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A. 186. XXXIV.

Asociación Benghalensis y otros c/


Ministerio de Salud y Acción Social - Estado
Nacional s/ amparo ley 16.986.

Corte Suprema de Justicia de la Nación

Buenos Aires, 1° de junio de 2000.


Vistos los autos: AAsociación Benghalensis y otros c/
Ministerio de Salud y Acción Social - Estado Nacional s/ am-
paro ley 16.986".
Considerando:
Que las cuestiones debatidas en el recurso extraor-
dinario presentado por el Ministerio de Salud y Acción Social
han sido adecuadamente resueltas en el dictamen del señor
Procurador General de la Nación (fs. 618/623 vta.), a cuyos
términos corresponde remitirse por razones de brevedad.
Por ello, se declara formalmente admisible el recurso
extraordinario parcialmente concedido a fs. 614, y se confirma
la sentencia apelada. Con costas. Notifíquese y devuélvase.
JULIO S. NAZARENO (en disidencia)- EDUARDO MOLINE O=CONNOR
(según su voto)- CARLOS S. FAYT (en disidencia)- AUGUSTO CESAR
BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI (en disidencia)-
ANTONIO BOGGIANO (según su voto)- GUILLERMO A. F. LOPEZ -
GUSTAVO A. BOSSERT - ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ (según su voto).
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Asociación Benghalensis y otros c/
Ministerio de Salud y Acción Social - Estado
Nacional s/ amparo ley 16.986.

Corte Suprema de Justicia de la Nación

-//-TO DEL SEÑOR VICEPRESIDENTE DOCTOR DON EDUARDO MOLINE


O=CONNOR Y DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON ANTONIO BOGGIANO
Considerando:

1°) Que la Sala I de la Cámara Nacional de Apela-


ciones en lo Contencioso Administrativo Federal confirmó la
sentencia de primera instancia, que al hacer lugar a la acción
de amparo interpuesta por la Asociación Benghalensis y otras
entidades no gubernamentales que desarrollan actividades
contra el virus del SIDA, condenó al Estado Nacional -Mi-
nisterio de Salud y Acción Social- a dar acabado cumplimiento
a su obligación de asistencia, tratamiento y en especial su-
ministro de medicamentos -en forma regular, oportuna y conti-
nua- a los enfermos de ese mal registrados en los hospitales
públicos y efectores sanitarios del país.

2°) Que, para así decidir, juzgó que los actores


tenían legitimación suficiente para interponer la presente

acción con fundamento en los arts. 5° de la ley 16.986 y 43 de


la Constitución Nacional en cuanto establece que podrán
interponer acción de amparo contra cualquier forma de discri-
minación las asociaciones que propendan a esos fines y en la
medida en que estén registradas y autorizadas para funcionar.
Agregó que la ley 23.798, que declaró de interés nacional la
lucha contra el SIDA, dispuso que las autoridades sanitarias
debían desarrollar programas destinados a detectar, diagnos-
ticar y tratar la enfermedad y gestionar los recursos necesa-
rios para financiarlos, los cuales, serían solventados por la
Nación y por los respectivos presupuestos de cada jurisdic-
ción. Entendió que el accionar del Estado de incumplir o cum-
plir mal con la obligación de suministrar medicamentos para el
tratamiento de la enfermedad constituía una omisión que
violaba los derechos a la vida y a la salud reconocidos por la

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Constitución Nacional y por los tratados de derechos humanos
(art. 75, inc. 22).

3°) Que contra esta decisión el demandado interpuso


el recurso extraordinario que fue concedido parcialmente en lo
relativo a la interpretación de las disposiciones de la ley
23.798 y denegado respecto del planteamiento de arbitrariedad
de sentencia, lo cual dio lugar a la queja pertinente.

4°) Que el remedio federal es procedente en cuanto se


ha puesto en tela de juicio la inteligencia y aplicación de
una norma de naturaleza federal -ley 23.798- y la decisión
recaída en la causa ha sido adversa a las pretensiones del
recurrente.

5°) Que el Ministerio de Salud y Acción Social se


agravia por considerar que las asociaciones que dedujeron esta
acción de amparo carecen de legitimación activa para
interponerla. Afirma que el a quo interpreta erróneamente la
ley 23.798 al condenar al Estado Nacional exclusivamente a
proveer medicamentos, desconociendo de ese modo, lo dispuesto

por los arts. 3° y 21 de la norma cuestionada que ponen también


a cargo de las provincias la ejecución y los gastos que
demande el cumplimiento del programa de lucha contra el SIDA.
Agrega que el sistema de salud tiene en nuestro país una or-
ganización de tipo federal y compartida, y que existe en esta
materia una responsabilidad conjunta de la Nación, las pro-
vincias y los municipios. Destaca que el Estado Nacional cum-
ple acabadamente con las disposiciones de la ley dentro del
presupuesto asignado. Señala que la cámara se inmiscuye en una
cuestión que afecta el ámbito de reserva del Poder Ejecutivo,
pues la ley autoriza a este último a arbitrar las medidas que
crea oportunas y convenientes para implementar el programa
discutido en autos. En síntesis, sostiene que el a quo, al

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condenar únicamente al demandado a proveer drogas a todos los


enfermos inscriptos, desconoce la ley 23.798, que obliga a los
efectores sanitarios a entregar los medicamentos; la ley
24.455 que impone la cobertura a las obras sociales y, por
último, la ley 24.754 que hace extensiva dicha obligación a
los sistemas de medicina prepagos. Finalmente, sostiene que el
decisorio afecta la organización de la distribución del
crédito para la política de salud pública asignado por el
presupuesto que es un acto institucional no sujeto a control
judicial.

6°) Que cuando se encuentra en juego el alcance que


cabe asignar a una norma de derecho federal, el Tribunal no se
encuentra limitado en su decisión por los argumentos de las
partes sino que le incumbe realizar una declaratoria sobre el
punto en debate (Fallos: 308:647; 314:1834; 318:1269, entre
otros).

7°) Que los amparistas tienen legitimación para


interponer la presente acción pues, queda probado en autos,
que existen pacientes necesitados de los medicamentos cuya
provisión se requiere (fs. 338) y asimismo, el objeto de la
pretensión -suministro de medicamentos- queda comprendido
dentro de los fines de sus estatutos. En tales condiciones, se
configuran los requisitos señalados por el art. 43 de la
Constitución Nacional en cuanto reconoce legitimación a suje-
tos potencialmente distintos de los directamente afectados
(Fallos: 320:690; 321:1352) y el conflicto planteado consti-
tuye un "caso o controversia" en los términos señalados por la
jurisprudencia de esta Corte que requiere que se persiga en
concreto la determinación del derecho debatido entre partes
adversas (Fallos: 275:282; 308:1489; 313:863, entre otros).

8°) Que el propósito preeminente que inspiró el

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dictado de la ley 23.798 fue la protección de la salud públi-
ca. En efecto, la intención del legislador fue claramente
manifestada en ocasión del debate parlamentario (doctrina de
Fallos: 182:486; 296:253; 306:1047) en el cual se expresó:
"...el crecimiento del número de casos en relación al tiempo,
parece señalar para la Argentina el establecimiento de una
epidemia de características similares a la de los países del
hemisferio norte...Por ello deben adoptarse medidas profilác-
ticas tendientes a controlar la expansión del mal en nuestro

medio" (Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, 1° de


junio de 1988, pág. 861) (Fallos: 319:3040).

