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Alimentacion Vegana Dahlke PDF
Alimentacion Vegana Dahlke PDF
Ruediger Dahlke
Alimentación vegana
Título original: Peace Food. Wie der Verzicht auf Fleisch und Milch Körper und Seele heilt.
REF.: RPRA101
ISBN: 978-84-1554-160-8
DEPÓSITO LEGAL: B.27.938-2012
Queda rigurosamente prohibida, sin autorización por escrito del editor, cualquier forma de reproducción,
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Contenido
PRIMERA PARTE.
ENFERMAR DEBIDO AL CONSUMO DE CARNE Y PRODUCTOS LÁCTEOS
El pionero: The China Study
Enfermedades cardiovasculares a causa de la proteína animal
El colesterol: un problema fundamental
Los productos lácteos favorecen (no solo) el cáncer
Dos tipos de carbohidratos: de mínimo valor y de valor integral
Enfermedades cancerosas y sus causas
El carácter nocivo de la grasa animal
Enfermedades autoinmunes: ¿qué sucede en el cuerpo?
El avance de la obesidad y la diabetes de tipo 2
Cómo perder peso sin dietas nocivas
Osteoporosis: un problema de los consumidores de leche
Se pueden frenar las enfermedades asociadas a la edad
Las grandes ventajas de la alimentación vegana
¿Muerto o vivo? ¿De qué se trata realmente?
Una mirada retrospectiva a la historia de nuestro desarrollo
La cuestión del pescado
SEGUNDA PARTE.
EL SUFRIMIENTO DE LOS ANIMALES
Guerra contra los peces
Vacas desesperadas
El matadero: no son bien recibidas las miradas críticas
Marranadas modernas
Los efectos que ejerce sobre nosotros el sufrimiento animal
De la granja a la fábrica de animales
Los consumidores tienen fuerza
Para la salud del planeta
Un motivo para la esperanza
TERCERA PARTE.
LO MEJOR PARA EL CUERPO Y LA MENTE
El sol como fuente de salud
El ayuno como terapia hormonal
Serotonina, la fuente de la felicidad y el bienestar
Algo más sobre lo que es mejor para el ánimo y la salud
Triplicar la energía durmiendo
Pasos hacia un nuevo mundo vegano
Comer en tiempos radiactivos
Respaldo de las religiones del mundo
CUARTA PARTE.
RECETAS VEGANAS PARA UNA VIDA FELIZ
Una forma de vida ideal
Epílogo
ANEXO
Verdura cruda como respaldo de la serotonina
Notas
Libros de Ruediger Dahlke
CD de Ruediger Dahlke
Direcciones útiles
Agradecimientos
Citas célebres
Sorprendentes posibilidades para estar sano
Podrá encontrar las indicaciones más importantes al final del capítulo a modo de
resumen resaltado visualmente. Así le bastará un simple y rápido vistazo para ver la
información sobre los resultados de estudios relativos a la alimentación. Además, en
la tercera parte del libro podrá consultar una práctica guía sobre la alimentación
vegana con la información fundamental.
PRIMERA PARTE
Todos los aspectos relacionados con la mente, así como los efectos de la
alimentación y la fuerza sanadora del sol, han sido desatendidos durante mucho
tiempo mientras nos poníamos en manos de la industria alimentaria. A pesar de los
perjuicios causados por esta última, se han acabado imponiendo los intereses
comerciales. Pero en la actualidad contamos con estudios modernos, llevados a cabo
durante mucho tiempo y con gran número de participantes, como The China Study,
del profesor T. Colin Campbell y su hijo Thomas M. Campbell, que nos permiten
conocer unas estimaciones totalmente distintas en cuanto a los riesgos clínicos que
puede causar la alimentación.6 Este trabajo, que vio la luz en 2004, ha contribuido a
cambiar mucho las cosas. Aunque el núcleo de los estudios se centra en la China
rural, las conclusiones traspasan las fronteras chinas: sin dejarse intimidar por la
enorme cantidad de datos, cifras y resultados, nos dan una visión general de la
influencia que tiene la alimentación en la incidencia de ciertas enfermedades. Uno de
los aspectos más destacados del estudio es no solo haber abarcado una enorme
extensión del territorio chino, con una gran cantidad de participantes, sino que
también permite evaluar una gran diversidad de aspectos relacionados con la
alimentación. Mientras que los estudios occidentales se basan, como es lógico, en
participantes occidentales, que consumen bastante o mucha carne, The China Study
también trabajó con personas escasamente carnívoras y, por tanto, sustentadas por
una alimentación abundante en vegetales.
Los resultados de los estudios occidentales relacionados con la dieta
vegetariana han dejado muy claros sus beneficios para la salud. Hace ya muchos
años que el Centro Alemán de Investigación Oncológica de Heidelberg concluyó que
las personas vegetarianas tenían menor tendencia a las afecciones cancerosas, y eso
que muchas ingerían proteína animal en forma de productos lácteos.
La posición de los Campbell es la siguiente: «Lo que hace tan convincente el
efecto de la alimentación sobre la salud es el volumen de pruebas científicas. […]
No podemos afirmar que todo se refiera a la casualidad, datos inservibles,
investigación parcial, estadísticas mal interpretadas o números falseados. Los
hechos son sencillamente contundentes».7
Esta nueva colección de estudios ha conseguido modificar el concepto mundial
de la nutrición, y lo ha hecho de una forma científica muy convincente. Por supuesto,
siempre ha habido gurús de la alimentación, como Bircher-Benner, Kollath,
Waerland o Broker, que recomendaban una alimentación basada casi exclusivamente
en los vegetales, pero no contaban con el apoyo de investigaciones científicas del
tipo The China Study.
Como no podía ser de otra manera, el estudio ha sufrido críticas de
determinados grupos cuyas objeciones se basan en la gran cantidad de participantes,
lo que supone un disparate. Campbell siempre ha reaccionado de forma muy
científica y ha podido demostrar que todas las críticas carecen de base científica y
que, en muchas ocasiones, han sido provocadas por intereses evidentes.
¿CÓMO HACER CAMBIOS EN LA ALIMENTACIÓN?
A pesar de que existe un gran número de pruebas sustentadas por la ciencia, la
pregunta es la siguiente: ¿Podemos cambiar tan rápidamente de hábitos como lo hizo
Bill Clinton? Este hombre, después de dos operaciones de corazón, tenía a su favor
la ventaja de carecer de alternativas y de contar, además, con la motivación que le
suponía su hija Chelsea. Tuvo que abandonar todos los «clásicos» de la alimentación
norteamericana, aunque el expresidente era, como se sabe, un reconocido fan de las
hamburguesas. Según sus propias declaraciones, confiaba en los nuevos estudios y
en las personas que los realizaban; esos son los resultados que voy a mostrar a
continuación. Al parecer, Clinton se sintió más fortalecido por sus malas
experiencias que por las recomendaciones de los autodenominados «expertos» que,
según se puede comprobar cada vez más en el ámbito de la medicina, pertenecen a
menudo a grupos de interés (como el de la industria alimentaria) y, por tanto, tienen
sobrados motivos para mantenerse en posiciones seguras que les reporten ganancias.
Uno de los fracasos más tristes de nuestro sistema sanitario es que los médicos se
benefician de la enfermedad en lugar de hacerlo de la salud.
Pero merecer la salud no es tan sencillo como pudiera parecer, lo que supone un
reto para médicos y terapeutas. La salud, por desgracia para nosotros, tiene poco de
«grupo de presión», y eso es algo que puede ir cada vez a más porque en la
actualidad aumentan los casos de muertes por afecciones cardiovasculares, cáncer,
diabetes o demencia, y esas personas mueren «la mayoría de las veces en hospitales
o asilos, en lugar de hacerlo en sus propias camas como fruto de la decrepitud».8
Resumen:
Gracias a The China Study contamos con una gran cantidad de resultados de
investigaciones sobre la influencia de la alimentación en las principales
enfermedades de nuestro tiempo.
Enfermedades cardiovasculares a causa de la proteína animal
Resumen:
La carga científica de las pruebas contrarias a los productos animales y su relación
con las afecciones cardiovasculares es realmente impresionante. Con la alimentación
vegana, tanto la presión arterial como los problemas cardiovasculares mejoran por
sí solos y en ocasiones se pueden llegar a curar aunque estén avanzados. No habría
por qué llegar tan lejos, pues la alimentación adecuada sirve de freno, desde el
primer momento, a esos trastornos y favorece una vida placentera. En el plano
mental se debe afirmar que es necesario dar espacio a los asuntos del corazón y
seguirlos.
Los baños de sol regulares y las siestas reducen el riesgo de padecer enfermedades
cardíacas. Lo más decisivo es establecer una comunidad de los factores implicados,
desde la alimentación vegetariana hasta la toma en consideración de la mente.
El colesterol: un problema fundamental
Resumen:
La carne, el pescado, la leche, los huevos y la grasa hacen que el colesterol aumente
y que se incremente en consecuencia el peligro de sufrir las denominadas
enfermedades de la civilización. El consumo de proteína vegetal es el medio más
efectivo para reducir eficientemente el nivel del colesterol. La alimentación vegetal
es el camino más saludable hacia una reducción natural del colesterol y un
mantenimiento de su nivel, para así disfrutar de una vida mejor y más dilatada.
Los productos lácteos favorecen (no solo) el cáncer
Leche de arroz
Se comercializa con el nombre de «bebida de arroz», y consiste en agua, arroz,
aceite vegetal y sal. El mismo procedimiento se aplica con otros tipos de cereales,
como la espelta y el cáñamo, a partir de los que también se preparan bebidas y
muesli.
Leche de coco
Coco con agua. Se utiliza para las comidas dulces y para preparar platos asiáticos.
Leche de almendras
Una pasta de almendras o bien almendras molidas y tostadas que se mezclan con
agua. Se utilizan en muchos procesos culinarios, por ejemplo para la elaboración de
muesli. Hasta un café capuchino queda magnífico con una espumosa leche de
almendras.
Leche de soja
Más al respecto en las próximas líneas.
EL PROBLEMA DE LA SOJA
A partir de la soja se puede «copiar» todo lo que conocemos en cuanto a variante de
carne: desde un escalope hasta una pechuga de pollo o, incluso, unas gambas.
Además, con ella se dispone de una leche de sustitución que ha ido ganando muchos
adeptos en los últimos años. Quien acuda a comer a un buen restaurante vegano se
sorprenderá de todo lo que se puede hacer con la soja. Pero, a pesar de todos estos
atractivos, especialmente tranquilizadores para aquellos que deseen hacer su primera
incursión en el reino de la dieta vegana, las judías de soja están bajo sospecha
debido, sobre todo, al elevado nivel de estrógenos que poseen.
En el caso de las mujeres, acostumbradas al exceso de estrógeno, esta base
vegetal no supone ningún problema. Además es incomparablemente mejor elevar así
el nivel de estrógenos que hacerlo a base de hormonas, ya que por experiencia
sabemos lo elevados que son los ratios de cáncer de mama causados por esas
hormonas. El hecho de que las mujeres asiáticas vivan mucho mejor la edad madura
gracias a su elevado consumo de soja dice mucho en favor de esta leguminosa. Sin
embargo, las asiáticas no suelen comer tanta cantidad de soja como lo haría una
adepta a la alimentación vegetariana o una partidaria de la alimentación vegana,
sobre todo al inicio del cambio de hábitos.
Para los hombres existe el problema de que pueden engordar a causa de la soja y
desarrollar, a largo plazo, formas femeninas, desde unas «suaves» caderas hasta una
tripa un tanto redondeada, pasando por el desarrollo de senos. Sin embargo, los
hombres que consumen carne pueden adquirir también una figura mucho más
femenina, pues con la carne se ingieren demasiadas hormonas; aunque, por el
contrario, suelen tener muy poco cultivada su ánima, su parte femenina, y eso afecta a
su cuerpo físico, según explico en mi libro La enfermedad como símbolo.
Los estómagos prominentes de los aficionados a la soja están propiciados,
además, por la retención de gases, pues la soja es una judía y, como tal, genera
flatulencia. Desde el punto de vista psíquico se puede argumentar que a muchos
hombres les sentaría muy bien adquirir algo de la condición femenina, por ejemplo
un aumento de sensibilidad. El problema es que el tipo «macho» se suele alimentar
con una amplia base animal (con lo que consigue un patológico exceso de hormonas
femeninas procedentes de las vacas, y con él un aumento del pecho), por lo que el
cambio al veganismo no les haría más femeninos, ni en lo físico ni en lo mental.
Un amigo que no atendió a mis advertencias sobre la soja pudo comprobar en su
posterior fase de renuncia que volvía a ser claramente más masculino y sentía más
arrojo, y no solo en los negocios. En los muchachos jóvenes, aún en fase de
desarrollo, hay que vigilar especialmente que no abusen del consumo de soja, pues
una ingesta demasiado elevada puede hacer que sus niveles de estrógeno sean
centenares de veces superiores a los valores aceptados. Por eso en Inglaterra y
Nueva Zelanda los departamentos de salud pública alertaron sobre los
inconvenientes de servirse de la soja como sucedáneo de la leche. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que ambos países tienen una intensa cultura relacionada con la
leche de vaca y que sus industrias lecheras son líderes a escala mundial. En todo
caso, recordemos que para los niños pequeños la soja es poco recomendable.
Otro aspecto en la sombra (sobre todo en la elaboración de alimentos) es que la
industria de la soja representa un peligro para los bosques lluviosos amazónicos, el
mismo que puede suponer la producción de carne de vaca exigida por las cadenas de
hamburguesas.
Aun cuando todo lo anterior agregue unas gotas de amargura al sabor de la leche
de soja, lo cierto es que sus judías seguirán siendo una buena fuente de grasa y
proteína vegetal. Da igual que sea salsa de soja, tofu, tempeh o miso; son muchos los
productos que suponen un componente fundamental para la cocina vegana. También
supone una gran ayuda para quienes desean cambiar su alimentación pero añoran la
carne y la sensación que produce en la boca: muchos de los sucedáneos de la carne
que se preparan con soja también se pueden fabricar con gluten extraído del trigo y
que son de una textura semejante.
Resumen:
Se considera que los productos lácteos en general impulsan el cáncer. Favorecen en
especial la aparición del cáncer de próstata, por lo que resultan peligrosos a edades
avanzadas. Desde el comienzo de la vida hasta la adolescencia se recomienda la
sensata postura de practicar una alimentación relativamente rica en proteínas;
después, a lo largo de la evolución vital, ya irán apareciendo cada vez más en primer
plano los carbohidratos. Por lo tanto, los niños pueden tomar mayores cantidades de
productos lácteos que los adultos (el cáncer no es un problema tan acuciante a esa
edad), pero, una vez que han crecido, mantener ese hábito puede resultar peligroso.
Por eso los padres deben contrarrestar la influencia de la publicidad. Una alternativa
a la leche animal son las de arroz, cáñamo, almendra y, con reservas, la de soja.
Dos tipos de carbohidratos: de mínimo valor y de valor
integral
Resumen:
Los carbohidratos complejos vegetales son tan valiosos e importantes como
peligrosos y vacíos son los refinados. Por ello, son perjudiciales las dietas bajas en
hidratos de carbono, puesto que si bien reducen los carbohidratos refinados, lo que
constituye un aspecto favorable, también lo hacen con los integrales, por lo que no
solo incrementan el riesgo de afecciones cardiovasculares, sino, sobre todo, el de
padecer cáncer.
Enfermedades cancerosas y sus causas
A lo largo de las tres últimas décadas he escrito sobre los fundamentos psíquicos de
ciertos cánceres. El planteamiento de mis libros La enfermedad como símbolo, El
mensaje curativo del alma y El mensaje curativo del alma femenina tiene como
objetivo evitar que las células cancerosas campen a sus anchas por nuestro
organismo y que cada persona asuma por sí misma su autorrealización para vivir. La
idea puede sorprender a muchos pacientes, pero me consta que a algunos les ha
deparado verdaderos beneficios en su salud. De acuerdo con las ideas de la
psicosomática, de base científica y complementada por el correspondiente programa
de alimentación, nuestras posibilidades de lucha contra el cáncer mejoran
sensiblemente. Ahora disponemos de un arma muy efectiva que carece de efectos
secundarios y que no es superflua, todo lo contrario, para las personas sanas: la
adaptación del trasfondo mental, así como la alimentación vegana por sus efectos
sobre la aparición del cáncer, la deberían utilizar todos los seres humanos.
CÁNCER Y COLESTEROL
En el año 1992, Campbell y sus colaboradores ya observaron en sus estudios con
ratas de laboratorio que se podía activar el cáncer a base de una alimentación rica en
proteínas y, al contrario, desactivarlo con una ingesta de escaso contenido
proteínico. Dos grupos de ratas fueron tratados con aflatoxinas, un poderoso
cancerígeno que afecta al hígado. Uno de esos grupos recibió, además, una
alimentación enriquecida con un 20 % de caseína (proteína de la leche), mientras
que a la comida del otro grupo solo se incorporó la cuarta parte de esa sustancia. Al
cabo de cien semanas todos los animales del primer grupo estaban muertos o
moribundos. En el otro grupo, en el mismo periodo y a pesar de haber recibido la
misma cantidad de aflatoxinas, todos los animales estaban vivos e irradiaban
vitalidad, algo que se podía apreciar perfectamente en su sedoso pelaje.
En el caso de los animales cuya alimentación pasó de ser rica en proteína láctea
a ser proteínicamente escasa, se pudo observar que el crecimiento de tumores
descendía de un 35 a un 40 %. Si posteriormente se volvía al exceso de proteínas,
esos valores volvían a subir. La sospecha extraída de estas observaciones intrigó al
autor durante muchos años y pudo seguir alimentándola a través de diversos
experimentos. Campbell pudo demostrar que la proteína de la leche influye en las
células y las hace reaccionar como cancerígenas. Puesto que se habían comprobado
muchas sustancias para los distintos tipos de cáncer y dado que las ratas disponen de
un metabolismo proteínico muy similar al de los humanos, estaba muy claro que el
paso siguiente era hacer estudios semejantes en personas.
The China Study, con su gran cantidad de participantes, supuso ese paso y arrojó
unos resultados en verdad escalofriantes. Un elevado nivel de colesterol no solo era
un claro signo de la probabilidad de sufrir afecciones cardiovasculares, sino que
también representaba un elevado riesgo de cáncer. El colesterol alto en sangre surge
por una alimentación carnívora que aporta gran cantidad de contenido graso. Por
tanto, es también un marcador para personas que disfrutan con esa alimentación
animal.
El carácter nocivo de la grasa animal
La opción de cuidar la alimentación tiene, por otro lado, una serie de ventajas,
como se ha podido comprobar en las mujeres chinas. La ingesta de productos
vegetales de alto valor biológico no solo disminuye el tiempo de la exposición a
hormonas entre la primera y la última menstruación, sino que también aminora los
síntomas de la menopausia. Por el contrario, si la dieta que se sigue es carnívora, los
trastornos resultan especialmente severos cuando surge bruscamente una fuerte
regresión de los valores hormonales. En el caso de las mujeres que se alimentan de
forma vegana esto no sucede con tanta intensidad, pues sus niveles durante la época
de madurez sexual no son tan elevados y posteriormente no disminuyen con tanto
rigor. Naturalmente, a todo esto se agregan las ventajas de la vida vegana, que ya se
han expuesto al tratar las afecciones cardiovasculares.
Asimismo, ha quedado científicamente demostrado el efecto del sol en una
considerable reducción de la probabilidad de sufrir cáncer de mama. En el año 1999
el doctor Martin Lipkin realizó varios estudios y confirmó el efecto positivo de la
vitamina D. Entre los años 1986 y 2004, Kim Robien y sus colaboradores
constataron en 34.000 mujeres, incluidas en el denominado Iowa Women Study, que
la ingesta diaria de 800 UI (unidades internacionales) de vitamina D, en lugar de
400, reducía alrededor de un 34 % el riesgo de padecer cáncer de mama. A partir de
aquí ha seguido un estudio tras otro, siempre con los mismos resultados: altos
valores de vitamina D disminuyen considerablemente el riesgo de sufrir un
carcinoma de mama.22
Próstata y mente
A todo ello se añade el embarazoso componente emocional que un problema de
próstata acarrea a los hombres de nuestra sociedad. En las sociedades
industrializadas occidentales altamente competitivas, casi el 100 % de los hombres
de setenta años tiene un aumento del tamaño de la próstata que le dificulta la
micción. La orina simboliza las aguas residuales del alma. Que los hombres
occidentales tienen un problema para liberarse mentalmente es algo que no solo se
manifiesta en la micción a edades avanzadas, sino también en otros muchos planos, e
incluso a edades anteriores. Los árabes que tienen que «atender» a un harén no tienen
esos problemas de evacuación…
La misión de la próstata, que en su volumen natural tiene el tamaño de una
avellana, es la de producir fluido para favorecer las relaciones sexuales, apoyada
por la glándula de Cowper, generar un lubricante y aportar fluidos nutrientes al
esperma. Pero para ello precisa de un determinado entrenamiento; por decirlo de
alguna forma, debe tomar parte en largos rituales amorosos y ser entrenada para
realizar correctamente su misión. Si ocurre así, tiende a disponer de una vida larga
para trabajar y ocuparse de que todo se deslice y fluya correctamente, de forma
sensual y placentera.
Pero cuando su trabajo es ignorado, porque esas fiestas amorosas no son dignas
de tal nombre y son tan solo unos fugaces fuegos artificiales que enseguida se
apagan, es muy posible que aparezcan los problemas. Tras décadas de una silenciosa
vida pasional, la glándula lo acusa y comienza a crecer con un desarrollo excesivo:
la denominada hipertrofia. Por regla general suele ser benigna y el problema se hace
perceptible por una «emisión» masculina cada vez más lastimosa. No tiene por qué
ser muy preocupante, pero ¿cuántos de los jóvenes que ahora compiten por «llegar
más lejos y más alto» sospechan que en algún momento se producirá un agotamiento
paulatino de su actual y orgulloso chorro masculino?
En este caso no sería útil la conocida solución de los urólogos con los masajes
prostáticos que, en tiempos, gozaban de gran consideración. La solución radica en
una activa vida sexual, con festivales amorosos por todo lo alto, suculentos y, sobre
todo, mantenidos de forma prolongada, con sus correspondientes erecciones tal y
como exige la próstata. Está claro que esa actitud no suele ser la regla habitual en
una sociedad en la que todo son prisas, y, cuando se da, para la glándula, su
propietario y su pareja, suele ser una excepción.
De hecho, en nuestras sociedades casi todos los hombres son frígidos, es decir,
en las eyaculaciones, que los occidentales confunden con orgasmos, permanecen
totalmente secos. Aun cuando en los patriarcados este diagnóstico suele estar
reservado a las mujeres, el fenómeno es más que claro. ¿Por qué la Madre
Naturaleza, que siempre va sobre seguro y para conseguir una pareja de ranas
produce una gran cantidad de renacuajos, aquí no debería ir también sobre seguro y
hacer que los dos sexos tengan, por obligación, una jugosa «fiesta resbaladiza»? Los
hombres de otras culturas (amorosas) muestran cómo funciona la cosa de forma
natural.
El dilema es cómo mejorarse a sí mismo, incluso a edades avanzadas. Está claro
que una sexualidad desarrollada de forma temprana y continuada, al mismo tiempo
que una renuncia a la leche en la vida adulta y el traslado del deseo de carne desde
el comedor al dormitorio, y con ello al plano de la vida amorosa, sería la mejor
medida preventiva. En este caso tampoco se han observado efectos secundarios; una
sexualidad placentera nos hará felices hasta edades muy avanzadas.
Sin embargo, las constantes visitas al urólogo por el aumento de los valores de
PSA constituyen, evidentemente, un proceso penoso y embarazoso de diagnóstico
precoz que siempre implica mucho miedo. La prevención real aporta justo lo
contrario que el miedo, el goce de la vida. Este sería el deseo y la misión de esta
glándula: quiere regir y favorecer una maravillosa vida sexual.
PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÓNCER
La prevención es, en principio, algo distinto al diagnóstico precoz. En el primer caso
se puede impedir el mal de antemano y, además, hacerlo imposible gracias al
correspondiente posicionamiento vital. El segundo caso, el diagnóstico precoz,
pretende que el problema salga a la luz lo antes posible y poder luchar a tiempo
contra él. Por eso la prevención empobrece a los médicos y el diagnóstico los
enriquece. Posiblemente sea ese uno de los motivos por los que la primera casi no
aparece en la medicina convencional mientras que el segundo ha generado a su
alrededor una industria que no para de crecer. Comparado con la prevención en el
sentido que señala el libro La enfermedad como símbolo, el diagnóstico es poco
significativo, escasamente necesario y, además, va siempre asociado al miedo y la
esperanza de que no se encuentre nada…, pero nunca se puede afirmar con total
seguridad, ni siquiera haciendo rastreos semanales.
Por regla general, la prevención puede aportar mucha satisfacción, pues trabaja
sobre algo que es necesario para la vida y lo hace con una mayor probabilidad de
remedio que la que supondría tropezarse con la temida enfermedad que se pretende
prevenir. En el libro Lebensprinzipien (Principios de vida) reúno todas mis ideas
relativas a la auténtica prevención con la ayuda de los principios originales. Esta
prevención debe englobar, por supuesto, a la mente, tomar en gran consideración una
alimentación eficiente y de calidad, así como incluir el ejercicio (lo mejor es
practicarlo al aire libre) con fases de recuperación y descanso hasta llegar a la
dimensión espiritual de la meditación.
