Problemas fundamentales: Metafísica

Andrés Felipe Llano Henao

Profesional en filosofía y letras
Universidad de Caldas
Cod: 25142339

En defensa del panteísmo como explicación al origen universal

Vivimos en un universo realmente maravilloso. Para poder calcular el año del que data

necesitaríamos una gran imaginación, ni con los telescopios más poderosos podríamos

calcular su magnitud ni belleza. Pareciese que el lugar que ocupamos los humanos en este

vasto cosmos es realmente insignificante; y por ello nos pasamos toda una vida tratando de

encontrarle un sentido y buscando encajar en él. En alguna conferencia sobre astronomía el

filósofo y cientico Bertrand Russell realizo una descripción de como la tierra gira alrededor

del sol y como éste, a su vez, gira alrededor de un inmenso conjunto de estrellas al que

llamamos nuestra galaxia. En aquella conferencia al finalizar una señora se levanta del

público y le dice a Russell: “todo lo que nos has contando son disparates. En realidad, el

mundo es una placa plana que se sostiene sobre el caparazón de una tortuga gigante”.

Russell sonrió con suficiencia antes de responder: “¿y sobre que se sostiene la tortuga? “.

“es usted muy perspicaz joven” dijo la señora. “pero hay tortugas hasta el fondo ¡”.

Este famoso ejemplo nos abre las puertas a una discusión que data desde los albores de la

humanidad, nos lleva a una pregunta que la humanidad se ha hecho desde los primeros

gérmenes del pensamiento filosófico, ¿Cuál es el origen del universo? Y a una pregunta aún

más concreta ¿el universo fue creado por una fuerza externa a él? Ambas preguntas nos lleva

a reflexionar sobre el principio primero de las cosas cuestión muy tratada entre los

presocráticos e incluso luego por Aristóteles. A la primera pregunta le voy a dar primacía y
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desde un enfoque científico defenderé la idea de que el universo tiene un origen y una

explicación de cómo fue creado, pero esta debe descartar la idea de un motor inmóvil es decir

aquella creencia de que el universo fue creado por una fuerza externa a él, lo que las diferentes

culturas por el mundo llaman Dios. Esperando no caer en una contradicción de manera muy

superflua defenderé el panteísmo y a través de este intentare encontrar la mejor explicación

a la pregunta sobre el origen del universo.

En 1687 Isaac newton publica sus “principia matemática”, en una época en que las ideas

de Descartes sobre la causa del movimiento de los planetas eran muy populares. Estas

opiniones sobre el movimiento planetario fueron publicadas por el filósofo francés años

antes de que newton nos hubiera hablado de las leyes del movimiento. En su obra “Principios

de la filosofía”, Descartes atribuye el movimiento de traslación de los planetas a vórtices

formados por partículas “celestiales” que arrastran a los mundos. A través de la existencia de

estas partículas descartes fundamentaría la no existencia del vacío. En la III parte de los

“principia philosofae” descartes nos dice: “Podríamos suponer que el Sol está formado por

un material muy líquido, cuyas partículas están tan en extremo agitadas que ellas

transportan a las partículas celestiales vecinas que las rodean. Aún más podríamos suponer

que el material de los cielos, al igual que el que forman al Sol y las estrellas fijas, es liquido”.

Descartes luego nos señala que los cielos están llenos de esas partículas celestiales y por lo

tanto no existe el vacío: “. . . algunos cometen el error de imaginar los cielos totalmente

vacíos… Están en un error. . . por la sola razón de que no existe el vacío en la naturaleza”.
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Antes de galileo y newton se tenía la creencia que el estado natural de los cuerpos era

estar en reposo, esto por influencia aristotélica. Sostenía Aristóteles que los cuerpos solo

podían ser movidos si eran movidos por una fuerza externa o un impacto. Varios siglos

después con galileo y posteriormente con Newton nos daríamos cuenta que los astros se

mueven con total independencia por unas orbitas ovaladas alrededor del sol. Newton además

nos hablaba del éter esas partículas “celestiales” a las que Descartes se refiere en “principia

philosofae”, estas se expanden por la totalidad del universo negando la existencia del vacío.

La idea de que en el universo no hay vacío nos lleva a pensar que todo hace parte de una sola

cosa, nos lleva a ver al universo como una gran máquina que actúa por leyes creadas por sí

mismas, un universo con voluntad propia.

