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Israel Torres
Notación:
K. constante de rigidez elástica
m: masa principal
c: coeficiente de amortiguación
F: resultante de las fuerzas exteriores
L0: longitud inicial del muelle
xest: deformación en equilibrio estático
x: desplazamiento
Una perturbación que se propaga desde el punto en que se produjo hacia el medio que rodea ese
punto.
Las ondas materiales (todas menos las electromagnéticas) requieren un medio elástico para
propagarse.
La perturbación comunica una agitación a la primera partícula del medio en que impacta -este es
el foco de las ondas- y en esa partícula se inicia la onda.
La perturbación se transmite en todas las direcciones por las que se extiende el medio que rodea
al foco con una velocidad constante en todas las direcciones, siempre que el medio sea isótropo
(de iguales características físico- químicas en todas las direcciones).
Todas las partículas del medio son alcanzadas con un cierto retraso respecto a la primera y se
ponen a vibrar: recuerda la ola de los espectadores en un estadio de fútbol.
Podemos predecir la posición que ocuparán dichas partículas más tarde, aplicando esta función
matemática.
Una onda transporta energía y cantidad de movimiento pero no transporta materia: las partículas
vibran alrededor de la posición de equilibrio pero no viajan con la perturbación.
Veamos un ejemplo: la onda que transmite un látigo lleva una energía que se descarga al golpear
su punta. Las partículas del látigo vibran, pero no se desplazan con la onda.
Las partículas perturbadas por la onda sufren unas fuerzas variables en dirección e intensidad que
les producen una aceleración variable y un M.A.S.
El movimiento de cualquier objeto material en un medio (aire, agua, etc) puede ser considerado
como una fuente de ondas. Al moverse perturba el medio que lo rodea y esta perturbación, al
propagarse, puede originar un pulso o un tren de ondas.
Un impulso único, una vibración única en el extremo de una cuerda, al propagarse por ella origina
un tipo de onda llamada pulso. Las partículas oscilan una sola vez al paso del pulso, transmiten la
energía y se quedan como estaban inicialmente. El pulso sólo está un tiempo en cada lugar del
espacio. El sonido de un disparo es un pulso de onda sonora.
Si las vibraciones que aplicamos al extremo de la cuerda se suceden de forma continuada se forma
un tren de ondas que se desplazará a lo largo de la cuerda.
En función del tipo de soporte que requieren para su propagación las ondas se clasifican
en mecánicas y electromagnéticas. Las mecánicas requieren un medio elástico para propagarse y
las electromagnéticas no, se pueden propagar en el vacío.
Si las clasificamos en función de como vibran respecto a la dirección de propagación tenemos las
ondas transversales y las longitudinales.
Aceptaremos que la forma de los pulsos no varía durante la propagación, lo cual sólo es sólo cierto
para las ondas electromagnéticas propagándose en el vacío. Las demás ondas se atenúan.
Vamos a referirnos únicamente a ondas cuyos pulsos pueden ser descritos por las funciones
matemáticas seno y coseno. Lamamos a estas ondas ondas armónicas. Las partículas del medio en
que se propagan las ondas transversales (en este caso las de la cuerda) vibran perpendicularmente
a la posición inicial de la cuerda, separándose de la posición inicial, subiendo y bajando con
un movimiento vibratorio armónico simple.
Si una onda interfiere con otra en determinados puntos puede ocurrir que se anule la vibración
formándose un nodo (mira el dibujo animado del inicio de la página que representa la onda
estacionaria en una cuerda).
Las ondas longitudinales (como las del sonido) se propagan en medios con resistencia a la
compresión (gases, líquidos y sólidos) y las transversales necesitan medios con resistencia a la
flexión, como la superficie de un líquido, y en general medios rígidos. Los gases y los líquidos no
transmiten las ondas transversales.
Se define la longitud de onda, l, como la distancia que recorre el pulso mientras un punto realiza
una oscilación completa. El tiempo que tarda en realizar una oscilación se llama periodo ( T ) y
la frecuencia ( n ) es el número de oscilaciones (vibraciones) que efectúa cualquier punto de la
onda en un segundo.
