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Nueva Época, Año LX, núm. 224 ⎥ mayo-agosto de 2015 ⎥ pp. 367-376⎥ ISSN-0185-1918
Fiorella Mancini∗
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Doctora en Ciencia Social con especialidad en Sociología por el Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de
México. Investigadora asociada C de tiempo completo, Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional
Autónoma de México (México). Sus líneas de investigación son: riesgos sociales; trabajo y mercados laborales. Entre
sus últimas publicaciones destacan: “El vínculo entre población y trabajo en los estudios laborales de América Latina”
(2013); “Riesgos sociales y bienestar subjetivo: un vínculo indeterminado” (2014) y “El impacto de la incertidumbre
laboral sobre el curso de vida durante la transición a la adultez” (2014). Correo electrónico: fiorella@unam.mx
dar cuenta de nuestros problemas sociales, ha intentado dar cuenta de esos fenómenos
todos lo conocemos. ¿Por qué? ¿Por qué lo sociales que están en el aire pero que no son
conocemos aún sin haberlo leído? ¿Por qué fácilmente decodificables desde la ingenuidad
su pensamiento y su trabajo nos resulta, en sociológica. Aun así, no es ésta la razón por
el fondo, tan familiar y cercano? En general, la que todos conocemos a Beck.
los autores de la modernidad -seguida por Todos lo conocemos porque, en el fondo,
cualquiera de sus adjetivos: líquida, primera, nos ha relatado una y otra vez una especie de
segunda, incompleta o reflexiva- no gozan novela -ya no decimonónica- sobre nuestras
de muy buena fama en nuestras latitudes propias vidas. Beck sistematiza y hace explícito
y sus explicaciones suelen generar cierta lo que todos ya sabíamos, no por haberlo
incomodidad entre la comunidad académica estudiado o comprendido científicamente,
regional. Sin embargo, en el caso de Beck hay sino por haberlo vivido. El “redescubrimiento”
una especie de empatía parroquiana con su de la incertidumbre como clave de registro de
pensamiento sociológico que, creo, merece nuestros días propuesto por Beck, viene a
ser desentrañada. constatar una especie de hiper conciencia
Una segunda línea de interrogantes se sobre la fragilidad que percibimos cons-
deriva de la anterior y puede resultar un tantemente. Beck se fraterniza con nuestra
tanto obvia en el marco de estas reflexiones experiencia social cotidiana y resuelve esa
articuladas a modo de homenaje: ¿por qué empatía a través -ni más ni menos- de
importa Beck? ¿Por qué deberíamos leerlo una nueva teoría sociológica.
o por qué deberíamos continuar leyendo Lo que a Beck le preocupaba sociológi-
su obra? Más aún, ¿por qué a veces, incluso camente, a nosotros nos importa en nuestra
habiéndolo leído, lo malinterpretamos? vida diaria: la incertidumbre social y laboral
Y, finalmente, ¿de qué manera modular a la que nos enfrentamos día con día y que
un diálogo entre la obra sociológica de Beck amenaza con ser muy larga, incluso con durar
y la realidad mexicana e incluso la regional? toda una vida; el hecho de que la educación -o
Si logramos responder más o menos ciertos niveles educativos- ya no aseguren por
reflexivamente a estas preguntas, podremos sí mismos cierto tipo de entrada al mercado
también percibir mejor el valor y la impor- de trabajo o cierta estabilidad a lo largo de la
tancia de la obra de Beck y la pertinencia de trayectoria biográfica; la dificultad de tomar
un homenaje a su vida y pensamiento. decisiones cuando cada vez tenemos más
opciones entre las cuales decidir, o cuando
las relaciones son más abiertas pero también
¿Por qué todos conocemos a Beck? más lábiles; o la posibilidad de que explote
Chernóbil o un camión distribuidor de gas
Indudablemente, el trabajo de Beck marca mientras estamos atendiéndonos o dando a
un punto de inflexión en la sociología con- luz en un hospital de la Ciudad de México; los
temporánea. Con escaso idealismo, Beck nuevos órdenes y desórdenes amorosos; las
ciertas condiciones vitales estables, seguras crítica de lo que llamó la nueva privatización
o duraderas, no está promulgando la desa- de los riesgos sociales se basaba, precisamente,
parición de la desigualdad de clases sino las en considerar, defender y exponer que la única
implicaciones sociales que suponen que a defensa posible de la individualidad -y por
dicha desigualdad debe agregársele ahora, en lo tanto de la libertad- es apuntalarla sobre
los nuevos tiempos, una desigualdad que ya recursos objetivos y protecciones colectivas.
no es estructural o persistente (Tilly, 2000) Eso es, evidentemente, un pensamiento que
sino dinámica y en cierto sentido individual. se acerca mucho más a la visión durkhemiana
Marx había sido -como casi siempre ocurre- de las instituciones sociales como garantía
el primero en hablar de la privatización de los para la propia existencia individual -y a todo
riesgos cuando leemos en El Capital (1975): el pensamiento de Robert Castel (2004), por
“cuando una clase se apropia del proceso ejemplo- que a las corrientes liberales del
social de la producción y de sus elementos, rational choice o de la posmodernidad europea.
