Historia
R e f l e x i o n e s
Luis Moreno Fdez-Caparrós
Académico y miembro de las
Asociaciones Española y Madrileña de
Historia de la Veterinaria
lmorfer@oc.mde.es
Amigo lector: cuando llegue esta re-
vista a sus manos estaremos a punto
de comenzar un nuevo año lleno de
firmes propósitos. De todos ellos
uno acaparará nuestra atención. El
año 2011 ha sido proclamado por
diversas asociaciones internacio-
nales “Año veterinario mundial”; y
esto es así porque se cumplen 250
años de la creación de la enseñanza
reglada y normalizada para formar
a todos los veterinarios de los cin-
co Continentes. La chispa prendió
en Lyon en 1761 y de ahí se difun-
dió al mundo entero. Tras la Escuela
de Lyon otras quince fueron crea-
das antes de finalizar el siglo XVIII,
una de ellas fue la Real Escuela de
Veterinaria de la Corte de Madrid.
El consejo de dirección de este
acontecimiento está constituido
por trece asociaciones profesio-
nales, una de ellas, que conviene
destacar, es IVSA que es la asocia-
ción internacional de estudiantes
de veterinaria. Es decir, todas las
capas profesionales están represen-
tadas, desde el estudiante hasta el
profesional en sus múltiples espe-
cialidades.
El “Año veterinario mundial” viene
avalado por cuatro grandes orga-
nismos. El primero, de los que
aparecen bajo el logo de la efe-
méride, es la OIE (Organización
Mundial de Sanidad Animal); el si-
guiente es la Asociación Mundial
Veterinaria, el otro es la FAO y
el último es la Unión Europea.
De esta manera queda recogida de
forma institucional la importancia
que la sociedad da al veterinario.
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En el plano internacional todas
las grandes Asociaciones profesio-
nales se han sumado a los actos
que se preparan para el próximo
año. España tampoco va a perma-
necer de brazos cruzados. Desde
el Consejo General y toda la or-
ganización colegial veterinaria,
los centros docentes, fundacio-
nes, Asociaciones profesionales,
clínicas y hospitales veterinarios,
laboratorios y todas nuestras
Reales Academias de Ciencias
Veterinarias y también la veteri-
naria militar, las asociaciones de
esposas de veterinarios y muje-
res veterinarias, hasta las revistas
especializadas, estoy seguro que
cada uno de estos estamentos no
van a dejar escapar esta ocasión
para celebrar como se merece este
importante acontecimiento.
 2011, Año Veterinario Mundial: reflexiones
Para quienes desconozcan el da-
to histórico les diré que hace 250
años un grupo de personas inquie-
tas, unos verdaderos novatores,
hijos del siglo de las luces lograron
en Francia crear, reglar y norma-
lizar la enseñanza de la medicina
animal. Fue Lyon el lugar escogi-
do para fundar en 1761 la primera
Escuela de Veterinaria del mundo.
A partir de esa fecha ya nada iba a
ser igual para los sanadores de ca-
ballos, sus híbridos y algunas otras
especies dispersas que formaban
parte del ajuar doméstico. Acababa
de nacer la enseñanza veterinaria,
y lo hacía con grandeza y esplen-
dor. España no se sustrajo tampoco
al movimiento ilustrado de todas
las ciencias, por lo que la corona
tomó la decisión de mandar a la
corte de Francia diferentes técnicos
especializados en el vasto campo
del conocimiento. También le lle-
gó el turno a la medicina animal.
Tuvieron que pasar más de diez
años para que el gobierno, con el
apoyo de la corona española, se de-
cidiese a desplazar a París a los más
idóneos y destacados profesionales
de la medicina del caballo.
Tan importante efeméride nos debe
mover a realizar algunas reflexiones
y no quedarnos en el envoltorio de
una celebración más, o de la pues-
ta en escena de un aniversario más.