9°) Que esta Corte desde sus inicios entendió que el


Estado Nacional está obligado a "proteger la salud pública"
(Fallos: 31:273) pues el derecho a la salud está comprendido
dentro del derecho a la vida que es Ael primer derecho natural
de la persona humana preexistente a toda legislación positiva
que, obviamente, resulta reconocido y garantizado por la
Constitución Nacional." (Fallos: 302:1284; 310:112). Así
entendió que en el Preámbulo de la Constitución Nacional "ya
se encuentran expresiones referidas al bienestar general,
objetivo preeminente en el que, por cierto, ha de computarse
con prioridad indiscutible, la preservación de la salud" (Fa-
llos: 278:313, considerando 15).
10) Que, a partir de la reforma constitucional de
1994, el derecho a la salud se encuentra expresamente recono-
cido con jerarquía constitucional en el art. 75 inc. 22. En
este sentido, el art. XI de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre establece que toda persona tiene
derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias y
sociales, relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda
y la asistencia médica, correspondientes al nivel que permitan
los recursos públicos y los de la comunidad. El art. 25 de la

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Declaración Universal de Derechos Humanos dispone que toda


persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le
asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en
especial la asistencia médica y los servicios sociales
necesarios. El art. 12 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales estableció que entre las
medidas que los estados partes deberían adoptar a fin de
asegurar la plena efectividad del derecho de toda persona al
disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental,
deberían figurar la prevención y el tratamiento de las
enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra
índole, y la lucha contra ellas (inc. c) y la creación de
condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios
médicos en caso de enfermedad.
11) Que, en un reciente pronunciamiento, este Tri-
bunal condenó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a suminis-
trar a una menor el servicio de internación en terapia inten-
siva -por un período superior al contemplado en el contrato de
adhesión suscripto con el servicio de medicina prepaga- en un
nosocomio público. Juzgó aplicable el art. 20 de la Cons-
titución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que garantiza
el derecho a la salud integral y que establece que el gasto
público en salud es una inversión social prioritaria (Fallos:
321:1684).
En tales condiciones, se infiere que la protección
del derecho a la salud, según esta Corte, es una obligación
impostergable del Estado Nacional de inversión prioritaria.
12) Que, en este contexto, y previo a interpretar
cómo deben distribuirse las competencias entre el Estado Na-
cional y las provincias a los fines de la aplicación de la ley
23.798, es necesario analizar cuál es el standard de tra-
tamiento que establece la norma cuestionada, pues mal puede

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atribuirse responsabilidad a aquéllas sin antes establecer
cuál es el nivel exigible por dicho régimen legal para cumplir
apropiadamente con las personas afectadas por el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida.

13) Que, en este sentido, si bien el art. 4° de la


ley 23.798 se limita a disponer genéricamente que las autori-
dades sanitarias de la Nación, aplicando métodos que aseguren
la máxima calidad y seguridad, deben desarrollar programas
destinados a la detección, investigación, diagnóstico, trata-
miento, prevención y rehabilitación gestionando los recursos

para su financiación y ejecución, el art. 8° establece el


verdadero alcance de estos tratamientos, al señalar que las
personas infectadas tienen el derecho a "recibir asistencia
adecuada".
14) Que de ello es dable concluir razonablemente que
para que el tratamiento sea adecuado debe suministrarse en
forma continua y regular, máxime si se tiene en cuenta los
riesgos que comporta la interrupción del suministro de medi-
camentos para la salud de los enfermos que padecen las conse-
cuencias del virus VIH/SIDA.
15) Que, en tales condiciones, resulta fundado el
reproche que el a quo imputa al Estado Nacional al señalar que
incurrió en una conducta omisiva, consistente precisamente en
no dar acabado cumplimiento a su obligación de asistencia,
tratamiento y suministro de medicamentos -en forma regular,
oportuna y continua- a aquellos enfermos que padecen las
consecuencias de este mal que se encuentren registrados en los
hospitales y efectores sanitarios del país. En este sentido,
los agravios del apelante no logran desvirtuar la prueba
informativa aportada en autos de la cual hicieron mérito los
jueces de la causa y de la que surge que el recurrente
incumplió con el deber impuesto por la ley 23.798 de brindar

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un tratamiento adecuado.
16) Que respecto a si esta obligación se encuentra
exclusivamente a cargo del Estado Nacional o en concurrencia
con las provincias, este Tribunal comparte las argumentaciones
señaladas en el punto XI del dictamen del señor Procurador
General de la Nación, -a cuyos fundamentos cabe remitirse en
razón de brevedad- en cuanto concluye, al hacer mérito del

art. 1° de la ley que declara de interés nacional la lucha


contra el SIDA, que es el Estado Nacional en su carácter de

autoridad de aplicación de la ley (art. 3°) el responsable del


cumplimiento de dicha norma en todo el territorio de la
República, sin perjuicio de que los gastos que demande tal
cumplimiento sean solventados por la Nación y los respectivos
presupuestos de cada jurisdicción (art. 21).
17) Que, por ello, carece de razonabilidad que el
recurrente pretenda desligar su responsabilidad afirmando que
las provincias imposibilitaban el cumplimiento del programa de
lucha contra el SIDA, al no enviar en tiempo y forma la
información necesaria para brindar adecuada atención a los
enfermos de ese mal, cuando es el Estado Nacional el encargado
de velar para que la continuidad y regularidad del tratamiento
médico sea asegurada.
18) Que, por lo demás, aun cuando se aceptara la
tesis del recurrente, no demuestra de qué modo las obligacio-
nes que la sentencia le impone exceden de aquellas a las cua-
les estaría obligado si se interpretara la ley 23.798 en el
sentido que propugna. En efecto, el recurrente no acredita que
el pronunciamiento impugnado lo obligue a suministrar
medicamentos en mayor cantidad o con más frecuencia que las
que la propia autoridad de aplicación, en cumplimiento de las
disposiciones de la ley y ateniéndose a las limitaciones pre-
supuestarias ha programado, ni que el criterio que propicia se

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traduzca en menores erogaciones para su parte.
19) Que, en este sentido, en el recurso extraordi-
nario no refiere siquiera mínimamente qué cantidad de pacien-
tes se hallaba en tratamiento al momento de la interposición
de la demanda de amparo, cuántos de ellos preveía atender el
Ministerio de Salud mediante sus programas, ni qué cantidad de
enfermos se hallaba registrada en los distintos efectores
sanitarios de cada jurisdicción.
20) Que, por último, cabe señalar que las críticas
del recurrente respecto a que la sentencia recurrida descono-
ció lo dispuesto por las leyes 24.455 y 24.754, carecen de
mínima fundamentación pues del pronunciamiento apelado no
surge ni explícita, ni implícitamente que el demandado esté
obligado a hacerse cargo de las prestaciones que imponen di-
chas normas.
Por ello, y lo concordantemente dictaminado por el señor
Procurador General de la Nación, se confirma la sentencia

apelada. Con costas. Notifíquese y devuélvanse. EDUARDO MOLINE


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Considerando:

1°) Que la sentencia de la Sala I de la Cámara Na-


cional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal
confirmó el fallo de primera instancia que hizo lugar a la
acción de amparo deducida por la Asociación Benghalensis y
otras y condenó al Ministerio de Salud y Acción Social a dar
asistencia y tratamiento a aquellos enfermos que padecen las
consecuencias del virus VIH/SIDA, así como también al sumi-
nistro de la medicación -en forma regular, oportuna y conti-
nua-.

2°) Que para decidir de tal modo, el a quo consideró


-en primer término- que los amparistas estaban legitimados
para accionar por la vía que intentaron, pues el art. 43 de la
Constitución Nacional prevé una acción que puede ser in-
terpuesta contra "cualquier forma de discriminación" por el
"afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que pro-
pendan a esos fines", en la medida en que estén registradas y
autorizadas para funcionar.

3°) Que consideró asimismo, que asistía razón a las


actoras en relación al reclamo efectuado al Estado Nacional
para que cumpla en forma correcta su función de acuerdo a la
normativa vigente, dado que sus obligaciones surgían clara-
mente de la ley 23.798.