para convertirlo en propiedad privada suya, Es decir, lo que Beck intenta explicar es
el riesgo social se presenta obviamente como que se está produciendo una segunda moder-
riesgo privado. En realidad el riesgo social nidad que transforma desde adentro -como
no desaparece; se disimula tan sólo, bajo el oxímoron de la revolución silenciosa- (o
otra forma”. Beck siempre tuvo claro el disi- si se quiere, de manera reflexiva) los cánones
mulo de la desigualdad tras la fórmula de la modernos tal como los habíamos conocido
privatización de los riesgos y siempre aclaró hasta el momento. De allí que algunas de las
-desde esa nitidez- que los efectos de los principales preocupaciones de Beck en los
nuevos riesgos eran mayores para aquellos últimos tiempos haya sido, precisamente, la
que partían de condiciones más precarias o obsolescencia de muchos de los conceptos
frágiles. Y allí, lo relevante es que además de que las ciencias sociales habían utilizado hasta
esas diferencias estructurales, surgen ahora entonces. Era tal su preocupación que los
nuevas fronteras y situaciones de riesgo en llamó “conceptos zombi”, conceptos muertos
esferas sociales que hasta entonces, o que en la en vida:
primera modernidad, estaban relativamente
salvaguardadas. Debemos plantearnos si nosotros, como
El segundo gran malentendido alrede- científicos sociales, como hombres y mujeres
dor de la obra de Beck -y por ello es que es corrientes y usuarios de estos nuevos instru-
necesario leerlo- es su preocupación por el mentos de información digital, ya nos hemos
proceso de individualización. Beck no defendía dotado de conceptos adecuados para describir
el individualismo liberal que considera a las cuán profunda y cuán dramáticamente se han
desigualdades sociales como expresión de un transformado la sociedad y la política. Creo
orden basado en diferencias de dotaciones, que carecemos aún de categorías, mapas y
talentos, capacidades -por ende con una visión brújulas para entender este Nuevo Mundo
más individualista de lo social-, sino que su (Beck, 2005).
Aquí tampoco debemos malinterpretar el pen- Además, en sus últimos escritos dedicó
samiento de Beck. Como sí lo han hecho otros especial atención a los nuevos movimientos
autores de la modernidad, él no exige que las sociales como espacios de experimentación
sociedades sean menos ambiguas, o que exista que podían contribuir a la eclosión de esos
menos diversidad de manifestaciones sociales, nuevos escenarios transnacionales, cuestión
ni demanda que la propia modernidad sea más que le permitió admitir -y estoy utilizando
articulada o coherente de lo que pudo haber esta expresión deliberadamente- a pesar del
sido. La invitación de Beck es a que seamos caos que él mismo describe en sus obras,
capaces de comprometer la mirada pero, so- que -en cuanto seres sociales- seguimos
bre todo, de arriesgar el propio lenguaje para interactuando, continuamos proyectando
intentar explicar esas nuevas articulaciones objetivos comunes y que, en definitiva,
basadas en las aparentes incoherencias del seguimos coordinando acciones colectivas
nuevo orden social. e intercambiando procesos de cooperación
La tercera razón de fuerza para continuar a pesar de la profunda individualización
leyendo a Beck es la necesaria comprensión que él mismo describe. Y ello supone -en
del significativo giro de sus últimos trabajos. contra de su propio pesimismo, quizás- que
Durante los últimos tiempos (finalmente, la la reducción de riesgos sociales sigue siendo
sociedad de riesgo se escribió hace casi treinta real y posible. Desde esta otra mirada, Beck
años), los análisis de Beck se centraron en los continúa reparando sobre el riesgo presente
temas vinculados a la globalización frente pero sin presuponer -como en sus primeros
a la cual trató de construir el concepto de trabajos- metáforas anquilosadas sobre el
cosmopolitismo. Su reciente y afamado Ma- pasado bucólico y nostálgico de cuando “todo
nifiesto para reconstruir Europa quiso ser un era mejor”. Ello constituye una reivindicación
diagnóstico, precisamente, de una sociedad y una autocrítica a su propio trabajo que poco
en la que el Estado-nación ya no es capaz de reconocen los que tanto lo critican.
mantener fijas las condiciones básicas de la Por cierto, sobra decir que sus trabajos
convivencia y la seguridad y que, por tanto, no estuvieron exentos de críticas y algunas,
debía buscar acomodo no tanto en una globa- ciertamente, muy bien fundamentadas.
lización o universalidad vacía de contenido, Posiblemente, la más importante ha sido
sino en una concepción cosmopolita que precisamente la crítica a su concepto de riesgo.
aceptara como valor central el reconocimiento En mis clases, para explicar el concepto de
de la diversidad, de la “otredad del otro”. riesgo en Beck utilizo una anécdota que me
En esa línea, y de manera coherente con resulta contundente. Cuando éramos niños
sus trabajos previos, marcó la importancia y teníamos la posibilidad, a veces, de ir de
de repensar el progreso (asumiendo ahora, vacaciones al mar, mi hermano y yo nos
por ejemplo, el riesgo ambiental o el cambio despertábamos todos los días con la ilusión
climático) y los grandes retos de esta segunda y la incertidumbre de cómo estaría el mar ese
modernidad, desde lógicas transnacionales. día: adivinábamos y hacíamos apuestas sobre