Está en la página 1de 6

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

CURSO: CIVIL

TEMA: ACTOS, NEGOCIOS U HECHOS JURIDICOS

ELABORADO POR: ROXELY MORENO

CÉDULA: 8-807-946

GRUPO: 1

FECHA DE ENTREGA

DE NOVIEMBRE DEL 2018


Acto Jurídico.

Cuando el hecho jurídico es producto de un acto de voluntad de la persona

nos hallamos ante el acto jurídico. Es un hecho jurídico voluntario. Señala en este

sentido Diez Picazo y Gullón. Tanto el negocio como el acto jurídico en sentido

estricto participan de la misma naturaleza: son actos jurídicos porque derivan de una

actuación (declaración, conducta) humana realizada con conciencia y voluntad. El

acto jurídico se distingue del simple hecho natural que produce consecuencias

jurídicas ( ej muerte y nacimiento) precisamente por esa conciencia y voluntad que

lo acompaña. Aquellos hechos son relevantes jurídicamente sin tener nada en

cuenta la voluntad humana “.

Actos jurídicos en sentido estricto; son los hechos jurídicos estrictamente

libres, voluntarios y conscientes realizados por el hombre y a los que el

ordenamiento jurídico liga determinados efectos jurídicos precisamente por la

voluntariedad y libertad del acto, aunque tales efectos no sean queridos por los

autores de los actos. La realización del acto depende de la voluntad de su autor,

pero los efectos jurídicos los determina el ordenamiento jurídico.

La Representación:

En doctrina encontramos también que la representación puede ser activa y

pasiva. La activa, se da cuando el representante es quien emite y dirige la

manifestación de voluntad hacia otro sujeto, quien actúa ostensiblemente en nombre

del representado haciéndolo saber al tercero. La pasiva, cuando el representante

recibe una declaración para otro, pues los efectos de ese acto voluntario afecta a la

esfera jurídica del representado.


La naturaleza o significado jurídico de la representación consiste en que el

representante celebra en lugar del representado un negocio jurídico para éste, el

cual es considerado respecto a sus efectos jurídicos, como un negocio propio del

representado. La celebración de un negocio jurídico para otro, con el efecto de que

este último, y no el propio agente, llega a ser parte en el negocio, constituye el

concepto de la representación. La representación es definida por Roca Sastre y

Puig Brutau como aquella institución en cuya virtud una persona, debidamente

autorizada o investida de poder, otorga un acto jurídico en nombre y por cuenta de

otra, recayendo sobre esta última los efectos normales consiguientes2 . La

representación, en sentido amplio es un hecho jurídico por el cual un sujeto realiza

un negocio jurídico en lugar de otra persona. En este sentido se encuentran dos

formas de representación: La directa y la indirecta. En sentido restringido, la

representación es una forma de sustitución en la actividad jurídica por la que una

persona ocupa el lugar de otra para realizar un negocio en nombre y por cuenta de

ella. Esta definición corresponde sólo a la representación directa.

En la representación directa o perfecta el representante declara que obra a

nombre ajeno, pudiéndose dar dos figuras: Aquella en la que el representante

declara el nombre de la persona por la cual actúa o que el tercero ya lo sepa. Aquí

al representante se le denomina representante directo o inmediato. Hay

representación indirecta u oculta, cuando el representante tiene la intención de

celebrar el negocio en nombre de otro, pero actúa de modo que esa voluntad de

obrar en nombre de otro no se manifiesta, no coinciden su declaración y su

voluntad, ya que emite una declaración en el sentido de concertar un negocio en

nombre propio, cuando en realidad quiere actuar en nombre del representado. En

este supuesto al representante se le denomina representante indirecto o mediato.


(O también intermediario, substituto). El negocio vale como negocio del

representante, no se toma aquí en cuenta la ausencia de voluntad de obrar en

nombre propio.

El Poder.

Para actuar en nombre ajeno y obtener que los efectos del negocio celebrado

recaigan en la persona por quien se obra, es indispensable contar con un poder.

Este poder surge en un acto previo denominado apoderamiento. El poder de

representación puede basarse en una regla de derecho o en una ordenación

pública, en la constitución de una persona jurídica o en un negocio jurídico, esto es,

un poder9 . El negocio jurídico por el cual se confiere un poder de representación se

denomina también en la práctica española “poder” El poder de representación es el

fundamento de la eficacia del negocio representativo: Constituye un requisito legal

de la eficacia de este. Dicho poder como se ha señalado puede derivar de la ley, o

de esta y su puntualización en un acto judicial o administrativo o, en fin de un acto

del interesado.