COLUMNA DE AIRE
Ondas estacionarias longitudinales en una columna de aire ideal
Consideremos un cilindro largo, muy angosto, abierto en ambos extremos (Fig. 4.17). El aire en su
interior puede ser considerado como un medio elástico unidimensional (Sec. 3.2) a través del cual
pueden propagarse ondas longitudinales. En cualquier punto dentro del cilindro, la presión podrá
momentáneamente aumentar, disminuir u oscilar considerablemente con relación a la presión
atmosférica normal externa; las paredes rígidas y la inercia de la columna de aire mantienen el
necesario equilibrio de fuerzas (3.1) que se originan a causa de las diferencias de presión. Pero en
los extremos abiertos P y Q no podrán ocurrir variaciones de presión grandes, ni siquiera en un
intervalo de tiempo muy breve, porque no hay nada en esos puntos para equilibrar las diferencias
de presión que se generan. Estos puntos funcionan por lo tanto como nodos de presión, y
cualquier onda sonora que cause una perturbación en el interior del tubo y que se propague a lo
largo de éste, será reflejada en cualquiera de los extremos abiertos. De aquí que nos hallemos
ante una situación análoga a la de una cuerda vibrante, caso tratado en la Sec. 4.1: las ondas
sonoras generadas en el tubo quedan atrapadas dentro del mismo y los únicos modos estables de
vibración posibles son ondas estacionarias longitudinales con nodos de presión en los extremos
abiertos P y Q (Fig. 4.17). Obsérvese que, de acuerdo con lo discutido en la sección 3.3, pág. 98, los
extremos abiertos serán vientres de desplazamiento, es decir, puntos con máxima amplitud de
vibración.
La columna de aire abierta no necesariamente tiene que estar definida físicamente de la manera
mostrada en la Fig. 4.17. Por ejemplo, en la Fig. 4.18, tenemos una columna de aire abierta,
comprendida entre los puntos P y Q del tubo. Efectivamente, dado que tenemos agujeros en los
puntos P y Q , la presión del aire en esos lugares debe quedar constante e igual a la presión
externa. P y Q funcionan de este modo como los extremos abiertos de la columna de aire
encerrada. La Fig. 4.18 corresponde al caso de una flauta idealizada, donde P es la embocadura y Q
el primer orificio destapado.
En un tubo abierto real de diámetro finito, los nodos de presión no ocurren exactamente en el
extremo abierto sino a una pequeña distancia afuera («corrección del extremo» [end correction] ,
pág. 156). Las relaciones que se dan abajo son sólo aproximaciones. A partir de la Fig. 4.17 y de la
relación (3.6) obtenemos las frecuencias de los modos de vibración de un tubo cilíndrico abierto:
4.18 Tubo elemental con dos orificios
Recuérdese que tA es la temperatura absoluta del aire en el tubo, dada por la ecuación (3.5). En
las ecuaciones (4.5) y (4.6) L debe expresarse en metros. Considerando que la longitud de onda λ
del tono fundamental está relacionada con la longitud 1 L del tubo, teniéndose que λ1 =2L (Fig.
4.17), y examinando la Fig. 3.8, se puede obtener una idea de las longitudes típicas de los tubos
labiales abiertos de órgano, y de flautas y flautas dulces como función de la frecuencia. Un
incremento en la frecuencia (altura) requiere una disminución en el largo. La relación (4.6)
muestra también el efecto de la temperatura del aire sobre la altura fundamental de una columna
de aire cilíndrica en vibración. Un incremento en la temperatura produce un aumento en la
frecuencia (tono más agudo). Es así como las flautas y los tubos de órgano deben afinarse de
acuerdo con la temperatura de la sala. Afortunadamente, la frecuencia fundamental (4.6) está
controlada por la temperatura absoluta t , que aparece bajo una raíz cuadrada. Ambos hechos
hacen que la influencia de las variaciones de temperatura sobre la altura sea pequeña, pero
suficiente como para ser motivo de preocupación, como bien lo saben flautistas y organistas. A
Veamos ahora el caso de un cilindro estrecho tapado en un extremo (Fig. 4.19). Notamos que,
mientras en el extremo abierto P la presión debe permanecer constante e igual a la del aire
exterior (nodo de presión), en el extremo cerrado Q la presión interna puede aumentar o
disminuir sin restricción. Efectivamente, en Q aparece un vientre de presión. Esto es más fácil de
entender cuando se visualiza el movimiento vibratorio real de los puntos del medio. Es evidente
que debe haber un nodo de vibración para todos los elementos componentes de aire cercanos a Q
: la tapa del tubo evita que esos elementos puedan oscilar longitudinalmente. Según lo explicado
en la sección 3.3, tal nodo de vibración corresponde a un vientre de presión.
