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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO BOLÍVAR
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD
“DR. FRANCISCO BATTISTINI CASALTA”
DEPARTAMENTO DE ENFERMERÍA
ASIGNATURA MATERNO INFANTIL II (161-3216).

PROFESORA: INTEGRANTES:

ROSARIO VELASQUEZ. LORENT GONZALEZ.

DE SOUSA MARIA.

INMAR GALITO.

WENDY BRUCE.

CIUDAD BOLIVAR, FEBRERO DEL 2017.


INTRODUCCION.

En condiciones no patológicas, la absorción intestinal es mayor que la secreción de


modo que se favorece a la absorción, con lo que, por lo general, más del 90 % del
contenido que llega al intestino es absorbido a lo largo del tracto gastrointestinal.9 Si se
producen cambios en el flujo bidireccional, es decir, si se aumenta la secreción o se
disminuye la absorción, el volumen que llega al colon supera su capacidad de reabsorción,
con lo que aparece la diarrea.

La diarrea es una condición que puede ser un síntoma de una lesión, una
enfermedad, de una alergia, de la intolerancia a ciertos alimentos (fructosa, lactosa),
enfermedades producidas por los alimentos o exceso de vitamina C y es acompañada
generalmente de dolor abdominal, y a menudo náuseas y vómitos. Hay otras condiciones
que implican alguno pero no todos los síntomas de la diarrea, así que la definición médica
formal de la diarrea implica la defecación de más de 200 g/día, aunque el peso formal de las
heces para determinar un diagnóstico, nunca se determina realmente.

La diarrea también ocurre cuando el colon no absorbe suficiente fluido. Como parte
del proceso de la digestión, los diversos órganos excretan grandes cantidades de agua (entre
8 y 10 litros, en un adulto de 80 kg), que se mezcla con el alimento y los líquidos ingeridos.
Así, el alimento digerido es esencialmente líquido antes de alcanzar el colon. El colon
absorbe el agua, dejando el material restante como una hez semisólida. Sin embargo, si se
daña el colon o se inflama, se inhibe la absorción del agua, resultando en heces acuosas.

La diarrea es comúnmente causada por infecciones virales pero también a menudo


es el resultado de toxinas bacterianas. En condiciones sanitarias y con el alimento en buen
estado y agua potable, los pacientes se recuperan de esas infecciones virales en algunos días
o a lo sumo, en una semana. Sin embargo, a individuos mal alimentados o que viven en
condiciones de poca higiene la diarrea puede conducirlos a una deshidratación grave y
puede llegar a ser peligrosa para la vida si no se trata a tiempo.
Objetivos del cuidado del niño en el hospital pediátrico o servicio de pediatría.

Los objetivos terapéuticos generales a conseguir, y cuya formulación teórica podría


coincidir en todos los miembros del equipo multidisciplinar (psiquiatras, psicólogos y
enfermeras), son únicos para el paciente pero susceptibles de intervenciones diferentes en
función de las competencias de cada uno de los profesionales del equipo.

El personal de enfermería especializado presta cuidados específicos al niño y a los


padres, así como intervenciones de colaboración con el personal de la unidad,
promoviendo, previniendo y afrontando los problemas de salud mental. La provisión de
cuidados integrales de enfermería se realiza a través del proceso de atención de enfermería
por la enfermera referente encargada de las interconsultas con hospitalización, así como el
seguimiento y valoración del paciente con contactos periódicos según sus necesidades en la
unidad de hospitalización o posteriormente en el dispositivo, si así lo precisase.

Tres ejes fundamentales:

Intervención con los niños.

Todos los programas de preparación para la hospitalización infantil conllevan los siguientes
objetivos:

 Reducir la vulnerabilidad del niño y los padres al estrés y hospitalización.


 Potenciar la habilidad del niño y los padres para afrontar la ansiedad.
 Desarrollar o mantener el sentimiento de competencia que facilita el afrontamiento
eficaz en padres e hijo.
 Promover la participación de los padres como apoyo del niño.
 Tener en cuenta la individualidad del niño en relación al nivel de funcionamiento
cognitivo.

Aspectos a trabajar en la Primera Infancia (0-3 años).

 Angustia de separación: es importante que el niño disponga de varias figuras de


apego para poder compensar ausencias temporales de algunas de ellas. También
puede ayudar a calmarle y a sentirse seguro disponer de objetos con los que esté
familiarizado (su juguete o libro preferido).
 Sentimiento de autonomía y dependencia: facilitar que el niño realice algunas
actividades cotidianas por sí mismo. Por ejemplo comer, caminar, manipular
objetos, etc.
 Sentimiento de confianza básica hacia las personas: los cuidadores han de ser
siempre los mismos. El niño debe estar acompañado de figuras de apego. Informarle
del tratamiento con un lenguaje adecuado a su edad.
 Estimulación psicomotora y sensorial: es bueno que manipule objetos,
proporcionarle estímulos sensoriales, dejar que el niño exprese sentimientos a través
de su cuerpo.
 Habilidades sociales y cognitivas: intentar que establezca relaciones con los demás
niños y cuidadores, realizar juegos relacionados con los conceptos básicos.

Aspectos a trabajar en la Infancia Preescolar (3-6 años).

En esta etapa, basándose en la confianza y seguridad, el niño comienza a tomar iniciativas y


planificar actividades que le sirven para adaptarse a su entorno.

 Fomentar la iniciativa del niño sin que perjudique a otros: que el niño haga
elecciones y tome decisiones, sin que estas afecten a los objetivos de otras personas.
 Angustia de separación y conductas regresivas: debe disponer de figuras de apego y
evitar la sobreprotección de los padres.
 Verbalizar temores, necesidad de contacto y estar acompañado, evitar el sentimiento
de culpabilidad en relación a su familia, programas de apoyo.
 Su limitada comprensión sobre las perturbaciones corporales (enfermedad) y la
adquisición de ciertas habilidades para desplazarse, explorar y manipular, además
de la manifestación de frecuentes negativas, le dificulta el cumplimiento de normas
si no se siente mal (permanecer en la cama, tomar medicinas,…).

Aspectos a trabajar en la Infancia Escolar (7-11años).

El principal objetivo evolutivo incluye el logro y las habilidades de trabajo. Debe


desarrollar habilidades sociales y académicas que le hagan sentirse seguro de sí mismo. Si
fracasa en el desarrollo de estas habilidades, probablemente tendrá sentimientos de
inferioridad.

