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Comunicado de las 

Juventudes Mendocinas

Al primer día del mes de marzo del 2019 las juventudes partidarias,
sindicales, el movimiento estudiantil y diversas organizaciones sociales
reunidas en la Facultad de Derecho nos pronunciamos en contra del
anteproyecto de ley presentado por el Ministro de Justicia Germán Garavano,
y la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich el pasado 19 de Febrero. Dicho
proyecto busca modificar el Régimen penal de la minoridad y crear un
sistema penal juvenil, planteando como uno de sus puntos centrales y más
críticos bajar la edad de imputabilidad a 15 años.
Como punto de partida, todos los sectores coincidimos en la necesidad de
repensar el actual sistema planteado en la ley 22.728 y sus modificatorias;
creemos que merece una reestructuración integral e interdisciplinaria.
Por esto, luego de una ardua jornada de análisis y diálogo, donde estuvimos
acompañades por especialistas en la temática, planteamos algunos ejes
necesarios para la implementación de un sistema que promueva los
derechos de los, las y les jóvenes de Mendoza y Argentina.
El ​primer eje​, y adhiriendo a los tratados de organismos internacionales a los
que el Estado argentino suscribe, el objetivo de un sistema de justicia
respecto de les jóvenes debe ser la prevención del conflicto con la ley penal
antes que la represión.
En este sentido, el rol del estado es fundamental para trabajar en materia de
promoción de derechos y para crear mejores condiciones para el desarrollo
de les niñes y adolescentes. Dichas mejoras tienen que fomentar la idea,
profundización y el desarrollo de sus proyectos de vida, ampliando las
oportunidades educativas, de formación laboral, artísticas y recreativas. De
esta forma, podemos pensar proyectos alejados del delito desde un estado
que garantice el acceso a estándares básicos de equidad y que privilegie
como principio fundamental la justicia social.
Por otro lado, los datos existentes, aunque exiguos, muestran que la mayoría
de los conflictos con la ley por parte de adolescentes son por delitos contra la
propiedad y que su incidencia es muy baja en el total de los cometidos contra
las personas. Además, no indican con certeza un aumento progresivo de su
participación en la comisión de delitos. Otro dato importante es que los
delitos realizados por jóvenes generalmente responden a una cooptación por
parte de adultos y sus organizaciones. Por lo tanto, es importante enfocar los
trabajos de seguridad en ese tipo de acciones delictivas de parte de personas
mayores.
En sintonía, resulta fundamental también señalar que la estrategia política
para presentar este proyecto está orientada a otros objetivos mediáticos y no
a un debate profundo sobre el tema en cuestión. Sea a favor de la idea de la
“mano dura” y de los “castigos ejemplares” o en contra de ella, apelando a las
causas sociológicas que provocan la comisión de un delito por parte de une
adolescente, queda corrido del eje una multiplicidad de factores complejos en
las que tampoco se atiende a la cuestión coyuntural: la aplicación del
Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil (SRPJ) que le cabe
subjetivamente al menor de edad que delinque, vigente en cada provincia del
territorio nacional. La información oficial es escasa, la no oficial es poco
conocida o no se difunde, y nunca se plantea​ q ​ ué pasa realmente en
Argentina cuando une niñe o adolescente comete un delito; qué dice la
normativa, cómo debería proceder la policía, qué deciden les jueces, cómo y
dónde y en qué condiciones se encierra a esa persona.
Por estos argumentos entendemos que privar de la libertad o aplicar medidas
discrecionales a adolescentes menores de 16 años profundiza las
condiciones de vulnerabilidad, estigmatiza a la a la niñez y la juventud
(principalmente a aquellas personas de sectores sociales postergados) y no
apunta a socializar o resocializar sino a hacerles convivir con la violencia,
principalmente la institucional ejercida por el estado y la falta de políticas
públicas que tiendan a cubrir esas falencias.
El ​segundo eje expresa nuestra preocupación por la propuesta de una
modificación que no sigue los estándares internacionales. Como
mencionamos en el punto anterior, Argentina es firmante de Tratados
Internacionales de Derechos Humanos que proponen priorizar otros métodos
de punición como medidas socioeducativas, de reparación o trabajo
comunitario, dependiendo de la magnitud del hecho. Por esto, bajar la edad
de imputabilidad es inconstitucional, no solo porque se contrapone a dichos
tratados, sino porque viola el principio de no regresividad en derechos
humanos y en la protección de los derechos de niñes y adolescentes, es
decir, no se puede deshacer un derecho ya adquirido.
Otro aspecto que ignora los estándares es que el proyecto no plantea un tope
máximo de las penas privativas de libertad para los adolescentes de 16 y 17
años que sean condenados.
Como ​tercer y último eje​, planteamos que la construcción de un nuevo
régimen penal juvenil no puede dejarnos a les jóvenes fuera del debate.
Solicitamos al estado nacional y provincial que convoque a las distintas
juventudes y a diversas organizaciones a un espacio de diálogo para la
construcción de una propuesta que ampare nuestros derechos y en la que
seamos actores realmente involucrados. No es una propuesta consensuada
sino existe la construcción real de un espacio en donde los actores
directamente afectados por las medidas podamos opinar.
Además de estos tres ejes, respecto a la reforma, se debe capacitar en
diversas áreas y realizar cursos de especialización para les profesionales que
trabajen en cualquier eslabón del sistema juvenil. Por otro lado, esta
formación debe ser no solo interdisciplinaria sino que el abordaje de los
casos debe contemplar esa perspectiva.
Por último, exigimos la transparencia del presupuesto para trabajar en un
nuevo sistema, ya que, para hacerlo efectivo debe tener una partida
presupuestaria destinada.
En pocas palabras, las Juventudes Mendocinas le decimos ​NO a la baja ​de
la edad de imputabilidad e invitamos a la comunidad en general a sumarse a
este espacio multipartidario y multisectorial para avanzar en una propuesta
alternativa, integral e inclusiva que proteja los derechos de les niñes y
adolescentes, y nos permita un desarrollo conforme a nuestros proyectos de
vida. Queremos un país y una provincia en donde ser jóvenes no signifique
ser potencialmente delincuentes, sino que signifique que somos el presente y
el futuro de nuestra sociedad.

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