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Acta Form. Crecimiento y Desarrollo Infantil Agosto
Acta Form. Crecimiento y Desarrollo Infantil Agosto
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Conclusiones: El crecimiento permite el incremento del peso y la talla del bebé, y el desarrollo
se refiere a la maduración de las funciones del cerebro y otros órganos vitales. La maduración
somática, psicológica y social es lo que constituye el desarrollo del niño.
Compromisos establecidos: Brindar el amor que los NNS necesitan, jugar, permitirles que
expresen sus necesidades, crear hábitos, fomentar el juego en familia, participar, escuchar sus
necesidades, fomentar una buena comunicación.
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
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_______________________________ _________________________________
Coordinador Profesional que realiza la formación
ACTA DE FORMACIÓN A FAMILIAS
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Observaciones: Mediante la capacitación se logró la participación de los cuidadores, motivación
en el tema crecimiento y desarrollo infantil.
Logros y resultados obtenidos: Se brindó el espacio para que los padres de familia despejaran
dudas, sensibilización para brindarle a los NNS espacios saludables mediante la buena
comunicación, atención, escucha y el juego, sana alimentación.
Compromisos establecidos: Los padres refieren el contribuir a reforzar la salud mental del niño
o niña y los vínculos afectivos que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas.
Cuando el niño o niña juega y convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a
comprender a los demás.
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
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Coordinador Profesional que realiza la formación
ACTA DE FORMACIÓN A FAMILIAS
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Observaciones: la participación activa y la buena disposición de los padres de familia o
cuidadores, comprender que el desarrollo intelectual infantil permite a los NNS lograr la
aceptación y agrado, logrando valorar y mantener la cultura a la que los niños pertenecen.
Conclusiones: jugar les permitirle que expresen sus necesidades, fortalecer el lenguaje y
vínculos sociales, fomentar una buena comunicación, se enfatizó en el conocimiento y los valores,
desarrollando la parte social y cultural del niño.
Compromisos establecidos: padres de familia se comprometen a incentivar el lenguaje del niño,
incorporar valores y conocimientos que incentiven el desarrollo del lenguaje, fomentar el juego en
familia, participar y escuchar sus necesidades
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
_____________________________ ________________________________
Docente Auxiliar Pedagógica
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Coordinador Profesional que realiza la formación
-Actividad lúdica
Metodología y actividades de
-Objetivo de la capacitación.
la formación:
-Presentación del tema
-Descripción del contenido.
-Despeje de dudas
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Conclusiones: se evidencia que haciendo trabajo activo motivando a demostrar y brindar cariño
en los primeros años de los menores mejoran los vínculos afectivos padre e hijo, mediante
actividades placenteras y creativas favorece el desarrollo de habilidades psicosociales y físicas,
estimulando el desarrollo motor.
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
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Coordinador Profesional que realiza la formación
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
_____________________________ ________________________________
_______________________________ _________________________________
Coordinador Profesional que realiza la formación
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Logros y resultados obtenidos: claramente se evidencia que tanto las socializaciones como la
parte didáctica para representar dichos eventos en cada una de las etapas de los infantes en sus
primeros años de vida son aceptados de forma consensual y positiva, resaltando la buena actitud
para seguir practicando de forma independiente en su núcleo familiar enfocando principalmente
en los menores que hacen parte de su entorno.
Dificultades: No se presentaron dificultades.
Conclusiones: se concluye que luego de profundizar en los primeros años de vida de los NNS y
resaltar la importancia de los diferentes juegos que abordan las diferentes etapas del menor se
pude ver el cambio psicoafectivo de los padres hacia sus hijos, llegando a manifestar algunos de
ellos que nunca habían llegado pensar que tanto pueden influir estos temas la vida de un menor.
FIRMAS RESPONSABLES
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Coordinador Profesional que realiza la formación
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Observaciones: para esta actividad se destaca la importancia que tiene el juego en el desarrollo
de habilidades psicosociales y físicas de los NNS, para dicha actividad se involucró a los
asistentes “padres y cuidadores” por medio de una charla teórico-práctica.
Logros y resultados obtenidos: se obtiene la aceptación del 100% de los participantes logrado
motivar a las buenas prácticas con los infantes para el desarrollo de sus habilidades psicosociales
y físicas por medio de juegos que estimulan el desarrollo motor, puesto que le exige al niño o
niña moverse, correr, saltar, caminar y favoreciendo de forma paralela el desarrollo de la
inteligencia de los menores.