 Ausencia de aceptación de los iguales, que implica: aislamiento, rechazo, burlas,


chivo expiatorio, depresión, abandono, soledad. Se deben tomar medidas
alternativas para que el niño consiga, dentro de lo posible, amistad y una adecuada
relación con sus iguales.
 Excesiva dependencia de los padres y temor a estar bajo el control de otras
personas. Pierde el control de las habilidades de autocuidado adquiridas quedando a
merced de otras personas. Se debe favorecer que el niño se sienta activo e
independiente y, de este modo, pueda pensar que la enfermedad es algo relativo y
que, aún posee facultades intactas.
 Dificultad para establecer una imagen positiva de sí mismo, favorecido por el
fracaso en la consolidación de habilidades académicas de las ausencias escolares. Es
importante ayudar a desarrollar actividades de aprendizaje que le permitan continuar
con algunas de las tareas educativas mientras permanece en el hospital. Se trata de
evitar o disminuir el retraso escolar del niño, aliviar su ansiedad , combatir su
aburrimiento y favorecer su reincorporación escolar.

Aspectos a trabajar en la Adolescencia (12-18 años).

Durante esta etapa el adolescente se debe enfrentar al conflicto de saber quién es o


estar confuso sobre quién debe ser. Intenta formar una nueva identidad a partir de la
consolidación de características de su personalidad infantil permaneciendo confuso sobre su
nueva identidad y forma de comportarse si no tiene éxito en su intento.

 Miedo a la pérdida de la integridad física. Su relación con las implicaciones y


pronóstico de la enfermedad en el estado de salud.
 Desarrollo de una madurez sexual que implique poder establecer una relación
basada en el cuidado y el darse.
 Miedo a no ser capaz de separarse con éxito de sus padres. La enfermedad crónica
puede interferir significativamente en el proceso de separación necesitando de
forma continua el cuidado de los padres en distintas áreas. Puede reaccionar a esta
situación con conductas de agresividad y pasividad hacia los padres o profesionales.
 Miedo de pérdida de control. Los sentimientos de pérdida de control se pueden
producir cuando se pide al adolescente conformidad sin darle oportunidades de
tomar decisiones y discutir alternativas. Puede reaccionar ante la pérdida de control
con depresión, no conformidad,... Es importante incluirle en actividades
relacionadas con su propio cuidado.
 Miedo de ser diferente de sus iguales. Los efectos de una enfermedad crónica o
discapacidad pueden aumentar la incapacidad del adolescente e interrumpir el
proceso de relación con los iguales, la formación de vínculos con parejas del otro
sexo y el logro de una imagen realista y positiva de sí mismo.
 Miedo a la muerte. Resulta especialmente intenso en enfermedades fatales
(cáncer...), degenerativas (distrofias musculares...) o en posibles episodios
amenazantes de la vida (asma, epilepsia...).
 Las necesidades del adolescente son demasiado especiales y específicas para tratarle
como un niño o un adulto.

Intervención con los padres.

Cuando un niño va a tener la experiencia de una enfermedad o de estar hospitalizado


es muy importante la preparación y participación del padre/madre, o en su defecto otro
familiar, por las siguientes razones:

 El cuidado de un hijo es una experiencia amenazante por lo que no debe estar solo
en manos de los profesionales.
 Cuando el niño es muy pequeño su madre/padre es su principal fuente de confianza
y seguridad y más en los momentos de gran vulnerabilidad como los que se
producen en la hospitalización.
 Se ha comprobado que si la madre/padre tiene influencias positivas en las
reacciones de su hijo, puede resultar beneficioso que forme parte del equipo que
cuida al niño.
 Se trata de que la madre/padre o familiar en colaboración con los profesionales
consigan minimizar los efectos perjudiciales y potenciar los efectos beneficiosos de
la experiencia de hospitalización.
 En la angustia de separación los padres deben estar en todas las experiencias
estresantes para el niño como curas y estar el máximo tiempo posible para lo que
ahora existe la liberación de horarios de visita (24 horas).
 En el afrontamiento y aceptación de la enfermedad del niño los padres han de estar
muy informados ya sea por el personal sanitario o por otras fuentes y es bueno que
se relacionen con otros padres en situaciones similares, que visionen videos
relacionados con el tema, etc.
 Para trabajar la actitud de los padres hacia el niño hay que orientar a los padres para
evitar las actitudes negativas delante de los niños y para que dejen al niño sólo ante
actividades lúdicas.
 Los padres han de familiarizarse con el entorno hospitalario y han de familiarizar al
niño también.
 A la hora de tratar el concepto de muerte los padres han de opinar sobre qué ideas
creen que tienen sus hijos sobre la muerte, no han de evitar este tema, también es
bueno integrarse en programas de apoyo para familiares.
 Para tratar el estrés es fundamental la comunicación con los padres, es muy
importante que reciban un apoyo emocional y fomentar su confianza en el hospital
(en el personal sanitario, enfermeras, etc.)

Intervención en el entorno.

 Los espacios deben ser ricos y variados a nivel sensorial con elementos que
estimulen el interés visual, auditivo, olfativo, táctil y cinestésico.
 Deben incluir letreros y rótulos con normas e indicaciones que permitan a los
sujetos orientarse en lo que deben hacer o sobre el camino que deben seguir para
llegar a determinados lugares del hospital.
 Promover interacciones sociales positivas entre los miembros de una familia, así
como entre padres y pacientes que no pertenecen a la misma familia.
 El entorno físico del centro debe ser lo más semejante posible a otros contextos
infantiles.
Factores que influyen en la respuesta a la hospitalización.

Hay algunas variables que influyen en el modo de percibir el niño los factores estresantes
de la hospitalización, condicionando su respuesta ante ella y la enfermedad:

 Edad, sexo y desarrollo cognitivo.


 Diagnóstico médico.
 Duración de la hospitalización.
 Experiencias previas con procedimientos médicos y el hospital.
 Naturaleza y tiempo de la preparación para la hospitalización.
 Ajuste psicológico pre-hospitalario.
 Habilidad de los padres a fin de ser un apoyo adecuado para el niño.

Reacciones más común en el niño a la hospitalización

 Problemas de alimentación como rechazo o hiperfagia.


