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Corrida de toros, es patrimonio cultural o una tortura?

Camino jurídico
Las corridas de torroes en Colombia llevan, desde principios de los años
2000, enfrentándose a diferentes posturas y decisiones
judiciales. Algunas las han perjudicado, otras las han favorecido.

Noviembre del 2004


Nació la Ley 916: el Reglamento Nacional Taurino. El objeto de la
norma fue la regulación de todas las actividades relacionadas con la
tauromaquia, “en garantía de los derechos e intereses del público y
de quienes intervienen en este tipo de espectáculos”.

Agosto del 2010


La Corte Constitucional decidió que no se destinaría presupuesto
público para promover las corridas de toros y las mantuvo en
lugares donde fueran una tradición, pues las consideró actividades
culturales reguladas.

Junio del 2012


Gustavo Petro, siendo alcalde de Bogotá, prohibió las corridas de
toros en la Plaza la Santamaría, revocando un contrato que había
con la Corporación Taurina de la ciudad. El mandatario local en ese
entonces dijo que el lugar debía ser utilizado para conciertos y
otras actividades nada relacionadas con la tauromaquia.

Septiembre del 2014


La Corte Constitucional les ordenó a las autoridades bogotanas la
reanudación de eventos taurinos en la Santamaría. “Hay que
adoptar mecanismos que garanticen la continuidad de la expresión
artística de la tauromaquia y su difusión”, dijo el alto tribunal en
ese momento.

Agosto y octubre del 2015


El 26 de agosto, mediante el decreto 334, el entonces alcalde de
Bogotá, Gustavo Petro, convocó a una consulta antitaurina para
que la ciudadanía decidiera si quería o no esa actividad. El Tribunal
Administrativo de Cundinamarca declaró valido el mecanismo. Sin
embargo, dos meses después, el Consejo de Estado suspendió la
consulta alegando que se desconocieron las sentencias de la Corte
Constitucional que avalaban la actividad taurina en la capital
colombiana.

Enero del 2016


La Ley 1774, o Ley del maltrato animal, excluyó de su artículo 5
(que habla sobre “conductas que constituyan hechos de violencia
contra animales”) a las corridas de toros y otras actividades como
rejoneo, novilladas, coleo, corralejas y peleas de gallos.

Febrero 2017
La Corte Constitucional le ordenó al Congreso legislar sobre las
corridas de toros, en un plazo de dos años, para tomar una decisión
de fondo. Esto se dio después de que el alto tribunal tumbó el
artículo 5 de la Ley 1774 e incluyó a la tauromaquia dentro de las
actividades que constituyen maltrato hacia los animales.

En mayo pasado, la Corte había reactivado la opción de la consulta


antitaurina.
Mayo del 2017
La Corte Constitucional revivió la consulta antitaurina y le ordenó a
la Alcaldía de Bogotá tramitar todo para que la ciudadanía decida si
quiere corridas de toros o no.

Agosto del 2018


La Corte Constitucional la decisión que tomo en febrero del 2017 y
cobró vigencia el argumento de permitir las corridas de toros en los
territorios en donde tengan arraigo cultural.

El pasado 4 de mayo se radicó en la Cámara de Representantes el Proyecto


de Ley 271 de 2017 “Por medio del cual se eliminan las prácticas taurinas en
el territorio nacional y se dictan otras disposiciones”. Este proyecto fue
construido y radicado por el ex ministro del Interior Juan Fernando Cristo,
con la asesoría y acompañamiento de Colombia sin Toreo, coalición de
organizaciones animalistas y sociales cuyo propósito es llegar a la abolición
de la tauromaquia por medio de la vía legislativa.

La Corte Constitucional tumbó la sentencia C-041 de 2017 con la que empezó


a considerar la tauromaquia como maltrato animal y establecía un plazo de
dos años para que el Congreso legislara al respecto. Si no se legislaba antes
del 2019 esta práctica empezaba a ser considerada como delito.

La Sala Plena tumbó esta decisión por considerar que hubo desconocimiento
de la jurisprudencia que se había venido planteando frente a este tema, al
parecer el cambio de la misma no se hizo de manera adecuada, y por ello se
emitirá una nueva sentencia que reemplace el pronunciamiento que hicieron
en febrero del año pasado.

El mismo, tumbaba el artículo quinto de la Ley 1774 que excluía de


como maltrato a las corridas de toros, el rejoneo, las novilladas, el coleo, las
corralejas y las peleas de gallos.
En consecuencia la posibilidad de que sean penalizadas las actividades
asociadas a la tauromaquia ya no existe y podrá ejercerse sin problema en
los lugares donde hay un arraigo cultural, como se planteaba antes de esta
sentencia.

A lo largo de su historia, varias ciudades y pueblos de Colombia han


incluido las corridas de toros como una actividad importante, y
algunas veces principal, dentro de sus fiestas o sus carnavales.

¿Qué es el patrimonio?

El patrimonio cultural puede ser definido como el conjunto de


ideas, espacios (naturales o construidos), prácticas y objetos que
una comunidad reconoce que son centrales para su identidad
colectiva, los cuales fueron recibidos como herencia histórica y
constituyen un testimonio del desarrollo y la cultura de una nación.
En síntesis, el estatus de patrimonio cultural lo otorga
primordialmente la comunidad que lo asume como tal. Desde este
punto de vista, debe reconocerse que existe una comunidad, un
grupo de ciudadanos colombianos que asume los diferentes
elementos de la cultura taurina como parte de su patrimonio.

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