Conclusiones: se determina que la buena actitud de los padres y cuidadores en el momento del
desarrollo de los ejercicios, pues son estas buenas prácticas la que llevan al éxito de las
capacitaciones ofrecidas por parte del equipo psicosocial, de ahí podemos afirmar que el personal
que asistió a la socialización ejecutara los juegos de forma adecuada y correcta, siendo los NNS
los directamente beneficiados ya que tendrán un desarrollo psicológico y físico pleno
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
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Coordinador Profesional que realiza la formación
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Observaciones: Los padres de familia o cuidadores participan, realizan las actividades con
agrado, como grupo de trabajo y comunidad se esmeran por aprender, expresan conocimientos,
refieren el agradecimiento por la labor prestada por las agentes educativas.
Conclusiones: Para el niño o niña es fundamental el contacto estrecho con los padres antes y
en el momento de nacer. El niño o niña necesita establecer un vínculo o relación de afecto y amor
con sus padres o las personas que lo cuidan. El niño o niña necesita un intercambio con su medio
a través del lenguaje y del juego. El niño o niña necesita hacer las cosas por sí mismo para
alcanzar un grado adecuado de autonomía o independencia.
Compromisos establecidos: Como padres de familia o cuidadores prestar le atención a los
NNS para que expresen sus emociones, sentimientos, comprenderlos ya que ellos tienen sus
propio temperamento y su propio ritmo de vida, no todos actúan de la misma manera, importancia
de brindarle a los NNS cariño, apoyo incondicional, familias estimuladoras, cariñosas, atención,
disposición, tiempo para compartir con sus hijos, jugar con ellos, mediante el juego y teniendo en
cuenta la edad de los NNS establecer normas, reglas claros le permitan al niño, niña aprender a
establecerlos. El juego es un medio estimulador que potencializa el desarrollo de los infantes,
brindarle a los NNS juguetes según la edad, texturas, colores, tamaños, tener en cuenta no
generen peligros en la vida de sus NNS.
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
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Coordinador Profesional que realiza la formación
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Observaciones: en el encuentro del día de hoy se les socializo a los padres que es el
funcionamiento psicológico del niño o niña y que se requiere estímulos para desarrollar
capacidades físicas, quedando ejercicios psico prácticos y juegos lúdicos para practicar en la
casa con la finalidad de ir mejorando poco a poco dichas cualidades.
Conclusiones: califico la parte afectiva y psicología de los padres y tenedores con los NNS al
desarrollar ejercicios lúdicos y prácticos evidenciando que entienden y aplican correctamente lo
explicado en la socialización, obteniendo como resultado actividades que favorecen el desarrollo
mental del niño o niña.
Compromisos establecidos:
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
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Coordinador Profesional que realiza la formación
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
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Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Observaciones: los padres interactúan con actitud positiva respecto al tema socializado, pues
incorporar la autonomía o independencia a los NNS, es extremadamente importante, pues es la
capacidad que el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo.
Logros y resultados obtenidos: se resalta la interacción por parte de los padres y cuidadores
adaptando el entorno e incorporando las buenas prácticas para en el desempeño de la actividad,
y es por estas actitudes que temas como la autonomía o independencia llegan de forma sencilla
a la comprensión por parte de los participantes, pues de ello de pende que sean transmitidas de
forma correcta al infante permitiéndole desarrollarse satisfactoriamente en la parte personal y
psicosocial.
Conclusiones: se precisa que para los padres es de un valor muy alto enseñarles a sus infantes
la importancia que puede llegar a tener la autonomía y la independencia a la hora de tomar
decisiones y que es mediante juegos, un buen trato socioafectivo con los NNS y que sumado a
otros factores como la exploración activa de su ambiente hacen un complemento perfecto para
generar dicho ambiente.
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
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Coordinador Profesional que realiza la formación
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Observaciones: esta socialización se desarrolla de tal manera que los padres interpreten de
forma activa y eficiente las diferentes formas de estimular al niño o niña a la acción y al
descubrimiento del mundo por medio imitaciones y sonidos.
Conclusiones: se concluye que se puede incitar a descubrir el mundo por medio de los gestos
y actitudes, siendo los padres capaces de llevar a sus hijos a mostrar distintas expresiones en el
rostro, exagerando gestos y posturas, mirándose juntos frente a un espejo, pues entienden los
padres y cuidadores que la exploración no es sólo del mundo físico, sino que también depende
del mundo de las personas es obligación trasmitir estas virtudes a los infantes.