 Alteraciones del sueño, como insomnio, pesadillas o fobias a la oscuridad.
 Enuresis o encopresis diurna o nocturna.
 Regresión a niveles de comportamiento más primitivos y pérdida de los niveles
adquiridos previamente o del aprendizaje o conducta social.
 Movimientos espasmódicos involuntarios de la cara o los párpados, tics.
 Depresión, inquietud y ansiedad. Terror a los hospitales, personal médico, agujas,
procedimientos diagnósticos como los rayos X y a la ingestión de fármacos. Miedo
a la muerte.
 Mutismo, regresión autista a grados de incomunicación o retraimiento en el contacto
con la gente.
 Obsesión hipocondríaca (enfermiza) o verdaderas alucinaciones sobre funciones
corporales.
 Síntomas histéricos, como pérdida de la voz después de una amigdalotomía.

Influencia de la edad y del estado de desarrollo sobre el niño hospitalizado. el lactante


y el preescolar: preocupaciones, reacciones, recursos para la ayuda asistencial.

En 1990 Chile ratificó la convención de los derechos del niño, cuyo objetivo es
hacer valer y reconocer la dignidad intrínseca y los derechos iguales e inalienables de todos
los niños.

Los hospitales deben velar para que los derechos sean aplicados en la vida diaria de
los niños hospitalizados, siempre teniendo en cuenta el interés superior del niño.
Entre ellos resaltan:

 El niño hospitalizado tiene derecho a ser amamantado por su madre.


 El niño hospitalizado tiene derecho a permanecer en un lugar seguro y adecuado
para la rápida mejoría de su enfermedad.
 El niño hospitalizado tiene derecho a que se considere la opción de evitar la
inmovilización y en caso de no poder lograrlo hacerlo de la manera más adecuada.
 Todo niño hospitalizado tiene derecho a recibir un manejo adecuado del dolor y a
cuidados paliativos.
 El niño hospitalizado tiene derecho a ser informado respecto a su enfermedad y la
forma en que se realizará su tratamiento.
 El niño hospitalizado tiene derecho a la educación.
 El niño hospitalizado tiene derecho a optar sobre alternativas que otorgue el
tratamiento, según la situación lo permita.
 El niño hospitalizado tiene derecho a ser escuchado acerca de su bienestar o
malestar tanto físico, psicológico, respondiendo a sus inquietudes.
 El niño hospitalizado tiene derecho a mantener contacto con todos aquellos con los
cuales tenía vínculo previo a la hospitalización.
 Los exámenes deben ser solicitados solamente si van a contribuir a un diagnóstico
más preciso que implicará un cambio de conducta terapéutica.
 El niño hospitalizado tiene derecho a un re-análisis respecto a permanecer
hospitalizado.

Todos los profesionales con responsabilidad en la atención del niño hospitalizado deben
respetar y colaborar para que se cumplan los derechos. La hospitalización es una situación
estresante que presenta una variedad de amenazas reales e imaginarias para ambos (el niño
y su familia). Las enfermedades y las hospitalizaciones constituyen crisis vitales
importantes para los niños. Éstos son especialmente vulnerables a tales crisis, porque:

 El estrés representa un cambio respecto al estado usual de salud y de las rutinas


ambientales.
 Los niños tienen un número limitado de mecanismos para hacer frente a los
problemas y resolver las situaciones estresantes.

Las reacciones de los niños están influidas por las siguientes circunstancias:

 Su edad de desarrollo.
 Las experiencias previas con enfermedades, separaciones u hospitalizaciones.
 El sistema de apoyo del que dispongan.
 La gravedad de la enfermedad o la amenaza que represente la hospitalización.
La comprensión de las enfermedades y la hospitalización pasa por conocer y entender la
influencia de los factores estresantes en cada etapa del desarrollo del niño. Entre los
factores estresantes se encuentran las siguientes.

 Pérdida del control


 Procedimientos dolorosos.
 Separación de la familia y de los amigos.
 Incomprensibilidad de la experiencia.
 Imagen corporal.
 Sentirse enfermo.

Reacciones del niño ante la hospitalización según las etapas del desarrollo:

 La edad y la etapa del desarrollo en que se encuentre.


 El significado de la enfermedad para el niño y sus padres.
 La capacidad adaptativa previa y las destrezas adquirida.
 El grado de dolor e incapacidad.
 La reacción psicológica a los procedimientos médicos o quirúrgicos.
 La separación de la familia.
 El tiempo que deba permanecer en el hospital.

Primeros 18 meses: el niño es totalmente dependiente de un entorno que le atiende en


todas sus necesidades.

Entre los 4 y 8 meses: Asocia experiencia y objeto: el biberón es asociado con el alivio
del hambre, la mecedora con una experiencia agradable y los brazos abiertos con una
caricia o con sentirse arropado. Los lactantes no sólo reaccionan con al estímulo doloroso,
sino a una amplia diversidad de indicios ambientales.

La hospitalización significa que las cosas han cambiado, sus costumbres se ven
alteradas, el niño nota la falta de continuidad, especialmente el componente de adquirir
sentido de confianza. Actúa para obtener placer, cuando determina que la actividad
concluye en algo desagradable, experimenta desconfianza.

Ejemplo: el dolor de una inyección es muy desagradable, el niño de un mes llorará


inmediatamente y retirará la pierna, a lo que seguirá el movimiento de todo el cuerpo. Por
el contrario, un niño de 10 meses empezará a luchar y a retorcerse en un esfuerzo por evitar
la sensación dolorosa.

De los 4 a los 6 meses de edad identifican selectivamente a sus padres y tienen un


vínculo emocional con ellos. Sus reacciones al estrés del dolor derivan principalmente de la
separación de sus padres, no solo le resulta inexplicable, sino que lo atemoriza en extremo.
El lactante dispone de pocos recursos para enfrentarse al estrés. Posee una capacidad
cognitiva reducida para entender el propósito de los tratamientos dolorosos y un lenguaje
escaso con el que poder expresarse. El movimiento es fundamental para la habilidad del
niño al explorar su entorno y el fundamento de su desarrollo cognitivo durante los primeros
meses.