Siguiendo la idea de Baruch Spinoza aquello que en las diferentes culturas se le ha llamado

Dios, que se le ha estado buscando en un mundo inexistente, en una fantasía metafísica tan

veraz como la existencia de los unicornios o cualquier criatura propia de cuentos de hadas se

encuentra en realidad inmanente en aquello que llamamos naturaleza. El panteísmo defiende

La idea de que Dios y naturaleza se encuentran en un mismo estadio y no separado como se

hace ver en la Tradición judeo-cristiana, según la idea de Spinoza el universo siempre ha

estado, existe para sí mismo y todo lo que existe en él hace parte de un todo, entendiendo

todos los fenómenos existentes como accidentes de ese todo infinito que Llamamos Dios.
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Citando un pequeño fragmento de “Dios hubiera dicho “texto que se le atribuye a Spinoza

podremos captar un poco mejor la idea del Dios de Spinoza:

“Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que

salgas al mundo a disfrutar de tu vida.

Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para

ti.

¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices

que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las Playas.

Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.”

Como ya se ha dicho el panteísmo es una doctrina teológica que afirma la unidad de Dios

y el universo. Aldous Huxley declara que este concepto constituye la esencia de lo que se le

Llama la Philosophia Perennis, parte “inmemorial y universal” de todas las religiones. El

panteísmo—la Filosofía Perenne— como lo propone Huxley es: “la metafísica que reconoce

una Realidad divina Como la substancia del mundo de las cosas, de las vidas, y de las

mentes; la psicología Que encuentra en el alma algo semejante o aun idéntico a la Realidad

divina; la ética que Ve el último fin del hombre en el conocimiento del Fundamento

inmanente y trascendente De todo el ser... Rudimentos de la Filosofía Perenne pueden

encontrarse en el saber Tradicional de todos los pueblos primitivos en cada región del
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mundo y, en sus formas Más desarrolladas, tiene un lugar en todas las religiones superiores”
1

En “Historia del Panteísmo” C. E. Plumptre insiste en la universalidad de esta concepción

de índole metafísico:

“La creencia en las doctrinas del panteísmo a sido muy extensa desde los tiempos antiguos.

De igual modo, en los libros religiosos de los Hindúes, las Vedas, y en los filosóficos, la

Vedanta; en las crudas especulaciones de los primeros filósofos griegos, tanto como en las

especulaciones más avanzadas de los pensadores alejandrinos y árabes; en la teosofía del

neo-platonismo, tanto como en el misticismo del trascendentalismo alemán; en la teoría de

un Bruno, tanto como en la lógica de un Spinoza; en el optimismo de un Leibniz, tanto como

en el pesimismo de un Schopenhauer; el panteísmo es la clave de todas sus filosofías, la

misma doctrina de la que son, aunque en diferentes grados, los exponentes”; y aún hay más:

“También debe recordarse que muchas partes del Nuevo Testamento, al igual que muchos

de los Salmos más espirituales de David, están llenos de ideas panteístas, y de

interpretaciones panteístas de Dios y de la Naturaleza”2

Así pues la historia de la humanidad ha estado impregnada por el Panteísmo. Desde las

más antiguas civilizaciones se le ha dado gran importancia a la idea de naturaleza como Dios,

1Aldous Huxley, The Perennial Philosophy (New York: Harper, 1970), p. vii.
2C. E. Plumptre, History of Pantheism (London: W. W. Gibbings, 1878), Tomo II, p. 262; y Tomo I,
p.
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lo vemos en la infinidad de tribus indígenas que se reparten por el mundo esto reflejado en

la creencia en la pacha mama o Gaia, esta que consiste en ver a la tierra misma como un gran

ser que actúa por voluntad propia y actúa de manera sabia para mantener un equilibrio en la

naturaleza. El panteísmo es la respuesta a esa paradoja planteada por Russell al principio de

este trabajo, evita esa regresión al infinito que implicaría concebir al universo como una torre

infinita de tortugas, el panteísmo se apoya en la idea de un universo que siempre ha existido

incluso antes de la gran explosión. Nos habla el científico británico Steven Hawkins que en

un principio todo el universo estaba concentrado en un solo punto de tamaño nulo, como una

esfera de radio cero. En el instante que se dio lo que llamamos big ban o gran explosión en

la densidad de la materia en el universo y la curvatura del espacio-tiempo debieron de haber

sido infinitas, en el instante que se dio la gran explosión el universo entre un proceso de

expansión que hasta el momento continuaría según algunas teorías científicas.

En conclusión el universo es y será siempre una fuerza inmanente que no descansa y sigue

funcionando como si de un gran mecanismo se tratara, el universo es un todo uniforme lleno

de energía que siempre está fluyendo y mantiene todo funcionando en armonía, el universo

es una gran unidad que al final pareciera ser un gran ser sobre natural que se rige por sus

propias reglas.