Compromisos establecidos: queda como compromiso brindar el amor necesario que los NNS
necesitan, permitirles que expresen sus necesidades, fomentar el juego en familia, escuchar sus
necesidades, a brindarle a sus hijos tiempo calidad, y buen acompañamiento en sus diferentes
etapas de crecimiento dando prioridad en sus primeros años de vida.
Evidencia fotográfica:
FIRMAS RESPONSABLES
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Coordinador Profesional que realiza la formación
ACTA DE FORMACIÓN A FAMILIAS
-Actividad lúdica
-Objetivo de la capacitación.
- conclusiones.
_ El cariño.
_ La alabanza.
_ El contacto con otras personas y la comunicación con ellas a través del lenguaje.
_ Los objetos para explorar y experimentar.
La estimulación implica una actitud permanente de acogida, de fomento del desarrollo social, de
la expresión de sentimientos, del interés por el mundo y por aprender, más que la sola realización
de un conjunto de actividades o la entrega de diferentes materiales de juego.
La estimulación requiere que se hagan actividades en común con el niño o niña, entretenidas,
variadas, frecuentes, motivadoras, durante sus primeros años de vida. La madre, el padre y otros
miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su
alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales
del niño o niña y respondiendo a ellas.
_ El funcionamiento psicológico del niño o niña requiere estímulos para desarrollar capacidades
físicas (como sentarse, gatear, ponerse de pie, caminar, correr), cognitivas (como razonar,
inventar, aprender, imitar), emocionales (como expresar afecto, tolerar frustraciones, poder
esperar) y sociales (como compartir, escuchar, dar y recibir elogios). Para que el niño o niña
pueda desarrollar esas capacidades es necesario que se le permita explorar y jugar libremente,
y que se le permita tener acceso a distintas personas, objetos y situaciones diversas. Cantar
canciones y aprender rimas infantiles, dibujar y leer cuentos en voz alta son algunas de las
actividades que favorecen el desarrollo mental del niño o niña. También lo preparan para
aprender a leer y escribir. Se debe estimular al niño o niña a buscar por sí mismo solución a los
pequeños problemas que se le plantean diariamente, hay que alentarlo a tratar de hacer las cosas
bien, aunque se equivoque o le cueste trabajo al principio. Así se sentirá competente, capaz y
querrá ir afrontando nuevos desafíos. La autonomía o independencia, es decir, la capacidad que
el niño o niña tiene para aprender a hacer las cosas por sí mismo, desempeñan una función de
gran importancia en su desarrollo psicosocial. En la exploración activa de su ambiente, desde
los primeros años, el niño o niña va ejercitando sus sentidos y su capacidad de moverse y
comunicarse, desarrollando su inteligencia y aprendiendo. La inteligencia se construye a través
de las acciones que el niño o niña realiza en su medio cotidiano. Para conocer el mundo que lo
rodea, el niño o niña utiliza sus sentidos (vista, tacto, oído, olfato, gusto) y su motricidad (los
movimientos que puede hacer con su cuerpo, especialmente con sus manos). A través de la
acción y de la exploración, el niño o niña va elaborando ideas acerca de lo que son las cosas: el
tiempo, el espacio, las causas y consecuencias, la velocidad, el peso, etcétera; así aprende a
pensar, a comparar, a deducir, a inducir, a imaginar. El niño o niña va adquiriendo destrezas y
seguridad en el mundo y en sí mismo. Hay distintas formas de estimular al niño o niña a la acción
y al descubrimiento del mundo. Por ejemplo, se le puede incitar a descubrir el mundo de los
sonidos cantándole, imitando sus vocalizaciones, poniéndole música, acompañando la música
con golpes de mano o movimientos del cuerpo. También se le puede incitar a descubrir el mundo
de los gestos y actitudes, mostrando distintas expresiones en el rostro, exagerando gestos y
posturas, mirándose juntos frente a un espejo. La exploración no es sólo del mundo físico, sino
también del mundo de las personas. Poco a poco, el niño o niña va desarrollando sus
capacidades de imitar, de representar, de dramatizar, lo que le permite ir conociendo y dominando
gestos, expresiones, sentimientos. El aprendizaje se realiza mientras el niño o niña toca,
manipula y experimenta con cosas e interactúa con personas. A partir de todo esto, va
desarrollando sus conceptos y su lenguaje hasta poder llegar a entender una información más
abstracta o simbólica de la realidad. Para que el contacto con el medio sea eficaz, el niño o niña
debe tener oportunidades para preguntar, ensayar, cometer errores y aprender de ellos. Los niños
necesitan mucho tiempo (años)
de juego con objetos y situaciones reales, antes de ser capaces de entender el significado de
símbolos como las letras los números. En las distintas edades, el niño o niña va a tener
preferencia por diferentes tipos de materiales o juguetes, pero siempre necesitará objetos a su
alcance: En el primer año de vida: sonajeros y objetos para manipular, por ejemplo.
