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Clave: AD 1303/2001

Nombre: Sentencia de Amparo Directo Civil 1303/2001

Criterios Resultados
Tema Contrato de arrendamiento con cláusula de arbitraje.
Una de las partes demanda nulidad de diversas
cláusulas y la otra opone excepción de incompetencia.
Número de registro
Época
Instancia Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito
Materia Civil
Fuente Centro de Arbitraje Mexicano
Tomo
Fecha 08/03/01
Página
Tipo de Resolución Sentencia de amparo directo civil
Normas aplicadas
Palabras Clave Cláusula arbitral
Acuerdo arbitral
Acuerdo
Cláusula
Incompetencia
Competencia

RESUMEN

Las partes celebraron un contrato de arrendamiento sobre un local comercial y un


convenio modificatorio al mismo, ambos documentos con cláusula arbitral. Una de las
partes demandó vía judicial la nulidad de diversas cláusulas del contrato de
arrendamiento y del convenio modificatorio. La otra parte opuso la excepción de
incompetencia al contestar la demanda, cuestión que resolvió la Décima Quinta Sala
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, de la siguiente manera: “Es
procedente la excepción de incompetencia planteada[...] Se declara que el Juez [...] no
deberá seguir conociendo del juicio, por lo que deberá en su caso tramitarse con
sujeción al arbitraje que voluntariamente determinaron las partes, dejándose a salvo el
derecho de ellas, y poniendo el juez mencionado a disposición de los promoventes los
documentos por ellos presentados [...]”.Consecuentemente, el Juez Cuadragésimo
Tercero de lo Civil del Distrito Federal se declaró incompetente y dio por terminado el
juicio. Inconforme con la resolución de la Sala, la parte demandada en el
procedimiento judicial, inició un juicio de amparo ante el Juzgado Tercero de Distrito
en Materia Civil en el Distrito Federal, el cual se declaró incompetente para conocer de
la demanda de garantías y ordenó remitirla al Tribunal Colegiado en turno. Finalmente,
el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito consideró correcta la

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decisión de la Sala en cuanto a que existía una cláusula arbitral y por tanto el juez era
incompetente para conocer de ese asunto, mas resolvió conceder el amparo y ordeno
que la Sala responsable dejara insubsistente la sentencia reclamada y dictara otra en
que especificara que quedaban subsistentes, entre otras actuaciones, la demanda, la
contestación a la demanda, la reconvención y su contestación. Lo anterior toda vez
que considero que al resolver la Sala que los documentos quedaban a disposición de
los promoventes implícitamente declaró insubsistente la demanda yendo en contra de
un fin primordial del arbitraje que es la celeridad y contra la impartición de justicia
expedita que obliga el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

AMPARO DIRECTO CIVIL NÚMERO:

D.C. 1303/2001.

QUEJOSA:

AAA.

RELATOR:

MAGISTRADO BBB.

SECRETARIA:

LIC. CCC.

México, Distrito Federal, a ocho de marzo del año dos mil uno.

V I S T O S, para resolver, los autos del juicio de amparo directo número D.C.
1303/2001, promovido por AAA, por conducto de su apoderado DDD, contra actos de
la Décima Quinta Sala y Juez Cuadragésimo Tercero de lo Civil, ambas autoridades del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, consistentes, respectivamente, en el
dictado y ejecución de la sentencia pronunciada el dos de octubre del año dos mil,
dentro del toca número 1939/2000, que resolvió la excepción de incompetencia
opuestas por EEE, dentro del juicio civil número 69/2000, seguido por la quejosa, en
contra de EEE: y otras; actos que estimó violatorios en su perjuicio, de las garantías
individuales consagradas en los artículos 14 y 16 constitucionales; y;

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RESULTANDO:

PRIMERO.- Mediante escrito presentado el veintiocho de enero del año dos mil,
ante la Oficialía de Partes Común Civil-Familiar del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, AAA, por conducto de su apoderado DDD, ocurrió a demandar en la
vía ordinaria civil, de EEE, las presentaciones siguientes: “a) A estar y pasar por la
declaración Judicial de nulidad que decrete su Señoría en este juicio, respecto
de las cláusulas CUARTA, QUINTA, SEXTA, SÉPTIMA Y ONCEAVA del Convenio
modificatorio fechado a 19 de marzo de 1999 (las cuales se precisan en este
escrito); así como sus concomitantes del Contrato de arrendamiento
antecedente de fecha 9 de abril de 1997; marcadas con los números PRIMERA
(en cuanto al torcido concepto de pena convencional), TERCERA, QUINTA, en
lo conducente, VIGÉSIMA SÉPTIMA puntos 3, 4 y 5, TRIGÉSIMA TERCERA
punto 1.- - - b) A estar y pasar por la declaración Judicial de nulidad, que
decrete su Señoría en este juicio, y el consecuente ajuste, de las dos pólizas
de fianzas otorgadas ante FFF, con números de póliza 2575-2622-000438 y
2572-2622-0004442, la primera por un monto de $18’548,560.00, y la
segunda por $4’000,000.00.- - - c).- El pago de dañó moral, por la lesión a
nuestro prestigio comercial ante el medio afianzador Mexicano, así como
diversos clientes, equivalente a $22’000,000 (Veintidós millones de pesos
M.N.)- - - d) El pago de daños y perjuicios, cuyo monto exacto se cuantificará
en este juicio; y que en ningún caso sería menor a el (sic) importe de la
utilidad que mi mandante percibiría como coinversionista, calculado sobre la
utilidad que mi mandante percibiría como coinversionista, calculado sobre las
utilidades que nos dejaría la renta del inmueble y ganancias (a manera de
regalías) en su operación como salas de cine, en el negocio denominado
GGG.- - - e) La declaración judicial de compensación de cantidades, entre lo
que se nos adeude como consecuencia de la reparación de daño moral y
daños y perjuicios, contra el monto entregado por el demandad el Negocio de
inversión denominado GGG, a título de “aportaciones de mejoras”.- - - f) El
pago de gastos y costas”.

Fundó su demanda en los hechos que consideró pertinentes.

En ese escrito de demanda, la actora pidió que se llamara a juicio como


codemandada a HHH, y como tercero a FFF.

SEGUNDO.- El Juez Cuadragésimo Tercero de lo Civil del Distrito Federal, a


quien por razón de turno correspondió conocer de la demanda de que se trata, previa
aclaración la admitió a trámite por auto de catorce de febrero del año dos mil,
pronunciado en el expediente 69/2000.