INVALIDEZ DE ACTO JURIDICO


Es la calidad del Acto Jurídico carente de alguno de los presupuestos o elementos,
o de ciertos requisitos de la estructura del Acto Jurídico que son establecidos por la
normatividad vigente y se contemplan dos figuras: Nulidad y Anulabilidad. La
invalidez del acto jurídico: la invalidez viene a ser la ineficacia producida por vicios
intrínsecos al acto, en tanto que la ineficacia en general, es cualquier situación en la
que el acto deja de producir sus efectos. Es más, un acto válido puede devenir en
ineficaz2. El Código Civil reconoce únicamente dos formas de invalidez del acto
jurídico: la nulidad y la anulabilidad. El acto inválido o que no produce efectos (acto
nulo), o no los produce con la estabilidad prometida (acto anulable). La carencia de
efectos, en los primeros, o la amenaza de destrucción que pesa sobre los segundos,
proceden de un hecho intrínseco al acto, como es la ausencia de un elemento
esencial o la presencia de un vicio o defecto en estos elementos. Como se podrá
comprobar los supuesto más graves y severos de invalidez son los de nulidad,
razón por lo cual los efectos de la nulidad son mucho más graves y severos que los
efectos de la anulabilidad. Debido a esta diferencia fundamental es que en la
doctrina algunos autores califican la nulidad de nulidad absoluta, mientras que la
anulabilidad de nulidad relativa por que pueden ser subsanables. Sin embargo, debe
señalarse que nuestro sistema jurídico ha optado por los términos de nulidad y de
anulabilidad. Es por ello que, de acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico, se
establece que el acto al cual le falta alguno de los requisitos de validez adolece de
nulidad absoluta (la inexistencia se asimila a la nulidad absoluta) y cuyas causales
son contempladas en el artículo 219° y, si concurren los requisitos de validez pero 1
Castellares, C. y García C. (2010). Validez del acto jurídico. Huancavelica: Fondo
UPA 2 Rubio, M. (2013). Nulidad y anulabilidad. Lima: Fondo Editorial PUCP.
están viciados, el acto adolece de anulabilidad y también están contemplados las
causales en el artículo 221° del código Civil Peruano3. Por lo tanto, es inválido un
acto jurídico cuando la ley lo priva de sus efectos que genera la misma, por falta de
uno de sus elementos esenciales consideradas por la noma, o por ser contrario al
ordenamiento jurídico o en su defecto cuando viola o lesiona las normas
imperativas, el orden público, o las buenas costumbres (no se puede calificar como
válido a un acto jurídico que viola el ordenamiento jurídico). La validez es el
momento estático del negocio jurídico y se configura cuando el mismo cuenta con
todos sus elementos esenciales (agente, objeto, fin y formalidad, si se trata de un
acto ad solemnitatem). La eficacia es el momento dinámico del mismo se configura
como consecuencia de la validez, al producirse los efectos jurídicos del negocio4.
Los menores de dieciséis años, salvo para aquellos actos determinados por la
ley.CAUSALES DE INVALIDEZ DE LOS ACTOS JURÍDICOS ENELCÓDIGO CIVIL
Las causales de invalidez del acto jurídico en la legislación civil peruana están
prescritas en el artículo 219° incisos 1 al 8. Dichas causales son las siguientes: Falta
de manifestación de voluntad del agente. Esta primera causal está referida a un
elemento esencial y constitutivo del Acto Jurídico, porque sin declaración de
voluntad, no puede existir un acto jurídico. El estado de inconsciencia, la grave
perturbación de la conciencia no generan declaración de voluntad. La falta de
manifestación de voluntad, comprende la falta de declaración material de voluntad,
la falta de sujeto como cuando se hace una declaración por un sujeto inexistente. La
declaración arrancada por violencia física absoluta (art 214° C.c.) y el error obstativo
(art. 208 C.c.) casos en los cuales también falta la manifestación de voluntad, no
están regulados como causales de nulidad sino de anulación5. Cuando se haya
practicado por persona absolutamente incapaz. Se trata de un requisito de validez
del acto jurídico que, debe celebrarse por un agente capaz, la incapacidad absoluta
a que se refiere la causal es la incapacidad de ejercicio, no la de goce. Según el
artículo 43° del Código Civil son absolutamente incapaces:

El Tiempo en el Negocio Jurídico


El tiempo, o más precisamente su transcurso, está indesligablemente
vinculado a la existencia humana y, por ello, constituye un hecho jurídico -o
jurígeno- de capital importancia. Además, todos los hechos jurídicos tienen lugar en
el tiempo y éste, con su transcurso influye gravemente en las relaciones jurídicas,
dando lugar a la constitución de derechos subjetivos, como en el caso de la
prescripción adquisitiva o a extinguirlas, ya a la acción, como en la prescripción
extintiva, ya a aquella y al derecho, como en la caducidad.
Los hechos jurídicos que constituyen la causa generatriz del nacimiento,
modificación o extinción de las relaciones jurídicas son fenómenos que se localizan
en el tiempo, lo que conduce a preguntarse si cuando el Derecho se refiere al
tiempo alude en realidad al tiempo en sí o lo hace respecto de los acontecimientos
temporales, es decir, de los sucesos que ocurren en el tiempo. La respuesta sólo
puede ser de que se trata del tiempo en su transcurso. Esta es la idea dominante en
cuanto al tiempo como hecho jurídico. Sin embargo, en la doctrina se discute si sólo
el tiempo en su transcurso constituye hecho jurídico o si se hace necesario que
concurra en unión de otros hechos para generar consecuencias jurídicas. Por ello,
resulta imprescindible detenerse en el hecho jurídico en general, y luego analizarlo
en función del tiempo como hecho jurídico.

También podría gustarte