El diagnóstico precoz, que de forma totalmente errónea se considera una
profilaxis o prevención del cáncer, es una insolente falacia que no tiene tales
pretensiones, pero que siempre es mejor, por supuesto, que un diagnóstico tardío…
exceptuando las peligrosas mamografías. Sobre su efectividad como diagnóstico
precoz, las mamografías están cada vez más en tela de juicio e incluso aumenta el
número de médicos convencionales que se distancian de esos métodos, como es el
caso de la profesora Ingrid Muhlhauser, de Hamburgo, o Holzgreve, su colega de
Munich. Este último escribió sobre un metaanálisis, es decir, un estudio que
englobaba seis estudios independientes, relativos al carcinoma de próstata, que entre
los años 2005 y 2010 se realizaron a 387.286 personas y que no pudieron determinar
un descenso significativo de la mortandad basado en las evaluaciones de valores
PSA.33 Si se piensa en la angustia que se provoca, las circunstancias de los
reconocimientos y las consecuentes operaciones quirúrgicas, parece decididamente
necesario desaconsejar este tipo de «previsiones». Estos alejamientos de los
métodos tradicionales han aparecido incluso en revistas especializadas, como
Deutsche Ärzteblatt y Münchner Medizinische Wochenschrift, lo que constituye una
clara muestra de lo mucho que cambian los síntomas y los tiempos.
A estos avances se añaden los estremecedores resultados de la denominada
«medicina basada en la prueba», una rama de la medicina científica que tiene la
misión de examinar, muy de cerca y de forma científica, las medidas médicas
aplicadas. Como resultado de estas investigaciones, hace ya años que en Inglaterra
se han suprimido los reconocimientos preventivos en los problemas de próstata, pues
ha quedado claro que provocan más perjuicio que beneficio, sin olvidar su carga de
angustia y los falsos positivos, es decir, diagnósticos erróneos que suponen la
práctica de un gran número de intervenciones quirúrgicas innecesarias.
Pero el hecho de que desde hace tiempo no parezcan razonables las mamografías
no significa que no tenga sentido un reconocimiento manual de la mama por parte de
facultativos competentes. Esto no supone ningún obstáculo para una auténtica
prevención.
Yo, personalmente, a mis sesenta años, nunca me he sometido a uno de los
denominados reconocimientos de la medicina convencional y aseguro que no voy a
hacerlo si, en el peor de los casos, se trata de un reconocimiento precoz que sea
peligroso o molesto. Me pasé a la alimentación vegetariana cuando tuve claro lo que
me aportaba tanto en la salud como en el terreno espiritual: hace ya más de cuarenta
años que renuncié con sumo gusto al consumo de carne. Desde que leí The China
Study sigo, como ya he dicho, una dieta vegana.
En el plano emocional intento realizar satisfactoriamente mi misión en la vida y
avanzar por mi camino, tanto en el ámbito laboral como el de pareja y espiritual, lo
que supone también una prevención mental contra el cáncer. Además, dedico tiempo
y espacio a los temas del corazón, tal y como hago ahora en este libro, y eso se
puede asociar a una prevención mental de las afecciones cardiovasculares.
Naturalmente recomiendo a todos que sigan este mismo procedimiento.
CORRELACIÓN ENTRE EL CÁNCER Y LOS PRODUCTOS CÁRNICOS, ALGO DESATENDIDO
DURANTE MUCHO TIEMPO
No desearía, en absoluto, dar aquí la impresión de que el conocimiento de la
relación existente entre el cáncer y la alimentación es algo nuevo y que The China
Study no contaba con precedentes. La conocemos y advertimos sobre ella desde hace
décadas, pero este estudio en concreto, con su gran cantidad de participantes y sus
conclusiones, ha logrado llegar hasta el fondo de la cuestión. Con ese estudio, la
medicina convencional, que dice estar tan vinculada a la ciencia, debería haber
cambiado su enfoque; es como una conclusión de las investigaciones más antiguas.
En relación con el cáncer existe una gran cantidad de estudios anteriores en el mismo
sentido, que muestran que la medicina actual lleva mucho tiempo dormida y que se
han ocultado los mejores conocimientos relativos a las correlaciones más
importantes.
En 1992 se realizó un estudio de síntesis de otros 200 (!) en el que se afirmaba:
«En la mayoría de los tipos de cáncer, las personas con un bajo consumo de frutas y
verduras […] tienen doble riesgo de sufrir cáncer que las que las toman en
abundancia».34 La dependencia estaba muy clara en la gran mayoría de los estudios
pero, de hecho, no en todos. Sin embargo, en ninguno de ellos se mencionaban las
posibles ventajas referidas al abandono de la alimentación vegetal o a su reemplazo
por la proteína animal.
En 1999, el científico japonés Hirayama, del Instituto de Prevención Oncológica
de Tokio, basándose en un estudio realizado durante 17 años sobre 265.118 adultos
de seis prefecturas de Japón, llegó a la siguiente conclusión: «Los grandes
comedores de carne muestran una clara tendencia a sufrir cáncer de colon, pulmón o
mama. El riesgo se incrementa notablemente si, además, son fumadores y no toman a
diario verdura verde o amarilla».35 De igual modo, en el año 1990 los autores de un
metaanálisis referido a seis estudios independientes afirmaron: «Nuestras
investigaciones muestran entre las mujeres que ya han pasado la menopausia una
consistente y estadísticamente significativa relación positiva entre el riesgo del
cáncer de mama y la ingesta de grasas saturadas; se ha comprobado el extraordinario
efecto protector proporcionado por la ingesta elevada de fruta y verduras. Ese alto
grado de protección se acusa en especial con la vitamina C».36
La conclusión final de los autores en otro estudio: «Entre las mujeres que
padecían riesgo de sufrir cáncer de ovario, se comprobó que podían reducirlo
considerablemente solo con proceder a un cambio en su alimentación: disminuir la
ingesta de grasas saturadas y aumentar el consumo de verdura».37
Y algo realmente radical para los científicos, a pesar de que ya data de 1990:
«Basta pensar con calma sobre la base de los datos existentes [en lo que se refiere al
cáncer de colon], para concluir que la cantidad óptima de carne roja que se debe
comer es igual a cero».38
Claus Leitzmann y Andreas Hahn escribieron hace 15 años en Vegetarische
Ernährung (Dieta vegetariana): «Los análisis epidemiológicos nos llevan a la
conclusión de que con una adecuada selección de los alimentos se puede reducir en
un 90 % el riesgo de cáncer de colon y estómago, en un 50 % el de mama y en no
menos del 20 % el referido a gran cantidad de otros tipos de cáncer (pulmón, boca,
cuello, tráquea, esófago, vejiga, cuello del útero). […] Tal y como han reseñado
numerosos estudios epidemiológicos, los adeptos a la alimentación vegetariana
muestran una morbilidad y mortalidad a causa del cáncer claramente menores que las
del resto de la población, en especial en lo que se refiere al cáncer de colon y de
mama. Al mismo tiempo, a partir de un estudio longitudinal se concluyó que las
mujeres vegetarianas que sufren cáncer de mama tienen un ratio de supervivencia
cinco años más alto que el de las pacientes que no viven según las doctrinas
vegetarianas. […] Un consumo alto y mantenido en el tiempo supone un factor de
elevado riesgo para el cáncer de intestino. […] Si se sigue una alimentación rica en
fibra, ese riesgo de cáncer de intestino disminuye alrededor de un 40 %».
En consecuencia, los autores llegaron a la siguiente conclusión: «Está más que
contrastado que los vegetarianos son un grupo de bajo riesgo en lo que se refiere al
cáncer. Una dieta cuya base prima-ria sean los vegetales les aporta toda una serie de
alimentos preventivos, como pueden ser la fibra, las vitaminas y los minerales».39
Y el diario médico Ärzte Zeitung ya lo anunció en 1997: «Fumar sigue siendo,
con una cuota de aproximadamente el 20 %, una de las causas más importantes de
enfermedad, pero los datos epidemiológicos más recientes dejan atisbar que los
fallos en la alimentación son responsables, al menos, de la misma cantidad de casos
de cáncer».40 Y en el año 1999 fue aún más tajante: «Una alimentación rica en
grasas, y con gran cantidad de carne y poca verdura tiene una correlación muy
directa con casi la tercera parte de todas las afecciones cancerosas. Hasta la fecha se
ha detectado una estrecha dependencia entre los hábitos alimenticios y la incidencia
de carcinomas en 18 tipos de tumores».41
La carga de las pruebas disponibles desde hace muchos años es impresionante.
Pero para aquellos colegas que todavía no lo puedan creer y prefieran criticar la
metodología de los estudios independientes u orientar su indignación en un sentido
distinto mediante la racionalización de otra pseudociencia, habría que añadir dos
puntos más:
Resumen:
Las enfermedades autoinmunes se ven favorecidas por la presencia de proteína
animal en la alimentación. Sobre todo hay que advertir de esta correlación en el caso
de la leche de vaca, muy en especial en los lactantes. La leche de vaca favorece la
diabetes de tipo 1 y lo hace en mayor medida cuanto antes se comience a consumir
este tipo de leche. Una alimentación vegetariana puede reducir las posibilidades de
sufrir alguna de estas enfermedades o incluso producir mejoría en las que, por
cualquier causa, ya estén presentes.
El avance de la obesidad y la diabetes de tipo 2
Resumen:
El aumento mundial del sobrepeso, la obesidad y sus enfermedades concomitantes,
como la diabetes de tipo 2, es tan alarmante como espectacular. La correlación entre
el consumo de carne y la diabetes de tipo 2 resulta más que evidente. Una
alimentación plenamente vegana puede evitar de entrada muchas enfermedades e
incluso aliviar las ya declaradas, sobre todo con el paso de la opulencia material a
una vida plena que, lo mismo que el afecto, ha conseguido abrirse un hueco en la
existencia. La diabetes de tipo 2 puede prácticamente evitarse gracias a un adecuado
cambio de alimentación, o con la práctica del ayuno.
Cómo perder peso sin dietas nocivas
Resumen:
Las dietas fórmula no funcionan a largo plazo, mientras que el ejercicio y la
alimentación vegetariana nos ayudan a no caer en la obesidad. Si sacrificamos, en
sentido figurado, en el ara de la vaca sagrada de la alimentación los tres tipos de
alimentos siguientes: 1) los productos cárnicos, 2) los productos lácteos y 3) los
carbohidratos refinados, ya no necesitaríamos sacrificar más vacas auténticas y en
lugar de eso nos desharíamos de una base fundamental sobre la que se sustentan las
actuales enfermedades de la civilización.
Osteoporosis: un problema de los consumidores de leche
Si los científicos del lobby de la industria lechera dijeran la verdad y la leche nos
reportara unos huesos firmes y fuertes, todos dispondríamos de una magnífica
configuración ósea, pues hace ya muchos años que seguimos sus consejos. Sin
embargo, las cosas no son como nos cuentan, pues es fácil comprobar que muchos de
los países punteros en el consumo de leche padecen, curiosamente, considerables
problemas de osteoporosis.
ALTA DENSIDAD ÓSEA Y OSTEOPOROSIS
Las roturas del cuello del fémur son un indicador de que existe una estabilidad ósea
defectuosa, pero no sirven para definir la densidad mineral ósea, cuya estimación
por medio de una densitometría se ha puesto de moda entre los médicos y supone una
práctica muy lucrativa. La gran cantidad registrada de estas fracturas61 señala que en
nuestras latitudes existe una elevada cantidad de personas afectadas por la
osteoporosis; en Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia, tres de los países con
mayor consumo de productos lácteos en el mundo, también ha quedado muy patente
el desarrollo de la osteoporosis.
La densidad ósea no es en todos los casos un buen indicador del peligro de la
osteoporosis y su medida es inútil, al menos en los pacientes. El mejor marcador
para la osteoporosis es la relación existente entre la proteína animal y la vegetal
presentes en la alimentación. Cuanto más alta sea la de procedencia animal, mayor
será el peligro de sufrir este mal.
HIPERACIDIFICACIÓN: UN FACTOR SUBESTIMADO
Si los países que han registrado un elevado consumo de leche a lo largo de tantos
años también están afectados por elevadísimos índices de fracturas del cuello
femoral y de osteoporosis, quizá lo más sensato sería cambiar el enfoque. En el año
1992 se realizó una investigación en la prestigiosa Universidad de Yale en la que se
integraban otros 34 estudios. El resultado: el 70 % de la fracturas óseas se podía
asociar a un elevado consumo de proteína animal.62 El motivo: estas proteínas
elevan el grado de acidificación de los tejidos, y el organismo debe neutralizar los
ácidos sirviéndose del calcio de los huesos, con la consecuencia de una alta
eliminación de calcio a través de la orina.
Sherman ya describió este efecto ¡en el año 1920!, aunque hasta la fecha no se ha
observado ninguna reacción a sus indicaciones. El motivo, una vez más, pueden ser
los intereses políticos, y que entonces no existían universidades tan renombradas
como la de Yale. Pero el siglo transcurrido debería ser más que suficiente para hacer
cambiar las ideas. El consejo de tomar derivados lácteos para evitar la osteoporosis
es perjudicial e incluso malintencionado por parte de los médicos, pues ya hace años
que diferentes profesionales afirman, por ejemplo, que el queso aporta ácido a los
huesos y que estos no lo resisten.
El calcio que aporta la leche no puede equilibrar el efecto de movilización del
calcio de los huesos provocado por la hiperacidificación. Se puede, pues, decir que
la leche es un buen proveedor de calcio, pero aún es mejor ladrón del mismo. A fin
de cuentas, el balance siempre es negativo: la leche aporta más perjuicios que
beneficios.
Por tanto, el exceso de ácido es un factor decisivo en el proceso de la
osteoporosis. Los fundamentos de la hiperacidificación se basan en una alimentación
rica en proteína, sobre todo proteína animal y productos artificiales como pueden ser
los dulces, que están compuestos prácticamente de carbohidratos refinados y, sobre
todo, azúcar. De acuerdo con mi propia experiencia, otro factor decisivo es el estado
de ánimo vital. Las personas que tienen mal humor tienden a sufrir más deprisa un
exceso de ácido que las que, colocadas en la actitud contraria, mantienen un talante
abierto y tranquilo frente a la vida.
En el año 1931, el fisiólogo alemán Otto Warburg, premio Nobel de Fisiología y
Medicina, formuló dos verdades esenciales sobre el tema del cáncer: donde aparece
el cáncer existe 1) hiperacidificación y 2) falta de oxígeno. El exceso de ácido es un
mal subestimado por la medicina convencional y sería bueno que ahora, al menos en
lo que se refiere a la osteoporosis, pudiera ser reconocido científicamente como un
problema.
Los Campbell presentaron un gráfico en la Universidad de California (San
Francisco) con resultados de 87 estudios realizados en otros países. Mostraron la
notable disminución del riesgo de fracturas de cadera al aumentar el aporte de
proteína vegetal.
Según el gráfico, existe la probabilidad de sufrir una fractura del cuello del
fémur en países cuya relación entre el consumo de ambos tipos de proteína sea
menor que 1, y se puede situar en una cifra entre 50 y 200 por cada 100.000
habitantes. A partir de una relación de 2, es decir, cuando el consumo de proteína
vegetal duplica a la de origen animal, el ratio se reduce prácticamente a 0. Esto
significa que la forma de conseguir la desaparición casi absoluta de la osteoporosis
pasa por incrementar la ingesta de proteína vegetal y abandonar la animal.
Un estudio de la misma universidad del año 2001,63 llevado a cabo durante siete
años sobre un colectivo de 1.000 mujeres que habían rebasado los 65 años, analizó
la densidad ósea, la rotura de cuello de fémur y el consumo de las distintas
proteínas. La comparativa no tuvo en cuenta a mujeres de distintos países, sino solo
los valores obtenidos en mujeres estadounidenses a fin de no modificar los
resultados por causa de otros factores. El resultado fue, de nuevo, muy similar: las
mujeres con una ingesta elevada de proteína animal sufrían cuatro veces más
fracturas que las que presentaban un consumo más bajo; y durante los siete años del
estudio se observó que la densidad ósea de las participantes aumentaba rápidamente
en las mujeres con menor ingesta de proteína animal. Recordemos que las mujeres
norteamericanas que consumen pocas proteínas las extraen en un 50 % de fuente
animal. Si esa proporción se redujeran a un 25 % o se evitara por completo, los
resultados serían mucho mejores que los obtenidos en este estudio realizado a nivel
estatal.
Para los carnívoros alemanes la comparación con los nigerianos resulta muy
significativa. El consumo de proteína animal de los naturales de Nigeria es de un 10
% y, comparados con los germanos, su probabilidad de sufrir fracturas es un 99 %
más baja. Estos datos se han contrastado en el mismo estudio citado al principio de
este capítulo.65 Por su parte, las nigerianas, como el resto de los africanos, casi no
toman leche de vaca rica en calcio y tienen muchos hijos a los que amamantan
durante años. Según la medicina convencional, deberían padecer severos cuadros de
osteoporosis. Sin embargo, ocurre todo lo contrario: las alemanas padecen
osteoporosis y las nigerianas casi ni la conocen.
EL CONSUMO DE LECHE PERJUDICA A LOS HUESOS, EL SOL LES BENEFICIA
Como se ve, no está científicamente justificado el consumo de leche o de calcio en
las mujeres occidentales como método para cuidar la salud de los huesos, sino que,
al contrario, existen estudios que se oponen a esa aseveración. Citemos por ejemplo
los realizados por Wachsman y Bernstein, que ya en 1968 comprobaron que una
excesiva ingesta de calcio elevaba la probabilidad de las fracturas óseas.66 Por su
parte, Hegsted, que fue profesor de Harvard y experto en calcio, sostuvo la idea de
que una administración constante y prolongada de calcio limita la capacidad del
organismo para regularlo y servirse de él.
Existe, además, una gran cantidad de estudios científicos que afirman que una
ingesta elevada de calcio, acompañada de un alto consumo de alimentación de origen
animal, favorece notablemente la osteoporosis. La leche y los derivados lácteos son
los únicos alimentos que contienen ambos inconvenientes, por lo que lo mejor sería
prescindir de ellos.
Aquí también tiene un papel determinante la ya mencionada vitamina D o su
forma activa, el calcitriol (véase página 268). Y una vez más se destaca la
importancia del sol. Su función favorable para el metabolismo óseo y la reducción
del raquitismo (reblandecimiento de los huesos) es conocida desde hace muchos
años.
¡Ni que decir tiene que una alimentación libre de proteína animal, o con una
mínima parte de ella, y una vida algo más soleada evitarían todos los males de los
que venimos hablando! Pero esa actitud supondría: un espectacular retroceso para el
consorcio de la industria lechera, que los cirujanos vieran muy mermadas las
fracturas provocadas por la edad, que los ginecólogos y ortopedas tuvieran que
olvidarse de sus densitometrías y que la industria farmacéutica y la de suplementos
dietéticos se vieran en la necesidad de orientar sus conceptos en otro sentido.
En realidad, ninguna de estas ramas de la industria, a excepción de la láctea,
tendría que renunciar a su actividad; incluso los ganaderos podrían proponerse algo
mucho más razonable que producir leche. Bajo la dirección del doctor Tuan Nguyen,
un grupo de investigadores del Garvan Institute of Medical Research de Sydney67
realizó un estudio con un grupo de 105 monjas que seguían una dieta vegana estricta,
todas pertenecientes a distintos conventos budistas en Vietnam. El resultado fue que
ninguna de ellas padecía osteoporosis. Según el estudio, al llegarles la menopausia
no sufrieron una caída acelerada de su densidad ósea. Además, los investigadores
suponían que entre esas religiosas, de 50 a 85 años de edad, se manifestaría una
clara osteoporosis debido a que la alimentación vegana suponía una completa
renuncia a los productos ricos en calcio. De hecho, su ingesta diaria de calcio era tan
solo la tercera parte de los valores recomendados, pero su densidad ósea no resultó
más baja que la del grupo de control de mujeres de la misma edad que comían todo
tipo de alimentos.
LA MISIÓN DE LA MENTE
Eliminar los lastres psíquicos y pasarse a la alimentación vegana evita la aparición
de la osteoporosis. Las mujeres que durante la menopausia, o después de ella,
resultan afectadas con más frecuencia deberían pensarlo conscientemente en lugar de
hacer trabajar en exceso a su organismo.
En la mitad de la vida, también es necesario soltar carga en el sentido figurado,
por ejemplo quitarse del cuerpo esos kilos de más y eliminar lo superficial, lo que
ya no va a servir en la segunda parte de la vida. Si consideramos que solo es el
cuerpo el que debe encargarse de tales tareas, no conseguiremos más que llegar a la
descalcificación ósea.
Resumen:
Los productos animales (en especial la leche) favorecen la osteoporosis. Lo mismo
cabe decir del exceso de ácido que provocan, sobre todo, los productos animales y
los dulces. Por tanto, resulta de vital importancia alimentarse con carbohidratos
integrales, mucha verdura verde de hoja y judías, estas últimas especialmente ricas
en calcio. Mantenerse en movimiento (tanto físico como mental) es muy
recomendable para actuar contra la hiperacidificación. Por supuesto, lo más sensato
es realizar las actividades y ejercicios que mejor se ajusten a la segunda mitad de la
vida.68
SE PUEDEN FRENAR LAS ENFERMEDADES
ASOCIADAS A LA EDAD
Resumen:
Descubrir de nuevo a nuestro niño interior y alimentarlo de forma vegana mantiene
alejadas numerosas enfermedades y el Alzheimer. En el mismo sentido, también se
procura un efecto marcadamente positivo frente a la disminución de la capacidad
visual y el resto de nuestra potencialidad sensorial.
Las grandes ventajas de la alimentación vegana
Cualquier persona que haya optado por seguir una dieta vegetariana o vegana
siempre debe soportar la preocupación de los carnívoros y sus constantes
afirmaciones de la supuesta escasez de suministro alimenticio y sus consiguientes
carencias. ¡Nada más lejos de la realidad! Más bien habría que preocuparse por los
consumidores de carne, pues, aunque sea de forma inconsciente, están tomando
mucho dolor, aflicción y miseria con su dieta a base de proteína animal y grasa, que
es la responsable de todas las desgracias comentadas anteriormente. Los carnívoros
también sufren, y no en último término, carencia de vitamina B (insuficiencia de
ácido fólico), no ingieren suficiente vitamina C y su suministro de fibra es muy
escaso.
La temida carencia de hierro, que es la constante preocupación de los
vegetarianos, no tiene que ser un problema si se practica una equilibrada
alimentación basada en productos naturales; además, tener demasiado llenos los
depósitos de hierro, como les sucede a los consumidores de carne, suele ser, de
acuerdo con los resultados de numerosos estudios, una de las causas que duplican el
índice de infartos de corazón.73 La capacidad de asimilar el hierro depende (según
explico en La enfermedad como símbolo), sobre todo, de la disposición que
tengamos para practicar una vida pacífica y valiente dejando totalmente de lado el
principio de agresión.
Todas estas tergiversaciones tienen mucho que ver con la circunstancia de que
algunos individuos se consideran a sí mismos consumidores natos de carne, aunque
la realidad sea muy contra-ria, pues sobre todo somos devoradores de plantas y
frutos, es decir, frugívoros, por eso nuestra masticación se realiza de una forma
especial y disponemos de una determinada longitud de intestino. Los carnívoros se
diferencian en muchos aspectos de los vegetarianos. En la página 129 se puede
consultar una comparación anatómica: frugívoros vs. carnívoros.74
LA ETERNA CANTINELA DE LA FIBRA
Aun cuando ha sido perseguida incesantemente por parte de la comunidad científica,
lo cierto es que hasta la fecha no se ha podido descubrir ninguna desventaja en
contra de la fibra. Por ejemplo, no disminuye la reabsorción de hierro del
organismo, tal y como se ha afirmado en numerosas ocasiones; su efecto es más bien
el contrario. La fibra o sustancias de lastre son un factor decisivo para nuestro
bienestar.
En el momento crucial
Estoy convencido de que hoy en día nos encontramos en un pun-to crítico en cuanto a
las enseñanzas de la alimentación. En griego el punto crítico se denomina
katastrophé («derrumbe») y nosotros ya hace tiempo que estamos ante esa
catástrofe. No reconocemos ni observamos lo suficiente. Quien sea consciente de la
cantidad de personas que enferman y posteriormente mueren tan solo a causa de una
alimentación defectuosa y de la medicina convencional, podría hablar directamente
de una catástrofe. Pero nosotros podemos generar ese punto crítico beneficioso
gracias a la ayuda de científicos como los Campbell, Caldwell Esselstyn y Dean
Ornish. Los hechos son patentes y nos hablan con un lenguaje muy claro. El tiempo
está dispuesto para revoluciones y cambios radicales, incluso en el plano de la
alimentación. Quien más ha hecho para producir este cambio (y espero que este libro
lo acelere) es Colin Campbell, más merecedor a un Nobel de Medicina que otros
que lo consiguieron con avances menos significativos.
Resumen:
Lo más saludable es lo más sencillo y natural: las plantas son ricas en la valiosa
fibra, que no solo previene el estreñimiento, una afección muy extendida, sino que
ayuda a eliminar las sustancias tóxicas orgánicas a través del intestino. Los
alimentos vegetales multicolores, como tomates, pimientos o naranjas, no solo nos
procuran una vida más satisfactoria, sino que, además, nos brindan una gran cantidad
de antioxidantes que protegen nuestras células, evitan enfermedades y nos prolongan
la vida.
La carencia de nutrientes a causa de la utilización de abonos artificiales y los
procesos de refinamiento no se puede combatir con suplementos alimentarios, que en
ningún caso han sido capaces de emular la sinfonía de las plantas. A partir de una
alimentación vegetal integral y biológica podemos obtener todos los nutrientes que
necesitamos.
¿Muerto o vivo? ¿De qué se trata realmente?
Resumen:
Contamos con la posibilidad de elegir entre una alimentación muerta, es decir, de
productos refinados o de animales, o bien una de carácter vivo. Los efectos
negativos de los productos animales son tan amplios como desoladores. Con unos
vegetales valiosos y cultivados de forma ecológica nos inclinamos por las
agradables vibraciones de las plantas y por un auténtico sentido de la vida.
