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Andrés Felipe Llano Henao

Seminario de Nietzsche
Profesional en filosofía y letras
Universidad de Caldas
10/07/2018

Concepciones sobre el poeta y su quehacer en la obra de Nietzsche.

En la consecución de este pequeño trabajo daremos un vistazo al concepto que


tiene Nietzsche del poeta, hombre de naturaleza quimérica contagiado del espíritu
trágico dionisiaco que desde la Grecia antigua fundo el arte teatral, vamos a dar un
vistazo al quehacer de este enigmático personaje que con vocación de mentiroso
logra transvalorar toda ley moral establecida y con espíritu de niño se dispone
mediante el juego a crear una moral para sí mismo, con espíritu rebelde se convierte
en un extraño para aquel pálido criminal que perplejo por la audacia del poeta se
dispone como mosca a sofocar con el veneno de la envidia a este ser con vocación
de superhombre.

La poesía es un arte por así decirlo un poco despreciada por su carácter falaz,
pareciese que no hay algo más menospreciado por la academia que los poetas, ese
desarraigo del lenguaje lógico e irrespeto por las conceptualizaciones evoca
innumerables odios. El poeta no le importa el orden, el ser virtuoso no está en sus
intereses, vive en un caos eterno, en una interna lucha consigo mismo, habita bajo
los haraposos vestidos del irreverente Dionisio -dios del vino- , aquel que incita a
los vicios, la degeneración, pero también a la desinhibición y exaltación de las
pasiones. Y talvez en realidad sea un falso como hace alusión el poeta portugués
Fernando Pesoa:

“El poeta es un fingidor.


Finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que en verdad siente,
Y, en el dolor que han leído,
a leer sus lectores vienen,
Andrés Felipe Llano Henao
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10/07/2018
no los dos que él ha tenido,
sino sólo el que no tienen.
Y así en la vida se mete,
distrayendo a la razón,
y gira, el tren de juguete
que se llama corazón.”1

Es un fingidor, pero aun así en él hay algo de verdad, en sus letras hay algo de
belleza, en la cruda exaltación de sus sentimientos hay algo de fáctico y es que
detrás de tanta irreverencia se escondes historias, tras la infinidad de máscaras que
esconden su verdadero rostro hay una historia trazada por una serie de
acontecimientos trágicos, el poeta es un amante de la vida y por esto la acepta así
como viene siempre floreciente pero a la vez entendiendo que como cual víbora en
algún momento necesitara cambiar de piel, como cual ave fénix deberá entender
que algún día la pálida muerte tocará su puerta y solo le quedara aceptarla para así
poder renacer con más fuerza.

En la obra “verdad y mentira en sentido extra moral” Nietzsche describe la verdad


como un modo de expresar lo que se siente. Por ello, señala que los animales están
hechos para mentir. No obstante ellos no son los únicos que mienten, el animal más
racional de todos también lo hace, debido a que su objetivo es asegurar la
supervivencia y la relación con los demás. Hay ocasiones en las que el mentir
resulta algo provechoso, sacamos ventaja de la falsedad cuando esta nos puede
producir mejores beneficios que ser sinceros. Somos egoístas de cierta manera, a
pesar de que sabemos que somos animales sociales, actuamos para nuestros
propios intereses, como bien lo expresa Hobbes es su frase cliché: “el hombre es

1 El poeta es un fingidor, Fernando Pesoa


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un lobo para el hombre.” Una bonita metáfora que mucho tiene que ver con la forma
que actuamos los seres humanos en la mayoría de los casos, hasta en la solidaridad
hay algo de egoísta, siempre al ser solidario se espera sentir algún tipo de
satisfacción.

La elaboración de metáforas, es fundamental en el hombre señala Nietzsche, ya


que no puede ser eliminado ni por un instante porque ello significaría la eliminación
del hombre mismo, citando a Nietzsche en verdad y mentira en sentido extra moral:
“únicamente por el tejido rígido y regular de los conceptos sabe el hombre lúcido
que está lúcido; así es que, cuando el arte desgarra ese tejido de los conceptos,
llega a creer que está soñando”. El hombre mismo tiene una irreductible propensión
a dejarse engañar. El intelecto, es un gran maestro cuando de fingir se trata, está
libre y eximido de servirse de lo racional mientras sepa engañar, ese ingente
entramado de los conceptos al que se aferra el hombre indigente, es para el
intelecto un juguete para sus más atrevidas acrobacias; y al destrozarlo, y volverlo
a componer irónicamente, pone en evidencia que no tiene necesidad de esos
expedientes de la indigencia y no es guiado por conceptos, sino por intuiciones.

Nietzsche propone que en nuestra vida nos podemos encontrar con dos tipos de
hombres, el racional y el hombre intuitivo. El primero teme a la intuición y el segundo
a la abstracción. No obstante, el problema está en que uno y el otro pretenden
gobernar la vida: uno, sabiendo hacer frente, por previsión, prudencia y regularidad;
y el otro, pasando por alto, como héroe pletórico y alegre, tomando como real
únicamente la vida acondicionada en ficción y belleza, este es el artista, el poeta.

Para entender un poco la noción que Nietzsche tiene del poeta debemos
entender primero en que consiste la génesis del artista. Por esto debemos tener en
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cuenta que para Nietzsche la creación artística sustituye a la divina. Se entiende por
metafísica la noción tradicional del estudio del ser en general, que lo sitúa más allá
de lo físico. Se revela ese peculiar indicio al sostener una voluntad ciega e
irracional que recrea el mundo, donde el poeta resulta ser guía de esa seducción.
La metafísica es estética. El artista es el ente por el que nacen todas las cosas.

