Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FundamentosDSC PDF
FundamentosDSC PDF
Universidad de Granada.
39
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
Desde hace más de dos décadas la microcalorimetría se ha utilizado cada vez más
para la caracterización termodinámica de biopolímeros de varios tipos, particularmente
proteínas y polinucleótidos. El rápido crecimiento del uso de las técnicas
microcalorimétricas en esta área de investigación puede deberse en parte a la
disponibilidad de instrumentos de cada vez mayor sensibilidad, capaces de detectar los
pequeños calores puestos en juego durante los procesos implicados, y también en parte a su
mayor fiabilidad y facilidad de uso. Aún así, se continúa realizando un esfuerzo para
mejorar los microcalorímetros tratando de lograr una sensibilidad aún mayor que permita
el uso de cantidades menores de materiales biológicos muy valiosos, lo cual abriría nuevas
áreas de aplicación.
Varias compañías comercializan calorímetros diferenciales de barrido en la
actualidad. Todos estos microcalorímetros tienen en común varias características; la más
importante, por la cual se denominan microcalorímetros diferenciales de barrido, es que la
medida de la capacidad calorífica se hace en modo diferencial (se mide la diferencia de
capacidad calorífica entre dos células lo más idénticas posible) y de una manera continua,
es decir, calentando o enfriando la muestra a una velocidad constante. La principal
desventaja de este modo de operación es que la muestra nunca está estrictamente en
equilibrio térmico (en este aspecto el diseño de las células es fundamental).
Otras características comunes que presentan los microcalorímetros diferenciales de
barrido utilizados actualmente son:
1) No poseen agitación mecánica para evitar aportar cantidades de calor por efecto
Joule que podrían ser mayores, incluso, que el efecto calorífico medido si el
líquido tiene una elevada viscosidad.
2) Funcionan de modo adiabático, como veremos a continuación.
40
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
41
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
42
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
3
4
Figura 3.1.1: Bloque calorimétrico del DASM-4. (1) Tubos capilares para llenar
las células, (2) Termolámina o resistencia eléctrica laminar para calentar la célula
capilar, (3) coraza interna, (4) termopila y (5)coraza externa.
Las células tienen forma de moneda, con tubos capilares de 1.5 mm de diámetro
interno, para llenarlas. Están construídas con tántalo 61, un material de gran resistencia
frente a la corrosión para casi todos los ácidos, similar al vidrio, aunque es sensible al
ataque por medios fuertemente alcalinos. El volumen efectivo de ambas células es de 0.5
mL, aproximadamente. Estás células se encuentran fijadas en el interior de una coraza
cilíndrica, que asegura la adiabaticidad del sistema. El intervalo operativo de la
temperatura del VP-DSC es de –10 hasta 130 ºC, y puede registrar barridos tanto
calentando como enfriando (en este caso en modo no adiabático), sin necesidad de ningún
dispositivo exterior. Las velocidades de barrido son seleccionadas por el operador en un
rango de 0 a 2 K/min. Para barridos por encima del punto de ebullición de las disoluciones,
el VP-DSC tiene un sistema de presurización que permite alcanzar presiones de hasta 35
43
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
psi, evitando así la ebullición de las muestras. Un esquema del instrumento se muestra en
la Figura 3.1.2.