TERCERO.- Por escrito recibido el ocho de marzo del año dos mil, en el juzgado
indicado, EEE, por conducto de su apoderado III, contestó la demanda de que se trata
y opuso, entre otras, la excepción de incompetencia, con apoyo en los siguientes
argumentos: “... en los Contratos base de la Acción las partes se sujetaron a un
arbitraje para el caso de cualquier controversia, disputa o reclamación que

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sugiera entre ellas en relación a la interpretación, cumplimiento y ejecución
del Contrato de Arrendamiento como aparece en la Cláusula Décima Novena
de mismo y en el Convenio de fecha 19 de marzo de 1999, respecto de
cualquier disputa, controversia o reclamación derivada por o relativa al
convenio o su interpretación, ejecutabilidad y cumplimiento, relación o
validez, como claramente se establece en la Cláusula Décima Cuarta; más
cuando que, en la Cláusula Décima Segunda de este convenio consta que las
partes acordaron que el mismo supera y sustituye, en lo conducente, todos
los previos acuerdos, convenios y contratos orales o escritos estipulados por
las partes y que en caso de haber contradicciones o incongruencias entre el
contrato y el convenio, éste último prevalecerá estableciéndose que los otros
términos y condiciones del contrato no sufrirán modificación alguna y
quedarán vigentes en la medida d que no se contrapongan con lo previsto en
el convenio. Luego entonces, es totalmente sorprendente que se haya
admitido la demanda ante cláusulas tan expresas no obstante lo manifestado
por la parte actora en la página 27 de su demanda pues de ninguna manera
desborda éste conflicto la Cláusula antes mencionada en la inteligencia de
que, la parte actora se refiere a la Cláusula 4 cuando que el arbitraje se
estableció en la CLÁUSULA DECIMA CUARTA y claramente incluye cualquier
disputa, controversia o reclamación derivada por o relativa al Convenio o a su
validez y ya se estableció la vinculación que existe entre el Convenio y el
Contrato de Arrendamiento. Por tanto, la información que trata de
proporcionar la parte actora en su presunta “aclaración de competencia por
materia” es inicua pues aquí no se trata de interpretar el Convenio sino de
que la actora cuestiona su validez parcial, caso expresamente comprendido en
el arbitraje.” “...2.- Excepción de incompetencia que se hace consistir en que
los Contratos base de la Acción las partes se sujetaron a un arbitraje para el
caso de que cualquier controversia, disputa o reclamación que sugiera entre
ellas en relación a la Interpretación, cumplimiento y ejecución del Contrato de
Arrendamiento como aparece en la Cláusula Décima Novena del mismo y en el
Convenio de fecha 19 de marzo de 1999 respecto del cualquier disputa,
controversia o reclamación derivada por o relativa al convenio o su
interpretación, ejecutabilidad y cumplimiento, relación o validez, como
claramente se establece en la Cláusula Décima Cuarta; más cuando que, en la
Cláusula Décima Segunda de este convenio consta que las partes acordaron
que el mismo supera y sustituye, en lo conducente, todos los previos
acuerdos, convenios y contratos orales o escritos estipulados por las partes y
que en caso de haber contradicciones o incongruencia entre el contrato y el
convenio, éste último prevalecerá, estableciéndose que los otros términos y
condiciones del contrato no sufrirán modificación alguna y quedarán vigentes
en la medida de que no se contrapongan con lo previsto en el convenio.”.

CUARTO.- Por auto de fecha diez de mayo del año dos mil, se tuvo a EEE,
contestando en tiempo la demanda, y en cuanto a la excepción de incompetencia, se
ordenó integrar el testimonio respectivo con todo lo actuado, y remitió a la Décima
Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, para su
substanciación y resolución.

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QUINTO.- Por auto de veintitrés de junio del año dos mil, el Magistrado JJJ,
integrante de la Décima Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, tuvo por formulada la excepción de incompetencia opuesta por EEE; ordenó
formular el toca número 1939/2000; y con la excepción de que se trata mandó dar
vista a las partes para que dentro del término de tres días ofrecieran pruebas o
alegaran lo que consideraran conveniente.

SEXTO.- Mediante escrito presentado el trece de julio del año dos mil en la
Décima Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, AAA, por
conducto de su apoderado KKK, formuló sus conclusiones y alegatos en relación con la
excepción de incompetencia planteada por su contraria, y por auto de dos de agosto
del mismo año se proveyó de conformidad dicho escrito.

SÉPTIMO.- Seguido por sus trámites legales, la excepción de incompetencia de


que se trata fue resuelta en sentencia del día dos de octubre del año dos mil, de
conformidad con los puntos resolutivos siguientes: “PRIMERO.- Es procedente la
excepción de incompetencia planteada por la parte demandada, en
consecuencia:- - - segundo.- Se declara que el Ciudadano Juez Cuadragésimo
Tercero de lo Civil, no deberá seguir conociendo del juicio, por lo que deberá
en su caso tramitarse con sujeción al arbitraje que voluntariamente
determinaron las partes, dejándose a salvo los derechos de ellas, y poniendo
el juez mencionado a disposición de los promoventes los documentos por
ellos presentados, archivándose el expediente como asunto definitivamente
concluido.- - - TECERO.- No se hace condena en costas en esta alzada.- - -
CUARTO.- Notifíquese...”.

OCTAVO.- En cumplimiento a esa resolución, el Juez Cuadragésimo Tercero de


lo Civil del Distrito Federal, en auto de diecinueve de octubre del año dos mil, resolvió
lo siguiente: “... A sus autos el escrito de cuenta y tomando en consignación
que la Superioridad declaró incompetente al suscrito para conocer del juicio y
en razón de que no se acompaña copia de la demanda de garantías se da `por
terminado el juicio como lo ordena la resolución dictada en el Toca
1939/2000, devuélvanse los documentos exhibidos asentando la razón en
autos y archívese como asunto concluido...”

NOVENO.- La resolución precisada en el resultado séptimo y su ejecución


constituyen los actos reclamados en el presente juicio de amparo. La demanda de
garantías se presentó ante la Oficialía de Partes de los Juzgados de Distrito, el
veinticuatro de octubre del año dos mil. Correspondió conocer de la misma al Juzgado
Tercero de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal, el que mediante auto de seis
de noviembre del mismo año la admitió.

Seguido el juicio por todo su cauce legal, en audiencia constitucional celebrada


el veintiocho de noviembre del año dos mil, el Juez Tercero de Distrito en Materia Civil
en el Distrito Federal pronunció sentencia, en donde s declaró incompetente para
conocer de la demanda de garantías y ordenó remitirla a la Oficialía de Partes Común

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de los Tribunales de Circuito en Materia Civil del Distrito Federal, para que por su
conducto se enviara el Tribunal Colegiado en turno, por virtud de que la sentencia
reclamada dio por concluido el juicio.