Una mirada retrospectiva a la historia de nuestro desarrollo
¿Por qué los alimentos vegetales integrales son mucho mejores para nuestra salud
que los productos animales? Creo que la explicación reside en la evolución, en la
historia de nuestro desarrollo. Podemos partir del hecho de que nuestros
predecesores, los primeros humanos o criaturas semejantes a los humanos (los que
los científicos llaman homínidos), fueron recolectores durante millones de años y se
alimentaban de plantas crudas. Posteriormente, los seres humanos debieron
sobrevivir a glaciaciones y se vieron obligados a decantarse por la alimentación
animal, que pudo tener sus principios en zonas climáticas extremas, como las árticas.
Pero no fue hasta bastante más tarde cuando aprendieron a cazar animales
sirviéndose de armas para consumir después su carne cocinada al fuego.
Si observamos la alimentación desde su punto de vista simbólico, llama la
atención que los productos de origen animal se correspondan con el arquetipo
masculino, mientras que, en el otro extremo, los alimentos vegetales respondan al
patrón femenino. El hombre de acción comienza por la mañana con un desayuno a
base de huevos y embutido, a mediodía come un gran trozo de carne y termina la
jornada con una ración de pescado con guarnición de verduras. El hombre de acción
actual tiene poco tiempo para comer y lo hace de forma rápida, como si fuera un
animal de presa. Se dedica a tragar en lugar de tomarse tiempo para disfrutar de la
comida, y ni nuestro intestino ni nuestra masticación están preparados para eso. La
alimentación del hombre de acción es muy rica en proteína animal, similar a la de
los depredadores y los combatientes. Son miles de personas en todo el mundo los
que practican estas dietas extremas, sin someterlas a crítica ni tener en cuenta su
propia salud ni la de la Tierra.
Toda la actitud vital del hombre de acción moderno se asemeja a la de los
animales de presa. Está sometido a una guerra constante, ya sea para conquistar a una
mujer o a los mercados, se impone y afirma como hombre, y fanfarronea de eso. Su
vida está marcada por una lucha de competencias y ha de mostrarnos constantemente
que estamos ante un genio. Es una actitud que queda bien patente en la película A
propósito de Henry, donde Harrison Ford se retira del consumo de filetes del
moderno patrón de hombre de acción para convertirse en un ser que vuelve a ser
sensible; todo le sucede a raíz de un accidente que le mantiene alejado de su vida
habitual. Al final llega a renunciar hasta a los huevos del desayuno.
La mujer comienza el día con muesli, luego, al mediodía, toma un plato de
verduras o ensalada y lo hace con calma. El arquetipo de alimentación femenina
sería la comida que nos regala voluntariamente la Madre Naturaleza. Los frutos
maduros y la verdura se consiguen sin necesidad de desplegar una gran actividad.
Para conseguir esa comida solo necesita observarla con un planteamiento recolector,
encontrarla y llevársela; puede que ese sea el motivo de que a las mujeres les guste
tanto ir de compras. Los campesinos dedicados a los cereales y las verduras solo
deben recolectar lo que necesitan, y la naturaleza hará que vuelva a desarrollarse. Si
dejamos crecer las plantas (lo más natural sería en un permacultivo donde todo está
mezclado y se complementa, según la práctica moderna, pero en formación de filas y
columnas, como si se tratara de soldados) solo es necesario tener paciencia y
cuidarlas para que, una vez maduras, nos brinden los resultados de la cosecha.
En cambio, para la producción de proteína animal y grasa debemos aplicar una
tortura y un martirio activos a los animales en los modernos criaderos masivos para
acabar matándolos en un proceso industrial. La tendencia es, pues, a producir
proteína animal que lleva asociada la muerte, o al menos una actuación dolorosa,
mientras que en el caso de las plantas se utilizan sistemas naturales y cuidadosos.
Resumen:
Un vistazo a la historia de la evolución muestra lo siguiente: nuestros primitivos
antepasados se alimentaban sobre todo (y casi de forma exclusiva) de las plantas que
recogían.
LA CUESTIÓN DEL PESCADO
Cada vez más a menudo el pescado ocupa un lugar principal entre las fuentes de
proteína animal. Es cierto, por supuesto, que los peces, en el proceso de evolución y,
por consiguiente, genéticamente, están menos asociados a nosotros que la carne de
los mamíferos. Eso conlleva una serie de ventajas en su consumo, porque ingerimos
menos neurotransmisores y hormonas. Además, los peces de agua fría contienen
muchos ácidos grasos omega-3, que inciden favorablemente en nuestro flujo
sanguíneo si los ingerimos. Este sistema parece mucho más beneficioso y natural que
mantener la fluidez de la sangre a base de productos químicos como, por ejemplo, el
Marcumar o el ácido acetilsalicílico (la aspirina). Aunque, naturalmente, sería
mucho mejor conseguir y mantener en marcha nuestra energía vital gracias a una vida
activa. Los motivos comentados hacen que incluso algunos veganos convencidos,
como podría ser el caso de Bill Clinton, recurran de vez en cuando al pescado, a
pesar de que en The China Study su proteína no sale mejor parada que la animal
terrestre.
De todas formas, cu ando se habla de consumo de pescado no se toman bastante
en cuenta los efectos de la contaminación, pues muchos de los peces que ingerimos
en nuestra dieta están en lo más alto de la cadena trófica marina, lo que amplía el
almacenamiento en su organismo de sustancias nocivas, como el mercurio y ciertos
residuos radiactivos.
Resumen:
Cambiar al pescado como sustituto de la carne no es una alternativa; además hay que
tener muy en cuenta los residuos contaminantes que pueden llevar los peces.
SEGUNDA PARTE
Los pescadores de hoy en día ya no son como los de antes, como tampoco lo son los
agricultores y ganaderos. Todos se han convertido en trabajadores fabriles, de
fábricas en las que solo cuenta el dinero y la eficiencia. Las viejas y bellas imágenes
de románticas barcas de pesca o de granjas acogedoras solo sirven de nostálgico
engaño para los consumidores. En realidad, desde hace mucho tiempo participamos
en una guerra contra peces, gallinas, pavos y cerdos. Es la denominada cría
intensiva. Pero ya no es solo una batalla contra los animales, sino que también se han
desencadenado guerras muy concretas dentro de nuestro cuerpo en forma de
infecciones, algunas de ellas muy intensas; son las «guerras civiles» de las
enfermedades autoinmunes (véase página 91).
CRÍA DE PECES EN CONDICIONES ATROCES
Al final de la primera parte de este libro ya hemos tratado brevemente el tema de los
peces. Ahora, en la segunda, hablaremos más detenidamente sobre el sufrimiento de
los animales. Actualmente los peces se capturan muchas veces en condiciones que
mejor no comentar, o se crían según métodos inconfesables. Se les alimenta con las
mismas harinas animales que consiguieron que las vacas se volvieran «locas», y la
denominada acuicultura los agolpa en un espacio reducido para hacerlos crecer en
tiempo récord hasta llegar a un peso también plusmarquista. En las piscifactorías de
salmones se considera normal una cuota de pérdidas del 10 al 30 %. El sufrimiento
que hay detrás de esa situación (nada menos que la pérdida de hasta una tercera parte
de los salmones a pesar del enorme empleo de antibióticos) no es algo que reflejen
bien todas esas cifras. Cualquiera que observe las piscinas con los peces de
criaderos siempre podrá ver unos cuantos peces muertos. De hecho, los salmones en
concreto son muy independientes, y mantenerse tan cerca de una cantidad tan grande
de congéneres les hace padecer un tremendo estrés que, a su vez, los vuelve más
vulnerables al ataque de diversas enfermedades.
En la comida de los animales, además de los colorantes añadidos para obtener
el color de carne deseado, también se mezclan los correspondientes medicamentos.
En el otro extremo de esa cadena vital, los peces salvajes son cada vez más
escasos y mucho más caros, puesto que los mares y lagos de nuestro planeta se han
despoblado de forma brusca. En las capturas a mar abierto, una parte muy elevada se
considera capturas accidentales y los residuos de estas víctimas colaterales sirven
para fabricar las harinas de pescado que se usan de alimento en las piscifactorías.
De hecho, algunos peces que no son del gusto del paladar humano se capturan para
alimentar a los peces de las grandes piscifactorías, lo cual causa una disminución
preocupante de alimento en mares y océanos para otras especies marinas salvajes
que se alimentan de ellos.
MÉTODOS DE PESCA DE MÁXIMA BRUTALIDAD
Los investigadores que se preocupan por mantener una pesca sostenible, como los de
la Universidad de la British Columbia, han acuñado en este contexto el término de
guerra de exterminio. En efecto, las modernas flotas de pesca de altura trabajan con
material bélico. Las sondas acústicas y los radares localizan los bancos de peces
(como se hacía en tiempos con los submarinos enemigos), los siguen con GPS y los
pescan con métodos que la convención de Ginebra no habría permitido en caso de
guerra.
A pesar de la bonita presentación de los populares platos de sushi, hay que saber
que uno de sus principales ingredientes, el atún, cuenta con varias especies que están
en peligro de extinción. La solución sería que dejáramos de comer sushi de
inmediato para no contribuir a la desaparición de la especie. Quien come atún debe
soportar el cargo de conciencia de saber que, además de incitar a seguir capturando
atunes, en las redes de los pescadores también quedan atrapados numerosos delfines.
Si se la considera desde el punto de vista económico, la pesca solo puede ser
calificada como una insensatez: más del 90 % de los bacalaos del mar del Norte son
pescados durante la época de reproducción. Y aún resultan más impresionantes las
cifras de las denominadas capturas accidentales. En el caso de la pesca del camarón,
el 90 % de los crustáceos quedan malheridos o mueren, y muchos de ellos, incluso
de especies amenazadas, son arrojados por la borda o utilizados para preparar
harina de pescado.
Es tan cierto como triste que, a pesar de todo, estas cifras apenas llegan a
afectarnos, no llegan a nuestro espíritu. Sin embargo, hay que saber que la pesca de
gambas ha provocado el exterminio casi absoluto de los caballitos de mar. En la
pesca con palangre cada año se hieren o se matan a 20.000 delfines y ballenas, que
son consideradas como captura accidental, unas 60.000 tortugas marinas, un millón
de peces espada y más de tres millones de tiburones. La pesca de arrastre es aún más
cruel. Los peces son arrastrados rápidamente desde las grandes profundidades hacia
la superficie, por lo que el cambio de presión provoca que a muchos se les salgan
los ojos de las órbitas o expulsen las vísceraspor la boca.
La pesca es atroz y ese horror lo trae consigo el pescado que llega a nuestro
plato en cualquier forma y, a continuación, se in-corpora a nuestro intestino para
pasar a la sangre y las células.
LA MUERTE ATROZ
También resulta terrible el simple hecho de introducir en agua hirviendo las gambas
y langostas aún vivas. Se podrían oír los to-nos de alta frecuencia de sus gritos de
agonía. Y, si lo hiciéramos, sonarían de forma insoportable y penetrarían en lo más
profundo de nuestro corazón. Está claro que eso no ocurre en los restaurantes. Allí
no hay personas delicadas y con corazón, sino gente cruel (inconscientemente) y
emocionalmente insensible que come marisco. No pueden escuchar los lamentos de
los animales, pero los introducen en su organismo con su martirio y su dolor. No
oyen los gritos, pero al asimilarlos los hacen carne de su carne. Con los peces las
cosas no son mejores, pues con los nuevos métodos de captura los animales son
sistemáticamente heridos y atormentados durante un lapso de tiempo relativamente
largo hasta que al final se asfixian a bordo: se mezclan con hielo y en esas glaciales
bodegas permanecen frescos durante más tiempo y tardan más en morir. Esto aumenta
el tormento que tragamos sin apenas percibirlo, y si lo percibimos, no sabemos de
dónde procede.
En el caso de los peces de criadero, prácticamente se sigue el mismo rumbo. En
este caso se añade la circunstancia de que para favorecer el asentamiento de los
cultivos piscícolas, se eliminan bosques de manglares, lo que hace aumentar
considerablemente los efectos de un tsunami. Problemas ambientales aparte, no es
raro que del 70 al 90 % de los ejemplares que consiguen sobrevivir al tormento de
la cría acaben sangrando por los ojos debido a la contaminación. Luego, durante el
transporte, dejan de recibir alimento durante siete o diez días para que produzcan
menos excremento y no entorpezcan el proceso. La mayoría de las veces los matan
rajándoles las branquias. En ocasiones aún están plenamente conscientes y mueren a
causa del dolor inferido por esta tortura final. Los métodos de electrocución están
prohibidos porque, según las circunstancias, pueden provocar más dolor durante más
tiempo. Películas como Nuestro pan de cada día 85 nos aportan documentos visuales
de todo ello.
CADA VEZ MÁS CANTIDAD Y CADA VEZ MÁS PROFUNDO
Entretanto, el número de capturas pesqueras no ha dejado de aumentar desde finales
del siglo xix. En 2002 se alcanzó el punto culminante con los cien millones de
toneladas de marisco «recolectado». Pero luego nadie «sembró» lo suficiente para
llenar el hueco y el sistema estuvo a punto del colapso. Únicamente hay un 1 % de
especies protegidas, el 16 % se pesca en exceso y un 52 % se pesca por encima de
los límites.
Esto justifica que los modernos barcos de pesca estén equipados con redes para
capturar ejemplares a profundidades cada vez mayores. Suelen ser animales muy
viejos, por lo que es muy probable que la rodaja que nos sirvan proceda de un pez
Matusalén que lleve viviendo más de cien años en las contaminadas profundidades
marinas y que haya almacenado en su organismo gran cantidad de sustancias tóxicas.
El carácter decisivo de la codicia, la tontería y el egoísmo en la pesca comercial
es evidente, no solo por el hecho de pescar antes del período de reproducción o en
la fase de crecimiento de los peces, sino también por el hecho de que, por ejemplo,
solo en el mar del Norte se capturan al año varios cientos de miles de toneladas de
pescado como captura accidental; luego se devuelven al mar con todas las
consecuencias que eso implica. La mayoría de los peces afectados queda en un
estado lamentable al terminar ese proceso.
Resumen:
Hoy en día los peces son capturados con métodos muy semejantes a los utilizados en
la guerra. En caso de cuotas de captura muy elevadas, no solo se utiliza una enorme
brutalidad, sino que se produce el exterminio de gran cantidad de especies. El
marisco que se sirve en los restaurantes como una gran exquisitez sufre una muerte
terrible. Según la Unión Europea, las flotas pesqueras europeas ya sobrepasan por sí
solas un 40 % de su capacidad. Si se operara con responsabilidad, habría que dejar
amarrada la mitad de la flota. Pero aun cuando la Unión Europea obligara a cumplir
tales medidas, en nuestro mundo globalizado eso solo serviría para que otros se
llevaran el pescado. Si se prolonga el sistema, la pesca comercial se habrá
extinguido en 40 años: a partir de entonces nuestros mares estarán vacíos de
habitantes.
Vacas desesperadas
Las vacas deberían parir primero, al menos una vez, antes de dar leche. Para
sacarles un «buen rendimiento» son inseminadas artificialmente todos los años y
ordeñadas hasta algunas semanas antes de parir.
Las vacas se convierten en amas de cría constantes, con lo que se las priva del
ritmo de sus derechos vitales naturales. Si la vida es ritmo, tal y como afirma Rudolf
Steiner, el fundador de la antroposofía, también se les quita ritmo y mucha vida a las
vacas cuando son obligadas a ser simplemente animales productores de leche.
VACAS DE ALTO RENDIMIENTO CON UBRES ENORMES
Nada más nacer, los terneros son separados de sus madres, lo que hace que ellas se
muestren inquietas durante días o incluso semanas, y llamen con mugidos
desesperados a sus crías, hasta que abandonan la búsqueda. El nexo de unión madre-
hijo está muy implantado en las vacas.
Es fácil imaginar lo que puede suponer esta separación prematura. Las vacas la
sufren una vez al año y está claro que las hormonas correspondientes y los
neurotransmisores de la desesperación se traspasan a la leche y a la carne.
¿Realmente quiere usted beber esa leche o preparar un postre con ella? La leche que
consumimos actualmente, elaborada a partir de mezclas de grandes cantidades de
tipos diferentes procedentes de numerosos animales, perjudica nuestra salud por
contener tales componentes (véase página 45).
En la industria lechera moderna hemos ampliado notablemente esta mala
práctica, pues se han incorporado unos cuantos factores que la empeoran. Bastaría
con que imagináramos que esas enormes ubres de las vacas de alto rendimiento
fueran traspasadas a seres humanos para que pudiéramos sentir el horror. Las vacas
actuales han sido modificadas genéticamente para conseguir un crecimiento extremo
de sus ubres y con ellas de sus glándulas mamarias (el cáncer de mama alcanza
también un crecimiento desmesurado en tales glándulas). A eso se añade, de acuerdo
con lo que yo sé, la ingesta de una enorme cantidad de hormonas insuficientemente
investigadas, puesto que las vacas lecheras son ejemplares que durante toda su vida
han sido forzadas a mantener una fase de lactancia artificial que les provoca una
situación hormonal aberrante. Cuando esas vacas quedan preñadas, en su sangre se
produce una mezcla poco natural formada por las hormonas de la lactancia y las del
embarazo: seguro que ese proceso también queda reflejado en la leche. El cáncer de
mama, o cualquier otra forma de esta enfermedad, ha sufrido un enorme incremento,
como demuestran las actuales investigaciones de la medicina convencional, y se sabe
que el aumento de casos está muy relacionado con las hormonas. Basta con observar
los hechos mencionados más arriba para que de inmediato surja una inevitable
sospecha.
Llegados a este punto, muchos se formularán la siguiente pregunta: ¿les va mucho
mejor a las vacas de las ganaderías biológicas? Los análisis han dado como
resultado que aproximadamente un 35 % de estos animales padecen inflamaciones de
las ubres (mastitis); además, claro, su leche también sufre los inconvenientes
bioquímicos que ya han sido mencionados en este libro. Es posible que las vacas
vivan bajo unas condiciones menos atroces y que la leche producida sea mejor, pero
esos procesos antinaturales tam-poco llevan a nada bueno.
UNA VIDA CORTA Y LA MAYOR CANTIDAD DE LECHE POSIBLE
El «rendimiento lácteo» de las vacas actuales ha aumentado mucho durante las
últimas décadas. De los 4.180 kilos en 1981 a los 5.250 en 1998, y ese incremento
continúa sin detenerse. Por eso las vacas enferman más, sus partos son laboriosos y
cada vez es más frecuente la necesidad de tratarlas con antibióticos para remediar la
mastitis: está claro que los medicamentos utilizados siguen el proceso de
eliminación biológico y, naturalmente, se depositan en la leche. Estas desventuradas
criaturas, denominadas «máquinas lecheras de alto rendimiento», dejan de ser
rentables al cabo de unos años y los animales «deben» ser sacrificados para
aprovechar su carne.86
¿DE DÓNDE VIENE LA TIERNA CARNE DE TERNERA?
Los terneros pueden producir una carne muy blanca si se mantienen durante algunos
meses con una dieta escasa, de forma que también tengan poca sangre y la carne sea
siempre rosada o blanquecina. La mayoría de los terneros, incluso los de las granjas
biológicas, son separados de sus madres en sus primeras horas de vida y vendidos a
empresas de engorde donde, para maximizar los beneficios, reciben un tipo de
alimentación poco natural o son objeto de cebado. El forraje escaso en hierro se
ocupa de que la carne se mantenga pálida, tal y como espera el consumidor, y eso les
produce unas graves anemias. La necesidad de hierro que experimentan es tan grande
que, a veces, intentan beberse su propia orina, pero unos cuchitriles extremadamente
estrechos impiden que se den la vuelta. Ni siquiera pueden lamer los barrotes que les
encierran porque están recubiertos de plástico.
En países pequeños, como Austria o Suiza, son más de 300.000 los terneros
torturados con estos métodos para luego sacrificarlos al cumplir los cuatro meses.
Por lo tanto, los degustadores de car-ne de ternera son dignos de nuestra compasión,
pues con esa comida ingieren una mezcla de hormonas plenas de sufrimiento y, sobre
todo, un karma desfavorable en cada bocado. Aun cuando en el mundo desarrollado
las personas prestan poca atención a estas circunstancias, mis treinta años
practicando la terapia de reencarnación me han enseñado a tomarlas muy en serio.
En el lecho de muerte mucha gente se da cuenta de esto, y entonces ya es demasiado
tarde. Las ideas imperantes en Oriente, según las cuales todos los seres que han
sufrido por nuestra culpa nos esperarán al otro lado junto a aquellos a los que hemos
ayudado y favorecido, nos angustian y consuelan a la vez. Trataremos después esta
cuestión, que nos hará conscientes de la importancia que tie-ne todo lo que metemos
en la cesta de la compra.
GRANDES MATADEROS Y GRANDES ORGANIZACIONES POLÍTICAS
Todos los estudios que han tratado este tema corroboran que el consumo de carne
reduce nuestra vida considerablemente desde un punto de vista cuantitativo y la
vuelve muy deprimente en lo cualitativo. Aunque no siempre coinciden en sus
conclusiones, lo cierto es que no hay ninguno que se desvíe y afirme que el consumo
de proteína animal alarga la vida o que sea más saludable que la alimentación
vegetariana. En un caso extremo, una alimentación exclusivamente carnívora sería
incompatible con la vida, mientras que la práctica estrictamente vegetariana nos
aportaría una vida más larga y mejor. Los inuit de Groenlandia, a menudo utilizados
como ejemplo por los carnívoros más fanáticos, consumen mucha carne, sí, pero
también el contenido del estómago de sus presas, en el que quedan restos vegetales.
Por otro lado, los inuit nunca alcanzan edades muy avanzadas y, hoy en día y con
gran diferencia, sufren uno de los mayores índices de depresiones del mundo.
¿Cuáles pueden ser los motivos por los que los bromatólogos han apostado por
la carne durante los últimos decenios? Siempre se ha dicho que la proteína animal
nos aporta fuerza y contribuye a la estructuración muscular y a que nuestra vida sea
buena, larga y saludable, justo todo lo contrario de lo que ocurre en la realidad.
Es muy fácil entenderlo: no obedecen más que a intereses económicos. Las
grandes potencias políticas, como Estados Unidos y la Unión Europea, buscan
favorecer a las grandes compañías y corporaciones, auténticos grupos de presión que
conviene tener contentos. Las empresas de tamaño medio o pequeño, tal y como se
puede observar por todas partes, tienden a desaparecer.
Los argumentos que se utilizan para adoptar medidas a favor de los grandes
permanecen, hasta ahora, totalmente ocultos. Por ejemplo, la Unión Europea prohíbe,
al parecer por motivos de higiene, que los ganaderos independientes sacrifiquen su
propio ganado. Las exigencias de higiene son tan extremadas que hasta las pequeñas
carnicerías han tenido que renunciar al sacrificio en las granjas, pues eso les exigiría
disponer de un laboratorio propio. El resultado es conciso y sencillo: las grandes
cantidades de carne que se consumen proceden en más de un 98 % de la cría
intensiva, donde los animales son sacrificados en mataderos que, como se va a
mostrar, utilizan métodos especialmente crueles. Tanto la Unión Europea como
Estados Unidos apoyan esta tendencia.
LA SIMILITUD DE LOS ATAQUES DE PÁNICO ENTRE LOS SERES HUMANOS Y LOS ANIMALES
CUANDO VAN A SER SACRIFICADOS
En los grandes mataderos, una vaca o un ternero, un cerdo o una oveja tienen que
soportar que ante ellos se sacrifique a docenas de sus congéneres. Es fácil imaginar
cómo se sienten frente a semejante espectáculo, solo tenemos que ponemos en su
misma situación: sentiríamos lo mismo que ellos. Un delincuente a la espera de su
ejecución que tuviera que soportar el ajusticiamiento, antes que el suyo, de docenas
de personas en la silla eléctrica o en la horca, llegaría al final en un deplorable
estado físico y mental. Este miedo a la muerte se expresa con los latidos frenéticos
del corazón, un bombeo exagerado de sangre por los pulmones, intensa sudoración y,
sobre todo, una enorme alteración química de la sangre causada por un máximo nivel
de estrés: las hormonas del miedo y la ansiedad existentes en el organismo pasan
directamente a la sangre.
Pero esas ejecuciones masivas no se suelen producir entre los seres humanos,
por lo general se hacen de forma aislada. En cambio, es habitual que los animales
sean sacrificados en estas terribles circunstancias, lo que moviliza, como hemos
dicho, sus hormonas del miedo y el estrés, las cuales se depositan directamente en su
carne y su sangre. Puesto que nosotros nos encontramos evolutivamente cercanos a
los animales que sacrificamos (de hecho desde el punto de vista biológico todos
somos mamíferos) también tenemos esas hormonas y neurotransmisores, como puede
ser la adrenalina. Eso significa que sus hormonas del miedo pueden actuar sobre
nosotros después de consumirlas. Con su carne ingerimos la angustia y el pánico que
los animales han experimentado en los instantes previos a su ejecución: eso es algo
que debe resultar evidente para cualquiera.
Hace ya más de treinta años, en la época en la que realizaba mis exámenes de
medicina, apenas conocíamos esos ataques de pánico que sufrían los animales, pero
actualmente no nos libramos de ellos. En aquel entonces todo estaba más
descentralizado y era quizá algo menos terrible; al menos, los sacrificios eran más
aislados y el consumo de carne bastante menor que el actual, por lo que la cría
intensiva todavía no había alcanzado su cenit.
Naturalmente, existen otros motivos sociales y psíquicos que son responsables
de que nuestro miedo vaya en aumento. Por ejemplo, a causa de la vida en las
grandes ciudades, en las que se va incrementando progresivamente el número de
personas y, poco a poco, cada vez queda menos sitio para cada uno. Pero uno de los
factores que contribuye de forma muy considerable a incrementar ese miedo es el
que se incorpora a nuestro organismo cuando ingerimos carne impregnada del terror
procedente de la tortura y el martirio de los animales que sacrificamos. No solo nos
comemos nuestro propio miedo, sino también el sufrimiento y el pánico a la muerte
que soportan esos animales.