Citó al respecto, el art. 1°, que declara de interés


nacional a la lucha contra el síndrome de inmunodeficiencia
adquirida, tendiente al cuidado de la salud pública, a través
de programas que persigan la detección, investigación,
diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, así como su pre-

vención, asistencia y rehabilitación; y el art. 4°, que esta-


blece que las autoridades sanitarias deberán desarrollar pro-

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gramas destinados al cumplimiento de las acciones descriptas

en el art. 1°, gestionando los recursos para su financiación y


ejecución, que serán "solventados por la Nación, imputados a
>rentas generales=, y por los respectivos presupuestos de cada
jurisdicción".
Añadió por otra parte, que la obligación del Estado
de proteger la salud pública era consecuencia de un imperativo
constitucional (Preámbulo, arts. 14, 14 nuevo, 18, 19 y 33) y
del cumplimiento de los pactos con jerarquía constitucional
(Constitución Nacional, art. 75, inc. 22, Declaración

Universal de Derechos Humanos, arts. 3° y 25; Convención


Americana sobre Derechos Humanos -Pacto de San José de Costa

Rica-, art. 4°; Pacto Internacional de Derechos Económicos,


Sociales y Culturales, art. 12).

4°) Que contra esta decisión, el Estado Nacional


-Ministerio de Salud y Acción Social-, interpuso un recurso
extraordinario (fs. 591/607), que fue concedido parcialmente
por la cámara (fs. 614).

5°) Que el recurso extraordinario es formalmente


procedente pues está en tela de juicio la inteligencia y
aplicación de una norma de contenido federal y la decisión
recaída en el sub lite ha sido adversa a las pretensiones que
el recurrente fundó en ella. Cabe recordar la doctrina que
sostiene que, en la tarea de esclarecer normas del carácter
señalado, este Tribunal no está limitado por las posiciones de
la cámara ni del apelante, sino que le incumbe realizar una
declaratoria sobre el punto disputado (art. 16, ley 48), según
la interpretación que rectamente le otorga (Fallos: 310:2682).

6°) Que el Ministerio de Salud y Acción Social ma-


nifestó que no dedujo su remedio federal con el fin de dejar
de proveer medicamentos, sino para que este máximo Tribunal

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clarifique los verdaderos alcances de la ley en cuanto a la
responsabilidad que le compete a cada una de las distintas
jurisdicciones.
Añadió, que las provincias son parte integrante del
sistema y resultan indispensables para una eficiente imple-
mentación de la normativa vigente. A la vez que destacó, que
el derecho a la salud no sólo se encuentra contemplado en la
Constitución Nacional sino también en las provinciales, por lo
que cabía inferir que las acciones destinadas a su protección
constituían una responsabilidad compartida con las provincias
-incluyendo la obligación de llevar a la práctica la
implementación de la lucha contra el VIH/S.I.D.A-.
Asimismo, sostuvo que la responsabilidad de los
estados provinciales en materia de salud no fue delegada a la
Nación y que el sistema de salud pública en nuestro país tiene
una organización de tipo federal y compartida, por lo que los
efectores sanitarios (hospitales y centros de salud) no
dependen del Estado Nacional sino de las provincias y munici-
pios.
Argumentó luego, que de la ley 23.798, se extrae que
la Nación no puede controlar el desenvolvimiento de las redes
hospitalarias ajenas a su competencia y que no existe un
sistema asistencial adecuado que permita cumplir con lo
decidido por el a quo.
En otro orden de ideas, el recurrente sostuvo que el
caso reviste gravedad institucional, pues el decisorio afecta
la política de salud que lleva a cabo en el marco de la ley
específica así como también la organización de la distribución
del crédito asignado por el Presupuesto Nacional.

7°) Que previo a todo examen, es menester analizar la


viabilidad de la acción de amparo en el sub lite y si las
asociaciones presentantes tienen legitimación para deducirla.

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Resulta oportuno mencionar, que el amparo es el


procedimiento judicial más simple y breve para tutelar real y
verdaderamente los derechos consagrados en la Carta Magna. En
tal sentido, esta Corte ha dicho en reiteradas oportunidades
que "tiene por objeto una efectiva protección de derechos"
(Fallos: 321:2823).
En la especie, el hecho denunciado (falta de provi-
sión oportuna de la medicación requerida por los enfermos de
SIDA) no fue negado por el Ministerio de Salud, aunque sí que
esta omisión pudiera serle imputada.
Cabe traer a la memoria, que los derechos que las
asociaciones accionantes consideraron menoscabados son: el
derecho a la vida, a la dignidad, seguridad e integridad de
las personas.
Asimismo, el derecho a la salud contemplado en
nuestra Carta Magna en virtud de la incorporación de los tra-
tados internacionales mencionados en el art. 75, inc. 22,
tales como la Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre que establece que toda persona tiene derecho a que
su salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales,
relativas a la alimentación el vestido, la vivienda y la
asistencia médica, correspondientes al nivel que permitan los
recursos públicos y los de la comunidad; la Declaración Uni-
versal de Derechos Humanos que en el art. 25, dispone que toda
persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le
asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en
especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asis-
tencia médica y los servicios sociales necesarios y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
en su art. 12, prescribe que entre las medidas que los estados
parte deberían adoptar a fin de asegurar la plena efectividad
del derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel

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posible de salud física y mental deberían figurar A...la
prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas,
endémicas, profesionales y de otra índole, y la lucha contra
ellas;@ (inc. c) y, Ala creación de condiciones que aseguren a
todos asistencia médica y servicios médicos en caso de
enfermedad@ (inc. d).
Cuadra agregar a esta lista, la afectación de la
calidad de vida de la población infectada por el virus VIH,
dado que la falta de respeto del derecho a la salud (equili-
brio físico psíquico y emocional) acarrea inexorablemente esta
consecuencia.
De todo lo dicho, se extrae que la vía del amparo
aparece como apta para la tutela inmediata que se debe depa-
rar.

8°) Que en punto a la legitimación activa de las


amparistas, es menester señalar que este Tribunal en Fallos:
321:1352, sostuvo que la Constitución Nacional -arts. 42, 43 y
86-, reconoce legitimación para promover la acción de amparo a
sujetos potencialmente diferentes de los afectados en forma
directa.
En tal sentido, el 2do párrafo del art. 43 de la
Constitución Nacional -añadido en la reforma del año 1994-,
determina que "podrán interponer esta acción contra cualquier
forma de discriminación y en lo relativo a los derechos que
protegen el ambiente, a la competencia, al usuario y al con-
sumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en
general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociacio-
nes que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley,
la que determinará los requisitos y formas de su organi-
zación".

9°) Que surge con nitidez entonces, que una de las


situaciones que el constituyente consideró, es aquella en que

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la afectación de los derechos comprometidos -por su naturale-


za-, trae aparejadas consecuencias que repercuten en todos los
que se encuentran en una misma categoría.
Resulta menester puntualizar, que los agravios a los
que hace referencia el art. 43 de la Constitución Nacional
tienen un efecto expansivo, de ahí que baste con que se
conculquen o desconozcan ciertos derechos de uno solo de los
del grupo para que ello incida categóricamente en el resto.
Lo manifestado, no implica negar capacidad procesal
a cada uno de los enfermos, sino posibilitar -en atención a la
peculiar naturaleza de los derechos afectados-, a una o varias
asociaciones el ejercicio monopólico de la acción.
En el sub lite, existe un grupo de personas inevi-
tablemente ligadas al estar infectadas por el virus del VIH.
La falta de medicación en forma y tiempo oportuno, aparece
como un agravio susceptible de lesionar sus sentimientos más
profundos, convicciones etc., además de implicar la violación
de derechos esenciales -depende del caso de cada enfermo- en
forma mediata o inmediata.
10) Que sentado lo expuesto y teniendo en cuenta que
aún no se ha dictado ley alguna que determine los requisitos
de registración y formas de organización de las asociaciones,
cuadra admitir a las demandantes para la promoción del amparo,
dado que según surge de los objetivos establecidos en sus
estatutos y actas inscriptas ante la Inspección General de
Justicia de la Nación, protegen a quienes padecen SIDA al
resguardar derechos tales como a la vida, la salud y a la
dignidad, así como también la satisfacción del bien común.
11) Que en el contexto indicado y antes de abordar
el siguiente thema decidendum, corresponde señalar que la
Constitución Nacional encarga al gobierno federal proveer lo
conducente a la prosperidad del país, el adelanto y el bie-

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nestar de todas las provincias, en consonancia con el elevado
propósito contenido en el Preámbulo de promover el bienestar
general, encargo que está dado a la Nación (Fallos: 321:1052)
y que el legislador nacional puede dictar normas sobre aspec-
tos de las actividades interiores de los estados provinciales
con el objeto de fomentar el bienestar general por encima de
esos límites y en la medida en que a tales fines fuera nece-
sario (Fallos: 239:343; 257:159; 270:11).
12) Que lo dicho, resulta relevante dado que el
propósito preeminente que inspiró el dictado de la ley 23.798
fue la protección de la salud pública (Fallos: 319:3040).
No hay que olvidar, que la problemática del SIDA no
se circunscribe a una provincia en particular o a varias de
ellas sino que afecta a la vasta extensión territorial de
nuestro país.
13) Que el título de la normativa es: "Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida (S.I.D.A.). Declaración de interés
nacional, la lucha contra el mismo".