De 18 meses a 3 años: A estas edades entienden la enfermedad sólo como algo que
les afecta o interfiere con sus actividades y deseos. Se interpreta como algo que duele, que
los separa de las personas importantes en su vida y que requiere tratamientos pasivos y
dolorosos, que afectan sus actividades. Continúa el temor de la separación de sus padres. Se
identifican tres (3) fases:

 Fase de protesta: Puede durar unas horas o extenderse durante varios días, según la
energía del niño. A menos que este muy grave, busca sin cesar a sus padres, salvo
cuando el agotamiento lo duerme. Invierte todas sus energías intentando recuperar a
su madre, a través del llanto, de los gritos, etc.
 Fase de desesperación: El llanto desaparece. El niño presenta mucho menos
actividad no le interesan el juego o los alimentos y se aleja de otras personas. Su
aspecto puede ser de tristeza, soledad, aislamiento y apatía. La principal
característica de la conducta es la depresión, debida a un aumento de la
desesperación, la tristeza y la lamentación.

La llegada de la madre durante esta fase precipita en el niño las lágrimas y con
frecuencia, signos de desconfianza y expresiones de ira contra ella. En algunos momentos,
durante la visita, el niño puede rechazar y actuar como si quisiera vengarse al hacer lo
mismo con ella. El niño, a través de su comportamiento, expresa la noción de que tanto el
“abandono” al que está sometido como los procedimientos terapéuticos son un castigo por
algo que hizo mal.

 Fase de desprendimiento o negación: Parece que finalmente se ha ajustado a la


pérdida. Muestra mayor interés por sus alrededores, juega con otros y parece formar
nuevas relaciones. Después, el niño parece “adaptarse”. Esta conducta es el
resultado de la resignación y no un signo de que está contento con la situación. Se
“desprende” de sus padres en un esfuerzo por escapar al dolor emocional de desear
su presencia. Cuando aquellos lo visitan, puede mostrarse indiferente con ellos y
comportarse como si prefiriera los regalos que le llevan en vez de su presencia. El
niño se aleja de aquella situación formando relaciones superficiales con otros,
centrándose cada vez más en sí mismo y dando importancia primordial a los
objetos.

Pre-escolares: En relación con la enfermedad, los niños hasta los 6 años tienen un
conocimiento concreto, específico y superficial de los mecanismos y causas que la
provocan.
Tienden a definir la enfermedad sólo cuando observan o se les indica algún signo
externo de ella. Debido a su egocentrismo creen que estar en el hospital es una
consecuencia de una acción concreta que han realizado o bien han sido incapaces de hacer.
Estiman que pueden evitar enfermar si obedecen una serie de reglas rígidas asociadas con la
enfermedad como; “comer bien”, “no beber en el vaso de otro”, “abrigarse” o “alejarse de
la gente enferma”. Aunque no pueden explicar los mecanismos por los cuales puede
ponerles enfermos ellos simplemente lo hacen.

En esta etapa los niños son más maduros y autosuficientes en sus actividades
cotidianas; sin embargo, el estrés de las enfermedades y la hospitalización suelen hacer que
reaccionen de forma muy similar a los lactantes. El niño establece relaciones significativas
con su familia, tienen tendencia a trasladar esa relación o a iniciar una relación personal
fuera de ella.

Las conductas de protesta son más sutiles y pasivas que en los lactantes. Suelen
expresar su ansiedad por la separación negándose a comer, tienen dificultades con el sueño,
preguntan de manera continua cuándo llegarán sus padres o evitan relación con otras
personas. Manifiestan su ira rompiendo los juguetes, golpeando otros niños o negándose a
cooperar en los auto cuidados habituales.

Les cuesta diferenciar la fantasía de la realidad, por lo que les asusta y les dan mucho
miedo los equipos, los aparatos de radiografías y todo aquellos que pueda estimular su
fantasía a convertirse en “monstruos”. Sus reacciones al estrés del dolor y al temor son de
agresión, expresiones verbales y dependencia.

La inmovilidad constituye un problema especial, porque los niños equiparan el


movimiento a la vida y porque tienen una enorme necesidad de mover y ejercitar los
grandes músculos. La movilidad es una de las principales acciones para aliviar el dolor.

Cuando adquiere cierta autonomía y confianza, el niño está más dispuesto a posponer la
inmediata satisfacción de sus deseos. Tolera la separación de los padres salvo en los
momentos de tensión.

Recursos para la ayuda asistencial:

Riestra y Oltra (1984) llevaron a cabo una investigación con niños hospitalizados.
Recomiendan que el niño se prepare para la experiencia hospitalaria de la siguiente forma:

 Informar al niño y a sus padres del tratamiento al que ha de someterse. No se debe


mentir ni prometer cosas difíciles de cumplir.
 Facilitar la expresión de los sentimientos del niño y de sus padres y aclarar cuantas
dudas tengan ante la hospitalización.
 El niño debe percibir con claridad que su ingreso hospitalaria no es un castigo y que
su estadio será lo más corto posible.

Para lograrlo, la enfermera debe llevar a cabo el siguiente procedimiento:

Acogida e ingreso del niño

1. Presentarse al niño y su familia.


2. Utilizar el nombre familiar del niño, si él lo acepta.
3. Iniciar el acercamiento hacia el niño, dependiendo de la etapa del desarrollo.
4. Identificar el significado y la percepción que la hospitalización y la situación de
salud tienen para el niño.

Orientación a la familia y al niño a la unidad

1. Ubicar al niño y a su familia en la habitación.


2. Presentar a los compañeros de habitación y a sus familiares.
3. Dar a conocer el reglamento del hospital, destacando los aspectos positivos y
tranquilizadores.

Valoración del niño y la familia.

1. Llevar a cabo la valoración del niño a través de la entrevista y de la exploración.


2. Tomar las medidas de las constantes vitales.
3. Preparar al niño para los procedimientos (informar sobre lo que va a sentir y
ayudarle a desarrollar estrategias, como la relajación).
4. Utilizar el juego como instrumento de aprendizaje y de control de estrés.
5. Acercarse a los padres para establecer una relación de confianza.

Escolares:

Los trastornos físicos los asustan porque demuestran su vulnerabilidad y alteran la


percepción de su identidad. La enfermedad origina una percepción intensa del cuerpo y de
sus funciones. Los escolares pequeños, sobre todo, todavía tienen ideas vagas de algunas
funciones físicas internas, por lo que sus conceptos sobre la causa de la enfermedad pueden
estar bastante distorsionados.

Los tratamientos invasivos y las intervenciones quirúrgicas son amenazadores


porque asaltan su integridad corporal e implican la posibilidad de mutilación y muerte.

