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Hugo bonssi
En la práctica no se da
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Art. 383 C.P.P. Una vez terminada la explicación de las partes y que se
refieren al punto precedentemente mencionado, el tribunal recibirá
inmediatamente la declaración del imputado, antes de la misma el
presidente del colegiado le explicará con palabras claras y sencillas el
hecho que se le imputa, la advertencia que podrá abstenerse a declarar y
que el juicio continuará aunque él no declare. El imputado podrá
manifestar cuando tenga por conveniente, y luego será interrogado por el
fiscal, el querellante, el defensor y los miembros del tribunal en ese orden.
Art. 384 C.P.P. Si los imputados son varios, el presidente podrá alejar de
la sala de audiencias a los que no declaren en ese momento, pero después
de recibidas todas las declaraciones, informará en forma resumida de lo
ocurrido durante su ausencia. En el curso de la audiencia, el imputado
podrá hacer las declaraciones que considere oportunas, siempre que se
refieran a su defensa. El imputado podrá en todo momento hablar con su
defensor, sin que por eso la audiencia se suspenda; a tal efecto se le
ubicará a su lado.
Pruebas.
Deliberación y Sentencia.
Art. 395 C.P.P. Terminada la recepción de la pruebas, el Presidente
concederá sucesivamente, la palabra al fiscal, al querellante y al defensor,
para que en ese orden expresen sus alegatos finales. No se podrán leer
memoriales, sin perjuicio de la lectura parcial de notas para ayudar a la
memoria. Si intervinieron dos o mas fiscales, querellantes o defensores,
todos podrán hablar, repartiendo sus tareas, para evitar repeticiones o
dilaciones.
Art. 396 C.P.P. Cerrado el debate, los jueces pasarán de inmediato y sin
interrupción, a deliberar en sesión secreta, a lo que solo podrá asistir el
secretario. La deliberación no se podrá suspender salvo enfermedad
grave de alguno de los jueces. En este caso la suspensión no podrá durar
más de tres días, luego de los cuales se deberá remplazar al juez y realizar
el juicio nuevamente.
Formalidades de la Sentencia.
Redacción y lectura.
Art. 400 C.P.P. La sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u
otras circunstancias que las descriptas en la acusación y admitidos en el
auto de apertura a juicio, o, en su caso, la ampliación de la acusación,
salvo cuando favorezcan al acusado.
Art. 402 C.P.P. La sentencia condenatoria fijará con precisión las penas
que correspondan y, en su caso, determinará la suspensión condicional de
la pena y las obligaciones que deberá cumplir el condenado, la fecha en
que la condena finalizará, según el caso; también establecerá el plazo
dentro del cual corresponderá pagar la multa y se unificarán las condenas
o penas cuando sea posible.
La sentencia decidirá también sobre las costas y sobre la entrega de
objetos secuestrados a quien el Tribunal entienda como mejor derecho a
poseerlos, sin perjuicios de los reclamos que correspondan ante los
Tribunales Civiles. Decidirá sobre el comiso y la destrucción previstos en
la Ley y remitirá copia de la misma a la entidad pública en la cual se
desempeña en condenado y al Tribunal Superior de Justicia Electoral.
El diseño del actual Código Procesal Penal, pergeña un estadio procesal para
oponer las excepciones, señalar los vicios e irregularidades que influirían -de
admitirse- sustancialmente en el progreso de la acusación o la conclusión
fiscal, y, en fin, sosteniendo –el defensor del imputado, reiteramos-
cuestionamientos a la labor de investigación desplegada por aquél.
Llegada la fecha fijada por el Juez Penal el Ministerio Público debe efectuar
un requerimiento de “conclusión”, con el cual, culmina la Etapa Preparatoria
y se da paso formal a la Intermedia.
En consecuencia, todos los actos procesales que dispone el órgano
jurisdiccional, con posterioridad a la presentación del requerimiento
conclusivo del Ministerio Público (y la querella, según el caso), constituyen
segmentos o actos propios e incorporables a la Etapa Intermedia.
Esto es lo que se desprende de la lectura del artículo 348 del CPP. En este
punto, es menester hacer que el acusador particular tiene independencia
para calificar los hechos acusados bajo modalidades distintas a las expuestas
por el acusador público, reiterando que es condictio sine quae non que exista
esa acusación fiscal, incluyendo esta disponibilidad en lo concerniente a las
pruebas y, finalmente, a su expectativa punitiva que lógicamente podrá
diferir del criterio que sostenga eventualmente el órgano de representación
social. Si bien esto no surge explícitamente de la lectura de los preceptos de
la Etapa Intermedia, de una interpretación sistemática del ritual penal, que
no es otra que la preexistencia de una acusación pública que sirva de base
(no de techo) para que el magistrado derive la causa a juicio oral y público
cuando exista mérito para ello (artículos 350 y 358 del CPP,
respectivamente), lo cual no equivale a decir que una vez presentada dicha
base en la forma prevista al concluir la Etapa Preparatoria –la acusación del
Ministerio Público y la solicitud de elevación de la causa a juicio oral y
público- si existe acusación del querellante adhesivo, éste adquiera
autonomía en sus pretensiones, porque dicho carácter –la adhesividad
propiamente- concluye con el auto de apertura a juicio oral y público, fase en
la que la víctima que asuma formalmente la acusación puede obrar con toda
prescindencia de lo que exponga la fiscalía; todavía más, inclusive el tribunal
de sentencia podría condenar sobre la base de la acusación particular, si la
fiscalía en sus alegatos se abstuviera de de pretensión la punición de la
conducta probada.
Debe advertirse que el plazo común de cinco días que disponen las partes (en
especial, la defensa técnica) para objetar el requerimiento conclusivo fiscal es
meramente “referencial”, en el sentido que se quiere dejar en claro que la
etapa intermedia es la que permite el debate acerca de los defectos o vicios
formales o sustantivos que presenta, esencialmente, la acusación pública y
privada, respectivamente. Nada obsta -por interpretación extensiva a tenor
de los artículos 17.5 y 17.7 de la CN en concordancia con los artículos 5, 6 y
10 del CPP- que el imputado o su defensor señalen sus objeciones fuera de
dicho lapso común de cinco días, siempre que justifiquen que la demora no
es imputable a su inercia, sino a cuestiones ajenas a su voluntad.
Tampoco pueden ofrecer prueba que analice la cuestión de fondo y que se
pretenda producir en la etapa intermedia, ya que esta es una cuestión
extraña a la naturaleza del debate preliminar.
Entre los planteamientos que se pueden efectuar: las partes disponen de una
serie de facultades para ejercer el derecho a la defensa de sus intereses por
el lapso de cinco días comunes (criterio formal o meramente indicativo, como
se advirtió) y pueden ejercerlas hasta el día mismo de la audiencia preliminar
(criterio de amplitud de la defensa).
j) Proponer la conciliación;
LA AUDIENCIA PRELIMINAR
El día de la audiencia preliminar, el Juez Penal dirigirá sus actos con total
independencia e imparcialidad, cuidando que el acto no se transforme en un
debate sobre el fondo del asunto. Asimismo, regirá sus actos por las reglas
que supletoriamente se aplicarán para las audiencias orales y públicas, dando
suficiente tiempo a las partes para que formulen sintéticamente sus
pretensiones, no sin antes bregar por la conciliación entre las mismas,
impulsándola y ofreciendo alternativas que, según su razonable criterio, sean
pertinentes para la resolución del litigio penal.1
En la Audiencia Preliminar, como se puede constatar con las normas del CPP,
se adoptan decisiones de gran trascendencia procesal para el futuro del
sostenimiento de la acción penal, y, por esta propia envergadura de su
importancia político-criminal (pone de relieve la seriedad de la acusación y su
eventual admisión es la que marcará el rumbo del “objeto” del proceso penal
para el juicio oral y público, sobre el cual se construirá la “congruencia” de la
decisión finalmente recaída en el juicio oral y público), exigen la máxima
responsabilidad en el tratamiento de las cuestiones deducidas.2
El Juez Penal como garantizador de las reglas del debido proceso penal
dispone de muchas facultades para corregir los vicios que ordinariamente se
pueden observar en la tarea de investigación desplegada por el Ministerio
Público, pero, obviamente, se reitera siendo cuidadoso y auto limitándose en
esta actuación, para evitar incursionar por reemplazos propios de las partes y
arriesgando notoriamente su imparcialidad. De ahí que su función se ciña a la
enmienda -en a medida de lo posible- los errores de orden formal o
sustancial y salvaguardar la tarea informativa acumulada por el Fiscal,
siempre que no se encuentre frente a obstáculos insalvables como el caso de
actos que vulneran elementales garantías a favor del imputado, en cuyo caso,
la nulidad absoluta jamás puede ser objeto de saneamiento y mucho menos
de convalidación, ya que admitir el ingreso de evidencias o elementos
probatorios contaminados por el germen de la nulidad absoluta, lo único que
contribuirá es a la nulidad insanable de la etapa subsiguiente, cual es, la del
juicio oral y público.
i) Aprobará los acuerdos a los que hayan llegado las partes, respecto a la
reparación civil y ordenará todo lo necesario para ejecutar lo acordado;
El sobreseimiento definitivo.
El sobreseimiento provisional.
7. La intimación a todas las partes, para que, en el plazo común de cinco días,
concurran ante el tribunal de sentencia, se presenten y fijen domicilio
procesal, y;
El problema que se suscita aquí es que por aplicación del principio de control
horizontal de la investigación a cargo del Juez Penal en la etapa intermedia,
se considera que la admisión de la acusación y el consecuente dictado del
auto de apertura a juicio oral y público (decisión irrecurrible) las demás
cuestiones no son susceptibles de recurrirse por las demás partes, lo cual
sería bastante superficial, ya que existen diversas circunstancias que
impedirían cerrar la vía del examen de la materia recursiva, porque es
indudable que muchas cuestiones planteadas en el etapa intermedia, mal se
pueden reincorporar al juicio oral y público (Ejemplo: una excepción de
prescripción o extinción de la acción penal pública que se desestima, si dicha
resolución se considera irrecurrible por aplicación del carácter irrecurrible del
auto de apertura a juicio oral y público en aplicación de la famosa expresión:
lo accesorio sigue la suerte de lo principal, tal planteamiento resultará
inviable en el juicio oral y público y sabiendo que los incidentes resueltos son
apelables, es evidente que debe darse la interpretación extensiva que prevé
el artículo 8.2.h) del Pacto de San José de costa rica cuando señala que el
imputado es el autorizado a ejercer alguna materia recursiva contra las
decisiones del inferior).
El sobreseimiento (que proviene del latín supercedere, "desistir de la pretensión que se tenía")
es un tipo de resolución judicial que dicta un juez o un tribunal, suspendiendo un proceso por
falta de causas que justifiquen la acción de la justicia.
En el sobreseimiento el juez, al ver la falta de pruebas o ciertos presupuestos, no entra a
conocer el fondo del asunto o se abstiene de seguir haciendo, pudiendo terminar el proceso
antes de dictar sentencia.
108 Claria Olmedo. 2004. Derecho Procesal Penal, Tomo IV. Buenos Aires, Argentina: Editorial
Rubinzal y Asociados Editores. p. 308 citado por Aichele Herrmann, Alejandro. 2008. La
improcedencia del sobreseimiento definitivo en una etapa anterior a la formalización de la
investigación. Memoria para optar por el grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales.
Valdivia, Chile: Universidad Austral de Chile. p. 3.
109 Torres Bas, Raúl. 1971. El Sobreseimiento. Argentina. p. 41. citado por Aichele Herrmann,
Alejandro. óp. cit. p. 4.
Es menester destacar que el sobreseimiento se puede igualmente definir como aquella resolución
con autoridad de cosa juzgada material en virtud de que una vez adquirida su firmeza, la acción
penal precluye y, por lo tanto, es irrevocable. No resulta legalmente procedente que se siga otra
causa penal contra la misma persona por los mismos hechos ya sobreseídos, ya que se estaría
violando el principio constitucional de non bis in ídem tutelado en el artículo……
111 Rojas Salas, Manuel. 1992. El Ministerio público y su papel en las sentencias de
sobreseimiento. Revista de Ciencias Penales. No 5, Año 4 marzo-junio. p. 43-51
b.1) Procedencia
1……
2.-………
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La doctrina ha reconocido que la mayoría de los presupuestos de ley que permiten el dictado de
un sobreseimiento definitivo corresponden a la existencia de certeza y, por lo tanto, existe una
imposibilidad de continuar con el ejercicio de la acción penal. Referente a esto, Clariá Olmedo,
señala lo siguiente: “Cualquiera que sea la causal que lo fundamente por regla general el
sobreseimiento procede cuando se adquiere certeza acerca de ella, vale decir, cuando no queda
duda acerca de la extinción de los poderes de acción y jurisdicción, o de la existencia de la
responsabilidad penal del imputado respecto al cual se dicte”. 135
135 Clariá Olmedo, Jorge. 1966. Tratado de derecho procesal penal. Tomo V. Buenos Aires,
Argentina citado por Torres Bas, Raúl. 1971. óp. cit. p. 6.
El Ministerio Público como órgano encargado de ejercer la acción penal pública debe
imperativamente realizar todas las diligencias de investigación pertinentes para contar con la
prueba necesaria para así presentar la acusación fiscal. De lo contrario, en virtud del principio de
objetividad que rige al Ministerio Público, debe solicitar el desistimiento o el sobreseimiento
definitivo para el archivo de la causa.
El in dubio pro reo se deriva directamente del principio de inocencia de los artículos 11 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, 8 de la Convención Americana de Derechos
Humanos y 9 del Código Procesal Penal, el cual consiste en que el imputado deberá ser
considerado inocente en todas las etapas del procedimiento, mientras no se declare su
culpabilidad en sentencia firme. En caso de duda sobre las cuestiones de hecho, se estará a lo más
favorable para el imputado. Hasta la declaratoria de culpabilidad, ninguna autoridad pública podrá
presentar a una persona como culpable ni brindar información sobre ella en ese sentido.
La función rectora del in dubio pro reo se refiere al campo de la prueba, ya que opera como un
criterio técnico-jurídico dirigido a la valoración de la misma y apreciación del material probatorio.
Es decir, funciona como una regla referente a la prueba y a la apreciación de los hechos.185Así lo
confirma el autor Julio Maier al estipular que:
“El aforismo in dubio pro reo […] exige que el tribunal alcance la certeza sobre todos los extremos
de la imputación delictiva para condenar y aplicar una pena, exigencia que se refiere meramente a
los hechos y que no soluciona problemas de interpretación jurídica ni prohíbe ningún método de
interpretación penal mientras se lleva a cabo intralegem.”186
El principio de in dubio pro reo reviste de una especial importancia en la labor de los jueces
penales debido a que se instituye como una pauta obligatoria por seguir en el ejercicio del análisis
para determinar la culpabilidad del encartado. Si después de valorar todo el material probatorio el
tribunal determina que resulta insuficiente para tener absoluta certeza de que el imputado resulta
culpable de determinado hecho punible, debe necesariamente dictar sentencia de sobreseimiento
definitivo por tratarse de lo más favorable que ofrece la ley para los intereses del imputado.
b.3) Efectos
Una vez firme la resolución que decreta el dictado del sobreseimiento definitivo, se generan una
serie de efectos que inciden directamente sobre la persona que presentaba con anterioridad la
condición de imputado al extinguirse la acción penal. Según el artículo ………. del Código Procesal
Penal, dichos efectos son los siguientes:
La extinción de la acción penal, tal y como se ha mencionado en apartados anteriores, implica que
el Estado, a través del Ministerio Público, pierde legitimidad de continuar con la persecución de
una conducta considerada contraria al ordenamiento jurídico. En otras palabras, en el momento
en que un juez competente dicta la resolución de sobreseimiento definitivo, y ya sea porque el
fiscal no ejerció los recursos correspondientes o porque los mismos se resolvieron contrarios a su
pretensión, no existe posibilidad legal de que el Ministerio Público continúe el procedimiento
judicial en virtud de que el vínculo de una persona y su participación en un hecho punible se
elimina.
El concepto de cosa juzgada se emplea en un doble sentido, ya que se refiere tanto a la decisión
dada sobre el litigio como el efecto de la misma. También se suele hablar de autoridad de cosa
juzgada para referirse a los efectos de la decisión o más precisamente a su eficacia. Su valor se
presenta en la sentencia cuando esta se manifiesta invariable, inmutable y obligatoria
La segunda etapa del proceso penal corresponde a la denominada fase intermedia, se encuentra
regulada en los artículos ,,,,,,,,, al ,,,,,,,,,, del Código Procesal Penal. Esta fase, en la cual ya una vez
concluidas todas las diligencias de investigación y recopilada la prueba suficiente para determinar
la posible comisión de un delito, el Ministerio Público formula la acusación y también la querella
en caso de que la víctima así se constituyera como tal en el momento procesal oportuno durante
la etapa preparatoria.
Una vez formuladas la acusación o querella, así como otras solicitudes, el tribunal de la etapa
intermedia convoca mediante resolución a las partes a una audiencia preliminar y pondrá a su
disposición las actuaciones y evidencias reunidas durante la etapa de investigación para que
puedan examinarlas en el plazo común de ……..días. En dicha resolución se indica a las partes que
la audiencia reviste de carácter oral y privado y que deberá realizarse en un plazo no menor de
………. días ni menor de veinte.
A partir del artículo ……… del Código Procesal Penal, en Audiencia Preliminar, existe la posibilidad
de que las partes se sometan a una medida alterna como lo es la conciliación, suspensión del
proceso a prueba, reparación integral, solicitar el sobreseimiento definitivo o provisional, o un
procedimiento especial abreviado; en el caso contrario, las partes se refieren a la acusación y
ofrecen sus pruebas, siendo que le corresponde al juez revisar los argumentos esbozados por las
partes para determinar si se encuentran suficientes elementos para decretar la apertura a juicio
La solicitud de sobreseimiento definitivo o provisional se configura como una de las posibilidades
por discutir en Audiencia Preliminar y puede ser requerida por el mismo Ministerio Público, el
querellante y la defensa del imputado. El fiscal, de acuerdo con el principio de objetividad, sí
determina que a pesar de que la etapa de investigación ya finalizó y no fue posible identificar a un
presunto imputado, debe necesariamente solicitar el sobreseimiento definitivo o provisional
según el caso.
Una vez finalizada la audiencia preliminar, el juez de la etapa intermedia debe resolver de forma
oral e inmediata, salvo que por lo avanzado de la hora o si se trata de un asunto de tramitación
compleja, debe diferir la resolución hasta por el plazo de veinticuatro horas. El juez penal analizará
la procedencia de la acusación con el fin de determinar si existe base para el juicio o, en su caso, si
corresponde total o parcialmente desestimar la causa o sobreseer al imputado.
La resolución del sobreseimiento definitivo que dicta el juez penal de la intermedia posee recurso
de apelación en efecto suspensivo tal y como sucede en la etapa preparatoria. El artículo …………
del Código Procesal Penal resulta igualmente aplicable en cuanto a la impugnabilidad objetiva y
subjetiva de esta resolución, ya que el mismo indica que el Ministerio Público, el querellante, la
víctima y el actor civil cuentan con dicha facultad en la etapa intermedia.
Una vez resuelto el recurso de apelación por el tribunal penal, la resolución que dicta el
sobreseimiento definitivo adquiere firmeza y carácter de cosa juzgada material, lo cual implica que
no es posible interponer otro recurso en contra de la resolución dictada por el tribunal de juicio.