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Cuando una persona crea su perfil en una red social, lo más habitual es que
quiera tener acceso a la mayor cantidad de amigos posible. Estos sitios suelen
ofrecer una forma muy cómoda y sencilla de encontrar nuevos contactos: basta
con volcar nuestra libreta de direcciones de correo electrónico en la herramienta
para que ésta genere automáticamente una lista de perfiles que coinciden con
esas direcciones de mail. En opinión de Christian Platzer, esto por sí solo ya
debería constituir un motivo de preocupación. “Aunque mi dirección de correo
electrónico se mantenga en secreto y no sea visible en mi página, el sitio la utiliza
para localizar el perfil de mi identidad”, advierte.
En el mejor de los casos, las víctimas tan sólo recibirán una gran cantidad de
spam, (correos que se seleccionarían automáticamente para adaptarse a los
intereses del usuario). Pero también pueden ser el objetivo de fraudes de mayor
gravedad. Imaginen que algún día un estafador dice que quiere ser su amigo o
socio comercial y le envía un texto muy personalizado, especialmente diseñado
para usted con la ayuda de los datos personales de su perfil publicado en la red
social. Quizá estuviera tentado a creer que el remitente es realmente la persona
que dice ser. Pero es fácil concebir formas de chantaje mucho más perniciosas,
como el soborno para ocultar ciertas informaciones que deberían permanecer
ocultas pero que han sido descubiertas por software malintencionados.
Estas son sólo algunas de las recomendaciones que los autores del estudio han
redactado como conclusión de su trabajo de investigación, unas pautas de
comportamiento en la web que, por su carácter lógico, no deberían ser difíciles de
asumir por la creciente cantidad de adeptos con los que cuentan las redes
sociales.