Reaccionan con miedo a lo desconocido y temen al dolor y a los daños corporales.


Son cooperadores y necesitan participar en los cuidados para mantener una cierta sensación
de control.
Se le deben proporcionar juegos adecuados a su edad potenciando los del grupo.
Los amigos son muy importantes y se debe favorecer el mayor contacto posible con ellos.

Las actividades escolares, la escuela dentro del hospital es muy útil para tener un
ambiente estimulante. Ayudarles a mantener la mente ocupada libera energía para restaurar
la salud del cuerpo.

Adolescentes:

Luchan para determinar su identidad alcanzando una independiencia progresiva,


mientras siguen dependiendo de sus padres. En ese momento, el pensamiento empieza a ser
menos concreto. Cuestionan el valor de las cosas, juzgan y critican la imperfección del
presente e idealizan el futuro.

Pueden hacerse introspectivos, confusos e hipercríticos. Los miedos de los


adolescentes se centran en los efectos que puede provocar el tratamiento sobre su imagen
física.

Toleran bien la separación, pero es difícil combatir su aburrimiento. La mayoría de


los adolescentes se debaten entre dos polos: comportarse exactamente como quieren o dar
una imagen de persona adulta. Como consecuencia de la hospitalización, el adolescente
puede sentir la necesidad de depender de alguien y, por otra parte, temer una dependencia
continua.

Como resultado son muy frecuentes los cambios temperamentales. Las restricciones
que existen en un hospital en cuanto a la ropa permitida, el tabaco, la hora de irse a la cama,
las horas de visita, las horas de las comidas, etc.

Puede reaccionar bien con hostilidad, bien con una absoluta pasividad. Por otra
parte, la aceptación sin más de las rutinas y los reglamentos significa negación y represión.

El cuidado del niño hospitalizado centrado en la familia, el ambiente. Beneficios para


padres e hijos. Necesidades de los padres en el cuidado centrado en la familia.

Ingresar a un niño en el hospital a menudo puede deprimir más a los padres que al
propio niño, provocándolos sensaciones de ansiedad, de culpabilidad, de temor y de miedo.

El rápido cambio emocional sufrido por los padres se trasmite al niño, lo que da
lugar a una depresión indeseada.

La hospitalización es una situación estresante para la familia, pues se altera su vida


normal. La forma en que los padres se adaptan a ese estrés tiene como efecto consecuente
el modo que el niño se adapta a la experiencia.
Las respuestas más frecuentes de los padres suelen ser las siguientes:

 Incredulidad, si la enfermedad es grave y aparece de forma brusca.


 Culpa, aunque no exista motivo alguno.
 Impotencia ante la nueva situación en la que se encuentra su hijo.
 Ansiedad y temor ante la enfermedad y sus consecuencias.

Cuidado centrado en la familia:

El cuidado de la enfermera pediátrica no solo se centra en el niño, sino también en


los padres y en los miembros de la familia. El objetivo es mantener y reforzar los lazos
familiares con el niño enfermo y ayudar a promover la normalidad de la unidad familiar
con la continuación de su vida habitual.

El planteamiento centrado en la familia es una filosofía del cuidado basada en la


creencia de que la familia es la parte central en la vida del niño, pues es la que se ocupa de
su crianza y de su cuidado. Se reconoce, por lo tanto que también debe ser el centro en la
planificación de sus cuidados.

Beneficios para los padres:

El papel fundamental que los padres asumen al conformar y animar a sus hijos
hospitalizados se añade la dimensión de cuidado de los menores, creando una relación y un
ambiente social cálido, que solo la familia puede aportar. Los padres que están informados
y conocen lo que les pasa a sus hijos son capaces de adoptar un comportamiento y sus
actitudes positivas hacia el hospital, el personal y el tratamiento.

Se confirma que la competencia y la confianza al tratar la enfermedad de los hijos


aumentan cuando los padres son incorporados al equipo de salud, puesto que se sienten
útiles e importantes. Esta interacción entre el personal sanitario y los padres da lugar a una
mayor confianza a la hora de compartir su ansiedad con el equipo hospitalario. Cuanto
mayor es la participación de los padres, más efectiva es la formación que reciben; por lo
que hay menos malentendidos en el tratamiento a aplicar después de que el niño es dado de
alta.

Beneficios de los niños:

Deben constituirse como el bienestar físico, psicológico y social del niño.

La presencia de los padres aumenta la seguridad del niño, ya que desparece la


ansiedad de la separación, que a menudo experimentan los niños cuando se les deja solos.
La unión entre los padres y el niño, que en algunos casos puede debilitarse o romperse por
la hospitalización, se puede mantener e incluso reforzarse.
El éxito de una mayor participación de los padres depende de dos factores: la
disposición del personal de enfermería y el entusiasmo de los padres. El entusiasmo de los
padres sólo es posible si existe el compromiso del personal sanitario con la filosofía del
cuidado de los padres y una comunicación efectiva entre todas las partes en lo referente a
criterios, rutinas y procedimientos.

La modificación del papel de los padres trae como consecuencia una alteración del
papel de la enfermera pediátrica. Este cambio se traduce en la disminución de la atención
física directa del niño por parte del personal de enfermería y en un aumento de la labor
educativa de enseñar, preparar y ayudar a los padres a atender a sus hijos.

Necesidades de los padres en el cuidado centrado en la familia:

Ante la situación de estrés a la que se ven sometida los padres, la principal


necesidad es la de ser útiles en el proceso de recuperación de su hijo, donde
progresivamente se les informará acerca de la enfermedad, el procedimiento y el
tratamiento al que está siendo sometido su hijo.

Son parte fundamental en el proceso de mejoría del niño, por lo que también forman
parte del equipo de salud en el aprendizaje constante de las medidas que deben tomar luego
que sea egresado del hospital.