Parafraseando al filósofo y poeta romano Lucrecio a través de lo onírico el


hombre crea los dioses. Aquí se pone en contraposición a la metafísica tradicional
y da un atisbo de lo que en Así habló zaratustra se concibe como el súper hombre
y también se pone sobre la mesa la idea de la muerte de Dios. En el poeta se
encuentra la imagen del soñador, el artista pinta la bella apariencia de los mundos
oníricos en el supuesto del arte figurativo, en constante creación vive el poeta,
duerme a los ojos del mundo pero vive despierto ante la vida, a través del sueño y
la embriaguez muestra la manera como el mundo siente el mundo. En el sueño
desde la perspectiva del filósofo y psicoanalista Sigmund Freud se representa el
inconsciente del soñador, así pues a través del sueño en ese juego de la
subjetividad, del inconsciente, el ser humano se llega a algo que dentro de la
filosofía de Nietzsche se le llama principio de individuación, el poeta a través del
sueño busca su independencia y encuentra esa liberación de todo presupuesto
moral que se le ha sido impuesto, vuelve a sí mismo para encontrar dentro de si su
propia genealogía moral destruyendo todo atisbo de adoctrinamiento, el poeta mata
a Dios y se hace dueño de sí mismo.

Los poetas no saben lo que es contener sus pasiones, las desbordan, en lo que
nos hace sospechar que hay mucho de Dionisiaco en él, bajo la bendición del
irreverente Dios del vino este pintor de lo onírico no escatima límite alguno en sus
pasiones y pinta un mundo en el cual logra proponer su propia verdad, logra su
individuación. Citando de nuevo su obra verdad y mentira en sentido extramoral:
Andrés Felipe Llano Henao
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“Los poetas no tienen el pudor de sus aventuras; las explotan.” (Nietzsche,1873 ).
Le es indispensable explotar, ya que es propiamente el terreno que le compete para
fecundidad de sus aventuras. No le antecede una moral, no hay críticas estéticas
por parte de su obra sino que podría decirse, inaugura la nueva obra de arte.

Por otra parte, el filósofo en Nietzsche se le puede llamar de tres maneras


distintas, según, aparece en Más allá del bien y del mal. Lo menciona como el
filósofo, después, el filósofo del porvenir y luego como el verdadero filósofo. Cada
uno es distinto. En el caso del primero, tiene como características los prejuicios que
lo inundan, es decir, su amor por la verdad única, ser dialécticos, llevar dentro de sí
intenciones morales, poseer un espíritu científico siempre objetivo, creer que existe
una naturaleza, creer en la voluntad, al mismo tiempo, de establecer un mundo dual,
antinómico digno de metafísicos. En el segundo caso, todavía no llega, es decir, no
puede ser un plan de educación sino que se anuncia a través de signos, reflejando
su llegada necesaria. El filósofo del porvenir es innombrable, ya que todavía se está
creando como en el caso del niño que se encuentra en el vientre de la madre. En
tanto que el tercer caso, va más allá del bien y del mal, es decir, integra el juicio
falso y verdadero, bueno y malo, cuerpo y alma, en fin, todo cuanto sea metafísico.
Para el verdadero filósofo el alma es una proporción del cuerpo, el espíritu del
instinto, el bien de lo malo.

Para contrastar, el Zaratustra poeta inventa su propio cielo, su tierra, sus dioses,
le entrega al hombre las fábulas de sus sueños, es decir, posee un carácter creador.
Ante la invención poética del mundo, la figura del filósofo, observa en la vida el
eterno retorno, la voluntad de poder y el nacimiento del superhombre, una voluntad
fuerte y una débil. Ésta última, tiene el poder del número, carga con las cosas más
Andrés Felipe Llano Henao
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pesadas, ya sea, la igualdad de los hombres, la sabiduría cristiana, la verdad, la
gramática o en general, la metafísica.

Dentro de la obra de Nietzsche queda mucha tela por cortar en cuanto lo que
podría hablarnos sobre el poeta y su quehacer, cabe recalcar que antes de ser
filósofo Nietzsche fue poeta y dentro de su obra podemos notar esa predisposición
al arte poética, el uso de metáforas se hace frecuente en la mayoría de sus obras y
en así hablo zaratustra nos muestra una filosofía hecha poesía. Ya para terminar en
Nietzsche se nos muestra al poeta como un gran entendedor de la vida, en su
melancólica figura se encuentra ese tránsito entre la bestia y el súper hombre que
tanto se menciona en el zaratustra, el poeta es uno de los amigos de zaratustra, el
comprende la vida, tiene su corazón abierto a la llegada del súper hombre, él quiere
convertirse en el súper hombre. El poeta entiende lo que muchos otros no
entienden, comprende que su quehacer en este mundo depende solamente de su
voluntad de poder y no de la creencia en extra mundos, él sabe que el mundo
necesita de creadores, hombres que se atrevan a soñar más allá del orden
establecido, hombres que estén dispuestos a ser destructores pero que del mismo
modo quieran construir sobre aquellas ruinas.

Así pues, la vida para el poeta siempre será un devenir constante y la verdad,
contrario a lo que nos ha hecho pensar la tradición judeocristiana, es algo
desconocido. A través de esta idea entendemos que el fin úultimo del hombre es la
superación de sí mismo pero para que se dée esta superación primero debe morir
una y otra vez, como lo propone Nietzsche en la primera parte de así hablo
zaratustra pasar por mil ocasos y mil amaneceres, querer destruirse a sí mismo en
pro de volverse más fuerte, superar todos sus presupuestos morales para volverse
creador de una nueva moral en la que el yo quiero este por encima del yo debo,
incendiar todo para poder recomenzar.

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