Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PUERTA A LA BENDICIÓN
Jesús en la última cena tomó pan y vino; del pan dijo: “Este es mi
cuerpo”, y del vino: “Esta es mi sangre”. El cuerpo, cubre la desnudez
del hombre; la sangre, limpia su pecado.
Muchos creyentes aún no conocen el poder de la sangre de Jesús. La
vida, la familia, el ministerio cambian por el poder de Su Sangre. Es
muralla de protección, la única barrera que ningún demonio traspasa;
usted debe conocer lo que hace en su beneficio. La Palabra dice: “sin
derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22); y “le
han vencido por medio de la sangre del Cordero” (Apocalipsis 12:11).
Hay gran poder en Su Sangre; creerlo es poseer la llave que abre la
puerta a la bendición, es tener el arma que derrota al enemigo. Jesús
derramó Su Sangre en siete ocasiones
5. De Sus manos. Col 2:14. Las atravesaron con grandes clavos y las
fijaron al madero. Tome de esa Sangre y aplíquela a sus manos,
declarando que son santificadas, purificadas, libres de toda violencia,
libres de toda impureza, de todo acto de corrupción en el Nombre de
Jesús. Crea que usted ahora puede levantar manos sin ira ni
contiendas, porque el poder de Su Sangre ha quebrado todo lo que lo
ataba. Crea que sus manos podrán expresar el amor en caricias y
gestos tiernos a las personas que ama, porque la Sangre de Sus
manos las ha lavado.