Por lo cual se debe:

 Facilitar la colaboración entre los padres y los profesionales de la salud en todos los
ámbitos de atención: participan por completo en el proceso de toma de decisiones y
comparten las responsabilidades. Los profesionales sirven como instructores y
facilitadores.
 Compartir la información completa con los padres: el conocimiento elimina la
impotencia y la dependencia de los padres del personal sanitario. El intercambio de
ideas es un proceso evolutivo de días, mese e incluso años.
 La familia necesita sensibilidad y habilidad por parte de los profesionales: necesitan
apoyo, intimidad y “permiso” para llorar.
 Requieren tiempo para formular sus preguntas para la asimilar la información
ofrecida.
 Favorecer el apoyo de padres a padres: el apoyo los unos a los otros es único y
diferente al proporcionado por los profesionales de atención de salud. Lo que unos
padres ofrecen a otros, a través de la ayuda organizada entre iguales, además de la
amistad, es el respeto con empatía y sin la carga de valoración clínica. El grupo
proporciona un intercambio de habilidades y crea pericia colectiva
Cuidados de enfermería en el paciente con diarrea

 Proporcionar medidas generales de ayuda para mantener los líquidos y el equilibrio


electrolítico
 Observar las manifestaciones sistemáticas como fiebre, leucocitos, déficit en el
volumen
 Identificar manifestaciones clínicas de deshidratación: Disminución de la turgencia
de la piel, mucosas secas, en niños llanto sin lágrimas, orina escasa y concentrada,
taquicardia, hipotensión.
 Determinar la relación entre el comienzo de la diarrea y el inicio de la alimentación
enteral
 Comunicar los síntomas precozmente y buscar la relación entre la aparición de la
diarrea y el consumo, ya sea inicial o continuado, de medicaciones.
 Informar al profesional responsable sobre las interacciones entre medicamentos y
alimentos.
 Mantener la integridad de la piel perianal
 Valorar características de la deposición y hacer el registro en notas de enfermería.
 Registrar en la hoja de control de líquidos el dato correspondiente.
 Proporcionar medidas generales de ayuda para mantener los líquidos y el equilibrio
electrolítico.

La diarrea.

Es un síndrome clínico de etiología diversa que se acompaña de la expulsión


frecuente de heces de menor consistencia de lo normal y a menudo vómitos y fiebre. Es
causada principalmente por agentes infecciosos como bacterias, virus y parásitos, pero
también puede ser producida por ingestión de fármacos o toxinas, alteraciones en la función
intestinal, intolerancia a algunos alimentos, reinstauración de nutrición enteral después de
un ayuno prolongado.
La mayor parte de las diarreas infecciosas se adquieren por transmisión, a través de
ingestión de agua o alimentos contaminados por desechos humanos, como consecuencia de
sistemas inadecuados de evacuación o por la presencia también en agua o alimentos de
residuos de heces de animales domésticos o salvajes. En el cuadro No. 1 se dan a conocer
los principales gérmenes causantes de diarrea.
Estos pueden afectar tanto a adultos como niños. Sin embargo, debido a la alta
prevalencia de la diarrea en niños y debido a las características propias de este documento
que difícilmente puede entrar a detallar la clínica o los aspectos fisiopatológiocos para cada
uno de los agentes productores de diarrea, se enfatizará en un abordaje sindrómatico
encaminado a prevenir la mortalidad por diarrea en los menores de 5 años, con excepción
hecha del Cólera que se menciona aparte dadas su importancia en términos de salud
pública.
Factores de riesgo.

Factores de la conducta

 No lactancia materna exclusiva (durante los primeros 6 meses de vida).


 Usar biberones.
 Conservar los alimentos a temperatura ambiente durante varias horas antes de su
consumo.
 No lavarse las manos después de defecar o antes de tocar los alimentos, no desechar
correctamente las heces.
 Deficiencias en higiene personal, doméstica y/o ambiental.

Factores del huésped.

 Desnutrición.
 Inmunosupresión por infecciones virales.
 Variaciones climáticas.
 Diarreas virales se incrementan durante el invierno.
 Diarreas por bacterias se incrementan en épocas de sequía.

Factores Protectores.

 Lactancia materna exclusiva durante un mínimo de 6 meses.


 Alimentación complementaria adecuada a partir de los 6 meses
 Inmunizaciones.

Infecciones asintomáticas.

La mayoría de las infecciones entéricas son asintomáticas; la proporción de las


asintomáticas se incrementa después de 2 años de edad, por el desarrollo de la inmunidad
activa que evita que algunas infecciones intestinales se manifiesten clínicamente. Los
sujetos con infecciones asintomáticas, las cuales pueden durar varios días o semanas,
eliminan en sus heces fecales virus, bacterias o quistes de protozoos. Las personas con este
tipo de infecciones juegan un papel importante en la diseminación de muchos patógenos
entéricos, principalmente porque no saben que están infectadas, no toman precauciones
higiénicas especiales y se movilizan de un sitio a otro como normalmente lo hacen, ya que
no están enfermas.

Influencia de la edad.

La Enfermedad Diarréica es más intensa en los niños menores de cinco (5) años,
especialmente entre los seis (6) meses y los dos (2) años de edad, teniendo consecuencias
graves en los menores de seis (6) meses. Este patrón refleja los efectos combinados de la
disminución de anticuerpos adquiridos por la madre, la falta de inmunidad activa en el niño
menor de un año, la introducción de alimentos que pueden estar contaminados con
enteropatógenos, y el contacto directo con heces humanas o de animales cuando el niño
empieza a gatear. Después de los dos (2) años, la incidencia declina notoriamente porque
los niños han desarrollado inmunidad a la mayoría de los enteropatógenos.

Mortalidad por diarrea.

Aproximadamente el 85% de las muertes por diarrea ocurren en los menores de un


año, esto se debe a que la mayoría de los episodios de diarrea ocurren en esta edad. La
desnutrición en este grupo es frecuente y los niños desnutridos tienen mayores
posibilidades de morir en un episodio diarreico, que los que están bien nutridos. Además,
los lactantes y niños menores desarrollan deshidratación más rápidamente que los niños
mayores o los adultos.

Tipos Clínicos de Diarrea:

 Desde el punto de vista práctico son:


 Diarrea simple.
 Diarrea con disentería.
 Diarrea persistente.
 Cólera.

Diarrea simple.

Corresponde al cuadro clínico de diarrea usual, generalmente autolimitada, con


pocos días de evolución, sin ninguna de las características que la ubiquen en los demás
tipos de diarrea y que se logra controlar con las medidas básicas que incluyen suero oral.

Diarrea con disentería.

Corresponde a aquellos casos que se acompañan de sangre en las heces. Lo cual está
indicando que se trata de una diarrea invasora de origen bacteriano o amebiano. Las
bacterias más frecuentemente responsable

Diarrea persistente.

