Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El sueño es una parte integral de la vida cotidiana, una necesidad biológica que permite restablecer las
funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento.
Una de las funciones más importantes del sueño es su contribución en la regulación de la temperatura
corporal, funcionando como un termostato que mantiene la temperatura que el organismo necesita en cada
momento en función de las actividades que se llevan a cabo en él para facilitar procesos metabólicos,
hormonales, etc. Sin este importante termostato, el organismo moriría.
A medida que aumenta la supresión de sueño, vemos como se produce un claro deterioro en el
funcionamiento diurno; se produce una disminución del rendimiento intelectual con dificultades de
concentración y utilización de la memoria, así como de la capacidad de abstracción y razonamiento lógico.
Disminuyen los reflejos produciendo un aumento del tiempo necesario para reaccionar a un estímulo, lo que
puede favorecer el riesgo de accidentes de tráfico, domésticos y laborales. Aumenta la probabilidad de
desarrollar trastornos psiquiátricos, ya que se producen alteraciones en el estado de ánimo aumentando los
niveles de ansiedad e irritabilidad. La privación severa de sueño, puede precipitar la aparición de alucinaciones
(confundiendo imágenes resultantes de la imaginación con la realidad), alteraciones neurológicas y ataques
epilépticos.
¿Cuántas horas hay que dormir?
Las necesidades básicas de sueño para mantener las funciones y supervivencia del organismo se sitúan sobre
una media de 4 o 5 horas de sueño cada 24 horas. El resto de horas que dormimos contribuyen a mejorar
nuestro bienestar y mayor calidad de vida, estimando que en una media de 8,3 horas podría encontrarse el
punto óptimo de descanso. No obstante, es importante matizar que las necesidades tanto básicas como
opcionales de sueño para conseguir un rendimiento y bienestar óptimo durante el día van a variar en cada
persona, e incluso una misma persona no tiene las mismas necesidades en todos los momentos de su vida.
Como hemos repetido, el organismo trata de mantener el equilibrio, y es precisamente esto lo que determina
la necesidad de sueño de cada organismo en cada momento (cuanto más desgaste, mayor necesidad de
sueño). Las horas necesarias de sueño son aquellas que nos permiten estar bien durante el día, sin sentir
somnolencia hasta la noche siguiente.
El ciclo de sueño
El sueño nocturno se organiza en 4 ó 5 ciclos comprendidos a lo largo de aproximadamente 8 horas. Cada
ciclo dura de 90 a 120 minutos y comprende a su vez 5 etapas diferentes.
En cada ciclo se va pasando a través de cinco etapas: 1, 2, 3, 4, y sueño REM (movimiento rápido de los
ojos). Estas etapas progresan cíclicamente desde 1 hasta REM luego comienzan nuevamente con la etapa 1.
Los primeros ciclos de sueño cada noche tienen sueños REM relativamente cortos y largos períodos de
sueño profundo pero más tarde en la noche, los períodos de REM se alargan y el tiempo de sueño profundo
se acorta.
La etapa 1 es la parte del sueño más liviano y se puede despertar fácilmente. Durante esta etapa, muchas
personas experimentan contracciones musculares repentinas precedidas de una sensación de estar
cayendo.
La etapa 2, el movimiento de ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas con sólo un
estallido ocasional de ondas cerebrales rápidas.
En la etapa 3, hay ondas cerebrales extremadamente lentas llamadas ondas delta que se intercalan con
ondas más pequeñas y más rápidas.
En la etapa 4, el cerebro produce ondas delta casi exclusivamente. Las etapas 3 y 4 son referidas como
sueño profundo, y es muy difícil despertar a alguien de ellas. Cuando nos encontramos en el sueño
profundo, no hay movimiento ocular o actividad muscular.
La etapa REM (Rapid Eye Movement), es cuando la respiración se hace más rápida, superficial e irregular, los
ojos se agitan rápidamente y los músculos de los miembros se paralizan temporalmente. Las ondas
cerebrales durante esta etapa son similares a las experimentadas por las personas al estar despiertas, el
ritmo cardíaco aumenta, la presión arterial sube, los hombres experimentan erecciones y el cuerpo pierde
algo de la habilidad para regular su temperatura. Es el tiempo en que ocurren la mayoría de los sueños, si
una persona es despertada durante el sueño REM, es posible que pueda recordar los sueños. La mayoría de
los individuos experimentan de tres a cinco intervalos de sueño REM cada noche.
Sindrome de piernas inquietas : Trastorno que se caracteriza por una necesidad prácticamente irresistible de
mover las piernas, generalmente durante la tarde o noche.
Jet lag : Trastorno del sueño que puede afectar a las personas que viajan y atraviesan varios husos horarios.
Narcolepsia: Trastorno crónico del sueño que provoca somnolencia excesiva durante el día.
Terror nocturno: Miedo a dormir
Sonambulismo : Afección que implica levantarse y caminar dormido.
Apnea obstructiva del sueño : Obstrucción intermitente del flujo de aire durante el sueño.
