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HDL AND LIFESTYLE INTERVENTIONS

Las lipoproteínas de alta densidad (HDL) son partículas de origen no bien


establecido, que están estrechamente relacionadas con el transporte reverso del
colesterol y con una comprobada función antiaterogénica que se debe sólo en parte
a este transporte reverso, y en parte a otras múltiples propiedades relacionadas
como pueden ser la inflamación, función endotelial y mecanismos de
aterotrombosis y fibrinólisis.

Si bien sabemos que tener colesterol HDL (C-HDL) bajo es un factor de riesgo
estrechamente para enfermedad coronaria y eventos cardiocerebrovasculares y por
muchos años se recomendó elevar el C-HDL por medio del estilo de vida, como
dejar de fumar, perder el exceso de peso, combatir el sedentarismo y controlar la
diabetes, en pacientes con LDL en valores normales.

Comenzando con los principales factores modificables para la intervención del


Colesterol HDL en plasma se encuentran el ejercicio físico, pérdida de peso con
restricción calórica o dieta enfocada específicamente, dejar de fumar y en algunos
casos moderar el consumo de alcohol. Sin embargo, este tipo de intervenciones
tienen efectos múltiples es difícil identificar cuál es el responsable de la mejora en
resultados de HDL. Hablando un poco más del factor de la dieta, ciertos artículos
avalan que cuando se alimenta en cantidades fisiológicamente relevantes, α-
linolénico se ha demostrado que el ácido es equivalente al ácido linoleico como
sustituto de SFA en reducir el colesterol LDL (Harris 1997). Sin embargo, un
metaanálisis reciente indicó un beneficio de la ingesta de ácido α-linolénico sobre el
riesgo de ECV (Pan et al., 2012), las intervenciones humanas con dietas
enriquecidas con ácido α-linolénico han mostrado variables efectos sobre el HDL-C
en suero (Harper et al., 2006; Goyens y Mensink 2006; Kaul et al. 2008; Griffin et al.
2006).

Hay evidencia para sugerir que el aumento de paradójica en el HDL-C inducido por
triglicéridos dietéticos y colesterol en ratones (Escola-Gil et al. 2011) y en humanos
alimentados con huevos (Andersen et al., 2013) que daba como resultado un
beneficio aumento en la capacidad de flujo de salida de colesterol. Por lo tanto,
efectos beneficiosos de los ácidos grasos de la dieta en capacidad de flujo de salida
de colesterol también se han descrito para la suplementación.

Como ya sabemos, la obesidad también es un factor de riesgo independiente para


la enfermedad cardiovascular. Y en más relación la obesidad visceral que se
relaciona estrechamente con trastornos cardiometabolicos no solo modificaciones
en la tolerancia a la glucosa, SI y más relevante en los lípidos sanguíneos en el que
incluyen el HDL-C.

Se ha comprobado que la pérdida de peso tiene efectos beneficiosos a largo plazo


sobre los lípidos plasmáticos en el obeso. En cuanto a la concentración plasmática
de HDL-C, el impacto del estilo de vida las intervenciones parecen ser variables y
modestas en respuesta a diferentes pérdidas de peso.

Sin embargo, los datos sobre el efecto de las intervenciones de estilo de vida que
reducen el peso en las propiedades funcionales de HDL son escasos. La cirugía
bariátrica se está convirtiendo en una enfoque frecuente para reducir la adiposidad
y mejorar el perfil lipídico en el paciente muy obeso.

Y hablando un poco sobre la relación existe entre la actividad física y las


concentraciones de colesterol HDL. El ejercicio aeróbico regular es ampliamente
considerado una herramienta de gran importancia primaria y prevención
cardiovascular secundaria ya que se cree que reduce el riesgo de muerte y eventos
no fatales en la población general (Chapman et al., 2011; Heran et al. 2011).

Si bien, parece haber un consenso de que el ejercicio aeróbico regular aumenta


HDL-C de una manera estrechamente relacionada con la reducción de TAG de
plasma. Ejercicio aeróbico regular de igual manera puede prevenir la diabetes tipo
2 y la ECV, probablemente con más intensidad en primaria que en prevención
secundaria. En particular, el ejercicio aeróbico no parece prevenir enfermedades
cardiovasculares en pacientes con diabetes tipo 2 establecida. Sin embargo el papel
del ejercicio inducido los cambios en HDL en estos resultados es en gran medida
desconocido.
Hablando de otro factor importante en las enfermedades cardiovasculares parece
ser hábito de fumar cigarrillos, numerosos artículos como por ejemplo un
metaanálisis llevado a cabo hace casi 25 años indicó que fumar tiene una fuerte
efecto independiente en los niveles plasmáticos de HDL-C con fumadores que
tienen un promedio de 6% menores concentraciones de HDL-C en comparación con
los no fumadores (Craig et al., 1989). El fumar conduce a una reducción en plasma
HDL-C, HDL2-C, apo A-I y probablemente concentraciones de apoA-II. Los efectos
de fumar en HDL son dosis dependiente y revertida al dejar de fumar. Gran parte
del efecto de fumar puede ser dependiente de triglicéridos cuando la concentración
plasmática de TAG aumentada conduce a remodelación de HDL a un tamaño de
partícula más pequeño que se elimina más rápidamente de la circulación.

La relación del consumo de alcohol y el colesterol HDL.

Ciertos artículos mencionan que el alcohol es factor principal para el efecto


cardioprotector. Un metaanálisis reciente demostró que el alcohol ejerce efectos
favorables en varios biomarcadores cardiovasculares (niveles más altos de HDL-C,
apoA-I y adiponectina) y niveles más bajos de fibrinógeno) que parece ser
independiente del tipo de bebida alcohólica (Brien et al., 2011). Esta revisión
sistemática encontró que 1-2 bebidas por día aumentó HDL-C en 0.10 mmol / L
(Brien et al., 2011).

En resumen, la relación inversa entre alcohol moderado y regular ingesta y riesgo


cardiovascular, así como la capacidad del alcohol para aumentar el HDL-C está bien
documentado en la literatura.
Sin embargo algunos estudios informaron efectos favorables del alcohol en las
funciones cardioprotectoras de HDL, no está claro cuántos de los efectos
cardioprotectores mediados por alcohol fueron mediados por el aumento de HDL.
Finalmente, la recomendación de la American Heart Association de que las bebidas
alcohólicas el consumo debe limitarse a no más de 2 bebidas por día para hombres
y 1 bebida por día para las mujeres y se deben consumir con las comidas deben
tenerse en cuenta. El alcohol no debe considerarse una opción terapéutica para el
tratamiento del riesgo cardiovascular.
Como conclusión, podremos decir que existen intervenciones en el estilo de vida
que nos ayudan a modificar el colesterol HDL en suero, como el ejercicio físico, el
cambio en la dieta con restricción calórica, dejar de fumar y el consumo moderado
de alcohol. Sin embargo, algunas de estas pueden ejercer diferentes efectos en el
ser humano y es difícil saber o concluir cual es el responsable de la mejoría en los
resultados del colesterol HDL.

Viendo más a detalle, datos recientes cuestionan que el uso del colesterol HDL
como factor de riesgo y objetivo terapéutico no proporcionen evidencia de tal
enfoque. Como todo, se necesitan múltiples estudios para poder documentar
realmente el efecto de los cambios del estilo de vida en la función y en la salud el
C-HDL.

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