En puridad debemos reconocer que
en el origen de la creación de la en-
señanza veterinaria se encuentran
ilustres personajes que poco o nada
tenían que ver con la práctica de la
medicina animal. Claude Bourgelat,
el fundador de la enseñanza, era un
notable abogado, Bertin Intendente
de Lyon, Teniente General e
Interventor General de Finanzas a
las órdenes del rey Luis XV, Diderot,
D´Alambert, Malesherbes y Voltaire
“
En puridad debemos reconocer
que en el origen de la creación de la
enseñanza veterinaria se encuentran
ilustres personajes que poco o nada
tenían que ver con la práctica de la
medicina animal
enciclopedistas. Este último, refi- la Iglesia, incluso nuestros emba-
riéndose a las ideas de Bourgelat jadores en las cortes extranjeras
sobre los nuevos estudios de veteri- realizan una gran labor informati-
naria, le dedicó en 1771 el siguiente va y de acogimiento a cada uno de
elogio: los “pensionados”. Manuel Godoy,
príncipe de la Paz, fue un actor
“Admiro sobre todo su ilustrada mo- muy principal para la creación de
destia … Cuanto más sabe usted, la enseñanza veterinaria. Para su
menos afirma. En nada se asemeja ubicación se eligió la “Colina de
a esos físicos que se ponen en el lu- las Ciencias” formada por el eje
gar de Dios y crean un mundo con de Atocha-Alcalá-Recoletos, es de-
sus palabras. Con su experiencia, ha cir, se siguió un plan preconcebido
abierto usted una carrera nueva; ha por el gobierno para urbanizar los
prestado verdaderos servicios a la prados y reunir en un mismo si-
sociedad: esa es la física buena.” tio todo el saber del momento
(Hospital de San Carlos y Colegio
Por ello, si queremos que los próxi- de Cirugía, Gabinete de Máquinas,
mos meses sean productivos, los Jardín Botánico y observatorio as-
veterinarios españoles debemos te- tronómico, entre otros) formando
ner presente lo siguiente: de esta manera espacios científi-
El año 2011 será el
250 aniversario de la
enseñanza veterinaria
La enseñanza veterinaria en España
nace también con muy buena estre-
lla. Su estructura organizativa y
administrativa se desarrolla al más
alto nivel de la administración del
Estado; no solo es apoyada por la
Corona, sino por casi todos los mi-
nistros de la Corte, los miembros
de la gran nobleza y príncipes de
39
Historia
cos y culturales de los cuales se
tenía que nutrir la futura Escuela.
Precisamente, años más tarde, la
Biblioteca Nacional se erige en
los terrenos que ocupaba la Real
Escuela de Veterinaria de la Corte
de Madrid. En la actualidad, en la
acera, a la altura de la entrada prin-
cipal del Museo Arqueológico, se
encuentra un poste con un cartel
informativo que recuerda este he-
cho histórico. Hoy ese espacio está
en remodelación y el cartel retira-
do. Las obras de la calle de Serrano
están a punto de ser finalizadas, y
ya estamos vigilantes para que sea
recolocado otra vez el cartel indi-
cador.
El año 2011 será, por
lo tanto, también el
250 aniversario de la
profesión veterinaria
en el mundo
De la mano de la nueva ense-
ñanza vino, casi sin solución de
continuidad, la organización de la
profesión, con todo lo que ello
iba a significar para acceder a la
maquinaria de la administración
del Estado y para participar de
forma activa en el desarrollo le-
gislativo de los asuntos pecuarios,
y también para sentar las bases
de una organización profesional,
como ha sido la aparición de las
asociaciones y colegios profesio-
nales. El desarrollo profesional
maduró y aceleró la impresión
de la literatura profesional y la
aparición de las primeras revis-
tas especializadas veterinarias. La
nueva ciencia, nacida en Francia
e hija de la Ilustración, termi-
nó atrayendo a la Albeytería a su
seno, aspecto éste que conviene
resaltar pues fue España la pri-
mera nación del mundo civilizado
que reglamentó el uso del ejercicio
de la medicina animal por medio
de un peculiar estamento que re-
cibió el nombre de “Real Tribunal
del Protoalbeiterato”. Esta rique-
za patrimonial de los veterinarios
españoles, tan admirada por los
países de nuestro entorno, tuvo
su réplica en Portugal, la Nueva
España y el Virreinato del Perú.
El año 2011 será
pues también el
250 aniversario
del concepto de
“biopatología
comparada”, sin
el que la medicina
moderna no habría
nacido nunca
Casi un siglo antes de que Rayer
fundase la “patología comparada”,
Bourgelat, inspirado por las ideas
de los naturalistas de su época y por
su colaboración con los cirujanos de
Lyon, había sentado ya las bases del
concepto moderno de “biopatología
comparada “.
Sin ella no hubiese sido posible el
estudio de una anatomía y fisio-
logías comparadas y la creación
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de los actuales servicios de me-
dicina y cirugía experimentales,
donde los veterinarios brillan con
luz propia. Esto ha sido uno de
los mayores logros para la inves-
tigación biomédica. Se cree, unas
veces con acierto y otras no tanto,
que la medicina animal es tributa-
ria y subordinada de la medicina
humana. El remoto origen de es-
ta aseveración lo encontramos en
Platón, Aristóteles, Plinio el Viejo
y sobre todo en Vegetio. Los di-
ferentes manuscritos sobre Ars
Veterinaria y mulomedicina reco-
gen la subordinación la veterinaria
a la medicina, del mismo modo
que los animales están bajo el do-
minio del hombre así debe ser con
la veterinaria. Pero esto no es así.