El VP-DSC es el primer calorímetro que permite al operador seleccionar el tiempo
de respuesta entre 5 y 30 segundos. Sensibilidad y tiempo de respuesta están relacionados,
a mayor tiempo de respuesta mayor sensibilidad. Esto representa una ventaja ya que para
estudiar las transiciones anchas que se suelen observar en la mayoría de las proteínas, y
para las que se requiere una alta sensibilidad, es aconsejable usar tiempos de respuesta
mayores. Por el contrario para transiciones agudas se aconseja un tiempo de respuesta
corto para evitar distorsiones en la forma del termograma. También permite trabajar en
modo isotermo, para poder seguir cinéticas de procesos a diferentes temperaturas. Por otra
parte, el VP-DSC está gobernado a través de dos sistemas electrónicos conectados al “bus”
de un ordenador Pentium-PC estandar, que contienen los conversores análogico-digital
(A/D) y digital_analógico (D/A) y las puertas digitales necesarias. Estos circuitos son
preconfigurados y calibrados en la factoría de MicroCal, por lo que no se necesita ningún
ajuste previo a su funcionamiento. La adquisición de datos y el control del
microcalorímetro están automatizados por el programa VPViewer que hace posible los
barridos cíclicos sin la intervención del operador. Por último, con esté programa podemos
modificar los parámetros experimentales tales como la temperatura de inicio y final, la
velocidad de barrido, etc. Los datos experimentales se almacenan en un archivo en código
ASCII con el nombre establecido por el usuario.
44
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
Figura 3.1.2: Esquema del calorímetro diferencial de barrido VP-DSC: 1,2: Células de
muestra y referencia con los tubos capilares de entrada para llenar y limpiar. 3,4: calentadores
principales situados sobre las células, controlados por el voltaje VII de la fuente de alimentación, 5;
ésta a su vez está conectada al computador, 6, a través de una tarjeta conversora analógico/digital
(A/D), 30. Los elementos auxiliares de calentamiento, 18 y 19, que se alimentan a través de la tarjeta
A/D se utilizan para la calibración y para la retroalimentación. El dispositivo de medida del efecto
térmico, 7, y el termosensorl, 8, para medir la diferencia de temperatura ∆T1 entre las dos células, son
parte del sistema de medida por compensación. Rodeando a las dos células se encuentra una coraza,
9, con dispositivos de calentamiento/enfriamiento, 10, dirigidos por un controlador, 11, que responde
a una señal que procede de un amplificador sumador 15. El amplificador sumador tiene como una
de las entradas la señal, 20, procedente del sensor, 12, que mide la diferencia de temperatura ∆T2
entre las células y la coraza. La otra entrada, 16, es un voltaje VI de una fuente de alimentación, 17,
controlada por el computador a través de la tarjeta A/D, 30. La coraza tiene además un dispositivo,
13, para la medida de temperaturas mediante un sensor, 14, dispuesto en la coraza térmica; la señal
de salida del dispositivo se digitaliza en el conversor A/D, 30. Las señales calibradas ∆T1 y ∆T2 así
como la temperatura se registran continuadamente durante el experimento y se almacenan das en la
memoria del computador, 40, con un periodo de muestreo seleccionado por el usuario.
45
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
En la práctica los dos células del calorímetro no son exactamente idénticas y por
tanto es necesario registrar un termograma con las dos células llenas con la disolución
tampón, que representa la señal introducida por esta asimetría y otros factores
instrumentales, a la que llamaremos línea base instrumental y que será la referencia que
permitirá eliminar el artefacto o contribución instrumental de un termograma. Se registran
barridos de temperatura consecutivos, para asegurarnos de la reproducibilidad de la línea
base, de manera que la diferencia entre dos termogramas consecutivos se encuentre dentro
del rango de las especificaciones del instrumento.
Un protocolo importante en nuestro procedimiento experimental es la preparación
para asegurar la reproducibilidad de la respuesta térmica del instrumento. Esto se consigue
dejando el mismo ciclo térmico durante varios barridos sucesivos con los mismos
parámetros como la temperatura de inicio y final de barrido, la velocidad de barrido, y el
mismo tiempo de equilibrado entre el final de un barrido y el comienzo del siguiente.
46
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
proteínas se obtiene varios picos). Los valores de la señal en la zona pre- y post-transición
corresponden respectivamente a las capacidades caloríficas de los estados nativo y
desnaturalizado de la proteína. Hay que hacer notar que el termograma de barrido con la
muestra aparece normalmente por debajo de la línea base debido a que la capacidad
calorífica absoluta de la proteína es menor que la del agua que desplaza (Privalov y
Khechinashvili, 1974). A partir del termograma resultante de restar la línea base
instrumental, podemos obtener algunos parámetros termodinámicos significativos de la
transición calorimétrica, como se indica en la Figura 3.1.3.