Recibida la demanda de amparo y sus anexos en la Oficialía de Partes, fue


turnada a este Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, donde se
admitió a trámite por auto de presidencia de veinticuatro de enero del año dos mil uno.
Se tuvo por emplazada a la tercera perjudicada y se dio vista al Agente del Ministerio
Público de la adscripción, quien no formuló pedimento.

En estado de sentencia, por auto de primero de febrero del año dos mil uno, se
turnaron los autos al Magistrado relator BBB, para que formulara el proyecto
correspondiente.

CONSIDERANDO:

PRIMERO.- Este Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito,
es competente para conocer y resolver este juicio de amparo directo, de conformidad
con lo que disponen los artículos 103, fracción I, 107, fracciones III, inciso a) y V,
inciso c), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 46, 158 de la
Ley de Amparo. 37, fracción I, inciso c), 38, 144 y 145 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, y el contenido del acuerdo general del Pleno del Consejo de
la Judicatura Federal número 16/1998, relativo a la determinación del número y límites
territoriales de los circuitos en que se divide el territorio de la República Mexicana; y al
número, a la jurisdicción territorial y especialización por materia de los Tribunales
Colegiados y Unitarios de Circuito y a los Juzgados de Distrito, por reclamarse una
sentencia definitiva pronunciada por una autoridad jurisdiccional en materia civil con
residencia en este Circuito.

SEGUNDO.- Los actos que se reclaman son ciertos, según se desprende de las
constancias que fueron remitidas por la Sala responsable con su informe justificado,
consistentes en los autos del toca número 1939/2000, de los que emanan los actos
reclamados, del índice de la Sala responsable.

TERCERO.- La sentencia materia de este juicio de amparo, se apoyó en las


condiciones siguientes: “I.- La excepción de incompetencia se hace consistir en
que en los contratos base de la acción las partes se sujetaron a un arbitraje
para el caso de cualquier controversia, disputa o reclamación que sugiera
entre ellas en relación a la interpretación, cumplimiento y ejecución del
contrato de arrendamiento como aparecer en la cláusula décima novena del
mismo y en el convenio de fecha diecinueve de marzo de mil novecientos
noventa y nueve respecto de cualquier disputa, controversia o reclamación
derivada por o relativa al convenio o su interpretación, ejecutabilidad y
cumplimiento, relación o validez, como claramente se establece en la cláusula
décima cuata; más cuando que en la cláusula décima segunda de ese convenio

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consta que las partes acordaron que el mismo supera y sustituye, en lo
conducente todos los previos acuerdos, convenios y contratos orales o
escritos estipulados por las partes y que en caso de haber contradicción o
incongruencias entre el contrato y el convenio, este último prevalecerá,
estableciéndose que los otros términos y condiciones del contrato no sufrirán
modificación alguna y quedarán vigentes en la medida que no contrapongan
con lo previsto en el convenio y para lo cual ofreció además como pruebas la
documental pública consistente en las copias certificadas de los escritos de
contestación de demanda de FFF y de HHH, así como de los acuerdos que
recayeron a tales promociones y resolución dictada con fecha veintinueve de
marzo del año en curso en el toca 633/2000.- - - Se estima procedente la
excepción de incompetencia planteada por la demandada, y para una mejor
comprensión de ello se hace necesario transcribir lo que establecen las
cláusulas décimo novena, décimo cuarta y décimo segunda en que se funda la
excepcionista, misma que de constancias del testimonio de incompetencia con
pleno valor probatorio atento a lo que estatuye el artículo 327 fracción VII en
concordancia con el diverso 403 ambos del Código Procesal Civil, son del
siguiente tenor: - - - “DECIMO NOVENA.- ARBITRAJE: (del contrato de
arrendamiento de fecha nueve de abril de mil novecientos noventa y siete).
Las partes del presente contrato convienen en que cualquier controversia,
disputa o reclamación que surja entre ellas en relación a la interpretación,
cumplimiento y ejecución de éste contrato, será resuelta por y decidida en
forma definitiva por medio del arbitraje. Salvo estipulación expresa en
contrario en ésta cláusula, el procedimiento de arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional de París Francia, (la “CCI”) será aplicable y tendrá
lugar en México, Distrito Federal (incluyendo la emisión del laudo). Habrá tres
árbitros: uno será designado por la o las partes demandantes, otro por la o las
partes demandadas y el tercero de común acuerdo por los árbitros designados
conforme a lo anterior o, en su caso de que éstos no lo designaren de común
acuerdo dentro de los 5 (cinco) días naturales a partir de la designación del
árbitro que corresponde a la parte demandada, la Sección Mexicana de la
“CCI” que será competente para los aspectos administrativos del arbitraje,
designará al tercer árbitro... . - - - “DECIMA CUARTA.- ARBITRAJE. (del
convenio de fecha diecinueve de marzo de mil novecientos noventa y nueve).
Cualquier disputa, controversia o su interpretación, ejecutabilidad y
cumplimiento, relación o validez será única y definitivamente decidida
mediante el procedimiento de arbitraje previsto en el CONTRATO”.- - -
“DECIMA SEGUNDA.- ACUERDO DE LAS PARTES. El presente acuerdo supera y
sustituye, en lo conducente, todos los previos acuerdos, convenios y contratos
orales o escritos estipulados por las partes. En caso de haber contradicciones
o incongruencias entre el CONTRATO y el presente convenio, este último
prevalecerá. Todos los términos y condiciones del CONTRATO no sufrirán
modificación alguna y quedarán vigentes en la medida de que no se
contrapongan con lo previsto en el presente convenio”.- - - Cláusulas de las
cuales se desprende, que las partes pactaron el procedimiento arbitral
correspondiente para resolver cualquier controversia suscitada en relación al
contrato y convenio aludidos, en esa virtud partiendo de la base de que cada