La diarrea persistente es un episodio diarréico que se inicia en forma aguda y que se


prolonga más de 14 días.
Alrededor del 10% de los casos de diarrea aguda se vuelven persistentes. Esta
condición deteriora el estado nutricional y está asociada con mayor mortalidad que la
diarrea aguda.
Del 35-50% de las muertes por diarrea son debidas a diarrea persistente. Ocurre en
niños malnutridos y por si misma es una importante causa de malnutrición. La muerte se
produce como consecuencia de:

Deterioro nutricional progresivo.


Estados prolongados de deshidratación y desequilibrio electrolítico.
Sepsis.

Cólera.

Es caracteriza por ser una Enfermedad Diarréica, que se contrae mediante la


ingestión de una dosis infecciosa de Vibrio cholerae. El agua contaminada con materias
fecales humanas generalmente sirve de vehículo para la transmisión del cólera, ya sea
directa o por contaminación de los alimentos. Los alimentos también pueden ser
contaminados por las manos sucias de personas infectadas.

Definición de caso clínico de Cólera.

Un caso clínico de cólera es cualquier individuo mayor de 5 años que presenta


diarrea aguda, acuosa y abundante con o sin vómito, acompañada de deshidratación rápida
y choque circulatorio (OMS1).

El Cólera aparece en niños menores de 5 años, sin embargo, la inclusión de todos


los casos de diarrea acuosa aguda en el grupo de edad de 2-4 años en el reporte de Cólera
reduce la especificidad del reporte. No obstante, para el manejo de casos de diarrea acuosa
aguda en un área donde el cólera es epidémico, se debe sospechar cólera en todos los
pacientes.

Etiología:

Los patógenos más frecuentes asociados con diarrea son:


Manifestaciones clínicas.

Aunque el hecho fundamental es el aumento en el número de deposiciones y la


disminución de la consistencia, no es infrecuente que se asocien otros síntomas como la
presencia de fiebre, intolerancia a la comida acompañada de náuseas y vómitos y dolor
abdominal. Si la diarrea es muy cuantiosa puede aparecer deshidratación por pérdida
excesiva de líquidos.

Manejo de las enfermedades diarreicas agudas.

Evaluación del paciente

Es necesario evaluar cuidadosa e integralmente al paciente y realizar una historia


clínica que incluya la clasificación y determinación del tratamiento adecuado.

Evaluación del estado de hidratación

Independientemente del germen causal, la orientación terapéutica de cada caso de


diarrea debe basarse en la evaluación del estado de hidratación del paciente.

Tratamiento de la Enfermedad Diarreica según el estado de hidratación.

Terapia de rehidratación oral, prevención y tratamiento de la deshidratación.


Ventajas de la terapia de Rehidratación oral:

 Puede utilizarse como única medida para hidratar exitosamente entre el 90-95% de
los pacientes deshidratados por enfermedad diarréica.
 Puede reducir entre el 40-50% las tasas de letalidad intrahospitalaria por
enfermedad diarréica.
 Puede reducir entre un 50-60% las tasas de admisión hospitalaria por enfermedad
diarréica.
 Permite continuar la alimentación del niño.
 Puede ser utilizada en diarrea de cualquier etiología.
 Es un procedimiento sencillo y de bajo costo. Puede ser utilizada en cualquier grupo
de edad.
 Corrige satisfactoriamente los desequilibrios de sodio, potasio y acido-básicos.
 Puede ser utilizada en pacientes con vómito y en cualquier grado de deshidratación
sin estado de shock.

Tratamiento de pacientes con deshidratación

Este Plan se utiliza para el tratamiento institucional, de pacientes con enfermedad


diarreica y con deshidratación susceptible de ser hidratado por vía oral.
Generalmente, no es necesario internar en el hospital a los pacientes con signos de
deshidratación que no es grave:
Puede tratarse en un área especial de un establecimiento de salud, conocida como el
“área de rehidratación oral”. Los padres deben permanecer con sus hijos para ayudar con el
tratamiento y aprender cómo continuarlo en el hogar, después que el paciente esté
rehidratado.

Tratamiento de pacientes con deshidratación grave.

El manejo es institucional, por médico general con apoyo de especialista, enfermera


y auxiliar de enfermería.
Los niños con signos de deshidratación grave pueden morir en pocas horas por
shock hipovolémico. Deben tratarse inmediatamente siguiendo el Plan C de tratamiento.
El diagnóstico de deshidratación grave con o sin shock, hace necesario el uso de líquidos
endovenosos.
El propósito es administrar en tiempo corto (3 horas) por vía endovenosa, una
cantidad suficiente de líquidos y electrolitos con objeto de expandir el espacio extracelular
y corregir el shock hipovolémico si lo hay. Cuando el paciente mejora el estado de
conciencia y puede beber, el tratamiento se continua con suero oral para terminar de
corregir el déficit de líquidos y electrolitos y mantener al paciente hidratado.
Debe tenerse en cuenta que existen otras condiciones diferentes al shock en las
cuales está indicado el uso de la terapia endovenosa: cuando fracasa la TRO por vómitos
incoercibles o diarreas muy abundantes, compromiso del estado de conciencia causado por
medicamentos, ileo u obstrucción intestinal.
Así mismo, se debe tener en cuenta que cuando no se puede comenzar de inmediato
la hidratación endovenosa en el caso de un niño, que No se encuentre en estado de Shock,
pero que no puede beber, debe iniciarse la administración del suero oral por sonda
nasogástrica, o en su defecto administrarlo directamente a la boca del niño con una jeringa
o un gotero mientras se canaliza la vena.

Tratamiento de la disentería.

Indicaciones:

 La presencia de sangre en las heces indica que se trata de una diarrea invasiva de
origen bacteriano o amebiano, que sí amerita de un tratamiento específico con
antibióticos o anti amebianos según el caso.
 Se debe verificar si los niños con disentería tienen signos de deshidratación y se
tratarán según lineamientos Plan A, B o C.
 La mayoría de los pacientes con disentería, presentan una mejoría sustancial
después de dos días del inicio del tratamiento con un antimicrobiano eficaz. Estos
pacientes deben completar un tratamiento de cinco días y no requieren de un
seguimiento especial. Los demás pacientes deben observarse de cerca,
especialmente los pacientes que no presenten una mejoría notoria en dos días y los
que están en alto riesgo de muerte por otras complicaciones.
 Los niños de alto riesgo como los niños menores de un año, los desnutridos, los que
no han recibido alimentación materna y los que han estado deshidratados, se
controlarán permanentemente como pacientes ambulatorios o se internarán en el
hospital. Los pacientes con desnutrición grave y disentería se hospitalizarán
siempre. Los pacientes que no presenten mejoría después de los dos primeros días,
se les ordenará un nuevo tratamiento.
 Si persiste el compromiso en el estado general y aún hay sangre en las heces,
después de 2 días de tratamiento, cambie a un segundo antibiótico recomendado
para Shiguella. Délo por 5 días. Asegúrese de descartar amebiasis u otras
posibilidades inclusive. Si aún persiste la sangre inicie Metronidazol.(ver elección
medicamentos por causa).