47
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
Una vez terminado el primer barrido con la proteína, se deja registrar otro barrido
sin extraer la muestra de la célula. Esto permite comprobar el grado de la reversibilidad del
proceso responsable de la transición calorimétrica observada, lo que se suele expresar en
términos de porcentaje del área bajo la curva que se recupera en el segundo barrido. Esto
es de relevancia para un análisis posterior de los datos, ya que no se puede aplicar un
análisis basado en la termodinámica de equilibrio si el proceso observado es irreversible y
no transcurre en equilibrio termodinámico. Existen, sin embargo, criterios más fiables en
CDB para comprobar si una transición corresponde a un proceso de equilibrio o no
(Sánchez-Ruiz et al., 1988; Conejero-Lara et al., 1991 a y b).
Un vez finalizado el experimento, se deben lavar las células inmediatamente con
abundante agua Milli-Q para evitar los depósitos sobre las paredes de los posibles restos de
la proteína y por ultimo se dejan llenas con agua Milli-Q.
48
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
Las potencias que se disponen para la calibración en el DASM-4 son 25, 50 y 100
µW. En el caso del VP-DSC, el programa de adquisición utiliza una constante de
calibración determinada por Microcal Inc. para registrar la señal en unidades de mcal/K,
aunque se aconseja llevar a cabo una calibración eléctrica cada seis meses
aproximadamente.
También se aconseja una calibración de la temperatura periódicamente cada seis
meses. Para ello se dispone de dos muestras estándares con puntos de fusión de 28.2 y 75.9
ºC, que consisten en cantidades pequeñas de parafinas contenidas en unos tubos capilares
de acero.
Como todo instrumento de medida, el calorímetro tiene un cierto tiempo de
respuesta, de manera que las curvas obtenidas se encuentran ligeramente distorsionadas.
Por ello es necesario corregir los termogramas para la respuesta dinámica del instrumento.
Para un calorímetro que presenta una dinámica de primer orden basta realizar la siguiente
operación:
dC *p (T )
C p (T ) = C (T ) + τ ⋅ν ⋅
*
p (3-1-2)
dT
donde C p (T) es la señal real producida por el sistema en estudio, C *p (T) la obtenida
49
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
50
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
en la que Cp,p y Cp,s son las capacidades caloríficas parciales de la proteína y del disolvente
respectivamente, mp la cantidad de la proteína en la célula calorimétrica y ∆ms la cantidad
de disolvente desplazado por la proteína en la disolución.
Teniendo en cuenta que:
Vp (T )
∆m s = m p ⋅ (3-1-4)
Vs (T )
donde Vp (T) y Vs(T) son los correspondientes volúmenes específicos parciales de la
proteína en disolución y del disolvente, obtenemos lo siguiente:
V p (T ) ∆C p , p (T )
C p , p = C p , s (T ) ⋅ + (3-1-5)
Vs (T ) mp
51
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
KD =
[N ] (3-1-8)
[D]
y la fracción de proteína que se encuentra en el estado D, x D , será:
xD =
[D] = K D (3-1-9)
[ N ] + [D] 1 + K D
La entalpía molar parcial del sistema viene dada por:
52
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
KD
H = x N ⋅ H N + x D ·H D = H N + xD ⋅ ∆H D = H N + ⋅ ∆H D (3-1-10)
1 + KD
53
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
C p , N = d + e·T (3-1-16)
Este tipo de análisis basado en una función ∆Cp cuadrática ya ha sido realizado con
éxito previamente para varias proteínas y dominios en nuestro grupo de investigación
(Viguera et al., 1994; Azuaga et al., 1995).
