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En 2011, Hamann la denomina: Estibador belga4. Pero, parece ser que finalmente fue
consensuada con la nominación El Estibador. Después de una revisión a todas las
esculturas que tenemos en Lima Centro, que exaltan los arquetipos nacionales: héroes,
mártires, políticos, intelectuales y destacados civiles; todos de alto contenido histórico
pero reservado valor estético, por fin llegó una escultura de doble valor artístico: por un
lado, la celebérrima universalidad del escultor Meunier, máxima figura del realismo
social y, en segundo lugar, por la importancia de la obra, se trata de una de las piezas
más destacadas de su producción. Tener un Meunier en Lima es equiparable a poseer
una pintura de Courbet, pues si Gustave Courbet fue el mayor representante del
realismo en pintura, Meunier lo fue de la escultura.
Los descargadores son los hombres que cargan y descargan los buques,
éstos que llaman ahora con mayor frecuencia estibadores. Escapando del
El Estibador es una obra de proeza artística y reconocimiento mundial que contrasta con
el escaso conocimiento que tenemos sobre ella y su autor, aunque nuestros autores no
han tenido reparos en prodigar la importancia del escultor. Castrillón es el primero que
se acerca a identificar el estilo del artista “Meunier considerado el mejor representante
del realismo en Bélgica, trató con energía los temas llenos de dramatismo de la
condición de los trabajadores.7 Hamann va entendiendo mejor el realismo de
preocupación social
6 Les débardeurs sont les hommes qui chargent et déchargent les navires, ceux que l'on appellent
plus volontiers aujourd'hui les dockers. Tout en échappant au misérabilisme, le Débardeur du
port d'Anvers sculpté par Meunier est devenu une représentation archétypale de l'aliénation des
individus par le travail. Une première version en cire est exposée dès 1885 à Bruxelles au Salon
des XX. Lorsque le grand plâtre est présenté à Paris au Salon de la Société nationale des Beaux-
arts en 1889, la critique est enthousiaste: "...jamais on n'avait, avec une pareille intensité, mis en
une figure tant d'expression tragique et touchante, d'énergie, d'écrasement, de souffrance et de
résignation". (ORSAY, 2006, pág. s/n)
7 (CASTRILLÓN, 1991, págs. 350-352)
8 (HAMANN, Ibíd. pág. 156 del pdf)
9 “Their theme: realism, social concerns. Art in perfect tune with the new industrial age” (BELGIAN
Algunos testimonios del propio artista puede darnos cuenta de la génesis y contrariedad
provocadas por su obra, pero anticipo que citar al autor es la peor forma de criticar pues
se trata de palabras parcializadas por defecto. Importantes, como crónicas, pero el juicio
sobre la apreciación de una obra de arte se hace en función a lo que se ve, sin la defensa
del creador, y reclamando toda la responsabilidad por sobre lo que se escribe.
Hilde van Gelder muestra parte del contenido de la carta de Meunier a Jacobsen (Ca.
1902): “Je ne fais pas de politique par humanité”, traducido por van Gelder como ‘I am
not taking part in politics via philanthropy’13. Una buena interpretación de lo dicho por el
escultor: “yo no participo en política por filantropía” (N. de A). La autora agrega
‘I have great sympathy for the labourer who is so worthy of our interest and
who is often maliciously exploited’, he adds. ‘Work is noble enough to be
revered.’
La importancia del artículo de van Gelder es que muestra los diferentes puntos de vista
en que algunos autores vieron la obra de Meunier, algunos (y esa ha sido la postura
latinoamericana) toman la escultura como una exaltación a la figura obrera, llena de
nobleza. Yo no veo lo mismo. Es lógico pensar que si un artista se afecta con la realidad
oprimida, su obra expresa más que la idea de rescatar a la clase desfavorecida. Sin ser
un compromiso político es una denuncia explicita de los resultados humanos que ha
tenido la industrialización. Es un rechazo a la explotación. No significa “sigamos este
modelo”, toda obra realista despotrica con la opresión. No hay exaltación a un ser
alienado al trabajo. No es ejemplo n anécdota. Es patético. Y si con este argumento
Meunier usa el contrapposto griego, pues se equivoca, pues las obras clásicas son
modelos a seguir o narrativas descriptivas de los dioses. Yo no quiero ver el
contrapposto como lo que es, prefiero considerar que se trata de una posición “natural”
provocada por el agotamiento del trabajador en la postura vencida por el límite del
desencantamiento laboral. No es una afectación.
Leamos bien el regalo de Bélgica (más allá de las parametradas palabras de los
discursos acordes a la fecha) se trata de una obra de un renombrado escultor, y de una
de sus piezas claves; la cual, amén de otro mejor parecer, ocupa hasta el momento el
pináculo artístico (no histórico, lo único que se ve en los monumentos) en la imaginaria
“galería citadina” de las esculturas llegadas a Lima.
Referencias
BELGIAN TOURIST OFFICE. (2011). Constantin Meunier Museum. Recuperado el 6 de
Febrero de 2018, de www.opt.be:
https://web.archive.org/web/20130512054843/http://www.opt.be/informations/to
urist_attractions_ixelles__constantin_meunier_museum/en/V/15728.html
MEJÍA, L. (2011). La Plaza San Martin de Lima 1921 - 1996. Proyecto urbano y espacio
público. (Tesis de Maestría). Lima: UNI FAUA SPGSE. Recuperado el 6 de
Febrero de 2018, de http://cybertesis.uni.edu.pe/handle/uni/226
http://arturoordazalvarez.blogspot.pe/2015/11/el-descargador-del-puerto-de-
amberes-de.html
Van HELDER, H. (2005). ‘Social Realism’ then and now. Constantin Meunier and Allan
Sekula. En H. (. Van HELDER, Constantin Meunier (págs. 71-112). Lovaina:
Leuven University Press. Recuperado el 7 de Febrero de 2018, de
http://mill.arts.kuleuven.be/lgc/Constantin_meunier/extract.pdf