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UNIVERSIDAD NACIONAL

DE TRUJILLO
FACULTAD DE INGENIERIA

ESCUELA:
ARQUITECTURA Y URBANISMO

DOCENTE:
ARQ. ALAN TARAZONA

ALUMNO:
RAMOS TERRONES DAVID

TRABAJO: “ENSAYO - AUDITORIO”

LA EVOLUCIÓN DINÁMICA DEL ESPACIO DE UN AUDITORIO


Desde comienzos de la vida, la humanidad siempre vio reflejada en su sentir más
profundo aquella belleza innata acerca del impulso y el movimiento, hacia una
dinámica feroz de expresar todo aquello que sentían, vivían, anhelaban. Se
podría decir que desde tiempos remotos siempre estuvo vinculado el amor hacia
el sonido y todo lo que esto traía consigo, es así como se presenta el arte del
sonido como una respuesta inmediata a aquellos sentimientos tan profundos de
algarabía y jubilo que luego se transformaban en fiestas y jolgorios que tomaron
parte dentro de un rito de representación en un espacio en particular, un espacio
que con la evolución, que con el crecimiento de los conocimientos, y el aumento
y variedad de emociones, fue tomando presencia importante dentro del mundo
de hoy, pero ¿cómo es que la evolución de este espacio se dio a través del
tiempo?.
Todos expectantes mirando cómo se da el trascurrir de una presentación, de un
debate, de un conjunto de escenas artísticas y pintorescas, una presentación de
un personaje ilustre e importante, así es como muchas veces nos encontramos
cuando formamos parte de aquel grupo espectador. ¿Quién de alguna manera
u otra no se ha visto reflejado alguna vez dentro de este grupo espectador?, sería
casi como mentir, muchas veces hemos tenido la oportunidad de apreciar y vivir
por algún momento dentro de un espacio de interacción en la que publico y
orador se ven unidos a través de un mensaje. Este espacio es la representación
de una evolución arquitectónica-artística, desde la creación de la humanidad tal
y como la conocemos siempre ha existido un espacio determinado para la
dinámica directa entre un público y un mensajero. La creación de estos espacios
data de muchos siglos en el tiempo, desde los primeros anfiteatros creados en
Grecia y roma hasta las actuales características compositivas de un espacio
llamado auditorio.
Como una forma de expresar sus más furtivos y artísticos mensajes al pueblo de
la antigua Grecia florece entre 550 a. C. y 220 a. C. los primeros espacios para
la interacción entre un público y un exponente. Estos espacios estaban
constituidos por un conjunto de elementos que reunían a una gran masa del
pueblo, su composición más importante consta de la orchesta, kailon,
proskenium, skene.

Teatro de Dodona
En la época entre el (27 a.C. al 427 d.C.), en Roma aparecen los teatros como
espacios dinámicos artísticos; el teatro romano es una construcción típica del
Imperio Romano generalizada por todas las provincias del imperio, y que tenía
la finalidad de servir para la interpretación de actos teatrales del periodo clásico.
El teatro en la época romana iba más allá de lo que podemos esperar de un
género literario, para entroncar desde sus más remotos orígenes con la religión,
en especial la del dios Dionisio. Y dentro de la religión, los teatros romanos
jugaron un papel esencial para la propaganda dinástica y el culto imperial.