Conocida la dependencia de ∆Cp con la temperatura es posible integrar las
ecuaciones 3-1-12 y 3-1-13 para obtener las dependencias de ∆HD y ∆SD con la
temperatura a través de las expresiones:
∆H D = ∆ H m + ∫ ∆C p ⋅ dT
T
Tm
∆C p (3-1-18)
∆S D = ∆Sm + ∫
T
⋅ dT
Tm T
donde ∆Hm y ∆Sm son los incrementos de entalpía y entropía de desplegamiento a la
temperatura de transición (Tm). Esta temperatura de transición se define como la
temperatura a la que x D = 0.5 y, por tanto, KD = 1. El valor de Tm corresponde
aproximadamente al máximo de la capacidad calorífica cuando las transiciones son
simétricas y estrechas. A T = Tm, ∆GD = 0, por lo cual el cambio de entropía a la
∆H D = ∆H m + (a − d ) ⋅ (T − Tm ) +
(b − e ) 2
( c
)
· T − Tm2 + · T 3 − Tm3 ( )
2 3
T
∆S D =
∆H m
(
+ ( a − d ) ⋅ ln + (b − e)·(T − Tm ) + · T 2 − Tm2
c
) (3-1-20)
Tm Tm 2
∆GD = ∆H − T ⋅ ∆S
54
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
(∆ H D )2 KD
C p = C p, N + ⋅ + x ⋅ ∆C p (3-1-21)
RT 2
(1 + K D )2 D
Para la desnaturalización de una proteína, la dependencia de ∆GD con la
temperatura se denomina curva de estabilidad (ver Figura 3.1.5).
55
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
Varios trabajos han destacado sus propiedades más importantes, que se resumen a
continuación (Bercket y Schellman, 1987; Schellman, 1987): La pendiente de la curva de
estabilidad viene dada por la expresión − ∂∆GD ∂T = ∆S D y muestra un único máximo
precisamente a la temperatura TS en la que ∆SD es igual a cero. Además se define la
temperatura TH a la cual la entalpía de desnaturalización es cero (TH es ligeramente más
baja que TS). Por otra parte la curvatura viene dada por ∂ 2∆GD ∂T 2 = − ∆C p T y sólo
adquiere valores negativos, dado que el ∆Cp de desnaturalización es siempre positivo (ver
Figura 3.1.3). También podemos ver en la Figura 3.1.5-B, que el máximo de ∆GD se
presenta a temperaturas relativamente bajas, cercanas a la fisiológica, estando favorecido el
estado nativo en estas condiciones. El valor de ∆GD a temperatura ambiente (generalmente
25 ºC) constituye una medida de la estabilidad de la proteína. El punto de corte con cero
alta temperatura corresponde a la temperatura de desnaturalización, Tm, definida
anteriormente, mientras que el punto de corte con cero a baja temperatura, Tm* , es el
resultado de la extrapolación de la curva, por lo que podría esperarse que hubiera una
desnaturalización de la proteína por “frío”. Este fenómeno fue predicho hace unos 30 años
por Brandts (1964) y demostrado experimentalmente por Privalov et al (1986). Varios
estudios de CDB (Privalov et al., 1986; Griko et al., 1988, 1989; Tamura et al., 1991;
Griko y Privalov, 1992; Azuaga et al., 1992) sugieren que la desnaturalización fría es una
propiedad común de las proteínas globulares, confirmando así las características ya
mencionadas de la curva de estabilidad.
Hay que hacer énfasis en este momento en que la formulación matemática descrita
hasta ahora solo es aplicable al análisis de las curvas de Cp en el caso de que el modelo de
equilibrio de dos estados describa adecuadamente el proceso de desnaturalización en
estudio.
