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Es legítimo ver a la corteza prefrontal como el facilitador del ciclo PA en sus niveles más
altos, es decir, en los niveles en los que se organiza la acción, que es sobre todo, novedosa
y compleja.
Atención:
Capacidad para concentrar recursos neurales en el procesamiento de la información dada
(sensorial o motora), excluyendo las demás.
Memoria:
Todas las funciones ejecutivas discutidas en esta sección operan en y con un vasto sistema
de redes cognitivas (cognits) ampliamente distribuida a través del cortex (Fuster, 2003,
2009).
La corteza prefrontal es el deposito de las redes de memoria ejecutiva, es decir, redes que
representan acciones pasadas, acciones futuras o ambas. Es imposible construir una
función ejecutiva sin postular una red de memoria ejecutiva subyacente que constituya el
sustrato neuronal sobre el cual tomará lugar la función.
Esa misma red, activada temporal y ordenadamente, puede ser usada por la atención,
memoria de trabajo, planificación, etc., En una palabra, en un momento dado, la red
dejará de ser representativa y se volverá operacional para servir a cualquiera o a todas las
funciones ejecutivas.
Un plan de acción es, después de todo, memoria proyectada hacia el futuro. Esta hecho de
elementos asociados de memoria ejecutiva a largo plazo unidos en una red prefrontal que
contiene asociadiones con el tiempo y el orden futuro. La dificultad proverbial del
paciente frontal para formular y ejecutar planes de acción puede considerarse
adecuadamente, neurológicamente, como una dificultad para formar y recuperar
recuerdos “del futuro”.
Memoria de trabajo:
Es la habilidad para retener un ítem de información para la ejecución prospectiva de una
acción, en donde esa acción depende de dicha información. Esencialmente es atención
sostenida centrada en una representación interna. Es decir, la memoria de trabajo puede
ser sujeto de distracciones e interferencias (estímulos y memorias irrelevantes).
Es una función cognitiva crítica para mediación de contingencias a través del tiempo
(intertemporales) en la integración temporal del razonamiento, el lenguaje y conducta
dirigida.
Lesiones del área 8 (campos visuales) generá un déficit en la memoria de trabajo para los
movimientos sacádicos del ojo.
Planeación:
Mientras la memoria de trabajo defectuosa (prospectiva) priva al paciente frontal de la
capacidad de usar la experiencia del pasado reciente, la previsión defectuosa lo priva de la
capacidad para planificar a futuro guiada por pautas internas (retrospectiva).
Por otro lado, la exclusividad de la participación del lóbulo frontal en esas tareas (Control
inhibitorio) ha sido cuestionada empíricamente (Andrés, 2003). Se ha ofrecido la
alternativa de que, a medida que avanzamos en el Capítulo 8, los déficits sean la expresión
de la patología en redes dinámicas amplias en las que la corteza prefrontal es un
participante crítico.
NEUROFISIOLOGÍA
Set Atencional:
La atención es una función cognitiva básica y ubicua. Su función principal es la asignación
fisiológica de recursos cerebrales limitados a procesos neuronales para lograr la máxima
eficiencia de todas las demás funciones cognitivas: percepción, memoria, lenguaje e
inteligencia. Tiene dos componentes principales: uno es inclusivo y el otro excluyente. El
primero consiste en el enfoque en el procesamiento neural de los elementos de la
cognición que son relevantes para el comportamiento o lenguaje actual o inminente
dirigido a un objetivo. Su contenido cognitivo, frecuentemente sensorial, coincide con lo
que comúnmente se denomina el foco de atención. El componente excluyente de la
atención consiste, como lo implica el adjetivo, en la exclusión, limitación o inhibición de
todo lo que es irrelevante en ese momento; en una palabra, distracción potencial o real.
La corteza prefrontal está muy involucrada en ambos aspectos del set de atención. Su
región dorsolateral está principalmente involucrada en la primera, a saber, la
concentración de atención en los aspectos relevantes de las nuevas secuencias de acción
dirigidas a un objetivo. Su región ventromedial, por otro lado, está involucrada en la
supresión de material cognitivo o impulsos extraños que podrían interferir con el
comportamiento o el lenguaje en curso. Los estudios extensos ahora apoyan el principio
original (Miller, 2000; Miller y Cohen, 2001) de que la corteza prefrontal, en la parte
superior de la jerarquía cortical ejecutiva, controla de manera flexible esos dos
componentes de atención. Envía influencias de arriba hacia abajo sobre los sistemas
sensoriales y motores para ajustarlos a las demandas cambiantes del organismo y su
entorno en el comportamiento dirigido hacia el objetivo. El conjunto de esas influencias
de atención de arriba hacia abajo se ha denominado control cognitivo.
Una cualidad importante del set atencional (control cognitivo) es su aspecto prospectivo o
del futuro. En ese sentido la atención es inseparable de la expectativa, la predicción y la
preadaptación. En un sentido neurobiológico más concreto, el set atencional consiste en
el priming del aparato sensorial y motor para los estímulos esperados y las ocaciones que
se supone deben provocar.
