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4.

Teoría de la culpabilidad

4.1. Conceptos psicologistas de la culpabilidad

La teoría psicologista define la culpabilidad como la relación psicológica del autor, con su
hecho; su posición psicológica frente a él. Esa relación puede ser más indirecta y aún
radicar en un no prever (caso de culpa), pero está vinculada en un mayor o menor grado
con la acción.

Elementos de la Culpabilidad.

 Dolo. Es la producción de un resultado típicamente antijurídico, con consciencia de que


se quebranta la ley, con conocimiento de las circunstancias del hecho y la relación de
causalidad existente entre la manifestación humana y el cambio del mundo exterior, y
con voluntad de realizar la acción y con representación del resultado que se quiere.
 La Culpa. Es la producción de un resultado típico y antijurídico, previsible y evitable, a
consecuencia de haber ignorado un deber de cuidado que le era exigible jurídicamente.

Teorías que explican el dolo.

 Teoría de la voluntad. Si el delincuente desea, activa u omisiva mente, un cambio en el


mundo exterior, la esencia del dolo nace en la voluntad. Lo específicamente doloso,
consistiría en la decisión voluntaria del sujeto activo.
 Teoría de la representación. La esencia del dolo no solo consiste en la voluntad del
acto, sino, sobre todo, en la representación psicológica del resultado que el sujeto activo
se propone alcanzar y que no le hace desistir de su acción delictiva.

Clases de Dolo.

 Dolo Directo. Exista cuando un sujeto se representa en su conciencia el hecho típico,


es decir, constitutivo de delito. En el dolo directo el autor tiene el total control mental de
querer y saber cuál es la conducta típica que se plantea realizar y la comete,
independientemente de que aquella acción dé sus resultados esperados.
 Dolo Indirecto. Es aquel que se materializa cuando el sujeto se representa el hecho
delictivo, pero no como un fin, sino como un hecho o efecto inevitable o necesario para
actuar o desarrollar la conducta típica.
Por otra parte, La concepción del delito propuesta por Beling y Liszt, inició la concepción
psicologista de la culpabilidad, en este sentido se le concibió como la relación sicológica
entre el hecho y el autor. Así, la teoría del delito en el siglo pasado dividía el análisis de la
culpabilidad en dos aspectos: el externo y el interno. Por otra parte, definía como elemento
fundamental a la causalidad, por ello se identificó a la antijuridicidad con el aspecto externo
y a la culpabilidad con lo interno o subjetivo.

 Dolo Eventual. Cuando el individuo se representa el hecho como potencialmente


posible, pero cuyo resultado es dejado al azar.

4.2. Concepto normativo de la culpabilidad

Normativista. Para esta teoría el contenido de la culpabilidad no se agota con los elementos
psicológicos contenidos en el dolo y la culpa y la culpabilidad es un juicio formulado sobre
una situación de hecho, generalmente psicológica, consecuencia de la cual es reprochable.

La culpabilidad es normativa, implica, para su definición, una referencia de la norma, a la


valoración de la norma, a un juicio de valor, propiamente desaprobación de reproche, en
razón de una conducta que se presenta como contraria al deber impuesto por la norma.

La culpabilidad como contrariedad a la norma en cuanto al deber impuesto por ella, no


implica confundir la denominada antijuridicidad objetiva con la culpabilidad.

La culpabilidad consiste en el reproche que se dirige al individuo por a haber conservado


un comportamiento psicológico contrario al deber, por haberse determinado a un
comportamiento socialmente dañoso en contra de las exigencias de la norma que le
imponía adecuar su conducta a sus prescripciones. Ahora bien, precisado que la
culpabilidad consiste en un reproche, en un juicio de valor que se dirige al sujeto en razón
de la contrariedad del deber de su comportamiento, debe señalarse que tal juicio
es objetivo, a cargo del ordenamiento jurídico y del juez y no del propio sujeto y que se trata
de un juicio por el cual a luz de la norma penal se considera la actitud interior del individuo
como disconforme con las exigencias de la norma; se le reprocha no haberse comportado
con el deber impuesto sino en forma contraria a la exigida.

En virtud de las críticas a la teoría psicologista de la culpabilidad, surgió la teoría


normativista propiciada por las ideas de Frank (1907), Goldschmidt (1913 y 1930),
Freudenthal (1922), Hegler (1930) y Mezger (1931), las ideas formuladas desde principios
de siglo en oposición a la teoría psicologista, transformaron a la culpabilidad en un juicio de
valor, entendido como reprochabilidad.