Hasta muy recientemente, la CDB se ha venido considerando una técnica suficiente
para comprobar la aplicabilidad del modelo de dos estados al análisis del proceso de
desnaturalización de una proteína (Tanford, 1968; Privalov, 1979: Schellman, 1987;
Jackson y Fersht, 1991; Viguera et al., 1994). Esto ha sido debido a que la CDB es capaz
de medir de forma directa e indirectamente el incremento de entalpía del proceso de
desnaturalización. El valor de la entalpía de desnaturalización se refleja no sólo en el área
bajo la curva de la transición de desnaturalización (Figura 3.1.6), llamada entalpía
56
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
50
400 kJ/mol
40
·K )
-1
300 kJ/mol
-1
30
Cp (kJ·mol
20
200 kJ/mol
10
20 30 40 50 60 70 80 90
T(ºC)
57
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
58
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
donde ∆Gi es la energía de Gibbs del estado Ii, reférida al estado I0 . La fracción de
moléculas de proteína, xi, que se encuentran en el estado Ii será:
xi =
[I i ] = exp (− ∆ Gi RT )
(3-1-24)
Z (T )
∑ [I i ]
n
i= 0
y la entalpía media del sistema <∆H> será el promedio de las contribuciones de todos los
estados presentes:
n n
exp (− ∆Gi RT )
< ∆H >= ∑ ∆H i ⋅ xi =∑ ∆H i ⋅ (3-1-25)
i =1 i =1 Z (T )
59
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
C p = C p (I 0 ) + =
(
∂ < ∆H > < ∆H 2 > − < ∆H > 2 )
+ < ∆C p > (3-1-26)
∂T RT 2
donde <∆H2 > es el valor medio de H2 = Σxi·Hi2 . El primer término en el lado derecho de la
ecuación (3-1-26) es debido a los cambios inducidos por la temperatura en el equilibrio de
desnaturalización, mientras el segundo termino es la capacidad calorífica promedio de la
proteína <∆Cp > = Σxi·∆Cp,i.
A partir del desarrollo de este formalismo, utilizando la CDB es posible caracterizar
completamente el procesos de desnaturalización en equilibrio (ver Freire y Biltonen, 1978,
para más detalles). Estos autores llegaron mediante un procedimiento recursivo a
determinar el número de estados intermedios significativamente poblados y a
caracterizarlos termodinámicamente. En la literatura, se pueden encontrar modificaciones
de este procedimiento para el análisis de los termogramas de CDB (Filimonov et al., 1982;
Gill et al., 1985; Xie et al. 1991). También existen modificaciones de este procedimiento
para el análisis de equilibrios en los que ocurren cambios del grado de asociación de la
proteína (Thompson, et al., 1993; Filimonov et al., 1993; Azuaga et al., 1995) o unión de
ligandos (Ramsay y Freire, 1990).
60
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
parámetros de ajuste apropiados. Para los ajustes realizados en esta Memoria se han
elegido los siguientes:
- Tm: Temperatura a la que ∆GD = 0.
BIBLIOGRAFÍA
Azuaga, A.I., Conejero-Lara, F., Rivas, G., de Filippis, V. Fontana A. y Mateo. P.L. (1995)
Biochim. Biophys. Acta 1252, 95-102.
Azuaga, A.I., Galisteo, M.L., Mayorga, O.L., Cortijo, M. y Mateo, P.L. (1992) FEBS Lett.
309, 258-260.
Azuaga, A.I., Woodruff, N., Conejero-Lara, F., Cox, V.F., Smith, R.A.G. y Dobson, C.M.
(1999) Protein Science 8, 443-446.
Bach, D. y Chapman, D. (1980) ¨Biological Microcalorimetry¨ (Beezer, A.E., Ed.), pag.
265, Academic Press, London.
Becktel, W.J. y Schellman, J.A. (1987) Biopolimers 26, 1859-1877.
Brandts, J.F. (1964) J. AM. Chem. Soc. 86, 4291-4301.
Chowdry y cole (1989) Trends in Biotechnology 7, 11-18.