En el segundo año de vida: los juegos de arrastre, por ejemplo.
Después del segundo año: materiales para juegos de representación como disfraces y plastilina
o masa para moldear, o para armar, como bloques, rompecabezas. Los objetos adecuados se
encuentran en cualquier hogar y pueden no ser caros o complejos. Por ejemplo, objetos de la
naturaleza como piedras, conchas y árboles. También recipientes, cacerolas, cucharas, cajas
vacías, envases, pedazos de madera, o cualquier otro elemento común.
·
Cualquier objeto que sirva para dibujar, pintar, hacer sonidos. Todos ellos pueden ser tan buenos
estímulos como los más costosos juguetes. En el fondo, estímulo es todo aquello que ayuda a
desarrollar la atención y la actividad del niño o niña, que le permite explorar, pensar, y que
contribuye al desarrollo de su cuerpo y de su espíritu. Es necesario permitir al niño o niña explorar
con libertad el mundo que lo rodea. Si bien es cierto que hay que evitar los peligros y las
situaciones donde él pueda hacerse daño, el querer protegerlo de peligros no puede llevar a no
dejarlo moverse o a tenerlo encerrado. El juego favorece el desarrollo de habilidades
psicosociales y físicas. Estimula el desarrollo motor, puesto que exige al niño o niña moverse,
correr, saltar, caminar. También favorece el desarrollo de la inteligencia, porque lo lleva a explorar
el mundo que lo rodea y a repetir acciones en los objetos disponibles para conocerlos mejor. El
juego favorece el desarrollo emocional, porque a través de los juegos el niño o niña expresa sus
sentimientos y a veces resuelve conflictos emocionales. Facilita el desarrollo social porque por
medio de éste el niño o niña aprende a permanecer y jugar con otros niños, a respetar reglas, a
compartir y a convivir. El juego permite al niño o niña: Moverse y así desarrollar los músculos del
cuerpo. Explorar el mundo que lo rodea y así aprender sobre la naturaleza, las plantas, los
animales, los objetos hechos por el hombre. Aprender de los niños y personas mayores.
Desarrollar la imaginación y la creatividad. Entretenerse, divertirse y expresar los sentimientos.
Hay distintas variedades de juegos:
_ Juegos solitarios.
_ Juegos en grupo.
_ Juegos libres.
_ Juegos con reglas.
_ Juegos con adultos.
_ Juegos con niños.
_ Juegos verbales.
_ Juegos de imaginación.
_ Juegos con materiales.
Los padres pueden contribuir a reforzar la salud mental del niño o niña y los vínculos afectivos
que tienen con él mediante actividades placenteras y creativas. Cuando el niño o niña juega y
convive con otros niños aprende a ponerse en el lugar del otro, a comprender a los demás.
Además, descubre la amistad y la lealtad. Cuando presta sus juguetes o juega con los de otro,
comienza a manifestar su capacidad de compartir. También aprende a respetar reglas.
_ Mediante el juego el niño o niña aprende a conocer su cultura, tradiciones y valores morales.
Propiciar los juegos facilita el entender, valorar y mantener la cultura a la que pertenece. No se
le hace mal al niño o niña si se le quiere mucho. El cariño nunca es excesivo. Lo que lo perjudica
es la incoherencia y la falta de límites. Se brinda un espacio para que los asistentes interactúen,
jueguen con sus hijos poner en práctica el tema socializado, se despejan dudas,
recomendaciones.
Conclusiones: se puede determinar que, haciendo trabajo activo en los juegos, la manifestación
de afecto en los primeros años de los menores y la alimentación hacen parte de un plan para
llevar acabo el buen desarrollo del infante.
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Coordinador Profesional que realiza la formación