Las personas sensibles intuyen sin duda que no puede ser saludable comer la
carne de unos animales que han sido sacrificados justo después de sufrir un
prolongado estadio de pánico ante la muerte. Quizá por este motivo, la carne que
consumían nuestros ancestros fuera mejor. Cuando cazaban, la muerte de su presa era
rápida y tenía lugar en el entorno habitual del animal, que siempre disponía de la
posibilidad de entablar una lucha limpia para sobrevivir. Esos animales nunca
llevaban una vida cruel en un criadero masificado, no eran transportados ni se les
encerraba durante largo tiempo a la espera del sacrificio. Aun cuando la pieza
salvaje fuera acosada, el instinto de la huida facilitaba la eliminación de las
hormonas del miedo y el estrés. Los animales del matadero deben esperar, con
aparente sosiego externo y terrible intranquilidad y pánico interiores, la hora de su
muerte. Sin hacerlo a propósito, a la larga estropean nuestros asados y eso,
literalmente, es algo que ya podíamos olernos.
Durante mi estancia en Namibia, conocí a un alemán coleccionista de trofeos que
había herido a un kudu; el antílope huyó hasta que los auxiliares del cazador lo
localizaron, muerto, una hora después. Pero allí lo dejaron, en el lugar en el que
había caído. Ante mis preguntas de sorpresa, respondieron que el espíritu del kudu
estaba irritado y había envenenado toda la carne, por lo que ya carecía de valor y era
peligrosamente tóxica. Ese veneno que evitaban aquellos cazadores africanos lo
pueden ver sin ninguna dificultad nuestros científicos en cualquier mezcla de
hormonas y neurotransmisores; está provocado por el pánico y el estrés, y se
acumula en la carne de los animales abatidos a balazos mientras huyen.
EL SEXTO SENTIDO DE LOS ANIMALES
Por desgracia, la sensibilidad de muchos seres humanos es tan escasa que no captan
(y por tanto no le dan importancia) todo lo que este libro quisiera cambiar. En cierto
modo, son muchos los partidarios del filósofo René Descartes que transfieren sus
propias carencias a la idea de que los animales no tienen sentimientos y,
consecuentemente, no son capaces de darse cuenta del horror que se está
perpetrando. La realidad dice todo lo contrario. En Estados Unidos, existen los
perros de epilépticos, capaces de percibir los ataques de epilepsia de sus amos antes
de que ellos mismos los sufran, y eso les permite avisarles. La vieja máxima
marinera «cuando un barco se hunde, las primeras en huir son las ratas» reconoce el
sexto sentido de los animales. Los seres humanos, menos sensibles, se percatan de la
proximidad de alguna catástrofe natural cuando observan que los animales huyen del
lugar, como ocurrió con el terrorífico tsunami de 2004. Los perros guía para ciegos y
los animales de compañía para minusválidos muestran a todas horas el gran
desarrollo de su sensibilidad.
De ahí la deducción siguiente, para terminar: los animales destinados al
sacrificio ya sospechan que algo les amenaza cuando se inician las operaciones de
embarque y transporte. Está claro que al llegar al matadero perciben algo, como lo
notaría cualquier persona sensible. Como es lógico, se oponen a que los maten y por
ello «deben» ser tranquilizados a base de violencia y electroshocks.
LA CONCIENCIA DE LAS CÉLULAS
Los nuevos conocimientos acerca de la conciencia de las células, que nos ha
transmitido el biólogo Bruce Lipton, nos hacen comprender algo que puede
ayudarnos. Sus investigaciones han probado que hasta ahora hemos dado preferencia
a la genética e infravalorado notablemente la conciencia de las células. Cada célula
tiene su propio tipo de conciencia y en ella se introduce el sufrimiento de los
animales ante su cría masificada y posterior sacrificio. Si nos alimentamos de esas
«células atormentadas», que es lo que hacemos al consumir la carne de los animales,
está claro que eso no puede ser nada bueno para nuestra salud.
En la epigenética moderna se habla de los peligros que nos amenazan si nos
incorporamos el sufrimiento a nivel celular. Como ya se ha mencionado
anteriormente, de esa forma también podemos decidir sobre los programas genéticos.
Resumen:
El acto de beber leche y tomar productos lácteos parece inofensivo a simple vista,
pero lo cierto es que hay que prevenir sus efectos sobre la salud: las vacas han sido
degradadas para optimizar su rendimiento y servir tan solo como mecanismos
productores de leche; se les ha anulado la posibilidad de llevar una vida normal. Los
sibaritas que tanto valoran la suave carne de ternera deben saber que implica un alto
precio: se trata de una vida muy corta y rodeada de torturas para los animales. Puede
que muchos no tengan claro que al consumir esa carne están atentando contra su
propia psique. El miedo y el martirio de los animales se reflejan en los crecientes
ataques de pánico de los seres humanos.
El matadero: no son bien recibidas las miradas críticas
El matadero donde se sacrifica el ganado que hemos tomado como ejemplo está
herméticamente cerrado contra testigos. Por dentro, está definido con precisión el
camino del horror para los animales. Después del transporte del ganado, la mayoría
de las veces con los animales castigados por el hambre y la sed, estos deben esperar
en unos cubículos muy estrechos; posteriormente, son conducidos por angostos
pasillos hasta el denominado box de aturdimiento. Allí, un verdugo les coloca entre
los ojos la pistola de perno cautivo. Los pernos de acero penetran en el cráneo y el
animal se desploma inconsciente o muerto.
SI LAS COSAS «MARCHAN BIEN», CAEN MUERTOS A LA PRIMERA
Esta sería la situación macabra ideal. Aun cuando todo «vaya bien», lo que no
siempre ocurre, el escenario es, dicho en términos suaves, horripilante. En palabras
de Christiane Haupt, que actualmente ejerce de veterinaria después de cursar unas
prácticas reveladoras: «Quisiera hablar de los días de sacrificio de vacas, de sus
dulces ojos marrones aterrorizados. De sus intentos de huida, de todos los golpes y
maldiciones hasta que finalmente el desgraciado animal queda acoplado en el
cuartucho de hierro esperando el impacto de un perno y teniendo ante su ojos una
vista panorámica del recinto donde sus congéneres son desollados y descuartizados;
luego el disparo fatal y al instante siguiente unas cadenas que lo agarran de las patas
traseras y levantan al animal abatido, pero aún consciente, para cortarle de mala
manera la cabeza estando suspendido boca abajo. Y aún más, descabezado y
lanzando chorros de sangre, el cadáver se encabrita y sigue dando patadas…
Además está el terrorífico sonido que se oye cuando un torno va separando la piel
del cuerpo, y el automatizado movimiento circular de los dedos del matarife para
extraer los globos oculares (torcidos, enrojecidos y salidos de las órbitas) y
arrojarlos a un agujero en el suelo donde desaparecen como si fueran basura. La
plancha de aluminio por la que caen los intestinos que han sido retirados del enorme
cadáver decapitado, y luego el hígado, el corazón, los pulmones y la lengua (todo
eso es apto para el consumo), desaparecen por una especie de colector de basura».87
Son muy frecuentes los casos en que no todo funciona con tanta «normalidad». El
percutor no se coloca en el sitio apropiado o tiene muy poca presión y el perno no
penetra a suficiente profundidad. La vaca no queda inconsciente y siente su cráneo
lancinado por terribles dolores, aunque también puede ocurrir que se recupere poco
tiempo después, mientras la están descuartizando.
En los tiempos en que se difundió el miedo a la encefalopatía espongiforme
bovina (EEB) o mal de las vacas locas, no se utilizaban estos percutores de pernos
por el temor de que pudiera sangrar la masa cerebral y nerviosa del cráneo. Por
aquel entonces, las vacas se colgaban todavía vivas y eran despellejadas estando
conscientes, circunstancia que provocó grandes protestas en numerosos países.
En muchos mataderos, la pistola de perno cautivo está configurada a propósito
con menos presión para que el animal no muera de inmediato, porque si se le para el
corazón, el desangrado dura más tiempo. Y el tiempo siempre es escaso en las
factorías de sacri ficio modernas. Además, la sangre que se mantiene en el interior
del animal es una fuente de problemas bacterianos. El escritor estadounidense
Jonathan Safran Foer ha transmitido su experiencia tras investigar la industria de la
carne norteamericana: «Los animales se desangran, luego se les quita la piel y se les
descuartiza, pero estando plenamente conscientes. Esto ocurre de forma constante y
tanto la industria como las autoridades lo saben. Varios centros que han sido
sancionados por practicar el desangrado, el desollado o el descuartizado de
animales vivos, defienden su postura alegando que es una práctica totalmente normal
en la industria de los mataderos; lo único que quieren saber, en cierto modo con
razón, es el motivo por el que han sido ellos precisamente los escogidos».88
Una inspección que se realizó en Estados Unidos dio como resultado que
«muchos, casi todos, los mataderos no conseguían aturdir a las vacas con un único
perno». Foer explica la alta cuota de fallos por la «combinación de una elevada
velocidad de sacrificio, que en los últimos cien años ha aumentado en un 800 %, y la
mala preparación de los trabajadores, que realizan su labor en terribles
condiciones». Estos trabajadores tienen, con una diferencia del 27 %, el índice de
siniestralidad más alto de todas las «profesiones» y, además, reciben una paga
miserable por hacer turnos en los que se llegan a sacrificar a más de 2.000 vacas.89
QUIEN NO ES UN SÁDICO, ACABA POR SERLO
El hecho de que bajo ciertas condiciones los seres humanos normales pueden
convertirse en sádicos es algo que demuestran diversos estudios científicos; en
determinados escenarios que pueden resultar banales en un principio, los hombres
pueden evolucionar rápidamente hacia la crueldad. A las personas sometidas a esos
estudios las atormentaron con intensos estímulos haciéndoles creer que se hacía en
pro de la ciencia. La película alemana El experimento(2001), de Oliver
Hirschbiegel, habla de una forma espeluznante sobre los es tudios que tratan este
contexto.
Bajo las condiciones en las que se realizan las matanzas industriales, la mayoría
de las personas que allí trabajan no actúan como seres humanos, y eso lo he
expresado con palabras muy comedidas. Dicho de otra forma: lo que ingiere un
consumidor de carne ha sido manipulado por individuos en cuyas condiciones de
trabajo existe una sombra del sadismo y la perversión.
Los mismos operarios de un matadero, durante su trabajo, rodaron en secreto una
película que fue presentada en el Washington Post. Allí se veían vacas plenamente
conscientes, y no aturdidas, que eran llevadas por una cinta transportadora hacia la
zona de descuartizamiento, o bien aplicaban electroshocks en el morro de los
animales. Unos 20 trabajadores avalaron con sus firmas que estas circunstancias no
solo eran reales, sino algo muy conocido por las autoridades.
Otras afirmaciones documentadas por Foer en su libro describían el horror de
una forma aún más nítida: «He visto miles, y digo miles, de vacas vivas conducidas
a la zona de descuartizamiento… en ocasiones permanecían colgadas en las cintas
durante siete minutos y aún estaban vivas. Se procedía a desollar al animal incluso
cuando todavía vivía. Luego se les quitaba la piel desde el cuello hacia abajo».90
Lo cierto es que la res ya debería estar muerta mucho antes de que los
encargados del degüello la decapiten y le arranquen la piel por la cabeza para
transformarla en las denominadas canales. Esa es la teoría. Pero aquí destacan las
palabras de un trabajador: «En muchas ocasiones el degollador está cortando la
cabeza por un lado y se da cuenta de que el animal todavía está vivo y consciente,
pues comienza a dar violentas patadas».91
Luego la vaca, es decir, lo que va a ser transformado en canal, llega al «cortador
de patas». Foer recoge el comentario de otro trabajador: «Cuando algunas todavía se
recuperan […] da la impresión de que quisieran subirse corriendo por las paredes y
cuando llegan a la zona del cortador de patas…, bueno, el individuo no suele tener
ganas de esperar a que alguien venga de nuevo para disparar otro perno al animal. Se
limita a usar unas tenazas para cortarle las patas traseras. Y cuando lo hace la vaca
se muestra totalmente violenta y reparte patadas en todas direcciones». Para acabar,
se trocea al animal…»92
El sufrimiento llega hasta límites insospechados. ¿Alguien puede imaginarse
presenciando todo esto? Lo mejor, pues, es no fomentar este tipo de acciones y
negarse a comprar y comer esta carne.
Y es que, incluso cuando uno no se pueda creer que esto suceda, en realidad
todavía existen niveles de horror más altos, como señalaba otro trabajador: «Una
novilla de tres años llega al pasillo del matadero y en ese momento pare un becerro,
directamente allí, y lo lleva medio colgando. Yo sabía que iba a morir y le saqué el
ternero. […] Ese animal recibió el nombre de Glitscher («Escurridizo») y su sangre
fue utilizada en experimentos para el cáncer. […] Normalmente esto es lo que ocurre
cuando las vísceras de la vaca caen sobre la mesa de reconocimiento: se acerca un
trabajador, rasga la placenta y saca al ternero. Tampoco es nada anormal ver que
tienes una vaca colgada delante de ti y que el ternero dé patadas porque quiere salir
[…]. ¿Sabe usted?, yo estuve en los marines. La sangre y todas esas cosas no me
perturban en absoluto. Pero el trato es verdaderamente inhumano. Sencillamente es
demasiado».93
Recojo ahora otro pasaje del informe de la ya mencionada médica veterinaria
Christiane Haupt, en referencia a los mataderos ale-manes «normales», que
prácticamente no se diferencian de los austríacos y de los suizos, y que no proceden
de la Edad Media, sino que son centros del siglo xxi, que se hallan en la vuelta de la
esquina y en los podríamos trabajar cualquiera de nosotros: «Quiero comentar que
una y otra vez, en medio de toda esta montaña sanguinolenta y viscosa, es posible
encontrar úteros que contienen fetos de pequeños terneros, algunas crías ya están
totalmente formadas y son de todos los tamaños, suaves y desnudas, con los ojos
cerrados en sus protectoras bolsas amnióticas, que ya no los pueden proteger más; el
más pequeño puede ser del tamaño de un gatito recién nacido, una verdadera
miniatura de vaca, el más grande tenía pelo, marrón y blanco, unas largas pestañas y
le quedaban muy pocas semanas para nacer. “¿No es un milagro que la Naturaleza
consiga hacer algo así?”, piensa la veterinaria que ese mismo día ha estado de turno
y tuvo que tirar úteros, con los fetos dentro, a un cubo de basura. […] También la
pobre y desdichada vaca que cuando llegué a las siete de la mañana ya estaba en el
pasillo de hierro situado muy cerca del box de sacrificio, y no había quien se
compadeciera de ella y le aplicara un rápido pistoletazo con un perno. Lo primero
que hay que hacer con los animales de matadero es prepararlos y terminar con ellos.
Sin embargo, cuando llegué al mediodía allí seguía el animal y a pesar de mis
requerimientos, nadie la había redimido. Me acerqué a soltar un cabestro que se
estaba clavando despiadadamente en su carne y le acaricié la cabeza. Me miró con
unos ojos enormes y fui consciente de que las vacas pueden llorar».94
Lo que una aspirante a veterinaria no podía soportar, ni tampoco el exsoldado de
élite que ha elevado su protesta a las más altas esferas, es aparentemente normal. El
psicólogo Helmut Kaplan subraya que Haupt ha estado en un matadero de tipo
medio. Pero incluso en un matadero modelo, de los 30 animales que fueron
sacrificados en una hora a base de impactos con pernos, seis de ellos recuperaron la
conciencia en la fase de descuartizamiento.95
¿Quién es capaz de comerse eso? ¿Espera usted poder escapar de tal campo de
vibraciones de los animales torturados y no difundirlas dentro de usted cuando
«disfruta» de un filete de esa vaca o de cualquier otra? Nuestra compasión está del
lado de los ani males, pero también sentimos compasión por las personas que
permiten que este estado de cosas llegue tan lejos.
Temple Grandin, una controladora muy crítica con estas situaciones, visitó
personalmente una serie de mataderos y llegó a la conclusión de que en más de una
tercera parte de ellos se llevaban a cabo de forma regular y consciente esas terribles
prácticas. Y eso ocurría en los mataderos que aceptaban los mencionados controles.
Lo que se hacía en los otros, que no permitieron ningún tipo de inspección, es algo
que se puede dejar a la fantasía de cada uno.!
LAS TORTURAS QUE ACEPTAMOS Y COMEMOS
El miedo que ingerimos con la carne de animales procedentes de la cría intensiva se
concreta en las correspondientes hormonas y neurotransmisores. El dolor y la tortura
que se causa a los animales por medio de la actual «cría» industrial es algo que
también deglutimos, aun cuando no podamos medirlo ni nombrarlo científicamente.
La angustia y el pánico que sufren estos animales frente a su terrible final traspasa
todos los límites y se inocula en quienes lo provocan: los consumidores de carne.
Estoy seguro de esto porque me ocupo de este tema desde hace ya más de 30 años y
la gran mayoría de mis pacientes eran carnívoros, al menos cuando llegaron.
El miedo de los animales no proviene del aire, aun cuando se puede asegurar
que el aire en los mataderos está repleto de terror. Es una energía muy real que
también puede implantarse en personas que no sabían nada de estas situaciones y que
hubieran preferido no llegar a conocerlas.
El miedo no es solo un fenómeno desagradable. Está reforzado por otros
síntomas que, a la larga, llevan a la depresión. Eso es algo en lo que deberían pensar
las personas que acostumbran a comer de todo. El miedo es algo razonable y
nosotros, al contrario de lo que les ocurre a los animales del matadero, que no tienen
la más mínima oportunidad de salvarse, podemos evitar lo que nos produce miedo o
bien enfrentarnos a él de forma consciente.
Los carnívoros, desde mi punto de vista, han dado la razón al miedo que se ha
apropiado de ellos. El primer paso de un tratamiento debe ser, como siempre,
conocer las causas, es decir, decidirse por abandonar por completo y para siempre
el consumo de carne.
Más allá de las terribles descripciones anteriores, también aquí encontramos
otro plano de explicación científica para los síntomas de ciertas enfermedades
provocadas por el consumo de carne. No tengo más remedio que remitirme a las
palabras del médico suizo Ernst Walter Henrich: «… yo no quiero ni puedo cerrar
los ojos […]. Me avergüenzo de las criminales actitudes que provocan la muerte de
unos 40.000 niños al día a causa del hambre y la desnutrición porque se prefiere
utilizar los alimentos vegetales para dar de comer a unos animales maltratados de los
que después se obtiene carne, leche y huevos. Con estos productos animales, los
ciudadanos de la civilización de la prosperidad están devorando las enfermedades
que transmiten, incluidas también las del bienestar, y como súmmum del abandono
moral de la industria sanitaria, esta, además, lleva a cabo estudios con animales casi
siempre inútiles».96
EL ESCÁNDALO DE LA CARNE
Con tantas malas noticias para los consumidores de carne referidas a los numerosos
escándalos que saltan a los medios (aunque el consumo de carne es, en sí mismo, un
escándalo permanente), algo bueno les queda. Y es que los escándalos de tiempos
pasados sobre el consumo de carne descompuesta no han supuesto serias ame nazas
de salud porque el ser humano es capaz de soportar la carne pasada. Puede
sobrevivir como si fuera un carroñero. La carne fresca de los mamíferos no sería
comestible debido al rigor mortis que, como sabe muy bien cualquier aficionado a
las novelas policíacas, aparece en el cuerpo al poco tiempo de ocurrir la muerte. Por
ello, el ama de casa experta le pregunta al carnicero si esa car-ne está en su punto.
De esa manera está preguntando, dicho con lenguaje científico, si la descomposición
autolítica ha avanzado tanto que la descomposición de los filamentos de actina-
miosina del tejido muscular ha eliminado el rigor mortis. Con su lenguaje, ella
quería saber si la carne estaba bien tierna y jugosa.
Quien haya abatido a una pieza de caza (que al menos ha caído de una forma
considerada al evitarse el pánico de la espera previa a la muerte), después habrá
tenido que poner esa carne en adobo para favorecer su descomposición y que así
resulte más blanda.
En este punto, los consumidores de carne pueden relajarse un poco. Como solo
comen carne descompuesta, solo carroña, en realidad no es tan decisivo su grado de
descomposición. De hecho, nadie ha tenido problemas por comer carne pasada, sin
tener en cuenta, eso sí, de que la carne ya es nociva de por sí. En los mercados
africanos es posible ver carne rodeada de nubes de gusanos y moscas que, sin
embargo, se vende y, supuestamente, se consume. Aquí tie-ne un papel decisivo el
efecto desinfectante del elemento fuego.
¿CARNE ARTIFICIAL COMO ALTERNATIVA?
Puede que, en breve, los apasionados carnívoros dispongan de una alternativa
ofrecida por los investigadores. Los expertos en biología celular de la Universidad
de Eindhoven intentan actualmente conseguir una carne artificial. Las incoloras
células musculares de los ratones crecen entre dos trozos de velcro. Una industria
holandesa de embutidos financia lo que supuestamente hará que en cierto momento se
pueda renunciar a la cría intensiva y al sacrificio de animales, y se reduzcan
considerablemente los gases de efecto invernadero. Los investigadores, cuyo
objetivo es preparar carne artificial de cerdo, todavía no han probado por sí mismos
los resultados obtenidos, lo que significa que no se fían demasiado.
UN TEMA DE CRITERIO: OTROS PAÍSES Y OTROS USOS
Durante mucho tiempo, la carne fue considerada un alimento muy valioso y su
consumo era un signo de riqueza, pues disfrutar de un buen asado no estaba al
alcance de todos los bolsillos. Nuestros antepasados la consumían solo en días de
fiesta. Quien fuera rico se lo podía permitir en más ocasiones y muchas personas hoy
la comen a diario. En las cortes principescas y reales de hace unos siglos, se
consumían cantidades elevadas de carne, y precisamente en esos entornos surgían
frecuentes episodios de gota y reuma, mientras que el pueblo llano no los padecía.
En Prusia se hablaba del «gabinete de gotosos» del rey, y en otras cortes europeas el
personal sabía que, al menos, lo que se ahorraba en carne también lo hacía en reuma.
Hoy en día no tenemos nada en contra de degustar un ternero y lo hacemos sin
pensar en sus suaves ojos llenos de ternura. Disfrutamos de la gelatina, una mezcla
hecha de patas, ojos y otros desechos de vaca cocidos, la colocamos sobre pasteles
y de esa forma los cubrimos como si los envolviéramos en un sudario. En cambio,
otros comen perros y delfines, y cuando nos enteramos, se nos revuelve el estómago
y sentimos gran indignación. Los japoneses se horrorizan con nuestra carne pasada y
nuestros huevos, y nosotros pensamos que es insoportable ver cómo matan a los
peces, incluso delante de sus propios ojos, y devoran su carne cruda cuando los
animales aún se mueven.
En este sentido se me quedó muy grabada una escena: en una isla filipina fuimos
invitados a comer como señal de agradecimiento por una ayuda médica que les
habíamos prestado. Nos sentamos cómodamente en el suelo y nos reunimos
alrededor de un puchero tradicional. Los trozos de carne de cerdo que allí se
identificaban, como la cola, no suscitaron ningún entusiasmo, pero fueron aceptados
por los consumidores de carne del grupo. Pero cuando la cocinera del clan tuvo que
admitir que había utilizado una de las conocidas cabras del grupo, nuestro apetito se
redujo considerablemente.
La anciana se dio cuenta del error cometido y quiso salvar la situación
afirmando que buena parte de la carne no procedía de la cabra, sino que era de
perro. Entonces, una persona del grupo, dueña de un perro, vomitó de forma
espontánea y el resto finalizó de inmediato su comida.
Quien haya visto en alguna ocasión cómo les rompen las patas a los perros en
Filipinas, cómo los sujetan por la espalda y luego los golpean para romperles las
costillas, con lo que segregan numerosas hormonas del miedo y el estrés, podrá
dudar de que los que lo hacen sean seres humanos. Pero eso no pasa solo en
Filipinas, en muchos otros países es legal comer perro. El nombre chow-chow
significa en chino «bien asado». Estos animales, como también los perros sin pelo
mexicanos, se criaban básicamente para su consumo. Incluso en Suiza se engordan
boyeros de Berna destinados a la cocina asiática. En otros países europeos existen
reglamentaciones para la autorización oficial del consumo de car-ne de perro.
Resumen:
Preferimos mirar con desprecio cuando vemos el trato que reciben los animales en
otras culturas y omitimos que en nuestros mataderos se hace exactamente lo mismo:
un horror indescriptible que, a pesar de los estrictos sistemas de protección
impuestos, cada vez es más y más patente. Los hechos son escalofriantes y dan
muestra de los criterios por los que se debe medir a nuestra sociedad.
Marranadas modernas
Está claro que algunas descripciones del trato a los animales y la aflicción que va
asociada a ellas son difíciles de comprender. Pero es necesario, y por eso yo, con
gran dolor de mi corazón, intento representar de esta forma tan gráfica algunos
aspectos de la cría moderna de animales y sobre todo, a partir de ahora, de un tipo
de animales, los cerdos, que son los que los ciudadanos centroeuropeos comen más y
con mayor gusto. En el año 2009 se sacrificaron en Alemania 60 millones de cerdos,
lo que hace que el país sea el tercer mayor productor de carne porcina del mundo,
precedido por Estados Unidos y China, y seguido por España. Existen estudios que
demuestran que los cerdos son al menos tan inteligentes y sensibles como los perros.
Quien haya tenido la oportunidad de tener contacto con un cerdo trufero no lo dudará
en absoluto. Los experimentos han descubierto que estos animales han desarrollado
su propio lenguaje, son capaces de enterarse cuando se les llama, son juguetones y,
además, atendiendo a las instrucciones de los científicos, son capaces de manejar
con el hocico unos joysticks acondicionados para ellos. No tienen ninguna dificultad
para abrir la puerta de su cochiquera y se apresuran a ayudar a sus compañeros.
Trabajan en equipo durante sus intentos de huida y su capacidad de entendimiento los
coloca muy cerca de los chimpancés.
