Está en la página 1de 6

Juárez Baltazar Francisco Javier

Literatura y Periodismo
Análisis de Los recuerdos del porvenir – Elena Garro

Los recuerdos de Elena


Hace unos años una profesora de Literatura Mexicano me explicó que el vínculo que existe
entre texto-autor es increíblemente cercano porque los escritores dejan muchas de sus
vivencias en cada escrito, aunque ellos lo nieguen. Con la obra Los recuerdos del porvenir
no puedo estar más de acuerdo con aquella afirmación, cada escenario, cada idea es muy
semejante a lo poco o mucho que se conoce de la infancia de Elena Garro.

Publicada en 1963, la primera novela de la escritora poblana es un texto que recrea


los escenarios y la vida rural de una localidad del sur de México, donde a través de la
historia va narrando la impresionante serie de acontecimientos que afligen a los personajes
que habitaron el México de otro tiempo y cómo se ven afectados por su realidad
desdibujada durante uno de los momentos más complicados de la historia nacional: la
revolución cristera.

Este elemento es de gran importancia, puesto que las situaciones a las que se
enfrentan los personajes son un reflejo de las anécdotas que vivió Elena Garro durante su
infancia en Iguala, Guerrero. Esto se puede observar en las similitudes que existe entre la
familia Moncada –personajes de la novela– con la familia Garro.

Ambas estaban conformados por cinco hijos –cuatro varones y una mujer–. Tenían
un fuerte vínculo entre hermanos y ambas familias eran revolucionarias con ideas
partidarias a las de Francisco Villa. Además, la propia autora confirmó que la novela
contiene muchos pasajes de su infancia.

La historia de cómo surgió esta novela es curiosa porque, a diferencia de los grandes
textos de la literatura mexicana, la exesposa de Octavio Paz nunca concibió esta obra como
una obra literaria ni mucho menos como una novela. De acuerdo con una carta que la
propia autora escribió y mandó a su amigo entrañable, Emmanuel Carballo, ella nunca
imaginó el impacto que tendría su texto, puesto que no pensaba ser escritora.
“La idea de sentarme a escribir en vez de leer me parecía absurda. Abrir un libro era
empezar una aventura inesperada. Yo quería ser bailarina o general”, le confesó Elena a
Emmanuel Carballo.

Desde pequeña quiso ser bailarina e incluso lo practicó de manera semi-profesional


en el teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México bajo la dirección de Julio
Bracho; no obstante, su padre siempre creyó que tenía la capacidad para escribir por su
afición a la lectura y no había momento en que no la alentará a seguir esa vocación.

En aquella carta la escritora puntualizó que el origen de su primera obra se remonta


a una época difícil para ella ya que se encontraba enferma y durante su estruendoso
tratamiento decidió redactar algo que le hiciera olvidar su situación actual. Por eso escribió
Los recuerdos del porvenir, porque más allá de ser un homenaje a su niñez en Iguala y a los
personajes que tanto admiró, fue un escape al pasado.

Era un texto tan personal que podía considerarse como los apuntes de un diario, por
ese motivo decidió que la novela no viera la luz y prefirió guardarla por muchos años junto
a otros poemas le escribió al argentino Adolfo Bioy Casares. “Es el único hombre en el
mundo del que me he enamorado y creo que eso no me lo perdonó nunca Octavio Paz”,
aseguraba Garro.

A pesar de eso, fue el propio Octavio Paz quien hizo que llegará la novela a los
lectores porque en un arranque de locura de Elena, fue él quien intervino para que no
quemara en la estufa de su casa la libreta donde había escrito la primera versión de su
novela.

En una entrevista para Conaculta, el crítico, ensayista y poeta, explicó que Elena
estaba cansada de las letras porque siempre peleaba con él por lo que escribían, por lo que
dejaban de escribir o simplemente por lo que soñaban. Pero fue gracias a su intervención
que la obra pudo ser publicada por la editorial Joaquín Mortiz.