El art. 1° por su parte, declara Ade interés nacional


a la lucha contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida,
entendiendo por tal a la detección e investigación de sus
agentes causales, el diagnóstico y tratamiento de la en-
fermedad, su prevención, asistencia y rehabilitación, inclu-
yendo la de sus patologías derivadas, como así también las
medidas tendientes a evitar su propagación, en primer lugar la
educación de la población@.
14) Que la reseña efectuada, pone de manifiesto la
intención del legislador de dar a la lucha contra el VIH el
carácter de orden público así como también de resguardar
ciertos valores básicos para asegurar la solidaridad social.
La doctrina de este Tribunal -sentada en Fallos:
306:1047- conduce al análisis del debate parlamentario de la

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ley 23.798, donde se expresó que "Dadas las propiedades del


virus, agente causal de la enfermedad, su largo período de
incubación, y la gran cantidad de mutaciones a las cuales está
sujeto, se hace difícil prever a corto plazo el desarrollo de
sistemas de prevención adecuados. Por ello, deben adoptarse
medidas profilácticas tendientes a controlar la expansión del
mal en nuestro medio" (Diario de Sesiones de la Cámara de
Senadores, 1/6/88, pág. 861).

15) Que por su parte, el art. 3° de la normativa en


estudio, prescribe que "Las disposiciones de la presente ley
serán de aplicación en todo el territorio de la República. La
autoridad de aplicación será el Ministerio de Salud y Acción
Social de la Nación, a través de la Subsecretaría de Sa-
lud...".
Cuadra indicar, que esta decisión de dejar en manos
del Ministerio de Salud y Acción Social -en ejercicio del
poder de policía- la fiscalización y control de la aplicación
de la norma, recalca el objetivo que inspiró su dictado, cual
es afianzar la salubridad en todo el territorio nacional.
16) Que lo afirmado no implica desconocer que la
ejecución de la ley Aen cada jurisdicción estará a cargo de las
respectivas autoridades sanitarias a cuyos fines podrán dictar
las normas complementarias que consideren necesarias para el
mejor cumplimiento de la misma y su reglamentación" (última

parte del art. 3°). Criterio, que es reforzado por el art. 20,
dado que allí se faculta a todas las autoridades sanitarias
provinciales Apara verificar su cumplimiento y el de sus
disposiciones reglamentarias mediante inspecciones y/o pedidos
de informes según estime pertinente etc. y el art. 4, que les
ordena desarrollar programas destinados a su cumplimiento,
promover la capacitación de recursos humanos, propender al
desarrollo de las actividades descriptas en el art. 1, etc.@.

-19-

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17) Que para comprender el rol asignado a las pro-
vincias por la ley 23.798, debe recordarse que el funciona-
miento institucional de nuestro Estado federal requiere de una
estructura orgánica (Estado central y estados miembros), los
que en muchos casos tienen intereses comunes sobre un mismo
tópico por lo que resulta necesaria una adecuada coordinación
de funciones.
En tal sentido, esta Corte ha dicho que las provin-
cias pueden sancionar leyes adjetivas que instrumenten las
fundamentales dictadas por la Nación (Fallos: 320:89), así
como también que frente a la forma federal adoptada por la
Constitución, la regla -y no la excepción- es la existencia de
jurisdicciones compartidas entre la Nación y las provincias
(Fallos: 310:2733).
18) Que los arts. de la ley 23.798 deben interpre-
tarse teniendo en cuenta que en principio cabe inclinarse por
aquel sentido que concilie a todas las disposiciones entre sí
y las armonice con el resto del ordenamiento jurídico (Fallos:
300:1080 -entre otros-).
De acuerdo a ello y lo expresado en los consideran-
dos anteriores, cuadra concluir que los responsables directos
y primarios en la adopción de las medidas dispuestas en los

arts. 3°, 4° y 20 (indispensables para que los enfermos de SIDA


puedan recibir una atención digna, lo cual implica la
provisión oportuna de las drogas que necesitan), son los go-
biernos locales.
El Estado Nacional por su parte, si bien no aseguró
la erradicación de la enfermedad -dado que cuando está en
juego la ciencia médica el "resultado" tiene un valor relati-
vo-, sentó las bases para luchar contra ella y se comprometió
a organizar los esfuerzos para lograrlo. Es decir, que asumió
una tarea de coordinación en la implementación del Programa

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Asociación Benghalensis y otros c/
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Nacional s/ amparo ley 16.986.

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Nacional de Lucha contra el SIDA.


Se deduce en consecuencia, que en los casos en que
exista un incumplimiento concreto y probado de los gobiernos
locales (vgr. falta de entrega en tiempo y forma de la medi-
cación), el Gobierno Nacional debe responder frente a los
damnificados.
Ahora bien, su obligación en tales supuestos es
subsidiaria de la que les compete a las provincias, por lo que
no existe óbice alguno para que luego de cumplida les efectúe
el reclamo pertinente a éstas.
19) Que el razonamiento expuesto, guarda concordan-
cia con el objeto que persigue la ley 23.798 que es establecer
un sistema eficiente que garantice la protección y recu-
peración de los enfermos de SIDA.
Ello así, porque reafirma que el derecho a la salud
si bien es autónomo, deriva del derecho a la vida y no se
reduce a la abstención de daño sino que trae aparejado la
exigencia de prestaciones de dar y hacer, las que fueron de-
limitadas a los diferentes niveles de gobierno en el texto
legal, por ser la lucha contra el SIDA un tema -común de todos
ellos-, que requiere un tratamiento adecuado y eficaz a fin de
proyectar los principios de la seguridad social, a la que el
art. 14 nuevo de la Constitución Nacional confiere un carácter
integral así como también, asegurar el debido respeto de los
derechos humanos y la libertades fundamentales -elementos
imprescindibles de toda democracia-.
20) Que como puede notarse, esta Corte debió arrojar
luz respecto a la normativa en juego y determinar el papel del
Estado Nacional para el logro de fines tales como el
afianzamiento de la salubridad en consonancia con los más
altos principios fijados en la Carta Magna y los tratados
internacionales. Tarea que no fue sencilla, pues la ley 23.798

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versa sobre una cuestión de múltiples aristas, que ofrece las
más variadas interpretaciones -entre otras razones- por la
posibilidad de participación directa y efectiva de los estados
provinciales en las decisiones de alcance nacional en la
materia.
21) Que de acuerdo a este orden de pensamiento, se
observa que los argumentos del Ministerio de Salud y Acción
Social fueron el resultado de una hermenéutica de la norma que
resultaba previsible, dada la amplitud de sus disposiciones y
las variadas formas que puede presentar el poder de policía
cuando es ejercido de manera concurrente (arts. 104 y 107 de
la Constitución Nacional).
22) Que lo expresado ut supra, conduce a sostener
liminarmente -como obiter-, que no puede en principio afir-
marse que los funcionarios del Estado Nacional hayan actuado
con dolo o culpa en el cumplimiento de sus funciones, vale
decir con falta de preocupación, descuido o desidia o bien
intencionalidad delictiva ya que no prescindieron de la ley
como si no existiera o retardaron indebidamente su cumpli-
miento, sino que la interpretaron de un modo -que es opinable-
pero no arbitrario o infundado.
Por ello, y lo dictaminado en sentido concordante por el
señor Procurador General de la Nación, se declara admisible el
recurso extraordinario y se confirma la sentencia apelada con
los alcances indicados. Con costas. Notifíquese y, opor-
tunamente, remítase. ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.
ES COPIA
DISI-//-