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uno se obliga en la manera y términos que aparezcan que quiso obligarse, en
términos de lo que establece el artículo 1832 del Código Civil, es inconcuso
que ante el compromiso arbitral convenido por las partes, el juez primario es
incompetente para resolver la controversia que s le plantea; sin que sea óbice
a lo anterior, el argumento de la parte actora en relación a que reclama la
nulidad de las cláusulas CUARTA, QUINTA, SEXTA, SÉPTIMA Y ONCEAVA del
Convenio modificatorio fechado a diecinueve de marzo de mil novecientos
noventa y nueve, así como sus concomitantes del contrato de arrendamiento
de fecha nueve de abril de mil novecientos noventa y siete, dado que de la
cláusula décima cuarta se advierte que se pactó inclusive que para cuestiones
de “validez” será única y definitivamente decidido mediante el procedimiento
de arbitraje previsto en el contrato, por ello sí partimos de la base que la
nulidad se verifica cuando se está ante alguno de los supuestos que establece
el artículo 1795 del Código Civil, esto es cuando puede ser invalidado y
además ésta Sala en resolución dictada en fecha veintinueve de marzo del año
en curso, en el toca número 633/2000, relativo al expediente 50/2000, que
se ofreció como prueba por la excepcionista, se aprecia que se señaló que las
cláusulas transcritas al inicio de ésta consideración, sólo le eran aplicables a
las partes que intervinieron en dichos actos, en tal virtud lo que procede es
declarar incompetente para seguir conociendo del asunto al C. Juez
Cuadragésimo Tercero de lo Civil del Distrito Federal, por lo que deberá en su
caso tramitarse con sujeción al arbitraje que voluntariamente determinaron
las partes, dejándose a salvo los derechos de ellas, y poniendo el juez
mencionado a disposición de los promoventes los documentos por ellos
presentados, archivándose el expediente como asunto definitivamente
concluido. - - - II.- No encontrándose el caso comprendido dentro de los
supuestos del artículo 140 del Código de Procedimientos Civiles, no se hará
condena en costas en esta alzada”.

CUARTO.- Los conceptos de violación que expresa la quejosa, son los


siguientes: “PRIMERO.- En este caso, se vulneran los artículos 2, 55, 81, 83 y
sus concordantes del Código de procedimientos civiles; 29 y 20 del Código
civil federal; por las razones que expongo y razono a continuación:- - - Toda
resolución judicial debe reunir los requisitos de legalidad, exhaustividad,
motivación, y análisis completo de las pruebas y de la litis propiamente,
dejando perfectamente claro a cada parte, cuales fueron los razonamientos
del Juez para llegar a sus conclusiones sobre la litis y la acción y excepciones
opuestas, así como desglosando al detalle, el análisis de las pruebas ofrecidas
por las partes; en igual forma, debe realizar una evaluación justa, serena y
legal, de la acción ejercitada.- - - La Sala responsable no aplicó debidamente a
la letra de la ley, ni la interpretación de los compromisos asumidos por las
partes, dando pie a una competencia arbitral que NO PUEDE resolver el caso,
y privándonos de ser oídos ante un tribunal jurisdiccional.- - - Permítaseme
insistir en el contenido y alcance de la cláusula arbitral y que este conflicto
desbordaba a dicha cláusula arbitral y que este conflicto desborda a dicha
cláusula, pues NO SE TRATA de ejecución, cumplimiento o interpretación del
convenio, sino de cuestionar su validez parcial. El diccionario jurídico de

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Guillermo Cabanellas nos define a “interpretar” como declarar, explicar, o
completar el significado de lo insuficiente (no es el caso, pues no reclamo
aclaración, sino nulidad del abuso contractual); Ejecutar es poner por obra,
realizar, cumplir (no es el caso de esta acción declarativa); y cumplimiento
significa, dice el autor Argentino, es acción o efecto de cumplir, realización,
efectuación, vencimiento de un plazo, satisfacción de una obligación (y
tampoco aplica a una acción de nulidad).- - - 18.- - - Veamos, toda cláusula
accidental, y en el caso un compromiso arbitral, es de interpretación ESCRITA
EN CUANTO LOS SUPUESTOS CONTEMPLADOS EN EL COMPROMISO, sin que
pueda excederse de su alcance y aplicación. La razón es simple: El
procedimiento arbitral substituye al proceso judicial, y sólo puede aplicarse
cuando las partes EXPRESA Y ESPECÍFICAMENTE se comprometieron a
aceptarlo, y NO EN CASOS ANÁLOGOS, como lo interpreta ad hoc la Sala.- - -
En consecuencia, al haber hecho una extensión del compromiso arbitral, sin
estar pactado los casos de DECLARACIÓN DE NULIDAD DE LAS CLAUSULAS del
contrato, la Sala desborda el contenido del contrato mismo, sin observar los
lineamientos y restricciones y mencionadas, y por ende, equivocándose en
nuestro perjuicio.- - - SEGUNDO.- EN este caso, se vulneran los artículos 2,
55, 81, 83 y sus concordantes del Código de procedimientos civiles; 29 y 20
del Código Civil Federal; por las razones que expongo y razono a
continuación:- - - Toda resolución judicial debe reunir los requisitos de
legalidad, exhaustividad, motivación y análisis completo de las pruebas y de
la litis propiamente, dejando perfectamente claro a cada parte, cuales fueron
los razonamientos del Juez para llegar a sus conclusiones sobre la litis y la
acción y excepción opuestas, así como desglosando al detalle, el análisis de
las pruebas ofrecidas por las partes; en igual forma, debe realizar una
evaluación justa, serena y legal de la acción ejercitada.- - - En ese orden de
ideas, es razonablemente cuestionable que una determinación sobre
DECLARACIÓN DE NULIDAD, puede ser emitida por un órgano de tipo arbitral;
yo sostengo que esa delicada labor está RESERVADA AL ESTADO; yo sostengo
que esa delicada labor está RESERVADA AL ESTADO al órgano jurisdiccional y
no a un particular; la razón es simple: La declaratoria de nulidad es una
cuestión de ORDEN PUBLICO, y la fundación judicial ejerce en exclusiva,
también en aras de interés público, este tipo de cuestionamientos especiales,
lo que per se (sic) son ajenos a un simple árbitro.- - - Luego entonces, se
viola mi garantía del debido proceso legal, al entablarse cuestiones
EXCLUSIVAS de un TRIBUNAL JUDICIAL, ante Órganos que no pueden tener
ese tipo de facultades; la preservación de un contrato en el que hay
CONCLUSIONES de por medio, no puede dejarse al arbitrio de un árbitro.- - -
TERCERO.- Se vulneran los artículos 2, 55, 81, 83 y sus concordantes del
Código de procedimientos civiles; 29 y 20 del Código Civil Federal; por las
razones que expongo y razono a continuación:- - - La Sala incurre en una
violación grave al procedimiento, que nos coloca en una grave indefensión:
Cuando resuelve la incompetencia del Juez, NO DETERMINA a qué tribunal
deberán ser remitidos los autos, para la continuación del caso y conflicto, en
franca contradicción a lo señalado por en términos del artículo 154 fracción
primera del Código procesal civil, que disponen que quedan subsistentes la

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demanda, la contestación y el escrito de reconvención en su caso, lo que no
observa la Sala de la causa, al ordenar se declare incompetente el juez, sin
mayor reserva o aclaración y que en consecuencia se le regresen los
documentos base, dando por concluido el asunto y ordenando indebidamente
además, su archivo. El juicio en donde operó una incompetencia no queda sin
efectos, debe retomarlo el Tribunal considerado competente.- - - Sin embargo,
la Sala de la causa omite observar este precepto, como ha quedado señalado,
violando así mis derechos procesales y sustantivos, al desconocer
indebidamente actuaciones que deben quedar vigentes.”