En tal sentido, el dolo y la culpa se transformaron de especies de culpabilidad a elementos


de la culpabilidad, la presencia del dolo y de la culpa no resultaban definitivas para la
presencia de la culpabilidad. La concepción normativa de la culpabilidad planteaba: 1. La
imputabilidad, como capacidad de culpabilidad. 2. El dolo o la culpa como voluntad
defectuosa; y 3. Ausencia de causas de exculpación.

Algunos autores hacen el señalamiento en torno a que la imputabilidad en este caso es a


nivel sicológico, en tanto la culpabilidad es eminentemente valorativa, puesto que su
contenido es un reproche. La concepción normativa de la culpabilidad intentó incluir la
totalidad de los elementos síquicos del hecho bajo un solo concepto material que
permitieron la valoración de la parte interna del hecho y la hicieron comprensible, así como
la definición de los factores pertenecen a la culpabilidad y cómo deberían enjuiciarse la falta
de sus elementos particulares.

4.3. Diferencia entre conducta justificada y conducta injustificada

Son conocidas también como causas de licitud o de inculpabilidad, y están contenidas en el Código
Penal para el Distrito Federal en su numeral 29, dentro del cual, entre otras cosas, se consideran
como causas de justificación: A) El actuar con el consentimiento del titular del bien jurídico
afectado o del legitimado legalmente para otorgarlo, bajos los lineamientos de que: a) El bien
jurídico sea disponible; b) El titular o quien esté legitimado para consentir, tenga la capacidad
jurídica para disponer libremente del mismo, y c) Que el consentimiento sea expreso o tácito y sin
que medie algún vicio, o bien, que el hecho se realice en circunstancias tales que permitan
fundadamente presumir que, de haberse consultado al titular, este hubiese otorgado el mismo. B)
Se repele una agresión real, actual o inminente y sin derecho, en protección de bienes jurídicos
propios o ajenos, siempre que exista necesidad de la defensa, racionalidad en la defensa respecto
a la amenaza y no medie provocación dolosa suficiente e inmediata por parte del agredido o de su
defensor (defensa legítima). C) Se obre por la necesidad de salvaguardar un bien jurídico propio o
ajeno, de un peligro real, actual o inminente, no ocasionado dolosamente por el agente,
lesionando otro bien de menor o igual valor que el salvaguardado, siempre que el peligro no sea
evitable por otros medios y el agente no tuviere el deber jurídico de afrontarlo (estado de
necesidad). d) La acción o la omisión se realicen en cumplimiento de un deber jurídico o en
ejercicio de un derecho, siempre que exista necesidad racional del medio empleado para cumplir
el deber o ejercer el derecho, y que este último no se realice con el solo propósito de perjudicar a
otro (cumplimiento de un deber o ejercicio de un derecho).

Condiciones que se estima tienen el poder de excluir o justificar la antijuridicidad de una conducta
típica, en donde se cambia la esencia del hecho para convertir el crimen en una desgracia,3 pues el
agente obra con voluntad consciente, en condiciones normales de imputabilidad, pero su
conducta no será delictiva, por ser ella justa y conforme a derecho, sin que se aduzca que se
lesione algún bien jurídico, ya que las causas de justificación, de ninguna manera, excluyen la
tipicidad. El sustento de las causas de justificación se encuentra en la preponderancia del interés,
ya sea porque es de mayor interés jurídico-social, como en el caso del que triunfa en la legítima
defensa o el que actúa para ejecutar un derecho o cumplir un deber, o porque es superior el bien
jurídico salvaguardado, como en el estado de necesidad y en los casos de justificación supralegal.
Es así como se establece que es solo la preponderancia del interés con que se actúa (ejercicio de
un derecho), protege (estado de necesidad), defiende (legítima defensa) o realiza el deber que se
cumple con las causas de justificación. Para entrar en particular al estudio de las causas de
justificación, en nuestro Código de aniversario y estudio se encuentran contempladas las
siguientes figuras: 1) Defensa legítima. 2) Estado de necesidad. 3) Cumplimiento de un deber o
ejercicio de un derecho. No se pasa por alto que en nuestro antiguo sistema jurídico mexicano se
consideraba, además de las ya enunciadas como causas de justificación, a la obediencia jerárquica
y el impedimento legítimo.4

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