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Un estado de exaltación así, por supuesto, no reconoce límites de tiempo. Nos llega
como un ventarrón de Europa que mantiene su turbulencia esporádicamente y
puede aún ganar ímpetu en particulares condiciones sociopolíticas.
De aquí que sea necesario establecer hitos históricos para especificar el período de
vigencia de nuestra vanguardia y no confundirlo con otras actitudes que
aparecerán más tarde, caracterizadas igualmente como "estados de ánimo" pero
respondiendo a circunstancias que en poco o nada se relacionan con los patrones
característicos de la vanguardia europea antes y después de la Primera Guerra
Mundial.
Dos hechos que asumen medular importancia para aclarar los orígenes de nuestra
vanguardia deben reconocerse de inmediato: primero, el movimiento romántico
latinoamericano precede en algunos años al de España, y segundo, su naturaleza y
conformación no pueden separarse del hecho histórico de nuestras guerras de
independencia e intentos subsiguientes de organizar repúblicas libres.
Rubén Darío fue un exquisito poeta indígena formado bajo el alero de la más
poderosa burguesía centroamericana, muy consciente de la preciosité del
parnasianismo y simbolismo franceses1, antiburgués y elitista por principio2.
3. Termina la Guerra del Pacífico que opuso a Perú y Bolivia contra Chile y se
afianzan los intereses económicos de EEUU en reemplazo de la hegemonía
británica.
Darío todavía se encuentra en Chile cuando se inician en este país los esfuerzos por
estructurar un movimiento sindical y fundar partidos políticos de orientación
marxista. Su viaje a Argentina y, luego, a Europa marca, en realidad, el comienzo
de un éxodo de la élite intelectual latinoamericana que, al llegar a París, va a
1 Considérese el historial de su bohemia chilena junto a Pedro Balmaceda Toro (A. de Gilbert), hijo
del presidente José Manuel Balmaceda, en: Silva Castro, Raúl: Rubén Darío a los veinte años,
Editorial Gredos, Madrid, 1956, pp. 101-128.
2 Cf.: "El rey burgués" en Azul (1888) y sus famosas palabras en el prólogo a Prosas profanas: "Yo
no tengo una Literatura 'mía' - como lo ha manifestado una magistral autoridad -, para marcar el
rumbo de los demás; mi literatura es mía en mí; quien siga servilmente mis huellas perderá su
tesoro personal y, paje o esclavo, no podrá ocultar sello o librea... ¿Hay en mi sangre alguna gota de
sangre de Africa, o de indio chorotega o neogranadino? Pudiera ser, a despecho de mis manos de
marqués; más he aquí que veréis en mis versos princesas, reyes, cosas imperiales, visiones de países
lejanos o imposibles; ¡qué queréis!, yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer..." (Obras
completas, Mundo Latino, Madrid, 1917-1919, pp. 7-11).
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Parte Diego Rivera desde Veracruz financiado por una beca que le proporciona
¡don Porfirio Díaz! En París están Alejo Carpentier, musicólogo y estudiante de
arquitectura entonces, Miguel Angel Asturias, alumno de La Sorbonne, ocupado
en traducir al español la versión francesa del Popol-Vuh. Allí conocen a Picasso y
se familiarizan con Dalí y Gris. Pronto entrarán al círculo de tiza de la vanguardia
el cubano Picabia y los chilenos Huidobro y Matta. Llegan todos ellos como
astronautas de un mundo misterioso, voladores de Pascua y el Cuzco, de Palenke y
Tikal.
Vanguardismo autóctono
No olvidemos que este mismo Rubén Darío, tan mesurado y caballeresco, le había
dicho a Teddy Roosevelt:
Y he aquí que un buen día se le ocurrió al señor de Marinetti proclamar una escuela nueva:
El futurismo.
¿Nueva? No.
europea provea la clave más definidora de todo eso que la vanguardia significó de
aporte cultural para Latinoamérica y de todo aquello que representó una causa y
una lucha truncadas, por no decir fallidas.
En verdad, vivió entonces una extraña locura. Por la Alameda de las Delicias
sonaban gritos como "Agú" y "Runrun" y no eran sino pueriles remedos de un
Dadá ya enterrado. Huidobro combatía solo, brillantemente. Se inventaba una
oposición de enemigos implacables, hablaba, escribía, peleaba. Sólo le
contemplaban silenciosas asambleas de serios y respetables jubilados sentados en
escaños de plaza, donde recibían un sol otoñal y albas cagadas de palomas.
7 Pro, Santiago, 1936. Se acusaba a Neruda de plagiar a Tagore. La acusación provocó nutrido
debate en la prensa chilena.
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Güiraldes, ultraísta en Cencerro de cristal, publica en 1925 una lírica exaltación del
gaucho Don Segundo Sombra. Amorím escribe una serie de vigorosas novelas
apuntando a los males sociales de la oligarquía agrícola de su país: El paisano
Aguilar, La carreta, El caballo y su sombra.
8 Golpe nazi contra el gobierno de Arturo Alessandri Palma en 1938 y masacre en el edificio del
Seguro Obrero.
9 La más ofensiva de estas actitudes parece ser la invitación, aceptada por Borges, a comer con
Augusto Pinochet en Santiago. Los ataques de Borges contra Perón pudieran interpretarse como
una expresión del esnobismo característico de la alta burguesía argentina, para quien Perón y Evita
fueron siempre el epítome del mal gusto y malas costumbres le los descamisados.
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Por otra parte, en la más temprana poesía de Pablo de Rokha y César Vallejo están
presentes gérmenes inconfundibles del movimiento surrealista; no obstante, a de
Rokha se le asocia, por lo general, con una poesía política y tremendista que los
surrealistas de escuela rechazan con repugnancia. De Vallejo suelen citarse sus
palabras suavemente recriminatorias contra la vanguardia olvidando que en Trilce
no sólo hay experimentación con un expresionismo lingüístico desusado en
Latinoamérica, sino también un código de alusiones y referencias
característicamente surrealistas.
La posición más clara, y en cierto modo pionera, en los albores del surrealismo
latinoamericano la toma Pablo de Rokha, cuyo libro Los gemidos es reconocido
por la crítica bien informada como una anticipación a Finnegan's Wake y cuya
obra, tanto lírica como ensayística, mantiene una constante dialéctica referida
invariablemente a una posición marxista. De Rokha representa una forma de
surrealismo al servicio no sólo de la revolución, sino particularmente del Partido
Comunista chileno. Sin embargo, su matrimonio político con el PC estuvo lleno de
rompimientos y reconciliaciones. Me imagino que en el futuro se le considerará
más bien como un "compañero de ruta", difícil, contradictorio, pero leal.
10 Considérese la actitud del grupo surrealista chileno "La Mandrágora" después del golpe militar
de 1973.
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Referencias
Silva-Castro, Raúl, RUBEN DARIO A LOS VEINTE AÑOS. p101-128 - Madrid, Editorial Gredos.
1956; El rey burgués.
Anonimo, AZUL. - 1888; Prosas profanas.
Anonimo, OBRAS COMPLETAS. p7-11 - Madrid, Mundo Latino. 1917-1919.
Bajarlía, Juan Jacobo, LA POLEMICA REVERDY-HUIDOBRO: ORIGEN DEL ULTRAISMO. -
Buenos Aires, Devenir. 1964.
Vailejo, César, RUSIA EN 1931, REFLEXIONES AL PIE DEL KREMLIN. - Madrid; Buenos Aires,