QUINTO.- El primero y segundo de los conceptos de violación, se estudian en


conjunto por la íntima relación que guardan entre sí, y son infundados.

Opuestamente a lo que sostiene la quejosa, no resulta contraria a derecho la


determinación de la Sala responsable, de considerar fundada la excepción de
incompetencia del Juez Cuadragésimo Tercero de lo Civil del Distrito Federal, que EEE
planteó al dar contestación a la demanda instaurada en su contra.

El artículo 1792 del Código Civil para el Distrito Federal dispone que convenio es
el acuerdo de dos o más personas para crear, transferir, modificar o extinguir derechos
y obligaciones.

Por su parte, el artículo 1793 señala que los convenios que producen o
transfieren las obligaciones y derechos toman el nombre de contratos.

El diverso 1797 establece que la validez y el cumplimiento de los contratos no


pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes.

Mientras que el artículo 1832 prevé que en los contratos civiles uno se obliga en
la manera y términos que aparezca que quiso obligarse, sin que para la validez del
contrato se requieran formalidades determinadas, fuera de los casos expresamente
designados por la ley.

Finalmente, el artículo 1839 previene que en un contrato, los contratantes


pueden poner todas las cláusulas que estimen convenientes.

Del contenido de las disposiciones mencionada, se colige que las relaciones


contractuales se rigen, ante todo, por las normas que derivan de las cláusulas
convenidas expresamente por las partes, pues en materia de contratos impera la
libertad contractual, que se refiere a la facultad de las partes para convenir en cuanto
a la forma y al contenido del contrato; de ahí que para dilucidar las obligaciones
asumidas por los contratantes, es menester acudir precisamente a las estipulaciones
plasmadas por ellos, en el acuerdo de voluntades de los contratos establecen los
artículos 1851 al 1859 del Código Civil para el Distrito Federal.

Esos preceptos que en lo esencial establecen que si los términos de un contrato


son claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido

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literal de sus cláusulas; que si las palabras parecieren contrarias a la intención
evidente de los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquéllas; que cualquiera que sea
la generalidad de un contrato no deberá entenderse comprendidos en él cosas distintas
y casos diferentes de aquéllos sobre los que los interesados se propusieron contratar;
que si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos sentidos, deberá entenderse
en el más adecuado para que produzca efecto; que las estipulaciones contractuales
deben interpretarse las unas por las otras atribuyendo a las dudosas el sentido que
resulte del conjunto de todas; que las palabras que puedan tener distintas acepciones
serán entendidas en aquella que sea más conforme a la naturaleza y objeto del
contrato; que el uso o la costumbre del país se tendrán en cuenta para interpretar las
ambigüedades del consenso; que cuando absolutamente fuere imposible resolver las
dudas conforme a las reglas precedentes, si aquéllas recaen sobre circunstancias
accidentales del contrato, y éste fuere gratuito, se resolverán a favor de la menor
transmisión de derechos e intereses, pero que si fuere oneroso se resolverá la duda a
favor de la mayor reciprocidad de intereses; y que si tales dudas recayeren sobre el
objeto principal del contrato, de suerte que no pueda venirse en conocimiento cuál fue
la intención o la voluntad de los contratantes, entonces el contrato será nulo.

En la especie, conforme a las constancias certificadas del juicio ordinario civil


número 69/2000, y los autos originales del toca número 1939/2000, del índice de la
Sala responsable, y que por tratarse de actuaciones judiciales tienen pleno valor
probatorio de acuerdo con lo dispuesto por los artículos 129 y 202 del Código Federal
de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, en términos de
su artículo 2ª, quedó demostrado lo siguiente:

AAA, a través de su apoderado DDD, demandó en la vía ordinaria civil de EEE y


HHH, el estar y pasar por la declaración judicial de nulidad que se decrete respecto de
las cláusulas cuarta, quinta, sexta, séptima y décima primera del convenio
modificatorio celebrado entre las partes el diecinueve de marzo de mil novecientos
noventa y nueve, así como sus concomitantes del contrato de arrendamiento de nueve
de abril de mil novecientos noventa y siete marcadas como primera (en cuanto al
torcido concepto de pena convencional), tercera, quinta, en lo conducente, vigésima
sexta puntos 3 y 4, vigésima séptima puntos 3, 4, y 5, y trigésima tercera punto 1; el
ajuste de dos pólizas de fianza otorgadas ante FFF, con números de póliza 2575-2622-
000438 y 2575-2622-0004442, la primera por un monto de $18’548’560.00 (dieciocho
millones quinientos cuarenta y ocho mil quinientos sesenta pesos 00/100 moneda
nacional) y la segunda por $4’000,000.00 (cuatro millones de pesos 00/100 moneda
nacional); el pago de daño moral, por la lesión sufrida en su prestigio comercial ante el
medio afianzador mexicano, así como ante diversos clientes, equivalentes a
$22’000,000 (veintidós millones de pesos 00/100 moneda nacional); el pago de daños
y perjuicios; así como la declaración judicial de compensación de cantidades, entre lo
que se le adeude como consecuencia de la reparación de daño moral y daño y
perjuicio, contra el monto entregado por EEE al negocio de inversión denominado GGG,
a título de “aportaciones de mejoras”; y el pago de gastos y costas del juicio.

En ese mismo escrito la parte actora pidió que se llamara a juicio a FFF, a fin de
que la sentencia que se llegara a pronunciar también afectara su esfera jurídica.

