Está en la página 1de 3

De la escucha a una buena comunicación

Elaborado por: Cristian Camilo Morales Hincapié.

Entrenamiento deportivo.

Universidad de Antioquia.

La escucha es considerada un mecanismo activo, complejo e indispensable en la


comunicación debido a que permite la interacción entre dos o más individuos de
forma asertiva, y por consiguiente disminuye la distorsión de la información. En
palabras de Ortiz (2007) la escucha se define como “La capacidad de captar,
atender e interpretar los mensajes verbales y otras expresiones como el lenguaje
corporal y el tono de voz. Representa deducir, comprender y dar sentido a lo que
se oye”. (p.9). En otras palabras, la escucha es una función compleja en la cual
se interpreta y se deduce la información recibida.

En la vida cotidiana, emplear la escucha en la comunicación con otros individuos


se ha complejizado debido a que suele confundirse con el concepto oír,
excluyendo el lenguaje no verbal y el tono empleado por el emisor. Oír es un
proceso de carácter fisiológico que si bien permite la escucha al recibir los
estímulos externos por medio del oído, es pasivo y automático a diferencia de la
escucha, puesto que básicamente se limita de recibir los vibratos producidos por
el emisor (Ortiz2007).

La escucha al ser un proceso complejo, incluye una serie de subtipos que la


conforman, las cuales enfatizan en diversos aspectos, entre ellas se encuentran:
escucha apreciativa, escucha selectiva, escucha discernitiva, escucha analítica,
escucha sintetizada, escucha empática y finalmente escucha activa.

La escucha apreciativa se caracteriza por la disminución de atención en el


mensaje recibido, en la cual el sujeto tiene el objetivo de entretenerse, y se
relaciona con aquellos casos en los que se escucha una melodía, mientras que la
selectiva, los umbrales de atención están un poco más elevados, seleccionando la
información que sea más interesante para el sujeto. La escucha discernitiva es
mucho más compleja que la anterior, pues en ésta se escucha toda la información
y se selecciona la que se considera más útil.

La escucha analítica, sintética, activa, y empática, se caracterizan porque los


procesos cognitivos de un sujeto, así como los umbrales de atención deben estar
en un nivel alto, puesto que en la primera se relacionan y asocian las ideas del
mensaje recibido para luego reflexionarlo, en la segunda, “la escucha dirige la
conversación para lograr la información o un comportamiento de nuestro
interlocutor deseado” (Ortiz, 2007, p.11). Por su parte en la escucha empática se
destaca que el perceptor comprende los sentimientos y el punto de la vista de
emisor; finalmente en la escucha activa, el perceptor debe hacer un esfuerzo que
le permite comprender el significado del mensaje, demostrado mediante la
realización de una retroalimentación al emisor.

En conclusión, la comunicación es un proceso complejo que dimensiona varios


aspectos, entre ellos el tono de voz y el lenguaje no verbal, los cuales van a ser
determinantes en el momento de interpretar y darle significado a un mensaje;
algún fallo en cualquiera de estos, va a entorpecer el entendimiento entre los
implicados generando una serie de problemas relacionados con el contexto y la
atención. La escucha es una herramienta útil que si se aplica de manera
adecuada puede trasformar de manera positiva los vínculos laborales, familiares y
académicos.

Referencias

Ortiz, R. (2007). Aprender a escuchar. Recuperado de


http://www.aprenderaescuchar.es/imagenes/AprenderaEscuchar_Preview.p
df

También podría gustarte