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-//-DENCIA DEL SEÑOR PRESIDENTE DOCTOR DON JULIO S. NAZARENO Y


DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON CARLOS S. FAYT Y DON
ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
Considerando:
Que el recurso extraordinario, parcialmente conce-
dido a fs. 614, es inadmisible (art. 280 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación).
Por ello, oído el señor Procurador General, se lo deses-
tima. Con costas. Notifíquese y remítanse. JULIO S. NAZARENO -
CARLOS S. FAYT - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI.
ES COPIA

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ACCION DE AMPARO

Ley Reglamentaria.

Ley Nº 16.986

Buenos Aires, 18 de octubre de 1966.

En uso de las atribuciones conferidas por el Artículo 5º del Estatuto de


la Revolución Argentina,

El Presidente de la Nación Argentina, Sanciona y Promulga con fuerza


de ley:

Artículo 1º — La acción de amparo será admisible contra todo acto u


omisión de autoridad pública que, en forma actual o inminente,
lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta, los derechos o garantías explícita o implícitamente
reconocidas por la Constitución Nacional, con excepción de la libertad
individual tutelada por el habeas corpus.

Artículo 2º — La acción de amparo no será admisible cuando:

a) Existan recursos o remedios judiciales o administrativos que


permitan obtener la protección del derecho o garantía constitucional
de que se trate;

b) El acto impugnado emanara de un órgano del Poder Judicial o haya


sido adoptado por expresa aplicación de la Ley Nº 16970;

c) La intervención judicial comprometiera directa o indirectamente la


regularidad, continuidad y eficacia de la prestación de un servicio
público, o el desenvolvimiento de actividades esenciales del Estado;

d) La determinación de la eventual invalidez del acto requiriese una


mayor amplitud de debate o de prueba o la declaración de
inconstitucionalidad de leyes, decretos u ordenanzas;

e) La demanda no hubiese sido presentada dentro de los quince días


hábiles a partir de la fecha en que el acto fue ejecutado o debió
producirse.

Artículo 3º — Si la acción fuese manifiestamente inadmisible, el juez


la rechazará sin sustanciación, ordenando el archivo de las
actuaciones.

Artículo 4º — Será competente para conocer de la acción de amparo el


juez de Primera Instancia con jurisdicción en el lugar en que el acto se
exteriorice o tuviere o pudiere tener efecto.
Se observarán, en lo pertinente, las normas sobre competencia por
razón de la materia, salvo que aquéllas engendraran dudas razonables
al respecto, en cuyo caso el juez requerido deberá conocer de la
acción.

Cuando un mismo acto u omisión afectare el derecho de varias


personas, entenderá en todas esas acciones el juzgado que hubiese
prevenido, disponiéndose la acumulación de autos, en su caso.

Artículo 5º — La acción de amparo podrá deducirse por toda persona


individual o jurídica, por sí o por apoderados, que se considere
afectada conforme los presupuestos establecidos en el artículo 1º.
Podrá también ser deducida, en las mismas condiciones, por las
asociaciones que sin revestir el carácter de personas jurídicas
justificaren, mediante la exhibición de sus estatutos, que no contrarían
una finalidad de bien público.

Artículo 6º — La demanda deberá interponerse por escrito y


contendrá:

a) El nombre, apellido y domicilios real y constituido del accionante;

b) La individualización, en lo posible, del autor del acto u omisión


impugnados;

c) La relación circunstanciada de los extremos que hayan producido o


estén en vías de producir la lesión del derecho o garantía
constitucional;

d) La petición, en términos claros y precisos.

Artículo 7º — Con el escrito de interposición, el accionante


acompañará la prueba instrumental de que disponga, o la
individualizará si no se encontrase en su poder, con indicación del
lugar en donde se encuentre.

Indicará, asimismo, los demás medios de prueba de que pretenda


valerse.

El número de testigos no podrá exceder de cinco por cada parte,


siendo carga de éstas hacerlos comparecer a su costa a la audiencia,
sin perjuicio de requerir el uso de la fuerza pública en caso de
necesidad.

No se admitirá la prueba de absolución de posiciones.

Artículo 8º — Cuando la acción fuera admisible, el juez requerirá la


autoridad que corresponda un informe circunstanciado acerca de los
antecedentes y fundamento de la medida impugnada, el que deberá
ser evacuado dentro del plazo prudencial que fije. La omisión del
pedido de informe es causa de nulidad del proceso.
El requerido deberá cumplir la carga de ofrecer prueba en oportunidad
de contestar el informe, en la forma establecida para el actor.

Producido el informe o vencido el plazo otorgado sin su presentación,


no habiendo prueba del accionante a tramitar, se dictará sentencia
fundada dentro de las 48 horas, concediendo o denegando el amparo.

Artículo 9º — Si alguna de las partes hubiese ofrecido prueba, deberá


ordenarse su inmediata producción, fijándose la audiencia respectiva,
la que deberá tener lugar dentro del tercer día.

Artículo 10. — Si el actor no compareciera a la audiencia por sí o por


apoderado, se lo tendrá por desistido, ordenándose el archivo de las
actuaciones, con imposición de costas. Si fuere el accionado quien no
concurriere, se recibirá la prueba del actor si la hubiere, y pasarán los
autos para dictar sentencia.

Artículo 11. — Evacuado el informe a que se refiere el artículo 8 o


realizada, en su caso, la audiencia de prueba, el juez dictará sentencia
dentro del tercer día. Si existiera prueba pendiente de producción por
causas ajenas a la diligencia de las partes, el juez podrá ampliar dicho
término por igual plazo.

Artículo 12. — La sentencia que admita la acción deberá contener:

a) La mención concreta de la autoridad contra cuya resolución, acto u


omisión se concede el amparo;

b) La determinación precisa de la conducta a cumplir, con las


especificaciones necesarias para su debida ejecución;

c) El plazo para el cumplimiento de lo resuelto.

Artículo 13. — La sentencia firme declarativa de la existencia o


inexistencia de la lesión, restricción, alteración o amenaza arbitraria o
manifiestamente ilegal de un derecho o garantía constitucional, hace
cosa juzgada respecto del amparo, dejando subsistente el ejercicio de
las acciones o recursos que puedan corresponder a las partes, con
independencia del amparo.

Artículo 14. — Las costas se impondrán al vencido. No habrá condena


en costas si antes del plazo fijado para la contestación del informe a
que se refiere el artículo 8, cesara el acto u omisión en que se fundó el
amparo.

Artículo 15. — Sólo serán apelables la sentencia definitiva, la s


resoluciones previstas en el artículo 3º y las que dispongan medidas
de no innovar o la suspensión de los efectos del acto impugnado. El
recurso deberá interponerse dentro de 48 horas de notificada la
resolución impugnada y será fundado, debiendo denegarse o
concederse en ambos efectos dentro de las 48 horas. En este último
caso se elevará el expediente al respectivo Tribunal de Alzada dentro
de las 24 horas de ser concedido.
En caso de que fuera denegado, entenderá dicho Tribunal en el
recurso directo que deberá articularse dentro de las 24 horas de ser
notificada la denegatoria, debiendo dictarse sentencia dentro del
tercer día.

Artículo 16. — Es improcedente la recusación sin causa y no podrán


articularse cuestiones de competencia, excepciones previas, ni
incidentes.