Sandra Düpjan, investigadora alemana especializada en comportamiento animal,
ha centrado sus trabajos en demostrar científicamente cómo actúan las emociones en
los animales: «Los cerdos comunican su estrés, ahora solo debemos aprender a
entenderlo».
Para apreciar su alto nivel de estrés de un cochinillo solo hay que observar sus
gritos cuando le cortan el cordón espermático sin ninguna anestesia.98
Los cerdos son individualistas y, en muchos casos, muy parecidos a los seres
humanos, por eso los estudiantes de medicina en muchas ocasiones aprenden
estudiando sus entrañas.
TORTURADOS Y ENFRENTADOS A LOS DOLORES
Estos cerdos llevan hoy en día una vida angustiosa que, desde mi punto de vista, es
mucho peor que su terrible final. Comienza cuando son alimentados en exceso para
convertirlos en animales de alto rendimiento, como les pasa a la mayoría de las
gallinas, pavos y otros animales útiles que son criados de una forma tal que están
básicamente enfermos. Foer recoge en su libro que «los estudios afirman que del 10
al 40 % de los cerdos, debido a su pobre herencia genética, la falta de ejercicio y su
alimentación insatisfactoria, muestran una estructura corporal inestable porque se les
doblan las rodillas, se les deforman las patas y los dedos de los pies se les curvan
hacia adentro».99 Una revista americana dedicada a la cría de porcino informaba que
«es normal» que el 7 % de las cerdas de cría mueran antes de tiempo a causa del
estrés, provocado por su confinamiento en celdas y por la cría masificada de alto
rendimiento; en algunas de las fábricas de animales, según afirma la revista, la
proporción puede ascender hasta el 15 %. Pero esto son pérdidas con las que ya
cuenta la industria, y el negocio con la tortura resulta rentable para todos los que
tienen tal desvergüenza y se enriquecen con tales abusos.
Desde el principio, estos animales son torturados sistemática mente porque es
algo que exige el sistema. A las 48 horas de su nacimiento, se les corta la cola a la
mayoría, por supuesto sin aplicarles ningún tipo de anestesia, para que
posteriormente no se la puedan morder en caso de estrés. Más tarde, de forma
totalmente legal y sin aplicar narcóticos, también se les extirpan los colmillos por el
mismo motivo, y para evitar el canibalismo. Esto es algo que suele ocurrir también
en la cría intensiva de otros animales, por ejemplo las aves, que al parecer se
angustian a causa de su indescriptible desdicha y tienden a agredirse entre ellas.
Muchos seres humanos se volverían locos de padecer la monotonía y las condiciones
que sufren los animales de los criaderos. Este ánimo también lo ingieren los
consumidores de carne.
A los diez días de vida, de forma totalmente legal y sistemática, sin narcóticos y
sin que medie ningún tipo de compasión, se les arrancan los testículos, pues de lo
contrario la carne no resultaría tan sabrosa para el consumidor.
UNA VIDA DE CONSTANTE PREÑEZ
A partir del momento de la separación de la cerda durante la lactancia, del 9 al 15 %
de la camada morirá. Además, hay que tener en cuenta el elevado índice de
malformaciones en los lechones: desde miembros deformados hasta fisuras en el
paladar; desde temblores en los músculos hasta la falta de ano. En la cría de alto
rendimiento se trata de producir cerdos enfermos (que no son capaces de llevar una
larga vida natural), ya que son los que aportan más beneficios.
Sin embargo, la producción porcina requiere la presencia de cerdas, las cuales
se convierten en víctimas de su enorme fertilidad. Este método ha permitido que la
industria incremente considerablemente el número de ejemplares. La aplicación de
inyecciones de hormonas obliga a la pobre cerda a estar preñada durante
prácticamente toda su vida para, a continuación, amamantar a sus crías durante un
corto período de tiempo. El 80 % de las cerdas pasa toda su preñez en unos lugares
tan estrechos que les impiden darse la vuelta. Al no contar con la posibilidad de
hacer ejercicio, suelen padecer una extremada atrofia ósea, no pueden revolcarse y
en ocasiones se hieren la piel al frotarse contra la jaula. Por motivos de costes y
para evitar incrementos no deseados de peso, es muy frecuente que se les deje pasar
hambre. Pero aun cuando no estuvieran encerradas en lugares tan diminutos,
circunstancia que está cambiando gracias a las presiones que sufren los criadores, lo
que está muy claro es que la tortura y martirio de los animales es una constante
durante toda su vida.
ANIMALES LIMPIOS MANTENIDOS BAJO UNA LLUVIA DE HECES
El tormento de los cerdos se incrementa por la increíble estrechez en la que viven
hacinados. Normalmente, los cerdos se preparan nidos para dormir y nunca
descansan ni se echan en el mismo lugar en el que han depositado sus excrementos.
Pero en los modernos establos viven literalmente entre su propia mierda, deben
pisarla y tumbarse encima de ella, sin contar casi nunca con un desagüe ni con la
posibilidad de moverse. Este tipo de «disciplina» es, comparativamente hablando,
mucho peor que la que siguen los asesinos en las cárceles, quienes al menos tienen la
posibilidad de salir a un patio y pueden ver la luz del sol. Los cerdos modernos no
viven otra cosa que estrecheces y torturas.
Aun cuando en el lenguaje de la calle se nos quiera hacer creer otra cosa, lo
cierto es que cuando viven en plena naturaleza los cerdos son animales limpios que
evitan el contacto con los excrementos. En las fábricas de animales, los cochinillos
son metidos en estrechas jaulas en las que, por motivos de espacio, tienen que estar
unos sobre otros. El espacio, lo mismo que el tiempo, también es oro. Es muy normal
que las heces de los de arriba caigan sobre los de abajo.
Estos animales limpios e inteligentes son obligados a vivir bajo una lluvia de
excrementos y orina, por lo que parece muy lógico que muchos de ellos acaben
trastornados. Bajo estas modernas condiciones, sufren lo que desde el punto de vista
psiquiátrico se calificaría de locura y, como dementes que son, hacen presión contra
los barrotes de sus jaulas o se lamen de forma compulsiva.
Pero lo más impresionante para las personas sensibles o misericordiosas es
darse cuenta de la denominada tristeza del cerdo. El animal se sienta entonces sobre
sus patas traseras y deja colgar la cabeza con aspecto de sufrir una profunda
desesperación, como si aparentemente se diera por vencido.
DE LO QUE SIRVE EL ENGORDE…
En esta situación de constante tortura en sus jaulas, la gran mayoría de los cerdos
tiene una vida muy corta. Hasta que llega ese final son mantenidos en cubículos
extremadamente estrechos en los que casi no se pueden mover y, en consecuencia, no
consumen calorías, pues eso empeoraría los resultados del engorde. La temperatura
es alta y hay muy poca luz, lo que les hace sentirse apáticos y así no se atacan unos a
otros, lo que podría ocurrir fácilmente dado su estado de agobio.
Los individuos más débiles que no son capaces de ganar peso suficiente son
sacados de los cubículos, atados por las patas traseras y golpeados con el morro
contra un suelo de hormigón. Esta muerte por «aporreamiento» es un método muy
usado para estos anima les. Foer cita a un trabajador: «Nos limitamos a sacarlos,
golpearlos contra el suelo y echarlos a un lado. […] Cuando volvemos a la bodega y
nos damos cuenta de que algunos de ellos aún están con vida, no hay más remedio
que volverlos a golpear. En algunas ocasiones, al entrar he podido ver que se les
habían salido los ojos de las órbitas o que sangraban o tenían rotas las
mandíbulas».100 Ese es el destino que sufren diariamente docenas de cerdos, porque
se ha calculado que es más barato matarlos así que cargar con esos «objetores de
conciencia».
Todo se calcula teniendo en cuenta los costes, que se miden utilizando unos
programas de ordenador muy semejantes a los que hay en la zonas de cuidados
intensivos de nuestros hospitales. Se supone que esos cálculos coste-beneficio no
han de tener ninguna consecuencia para el tratamiento médico, al menos eso es lo que
se dice. Pero no podemos evitar preguntarnos: ¿por qué se hace ese cálculo? El
embrutecimiento es un proceso básico que por regla general no se limita a ámbitos
independientes, sino que se introduce en la sociedad como si fuera un cáncer.
¿SALUD ANIMAL? ¡UNA FARSA!
Foer contesta a las preguntas de por qué y cómo tantos animales sufren esa vida de
torturas hasta llegar al matadero: «Todo un torrente de antibióticos, hormonas y otros
medicamentos mezclados con la comida hace que la mayoría de los animales resistan
en esas terribles condiciones de vida».101
No es raro que algunos, mientras esperan el sacrificio, padezcan un infarto
cardíaco; desde el punto de vista anatómico sus corazones son muy semejantes a los
del hombre. Por eso en nuestros días hay muchos enfermos de corazón a los que en
lugar de implantarles válvulas artificiales les colocan otras procedentes de los
cerdos.
Tampoco es difícil que a los pobres cerdos les fallen las patas antes del
sacrificio y se queden apartados a un lado, desvalidos, hasta que mueren. O bien se
les tira a la basura cuando todavía están con vida.
Christiane Haupt, en sus prácticas de veterinaria, hablaba así de una instantánea
captada por ella en un matadero alemán de cerdos: «Quiero y debo hablar desde lo
más hondo de mi corazón. Casi me ahogo. Deseo narrar cómo los cerdos que ya no
pueden andar más permanecen sentados con las patas traseras separadas. Que dan
patadas y golpes durante mucho tiempo hasta que son llevados al box de sacrificio.
Los veo después cuando pasan oscilando delante de mí para trocearlos, les han
arrancado por ambos lados los músculos de la parte interior de los muslos. Son 530
al día, nunca olvidaré esa cifra». Y agrega: «Cuando por primera vez supe (el
segundo o tercer día) que los cerdos aún se movían mientras se desangraban, caían,
les cortaban con una sierra y seguían moviendo la cola, me quedé petrificada.
“¡Ellos…, ellos siguen moviéndose…!”, y así se lo dije a una veterinaria que estaba
allí, a pesar de que yo ya sabía que solo se trataba de movimientos nerviosos. Sonrió
y me dijo: “¡Maldita sea, se ha cometido un fallo, no está totalmente muerto!”. El
pulso seguía trepidando fantasmalmente en la mitad de los animales, por todos lados.
Un gabinete del horror. Me quedé helada hasta la médula».102
Y esto es lo que se escuchó en una investigación del Comité Científico de la
Unión Europea encargado de la salud y protección de los animales (año 1997): los
cerdos mantenidos en jaulas, como sucede en todas las modernas plantas industriales
de animales, tienen los huesos débiles, padecen un elevado riesgo de lesiones en las
patas, afecciones cardiovasculares e inflamación de las vías urinarias; en ocasiones
les desaparece la masa muscular hasta tal extremo de que casi no son capaces de
realizar ni los movimientos más elementales».103
¿Quiere usted respaldar todo esto a base de comer su carne? O, preguntado de
otra forma: ¿quiere sufrir el riesgo de ingerir la energía de esta locura? O, aún más
directo: ¿es usted capaz de arreglárselas con esta energía sin sufrir daños en su
propia persona? Estos cerdos modernos no nos aportan ninguna felicidad, tal y como
simbólicamente se nos quiere hacer ver. Más bien todo lo contrario: cuando los
comemos, nos inculcan tristeza e infelicidad, las mismas que les hemos provocado a
ellos. Las personas que hacen algo así con otras criaturas no son unos cerdos, pues
un cerdo nunca le haría eso a nadie, ni siquiera a un ser humano. Esos operarios de
los mataderos y, naturalmente, también los responsables, los que realmente mueven
los hilos, los que no se manchan las manos pero sí ganan dinero con toda esta
aflicción, se encuentran moralmente por debajo de lo que vulgarmente se denomina
«un cerdo».
Naturalmente que para el resto de los animales las cosas no van mucho mejor.
En el caso de las aves incluso es peor, mientras que en el de las vacas el trato es
mejor pero el sacrificio sigue siendo igual de terrible.
Resumen:
La vida de los cerdos es tan penosa como su muerte. Lo que se les practica sin
ninguna anestesia solo se puede describir con el término de tortura, y hace que se
vuelvan totalmente locos. Y todo en aras de conseguir un engorde rápido y que los
costes sean más favorables.
Los efectos que ejerce sobre nosotros el sufrimiento animal
Deberíamos preguntarnos con toda seriedad si solo puede ser considerado como
crueldad el hecho de causar daño intencionadamente, o si también lo puede ser
nuestra indiferencia ante la misma. Si se expresa de forma mucho más directa: ¿qué
cantidad de dolor compro junto a mi comida de origen animal que a continuación va
a pasar a mi estómago, mi intestino, mi organismo y mi mente? Esta aflicción sigue
viva, tanto en el plano espiritual, como, y más concretamente, en el físico. Además,
¿es realmente casual que el segundo tipo de cáncer más frecuente entre los hombres
occidentales sea el de colon? ¿No nos lo estamos provocando nosotros mismos a
base de una ingesta intencionada y voluntaria de carne de animales atormentados con
la correspondiente actitud consciente que hay detrás de todo eso? Si contamos la
cantidad de cánceres de estómago y esófago que aparecen, la relación queda aún más
clara. No podemos digerir esta carne y la reacción es el cáncer de los órganos
digestivos, atestados de sufrimiento.
Hagamos memoria de todos los hechos:
Resumen:
Quien come carne ingiere la desgracia y la tortura de los animales en el sentido más
estricto de la palabra, por lo que debe preguntarse si realmente desea respaldar esas
actitudes. Con la cría intensiva de animales no solo generamos nuevas enfermedades,
como puede ser la gripe porcina, sino que aceptamos una crueldad (en el caso de los
operarios de los mataderos también se trata de un embrutecimiento) que no nos llega
de forma casual. Allí donde prospera el peligro también crece la salvación. Lo único
que debemos hacer es aprovechar la oportunidad.
De la granja a la fábrica de animales
Las granjas son un modelo que ya no existe, aun cuando hay intentos para que
aparezcan de nuevo, algunos liderados por personajes ilustres como el propio
príncipe Carlos, el príncipe de Gales, como muestra en su interesante libro
Harmony.111
De cada 100 animales que nos comemos, 98 proceden de la cría intensiva,
aunque no seamos conscientes de ello. Esos animales no han visto el campo ni el sol
ni el cielo en ningún momento de su vida. A pesar de eso, la industria nos manipula
con idílicas imágenes de apacibles granjas y nos anima a consumir a esos seres. La
publicidad nos muestra escenas de vacas que pastan en libertad por las praderas de
las montañas y luego regresan satisfechas a sus establos entre felices mugidos; nos
enseña a unos granjeros que llaman a las vacas y los cerdos por su nombre, y a sus
hijas que miran a los pollitos según salen del cascarón… Todas ellas, imágenes de
«amor al campo» y a un «mundo más saludable», algo idílico que solo sirve de
coartada.
Los animales cuya carne nos comemos vegetan en lugares en los que deben
conseguir el mayor peso posible. Son criaturas rebosantes de estrés, sin espacio
vital, alimentadas con la comida más barata, atiborradas con antibióticos y, aunque
es ilegal, con hormonas; seres que casi no pueden soportar la montaña de su propia
carne, cuyo peso les cae sobre las débiles costillas, como los pavos que se vuelcan
hacia delante al no poder soportar sus pechugas, crecidas hasta límites
insospechados.
Y todo eso es posible y se vende por medio de unas nostálgicas imágenes que
provocan una total confusión en el ánimo de los consumidores. Seguro que los
agricultores no siempre dan buen trato a sus animales, pero sí los consideran seres
vivos. En las fábricas industriales de animales estos seres son degradados a objetos
y reciben de los operarios lo peor que cada uno pueda pensar.
GALLINAS DE ENGORDE Y MÁQUINAS PONEDORAS DE HUEVOS
Los criaderos o fábricas de gallinas son uno de los lugares más impresionantes. Los
animales han sido diseñados genéticamente para convertirse en productores de carne
o de huevos. Las docenas de especies de gallinas diferentes que antes poblaban las
granjas se han extinguido desde hace mucho tiempo. Las gallinas ponedoras actuales
son exclusivamente una especie de máquinas que consiguen poner más de 300 huevos
al año. Más del doble de las prestaciones de hace no tanto tiempo. Esto se consigue
a base de aplicar ritmos artificiales de la luz del día y suministrar a los animales una
comida especial. Después de un año finaliza su vida, que podría alargarse bastante
más, pero el síndrome de burn out que padecen (a causa de estar sometidas a un
estrés constante) reduce su productividad y son eliminadas.
La producción de pollos tiene lugar en fábricas propias donde los huevos son
empollados en incubadoras y luego los pollitos son enviados a sus destinatarios por
correo postal. Los ejemplares masculinos son exterminados a millones, tirados,
asfixiados con gas o picados en vivo, puesto que es lo más sencillo y, sobre todo, lo
más barato. Es posible hacerse a la idea: imagine un gran filete de carne picada
¡procedente de esos pollitos! Solo en Alemania se producen casi 600 millones de
pollos al año y la cifra va en aumento.
Lo que necesitan de verdad los pollos, el pico, su importante órgano táctil, que
en los primeros tiempos era seccionado con una cuchilla candente, hoy en día es
recortado sistemáticamente en el criadero. Es como si a un niño le amputaran la
punta de la nariz.
Quien habla de «huevos de gallinas camperas» utiliza mal el lenguaje, tal y como
suele suceder habitualmente en la publicidad. Antes que el respeto a la vida o
incluso de la veneración hacia ella, de la que habla el médico y filósofo Albert
Schweitzer, lo primero que desaparece es el respeto ante la verdad.
Las modernas gallinas de engorde, genéticamente modificadas para ser máquinas
ponedoras, consiguen en la mitad del tiempo que antes obtener el doble de peso: su
índice de crecimiento diario se ha incrementado en un 400 %. Antes de su prematuro
final, los pollos viven en una estrechez y un acoso increíbles. Los animales
sobreviven en su reducido espacio vital gracias a que en su alimento les mezclan
vitamina A y, sobre todo, vitamina D, probablemente a modo de sucedáneo del sol.
Después de seis semanas, la desgracia de las gallinas de engorde norteamericanas
llega a su fin, y luego llegan a los hornos o las barbacoas de los consumidores. Los
alemanes tardan menos y consideran que están listas al cabo de cinco semanas. No
podrían aguantar mucho más tiempo, puesto que su carne aumenta a tal velocidad que
los huesos se les deformarían haciendo que adquirieran formas grotescas y que
padecieran otros cuadros clínicos. Aproximadamente el 4 % de los pollos (una cifra
ya prevista) muere bajo convulsiones espasmódicas en el denominado síndrome de
muerte súbita; aproximadamente el 5 % muere por acumulación de agua en el
estómago, algo que solo sucede en la cría masificada de animales; el 75 % tiene
dificultades para andar y sufre constantes dolores.
El fin previsto llega pronto pero no demasiado rápido. Su terrible vida, en la que
nunca ven la luz del sol, finaliza de la misma forma como ha transcurrido. Gallinas
metidas en cajas, como si fueran cosas, desempaquetadas de forma brutal en el
matadero, colgadas cabeza abajo de unas anillas de metal… Así terminan en el caso
de que «todo vaya bien», un martirio en el que casi de una forma regular se les
fracturan los huesos. La cinta transportadora introduce a los animales colgados en un
baño de agua cargado de electricidad para que queden aturdidos. Eso no significa
que no sientan. Esta situación, increíble para los seres humanos, hace poco fue
prohibida en la Unión Europea, pero no en Estados Unidos.
A continuación llegan a las máquinas automáticas de corte de cuello, que las
matan y hacen que se desangren, siempre y cuando la máquina haya seccionado un
vaso sanguíneo importante, hecho que no siempre sucede. En este último caso es
necesaria la actuación de operarios que completen la acción de las máquinas, aunque
en ocasiones tampoco son capaces de cortarles la garganta a todos los animales.
Luego el animal cae, vivo, en un baño hirviendo, y esto es algo que sufren, según
Foer, cuatro millones de aves al año solo en Estados Unidos.
Y cuando las cosas «no marchan bien»… nos faltan las palabras para describir
lo que ocurre. En cuanto al apartado «higiene», lo cierto es que no existe. Los
cadáveres son sumergidos en distintos baños, que los trabajadores llaman «sopa
fecal», lo que dice mucho sobre su elevada cuota de contaminación: casi el 100 %
de Escherichia coli, el 8 % de salmonelosis y casi el 80 % de campilobacteriosis,
un caldo de cultivo potencialmente peligroso. Estas cifras provienen regularmente de
los controles. Una investigación de la oficina federal alemana para la valoración de
riesgo comprobó en el año 2010 una contaminación de campilobacteriosis entre el
39 y el 70 %.
Los cuerpos de los animales al final del proceso de sacrificio quedan en un
estado lamentable y se les inyecta un tipo especial de caldo que les aporta del 10 al
30 % de su peso de venta. Esa inyección consigue que no vuelvan a tener sabor a
pollo.
Con el argumento de la higiene, como ya se ha mencionado, se ponen trabas a los
granjeros y propietarios de pequeñas carnicerías para que no puedan realizar sus
propios sacrificios. La precaria situación higiénica de los mataderos se burla de
cualquier descripción que pueda referirse a sus prácticas y abusos. En el mismo
sentido, en la Unión Europea se «producen» de forma similar unos 6.000 millones de
gallinas al año, y 50.000 millones en todo el mundo. Y estas cifras aumentarán
considerablemente si China e India se adhieren a esta locura, como parece que va a
suceder.
PRODUCTIVIDAD EN PRIMERA LÍNEA
Los animales de las plantas industriales son contemplados exclusivamente desde el
punto de vista de la productividad, solo como auténticos «medios de producción».
Así, encontramos cerdos que ya no pueden estar en libertad porque sus débiles patas
no soportan su peso, pavos con pechugas de dimensiones enormes y que no se
pueden reproducir, y gallinas que carecen por completo de las características de las
aves, por no comentar su incapacidad para volar. En las modernas fábricas de
animales esos rasgos naturales no resultan necesarios, no hacen falta para nada. Lo
que en su tiempo pensó el filósofo francés Descartes, cuando en su modelo
mecanicista definió a las personas y los animales como puras máquinas, es algo que
ahora se ha convertido en una brutal realidad.
La parte positiva para la industria y para los que se conforman con una barata
carne torturada es que el progreso es muy rápido. En el siglo transcurrido entre 1820
y 1920, los campesinos doblaron su productividad; entre los años 1950 y 1965
volvió a suceder; en los diez años transcurridos de 1965 a 1975 sucedió una vez
más, y así seguirá ocurriendo si continuamos tomando parte en el jue go y comiendo
de la misma manera. Después de la Segunda Guerra Mundial, un granjero podía
abastecer a 15 personas, hoy en día alimenta a 100. Lo cierto es que ya casi no
existen granjeros, pues los que lo eran en su sentido más original se han ido al
garete, y con ellos la calidad de los alimentos.
Ha surgido un proceso de distanciamiento. Hace no tantos años, cualquiera
conocía una granja y podía visitarla, porque en ella no había nada que ocultar. Sin
embargo, las granjas industriales están herméticamente cerradas, casi todo está
oculto y es secreto. Sistemáticamente se cometen en ellas crímenes contra la
humanidad y contra los derechos y la protección de los animales, que lo pagan con
amargura a todos los niveles. Los responsables son en último término los
consumidores, que se inclinan por unos precios baratos con los que no podrían vivir
los agricultores normales. La mayoría de las personas se decide por la cantidad en
lugar de por la calidad.
Al comienzo del pasado siglo las afecciones cardiovasculares eran poco
comunes y el cáncer era una excepción. Hoy en día ambas enfermedades (dándose la
mano con la cría intensiva de animales) asolan nuestro mundo y son enormemente
decisivas. ¿Es esto realmente lo que queremos? ¿Deseamos ser partícipes y apoyar
esa tendencia? Se realizan actos perversos y enfermizos, y muchos de nosotros
estamos entrando en ese juego. Supuestamente, las tres cuartas partes de la población
norteamericana (y puede que también ocurra en Europa) consideran que la
protección de los animales es más importante que una carne barata, y las dos terceras
partes se muestran a favor de unas leyes muy estrictas en lo que se refiere a la
protección de los animales. ¿Por qué no hacen algo los políticos? Al fin y al cabo, lo
más importante son los votos de los ciudadanos en las elecciones, lo mismo que las
cuentas bancarias, que deciden por mayoría y aprueban el negocio de la carne barata
que, a la larga, nos va a resultar cara.
LA CRÍA INTENSIVA DE ANIMALES, UNA BOMBA DE RELOJERÍA DE RESULTADOS
IMPREVISIBLES
La leyenda dice que Henry Ford extrajo de los primeros grandes mataderos de
Chicago la idea sobre las cadenas de montaje que permitieron a todos los
norteamericanos disfrutar de un automóvil del modelo Ford T. Esos enormes
mataderos empezaron a proporcionar carne barata, pero acompañada de un alud de
daños colaterales. Despiezar una vaca es, en realidad, el procedimiento inverso al
de fabricar un coche. En esos establecimientos fue la primera vez que los animales
vivos fueron tratados como objetos.
El resultado del proceso es escalofriante: en el último medio siglo los precios
de las casas y los coches han subido en un 1.000 %, mientras que los de los huevos y
la carne de pollo, descontada la inflación, se han hundido en una profundidad récord.
Si además se incorporasen los costes invisibles de este tipo de producción (desde
las subvenciones sobre la contaminación ambiental hasta las enfermedades que
provocan en las personas), el récord sería mucho mayor. Si se piensa en la gripe
española de 1918, en la que murieron más personas que en la Primera Guerra
Mundial y cuya causa fue una gripe aviar, y también en las pandemias que proceden
de las aves y los cerdos a los que se tortura por medio de la cría intensiva, el tema
adquiere otro aspecto. Disponemos de una manifiesta tecnología de riesgo que
amenaza a buena parte de la humanidad. Los 50.000 millones de aves que anualmente
son alimentadas con medicamentos y, a pesar de ello, están enfermas y con un débil
sistema inmunitario, los 500 millones de cerdos y el resto de casos sujetos a la cría
intensiva de animales constituyen una bomba de relojería de efectos incalculables.
