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Raymond Williams Marxismo y literatura Editorial Las cuarenta Traduccion: Guillermo David 234 RAYMOND WILLIAMS 6. Los géneros El esfuerzo més sostenido por agrupar y organizar la mul- tiplicidad de las notaciones y las convenciones, que es evidente en Ja escritura actual, en ciertos modos especificos de practica literaria es la teoria de los géneros o de los tipos. Esta teoria tiene una historia enorme. Se halla presente de un modo particular en Aristételes, donde las “especies” de la poesia son definidas en funcién de una definicién “genérica” del arte de la poesia como tal. Constituye un tema central dentro de los complejos conflictos intelectuales del Renacimiento y sus consecuencia Es nuevamente un tema fundamental en los complejos conflic- tos modernos entre los diferentes tipos de teoria y los diferentes tipos de empirismo. En primer término, es importante identificar un estadio del problema que ha proporcionado el fundamento de gran parte de las posturas mejor expuestas y que, sin embargo, desde una perspectiva intelectual, es relativamente trivial. Es la oposicién existente entre una teorfa de géneros fijos, como era la forma neoclasica de las mas complejas clasificaciones del pensamien- to griego y del Renacimiento y de un empirismo opuesto, que demostré la imposibilidad 0 la ineficacia de reducir todas las obras literarias reales y posibles a estos géneros fijos. En esta controversia reducida y periférica dificilmente nos enfrenta mos con la teorfa del género, sino con versiones conflictivas de la practica expuestas por formaciones culturales diferentes y opuestas. Una formacién se basaba firmemente en la practica pasada, en lo que abstrafa como las “normas” de Ia literatura “clasica”. Esto surgié en su forma més influyente y endeble ion de “reglas” para cada “género’, ilustradas como la defini a partir de las obras existentes y prescritas a las obras nuevas. Resulta significativo, aunque secundario, que gran parte de estas leyes no hayan alcanzado ni siquiera la autoridad “clasica” TEORIA LITERARIA 235 que reivindicaban. Tal elaboracién pertenecia al feudalismo y al postfeudalismo en decadencia, y las definiciones tienen una relativa rigidez formal en la idealizacién de la practica pasada, y puede demostrarse —como en el caso notorio de las leyes de la “unidad” en el teatro —que no era idénea y que incluso contra- decia la practica a que parecia estar asociada. Por Jo tanto, era inevitable alguna respuesta empirica, aunque la historia funda- mental no se hallaba a este nivel. Lo que realmente destruia esta forma residual de teoria del género era el desarrollo irresistible y poderoso de nuevos tipos de obras que no convenian a las clasificaciones o que no respetaban las “leyes”. Indudablemente, las nuevas clasificaciones y las nuevas leyes podfan set ideadas, aunque en la sociedad burguesa en desarrollo el impulso domi- nante no era de esta indole. La teorfa del género, en su forma abstracta mas familiar, fue reemplazada por las teorias de la creatividad individual, del genio innovador y del movimiento de la imaginacién individual més all de las formas restringidas y restrictivas del pasado. Podemos comparar esto con ¢l fracaso y el reemplazo de la teorfa social de los “estados’, con funciones y reglas fijas, por una teorfa de la autorrealizacién, del desarro- Ilo individual y de la movilidad de las fuerzas primatias. Los cambios producidos dentro de la teoria literaria, y en Menor extensién dentro de la practica literaria, legaron después de los cambios en la practica y la teoria social, aunque las cortespon- dencias son evidentes y resultan significativas. Sin embargo, del mismo modo que la teorfa social burguesa no culminé en el liberalismo individual sino en una serie de nuevas definiciones prdcticas de las clases de individuos (el tér- mino clase reemplaza al de estado y orden de un modo desigual y complejo aunque con un acento nuevo y necesario sobre su flexibilidad y movilidad), la teorfa literaria burguesa no culm: né en teorias relacionadas con el genio y la creatividad indivi- dual. Tal como