No debemos olvidar que parte de nuestra historia ha estado
marcada por el rechazo a diferentes grupos sociales lo cual, sin
duda, nos ha afectado tanto individual como colectivamente. ¿El racismo sigue vigente? La realidad nos indica una disminución del mismo pero, no podemos alegrarnos en exceso, ya que el hecho de que su incidencia sea menor no quiere decir que éste haya desaparecido. Al igual que nuestra sociedad, nuestros conocimientos o las relaciones humanas se modifican y evolucionan; conceptos como el racismo o la discriminación se han ido transformando y adaptando. tres características básicas de este concepto: “La defensa de los valores tradicionales. Exageración de las diferencias culturales. La no existencia de sentimientos positivos hacia los miembros de otros grupos sociales”. Desde el punto de vista psicológico debemos añadir un par de calificativos a los puntos anteriores. Tanto la defensa de los valores tradicionales como la exageración de las diferencias culturales, se convierten en perniciosas cuando son rígidas y connotan un juicio peyorativo, dando lugar así a la ausencia de empatía. Como podemos apreciar en la definición, son comportamientos que pueden pasar más inadvertidos que las conductas clásicas que entendemos por racismo. Aun con ello, no podemos caer en el error de considerar estas conductas menos importantes ya que siguen produciendo víctimas a todos los niveles. De hecho, actualmente, es más correcto utilizar el concepto xenofobia que engloba todas las categorías de marginación (racismo, clasismo, machismo, etc.) Como profesionales de la salud y de la educación debemos ser conscientes que el racismo sigue siendo una realidad. Una realidad que responde a una perspectiva social en lugar de biológica. Por este motivo está en nuestra mano cambiarla, ya que somos nosotros a través de nuestras acciones, mensajes y prácticas quienes construimos la realidad social día a día. Potenciar la educación, la divulgación de información y apostar por el aprendizaje cooperativo desde edades tempranas son armas valiosas de las cuales disponemos. Permitamos que los más jóvenes puedan crecer en el respeto, en la apertura a la experiencia, la empatía, la flexibilidad, la seguridad y el aprendizaje en igualdad. El racismo y la intolerancia pueden adoptar diversas formas: desde la negación de los principios básicos de igualdad de las personas hasta la instigación del odio étnico que puede llevar al genocidio y los desplazamientos forzados, los cuales destruyen vidas y fraccionan comunidades. El racismo causa enorme sufrimiento a millones de personas en todo el mundo debido a que impide la movilidad social, genera esclavitud y desigualdad en ámbitos como el ideológico económico, educativo y cultural.