ince Re'
yiew, vol. LXXXV núm. r, Baltimore, marzo de r99t,
pp.77-96.
"Origins and Limits of the Modern Idea of the Eco-
nomy", Working PapersSeries, núm. tz,Advanced Study
Center, University of Michigan, 1995.
Nettl, f. P.,"The Stateas a ConceptualVariable",World poli-
vol XX, num. 4, Baltimore,julio de 1968,pp. 5sg-5g2.
Ollman, Bertell, "Going Beyond the State?e bomment'l
The American Political Science Reyiew,vol. LXXXVI,
nírm. 4, Baltimore, diciembre de ry9z pp. LoL4-roLZ.
Poulantzas,Nicos, Sfate, Power, Socíalism,yérso, Londres,
t978.lEstado,podery socialismo, SigloXXI Editores,Ma-
drid, 1998.1
Radice, Hrrgo, "The National Economy: A Keynesian
Myth?'l Capital and Class,vol. XXII, Londrei, 1984,
pp.111-140.

cia, Rusiay China, rcE, México, 1984.1