LA LOCURA DE LAS SUBVENCIONES
Pero esta locura es rentable para los accionistas, ya sean los que no saben nada, los
de mentes miopes, los codiciosos o todos juntos: productores, beneficiarios o
consumidores, todos toman parte en estos crímenes contra la humanidad y contra la
Creación, lo que supone una terrible amenaza para nuestro mundo.
Las autoridades hacen la vista gorda con estas empresas y no realizan los
controles adecuados. Se va donde se tiene que ir, y no donde se debe ir, es decir a
los lugares en que no se tiene en cuenta en ningún momento la salud de la población y
el sufrimiento de los animales es un tema irrelevante. Por ejemplo (según el
programa Weltjournal de la cadena de televisión ORF 2), una empresa de aves
francesa recibió una subvención de 63 millones de la Unión Europea para la
producción y la exportación de pollos industriales de la menor calidad posible.
¿Cómo puede ser que la industria tenga tal poder? Es muy sencillo: somos
nosotros los que se lo otorgamos al comprar carne, huevos y leche de producción
intensiva.
La peligrosa influencia de los productos lácteos sobre la salud de los adultos es
algo que ya hemos presentado con todo detalle en la primera parte. A pesar de estar
científicamente contrastado, el lobby de la industria lechera informó justo en sentido
contrario y el Estado alemán sigue subvencionando la leche para escolares durante la
hora del recreo.
CAMPOS DE CONCIENCIA
El sufrimiento de los animales, las personas y la Tierra está inextricablemente
conectado. Nuestra alimentación está compuesta en gran medida por una aflicción
que nosotros, al comerla, incorporamos a nuestra conciencia. Safran Foer comenta:
«Cuando come mos carne procedente de la cría intensiva de animales, vivimos
literalmente a base de una carne torturada. Y esa carne torturada se convierte poco a
poco en nuestra propia carne».112 Esto debería sonar menos simbólico de lo que
parece. Son muchos los indicios, procedentes de todas direcciones, que lo
corroboran: hoy sabemos que con los órganos trasplantados también se transfiere el
campo de conciencia del donante. El doctor americano Paul Pearsall113 ha informado
de cambios de comportamiento y de actitud en los receptores después del trasplante.
En los receptores de corazones se han observado características complejas,
antipatías y preferencias que formaban parte de la personalidad de los donantes.
Incluso después de los trasplantes, se han señalado modificaciones en elementos
como la mímica y giros verbales que remitían directamente al donante del órgano
trasplantado.
La historia más espectacular es la de una chica de ocho años que tras serle
realizado un trasplante de corazón sufrió pesadillas relacionadas con violaciones.
Las investigaciones posteriores de Pearsall dieron como resultado que la donante
había muerto a causa de una brutal violación. Las pesadillas llegaron a tal punto que
se pudo probar la culpabilidad del violador.
Otra experiencia muy significativa relacionada con nuestro contexto llegó de una
mujer joven, vegetariana convencida, que tras el trasplante de corazón desarrolló una
nueva afición por las hamburguesas. Como se puede suponer, formaban parte
importante de la dieta del donante.
Los caníbales suponen que si se comen el corazón o la carne de sus enemigos
podrán asimilar también su fuerza. Parece que tienen bastante más razón de lo que
pudiéramos pensar.
Si regresamos de los caníbales a la ciencia moderna, encontramos al físico
nuclear Hans-Peter Dürr, 114 que construyó un puente de comprensión al asegurar:
«Los campos de la física cuántica no solo son inmateriales, sino que además afectan
a otros campos mayores que no tienen relación con nuestro familiar espacio
tridimensional. Se trata de un campo de información pura y no tie-ne nada que ver
con la masa y con la energía. Ese campo de información no solo está dentro de mí,
sino que se extiende por todo el universo». ¿Cómo no pensar ahora en los campos
morfogenéticos del biólogo Rupert Sheldrake? En este sentido podríamos
imaginarnos los campos que nos rodean y que no son mensurables en nuestro mundo,
pero sí pueden ser apreciados por personas con sensibilidad. ¿Por qué comer carne
no debería ejercer un efecto sobre nuestro campo de conciencia? Muchos carnívoros
ingieren órganos, sobre todo músculos. No pocos de ellos prefieren el con-sumo de
carne muscular y evitan las vísceras. Algunos tampoco desdeñan los sesos. Puede
que sepan lo que hacen, pero comer músculos tampoco es la solución, pues el
corazón es uno de ellos. Cuando los campos adquieren tal sutileza como postula el
físico Hans-Peter Dürr, ¿por qué no podrían ir acompañando a la carne torturada? El
conocimiento sobre neurotransmisores y hormonas del miedo y el estrés está muy
avanzado y su progreso sigue en marcha.
Como médico puedo afirmar que la tristeza también influye en nuestro
organismo. De manera muy sensata, en principio nos dejamos guiar por ella. En
cuántas ocasiones habré preguntado: «¿cuánto hace que sufre esos dolores? ¿Cómo y
cuándo empezaron?». La aflicción de los animales, que hacemos nuestra al comerlos,
nos conduce a su origen, a los mataderos y las plantas industriales de cría intensiva.
Y ese es un buen camino para hacer frente al dolor.
Resumen:
Los efectos de la industria animal en la sociedad constituyen una bomba de relojería
de consecuencias incalculables. Se subvenciona de forma millonaria a una verdadera
tecnología del riesgo que provocará la difusión de pandemias. Los efectos sobre la
conciencia humana no son mucho mejores.
Los consumidores tienen fuerza
A pesar de que en muchos aspectos somos manipulados y dirigidos por los medios
de comunicación, por las decisiones de las autoridades y por las correspondientes
industrias interesadas, nosotros, en cada comida, disponemos de la elección entre los
productos de matadero y los de la huerta, entre la guerra y la paz, entre el irredento
polo masculino y el liberado polo femenino. Se trata de un tema de gran importancia,
pues esa elección la podemos tomar tres veces al día, más de 1.000 ocasiones al año
y a lo largo de una vida puede llegar a las 80.000 veces. Cada persona ejerce una
influencia muy importante con su decisión.
Hoy, se habla más que nunca de la alimentación vegana, es decir, la renuncia
total a los productos de origen animal. La sola omisión de la carne no es suficiente,
pues se ha comprobado que también los lactovegetarianos ejercen su presión sobre
las vacas al consumir productos lácteos. Incluso aquellos que no se sienten del todo
afectados porque consumen carne de ganadería ecológica se engañan, ya que no
todos estos animales son criados de forma adaptada a su especie; puede que se les
alimente algo mejor, y puede que se les «acaricie hasta la muerte», pero acaban
yendo a parar a los mismos y temibles mataderos. Además, desde el punto de vista
de la salud, la carne biológica tiene los mismos efectos negativos sobre ella, porque
no hay que olvidar que se trata de proteína animal poco conveniente a nuestro
organismo.
¿QUÉ ES BUENO PARA LOS NIÑOS?
Los niños sirven de pretexto para que muchos padres mantengan el consumo de
carne, en lugar de abrirse a nuevos conocimientos y buscar mejores soluciones. La
respuesta es bien sencilla: mucha de la proteína procedente de una alimentación
vegetariana completa (como podría ser por ejemplo la obtenida de un puré de mijo),
hace que la carne sea totalmente innecesaria. Jonathan Safran Foer llevó a cabo
investigaciones con personas veganas y comprobó que sus valores de proteína en
sangre eran mucho mejores que los de otras personas carnívoras. Podemos dejar que
los niños coman lo que quieran, pero yo les contaría a tiempo lo que se esconde
detrás de la publicidad. Siendo el mayor de cuatro hermanos, he visto cómo los tres
pequeños, por su propia iniciativa, no sentían ninguna atracción por la carne, se
negaban a cortar la cabeza de los pescados o a arrancar las alas a los pollos que
tenían en sus platos. Y yo mismo, actualmente, recomendaría a los padres que no
pretendieran como principio que sus hijos comieran carne. De hecho, casi no existe
ningún alimento natural que no contenga del 1 al 2 % de proteína, lo que equivale a
la proporción existente en la leche materna humana. Con una alimentación vegetal
variada es difícil desarrollar una carencia de proteínas. Por tanto, los productos
animales, además de ser dañinos, son totalmente innecesarios.
Resumen:
El que suprime los productos animales de su dieta se hace un gran favor a sí mismo y
también se lo hace al mundo: además, incrementa de una forma enorme su esperanza
y calidad de vida. Nos queda todo lo mejor para disfrutarlo de forma consciente y
con buena voluntad: fruta madura, verduras y cereales como regalo de una naturaleza
generosa. Con la renuncia a la carne evitamos enfermedades terribles, una vida plena
de pánico, miedo y angustia. Nos sumergimos en un campo ligero en el que
desarrollamos una actitud vital más elevada. Con cada comida podemos (como
sucedía antes con el rezo en la mesa antes de comer) mantener la atención y practicar
una compasión consciente. Solo con ese ritual ya se modifica mucho, pues los
sentimientos crecen cuando los practicamos a menudo, lo mismo que aumenta el
embrutecimiento si se practica de forma continuada. Además, se anulan las
vibraciones que nos oprimían procedentes de las plantas industriales de animales y
los mataderos. Todo esto nos estimula para comenzar a construir, en labor conjunta
con los demás, un campo de salud que sea contagiosa para todos. En lugar de los
viejos miedos, surge un nuevo arrojo; en lugar de opresión, es el estímulo el que
llega a nuestra vida.
Para la salud del planeta
La situación es alarmante
Según el prestigioso Worldwatch Institute, de Washington D.C., la situación es
realmente inquietante. La cría intensiva de ganado, con todas sus consecuencias en
términos de ocupación de la tierra, la destrucción de los bosques, el transporte y
tantos desperfectos más, son responsables del 51 % del calentamiento global.123 Esto
significa que un cambio radical en nuestros hábitos alimenticios podría detener de
forma muy efectiva el cambio climático, mucho más que lo haría el incremento de las
energías renovables o lo que nosotros designamos con el nombre de «revolución
energética».
Un solo comedor de carne produce siete veces más gases de efecto invernadero
que una persona que practique la vida vegana. Los que propugnan la protección del
medio ambiente, los que realmente lo piensan en serio, no tienen ninguna elección.
CONSUMO DE CARNE Y HAMBRE EN EL MUNDO
El gran escándalo asociado a este contexto es, por supuesto, el hambre en el mundo.
Ya es antiguo el dicho de que los animales destinados a los ricos se comen el pan de
los pobres. Mientras que los datos afirman que cada día mueren de hambre de 4.000
a 40.000 niños (según circunstancias), nosotros utilizamos el 50 % de la cosecha
mundial de cereales y el 90 % de la de soja para alimentar a animales que luego
servirán para la producción de carne. Esta correlación es aún más llamativa si se
observa que incluso los países cuya población pasa hambre se dedican a exportar
alimentos. Un ejemplo: mientras que la hambruna de 1984 provocó en Etiopía la
muerte de decenas de miles de personas, el país seguía exportando cereales a
Europa, que servían para alimentar animales de matadero.
El suizo Jean Ziegler, que durante el año 2008 fue investigador especial de
Naciones Unidas por el derecho a la alimentación, afirmó: «La agricultura mundial
puede alimentar sin ningún tipo de proble ma a 12.000 millones de personas. Esto
significa que si un niño muere de hambre es porque realmente ha sido asesinado».
Hablar de asesinato es embarazoso pero necesario. Quien come productos animales
debe contar con que va a pagar con enfermedad y mala conciencia, aun cuando no
pueda sentirlo de forma consciente.
En lo que se refiere al hambre en el mundo, la renuncia a la alimentación animal
sería, con gran diferencia, el mayor potencial. Para producir una caloría de carne
hacen falta utilizar de 10 a 30 calorías vegetales. Si pensamos en las hambrunas,
estas cifras son realmente desalentadoras. El enviado especial de Naciones Unidas
para el problema de la alimentación lo denominó hace poco como un crimen contra
la humanidad, pues cada año se utilizan 100 millones de toneladas de cereales para
fabricar etanol que será utilizado como carburante. Pero, ¿no es mayor crimen
malgastar 1.000 millones de toneladas de cereales y soja para alimentar y dar una
vida cruel a los animales destinados a la cría intensiva? ¿No es eso también un gran
crimen contra la humanidad? Solo con esas enormes cantidades de energía
alimenticia despilfarrada se podría dar de comer perfectamente a 1.500 millones de
personas subalimentadas en este planeta.
En una hectárea de tierra se pueden cultivar patatas para alimentar a 22
personas, pero solo a una persona si lo que se produce es carne de vaca.124 Mientras
que un kilo de carne de vaca exige 323 metros cuadrados de terreno, el mismo peso
de verdura solo necesita seis metros cuadrados.125 No es raro, pues, que la industria
alimentaria posea la mitad de toda la superficie agraria del planeta.
Actualmente se malgastan sin sentido increíbles cantidades de energía
alimenticia para generar relativamente pocas calorías poco saludables para las
personas y que acaban por ser enormes montañas de excrementos. Y Naciones
Unidas no dice nada al respecto. Por su parte, el presidente del Consejo para el
Clima Mundial, Rajendra Pachauri, anima a las personas de los países
industrializados a que, dada la relación existente entre producción de car-ne y
problemas climáticos, se cambien, por motivos de protección del medio ambiente, a
una alimentación vegetariana, pues los estudios han comprobado que la producción
de un kilo de carne genera 36 kilos de CO2. El periódico inglés The Guardian
publicó: «Se llega a la conclusión de que la única opción aceptable, y socialmente
justificable, es que los habitantes del mundo rico, como la mayoría de los habitantes
de la Tierra, se pasen a la alimentación vegetariana». Incluso la Agencia Alemana de
Medio Ambiente ha empezado a hacer llamadas a la población para que limiten el
consumo de carne.
UNA MODIFICACIÓN EN BENEFICIO DE TODOS LOS AFECTADOS
Estas limitaciones son cada vez más importantes en un tiempo en el que aumentan
simultáneamente el sobrepeso y el hambre. Esta polarización podría romperse de una
manera muy sencilla a base de una dieta vegana.
Las personas de los países ricos no consumirían una alimentación tan grasa y a
los países en vías de desarrollo les quedaría suficiente alimento para no morir de
hambre. En lugar de que en esos países se fabriquen carbohidratos para nuestras
fábricas de animales y allí, en cambio, no haya suficiente alimentación para sus
habitantes, estos se podrían alimentar perfectamente con cereales completos
cultivados en sus propias latitudes y de esa forma ahorraríamos miserias tanto a las
personas como al resto de seres vivos. Además, se acabaría en el mundo la
insensatez de un desaforado transporte de ganado.
También desde el punto de vista ecológico, nosotros y la Madre Tierra
saldríamos beneficiados si pudiéramos mantener a raya los productos animales. La
carne debería convertirse en un producto poco corriente y, por tanto, muy caro, como
sucede en Japón, y debería ser producida, además, con la adecuada calidad. Los
estudios de la cooperativa suiza Migros dieron como resultado que en lo fundamental
es posible realizar el camino opuesto al que se ha tomado en Estados Unidos y la
Unión Europea, y volver a animar a los ganaderos para que se hagan sacrificios en
las granjas y así disponer, al menos, de mejor carne.
Una renuncia total a la carne haría que tanto en nuestras sociedades como en toda
la Tierra se consiguiera una impresionante situación win-win («todos ganan»). Las
cifras son muy claras y existe la esperanza de poder conseguir algo así. Ninguna
decisión podría hacer más a favor de la protección de los animales que la renuncia
total a comer su carne. Y visto desde la cara opuesta, un amante de los animales que
come carne no puede ser tomado en serio. Como es más que palpable, ninguna otra
decisión sería más acertada para el mundo y la protección del medio ambiente. Se
favorecería de una forma extraordinaria esa protección, acabaríamos con la
destrucción de las pluviselvas, detendríamos la crisis climática, influiríamos de
forma muy favorable en los problemas mundiales que acarrea el agua y finalizaría el
drama del hambre en los países pobres. Además, se liberarían enormes sumas
destinadas a partidas de salud pues se acabaría con muchos de los cuadros clínicos
actualmente existentes. Las enfermedades animales, como el mal de las vacas locas
(encefalopatía espongiforme bovina), la fiebre aftosa, la peste aviar y porcina, y las
consecuentes a la cría intensiva de animales acabarían por completo, así como el
escándalo de las dioxinas en los piensos de los animales. Todo eso sería algo de un
triste pasado.
Mientras estoy escribiendo este capítulo, en Alemania se han desatado de nuevo
los infiernos, ya que en 150.000 toneladas de comida para animales se han
multiplicado por 77 los niveles permitidos de dioxina. Por tanto, yo me pregunto:
¿por qué para este tóxico existe una limitación de su nivel en la alimentación y no
ocurre lo mismo con el escándalo de los alimentos de origen animal? ¡Realmente no
los necesitamos!, podemos prescindir de ellos. Hemos de terminar con las orgías de
excrementos y purines, podemos evitar el embrutecimiento y la apatía de las
personas, hacer que disminuyan los valores actuales y de esa forma minimizar las
guerras, tanto las exteriores como las de nuestro interior.
La cría en masa de animales no solo es éticamente inaceptable, sino que a largo
plazo es prohibitiva. En algún momento se interrumpirá, pero ahora solo cabe pensar
en la cantidad de animales y personas que van a morir antes de que despertemos.
Resumen:
La ampliación de la cadena trófica sobre los animales no solo es un desperdicio
enorme de alimentos muy valiosos, sino que únicamente es posible gracias a las
inmensas subvenciones; es catastrófica sobre todo para la salud humana, para el
medio ambiente y, por supuesto, para los animales. Con una modificación de los
hábitos de alimentación de los países ricos se podría dejar de lado el hambre en el
mundo.
UN MOTIVO PARA LA ESPERANZA
Resumen:
Aunque desde el punto de vista económico nos podamos permitir la alimentación tal
y como ahora la practicamos, no es admisible ni desde el punto de vista de la salud
ni de la ética y, además, nos lleva a una muerte miserable. Los que no se pueden
permitir el lujo buscan también de forma miserable su pan de cada día. Todo habla a
favor de la dieta de la paz y la senda vegana. Es posible un cambio y son muchas las
voces que hablan en su favor. Existe una gran base para la esperanza.
TERCERA PARTE
Resumen:
Los baños de sol no son peligrosos mientras no sobrepasen ciertos límites. Además,
son decisivos para la estabilización del sistema inmunitario. Esa es la razón que
hace del sol un remedio muy efectivo contra el cáncer; de hecho, es mucho mejor que
las radiaciones artificiales que se utilizan en la medicina convencional. Asimismo, la
luz del sol tiene otra serie de efectos positivos sobre nosotros, tal y como han
demostrado cada vez más estudios y como se expone en el libro Krebszellen mögen
keine Sonne («A las células cancerosas no les gusta el sol») de Jörg Spitz. Una
carencia de vitamina D, que obtenemos sobre todo través de la radiación solar,
favorece la aparición de numerosas enfermedades; a la inversa, un abastecimiento
suficiente de vitamina D sirve de auténtica prevención.
El ayuno como terapia hormonal
Con el ayuno experimentamos tanto estados de ánimo eufóricos como otros más
serenos que corresponden a los deseos de limpiar, no solo el cuerpo, sino también la
mente: arreglar todo para que «quede en orden». En más de una ocasión, algunas
personas me han informado después de un seminario de ayuno que lo primero que
han hecho ha sido ordenar sus escritorios, sus despachos e incluso los sótanos de su
casa. En un principio, los científicos suponían que durante el ayuno, con el estrés que
lleva asociado, se segregaban endorfinas (opiáceos endógenos) responsables de esa
subida de ánimo, como el runner’s high (algo así como el «subidón del corredor»)
que experimentan en muchas ocasiones los deportistas que practican carreras de
larga distancia.
En Wikipedia se me ha echado en cara que el gran éxito de mis seminarios de
ayuno se basa solo en la secreción de endorfinas y en su efecto euforizante. No me
importaría, pues no tengo nada en contra de utilizar el efecto de las endorfinas para
fomentar el desarrollo y el bienestar. Pero la correlación es simplemente falsa, como
tantas veces ocurre en Wikipedia, puesto que allí aparece siempre la posición
unilateral de la medicina convencional y se suele polemizar contra todo lo espiritual,
e incluso contra la medicina naturista.
¿DE DÓNDE PROCEDEN LOS EFECTOS FAVORABLES DEL AYUNO?
Después de 30 años de relación con personas que practican el ayuno, hay un aspecto
con el que estoy de acuerdo con muchos colegas: los favorables efectos del ayuno se
deben atribuir a alguna otra hormona. Los asistentes a mis seminarios no suelen
padecer estrés, y la mayoría de ellos acuden para experimentar el bienestar, el
sosiego y la regeneración por medio del ayuno, además de llevarse una buena carga
de efectos preventivos para épocas posteriores. De hecho, lo que les ocurre es que
llegan a una elevada distribución de HGH, la hormona del crecimiento humano, que,
a causa de sus evidentes efectos positivos en el organismo, ha sido escudriñada con
escrupulosa atención por parte de la ciencia médica. La HGH, en contraposición al
factor de crecimiento IGF-1 que se desencadena en la leche materna (véase página
46), tiene un maravilloso efecto sobre el organismo y es utilizada para reparar y
regenerar impulsos. Al principio de la vida, la HGH estimula sobre todo el
crecimiento físico; en la edad adulta sigue con el crecimiento en planos metafóricos.
Resumen:
Las posibilidades de realizar un ayuno nocturno, muy sencillas y que además sirven
para ahorrar dinero, favorecen a la larga la secreción de HGH, la hormona del
crecimiento. El estado de ánimo que se consigue y el afán de ordenación que aporta
permite franquear muchos obstáculos, eleva la eficiencia y con ella el éxito. Como
estos efectos también influyen en la vida laboral, puede aportar notables beneficios
económicos y ser causa de importantes avances profesionales. Lo más importante de
un ánimo vital ordenado y tranquilo no se puede medir en cifras, pero se puede
disfrutar a partir de mañana mismo, cuando usted mismo, esta tarde, después de la
comida se decida por no tomar nada más hasta la mañana siguiente.
SEROTONINA, LA FUENTE DE LA FELICIDAD Y EL
BIENESTAR
Resumen:
Para conseguir un buen estado de salud y felicidad es necesario disponer en el
cerebro de la suficiente cantidad de serotonina, la denominada hormona del
bienestar. Las drogas químicas no son una solución válida, como tampoco lo son los
dulces. Un remedio más seguro es el preparado de vegetales crudos «Take me», que
eleva de una forma natural el nivel de serotonina; la luz también puede colaborar en
este incremento de nivel.
Algo más sobre lo que es mejor para el ánimo y la salud
Hemos aprendido a evitar muchas cosas que nos perjudican omitiendo tan solo los
productos animales. Y todavía no hemos hablado del tabaco y de las grasas
saturadas que atacan de forma salvaje nuestro sistema vascular. A través de una
alimentación plenamente vegetal actuamos contra esas grasas (como las que se hallan
en las margarinas) a las que, sin ninguna exageración, también se denominan grasas
del suicidio, pues endurecen nuestros vasos y hacen que mostremos un aspecto
envejecido precoz. El tabaco es un tema aparte:136 aunque fuese totalmente a base de
hierbas, habría que abandonarlo en beneficio de la salud.
En lugar de todo eso, hay pasos positivos hacia los que podemos dirigir nuestra
atención y nos permitirán mantenernos en el plano de los alimentos que
verdaderamente nos aportan vida. Según mi opinión, es necesario utilizar
exclusivamente plantas completas, pues podemos partir de la base de que las
mezclas de la naturaleza son también completas. El total siempre es mayor que la
suma de sus partes. Thom Bezenek es un empresario espiritualmente motivado que se
ha dedicado a investigar este tipo de posibilidades y no se encuentra sometido a
estrictos reglamentos ni a las leyes del mercado. Es el único que hace años consiguió
introducir en la burocracia de la Unión Europea el buah merah, el «aceite milagroso»
rojo de Papúa-Nueva Guinea y, además, se refirió al tema de la serotonina en mis
propios términos. Está tan cercano a mí, incluso en otros aspectos, que hemos
recorrido juntos el mismo camino y el resultado, después de gran cantidad de
preparativos y muchos experimentos individuales, ha sido el «Take me Plus», que no
debe confundirse con el elevador de serotonina «Take me».137
El enorme colorido vegetal que tenemos a nuestro alcance es beneficioso para
nuestro bienestar, salud y ánimo, y solo puede ayudarnos a conseguir un estado de
salud que, más que bueno, se puede calificar de maravilloso, pues contiene
principios activos importantes para neurotransmisores y hormonas, como pueden ser
la dopamina, la otra hormona de la felicidad; GABA, ácido gamma-aminobutírico,
así como vitaminas y ácidos grasos omega-3, entre otros. El objetivo era no utilizar
componentes producidos industrialmente, sino hacer uso exclusivo de plantas de
cultivo biológico y, por lo tanto, encontrar la forma más valiosa de llegar a lo
esencial y conseguir una sencilla elaboración para fabricar un polvo vegetal que se
pudiera disolver en zumos. De esa forma nos asegurábamos una saludable aportación
básica para ingerir al mediodía o por la tarde, como contrapunto a la toma de
verdura cruda de la mañana. Respecto a la dosis, dos cucharadas soperas de «Take
me Plus» aseguran que cuando estamos de viaje alejados de nuestro propio jardín,
nos abastecerán con lo necesario para disponer de un buen estado de ánimo gracias a
su base de algas, maca (Lepidium peruvianum), etcétera, empleándolo
conjuntamente con puré de manzana, zumos o batidos de frutas.