El papel de las regiones prefrontales en la atención también está respaldado por estudios
electrocorticales en humanos que realizan tareas de cambio de conjunto. En un estudio
(Nagahama et al., 2001), la tarea requirió un cambio de atención de alto nivel con un
costo de cambio significativo o un cambio de bajo nivel entre asociaciones de estímulo-
respuesta sin costo de cambio. La actividad neuronal en la corteza prefrontal anterodorsal
fue alta solo en el cambio de atención, mientras que en la corteza prefrontal
posteroventral fue alta no solo en los cambios de atención sino también en los cambios
sensoriales-motores de nivel inferior. Los autores del estudio concluyen que la región
anterodorsal controla la atención de orden superior, mientras que el área posteroventral
puede estar relacionada con un cambio de nivel inferior con una demanda de atención
mínima. Los dos niveles de control atencional se ajustan al orden jerárquico ejecutivo en
el lóbulo frontal: prefrontal anterior para la representación y ejecución de reglas
abstractas y complejas, y prefrontal posterior para las asociaciones de estímulo-respuesta
simples.
Ninguno de los fenómenos ejecutivos de arriba hacia abajo descritos hasta ahora en esta
sección puede separarse fácilmente por razones fisiológicas de las otras funciones
ejecutivas de la corteza prefrontal descritas a continuación. Especialmente estrecha es su
relación con la siguiente función con la que tratamos, la memoria operativa, que fue
considerada, incluso por Baddeley, el primero en describirla en detalle, como una clase de
atención centrada en una representación interna (Baddeley, 1983, 1993). Por lo tanto, la
memoria operativa podría considerarse legítimamente como parte del set atencional: el
set atencional generado mediante una señal sensorial o memorándum (lo que debe ser
recordado) que presagia una respuesta motora relacionada de alguna manera con ese
estímulo sensorial.
Memoria de trabajo
Memorandum: El memorándum (literalmente, el elemento a recordar) es la clave
sensorial que inicia una prueba en una tarea de demora y que el sujeto debe
recordar para una elección-respuesta posterior que de alguna manera depende de
esa clave. la importancia del comportamiento de un memorándum, es decir, su
calidad para atraer la atención y su importancia para el comportamiento, es un
factor crítico en la reactividad de muchas células pre- frontales a él. Esta no es solo
una inferencia razonable de estudios citados anteriormente, sino también una
conclusión clara de muchos estudios posteriores.
El retraso: actividad neuronal persistente: Uno de los hallazgos más notables de la
investigación de una sola célula prefrontal es el de las unidades cuya descarga
experimenta una elevación sostenida durante el período de demora; es decir,
durante el tiempo interpuesto entre la señal sensorial y la respuesta del animal.
Debido a que la activación de muchas de estas celdas está obviamente
relacionada, al menos temporalmente, con la retención de la señal, nuestro grupo
las ha llamado "celdas de memoria" casi desde el momento en que las
encontramos. Desde el principio (Fuster y Alexander, 1971), les atribuimos una
función de memoria a corto plazo, que eventualmente identificamos como
memoria de trabajo.
Las células de memoria se pueden encontrar prácticamente en cualquier lugar del
córtex prefrontal, pero son más comunes en su área dorsolateral, alrededor del
surco principal.
Según nuestra definición, la descarga de células de memoria es mayor durante el
delay, en la retención mnemotécnica del memorando, que en los períodos entre
ensayos, cuando el animal no necesita retener ningún estímulo en particular
Habiendo encontrado las primeras células de memoria en la corteza prefrontal,
más tarde las encontramos en otras regiones corticales (Fuster y Jervey, 1981;
Koch y Fuster, 1989; Zhou y Fuster, 1996), así como en el núcleo mediodorsal de la
región del tálamo (Fuster y Alexander, 1973). Como veremos, estas otras
estructuras probablemente cooperan muy estrechamente con la corteza prefrontal
en la memoria de trabajo, y sus células de memoria reflejan esa cooperación. Sin
embargo, en ninguna parte tales células parecen tan numerosas como en la
corteza prefrontal. Sin embargo, en nuestra experiencia, las células de memoria
prefrontales no están tan sintonizadas con las propiedades físicas del memorando
como algunas células en áreas de asociación sensorial de la corteza inferotemporal
(Fuster y Jervey, 1982; Fuster, 1990) o la corteza parietal (Zhou et al., 2007).
Tanto la mediación de las contingencias intertemporales con la memoria de
trabajo como su objetivo prospectivo son los resultados del aprendizaje previo.
NEUROIMAGEN CAP 7
Set Atencional:
Es la preparación del organismo para una información sensorial o acción esperada en el
curso de la conducta o el habla dirigida a un objetivo. En cualquier caso la corteza
prefrontal ejerce un set atencional de arriba-abajo sobre las cortesas inferiores,
sensoriales o motoras, así como sobre las estructuras periféricas del sistema sensorial o
motor.
parece haber una pirámide caudorostral frontal de la activación con una complejidad
creciente del movimiento en serie, comenzando con la corteza motora primaria en la base
e involucrando progresivamente las áreas premotora y prefrontal. El movimiento
automático y simple (excepto el movimiento del ojo) ilumina solo la corteza motora.