Insomnio : Problemas persistentes para dormirse y para permanecer dormido.
Como afecta el sueño en la conducción
Conducir con sueño es uno de los mayores peligros al volante. Se ha calculado que este factor de riesgo está
implicado, directa o indirectamente, entre el 15 y el 30% de los accidentes de tráfico. Además, los siniestros
causados por el sueño suelen resultar especialmente graves.
Esta cifra puede parecer demasiado elevada ante la idea de que para tener un accidente debido al sueño es
necesario quedarse totalmente dormido al volante. Pero esto no es cierto, los riesgos de la somnolencia
durante la conducción aparecen mucho antes de que el conductor llegue a quedarse dormido. Por otra
parte, los accidentes debidos al sueño no sólo suceden por la noche, existen muchas circunstancias que
pueden provocarnos sueño durante las horas del día.
1. Evita conducir durante las horas que sueles estar dormido. Es mucho más fácil quedarse dormido de
noche, en especial de madrugada que durante el día. En las horas de sol, puede entrarnos somnolencia
por fatiga o aburrimiento pero durante la noche, en especial a partir de las 2 de la madrugada, hay
2. Durante el día, procura usar gafas de sol que reducirán algo la luminosidad, que también puede
provocar somnolencia. Lleva agua fresca y bebe con frecuencia. Mantenerse hidratado ayuda a
mantenerse despejado.
3. Enciende el aire acondicionado: Las temperaturas cálidas favorecen la somnolencia. Si pones el aire
acondicionado y lo orientas hacia tu cara o si bajas las ventanillas de forma que se haga corriente de
aire que te de en el rostro, esto te despejará bastante.
4. Sube el volumen de la música y canta en voz alta: es importante que no sea música que te guste mucho,
porque eso te podría relajar, sino música cañera o incluso música de una emisora que no sea de tu
estilo. Así impedirá que te quedes absorto con las canciones evitando que te relajes.
5. Descalzate: Parece mentira pero al conducir con el pie descalzo, notamos los pedales de otra manera y
esa sensación nos hace estar atentos, evitando la somnolencia.
6. Come algo que requiera masticación activa, como caramelos o chicle, siempre que no nos distraiga de
donde tenemos que estar, que es atentos a la carretera. Los caramelos mentolados fuertes también son
efectivos ya que despejan las vías aéreas y hacen sentir un frescor que despeja bastante.
7. El paseo reparador. Una parada en el área de servicio y dar dos vueltas al coche caminando mientras se
respira, despejan bastante. Este el el consejo habitual, hacer una parada cada dos horas como mucho,
estirando las piernas con las vueltas alrededor del coche y aprovechando si es posible para lavarse la
cara y tomar un café o un refresco.
8. La siesta rápida. Si vemos que el sueño nos vence, lo mejor para todos es parar el coche en el área de
servicio, reclinar el asiento y descansar un rato. Si estamos agotados de verdad nos dormiremos y eso es
lo mejor que nos puede pasar. Si simplmente era fatiga o somnolencia por la conducción, daremos una
cabezada y tras unos diez o quince minutos estaremos listos para retornar a la marcha. Eso sí, primero
una parada para lavarnos la cara y despejarnos de la minisiesta es lo mejor.
9. Si quieres llevar bebidas energéticas o café, recuerda que no debes distraerte al beberlas por lo que
deben estar al alcance de la mano sin que necesites apartar la vista de la carretera cuando quieras echar
un traguito. Si sientes hambre y no puedes evitarlo, para el vehículo y pide algo ligero ya que las bebidas
copiosas te podrían causar sueño, y la sensación de hambre te mantendrá más despejado.
No intentes nunca vencer al sueño. Los consejos que te damos son para mantenerte despejado si es posible
pero si ves que te estás quedando dormido, no arriesgues nunca tu vida ni la de los demás y para a
descansar. Por eso, aún a riesgo de ser pesado, recuerda estos otros consejos:
Al primer síntoma de sueño para el vehículo en un área de descanso y tómate el tiempo necesario para
descansar. Una minicabezada de 20 minutos te puede despejar más de lo que imaginas.
No confíes en las bebidas energéticas o la cafeína del café o el té para mantenerte despierto. Si tienes
sueño, lo mejor es descansar.
Si llevas compañía, diles que estás cansado y que necesitas o un relevo o conversación que te mantenga
espabilado. Si vas solo, pon música que te haga cantar o música que no te guste para que no te
provoque la relajación
No comas durante el trayecto ni conduzcas con la tripa llena o el proceso de digestión te causará
somnolencia
Además de todo lo anterior, en los últimos años han surgido algunas aplicaciones tecnológicas que ayudan al
conductor a evitar quedarse dormido al volante. Los coches de alta gama incorporan detectores de sueño
avisando con unos pitidos si ven que el conductor parpadea con más frecuencia y otros sistemas, pero como
todo los medios manuales o tradicionales anteriormente indicados, lo importante es aplicar el sentido
común y evitar conducir si vemos que el sueño nos acecha. ¡Os esperamos a todos a la vuelta!