11
La actora exhibió como documentos base de la acción, entre otros, los
siguientes: a) el contrato de arrendamiento de fecha nueve de abril de mil novecientos
noventa y siete, celebrado entre HHH como arrendadora, y EEE, en cuanto
arrendataria, en relación con el local ubicado en la plaza conocida como “GGG”, situado
entre las Avenidas Universidad, San Lorenzo, México Coyoacán y Eje 7 Sur Zapata de
esta ciudad, con una superficie de 4,983.82 cuatro mil novecientos ochenta y tres
punto ochenta y dos metros cuadrados, con la comparecencia y conformidad de
aquélla, quien garantizó de manera solidaria el cumplimiento de todas y cada una de
las obligaciones contraídas por la arrendataria, y

b) el convenio de diecinueve de marzo de mil novecientos noventa y nueve,


celebrado entre las mismas partes.

Ahora bien, en la cláusula décima novena del contrato de arrendamiento, se


pactó lo siguiente: “DÉCIMA NOVENA.- ARBITRAJE:--- 19.1 Las partes del
presente contrato convienen en que cualquier controversia, disputa o
resolución que surja entre ellas en relación con la interpretación,
cumplimiento y ejecución de este contrato, será resuelta por y decidida en
forma definitiva por medio del arbitraje. Salvo estipulaciones expresas en
contrario en esta cláusula, el procedimiento de arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional de París Francia, (la “CCI”) será aplicable y tendrá
lugar en México, Distrito Federal (incluyendo la emisión del laudo). Habrá tres
árbitros, uno será designado por la o las partes demandantes, otro por la o las
partes demandadas y el tercero de común acuerdo por los árbitros designados
de común acuerdo dentro de los 5 (cinco) días naturales a partir de la
designación del árbitro que corresponde a la parte demandada, la Sección
Mexicana de la “CCI” que será competente para los aspectos administrativos
del arbitraje, designará al tercer árbitro.--- 19.2 En caso de que cualquiera de
las partes del arbitraje no nombrare su árbitro dentro de la demandada o la
contestación, según sea el caso, en los términos del artículo dos de las Reglas
de Conciliación de la “CCI”, dicho árbitro será designado por la Sección
Mexicana de la “CCI” a solicitud de la otra parte.--- 19.3 El idioma del
arbitraje será el español.--- 19.4 Los laudos y demás resoluciones deberán
basarse en las estipulaciones del presente contrato, y en las Leyes Mexicanas
(más no en las leyes sobre conflicto de leyes).--- 19.5 La duración del
arbitraje no deberá exceder de 20 (veinte) días naturales a partir de la fecha
en que el tercer árbitro acepta su nombramiento. El laudo arbitral será
obligatorio para las partes, mismas que renuncian en este acto a cualquier
recurso judicial en contra de dicho laudo. En caso de que la parte perdedora
no cumpla o se niegue a cumplir con el laudo arbitral dentro de los 3 (tres)
días hábiles siguientes a la emisión del laudo, la parte ganadora o su
apoderado podrán inmediatamente proceder a la ejecución judicial del
laudo.--- 19.6 Al inicio del arbitraje la parte demandante depositará un monto
suficiente para cubrir todos los gastos y honorarios del arbitraje, conforme a
la determinación de los árbitros o según sea el caso, de la Sección Mexicana
de la CCI. Todos los gastos y honorarios de los árbitros en relación al arbitraje

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estarán a cargo de la parte que pierda el arbitraje, de conformidad con la
determinación de los árbitros.--- 19.7 La parte que pierda el arbitraje
reembolsará por lo tanto, a la otra parte, los montos depositados al principio
del arbitraje por dicha parte.”

Por su parte, en la cláusula décima cuarta del convenio modificatorio las partes
estipularon: “DÉCIMA CUARTA: ARBITRAJE. 14.1 Cualquier disputa,
controversia o reclamación derivada por o relativa al presente convenio o su
interpretación, ejecutabilidad y cumplimiento, relación o validez será única y
definitivamente decidida mediante el procedimiento de arbitraje previsto en
el CONTRATO.”

Conforme al sentido literal de esas cláusulas del convenio de diecinueve de


marzo de mil novecientos noventa y nueve, fue intención de las partes que en caso de
disputa, controversia o reclamación derivada por o relativa al convenio o su
interpretación, ejecutabilidad y cumplimiento, relación e incluso aquellas en las cuales
se cuestionara su validez, se someterían al juicio arbitral, el cual se substanciaría y
decidiría de acuerdo con el procedimiento de arbitraje previsto en el contrato de
arrendamiento de fecha nueve de abril de mil novecientos noventa y siete.

En ese contexto, es infundada la alegación de la quejosa, en el sentido de que


el juicio natural por el cual reclama la nulidad de diversas cláusulas del convenio, no
encuadra dentro de lo pactado en la cláusula arbitral contenida en el mismo, toda vez
que en esta última se pactó expresamente que cualquier conflicto por el cual se
cuestionara la validez del convenio, sería únicamente y definitivamente decidido
mediante el procedimiento arbitral establecido en el contrato de arrendamiento.

Luego, como lo sustentó la Sala responsable, la competencia para conocer del


juicio de origen no radica en un órgano jurisdiccional estatal como lo es el Juzgado
Cuadragésimo Tercero de lo Civil del Distrito Federal, sino en árbitros que serán
designados en los términos precisados en la cláusula décima novena del contrato de
arrendamiento, por así haberlo convenido expresamente las partes.

En efecto, el arbitraje es un convenio que la ley reconoce y que, por cuanto


implica una renuncia al conocimiento de la controversia por la autoridad judicial,
reviste el carácter de ser un sustituto de la jurisdicción, como también lo denomina la
doctrina.

Este acuerdo de voluntades es el llamado compromiso, y en virtud de él, las


partes confían la decisión de sus conflictos a uno o más particulares, que
expresamente ellos designaron.

El artículo 609 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal


dispone que las partes tienen el derecho de sujetar sus diferencias al juicio arbitral.

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Ese precepto y el 612 del mismo ordenamiento, reconocen el derecho de sujetar
controversias al juicio arbitral de todo aquel que esté en el pleno ejercicio de sus
derechos civiles.

Además, la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
en su artículo 2ª, fracción XI, reconoce el arbitraje con el carácter de sustituto de la
jurisdicción al determinar que los árbitros tienen la facultad de aplicar las leyes en
asuntos civiles, precisamente al dirimir las contiendas en compromiso arbitral.

Pueden ser objeto del arbitraje, toda materia del Derecho privado sobre la que
sus titulares tengan facultades de disposición sin limitaciones. Toda cuestión que no
necesite ser ventilada en procesos donde se excluye el principio dispositivo es, por
tanto, apta para someterse a árbitros.