Artículo 17. — Son supletorias de las normas precedentes las


disposiciones procesales en vigor.

Artículo 18. — Esta ley será de aplicación en la Capital Federal y en el


territorio de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Asimismo, será aplicada por los jueces federales de las provincias en


los casos en que el acto impugnado mediante la acción de amparo
provenga de una autoridad nacional.

Artículo 19. — La presente ley comenzará a regir desde el día de su


publicación en el Boletín Oficial.

Artículo 20. — Comuníquese, publíquese, dese a la Dirección Nacional


del Registro Oficial y archívese.

Onganía. — Enrique Martínez Paz. — Conrado Etchebarne (h.).


LEY 23.798 - LUCHA CONTRA EL SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA
ADQUIRIDA (SIDA) Y DECRETO 1244 REGLAMENTARIO DE LA MISMA LEY.

Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Declaración de interé s nacional a la lucha contra


el mismo, estableciendo medidas para la detección, investigación, diagnóstico y
tratamiento. Aceptación de las modificaciones introducidas por el Honorable Senado
(expedientes 92. 1.148, 1.781 y 3.295 - D.87; Orden del día Nº 533/90).

Artículo 1º - Declá rase de interés nacional a la lucha contra el síndrome de inmunodeficiencia


adquirida, entendiéndose por tal la detecció n e investigació n de sus agentes causales, el
diagnó stico y tratamiento de la enfermedad, su prevenció n, asistencia y rehabilitació n, incluyendo
la de sus patologí as derivadas, como asítambién las medidas tendientes a evitar su propagació n,
en primer lugar la educació n de la població n.

Artículo. - 2º - Las disposiciones de la presente ley y de las normas complementarias que se


establezcan, se interpretará n teniendo presente que en ningú n caso pueda:

a) Afectar la dignidad de la persona;

b) Producir cualquier efecto de marginació n, estigmatizació n,


degradació n o humillació n;

c) Exceder el marco de las excepciones legales taxativas al


secreto médico que siempre se interpretará n en forma respectiva;

d) lncursionar en el á mbito de la privacidad de cualquier habitante


de la Nació n Argentina;

e) Individualizar a las personas a través de fichas, registros o


almacenamiento de datos, los cuales, a tales efectos, deberá n
llevarse en forma codificada.

Artículo 3º - Las disposiciones de la presente ley será n de aplicació n en todo el territorio de la


Repú blica. La autoridad de aplicació n será el Ministerio de Salud y Acció n Social de la Nació n, a
través de la Subsecretarí a de Salud, la que podrá concurrir a cualquier parte del paí s para
contribuir al cumplimiento de esta ley. Su ejecució n en cada jurisdicció n estará a cargo de las
respectivas autoridades sanitarias a cuyos fines podrá n dictar las normas complementarias que
consideran necesarias para el mejor cumplimiento de la misma y su reglamentació n.

Artículo 4º - A los efectos de esta ley, las autoridades sanitarias deberá n:

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a) Desarrollar programas destinados al cumplimiento de las
acciones descriptas en el artí culo 1, gestionado los recursos para
su financiació n y ejecució n;

b) Promover la capacitació n de recursos humanos y propender al


desarrollo de actividades de investigació n, coordinando sus
actividades con otros organismos pú blicos y privados, nacionales,
provinciales o municipales e internacionales;

c) Aplicar métodos que aseguren la efectividad de los requisitos de


má xima calidad y seguridad;

d) Cumplir con el sistema de informació n que se establezca;

e) Promover la concentració n de acuerdos internacionales para la


formulació n y desarrollo de programas comunes relacionados con
los fines de esta ley;

f) El Poder Ejecutivo arbitrará medidas para llevar a conocimiento


de la població n las características del SIDA, las posibles causas o
medios de transmisió n y contagio, las medidas aconsejables de
prevenció n y los tratamientos adecuados para su curació n, en
forma tal que se evite fa difusió n inescrupulosa de noticias
interesadas.

Artículo 5º - El Poder Ejecutivo estalecerá dentro de los 60 dí as de promulgada esta ley, las
medidas a observar en relació n a la població n de instituciones cerradas o semicerradas, dictando
las normas de bioseguridad destinadas a la detecció n de infectados, prevenció n de la propagació n
del virus, el control y tratamiento de los enfermos, y la vigilancia y protecció n del personal actuante.

Artículo 6º - Los profesionales que asistan a personas integrantes de grupos en riesgo de adquirir
el sí
ndrome de inmunodeficiencia está n obligados a prescribir las pruebas diagnó sticas adecuadas
para la detecció n directa indirecta de la infecció n.

Artículo 7º - Declá rase obligatoria la detecció n del virus y de sus anticuerpos en sangre humana
destinada a transfusió n, elaboració n de plasma y otros de los derivados sanguí neos de rigen
humano para cualquier uso terapéutico. Declá rase obligatoria, ademá s, la mencionada
investigació n en los donantes de ó rganos para transplante y otros usos humanos, debiendo ser
descartadas las muestras de sangre, hemoderivados y ó rganos para transplante que muestren
positividad.

Artículo 8º - Los profesionales que detecten el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o posean
presunció n fundada de que un individuo es portador, deberá n informarles sobre el cará cter
infectocontagiosos del mismo, los medios y formas de transmitirlo y su derecho a recibir asistencia
adecuada.

Artículo 9º - Se incorporará a los controles actualmente en vigencia para inmigrantes, que soliciten
su radicació n definitiva en el paí
s, la realizació n de las pruebas de rastreo que determine la
autoridad de aplicació n para detecció n del VIH.

Artículo 10º - La notificació n de casos de enfermos de SIDA deberá ser practicada dentro de las
cuarenta y ocho horas de confirmado el diagnó stico, en los términos y formas establecidos por la
ley 15.465. En idénticas condiciones se comunicará el fallecimiento de un enfermo y las causas de
muerte.

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Artículo 11º - Las autoridades sanitarias de los distintos á mbitos de aplicació n de esta ley
establecerá n y mantendrá n actualizadas, con fines estadí sticas y epidemioló gicos, la informació n
de sus á reas de influencia correspondiente a la prevalencia e incidencia de portadores, infectados
y enfermos con el virus de la I.D.H., asícomo también los casos de fallecimiento y las causas de su
muerte. Sin perjuicio de la notificació n obligatoria de los prestadores, las obras sociales deberá n
presentar al INOS una actualizació n mensual de esta estadí stica. Todo organismo, institució n o
entidad pú blica o privada, dedicado a la promoció n y atenció n de la salud tendrá amplio acceso a
ella. Las provincias podrá n adherir este sistema de informació n, con los fines especificados en el
presente artí culo.

Artículo 12º - La autoridad nacional de aplicació n establecerá las normas de bioseguridad a las
que estará sujeto el uso de material calificado o no como descartable. El incumplimiento de esas
normas será considerado falta graví sima y la responsabilidad de dicha falta recaerá sobre el
personal que las manipule, como también sobre los propietarios y la direcció n técnica de los
establecimientos.

Artículo 13º - Los actos u omisiones que impliquen transgresió n a las normas de profilaxis de esta
ley y las reglamentaciones que se dicten en consecuencia, será n faltas administrativas, sin
perjuicio de cualquier otra responsabilidad civil o penal en que pudieran estar incursos los
infractores.

Artículo 14º - Los infractores a los que se refiere el artí


culo anterior será n sancionados por la
autoridad sanitaria competente, de acuerdo a la gravedad y/o reincidencia de la infracció n con:

a) Multa graduable entre 10 y 100 salarios mí


nimo, vital y rnó vil;

b) inhabilitació n en el ejercicio profesional de un mes a cinco años;

c) clausura total o parcial, temporaria o definitiva del consultorio,


clínica, instituto, sanatorio, laboratorio o cualquier otro local o
establecimiento donde actuaren las personas que hayan cometido
la infracció n.

Las sanciones establecidas en los incisos precedentes podrá n aplicarse independientemente o


conjuntamente en funció n de las circunstancias previstas en la primera parte de este artí
culo.