Cuando el movimiento se vuelve complejo y, sobre todo, cuando requiere programación e
integración temporal mediante reglas, las áreas premotora y prefrontal se ponen en
juego. Sin embargo, al menos un estudio de imagen completo (Cieslik et al., 2015) indica
una participación diferencial dentro de la corteza prefrontal dorsolateral. Mientras que la
porción anterior de esa corteza está principalmente involucrada en la preparación para el
movimiento (Set), la porción posterior está involucrada principalmente en su ejecución. En
otras palabras, la representación caudorostral jerárquica de acciones refleja de manera
inversa la participación rostrocaudal descendente de las cortezas frontales en el
procesamiento de acciones globales hacia sus movimientos componentes. En
consecuencia, la activación prefrontal es particularmente fuerte, de hecho, mayor que la
activación premotora, durante los ejercicios mentales que requieren el seguimiento y la
integración de lo que, en la mente del sujeto, son elementos de información
temporalmente separados. Este es el caso, por ejemplo, cuando se le pide al sujeto que
realice operaciones aritméticas internamente, o que omita mentalmente cada segunda
palabra de un jingle, o que imagine una deambulación sucesiva a través de diferentes
lugares (Roland, 1985; Roland y Friberg, 1985; Kondo et al., 2004; De Pisapia et al., 2007;
Danker y Anderson, 2007). Cuando los actos secuenciales queridos no solo se imaginan
sino que también se llevan a cabo, entonces la corteza prefrontal, más prominentemente
sus aspectos laterales, se activa y, por lo tanto, se involucra funcionalmente en la
ejecución de los actos, así como en su preparación (Seitz et al., 1990; Frith et al., 1991a).
Memoria de trabajo:
1. La memoria de trabajo activa simultáneamente una región de la corteza prefrontal y
una región de la corteza posterior de asociación. La evidencia de que este es el caso es
consistente con la noción de que el reingreso reverberante entre las dos regiones se
encuentra en la base del mantenimiento de la memoria de trabajo. Ese puede, de hecho,
ser el mecanismo clave de la memoria de trabajo (ver Capítulos 6 y 8).
2. La región de la corteza posterior activada en la memoria de trabajo depende del
carácter sensorial del memorándum en la memoria de trabajo. Esa región coincide con la
región que la evidencia neuropsicológica implica en el aprendizaje, la discriminación y la
memoria a largo plazo del material de esa modalidad particular. Esta evidencia, junto con
los datos de imágenes, respalda la idea de que la memoria operativa consiste en la
activación sostenida ad hoc por parte de la corteza prefrontal de una red asociativa
posterior de memoria a largo plazo que representa el memorando (Capítulo 8).
3. Durante la memoria de trabajo, cuando se media una contingencia intertemporal y se
integran sus miembros (sensorial y motor), la activación frontal tiene una tendencia a
migrar desde la corteza prefrontal a las cortezas motoras. Esta migración de activación
puede reflejar no solo el mantenimiento continuo de la memoria de trabajo, sino también
el set preparatorio para la acción consiguiente. De hecho, puede reflejar el pre-
procesamiento de la acción en la jerarquía ejecutiva frontal, dentro del ciclo percepción-
acción: desde las representaciones frontales, más abstractas, de la acción hasta las
representaciones frontales, más concretas, de esa acción.
(Ver la siguiente sección y el Capítulo 8).
El punto de vista de la red (a diferencia del modular): se basa en el principio de que las
representaciones prefrontales, es decir, las memorias ejecutivas o cognitivas, están
ampliamente distribuidas, se extienden y unen varias combinaciones de grupos de células
de percepción y acción de tipo modular. Estas redes están formadas por asociaciones que
están dinámicamente establecidas y modificadas por el aprendizaje y la experiencia. Todas
las funciones prefrontales, ejecutivas y emocionales se basan en la activación ordenada de
estas redes en la organización de acciones dirigidas a objetivos y con propósito. En las
últimas dos décadas, esta visión ha ganada un apoyo sustancial de los estudios fisiológicos
y de imágenes.
**Un enfoque más razonable es colocar la corteza prefrontal y todas sus áreas en los
caminos paralelos y circulares del ciclo de percepción-acción, donde no hay un verdadero
origen cortical o subcortical. En esa posición la corteza prefrontal funciona como un
integrador de entradas de información de fuentes corticales y subcorticales, capaz de
enviar señales a las áreas efectoras y recibir retroalimentación de ellas. La corteza
prefrontal, por lo tanto, opera bajo constantes restricciones de la experiencia (memoria a
largo plazo), del sustrato neural de los instintos y las emociones, de la entrada sensorial
actual y la salida motora, y de la retroalimentación de ambos, receptores y efectores.
Cognits Perceptuales:
Las áreas posteriores de la corteza cerebral están encargadas del procesamiento y la
representación sensorial de las imágines y construcciones del mundo externo. Hay basta
evidencia de que la memoria almacenada y el procesamiento de percepciones son
funciones con largas e interconexas redes neurales de la corteza posterior. Estas redes
neurales trascienden anatómicamente por áreas y módulos independientemente.