La figura 4.19 muestra cómo los modos vibratorios de ondas estacionarias «encajan» dentro de un
tubo tapado de manera tal que siempre aparezca un nodo de presión en el extremo abierto y un
vientre de presión en el extremo cerrado. Para la frecuencia fundamental, obtenemos la relación
Las frecuencias 2 f , 4 f , 6 f ,... están prohibidas - sus modos de vibración no pueden ser sostenidos
de manera estable en un tubo cilíndrico tapado ideal. En otras palabras, 1 1 1 los armónicos de un
tubo tapado son los armónicos impares de su fundamental. El clarinete es el ejemplo más familiar
de un instrumento que se comporta de manera muy similar a un tubo cilíndrico tapado. La
embocadura con la caña funciona como extremo tapado, la campana o el primer orificio
destapado del tubo como extremo abierto. Por ello, la altura fundamental de una nota tocada en
el clarinete está una octava más baja que la nota que corresponde a una columna de aire del
mismo largo, tocada en una flauta. Los órganos incluyen varios juegos de tubos tapados. Una de
las razones es el ahorro de dinero y de espacio: los tubos abiertos graves son muy largos (según la
relación [4.6], un tubo abierto de altura C 1 tiene un largo de 5,3m. El mismo tubo, tapado en un
extremo, sólo necesita tener un largo de 2,65m.) Desde luego, en esto hay algo más allá del mero
costo: un tubo cerrado produce un sonido de muy diferente timbre al emitido por un tubo abierto
de igual frecuencia fundamental (menos brillante, más oscuro).
Un tubo cónico (muy estrecho), tapado en el extremo P (Fig. 4.20). La determinación de los modos
de vibración requiere un análisis matemático complejo. Los resultados pueden sintetizarse
simplemente: un tubo idealizado estrecho, cónico y cerrado en la punta tiene los mismos modos
de vibración que un tubo abierto, del mismo largo. En otras palabras, valen las relaciones (4.5) y
(4.6). Un cono (estrecho) truncado (Fig. 4.21), cerrado en el extremo P, tiene una serie de modos
de vibración que no guardan
relación de números enteros; si bien en el rango de frecuencias más bajas (cerca de la
fundamental) ellos corresponden bastante bien a los modos de vibración de un tubo abierto de la
misma longitud L, para las frecuencias más altas ellos se aproximan a los de un tubo cilíndrico
cerrado, de largo L. Dicho de otra manera, los modos de vibración son inarmónicos.
4.21 Tubo cónico truncado cerrado en p
3.6 Onda longitudinal, en un medio unidimensional. Para graficar los desplazamientos reales. Cada
punto se muestra como el menearse de3 un péndulo.
Obsérvese que los puntos exhiben su máxima acumulación (es decir, máxima presión) y su máxima
rarefacción (o sea, mínima presión) en los lugares donde sus desplazamientos son cero (puntos P y
Q, respectivamente). Por otra parte, en los lugares donde sus desplazamientos son máximos, las
variaciones de presión son cero. Esto significa que las variaciones de presión de una onda sonora
están 90° fuera de fase con relación a la oscilación de los puntos: las variaciones máximas de
presión (positivas o negativas) ocurren en lugares donde los desplazamientos de los puntos del
medio son nulos; recíprocamente, los desplazamientos máximos de los puntos ocurren donde las
variaciones de presión pasan por cero.
3.7 Variaciones de presión Para un instante dado en en una onda sinusoidal que se propaga lo
largo del eje x
En una onda sonora sinusoidal la presión en cada punto oscila armónicamente alrededor de un
valor normal (la presión atmosférica normal en ausencia de perturbación) (Fig. 3.7). En un lugar
como el A, todos los puntos del medio se han acercado lo más posible entre sí (máximo
incremento de la presión, puntos P en la Fig. 3.6); en un punto como B ellos se han separado entre
sí al máximo (máxima disminución de la presión, puntos Q en la Fig. 3.6). La variación media de
presión Δp es igual a la amplitud de la variación de presión dividida por √2 (= 1,41).”
Bibliografía
anep.edu.uy/ipa-fisica/document/material/primero/2008
ocw.upm.es/ingenieria-agroforestal/fisica-aplicada-a-la-ingenieria/contenidos/tema-
4/VIBRACIONESMECANICAS
teleformacion.edu.aytolacoruna.es