En el caso de reincidencia, se podrá incrementar, hasta el décuplo la sanció n aplicada. -

Artículo 15º - A los efectos determinados en este tí


tulo se considerará reincidentes a quienes,
habiendo sido sancionados, incurran en una nueva infracció n, dentro del término de cuatro (4)
años contados desde la fecha en que haya quedado firme la sanció n anterior, cualquiera fuese la
autoridad sanitaria que la impusiera. -

Artículo 16º - El monto recaudado en concepto de multa que por intermedio de esta ley aplique la
autoridad sanitaria nacional, ingresará a la cuenta especial "Fondo Nacional de la Salud", dentro de
la cual se contabilizará por separado y deberá utilizarse exclusivamente en erogaciones que
propenden al logro de los fines indicados en el artículo primero.

El producto de las multas que apliquen las autoridades sanitarias provinciales y de la Municipalidad
de la Ciudad de Buenos Aires, ingresará de acuerdo con lo que al respecto se disponga en cada
jurisdicció n, debiéndose aplicar con la finalidad indicada en el pá rrafo anterior.

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Artículo 17º - Las infracciones a esta ley será n sancionadas por la autoridad sanitaria competente
previo sumario con audiencia de prueba y defensa a los imputados. La constancia del acta labrada
en forma, al tiempo de verificarse la infracció n, y en cuanto no sea enervada por otros elementos
de juicio, podrá ser considerada como plena prueba de la responsabilidad de los imputados.

Artículo 18º - La falta de pago de las multas aplicadas hará exigible su cobro por ejecució n fiscal,
constituyendo suficiente título ejecutivo del testimonio autenticado de la resolució n condenatoria
firme.

Artículo 19º - En cada provincia los procedimientos se ajustará n a lo que al respecto resuelvan las
autoridades competentes de cada jurisdicció n, de modo concordante con las disposiciones de este

tulo.

Artículo 20º - Las autoridades sanitarias a las que corresponda actuar de acuerdo a lo dispuesto
en el artí
culo 3º de esta ley está n facultadas para verificar su cumplimiento y el de sus
disposiciones mediante inspecciones y/o pedidos de informes segú n estime pertinente. A tales
fines, sus funcionarios autorizados tendrá n acceso a cualquier lugar previsto en la presente ley y
podrá n proceder a la intervenció n o secuestro de elementos probatorios de su inobservancia. A
estos efectos podrá n requerir el auxilio de la fuerza pú blica o solicitar orden de allanamiento de los
jueces competentes.

Artículo 21º - Los gastos que demande el cumplimiento de la dispuesto en el artí culo 4º de la
presente ley será n solventados por la Nació n, imputado a "Rentas Generales", y por los
respectivos presupuestos de cada jurisdicció n.

Artículo 22º - El Poder Ejecutivo reglamentará , las disposiciones de esta ley con el alcance
nacional dentro de los sesenta días de su promulgació n.

Artículo 23º - Comuní


quese al Poder Ejecutivo.

DECRETO Nro. 1.244

REGLAMENTACIÓ N DE LA LEY Nro. 23.798

Visto la Ley Nº 23.798, y

Considerando:

Que el artículo 22 de la mencionada ley establece que el Poder Ejecutivo Nacional reglamentará
las disposiciones de la misma con alcance nacional.

Que consecuentemente con ello resulta necesaria la aprobació n de dichas normas reglamentarias.

Que se actú a en uso de las atribuciones conferidas por el artí


culo 86, incisos 1) y 2) de la
Constitució n Nacional y por el artí
culo 12 de la ley N9 16.432, incorporado a la ley Nº 11.672
(Comp!ementaria Permanente de Presupuesto).

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Por ello, el Presidente de la Nació n Argentina decreta:

Artículo 1º - Apruébase la reglamentació n de la Ley Nro. 23.798, que declaró de interés nacional
la Lucha contra el Síndrome de lnmunodeficiencia Adquirida (SIDA), que como Anexo 1 forma
parte integrante del presente Decreto.

Artículo 2º - Créase en el á mbito del Ministerio de Salud y Acció n Social la Cuenta Especial Nro.
23.798 con el correspondiente régimen de funcionamiento obrante en planilla anexa al presente.-

Artículo 3º - Comuní
quese, publí
quese, dése a la Direcció n Nacional del Registro oficial y
archívese

ANEXO 1 DEL DECRETO Nro. 1.244

REGLAMENTACIÓ N DE LA LEY
Nro. 23.798

(01.07.91)

Artículo 1º - lncorpó rase la prevenció n del SIDA como tema en los programas de enseñanza de
los niveles primario, secundario y terciario de educació n. En la esfera de su competencia, actuará
el Ministerio de Cultura y Educació n, y se invitará a las Provincias y a la Municipalidad de la Ciudad
de Buenos Aires a hacer la propio.

Artículo 2º - incisos a) y b). Para la aplicació n de la ley y de la presente Reglamentació n deberá n


respetarse las disposiciones de la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos llamada Pacto
de San José de Costa Rica, aprobada por Ley Nro. 23.054, y de la Ley Antidiscriminatoria Nº
23.592.

lnciso c). - Los profesionales médicos. asícomo toda persona que por su ocupació n tome
conocimiento de que una persona se encuentra infectada por el virus HIV, o se halle enferma de
SIDA, tiene prohibido revelar dicha informació n y no pueden ser obligados a suministrarla, salvo en
las siguientes circunstancias:

1.- A la Persona infectada o enferma, o a su representante, si se trata de un incapaz.

2.- A otro profesional médico, cuando sea necesario para el cuidado o tratamiento de persona
infectada o enferma.

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3.- A los entes del Sistema Nacional de Sangre, creado por el artí culo 18 de la Ley Nro. 22.990,
mencionados en los incisos a), b), c), d), e), f), h) e i), del citado artí
culo, asícomo a los
organismos comprendidos en el artí culo 7mo., de la Ley Nº 21.541.

4.- Al Director de la Institució n Hospitalaria, en su caso al Director de su servicio de Hemoterapia,


con relació n a personas infectadas o enfermas que sean asistidas en ellos, cuando resulte
necesario para dicha asistencia.

5.- A los Jueces en virtud de auto judicial dictado por el Juez en causas criminales o en las que se
ventilen asuntos de familia.

6.- A los establecimientos mencionados en el artículo 11, inciso b) de la Ley de Adopció n,


Nº19.134. Esta informació n solo podrá ser transmitida a los padres sustitutos, guardadores o
futuros adoptantes.

7.- Bajo responsabilidad del médico a quien o quienes deban tener esa informació n para evitar un
mal mayor.

Inciso d). Sin


reglamentar.

lnciso e). Se
utilizará ,
exclusivamente,
un sistema que
combine las
iniciales del
nombre y del
apellido, día y año
de nacimiento.
Los dí as y meses
de un solo dí gito
será n
antepuestos del
nú mero cero (0).

Artículo 3º - El Ministerio de Salud y Acció n Social, procurará la colaboració n de las autoridades


sanitarias de las provincias, como asimismo que las disposiciones complementarias que dicten
tengan concordancia y uniformidad de criterios.

Se consideran autoridades sanitarias de aplicació n del presente al Ministerio de Salud y Acció n


Social por medio de la Subsecretarí a de Salud, y a las autoridades de mayor jerarquía en esa á rea
en las Provincias y en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.

Artículo 4º -

Inciso a). - Sin reglamentar.

Inciso b). - Sin reglamentar.

Inciso c). - Sin reglamentar.

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Inciso d). - Sin reglamentar.

Inciso e). - Sin reglamentar.

Inciso f). - A los fines de este inciso, créase el Grupo Asesor Cientí
fico Técnico, que colaborará
con la Comisió n Nacional de Lucha contra el SlDA en el marco del artí culo 8vo. del Decreto 385 del
22 de marzo de 1989. Su composició n y su mecanismo de actuació n será n establecidos por el
Ministerio de Salud y Acció n Social.

