En el antes no había después. El tiempo se estaba así quietecito, ansina como
se está ahorita la noche. En el antes estaban los dioses más grandes, los que nacieron el mundo, los primeros. Sentados se estaban los dioses y no se tenían para dónde caminarse porque en el antes no había después y entonces pues no se movían porque no podían decirse que antes estuvieron en un lado y después en otro. Así estaban los dioses en el antes, y empezaba a llegar en su pensamiento que era necesario inventar el después porque si no muy triste se iba a estar el mundo siempre parado en el antes y nunca llegando al después. Y entonces uno de los siete dioses le dijo a los otros, o sea que se dijo a sí mismo que tenían que encontrar el modo de llegar al después y no estarse siempre en el antes y entonces los dioses se pusieron de acuerdo y dijeron que sí, que es muy buena la idea de encontrar el después y entonces se pusieron a bailar de contento pero no muy se podía bailar porque nomás se estaban en un mismo lugar o sea en el antes y entonces, así bailando como se estaban en el mismo lugar, se empezaron a chocar unos con otros y en su bailadera unos se aventaron para un lado y otros para otro y entonces el antes se hizo un poquito más ancho y con siete rayitas y una estrellita parecía el antes porque todavía estaba muy chiquito y entonces los dioses se dieron cuenta de que ya habían inventado el después porque antes estaban todos apelotonados en un lugar y ahora, o sea después, ya estaban un poquito más separados, y muy contentos se pusieron los dioses y se dieron a la bailadera porque de por sí así eran estos dioses que puro bailar querían y sólo buscaban pretexto para darle a la marimba y a las caderas, (…) Y entonces los dioses se pusieron muy contentos otra vez y dale de nuevo con la bailadera y otra vez se chocan y otra vez quedan en el después y entonces quedan separados y entonces se ponen serios otra vez y otra vez se encuentran en el antes y un buen rato se pasaron así, entre el antes y el después, entre el ponerse serios y darse a la bailadera, (…) y entonces sacaron el acuerdo de crear a unos que se encargaran del trabajo de bailar y ponerse serios y encontrarse y separarse para ir abriendo el antes y el después y entonces dijeron que tenían que ponerle nombre a las rayitas que salían después de cada seriedad y bailadera y le pusieron “caminos” a esas rayitas y a los que se iban a encargar del trabajo les pusieron “caminadores” y les explicaron cuál era su trabajo y que no era fácil porque cada rato tenían que regresar al antes para poder ir más lejos en el después y que tenían que aprender a bailar y a ponerse serios y tenían que aprender a encontrarse y ya después se fueron a dormir los más grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros, porque muy cansados se habían quedado de tanto bailar y ponerse serios y ya mandaron a los caminadores a hacer caminos y los dioses se quedaron dormidos dibujando estrellitas de caminos que se hacían estrellitas, y así fue como se crearon los caminos y los caminadores y fue un invento producto de la seriedad y la alegría de los más grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros…