Está en la página 1de 4

JUAN DAVID GUAMIALAMAG PORTILLA

C.317093
EL ESPÍRITU COMO EJE CENTRAL DE LA CULTURA INDÍGENA

¿Es posible que las personas de pueblos indígenas que se adentraron en una
sociedad diferente a la suya, con características, costumbre, pensamientos e ideologías
distintas, que modificaron su identidad, adaptándola a esta para poder encajar, puedan
lograr restablecerla?

Par lograr dar respuesta a esta pregunta, es necesario hacer un breve recuento de
la historia de las culturas indígenas, puesto que éstas determinan la personalidad, por
medio de la formación ética, moral, y espiritual; además, es necesario definir algunos
conceptos como cultura, interculturalidad y transculturalidad.

En 1492 existía una amplia diversidad de pueblos, una


población abundante y un legado nada despreciable de más de
15.000 años de ocupación del territorio. Es probable que la cantidad
de nativos rondara por los varios millones de habitantes, siendo el
cálculo más optimista cercano a unos 7 millones, lo cual, aunque
exagerado, desmiente la idea de un territorio prácticamente
desocupado a la llegada de los españoles. Se trata de gente que
llegó en diferentes migraciones originadas en Asia, que entraron al
continente a través de Norteamérica. Los pobladores originales se
desplazaron inicialmente de norte a sur, pero luego también lo
hicieron de sur a norte, de las tierras bajas a los Andes y viceversa.
Esta historia explica por qué a la llegada de los españoles la
población indígena ya era mestiza, producto de diversas mezclas no
solo genéticas sino culturales. (Carl Henrik Langebaek, 2016)

A la llegada de los españoles existía una extraordinaria diversidad y una población


homogénea, la cual fue modificada por la conquista, que trajo consigo una gran cantidad
de enfermedades, y en menor medida los conflictos bélicos y la esclavitud; no obstante, los
indígenas sobrevivieron, no solo en términos biológicos correspondientes al mestizaje, sino
que también a nivel cultural.

No todo fue malo en la colonización española de América, algunos factores


contribuyeron al desarrollo de la sociedad, pero al mismo tiempo ocasionaron una
transformación que influenció y afectó las bases de nuestras culturas indígenas. El interés
y la codicia de los colonizadores por nuestro territorio los llevó a dispersarse sobre él, dando
paso a que implantaran sus reglas y por ende un control total del mismo.

Un punto muy importante en la actualidad es la adaptación al entorno en que vivimos


en este momento por la globalización, que ha causado una interacción en toda la sociedad
donde afecta no solo a culturas indígenas, sino a gran diversidad de culturas, pueblos y
comunidades; de esta manera la globalización busca modernizar integrando diversidad de
personas en un solo movimiento, llevándolos a un entorno en el que todos compartan las
mismas características, haciendo trasformar las costumbres e identidades tradicionales que
nos identifican como cultura.

En la actualidad, varios sectores se han visto comprometidos en reflexionar y actuar


sobre los cambios que han producido por el avance en la sociedad, por lo que se han creado
movimientos con la necesidad de rescatar las tradiciones que se han visto afectadas por el
cambio en la cultura, preservando el sentido de unidad, y como eje central la resistencia
estructural. Una representante del movimiento Mucta Musse dice, “En primera instancia
luchamos en unidad por la tierra como territorio, tenemos unidad y tenemos tierra, pero no
hay cultura, no hay identidad, si no hay encuentro con la raíz…” por lo tanto este movimiento
ha tomado como pilar estos tres principios, donde les ha permitido determinarse libremente
manteniéndolos como pueblo propio.

Es, así pues, que se puede abrir paso al concepto de interculturalidad, el concepto
de interculturalidad en si busca una “construcción de una sociedad verdaderamente
inclusiva capaz de reconocer toda su diversidad y transformarla en el cemento de un nuevo
concepto de unidad nacional; la refundación del Estado en un marco plurinacional,
profundamente democrático, un Estado que articula la diversidad de saberes al servicio de
un proyecto socioeconómico orientado por los principios del sumak kawsay”. (Walsh, 2009).
En el ámbito social, educativo y político el tema de interculturalidad ha originado una
secuencia de cambio en el reconocer de la aceptación de las diferentes culturas, priorizando
la identidad cultural, el derecho y el deber en la sociedad. Por la tanto, estos movimientos
quieren centrarse en rescatar los pueblos originarios, que a lo largo del tiempo se han ido
desgastando y algunos han sucumbido, es así, que en la actualidad estas organizaciones
están consiguiendo preservar algunos de estos grupos, para que en las generaciones
siguientes fortalezcan la historia, su identidad, y su origen, para que así las potencias
exteriores no logren cambiar la memoria de nuestro pasado, y que los indígenas se sientan
en todo el derecho de actuar en cualquier ámbito de la sociedad.

Lo anterior, se ha visto frustrado en ocasiones, ya que es más fuerte la influencia de


las sociedades externas en una o varias culturas indígenas, a la mezcla y al intercambio de
características entre culturas la llamaremos transculturalidad. (Las culturas y la
globalización , 2000)

Entonces, es posible decir que una persona que olvidó su identidad o la transformó,
puede volver a adquirirla de forma empírica volviendo a su comunidad, pero también se
puede decir que esta persona creó una nueva identidad cultural al mezclarse con otra
cultura de una sociedad diferente a la de su origen.

A modo de conclusión, es posible decir que hemos avanzado y que se ha logrado


traspasar fronteras con el diálogo que se ha generado entre personas de culturas e
instituciones superiores con los pueblos indígenas, por ejemplo; lo que hemos visto en la
clase de Cátedra Indígena Intercultural, en la que nosotros como estudiantes de nuestra
institución hemos generado un contexto en el que podemos percibir, comunicarnos, y
aprender de interculturalidad. Lo cual este diálogo nos ha enseñado a reconocernos como
personas, a reconocer nuestra propia historia, nuestra propia cultura, y nuestro propio
origen.
Referencias

Carl Henrik Langebaek. (2016). El poder de las razas, los sobrevivientes . Revista Semana .

Las culturas y la globalización . (16 de Abril de 2000). Las culturas y la globalización. Obtenido de
https://elpais.com/diario/2000/04/16/opinion/955836005_850215.html

Walsh, C. (2009). Interculturalidad, Estado, sociedad. Obtenido de Interculturalidad, Estado,


sociedad.: https://www.uasb.edu.ec/web/area-de-letras/publicacion?interculturalidad-
estado-sociedad-luchas-decoloniales-de-nuestra-epoca-415

También podría gustarte