Artículo 5º - Las autoridades de cada una de las instituciones mencionadas en el artí culo 5º de la
Ley Nº 23.798 proveerá n lo necesario para dar cumplimiento a las disposiciones dicha ley y, en
especial lo preceptuado en sus artí culos 1º, 6º y 8º. Informará n asimismo, expresamente a los
integrantes de la població n de esas instituciones de lo dispuesto por los artí
culos 202 y 203 del
Có digo Penal.

Artículo 6º - El profesional médico tratante determinará las medidas de diagnó stico a que deberá
someterse el paciente, previo consentimiento de éste. La asegurará la confidencialidad y, previa
confirmació n de los resultados, lo asesorará debidamente.

De ello se dejará constancia en el formulario que a ese efecto aprobará el Ministerio de Salud y
Acció n Social, observá ndose el procedimiento señalado en el artí
culo 8º.

Artículo 7º - A los fines de la Ley, los tejidos y lí


quidos bioló gicos de origen humano será n
considerados equivalentes a los ó rganos.

Será n aplicables al artí


culo 21 de la Ley Nº 22.990 y el artí
culo 18 del Decreto Nº 375 del 21 de
marzo de 1989.

Artículo 8º - La informació n exigida se efectuará mediante notificació n fehaciente. Dicha


notificació n tendrá cará cter reservado, se extenderá en original y duplicado, y se entregará
personalmente al portador del virus VIH. É ste devolverá la copia firmada que será archivada por el
médico tratante como consecuencia del cumplimiento de lo establecido por este artí culo.

Se entiende por "profesionales que detecten el virus" a los médicos tratantes.

Artículo 9º - El Ministerio de Salud y Acció n Social, determinará los controles mencionados en el


artí
culo 9º de la Ley- El Ministerio del Interior, asignará a la Direcció n Nacional de Migraciones los
recursos necesarios para su cumplimiento.

Artículo 10º - La notificació n de la enfermedad y, en su caso, del fallecimiento, será cumplida


exclusivamente por los profesionales mencionados en el artí culo 4º, inciso a) de la Ley Nº 15.465,
observá ndose lo prescripto en el artí culo 2º, inciso e) de la presente reglamentació n.

Todas las comunicaciones será n dirigidas al Ministerio de Salud y Acció n Social y a la autoridad
sanitaria del lugar de ocurrencia,.y tendrá n el cará cter reservado.

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Artículo 11º - Las autoridades sanitarias llevará n a cabo programas de vigilancia epidemioló gica a
los fines de cumplir la informació n. Solo será n registradas cantidades, sin identificació n de
personas.

Artículo 12º - El Ministerio de Salud y Acció n Social establecerá las normas de bioseguridad a que
se refiere el artí
culo 12 de la Ley. El personal que manipule el material a que alude dicha norma,
será adiestrado mediante programas continuos y de cumplimiento obligatorio y se le entregará
constancia escrita, de haber sido instruido sobre las normas a aplicar.

Artículo 13º - Sin reglamentar.

Artículo 14º - En el á mbito nacional será autoridad competente el Ministerio de Salud y Acció n
Social.

Artículo 15º - El Ministerio de Salud y Acció n Social, como autoridad competente habilitará un
registro nacional de infractores, cuyos datos será n tenidos en cuenta para la aplicació n de las
sanciones que correspondan en caso de reincidencia. Podrá solicitar a las autoridades competente
de las Provincias y de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, la informació n necesaria.
para mantener actualizado dicho registro.

Art. 16º, 17º, 18º, 19º, 20º, 21º y 22º. - Sin reglamentar.

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3/8/2011 Ley 24754 del 28/11/96

MEDICINA PREPAGA

Ley 24.754

Establécese que las empresas o entidades que presten dichos servicios deberán cubrir, como
mínimo, determinadas "prestaciones obligatorias " dispuestas por las obras sociales.

Sancionada : Noviembre 28 de 1996.

Promulgada de Hecho : Diciembre 23 de 1996.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc.. sancionan


con fuerza de Ley:

ARTICULO 1º- A partir del plazo de 90 días de promulgada la presente ley , las empresas o
entidades que presten servicios de medicina prepaga deberán cubrir, como mínimo , en sus planes
de cobertura médico asistencial las mismas "prestaciones obligatorias " dispuestas por obras
sociales, conforme lo establecido por las leyes 23.660,23.661 y 24. 455, y sus respectivas
reglamentaciones.

ARTICULO 2º- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SECIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES , A LOS


VEINTIOCHO DIAS DEL MES DE NOVIEMBRE DEL AÑO MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y SEIS.

ALBERTO R. PIERRI- CARLOS F. RUCKAUF - Esther H. Pereyra Arandía de Perez Pardo - Edgardo
Piuzzi.

FE DE ERRATAS

LEY N° 24.754

En la edición del 2 de enero de 1997, donde se publicó la citada ley, se deslizó el siguiente error.

En el artículo 1°

DONDE DICE: ...”prestaciones obligatorias” dispuestas por las obras sociales, ....

DEBE DECIR: ...”prestaciones obligatorias” dispuestas para las obras sociales, ...

infoleg.mecon.gov.ar/…/norma.htm 1/1
3/8/2011 Ley 24455 del 8/2/95

OBRAS SOCIALES

Ley 24.455

Prestaciones obligatorias que deberán incorporar aquellas recipendarias del fondo de


redistribución de la Ley N°23.661.

Sancionada : Febrero 8 de 1.995.

Promulgada: Marzo 1 de1.995.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc., sancionan


con fuerza de Ley.

ARTCULO 1°— Todas las Obras Sociales y Asociaciones de Obras Sociales del Sistema Nacional
incluidas en la Ley 23.660, recipendarias del fondo de redistribución de la Ley 23.661, deberán
incorporar como prestaciones obligatorias:

a) La cobertura para los tratamientos médicos, psicológicos y farmacológicos de las personas


infectadas por algunos de los retrovirus humanos y los que padecen el síndrome de inmuno
deficiencia adquirida (SIDA) y/o las enfermedades intercurrentes;

b) La cobertura para los tratamientos médicos, psicológicos y farmacológicos de las personas que
dependan física o psíquicamente del uso de estupefacientes;

c) La cobertura para los programas de prevención del SIDA y la drogadicción.

ARTICULO 2°— Los tratamientos de desintoxicación y rehabilitación mencionados en los artículos


16, 17, 18 y 19 de la Ley 23.737 deberán ser cubiertos por la obra social de la cual es beneficiaria
la persona a la que se le aplica la medida de seguridad curativa. En estos casos el Juez de la causa
deberá dirigirse a la obra social que corresponda a fin de indicarle la necesidad y condiciones del
tratamiento.

ARTICULO 3°— Las obras sociales, junto con el Ministerio de Salud y Acción Social elaborarán los
programas destinados a cubrir las contingencias previstas en el artículos 1 de la presente. Estos
deberán ser presentados a la ANSSAL para su aprobación y financiación, rigiendo su obligatoriedad
a partir de ellas.

La no presentación en tiempo y forma de los programas previstos generará las sanciones que
prevén las leyes 23.660 y 23.661.

ARTICULO 4°— El control del cumplimiento de los recaudos exigidos en el artículo 1° de la


presente se efectuará por intermedio del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación.

ARTICULO 5°— La presente ley tendrá ejecutoriedad, previa existencia en el Presupuesto General
de la Nación del período de que se trata de partidas específicas destinadas a sus fines.

ARTICULO 6°— La presente ley deberá ser reglamentada dentro de los sesenta días de su
promulgación.

ARTICULO 7°— Comuníquese al Poder Ejecutivo. ALBERTO PIERRI — EDUARDO MENEM — Juan
Estrada — Edgardo Piuzzi.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS OCHO DIAS
DEL MES DE FEBRERO DEL AÑO MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y CINCO.

infoleg.mecon.gov.ar/…/norma.htm 1/1

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