Museo del Teatro Romano de


Cartagena

Los teatros construidos en la época del Renacimiento constituyen un claro


ejemplo de aplicación del criterio anterior relativo a la reducción de volumen. Sus
formas son una imitación de las formas de los teatros clásicos antiguos, pero, en
cambio, al tratarse de recintos cerrados, su volumen es sustancialmente menor.
El Teatro Olímpico de Vicenza (Italia), construido por Palladio en 1584. Se trata
del teatro más antiguo perteneciente a dicha época que se conserva en la
actualidad, y constituye uno de los primeros ejemplos del denominado teatro de
proscenio. Dicha tipología está caracterizada por una clara separación entre el
escenario y la sala donde se halla el público de manera que la representación se
observa como si fuera a través de una ventana.
En la época del Barroco las formas de los teatros de proscenio fueron
evolucionando de manera experimental en la primera mitad del siglo XVII. Se
diseñaron salas en forma de semicírculo, de U, de campana, de elipse y de
herradura, entre otras. De todas ellas, la sala en forma de herradura fue la que
se convirtió en más habitual y supuso el nacimiento del teatro Barroco italiano,
precursor del teatro de ópera. Rápidamente, esta forma se extendió por toda
Europa y marcó un estilo de diseño teatral que se prolongó durante doscientos
años.
Ya desde finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX, el teatro de proscenio ha
seguido evolucionando hacia formas diversas, todas ellas claramente
diferenciadas de la típica forma de herradura, aunque siempre pretendiendo
conseguir los mismos objetivos acústicos: inteligibilidad óptima y sonoridad
suficientemente elevada. El teatro, en forma de abanico, se construyó siguiendo
el modelo del Festspielhaus de Bayreuth (Alemania). Presentaba el
inconveniente de que la pared posterior de la sala era cóncava, lo cual daba lugar
a la aparición de sonido focalizado en el escenario. Su capacidad era de 1515
localidades situadas en una única planta. Dicha cifra se aproxima a las 1500,
valor considerado como límite para los teatros de proscenio, si se pretende
conseguir unas condiciones acústicas satisfactorias en la práctica totalidad de
sus puntos.
Con objeto de conseguir un contacto más íntimo entre el actor y el público que
el proporcionado por el teatro de proscenio, Guthrie presentó en Edimburgo, en
1948, el denominado teatro con escenario integrado (“thrust-stage theatre”). Este
tipo de recinto ofrece la posibilidad de una experiencia en tres dimensiones, en
la que el actor se puede situar en el centro de la audiencia, en clara
contraposición al formato bidimensional del teatro de proscenio donde los
espectadores miran hacia el escenario como si se tratase de una pantalla. El
teatro con escenario integrado ha tenido una cierta difusión, principalmente en
Estados Unidos y en Gran Bretaña. Según se observa, presenta una forma que
recuerda la forma de los teatros clásicos griegos, si bien dispone de platea y
anfiteatro. Dispone, además, de un conjunto de reflectores suspendidos del
techo que únicamente proporcionan primeras reflexiones útiles en el caso de que
el actor esté orientado frontalmente hacia la sala. El tiempo de reverberación del
teatro es excesivo debido al acoplamiento de la sala con el espacio situado por
encima de los mencionados reflectores.
Llevando a su extremo la idea de conseguir la máxima intimidad entre el actor y
el público, surge el denominado teatro circular (“theatre in the round”). En este
tipo de teatro, el escenario está totalmente rodeado por el público, con lo cual en
todo momento una parte de la audiencia se halla detrás del actor. Lógicamente,
en dicha zona la inteligibilidad de la palabra es menor. Además, al no existir
ninguna pared en la parte posterior del escenario, las únicas superficies capaces
de proporcionar primeras reflexiones son las paredes perimetrales y el techo,
aunque éste es utilizado habitualmente para colocar los focos. Estas limitaciones
acústicas exigen que la distancia entre el escenario y el espectador más alejado
sea muy inferior a la correspondiente a los teatros con escenario integrado. Ello
significa que su aforo será también claramente menor.
Con todo, el teatro circular constituye una de las formas primitivas más utilizadas
para todo tipo de representaciones. Sin ir más lejos, los actores callejeros crean
de forma natural un círculo de espectadores a su alrededor, y es probable que
en la Edad Media se llevasen a cabo representaciones teatrales esporádicas en
las que el público se colocase según una disposición circular.
En la actualidad la utilización de este espacio se encuentra muy vinculado a las
representaciones artísticas-académicas, con mucha variedad en cuanto a la
organización de sus espacios, a los diversos contenidos que albergan, la
polivalencia y multiplicidad de usos ha hecho de este espacio uno de los más
importantes para la existencia y evolución de la humanidad.

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