Conejero-Lara, F. y Mateo. P.L. (1996) Biochemistry 35, 3477-3486.
61
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
Conejero-Lara, F., Mateo, P.L., Avilés, F.X. y Sánchez-Ruiz, J.M. (1991a) Biochemistry
30, 2067-2072.
Conejero-Lara, F., Sánchez-Ruiz, J.M., Mateo, P.L., Burgos, F.J., Vendrell J. y Avilés,
F.X. (1991b) Eur. J. Biochem. 200, 663-670.
Cooper, A. y Johnson, C.M. (1994a) Methods in Molecular Biology 22, 109-124.
Cooper, A. y Johnson, C.M. (1994b) Methods in Molecular Biology 22, 125-136.
Creighton, T.E. (1986) Methods Enzymol 131: 156-172.
Filimonov, V.V. y Rogov, V.V. (1996) J. Mol. Biol. 225, 767-777.
Filimonov, V.V., Matveyev, S.V., Potekhin, S.A. y Privalov, P.L. (1982) J. Mol. Biol. 16,
551-562.
Filimonov, V.V., Prieto, J., Martínez, J.C., Bruix, M., Mateo, P.L. y Serrano, L. (1993)
Biochemistry 32, 12906-12921.
Freire, E. (1995) in Protein Stability and Folding (Shirley, B., ed) Vol. 40, pp.191-218.
Freire, E. (1995) Methods Enzymol. 259, 144-168.
Freire, E., van Osdol, W.W., Mayorga, O.L. y Sanchez-Ruiz, J.M. (1990) Annu. Rev.
Biophys. Biophys. Chem., 19, 159-188.
Friere, E. y Biltonen, R.L. (1978) Biopolimers 17, 463-479.
Gill, S.C., Richey, B., Bishop, G. y Wyman, J. (1985) Biophys. Chem. 21, 1-14.
Griko, Y.V. y Privalov, P.L. (1992) Biochemistry 31, 8810-8815.
Griko, Y.V., Privalov, P.L., Sturtevant, J.M. y Venyamov, S.Y. (1988) Proc. Natl. Acad.
Sci. USA 85, 3343-3347.
Griko, Y.V., Venyamov, S.Y. y Privalov, P.L. (1989) FEBS Lett. 244, 276-278.
Jackson, S.E. y Fersht, A.R. (1991) Biochemistry 30, 10428-10435.
Lechuga, T. (1986) Tesina de licenciatura, Universidad de Granada.
López-Mayorga, O. y Freire, E. (1987) Biophys. Chem. 87, 87-96.
López-Mayorga, O. (1983) Tesis Doctoral, Universidad de Granada.
Mabrey, S. y Sturtevant, J.M. (1978) Methods Membr, Biol. 9, 237.
Makhatadze, G.I. y Privalov, P.L. (1990) J. Mol. Biol. 213, 375-384.
Mateo, P.L. (1984) ¨Thermochemistry and its applications to chemical and Biochemical
Systems¨ (Ribeiro de silva, M.A.V., Ed), pag. 541. Reidel, Holland.
Montgomery, D., Jordan, R., McMacken, R. y Freire, E. (1993) J. Mol. Biol. 232, 680-692.
Privalov, G., Kavina, V., Freire, E. y Privalov, P.L. (1995) Anal Biochem 232, 79-85.
62
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
63
Francisco Conejero Lara, Obdulio López Mayorga y Mourad Sadqi. Departamento de Química Física.
Universidad de Granada.
Viguera, A.R., Martínez, J.C., Filimonov, V.V., Mateo, P.L. y Serrano, L. (1994b)
Biochemistry 33, 2142-2150.
Xie, D., Bhakuni, V. y Freire, E. (1991) Biochemistry 30, 10673-10678.
Yi, Q. y Baker, D. (1996) Protein Science 5, 1060-1066.
Zhou, Y., Hall, C.K. y Karplus, M. (1999) Protein Science 8, 1064-1074.
64