En resumen, se trata de una mezcla de vegetales, algunos cercanos a nosotros,
como el germen de semilla de lino y de trigo, el zumo de cebada, el plátano, las
setas…, y otros algo más alejados, como la maca y algunas algas. Se ha comprobado
que la mezcla abastece al organismo con una base de importantes sustancias que
favorecen un estado de ánimo óptimo. El total resulta más laborioso de obtener y es
menos económico que la serotonina, pues las vitaminas D y B12 son mucho más
complicadas de conseguir y las plantas que las proporcionan son menos frecuentes.
Los importantes neurotransmisores, vitaminas, grasas y minerales, que
biológicamente están disponibles sin tratar, es algo en lo que habría que pensar
bastante más.
DOPAMINA
Necesitamos tanto la serotonina como la dopamina, la otra hormona de la felicidad,
en cantidades suficientes. La dopamina desencadena también en el cerebro una
elevada sensación de ánimo, no menos llamativa, que está relacionada con la
recompensa. Una investigación canadiense descubrió que la audición de buena
música se asocia con una secreción de dopamina. Por lo tanto, quien quiera disponer
en su organismo de la suficiente dopamina, no deberá tener nada en contra de la
buena música.
Los precursores bioquímicos son los mismos de la adrenalina, otro
neurotransmisor, de hecho son los aminoácidos tirosina y fenilalanina. Dado que el
organismo es capaz de generar tirosina a partir de la fenilalanina, esta última es la
más esencial para nosotros.
Una magnífica fuente de esta sustancia son los batidos verdes que prepara
Victoria Boutenko.
Resumen:
Estamos obligados a conseguir todas las sustancias aquí mencionadas a partir de la
alimentación vegetal, por ejemplo con la ingesta de cerezas de acerolas y bayas del
Goji, a las que en la antigua China se denominaban (sus motivos tendrían) bayas de
la felicidad. Una buena forma de tomar esas frutas y verduras es a través de «Take
me Plus» ya que, según mi experiencia, en el mundo moderno y su variable estilo de
vida no siempre es posible tomar de forma perseverante estos alimentos. De hecho,
todo lo que nos sana y nos permite desarrollar nuestro potencial con plenitud,
también favorece nuestro ánimo. Si experimentamos un buen, o incluso elevado,
estado anímico, sobre esa base también podremos disfrutar de sentimientos de
felicidad cada vez más frecuentes y llegaremos hasta unas vivencias experimentales
y visiones cuyo último objetivo y gran esperanza es la liberación o la iluminación.
Triplicar la energía durmiendo
Resumen:
Obtenga energía con regularidad gracias a unas cortas siestas, aunque lo mejor sería
una relajación profunda como «desconexión reparadora al mediodía y por las
noches».150
Pasos hacia un nuevo mundo vegano
Quien haya modificado su alimentación y la haya hecho vegana, no tiene por qué
renunciar a nada y, además, podrá vivir sin cargos de conciencia. Con las magníficas
recetas de Dorothea Neumayr, los escépticos despejarán sus dudas y sentirán que la
transición es más fácil de lo que podían imaginar. Aquellos que, sin embargo,
todavía sienten temor sobre lo que significa un cambio de dieta, podrán relajarse y
disfrutar desde el principio de una sencilla solución en forma de alimentos vegetales
integrales. El doctor Ernst Walter Henrich, médico que practica desde hace muchos
años la alimentación vegana, dice: «La alimentación vegana no contiene ningún tipo
de componentes animales y, llevada a cabo de forma adecuada y variada, supone la
alimentación más saludable, y la mejor para la protección del medio ambiente, el
clima, los animales y las personas».151 En una declaración conjunta de nutricionistas
científicos norteamericanos (ADA) y canadienses (DC) se dijo: «La vegetación
vegana y otras de tipo vegetariano planteadas de forma correcta, son apropiadas para
todas las fases del ciclo vital, incluyendo el embarazo, la lactancia, la primera y
segunda infancia y la adolescencia. Las formas de alimentación vegetarianas ofrecen
gran cantidad de ventajas». La postura del Comité de Médicos por una Medicina
Responsible (PCRM, por Physicians Committee for Responsible Medicine) es la que
sigue: «La alimentación vegana, que no contiene ningún producto animal, es incluso
más saludable que la alimentación vegetariana. La alimentación vegana no contiene
colesterol, e incluso menos grasas y ácidos grasos saturados que la vegetariana,
puesto que no incluye productos lácteos ni huevos. Los estudios científicos han
demostrado que aumenta las ventajas que suponen para la salud el hecho de
disminuir la cantidad de fuentes animales en la alimentación, lo que hace que, en
general, la vegana sea mucho más sana».152
MULTITUD DE NUEVAS POSIBILIDADES
Las ayudas y facilidades antes descritas, como por ejemplo la cantidad adecuada de
hormonas del crecimiento y el bienestar, así como la dosis suficiente de vitamina D
permiten disfrutar del cambio.
La fruta, la verdura y los cereales integrales tienen, asimismo, la ventaja de
normalizar el problema de la cantidad en la comida, una cuestión a la que muchos se
enfrentan sin éxito a la hora de realizar las dietas. En comparación, se puede comer
más de todo, sobre todo en lo que se refiere al volumen. Incluso no es raro que se
aporten más calorías a la dieta, pues se ha comprobado que esta alimentación
aumenta la combustión de los nutrientes en el metabolismo y de esa forma se eleva la
producción de calor. Por otro lado, se ha contrastado que aumenta la necesidad de
ejercicio, con la correspondiente reducción del peso corporal. El cambio a una
alimentación plenamente vegetal es, con diferencia, la mejor elección: aporta una
gran cantidad de ventajas y, además, el organismo ya conoce, desde los primeros
tiempos de la humanidad, el camino a seguir.
Resumen:
Naturalmente, en el camino hacia un nuevo mundo vegano siempre nos
encontraremos con algunas trampas. Podemos evitarlas a base, tan solo, de colocar
ante nuestros ojos las maravillosas posibilidades que nos depara este tipo de vida.
El juego conjunto con todas las medidas nombradas pone en marcha en nuestra vida
una especie de espiral ascendente. De esa forma podemos tener éxito en todos los
campos importantes para nuestro desarrollo y depararnos alegría y felicidad.
Comer en tiempos radiactivos
Resumen:
Las religiones del mundo comparten las creencias expuestas en este libro: hay que
condenar la muerte de animales y animar a los seres humanos a llevar una
alimentación vegetal.
CUARTA PARTE
El ideal de una forma de vida vegana se basa, sobre todo, en comidas muy sabrosas
que, además son saludables y mejoran la calidad de vida.
Si les gustan las extraordinarias recetas de la cocinera Dorothea Neumayr (que
ha sido galardonada por la guía Gault Millau), pruébenlas para realizar el cambio
vegano o, al menos, para hacer una incursión en este mundo y conseguir aunar la
salud con lo sabroso, lo factible con la ética razonable.
Yo, personalmente, considero un privilegio poder presentarles esta maravillosa
forma de vida por medio de la recetas de una cocinera tan renombrada.
Los alimentos vegetales, siempre que sea posible, deben proceder de cultivos
biológicos.
Elija sobre todo productos integrales.
dos los alimentos deben estar lo menos tratados posible.
Elija siempre ingredientes de (muy) buena calidad. De esa forma los platos más
sencillos resultarán muy sabrosos.
Compre sobre todo alimentos procedentes de la zona en la que vive, lo mejor
sería adquirirlos a agricultores de su confianza.
Decídase siempre por alimentos de temporada.
Tenga siempre en su despensa aceites de distintas clases, por ejemplo de oliva
y de cardo, de amapola, de lino o de nueces. Aportan ácidos grasos omega-3.
Los aceites se pueden mezclar muy bien. ¡Experimente con ellos!
DESAYUNOS
La noche anterior, poner el mijo en remojo en agua templada y dejar que se hinche. A
la mañana siguiente ponerlo en una cacerola con 140 ml de agua y otros 140 ml de
leche de almendras o de avena. Añadir la canela y, según los gustos, el clavo y
algunas pasas. Dejar cocer durante unos 15 min hasta que se forme un puré espeso.
Servirlo en platos hondos. En los días fríos, añadir canela molida y compota caliente
de manzana o pera, mientras que en verano se puede acompañar de bayas frescas,
manzana, plátano o piña.
Consejo:
Un desayuno templado es ideal para comenzar el día. Se puede variar el puré
añadiendo fruta de temporada o bien almendras o nueces molidas.
Desayuno ayurveda de Dorothea
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 20 MINUTOS APROX.
Consejo:
Después de un ayuno o en épocas de purificación, el plátano se puede sustituir por
una manzana biológica o una pera.
ENTRANTES
Cocer la remolacha en agua salada durante 30 min. Sacarla del agua, pelar y dejar
enfriar. Cortar a tiras del mismo tamaño y rehogar con aceite de oliva. Incorporar las
dos clases de vinagre y añadir el caldo de verduras. Dejar que cueza y, si fuera
necesario, rectificar la sazón. Servir la remolacha templada con su caldo en platos
hondos, espolvorear por encima el perejil y el rábano rallado.
Brochetas de tofu con pesto de rúcula
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 40 MINUTOS APROX.
Para el pesto:
50 g de piñones
50 g de rúcula
50 g de perejil
20 g de albahaca
65 ml de aceite de oliva
sal
Consejo:
Este plato queda muy bien si se acompaña con rebanadas de pan tostado.
Ensalada de verduras al horno
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 30 MINUTOS APROX.
Pelar las zanahorias, lavar los calabacines y cortarlos por la mitad en sentido
longitudinal. Limpiar el apio. Cortar todo en rodajas de unos 5 mm de grosor. Echar
el azúcar glas en una sartén grande y caramelizar a fuego lento. Incorporar las
zanahorias y el apio cortados, y el jengibre picado. Añadir el aceite de oliva y
rehogar la verdura hasta que adquiera un aspecto cristalino. Incorporar después las
rodajas de calabacín y salpimentar. Echar a cucharadas el caldo de verduras y
cocinar hasta que quede al dente. Sacar de la sartén y marinar con las dos clases de
aceite; servir en platos y decorar con las hojitas de albahaca.
Consejo:
El tomillo limonero también armoniza muy bien con la verdura.
SOPAS
Poner las judías en agua fría durante toda la noche. Pasarlas por un escurridor antes
de utilizarlas. Escaldar los tomates en agua hirviendo, pasarlos por agua fría, pelar,
retirar la inserción del tallo y cortar en cuatro trozos. Echar las judías en una
cacerola, añadir 2 l de agua, 2 cucharadas de aceite de oliva y los tomates. Llevar a
ebullición y hervir las judías a fuego muy lento durante 2,5 h. Pasado ese tiempo
retirar dos terceras partes de ellas, hacer un puré y echarlo de nuevo en la sopa,
remover y salpimentar. Calentar 2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén y
rehogar allí el tomillo y el romero. Echar el aceite aromatizado a la sopa pasándolo
por un colador. Cortar la pasta en trozos y agregarla a la sopa de judías, cocinar
hasta que los tagliatelle queden blandos, sin dejar de remover. Rectificar la sazón si
fuera necesario.
Sopa de patatas y jengibre con manzana caramelizada
TIEM PO DE PREPARACIÓN: 40 minutos aprox.
Pelar las zanahorias y cortarlas en dados pequeños. Lavar los to-mates, quitar la
inserción del tallo y cortar en trozos pequeños. En una cacerola, caramelizar a fuego
lento una cucharadita de azúcar glas, añadir los dados de verduras y rehogar. Rociar
con el caldo de verduras y dejar cocer de 15 a 20 min más. La zanahoria debe estar
lo suficientemente blanda para que se pueda preparar un puré. Aderezar con jengibre
y curry en polvo.
Lavar la manzana, cortar en cuatro trozos y retirar el corazón. A continuación,
cortar en gajos anchos. Pelar uno de los gajos, cortarlo en rodajas finas y añadirlo a
la sopa. Agregar el aceite de oliva y preparar un puré con el contenido de la
cacerola. Caramelizar el resto de azúcar en una sartén. Ir echando poco a poco la
manzana, el zumo de manzana o el agua y dorar los gajos por ambos lados.
Espumar la sopa con una batidora y servir en platos hondos junto a la manzana.
PLATOS PRINCIPALES
Curry rojo
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 45 MINUTOS APROX.
Lavar las guindillas y el pimiento. Cortar las guindillas en rodajas muy finas y el
pimiento en tiras. Calentar el aceite de oliva y verter la mitad de la leche de coco.
Agregar la pasta de curry y dejar hervir a fuego medio durante 15 min. Incorporar el
bambú, el azúcar y el resto de leche de coco. Mezclar la raspadura de limón y el
curry, y dejar hervir durante 10 min más. Después añadir la guindilla y el pimiento, y
cocer 10 min hasta que el pimiento quede al dente. Añadir los anacardos.
Consejo:
Se puede decorar con hojas de cilantro y tiras de pimiento, y servir con arroz
basmati o arroz jazmín.
Curry verde de verduras
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 30 MINUTOS APROX.
Lavar toda la verdura y picarla fina. Lavar los tomates, quitarles el pedúnculo y
picarlos también en trozos pequeños. Lavar el chile, cortarlo por la mitad, retirar las
pepitas y picarlo fino. Pelar y picar el jengibre. Poner a calentar el aceite en una
cacerola grande, esparcir por encima los granos de mostaza y esperar a que estallen,
¡cuidado, pueden saltar! Añadir el chile, las hojas o la pasta de curry y el jengibre.
Dejar dorar, durante algunos minutos. Agregar la verdura, rehogar unos 4 min y regar
con la leche de coco. Dejar cocer. Sazonar con sal y el chile en polvo y servir
espolvoreado con cilantro.
Consejo:
Se puede servir con arroz basmati
Risotto de cebada con tomates
TIEMPO DE PREPARACIÓN: APROX.
Lavar bien la cebada con agua fría y dejar escurrir. Calentar el aceite, añadir la
cebada y rehogar hasta que adquiera un aspecto cristalino. Verter el vino blanco.
Añadir poco a poco el caldo de verduras removiendo constantemente y dejar hervir
durante 25 min. Añadir solo la cantidad de caldo suficiente para que la cebada no se
convierta en una sopa. Lavar los tomates, partir en cuatro trozos e incorporar.
Aderezar con sal, pimienta y algo de zumo de limón (al gusto). Cortar la albahaca en
trozos pequeños y espolvorear justo antes de servir.
Consejo:
Servir con ensalada verde.
Risotto de ortigas
TIEMPO DE PREPARACIÓN:.
Consejo:
Es necesario freír algunas hojas de ortiga en algo de aceite de oliva hasta que queden
crujientes y después decorar con ellas el risotto. Para trabajar con las ortigas se
deben utilizar guantes de goma, y lo mejor es aprovechar tan solo las hojas más
tiernas y las puntas. Lavar las hojas y no cortarlas en trozos demasiado pequeños.
Verduras asiáticas al wok
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 25 MINUTOS APROX.
Consejo:
Le acompaña muy bien un arroz al limón con anacardos.
Curry de calabaza
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 45 MINUTOS APROX.
Consejo:
La polenta se puede mejorar con hierbas aromáticas de cualquier tipo o con trufa
rallada.
Puchero de judías con verduras variadas
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 1 HORA APROX. + TIEMPO DE REMOJO
Lavar bien las judías blancas y dejarlas en remojo al menos durante 2 h (mejor toda
la noche). Escurrirlas y dejar secar. Cortar las zanahorias y el apio en rodajas, y el
perejil en trozos pequeños. Calentar el aceite de oliva en una cacerola y rehogar allí
las judías con las hierbas aromáticas (a excepción de una rama de tomillo) y las
hojas de laurel. Regar con el caldo de verduras y llevar a ebullición. Al cabo de
unos 10 min incorporar el tomate concentrado. Añadir la verdura 10 o 15 min
después. Dejar hervir 15 min antes de incorporar las habas frescas. Salpimentar y
mantener el hervor 5 min más.
Escaldar los tomates y pelar. Cortar dos de ellos en dados pequeños retirando la
inserción del tallo y añadirlo al guiso. Preparar con los otros dos un puré en la
batidora y añadirlo también. Sacar la mitad del guiso y preparar un puré con la
batidora, pasarlo por un colador y volver a incorporarlo a la cazuela.
Servir en platos hondos, salpicar por encima con el aceite de oliva y decorar
con el tomillo que habíamos reservado.
Consejo:
A este plato le acompaña muy bien tofu asado, polenta o unas patatas. Al final
también se pueden añadir judías verdes frescas o bien ajedrea.
Pimientos rellenos con risotto mediterráneo y salsa de tomate
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 50 MINUTOS APROX.
Poner en remojo las judías y las habas durante 8 h (o bien durante toda la noche).
Cocerlas en agua no salada durante 1 h hasta que queden blandas. Aderezar con sal y
vinagre.
Mientras se están cociendo las judías y las habas, pelar el colinabo, vaciarlo con
un hacedor de bolas o con un cuchillo, cortar la carne en trozos pequeños y reservar
la estructura. Calentar el caldo de verduras en una cacerola, incorporar la carne del
colinabo y cocer tapado durante unos 25 min. Sacarlo del caldo y mantener en un
lugar caliente. Lavar las setas y cortarlas en rodajas.
Colar las judías y las habas y, junto con las setas y los trozos de los colinabos,
cocer en el caldo de verduras durante 10 o 15 min hasta que queden al dente. Cortar
las hojas de estragón en trozos grandes y cocer un instante con el resto de las
verduras.
Sacar la verdura, incorporar al caldo de verduras el aceite de cardo y preparar
un puré con una batidora. Después añadir la verdura cocida. Colocar el colinabo
vaciado sobre platos precalentados y rellenar con la verdura. Decorar con las hojas
de estragón.
Cebada con apio y tupinambo
TIEMPO DE PREPARACIÓN:40 MINUTOS APROX.
Consejo:
Para comerlo entre horas, usar la mitad de las cantidades.
Parrillada de verduras
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 20 MINUTOS APROX. + TIEMPO DE COCINADO
Lavar o pelar las verduras y cortarlas en rodajas. Retirar los pies de los
champiñones, solo se va a utilizar el sombrerete. Precalentar el horno a 180 °C.
Distribuir la verdura sobre una bandeja de horno y salpicarla con aceite de oliva.
Colocar encima la rama de romero. Asar en el horno durante 1 h aproximadamente,
darle la vuelta de vez en cuando. Salar la verdura y esparcir por encima las hierbas
frescas.
Consejo:
Las verduras asadas se pueden servir con caviar de berenjena. Para ello lavar 1
berenjena (450 g), cortarla en sentido longitudinal y luego ensartarle tres o cuatro
ramitas de tomillo y romero. Preparar en una bandeja del horno un montón de sal
gorda (6 cucharadas), colocar encima la berenjena, espolvorear con algo de sal y
echar por encima de 1 a 2 cucharadas de aceite de oliva. Doblar un trozo de papel de
aluminio de un lado a otro para formar una especie de gorro y colocarlo sobre la
berenjena. Asar en el horno a 160 °C durante 45 min. Retirar las hierbas, sacar la
carne de la berenjena y luego aderezarla con caldo de verduras, sal, pimienta y
perejil o albahaca cortada en trozos pequeños. También se puede realizar un puré
con 1 cucharada de tahín, 1 cucharadita de zumo de limón y 2 cucharadas de aceite
de oliva.
Pizza de verduras
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 55 MINUTOS APROX. + TIEMPO DE HORNEADO
Para el acompañamiento:
Verdura al gusto, por ejemplo tomates, pimientos, calabacines,
berenjenas, champiñones, maíz o guindillas (cortadas en anillas
pequeñas)
100 g de tofu (en dados)
aceite de oliva para rociar
orégano seco (al gusto)
albahaca para decorar
sal
Poner en remojo los garbanzos durante unas horas (mejor toda la noche) en
abundante agua salada. Lavar los pimientos y cortarlos en dados pequeños. Calentar
el aceite en una sartén y rehogar el pimiento, incorporar el concentrado de tomate y
un poco de comino. Echar por encima el pimentón, saltear un instante y luego asustar
con el vinagre. Regar con el caldo de verduras y, a fuego lento, dejar reducir hasta la
mitad, 15 min. Realizar un puré con batidora y pasarlo por un colador. Pelar las
patatas y cortarlas en trozos grandes. Escurrir los garbanzos, echarlos en una
cacerola con agua y cocer 10 min. Incorporar la patata y dejar que hierva durante 25
min más. Colar y echar por encima la salsa de pimiento. Aderezar con la sal y la
pimienta de Cayena.
Consejo:
Servir con pan integral.
Peperonata
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 1 HORA APROX.
Consejo:
Se puede servir con polenta o tofu asado.
Pastel de verduras variadas
TIEMPO DE PREPARACIÓN:25 MINUTOS APROX. + TIEMPO DE HORNEADO
Pelar las peras, partirlas por la mitad, quitar los corazones e introducirlas en una
cazuela. Cubrir con el vino. Cortar la vainilla en sentido longitudinal, mezclar la
vaina y la médula con el azúcar y el zumo de limón. Pochar las peras durante 15 min
hasta que que-den blandas, luego dejar enfriar dentro de su caldo. Sacar del caldo y
cortar en gajos grandes. Mezclar la leche de almendras con el azúcar glas.
Colocar en un plato hondo la pera, cubrir con la espuma de almendras y
posteriormente decorar con las almendras laminadas y las flores de violeta.
BEBIDAS
Consejo:
Según la temporada, también se puede aderezar con una pizca de canela, cardamomo
o vainilla Bourbon.
Leche de higos para irse a dormir
TIEMPO DE PREPARACIÓN:10 MINUTOS APROX.
1. Herma Brockmann, Renato Pichler: Paving the way for Peace: Living
philosophies of Bishnois and Jains. Low Price Publications, India, 2004.
2. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 4, nota 4. (Aquí
y en lo sucesivo esos datos se referirán a las investigaciones científicas citadas
en The China Study). BenBella Books, EE.UU., 2004. En español: El estudio de
China. Ed. Sirio, Málaga, 2012.
3. Peter Spork: Der zweite Code. Epigenetik: oder wie wir unser Erbgut steuern
können. Rowohlt Verlag, 2009.
4. Jonathan Safran Foer: Tiere essen. Verlag Kiepenheuer & Witsch, 2010. En
español: Comer animales. Seix Barral, Barcelona, 2011.
5. Stephen Hawking: Der Grosse Entwurf. Rowohlt Verlag, 2010, pág. 90. En
español: El gran diseño. Crítica, Barcelona, 2010.
6. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study. BenBella Books,
EE.UU., 2004.
7. Ibídem.
8. Jörg Spitz, William B. Grant: Krebszellen mögen keine Sonne, p. 127. Mankau
Verlag, 2010. Un importante libro sobre la vitamina D, es decir, sobre los efectos
del sol en nuestra salud.
9. Más información en www.buahmerah.at; donde también se pueden solicitar.
10. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 5, notas 41-43.
BenBella Books, EE.UU., 2004.
11. Ibídem, cap. 5, notas 32, 46.
12. Ibídem, cap. 5, nota 16.
13. Forman et al.: en: Hypertension, 2007, 49:1063, citado de Spitz/ Grant en
Krebszellen mögen keine Sonne, p. 80.
14. Jörg Spitz, William B. Grant: Krebszellen mögen keine Sonne. Mankau Verlag,
2010.
15. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 8, notas 99-101.
BenBella Books, EE.UU., 2004.
16. Ibídem, cap. 8, nota 98.
17. Sixth Annual Report of the Council on Environmental Quality, Washington D.C.,
dic. 1975, p. 375.
18. Lewis Regenstein: How to Survive in America the Poisoned. Acropolis Books,
1982.
19. New England Journal of Medicine, 26 marzo 1981. Además: Bundesinstitut für
Risikobewertung Deutschland, 19.7.2005.
20a. De hecho, una cámara agrícola austríaca me ha advertido de que es inadmisible
que la palabra «leche» se utilice para designar productos de arroz, soja, avena,
etc. Sin tener en cuenta el poder de la industria lechera, habría realmente que
reflexionar si se puede permitir que esos productos vegetales lleven el nombre de
una sustancia considerada como carcinógena.
b
20 . Citado en: The China Study, ilust. 4.7.
21. Citado en: The China Study, ilust. 4.8 y 4.9.
22. Jörg Spitz, William B. Grant: Krebszellen mögen keine Sonne. pp. 52 y sig.
Mankau Verlag, 2010.
23. Kurt Langbein, Bert Ehgartner: Das Medizinkartell. Piper Verlag, 2003.
24. Informe sobre una investigación del periódico Salzburger Nachrichten.
25. Münchner Medizinische Wochenschrift, 45/2010.
26. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 8, ilust. 8.4.
BenBella Books, EE.UU., 2004.
27. Ibídem, cap. 8.
28. NHANES III Studie.
29. Salzburger Nachrichten, de 30 oct. 2010.
30. Más detalles en: Aller guten Dinge sind drei.
31. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study. BenBella Books,
EE.UU., 200
32. Jörg Spitz, William B. Grant: Krebszellen mögen keine Sonne. pp. 59 y sig.
Mankau Verlag, 2010.
33. Münchner Medizinische Wochenschrift 44/2010.
34. Review of the Epidemiological Evidence, Nutrition and Cancer, vol. 18, nº. 1.
35. Takeshi Hirayama: Recent Progress in Research on Nutrition and Cancer . pp.
179-187. Wiley-Liss, Inc., 1990.
36. Dietary Factors and Risk of Breast Cancer: Combined Analysis of 12 Case-
Control Studies. Journal of the National Cancer Institute, abr.1990; 82:561-
569.
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Cancer Institute, 21 sept. 1994; 86(18):1409-15.
38. W. C. Willett: Relation of meat, fat, and fibre intake to the risk of colon cancer in a
prospective study among women. New England Journal of Medicine, 1990;
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39. Claus Leitzmann, Andreas Hahn: Vegetarische Ernährung. Trias Verlag, 1998.