Desde entonces su texto semiquemado ha sido traducido a varios idiomas como el


inglés o el francés y es considerada como una de las creaciones más “perfectas” de la
literatura hispanoamericana contemporánea, ya que revela la situación política, histórica y
social que logró decir cómo fuimos y como somos los mexicanos. Fue tanto el impacto que
logró con su obra que el mismo año de publicación ganó el premio Xavier Villaurrutia.

“Lo que ella nos dice en esa obra es que en un país donde no haya democracia, esté
gobernando la tiranía, no haya libertad de expresión, justicia, inclusión y pluralidad de lo
indígena, esa nación está condenada a morir”, explica la docente e investigadora de la
Universidad de Nuevo México, Patricia Rosas Lopátegui.

Concuerdo con la aseveración de la investigadora, puesto que Elena Garro no


escribió su novela a partir de una investigación sobre la vida rural en México, tampoco lo
inventaba las situaciones de las comunidades rurales, la virtud y el acierto de su novela es
que retrata las emociones que ella vivió y padeció.

La cercanía y proximidad con la situación sociocultural de ese entorno influyó


totalmente en la elaboración de cada uno de los detalles de los escenarios y oacionó que los
personajes estuviera mejor construidos porque era ella quién narraba la historia, aunque en
la novela el personaje principal, Nicolás Moncada, fuera quien contaba su pasado.

Lo que Elena Garro relata en sus “recuerdos” es el sentir de varias familias


mexicanas posrevolucionarias. Es una lectura desmitificadora de lo que significó la
Revolución Mexicana y la Guerra Cristera. Es una novela que va en contra de la historia
“oficial” donde crítica de manera áspera, y en ocasiones directa, la traición a la revolución,
la desvergüenza de personajes históricos y que se opone al pensamiento religioso de la
iglesia católica.

En ese sentido, la capacidad intelectual que demostró la novelista mexicana fue un


quiebre en la literatura mexicana porque mostró que las mujeres pueden escribir cosas
profundas con sin palabras melosas, es decir, estamos frente un texto redactado con una
perspectiva femenina no de forma cursi, sino desde una capacidad metafórica y poética
capaz de crear una nueva realidad distinta a la visión masculina que predominaba.

De esta manera, “Los recuerdos del porvenir” se convierten en una lectura compleja
que invita a la reflexión social de cómo somos y cómo deberíamos ser. Además, desde el
ámbito literario, es un espacio narrativo que recrea escenarios con tantos detalles, como una
fotografía textual, mediante el uso del lenguaje y las palabras.

Una parte fundamental de la obra es que transforma el mundo real a través de


metáforas que se convierten en memorias y recuerdos que va marcando el futuro de los
personajes durante toda la historia. Un ejemplo de esto es el siguiente párrafo:

Isabel podía convertirse en una estrella fugaz, huir y caer en el espacio sin dejar huellas
visibles de ella misma, en este mundo donde sólo la grosería de los objetos toma forma.
La voluntad de separarse del todo es el infierno……

Fue así que diferentes críticos literarios y escritores de la época coincidieron en que
la novela reunía todos los requisitos para ser considerada como parte del boom
latinoamericano –movimiento literario surgido entre los años de 1960 y 1970– debido al
poderío verbal que manejaba, así como la imaginación lúdica y crítica para incorporar dos
cosmovisiones distintas: la occidental moderna y la prehispánica precaria. Además, el
manejo del tiempo es otra característica que la llevaron a sobresalir en el entorno literario.

“Es una novela llena de imaginación y el mismo título lo dice, ¿quién va a tener
recuerdos de lo que aún no es, lo que no existe, del porvenir?, desde el título es una
audacia”, asegura el periodista y académico, Jaime Labastida.

Desde mi punto de vista, la obra de Elena Garro compite al nivel de Pedro Páramo
de Juan Rulfo porque es una historia centrada en el campo mexicano, en la vida cotidiana y
rural, y que irrumpe desde el punto de vista del lenguaje y estructura con lo que se hacía en
ese momento.