La Medicina, en su más alta ex-
presión de la palabra, es una. A
veces toda la investigación veteri-
naria no ha sido suficientemente
valorada ni difundida por los mas
media. Vaya por delante un par
de ejemplos, de los muchos que
podrían ser citados: toda la inves-
tigación veterinaria de los últimos
cien años, realizada en torno a la
reproducción asistida en los ani-
males, incluyendo su desarrollo
tecnológico, ha sido transferido a
la medicina humana; o este otro:
el desarrollo tan importante de
la cirugía de mínima invasión
tiene como base la investiga-
ción realizada en los centros de
cirugía experimental donde los ve-
terinarios dirigen o participan en
importantes programas de inves-
tigación, desarrollo e innovación,
al lado de otros profesionales. Los
veterinarios podemos sentirnos
orgullosos de ello.
Para que tomen nota los historia-
dores de las Ciencias de la Salud
(de que la medicina, como la salud
 2011, Año Veterinario Mundial: reflexiones
es una), dos frases extraídas de
los “Reglamentos para las Reales
Escuelas de Veterinaria” (publica-
dos en 1777, dos años antes de
la muerte de Bourgelat), y que
son considerados como su “tes-
tamento filosófico”, bastan para
demostrarlo:
“Las puertas de nuestras Escuelas
están abiertas a todos aquellos
cuya misión es velar por la con-
servación de la humanidad y que
han adquirido, por el buen nom-
bre que han alcanzado, el derecho
de acudir a ellas para estudiar la
naturaleza, buscar analogías y ve-
rificar ideas cuya confirmación
puede ser útil para la especie hu-
mana”.
Y esta otra que debería hacer medi-
tar a más de un colega:
“Hemos comprobado la estrecha re-
lación que existe entre la máquina
humana y la máquina animal; di-
cha relación es tal que la medicina
humana y la medicina animal se
instruirán y perfeccionarán mu-
tuamente el día que, libres de un
prejuicio ridículo y funesto, dejemos
de pensar que nos rebajamos y envi-
lecemos estudiando la naturaleza de
los animales, como si esa naturaleza
y la verdad no fuesen en todo mo-
mento y en todo lugar dignas de ser
exploradas por cualquiera que sepa
observar y pensar”.
Ya es hora que un sector de la
medicina humana, de la psico-
logía antropomórfica e incluso
una parte de la jerarquía de la
Iglesia se desprenda de ciertos
estigmas que los encorsetan y de-
forman, y reconozcan de una vez
que la Tierra gira alrededor del
Sol. Esta permanente capacidad
de transformación y adaptación
“
Se cree, unas veces con acierto y
otras no tanto, que la medicina animal
es tributaria y subordinada de la
medicina humana
a los nuevos acontecimientos es
la lección que Galileo dio a los
físicos en su Diálogo de las nue-
vas ciencias. La Veterinaria nació
sin ataduras mentales, y por eso
aquí dejo el siguiente mensaje:
aunque me consta que nuestros
representantes profesionales es-
tán realizando enormes esfuerzos
el año 2011 debe ser el año
de la especialización veterina-
ria dentro del actual sistema
nacional de salud. Ahora es el
momento para intentar de nue-
vo convencer a nuestros políticos
de que el veterinario tiene cabida
y un encaje perfecto para for-
marse como “veterinario interno
residente” dentro del sistema na-
cional de salud pública. Cuatro
áreas, en una primera fase, le
permiten encajar en este tipo de
formación especializada, y sin
que les repugne la idea a ciertos
puristas. A saber:
a. La ciencia de los animales
de experimentación.
b. La seguridad alimentaria.
c. La reproducción animal
de investigación básica,
aplicada a la reproducción
asistida humana.
d. La salud pública y la
medicina preventiva,
considerando al veteri-
nario como un experto
preventivista en higiene,
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mesología, metazoono-
sis, epidemiología y otros
aspectos de saneamiento
medio ambiental.
En definitiva, algo en lo que ya vie-
nen trabajando desde hace más de
150 años.
Y ya para terminar, y no cansarles
más, les atraigo la atención sobre el
título del encabezamiento. Fíjense
que en él he escrito “Año veteri-
nario mundial” y no año mundial
de la veterinaria, o año de la ve-
terinaria mundial. El matiz no es
baladí. Según mi criterio lo que te-
nemos que celebrar es lo que el
veterinario ha aportado al prestigio
de las Ciencias Veterinarias, y no lo
que las Ciencias Veterinarias como
entelequia han hecho por los miem-
bros que conforman la profesión.
Es el año de cada uno de nosotros.
Tenemos todo un año para estar pre-
sentes en todos los medios sociales,
de comunicación, ateneos, congre-
sos, sociedades económicas y salas
de espera de nuestras clínicas. Es
nuestro año, el año del veterinario.
Ahora es el momento para que du-
rante los próximos 365 días cada
uno de nosotros nos dediquemos
con mayor intensidad a estar pre-
sentes en la sociedad, sintiéndonos
orgullosos de pertenecer a una profe-
sión tan útil a nuestros semejantes.