40. Erstmals Trendwende in der Krebssterblichkeit, en Ärzte Zeitung, 27 oct. 1997.
41. Studien belegen Einfluss der Kost auf Tumorgenese, en Ärzte Zeitung, 26 nov.
1999.
42. Una extensa muestra de estudios como último intento para incorregibles:
—B. Armstrong, R. Doll: Environmental factors and cancer incidence and
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International Journal of Cancer, 1975; 15:617-31.
—M. Henderson, L. Kushi, D. Thompson et al.: Feasibility of a randomized trial
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Women’s Health Trial vanguard study. Prev Med, 1990; 19:115-33.
—S. Hursting, M. Thornquist, M. Henderson: Types of dietary fat and the
incidence of cancer at five sites. Prev Med, 1990; 19:242-53.
—K. A. Steinmetz, J. D. Potter: Vegetable, fruit, and cancer I: epidemiology.
Cancer Causes Control, 1991; 2:325-58.
—D. Rose, M. Goldman, J. Connolly, L. Strong: High-fiber diet reduces serum
estrogen concentrations in premenopausal women. Am J Clin Nutr, 1991; 54:
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—T. White, A. Shattuck, A. Kristal et al.: Maintenance of a low-fat diet: follow-
up of the Women’s Health Trial. Cancer Epidemiol Biomark, 1992; 1:315-22.
—L. Wattenberg, M. Lipkin, C. W. Boone, G. Kelloff (eds.): Chemoprevention of
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—Boca Raton: CRC Press, 1992.
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—E. Buiatti: Intervention trials of cancer prevention: results and new research
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—P. Greenwald, C. Clifford, S. Pilch, J. Heimendinger, G. Kelloff: New
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—J. H. Weisberger: Nutritional approach to cancer prevention with emphasis on
vitamins, antioxidants, and carotenoids. En Am J Clin Nutr, 1995;53:226.
—C. H. Hennekens, J. E. Buring, J. E. Manson et al.: Lack of effect of long-term
supplementation with beta-carotene on the incidence of malignant neoplasms
and cardiovascular disease. N Engl J Med, 1996;334:1145-49.
43. Para este tema: Ruediger Dahlke: Aggression als Chance.
44. J. Stanczyk et al.: The role of cyclooxygenase and prostaglandins in the
pathogenesis of rheumatoid arthritis. Pol Merkuriusz Lek, 2001 nov.;11(65):438-
43.
45. H. Muller et al.: Fasting followed by vegetarian diet in patients with rheumatoid
arthritis: a systematic review. Scand J Rheumatol, 2001;30(1):1-10.
46. R. Huber et al.: Clinical remission of an HLA B27-positive sacroiliitis on vegan
diet. Forsch Komplementarmed Klass Naturheilkd, 2001 ago.;8(4):228-31.
47. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 9, nota 12.
BenBella Books, EE.UU., 2004.
48. Ibídem, cap. 9, nota 27.
49. Ibídem.
50. Sobre este tema, véase el capítulo sobre diabetes de tipo 1 en: Krankheit als
Sprache der Kinderseele., de Ruediger Dahlke.
51. I. Elmadfa et al.: Österreichischer Ernährungsbericht 2008, Universidad de
Viena, 2009.
52. WHO, World Statistics 2007.
53. B. Vessby: Dietary fat and insulin action in humans. Br J Nutr. 2000 mar; 83 Sup.
1:91-6.
–B. Vessby et al.: Substituting dietary saturated for monounsaturated fat impairs
insulin sensitivity in healthy men and women: The KANWU Study. Diabetologia,
2001 mar.; 44(3):312-9.
–R. M. Van Dam et al.: Dietary fat and meat intake in relation to risk of type 2
diabetes in men. Diabetes Care 2002, mar; 25(3): 417-24.
–J. L. Mann: Diet and risk of coronary heart disease and type 2 diabetes. Lancet,
2002, Sep 7; 360 (9335):783-9.
54. S. H. Holt et al.: An insulin index of foods: the insulin demand generated by 1000-
kJ portions of common foods. En J Clin Nutr, 1997 Nov; 66 (5):1264-76.
55. Ruediger Dahlke: Krankheitals Symbol. En español: La enfermedad como
símbolo. Robinbook Ediciones, Barcelona, 2012.
– Ruediger Dahlke: Krankheit als Sprache der Kinderseele.
56. Ruediger Dahlke: Aller guten Dinge sind drei, Südwest, 2009.
57. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 6, nota 13.
BenBella Books, EE.UU., 2004.
58. Ibídem, cap. 4, nota 51.
59. Ibídem, cap. 4, nota 47.
60. Jörg Spitz, William B. Grant: Krebszellen mögen keine Sonne. p. 12. Mankau
Verlag, 2010.
61. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 10, nota 1.
BenBella Books, EE.UU., 2004.
62. Ibídem, cap. 10, nota 2.
63. Ibídem.
64. Ibídem, cap. 10, nota 13.
65. Ibídem, cap. 10, nota 1.
66. Ibídem, cap. 10, nota 3.
67. En: Osteoporosis International, 2009; 10.1007/s00198-0090916-z), Quelle: ©
rme/aerzteblatt.de
68. Sobre este tema: Ruediger Dahlke: Lebenskrisen als Entwicklungschancen.
Goldmann Wilhelm, 1999, y Frauen-Heil-Kunde. En español: El camino
femenino a la curación, Robinbook Ediciones, Barcelona, 2009.
69. G. Psota, GerontoPsychiatrisches Zentrum Wien, 2006.
70. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 10, nota 76.
BenBella Books, EE.UU., 2004.
71. Ibídem, cap. 10, nota 39.
72. Ibídem, cap. 10, nota 41.
73. T. Tanaka et al.: Vegetarian diet amelio rates symptoms of atopic dermatits through
reduction of the number of peripheral eosinophils and PGE2 synthesis by
monocytes. J Physiol Anthropol Appl Human Sci, 2001 oct.;20(6):353-61.
–K. Klipstein-Grobusch et al.: Dietary iron and risk of myocardial infarction in
the Rotterdam Sudy. Am J Epidemiol, 1999 mar. 1;149(5):421-8.
74. www.vegetarismus.ch/info/12.htm. Otras informaciones sobre este tema:
–John Coleman: Comparative Anatomy & Taxonomy. Contiene una detallada
tabla en inglés.
–E. Densmore: Die Densmore-Schlickeysen’sche Kostvergleichstabelle
Allesfresser oder Vegetarier?
–Milton R. Mills: «The Comparative Anatomy of Eating»,
www.vegsource.com/news/2009/11/the-comparative-anatomy-ofeating.html.
75. Fuente: Ibrahim Elmadfa, Alexa Leonie Meyer: Ballaststoffe, Gräfe und Unzer
Verlag, 2011.
76. Sobre este tema, consultar nuestras tres variantes de semanas de ayuno en
www.dahlke.at.
77. Fuente: Bundesinstitut für Risikobewertung 2010.
78. E. Silva et al.: Something from «nothing»: eight weak estrogenic chemicals
combined at concentrations below NOECs produce significant mixture effects.
Environ Sce Technol, 2002 abr. 15;36(8):1751-6.
–N. Rajapakse et al.: Combining xenoestrogens at levels below individual no-
observed-effect concentrations dramatically enhances steroid hormone action.
Environ Health Perspect, 2002 sep.;110(9).
79. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study. BenBella Books,
EE.UU., 2004.
80. Sobre este tema: Ruediger Dahlke: Die Schicksalsgesetze: Spielregeln fürs
Leben. Arkana, 2009.
81. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study, cap. 11, notas 3-5.
BenBella Books, EE.UU., 2004.
82. P. A. Straubinger: Am Anfang war das Licht. DVD über www.heilkundeinstitut.at.
En español: Vivir de la luz. DVD Karma Films.
83. Ruediger Dahlke: Vom Mittagsschlaf bis Powernapping, Nymphenburger Verlag,
2011.
84. Fuente: Doris Fritzsche, Ibrahim Elmadfa: Gute Fette: schlechte Fette, Gräfe und
Unzer Verlag, 2007.
85. Nikolaus Geyrhalter: Unser täglich Brot. Austria, 2005. En español: Nuestro pan
de cada día, Austria 2005.
86. Más información sobre problemas de la leche: www.vegetarismus.ch/pdf/b03.pdf
87. www.vegetarismus.ch/heft/98-2/schlacht.htm. El informe también se puede
conseguir en forma de folleto en la website.
88. Jonathan Safran Foer: Tiere essen. Verlag Kiepenheuer & Witsch, 2010. En
español: Comer animales. Seix Barral, Barcelona, 2011.
89. Ibídem.
90. Ibídem.
91. Ibídem.
92. Ibídem.
93. Ibídem.
94. Loc. cit., v. nota 87.
95. Una película sobre esa bajeza moral se puede encontrar en:
www.tierrechtsfilme.at/langfilme/bruellen_der_rinder/film.htm
96. www.provegan.info/nachwort.html
97. Jonathan Safran Foer: Tiere essen. Verlag Kiepenheuer & Witsch, 2010. En
español: Comer animales. Seix Barral, Barcelona, 2011.
98. Die Zeit, nº. 9, 24 feb. 2011.
99. Jonathan Safran Foer: Tiere essen. Verlag Kiepenheuer & Witsch, 2010. En
español: Comer animales. Seix Barral, Barcelona, 2011.
100. Ibídem.
101. Ibídem.
102. Loc. cit., v. nota 87.
103. Jonathan Safran Foer: Tiere essen. Verlag Kiepenheuer & Witsch, 2010. En
español: Comer animales. Seix Barral, Barcelona, 2011.
104. Gail A. Eisnitz: Slaughterhouse. Prometheus Books, UK, 1997.
105. Cita de Gail A. Eisnitz en Tiere essen (Comer animales). También en
www.tierrechte-kaplan.org/kompendium/a214.htm
106. Jonathan Safran Foer: Tiere essen. Verlag Kiepenheuer & Witsch, 2010. En
español: Comer animales. Seix Barral, Barcelona, 2011.
107. Loc. cit., v. nota 87.
108. www.provegan.info
109. Ruediger Dahlke: Die Lebensprinzipien. Goldmann, 2011.
110. Franz Hartmann: Paracelsus: Life and prophecies, Kessinger Publishing, 1993.
111. HRH Prince of Wales: Harmony. Harper Collins, 2010.
112. Jonathan Safran Foer: Tiere essen. Verlag Kiepenheuer & Witsch, 2010. En
español: Comer animales. Seix Barral, Barcelona, 2011.
113. Paul Pearsall: The Heart’s Code: Tapping the wisdom and power of our heart
energy. Broadway Books, New York, 1999.
114. Hans-Peter Dürr: Warum es um das Ganze geht. Oekom Verlag, 2009, p. 112.
115. Fuente: Ibrahim Elmadfa, Doris Fritzsche, Waltraute Aign: Nährwerte. Gräfe und
Unzer Verlag, 2008.
116. Una publicación del partido Die Grünen del año 2010.
117. Neal Barnard: Breaking the Food Seduction. Griffin, 2004.
118. T. Colin Campbell, Thomas M. Campbell: The China Study. BenBella Books,
EE.UU., 2004.
119. Jörg Spitz, William B. Grant: Krebszellen mögen keine Sonne, p. 127. Mankau
Verlag, 2010.
120. Fuente: Schweizerische Vereinigung für Vegetarismus (SVV),
www.vegetarismus.ch.
121. www.provegan.info
122. Jonathan Safran Foer: Tiere essen. Verlag Kiepenheuer & Witsch, 2010. En
español: Comer animales. Seix Barral, Barcelona, 2011.
123. Estudio del Worldwatch Institute del 21 oct. 2009. www.worldwatch.org.
124. WHO/FAO, 2002.
125. Laut Schweizerische Vereinigung für Vegetarismus (SVV)
126. Ruediger Dahlke: Das Schattenprinzip. Goldmann Arkana, 2010.
127. Sobre este tema: www.dahlke.at
128. Jörg Spitz, William B. Grant: Krebszellen mögen keine Sonne, pp. 71 y sig.
Mankau Verlag, 2010.
129. Ibídem, p. 73.
130. Vicente Gilsanz, Arye Kremer, Ashley O. Mo, Tishya A. L. Wren, Richard
Kremer: Vitamin D Status and Its Relation to Muscle Mass and Muscle Fat in
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10.1210/jc.2009-2309.
—McGill University Health Centre (2010, marzo 6): Low Levels of Vitamin D
Linked to Muscle Fat, Decreased Strength in Young People. Science-Daily,
Retrieved enero 28, 2011, en
www.sciencedaily.com/releases/2010/03/100305112157.htm
131. myveganworld.de/gesundheit/zusammenfassung-zumthema-vitamin-d/
132. Nicolai Worm: Heilkraft D: wie das Sonnenvitamin vor Herzinfarkt, Krebs und
anderen Erkrankungen schützt. Systemed Verlag, 2009.
133. Sobre este tema www.dahlke.at
134. Ruediger Dahlke: Vom Mittagsschlaf zum Powernapping. Nymphenburger 2011.
135. Marco Rauland: Feuerwerk der Hormone, p. 107. Hirzel Verlag, 2006.
136. Ruediger Dahlke: Rauchen. Goldmann, 2011.
137. Disponible en www.heilkundeinstitut.at
138. Cifras tomadas de: Ternes/Täufel/Tunger/Zobel: Lexikon der Lebensmittel und
der Lebensmittelchemie. Wissenschaftl.Verlagsges, 2007; DGE u. a. (Eds.):
Referenzwerte für die Nährstoffzufuhr, Umschau Buchverlag, 2008; Berg/Stryer/
Tymoczko: Biochemie. Spektrum Akad. Verlag, 2010.
139. Ibídem.
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142. Ibídem.
143. Fuente: Ibrahim Elmadfa, W. Aign, D. Fritzsche: Nährstoffe, Gräfe und Unzer
Verlag, 2008 y Vegi-Info 2009/1.
144. v. nota 138.
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147. Ibídem.
148. Ibídem.
149. Consultar: www.dahlke.at/veroeffentlichungen/cds.php
150. El CD del mismo nombre se ha publicado en Integral Verlag.
151. De su folleto Vegan, que se puede bajar gratis de www.provegan.info
152. www.pcrm.org/health/veginfo/nutritionfaq.html
153. Más sobre este tema: Ruediger Dahlke: Die Schicksalsgesetze: Spielregeln fürs
Leben. Goldmann Arkana, 2009.
154. Ruediger Dahlke: Das Schattenprinzip. Goldmann Arkana, 2010.
155. Ruediger Dahlke: Die Lebensprinzipien. Goldmann, 2011.
156. Génesis 1,29.
157. Génesis 2,16.
158. Génesis 9,3-9,5.
159. Daniel 1,11–16.
160. Isaías 66,3.
161. El Evangelio esenio de la paz, libro1.
162. El Evangelio de los doce santos, Lección 38.
163. El profeta Mahoma, Hadiz.
164. El Corán, sura 5: La mesa servida, aleya 3.
165. El Corán, sura 23: Los creyentes, aleyas 19-20.
166. Muhammad Rahîm Bawa’ Muhayad-dîn, Sufi místico islámico.
167. Lankavatara Sutra (Tripitaka nº. 671).
168. Lankavatara Sutra (Tripitaka nº. 671).
169. Shakyamuni Buddha, Nirvana Sutra.
170. Manusmriti 6,60.
171. Anusasanika Parva 115,55.
172. Manusmriti 5,51.
173. Manusmriti 5,45-49.
174. Manu-samhita 5,51-52.
175. Xin Shu, Tomo 6, nº. 7.
176. Traktat des stillen Weges
177. Abdul-Baha: Die Tage im Licht aus Akka, 1979, p. 8 y sig.
178. Este producto se comercializa a través de la página web www.takeme-
gluecksnahrung.com/espanol/
Libros de Ruediger Dahlke
LIBROS BÁSICOS
Die Schicksalsgesetze: Spielregeln fürs Leben, Goldmann Arkana, 2009.
Das Schattenprinzip, Goldmann Arkana, 2010.
Lebensprinzipien: Heilung, Vorbeugung, Vorsätze, Goldmann, 2011.
Erde – Feuer – Wasser – Luft: die 12 Lebensprinzipien in den vier Elementen (con
B. Blum), Aquamarin, 2011.
Das Senkrechte Weltbild (con N. Klein), Ullstein, 1986.
INTERPRETACIÓN DE CUADROS CLÍNICOS
Krankheit als Symbol, Bertelsmann, 2007. En español: La enfermedad como
símbolo, Robinbook Ediciones, Barcelona, 2012.
Krankheit als Sprache der Seele, Goldmann, 1992. En español: El mensaje curativo
del alma, Robinbook Ediciones, Barcelona, 2012.
Krankheit als Weg (con T. Dethlefsen), Goldmann, 1983. En español: La
enfermedad como camino (con T. Dethlefsen), Debolsillo, Barcelona, 2003.
Frauen-Heil-Kunde (con M. Dahlke, V. Zahn), Goldmann, 1999. En español: El
mensaje curativo del alma femenina (con M. Dahlke, V. Zahn), Robinbook
Ediciones, Barcelona, 2004.
Der Weg ins Leben (con M. Dahlke, V. Zahn), Goldmann 2004.
Aggression als Chance, Goldmann, 2003. En español: El poder curativo de la
agresión, Robinbook Ediciones, Barcelona, 2005.
Depression – Wege aus der dunklen Nacht der Seele , Goldmann, 2006. En español:
Depresión: Caminos para salir de la noche oscura del alma, Robin book
Ediciones, Barcelona, 2007
Krankheit als Sprache der Kinder-Seele (con V. Kaesemann), Gold-mann, 2009.
Gewichtsprobleme, Knaur, 1989.
Verdauungsprobleme (con R. Hößl), Knaur, 1990.
Herz(ens)problema, Goldmann, 2011.
Rauchen, Goldmann, 2011.
OTROS LIBROS DE INTERPRETACIÓN
Die Spuren der Seele (con R. Fasel), Gräfe und Unzer, 2010.
Körper als Spiegel der Seele, Gräfe und Unzer, 2007. En español: El cuerpo como
espejo del alma, Albatros, Buenos Aires, 2011.
Woran krankt die Welt , Goldmann 2001. En español: ¿De qué en ferma el mundo?,
Robinbook Ediciones, Barcelona, 2008.
Die Psychologie des Geldes, Nymphenburger, 2008. En español: La psicología del
dinero, Editorial Océano, Barcelona, 2011.
Crisis vital
Lebenskrisen als Entwicklungschancen, Goldmann, 1995. En español: Las etapas
críticas de la vida, Plaza&Janés, Barcelona, 1999.
Die große Verwandlung: Wir sterben und leben weiter, Crotona, 2011.
Salud
Aller guten Dinge sind drei; Südwest, 2009.
Essens-Glück (con D. Neumayr); Schirner, 2010.
Vom Essen, Trinken und Leben (con D. Neumayr); Haug, 2007.
Vom Mittagsschlaf zum Powernapping; Nymphenburger, 2011.
Ganzheitliche Wege zu ansteckender Gesundheit; Comed, 2011.
Die Notfallapotheke für die Seele; Nymphenburger, 2007.
Das große Buch der ganzheitlichen Therapien; Integral, 2007.
Schlaf – die bessere Hälfte des Lebens; Integral, 2005.
Meine 50 besten Gesundheitstipps; Heyne, 2008.
Entgiften-Entschlacken-Loslassen, www.heilkundeinstitut.at. En espa ñol: Cuerpo y
alma: Desintoxicación y ayuno, Robinbook Ediciones, Barcelona, 2006.
Von der Weisheit unseres Körpers , Droemer Knaur, 2004. En español: La salud
como camino, Robinbook Ediciones, Barcelona, 2005.
Wege der Reinigung (con D. Ehrenberger), Heyne, 1998.
Die wunderbare Heilkraft des Atmens (con A. Neumann), Integral, 2000.
Das große Buch vom Fasten, Goldmann, 2008. En español: El gran libro del ayuno,
Integral, Barcelona, 2012.
Sinnlich Fasten, Nymphenburger, 2010. En español: El ayuno consciente, Ediciones
Obelisco, Barcelona, 1996.
Fasten: Das 7-Tage-Programm; Südwest, 2011.
Meditación
Reisen nach Innen: Geführte Meditationen auf dem Weg zu sich selbst , Ullstein,
2004.
Meditationsführer: Wege nach innen (con M. Dahlke), Schirner, 2005. En español:
El gran libro de la meditación: encuentre su propio método de meditación
(con M. Dahlke), Ediciones Obelisco, Barcelona, 2003.
Schwebend die Leichtigkeit des Seins erleben, Schirner, 2008.
HazteVegetariano.com
Portal acerca de vegetarianismo y veganismo de
AnimaNaturalis, que reúne a personas comprometidas
con el trato ético hacia los animales, la promoción del
vegetarianismo y los estilos de vida respetuosos. Relación de
restaurantes veganos y vegetarianos.
Lujuria vegana
www.lujuriavegana.com/ Página en Facebook
Info@lujuriavegana.com
Pastelería y repostería vegana (pasteles, tartas, muffins,
merengues…) Barcelona
Take me
www.takeme-gluecksnahrung.com/espanol/
Agradecimientos
Mi más cordial agradecimiento por su gran ayuda a Renato Pichler, que durante más
de diez años abrió y puso a mi disposición todo el material de su archivo, corrigió el
manuscrito, lo complementó en múltiples ocasiones y lo mejoró de forma sustancial.
A Rita Fasel, mi compañera, le agradezco sus muchas indicaciones, críticas y su
respaldo práctico, así como su infatigable búsqueda en Google. Balthasar Wanz, mi
organizador, se ha hecho merecedor de mis más expresivas gracias por sus valiosas
propuestas, lo mismo que Thom Bezenek por su estímulo y colaboración que se
tradujeron en importantísimas recomendaciones en cuanto a la serotonina y otros
neurotransmisores. A Vera Schott, Angelika Silber, Martina Kohl, Lilian Blunier y
Maren Timm les agradezco sus correcciones, propuestas y su dedicación al
seguimiento de todo tipo de rastros; a mis colegas Ingrid Seibold y Anette Buhmann
les reconozco sus indicaciones en el ámbito de la medicina; a Sybill Schlüpen por lo
mismo en el campo de la medicina tradicional china: a Gerald y Susanne Misera les
agradezco, como profesionales de la alimentación, su revisión a fondo del
manuscrito.
Un agradecimiento muy especial para Dorothea Neumayr, tan-to por sus recetas
como por sus añadidos y correcciones. Como siempre, vaya también mi
reconocimiento para Christa Maleri y mi amigo Kurt Eicher por su asesoramiento
estratégico.
A Ananda Tyrell, vicepresidenta de SVV, le agradezco su crítica constructiva.
Agradezco las informaciones que se han publicado sobre este libro en
innumerables páginas de Internet de la Schweizerischen Vereinigung für
Vegetarismus (SVV: Asociación Vegetariana Suiza) www.vegetarismus.ch.
Y, sobre todo, mi agradecimiento a mis colaboradores carnívoros, a dos de los
cuales la lectura del libro les ha abierto los ojos e incluso algún vegetariano se ha
pasado al veganismo.
Advertencia importante
Todas las informaciones y recomendaciones contenidas en este libro han sido
desarrolladas y revisadas con especial esmero. No obstante, no se pueden admitir
responsabilidades sobre daños y perjuicios que pudiera acarrear su aplicación.
Citas célebres
Los animales sienten, igual que los hombres, alegría y dolor, felicidad e
infelicidad.
CHARLES DARWIN
Mejor deberían quedarse con la saludable col y el puré de cereales que con
faisanes y gallinas de Guinea.
PLINIO
Soy vegetariano […] porque así puedo hacer mejor uso de mi cerebro.
THOMAS ALVA EDISON
Soy vegetariano y eso sienta de maravilla. Estoy más activo y mentalmente más
despierto cuando me fijo en lo que como.
JEAN ZIEGLER
¿Que por qué no me como a mis hermanos? Simplemente por sentido familiar,
eso es todo. La vergüenza tiene que empezar en algún momento.
O. W. FISCHER
Para mí, el interés por los animales es de mucha mayor importancia que la
preocupación de verme ridículo.
ÉMILE ZOLA
Soy vegetariano desde hace doce años. Y hasta ahora nunca he estado
seriamente enfermo. La alimentación vegetariana refuerza el sistema
inmunitario. Creo que la carne hace enfermar.
BRYAN ADAMS
Una prueba de que el gusto hacia la carne no es algo natural en los seres
humanos es que los niños muestran desapego hacia ese tipo de comida.
JEAN-JACQUES ROUSSEAU
Todo lo que el hombre hace a los animales vuelve de nuevo a él. PITÉGORAS
El mayor baldón es arrebatar la vida.
EMPÉDOCLES
Por un pequeño trozo de carne les robamos a los animales el alma, así como la
luz del sol y su tiempo de vida.
PLUTARCO
El anonimato con que sacrificamos a los animales nos hace sordos ante sus
gritos.
LUISE RINSER
Si la visión de un toro sacrificado a los dioses fue para nosotros una atrocidad,
ahora no prestamos atención, en mataderos limpios y fregados con agua, al baño
diario de sangre que realizan todos los que en la comida del mediodía se
deleitan con las partes cocinadas, desfiguradas e irreconocibles, de cadáveres
de animales domésticos asesinados.
RICHARD WAGNER
En lo que se refiere a los animales, todo el mundo es nazi… Para los animales
cada día es un Treblinka.
ISAAC SINGER
Quien no pueda escuchar los gritos de las víctimas y no pueda ver sus
convulsiones, pero le sea indiferente que griten y se estremezcan cuando no los
tenga al alcance de su vista ni oído, tiene bien los nervios, pero carece de
corazón.
BERTHA VON SUTTNER
De matar animales a matar hombres hay solo un paso, el mismo que hay también
de torturar animales a torturar hombres.
LEÓN TOLSTOI
Si el hombre moderno tuviera que matar por sí mismo a los animales que le
sirven de alimento, aumentaría desmesuradamente el número de vegetarianos.
CHRISTIAN MORGENSTERN