Así, de conformidad con el artículo 615 del Código de Procedimientos Civiles


para el Distrito Federal, no se pueden comprometer en árbitros los siguientes
negocios: “I. El derecho de recibir alimentos; --- II. Los divorcios, excepto en
cuanto a la separación de bienes y las demás diferencias puramente
pecuniarias;--- III. Las acciones de nulidad de matrimonio; --- IV. Los
concernientes al estado civiles de las personas, con la excepción contenida en
el artículo 339 del Código Civil; y--- V. Los demás en que lo prohíba
expresamente la ley.”

El caso particular, no encuadra dentro de ninguna de las hipótesis previstas en


dicha norma, en la que se establecen los casos que no se pueden comprometer en
árbitros, y que son: el derecho a recibir alimentos, los divorcios, excepto en cuanto a
la separación de bienes y a las diferencias puramente pecuniarias, las acciones de
nulidad de matrimonio, las concernientes al estado civil de las personas, con la
excepción contenida en el artículo 339 del Código Civil, y los demás casos en que lo
prohíba expresamente la ley. Ello es así, puesto que en el juicio de origen se reclama
la nulidad de diversas cláusulas del contrato de arrendamiento de nueve de abril de mil
novecientos noventa y siete y del convenio de fecha diecinueve de marzo de mil
novecientos noventa y nueve.

Además, las disposiciones relativas al contrato de arrendamiento contenidas en


Título Sexto del Código Civil para el Distrito Federal, tampoco prohíben comprometer
en árbitros los conflictos que se deriven de los contratos de arrendamiento.

En otro aspecto, el artículo 616 del Código de Procedimientos Civiles para el


Distrito Federal, establece: “... El compromiso designará el negocio o negocios
que se sujeten a juicio arbitral y el nombre de los árbitros. Si falta el primer
elemento, el compromiso es nulo de pleno derecho sin necesidad de previa
declaración judicial”.

Conforme al sentido literal del precepto transcrito, se otorga competencia al


árbitro para dirimir controversias que expresamente en el compromiso designen las
partes, por lo que es indudable que el sometimiento de las partes al arbitraje supone la

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expresa voluntad de ellas, para que sea un tercero quien dirima la controversia
suscitada y el laudo constituye la resolución que decide la controversia. La eficacia del
laudo estriba tanto en que es la culminación de un procedimiento que respete las
formalidades esenciales del juicio, consistentes en que se notifique a la parte
demandada la instauración del juicio promovido en su contra, se le corra traslado con
la demanda, y goce de un plazo para contestar, para oponer excepciones, defensas y
en su caso, plantear reconvención; tener un período probatorio; así como el derecho a
que se dicte la resolución que decida la controversia; como en que exista el pacto libre
y expreso de las partes, en someterse al arbitraje; esto es, que se trata de un juicio al
cual se sometieron las partes en conflicto en forma libre y voluntaria; mientras que el
laudo podrá causar estado si las partes pactaron expresamente la renuncia a su
impugnación a través del recurso ordinario que pueda modificarlo o revocarlo.

De ahí que es ajustado a derecho el pacto arbitral convenido por las partes,
cuando las formalidades esenciales del procedimiento y no se pacta en relación a una
materia que es de orden público; siempre que las partes hayan dispuesto de bienes
propios o tengan facultades expresas para ello.

Por otro lado, si bien es cierto que un árbitro no puede hacer una “declaración
judicial de nulidad”, puesto que de dicha expresión se advierte que es una declaración
formalmente judicial, sin embargo, la resolución que pronuncie el árbitro, que la ley
denomina como laudo, es materialmente jurisdiccional, e igualmente eficaz y
obligatoria para las partes.

Ese laudo por si mismo tiene eficacia de cosa juzgada, sólo que como el árbitro
carece de imperium para hacer cumplir sus determinaciones, debe requerirse el auxilio
de la autoridad judicial.

En efecto, para ejecutar un laudo, es precisamente la mediación de un acto


realizado por un órgano jurisdiccional que, sin quitarle la naturaleza privada, asume su
contenido, de suerte que, entonces, el laudo es ejecutable por virtud del acto
jurisdiccional, que sólo es el complemento necesario para ejecutar lo resuelto por el
árbitro, ya que el laudo es una resolución dictada por el árbitro que dirime la
controversia suscitada entre las partes, con calidad de cosa juzgada y constituye título
que motiva ejecución, ante el juez competente que debe prestar los medios procesales
necesarios para que se concrete lo resuelto en el laudo. Por lo tanto, el laudo es una
resolución que tiene los atributos de inimpugnabilidad, inmutabilidad y coercibilidad,
solo que la eficacia y realización concreta de lo condenado, quedan siempre al juez
competente designado por las partes o el del lugar del juicio. El árbitro de la facultad
de hacer cumplir, ante sí, el laudo que emitió, porque no tiene la potestad o imperium,
que es uno de los atributos de la jurisdicción y que es inherente a los órganos
jurisdiccionales del estado.

Ello implica que el árbitro carece de la fuerza del Estado, para hacer efectiva la
condena, pero el laudo en sí mismo no está despojado de los atributos de la cosa
juzgada, puesto que la facultad de decidir la controversia es una delegación hecha por
el Estado a través de la norma jurídica, y sólo se reserva la facultad de ejecutar.

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El juez ante quien se pide la ejecución de un laudo, dictado por un árbitro, en
México, para decretar el requerimiento de pago, únicamente debe y puede constatar la
existencia del laudo, como una resolución que ha establecido una conducta, concreta,
inimpugnable e inmutable, y que por ende, debe provenir de un procedimiento en el
que se haya respetado las formalidades esenciales del procedimiento, y que no sea
contrario a una materia de orden público.

En la especie, como en el convenio de diecinueve de marzo de mil novecientos


noventa y nueve las partes manifestaron claramente que para el caso de controversia
sobre la validez del mismo, se sometería al juicio arbitral, y dicho acto jurídico
entraña, por su naturaleza, la máxima expresión de la voluntad, en términos de los
artículos 1796 a 1798 del Código Civil Federal, fue correcto que la Sala responsable
declarara incompetencia al Juez Cuadragésimo Tercero de lo Civil del Distrito Federal
para conocer del asunto.