Manejo del paciente con diarrea persistente.

Al evaluar a los pacientes con diarrea persistente deberá seguirse la misma metodología
escrita para los casos de diarrea aguda.

 Reposición de líquidos y electrolitos: El suero oral es adecuado para reemplazar


las pérdidas de agua y electrolitos en la mayoría de niños con diarrea persistente;
unos pocos pacientes pueden tener mala absorción de glucosa, y requieren de
terapia intravenosa. Algunos pacientes desarrollan deshidratación y continúan con
alta tasa de fecal después de la rehidratación; estos deben hospitalizarse y
probablemente requieran tratamiento con soluciones intravenosas hasta que
disminuya la pérdida fecal.
 Terapia nutricional: La alimentación adecuada es el aspecto más importante del
tratamiento en diarrea persistente. Muchos pueden tratarse como pacientes
ambulatorios, algunos requieren hospitalización y deben recibir atención
especializada. El aumento de peso es evidencia de un manejo dietético eficaz, aún
antes de que cese la diarrea.
 Uso de medicamentos: los pacientes con diarrea persistente y con sangre en las
heces o un cultivo de heces positivo para Shigella deberán recibir un antibiótico
adecuado para shiguelosis. Si el coprocultivo de un caso de diarrea persistente
revela otro patógeno, por ej., E. coli enteropatógena, deberá darse un antibiótico al
que sea sensible ese agente. Si se observan quistes o trofozoitos de Giardia lamblia,
o trofozoítos hematófagos de E. histolítica en las heces o en líquido intersticial
aspirado, podría administrarse un antiprotozoario. Sin embargo, la terapia empírica
con antibióticos o antiprotozoarios no es beneficiosa y no debe darse; este
tratamiento puede empeorar la enfermedad. Así mismo, los antidiarréicos
incluyendo los antimotílinicos, antisecretorios y absorbentes es dudoso que tengan
algún valor en los pacientes y por el contrario, algunos tienen efectos colaterales
graves.

Prácticas para prevenir la diarrea en niños.

 La lactancia desde edad temprana ayuda a que el organismo del niño desarrolle
defensas y pueda resistir enfermedades.
 Vacunar a los chicos de acuerdo a las recomendaciones de su doctor.
 Asegurar que el agua que beberá el pequeño esté hervida o sea embotellada.
 Lavar las manos al preparar cualquier alimento para la familia.
 Desde temprana edad, enseñar a los niños a higienizarse las manos con agua y
jabón antes de comer y después de ir al baño.
 Lavar verduras y frutas, además de cocinar pollo, carne y pescado.
 Limpiar bien los utensilios y superficies usadas para preparar carne, pollo o
pescado crudos.
 Revisar siempre la fecha en que se vencen los comestibles.
 Ofrecer a los niños una dieta balanceada para evitar una mala nutrición.
 No consumir comidas de puestos ambulantes.
Dx. De Objetivos Intervenciones Razonamiento Evaluación
enfermería

Riesgo de Eliminará 1. Establecer 1. Proporciona un Elimino el


desequilibri el riesgo de relación ambiente de riesgo de
o desequilibri terapéutica confianza desequilibri
electrolítico o enfermera favoreciendo la o
R/C electrolítico familiar. aceptación de electrolítico
factores en un lapso ayuda. en el lapso
biológicos de 40min. estipulado.
E/P 2. La evaluación
deposicione 2. Cuantificar del estado
s liquidas signos vitales. hemodinámico
de 3 a 4 a la para verificar su
hora. evolución.
3. Administrar
hidratación 3. Administración
parenteral de la solución
0,9% parenteral ayuda
solución a reponer los
salina. fluidos perdidos.

4. Administrar 4. La
antiemético administración
(irtopam)S.O. del antiemético
M (irtopam)
Modificador del
5. Administrar comportamiento
antibioticoter digestivo,
apia (flegil). desprovisto de
S.O.M acción sobre el
sistema
6. Administrar neurovegetativo.
protector Permite
gástrico. tratamientos
(Raditidina). repetidos y
S.O.M prolongados.

7. Vigilar vías 5. Administrar


de antibiótico
administració (Flegil)
n. Tratamiento de
infecciones
8. Verificar graves
eficacia del ocasionadas por
tratamiento. gérmenes
anaerobios
susceptibles al
metronidazol.

6. Administrar
(Raditidina) se
usa para tratar
úlceras; reflujo
gastroesofágico,
una condición en
la que el reflujo
del ácido del
estómago
provoca pirosis
(calor estomacal)
y lesiones en el
tubo alimenticio
(esófago);

7. Las vías de
administración
se verifican para
evitar
obstrucciones.

8. La eficacia del
tratamiento
permite la
evolución del
paciente.
CONCLUCION.

La diarrea es la principal causa de morbimortalidad infantil en los países en desarrollo.

La diarrea afecta principalmente a los niños más pequeños.

Según las Normas de Atención Integral en Salud, la diarrea se define como el


aumento en la cantidad, frecuencia y cambios en la consistencia de las heces en 24 horas.

La falta de higiene, las condiciones socioeconómicas, son los principales


determinantes de este problema.

Utilizando correcta y oportunamente los planes de tratamiento de la diarrea y


deshidratación, plan A, B, y C, se pueden salvar muchas vidas.

Los principales problemas son:

Enfermedad diarreica aguda con deshidratación grave

Enfermedad diarreica aguda con deshidratación

Enfermedad diarreica aguda sin deshidratación

Enfermedad diarreica aguda sanguinolenta (Disentería)

Diarrea persistente con deshidratación

Diarrea persistente sin deshidratación

Diarrea por Rotavirus.

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