Un ejemplo de esto es el tema del amor visto como una pasión propia del ser
humano que no necesariamente se relaciona con el sexo, sino una emoción profunda y
poderosa que puede derivar en la locura y la tragedia, tal y como ocurre al final de la obra.
Es así que a 58 años de haber sido publicada por primera vez, mantiene una vigencia hasta
el día de hoy.
La novela es una dualidad constante. Por instantes es mágica y al mismo tiempo
dolorosa, por lapsos está llena de pensamientos caóticos, pero mantiene escenarios
completamente de serenos. Por ese motivo no es extraño que la novela con una historia de
amor termine en una tragedia con la desaparición de todas las familias que habitan el libro.

Es un desenlace que resume la polaridad de la obra, en un instante la escena te


remite a los preparativos de una boda y en un parpadeo se convierte en una tragedia, con la
matanza y erradicación de todo el pueblo. Se trata de un texto mágico y doloroso en la que
el dolor se envuelve en un ambiente mágico y fantástico que no lo salva, sino que lo
proyecta más.

“Los años de guerra civil que siguieron a su muerte habían sido atroces para los
mestizos que sufrieron a las hordas de indios peleando por unos derechos y unas tierras que
no les pertenecían”.

Finalmente, Los recuerdos del porvenir es la desdicha y el milagro; la rutina y la


ilusión, donde la felicidad conduce al exterminio. Donde las relaciones sociales, la
economía, la política y la religión son el contexto que envuelven a los personajes
privilegiados, a quienes el amor les da la ilusión, la vida.

Personajes que intentan dejar atrás el pasado y se desentienden del futuro, viven en
un presente infinito que en ocasiones es perfecto donde luchan contra la muerte y que
aspiran a ser únicamente felices; sin embargo, en esa búsqueda incesante de la felicidad
eterna sólo logran una ilusión que los ciega de su realidad y que al mismo tiempo los aleja
de su entorno real.

Por eso es una obra que retrata México, lo que somos y nos enfrenta a nuestra
realidad actual porque nos enseña que no hay destino y que cometeremos los mismos
errores si no hay cambios fundamentales porque sólo con ayuda de nuestro pasado, del
pasado de Elena Garro y del pasado de la familia Moncada, podremos modificar el porvenir
de nuestra propia historia.
Bibliografía

- Aguilar, Rubén, “Los recuerdos del porvenir”, Animal Político, consultado el 04 de


diciembre de 2018, disponible en línea: https://www.animalpolitico.com/blogueros-lo-que-
quiso-decir/2018/01/26/los-recuerdos-del-porvenir/, publicado el 26 de enero de 2018.

- “Los Recuerdos del porvenir: una novela tan actual como el periódico del día”, Secretaría
de Cultura, consultado el 04 de diciembre de 2018, disponible en línea:
https://www.gob.mx/cultura/prensa/los-recuerdos-del-porvenir-una-novela-tan-actual-
como-el-periodico-del-dia?state=published.

- Cabrera, Rafael, Debo olvidar que existí. Retrato inédito de Elena Garro, México,
Debate, 2017.

- Enciclopedia de la literatura mexicana, Elena Garro, consultado el 03 de octubre del 2018


disponible en: 2018 en http://www.elem.mx/autor/datos/421.

- Garro, Elena, Obras reunidas III: Los recuerdos del porvenir, Fondo de Cultura
Económica, México 2010.

- Poniatowska, Elena, Una biografía de Elena Garro, consultado el 05 de diciembre,


disponible en línea: http://www.jornada.com.mx/2006/09/17/sem-elena.html, 2006.

- Schmidhuber, Guillermo, En busca de un hogar sólido, una obra sobre Elena Garro, en
Elena Garro, lectura múltiple de una personalidad compleja, Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla, 2002.

También podría gustarte