En otro aspecto, la cláusula décima cuarta del convenio de diecinueve de marzo


de mil novecientos noventa y nueve, relativa al pacto de arbitraje, se refiere al
convenio y no hace precisión expresa sobre el contrato de arrendamiento referido,
cundo establece que cualquier disputa, controversia o reclamación derivada por o
relativa al convenio, a su interpretación, ejecutabilidad y cumplimiento, relación o
validez, será única y definitivamente decidida mediante el procedimiento de arbitraje
previsto en el contrato de arrendamiento de nueve de abril de mil novecientos noventa
y siete; pero para darle sentido práctico y útil a esa cláusula debe interpretarse en el
sentido de que el pacto arbitral rige para las controversias sobre la validez de las
cláusulas del contrato de arrendamiento de nueve de abril de mil novecientos noventa
y siete.

Ello, porque el pacto arbitral en si mismo, carece de sentido si no se precisa


respecto de qué controversias va a conocer; de modo que la precisión de que serán
árbitros quienes conozcan de la validez de diversas cláusulas del convenio, en realidad
se refieren a que sean árbitros los que conozcan de la impugnación de validez de las
diversas cláusulas del contrato de arrendamiento en que se pactó el arbitraje; puesto
que resulta ilógico que árbitros conozcan de la validez del convenio arbitral y que no
puedan conocer de la validez del contrato de arrendamiento que une a las partes y
cuyas controversias pactaron que se resolvieran por árbitros.

Lo anterior, porque en primer lugar, el contrato de arrendamiento y el convenio


forman un solo documento, ya que se encuentran indisolublemente vinculados, tan es
así que la cláusula décima cuarta del convenio en donde se contiene le compromiso de
arbitraje hace remisión expresa al procedimiento arbitral contenido en el contrato.

Además, no se puede declarar incompetente al Juez Cuadragésimo Tercero de


lo Civil para el Distrito Federal para conocer de unas prestaciones y competente
respecto de otras, pues de ser así se dividiría la continencia de la causa, con la
posibilidad latente de que se emitan dos resoluciones contradictorias.

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A mayor abundamiento, debe señalarse que la quejosa no combate la diversa
consideración que la Sala formuló en el sentido de que ya en la resolución pronunciada
por ella misma el veintinueve de marzo del año dos mil, dentro del toca número
633/2000, deducida del expediente número 50/2000, que se ofreció como prueba por
la excepcionista, se había señalado que las cláusulas del convenio impugnadas de
nulas, sólo eran aplicables a las partes que intervinieron en dicho acto, y por lo tanto
el juez de origen no resultaba competente para conocer del negocio.

Finalmente, la sentencia reclamada tampoco es violatoria del artículo 20 del


Código Civil para el Distrito Federal, ya que el mismo, en su primera parte, indica que,
en caso de conflicto de derechos, el juez deberá resolver a favor de quien trata de
evitarse perjuicios, y no a favor de quien pretenda obtener un lucro; agregando en su
parte final, que si el conflicto fuere entre derechos iguales o de la misma especie se
decidirá observando la mayor igualdad posible entre los interesados, lo que implica
para el juez el acatamiento cabal del principio de equidad entre las partes; sin
embargo, en el presente caso, no se está en presencia de un conflicto de derechos que
deba resolverse de acuerdo con la ley, o su interpretación jurídica, o bien, a falta de
ésta conforme a los principios generales del derecho, dado que está claramente
expresada la voluntad de las partes de someter sus diferencias al arbitraje; de modo
que se atiende a la libertad de contratación de las partes, quienes estuvieron de
acuerdo en someterse al juicio arbitral.

Luego, la Sala responsable actuó correctamente al ordenar al juez que declarara


concluido el asunto, toda vez que su actuación terminó al momento de dictar la
resolución de la controversia que ante ella se presentó.

En otro aspecto, por cuestión de método lógico jurídico, se estudia en este


apartado el tercer concepto de violación, que resulta fundado, pues como lo afirma la
quejosa, la Sala responsable violó en su perjuicio el artículo 154, fracción I, del Código
de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, por no haber declarado que
quedaban subsistentes la demanda y la contestación.

Ese precepto legal, establece lo siguiente:

“Artículo 154. Es nulo todo lo actuado por el juez que fuere declarado
incompetente, salvo: I.- la demandada, la contestación a la demandada, la
reconvención y su contestación, si las hubo, las que se tendrán como
presentadas ante el juez que reconocida una incompetencia, sea declarado
competente”.

Conforme al sentido literal de ese precepto, cuando se aclara la legal


incompetencia de un juez, deben quedar subsistentes entre otras actuaciones, la
demanda, la contestación a la demanda, la reconvención y su contestación, por lo que,
al decretar la Sala que “el juez incompetente deberá poner a disposición de los
promoventes los documentos por ellos presentados”, implícitamente declaró
insubsistente la demanda y la contestación de la misma y violó en perjuicio de la
quejosa el mencionado precepto legal. Además, como un fin primordial del arbitraje es

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que haya celeridad en la resolución del asunto, al dejar insubsistente la citada
demanda y contestación, es claro que se contraría esa finalidad y la impartición de
justicia expedita que obliga el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

Luego, debe concederse el amparo y protección de la Justicia de la Unión para


el efecto de que la Sala responsable deje insubsistente la sentencia reclamada y dicte
otra teniendo en cuenta los lineamientos de esta ejecutoria.

Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos 10, fracción I,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1ª, fracción I, 76 a 79,
184, 188 y 190 de la Ley de Amparo, se resuelve:

UNICO.- La Justicia de la Unión ampara y protege a AAA, por conducto de su


apoderado DDD, contra los actos que reclama de la Décima Quinta Sala y Juez
Cuadragésimo Tercero de lo Civil, ambas autoridades del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal, consistentes, respectivamente, en el dictado y ejecución de la
sentencia pronunciada el dos de octubre del año dos mil, dentro del toca número
1939/2000, que resolvió la excepción de incompetencia planteada por EEE, dentro del
juicio ordinario civil número 69/2000, seguido por la quejosa, en contra de EEE y otra.
El amparo se concede en los términos precisados en la parte final del último
considerando de esta ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos


originales de primera y segunda instancia a la autoridad responsable que los remitió y
en su oportunidad, archívese este expediente.

Así por unanimidad de votos los señores Magistrados Presidente BBB, LLL, y
MMM, lo resolvió el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito,
siento ponente el primero de los nombrados. Firman el Magistrado Presidente y
ponente, con intervención de la Secretaría de Acuerdos Presidente y ponente, con
intervención de la Secretaria de Acuerdos que autoriza y da fe, hoy nueve de marzo
del dos mil uno, con fundamento en los artículos 188 de la Ley de Amparo y 41,
fracción V de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

EL C. PRESIDENTE:
MAGISTRADO

LIC. BBB.

LA SECRETARIA DE ACUERDOS

18
LIC. NNN.

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