ocurrié en el caso del liberalismo individual, 236 RAYMOND WILLIAMS estas no fueron abandonadas, aunque fueron prdcticamente complementadas. El género y el tipo perdieron su generalidad y su abstraccién neoclasicas y perdieron asimismo sus sentidos de regulacién especificos. No obstante ello, se hizo habitual una serie de nuevos tipos de agrupamiento y clasificacién de tendencia empirica y relativista. Indudablemente, estos nuevos tipos aportaron, de un modo noyedoso, elementos prescripti- vos en las modalidades de la respuesta critica ¢ implicitamente en la verdadera produccién. En consecuencia, una novela es una obra de imaginacién creativa y la imaginacién creativa encuentra su forma adecua- da; pero todavia existen algunas cosas que una novela “puede” o “no puede” lograr: no como una cuestidn de leyes, sino como una cuestién vinculada a las caracteristicas ahora especializadas de la “forma”. (La novela, por ejemplo, “no puede” incluir ideas irreconciliables, “porque” su tema son los “individuos” y sus relaciones). Al mismo tiempo, dentro de estos agrupamientos mas generales, la variedad de Ja prdctica era reconocida, de un modo limitado, por la proliferacién de “géneros” y “subgé- neros” de un nuevo tipo: no las generalizaciones formales de la épica, la lirica y el teatro, sino:(para citar una enciclopedia corriente) “la novela, la novela picaresca, la novela roméntica, el cuento corto, la comedia, la tragedia, el melodrama, la litera- tura infantil, el ensayo, la literatura humoristica, el periodismo, el verso ligero, las historias de misterio y policiales, la oratoria, Ja parodia, la literatura bucdlica, el proverbio, el enigma, la satira, la ciencia ficcién”. Indudablemente, es la reduccién de la clasificacién al absurdo. Sin embargo, a su modo, es el desecho de este tipo de empirismo, representando la combinacién de, al menos, tres tipos de clasificacién: por la forma literaria, por la materia y por el tipo de piblico lector (siendo este ultimo un tipo en desarrollo considerado en términos de sectores de mercado especializados), para no mencionar las clasificaciones TEORIA LITERARIA 237 que son combinaciones de estas o que representan intentos tar- dios, desesperados, de incluir algtin tipo heterogéneo aunque popular. Considerada estrictamente, esta no es en modo alguno una teoria del género, aunque involucra la fuerza y la debilidad de este tipo de empirismo. Est vinculada a las diferencias practicas en la produccién real y al descubrimiento de algunas orientaciones indicativas dentro de la absoluta vastedad de la produccién. Como tal, resulta una respuesta més significativa que aquella que consistia en la imposicién residual de cate- gorias abstractas, como en el caso del neoclasicismo redivivo. Diferenciar categorias empiricas locales y transitorias tales como la “comedia sensacionalista” o el “western metafisico” no es mas ridiculo que clasificar las novelas de los siglos die- cinueve y veinte, a priori, como variantes de la novela “¢pica” 0 “romantica”. La primera tendencia representa un empirismo inquieto aunque desarraigado; la ultima representa normal- mente un idealismo decaido, regido por categorfas “esenciales” y “permanentes” que han perdido incluso su status metafisico y se han convertido en categorias técnicas, considerando toda practica como variantes de formas “ideales” ya establecidas. El unico mérito de esta tiltima, a diferencia de la primera, es que provoca, al mismo tiempo que desplaza, ciertas necesarias cuestiones generales, La relacién del marxismo con una teorfa de los géneros esti sujeta a estas variaciones de tendencia. Nos enfrentamos nuc vamente con el problema habitual de una comple} entre el andlisis social abierto y el anilisis histérico que involu cra el anilisis social ¢ histérico de las categorfas admitidas y la “transformacion del idealismo”, en las tendencias posthegelia ja relacién nas, que conservan las categorias (presumiblemente) en formas modificadas. Por lo tanto, algunas consideraciones marxistas sobre el género conservan una categorizacién académica a la

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